caso de la cocina

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El género en el espacio doméstico: el caso concreto de la cocina y su evolución histórica. RESUMEN. Breve aproximación histórica y análisis del espacio de cocina doméstica desde la antigüedad hasta la época moderna. Estudios de los casos que sentaron las bases de la cocina de hoy, que se define como un elemento que ha estado marcado por su carácter femenino y cuya evolución como espacio y programa arquitectónico habla de las transformaciones que protagonizaron la familia y la mujer en la sociedad. Se plantea en qué manera ha contribuido este espacio en el proceso de igualdad social de la mujer. PALABRAS CLAVE: Espacio doméstico, evolución de la cocina, estudios de género, espacios femeninos. Industrialización, avances tecnológicos. Krystal Polanco Universidad Politécnica de Valencia [email protected] Cel: 67 892 56 53

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Page 1: Caso de La Cocina

El género en el espacio doméstico: el caso concreto de la cocina y su evolución histórica. RESUMEN.

Breve aproximación histórica y análisis del espacio de cocina doméstica desde la

antigüedad hasta la época moderna. Estudios de los casos que sentaron las bases

de la cocina de hoy, que se define como un elemento que ha estado marcado por

su carácter femenino y cuya evolución como espacio y programa arquitectónico

habla de las transformaciones que protagonizaron la familia y la mujer en la

sociedad. Se plantea en qué manera ha contribuido este espacio en el proceso de

igualdad social de la mujer.

PALABRAS CLAVE: Espacio doméstico, evolución de la cocina, estudios de género,

espacios femeninos. Industrialización, avances tecnológicos.

Krystal Polanco Universidad Politécnica de Valencia [email protected] Cel: 67 892 56 53

Page 2: Caso de La Cocina

Biografía

Polanco Ferreira, Krystal M. Es arquitecta de proyectos residente en República

Dominicana. Actualmente Cursando el Master en Arquitectura Avanzada Paisaje

Urbanismo y Diseño en la Universidad Politécnica de Valencia.

Page 3: Caso de La Cocina

El género en el espacio doméstico: el caso concreto de la cocina y su evolución histórica. La historia nos muestra que la casa se ha convertido en un experimento en

continuo proceso y uno de los aspectos que ha repercutido en ello ha sido la

inherente diferencia cultural, biológica y social entre el hombre y la mujer.

Tanto mujeres como hombres han tenido distintas posiciones que han

marcado una división de funciones dentro de la sociedad y estas divisiones

han sido configuradoras del espacio doméstico. Dando lugar a usos

diferenciales del espacio, debido al comportamiento y actitud disímil entre

sexo femenino y masculino.

El hogar es uno de los espacios construidos donde la mujer sufre de

manera más patente la discriminación espacial ocasionada por la

arquitectura. Esto se ve manifestado en el modo en el que las labores del

ama de casa se han aislado de las otras actividades que se desarrollan en

ella. Este fenómeno ocurre de manera significativa en la cocina.

La cocina dentro del hogar encierra simbólicamente a la mujer y lleva con

frecuencia a que esta experimente la centralidad de sus roles en ese

espacio privado-doméstico y a que por lo tanto permanezca arraigada a

dicho espacio diferenciado.

Rosaldo y Lamphere en su libro: “Mujer, Cultura y Sociedad” plantean que

por lo general, las actividades de subsistencia han sido asociadas a las

unidades domésticas, siendo éstas el ámbito de actuación de la mujer,

dentro del modelo de lo privado. Por el contrario, los espacios públicos y

territoriales, han sido considerados de dominio masculino. Hay que agregar

que la historia ha infravalorado las actividades realizadas dentro de las

casas, las cuales han sido consideradas de segundo orden, y por lo tanto,

ello ha ocasionado la invisibilidad de la mujer en el pasado, ya que ésta ha

sido relacionada con este tipo de actividades dentro del ámbito doméstico.

“Mientras que para el hombre el espacio es abierto, abstracto, relacionado

con la lucha y el poder; para la mujer el espacio es controlado, cerrado, en

relación a su cuerpo y a la defensa de su prole”.1

Por lo tanto, la mayoría de las mujeres tradicionales han estado encerradas

en un espacio donde carecen de los medios necesarios para desarrollarse

1 Cevedio, M., 2003. Arquitectura y Género: Espacio público/ Espacio privado. Barcelona: Icaria

Editorial.

Page 4: Caso de La Cocina

en otras direcciones, que no sean aquellas que desde la soledad suponga el

cuidado del espacio doméstico y sus habitantes.

La evolución de la cocina como espacio y programa arquitectónico habla de

las transformaciones que protagonizaron la familia y en especial la mujer en

la sociedad.

1. Orígenes.

La evolución de la cocina desde las primeras fogatas al aire libre hasta la

cocina integrada moderna del siglo XX, ha sido muy compleja. En este

proceso la cocina como espacio experimentó grandes cambios desde sus

dimensiones y estructura, su ubicación dentro de la casa y sus funciones.

Todo ello bajo la influencia de los cambios sociales, económicos, políticos y

culturales. Las consideraciones de la cocina como lugar de preparación de

alimentos y su relación con el resto de la vivienda no se iniciaron hasta más

tarde, en el renacimiento. “A partir de entonces todas las teorías sobre

cocina y su aplicación práctica no dejaron de fluctuar entre dos conceptos

opuestos, uno integrador que definía la cocina como un lugar para habitar y

vivir, y otro separatista que pretendía separar la zona de cocina y de trabajo,

de funcionalidad pragmática, del resto de la casa.”2

La historia de la cocina comienza con un concepto integrador y es que fue,

durante siglos, la estancia principal de las sociedades fundamentalmente

agrarias. Las actividades cotidianas como son comer, dormir y trabajar se

desarrollaban en contacto con el fuego. Por lo tanto la cocina ocupaba el

espacio central de la vivienda.

En la antigua Roma, hasta bien entrado el siglo XV, la cocina separada del

comedor como una estancia independiente y con una función propia solo

estuvo reservada para las capas sociales más privilegiadas, quienes tenían

la costumbre de preparar pomposos banquetes en los que un ejército de

cocineros trabajaban.

La llegada del renacimiento dio un nuevo impulso a la sociedad y también al

espacio culinario, los órdenes sociales se ampliaron y cada vez más la

sociedad se llenaba de burgueses privilegiados lo que derivó en nuevas

estructuras domésticas.

Andrea Palladio (1508-1580) propago sus ideas sobre la distribución ideal

de una residencia señorial burguesa, aconsejaba que la cocina debía estar

en el lugar más apartado de la casa, de ser posible en el sótano, ya que la

consideraba como una de las partes con menos valor y más feas. (Por

culpa del hollín, humo, olores y ruidos). Esto llevo a que en el ámbito

doméstico se generara una diferenciación entre el señor de la casa y su

2 Mielke, R., 2004. La Cocina: Historia, cultura, diseño. Berlin: S.L. Barcelona. P.12

Page 5: Caso de La Cocina

familia, que “solían evitar en lo posible el sector de la cocina, y el personal

de la cocina, que únicamente podía pisar las habitaciones de los señores

para servir las comidas.”3 Aquí se demuestra como este espacio comienza a

excluir la figura masculina y así dotarse de un carácter puramente femenino.

La separación de la cocina dentro de la casa hizo que este fuera un

elemento social y arquitectónico menospreciado. A pesar de que se

buscaba la ostentación de las demás estancias del hogar, la cocina siempre

se conservaba sobria y sin adornos ni estética alguna. Incluso cuando se

implantaron las viviendas elevadas donde las habitaciones debían

distribuirse en una sola planta, se notaba el desequilibrio en los tamaños de

los espacios. los destinados a recibir visitas eran exageradamente

espaciosos y daban a la calle mientras que las dependencias de cocina

ocupaban menor superficie y se orientaban a los patios interiores,

inaccesible a las visitas y solo de dominio de criados y sirvientas.

Unos de los acontecimientos más importantes en la evolución del interior

doméstico, fue la feminización de la casa, proceso que apareció por primera

vez en los Países Bajos en el siglo XVII. Varias causas dieron lugar a este

hecho, pero la principal fue el limitado uso que se hacía de los sirvientes.

Las mujeres neerlandesas casadas, independientemente de su condición

económica y social se encargaban de “todo el cuidado y la administración

absoluto de toda su casa. Esto incluía encargarse de la cocina.”4 La cocina

entonces era muy primaria. Este pequeño cambio tuvo consecuencias de

gran alcance.

Cuando los sirvientes se encargaban de la cocina al espacio se le otorgaba

poca importancia y tenía una condición secundaria.

“Por ejemplo en las casa burguesas de parís, la cocina ocupaba una

habitación frente al patio, sin acceso directo a las habitaciones principales.

En las casas inglesas de los barrios residenciales, la cocina, adyacente a la

zona de criados, siguió estando en el sótano hasta el siglo XIX. En la mayor

parte de los “appartaments”, la “cocina” no era más que una cazuela que

colgaba dentro de la chimenea”.5

Por el contrario en la casa neerlandesa, la cocina era la habitación más

importante, y paso a una posición con más dignidad.

“Allí estaban los aparadores que contenían las mantelerías, la vajilla y la

plata, tan apreciadas. En las paredes colgaban utensilios de cobre y bronce,

muy relucientes. La chimenea era enorme y estaba muy decorada, y no solo

contenía el hogar con la tradicional olla colgada sobre él, sino también un

tipo sencillo de mueble de cocina. El lavadero era de cobre, a veces

3 Ibid. P.13

4 Rybczynsky, W., 1986. La Casa: Historia de una Idea. 7ma edicion ed. New York: Viking

Penguin. P. 82 5 Ibid. P.82

Page 6: Caso de La Cocina

mármol. Algunas cocinas tenían bomba de agua interiores e incluso

depósitos con una reserva permanente de agua caliente.”6

Se pone de manifiesto que la cocina estaba dotada de un significado e

importancia cada vez mayor. Y ya se estaba empezando a apreciar la

comodidad, en gran parte, es consecuencia de que la persona que estaba

próxima con las labores del hogar y la cocina, era el ama de casa y esta se

hallaba en condición de disponer orden en el espacio. Esta importancia

concedida al espacio de cocina refleja la posición central de la mujer en la

familia neerlandesa. Ya el espacio de cocina se estaba convirtiendo en un

lugar indisolublemente femenino o por lo menos bajo el control de la mujer.

Como resultado se introdujo la limpieza y la imposición de normas, pero

más importante, se dio indicio por primera vez a la domesticidad. Este fue

un gran aporte de los Países Bajos, y ya en el siglo XVIII se había difundido

al resto de Europa. La casa se estaba convirtiendo en un espacio más

íntimo lo que le abrió el camino a la idea de confort que más tarde se

desarrolló a medida que las tecnologías iban avanzando.

Esto no inhibía que la mujer fuera percibida únicamente para el espacio

doméstico e íntimo y tuviera una participación si no mínima, nula en las

relaciones sociales y en la vida política, social y económica.

2. Impacto de la revolución industrial en el espacio doméstico

(Siglos XIX y XX.)

La llegada de la modernidad introdujo un factor que produjo un cambio en

el pensamiento de la sociedad. Y fue la llegada de una creciente

individualidad que afecto en gran medida a la mujer. Esto las llevó a

comenzar a exponer y construir un modelo que les permitía por primera

vez, ocupar posiciones sociales muy distintas a las que estaban

acostumbradas. Posiciones que sostenían desde su propia conciencia de

individualidad pero que al mismo tiempo estaban en contra de la identidad

de género colectiva que se les seguía imponiendo.

Uno de los elementos más importantes dentro de este proceso fue fue la

reivindicación de las mujeres por el derecho al voto, hecho que abarco

desde el Siglo XIX hasta bien entrado el Siglo XX. “Durante este periodo

mujeres de toda Europa y América, utilizaron su imaginación, su voluntad,

sus fuerzas y a veces su propia vida para conquistar un derecho que ahora

se considera fundamental, el derecho a elegir libremente a las personas que

representan sus intereses. Esta conquista del voto femenino supuso la

búsqueda de la equiparación, más allá de la mera igualdad formal.”7

6 Ibid. P.82 7 Martí, R. F., 2013. Centro de estudios de la Mujer. [En línea]

Disponible en: http://web.ua.es/es/cem/publicaciones/cuadernos-de-trabajos-de-investigacion/cuadernos-de-trabajos-de-investigacion.html [Último acceso: 25 junio 2014].

Page 7: Caso de La Cocina

Paralelamente a estos sucesos, al final del siglo XIX, la incorporación de

nuevos materiales y el desarrollo de nuevas técnicas, revolucionaron los

modos tradicionales de construir.

La llegada del gas, la ventilación y la electricidad, significaron el comienzo

de la racionalización y mecanización de la casa, y por lo tanto el espacio

interior. Estas tecnologías representaron una invasión al espacio doméstico,

de nuevos artefactos e instalaciones que ahora se contemplaban en el

hogar. Había toda una diversidad aparatos que produjeron una economía no

solo de tiempo, sino también de esfuerzo en la realización de las tareas de

la casa, haciendo que estas fueran más cómodas y fáciles de llevar a cabo.

La cocina no escapa a estas transformaciones y es ahora cuando se

produce la auténtica revolución de la misma, cuando la industrialización

invade los espacios del hogar con todas sus innovaciones tanto sociales

como técnicas.

Los orígenes de la concepción de cocina moderna como tal, se pueden

rastrear en los Estados Unidos. El interés estadounidense por reducir las

tareas domésticas era, en parte, resultado de que en general había pocos

sirvientes. Consecuencia de que la Primera Guerra Mundial fomentó la

entrada de la mujer a la fuerza de trabajo y también aplacó en gran medida

la inmigración, de modo que, el número de sirvientes en los Estados Unidos

decreció.

La primera expositora de lo que pasaría a llamarse economía doméstica fue

Catherine Beecher, que escribió en 1841 “Un tratado sobre economía

doméstica para el uso de damas jóvenes en casa y en la escuela”. En el

que incluía una apartado sobre la construcción de las casas y presentaba

propuestas de cómo debía distribuirse los espacios del hogar para facilitar la

labor de la mujer.

Beecher buscaba dotar de funcionalidad al espacio doméstico. Siempre

priorizando los espacios de almacenamiento y las cocinas cómodas.

Indicaba donde debían situarse los elementos principales como el

fregadero y la cocina misma, así también todas las innovaciones prácticas

como son los cajones debajo del lavadero y una superficie de trabajo

continua con espacios para objetos abajo y arriba. Separaba la cocina del

resto de las zonas de trabajo por puertas correderas de cristal que permitían

permeabilidad visual.

Page 8: Caso de La Cocina

En la imagen se puede percibir como se le otorga a la cocina (j) espacios

significativos de almacenamiento de alimentos (g) y de utensilios (h).

Coloca una pequeña habitación conectada directamente a este espacio

para uso del ama de casa al que puede incorporar una cuna para niños, si

es necesario.

Fig. 2 Planta de una Casa doméstica. C. Beecher Fuente: http://www.gutenberg.org/files/21829/21829-h/21829-h.htm

Fig. 1 Planta arquitectónica de Cocina Fuente: The Kitchen: Life World, Usage, Perspectives

Page 9: Caso de La Cocina

Cocina diseñada por Catherine Beecher, 1869. Planta arquitectónica: Áreas

de preparación y áreas de limpieza.

Beecher reorganizó el proceso de trabajo: Los tres campos pertinentes, el

almacenamiento, la preparación y la limpieza, se organizaron de acuerdo

con la secuencia lógica. Debido a la formación de calor, la estufa se alojará

en una habitación separada.

Rybczynsky comenta que los tratados de Beecher no buscaban una

concepción feminista del espacio doméstico. Ella no discutía que el sitio de

la mujer estuviera en casa, si no que la casa no estaba bien ideada para

quedarse en ella. “Su reacción era en contra de la concepción masculina

contemporánea de la casa.”8

Otra pionera en del desarrollo de la cocina, pensado para el rol de la mujer

fue Christine Frederick, quien era partidaria de la casa sin servidumbre. Su

aportación más importante fue un libro que publico en 1913, titulado “La

Ingeniería Doméstica” en el que aplicando unas teorías en base a

movimiento buscaba optimizar tareas. Sus diseños también estaban

influenciados por Beecher, en cuanto a tamaños y distribución.

La idea de la casa eficiente que se estaban formulando aquellas

“ingenieras domesticas” surge de los esfuerzo de las mujeres por

racionalizar y organizar las tareas domésticas y de las teorías que se habían

elaborado para mejorar la producción industrial en base a los movimientos

que realiza el trabajador. Estas teorías fueron propuestas por Frederick

Taylor (esposo de Christine).

Así Christine Frederick empezó a estudiar y analizar sus propios hábitos y

los de sus amigas y concluyó con la ayuda de diagramas y fotografías, en

una organización de cocina eficiente que reducía los tiempos y esfuerzos,

convirtiéndose hoy en día en modelo de los espacios de cocina dentro de la

vivienda.

8 Rybczynsky, Op. Cit p. 165

Page 10: Caso de La Cocina

A pesar de que estas propuestas suscitaban la permanencia de la mujer en

el espacio privado, con el tiempo, la reducción del número de horas

necesarias para limpiar la casa, para cocinar o para lavar permitiría a las

mujeres liberarse, definitivamente de su aislamiento doméstico. Podemos

decir que estos ejemplos fueron los primeros indicios de emancipación de la

mujer. Ya que esta se estaba integrando no solo al espacio público,

considerado como terreno masculino, sino también al ámbito del diseño

arquitectónico.

Está claro que la aportación estadounidense fue de gran influencia para el

desarrollo del espacio doméstico moderno en el continente Europeo. Estos

bocetos fueron los que sentaron las bases de los modelos y prototipos de

cocina que surgieron en este continente más adelante.

El primer ejemplo de esta nueva forma de vivir, en el viejo mundo, lo

encontramos en Alemania en la paradigmática casa “Haus am Horn”

llamada primero “la casa modelo” y más tarde “la casa experimental”.

Construida y decorada por la Escuela de la Bauhaus en 1923, la casa

consistía en una vivienda aislada de 160 m2 de planta cuadrada en la que

se ubicaba un espacio central que organizaba todo el proyecto. Walter

Gropius dijo que el objetivo de la construcción de la casa era "el máximo

Distribución Deficiente de equipamiento de cocina Distribución Eficiente de equipamiento de cocina

Fig. 3 Diagramas de Cocina de Frederick Fuente: http://ordenartificial.files.wordpress.com/2012/07/frederick_plans.jpg

Page 11: Caso de La Cocina

confort con la mayor economía por la aplicación de los mejores artesanos y

mejora de la distribución espacial de forma, tamaño y articulación".9

La cocina fue proyectada por Ernst Gebhardt y Benita Otte, aplicando

criterios de racionalización del espacio para facilitar el trabajo de un ama de

casa que carecía de servicio doméstico.

Esta cocina constituye un avance sobre la cocina tradicional de esa época.

Normalmente las cocinas se constituían por la relación de los tres

elementos funcionales: cocina, fregadero y nevera con una serie de

estanterías para el almacenamiento de alimentos y utensilios junto a alguna

mesa para realizar las labores. En esta ocasión, la cocina se transforma en

una cocina compacta e integrada compuesta por dos clases armarios (de

pared y de piso) que se disponen adosados a los muros en forma de “L”,

para conformar una superficie de trabajo continuo y sin juntas al mismo nivel

del fregadero y estufa. Se liberó el espacio inferior para las piernas y así

poder integrar un taburete que sirviera de asiento en lo que la mujer

realizaba los oficios. Se abrió una amplia ventana para la adecuada

iluminación y ventilación natural. Los armarios de base se erigen sobre un

zócalo continuo, y las paredes se revistieron parcialmente de de piezas

cerámicas.

En aquella época surgió un debate en torno a las ventajas y desventajas de

la cocina laboratorio, dedicada exclusivamente a las tareas culinarias, y una

cocina comedor, que además de cumplir su función en la preparación de

alimentos se usaba también para el consumo de los mismos.

La cocina tipo laboratorio se aventajaba por un lado en que aislaba de la

vivienda las molestias de humos, olores y suciedad y por otro presentaba el

inconveniente de prolongar pasillos y recorrido de servicio, mayor

aislamiento y dificultad para supervisar los niños.

La Haus am Horn” trató el tema combinando las opciones y trataron la

estancia como una zona de trabajo exclusiva pero adyacente al comedor y

separada de este solo por una puerta que permitía aislarla o comunicarla a

conveniencia. . Además, la puerta apuntaba al correspondiente cuarto

infantil, lo que permitía vigilarlos desde la zona de trabajo.

En una exposición dedicada al equipamiento domestico bajo el título de Die

Wohnung (el apartamento), dirigida por Lilly Reich, el arquitecto holandés

Johanes Oud presentó un proyecto de viviendas en el que la cocina fue un

tema muy significativo. Tenía los mismos principios de la cocina integrada

de la Haus am Horn, pero se diferenció en que aporto un nuevo concepto de

ventana interior que se comunicaba con el salón o comedor adyacente, para

facilitar el traspaso de platos. Así se lograba establecer un vínculo directo

que tamizaba el aislamiento de la cocina y los demás espacios.

9 Wikipedia, l. e. l., 2013. Haus am Horn. [En línea]

Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Haus_am_Horn [Último acceso: 25 06 2014].

Page 12: Caso de La Cocina

Fig. 4 Cocina Haus am Horn Fuente: http://www.break-up.it/haus-am-horn-bauhaus/

Page 13: Caso de La Cocina

Sin embargo, el caso más paradigmático y de mayor repercusión, hasta el

punto de convertirse en un modelo para las cocinas integradas estándares

posteriores, fue la cocina de Frankfur de 1923. Diseñada por la arquitecta

Grete Schütte-Lihotzky, se basó en las mismas reflexiones de las cocinas

anteriores pero su volumen se redujo casi a una tercera parte. Con ella se

dio paso a la época de las cocinas modulares. La arquitecta “fue la primera

en plantearse la cocina como un problema no solo técnico laboral, si no

también cultural social… Desechó la idea de la cocina colectiva porque

considero que el hecho social de cocinar y comer refuerza los lazos

familiares de manera esencial”10

. Se basó en el modelo de cocinas de los

vagones-restaurante utilizados en el ferrocarril. Estos permitían un

rendimiento muy eficiente en un espacio reducido.

La cocina se consistía en un espacio compacto e integrado, separado del

salón comedor mediante una amplia puerta corredera. Estaba dispuesta en

“L” y segregaba los contenedores en dos tipos: los de base y los de pared.

Comprendía una superficie central para la circulación, con aparatos y

armarios adosados en las paredes y un tablero bajo la ventana en una de

las paredes secundarias. En esta cocina también permaneció la idea de

cocina periférica (a pesar de estar integrada al hogar) ya que solo se podía

trabajar de cara a la pared, salvo en la superficie situada bajo la ventana.

“Para la iluminación optima de la habitación utilizaba una lámpara corrediza

que estaba colgada de un riel en el techo y podía ser desplazada fácilmente

con la ayuda de un asa”11

También aquí los armarios suprimen las patas y se configuran sobre un

zócalo continuo para facilitar las labores de limpieza y mantenimiento.

10

Aicher, O., 1982. La cocina para cocinar. Munich: Editorial Gustavo Gilli, S.A. P.16 11

Mielke, R., 2004. La Cocina: Historia, cultura, diseño. Berlin: S.L. Barcelona.P.19

Fig. 5 Cocina de Johannes Oud Fuente: http://vps6223.xlshosting.net/en/projects/woningen-en-interieur-weissenhofsiedlung

Page 14: Caso de La Cocina

Frente a la Haus am Horn, la cocina de Frankfur presentaba nuevas

aportaciones en las que cabe destacar, además de las reducidas

dimensiones (6.50 m2), que su métrica fue sometida a una estricta

modulación, para poder facilitar la estandarización y fabricación masiva.

Consiguiendo así un mayor ahorro económico.

“Esta cocina constituyo un importante logro social y enriqueció el concepto

de arquitectura con la idea de una organización racional y planificada.”12

Fig. 6 Planta de Cocina de Frankfur. Fuente: http://tectonicablog.com/?p=57133

12

Aicher. Op. cit. p. 17

Page 15: Caso de La Cocina

Podemos decir que a pesar de que se continuaba un modelo patriarcal en el

hogar, destinando a la mujer a la exclusiva labor casera, se logró

implementar varios criterios de distribución y relación de espacios en el

ámbito doméstico que fueron avances en el largo proceso de emancipación

de la mujer. Ya estas primeras ideas le estaban dotando de cierta

importancia dentro del hogar y permitían que la mujer tomara participación

Fig. 7 Cocina de Frankfur Fuente: http://tectonicablog.com/?p=57133

Page 16: Caso de La Cocina

en la vida doméstica, sacándola del aislamiento al que, años atrás, estaba

sujeta.

La cocina de Frankfur ha contribuido en cierta medida a que las capas

sociales menos privilegiadas pudieran tener una vivienda propia. Por otro

lado reforzó el carácter de la mujer al poder esta disfrutar ahora de las

nuevas tecnologías que hasta entonces solo eran del uso en el mundo

masculino. Pero lo más importante es que el trabajo en la cocina ahora no

se valoraba más que el trabajo fuera de casa. “la mujer emancipada ya no

estaba en la cocina”. 13

Las críticas a la cocina de Frankfur no tardaron en aparecer, en general

debido al tema del tipo de relación que mantenía con otras áreas de la

casa. Ese debate entre cocina-laboratorio o cocina-comedor que

permaneció hasta la década de los treinta en el siglo XX. Así pues,

Aparecieron numerosas propuestas, y entre estas cabe destacar la llamada

Cocina de Munich que presenta una solución de especial interés.

Proyectada por Robert Vorhoelzer y Walther Schmidt (con el asesoramiento

de la arquitecta Hanna Löw) en 1928; la cocina establece una relación

directa y una comunicación visual entre cocina y salón comedor mediante

una puerta y amplia vidriera que aplaca el aislamiento de quien se

encuentra trabajando en este espacio. Los arquitectos indagan en diferentes

soluciones para conectar cocina y comedor acústica y visualmente y al

mismo tiempo incorpora una mesa plegable donde realizar pequeñas

meriendas o donde mantener la atención sobre las tareas infantiles, sin

abandonar las labores.

13 Aicher. Op. cit. p. 19

Page 17: Caso de La Cocina

Fig. 9 Cocina De Munich Fuente: “The Kitchen: Life World, Usage, Perspectives”

Fig. 8 Cocina de Munich Fuente: The Kitchen: Life World, Usage, Perspectives

Page 18: Caso de La Cocina

Vimos como desde sus orígenes, la cocina ha sido catalogada como un

espacio indisolublemente femenino, provocando en sí, con ello que la mujer

quede relegada exclusivamente a las labores domésticas, por lo tanto

aislada de la sociedad y bajo la convivencia del orden masculino. También

percatamos como el hecho de integrar la cocina al espacio doméstico es un

fenómeno que tuvo lugar en varias civilizaciones antiguas en la que la

cocina era el lugar central y las labores domésticas se realizaban en común

interacción con la familia. Sin embargo ello no quita que la mujer siempre ha

sido objeto de la desigualdad de género.

Todos estos modelos de cocina que surgieron en la modernidad, asentaron

las bases para un sin número de propuestas que se fueron proyectando

bajo los nuevos conceptos y que fueron importantes avances en la

configuración de la cocina de hoy día, tal como la conocemos. Que se

conforma como un espacio de carácter significativo y cada vez más se va

entendiendo como un espacio cuyo trabajo es más un enriquecimiento de

tiempo libre, para convivir con familiares y amigos que una obligación

profesional.

La introducción de los grandes avances tecnológicos que establecieron la

noción de confort en el hogar, hicieron del espacio doméstico un lugar más

adecuado y habitable, permitiendo así la racionalización y simplificación de

las tareas domésticas y con ello facilitando en gran medida la integración

del ama de casa al espacio público como una nueva clase trabajadora en el

mercado laboral.

Cabe destacar que el papel de la mujer en la definición de estos nuevos

espacios modernos ha sido preponderante. La introducción de la eficiencia

en el desarrollo de las tareas domésticas fueron resultados de invenciones

de mujeres. Cuando Frederick y Beecher introdujeron en la casa la gestión

y la eficiencia, dieron por hecho que el trabajo lo hacia una mujer cuya

principal ocupación seria cuidar de su familia. Pero, a pesar de que la labor

domestica era más eficaz, esta seguía siendo un trabajo a jornada

completa; por lo que el lugar de la mujer estaba en la casa.

De todas formas es innegable que estas brillantes contribuciones femeninas

han permitido acelerar la salida de la mujer de ese espacio interior privado,

en el que siempre han estado recluidas, al espacio público, impulsando un

proceso gradual de igualdad de género.

Por último, queda decir que a pesar de que los avances tecnológicos y la

racionalización e integración del espacio de cocina al hogar han sido

impulsores de la conquista de la mujer por su igualdad social, no ha sido

suficiente. Más que eso, se necesita un cambio político, social, cultural y

económico que modifique las estructuras de dominación, para así

transformar y cambiar las relaciones humanas y por ende, la formación del

espacio que habitamos.

Page 19: Caso de La Cocina

Bibliografía

Aicher, O., 1982. La cocina para cocinar. Munich: Editorial Gustavo Gilli, S.A.. Beecher, C. E., 2007. The Project Gutenberg eBook: "A Treatise on Domestic Economy for the use of Young Ladies at Home and at School". [En línea] Disponible en: http://www.gutenberg.org/files/21829/21829-h/21829-h.htm [Último acceso: 25 Junio 2014]. Bravo, J. B., 2011. Así en la Cocina como en la Fábrica. Feminismos 17, Volumen 17, pp. 183-211. Cevedio, M., 2003. Arquitectura y Género: Espacio público/ Espacio privado. Barcelona: Icaria Editorial. Cortés, J. M., s.f. Políticas del espacio:Arquitectura género y control social. Isaac y Actar ed. Barcelona: Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña. Giedion, S., 2009. Espacio, tiempo y arquitectura: origen y desarrollo de una nueva tradición. Traduccion y Edicion, Jorge Sainz ed. Cambridge, Massachusetts: Reverté, Barcelona. Guzmán Gómez, A. F., 2013. Historia de la Arquitectura Moderna: Haus am Horn (1923). Weimar- Alemania. [En línea] Disponible en: http://unalhistoria3.blogspot.com.es/2013/07/haus-am-horn-1923-weimar-alemania.html [Último acceso: 26 Junio 2014]. Martí, R. F., 2013. Centro de estudios de la Mujer. [En línea] Disponible en: http://web.ua.es/es/cem/publicaciones/cuadernos-de-trabajos-de-investigacion/cuadernos-de-trabajos-de-investigacion.html [Último acceso: 25 junio 2014]. Mielke, R., 2004. La Cocina: Historia, cultura, diseño. Berlin: S.L. Barcelona. Rybczynsky, W., 1986. La Casa: Historia de una Idea. 7ma edicion ed. New York: Viking Penguin. Valdivieso, M., s.f. Haus am Horn- Universitat de Barcelona. [En línea] Disponible en: http://www.ub.edu/gracmon/capapers/mercedesvaldivieso.pdf [Último acceso: 26 Junio 2014]. Wikipedia, l. e. l., 2013. Haus am Horn. [En línea] Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Haus_am_Horn [Último acceso: 25 06 2014].

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