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Compañía Hijas de la Caridad de San Vicente de PaúlProvincia “La Milagrosa” Bogotá-Venezuela

Red Defensores de Vidas

Fantasilia y su destino soñadoISBN: 978-958-8126-66-1

Autora

Victoria Catalina Sánchez CalderónAntropóloga y TitiriteraCompañía Croché Títeres

Sor Genoveva Nieto GuerreroEducadora Licenciada en Ciencias Bíblicas. Hija de la Caridad, Provincia La Milagrosa - Bogotá, Venezuela

Equipo Defensores de Vidas:

Gisell Natalia Rivera Melo, Carolina Rodríguez Lizarralde, Nathalia Forero Romero, Guerly Adriana Flórez Escobar, Igor Leonardo Bustos Pardo, Lyda Jacqueline Alarcón Cruz, Diana Cano Peláez, Yanira Cardozo Rincón y Enny Jazmín López Castaño.

Concepto gráfico, diseño y diagramación:AGO PublicidadCoordinadora AGO: Guerly Adriana Flórez EscobarCoordinación asistente: Paola Andrea Duarte RomeroTutor Área Creativa Gráfica: Armando González Sierra

Diagramación e ilustración:Iván Alexander Rodríguez Vallejo

Ilustración: Mauricio Delgado Espitia

Corrección de estilo: Carolina Rodríguez Lizarralde

Impresión: Editorial Kimpres

Compañía Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl Provincia “La Milagrosa” Bogotá-Venezuela

Calle 22 C No. 26 - 35Tel. (57 – 1) 244 29 64

Bogotá – ColombiaCorreo electrónico: [email protected]

[email protected]

Aprobada la reproducción total o parcial de este texto siempre y cuando no se utilice con fines comerciales y se dé el debido crédito al editor.

Impreso en Colombia-Printed in Colombia

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Comité Técnico

Fantasilia te dedica este bello cuento para contarte cómo logró hacer realidad sus sueños. Ahora es tu turno como Heroína Defensora de Vidas. Te invitamos a emprender el vuelo, nosotros vamos contigo y un grupo de alegres chiquillas también te acompañan. ¡Adelante: tú marcas la ruta!

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FANTASILIA Y SU DESTINO SOÑADO

Hola, me presento, soy la voz interior de una hermosa niña llamada Fantasilia. Como ella, tú también tienes una voz interior, y es ese

cosquilleo que sientes cuando estás nerviosa, esa vocecita que te dice que algo está mal o está bien, esa señal que te impulsa a seguir tus sueños, esa sensación que te indica que algo en ti se está sintiendo mal.

Algunos me llaman intuición, otros presentimiento, esencia, impulso, espíritu, incluso magia, ¡Tú puedes llamarme como desees y también a tu voz interior! Ella hace parte de ti, pues es el trozo más claro de tu esencia como persona, es lo que tú eres y te ha estado acompañando desde que empezaste este camino de aventuras que es la vida. Es importante aprender a escuchar la voz interior, porque a veces en el mundo hay tanto ruido y tantas distracciones que olvidamos quiénes somos y qué es lo que amamos.

I

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Bueno, esa forma de relacionarte con tu interior es solo tuya. Ahora quiero contarte la historia de mi bella niña Fantasilia, que de seguro te inspirará a seguir tus anhelos más profundos.

Fantasilia nació en una familia un poco complicada. Su madre y su abuela eran personas extrañas, que no siempre buscaban el bienestar de sus hijos y nietos, pues en lugar de cuidar de Fantasilia y de su hermano Sagazito, buscaban la manera de aprovecharse de ellos.

Platina, la madre, los dejaba muchos días sin comer; y la abuela –doña Pervercina- los utilizaba para que trabajaran.

Aún siendo niños, Fantasilia y Sagazito eran explotados al trabajar para su abuela mendigando y haciendo las labores del hogar.

Cuando Fantasilia se sentía triste por los abusos que sufría, yo le hablaba y le decía:

–Esto no está bien, no es justo, ustedes por ser niños no deben trabajar, deben estudiar, ser cuidados y amados. Si no se siente bien no debes permitirlo.

A Fantasilia le costó mucho trabajo comprender que su propia familia la maltrataba, que ella tenía derechos y debía denunciarlos.

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Un día le dije que sus fantasías eran su destino soñado, que ella era fuerte, valiente y que merecía una vida diferente. Así que hablé tan duro que ella y su hermanito decidieron enviar cartas y pedir auxilio, lo cual hizo que Platina y Pervercina fueran a la cárcel y ellos dos se fueron a vivir con su adorado tío Conchomé.

Desde ese momento su vida cambió y empezaron a vivir mejor, conocieron lo que era ir a la escuela, comer bien, descansar, tener una persona adulta que los cuidara y los amara. Pero no por ello las aventuras que tuvieron que enfrentar finalizaron, quizás porque la vida es eso, un juego muy serio, donde siempre tendremos que tomar decisiones y a partir de éstas el destino se va transformando.

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Sucedió que cuando Fantasilia tenía 12 años y estaba estudiando muy feliz en su colegio Villa Osadito, se dio cuenta que le gustaba mucho escribir, empezó por cuentos cortos y después los fue haciendo más largos. En sus cuentos narraba historias de aventuras, fantasmas, ex-traterrestres, seres de otros mundos, pero lo que más le gustaba era escribir sobre la manera en que niños y niñas superaban obstáculos, quizás ese gusto le vino de la experiencia de su infancia con su madre y su abuela.

A sus amigos y amigas del colegio les gustaban sus historias, las leían siempre y la animaban a seguir escribiendo. Pero, inesperadamente cuando cambiaron de curso e ingresaron a bachillerato esto dejó de ser así: a sus amigas y amigos les empezó a parecer muy tonto eso que ella tanto amaba hacer.

II

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Sus amigas se burlaban cuando la veían escribiendo, y al leer sus historias le decían:

–¡Fantasilia aterriza!, esas historias son mentiras, lo real es esto que vemos en Facebook y en el celular. Actualízate por favor…

–Tienes que arreglarte mejor, así nunca le gustarás a ningún chico.

Sin que ella se diera cuenta, las que fueron sus amigas de infancia la dejaron sola, pues al llegar a clase la esquivaban y se reían. Fantasilia pasó de ser una niña amada por sus compañeras, a ser una adolescente rechazada por quienes decían ser sus amigas.

Yo sentí que debía aconsejarla, así que le dije:

–No te sientas mal, esas cosas pasan, tus amigas están creciendo y empiezan a buscar nuevas experiencias, pero no dejes de creer Hen ti, eres inteligente y tus historias son maravillosas.

Fantasilia parecía no escucharme, cuando era una niña me oía mucho, pero ahora que estaba creciendo ya no sentía con la misma fuerza mi voz.

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Ella se fue tornando triste y poco a poco empezó a dejar de escribir, aunque en cualquier descuido su fantástica imaginación volvía a apoderarse de ella y sin darse cuenta se la veía fantaseando de nuevo con mágicos mundos.

Sin embargo, era evidente su lucha por dejar de escribir y empezar a comprender las cosas nuevas que hacían tan felices a sus amigas.

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Un día Fantasilia notó que todas sus antiguas amigas llevaban celular, que habían cambiado su manera de hablar, peinarse y actuar; se sorprendió mucho al ver que ellas chateaban todo el día y en el recreo, casi no se hablaban entre ellas a pesar de estar juntas.

Al llegar a casa se sintió desconsolada, se miró largamente en el espejo y lloró. No le gustaba lo que veía, encontró la razón de haber sido excluida de su círculo de amigas, se sintió sola, sin lugar, pensó que en verdad no era bella.

Yo le hablaba, le susurraba y por último le gritaba:

–Eres hermosa tal cual eres

III

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–No debes cambiar para agradar a nadie

–Eres la niña más bella del universo, eres única, eres brillante, eres preciosa.

Pero Fantasilia no podía oírme, estaba demasiado triste para hacerlo. Aunque sabía que su tío Conchomé era una persona humilde y trabajadora, empezó a presionarlo para que le comprara un celular y ropa nueva.

El tío Conchomé le explicó que no tenía dinero, pero que trabajaría duro para intentar complacerla, sin embargo le advirtió:

–Antes de tener un celular debes aprender a usarlo, no puedes conversar ni chatear con desconocidos, aún eres una chiquilla y a veces los adultos se aprovechan de esos medios para hacer cosas malas.

Fantasilia se enojó con su tío y lo gritó:

–¡Tú no me quieres! Estás buscando excusas para no regalarme mi celular.

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El tío Conchomé se enojó y le llamó la atención:

–No lo vas a tener hasta que aprendas a respetar y a saber cuáles son las cosas buenas y malas que ese aparato te puede traer.

Fantasilia salió corriendo y se encerró en su habitación, no entendía por qué había reaccionado de esa manera, sentía tristeza por haber gritado a su adorado tío, y a la vez tenía rabia por no poder obtener el celular que haría que la aceptaran sus compañeras.

Yo le hablaba:

–Fantasilia no te angusties, estás creciendo y aprendiendo a tomar decisiones, no estuvo bien gritar a tu tío, él te ama y quiere lo mejor para ti.

Ella en ocasiones parecía escuchar, y en otras no, pero yo confiaba en ella, sabía lo inteligente que era.

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Fantasilia cambió de look: se cortó el cabello, empezó a peinarse diferente, incluso la vi imitando las voces de sus compañeras; quería encajar de nuevo en ese extraño grupo, dejó de escribir y en ocasiones se regañaba a sí misma cuando se sorprendía fantaseando sola.

Al otro día, al llegar al colegio, Fantasilia intentó hablar con sus antiguas compañeras, ellas al verla tan cambiada decidieron hablarle de nuevo. Fantasilia no lo podía creer, no cabía en sí misma de la emoción:

–Por fin me quieren de nuevo, sirvió dejar de escribir, cambiar mi apariencia y aprender a comportarme.

IV

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Yo le decía que por favor no abandonara sus sueños, que no dejara de escribir, que luchara por ser ella misma:

–Escucha tu corazón, no dejes tus sueños por agradar a otros, aunque te sentiste feliz por ser aceptada, no se compara con la felicidad que sientes al escribir.

Pero Fantasilia decidió ignorarme, aunque en el fondo sabía que no se sentía bien, prefirió hacer felices a sus amigos antes que a sí misma.

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V

Un día Fantasilia estaba hablando con sus amigas, y una de ellas. - Miranda - le dijo:

–¡Oye Fanta! Tengo la solución para que logres tener un celular. Fantasilia se emocionó mucho y preguntó cómo podía ser eso.

Su amiga sacó un celular último modelo y se lo mostró a la asombrada Fantasilia:

–Éste me lo dio un nuevo amigo que tengo, me espera todos los días a la salida del colegio, es un poco mayor que yo, pero me ha dado muy buenos regalos, dice que tiene un amigo que quiere conocerte, ¿qué te parece?

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Fantasilia observó el celular de Miranda, en verdad parecía muy lujoso, y también notó los anillos y el reloj nuevo de su amiga. Después, un poco indecisa, decidió preguntarle:

–Pero… ¿él no te pide nada a cambio?, ¿no será peligroso?

Yo estaba muy inquieta y estuve haciéndole sentir el peligro que se avecinaba. Me sentí orgullosa de que se atreviera a preguntar. Su amiga se enojó y le dijo:

–Sigues siendo la bobita Fantasilia, nunca vas a tener lo que quieres, mejor olvídalo.

Fantasilia se sintió muy mal. Al llegar a casa no quería hablar con nadie, ignoró a su hermano Sagazito, quien le mostraba unas piruetas nuevas que había aprendido en la clase de gimnasia, no quiso comer y tampoco hablar con su tío Conchomé.

Ella sentía un dolor profundo, pero no comprendía de qué se trataba; era yo generándole sensaciones que la hicieran desconfiar de la propuesta de Miranda, era ella sintiendo su intuición, de nuevo escuchándome, escuchándose, conectándose con su voz interior.

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VI

Al amanecer, Fantasilia se sintió decidida. Iba a advertir a Miranda que ese amigo de ella era muy extraño, que no podía darle tantas cosas sin querer nada a cambio. Al llegar al colegio buscó a Miranda y la vio en los baños, ella estaba llorando.

Fantasilia sintió que su corazón se aceleraba, corrió a abrazarla, Miranda sorprendida correspondió al abrazo y le dijo:

–Fanta, tenías razón. Mi “amigo” quería aprovecharse de mí, ayer cuando vino a recogerme a la salida del colegio me invitó a la que dijo ser su casa, íbamos caminando y en un lugar oscuro y feo intentó arrinconarme y abusar de mí, pero yo alcancé a gritar y salí corriendo.

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Fantasilia la abrazó de nuevo y le dijo:

–No importa Miranda, eres una chica muy valiente, afortunadamente no pasó nada malo.

Pero Miranda agachó la cabeza y volvió a llorar desconsoladamente.

–Tengo miedo, él me va a cobrar los regalos que me dio, qué tal le cuente a mis padres, me van a matar.

Fantasilia se puso a pensar en cómo podría ayudar a su amiga, la tranquilizó y le dijo que pronto iban a encontrar una solución, que no estaba sola, que ella la iba a ayudar.

Yo empecé a conversar con ella, le hice recordar las veces en las que a pesar de haber enfrentado situaciones difíciles había logrado salir adelante, sanar y volver a levantarse. De repente Fantasilia empezó a hablar a su amiga calmada y decididamente:

–Yo ya he enfrentado situaciones similares, lo mejor que podemos hacer es buscar a un adulto de confianza, y de alguna manera debemos denunciar a ese hombre, para que no te haga más daño y tampoco se lo haga a otras niñas y jóvenes.

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Miranda le dijo que no confiaba en ningún adulto, pero Fantasilia emocionada le dijo:

–¿Recuerdas a la profesora de arte? Ella nunca nos juzga y nos escucha siempre, es muy divertida y además es nuestra amiga, yo confío en ella.

Fantasilia le dio un empujón a Miranda y le dijo, dale, inténtalo. Miranda finalmente sonrió y dijo:

–Es verdad, la profe Lola es muy buena onda, ella me puede escuchar sin juzgarme, ¿me acompañas?

Fantasilia la abrazó y salieron corriendo en búsqueda de su profesora Lola.

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Al encontrar a la profe Lola, la saludaron. Yo hablaba muy fuerte para que mi niña no sintiera miedo, para que confiara en sus instintos. Al contarle lo sucedido, ella las abrazo y les dijo:

–Son unas jovencitas muy valientes y muy inteligentes. Me honran al hacerme su confidente, vamos a hacer un plan para atrapar a ese hombre y no se preocupen, yo misma me encargo de contactar a las autoridades pertinentes. Y tú Miranda, no tengas miedo, esto lo vamos a solucionar.

Fantasilia y Miranda abrazaron a su maestra y se fueron más tranquilas.A los pocos días, las esperaba una gran sorpresa, estaba de nuevo el hombre extraño esperando a la salida del colegio, Miranda se puso muy nerviosa y se agarró del brazo de Fantasilia, ella la sujetó fuerte y

VII

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le dijo que no tuviera miedo, que no estaba sola. Siguieron caminando y mirando al hombre de frente, cuando pasaron por su lado, él intentó jalar a Miranda mientras la gritaba para que se fuera con él. Fantasilia le habló claro y segura:

–Ella no va para ningún lado, usted es un abusador y si se la quiere llevar me tendrá que llevar a mí también.

Fantasilia y Miranda se sujetaron muy duro, en ese momento llegó la profesora Lola y también se sujetó del brazo de Miranda y le dijo:

–A mí también me tendrá que llevar.

El hombre no sabía qué hacer, empezó a retroceder y justo cuando iba a emprender la huida se topó de frente con un policía, éste le puso las esposas y le dijo los cargos por los que se lo llevaban.

Al parecer este hombre no sólo estaba buscando a Miranda, sino a otras niñas y jóvenes, para abusar de ellas en otros sectores, y al ser notificados por la profesora Lola, los policías estuvieron vigilando el sector, se encontraban cerca y alcanzaron a acudir al llamado de vecinos que lo vieron discutiendo con Fantasilia y Miranda.

Lola, Fantasilia y Miranda se abrazaron, mientras veían cómo se llevaban capturado al hombre.

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Fantasilia sintió una gran fuerza que provenía de su interior, no podía creer lo que acababa de suceder, pensó que las personas no estaban destinadas a sufrir, por equivocarse o tomar malas decisiones. Que bonito era ver lo fuertes que habían sido ellas tres estando unidas.

Mientras iba para su casa, Fantasilia siguió reflexionando sobre lo que había sucedido, se sintió muy bien al haber decidido no aceptar la invitación de aquel extraño, sabía que su corazón la estaba guiando, respiró tranquila y pensó que había sido muy agradable poder decidir por sí misma, que aunque el grupo la hacía sentir bien, también era importante lo que sentía estando sola, y que a veces sus amigas también se equivocan.

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Estaba en estas reflexiones, cuando apareció Miranda corriendo detrás de ella, llevaba una agenda en la mano y le dijo:

–Fantasilia te traje un regalo, quiero pedirte disculpas por haberme burlado de ti, tú fuiste una verdadera amiga conmigo, te lo agradezco y quiero que aceptes esta agenda, no puedes seguir privando al mundo de tus maravillosas historias.

Fantasilia sintió que su corazón se le iba a salir del pecho, miró la hermosa agenda de hojas blancas que esperaban ser llenadas por los seres y las aventuras que salían de su imaginación y de su alma.

De inmediato al llegar a casa retomó las antiguas historias que se habían empolvado en el olvido, las limpió, las leyó y empezó una nueva página

VIII

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de su historia. Volvió a sentir la fascinación de escribir y de dejarse llevar por sus sueños.

El tío Conchomé se sintió feliz al ver que Fantasilia volvía a ser quien había sido, un poco más grande, pero con el mismo corazón. También Sagazito la abrazó, ella sentía que el vientre le ardía como un montón de espuma efervescente invadiendo su cuerpo, volvió al espejo, se miró largamente, sonrió al encontrar que era maravilloso lo que veía.

Y yo no podía calmar mi emoción, le decía, es decir ella se decía:

–Soy fuerte, valiente, inteligente.

–No volveré a abandonar mis sueños.

–Me amo, me valoro y me protejo, también ayudo a los demás y no permitiré que otras personas sufran, menos las niñas, seré su mayor aliada. Mientras esté en mis manos las escucharé y las impulsaré a seguir sus sueños.

Fantasilia empezó a escribir historias en las que explicaba a otras personas, tanto niños como niñas, jóvenes y adultos de qué se trataba eso de cuidar de sí mismos. A través de seres mágicos lograba construir imágenes y situaciones en las que los niños y las niñas lograban sortear obstáculos y dificultades, sintió que ese era su aporte al mundo.

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Al seguir creciendo, con sus historias logró salvar vidas, haciendo ver las formas en que se explota y se abusa de las personas. Ella se convirtió en una gran defensora de vidas, a través de la magia de su pluma y de sus acciones.

Desde ese entonces, Fantasilia siempre me escuchó y se hizo una con su intuición, es decir conmigo, aprendió a alejarse de las situaciones y personas que le hacían daño, y también encontró la manera de enseñarle a otros y sobre todo a otras, lo que había aprendido:

Por increíble y absurdo que parezca lo que sueñas, debes luchar por eso, no dudes, lo estás haciendo bien, así te digan lo contrario, si tu corazón te dice que está bien, ¡entonces hazlo!, no importa si te equivocas, siempre y cuando estés atenta a cuidar de ti misma. Eres fuerte, inteligente, brillante, capaz y hermosa. Mereces lo que sueñas y tus fantasías son tu destino soñado.

FIN.

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¿Cómo cuidas tus sueños?

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¿Cómo cuidas tus sueños?

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Llena de color el mundo de Fantasilia

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