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  • 8/11/2019 CLK - Pueden? - 07102014.pdf

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    Las claves de unaccidente evitableUna sucesin de errores poneen vilo la vida de Jules BianchiDEPORTIVO

    Descartan acelerar asilo de preso enGuantnamo pese a riesgo de vidarFECHA El gobierno inform que no prev cambiar el cronograma

    para la recepcin de los refugiados, aunque la vida de uno de los

    detenidos peligra debido a la huelga de hambre

    MARTES 7 DE OCTUBRE DE 2014

    MONTEVIDEO AO XXIII N 7847 44 PGINAS $ 40,00www.elobservador.com.uy

    HOY ESCRIBE

    CARLOS LOAIZA KEEL

    PUEDEN?

    Lacalle Pou vuelvea ser el centro de lacampaa electoral

    Mayor cadaanual del dlarpor efecto Acio

    Argentina omisaen entregar datosen caso de lavado K

    PGINA 12 PGINA 7PGINAS 2 Y 3

    www.elobservador.com.uy/blogs

    Todos los das

    Blogs

    rRECLAMO El recluso de origen sirio aguarda para esta semana

    una resolucin judicial que podra determinar la suspensin de la

    alimentacin forzosa a la que es sometido en prisin PGINA 6

    La frmuladel xitoNacional logr alcanzar la solidez defensiva

    que le permiti acumular 381 minutos sin

    recibir goles, a lo que se suma la potencia

    goleadora de Ivn Alonso

    DEPORTIVO

    www

    Una noche sin lunapremiada en ZrichGalardonada como la mejorficcin del festival

    O2

    liment cin forzos l que es sometido en prisin PGINA 6

    a frmula

    xito

  • 8/11/2019 CLK - Pueden? - 07102014.pdf

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    EL OBSERVADOR

    Martes 7 de octubre de 201410 OPININ

    La semana pasada, visit el

    pas el poltico y europar-

    lamentario espaol Pablo

    Iglesias, lder de Podemos,

    partido que sorprendi la

    poltica espaola en las pasadas elec-

    ciones para el Parlamento Europeo,

    al convertirse en la cuarta formacin

    ms votada.

    Luego de su paso por Ecuador

    y Bolivia, Iglesias culmin su gira

    latinoamericana en Uruguay, donde

    pudo entrevistarse con el presidente

    de la Repblica, Jos Mujica. Una gira

    que emprendi, segn sus propias

    declaraciones a El Ciudadano de

    Quito, para aprender con humildad

    que las cosas se pueden hacer de otra

    manera.

    Como inform El Espectador, el po-

    ltico espaol juzg su encuentro con

    el presidente de Uruguay como una

    fuente de inspiracin: Mujica nos ha

    dicho que la tica en poltica es funda-

    mental, dijo resuelto y con su cola de

    caballo, en conferencia de prensa. Y

    que los lderes deben parecerse a los

    ciudadanos. Mujica es un ejemplo de

    eso. Algunos dicen que es pobre, aus-

    tero. Nosotros decimos que es normal,

    que se parece a cualquier ciudadano.

    Y eso es un ejemplo, sentenci, para

    fustigar ms tarde a la poltica espa-

    ola, a la que calific de una casta de

    privilegiados que evita las dolorosas

    medidas a las que somete al resto delos ciudadanos.

    Pero quin es verdaderamente

    Pablo Iglesias, este poltico espaol

    que ha revolucionado la izquierda de

    Espaa y Europa?

    Por fortuna, mi gran amigo Ricar-

    do Calleja Rovira, doctor en Derecho

    y analista poltico perspicaz que ha

    sabido frecuentar las pginas de este

    mismo peridico, lo ha conocido

    personalmente. Como nos relata en

    una de las entradas de su imprescindi-

    ble blog, La Hura del Aspid, (1) Pablo

    era de su generacin en la Facultad de

    Derecho de la Universidad Complu-

    tense de Madrid. All se cruz con l

    alguna vez en clase, pero sobre todo

    en las distintas manifestaciones en las

    que el ahora eurodiputado comenz

    a destacarse como lder visible entre

    los estudiantes comunistas por su in-

    teligencia, locuacidad y vehemencia.

    Ya entonces pensbamos que Pablo

    sera en el futuro la cabeza de Izquier-

    da Unida. Nos falt imaginacin para

    concebir Podemos con quince aos

    de adelanto, confiesa Calleja.

    El fenmeno, que irrita e incita a la

    derecha en igual medida, supone en

    cambio un duro reto para la centroiz-

    quierda espaola, como reconoce

    Nicols Redondo en su columna de

    opinin: Son dos los mantras del

    nuevo partido sobre los que han

    construido su explosiva irrupcin en

    la vida poltica espaola, comienza.

    La denuncia de la casta poltica, que

    les sirve para marcar su posicin en

    contra del sistema, y unas soluciones

    ideolgicas que tienen en la vaguedad

    y el conservadurismo su principal

    atractivo. (Podemos con Podemos?,

    El Pas de Madrid, 28/8/2014)

    Hoy, como indica Roldn Mons (El

    Pas de Madrid, 28/8/2014), Podemos

    apunta a consolidarse como la tercera

    fuerza poltica en Espaa, y presenta

    entre sus principales propuestas pro-

    gramticas algunas consignas muy

    familiares para la izquierdavintagela-

    tinoamericana, a saber: la prohibicin

    de despidos en empresas con ganan-

    cias, la suspensin de pago de deuda

    pblica, la derogacin de la reforma de

    pensiones con incidencia del ahorro,la reduccin de la jornada laboral a 35

    horas por semana y el control pol-

    tico del Banco Central, entre otras.

    Reminiscencias latinoamericanistas

    que no deben sorprendernos, cuando

    el mismsimo Pablo Iglesias hizo las

    veces de asesor de Hugo Chvez, y se

    expresa afn al trasnochado socia-

    lismo del siglo XXI que defienden

    presidentes como Rafael Correa, en

    Ecuador, y Evo Morales, en Bolivia.

    Todo indica que la gira de Igle-

    sias por su idlica Latinoamrica

    dar sus frutos. Sabemos que son

    historias muy diferentes; lo que se

    ha hecho en Amrica Latina no se

    puede realizar en Espaa porque son

    realidades econmicas distintas,

    espeta Iglesias vestido de moderacin

    para la ocasin, al ser entrevistado

    por el peridico espaol El Mundo

    (2/10/2014). Pero en esta regin se ha

    roto un tab en los ltimos 15 aos, se

    apura a agregar con los ojos brillantes.

    Se demostr que se puede gobernar

    de otra manera con tremenda eficacia,

    que se puede gobernar democratizan-

    do la economa, disciplinando a los

    mercados financieros, anteponiendo

    los intereses de la gente por encima

    de los intereses de los bancos o de una

    minora de privilegiados con notables

    xitos econmicos que tienen que

    reconocer todas las instituciones

    internacionales.

    Es claro que en esta Europa de

    la incertidumbre y del intermina-

    ble languidecer econmico, donde

    los extremismos xenfobos crecen

    como hongos venenosos por toda la

    geografa, partidos polticos organi-

    zados como Podemos son una forma

    deseable para encauzar el profundo

    descontento popular que se ha desata-

    do contra la clase poltica, esa casta

    a la que Iglesias acusa.

    Pero, sin desconocer los graves

    problemas de Europa, lo que ms sor-

    prende de Iglesias es su optimismo

    filosfico respecto de Latinoamrica,

    su fuente de inspiracin. Ese mis-

    mo continente en el que, como expre-

    san los periodistas de la revista Veja

    Leonardo Narloch y Duda Teixeiraen su sarcstica Gua polticamente

    incorrecta de Amrica Latina(Leya,

    San Pablo, 2011), los pases, en

    especial los que Iglesias ms admi-

    ra, comparten un triste sino: el de

    construir su cultura a partir de un

    constante lamento por los dolorosos

    episodios del pasado, a manera de

    resistencia decadente; el de demo-

    nizar el capitalismo, denunciando a

    la dominacin externa como causa

    de todos sus males y, para colmo, el

    de entronizar como hroes a los ms

    perversos y corruptos personajes de

    su historia.Con todo esto a sus espal-

    das, realmente pueden?

    (1)La coleta, la casta y la caspa, en

    http://lahuradelaspid.blogspot.com

    Pueden?Por

    CARLOS

    LOAIZA

    KEEL

    Mster enTributaciny msteren DerechoEmpresarial(Harvard LawSchool-CentroEuropeo deEstudiosGarrigues);profesor deTributacinInternacional de

    la Universidadde Montevideo;Twitter: @cloaizakeel

    En esta Europa de laincertidumbre y delinterminable languidecereconmico, partidospolticos organizados comoPodemos son una formadeseable para encauzarel profundo descontentopopular que se ha desatadocontra la clase poltica

    EDUARDO

    ESPINA

    [email protected]

    THE STANO

    Araz de mi crnica, El

    deporte ms intelectual,

    publicada antes de ayer en

    este diario, me escribi un lector

    sorprendido por el hecho de que

    haya gente que pueda mirar sin

    aburrirse un partido de bisbol por

    4 horas 45 minutos, tiempo que

    dur el que disputaron el martes

    de la semana pasada Kansas City y

    Oakland, por los playoffs de la liga

    estadounidense de bisbol. No solo

    hubo gente que lo sintoniz, sino

    que los ratings televisivos f ueron

    altsimos (en Amrica Latina pudo

    verse por CNN en espaol). Dicho

    partido haba logrado batir el

    rcord de tiempo de duracin para

    un juego de playoffs. Sin embargo,

    cuatro das despus, el sbado

    pasado, los Gigantes de San Fran-

    cisco y los Nacionales de Washing-

    ton superaron ampliamente la

    marca, pues el partido de cuartos

    de final que disputaron tuvo una

    duracin de 6 horas 23 minutos.

    Fue transmitido en totalidad por

    televisin y los ratings, lo mismo

    que el otro, fueron muy altos.

    Regularmente, cada partido de

    bisbol consiste de nueve innings

    (entradas); este en cambio tuvo

    18. Algo parecido a un partido de

    ftbol con cuatro tiempos corridos

    de 45 minutos cada uno. El lec tor

    est sorprendido por la duracin

    de algunos partidos de bisbol y

    por el hecho de que la gente los

    vea por completo. En eso no hay

    nada extrao ni difcil de explicar

    pues, como todos sabemos, la

    nocin que tenemos del tiempo es

    completamente arbitraria y esto se

    puede constatar en plenitud en los

    acontecimientos deportivos. Para

    alguien que no tenga inters en el

    ftbol, los 90 minutos que dura

    un partido que termina sin goles

    sern una experiencia soporfera.

    Sin embargo, para un apasionado

    al bisbol, como quien esto escri-

    be, las 6 horas 23 minutos de un

    partido intenso y con excelentes

    jugadas sintetizan un momento

    de felicidad expansiva. Lo mismo

    han de pensar los amantes del

    tenis que vieron la extraordinaria

    final del Abierto de Australia de

    2012 entre Novak Djokovic y Rafael

    Nadal, la cual se prolong por 5

    horas y 43 minutos. O los fanticos

    del crquet, que los hay y muchos,

    deporte en el cual un partido

    puede durar das. El rcord lo tiene

    un partido disputado en Ingla-

    terra en 2012, que dur 150 horas

    14 minutos, aunque no se jug de

    corrido.

    El infinito deportivo