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Joan Nogué (editor). La construcción social del paisaje Madrid: Biblioteca Nueva, 2007, 343 p. Perla Zusman 1 A partir de la firma de la Convención Eu- ropea del paisaje, en Florencia el año 2000, la discusión sobre este tema adquiere un es- pacio destacado en los ámbitos políticos y académicos de España. En el año 2004, en la ciudad de Olot, Cataluña, se organizó el Observatorio del Paisaje con el fin de con- vertirse en un espacio de reflexión y acción sobre el paisaje. El Observatorio fue tam- bién pensado como un ámbito de negocia- ción entre la Generalitat de Catalunya, las administraciones locales, las universidades, los colectivos profesionales y el conjunto de la sociedad en todo lo relacionado con la gestión y conservación del paisaje (Observa- tori del Paisatge, 2009). Una de las primeras actividades que em- prendió Joan Nogué como director del Ob- servatorio fue la organización de tres semi- narios consecutivos sobre la temática; el primero denominado Las estéticas del paisa- je (2003), el segundo, Los paisajes de la mo- dernidad (2004) y, el tercero, Paisajes incóg- nitos, territorios ocultos: las geografías de la invisibilidad (2005). Estos encuentros tuvie- ron en común el interés por traer a la discu- sión las visiones más actuales sobre el pai- saje, construidas desde distintos saberes (las ciencias sociales, las artes, la arquitectura, entre otros), en distintos países (fundamen- talmente europeos y americanos). Los trabajos de estos seminarios han sido recopilados en dos libros coordinados por Joan Nogué: La construcción social del paisaje (2007) y El paisaje en la cultura contemporánea (2008) 2 . Tanto la coordina- ción del Observatorio como la organiza- ción de los seminarios y edición de los li- bros reflejan el interés del propio Joan Nogué por articular lo político y lo acadé- mico, la discusión teórica y la intervención territorial, a través de una temática que despierta su interés desde su tesis doctoral sobre el paisaje de la Garrotxa (comarca catalana donde se sitúa la ciudad de Olot), realizada en la Universidad de Madison bajo la dirección de Yi Fu Tuan. Este traba- jo, orientado por la perspectiva humanista, recuperó las experiencias vividas (refleja- das también en la producción artística) que han contribuido a la construcción de la identidad de esta comarca pirenaica. De esta manera, Joan Nogué buscaba incorpo- rase en las discusiones que autores como Edward Relph, Yi Fu Tuan o Eugenio Turri venían realizando sobre la estandarización y homogeneización de paisajes y sobre sus implicaciones en la pérdida de la identifi- cación de las comunidades locales con los Revista de Geografía Norte Grande, 44: 143-147 (2009) Reseñas 1 Universidad de Buenos Aires (Argentina). E-mail: [email protected] 2 Los libros forman parte de una colección sobre paisaje editada por la Biblioteca Nueva de Ma- drid. Esta colección, coordinada por Federico Ló- pez Silvestre, Javier Maderuello y Joan Nogué, tra- duce y publica distintos trabajos producidos en teoría e historia del paisaje en los últimos años. El texto que se reseña es el primero de la colección. Dentro de esta serie sobre paisaje y teoría, hasta el momento se han publicado los siguientes libros: Breve tratado del paisaje (Roger, 2007), El arte del paisaje (Berque, 2007), El pensamiento paisajero (Berque, 2009) y Miradas sobre el paisaje (Martí- nez de Pisón, 2009).

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143JOAN NOGUÉ (EDITOR). LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL PAISAJE

Joan Nogué (editor). La construcciónsocial del paisaje

Madrid: Biblioteca Nueva, 2007, 343 p.

Perla Zusman1

A partir de la firma de la Convención Eu-ropea del paisaje, en Florencia el año 2000,la discusión sobre este tema adquiere un es-pacio destacado en los ámbitos políticos yacadémicos de España. En el año 2004, enla ciudad de Olot, Cataluña, se organizó elObservatorio del Paisaje con el fin de con-vertirse en un espacio de reflexión y acciónsobre el paisaje. El Observatorio fue tam-bién pensado como un ámbito de negocia-ción entre la Generalitat de Catalunya, lasadministraciones locales, las universidades,los colectivos profesionales y el conjunto dela sociedad en todo lo relacionado con lagestión y conservación del paisaje (Observa-tori del Paisatge, 2009).

Una de las primeras actividades que em-prendió Joan Nogué como director del Ob-servatorio fue la organización de tres semi-narios consecutivos sobre la temática; elprimero denominado Las estéticas del paisa-je (2003), el segundo, Los paisajes de la mo-dernidad (2004) y, el tercero, Paisajes incóg-nitos, territorios ocultos: las geografías de lainvisibilidad (2005). Estos encuentros tuvie-ron en común el interés por traer a la discu-sión las visiones más actuales sobre el pai-saje, construidas desde distintos saberes (lasciencias sociales, las artes, la arquitectura,entre otros), en distintos países (fundamen-talmente europeos y americanos).

Los trabajos de estos seminarios hansido recopilados en dos libros coordinados

por Joan Nogué: La construcción social delpaisaje (2007) y El paisaje en la culturacontemporánea (2008)2. Tanto la coordina-ción del Observatorio como la organiza-ción de los seminarios y edición de los li-bros reflejan el interés del propio JoanNogué por articular lo político y lo acadé-mico, la discusión teórica y la intervenciónterritorial, a través de una temática quedespierta su interés desde su tesis doctoralsobre el paisaje de la Garrotxa (comarcacatalana donde se sitúa la ciudad de Olot),realizada en la Universidad de Madisonbajo la dirección de Yi Fu Tuan. Este traba-jo, orientado por la perspectiva humanista,recuperó las experiencias vividas (refleja-das también en la producción artística) quehan contribuido a la construcción de laidentidad de esta comarca pirenaica. Deesta manera, Joan Nogué buscaba incorpo-rase en las discusiones que autores comoEdward Relph, Yi Fu Tuan o Eugenio Turrivenían realizando sobre la estandarizacióny homogeneización de paisajes y sobre susimplicaciones en la pérdida de la identifi-cación de las comunidades locales con los

Revista de Geografía Norte Grande, 44: 143-147 (2009)Reseñas

1 Universidad de Buenos Aires (Argentina). E-mail:[email protected]

2 Los libros forman parte de una colección sobrepaisaje editada por la Biblioteca Nueva de Ma-drid. Esta colección, coordinada por Federico Ló-pez Silvestre, Javier Maderuello y Joan Nogué, tra-duce y publica distintos trabajos producidos enteoría e historia del paisaje en los últimos años. Eltexto que se reseña es el primero de la colección.Dentro de esta serie sobre paisaje y teoría, hasta elmomento se han publicado los siguientes libros:Breve tratado del paisaje (Roger, 2007), El arte delpaisaje (Berque, 2007), El pensamiento paisajero(Berque, 2009) y Miradas sobre el paisaje (Martí-nez de Pisón, 2009).

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lugares. Esta preocupación se hace tambiénpresente en el proyecto que orienta el tra-bajo del Observatorio del Paisaje: a travésde una metodología participativa se persi-gue recuperar la historia y geografía de loslugares presentes en los paisajes.

Las implicancias de construirsocialmente el paisaje

Simultáneamente a esta preocupación dela sociedad actual de corte histórico y am-biental se observa un interés por multiplicarlas perspectivas de abordaje del paisaje. Así,por ejemplo, a las orientaciones clásicas dela geografía por estudiar las formas visiblesdelineadas por Otto Schlüter en Alemania yCarl Sauer en Estados Unidos hacia la déca-da de 1920, se le han agregado otras pers-pectivas, que tienen una raigambre en laspropuestas de David Lowenthal, de otorgarmayor importancia a las actitudes de los su-jetos en relación a los paisajes o de com-prender la producción de representacionessobre este en tanto expresión de las relacio-nes sociales y económicas en una formaciónsocial como lo proponía en la década de1980 Denis Cosgrove. Más recientemente,las propuestas fenomenológicas contribuye-ron a comprenderlos como resultados de ex-periencias cotidianas de los sujetos, por lotanto en constante proceso de producción(open-ended) y como vehículo de conflictossociales.

Algunas de estas perspectivas orientanlos abordajes de “La construcción social delpaisaje”. Así, los paisajes son construidosdesde posturas articuladas en el marxismo(en Muerte en la abundancia: los paisajescomo sistemas de reproducción social deDon Mitchell), en la fenomenología (en Laconstrucción social de los paisajes invisiblesy del miedo de Alicia Lindón y Paisajes fu-gaces y geografías efímeras en las metrópo-lis contemporáneas de Daniel Hiernaux) oen el posestructuralismo (en El paisaje comometáfora visual: cultura e identidad en lanación posmoderna de Mireia Folch Serra yCuerpo y palabra o los paisajes de la cauti-vidad de Josepa Bru), en la percepción (enPaisajes del Cuerpo de María Ángeles Du-rán), en los recuerdos y olvidos (de la migra-ción gallega, propios de las pinturas Caste-

lao o del fotógrafo Virgilio Vietez rastreadosen el texto Paisajes del recuerdo y del olvidode Carmen Pena) o en la interrelación entreestructuras, formas y sus manifestaciones vi-sibles (en Paisaje cultura y territorio de Mar-tínez de Pisón). Más allá de estas diferentespropuestas que orientan la forma de elabo-rar y operativizar el concepto en cuestión,parece existir en todo el libro cierto consen-so sobre el hecho que el paisaje es una pro-ducción eminentemente cultural, lo que su-pone también cierta visión sobre las ideas,concepciones y significados de la naturalezaasociadas a cada grupo social.

Las múltiples perspectivas llevan a laproliferación de paisajes de los cuales “Laconstrucción social del paisaje” también sehace portavoz. Así, el texto reconoce distin-tos tipos de paisajes producidos en diversoscontextos espacio-temporales: desde los pai-sajes inventados y manipulados en el con-texto del conflicto palestino-israelí (MireiaFolch Serra) o en la desigualdad económicainterfronteriza entre México y Estados Uni-dos (los paisajes como sistema de reproduc-ción social de Don Mitchell), hasta aquellosconstruidos por la formalidad e informalidadurbanística en Río de Janeiro (Los paisajesde la ciudad oculta de Raquel Tardin) o enlas barriadas populares de México (AliciaLindón), pasando por aquellos homogéneoselaborados en las metrópolis europeas (Laciudad, paisaje invisible de Oriol Nel.lo;Paisajes urbanos con-texto y sin-texto de Xe-rardo Estévez y Paisajes aterritoriales, paisa-jes en huelga de Francesc Muñoz).

A continuación se desea explorar tresdiscusiones que están presentes en algunoscapítulos del libro y que se considerancomo tres contribuciones al debate del pai-saje en el marco de la geografía.

La primera discusión tiene que ver con lapreeminencia de la visión en la construc-ción de los paisajes. La vista ha sido conce-bida por mucho tiempo como el principalsentido desde el cual se construye conoci-miento en la cultura racional occidental.Bajo los influjos del empirismo ingenuo seconsideró que era posible conocer la reali-dad tal cual es a través de la observación.Esta concepción ha dejado una fuerte huellaen las formas de aproximarse a la idea pai-

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saje. De hecho, varios autores otorgan im-portancia a la contemplación y a la miradaen su configuración, aunque, en muchos delos casos, se comprende que la mirada esuna producción cultural asociada a otrasinstancias cognitivas, lo que implica que elproceso de conocimiento no acaba en la vi-sualización. “La construcción social del pai-saje” aborda las implicaciones sociales delos actos de ver3. Así, seis de los trece textosque conforman el libro discuten la relaciónentre los paisajes visibles y los no visibles.Algunos de los trabajos siguen el tratamien-to entre lo visible y lo invisible planteadopor John K. Wright: lo que es invisible paraalgunos es invisible para otros. En este senti-do, existen paisajes que los académicos noven, por lo tanto no tematizan pero, másaún, los propios habitantes no reconocenlos paisajes habitados por otros (sectores po-pulares, ricos o migrantes) y que forman par-te de la vida cotidiana de muchas personas:los paisajes del miedo (localizados en laszonas periféricas de la ciudad, asociados aáreas baldías, ámbitos oscuros a recorrer oamplias extensión a recorrer), los paisajesde la ciudad oculta (cortiços y favelas) o lospaisajes efímeros y fugaces (conformados apartir de la movilidad que exige la compre-sión espacio-temporal actual o por las nue-vas formas de consumo). Oriol Nel.lo desta-ca que la invisibilidad (provocada por lapropia forma de expansión de la ciudad, porla fragmentación y la inseguridad que des-anima a conocer el espacio de los otros)pone en cuestión la propia naturaleza de laciudad como espacio de encuentro y convi-vencia. Otra perspectiva de la invisibilidades planteada por Itziar González Virós en sutrabajo “La percepción y el trazado del terri-torio latente”. En este artículo, paisajes la-tentes –materiales y simbólicos– puedenidentificarse en la ciudad: mientras que los

materiales se vinculan a los cursos de aguassubterráneas que definen la configuraciónurbana de algunas ciudades europeas, lossimbólicos se asocian a la memoria de lospobladores, que es necesario sacar a la luzpara reconstruir paisajes pasados. En mu-chos de los capítulos se sugiere que la plani-ficación urbana o la participación ciudada-na podría contribuir a hacer visible loinvisible, pero también podría pensarse quelos propios procesos de visibilidad genera-rán otras invisibilidades.

La segunda discusión que se desea ex-plorar es la ruptura de una relación directaentre paisaje y escala, generalmente regio-nal, destacada por sobre todo en el plantea-miento de la geografía vidaliana francesa. Alo largo del libro puede observarse la elabo-ración de paisajes a nivel nacional (FolchSerra), regional (Mitchell y Pena), local (Lin-dón) o individual (Durán y Bru), y estos pai-sajes participan también en la construcciónde dichas escalas. Una muestra clara de estequiebre de la relación directa entre paisaje yescala regional la ofrecen los textos de Ma-ría Ángeles Durán, “Paisajes del cuerpo”, yde Josepa Bru, “Cuerpo y palabra o los pai-sajes de la cautividad”, al explorar el papeldel cuerpo en la definición de paisajes quedefinen la propia personalidad. Estas pro-puestas articuladas desde el feminismo de-muestran el papel activo de la experienciasexuada en la elaboración de los paisajesque definen de la forma de estar en el mun-do. En esta experiencia no solo la vista y sucorrelato, el discurso logocéntrico, partici-pan, sino también el instinto dionisíaconietzschiano y otros sentidos como el olfato,el tacto o los sonidos4 son puestos en juegoa la hora de explorar la relación entre cuer-po y entorno, de liberar al primero de lacautividad al que suele encerrarlo la aproxi-mación euclidiana y desfigurada (sin sujetoo de reconocerse un sujeto es masculino), alambiente. ¿Faltaría trabajar la relación entrepaisajes y multiescalaridad? Se trata de untipo de análisis que trasciende el propio tex-

3 José Luis Brea (2005) entiende por actos de ver“no solo el más activo de mirar y cobrar conoci-miento y adquisición cognitiva de lo visionado(…) sino todo el amplio repertorio de modos dehacer relacionados con el ver y el ser visto, el mi-rar y el ser mirado, el vigilar y el ser vigilado, elproducir las imágenes y diseminarlas o el contem-plarlas y percibirlas…, y la articulación de relacio-nes de poder, dominación y privilegio, someti-miento, control… que todo ello conlleva” (Brea,2005: 9).

4 Algunos estudios recientes destacan la construc-ción de paisajes desde otros sentidos diferentesdel de la vista; los estudios feministas han hechoalgunas contribuciones en esta línea de tematizartambién los paisajes olfativos, sonoros y táctiles.

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to, pero que sería sugerente profundizardentro de la disciplina a la luz de ciertosprocesos que se observan en la actualidad5.

Finalmente, la última discusión que sequiere destacar es aquella presente en lostextos escritos por Xerardo Estévez, “Paisajesurbanos con-texto y sin-texto” y “Paisajesaterritoriales, paisajes en huelga” de Fran-cesc Muñoz. Se concibe que la producciónde formas estandarizadas (asociadas al con-sumo, al negocio y a la especulación; másrelacionadas con una imagen que con lahistoria de un territorio) tiene preeminenciaen el mundo de hoy. Estos paisajes definidospor Francesc Muñoz como en huelga y porXerardo Estévez como sin-texto, pareceríaninteractuar poco con aquellos producidos enla vida cotidiana de las personas. Se podríaplantear si las propias formas estandarizadasno son recreadas en los lugares, dotadas denuevos significados. En más de veinte añosaquellas formas asociadas a los no lugaresde Marc Augé se tornaron en contenedoresplenos de sentidos para distintos actores so-ciales. Por ejemplo, los centros comercialesen las grandes ciudades de Argentina se tor-naron espacios de encuentro y de conflictode las tribus urbanas. Se piensa en la resig-nificación de los aeropuertos internaciona-les a la luz de haberse tornado en fronterasde los Estados europeos, en tanto espacio enque se dirime el ingreso o deportación deinmigrantes. En la misma línea de pensa-miento se podría emprender el camino derastrear pintores, artistas y escritores que es-tán otorgándole una carga cultural a estospaisajes actuales. Esto no significa obviar losprocesos especulativos o de elitización des-encadenados por el establecimiento de estasnuevas formas. Sin embargo, en este senti-do, también se podría pensar si algunas delas estrategias de protección de paisajes,como aquellas ofrecidas por la UNESCO, noestán conformando también paisajes enhuelga y sin-texto en la medida que, en al-gunos casos, responden a intereses y reque-rimientos ajenos a los de los pobladores lo-

cales, y es el turismo que está orientando al-gunos procesos de patrimonialización. Ellolleva a deducir que el problema de protec-ción de paisajes con texto y con historia nose resuelve necesariamente con la puesta enpráctica de estrategias de protección, sinoque requiere fundamentalmente la reformu-lación del modelo económico.

Ahora bien, en medio de esta discusión,cabe preguntarse cuáles son los paisajes quepueden considerarse como las marcas del si-glo XX a XXI. Alain Roger reconoce ciertaincapacidad de la sociedad actual, cierta es-clerosis de la mirada, para identificar lospaisajes que ella produce y que conduce air en una búsqueda por un pasado románti-co o por una naturaleza presentada comoprístina. “Todavía no sabemos ver nuestroscomplejos industriales, nuestras ciudades fu-turistas, el poder paisajístico de una autopis-ta” (Roger, 2009: 121-122). Entonces, cuálesserán los paisajes que las sociedades futurasreconocerán como nuestros; seguramenteellas se depararán con algunos de los paisa-jes descritos en “La construcción social delpaisaje”: algunos de los estandarizados, al-gunos de los visibles y algunos de los invisi-bles (quizás ellos tengan la capacidad deidentificar aquellos otros paisajes que estacultura no deja ver, a los que se refiere A.Roger) y algunos de los recuperados/inven-tados (entendiendo que la producción deellos se asoció a una fuerte nostalgia por elpasado).

De lo dicho hasta aquí se puede inferirque, en primer lugar, “La construcción so-cial del paisaje” ofrece elementos para com-prender las formas en que las ciencias socia-les hoy discuten la idea de paisaje, las quedialogan con aquellas que se desarrollan enla geografía; en segundo lugar, ayuda aidentificar los paisajes que se reconocenhoy; y en tercero, permite seguir las preocu-paciones de época que se tejen en torno aeste concepto y a sus referentes empíricos.

Referencias bibliográficas

BERQUE, A. El pensamiento paisajero.Madrid: Biblioteca Nueva, 2009.

BREA, J. L. Los estudios visuales: por unaepistemología política de la visualidad. En:

5 De hecho, tanto la Convención Europea del Paisa-je como el reconocimiento de paisajes culturalescomo Patrimonio de la Humanidad son normasglobales que interactúan con otras locales en lasprácticas de preservación.

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147JOAN NOGUÉ (EDITOR). LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL PAISAJE

BREA, J. L. (ed.). Estudios visuales de lavisualidad en la era de la GLOBALIZACIÓN.Madrid: Ed. Akal, 2005, p. 5-14.

MARTÍNEZ DE PISÓN, E. Miradas sobreel paisaje. Madrid: Biblioteca Nueva, 2009.

MILANI, R. El arte del paisaje. Madrid:Biblioteca Nueva, 2007.

OBSERVATORI DEL PAISATGE.Presentación. Olot: Observatori del Paisetge,2009. Disponible en Internet: ht tp: / /www.catpaisatge.net/esp/observatori.php

ROGER, A. Breve tratado del paisaje.Madrid: Biblioteca Nueva, 2009.