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TEORIAS DE KARL RAHNER Y XAVIER ZUBIRI ACERCA DE LA
EXPERIENCIA DE DIOS.
SÍNTESIS DEL DOCUMENTO
1.- Xavier Zubiri.
Parte de la experiencia de Dios, del origen del hombre como principio
fundamental (metafísica griega: “arkhe”). El origen está en la constitución del hombre
que, superando el instinto, se abre a la realidad.
La sustantividad humana opera sobre la cosas y sobre sí misma libremente y Dios no es
un añadido sino que está en esa sustantividad.
¿Cómo explicarlo? Tres son los momentos que lo explican:
a) Implantación en la existencia, no arrojado a … sino arraigado y acogido por ella.
b) Misión - el hombre es enviado a la existencia con la misión de realizarse. Este
concepto es muy importante para llegar a Algo-Alguien que puede llamarse
Dios. Si soy enviado a la misión se espera mi realización y Alguien me alienta y
sostiene.
c) Religación - este momento plenifica y engloba los dos anteriores. El que me
envía no está fuera de mí, sino dentro de mí, compartiendo mi existencia y
haciendo que yo sea.
Estos elementos constituyen la fundamentabilidad de la vida humana. ¿Cómo se
concreta la religación del hombre con Dios? A través de una marcha intelectiva y por
medio de una experiencia fundamentante. Aquí se abre un abanico muy amplio acerca
de la experiencia que el hombre tiene de Dios.
2.- Karl Rahner.
Sitúa la base de la experiencia de Dios en dos presupuestos:
a) Creatividad – la creatividad del hombre se realiza a través de múltiples
proyecciones.
b) Convicción cristiana de lo transcendente como ámbito que posibilita y define
esas múltiples proyecciones creativas.
El hombre no conforma sus ideas de la nada, sino sobre un fondo de ser que Dios va
abriendo. Por tanto, el conocimiento es lo primigenio del ser. Conocer es juzgar
antológicamente, es decir, iluminar las cosas desde el fondo del ser. Sólo en la medida
en que el hombre ilumina cada cosa con la luz ontológica, el hombre es hombre y su
experiencia verdaderamente humana.
Basándonos en estos presupuestos, el conocimiento de Dios puede expresarse en tres
momentos:
1) Momento de concretización – cada idea es reflejo del ser y cada realidad
expresión de Dios.
2) Momento de apertura transcendental – nada puede reflejar la plenitud de Dios.
El hombre es un ser limitado y condicionado, pero abierto al absoluto de lo
divino.
3) Momento de esperanza religiosa – existe la posibilidad de que el ser de Dios se
manifieste al hombre como oyente de la palabra, ésta rompa sus
condicionamientos y le abra a la experiencia de lo misterioso.
¿Cómo hay que interpretar esa apertura o experiencia a lo misterioso? A este
respecto, Rahner dice que la experiencia de Dios constituye el horizonte (hacia dónde)
que potencia el caminar del hombre. El hombre vive en apertura creadora porque hay
alguien que le abre, suscita formas de sentido y le sostiene en su camino. Esto es lo que
Rahner ha llamado experiencia transcendental de Dios.
COMENTARIO
Zubiri y Rahner, desde discursos filosófico-teológicos distintos, como puede
verse en la síntesis, comparten sin embargo el elemento de apertura experiencial. Dios
constituye, en ambos, un misterio de experiencia.
Para Zubiri, la experiencia de Dios está en el hombre como algo constitutivo del
mismo, que se plenifica con el vínculo de la religación. El hombre está unido a Dios,
que le encomienda la misión y le asiste en su realización. Si el hombre está
constitutivamente religado, podríamos preguntarnos cómo es posible el ateísmo. Parece
que bastantes teólogos están de acuerdo en que un verdadero ateísmo es cosa difícil y
sutil. El hombre ha de realizar su personalidad viviendo, y hay personas que se pierden
en la complejidad de la vida, se sienten desligadas, “han olvidado” la religación y, con
ello, aparentemente la fundamentalidad de la existencia. Esta sería la existencia atea. En
realidad, es la persona que confía a su “suficiencia” las fuerzas para vivir.
Respetando la coherencia discursiva de sus planteamientos y las conclusiones a
las que llega, no podemos admitir que estos se reflejen en la vida del hombre de forma
incuestionable. Las actitudes existenciales de los seres humanos son muy variadas e
igualmente plurales las experiencias de Dios.
Aunque Zubiri lo exprese como algo sustantivo humano, creemos que no es
ajeno a dicha experiencia el amplio abanico de nuestras historias personales que,
incluso, como plantea Xavier Pikaza, pueden romper ese cordón umbilical que le religa
con lo divino, y aparecer distintas formas de “desligamiento”, llámese ateísmo,
indiferencia, etc. porque lo que el creyente busca no es tanto el fundamento como la
comunicación y el encuentro. El hombre vive necesitado de comunicación, de
encuentro, es la respiración del ser humano, es aquí donde verdaderamente descubre su
religación.
Igualmente, aunque con distinto matices, Rahner sitúa como fundante del
hombre la convicción cristiana de lo transcendente como realización de la creatividad,
como horizonte que potencia la actuación del hombre y se abre a lo divino. El ámbito de
Dios es el lugar de transcendentalidad donde el hombre en cada uno de sus gestos está
abierto al absoluto y éste se desvela en cada uno de los gestos del hombre.
Podríamos encontrar aquí, a nuestro entender, en la apertura transcendental y
en la religación de Zubiri, los elementos de coincidencia experiencial de Dios.
Si sólo nos quedamos en esa transcendentalidad y apertura, el creyente estándar
podría experimentar a Dios como algo inalcanzable y, en consecuencia, no percibir esa
experiencia de vida de lo transcendente, o caer en el defecto contrario: cosificar a Dios
para poder, de alguna manera, “atraparlo” o convertirlo en algo mágico que pueda
manejar a su capricho.
Sin entrar a hacer crítica especializada de ambos autores, para la cual carecemos
de autoridad científica, sí pensamos que el creyente “de a pie” no conecta, en muchos
aspectos, con esta experiencia de Dios que exponen dichos autores. Este tipo de
creyente espera y experimenta el misterio de lo divino como algo más cercano, más
basado en el diálogo, la confianza, el encuentro…, y aún así, esa experiencia no está
exenta de muchas dudas y vacilaciones. El creyente actual necesita ser “educado” no en
visiones o revelaciones sobrenaturales especiales, sino en la capacidad de experimentar
a Dios en la vida y lenguajes cotidianos.
Para llegar a esta experiencia de Dios, creemos que es previa una armonía y
madurez psicológica, cultivar la confianza existencial básica, humana, como sustrato en
el que se apoya esa apertura a lo divino, porque dicha experiencia abarca la persona
humana de forma integral; y en los términos citados con anterioridad: diálogo,
confianza, encuentro…
Los planteamientos de experiencia de Dios que hacen Zubiri y Rahner suponen
una madurez espiritual a la que creemos no llegan la mayor parte de los creyentes.
LA EXPERIENCIA
RELIGIOSA
Comentario del texto de Xavier Pikaza sobre: teorías de Karl
Rahner y Xavier Zubiri acerca de la experiencia de Dios.
INTRODUCCIÓN AL HECHO RELIGIOSO
1º E
Curso: 2005-2006
Ismael Fernández Fernández
Carlos González López
Jaime Vita Jiménez
Fco. Javier Mariscal Galván
Óscar Pérez San Juan