construccionnacion.debate

Upload: juancar-himel

Post on 03-Apr-2018

216 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    1/14

    Colombia Internacional 62,jul - dic 2005, 86 - 99

    86

    LA CONSTRUCCIN DE LA

    NACIN:

    debates disciplinares ydominacin simblica

    Ingrid Johanna Bolvar1

    recibido 15/03/06, aprobado 07/04/06

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    2/1487

    I ngrid Johanna Bolvar

    Introduccin

    Mi objetivo en esteartculo es plantearalgunas de las proble-

    mticas suscitadas por la investigacincontempornea en torno a la nacin.Eltexto recoge y desarrolla algunos sea-lamientos hechos en publicacionesanteriores (Bolvar 2001; 2004) perotambin proyecta nuevos cuestiona-mientos a partir de algunas discusiones

    actuales. El texto est dividido en cua-tro partes. La primera recuerda, a gran-des rasgos, los dos tipos de preguntasprevalecientes sobre la nacin. La

    segunda, parte de esos tipos de pregun-ta para resear la intensa discusinsobre el papel de las lites y los subal-ternos en la constitucin de ese tipo decomunidad poltica y las dificultades demtodo que estn implcitas en esa dis-cusin. La tercera seccin reconstruye

    El objetivo de este artculo es plantear algunas de las problemticas suscitadas por la

    investigacin contempornea en torno a la nacin. El texto est dividido en cuatro

    secciones. La primera recuerda, a grandes rasgos, los dos tipos de preguntasprevalecientes sobre la nacin. La segunda, parte de dichas preguntas para resear la

    intensa discusin sobre el papel de las elites y los subalternos en la constitucin de

    ese tipo de comunidad poltica y las dificultades de mtodo de esta discusin. La

    tercera seccin reconstruye los planteamientos de diversos autores para mostrar que

    la construccin de la nacin implica un ejercicio de dominacin poltica. La cuarta y

    ltima seccin insina la estrecha vinculacin entre construccin de naciones y

    definicin de un tipo especfico de repertorios emotivos.

    Palabras clave: Nacin, elites, subalternos, metodologa, dominacin poltica

    The objective of this article is to examine a series of issues related to contemporary

    research about the nation. The text is divided into four sections. The first section

    reviews two types of prevalent questions about the nation. Second, the debate about

    the relationship between elites and subalterns in the construction of this kind of

    political community and the methodological problems it entails is discussed. Third,

    a series of authors are analyzed to illustrate that nation building implies a specific type

    of political domination. The fourth and final section illustrates the relationship that

    exists between nation building and emotional repertories.

    Keywords: Nation, elites, subalterns, methodology, political domination

    1 Profesora asistente,Departamento de Ciencia Poltica,Universidad de Los Andes. Las reflexiones expuestas en este artcu-lo fueron elaboradas en el marco de una investigacin realizada por el Cinep con la cofinanciacin de Colciencias y titu-lada Emociones y discurso poltico de los Actores Armados en las negociaciones de paz (1998-2004). Agradezco loscomentarios y correcciones de los evaluadores annimos del texto.

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    3/14

    L a construccin de la nacin: debates disciplinares y dominacin simblica

    88

    los planteamientos de diversos autorescon el nimo de mostrar que, a pesar de

    la buena prensa que caracteriza a lanacin por esta poca, su construccinsupone un ejercicio de dominacinespecfico e incluso un juego de vio-lencia simblica. La cuarta y ltimaseccin insina la estrecha vinculacinentre construccin de naciones y defi-nicin de un tipo especfico de reper-torios emotivos. El texto terminaprecisamente, con un llamado de aten-

    cin sobre la necesidad de combinar laspreguntas orientadas hacia lo que pre-dica el actor con investigaciones sobrelas condiciones especficas de la estrati-ficacin en sociedades no plenamentenacionalizadas.

    A partir de la resea puntual dealgunas de las dificultades propias de lainvestigacin emprica sobre construc-cin de nacin y de algunas preguntas

    acuciantes hoy, el texto aspira a partici-par y a promover los debates sobre lossupuestos de las categoras ms utiliza-das en ciencias sociales y sobre la formaen que ellas heredan supuestos y anhe-los del ordenamiento poltico particularque quieren describir o comprender.

    1. Lo estructural

    y la produccin de

    clasificacionesUna forma sencilla de empezara desbrozar el enmaraado mundo dela produccin acadmica sobre nacines recordar los diferentes nfasis quecaracterizan el trabajo de los autores.Incluso se puede arrancar comentandoque durante mucho tiempo las cien-cias sociales no se ocuparon de lanacin pues pareca un tema demasia-

    do nacionalista o demasiado ideol-gico pues arrastraba cuestiones atadasal carcter nacional (Anderson 1989;

    Hobsbawm 1991). Uno de los librosms famosos sobre nacin,

    Comunidades imaginadas de BenedictAnderson, aparece a mediados de losaos 80 y explica la nacin a partir delestudio de procesos culturales espec-ficos como el desarrollo de lo que elautor denomina capitalismo deimprenta, la conversin de una len-gua verncula en lengua administrati-va y la apropiacin poltica de lasdivisiones administrativas en las colo-

    nias americanas.Anderson insiste en laimportancia de estudiar los distintosdispositivos que, como el censo, elmapa y el museo, se alimentan delgrado de centralizacin poltica quehan logrado los estados modernos.Muestra que desde esas fortalezas delestado moderno se proyecta y produ-ce una especfica comunidad poltica.El trabajo de Anderson ha sido

    ampliamente comentado y discutidoen distintos contextos sociopolticos.Su insistencia en que la nacin es unacomunidad poltica imaginada facilitel desarrollo de una historiografa quese pregunta explcitamente quienesimaginaron la nacin y para quienes

    ya no queda nada por imaginar(Chatterjee 1993).Adems estos traba-

    jos facilitaron la inscripcin del tema

    de la nacin en un contexto msamplio que habla de las diferentesexperiencias de colonizacin y desco-lonizacin en los diversos continentes.Ms puntualmente, permiti mostrarque la construccin de la nacinimplica dinmicas parcialmente dife-renciables en las sociedades centralesde Europa y en las sociedades colonia-les (Balibar 1991; Quijano 2000).

    De hecho, en el abigarradopanorama de investigaciones sobre lanacin pueden identificarse grosso

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    4/1489

    I ngrid Johanna Bolvar

    modo tres grandes aproximaciones.Una primera en la que se dan cita his-

    toriadores, socilogos y ms reciente-mente antroplogos influenciados dealguna manera por el marxismo y porcorrientes crticas de la sociologa quese han concentrado en estudiar las con-diciones histricas que hicieron posiblela emergencia de esa forma de comuni-dad poltica que es la nacin. A estegrupo pertenecen los trabajos dedica-dos a investigar los efectos de la indus-

    trializacin en la emergencia de lassociedades nacionales (Gellner 1988); larelacin de las naciones con la consoli-dacin o centralizacin de los Estados(Rosanvallon 1990; Hobsbawm 1991),las relaciones de la formacin de lanacin con procesos de integracinterritorial y de estratos (Elias 1998) eincluso el trabajo del mismo Andersonsobre las condiciones que permiten el

    intercambio comunicativo y la imagi-nacin de comunidades nacionales(1989). Un tema central en esta litera-tura tiene que ver con las condicioneseconmicas que facilitan la integracinde los grupos y la existencia o no deburguesas nacionales.

    Otros analistas, ms cercanos ala sociologa de la cultura, la antropo-loga y los estudios culturales y litera-

    rios, han orientado su atencin a losesfuerzos de los grupos dominantespor construir y producir imgenes delo nacional. Han revisado para ellodistintas producciones culturales: dis-cursos polticos, textos literarios,prensa poltica y de variedades, nove-las y programas de TV, entre otros, delos siglos XIX-XX (Sommer 1991;

    Bhabha 1990; Chatterjee 1993;Monsivais 1981).

    Finalmente, otros investigado-res tambin cercanos a los estudiosculturales y a corr ientes fenomenol-gicas, han recalcado la importancia deestudiar cmo se experimenta lanacin da a da, cmo distintos gru-pos sociales aprenden a inscribir subiografa en una historia nacional ycmo los medios de comunicacincrean lo que ellos denominan un

    nacionalismo banal (Palmer 1988;Billig 1995 ).Por supuesto, se trata de una

    caracterizacin y organizacin de lostrabajos muy incipiente, pero que haresultado de utilidad para clasificar yhacer seguimiento a la produccinintelectual sobre nacin2.

    Ahora bien, las principalesdebilidades del ordenamiento pro-

    puesto tienen que ver con su silenciosobre los contextos histricos y lasdisputas intelectuales y polticas queenmarcan o promueven la conceptua-lizacin en uno u otro sentido. Enefecto, (me) hace falta un trabajodetallado sobre los tejidos institucio-nales que explican cundo y por qulas preguntas estn centradas en laexistencia de una burguesa y un mer-

    cado nacional, cundo y por qu lapregunta es por el tipo de imgenesde lo nacional que producen las clasesdominantes y cundo y por qu secuestiona la nacin como una etno-grafa de lo contemporneo, comoalgo que se consume y se vive da ada. Es necesario armar un marco ana-ltico que explore cundo, por qu y

    2 La identificacin de los autores ms significativos de cada corriente y de otros de sus rasgos especficos puede leerse enBolvar (2001).

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    5/14

    L a construccin de la nacin: debates disciplinares y dominacin simblica

    90

    entre quines o en qu encadena-mientos institucionales las preguntas

    sobre nacin tomaron un carcter o elotro. Cmo se relacionan los cambiosen las preeminencias disciplinares olos debates al interior de las cienciassociales con las transformaciones delos nfasis en la conceptualizacin yen las estrategias de investigacinemprica sobre nacin. Hace faltatambin conocer cmo los investiga-dores colombianos han participado en

    esos debates, cmo usan las teoras ycmo las transforman en sus ejerciciosde indagacin. Es preciso poder res-ponder qu tipos de pregunta, qudisposiciones metodolgicas y quperspectivas conceptuales han predo-minado en las ciencias socialescolombianas y por qu3.

    A pesar de las debilidades delesquema de organizacin propuesto y

    de todo lo que el omite, su utilidadresulta respaldada por los sealamientosque uno de los ms importantes histo-riadores sobre Amrica Latina, JohnTutino comenta sobre los estudios denacin a propsito del trabajo deFlorencia Mallon.Para Tutino, la nacinha tenido gran centralidad en la historiadel siglo XIX y XX,as como en las his-torias trabajadas por los historiadores.

    Muchos,dice el autor han exami-nado los comienzos de las naciones lati-noamericanas a travs de un anlisis delas lites que las imaginaron (Tutino2003:34) y con eso recuerda dos puntosimportantes para la discusin: la idea

    extendida de que son los grupos domi-nantes quienes construyen las naciones

    (Tutino 2003: 30) y el hecho de que lasmetodologas de la investigacin histri-ca han estado guiadas por este supuesto.La seccin siguiente se ocupa de esteproblema y desde ah introduce la discu-sin sobre el hecho de que an las dis-cusiones en las ciencias sociales suelenhacerse ms en trminos conceptualesabstractos que en trminos de las rela-ciones estrechas entre conceptos y

    decisiones metodolgicas, entre trmi-nos analticos y eleccin o construc-cin de datos (Bourdieu 1995).

    2. Elitismo y

    transformaciones del mtodo

    Una de las ms recientes e inte-resantes discusiones en torno a lanacin es aquella referida al papel delos campesinos o en trminos ms

    amplios de las clases subalternas en laconstruccin de comunidades polti-cas nacionales. La publicacin, en1995 y en ingls, del libro Campesinosy Nacin de la historiadora FlorenciaMallon en el que ella compara lasexperiencias de construccin denacin en el Per y el Mxico post-coloniales aliment una serie dedebates entre historiadores y socilo-

    gos del continente4

    . Uno de los prin-cipales debates tena que ver,precisamente, con la pregunta sobre silos campesinos tenan proyectos denacin o si slo participan de manerasubordinada en la construccin de

    3 Intuitivamente, podra decirse que en Colombia han sido los historiadores quienes ms explcitamente han trabajado yconceptualizado el problema de la construccin de la nacin. Interesantes y viejos debates al respecto pueden leerse en ellibro compilado por el Fondo Cultural Cafetero sobre Aspectos polmicos de la historia colombiana del siglo XIX,publicado en 1982 y en donde se leen posiciones de Jaime Jaramillo Uribe, Marco Palacios, Frank Safford, Germn

    Colmenares,Malcom Deas, entre otros. El trabajo de Jaime Eduardo Jaramillo y su equipo sobre la historia de las cienciassociales en Colombia, que est prximo a ser publicado, puede dar muchas luces a este respecto.

    4 Una resea de esas discusiones y las respuestas de la autora puede leerse en la introduccin que ella hace a la edicin enespaol de su libro en 2003 (Mallon 2003)

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    6/1491

    I ngrid Johanna Bolvar

    una nacin que es imaginada por lasclases burguesas o poderosas de sus

    respectivas sociedades. En torno a estapregunta se definieron distintas posi-ciones, alimentadas siempre por mar-cos conceptuales que desde elmarxismo tradicional, el gramsciano olos ms contemporneos estudiossubalternos insistan en dar a los cam-pesinos uno u otro lugar en la expli-cacin del cambio histrico. En estecontexto, la tradicional insistencia de

    algunos autores en el nexo entre bur-guesas y naciones, o en trminos msamplios entre sectores dominantes enla expansin del capitalismo y moder-nidad poltica, enfrent fuertes con-denas por elitismo e incluso porestatismo (Guha 2002). Se retomaron

    y discutieron algunos de los plantea-mientos de los estudios subalternos ymuy particularmente la insistencia de

    Guha en la importancia poltica yanaltica de reconocer la existencia deun mbito poltico propio de lossubalternos. Como se sabe, a partir delanlisis de la vida poltica en India,Guha y otros autores han sealado lanecesidad de ampliar la comprensinde la poltica y de la historia paraincluir las voces de aquellos gruposcuyas iniciativas suelen ser desconoci-

    das o introducidas slo como muestrade la creciente dominacin de unaslites. El autor critica el estatismo dela historia como disciplina y recalcaque las historias de los grupossubalternos suelen ser incorporadasen lecturas teleolgicas de la poltica

    y la transformacin social (2002:23-29). Estos planteamientos fueron usa-dos por Mallon, y paradjicamente

    tambin por algunos de sus crticos.Mallon los us para llamar la atencinsobre la existencia de una vida poltica

    que no se agota en lo estatal y en la quese definieron o disputaron importantes

    rasgos de la nacional. Sus crticos, y enespecial John Beverly, usaron los seala-mientos de Guha para discutir el inte-rs de Mallon por mostrar los vnculosentre campesinos y nacin, su esfuerzopor inscribirlos en una historia nacio-nal y por esa va su olvido de que ellostienen otro mundo poltico.

    Para los propsitos de estetexto es muy til constatar que los

    debates en torno a la nacin comocomunidad poltica editan, por unlado, aspiraciones romnticas a laincontaminacin o la transparencia deciertos grupos y por el otro, visionesteleolgicas de la poltica. Estas cues-tiones que parecen abstractas se tradu-cen en problemas muy concretos querevelan las limitaciones de nuestrascategoras y de nuestros hbitos de

    pensamiento. En su introduccin a laedicin en espaol de Campesinos yNacin, Mallon hace una interesanterevisin del consenso entre distintasorientaciones tericas acerca de quela poltica entre los campesinos tiendea ser menos consciente, menos racio-nal, casi premoderna (2003:66). Laautora discute explcitamente las ten-siones que introduce en la investiga-

    cin lo que denomina teleologas delconocimiento y el hecho de que enocasiones y en temas tan polticoscomo la nacin, las ciencias socialesdejan que la teora defina totalmentequ es posible e imposible en el acer-vo emprico (2003:66). Muestra demanera muy reveladora cmo las teo-ras modernizantes quieren condenara la premodernidad o al mundo tradi-

    cional a los campesinos, mientras cier-tas apropiaciones de los estudiossubalternos quieren convertirlos en

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    7/14

    L a construccin de la nacin: debates disciplinares y dominacin simblica

    92

    un campo poltico particular. Ella sedistancia de ambos sealando que la

    meta es reconstruir todo intento detransparencia poltica, tanto en elmbito de la comunidad como en eldel estado y desmitificar la polticasubalterna al mostrar sus fisuras y

    jerarquas internas, y tambin su com-plicidad histrica con el estado y elejercicio del poder (2003:72). Y esque desmitificar la poltica subalternano tiene por que ser equivalente a

    negar los vnculos entre estos gruposy el estado o a decir que ellos no hanproducido propuestas sobre cmoconstruir la nacin. Cuando Mallonrecuerda estos puntos y cuando carac-teriza lo que denomina construccinneocolonial del campesino andinocomo otro social nos recuerda hastaqu punto nuestros trminos analti-cos heredan las aspiraciones y la auto

    imagen que la sociedad tiene o quie-re tener de s (Bourdieu 1995).Adems conviene decir que la insis-tencia de Mallon en que los campesi-nos s tenan proyectos nacionales yque participaron en la definicin de lacomunidad poltica de formas queusualmente la historiografa no detec-ta abri la controversia sobre mtodos

    y transdiciplinar iedad en el estudio de

    la nacin. La autora fortaleci su ejer-cicio como historiadora con estrate-gias metodolgicas propias de losestudios literarios, antropolgicos ysociolgicos. De los primeros tomo elinters por la estructura y las propie-dades de los relatos, de los segundos laimportancia del trabajo de campo yen directo con las tradiciones orales

    y pautas de comportamiento y de los

    ltimos, el inters por los debates te-ricos y los procesos de conocimiento.Eso la expuso a criticas y sanciones

    provenientes de las distintas discipli-nas y le mostr tambin hasta qu

    punto lo nacional se define desde loestatal o dominante. Para nuestrospropsitos, la discusin suscitada porel libro de Mallon resulta de gran uti-lidad pues nos recuerda y previenesobre los supuestos de nuestras cate-goras analticas en torno a la nacin ysobre las dificultades de mtodoimplcitas en la muy invocada inter-disciplinariedad. Desde un campo

    algo distinto, el estudio de la msicatropical en Colombia y de la formaen que en torno a ella se articulanidentidades raciales y regionales, PeterWade (2000) encuentra problemasparecidos a los de Mallon. Para expli-car cmo y por qu ciertos ritmosmusicales que eran considerados fol-clricos se convierten en representa-tivos de la identidad nacional (2000:

    2), Wade reconstruye diversos proce-sos histricos que muestran como lasidentidades nacionales son siempreplurales y cmo se relacionan entre sa travs de prcticas de contestacin,apropiacin y transformacin. Elautor muestra la importancia del capi-talismo musical internacional y deldesarrollo de la tecnologa de comuni-caciones en la construccin y nacio-

    nalizacin de identidades musicalesque antes estaban circunscritas a gru-pos especficos. En su trabajo Wadediscute explcitamente la tendencia delos estudios sobre nacin a contrapo-ner unas clases dominantes homog-neas y modernizantes contra unpueblo heterogneo y muestra queuna va metodolgica til para evitartales contraposiciones es estudiar

    identidades siempre en plural y en elmarco de sus ambiguas relaciones. Deah que el trabaje identidades musica-

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    8/1493

    I ngrid Johanna Bolvar

    les, territoriales, raciales y de gnero,que muestre las superposiciones y

    conflictos entre ellas y su tendencia ainscribirse en espacios geogrficosdeterminados (2000:7). La tradicionalcontraposicin entre lites y subalter-nos es superada en la obra de Wade atravs de un interesante ejercicio dereconstruccin de las diversas vas enque las lites producen las diferencias

    y en que grupos sociales subordinadostransforman y recomponen sus pro-

    pias identidades y proyectos. Waderecoge distintas trayectorias del mar-xismo interesado en la cultura yhabla por eso de la hegemona trans-formista y la tradicin selectiva.Adems insiste en que las diferenciasnacionales siempre estn situadas enun mapa transnacional que perma-nentemente alimenta y transforma lasrelaciones entre identidades y los

    contenidos de lo nacional.

    3. Nacin y violencia simblica

    Una de las cuestiones ms inte-resantes en el campo de estudio sobrela nacin es que en torno a l conver-gen diferentes orientaciones disciplina-res y distintas metodologas5. La nacines objeto de debate entre filsofos pol-ticos, socilogos, historiadores (incluso

    los econmicos), politlogos, lingistas,literatos y comunicadores sociales,entre otros. No es claro qu hace deltema un asunto tan atrayente o tan cer-

    cano a las preguntas de las distintas dis-ciplinas, pues no sucede lo mismo, o no

    con la misma intensidad, en torno aotras categoras de clasificacin socialcomo la clase o el estamento, o deautoclasificacin como los distintostipos de identidad.Es muy posible, perotiene que ser investigado, que tal popu-laridad de la nacin tenga que ver conel hecho obvio de que las sociedadesestn organizadas en la forma de esta-dos nacionales y eso hace que la reali-

    dad de la nacin aparezca como algoevidente para los distintos pblicos.Con gran facilidad un estudio sobre lanacin se convierte en un lamentoporque aquella no es lo suficiente-mente fuerte, porque no cohesiona,porque no integra o, al contrario, por-que ha sido excluyente e irrespetuosade otras formas de identidad y perte-nencia social. En ambos casos, las

    investigaciones sobre nacin tienenque hacer frente a aquellos hbitos depensamiento que la consideran comoun destino deseable y bueno por smismo para las sociedades humanas,como la comunidad poltica porexcelencia en el que se debera expe-rimentar una camaradera profunda

    y annima que saca o debera sacar alos grupos humanos de las limitadas

    identidades religiosas, tnicas o regio-nales, que an en ciertas versiones dela modernizacin son vistas comovinculaciones prepolticas6.

    5 Por supuesto que no se trata de algo exclusivo de la nacin, pero en torno a la formacin del estado,por ejemplo, los lite-ratos y los lingistas producen menos.

    6 En la reconstruccin de estos hbitos de pensamientos sobre la nacin me apoyo en la literatura revisada en Bolvar (2001)pero sobre todo en la resea de las discusiones que tal texto ha propiciado entre distintos pblicos, incluidos los profeso-res de Ciencias Sociales de la Universidad de Los Andes. En una de tales reuniones fue interesante notar los diferentes eincluso contrapuestos puntos de partida de algunos historiadores, socilogos, antroplogos y politlogos frente al tema.Historias disciplinares y pesos relativos de las teoras de la modernizacin le hacen a algunos politlogo suponer que es

    ms poltica la identidad ciudadana y la pertenencia a la nacin, que la identidad tnica o religiosa. Pero otras trayecto-rias disciplinares concentran a la antropologa o la historia en la reconstruccin de lo que se vive como identidad engrupos no nacionales y marginados o en grupos de lite o recientemente subalternos. La siguiente seccin del textoretoma este problema.

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    9/14

    L a construccin de la nacin: debates disciplinares y dominacin simblica

    94

    La existencia de esos hbitos depensamiento y su fuerza incluso entre

    los acadmicos nos invita a considerarlos nexos entre construccin de naciny violencia simblica. Est ltima esdefinida por Bourdieu como aquellaforma de violencia que se ejerce sobreun agente social con la anuencia deste (1995:120). Ms adelante en elmismo texto, el autor se encarga deaclarar que la violencia simblicausualmente es desconocida como vio-

    lencia, que se traduce o se juega en laaceptacin de un conjunto de premi-sas fundamentales, prerreflexivas, quelos agentes sociales confirman al consi-derar el mundo como autoevidente, esdecir, tal como es y encontrarlo natu-ral, porque le aplican estructuras cog-noscitivas surgidas de las estructurasmismas de dicho mundo (1995: 120).A pesar de que Bourdieu seala expl-

    citamente que la violencia simblica setraduce en axiomas que ni siquiera tie-nen que ser inculcados pues se des-prenden de la organizacin fcticadel mundo (como las divisiones entrelo masculino y lo femenino), y que,como sabemos, la construccin de lanacin si implica infundir en los gru-pos sociales las formas de hacer lascosas; no sobra subrayar que tal cons-

    truccin nacional opera tambin a tra-vs de una violencia simblica. Elsentirse nacionales o el extraarse ylamentar no serlo delata precisamentehasta qu punto se ha reificado la per-tenencia nacional y hasta qu punto lascategoras de las ciencias sociales parti-cipan y-o reproducen esa violenciasimblica7.

    Los planteamientos del investi-gador mexicano Roger Bartra son

    muy reveladores al respecto. En susdistintos trabajos, pero especialmente,en La Jaula de la Melancola (1987) yen Anatoma del Mexicano (2002), elautor muestra los distintos mecanis-mos a travs de los cuales la pertenen-cia nacional se convierte en psicologao en rasgos de carcter. BenedictAnderson haba mostrado que elcenso, el mapa y el museo funcionan

    como mecanismos de construccinnacional, otros autores haban llamadola atencin sobre los usos de la litera-tura y la prensa para construir lacomunidad imaginad; Bartra exploralas huellas de dominacin poltica quese detectan en la definicin de unaparticular psicologa.

    A travs de la identificacin depersonajes, descripciones del carcter

    nacional en obras de literatura, pro-gramas de televisin populares o dis-cusiones frecuentes entre los diversosgrupos sociales, Bartra muestra que ladefinicin de sujetos nacionalesimplica un arduo ejercicio de domi-nacin. En esa lgica, Bartra examinalas figuras del pachuco, del pelado yotras muchas que pueblan las referen-cias al ser mexicano. Especialmente

    interesantes para el caso colombianoresultan sus referencias a la indiferen-cia ante la muerte y a Cantinflas. Enel primer caso, el autor muestra cmodistintos actores y dinmicas socialesle han dado vida a una idea segn lacual en el carcter del mexicanoresuena un desprecio por la muerte,una bravura y un fanatismo que los

    7 En el libro ya citado Bourdieu hace interesantes referencias a la forma como las ciencias sociales heredan y reproducen laviolencia simblica de la que los propios cientficos sociales han sido objeto (1995: 121).

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    10/1495

    I ngrid Johanna Bolvar

    convierte en personajes temerarios yvalientes. Bartra muestra que tal

    caracterizacin se ha alimentado de laliteratura, de historias orales de larevolucin y de otros recursos. Insisteen que suponer que hay pueblos queson indiferentes a la muerte es pensara esos pueblos como manadas de ani-males salvajes y que en la fuerza quetiene tal idea se cuela el desprecio quelas capas altas de la sociedad sientenpor otros sectores (1987:87). Ms ade-

    lante, el mismo autor hace un seala-miento que nos obliga a revisar lo quecreemos saber como sociedad de lossicarios y del supuesto desprecio porla vida que habra de identificar aciertos grupos involucrados con laviolencia; dice Bartra a los mexi-canos sumergidos en la amargura lacultura nacional les propone el nicogesto heroico posible: morir fcil-

    mente, como slo los miserables sabenhacerlo (1987:93).Otro conjunto de sealamientos

    igualmente inquietantes acerca de laforma en que la nacin o ms puntual-mente las descripciones del carcternacional y los hbitos de pensamientoque definen lo nacional operancomo dominacin o en los trminoscitados atrs de Bourdieu, como vio-

    lencia simblica tienen al popular per-sonaje de Cantinflas como referente.Bartra reconstruye distintas discusionesentre autores mexicanos a propsito deesa figura. Habla de Cantinflas comoun frustrado Prometeo y seala quesu popularidad tiene que ver con lascrticas que hace a la injusticia social.Sin embargo, aclara el autor, se trata deuna crtica conformista que propone

    la huida y no la lucha, el escurrimien-to y no la pelea. El mexicano se con-vierte en un maestro de las fintas y los

    albures. Se vuelve un ser torcido, alam-bicado, evasivo e indirecto, dominado

    por el afn de circunloquio (1997:178). Ms adelante y despus de unasugestiva discusin sobre cmo la defi-nicin de la nacional recoge y transfor-ma rasgos de la cultura popular y delas clases polticas, Bartra concluye:Cantinflas no es slo el estereotipodel mexicano pobre de las ciudades: esun simulacro lastimero del vnculoprofundo y estructural que debe exis-

    tir entre el despotismo del estado y lacorrupcin del pueblo. El mensaje deCantinflas es transparente: la miseria esun estado permanente de primitivismoestpido que es necesario reivindicarde forma hilarante; se expresa princi-palmente por su tpica corrupcin delhabla, por una verdadera implosin delos sentidos () Se comprende queentre la corrupcin del pueblo y la

    corrupcin del gobierno hay unacorrespondencia: este pueblo tiene elgobierno que merece. O al revs: elgobierno autoritario y corrupto tieneel pueblo que se le acomoda, el que elnacionalismo cantinflesco le ofrececomo sujeto de la dominacin(1987:180).

    Reproducimos por extensoestos planteamientos de Bartra porque

    ilustran la referencia conceptual quehacamos atrs a la construccin de lanacin en tanto ejercicio de violenciasimblica y porque muestran que laconstruccin de la nacin se encar-na en procedimientos y tipos de rela-cin que parecen inofensivas, casuales,simplemente, hechas para el diverti-mento pero que a la larga imponen unsello particular al poder poltico y se

    traducen en dominacin (2002: 11).Pero tambin al contrario. Est porestudiarse cmo influye el destino de

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    11/14

    L a construccin de la nacin: debates disciplinares y dominacin simblica

    96

    un pueblo a lo largo de los siglos en elcarcter de los individuos que lo con-

    forman (Elias 1997:26). No tantoporque se quiera o se pueda decir quelos franceses, los colombianos o losargentinos son, por naturaleza, de unau otra manera. Sino, porque las condi-ciones de interdependencia que vivecada una de esas sociedades ofrecenrepertorios o espectros emotivos espe-cficos a los distintos grupos. Este temase retoma en la seccin siguiente y

    sirve de consideracin final.

    4. Apelar a la nacin:

    un repertorio emocional

    aprobado polticamenteEs claro que la nacin es una de

    las formas en que las ciencias socialestienden a referirse al tipo de socieda-des que se configuran en el contextode expansin del capitalismo y divi-

    sin internacional del trabajo. Nacines otro nombre de la sociedad bur-guesa capitalista (Wallerstein 2001).De ah que quienes hablan de lasredes sociales por fuera del mbitonacional tengan que hablar de socie-dades transnacionales o simplementesociedad internacional. Aunque yahay una relativa claridad sobre esasuperposicin entre lenguajes tcni-

    cos y polticos para referirse a lasociedad, no pasa lo mismo con elreconocimiento de que la nacinimplica la construccin y el fortaleci-miento de un repertorio emotivo par-ticular. En efecto, la construccin dela nacin implica el afianzamiento deuna serie de lazos afectivos entre losdistintos integrantes de la comunidadpoltica. la camaradera profunda de

    la que habla Anderson y el estable-cimiento de una serie de relacionesentre los pobladores y la historia, los

    smbolos, los personajes y otros facto-res considerados demostrativos de lo

    nacional.En su trabajo sobre los alema-nes, el socilogo judo Norbert Elias,llama la atencin sobre los contenidosafectivos e intensamente emocionalesimplcitos en la construccin de lasnaciones y las democracias. El autorcomenta la necesidad de darle unlugar analtico a las emociones deorgullo, vergenza o enfado,

    entre otras, con las que las personasresienten o dejan ver el tipo de rela-cin que sostienen con sus respectivosestados nacionales. Desde su perspec-tiva, la construccin de las nacionesimplica un alto grado de integracinterritorial y de estratos, as como unatransformacin en la naturaleza y losmodos de estratificacin, que, a lalarga se traducen en estructuras de la

    personalidad tambin diferenciables.Para Elias, la importancia o la fuerzade una vinculacin emocional a lanacin puede detectarse en el uso delos pronombres (ellos nosotros), en elsentido con el que los distintos acto-res cuentan su historia y la inscribenen los procesos polticos ms amplios,pero tambin en las estructuras parti-distas y los hbitos de interaccin

    poltica (Elias 1998; 1997).Para el propsito de este textoes muy til la insistencia de Elias en lanecesidad de estudiar las exigenciasemocionales implcitas en la construc-cin de las naciones y en la pacifica-cin de la poltica. El autor recalca quepertenecer a una comunidad polticanacional implica un arduo ejercicio dereordenamiento de lo lazos afectivos

    que se tiene con la poblacin de pro-cedencia, con la geografa, con la his-toria, entre otros puntos. Para l, la

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    12/1497

    I ngrid Johanna Bolvar

    nacin es un tipo especfico de noso-tros que permanentemente disputa su

    preeminencia con otros tipos de noso-tros y que se expresa a travs de dispo-siciones especficas hacia el lenguajenacional, hacia la interaccin con gru-pos de pobladores de distintas prove-niencias, entre otras cuestiones.

    Es claro entonces que la pre-gunta por la construccin de nacinimplica conocer las experiencias deautoclasificacin de los actores, pero

    que en ellas es necesario detectar lasrelaciones materiales de interdepen-dencia y las vinculaciones emociona-les que las sostienen y justifican. Lapoca identificacin con la nacin quealgunos sectores sociales denuncian

    debera devolver la mirada de los ana-listas hacia las formas de estratifica-

    cin vigentes en la sociedadcolombiana, hacia las limitaciones queesos sistemas de estratificacin impo-nen para la nacionalizacin de lassociedades y para la interaccin ennuevas condiciones de los diversosgrupos sociales.

    De ah que, ms que celebrar obuscar los contenidos de la identidadnacional, sea til preguntar por los

    procesos que histricamente permi-tieron o no nacionalizar las socieda-des, construir un nosotros que seextiende an precariamente a travsdel sistema de estratificacin y queopera como comunidad poltica.

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    13/14

    L a construccin de la nacin: debates disciplinares y dominacin simblica

    98

    Bibliografa

    Anderson,Benedict.1989. Imagined

    Communities: Reflections on the Origin and theSpread of Nationalism. London:Verso

    Bartra, Roger. 1987. La jaula de la

    melancola. Identidades y metamorfosis del mexi-

    cano. Mexico: Enlace Grijalbo

    Bartra Roger, 2002. La anatoma del

    mexicano Mxico: Plaza y Jans

    Bhabha, Homi. 1990. Nation andNarration. New York: Roudlege

    Billig, Michael. 1995. Banal

    Nationalism. Londres.Sage Publication

    Bolvar, Ingrid. 2001a. La cons-

    truccin de la nacin y la transformacin

    de lo poltico en Ingrid Bolvar, Andrs

    Dvila y Germn Ferro (coordinadores)

    Nacin y sociedad contempornea. ColeccinCuadernos de Nacin. Bogot: Ministerio

    de Cultura

    Bolvar, Ingrid. 2001b. Estado y

    movimientos sociales: el estatuto de lo pol-

    tico en Estado y Movimientos Sociales III

    Anlisis no coyunturalde la coyuntura, Ces-

    Universidad Nacional, Bogot

    Bourdieu, Pierre y Wacquant, Loic.1995.Respuestas para una antropologa reflexiva.

    Mexico: Grijalbo

    Chatterjee, Partha. 1993. The

    Nation and its Fragments: Colonial and

    Postcolonial Histories. Princeton: Princeton

    University Press

    Elias, Norbert. 1998. Los procesos

    de formacin del estado y de construccinde la nacinen Revista Historia y Sociedad

    no. 5. Universidad Nacional de Colombia

    Elias, Norbert. 1997. Los alemanes.

    Mxico: Instituto Mora

    Gellner, Ernest. 1998.Lenguaje y socie-

    dad. Madrid: Editorial Sntesis

    Gellner, Ernest. 1983. Nations and

    Nationalism. Oxford: Blackwell

    Hobsbawm, Eric. 1991. Naciones y

    Nacionalismo desde 1780. Barcelona: editorial

    crtica

    Guha, Ranahit. 2002.Las voces de la

    historia y otros estudios subalternos. Barcelona:

    Editorial Crtica, historia y teora, Joseph

    Fontana

    Mallon, Florencia. 2003.

    Campesinos y Nacin. La construccin de

    Mxico y Per poscoloniales. Mxico:

    Ciesas, El Colegio de San Luis y El

    Colegio de Michoacn

    Monsivais, Carlos. 1981. Escenas de

    Pudor y liviandad. Mxico: editorial

    Grijalbo

    Palmer, Catherine. 1988 From

    Theory to Practice. Experiencing the

    Nation in Everyday Life in Journal of

    material culture, vol 3, no. 2

    Quijano, Anibal. 1993.

    Colonialidad y modernidad-racionalidad

    en Los Conquistados 1492 y la poblacin ind-

    gena de las Amricas Compilado por

    Heraclio Bonilla. Lima: Tercer Mundo

    Editores, Flacso y Ediciones Libri Mundi

    Quijano,Anibal. 2000. "Colonialidad

    del poder, eurocentrismo y amrica latina"

    en La colonialidad del saber: eurocentrismo y cien-cias sociales. Lander. Compilador. Clacso.

    Buenos Aires, julio de 2000

  • 7/29/2019 Construccionnacion.debate

    14/14

    Rosanvallon, Pierre. 1990. LEtat en

    France de 1789 a nos jours. Paris:Editions du

    Seuil

    Smith, Anthony. 1986. The Ethnic

    Origin of Nations. Oxford: Blackwell

    Sommer, Doris. 1991. Foundational

    Fictions: The National Romances of Latin

    America. Berkeley: University of California

    Press

    Tutino, John. 2003 Presentacin.Campesino y nacin: reconstruyendo la

    historia en Mallon, Florencia. Campesinos

    y Nacin. La construccin de Mxico y Per

    poscoloniales. Mxico: Ciesas, El Colegio de

    San Luis y El Colegio de Michoacn

    Varios Autores. 1986.Aspectos pol-micos de la historia de Colombia del siglo XIX.

    Bogot: Fondo Cultural Cafetero

    Wade, Peter. 2000. Msica, raza y

    nacin. Msica tropical en Colombia. Bogot:

    Vicepresidencia de la Repblica,

    Departamento Nacional de Planeacin,

    Programa plan Caribe

    Wallerstein, Immanuel (coordina-dor) 2001.Abrir las ciencias sociales. Informe

    de la Comisin Gulbekian para la reestructura-

    cin de las ciencias sociales. Mxico: siglo XXI

    y Unam

    I ngrid Johanna Bolvar