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  • La prstina cultura del capitalismo

    Un ensayo histrico sobre el Antiguo Rgimen y el Estado moderno

    Ellen Meiksins Wood

  • traficantes de sueosTraficantes de Sueos no es una casa editorial, ni siquiera una editorial independiente que contempla la publicacin de una coleccin variable de textos crticos. Es, por el contrario, un proyecto, en el sentido es-tricto de apuesta, que se dirige a cartografiar las lneas constituyentes de otras formas de vida. La construccin terica y prctica de la caja de herramientas que, con palabras propias, puede componer el ciclo de luchas de las prximas dcadas.

    Sin complacencias con la arcaica sacralidad del libro, sin concesiones con el narcisismo literario, sin lealtad alguna a los usurpadores del saber, TdS adopta sin ambages la libertad de acceso al conocimiento. Que-da, por tanto, permitida y abierta la reproduccin total o parcial de los textos publicados, en cualquier formato imaginable, salvo por explcita voluntad del autor o de la autora y slo en el caso de las ediciones con nimo de lucro.

    Omnia sunt communia!

  • Omnia sunt communia! o Todo es comn fue el grito colectivista de los campesinos anabaptistas, alzados de igual modo contra los prncipes protes-tantes y el emperador catlico. Barridos de la faz de la tierra por sus enemigos, su historia fue la de un posible truncado, la de una alternativa a su tiempo que qued encallada en la guerra y la derrota, pero que en el principio de su exigencias permanece profundamente actual.

    En esta coleccin, que recoge tanto novelas histricas como rigurosos estu-dios cientficos, se pretende reconstruir un mapa mnimo de estas alternativas imposibles: los rastros de viejas batallas que sin llegar a definir completamen-te nuestro tiempo, nos han dejado la vitalidad de un anhelo tan actual como el del grito anabaptista.

    Omnia sunt communia!

    historia

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    cc creativecommonsLicencia Creative Commons

    Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Espaa

    Edicin original: The Pristine Culture of Capitalism.A Historical Essay on Old Regimes and Modern State, Verso books, 1991.

    Primera edicin de Traficantes de Sueos:1.000 ejemplaresSeptiembre de 2018Ttulo:La prstina cultura del capitalismo. Un ensayo histrico sobre el Antiguo Rgimen y el Estado modernoAutor:Ellen Meiksins WoodTraduccin:Paula Martn PonzCarlos Fernndez GuervsMaquetacin y diseo de cubierta: Traficantes de [email protected]: Traficantes de SueosC/ Duque de Alba 1328012 MadridTlf: [email protected]:Cofs SA Calle de Juan de la Cierva, 58, 28936 Mstoles, Madrid

    ISBN: 978-84-949147-0-6Depsito legal: M-28643-2018

    del texto Ellen Meiksins Wood. de la edicin, Traficantes de Sueos, 2018.

  • traficantes de sueos

    historia

    La prstina cultura del capitalismo

    Un ensayo histrico sobre el Antiguo Rgimen y el Estado moderno

    Ellen Meiksins Wood

    Traduccin:Paula Martn Ponz

    Carlos Fernndez Guervs

  • 1. Inglaterra, capitalismo y el paradigma burgus 17El paradigma burgus 19El marxismo y el paradigma burgus 25Las peculiaridades de lo ingls y el declive de Gran Bretaa 29

    2. El Estado moderno 39El absolutismo y el Estado moderno 40La idea de Estado 42Las peculiaridades del Estado ingls 45Estado y nacin 47El Estado-nacin de Ukania 50La monarqua britnica como la voluntad general:

    nacin o clase? 53Revolucin burguesa... y un Estado completamente moderno? 57

    3. La ausencia de la idea de soberana 63Soberana legislativa y Common Law inglesa 65Common Law versus derecho romano:

    racionalidad y propiedad 71Thomas Hobbes y la defensa del absolutismo 76

    4. Soberana popular, democracia y revolucin 81La soberana popular 82El peligro del levelling 85Republicanismo o constitucionalismo 93Revolucin y tradicin 99

    NDICE

  • 5. Componentes de una cultura capitalista 105La economa del lenguaje 106La ausencia de un centro en el pensamiento

    social ingls 109La teora social y el legado del absolutismo 111Totalidad social y la filosofa de la historia 113La fragmentacin del mundo social 116

    6. Una economa nacional 119Un inters comercial clsico

    o un nuevo sistema comercial? 121Una industrializacin incompleta? 124El Estado y la industria 128Londres: el corazn de la economa capitalista 131Urbanismo y ruralidad 134Tierra y comercio 139

    7. Modelo I sin Gran Transformacin: Inglaterra como Antiguo Rgimen 143El modelo del no-ha-habido-transformacin-social 144J. C. D. Clark: Inglaterra como Antiguo Rgimen? 151El Antiguo Rgimen es el Antiguo Rgimen y el Antiguo

    Rgimen es... el Antiguo Rgimen 156Corona y Parlamento 159El idioma teolgico 162Patriarcalismo 166Un consenso lockeniano? 169

    8. Modelo II sin Gran Transformacin: Inglaterra como un capitalismo eterno 175Un capitalismo eterno? 178El individualismo ingls y la Common Law 184Del feudalismo al capitalismo 187Existi una Gran Transformacin? 190

    Conclusiones. El capitalismo y la ambigedad del progreso 195Capitalismo y produccin 197El capitalismo y el Estado moderno 202Capitalismo y democracia 209

  • Dedicado a los historiadores marxistas britnicos

  • 17

    Inglaterra, capItalIsmo y el paradIgma burgus

    1.

    El sistema capitalista naci en Inglaterra. Slo en Inglaterra surgi, durante los inicios del periodo moderno, el capitalismo como economa nacional autctona, con unos sectores agrcolas e industriales que se reforzaban mutuamente dentro del contexto de un mercado domstico bien desarrollado e integrado.1 A partir de este momento, otras economas capitalistas evolucionaron en relacin con aquella, tambin bajo las coacciones de su nueva lgica sistmica. Presiones de una competitividad econmica sin precedentes generaron un empuje constante a fin de potenciar las fuerzas de produccin dentro de un mercado cada vez ms internacional, a la vez que de un sistema de Estados nacin en el que las mejoras en la productividad no solo conferan una ventaja econmica sino tambin geopoltica y militar.

    Pese a que Inglaterra fue el primer sistema capitalista del planeta, la cultura occidental ha producido una imagen dominante del capitalismo a la que la experiencia inglesa no se ajusta de forma adecuada, la imagen de que el autntico capitalismo es un fenmeno esencialmente urbano y que el autntico capitalista es de origen mercader, un burgus. En la medida en que en Inglaterra la economa capitalista se origin en las zonas rurales, dominadas por una aristocracia terrateniente, este capitalismo es, al menos segn algunas de las versiones del modelo dominante, un capitalismo imperfecto, inmaduro, insuficientemente moderno y, por

    1 Vase Robert Brenner, Las races agrarias del capitalismo europeo, en T. H. Aston y C. H. E. Philpin (eds.), El debate Brenner, Barcelona, Crtica, 1988. Brenner seala que incluso la repblica holandesa, que ya en los primeros estadios de la poca moderna posea una avanzada agricultura comercial, no progres en la creacin de una economa capitalista integrada sino que, al igual que otras economas europeas, sucumbi al estancamiento y la crisis del siglo xvii. Tan solo Inglaterra se libr de ello gracias a un crecimiento econmico autosostenido, al desarrollo industrial y a una sucesin de aumentos demogrficos que acabaron con antiguos ciclos malthusianos.

  • 18 La prstina cultura del capitalismo

    encima de todo, peculiar; una especie de capitalismo bastardo, con un Estado premoderno e ideologas gobernantes anticuadas. Puede que Inglaterra haya sido el primer caso de capitalismo, e incluso el primer caso de capitalismo industrial, pero alcanz su destino mediante un rodeo, casi por error, de una forma constitucionalmente dbil y aquejado de mala salud. Otros capitalismos europeos, tras un comienzo tardo, se encaminaron en la direccin correcta, guiados por una burguesa que tena a su disposicin un Estado racional, apropiado, y alcanzaron su objetivo en una condicin ms saludable, ms madura, ms perfectamente formados, ms modernos en su conjunto.

    Este modelo implica que hay un curso natural del desarrollo capitalista que tiene poco que ver con el proceso histrico real que produjo el primer y ms refinado sistema capitalista y probablemente implica tambin que la evolucin del capitalismo era inevitable, pese a que cuando surgi lo hiciese en un momento equivocado y en un lugar equivocado. No es difcil observar cmo este tipo de acercamiento puede promover un determinado modelo de razonamiento circular. Por ejemplo, en tanto la economa burguesa inglesa no se desarroll segn el modelo burgus, su debilidad y sus fallos deben deberse a su desarrollo anormal

    Supongamos, no obstante, que rompemos con esta circularidad, con esta peticin de principio,2 comenzando simplemente por tomar como punto de partida el hecho de que la economa capitalista no se desarroll en una sociedad ms moderna o ms burguesa con anterioridad a que el capitalismo ingls hubiese impuesto sus propias prioridades econmicas y geopolticas a sus principales rivales. Nunca antes y en ningn otro lugar. Puede que los mismos smbolos que ahistricamente han sido definidos como las marcas del capitalismo moderno acaben siendo, por el contrario, los indicadores de su ausencia? Puede ser que la ausencia de dichas seales indiquen la presencia del capitalismo? Y qu nos dira esto acerca de la naturaleza del capitalismo? Puede que esto signifique, entre otras cosas, que las debilidades de la economa

    2 La peticin de principio se trata de un tipo de induccin que, desde el principio, est encaminada no slo a probar la tesis que se va a defender, sino tambin a persuadir y a convencer de que no hay otra posible. Trata de demostrar una proposicin mediante un argumento que usa como premisa la misma proposicin que se trata de probar. Como definicin ms clara podemos decir que la peticin de principio es aquel razonamiento en el que se introducen proposiciones no verificadas o inverificables como si fueran verdaderas para, desde esa posicin, llegar a conclusiones aparentemente lgicas y razonadas y contando de antemano con su aceptacin. [N. de la T.]

  • 19Inglaterra, capitalismo y el paradigma burgus

    britnica no suponen tanto los sntomas de un desarrollo paralizado o desviado sino las contradicciones del sistema capitalista en s mismo?

    El paradigma burgus

    Hay un paradigma tan generalizado y firmemente asentado en la cultura occidental que llega a determinar el marco de trabajo de casi todos los debates histricos, y a menudo probablemente sea ms veces as que al contrario sin que esto sea algo consciente por parte de los participantes en dicho debate, independientemente del lado de la discusin en el que se encuentren. La teora del desarrollo desviado o incompleto de la historia inglesa asume claramente, por ejemplo, un patrn especfico de desarrollo histrico respecto del cual evaluar el caso de Inglaterra. Pero incluso aquellos historiadores revisionistas que niegan que los modelos de cambio social puedan aplicarse en manera alguna a la historia inglesa (hablaremos sobre ellos en captulos posteriores), o aquellos que rechazan la interpretacin social de la Revolucin francesa, tienden a definir lo que determina el cambio social en los trminos de este paradigma dominante.

    Tan arraigada est esta concepcin de progreso y de cmo debe ser la transicin a la modernidad, que cuando la evidencia histrica fracasa y ms especficamente, cuando existen poderosas razones ideolgicas para descartarla (como, por ejemplo, aquellas asociadas con el auge del neoconservadurismo o con las actuales corrientes del capitalismo triunfal) no parece existir ms salida que negar el proceso histrico en su conjunto. Esta es, por ejemplo, la ruta de fuga favorita de las corrientes revisionistas que han acabado dominando la historia francesa o inglesa, especialmente la historia del siglo xvii ingls y la de la Revolucin francesa. Si la evidencia de la historia yerra en adaptarse al paradigma convencional de progreso (y especialmente si ese paradigma est asociado con el whiggerismo3 o el marxismo, en un momento en el que el rechazo a ambos se ha convertido en una corriente ideolgica de moda), entonces la historia debe reducirse a una contingencia desestructurada, a una mera serie de episodios en vez de a un proceso histrico.

    3 Whiggerismo o historia whig, tendencia filosfica de la Historia que pone el nfasis en la inevitabilidad de la historia. [N. de la T.]

  • 20 La prstina cultura del capitalismo

    Cul es, por tanto, el paradigma dominante del progreso y del cambio histrico? Puede expresarse mediante oposiciones simples: rural versus urbano, agricultura versus comercio e industria, comn versus individual, irracional (magia, supersticin e incluso religin) versus razn, estatus versus contrato, coercin versus libertad y, por encima de todo, aristocracia versus burguesa. El principio de movimiento entre estas polarizaciones de lo moderno y lo antiguo es, de un modo u otro, el desarrollo progresivo del conocimiento humano, de la razn, o, ms especficamente, de la tecnologa; pero estos acontecimientos tienden a adoptar la imagen, dentro de la estructura de clases ascendentes y clases descendentes, de la burguesa triunfante, defensora del conocimiento, la innovacin y el progreso y, en ltimo trmino, portadora del capitalismo y de la democracia liberal.

    La curiosa particularidad de este paradigma es que, aunque contiene elementos significativos que son ciertos, no se corresponde con ninguno de los patrones de desarrollo histricos actualmente existentes. En Inglaterra, haba capitalismo, pero no lo introdujo la burguesa. En Francia exista (ms o menos) una burguesa triunfante, pero su proyecto revolucionario tena poco que ver con el capitalismo. En ningn lugar surgi el capitalismo como el simple resultado de una lucha entre la aristocracia (en declive) y la burguesa (en auge), como tampoco fue en sitio alguno el resultado natural de un choque fatal entre el dinamismo urbano y la insensatez rural. Ms bien, dicho modelo es una imagen compuesta formada en gran medida por la sobreimposicin retrospectiva de la experiencia revolucionaria francesa colocada sobre el ejemplo del capitalismo ingls, y, a la inversa, una interpretacin de la experiencia poltica francesa a la luz del desarrollo econmico ingls. Solo gracias a la interpretacin de la Revolucin francesa que arranca de la visin de los historiadores franceses postrevolucionarios (y de los historiadores alemanes) se le ha conferido a la burguesa su estatus histrico como agente de progreso. A travs del prisma de esta autocomplaciente ideologa burguesa, adquirieron un nuevo color no slo las relaciones entre clases sino tambin entre campo y ciudad, agricultura y comercio y, con ello, todas las dicotomas consiguientes.

    Previo a esta retrospectiva intromisin ideolgica, la evolucin del capitalismo en Inglaterra no se presentaba frente a sus conservadores contemporneos en los trminos exigidos por el paradigma burgus. El dinamismo del capitalismo agrario ingls, la activa participacin de la clase seorial en el comercio, la ausencia de una clara confrontacin

  • 21Inglaterra, capitalismo y el paradigma burgus

    entre burguesa y aristocracia, todo ello habra sugerido que el modelo de cambio histrico debera haber sido totalmente diferente. John Locke, por ejemplo, quien para muchos constituye el arquetipo de filsofo burgus, vea las cosas de manera diferente. La pertinente oposicin, con su criterio diferenciador entre lo viejo y lo nuevo, ciertamente tena que ver con el progreso del conocimiento, pero no estaba encarnada en una distincin de clase entre la aristocracia y la burguesa, ni en la confrontacin entre el campo y la ciudad, entre agricultura y comercio. En el enfoque de Locke sobre la pobreza, la distincin relevante es la que se hace entre productivo e improductivo, entre el pasivo propietario rentista y el modernizador agrcola.4 Estos criterios podan ser aplicados de igual manera a un propietario de tierras o a una persona que viviese en la ciudad, a un aristcrata y a un burgus, a los receptores y apropiadores pasivos de las rentas, rurales o urbanos, de familias de abolengo o a los innovadores propietarios productivos a la vanguardia del progreso.

    A finales del siglo xviii, haba evolucionado una concepcin del progreso segn la cual la sociedad comercial representaba el ms alto nivel del desarrollo humano adems de una tendencia a hacer distinciones entre la tradicional riqueza terrateniente y el comercio como si representasen cualidades morales diferentes (aunque tal vez igualmente necesarias). La asociacin de la sociedad comercial con el progreso es ciertamente una asuncin que, por ejemplo, recorre la Historia de David Hume, o la economa poltica clsica. Pero, incluso aqu, el meollo no est en el estancamiento de la agricultura confrontado con el dinamismo del comercio, tampoco es un tema de conflicto de clases entre la aristocracia agraria y la burguesa urbana. Ciertamente hay clases ascendentes y clases descendentes, pero fue Hume el que nos proporcion la imagen de la alta burguesa, una dinmica clase agraria que, en contraste con los viejos barones que despilfarraban sus fortunas, se esforzaba por transformar sus tierras mejorndolas todo lo posible en relacin con los beneficios obtenibles, haciendo crecer de este modo las ciudades e incrementando la riqueza y el poder de hombres de rango medio.5 Tambin Adam Smith da por cierta la productividad

    4 Vase Neal Wood, John Locke and Agrarian Capitalism, Berkeley y Los ngeles, 1984.5 David Hume, Historia de Inglaterra, apndice 3, vol. 3. Londres, 1773, p. 488-489 [en castellano hay dos ediciones de la editorial Orbis, una de 1923 y otra de 1986 actualmente descatalogadas y otra de Biblioteca Nueva, 2010, que recoge varios escritos y los apndices relacionados con el libro mencionado].

  • 22 La prstina cultura del capitalismo

    de la agricultura inglesa y explica el crecimiento econmico sobre la base de esa asuncin.6 Atribuye el desarrollo a la divisin de trabajo entre trabajo manufacturado y agricultura, que sita separadamente en el campo y en la ciudad; considera que esta divisin mejora el comercio y aumenta la produccin mediante la especializacin. Pero si el comercio es el motor del desarrollo y si el nexo entre la ciudad y el campo es crtico para ello, la fuerza de su desarrollo no se encuentra en ningn modelo de principio dinmico exclusivo de la ciudad o de la clase urbana por antonomasia, la burguesa, sino en la oposicin a la parsita clase de los propietarios de las tierras. Del mismo modo que Hume, Smith da por cierto el modelo de capitalismo agrario ingls, una construccin que debera, segn el paradigma burgus, representar una contradiccin en sus propios trminos.

    Tambin en Francia surgi una escuela de pensamiento econmico, los fisicratas,7 que identificaron la agricultura como el origen de toda la riqueza y desarrollo y consideraban a Inglaterra como su modelo de agricultura productiva.8 Pero todo ello se vera sofocado, por no decir obliterado, por la Revolucin francesa. El escenario francs era substancialmente diferente del ingls, en cuanto no posea una agricultura capitalista; de hecho, su agricultura estaba totalmente estancada y las relaciones entre burguesa y aristocracia posean un carcter an ms antagonista. Pero incluso aqu, el modelo que se construy a raz de la Revolucin no se ajustaba realmente a los hechos. La asociacin de la burguesa con el capitalismo de hecho, la absoluta identificacin de burgus con capitalista, que es lo que finalmente emergera de este paradigma compuesto tena menos que ver con las realidades de la vida burguesa en Francia que con las aspiraciones de los liberales franceses a progresar al estilo ingls.9 La burguesa revolucionaria haba estado compuesta en gran medida por profesionales, funcionarios y burcratas, no por capitalistas o ni siquiera mercaderes y comerciantes del tipo ms clsico; y la carrera

    6 Vase David McNally, Political Economy and the Rise of Capitalism: A Reinterpretation, Berkeley y Los Angeles, 1988.7 Los fisicratas consideraban que haba un orden natural para todas las cosas, incluyendo la sociedad y el sistema econmico. De acuerdo a los fisicratas, los sistemas econmicos deban ser regidos por sus propias leyes naturales, sin intervencin del gobierno. Su sistema, por lo tanto, se basaba en el concepto francs de laissez faire (dejar hacer), que promueve el libre mercado y la nula participacin del Estado en las decisiones econmicas. [N. de la T.]8 McNally, op. cit.9 Vase Eric Hobsbawm, Los ecos de la Marsellesa, Barcelona, Crtica, 1992, pp. 17-56.

  • 23Inglaterra, capitalismo y el paradigma burgus

    de rentista continu siendo el ideal burgus. En retrospectiva, y a la luz del desarrollo econmico ingls, junto con los primeros avances en un gobierno parlamentario, la dramtica y ejemplar lucha de la burguesa francesa contra el privilegio aristocrtico supuso un ejemplo para todas las luchas que se enfrentaban al estancamiento econmico y la exclusin poltica.

    A travs de la poderosa lente de esta ideologa postrevolucionaria, incluso la historia de Inglaterra empez a tomar el aspecto de una burguesa ascendente, por supuesto, con ciertos ajustes para que la ascendente alta burguesa de Hume, o tal vez la emprendedora clase hacendada, pudiera ser asimilada a la burguesa. Puede que incluso hayan sido historiadores franceses como Thierry y Guizot los que primero otorgasen a la guerra civil inglesa su carcter de revolucin burguesa, una lucha de clase por parte de una burguesa moderna, progresista, contra una aristocracia conservadora y feudal. El modelo revolucionario francs de cambio social es incluso responsable de la caracterizacin del desarrollo industrial ingls en trminos de revolucin. Pese a que ahora esta revolucin habitualmente aparezca en el paradigma dominante como si hubiese tenido lugar ajena a las relaciones sociales, como si hubiese pertenecido a algn tipo de proceso natural, a la evolucin impersonal de la tecnologa, un desarrollo tcnico autnomo llamado industrializacin. Finalmente, este paradigma combinado se ha convertido en un modelo paneuropeo, proyectando un nico, aunque desigual, modelo de desarrollo para Europa, y a la larga para el mundo.

    Una consecuencia paradjica de este desarrollo ideolgico fue que la particularidad del capitalismo como una forma social histricamente especfica, con sus distintivas leyes de movimiento, acab oculta dentro de esta visin. La especificidad del capitalismo era claramente menos visible en la identificacin del capitalista con el burgus de lo que que haba sido en, por ejemplo, los escritos de Locke, an firmemente centrados en el modelo agrcola ingls. Hasta tal punto era as, que el marco conceptual de Locke como el de los emprendedores agrcolas fij su atencin en la diferencia entre los usos productivo e improductivo de la propiedad; no le preocupaban tanto el comercio o la percepcin de beneficios comerciales, es decir, las antiguas prcticas de comprar barato y vender ms caro, como la productividad y la riqueza que deban derivarse de la modernizacin, con lo que se acerc mucho ms a la lgica sistmica del capitalismo de lo que lo hicieron

  • 24 La prstina cultura del capitalismo

    aquellos que identificaban capitalismo con las actividades burguesas clsicas o con el simple crecimiento de las ciudades y del comercio. El sistema de relaciones de propiedad descritas por Locke, basado en las dinmicas regiones agrcolas del sur de Inglaterra, que era lo que mejor conoca, no era una simple extensin de las actividades comerciales de la edad dorada, con un extenso pedigr histrico que retroceda hasta la Antigedad, sino que puso en marcha toda una nueva dinmica social de crecimiento autnomo y de acumulacin basado en la mejora de la productividad laboral generada por el imperativo de la competencia.

    Haba pocas cosas de este presupuesto econmico que hubiesen podido ser simplemente deducidas mediante su extrapolacin de las prcticas comerciales tradicionales de los mercaderes de la Antigedad clsica o de la burguesa medieval. Y, sin embargo, la identificacin de capitalismo con burguesa ha trado consigo una tendencia a admirar el sistema capitalista, sus actividades caractersticas, motivaciones e imperativos, como algo ms que una simple extensin de estas formas sociales aparentemente intemporales. El capitalismo simplemente es ms comercio, ms mercados, ms ciudades y, por encima de todo, una ascendente clase media.

    Esta tendencia ha tenido otro efecto significativo, el tratamiento del capitalismo como una presencia siempre existente en la historia al menos de una manera latente, y por lo menos tan presente en la historia pasada como lejos queramos retrotraernos y que tan slo requera de la eliminacin de los obstculos que se oponan a su desarrollo natural. El capitalismo es una oportunidad largamente diferida ms que un imperativo nuevo e histricamente especfico. Los defensores de esta oportunidad comerciantes, mercaderes, habitantes de las ciudades, burguesa han existido en tanto que han existido ciudades y mercados y los obstculos se han interpuesto en su camino mientras que hubo privilegiados aristcratas y restricciones comunales. Estas obstrucciones han sido tenaces y puede que se haya requerido de confrontaciones violentas para eliminarlos, pero si hay algo aqu que requiera una explicacin es la eliminacin de los obstculos, no la aparicin de una nueva fuerza social.

    La misma tendencia puede ayudar a explicar por qu este tipo de evoluciones como el ascenso del individualismo, el aumento de la libertad y el ascenso de las clases medias parecen suficientes para explicar la evolucin del capitalismo. Por supuesto, este tipo de consideraciones han resultado bastante compatibles para aquellos a los

  • 25Inglaterra, capitalismo y el paradigma burgus

    que les gustara considerar el capitalismo como el orden natural de las cosas. Nada podra ser mejor para esto que una visin de la historia que reconociese la incontrovertible realidad de que el capitalismo o la sociedad comercial no siempre han existido y que al tiempo la identifica como el destino final del progreso, mientras reivindica un estatus universal y transhistrico, una concepcin del progreso que reconoce la historicidad del capitalismo como un estadio evolutivo y que a la vez niega su especificidad y su transitoriedad.

    El marxismo y el paradigma burgus

    El posicionamiento del marxismo en la construccin de este paradigma ha sido profundamente ambiguo. Obviamente la revolucin burguesa ha figurado de manera prominente en el canon marxista, tanto que el pensamiento convencional atribuye este paradigma a Marx y a Engels. La mayor parte de las caractersticas del modelo aparecen en algn momento en el pensamiento marxista: la burguesa versus la aristocracia, tanto en la Revolucin francesa como en la inglesa; el capitalismo acechando en las intersecciones del feudalismo, esperando tan slo a ser liberado, etctera. Si bien buena parte de la teora marxista de hecho, su naturaleza distintiva rebate fuertemente esta visin de la historia.10 Por encima de todo, la crtica de la economa poltica posee en su ncleo una insistencia en la especificidad histrica del capitalismo y de sus leyes de movimiento, la negacin de que este represente una simple extensin de las prcticas comerciales clsicas, una afilada distincin entre acumulacin capitalista y la obtencin de beneficios comerciales a la antigua usanza, un rechazo de cualquier tipo de inclinacin a generalizar la lgica sistmica del capitalismo a toda la historia pasada.

    El concepto marxista de la clase como fuerza histrica nos invita a buscar el principio impulsor no en la dinmica de ascensin y cada de clases, no en un nico choque catastrfico entre una clase explotadora en declive y el contrincante aspirante al dominio explotador, que contiene en s mismo las semillas de un nuevo orden social, ni siquiera

    10 Para un anlisis de dos teoras histricas diferentes en Marx, una an fuertemente deudora del materialismo mecnico de la Ilustracin, la otra producto de su madurada crtica a la economa poltica, vase Robert Brenner, Bourgeois Revolution and Transition to Capitalism, en A. L. Beier et al. (eds.), The First Modern Society, Cambridge, 1989. Vase tambin George Comninel, Rethinking the French Revolution: Marxism and the Revisionist, Londres, Challenge, 1987.

  • 26 La prstina cultura del capitalismo

    en la derrota revolucionaria de una clase dominante por otra, sino ms bien en las relaciones existentes entre explotadores y explotados pero no entre, por ejemplo, aristocracia y burguesa, sino entre propietarios y campesinos y en las contradicciones dentro de cada forma social, que pueden dar pie a las crisis, dislocaciones, conflictos violentos (no solo entre clases sino dentro de las clases sociales) e incluso a revoluciones.

    Segn este punto de vista, el capitalismo no siempre ha estado presente en la historia y desde este enfoque el capitalismo tampoco es simplemente el correcto desarrollo de la burguesa, liberada de las cadenas del feudalismo. El surgimiento del capitalismo con sus propias leyes de movimiento requiere de una explicacin; y las explicaciones ofrecidas, por Marx, al menos esquemticamente y de manera ms completa por parte de otros que tambin trabajan dentro de la tradicin materialista, se relacionan con las especificidades de la historia inglesa. Esta historia el relato del capitalismo agrario ingls con su triada de propietarios, arrendatarios capitalistas y trabajadores asalariados, el relato de la acumulacin primitiva, como fue descrito por el propio Marx, acerca de la desposesin del campesinado producida por la expulsin coercitiva y por las presiones econmicas competitivas desvela el paradigma burgus.11

    La concepcin de la historia (contraria a las corrientes tecnolgico-deterministas de la tradicin marxista) tambin pone en cuestin la abstracta idea de la industrializacin como un proceso tcnico autnomo: el concepto relevante aqu no es el de la sociedad industrial sino el del capitalismo industrial. No se trata simplemente de otro estadio en el avance generalizado de las fuerzas productivas que tiende a suceder a lo largo de la historia sino que, en su lugar, pertenece a las leyes especficas de movimiento inherentes al capitalismo, puestas en marcha por las relaciones sociales capitalistas, la explotacin capitalista ylas leyes capitalistas de competencia y acumulacin. Un determinado nivel de fuerzas productivas era claramente una condicin necesaria para la irrupcin del capitalismo industrial, pero fue suficiente slo en el contexto de las relaciones de propiedad inglesas. Y aunque la historia particular del capitalismo ingls est recogida en un contexto ms amplio que abarca el desarrollo occidental desde la antigedad greco-romana y dentro de un sistema de relaciones geopolticas y econmicas internacionales ms extenso, no existe un modelo nico, unilineal, ni siquiera paneuropeo de desarrollo histrico.

    11 Vase, por ejemplo, el captulo acerca de la Acumulacin primitiva en el vol. I de El Capital.

  • 27Inglaterra, capitalismo y el paradigma burgus

    Desde el principio los anlisis ms importantes sobre la transicin del feudalismo al capitalismo dentro de la tradicin del materialismo histrico aunque en diversos grados no los ha desarrollado la corriente marxista del paradigma sino la otra y ms distintiva tendencia. Los historiadores marxistas, sin excluir al propio Marx, siempre han insistido en la extensa duracin de la transicin del feudalismo al capitalismo y en la cual las revoluciones no son las principales instigadoras del cambio, sino que representan las crisis de los dilatados y complejos procesos histricos a los que el episodio revolucionario no pone fin.12 Ms an, desde Maurice Dobb pasando por Rodney Hilton, hasta el anlisis realizado sobre la transicin por Robert Brenner, el foco central se ha situado ms en las relaciones entre propietarios y campesinos que en la aristocracia y la burguesa: se ha rechazado explcitamente cualquier tipo de asuncin acerca de que las ciudades sean intrnsecamente capitalistas y contrarias al feudalismo, que el dinero y los mercados supusieran en s mismos el fin del feudalismo o que el crecimiento del comercio sea el impulsor primario en la transicin al capitalismo. Este tipo de argumentos tambin tienden a implicar una distincin entre burgus y capitalista, teniendo en cuenta que el capitalismo no se desarroll primeramente en aquellos lugares en los que las clases medias urbanas eran ms maduras que en Inglaterra, como por ejemplo en las ciudades-Estado comerciales del norte de Italia. Estos autores cuestionan la asuncin de que existiese algo inherentemente progresista o modernizador en estas clases medias urbanas maduras y seguras de s mismas, o incluso, que albergasen algo intrnsecamente hostil al rgimen feudal.13

    En las primeras muestras de la tradicin marxista, se mantena una tendencia a presuponer que las condiciones del capitalismo ya existan en estado embrionario, como si dichas condiciones fuesen nada ms que una extensin de las prcticas ya existentes especialmente la produccin primitiva de bienes de los pequeos y medianos granjeros,

    12 Vase, por ejemplo, E. P. Thompson, The Peculiarities of the English, originalmente publicado en Socialist Register, 1965; reimpreso en The Poverty of Theory and Other Essays, Londres, 1978 (las pginas referenciadas son de la edicin posterior), pp. 39-41. [Existe una edicin en castellano, Miseria de la teora, Barcelona, Crtica, 1981].13 Vase, por ejemplo, Robert Brenner, The Origins of Capitalist Development: A Critique of Neo-Smithian Marxism, nlr, nm. 104, julio-agosto, 1977, pp. 25-92; Rodney Hilton, Towns in English Feudal Society, en Class Conflict and the Crisis of Feudalism, pp. 102-113; John Merrington, Town and Country in the Transition to Capitalism, en Rodney Hilton (ed.), La transicin del feudalismo al capitalismo, Crtica, Barcelona, 1983.

  • 28 La prstina cultura del capitalismo

    en particular de la yeomanry14 y de tratar el mercado capitalista ms como una oportunidad que como un imperativo, una liberacin y expansin ms que una transformacin de la produccin de mercancas al tiempo que la lucha de clases se deshaca de los grilletes del feudalismo. En Brenner, sin embargo, ha desaparecido incluso el remanente del paradigma burgus. El capitalismo deja de ser una presuposicin, cuya inexplicada existencia embrionaria debe ser asumida para poder dar cuenta de su surgimiento. Antes bien, el capitalismo surgi como una consecuencia no intencionada de las relaciones entre clases no capitalistas, cuyo resultado fue el sometimiento de los productores directos a los imperativos de la competencia. Estos fueron obligados a entrar en el mercado para acceder a sus medios de subsistencia y de reproduccin. En el corazn de este relato subyace la distintiva triada agraria, el nexo del propietario comercial, del arrendatario capitalista y del trabajador asalariado, que marc a las regiones ms productivas de las reas rurales inglesas.

    Pero si bien la triada ha servido como base de las explicaciones marxistas desde el propio esbozo que hiciera Marx de la historia agraria inglesa, Brenner va ms all en su explicacin del mecanismo del desarrollo capitalista, centrando su atencin en la figura sobre la que pivota todo, la del arrendatario-granjero que dominaba el cultivo en Europa. A diferencia del propietario o del campesino-propietario, este arrendatario ingls no tena derecho alguno asegurado sobre la propiedad, ms all de las condiciones del arrendamiento. Incluso su posesin de la tierra estaba sujeta a los requisitos del mercado competitivo que le empujaban a incrementar la productividad mediante la innovacin, la especializacin y la acumulacin. El efecto de estas relaciones agrarias fue el de marcar la tendencia de una nueva y dramtica dinmica de crecimiento autosostenido sin precedente histrico alguno.15

    14 Trmino ingls con el que se designa a un campesino que cultiva su propia tierra o, especialmente en la poca isabelina de finales del xvi y comienzos del xvii, un hombre libre que posea una pequea propiedad, un pequeo propietario o campesino prspero. Histricamente, en la estructura de clases de la Edad Media y moderna en Inglaterra estaba por debajo de la gentry (la baja nobleza propietaria que acabara conformando gran parte de la burguesa), pero tena derechos polticos y representaba a grandes rasgos el ideal del ingls libre de nacimiento que sustentaba buena parte del imaginario sociopoltico ingls. [N. de la T]15 Los principales escritos de Brenner sobre la transicin del capitalismo al feudalismo son The Origins of Capitalist Development (vase la anterior nota 13), Bourgeois Revolution and Transition to Capitalism (vase nota 10), Agrarian Class Structure and Economic Development in Pre-Industrial Europe y The Agrarian Roots of European Capitalism, este ltimo publicado originalmente en Past and Present, y reeditado en El debate Brenner (vase nota 1).

  • 29Inglaterra, capitalismo y el paradigma burgus

    Las peculiaridades de lo ingls y el declive de Gran Bretaa

    El paradigma burgus yace en la influyente lnea argumentativa que atribuye el declive del capitalismo britnico a su prematuro nacimiento e incompleto desarrollo. Gran Bretaa, segn afirman estos argumentos, sufre de una modernizacin incompleta, un desarrollo econmico estancado, obstaculizado por instituciones y posicionamientos culturales anticuados, anacronismos que han permanecido tenazmente desde el temprano demasiado prematuro surgimiento del capitalismo ingls. El cargo principal en estas acusaciones es habitualmente el de que la lite britnica se ha mostrado desproporcionadamente preocupada por las formas primitivas del capital comercial y financiero a costa de la produccin industrial moderna, una preocupacin que representa un regreso a los orgenes aristocrticos y premodernos del capitalismo ingls, pero que se impuso decisiva y fatalmente durante la ltima parte del siglo xix.16

    El debate en torno a estos presupuestos ha tendido a centrarse en el periodo victoriano y en el desarrollo de la economa a partir de esos momentos. Pero la exposicin ms contundente y extensa sobre el obsoleto caso britnico nos obliga a retrotraernos al menos hasta el siglo xvii, y ms all de la economa, comprende a sus promotores polticos y culturales.17 Tambin nos invita a comparar Gran Bretaa

    16 Entre los diferentes estudios que han contribuido, de una manera u otra, a esta imagen del declive de Gran Bretaa como algo enraizado en la debilidad estructural de la industria, el peso desproporcionado de otras formas de capital y/o una cultura unvocamente antindustrial estn: Geoffrey Ingham, Capitalism Divided?: The City and Industry in British Social Development, Londres, 1984 (vase tambin el anlisis de Colin Leys sobre la obra de Ingham, The Formation of British Capital, nlr, nm. 160, noviembre-diciembre, 1986); W. D. Rubinstein, Men of Property, Londres, 1981; Martin Wiener, English Culture and the Decline of the Industrial Spirit 1850-1980, Cambridge, 1981. Acerca del capitalismo bastardo ingls y su rodeo, vase Victor Kiernan, Modern Capitalism and Its Shepherds, nlr, nm. 183, septiembre-octubre, 1990, p. 76.17 Las denominadas tesis Nairn-Anderson fueron elaboradas mediante una recopilacin de textos de Perry Anderson y Tom Nairn, a saber: Anderson, Origins of the Present Crisis, nlr, nm. 23, enero-febrero de 1964; Socialism and Pseudo-Empiricism, nlr, nm. 35, enero-febrero de 1966; Components of the National Culture, nlr, nm. 50, julio-agosto de 1968; y los de Nairn The British Political Elite, nlr, nm. 23, enero-febrero de 1964; The English Working Class, nlr, nm. 24, marzo-abril de 1964; The Anatomy of the Labour Party, nlr, nm. 27, septiembre-octubre de 1964, y nlr, nm. 28, noviembre-diciembre de 1964; The British Meridian, nlr, nm. 60, marzo-abril de 1970; Twilight of the British State, nlr, nm. 101, febrero-abril de 1976. Ambos autores han retomado este tema recientemente: Anderson en The Figures of Descent, nlr, nm. 161, enero-febrero de 1987; y Nairn en The Enchanted Glass: Britain and its Monarchy, Londres, 1988.

  • 30 La prstina cultura del capitalismo

    con otros Estados europeos. En las tesis asociadas a los nombres de Perry Anderson y de Tom Nairn, la debilidad de la economa britnica se achaca a la persistencia del Antiguo Rgimen: la precocidad del capitalismo no radica aqu solo en la desproporcin entre industria y comercio o capital financiero, sino tambin en el desajuste entre la economa capitalista y una superestructura fundamentalmente inalterada, un Estado premoderno y una cultura anacrnica. El Estado britnico, siguiendo las tesis Nairn-Anderson, a duras penas ha evolucionado desde 1688 cuando alcanz la cima de su desarrollo. Ni siquiera toda la serie de revoluciones burguesas que modernizaron el resto de los principales Estados consiguieron eliminar la persistencia del arcasmo britnico; especialmente la carga de una cultura dominante y un Estado anclados en el pasado dejaron a la economa britnica sin recursos para poder renovarse cuando se agot la precoz cascada de crecimiento y la fuerza de su liderazgo.

    Las tesis Nairn-Anderson, que dieron lugar a un fructfero y extenso debate, en particular con el historiador E. P. Thompson, fueron elaboradas entre los aos sesenta y setenta, en las pginas de la New Left Review. Su principal objetivo era ofrecer una explicacin a los orgenes de la crisis actual, en un momento en el que Gran Bretaa pareca tener un patrn de declive industrial nico entre los pases capitalistas. Unos veinte aos despus, el mismo debate se vio reavivado en un contexto de crisis internacional y de reestructuracin del capital, que tendi a enmascarar cualquier tipo de problema especficamente britnico. Fue tambin la poca que vio cmo la economa capitalista dominante durante el periodo anterior Estados Unidos comenzaba a reproducir el patrn de declive que hasta entonces se haba considerado exclusivo de Inglaterra. Las poderosas e influyentes tesis Nairn-Anderson, construidas en la dcada de 1960 para explicar el declive britnico buscando en sus races histricas, se desenterraron y utilizaron para defender no slo su propia explicacin acerca de esa enfermedad especficamente britnica, sino tambin la idea misma de su especificidad.18 Paralelamente surgi un movimiento que abogaba

    18 El crtico ms importante de las tesis Nairn-Anderson en su formato original fue E. P. Thompson, cuyo artculo seminal, The Peculiarities of the English [Las peculiaridades de lo ingls], tuvo una profunda influencia en la historia inglesa. Este texto fue escrito en respuesta a la interpretacin dada por Anderson y Nairn acerca de la excepcionalidad de lo ingls. Anderson recogi y continu el debate con Thompson en Arguments Within English Marxism, Londres, 1980. Criticas y anlisis recientes como respuesta particular al texto de Anderson The Figures of Descent y a su relato del declive industrial de Gran Bretaa son: Michael Barratt Brown, Away

  • 31Inglaterra, capitalismo y el paradigma burgus

    por la reforma constitucional de Inglaterra, cuyos defensores principales (especialmente aquellos asociados a Charter8819) suscribieron unos presupuestos muy similares a las tesis de Nairn-Anderson acerca de lo incompleto de la revolucin burguesa britnica y la inmadurez de su democracia burguesa.

    Las tesis originales de Nairn-Anderson se apoyaban en dos asunciones principales: que el declive britnico era especial y nico, y que esos dos desrdenes especficos eran rastreables hasta el origen primero, y consecuentemente imperfecto, del desarrollo capitalista en Inglaterra, donde un capitalismo prematuro y prcticamente indiscutido surgi bajo los auspicios de una aristocracia terrateniente en lugar de hacerlo de la mano de una burguesa urbana primitiva; esta careca de la experiencia proporcionada por la completa secuencia de revoluciones burguesas vividas en el continente y gracias a las cuales se construyeron Estados burgueses ms racionales. Esta clase capitalista, an agraria y aristcrata, no experiment una necesidad de transformar por completo el orden social y sus cimientos culturales, mientras que la inmadura burguesa tampoco busc nunca alcanzar la hegemona total durante el proceso de modernizacin, dejando al capital industrial britnico permanentemente empequeecido frente a otras formas ms primitivas de capital comercial y financiero. El corolario esencial de esta tesis era la afirmacin de que otros pases, cuyo desarrollo capitalista fue ms tardo, no se vieron sujetos a los mismos trastornos porque eran ms modernos y sus revoluciones burguesas se haban desarrollado de una forma ms completa.

    Estas asunciones principales fueron posteriormente modificadas en modos diversos por cada uno de los autores originales. Perry Anderson argument en Las figuras de la decadencia que el caso britnico podra haber prefigurado un patrn ms universal, ya replicado por los

    With All Great Arches: Andersons History of British Capitalism, nlr, nm. 167, enero-febrero, 1988; Alex Callinicos, Exception or Symptom? The British Crisis and the World System, nlr, nm. 169, mayo-junio, 1988; Colin Barker y David Nicholls (eds.), The Development of British Capitalist Society: A Marxist Debate, pamphlet of the Northern Marxist Historians Group, Manchester, 1988. Vase tambin Colin Mooers, The Making of Bourgeois Europe, Londres, 1991, pp. 171-176.19 Charter88 fue un grupo de presin britnico que defenda la reforma constitucional y electoral, y que basa su origen en la falta de una constitucin escrita en Gran Bretaa. Tom su nombre de Charter 77 (el movimiento disidente checoslovaco encabezado por Vclav Havel). Su punto de partida fue el triunfo en 1987 del Partido Conservador que aup a Margaret Thatcher como primera ministra. [N. de la T.]

  • 32 La prstina cultura del capitalismo

    Estados Unidos, que mostraba seales de su generalizacin definitiva en todo el mundo capitalista avanzado.20 A la vez aceptaba la visin, expresada ms audazmente por Arno Mayer, de que el Antiguo Rgimen persisti en Europa hasta bien entrado el siglo xx, lo que implicaba que el subdesarrollo de Inglaterra no es en s mismo tan excepcional.21 Tom Nairn fue incluso ms all que Anderson o Mayer en sus afirmaciones acerca de la persistencia del Antiguo Rgimen en Europa. En su notable trabajo sobre la monarqua britnica, sugiri que puede que solo ahora estemos viviendo las primeras dcadas del autntico ascenso del capitalismo, y que l identifica con el triunfo de la burguesa industrial y la formacin de un Estado equiparable.22

    As pues Inglaterra no es nica ni en su subdesarrollo ni tampoco, quizs, en el patrn de sus crisis. De hecho, si Nairn particularmente est en lo correcto en su postergacin del triunfo del capitalismo hasta la dcada de 1970, sus tesis parecen necesitar de ajustes substanciales: la dcada que, en opinin de Nairn, observ la victoria decisiva del capitalismo tambin estuvo marcada por la muy extendida rplica de, precisamente, esos patrones que supuestamente sealaban una enfermedad exclusivamente britnica y su efecto, sobre todo, en aquellos pases capitalistas que carecan de elementos similares a las arcaicas rmoras britnicas.

    La obra de Perry Anderson Las figuras de la decadencia concluye sealando los indicadores que apuntan a que los patrones britnicos pueden convertirse en universales para todo el mundo capitalista avanzado. Al mismo tiempo, sigue identificando como especfica la situacin britnica, tanto en su naturaleza, temporalidad y escala de declive como en la pobreza de los instrumentos accesibles al capitalismo britnico para revertir su decadencia industrial. La cuestin para l debe ser si la explicacin histrica original puede respaldar la generalizacin del subdesarrollo britnico para incluir a todos los pases capitalistas de Europa.

    La opcin simplista de generalizar la explicacin britnica, para que as el subdesarrollo britnico y el desarrollo desigual de Europa se pudiesen utilizar para explicar la crisis general es claramente inaceptable para Anderson, no solo porque deja sin explicar el caso estadounidense, que hasta ahora es el que ha mostrado la inclinacin ms pronunciada a

    20 Anderson, Figures, op. cit. p. 77.21 Arno Mayer, La persistencia del Antiguo Rgimen, Alianza Editorial, Barcelona, 1994.22 Nairn, Enchanted Glass..., op. cit., p. 373.

  • 33Inglaterra, capitalismo y el paradigma burgus

    seguir el ejemplo ingls, sino tambin porque existen claras especificidades del caso britnico que permanecen sin ser explicadas. Anderson seala, por ejemplo, la escala particular de la industria britnica, la inclinacin a favorecer la produccin a pequea escala de bienes de consumo frente a la industria pesada, la resistencia a la concentracin y centralizacin del capital y la produccin y el peso desproporcionado de la inversin britnica en el exterior. Tambin se mantiene una configuracin cultural particular, tal y como Anderson ha sealado en el pasado, que separa a Inglaterra del resto de la vida cultural e intelectual de Europa Occidental, lo que, segn Tom Nairn, ha dejado a Inglaterra con una identidad nacional definida por las arcaicas formas de la monarqua y de las ideologas precapitalistas de clase.

    Si otras economas capitalistas estn destinadas eventualmente a sufrir un destino similar y si los remanentes arcaicos del pasado britnico deben situarse dentro de un contexto ms amplio de retraso europeo, que es lo que parece estar sugiriendo Anderson, las particularidades del declive britnico podran an ser explicadas gracias a las peculiaridades de su Antiguo Rgimen. Y aunque las tesis Nairn-Anderson deben precisarse ms para proporcionar una explicacin a un nivel de individuacin ms detallado, que seale y determine las especificidades del Antiguo Rgimen britnico en contraste con otros arcasmos persistentes, las tesis originales, afirma Anderson, permanecen fundamentalmente intactas, y revindicadas por el tribunal de la historia.23

    Dejando, sin embargo, a un lado estas modificaciones, es posible que, desde el principio, dos tesis diferentes hayan competido por la primaca argumentativa dentro del relato de Anderson sobre la historia britnica. En tanto ambas tesis tienden a entrelazarse en su trabajo, las distinciones no son visibles inmediatamente, pero es posible separar las corrientes principales.

    La Tesis 1 que, en conjunto, parece ser la dominante dibuja un capitalismo precoz y una revolucin burguesa mediada, un capitalismo atrofiado por sus orgenes agrarios y aristocrticos, la ausencia de un claro antagonismo entre burguesa y aristocracia y la incapacidad de la burguesa para escapar de su posicin subalterna o de transformar el Estado y su cultura dominante. En cambio, los capitalismos continentales se beneficiaron de unas revoluciones

    23 Anderson, op. cit., p. 77.

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    burguesas ms completas y no mediadas, adems de por las claras contradicciones entre burguesa y aristocracia, lo que se tradujo en un triunfo decisivo de la burguesa y una total transformacin de las arcaicas superestructuras polticas y culturales. Los relativos errores de Inglaterra y los xitos de otros capitalismos tienen que ver con el desarrollo prematuro e incompleto de los primeros y la mayor madurez de los segundos.

    La Tesis 2 que podra, aunque no lo est, haberse extrado de la tesis dominante y, con cierta extrapolacin, podra aparecer como una explicacin separada parte tambin de un capitalismo precoz, pero esta vez el factor crtico no es tanto la persistencia del Antiguo Rgimen como la ausencia de obstculos al desarrollo de este capitalismo prematuro y no desafiado. Aqu, los defectos del capitalismo contemporneo britnico son adscritos a las ventajas derivadas de su precocidad. No se trata simplemente de una cuestin del tipo primero en comenzar, primero en empezar a caer, ni siquiera una cuestin de infraestructuras materiales anticuadas. El argumento es ms bien que la temprana e indisputada evolucin como poder capitalista le priv de los medios para revertir el declive una vez haba comenzado, mientras que otros capitalismos europeos estuvieron, al menos durante una poca, mejor equipados para ello. El prematuro capitalismo ingls nunca tuvo que afrontar la necesidad de establecer instituciones y prcticas que ampliasen o acelerasen el desarrollo como, por ejemplo, determinados modelos de intervencionismo estatal o ciertas tareas administrativas; su lenta y natural revolucin industrial, al contrario que, digamos, el posterior proceso alemn de industrializacin, no gener necesidad alguna para la creacin burocrtica de un amplio y eficiente sistema de educacin tcnica. Por lo que los triunfos del pasado se convertan en el castigo del presente.24

    Estas dos tesis, obviamente, se solapan y no son totalmente incompatibles pero tienen diferencias significativas y no todas ellas pueden ser reconciliadas. La tesis 2 (la del liderazgo precoz) es ms compatible con la persistencia del Antiguo Rgimen en Europa, pero la tesis 1 (revolucin burguesa incompleta) en principio podra resistir a la postergacin o prolongacin de las revoluciones continentales burguesas. Sin embargo, la tesis 2 puede explicar la rplica de las pautas britnicas en el resto de lugares, lo que no puede hacer la tesis 1. La tesis 2, por ejemplo, dara cabida a que otros pases capitalistas

    24 Anderson, Origins of the Present Crisis, op. cit., p. 52.

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    aunque Inglaterra se mantuviera como un ejemplo excepcional debido a sus prematuros y no desafiados orgenes, pese a haber surgido posteriormente y habiendo logrado dentro de un entorno ms competitivo su superioridad, reproduzcan sin embargo, y pese a ello, los efectos negativos del liderazgo atrapado y lastrado por el peso de su xito anterior.25 La historia reciente del capitalismo estadounidense ilustra cmo un periodo de dominio puede producir eventualmente sus propias desventajas competitivas, y que estas no son menores porque sus lderes puedan obtener beneficios durante un tiempo sin tener que desarrollar fuerzas productivas. Segn la tesis 2, la primaca del capitalismo britnico, su propio y prematuro liderazgo, seguira justificando las desventajas relativamente mayores, y una falta de liderazgo posterior podra producir exactamente los mismos efectos que se derivaran de haberlo detentado anteriormente; pero en esta versin, el xito y los errores de cualquier economa capitalista tienen ms que ver con las condiciones de la competencia que con la persistencia del pasado precapitalista o las rupturas con este.

    En otras palabras, la tesis 2 podra asumir, de manera que no podra hacerlo la tesis 1, que los modelos arcaicos no son necesariamente incompatibles con un capitalismo dinmico, tal y como han demostrado vvidamente los ejemplos de Alemania y Japn. La segunda tesis podra incluso considerar la posibilidad de que existan circunstancias en las cuales la supervivencia de las formas arcaicas puedan promover, ms que impedir, el desarrollo capitalista como seran, por ejemplo, la disponibilidad de formas estatales burocrticas cuyas intervenciones lleguen a invalidar las contradicciones inherentes del puro capitalismo, o la persistencia de formas culturales que rubriquen la defensa de los trabajadores. De hecho, los primeros sucesores del prematuro capitalismo ingls podran encajar mucho ms exactamente en el tipo de desarrollo capitalista dirigido bajo los auspicios premodernos, tal y como respondieron los Estados postabsolutistas al desafo competitivo y el ejemplo del capitalismo ingls (beneficindose tambin algunas veces del acceso al capital y la tecnologa inglesas). Fue precisamente en este tipo de casos, ms que en el britnico, en los que el capitalismo dinmico pudo desarrollarse prematuramente, antes de la maduracin completa de las condiciones del lugar, adaptando incluso vestigios precapitalistas a las necesidades del desarrollo capitalista.

    25 Ibidem, p. 50.

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    Las dos tesis, por decirlo de otra manera, difieren en las concepciones subyacentes acerca del capitalismo: la primera se basa en un capitalismo progresivo presentado sin ambages, el cual, liberando su lgica natural, promover siempre el avance industrial y un Estado racional; la otra, reconoce las contradicciones inherentes al sistema. La primera debe atribuir los fracasos a lo incompleto del desarrollo capitalista; la segunda puede adscribirlos a la debilidad inherente al capitalismo en s mismo. Merece la pena aadir que la tesis 2, la del liderazgo prematuro, es ms compatible con los argumentos sugeridos por E. P. Thompson en el debate original, y est menos condicionada por la acusacin del autor de que Nairn-Anderson operaban con un modelo abstracto e idealizado de una revolucin burguesa, extrado de manera un tanto tautolgica de las experiencias de otros pases.26

    Gran parte de la discusin que viene a continuacin se desarroll en oposicin a las premisas de las tesis Nairn-Anderson, aunque no siempre en contraposicin o en discusin directa con ellas. Se comparten aqu sus premisas bsicas de que la primaca del capitalismo britnico provee la clave que explica su actual situacin. Y se parte de sus perspectivas acerca de la historia y la cultura britnicas, si bien no se llega necesariamente a las mismas conclusiones.

    Un punto crucial se conserva indiscutible. Gran Bretaa o ms bien Inglaterra fue la primera sociedad capitalista mundial, y el hecho de ser la primera afect profundamente a su desarrollo futuro.

    26 E. P. Thompson, Las peculiaridades de lo ingls. En referencia a su cierto aire a lo Podsnap pero a la inversa, Thompson se inventa un dilogo podsnappiano con Anderson y Nairn: Y los otros pases, dijo el seor Podsnap compungido. Cmo se las arreglan?. Se las arreglan, respondieron los seores Anderson y Nairn speramente: Se las arreglan sentimos estar obligados a decirlo mejor en todos los aspectos. Sus revoluciones burguesas han sido maduras. Sus luchas de clases han sido sanguinarias e inequvocas. Su intelligentsia ha sido autnoma y verticalmente integrada. Su morfologa ha sido clara desde el punto de vista ideolgico. Su proletariado ha sido hegemnico (p. 12). Los problemas que aqu estn en juego no son, desde luego, fciles. Exige un gran esfuerzo de la paciencia semntica de uno imaginar una clase de burgueois diseminados por el campo viviendo en sus propiedades; y es ms fcil ver en el capital mercantil el nico ncleo verdaderamente burgus de la revolucin. Pero si dejamos de lado las asociaciones con el modelo francs que el trmino introduce, y pensamos ms bien en el modo de produccin capitalista, entonces debemos seguir a Marx en su visin de los terratenientes y agricultores como un nexo capitalista autntico y muy poderoso (p. 15). [Ed. cast.: Las peculiaridades de lo ingls en Historia social, nm. 18, Fundacion Instituto de Historia Social, Centro Francisco Toms y Valiente, Valencia. El Sr. Podsnap es un personaje de Nuestro amigo comn, de Charles Dickens, que representa la pomposidad, la autoocomplacencia y el rechazo a ver la realidad. Su uso extendido ha provocado que aparezca como un trmino habitual y entre otros, aparece definido en el Mirriam Webster (N. de la T.)].

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    Pocas dudas puede haber de que su especfica trayectoria de desarrollo dej al capitalismo britnico particularmente mal dotado para asumir el tipo de reestructuracin necesaria, especialmente la concentracin del capital y la produccin, requerida en las posteriores condiciones de competencia internacional. Pero estos hechos son susceptibles de tener ms de una interpretacin. Si el capitalismo ingls fue el primero, y por ello tambin el nico en surgir, por as decirlo, espontneamente y no en respuesta a las presiones competitivas externas de los Estados ms modernos, es indudablemente cierto que su evolucin orgnica mantuvo ciertas formas arcaicas en lugar de borrarlas mediante oleadas revolucionarias. Pero tambin puede ser cierto, y justo por la misma razn, que el capitalismo estuviese aqu mucho ms profundamente enraizado y sus leyes de movimiento mucho ms firmemente establecidas que en cualquier otro lugar al transformar la substancia al mismo tiempo que preservaba las viejas formas, o en otras palabras, vino nuevo en odres viejos.

    Por tanto, Inglaterra supone un modelo de capitalismo peculiar o es peculiarmente capitalista? Esta cuestin no es menos significativa para una comprensin del capitalismo en general de lo que lo es para una interpretacin especfica de la historia britnica. Supone una gran diferencia el que los fallos en el primer sistema capitalista mundial y sus patrones de declive provengan de la debilidad, de la inmadurez y de su carcter incompleto, propios de un caso de desarrollo atrofiado, o que provengan de las contradicciones inherentes del sistema en s mismo.

    Puede acabar resultando que muchas de las cualidades atribuidas al desarrollo incompleto del capitalismo britnico pertenezcan ms bien al capitalismo como tal, mientras que las revoluciones burguesas de cualquier otro lugar aparentemente ms completas presenten profundas continuidades con un pasado precapitalista, e incluso que estas continuidades hayan beneficiado algunas veces a otros capitalismos europeos. Puede que encontremos tambin que, mientras que Inglaterra es de hecho reseable por su adhesin a las formas arcaicas y su tendencia a revivir o incluso a inventar vestigios obsoletos y aunque estas formas juegan sin duda alguna un papel ideolgico importante, las continuidades con un pasado precapitalista sean aqu ms formales y simblicas que las continuidades estructurales que ligan a otros Estados europeos (sin estas trampas simblicas) con sus antecedentes premodernos.

    Convencionalmente se reconocen seales distintivas, asociadas al paradigma burgus, que identifican el concepto de modernidad y

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    que han estado ausentes en Inglaterra y presentes en sus principales rivales histricos, especialmente en el denominado Estado moderno o racional, con sus correspondientes tradiciones de discurso poltico y formas culturales. Aqu se argumenta que el surgimiento de esos sellos distintivos en la Europa continental no marcaron la madurez de la burguesa o de las fuerzas capitalistas sino que, por el contrario, reflejaron la fortaleza de la persistencia de las relaciones sociales y de propiedad precapitalistas. De hecho, la aparicin de ideas comnmente asociadas con el advenimiento del Estado moderno como por ejemplo determinadas concepciones acerca de la indivisibilidad de la soberana y el concepto de nacin atestiguan tanto la ausencia de modernidad, y de hecho la ausencia de una soberana y una nacionalidad unificadas, como de su existencia real.

    El principal ejemplo de ello es Francia, que ha proporcionado al mundo este modelo predominante de revolucin burguesa y de nacimiento de la modernidad. Por el contrario, lo que habitualmente se toma como seales convencionales de un Estado y una cultura polticas modernas se encontraban ausentes en Inglaterra, y no porque el Estado ingls estuviese atrasado o porque el capitalismo ingls estuviera desviado y fuese inmaduro. Al revs, estas ausencias marcaron la presencia de un capitalismo bien desarrollado y un Estado que iba evolucionando en armona con la economa capitalista. Lo que le faltaba a Inglaterra en discurso poltico lo posea en realidad histrica. Es por ello que, en Inglaterra, no se ha producido una fatdica disyuncin entre economa capitalista y un Antiguo Rgimen anclado en un tiempo pasado all por 1688. Al contrario, la formacin del Estado y la cultura dominante ha estado inextricablemente ligada al desarrollo del capitalismo, atenindose todo ello demasiado bien a sus contradicciones lgicas e internas. Puede que Inglaterra sea la cultura capitalista ms completa de Europa.

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    el estado moderno2.

    Inglaterra es el nico entre los principales Estados capitalistas, es-cribe Perry Anderson, que jams ha experimentado un proceso de mo-dernizacin completo. Las tesis originales de Nairn-Anderson sugeran que el minimalista Estado britnico, durante el crtico periodo de industrializacin del siglo xix, fue un producto de su evolucin pre-coz, mientras que en el continente una serie de revoluciones burguesas forjaron Estados modernos, centralizados y racionalmente burocrati-zados capaces de asumir la direccin del desarrollo econmico. En sus redacciones ms recientes, el argumento esencial no ha cambiado en apariencia, pese a que actualmente la culminacin de las revoluciones burguesas se retrase hasta el periodo de mediados del siglo xx, cuando no incluso ms tarde. Al escribir sobre la revolucin britnica, la ra-pidez y el objetivo de un proceso que acab finalmente en 1688, un siglo antes del advenimiento del capitalismo industrial en s, Anderson se dedica a contrastar la singularidad del caso britnico frente a otras revoluciones ms completas:

    La experiencia del resto de los Estados capitalistas fue muy diferen-te [] La total supresin del paisaje social e institucional que haba prevalecido hasta la Primera Guerra Mundial el escenario completo estudiado por [Arno] Mayer tan slo se complet totalmente en la Segunda. El significado general de esas revoluciones tras la revolu-cin fue el mismo en todas partes. En esencia supusieron fases en la modernizacin del Estado, lo que en consecuencia permiti revigorizar la economa [] Solo Gran Bretaa estuvo exenta de este proceso.1

    1 Perry Anderson, The Figures of Descent, nlr, nm. 161, enero-febrero 1987, p. 48.

  • 40 La prstina cultura del capitalismo

    Pero si esto significaba que las incapacidades del Estado britnico son debidas a su incompleta modernizacin por la falta de una revolucin burguesa y una serie de secuelas derivadas de ello, Anderson tambin da a entender que existe una explicacin alternativa. Al describir el minima-lismo y la austeridad del Estado victoriano, contrastndolo con otros Estados europeos de la poca en relacin al gasto pblico, los ingresos tributarios y con un aparato administrativo de tamao similar, concluye:

    El perfil peculiar del Estado ingls deba sus orgenes a la interdiccin del absolutismo monrquico en el siglo xvii. La creacin de cuerpos extensivos de funcionarios cuyos mandos se reclutaban principalmen-te, aunque no en su totalidad, entre las filas de la nobleza, puso los ci-mientos para el subsecuente surgimiento de una burocracia profesional permanente en las monarquas continentales [] Ni los principales ejrcitos ni la burocracia fueron legados por la prehistoria del poder agrario del siglo xix en Inglaterra.2

    Esto sugiere, pese a que no sea un argumento elaborado, que el Estado moderno con sus burcratas profesionales y que, segn Anderson, re-sult tan til para dirigir a las economas continentales, fue un retoo del absolutismo monrquico y no el producto de un avanzado desarrollo capitalista. Qu es lo que se infiere, por tanto, de esta observacin? Qu era ms moderno, el Estado britnico que haba adelantado al absolu-tismo o el Estado continental an enraizado en su pasado absolutista? Tienen que ver las ausencias sintomticas de la historia britnica con el subdesarrollo del capitalismo, o, por el contrario, con la interdiccin del absolutismo? Y, entonces, si el Estado postabsolutista era ms burgus, significa por ello que era menos plenamente capitalista?

    El absolutismo y el Estado moderno

    El Estado absolutista haba seguido una lgica econmica propia, que deba ms a sus antecedentes precapitalistas que a la lgica de una economa capitalista emergente. El Estado era en s un instrumento primario de apropiacin, un recurso privado para los cargos pblicos. Del mismo modo que los seores feudales se haban apropiado de la plusvala de los campesinos por medio de sus potestades polticas y jurisdiccionales, adems de su poder militar y gracias a sus privilegios

    2 Ibidem. p. 37.

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    jurdicos, sus sucesores continuaron confiando no solo en los vestigios de aquellos antiguos poderes y privilegios sino tambin en los nuevos modelos de propiedad y el poder poltico, las nuevas formas de propie-dad constituidas polticamente. En el Estado absolutista la administra-cin representaba una centralizacin hacia arriba de la explotacin feudal, en la que los descendientes de los seores feudales se apropiaban del plusvalor producido por los campesinos mediante los impuestos en lugar de a travs de la renta.

    Esta funcin econmica, tanto como cualquiera de sus propsitos polticos, justificaba el elaborado aparato administrativo que distingua a la monarqua francesa de su homloga britnica. En Inglaterra, la clase dominante haba disfrutado durante largo tiempo de un extenso y concentrado control sobre la tierra; y fue aumentando la extraccin de riqueza sobre el uso productivo de la propiedad, en particular, de las tierras cultivadas por los arrendatarios como respuesta a los imperati-vos de la competencia. Los modos privados, puramente econmicos (capitalistas) de apropiacin se desarrollaron mucho ms ampliamente, y el Estado pas a tener menor importancia como herramienta para la apropiacin del plustrabajo de los productores directos, lo mismo que le ocurri a otras formas de propiedad polticamente constituidas, los privilegios corporativos y los frutos de su jurisdiccin. En este sentido el absolutismo en Inglaterra, y especficamente la estructura impositiva/administrativa del Estado francs, se vio vedado.

    Esto no quiere decir que la clase dominante inglesa perdiese todo inters en prebendas y cargos. De hecho, la explotacin del Estado por parte de la alta aristocracia adquiri un nuevo impulso en el pico ms alto del capitalismo agrario durante el siglo xviii, cuando la Vieja Corrupcin se dedic a saquear vidamente la riqueza nacional. Pero en aquel momento el Estado en s no era un instrumento directo de extraccin de plusvala de los productores campesinos que se apropia-ba de las rentas centralizadas de los productores campesinos bajo la forma de impuestos; tampoco el Estado competa en el reparto de la plusvala de los campesinos con otras formas de propiedad constituidas polticamente. Al contrario, mientras que la clase propietaria decida la cuanta de sus propios impuestos mediante el consenso parlamentario, una parte de esa clase utilizaba el Estado como una herramienta para quedarse con parte de las ganancias acumuladas en la esfera privada mediante la apropiacin puramente econmica.

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    Puede que todo esto ayude a explicar lo que Perry Anderson ha deno-minado el logro histrico de la clase gobernante britnica en todas sus metamorfosis, un logro que ha demostrado ser la ruina del capitalismo britnico: La larga permanencia de la supremaca de la sociedad civil sobre el Estado.3 Este logro viene expresado en las tres principales idiosincrasias de la estructura del poder en Inglaterra: la relativa insigni-ficancia de las formas burocrticas o militares, la excepcional capacidad de efecto inmediato de las formas econmicas, y por ltimo, la impor-tancia crucial de las formas ideolgicas y culturales.4

    Pero si de hecho, estos son los rasgos ms distintivos del Estado britnico, tienen ms que ver con la relativa madurez de las relaciones sociales de propiedad capitalista que con su desarrollo incompleto. El capitalismo britnico puede que se haya visto afectado por la subor-dinacin unvoca del Estado a la sociedad civil; pero la supremaca de la sociedad civil, de las formas econmicas sobre las polticas o militares de hecho la misma separacin de la sociedad civil del Es-tado es una caracterstica definitoria del capitalismo en s, que lo distingue de otras formas sociales. La explicacin de Anderson acerca de la estructura del poder en Inglaterra es ms compatible con la tesis 2 (la del temprano liderazgo) que con la tesis de la revolucin burguesa incompleta. Y no requiere que adscribamos todos los fallos ingleses a la persistencia de anacronismos, ni todos los xitos con-tinentales a una modernizacin ms perfecta y a unas revoluciones burguesas ms completas.

    La idea de Estado

    Francia e Inglaterra produjeron Estados centralizados mucho antes que cualquier otro pas europeo. Pero fue la experiencia francesa la que pro-porcionara al mundo los paradigmas dominantes de la modernidad poltica. La Revolucin francesa es el ejemplo ms obvio, pero la idea del Estado moderno no carece de deudas con la historia prerrevolucio-naria de Francia. De hecho, el propio concepto de Estado adquiri su sentido moderno durante el siglo xvi, principalmente en Francia. Fue el absolutismo quien le proporcion por primera vez un slido respaldo dentro de la cultura europea.

    3 Perry Anderson, Origins of the Present Crisis, nlr, nm. 23, enero-febrero de 1964, p. 51.4 Ibidem, p. 47.

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    El proceso de centralizacin estatal en Francia que se demostrara bastante largo, comenz tempranamente, cuando la parcelacin feudal de la soberana se vio desafiada por un nico poder monrquico forjado en un proceso de expansin patrimonial que coloc su poder feudal por encima del resto.5 Pese a todo su xito en la centralizacin, el absolutismo francs nunca acab, sin embargo, por superar completa-mente la fragmentacin de su pasado feudal. De hecho, la caracterstica definitoria del absolutismo monrquico fue la continua tensin entre la centralizacin monrquica y la parcelacin feudal, basada en la divisin entre las formas de propiedad constituidas polticamente que compe-tan entre s: por una parte, las rentas, junto con los frutos de los pri-vilegios jurisdiccionales o jurdicos; y por otra, la centralizacin hacia arriba de aquellos poderes feudales bajo la forma de la administracin e impuestos de un Estado apropiador. Los beneficios que extrajo la cla-se dominante gracias al proceso de centralizacin feudal no resolvieron los conflictos y tensiones entre el Estado y los poderes aristocrticos independientes, en formas de competencia de la propiedad constitui-da polticamente, o fragmentos de soberana, ambas apropindose del trabajo campesino. Estos conflictos fueron resueltos solo parcialmente cooptando a gran parte de los aristcratas dentro de la estructura estatal mediante cargos lucrativos.

    La asercin del absolutismo real contra las jurisdicciones en compe-tencia, la tensin entre centralizacin monrquica y fragmentacin feudal plantearon los conceptos de soberana y Estado en la agenda ideolgica de un modo en el que nunca antes lo haban estado. Jean Bodin es por antonomasia el terico poltico de estos conceptos, y quien en la segunda mitad del siglo xvi elabor por primera vez una teora sistematizada de la soberana absoluta e indivisible y sobre el concepto de Estado como encarnacin de la soberana, para poder unir armnicamente el catico batiburrillo de poderes nobiliarios y jurisdicciones corporativas.

    Pero si la misin centralizadora de la monarqua absolutista se logr dentro del mbito de la historia, nunca acab de hacerlo completamente en la prctica. Qued para la Revolucin, y ms particularmente en las manos de Napolen, llevar a cabo el proyecto de centralizacin. Napo-len se propuso crear un Estado moderno barriendo cualquier remanente

    5 Para una comparacin de los patrones diferenciados de la centralizacin feudal entre Francia e Inglaterra, vase Robert Brenner, The Agrarian Roots of European Capitalism, en T. H. Aston y C. H. E. Philpin (eds.), The Brenner Debate, Cambridge, 1985, pp. 253-264.

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    neofeudal dejado por la Revolucin, los cuerpos intermedios y los poderes corporativos, las barreras internas para la unidad econmica y poltica, las jurisdicciones fragmentadas. De todas maneras, estos persis-tieron, como un paso an necesario en la evolucin y en la definicin conceptual del Estado, su clara diferenciacin de la sociedad civil, la separacin de los poderes econmicos y polticos que haban sido fu-sionados, en sus modos respectivos, tanto por el feudalismo como por el absolutismo. Francia no complet totalmente aquella tarea hasta que el Estado francs fue transformado del parsito que fue, cuyo crecimiento era alimentado en gran medida por los impuestos producidos por los campesinos, a un catalizador del desarrollo capitalista.

    Si el proyecto napolenico estuvo impulsado por las presiones com-petitivas de una Inglaterra ya capitalista, en contrapartida la amenaza militar del moderno Estado napolenico proporcion impulso a la construccin nacional en el resto del continente y al necesario desarro-llo econmico sin el cual no hubiese sido posible. Desde entonces, los procesos de desarrollo de la integracin estatal y econmica es decir, capitalista fueron de la mano unos de otros.

    En la era postrevolucionaria, Hegel captur, con relacin a ello, el espritu de la poca. Su proyecto terico de crear un Estado autntica-mente moderno estuvo motivado por lo inadecuado de los pequeos y fragmentados principados alemanes frente a la unidad poltica y el podero militar del Estado napolenico. El primer gran pensador en elaborar una sistematizacin de la distincin conceptual entre Estado y sociedad civil se fij en Napolen como inspiracin para un Estado autnticamente moderno, y en economistas polticos britnicos como Steuart y Smith para su modelo de sociedad civil. El resultado de este experimento mental basado en injertar formas sociales extranjeras en la atrasada realidad alemana, fue una curiosa amalgama de Estado moderno fusionado con los arcaicos principios feudales. Hegel, en particular, propona adaptar las instituciones corporativas feudales y mantener sus poderes intermedios cuya destruccin por parte de Napolen consideraba daina para la unidad orgnica del Estado, privndole de las mediaciones necesarias entre la particularidad del individuo y la universalidad del Estado.

    Cuando posteriormente, en el siglo xix, se produjo la unidad de Alemania, el proceso an estaba imbuido de lgica precapitalista, mo-tivado por las presiones externas de la competencia geopoltica y de la guerra. As como la centralizacin del Estado se logr mediante su

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    imposicin desde arriba y en respuesta a impulsos externos, del mismo modo el capitalismo alemn fue empujado ms all de su propio ni-vel de desarrollo orgnico por fuerzas impulsoras del exterior y desde arriba. La centralizacin estatal tanto alemana como francesa tuvieron esto en comn: ambas se lograron mediante un proceso coercitivo de integracin desde arriba (aunque en Francia el proceso comenz mu-cho antes y fue mucho ms prolongado). De igual modo que en ambos casos, aunque en diferente grado, el Estado proporcion un empujn externo al progreso del capitalismo. La exterioridad de la relacin entre el Estado postabsolutista y el desarrollo del capitalismo, en ambos ca-sos, puso en escena y marc en maysculas la diferenciacin conceptual de Estado y sociedad civil.

    Las peculiaridades del Estado ingls

    El caso ingls fue muy diferente. La temprana unidad de la clase do-minante en Inglaterra haba proporcionado mucho antes y de manera mucho ms orgnica una base para la unificacin del Estado. Aqu el proceso de formacin del Estado no fue un asunto referido al poder de unos barones que lograron ascender sobre otros competidores. Antes bien, la centralizacin feudal en Inglaterra fue el proyecto colectivo de la clase propietaria dominante.6 De hecho, puede decirse que la clase dominante inglesa haba nacido unida, ya que la conquista normanda trajo a Inglaterra una clase de seores organizados como una unidad poltico-militar cohesionada. Pese a algunos episodios de conflictos di-nsticos y entre barones, Inglaterra nunca cay en la parcelacin feu-dal. El temprano surgimiento de un parlamento unitario nacional, y la frmula tradicional de la Corona en el Parlamento, da fe del proceso de formacin del Estado que tan claramente distingue el Estado mo-nrquico ingls del francs, con sus fraccionadas jurisdicciones y sus instituciones representativas divididas vertical y horizontalmente, por clases y regiones.

    El patrn de formacin estatal inglesa estuvo asociado con la evo-lucin de una clase dominante que no dependa ni de los poderes feudales extraeconmicos, ni de la centralizacin de estos poderes en una administracin fiscal que hiciera de nexo con el absolutis-mo. A principios del periodo moderno, cuando el Estado absolutis-ta se estaba consolidando en Francia, los lores ingleses siguieron un

    6 Ibidem, pp. 254-258.

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    camino totalmente diferente. Con una gran proporcin de propiedad territorial bajo control directo pero sin la jurisdiccin parcelada de los banales seores franceses o de sus seoriales descendientes y habindose desmilitarizado mucho antes que cualquier otra aristocra-cia europea, confiaban cada vez ms en los modos puramente eco-nmicos de apropiacin, en la utilizacin de la tierra productiva y competitiva frente a la coercin directa para la extraccin de la plus-vala. Incluso la explotacin del Estado como recurso en la forma de cargos, prebendas, patronazgo o directamente como clara corrup-cin dependi en gran medida de su capacidad para reciclar la ri-queza acumulada por estos medios econmicos. El corolario poltico de estas distintivas relaciones econmicas fue un Estado formalmente autnomo que representaba a la clase privada, la clase de apropiadores econmicos, en su vertiente poltica pblica. Esto significa que las funciones econmicas de apropiacin estaban diferenciadas de las funciones polticas y militares del gobierno o, por decirlo de otro modo, la sociedad civil estaba diferenciada del Estado mientras que al mismo tiempo el Estado tena que responder, diramos que incluso estaba subordinado, a la sociedad civil.

    Aun as, la diferenciacin histrica entre Estado y sociedad civil se reflejaba en su amalgama conceptual. Es un hecho llamativo que cuan-do el concepto Estado entr dentro del vocabulario poltico ingls en su acepcin ms o menos actual durante el siglo xvi al mismo tiempo que lo hizo en Francia fue cuando casi inmediatamente desa-pareci en la trastienda del pensamiento poltico ingls; el absolutismo monrquico haba sido decisivamente descarrilado durante las dcadas revolucionarias del siglo xvii. En el lenguaje poltico de aquella poca, el bien pblico, la sociedad poltica o incluso la sociedad civil ocupaban cada vez ms el espacio que en el resto de Europa copaba el trmino Estado. El carcter de la clase dominante y su relacin con el Estado, la subordinacin del Estado a la sociedad civil, fueron mucho ms atinadamente expresados por conceptos en los que el Estado se disolva en una nacin poltica de propietarios privados. No es sor-prendente que Hegel, el principal exponente en el continente de la an-ttesis Estado/sociedad civil, criticase posteriormente a los pensadores polticos ingleses por teorizar sobre poltica en los trminos derivados de la esfera privada.

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    Estado y nacin

    La evolucin de los modernos nacionalismos europeos estuvo estrecha-mente unida al proyecto de formacin y centralizacin del Estado. De nue-vo, Francia es el paradigma. La Revolucin estableci la idea de nacin que inspirara a muchas otras, proveyendo de un modelo de liberacin cuyos efectos fueron incluso mucho ms profundos en el resto de los lugares de lo que lo fueron en la propia Francia. En Europa, el expansionismo napo-lenico actu en su momento como otro tipo de impulso a la construccin del Estado. Lo que el Estado moderno requera no era nicamente una clase dominante cuya vocacin era la guerra, sino toda una nacin capaz de movilizarse en defensa de la causa del Estado. El nacionalismo supli la motivacin ideolgica y proporcion razones para la movilizacin entre unas clases que, al contrario que las aristocracias tradicionalmente militari-zadas, no posean una disposicin estructural para la guerra.

    Sin embargo, el ejemplo de la Revolucin y de las guerras que tu-vieron lugar a partir de aquel momento tuvo un peculiar efecto en Inglaterra. El modelo revolucionario fue vidamente adoptado por las fuerzas radicales y liberales, pero la ms neta consecuencia del ejemplo francs la evolucin de una identidad nacional moderna en lugar de tomar impulso, se vio cortocircuitada, de hecho fue revertida, de-bido a la reaccin defensiva de la clase dominante frente a la amenaza revolucionaria y al jacobinismo domstico. El Estado britnico respon-di a la ideologa y al simbolismo de la Francia revolucionaria mol-deando cada vez ms el sentimiento nacional alrededor de la figura del monarca.7 El reemplazo de la repblica por el imperio de Napolen, y la experiencia de la guerra contra Francia, simplemente reforzaron este efecto, lo que tendi a restar legitimidad al ejemplo francs, incluso en-tre los radicales y las fuerzas liberales inglesas. Una poderosa ilustracin de esto puede encontrarse en el simbolismo de la nacin: la guerra con Francia consolid que la figura de Inglaterra, anteriormente utilizada al igual que la figura de Marianne [en Francia] como un smbolo na-cional, a menudo libertador, pasase a considerarse progresivamente un smbolo cuya propiedad era de la realeza y del Estado.8

    7 Linda Colley, The Apotheosis of George III: Loyalty, Royalty and the British Nation, 1760-1820, Past and Present, nm. 102, febrero, 1984, p. 106, citada en James Epstein, Understanding the Cap of Liberty: Symbolic Practice and Social Conflict in Early Nineteenth-Century England, Past and Present, nm. 122, febrero de 1989, p. 90.8 Epstein, op. cit., p. 88.

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    El progreso del nacionalismo francs se utiliz contra las regresiones de la identidad nacional britnica, las asociaciones republicanas por una parte y el simbolismo real por otra, parecan dar apoyo a la formula de Nairn-Anderson (tesis 1): una burguesa inglesa inmadura y subalterna, sugeran, que sufri un colapso nervioso frente a la Revolucin francesa y que nunca llev a cabo el proyecto de modernizacin realizado de manera exitosa por la burguesa francesa con la consolidacin de un sentimiento moderno de nacin.

    Pero la frmula de nuevo presenta ambigedades. La propia identi-ficacin de la constitucin de la nacin con la modernidad requie-re cualificacin. Es habitual, por ejemplo, alegar que la comunidad imaginaria de la nacin extraa fuerza del declive de solidaridades y lealtades ms t