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Clase Uno Definición de bioética y las principales corrientes bioéticas La primera pregunta que hay que hacernos antes de comenzar el estudio de la bioética es, precisamente, la de la esencia de la ética. Pues sería errado hablar de problemas bioéticos sin antes remarcar la definición de ética. Sin embargo, no parece adecuado detenernos demasiado en esta parte de la exposición, porque nuestro objetivo es llegar a una definición de bioética a partir de la comprensión de varios puntos remarcados por la ética misma. Lo primero que debe hacerse es eliminar varios de los mitos que se enredan bajo la definición de ética, ya que en ocasiones es entendida como un conjunto de reglas de comportamiento que uno debe seguir para ser bueno. Como si tratara una especie de reglamento social para convivir con el semejante. Esto es completamente erróneo. Para acercarnos adecuadamente a la definición de ética, según nuestro entendimiento debemos partir de la esencia del hombre. Sobre este tema muchos han sido los filósofos que buscan la respuesta. Diógenes, por ejemplo, con un faro de luz preguntaba “¿Dónde está el hombre?”, como si el hombre se diluyera en su propia esencia y no se pudiera localizar en ningún lado. Por supuesto, los enfoques para abordar la pregunta sobre la esencia del hombre son diversos: el religioso, el filosófico, el psiquiátrico, el antropológico, etc. Abordemos la cuestión partiendo desde el sentido común hasta la respuesta filosófica. Dice Kant en la Fundamentación: ‘Todos los hombres se piensan como libres según la voluntad. De aquí proceden todos los juicios sobre las acciones tal y como hubiesen debido ocurrir, aunque no hayan ocurrido’. 1 Aquí aparece la discrepancia entre el ser y el deber ser, discrepancia que permite suponer la libertad. Por tanto, ‘llegamos a la libertad a través de la moralidad, lo cual no significa que aquélla descanse en ésta; sólo se apoya en ella el conocimiento que tenemos de su existencia’. 2 Quizá, estás palabras suenen muy rebuscadas, sin embargo, esconden algo fundamental para nuestra materia de estudio: la libertad y la moralidad. Sobre este tema, Zagal y Galindo afirman: 1 GMS, 455. 2 Arana, 108.

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Clase Uno

Definición de bioética y las principales corrientes bioéticas

La primera pregunta que hay que hacernos antes de comenzar el estudio de la bioética es, precisamente, la de la esencia de la ética. Pues sería errado hablar de problemas bioéticos sin antes remarcar la definición de ética. Sin embargo, no parece adecuado detenernos demasiado en esta parte de la exposición, porque nuestro objetivo es llegar a una definición de bioética a partir de la comprensión de varios puntos remarcados por la ética misma.

Lo primero que debe hacerse es eliminar varios de los mitos que se enredan bajo la definición de ética, ya que en ocasiones es entendida como un conjunto de reglas de comportamiento que uno debe seguir para ser bueno. Como si tratara una especie de reglamento social para convivir con el semejante. Esto es completamente erróneo.

Para acercarnos adecuadamente a la definición de ética, según nuestro entendimiento debemos partir de la esencia del hombre. Sobre este tema muchos han sido los filósofos que buscan la respuesta. Diógenes, por ejemplo, con un faro de luz preguntaba “¿Dónde está el hombre?”, como si el hombre se diluyera en su propia esencia y no se pudiera localizar en ningún lado. Por supuesto, los enfoques para abordar la pregunta sobre la esencia del hombre son diversos: el religioso, el filosófico, el psiquiátrico, el antropológico, etc. Abordemos la cuestión partiendo desde el sentido común hasta la respuesta filosófica.

Dice Kant en la Fundamentación: ‘Todos los hombres se piensan como libres según la voluntad. De aquí proceden todos los juicios sobre las acciones tal y como hubiesen debido ocurrir, aunque no hayan ocurrido’.1 Aquí aparece la discrepancia entre el ser y el deber ser, discrepancia que permite suponer la libertad. Por tanto, ‘llegamos a la libertad a través de la moralidad, lo cual no significa que aquélla descanse en ésta; sólo se apoya en ella el conocimiento que tenemos de su existencia’.2 Quizá, estás palabras suenen muy rebuscadas, sin embargo, esconden algo fundamental para nuestra materia de estudio: la libertad y la moralidad. Sobre este tema, Zagal y Galindo afirman:

Desde muy pequeños hablamos un lenguaje moral: aprendemos a mentir echándole la culpa al hermano más pequeño, nos dolemos ante las injusticias de un profesor, aplaudimos al héroe de una caricatura y no despreciamos al malo de la película. Un niño de 3 o 4 años ya "sabe" que hay cosas buenas y que hay cosas malas; ya sabe que es responsable y por ello pide premios y evita castigos. Todos tenemos continuamente la experiencia de nuestra libertad, y por tanto, la experiencia de que, de alguna manera, respondemos por nuestros actos. Hemos experimentado también la duda sobre si uno de nuestros actos es bueno o malo. Sabemos lo que es un dilema: ¿debo hacer esto, o más bien aquello? Un animal nunca se pregunta si debe hacer tal o cual cosa, simplemente la ejecuta. En cambio, nosotros dudamos, analizamos, imaginamos consecuencias. ¿Debo invitar a salir a esa amiga? ¿Puedo contar al salón lo que le paso a mi compañero? Toda la vida social descansa en el hecho de que una parte importante de nuestras acciones depende de la propia libertad. Por eso, hay jueces que encarcelan a los delincuentes, medallas para condecorar a las personas de altos méritos, aumentos de sueldo para los responsables, felicitaciones para los laboriosos, castigos para los reprobados.3

1 GMS, 455. 2 Arana, 108.3 Zagal y Galindo, 1.

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El tema crucial es el siguiente: cada uno de nosotros a la hora de actuar se piensa como libre, aunque la libertad supusiera una ilusión, el pensamiento de la libertad no lo es. Hacemos lo que hacemos porque somos libres de hacerlo. En este preciso pensamiento viene incluido lo que conocemos como moralidad. Para comprender mejor este punto hay que distinguir entre moral y derecho. Pues un error común es confundir ambas esferas, pensando que el derecho debe legislar sobre el ámbito moral. El error viene de no distinguir las acciones humanas de sus efectos. Es decir, el derecho legisla las acciones humanas que tienen efectos en la sociedad, la moralidad legisla sobre las acciones interiores del hombre, lo que conocemos como intenciones, los pensamientos, las máximas de nuestro actuar, la consciencia misma. Por eso, Kant dice: ‘una acción es legal si guarda conformidad con la ley moral, mientras que es moral, cuando la máxima que ejerce de fundamento de determinación del arbitrio para realizar esa acción (legal) es la ley moral’.4 Lo que quiere decir es que una ley es moral cuando sirve de intención para actuar. Pero, ¿Qué es la ley moral? Esta pregunta en realidad tiene muchas respuestas, de las cuales nos interesan dos: la ley dictada por Dios inserta en nuestros corazones o la ley que podemos encontrar mediante la razón. A lo largo del curso estas dos respuestas serán nuestro punto de diálogo, inclusive veremos si existe una compatibilidad entre ambas o si son excluyentes.

En todo caso, las dos parten de un punto básico que debemos comprender desde ahora: la naturaleza caída del hombre o la ruptura existencial. En el ámbito de la religión es el tema del pecado original: la entrada del mal en hombre debido a su soberbia, estamos negados a conocer la naturaleza de Dios, hay que salvarnos. El tema se reformula en la modernidad, por ejemplo, Kant menciona que la razón del ser humano se hace preguntas que no puede responder, esto se debe a que es un ser partido entre dos mundos: el fenoménico y el nouménico. La ley moral pertenece al segundo ámbito, donde, de hecho no sabemos qué es pero la suponemos a la hora de actuar, por tanto, debe haber una conexión entre ley moral y libertad, conexión que Kant señala en la Crítica de la razón práctica:

La libertad es la ratio essendi de la ley moral, la ley moral es la ratio cognoscendi de la libertad; pues si la ley moral no fuese primeramente pensada con claridad en nuestra razón, nunca nos consideraríamos autorizados para admitir algo como la libertad (aun cuando ésta no sea contradictoria). Pero si no hubiera libertad, la ley moral no podría de ningún modo encontrarse en nosotros.5

Olvidemos las distinciones filosóficas precisas, lo importante es remarcar que por la libertad somos morales, y por la moral conocemos la libertad. Zagal y Galindo remarcan que dejando de lado la pregunta por el origen de la moralidad:

Lo que salta a la vista es que preguntamos por lo bueno y lo malo —y experimentar lo bueno y lo malo— es un hecho cotidiano, incontrovertible. Las series de televisión, las novelas, los periódicos, giran en tomo a acciones que son calificadas, tarde o temprano, como buenas o malas.6

La ruptura existencial se da justo en el punto de decisión, en nuestra capacidad de ejercer la libertad, por eso es de suma importancia evitar el escepticismo, pues el hombre es un ser moral por el simple hecho de ser libre. No obstante, el camino de la moral no es camino fácil, en muchas ocasiones tenemos que decidir entre lo que es fácil y lo que está bien. Pero ¿qué es la moral? Aquiles Menéndez da una definición atinada de la moral: ‘la palabra moral concreta de la manera

4 Torralba, 158.5 KpV, 4n. 6 Zagal y Galindo, 1.

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las obligaciones internar de la conciencia que, excluye al menos parcialmente, las obligaciones derivadas del orden jurídico’,7 donde obligación debe entenderse no como una imposición o una carga, sino como ‘la necesidad de una acción libre bajo un imperativo categórico de la razón’. 8 Dejemos de lado el tema del imperativo, lo revisaremos más adelante y con detenimiento. Por ahora preguntémonos de nuevo: ¿Qué es la moral? La experiencia de la libertad y sus consecuencias. Con esta respuesta preguntemos: ¿Qué es el hombre? Al menos desde lo analizado es un ser libre y, por tanto, moral. Ahora conviene hablar de otra creencia errónea en el entendimiento de la ética: la creencia de que siempre y bajo todas las circunstancias el hombre es bueno. Esto es un error fundamental de las clases de ética: no se les está enseñando a ser buenos, sino a decidir moralmente. En otras palabras: todos nos equivocamos, todos, en alguna ocasión hemos sido malos, el punto es tratar de ser buenos en la medida de lo posible. Y esto sólo se logra si sabemos decidir moralmente, es decir, si sabemos ejercer nuestra libertad con responsabilidad.

Con todo esto explicado contestemos la pregunta: ¿Qué es la ética? Y respondamos primero con una distinción: ética en sentido general es lo que hacemos todos los días cuando nos enfrentamos a una decisión de índole moral. Ética, entendida como rama de la filosofía es el estudio de las causas que nos permiten tomar decisiones morales, en cinco puntos:

• Es el estudio de los actos humanos

• Es el estudio de los actos libres

• Es el estudio de la persona considerada como un ser libre constructor de su propio destino

• Es el estudio de la persona considerada como un ser moral

• Es el estudio de la acciones contingentes del ser humano

Con todo este bagaje podemos pasar a la pregunta principal de nuestra clase, a saber: ¿Qué es la bioética? Ramón Lucas Lucas, en su libro Bioética para todos la define como: ‘la ciencia que regula la conducta humana, en el campo de la vida y la salud, a la luz de valores y principios morales racionales’.9 Concretamente, el término bioética fue utilizado por primera vez en los temprano años 70 por biólogos preocupados por las implicaciones éticas de las intervenciones genéticas y ecológicas, pero el término pronto fue acuñado por todos los aspectos de las éticas biomédicas, incluyendo el cuidado de la salud y las políticas públicas. La tradición más aceptada atribuye al oncólogo estadounidense Van Rensselaer Potter como el que introdujo el término en la literatura científica, debido a que lo empleó en el título de un libro en 1971: Survival: bridge to the future.10 Elio Sgreccia comenta que en realidad Potter utilizó por primera vez el término en un artículo titulado The science of survival.11 Desde sus inicios la bioética se concentra en la reflexión ética desde una variedad de perspectivas. La Enciclopedia de Bioética define Bioética como ‘el estudio sistemático de las dimensiones morales —incluyendo la visión moral, las decisiones, la conducta y las políticas— de las ciencias de la vida y el cuidado de la salud, empleando una variedad de metodologías de un modo interdisciplinario’. Asimismo, Marianne Talbot en su libro Bioethics an introduction define bioética como: ‘el estudio de los asuntos éticos y sociales

7 Menéndez, 12.8 MdS, 222.9 Ramón Lucas Lucas, 110 Cfr. Lolas, 13.11 Sgreccia,15.

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generados por la biotecnología’,12 y entiende por biotecnología ‘biotecnología es la aplicación de la ciencia y la tecnología en organismos vivos y sus partes, o en productos y modelos de organismo vivos, con la esperanza de producir comprensión, bienes y servicios’.13 Lo que vemos es que la bioética trata sobre la relación que el hombre tiene con la ciencia, el impacto que tiene la tecnociencia en el desarrollo de la vida humana y sus implicaciones morales. En relación con la ética trata precisamente del fenómeno de la libertad en el campo de la tecnociencia. En todo caso la bioética puede dividirse en:

a) General: se ocupa de los fundamentos éticos, razonamiento acerca de los avalores y principios originarios de la ética médica y sobre las fuentes documentales de la bioética. Una auténtica filosofía moral.

b) Especial: analiza los grandes problemas, abordados desde un punto de vista general, tanto en el terreno médico como en el biológico: ingeniería genética, aborto, eutanasia, experimentación clínica, etc.

c) Bioética clínica o toma de decisiones: examina en la práctica médica concreta y en el caso clínico los valores que están en juego o los medios correctos por los que se puede encontrar una línea de conducta sin modificar tales valores.

Por todo esto, la bioética tiene una antropología de referencia donde el valor de la vida física corporal, el amor conyugal y la procreación, del dolor y la enfermedad, de la muerte y del morir, de la relación libertad-responsabilidad, individuo y sociedad, tenga su marco y su valoración ética.

Hay que distinguir la bioética de la teología moral. Esta parte de la teología moral, considera estas intervenciones a la luz de la fe y, por esto, a la luz de la Revelación cristiana, especificada en el magisterio. Pero la bioética es una reflexión racional, aunque a veces coincida con algunos puntos de la teología moral.

La bioética se sirve de modelos éticos de referencia sobre la fundamentación del juicio ético. A continuación presento los más importantes:

1) “cognotivismo” y “no-cognotivismo”: ley de Hume: la falacia de la naturalista, del ser no se puede pasar al deber ser. Los hechos se pueden conocer y describir con el verbo en indicativo, los valores, en cambio, no. Son simples supuestos que no se pueden demostrar. Los cognitivos buscan una fundamentación racional y objetiva de los valores y las normas morales. Los no cognitivos piensan que los valores no son objeto de conocimientos. Conocimiento del hombre empírico, y la esencia.

2) Modelo sociobiológicos: una ética puramente descriptiva. Según esta perspectiva, la sociedad en su evolución produce y cambia valores y normas. En las condiciones evolutivas actuales, el lugar del hombre en el cosmos ha cambiado, luego, hay que pensar u nuevo sistema de valores. (el problema de los derechos humanos y Hitler desmienten está teoría). La muerte, el dolor, la sed de verdad, la solidaridad, y la libertad no son elaboraciones culturales, sino hechos y valores que acompañan al hombre en todas las etapas históricas.

3) Modelo subjetivista o radical: la propuesta principal de estas corrientes es que la moral no se puede fundamentar ni en los hechos, ni en los valores objetivos o trascendentales, sino en la

12 Marianne Talbot, 3.13 Marianne Talbot, 4.

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opción autónoma de sujeto. El único fundamento es la opción autónoma. El problema de la autolimitación.

4) Modelo pragmático-utilitarista: basado en Bentham y Stuart Mill, el neoutilitarismo se reduce al triple precepto de maximizar el placer, evitar el dolor y ampliar la esfera de las libertades personales al mayor número posible de personas. Así, surge, el concepto de calidad de vida, evaluada en relación con la reducción al mínimo dolor, y con los costos económicos. Falta un fundamento para no pasar del utilitarismo al relativismo.

5) Modelo personalista: dividido en tres:a. Relacional.comunicativo: el valor de la subjetividad y la relación intersubjetiva.b. Hermeneútico: el papel de la conciencia subjetiva al interpretarc. Ontológico: la subjetividad se fundamenta en una esencia y existencia constituidas

en la unidad cuerpo-alma.

BIBLIOGRAFÍA

Arana, Juan. Los filósofos y la libertad. Madrid: Síntesis, 2005.

Kant, Immanuel. Metafísica de las costumbres. Traducido por Adela Cortina Ortis y Jesús Conill Sancho. Madrid: Tecnos, 2008.

Lolas, Fernando. Bioética. El diálogo moral en las ciencias de la vida. Santiago: Universitaria, 1998.

Lucas, Ramón Lucas. Bioética para todos. México: Trillas, 2003.

Menéndez, Aquiles. Ética Profesional. México: Herrero Hermanos, 1988.

Sgreccia, Elio. Manual de bioética. México: Diana, 1994.

Talbot, Marianne. Bioethics an introduction. New York: Cambridge University Press, 2012.

Torralba, José M. Libertad, objeto práctico y acción. New York: Georg Olms Verlag, 2009.

Zagal Arreguín, Héctor, y José Galindo Montelongo. Ética para adolescentes posmodernos. México: Ediciones Cruz O.S.A, 2007.