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    la maana, algunos horarios por la tarde de lunes a

    viernes) en que la sintona total de la televisin por ca-

    ble supera la sintona de la televisin abierta, por el pe-

    so de la audiencia infantil. En abril de 2006, en Argen-

    tina, el segmento socioeconmico alto de 4-17 aos de

    edad tena un rating de 6,2% en TV abierta y 6,4% en

    TV de pago; en Chile, en el mismo mes, ese segmento

    etario en GSE Alto tena un rating de 5,4% en TV

    abierta y 5,1% en TV de pago. Las cifras desagregadas

    de rating muestran tambin que nios y jvenes ven

    ms cable que los otros grupos etarios.

    Pero adems, segn estudios cualitativos de recep-

    cin, los nios se reconocen como los destinatarios de

    esos canales infantiles del cable, en tanto canales espe-

    cialmente diseados para ellos, con una continuidad

    apelativa especial en voces e imgenes, y que transmi-

    ten las 24 horas slo para ellos1. As, cuando los nios

    tienen posibilidad de ver televisin por cable, estn es-cogiendo estos canales. Mientras en la televisin abier-

    ta existen algunos programas para nios, en la televi-

    sin de cable hay canales para nios. Ellos, en tanto

    audiencias, estn construyendo en sus mentes y en sus

    afectos la percepcin que el nicho de la televisin in-

    fantil est en el cable. As pues, la tradicional idea de

    tener barras o franjas de programacin por la maana,

    y por la tarde, es una manera de programar que hoy

    da no responde a los cambios en los visionados infan-

    tiles. Por lo tanto, una poltica que responda a la aspi-

    racin social de una buena programacin infantil hoy

    debe plantearse la necesidad de canales segmentadosinfantiles2.

    2. Comprensin etnogrfica de la situacin derecepcin

    La observacin etnogrfica de la situacin de re-

    cepcin infantil en el hogar permite comprender mejor

    las conductas y significados del consumo televisivo in-

    fantil, en especial de los animados exhibidos en el

    cable. Los nios retornan cansados psicosomtica-

    mente desde la escuela (situacin de rendimiento) al

    hogar, por las largas jornadas; a veces frustrados y hu-

    millados por su rendimiento inadecuado, por la vio-lencia intraescolar entre compaeros o desde los pro-

    fesores; cansancio que ciertamente se acenta en sec-

    tores pobres y mal alimentados. Al regresar desde la

    escuela al hogar, el estado de nimo situacional de los

    nios ante la TV es primariamente descansar y rela-

    jarse fsico-sicolgicamente; las madres en esos mo-

    mentos dan de comer a los escolares; los nios comen

    y descansan mirando TV, a veces simultneamente

    juegan, o pelean, o leen, etc. El paso de una situacin

    de rendimiento a otra de descanso es acompaado por

    un acoplamiento bioqumico corporal realizado por el

    sistema nervioso-motor autnomo-parasimptico al

    dejar de secretar adrenalina y otros neurotransmisores

    adecuados a la atencin y tensin propia de las activi-

    dades de rendimiento y, en cambio, secretar endorfi-

    nas y serotoninas, neurotransmisores adecuados a si-

    tuaciones psicosomticas de relajacin y descanso. La

    observacin en el hogar seala que en los momentos

    en que los escolares estn solos y con menos compa-

    a de adultos es cuando ms ven programas infantiles;

    prefieren animados y comedias (sitcoms) con humor, o

    series como el Chavo del Ocho, que les permiten

    relajarse a travs de la risa, y reenergizarse para reem-

    prender tareas escolares y tareas de ayuda en el hogar,

    especialmente las nias de hogares modestos3.

    3. Cambios en la estructura textual de los progra-

    masLa manera de realizar programas de televisinpara nios tambin est cambiando, y ello implica dife-

    rentes representaciones simblicas del nio y del adul-

    to en el texto. Se constata un agotamiento de aquel es-

    quema estructural en donde un adulto conduca pre-

    sente en pantalla o con voz en off el programa tele-

    visivo infantil. Este modelo fue tomado de la escuela:

    el profesor adulto que ensea al nio, quien debe

    aprender pasivamente de la sabidura del adulto. En

    los programas televisivos realizados con este esquema

    escolar, el conductor-adulto era representado como

    el profesor (El profesor Rossa) o el to/ta (El toMemo, La ta Patricia, etc.). Los programas que ms

    disfrutan actualmente los nios y los adolescentes son

    aqullos en que ese esquema ha sido superado. Los

    nuevos programas representan simblicamente a nios

    en un rol activo y protagnico, emprendiendo activida-

    des y tareas en donde se exhiben como capaces de ini-

    ciativa creativa y de resolucin inteligente de proble-

    mas; las series animadas Bob el constructor (Bob the

    Builder, UK, 1999) y Dora la exploradora (Dora the

    Explorer, USA, 2000) son emblemticas de estos cam-

    bios. Otro de los cambios ms significativos es el ocu-

    rrido con la serie animada Las pistas de Blue (BluesClues, USA, 1996); esta serie fue pionera introdu-

    ciendo interactividad verbal con la audiencia, estimu-

    lando la capacidad de descubrir y de relacionar, ha-

    cindose cargo del manejo de emociones y frustracio-

    nes en el nio. Pero los episodios eran conducidos por

    un joven no-animado (Steve, y luego Joe) que inte-

    ractuaba con las audiencias infantiles; la serie fue des-

    continuada y dio paso al spin-off El cuarto de Blue

    (Blues Room, 2007), en donde desaparece el con-

    ductor y la perrita Blue asume la conduccin de los

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    episodios, permaneciendo la estimulacin al desarrollo

    de la imaginacin y otras capacidades. Pero tambin

    en programas no-ficcionales o de realidad factual apa-

    recen nios conduciendo y protagonizando el progra-

    ma. El anlisis de muchos programas infantiles, espe-

    cialmente animados, muestra otros esquemas estructu-

    rales recurrentes. La TV trabaja con esquemas ldico-

    dramticos que constituyen modelos generativos, en el

    sentido que estn en la base creativa de muchos pro-

    gramas; esos esquemas generativos constituyen formas

    ldico-simblicas de representacin del nio al interior

    del texto (Fuenzalida, 2005).

    3.1. El esquema del adulto torpe y el pequeohbil

    Muchos programas infantiles que los nios miran

    con gozo se construyen con el esquema generativo b-

    sico del personaje adulto torpe, quien realiza mal o po-co diestramente algunas activi-

    dades, que como adulto, debe-

    ra realizar bien. El esquema es

    an ms elocuente cuando re-

    presenta personajes infantiles

    que realizan diestramente lo

    que no pueden llevar a cabo

    los torpes adultos.

    El Pato Donald es un an-

    tiguo ejemplo del adulto torpe

    frente a sus hbiles sobrinos,

    quienes resuelven diversas si-tuaciones4. El mismo esquema

    aparece en la serie moderna

    del Inspector Gadget (cuyo xito la ha llevado al

    cine): el adulto inspector es muy chambn, a pesar de

    todos sus sorprendentes artefactos (gadgets); es su pe-

    quea sobrina (Penny) con su perrillo (Sabihondo)

    quienes resuelven los casos policiales. El esquema

    aparece en muchos animados como El Oso Yogi, en

    los padres de familia en Los Simpsons; en series co-

    mo Ruff y Reddy, y El Gallo Claudio (que se ufa-

    na de ensear a los pequeos), y otras; el cine ha em-

    pleado este esquema con gran xito y entusiasmo in-fantil en la serie de pelculas de Mi pobre Angelito:

    el nio en extrema soledad pero que se enfrenta con

    habilidad a los adultos ladrones. Es la base del humor

    en la sala de clases con el profesor Jirafales y aparece

    en otros personajes adultos torpes de la serie El Cha-

    vo del Ocho, como don Ramn, la relacin amorosa

    de doa Florinda con el profesor Jirafales, el cobrador

    de la renta, etc.; estos adultos torpes aparecen junto a

    nios aparentemente dbiles y poco hbiles como El

    Chavo, Quicio, o la Chilindrina. El esquema del con-

    traste ldico es muy antiguo: aparece en la pareja c-

    mica carnavalesca basada en la oposicin del gordo y

    el flaco, el viejo y el joven, el grande y el pequeo; y

    es retomada en muchos shows de humor. 31 minu-

    tos es una burla irreverente de un noticiario de tele-

    visin.

    El esquema provoca humor y diversin cuando el

    nio comprende que el adulto debera realizar diestra-

    mente esas acciones; es decir, el humor supone esta-

    blecer una complicidad cognitiva (tcita) con el nio.

    El nio se divierte con esta representacin porque vive

    en una cultura que le exige adquirir destrezas en el

    hogar y en la escuela (McGhee, 1988); tal adquisicin

    de destrezas es un largo proceso con ensayos, errores

    y frustraciones; entonces sera causa de alivio y mucha

    diversin el ver a adultos incompetentes que no logran

    realizar lo que deberan realizar diestramente. An

    ms gozoso y ms confirmatorio de las capacidades

    infantiles sera la identificacin con los personajes in-

    fantiles, simblicamente representados, que logran

    realizar exitosamente aquello en que fallan los perso-

    najes adultos. El esquema entretiene a los nios; pero

    adems sera formativamente til para satisfacer la ne-

    cesidad emocional de neutralizar el temor a fallar, en

    un nio tensionado a lograr ciertas destrezas, especial-

    mente en la escuela.

    Incorporando explcitamente los temores infanti-

    les, el esquema aparece en Charlie Brown y en lospersonajes miedosos como Scooby Doo, o Tristn;

    Coraje, el perro Cobarde, es quien resuelve los pro-

    blemas a pesar de su miedo; el pequeo Scrappy-Doo

    es quien se enfrenta a los fantasmas, al revs de su

    miedoso to Scooby. Segn el presente anlisis, este

    esquema ldico-dramtico de programas televisivos di-

    vierte a los nios, y no constituye una distraccin in-

    til como piensan muchos maestros y padres de fami-

    lia sino que podra satisfacer necesidades profundas

    de alivio ante sus temores al fracaso, sus frustraciones,

    La TV podra contribuir con programas elaborados en supropio lenguaje audiovisual ldico-afectivo a fortalecer las

    capacidades de resiliencia, que hoy en da se consideran

    muy importantes para superar la adversidad social, situacinque afecta a alrededor del 40% en promedio de los nios

    en Amrica Latina.

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    y podra reafirmar sus capacidades de logro, especial-

    mente en el exigente mundo actual.

    3.2. El esquema de la lucha del dbil con el fuerteEn gran cantidad de animados encontramos otro

    esquema generativo muy bsico, pero notablemente

    atractivo para los nios: es el esquema de la lucha en-

    tre el dbil y el fuerte. Tal es el esquema del tradicio-

    nal Tom y Jerry, de la serie Sheep en la gran ciudad,

    de los incesantes intentos del gato Silvestre por cazar

    al canario Pioln, de la astuta Lul frente a los mucha-

    chos, de Tobi ante los chicos malos del Oeste, de Mi-

    ckey contra Pete el Malo, del Correcaminos para bur-

    lar al Coyote, etc. En algunos animados picos la lu-

    cha tiene el dramatismo de luchar contra el mal, como

    en Las chicas sper-poderosas, donde heronas in-

    fantiles se enfrentan con astucia y habilidad a mons-

    truos y villanos en la ciudad de Townsville. El esque-

    ma est presente en el cuento tradicional ruso Pedrito

    y el Lobo. El esquema aparece en animados de com-

    petencia deportiva donde los ms dbiles se enfrentan

    con muchachos ms fuertes y a menudo tramposos;

    Chaplin tom este esquema de los payasos del circo y

    lo llev a sus cortometrajes de cine, donde l mismo

    aparece como el hombrecillo dbil luchando con elgigantn y otros personajes fsicamente enormes. El

    mismo esquema aparece en la relacin del dbil-inge-

    nuo con el fuerte, como Pablo Mrmol y Pedro

    Picapiedra, o con el personaje aprovechador, como en

    Abbott y Costello, Laurel y Hardy, y en otros textos.

    En los dibujos animados, el juego dramtico de la

    situacin del gato y el ratn es muy atractivo y entre-

    tiene mucho a los nios. En estudios con nios, stos

    generalmente se identifican con el ratn dbil, y segn

    Rydin y Schyller (1990), el gato representa simblica-

    mente al adulto, su monopolio del poder y actitud con-

    descendiente, mientras que el ratn representa al nio,

    rpido, juguetn e ingenioso, y quien es ms astuto

    que el gato.

    3.3. La interpretacin psicoanalticaAlgunos psiclogos estiman que la atraccin infan-

    til por estos animados se debe a que los esquemas re-

    presentan procesos primarios, esto es, expresan temo-

    res y deseos profundos en un lenguaje de smbolos

    (Rydin y Schyller, 1990). Esta interpretacin de la

    identificacin profunda de los nios con los esquemas

    ldico-dramticos de los dibujos animados se relacio-

    na estrechamente, en mi opinin, con la revalorizacin

    que ha hecho el siquiatra Bruno Bettelheim de los

    cuentos de hadas tradicionales; ellos atraen porque se-

    ran confirmatorios de la capacidad del nio-dbil para

    subsistir enfrentando un mun-do complejo, adverso, violen-

    to, y cuya hostilidad puede lle-

    gar hasta el abandono por

    parte de los propios padres o

    ser devorados por ogros y bru-

    jas (los cuentos tradicionales

    han sido condenados como

    violentos, segn el criterio

    convencional). Durante la na-

    rracin, el nio ingresa en un

    mundo de entretencin, pe-

    ro que sera til para la confir-macin simblica de sus capa-

    cidades de crecimiento. Para

    Bettelheim, la narracin ldica

    permitira al nio comprender

    sus emociones, fortalecera su yo sugiriendo al nio

    reacciones positivas por su temor ante situaciones ad-

    versas y violentas, que le permitiran sobreponerse a

    sus angustias, sentimientos de desamparo y debilidad,

    desamor e inseguridad (Bettelheim, 1980); estas moti-

    vaciones explicaran el atractivo por relatos televisivos

    de abandono infantil como Heidi, Marco y Candy.

    Segn esta interpretacin, la identificacin de laaudiencia infantil con la representacin ldico-dram-

    tica sera una sugerencia emocional que abrira nuevas

    posibilidades de autocomprensin y de actuacin. Los

    animados, presuntamente de mera entretencin, se-

    ran ficciones metafricas, con una enseanza ldico-

    afectiva confirmatoria de la capacidad del nio-dbil

    para subsistir enfrentando un mundo con adversidades

    y aparentemente ms fuerte. Esta utilidad afectivo-for-

    mativa profunda motivara al nio a desear ver o escu-

    char gozosamente la misma historia una y otra vez.

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    La TV recibida en el hogar, en una situacin de recepcincaracterizada por la entretencin y el descanso, puede

    adquirir un valor formativo ms relacionado con valores y

    actitudes afectivas para enfrentar la vida, en formatos deedu-entretencin. Ambas formas de emisiones tienden a

    disociarse institucionalmente y a difundirse por canales dife-

    rentes con contenidos especializados y situaciones de recep-cin diferentes.

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    4. Formas ldico-dramticas de aprendizajeLa concepcin ms tradicional de lo que se consi-

    deraba educativo en un programa infantil de TV era

    definida por los adultos, se asociaba a la escuela y te-

    na un carcter vertical: se consideraba educativos y

    de calidad aquellos programas dirigidos a que los ni-

    os mejoraran su rendimiento escolar (apresto pre-

    escolar, leer, informacin cientfica, etc.), adquirieran

    ciertos hbitos y valores socialmente deseables (solida-

    ridad, paz, valorar las diferencias, respetar la discapa-

    cidad, aprender a consumir, etc.).

    Los esquemas ldico-dramticos mencionados se

    contactan, en cambio, con motivaciones y necesidades

    de tipo afectivo en el nio y en el joven. En estos pro-

    gramas de entretencin para el descanso psicosom-

    tico, a travs del placer humorstico del reconocimien-

    to y de la identificacin ldica, el nio puede sentir

    afectivamente actitudes formativas de alegra y fuerzapara crecer en el mundo5. Esos programas de TV po-

    dran, entonces, fortalecer precisamente reas afecti-

    vas y actitudinales que son ms bien descuidadas en la

    formacin de la escuela y en la familia.

    Estos esquemas de programas televisivos constitu-

    yen, as, formas ldico-dramticas de aprendizaje

    afectivo; formas como el reconocimiento placentero,

    la identificacin emocional, el humor, el conocimiento

    anecdtico; estas formas ldico-dramticas de apren-

    dizaje son muy diferentes a las formas del conoci-

    miento analtico-racional propias de la agencia sociali-

    zadora sistemtica de la escuela, tales como la lgicainductiva o deductiva, la dialctica, la comprensin

    analtica, y a tcnicas como la memorizacin y la siste-

    matizacin curricular. Varios esquemas de programas

    son inversos al esquema escolar, donde el maestro-

    adulto ensea al nio. Justamente la incongruencia

    con la relacin habitual adulto/nio presente en estos

    esquemas y el sentimiento de superioridad provoca-

    do en el nio, constituyen formas clsicas en la gne-

    sis del humor, la inversin carnavalesca.

    As, el concepto del potencial formativo en TV se

    ha ido disociando de los contenidos cognitivos y de las

    formas de la educacin formal escolar y por tanto dela representacin televisiva del profesor, y est asu-

    miendo ms bien el desarrollo a travs de la identifi-

    cacin con los personajes protagonistas infantiles tele-

    visivos de aspectos sociales y afectivos, como la auto-

    estima y la autoconfianza en sus propias capacidades

    internas para enfrentar los desafos del crecimiento y la

    superacin de adversidades. Las nuevas producciones

    exhiben representaciones simblicas ms horizontales:

    son los nios quienes aparecen exhibiendo sus propios

    intereses, y protagonizando sus actividades para lograr

    sus deseos y metas (conjuntos musicales, etc.). Cabe

    sealar que el lenguaje audiovisual ldico-afectivo y

    dramtico que exhibe personajes concretos en actua-

    cin protagnica es especialmente apropiado para

    provocar identificacin emocional con las audiencias.

    A travs de este anlisis, aparece la estructura for-

    mal de la entretencin televisiva en estos programas

    infantiles: los esquemas generativos permiten com-

    prender el gran atractivo de los animados y el paso al

    cable, que justamente exhibe substantivamente esos

    animados. Pero esos esquemas son tambin formas

    ldico-dramticas de un aprendizaje cultural afectivo;

    aprendizaje que no se refiere a materias cognitivas del

    currculum escolar, sino a actitudes y motivaciones an-

    te la vida6. La entretencin televisiva no aparece, en

    consecuencia, como el azcar externa que se le adi-

    ciona a un lquido en s mismo de mal gusto; constitu-

    ye una estructura formal ldico-dramtica del conteni-do, desde cuyo interior se puede obtener un aprendi-

    zaje til para la vida; este aprendizaje desde el medio

    audiovisual en el hogar se obtiene menos por la va

    racional del anlisis conceptual y ms bien por la va

    afectiva del reconocimiento y de la identificacin en la

    representacin. Formacin y entretencin se imbri-

    can, en lugar de disociarse, como lo ha instaurado el

    racionalismo escolarizado7.

    Estos esquemas son ejemplos de una tendencia

    moderna en la produccin de TV dirigida hacia el ni-

    o, que busca menos el apresto preparatorio a la es-

    cuela, para acentuar, en cambio, la expresin de laafectividad infantil, explicitando los sentimientos y

    emociones del nio, presentando ficciones simblicas

    donde pueda reconocerse con sus aspectos positivos y

    negativos, exhibiendo procesos personalizados de

    cambio y logro, a partir de errores e inadvertencias; es-

    to es, trabajando menos en el rea del aprendizaje de

    material cognitivo y ms en el mbito de la exploracin

    de su propia afectividad, del fortalecimiento de su au-

    toestima, y procurando a travs de la identificacin l-

    dica la autoconfianza en sus capacidades internas de

    crecimiento y logro. As, la TV podra contribuir con

    programas elaborados en su propio lenguaje audiovi-sual ldico-afectivo a fortalecer las capacidades de

    resiliencia, que hoy en da se consideran muy impor-

    tantes para superar la adversidad social, situacin que

    afecta a alrededor del 40% en promedio de los nios

    en Amrica Latina (Cyrulnik, 2003).

    5. Necesidad de la mediacinPero la potencial influencia afectiva no es mecni-

    ca y directa, como creen las teoras conductistas, se-

    gn las cuales bastara con mirar un episodio de TV

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    para que los televidentes se conviertan determinstica-

    mente hacia el bien o hacia el mal; la polisemia del len-

    guaje televisivo, junto a la estructura profunda latente,

    no garantizan que la propuesta de un programa sea

    captada ms conscientemente por el televidente. La

    actualizacin plena de la potencialidad formativa re-

    quiere de un visionado televisivo ms interactivo; as,

    la utilidad formativa de estos programas para las fami-

    lias y los nios realmente se acrecentara si el progra-

    ma fuese disfrutado y comentado alegremente en el

    jardn infantil, en la escuela, y en el hogar por los pa-

    dres. Ellos en lugar de recibir sermones aterradores y

    culpabilizantes sobre los daos que supuestamente

    provocara la TV a sus hijos deberan ser motivados

    a un visionado familiar mediador para resaltar los valo-

    res positivos representados en el texto televisivo8.

    Finalmente, este anlisis muestra que las emisiones

    televisivas con un valor educativo para los nios seestn segmentando hacia canales especializados. La

    TV, estrictamente vinculada al currculum escolar, se

    institucionaliza de modo especializado en canales edu-

    cativos, cuyo mbito de recepcin es el aula escolar, y

    con reglas especficas de produccin dirigidas a contri-

    buir al rendimiento escolar.

    La TV recibida en el hogar, en una situacin de

    recepcin caracterizada por la entretencin y el des-

    canso, puede adquirir, segn este anlisis, un valor for-

    mativo ms relacionado con valores y actitudes afecti-

    vas para enfrentar la vida, en formatos de edu-entre-

    tencin. Ambas formas de emisiones tienden a diso-ciarse institucionalmente y a difundirse por canales di-

    ferentes con contenidos especializados y situaciones

    de recepcin diferentes. Ambos tipos de canales son

    necesarios y complementarios, uno para contribuir a la

    educacin curricular de la escuela (BBC Schools, con

    currculum on-line, por ejemplo) y el otro para la

    edu-entretencin en el hogar, y con potencialidad

    formativa ms bien en el mbito afectivo (CBBC y

    Cbeebies, por ejemplo).

    Notas

    1Algunos de esos canales de cable se han segmentado hacia unaaudiencia de nios ms pequeos (Discovery Kids), y otros hacia

    edades mayores (Nickelodeon, Jetix), con programas especialmen-

    te adecuados a las diferentes edades; ms recientemente estn apa-

    reciendo los Baby Channel para nios de 0-2 aos. Otros canales

    tienen la estrategia de emitir programas para ms pequeos por las

    maanas, y a medida que avanza el da van exhibiendo programas

    para nios de mayor edad.2 En respuesta a esta realidad se han creado canales de televisin

    abierta para nios; en Alemania la televisin pblica ha creado el

    Kinder Kanal, y existe el canal privado Super RTL. La BBC, en su

    oferta digital, tiene canales segmentados para nios pequeos y ms

    grandes: tambin el canal britnico privado ITV planea sacar un

    canal infantil. France Tlvision tambin est diseando un canal

    dedicado a los nios. La PBS en USA ha creado la PBS Kids.3 La influencia benfica del humor para el descanso y la reenergi-

    zacin es hoy da un lugar comn; influencia benfica a la cual in-

    cluso se le ha encontrado una base bioqumica en la capacidad cere-

    bral de generar endorfinas bajo la accin de la risa. En general losadultos aprecian los programas de humor como contribucin a su

    propio descanso; Avner Ziv ha comprobado la utilidad del humor

    para el desarrollo del pensamiento creativo en los nios (Ziv, 1988).

    Pero, en general, maestros y adultos tienen enorme dificultad para

    valorar los programas televisivos de humor para el nio, bajo el pre-

    juicio que el humor sera una distraccin intil e irrelevante, es decir,

    una prdida de tiempo; ese tiempo se invertira mejor estudiando,

    haciendo tareas, y en ltimo caso viendo programas instructivos en

    la TV.4 La simbolizacin de seres humanos por animales tiene una antigua

    tradicin, conocida desde las fbulas de Esopo.5 Es posible advertir la influencia de las nuevas conceptualizaciones

    que destacan el valor de la emocin en la antropognesis individual;

    como la consciencia comienza como sentimiento en la formula-cin de Damasio (2000).6 En Chile existen en el currculum escolar los OFT, los objetivos

    fundamentales transversales, en donde estn contemplados estos

    valores y actitudes existenciales; sin embargo, el trabajar en ellos

    queda a criterio de cada profesor en cada curso; la evaluacin de su

    cumplimiento es muy pesimista.7 Estos esquemas recuperan y adaptan audiovisualmente la anti-

    gua paideia griega a la cual se opuso Platn: la formacin val-

    rica propuesta por y desde la ficcin homrica. La capacidad for-

    mativa de estos esquemas ldicos proporciona una orientacin posi-

    tiva a la produccin de TV para los nios, en lugar de centrar la dis-

    cusin acerca de TV infantil en una temtica ms bien norteameri-

    cana como es el tema de la violencia en la TV. Pero los esquemas

    generativos no garantizan por s solos programas de gran excelencia,ya que interviene la creatividad en el proceso de realizacin, el

    grado de desarrollo de la industria en cada pas, y el nivel de forma-

    cin de los recursos humanos.8 Los canales segmentados hacia diversas edades de nios necesitan

    experimentar con programas o microprogramas para los padres de

    esos nios televidentes, como ya lo hace el canal Home & Health.

    ReferenciasBETTELHEIM, B. (Comp.) (1980): Los cuentos de Perrault. Bar-

    celona, Grijalbo.

    CYRULNIK, B. (2003): El murmullo de los fantasmas. Volver a la

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    2008

    54

    ISSN: 1134-3478 Pginas 49-54