castoriadis_ciencia moderna y interrogación filosófica

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  • 7/24/2019 Castoriadis_Ciencia Moderna y Interrogacin Filosfica

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    CIENCIA MODERNA E INTERROGACIN FILOSFICA1

    No son piedras o rboles lo que a m me interesa, sino los hombres en la ciudad, dijoel filsofo. Al final, le resulta imposible mantenerse fiel a esta sentencia. Porque al

    reflexionar sobre los hombres en la ciudad fue llevado a asignarles un lugar en el mundo a reconocer su sustancial parentesco con piedras rboles. !o que nos interesa a nosotrosson a"n los hombres en sus ciudades. Pero nosotros sabemos que ellos no pueden serseparados de las piedras los rboles. #stamos empe$ando a entender tambi%n lasimplicaciones de tal separacin.

    &alve$, aunque el punto es debatible est lejos de ser obvio, nosotros sabemos msque Platn acerca de los hombres sus ciudades. 'iertamente sabemos infinitamente msacerca de las rocas los rboles, en un sentido banal de conocimiento. &ambi%n estamosempe$ando a saber que este conocimiento, tan ilimitadamente efica$ en muchos aspectos,es peor que in"til en muchos otros aspectos de mucha maor importancia. Algunos nos

    dirn con liviandad( nosotros nunca hemos perseguido el conocimiento sino por amor alconocimiento. No est claro que mantendran esa lnea, o que se mantendran coherentes, sinosotros les recordramos que el conocimiento es comprado a cierto precio, o de que haciertos experimentos con los que nunca so)aron comprometerse. Pero lo que por sobre todoest claro, de cualquier manera, es que ellos a no podran decir mejor que nosotros qu%significa el conocimiento ho.

    #sta fuera de duda, de hecho fue expresamente asentado en el ocaso de la eracientfica moderna, que la inmensa labor llevada a cabo a trav%s del curso de los siglos hansido tambi%n motivados en parte por la conviccin de que el hombre ganara as dominio control sobre la naturale$a. *u$gando por los resultados de su actividad cientfica t%cnica,el hombre debera aparecer en cambio como la ms aborrecible pestilencia infligida sobrela tierra. Ante todos los eventos, estos resultados deben permanecer como recordatorios,para ser negados talve$ solo bajo peligro de muerte, de que el hombre est inscriptoindeleblemente en una naturale$a inigualable por ninguna de sus actividades conscientes encuanto a su sutile$a profundidad. #sta naturale$a es de hecho para %l un lugar para vivir,pero nunca ser un reino que pueda gobernar. #sta nueva patologa que caracteri$a suexistencia somtica psquica ho, tanto colectiva como individualmente, es atestiguadapor el hecho de que la naturale$a reside en %l tanto como %l reside en la naturale$a i. #ste esun hecho que difcilmente valga la pena notar en estos das que a pesar del grado de la +posiblemente irreversible degradacin del medio natural que el hombre ha ejercido para el%xito a trav%s de la aplicacin unilateral de su sabercomo t%cnico, se mantiene tan d%bil

    como siempre para tratar los problemas de la organi$acin colectiva humana, con losconflictos que existen en entre las naciones, con la miseria fsica de dos tercios de lahumanidad la miseria psquica del otro tercio.

    -gualmente, de todos modos, no puede haber dudas de que la labor humana haestado motivada, posiblemente incluso ms profundamente, por el deseo de conocimiento

    1Traduccin de la versin en ingls publicada en Crossroads in the labyrinth, MIT Press,trad. K. Soper y M. Ryle, Cabridge, 1!"#.

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    por amor al conocimiento, un deseo que fue reconocido mu tempranamente como parte dela naturale$a humana, el cual no est ms cerca de su satisfaccin ho que hace veinticincosiglos atrs. esolver un problema es siempre hacer surgir otros/ por cada cabe$a cortadade la 0dra muchas ms crecen, nuestro cuestionamiento muestra pocos signos deagotamiento mientras el tiempo sigue corriendo. A una teora sigue otra, el %xito de cada

    una lleva consigo las semillas de su propia destruccin qua teora. A parte de la matemtica,donde los t%rminos de la cuestin son diferentes, de la pura descripcin, donde la cuestinno emerge, toda verdad cientfica es error diferido. 1 aun as es algo ms que eso. 23u% es,entonces4 23u% es eso que buscamos en el conocimiento4 25ebemos decir que, como tododeseo, tambi%n este est condenado a ser perpetuamente defraudado respecto de su objeto, aser ignorante de %l as perderlo4 25ebe este amor sufrir el mismo destino que aqu%l otro,el de mirar sin remedio como sus adquisiciones se escapan entre sus dedos4 2Pero cmopodemos pensar que el objeto de una actividad tan eminentemente racional esesencialmente imaginario4 1 si fuera 2podramos no estar irremediablemente atrapados enun crculo vicioso4 2Podramos alguna ve$ descubrirlo a no ser por los medios de esa

    misma actividad racional, la cual, en esta hiptesis, continuara sobre determinndolo4 6i laidea de que el conocimiento puede apropiarse de la naturale$a es en s misma una fantasa,mucho ms debe serlo la idea de que el conocimiento puede apropiarse del conocimiento.#s en otro sue)o, el de un sujeto absoluto el de una pura reflexividad, que uno podraescapar de este crculo/ este sue)o +incoherente por supuesto para la lgica diurna, gobernado solamente, como deberamos esperar, por la lgica del deseo es el sue)ocom"n, e inconsciente, del espiritualismo absoluto del totalitarismo cientfico.

    !a importancia practica terica de estas cuestiones converge. #n la cara de estosbrutales contrastes entre los poderes del hombre de manipulacin cientfica tecnolgicade las cosas su total incapacidad para tratar con sus propios asuntos, entre elconocimiento exacto que posee de los n"cleos de las estrellas la densa oscuridad que

    cubre lo que sucede en el piso de la tienda, se ha vuelto com"n, de hecho un lugar com"n,volverse al conocimiento con el propsito de culpar, deplorar o prohibiriinuestra necesidadde superar el 7atraso8iii de las disciplinas humanas en relacin a las ciencias de lanaturale$aiv. !a reaccin es entendible, sus intenciones honorables, al menos si unoacepta, como nosotros aceptamos, que la respuesta a la countura histrica no puede, nodebe, ser un retorno a un oscurantismo religioso, emocional o pseudopoltico. Pero lalucide$ de esta respuesta deja mucho que desear. 'ualquiera sea la confusin, e incluso elcaos, que indisputablemente reina entre las disciplinas antropolgicas, no tiene ning"nsentido hablar de su atraso a menos que uno haa aceptado de antemano los procedimientosde las ciencias que llamamos 7exactas8 como modelo standart que puede ser

    factiblemente aplicado fuera de su campo de origen/ o lo que es igual, a menos que unosostenga que es tanto posible como deseable para las ciencias antropolgicas proceder enconformidad con los principios la metodologa de las ciencias naturales/ a menos, enbreve, que uno a haa decidido que psique, sociedad e historia son objetos que no difierenesencialmente de los objetos fsicos biolgicos que son enteramente homog%neos con%stos. Pero esto no es evidente en manera alguna +de hecho, ni siquiera est claro que lasconclusiones del argumento est%n en armona con sus motivos iniciales. 6i el extraordinariodesarrollo durante los "ltimos tres siglos de un tipo dado de actividad cientfica ha llegado a

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    una situacin de crisis, 2deberamos aceptar sin ms preguntas que el remedio consiste eneste mismo tipo de actividad para otras reas4 1 si,per impossibile, tal extensin fuera atener lugar, 23u% esperan$a tendramos de ganar algo con ello4 2Podremos olvidar queninguno de nuestros conocimientos de la naturale$a podra tener alg"n valor prctico, nonos permitimos el derecho de usar abusar de todo objeto natural, animado e inanimado,

    en la prosecucin de nuestros fines4 2Acaso ha alguien que reclame este derecho ho, seapara s mismo o para los futuros 9ermis &ellers del n"cleo humano4 21 es nuestratimide$ a este respecto un caso del miedo del esclavo al amo de la moral del esclavo, uncaso de supersticin residual que desaparecer mientras progresamos hacia un espritu mscientfico4 2: es la acusada e insuperable dicotoma entre teora prctica4 2: laheterogeneidad entre el orden humano el natural desde el punto de vista de la prctica4 #neste "ltimo caso, 2deberamos impedir que sea posible adoptar la misma perspectiva tericaen nuestro reflexionar acerca de ambos4

    0a poca duda de que, si la demanda de superar el atraso de las disciplinasantropolgicas asume esta forma, se mantiene dominada por ideas que han colaborado ellas

    mismas a producir esta situacin no es ms que una manifestacin de esta situacin. #nverdad, lo que necesitamos es reflexionar sobre el conocimiento cientfico contemporneomismo, sus problemticas internas, sus races histricas su funcin social. &an prontocomo hacemos esto, nos damos cuenta, no solo de que el conocimiento producido por lasciencias naturales no ofrece soluciones a las cuestiones arriba suscitadas, sino tambi%n deque este conocimiento mismo est atravesando una profunda crisis, que tiene races muprofundas consecuencias mu extensas. #sta crisis es coextensiva con el periodo histricoque atestigua el crecimiento la proliferacin de este conocimiento, con la forma deorgani$acin social que ha modelado que lo ha modelado, con la ideologa ontolgica queha incorporado, con un cierto, desde ahora en adelante sin duda eterno, momento delimaginario humano.

    La crisis de la ciencia moderna y el progresivismo cientfico

    5ebemos, entonces, retomar la investigacin terica del conocimiento cientfico conla precaucin de que nos llevara directamente a la colisin con la visin de la cienciacorrientemente sostenida por la maora del p"blico, letrado no letrado por igual. 5ehecho, por una de esas paradojas que la historia ha hecho tan tediosamente familiar ho daa aquellos renuentes a nadar en su presente, la %poca moderna, por todas sus omnipresentesincertidumbres, gusta de pensar de que ha al menos una cosa de la que puede estar segura

    +esta es, su conocimiento. #sto no es negar, por supuesto, aquellos extra)os momentos demalestar a los cuales sucumbe cuando recuerda que su pretensin de posesin de esteconocimiento descansa en la ms atrevida de las sin%cdoques, que los fragmentos nototali$ados, posiblemente no totali$ables, de este conocimiento existen solo como lapropiedad de ciertos ramos cuos lenguajes no tienen nada en com"n con el suo crecientemente poco en com"n con cada uno de los otrosv. Ni es tampoco negar que hapreguntas ocasionales espasmdicas formuladas acerca de la relacin ;significando dehecho una asombrosa falta de relacin< entre este presunto conocimiento el desorden del

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    mundo moderno, acerca del naufragio de todos sus fines o de las ilusiones tomando loslugares de %stos, de la imposibilidad de definir la economa de un conjunto de recursosexperimentando una expansin sin precedentes, de la desconcertante confirmacin de #=mc> por medio de los cadveres de 0iroshima Nagasa?i, ms recientemente, acerca delposiblemente irreparable da)o que ha sido infligido en menos de una centuria a una

    biosfera que data de miles de millones de a)os con la auda de este conocimiento. Pero lanaturale$a, el valor, la direccin, el modo de produccin los productos del conocimientoparecen permanecer ms all de la discusin/ son dogmas tan firmemente atrincherados eincuestionablemente aceptados como los dogmas de la religin que en lo precedentemantenan poder. 5e hecho, as como en el pasado solo un espritu irracional o pervertidopoda osar cuestionar la virginidad de la @irgen, lo cual se prueba simplemente al ser fijado,as tambi%n es que ho da slo aquellos que fallan al entender el significado de las palabrasque pueden disputar la cientificidad de la ciencia. 1 afirmar que un compromiso escientfico, ho da, es proclamar su excelencia. Ambos el hombre en la calle lasluminarias del espritu moderno comparten esta simple conviccin. #l 7o=o8 de 9ichte se

    traduce ho en( ciencia = ciencia.5e hecho, una paradoja de dos pliegues est implicada aqu. #l triunfo de estaideologa cientfica su asimiento sobre la sociedad es masivo, coincide precisamente conel debilitamiento de su sost%n en su pas de origen. 6e ha vuelto obvio ahora para loscientficos que la ciencia est muerta +la ciencia galileana, con la cual :ccidente ha so)adodesde el BCC de la cual, en el DCC, se pens que casi se haba reali$ado. 5e hecho, estono es meramente definitivo, concepciones particulares aisladas que han sido exitosamentedestruidas por la explosin de la fsica cuntica, la teora de la relatividad, el principio deincertidumbre, el resurgimiento de la cosmologa el descubrimiento de la indecibilidad enmatemtica. 0emos presenciado la disrupcin de la concepcin, el programa la meta de laciencia galileana, la cual ha provisto los fundamentos de la actividad cientfica la piedra

    angularvi de su ideologa durante los "ltimos tres siglos. !o que ha sucumbido es unacercamiento al conocimiento que constitue su objeto como un proceso que evolucionaindependiente del sujeto, el cual puede ser locali$ado en un marco espaciotemporal devalide$ universal absoluta transparencia, el cual puede ser asignado a categoras univocase incontestables ;de identidad, sustancia causalidad

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    indisputablemente, pero no a trav%s de la acumulacin de verdades, no como el trabajo deconstruccin en el cual labores aisladas de diferentes trabajadores, cada uno de ellosextra)amente condenados a ignorar el plan maestro, feli$mente combinados para producirel edificio final. #s igualmente cierto que este progreso no consiste simplemente, comoalgunos en su desilusin, talve$, se ven inclinados a pensar, en la mera eliminacin de

    errores, la falsificacin de hiptesis erradas, el crecimiento de una flota fantasmal de teorasenfermas. !a cuestin acerca de qu% es el progreso cientfico es, en s misma, un problemadel ms alto orden + ciertamente no es un problema cientfico. Pero ha de cualquiermanera ciertos errores que es posible evitar( el error de identificar proseo cientficosolamente con la suma de hiptesis recha$adas/ el error de considerar la brecha de larealidad de la ciencia la clsica idea del conocimiento como una cuestin de ciertasimperfecciones marginales, como un tipo de escoria residual. !a ciencia contiene laincertidumbre como su verdadero centro, tan pronto como intenta hacer algo ms quemeramente describir o coleccionar organi$ar hechos en una base emprica computacional/ esto es, tan pronto como aspira a ser teora. 1 cuando nos dirigimos a

    pensar en la naturale$a de la teora misma, parece imposible que la ciencia hubiera sido otracosa que incertidumbre, que el asombro es tal que ninguno hubiera persistido tanto consus decepciones en lo contrario.

    0o no puede haber desilusin. 1a no es ms una cuestin de dudas acerca de lavalide$ de esta o aquella teora especfica, ni de la tolerable oscuridad de conceptos bsicos+lo cual continua siendo una compensacin sin aquella interferencia en el negocio real de laciencia. Porque la incertidumbre que ha arribado al curso de la actividad cientfica misma,la cual ha dificultado a la ve$ estimulado su crecimiento en cada estado de su progreso, havenido a poner en cuestin a representar una crisis en el marco categorial completo de laciencia/ as es como refiere explcitamente los cientficos a la interrogacin filosfica. #stainterrogacin es omniabarcantevii. Porque lo que esta en juego aqu no es solamente la

    metafsica durante ha apuntalado tres siglos de ciencia occidental que ha provisto con suconcepcin implcita e inconsciente del status ontolgico de los objetos matemtico, fsico,biolgico, psquico e histricosocial. #s tambi%n el marco lgico en el cual estos objetoshan sido considerados/ es el modelo aceptado del tipo de conocimiento a perseguir/ elcriterio de la presunta demarcacin entre ciencia filosofa, la situacin histrico social la funcin de la ciencia de las organi$aciones personas que la sostienen. Al mismotiempo, debera ser obvio que tal investigacin debera incluir un no menos radical llamadoa cuestionamiento a la filosofa misma. Porque una absoluta separacin entre ciencia filosofa no puede ser imposible desde el punto de vista de la ciencia a la ve$ necesariadesde el punto de vista de la filosofa. #n este respecto, a pesar de toda apariencia de lo

    contrario, la misma posicin es compartida( por una epistemologa positivista que mantieneque la construccin de una ciencia 7exacta8 no tiene ninguna relacin con algunaconsideracin 7inexacta8 acerca de significado, valor, etc./ por una filosofa como la de0eidegger que considera la diferencia ontolgica como absoluta, cree que es posible7pensar el ser8 separado de los entes, al hacer eso necesariamente permanece prisionerode una cierta concepcin de lo que los entesviiison, no menos que del lenguaje particularcorrespondiente a esa concepcin, ambos aspectos formando el "nico circulo en el cual esposible pensar.

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    Los fundamentos de las matemticas y la indecibilidad

    #n el caso de la matemtica, la crisis se ha desarrollado con toda la inexorabilidadde un guion de tragedia griega, hybris traendo sobre s la inevitable nmesis, la catarsisasumiendo la pure$a de una prueba matemtica acerca de una imposibilidad radical. Pocosde hecho eran los signos del inminente colapso dentro del imponente imperio que lamatemtica, a trav%s de sus sucesivas conquistas de nuevos territorios su unificacin bajolees sistemticas, haba establecido como el giro del siglo ix/ por el tiempo, esto es, cuando0ilbert, en DCC, con incluso menos ra$n que #dipo para desear el conocimiento acualquier precio, sugiri a los matemticos del mundo reunidos en Paris que la prueba de lanaturale$a no contradictoria de la matemtica era uno de los puntos problemticos que erasu tarea resolver en el curso del siglo EE. &res a)os ms tardes el problema explot en suscaras cuando la paradoja de ussell fue publicada como un comentario al principal trabajo

    de 9rege, declarando este "ltimo que el trabajo de su vida aca en ruinas. 5urante elperiodo de agudo conflicto que sigui, los matemticos se encontraron divididos endiferentes campos, siendo determinadas las lneas de demarcacin por las respuestas quedaban a preguntas como( 23u% es el objeto de la matemtica4 23u% ha que entender porexistencia por prueba, adems por verdad matemtica4 2'ul es la naturale$a de laactividad del matemtico4 Fu pronto se vieron llevados a adoptar los t%rminos realismoplatnico, nominalismo con el fin de caracteri$ar sus opiniones o las de sus adversarios, esta nomenclatura es de hecho apta para ello.

    #n un esfuer$o por resolver el conflicto 7por eliminar del mundo de una ve$ para siempre la cuestin de los fundamentos8, 0ilbert fue llevado a construir la

    metamatemtica +en reconocimiento del hecho obvio de que la cuestin de la coherencia dela matemtica no es una cuestin matemtica, por lo tanto no puede ser discutida entrematemticos solamente con recursos matemticos. !as ganancias formales fueronconsiderables, pero uno todava est inclinado a preguntar, desde un punto fundamental, sirealmente hubo alguna ganancia, en tanto toda la discusin de la metamatemtica ;o de unmeta lenguaje de cualquier grado< puede en "ltima instancia tener lugar slo dentro de ladensidad polisemia del lenguaje ordinario +o lenguaje sin ms. Pero ha un gran acuerdo x

    sobre esto, en tanto el inmenso trabajo de 0ilbert forj las grandes armas con las cuales,unos a)os ms tarde, un joven por entonces desconocido matemtico iba a proveer unarigurosa prueba del hecho de que un sistema formali$ado no trivial ;uno lo suficientementerico para contener la aritm%tica de los enteros naturales< necesariamente inclueproposiciones indecidibles, e iba a mostrar que es imposible demostrar la naturale$a nocontradictoria de tal sistema dentro de los t%rminos de ese mismo sistema ;GHdel, DI

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    principal al costo de algunos de sus componentes perif%ricos/ la suposicin es en si misaaltamente improbable. Pero, este es precisamente el punto, esto no es ms queimprobable. -ncluso si todas las partculas elementales del universo fueran matemticosprobando cada uno un nuevo teorema por segundo continuaran as por quince milmillones de a)os sin producir ni una sola contradiccin, la lgica de la situacin

    permanecera no afectada( podra siempre permanecer lgicamente posible que unacontradiccin emerja, que la coherencia del sistema nunca sea ms que una conjeturaaltamente probable. Ahora, si un voluntario matemtico se compromete en nombre de suscompa)eros cientficos a calcular la probabilidad de una proposicin, basa su clculo enteoremas existentes nunca se inclina a considerar equivalente una proposicin probablerespecto de un teorema de xJ probabilidad, ni tampoco a considerar equivalente unteorema respecto de una proposicin de probabilidad . !os principios inductivosconsideran la probabilidad como mensurable a lo largo de una escala continua, pero en unadisciplina deductiva ha una brecha insalvable entre una proposicin que es verdadera, osea apodcticamente necesaria, otra proposicin de cualquier tipo de probabilidad. 6,

    tenemos una ciencia rigurosamente deductiva +la "nica que poseemos que no debe nada ala experiencia pero que es capa$ de ser falsada por un hecho de experiencia( no un hechoemprico, por cierto, sino el acto de un matemtico. Por lo tanto, los matemticos de aqu enadelante tendrn que vivir permanentemente con las preguntas acerca de los fundamentos,preguntas que son tan ineliminables de sus mundos como de este.

    6era difcil sobreestimar la importancia filosfica de esta situacin. !a fascinacinque la matemtica ha despertado en la filosofa, desde Pitgoras Platn a Kant 0usserl,no ha sido debido a, como frecuentemente se ha dicho, a la creencia de que las matemticasofrecen un paradigma de absoluta certe$a/ Platn saba perfectamente bien que descansabasobre meras hipotheses. Pero las matemticas fueron de hecho pensadas como el modeloperfecto de la certe$a hipot%ticodeductiva( una ve$ que la cuestin de la 7verdad8 de estas

    hiptesis se ha puesto en suspenso ;una cuestin que finalmente ha llegado a serconsiderada sin significado en el contexto de la matemtica, lo que desde otro punto devista genera problemas considerables

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    las proposiciones de un sistema formal decidible dado ; todos sus t%rminos definibles

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    matemtica +una pregunta respecto de la cual claramente depende la pregunta de la valide$lgica permanece largamente abierta. 5esde que 'antor la cre, la teora de conjuntos hapasado a ser considerada el departamento primario o fundamento de la matemtica, siendoderivadas de ella todas las dems ramas/ habiendo sido reformuladas, ms o menos, todaslas ramas a la lu$ de los conceptos resultados de la teora de conjuntos. #ste es el punto de

    vista que, como bien es sabido, Qourba?i entroni$ en sus Elementos de matemtica. Pero,sumados los problemas lgicos filosficos que presenta, a ha sido discutido , talve$deberamos decir, recha$ado entre los matemticos mismos. As se afirma en un trabajorecienteR( 7#l punto de vista adoptado en este trabajo talve$ pare$ca extra)o a aquellos quepiensan que la teora axiomtica S%nfasis del propio autorT de conjuntos ocupa eldepartamento primario de la matemtica ;como es verdadero, qui$s, en el caso de la teoraingenua de conjuntos

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    son usados como 7puntos de referencia8 en alg"n sentido similar en que podran serlos loscolores. Mno talve$ use de hecho colores para distinguir objetos o para establecer a cul deellos se estaba refiriendo, pero hablar al de una relacin binaria, por ejemplo, no puedehaber negacin de que es la cardinalidad del n"mero 7dos8 lo que est en cuestin.Qourba?i, de alguna manera, reconoce este hecho %l mismoU cuando enfati$a que la

    matemtica est envuelta desde el principio en pruebas que apelan enteramente a recursosde la matemtica misma en sus usos de enteros arbitrarios e induccin matemtica/ cuandohabla en este sentido del riesgo de una petitio principii ;de nuevo una expresin extra)aviniendo de un matemtico( 2se supone ahora que uno debe consultar a una agencia deseguros para establecer cundo es o no circular un argumento matemtico4

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    fsica, en tanto los conceptos en cuestin existen con prioridad a cualquier empresa enfsica, incluso la ms elemental. Pero en realidad no es una cuestin de pre o de metafsica.Porque las cuestiones aqu implicadas no son anteriores o posteriores a las fsicascontemporneas(son las fsicas contemporneas. -ndisociablemente ligadas a las decisionestericas "ltimas, se convierten en un artculo central del debate en todo aumento de las

    apuestas tericasxxi

    . 6i una lnea ha de ser tra$ada para que los fsicos puedan continuar sutrabajo negando estos problemas de principios, ello no demarcara entre filosofa fsicaterica sino entre fsica terica lo que uno debera llamar +a pesar de su tremendaefectividad el extravagante trabajo empricoexperimentalxxii.

    #stos problemas han sido lo suficientemente discutidosxxiii en los "ltimos sesentaa)os, para justificarxxivque nos ci)amos a una lista de los ms importantes. #l fsico estaconminado a cuestionarse acerca de su entendimiento de lo que es el tiempo el espacio, acerca de qu% justifica la distincin misma. !a cuestin de la frontera entre los fenmenosmicro fsicos los de un observador ampliadoxxv;el sistema formado por el observador suaparato experimental< permanece enteramente irresuelta. &ambi%n esta irresuelta la

    antinomia epistemolgica formulada por primera ve$ por 0eisenberg en DIR entre elreconocimiento de la invalide$ de las categoras lees de la fsica ordinaria en el dominiode lo micro fsico por una parte, por la otra la prueba de esta invalide$ por medio de unaparato construido en observancia de las lees de la fsica ordinaria e interpretada deacuerdo con sus categoras normales. 6era errneo pensar que podemos resolver estaantinomia con maor %xito que respecto de los efectos de la crisis de la categora decausalidad meramente apelando a grandes n"meros probabilidades, en tanto +como hasido se)alado un evento cuntico "nico +al cual no podemos asignar ms que un ciertogrado de probabilidad es capa$ +por medio de un aparato experimental apropiado dedesencadenar un evento macroscpico de un tipo que en principio esta enredado en unacadena de relaciones determinsticas. Algunos se inclinan a pensar que la discusin de estos

    problemas est aproximndose al punto de agotamiento. Nada puede estar ms lejos de laverdad, en cuanto los progresos fsicos constantemente reaniman tales problemas generanotros de tipo similar. Podra tomarse como ejemplo la 7decadencia8, como ha sido llamada,de la categora de 7campo8xxvi, la cual durante los "ltimos cien a)os ha si empleada concreciente predominio en la fsica como un todo, que ha alimentado la ;continuamentefrustrada< esperan$a de que una teora unificada pueda constituirse, pero que ahora se hamostrado incapa$ de acoger la "ltima se)al del fenmeno 7elemental8. &ambi%n podratomarse la reapertura del debate acerca de los principios de simetra en la naturale$a, dereversibilidad de los fenmenos elementales, e incluso de conservacin. : nuevamente,existe la persistente pero irresuelta cuestin de cmo reconciliar ;o incluso establecer

    alguna relacin entre< la relatividad general la mecnica cuntica. 1 est tambi%n elcuestionamiento de la nocin misma de fenmeno fsico.5e hecho, los fsicos mismos dicen que acuerdan entre ellos acerca del uso de la

    mecnica cuntica, pero que estn en profundo disenso acerca de su significado de susconceptos fundamentalesD. Wigner reconoce que, al afirmar que el de un acto deobservacin +en otras palabras, un 7acto mental8 se ha convertido en el concepto primario!9. :igner en !oundations of quantum mechanics, ed. 0 d;Spagnat,

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    en mecnica cuntica, no se ha hecho otra cosa que 7explicar un acertijo por medio de unmisterio8. econoce que no ha acuerdo en la cuestin epistemolgica de si el 7vectorestado8xxvii;que describe un sistema dado desde el punto de vista de la mecnica cuntica