car pincho

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    Proyecto Carpincho

    Propuesta para eluso sustentabledel carpincho(Hydrochaerishydrochaeris)

    en la Argentina

    Mara Luisa Bolkovic, Rubn Daro Quintana, Daniel Ramadori,Marta Elisetch y Jorge Rabinovich

    Although the capybara (Hydrochaeris hydrochaeris) is a wild species with high commercial value in Argentina andone of the most conspicuous mammals of the countrys Northeastern wetlands, there is still little informationabout the ecology and biology of this species in the wild. However, this should not constitute an obstacle formanagement planning in order to assure a sustainable use of capybaras natural populations. In this chapter we

    Abstract

    A pesar de que el carpincho (Hydrochaeris hydrochaeris) es una especie silvestre de gran importancia desde el puntode vista comercial y uno de los mamferos ms llamativos de los humedales del noreste argentino, paradjicamente secuenta con muy poca informacin sobre su biologa y ecologa en el medio silvestre en nuestro pas. Esta deficienciano debera ser un impedimento para que se comiencen a gestionar planes de manejo sustentables que aseguren lapersistencia de sus poblaciones en el medio natural. En este captulo presentamos el estado de conocimiento sobre elcarpincho, y una serie de propuestas orientadas al manejo sustentable para la normalizacin de su aprovechamientoa escala regional en la Argentina. Se establece la necesidad de contar con un relevamiento de las existencias de ejem-plares silvestres y de cueros, de fortalecer los mecanismos de control, de establecer un cupo provisorio por provinciay un sistema de identificacin de cueros en su lugar de origen. Las acciones futuras contemplan el ensayo dos moda-lidades de manejo: la de extracciones en establecimientos agropecuarios por un lado, y la de orientar el uso actualcon la incorporacin de medidas correctivas, por otro. A la par, se completarn los conocimientos especficos sobre di-versos aspectos de la ecologa de esta especie.

    Palabras clave: carpincho, cuero, comercio interno, exportacin, planes de manejo.

    Resumen

    Capybara Project

    Proposal for the sustainable use of capybaras (Hydrochaeris hydrochaeris) in Argentina.

    Se sugiere citar este libro como: Bolkovic, M. L. y D. Ramadori (eds.). 2006. "Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina.

    Programas de uso sustentable". Direccin de Fauna Silvestre, Secretara de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Buenos

    Aires. 168 pgs. + 8 ilust.

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    Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable

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    Introduccin

    En las ltimas dcadas los cambios en los usos de la

    tierra en la Argentina, como en gran parte del pla-

    neta, han llevado a una profunda modificacin delos ecosistemas naturales y a la prdida de hbitat

    para muchas especies silvestres, lo que constituye

    una de las principales amenazas para su conserva-

    cin. Los humedales, muchos de los cuales forman

    parte del hbitat del carpincho (Hydrochaeris hydro-

    chaeris), no son ajenos a esta tendencia de modifi-

    cacin. En la actualidad, extensas reas de estos

    ambientes han sido drenadas o reemplazadas por

    cultivos, principalmente arrozales o forestaciones.

    Ante tal situacin, una alternativa de conservacin

    de estos ecosistemas consiste en el aprovechamien-

    to sustentable de la fauna silvestre, como lo anali-zan Zacagnini et al. (2002), que como actividad ren-

    table puede resultar en un incentivo para la preser-

    vacin de los ambientes naturales, beneficiando in-

    directamente a especies que, compartiendo el mis-

    mo hbitat, no tienen valor comercial. Entre los

    componentes de la fauna argentina, el carpincho se

    presenta como una especie emblemtica que, a pe-

    sar de ser muy utilizada en toda su rea de distribu-

    cin y ser uno de los mamferos ms llamativos de

    los humedales del noreste argentino, en muchos as-

    pectos relacionados con su biologa y ecologa an

    ha sido escasamente estudiada en el medio silvestre

    en nuestro pas. Sin embargo, la actual falta de in-formacin sobre parmetros especficos de las po-

    blaciones argentinas de carpinchos no debera ser

    un impedimento para comenzar a gestionar planes

    de manejo que contemplen la utilizacin de la espe-

    cie y que aseguren la persistencia de sus poblacio-

    nes en el medio natural. A continuacin, se presen-

    ta el estado actual del manejo de esta especie en la

    Argentina y se plantean propuestas para la normali-

    zacin de su uso sobre la base de los resultados de

    las acciones llevadas a cabo en el marco del Proyec-

    to Carpincho (ver seccin El Proyecto), que tuvo

    una fase inicial desde fines del ao 2002 hasta me-

    diados de 2003, y cuya segunda etapa est progra-

    mada para comenzar en breve.

    La especie y su utilizacin

    El carpincho, que posee una amplia historia de usotanto en nuestro pas como en toda su rea de dis-tribucin que abarca desde Panam hasta el surde la provincia de Buenos Aires, en la Argentina,est presente en todos los pases sudamericanos aexcepcin de Chile (Figura 1). Diversas culturas yautilizaban esta especie de forma integral, previa-mente a la llegada de los europeos, constituyendo,incluso hasta nuestros das, una importante fuenteproteica para poblaciones nativas y criollas (Ojasti,1991; Quintana et al., 1992; Barbarn, 2000; Gon-

    zlez, 2001; Arenas, 2003).

    Figura 1. Distribucin del carpincho (Hydrochaeris hydro-

    chaeris) en Sudamrica (fuente: Ojasti, 1991).

    60 40

    00

    2020

    present the state of knowledge of this species and a proposal for its sustainable use at a regional scale. We emphasizethe need of carrying out an evaluation of stocks of skins and of wild animals, to strengthen control mechanisms, to

    establish provisional quotas at the Provincial level and to establish a system for the identification of hides at their place

    of origin. Future actions are based upon the implementation of two management practices: harvests on private

    establishments and a reorientation of current use through the inclusion of corrective measures. At the same time,specific knowledge will be completed on ecological and biological aspects of this species in the wild.

    Key words: capybara, population management, domestic trade, exports, management planning.

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    Se trata de un roedor herbvoro anfibio, cuyo adul-to pesa alrededor de 55 kg y es de hbitos apaci-bles y gregarios. Conforma grupos sociales de entretres y diez individuos, aunque ese nmero puede

    ser mayor, de acuerdo con las condiciones del hbi-tat, estacin del ao y densidad poblacional (Ojas-ti, 1973; Herrera y Macdonald, 1987; Quintana yRabinovich, 1993). Se caracterizan por tener tres re-querimientos indispensables para su supervivencia:(a) la disponibilidad de ambientes acuticos elagua es fundamental para satisfacer distintos requi-sitos de vida, como reproduccin, termorregulaciny proteccin, (b) la presencia de reas de forrajeoen las cercanas y (c) reas secas para descanso ypara abrigo de cras (Ojasti y Sosa Burgos, 1985;Quintana, 1999). Estos requerimientos sumados a

    la variedad de tipos climticos presentes en nuestropas determinan reas con diferente aptitud poten-cial para su establecimiento (Figura 2).

    Antiguamente las poblaciones de carpinchos solanser tan abundantes que en los relatos de los prime-ros naturalistas, como los del padre Paucke (1767)o de Flix de Azara (1802), se los cita en la mayorparte de los humedales asociados a los ros y lagu-nas, tanto de la cuenca del Plata como de otros sis-temas hdricos de la Argentina. En la recopilacinantropolgica de M. Palermo (CEAL, 1983) se sea-la que en esos tiempos se utilizaban las especies sil-

    vestres a travs de sistemas basados en principiosmticos o religiosos que imponan lmites a la cace-ra, y as se evitaba la sobreexplotacin del recurso.A tal fin, cada pueblo tena una serie de fbulas yleyendas con alto significado religioso pero tambinconservacionista. Con la llegada de los espaoleseste modelo sustentable de relacin presa-caza-dor queda reemplazado por un modelo de sobreex-plotacin. En un principio, contina Palermo, delcarpincho solo se consuman los juveniles (el saborde la carne del adulto no les resultaba atractiva alos nuevos pobladores), pero las intromisiones en

    los sembrados, el incipiente uso dado al cuero y suposterior valorizacin comercial incentivaron su ca-cera, dando lugar a la aparicin de un nuevo espe-cialista: el carpinchero. Este, a diferencia de loque ocurre en la tica indgena, no mata para ali-mentarse (aunque no desprecia buena parte de lacarne), sino que trata de obtener la mayor cantidadde cueros para vender o intercambiar por mercan-cas bsicas a un acopiador. Ya para la dcada de1880 se seala, en esta misma recopilacin, que el

    nmero de cazadores era elevado y que, entre

    1886 y 1889, se despacharon oficialmente porpuertos entrerrianos 12.100 cueros, a los que ha-bra que sumar todos aquellos traficados por otrasvas (contrabando, salida por otros puertos, etc.),usados localmente, o sin utilizar.

    En la actualidad el principal subproducto utilizadoen la Argentina es el cuero, lo cual hace que se di-ferencie de otros pases latinoamericanos que ex-plotan en forma comercial al carpincho, como Ve-nezuela, Colombia y Brasil, que utilizan principal-mente la carne (Gonzlez Jimnez, 1995; Nogueira-Filho, 1996; Giraldo Hernndez y Ramrez Perilla,

    2001). Sin embargo, en los ltimos aos algunospases del norte de Sudamrica mostraron un ma-yor inters por su aprovechamiento1. An as, en es-tos pases existe todava una limitante que es la fal-ta de experiencia y tecnologa para la manufacturade este subproducto. Por el contrario, la Argentina,que posee una gran tradicin en la elaboracin deproductos con cueros de animales domsticos, pro-duce artculos con cuero de carpincho reconocidosinternacionalmente por su calidad.

    M. L. Bolkovic, R. Quintana, D. Ramadori, M. Elisetch y J. Rabinovich - Proyecto Carpincho

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    1 Por ejemplo, en 2001 Venezuela export 6.720 cueros correspondientes al aprovechamiento legal (Gonzlez Jimnez, 2005).

    Figura 2. Mapa de aptitud potencial de hbitat para elcarpincho en la Argentina (fuente: Admoli et al., 1988).

    ptima

    Muy buena

    Buena

    Regular

    C/limitaciones marcadas

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    En nuestro pas el comercio de subproductos decarpincho difiere, a su vez, en dos aspectos con res-pecto al de otros animales silvestres, lo que dificul-ta en gran medida su control y fiscalizacin. Por

    una parte, los artculos fabricados a partir de suscueros abarcan un rango de rubros mucho ms di-verso (como vestimenta, calzado, talabartera, ma-rroquinera y artesanas) comparado con artculosobtenidos a partir de subproductos de otras espe-cies. Por otra parte, a pesar de que existe una de-manda externa de cueros crudos o curtidos y enmenor medida de artculos manufacturados decarpincho, el mercado interno es su principal desti-no de comercializacin. Esto requiere de un mayoresfuerzo para el control, debido a la complejidaddel sistema conformado por una vasta red comer-

    cial que incluye numerosos actores (ver Anlisis delcircuito comercial). El mercado externo, por elcontrario, es relativamente ms fcil de fiscalizar,pues requiere de menos puntos de inspeccin.

    Desde el punto de vista conceptual, la Unin Inter-nacional para la Conservacin de la NaturalezaUICN (Ojasti, 2000) define el uso sustentable deuna especie como un uso que no reduce el fu-turo uso potencial, ni perjudica la viabilidad a largoplazo de la especie utilizada o de otras especies yque es compatible con el mantenimiento a largoplazo de la viabilidad del ecosistema que sostiene o

    depende de la especie utilizada. El uso que sedio histricamente al carpincho en nuestro pas, engeneral, no fue planificado hacia un uso sustenta-ble en el sentido de la definicin anterior. Por ejem-plo, un informe reciente para la zona de la Reservade Iber, en la provincia de Corrientes, seala quesolo de esa rea se calcula una extraccin de msde 45.000 carpinchos anuales (Fraga, 2003)2. A lafalta de utilizacin con planes de manejo sosteni-bles, se suma que en aos recientes la demanda deproductos de carpincho ha sufrido un incrementonotorio, tanto por aumento del mercado interno,

    como por la reactivacin del turismo extranjero des-de principios del ao 2002. Dichos factores, suma-dos al complejo y catico sistema de comercializa-cin y fiscalizacin existente, llevaron a la necesidadde desarrollar un plan que contemplara accionescoordinadas en conjunto con las provincias quecuentan con poblaciones de esta especie, a fin deencauzar su uso hacia una modalidad ordenada ysustentable.

    Marco legal

    En la Argentina el carpincho se encuentra ampara-do por la Ley 22421 del ao 1981 que, con su De-

    creto Reglamentario N 666/97 y una serie de reso-luciones especficas, norma sobre distintos aspectosdel aprovechamiento y conservacin de las especiesde la fauna silvestre.

    Por una parte, el carpincho no est incluido en losapndices de la Convencin sobre el Comercio In-tencional de Especies Amenazadas de Fauna y Flo-ra Silvestre (CITES) a la que la Argentina adhieredesde el ao 1980, mediante la Ley 22344. A nivelnacional su estatus de conservacin, segn la Reso-lucin 1030/04, es de no amenazada. Esta ltimacategorizacin se bas en el trabajo realizado por la

    Sociedad Argentina para el Estudio de los Mamfe-ros SAREM (Reca et al., 1996), aunque en Daz yOjeda (2000) se clasifica al carpincho como poten-cialmente vulnerable. La Resolucin 62/86, porotra parte, establece una prohibicin para el trnsi-to de animales vivos, entre ellos, H. hydrochaeris,con excepcin de aquellos que provengan de la craen cautiverio. Las operaciones de esta ltima activi-dad estn reguladas por la Resolucin 26/92, lacual, adems, crea el Registro Nacional de Criade-ros de Fauna Silvestre. En lo que respecta a los as-pectos sanitarios, la Ley 22421 otorga las compe-

    tencias sobre el control sanitario de la fauna silves-tre al SENASA (Servicio Nacional de Sanidad yCalidad Agroalimentaria).

    Por otro lado, cada provincia cuenta con sus pro-pias leyes que reglamentan aspectos relacionadoscon el uso y conservacin de la fauna silvestre. Conrespecto al carpincho la normativa vara notable-mente entre jurisdicciones. Por ejemplo, en EntreRos, Buenos Aires y Santa Fe la caza est prohibi-da, mientras que en Formosa, Chaco y Corrientesest permitida, aunque con restricciones. As, en laprovincia de Formosa est permitida para cazado-

    res de subsistencia (Disposiciones 110/98 y 056/03de la Direccin de Fauna y Parques), donde se habi-lita la caza del carpincho para consumo a los pobla-dores de condicin humilde y se concede la posibi-lidad de venta de sus cueros. Tal condicin es regu-lada por un cupo otorgado de acuerdo con el tama-o del grupo familiar. En la provincia del Chaco exis-te una poca de caza vlida tanto para la caza co-mercial como la deportiva, generalmente entre

    Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable

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    2 Esta provincia solo autoriza la caza por dao, y hasta mediados de 2005 se haban vendido solo unos 700 precintos (Fuente: Dir.

    Fauna Corrientes.).

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    mayo y agosto, con un cupo por cazador que se re-glamenta cada ao y un tamao mnimo de 60 cmde largo para los cueros (J. Francia, Director deFauna de Chaco; com. pers.) En la provincia de Co-

    rrientes solo se autoriza la caza de carpinchos enaquellas situaciones en que se compruebe que sunmero es excesivo y que ocasione daos a cultivosy/o pasturas. El permiso lo otorga la Direccin deFauna provincial, que dispone el porcentaje de ani-males a cazar, previa pericia para evaluar el nme-ro de animales en un establecimiento. En tales ca-sos, los cueros obtenidos se pueden comercializarobservando las disposiciones vigentes.

    Adems de las diferencias en cuanto a las prohibi-ciones, la amplia variacin del valor de las tasas fis-cales aplicadas en cada jurisdiccin motiva el trnsi-

    to ilegal de productos (principalmente cueros) entredistintas provincias, a fin de trasladarlos hacia don-de las condiciones sean ms favorables. La necesi-dad de poner fin a tal situacin llev a legalizar lasexistencias en algunos casos, como por ejemplo enla provincia de Entre Ros, que mediante la Resolu-cin Provincial N 250/02, permiti entre los aos2002 y 2003 un blanqueo de los cueros existen-tes en su territorio; sin embargo estas polticas pue-den tener efectos inciertos, ya que finalmente pue-den incentivar el trnsito de cueros ilegales de unaprovincia a otra.

    El Proyecto

    A mediados del ao 2002 la Secretara de Ambien-te y Desarrollo Sustentable (SAyDS), a travs de laex Direccin de Fauna y Flora Silvestre (DFyFS), co-mienza la gestin para la elaboracin del ProyectoCarpincho. Este proyecto se formaliz en el marcode la Resolucin N 58/02, la cual establece un re-

    glamento para la creacin de fondos de investiga-cin y manejo de especies silvestres y regula la par-ticipacin del sector privado en este tipo de iniciati-vas. Luego, mediante la Disposicin N 01/02 de lamisma Direccin, se convoc a los interesados enparticipar del proyecto. Se realizaron reuniones conintegrantes del sector comercial de artculos deriva-dos del cuero y se acord sobre la necesidad de lle-var a cabo este proyecto y de implementar una fr-mula de patrocinio para su financiamiento. Por otraparte, se firm un Acta Acuerdo entre la Nacin ylos directores de Fauna de las provincias de Entre

    Ros, Santa Fe, Chaco, Formosa y Corrientes con el

    objeto de apoyar su realizacin. Paralelamente, sellevaron a cabo reuniones de carcter tcnico conbilogos, veterinarios y otros profesionales relacio-nados con esta especie.

    La primera etapa del proyecto tuvo por objeto co-menzar a normalizar la situacin comercial del car-pincho a la par de dar inicio a una serie de investi-gaciones. Esta etapa se estructur en tres puntosprincipales: aspectos de gestin, estudios ecolgi-cos y anlisis del sistema socioeconmico. Se explo-raron metodologas de evaluacin poblacional acor-des con la ecologa particular de la especie y se rea-liz un anlisis preliminar de la gestin del recurso,particularmente en lo relacionado con el circuito co-mercial y administrativo de los cueros. Una segun-da etapa contempla afianzar la evaluacin del re-curso a escala regional con el inicio, en reas moda-les a ser acordadas con las provincias, de la realiza-cin de estudios ecolgicos bsicos y de una faseexperimental de manejo de la especie.

    PRIMERA ETAPA

    Anlisis del circuito comercial de cueros de

    carpincho en la Argentina

    Los circuitos comerciales, relacionados con el co-mercio interno y externo, pueden esquematizarseen las siguientes fases (Figura 3):

    1) Extraccin. Esta fase comprende principalmentea cazadores de subsistencia, cazadores organizadosy, en menor medida, establecimientos agropecua-rios. Las modalidades y la finalidad de la extraccinvaran entre dichos grupos. Muchos cazadores desubsistencia practican la caza del carpincho y otrasespecies de la fauna silvestre, y obtienen efectivo omercaderas por la venta o canje de los cueros, ade-

    ms de la carne para consumo. Individualmente, es-te tipo de cazadores no aporta gran cantidad decueros al sistema comercial, pero sumando el n-mero de personas que practican este tipo de caza,el aporte puede llegar a ser significativo. Como ge-

    neralmente viven en lugares aislados, son visitados

    por acopiadores que recorren la zona y que son los

    que suelen fijar los precios de los cueros al cazador.

    Los cazadores organizados nuclean a personas que

    se dedican tanto exclusiva como temporalmente a la

    caza de carpinchos, donde una parte sustancial de

    sus ingresos proviene de la venta de los cueros y en

    menor medida de la carne. Estos cazadores tambin

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    combinan la caza de este roedor con la de otras es-pecies, como, por ejemplo, la nutria (Myocastorcoypus) o la iguana (Tupinambis merianae), siem-pre dependiendo del lugar y la poca del ao. En al-gunos casos, trabajan directamente para acopiado-res regionales, con los cuales tienen cierto compro-miso de exclusividad.

    Las extracciones en los establecimientos agropecua-rios, como las autorizadas en la provincia de Co-rrientes, suelen tener un doble propsito: por un la-do disminuir los nmeros poblacionales de carpin-chos, que cuando son elevados pueden considerar-se perjudiciales para las actividades productivas y,por otro, generar ciertos ingresos por la venta decarne y cueros. La carne generalmente se comercia-liza en poblados donde los animales se transportanya faenados e, idealmente, con previa aprobacin

    por parte de las autoridades bromatolgicas muni-

    cipales. En estos casos la carne suele ser vendida acarniceras locales o directamente al pblico; loscueros, vendidos a un acopiador regional o direc-tamente a comerciantes y, por tratarse, de cuerosautorizados por la provincia para su venta, en gene-ral tienen un valor mayor que si se tratara de cue-

    ros de origen ilegal (Quintana, 1996).

    Finalmente, la cantidad de cueros que aportan loscriaderos comerciales, establecidos recientementeen nuestro pas, no es suficientemente significativacomo para ser considerada en este esquema.

    2) Acopio. Constituye la fase de los intermediarios.Como primer acopiador se considera a las personasque poseen algn tipo de comercio al que suelenacudir los cazadores para vender sus cueros o cam-biarlos por mercadera. Generalmente, son almace-

    nes de campo de ramos generales o lancheros

    Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable

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    Figura 3. Diagrama de flujo de la comercializacin de cueros de carpinchos en la Argentina.

    Cazadores desubsistencia

    Primer acopiador Acopiador regional

    Comerciantes

    Fabricantes

    Exportadores

    ExportacinVentas por mayor o menor

    Curtiembres

    Cazadoresorganizados

    Extraccionesde estancias

    Fase de extraccin

    Fase de acopio

    Fase de distribucin

    y manufactura

    Fase de comercializacin

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    propietarios de lanchas-almacn en la zona de islasdel ro Paran. El acopiador regional incluye a losgrandes receptores de cueros del sistema, situadosen pueblos importantes o ciudades. A ellos acuden

    no solo cazadores, sino tambin los pequeos aco-piadores. Estas personas se dedican al acopio decueros en general y poseen medios para recorrerextensas zonas y efectivo o mercancas para realizarlas compras.

    3) Distribucin y manufactura. Esta fase incluye a:

    (i) las curtiembres que reciben los cueros para su tra-

    tamiento; (ii) los fabricantes, de muy amplia expe-

    riencia en la elaboracin de gran cantidad de artcu-

    los, y (iii) los comerciantes, que conforman un con-

    junto muy heterogneo. Sin duda, esta es la fase

    ms complicada del esquema de uso del carpincho

    ya que es donde interviene la mayor cantidad de ac-tores, donde se lleva a cabo una gran circulacin de

    los cueros crudos y/o curtidos, donde generalmente

    se obtiene la documentacin respectiva a nivel pro-

    vincial y donde se debe realizar la acreditacin y es-

    tampillado a nivel nacional. Existe tambin un im-

    portante nmero de posibles relaciones comerciales

    entre los diferentes actores de esta fase, lo que ha-

    ce que el esquema sea an ms complejo.

    4) Comercializacin. La venta de artculos de car-pincho se realiza en todo el territorio argentino,ms all del rea de distribucin de la especie. Seelaboran distintas calidades de productos, destina-dos a diferentes tipos de consumidores. Existen des-de la venta ambulante, pequeos negocios ostands en comercios de otros rubros (como estacio-nes de servicio), o locales en aeropuertos, hoteles ycentros tursticos, hasta grandes cadenas comercia-les con varias sucursales en jurisdiccin federal y elinterior del pas. Tambin se lleva a cabo la venta alpor mayor que involucra principalmente a fabrican-tes y tambin a algunos comercios que combinanesta actividad con la venta al pblico. Por otro lado,los exportadores pueden poseer curtiembres pro-

    pias o comprar directamente a productores como,por ejemplo, a establecimientos agropecuarios. Elporcentaje destinado a las exportaciones, ya sea co-mo cueros crudos, curtidos o productos manufactu-rados, se destina principalmente a pases de laUnin Europea.

    Circuito administrativo

    El circuito administrativo se inicia con la autoriza-cin (variable segn la provincia) de la caza de car-

    pinchos. De realizarse el trnsito interprovincial de

    productos, los acopiadores, establecimientos, cur-tiembres o comerciantes, previamente inscriptos enla jurisdiccin de origen, deben solicitar las guas detrnsito a las autoridades provinciales, sobre la ba-

    se de las tenencias registradas por ellos en dicha ju-risdiccin. Estos productos tienen que ser registra-dos a su vez en la jurisdiccin destino para que, encaso de ser necesario su traslado, pueda ser emiti-da una nueva gua de trnsito. Dicho mecanismopermite verificar el origen de los cueros o sus sub-productos. Para que los cueros o sus productos ter-minados puedan ser acreditados en jurisdiccin fe-deral, los usuarios, previamente inscriptos como co-merciantes o como exportadores (o ambos), en laDireccin de Fauna Silvestre de la Nacin (DFS), de-ben presentar la respectiva Gua nica de Trnsito.

    Para la comercializacin de productos en el merca-do interno en jurisdiccin federal se requiere quelos productos ya acreditados sean identificados conestampillas adquiridas en la DFS o estn detalladosen una declaracin jurada donde consten las con-fecciones a realizar con los cueros acreditados. Enel caso de solicitudes de exportacin, la DFS otorga-r permisos a las empresas o personas jurdicas quetengan debidamente registrados dichos productos.Los usuarios, adems, pueden solicitar transferen-cias entre firmas inscriptas o solicitar guas de trn-sito con destino a otras jurisdicciones.

    Estadsticas del comercio del carpincho

    La cantidad de estampillas vendidas debera con-

    formar un indicador de la magnitud del comercio

    interno en jurisdiccin federal y reflejar el uso que

    se hace de esta especie. Sin embargo, esta variable

    hasta el comienzo del proyecto no poda ser eva-

    luada con tal indicador, debido a los escasos con-

    troles existentes. Un punto importante del Proyec-

    to, entonces, fue el de establecer un sistema ms

    estricto de fiscalizacin a travs de la regulariza-

    cin de la tenencia y comercializacin de mercade-ras, lo que deriv en un incremento notable de la

    venta de estampillas y de inscripcin de comercios.

    Esto fue una consecuencia del mayor nmero de

    inspecciones que condujeron al decomiso de im-

    portantes cantidades de productos ofrecidos en

    puntos de venta que no cumplan con los requisitos

    necesarios (Figura 4). Actualmente, ya se cuenta

    con una base de datos que va tendiendo a ser ms

    realista acerca de los verdaderos volmenes de pro-

    ductos comercializados a partir del cuero de carpin-

    cho. La adquisicin de estampillas en 2002 duplic

    a la de los aos anteriores, mientras que en los

    M. L. Bolkovic, R. Quintana, D. Ramadori, M. Elisetch y J. Rabinovich - Proyecto Carpincho

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    aos 2003 y 2004 la venta de estampillas se quin-

    tuplic con respecto a la de 2002 (Figura 5). Cabe

    destacar que, por otro lado, a partir del ao 2002

    se registr un aumento en la demanda interna de

    productos de carpincho, debido, principalmente, a

    una mayor afluencia de turismo extranjero al pas.

    Por lo tanto, la venta de estampillas conformar un

    indicador cada vez ms confiable de la magnitud

    del comercio siempre que los controles se manten-gan.

    Con respecto al comercio exterior, las exportacio-nes de cueros realizadas por firmas exportadorasdel sector entre los aos 1997 y 2004 fluctuaronnotablemente (Figura 6). Es llamativa la gran dife-

    rencia en el nmero piezas exportadas entre el ao2000 y los aos siguientes. Esto se debe principal-mente a las condiciones relacionadas con los incen-tivos para las exportaciones por medio de reinte-gros, los que se redujeron luego de la devaluacinde la moneda argentina en el ao 2001.

    Metodologas para la evaluacin de

    poblaciones silvestres

    Tradicionalmente, la mayor parte de los relevamien-

    tos poblacionales de carpinchos se ha realizado por

    medio de conteos visuales directos, como en los

    Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable

    112

    120

    80

    40

    01999

    Estampillasvendidas(

    miles)

    2000 2001 2002 2003 2004

    AO

    Figura 5. Registros de ventas de estampillas para la iden-tificacin de confecciones o artculos realizados con cue-ros de carpinchos a la venta en jurisdiccin federal, para

    los aos 1999 a 2004 (Fuente: DFS).

    60

    40

    20

    0199919981997

    Cueros(enmiles)

    2000 2001 2002 2003 2004

    AO

    Figura 6. Registros de exportaciones de cueros (miles deunidades) de carpincho entre los aos 1997 y 2004.(Fuente: DFS).

    Figura 4. Productos elaborados con cuero de carpincho decomisados por no cumplir con normas legales de comer-cializacin para jurisdiccin federal (izq.). Vista del depsito de la Direccin Nacional de Fauna (der.). (Fotos: M. L.

    Bolkovic).

  • 5/28/2018 Car Pincho

    9/15

    ambientes abiertos de las sabanas inundables o

    llanos venezolanos o del Pantanal brasileo

    (Ojasti, 1973; Alho et al., 1987a; Ramrez-Perilla,

    2005). Sin embargo, la evaluacin del tamao po-

    blacional en ambientes con vegetacin ms cerra-da o en sitios con caza es compleja, pues los indi-

    viduos suelen tornarse huidizos y realizar la mayor

    parte de sus actividades en horarios nocturnos.

    Esto es comn en la Argentina, donde gran parte

    de los hbitats del carpincho presentan una estruc-

    tura de la vegetacin ms compleja que la de los

    llanos venezolanos y suelen estar sometidos a una

    alta presin de cacera. Debido a ello, los conteos

    directos son posibles solo en grandes estableci-

    mientos agropecuarios con ambientes abiertos y

    poblaciones protegidas, como suele suceder en es-

    tancias de la provincia de Corrientes.

    Por tal razn se ensayaron mtodos indirectos pa-

    ra estimar densidades poblacionales basados en el

    conteo de signos, particularmente heces. Para con-

    vertir la densidad de heces en densidad de indivi-

    duos es necesario conocer la tasa de deposicin

    (defecacin) de los carpinchos y la tasa de descom-

    posicin de las heces. Dado que la descomposicin

    suele ser bastante rpida en el medio natural, no

    habra mayores riesgos de sobreestimacin por re-

    gistro de heces viejas y, por otra parte, un observa-

    dor puede entrenarse rpidamente para conocer

    las heces de las ltimas 24 horas bajo diferentes si-

    tuaciones climticas. La tasa de defecacin diaria

    (TDD) se estim en tres sitios (Bolkovic et al.,

    2003): en el Zoolgico de la ciudad de La Plata, en

    un criadero de la provincia de Entre Ros (Estableci-

    miento El Curup, en las cercanas de Villa

    Paranacito) y en una estancia de la provincia de Co-

    rrientes donde los carpinchos presentaban muy

    buen estado de conservacin (Ea. Santa Brbara,

    Departamento de Concepcin). Las tasas variaron

    notablemente entre los sitios: la del criadero fue la

    que present mayor valor, con un promedio de 6,6

    heces/da, mientras que en el zoolgico el prome-dio fue de 3,2 heces/da y en la laguna de Corrien-

    tes de 4,4 heces/da. A pesar de que las tres reas

    no eran prximas entre s, estimamos que la dife-

    rencia principal se debi a la ausencia (en Entre

    Ros) o a la presencia (en el zoolgico y en la estan-

    cia de Corrientes) de cuerpos de agua en el sitio de

    estudio. Por lo tanto, los valores mas altos (criade-

    ro) podran relacionarse con una TDD bruta, mien-

    tras que en los otros dos sitios parte de las heces

    se habran perdido en los cuerpos de agua, siendo

    esta tasa (que podramos llamar TDD ecolgica)

    ms adecuada a los fines de muestreo, ya que las

    evaluaciones de densidades se realizan sobre la

    porcin de tierra que utilizan los carpinchos y no en

    el agua. Es necesario conocer la superficie que de-

    be considerarse para los relevamientos de heces, ya

    que an no se conoce el rea de accin de los car-

    pinchos para diferentes hbitats de la Argentina.

    Por consiguiente, para la segunda etapa de este

    proyecto se plantea la realizacin de estudios espe-

    cficos que permitan generar datos sobre el tama-

    o del rea de accin y el uso del espacio.

    Por otro lado, se realiz un relevamiento de la si-

    tuacin del carpincho en la Reserva de Biosfera La-

    guna Oca del Ro Paraguay, en la provincia de For-

    mosa. All las reas de alimentacin no son exten-

    sas praderas cercanas a los cuerpos de agua como

    ocurra en Corrientes, y el patrn de paisaje est

    representado por un alto nmero de elementos de

    conformacin lineal (bordes de lagunas, espiras de

    meandros). En este caso, result mas efectivo re-

    gistrar las heces a lo largo de las orillas de los cuer-

    pos de agua y expresar los resultados como un n-

    dice de abundancia relativa (IAR) (Bolkovic et al.,

    2004). As, se logr estimar la abundancia de los

    carpinchos y conocer la situacin general de esta

    especie en la reserva. En ms de 12.000 m de ori-

    llas examinados minuciosamente, se pudo detectarla presencia de carpinchos a travs de signos de ac-

    tividad, aunque en nmeros muy bajos y con una

    relacin inversa entre el IAR y la distancia a la ciu-

    dad de Formosa cuyos barrios ms humildes lin-

    dan con el sector norte de dicha reserva. En este

    mismo recorrido solo se pudo observar en forma

    directa dos ejemplares sumamente huidizos y nu-

    merosos signos de actividad de cazadores (botes,

    trampas, miradores y cartuchos de escopeta). Por

    medio de entrevistas a los pobladores de la reser-

    va se corrobor el uso actual y la disminucin delas poblaciones en el tiempo y en relacin con

    reas ms alejadas de los centros poblados. A pe-

    sar de esta bajsima abundancia de carpinchos, ca-

    be destacar que la Reserva se encuentra incluida

    dentro de una regin clasificada como potencial-

    mente ptima para la presencia de la especie

    (Admoli, 1988). Esto muestra que la presin de

    caza representa un factor negativo importante so-

    bre las poblaciones silvestres de los carpinchos, si-

    tuacin que se repite en otras localidades del pas

    (Quintana, 1996).

    M. L. Bolkovic, R. Quintana, D. Ramadori, M. Elisetch y J. Rabinovich - Proyecto Carpincho

    113

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    Lineamientos de un plan de manejo para laArgentina

    Modelos de uso de carpincho

    Segn Parra (1987)3, el carpincho ya se encontrabaen un estado de actividad pastoril organizada4 enAmrica antes de la llegada de los espaoles. En laactualidad el grado de domesticacin de la especievara segn la regin y se puede decir que ya supe-r ampliamente ese estadio, con experiencias exito-sas de reproduccin fuera del mbito silvestre. Lautilizacin del carpincho puede realizarse por me-dio de modalidades que abarcan desde el uso direc-to de las poblaciones silvestres (in situ) hasta la cra

    intensiva en cautiverio (ex situ), con toda una gamade situaciones intermedias.

    Con respecto a la utilizacin directa de poblacionessilvestres de carpinchos, el pas que cuenta con ma-yor experiencia es Venezuela, con un programa ofi-cial desarrollado durante ms de 40 aos. En los es-tablecimientos habilitados para la zafra se autorizala extraccin anual de un porcentaje fijo del total deanimales censados 30% en los inicios del progra-ma y recientemente del 20% o menos. Los propie-tarios suelen realizar muy poco manejo de las po-blaciones, generalmente relacionado con el mejora-miento del hbitat (como la construccin reservo-rios de agua), aunque no siempre sean especficospara el carpincho. A pesar de haber gozado de cier-to xito, este programa solo es aplicable en grandesestablecimientos ganaderos de los llanos, pero norepresenta una solucin a la caza de subsistencia, ala caza comercial ilegal, y para el manejo de la es-pecie en otras ecorregiones diferentes de los llanos,donde la misma est presente. En los ltimos aosse registraron cadas de la produccin bajo este ti-po de manejo, relacionado con una sobreexplota-cin del recurso y esto aparentemente se corres-pondera con una falta de inversin en la capacita-cin de quienes deben llevar a cabo los controles(Gonzlez Jimnez, 2005). Sin embargo, este pro-grama tuvo el mrito de haber aportado gran par-te de lo que actualmente se conoce sobre la biolo-ga del carpincho, a travs de los estudios realiza-dos en dicho marco.

    En varios pases latinoamericanos se realizaron expe-

    riencias de cra semiextensiva (Ojasti, 1978; Ojasti y

    Sosa Burgos, 1985; Alho, 1986), y aunque es un sis-

    tema que podra ser adecuado bajo ciertas condicio-

    nes, se puso en duda su factibilidad econmica(Ojasti, 1991). Si bien son varias las ventajas de te-

    ner los animales dentro de clausuras (restriccin de

    sus movimientos, exclusin de depredadores terres-

    tres y de otros herbvoros, proteccin contra cacera

    furtiva y facilitacin de captura para transferencia o

    control sanitario), estas pueden resultar costosas da-

    do su gran tamao (aproximadamente 5 ha) y a las

    bajas densidades que soportan, que suelen ser me-

    nores que las sustentadas en condiciones de liber-

    tad, an en ausencia de ganado domstico. Dicho

    sistema generalmente debe ser subsidiado con una

    provisin adicional de forraje, sobre todo en pocasde escasez, o se debe considerar una carga animal

    tan baja para evitar el sobrepastoreo que lo puede

    volver econmicamente no viable. Por ejemplo, Ojas-

    ti y Sosa Burgos (1985) compararon experimental-

    mente clausuras con diferentes densidades y obser-

    varon que en aquellas superiores a los tres carpin-

    chos/ha hubo un agotamiento del forraje, una dismi-

    nucin de la tasa de natalidad y un aumento en la

    mortalidad en menos de tres aos. Un resultado si-

    milar se obtuvo en el Pantanal cuando las densida-

    des eran superiores a los 4,3 carpinchos/ha (Alho et

    al., 1987b). En Venezuela hubo otras propuestas ofi-ciales de uso semiextensivo comunitario (Gonzlez

    Jimnez, 1995), pero en ese caso fallaron por razo-

    nes econmicas relacionadas con las tasas de inters

    de los crditos contrados para las instalaciones. Sin

    embargo, en Brasil donde la caza comercial se halla

    prohibida, esta modalidad, ahora extendida en va-

    rios estados del pas, result exitosa por lo menos

    desde el punto de vista comercial, aunque tambin

    con importantes consideraciones favorables por la

    preservacin de los hbitats. A diferencia de los ca-

    sos anteriores, el xito de estas experiencias radica

    en que gran parte de la inversin se realiza para elmarketing del principal subproducto utilizado la

    carne, lo que hace que el rdito obtenido justifique

    toda inversin llevada a cabo en la etapa de cra. En

    estos casos, se efecta el aprovechamiento prctica-

    mente ntegro del animal y entonces no resulta ne-

    cesario el sacrificio de grandes volmenes para obte-

    ner una buena renta (Bezerra da Silva Neto, 2005).

    Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable

    114

    3 Citado en Gonzlez Jimnez (1995).4 Que incluye, segn el mismo autor, la formacin de rebaos, tolerancia a la presencia del hombre, captura de cras y cra en cauti-

    verio, pero no se lleg a la reproduccin en condiciones de cautiverio ni a ningn tipo de seleccin por medio de la eliminacin

    de animales indeseables, ni control del ciclo de vida del animal.

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    En cuanto al sistema de produccin intensivo, losanimales estn confinados en corrales de manerasimilar a los utilizados en la produccin de cerdos yse les provee de forraje, agua y sombra. Existen ex-

    periencias en Brasil (Alho, 1986; Lavorenti, 1989;Nogueira Filho, 1996; Hosken, 1999), Venezuela(Parra et al., 1978), Colombia (Giraldo Hernndez yRamrez Perilla, 2001) y Argentina (Cueto, 1999; l-varez, 2002; Alekote, 2003). En nuestro pas loscriaderos comenzaron su fase experimental en laEstacin INTA Delta juntamente con investigadoresde la UBA y del CONICET en 1991. Para fines de ladcada de 1990 el programa fue abandonado ofi-cialmente, pero qued en funcionamiento una seriede criaderos que se haban comenzado a imple-mentar bajo este proyecto y que actualmente estn

    nucleados en la Asociacin Argentina de Criadoresde Carpinchos. Dichos criaderos apuestan a colocarla carne como producto principal, valorizando aseste subproducto que hasta el presente no haba si-do considerado comercialmente en nuestro pas. Elnfasis en la comercializacin de la carne se consi-dera la mejor posibilidad para los criaderos, ya quees difcil que los precios de los cueros obtenidos poreste sistema de produccin puedan competir conlos obtenidos del medio silvestre. Hasta el presente,las referidas experiencias fueron realizadas a escalacomercial acotada y se discute an la factibilidadeconmica de este tipo de emprendimiento.

    Posibilidades de manejo de carpinchos

    en la Argentina

    En nuestro pas existe una serie de condicionesapropiadas que hacen que el carpincho constituyauna de las especies nativas con mayor potencial demanejo en el medio silvestre. Por un lado, a pesardel uso intenso que se hace de este roedor en lamayor parte de su rea de distribucin, an se ob-servan poblaciones importantes, lo que seala que

    es una especie con una probable alta resilienciafrente a la presin de caza. Sin embargo, su situa-cin debe ser estudiada en particular en los diferen-tes hbitats en los que se lo encuentra, para esta-blecer la sustentabilidad de la actividad en el media-no y largo plazo. Por otra parte, ya existe un impor-tante mercado interno y externo para el cuero y unmercado potencial para la comercializacin de lacarne, debido a que la Argentina es un pas dondelas carnes rojas son ampliamente consumidas. Porlo tanto, las modalidades de explotacin del recur-so pueden presentar variaciones segn las distintas

    regiones del pas, en funcin de sus condiciones

    ecolgicas y socioeconmicas. Una primera aproxi-macin para cada una de ellas la constituyen las si-guientes alternativas:

    Un plan de manejo extensivo de carpinchos, ba-sado en la cosecha de las poblaciones silvestres,similar al aplicado en Venezuela, podra llevarsea cabo en grandes establecimientos agropecua-rios con buena proporcin de hbitats abiertos,tal como los existentes en varias zonas de la pro-vincia de Corrientes. Esto podra enmarcarsedentro de un esquema de manejo integral dehumedales y su fauna asociada, juntamente conactividades poco convencionales, como el eco-turismo cuyo desarrollo en los ltimos aos es-t adquiriendo una gran relevancia en esa pro-

    vincia. En una primera instancia, se proponeque el uso de poblaciones silvestres se realicepor medio de una regla que contemple la posi-bilidad de extraer todo el excedente por encimade una densidad umbral de animales en un de-terminado establecimiento agropecuario. Estapuede calcularse ya sea empricamente o pormedio de modelos matemticos, segn la dispo-nibilidad de informacin sobre los parmetrospoblacionales de la especie en la regin de inte-rs (Rabinovich et al., 2003).

    Una modalidad semiextensiva podra desarro-

    llarse en aquellos sitios en que los carpinchos es-tn protegidos de la cacera furtiva y que, sinembargo, no se encuentren en predios tan ex-tensos como en el caso anterior. Se trata de es-tablecer planteles de animales mansos, que pue-dan ser fcilmente capturables en el momentode la zafra. Para esto se necesita evaluar la ca-pacidad de carga de las reas destinadas a estosroedores y, de ser necesario, realizar mejoras enlas condiciones del hbitat, para luego estable-cer la cuota de extraccin en el momento enque los animales alcancen altas densidades.

    En regiones donde los establecimientos son mspequeos, como ocurre en algunas zonas deEntre Ros, y donde los carpinchos son ms es-casos o los hbitats resultan menos accesibles,la cra en cautividad parecera ser la opcin msacertada. Cada productor deber evaluar su fac-tibilidad econmica (costos vs. beneficios).

    Por otra parte, en la Argentina es necesario elestudio de alternativas para reas como la eco-rregin de Islas y Delta del Ro Paran, en don-de los carpinchos an parecen ser abundantes,

    pero la complejidad del hbitat y de la dinmica

    M. L. Bolkovic, R. Quintana, D. Ramadori, M. Elisetch y J. Rabinovich - Proyecto Carpincho

    115

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    12/15

    hdrica de la regin hace que la implementacinde cualquiera de los modelos de manejo antesmencionados resulte econmica y administrati-vamente poco viable. El manejo podra contem-

    plar la caza directa que de hecho ocurre en laactualidad, incorporando la venta de los cue-ros en el mercado legal y fiscalizando esta acti-vidad por medio del establecimiento de cuotaspor cazador (o eventualmente acopiadores queregistren cazadores en su organizacin).

    Finalmente, la cra de pequeos planteles paraaprovechamiento a escala domstica podra seruna alternativa para algunas comunidades loca-les, que podran tener un doble beneficio al pro-ducir carne a muy bajo costo para consumo pro-

    pio y cueros para la venta. Esta alternativa qui-zs requiera del subsidio de planes sociales parainiciar su desarrollo.

    Recomendaciones de la primera etapadel proyecto

    De esta primera etapa surgen recomendacionesque se relacionan con acciones tendientes a regula-rizar el manejo del recurso en lo inmediato y a ge-nerar y fortalecer el conocimiento sobre la bioeco-loga de la especie, a saber:

    Aspectos de gestin:

    Lograr un consenso con las administracionesprovinciales para la implementacin de mecanis-mos que permitan conocer las existencias realesde los cueros por jurisdiccin, as como ordenarla actividad comercial bajo un protocolo unifica-do para todas las provincias involucradas.

    Implementacin de un cupo provisorio por cadaprovincia, en el cual la cantidad estipulada pue-de ir modificndose a medida que se vaya ins-taurando la modalidad de extracciones adecua-da por regin.

    La implementacin obligatoria de una gua ni-ca de trnsito para el trfico interjurisdiccionalde los subproductos de carpincho.

    La implementacin de un sistema de controlmediante identificacin de los cueros en el lugarde origen.

    El desarrollo de un sistema informtico de ges-tin, con la finalidad de fortalecer los controles

    tanto de los organismos relacionados con el ma-

    nejo del recurso a nivel nacional y provincialcomo de los organismos de seguridad.

    Aspectos bieocolgios:Una evaluacin del estado de las poblaciones decarpinchos a nivel nacional.

    Un relevamiento a escala regional de los hbi-tats aptos para esta especie en cuanto a su cali-dad, cantidad y disponibilidad.

    La realizacin de estudios de campo a fin de cu-brir los principales vacos de informacin sobreeste roedor en la Argentina (por ejemplo, el es-tudio para diferentes ambientes del uso del es-pacio, de la capacidad de carga, de las preferen-

    cias en la dieta, del estado sanitario, de la con-dicin fsica y de otros parmetros pobla-cionales como tasas de fecundidad y productivi-dad).

    Aspectos socioeconmicos:

    La implementacin de acciones que conduzcana fomentar el uso integral del carpincho paraaprovechar los subproductos carne y aceiteque en la actualidad son, en gran medida, dese-chados.

    El desarrollo de mecanismos tendientes a la im-

    plementacin de sistemas de aprovechamiento

    multiespecficos, ya sea en relacin con otras es-

    pecies silvestres como nutrias (Myocastor coy-

    pus) o yacars (Caiman spp.), o como comple-

    mento de actividades agropecuarias tradiciona-

    les que ya se estn llevando a cabo y sean com-

    patibles con la conservacin de los humedales.

    En particular, para aquellas situaciones en donde

    el carpincho produzca daos a cultivos o pas-

    turas, el aprovechamiento sustentable con el

    monitoreo de las poblaciones servira para lograruna disminucin real del dao y de los costos de

    control. La percepcin de la especie como dai-

    na cambiara, en cierto grado, por la de un recur-

    so econmico adicional.

    Aspectos de financiamiento del proyecto:

    Creacin de un fondo de conservacin, similaral de los proyectos de manejo de otras especiessilvestres como por ejemplo el loro hablador(Amazona aestiva), nutrias (M. coypus) e igua-

    nas (Tupinambis spp.).

    Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable

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    SEGUNDA ETAPA

    En funcin de lo anterior, la segunda etapa del Pro-yecto contempla encarar especialmente los aspec-tos de gestin incluidos en las recomendaciones an-teriores y profundizar el anlisis a escala regional dela situacin actual del carpincho, englobando as-pectos tanto socioeconmicos como bioecolgicosy llevando a cabo ensayos de manejo tendientes aregularizar el uso que actualmente se hace de estaespecie.

    En primer lugar, en cuanto a los relevamientos yestudios de base, se consideran dos aproximacio-nes complementarias:

    (a) Para cuantificar las cosechas actuales en las dis-

    tintas subregiones se contempla relevar en formaparticular el uso dado al carpincho y las distintas

    modalidades de obtencin. La cuantificacin se lo-

    grar cruzando aquella informacin obtenida de los

    diferentes eslabones de la cadena comercial a travs

    de abordajes en forma directa (encuestas y/o entre-

    vistas) o indirecta (con estimaciones por medio de

    indicadores como el estampillado, compra de pre-

    cintos, etc.), con los datos provenientes de las admi-

    nistraciones de fauna nacional y provinciales.

    (b) La segunda aproximacin implica el desarrollode un SIG y modelos de aptitud de hbitat poten-

    cial para la evaluacin de abundancias de las pobla-ciones silvestres de carpinchos considerando las ca-ractersticas particulares de cada ecorregin. Com-plementariamente se contempla la realizacin deestudios a escala local, a fin de estimar parmetrospoblacionales del carpincho y el anlisis del uso delespacio y patrones de actividad.

    En segundo lugar, con la informacin de base ge-nerada a partir de los puntos anteriores, se conside-ra la posibilidad de iniciar una fase experimental demanejo de poblaciones silvestres, en principio bajodos modalidades:

    (1) La primera incluye ensayos de cosechas pilotoen establecimientos, que debern ser seleccionadossobre la base de las siguientes caractersticas: (a)contar con altas densidades poblacionales de car-pinchos; (b) poseer una importante superficie dehbitat adecuado para esta especie en cuanto a ca-lidad y disponibilidad, y (c) que exista un inters realpor parte de los propietarios en llevar a cabo estaactividad, que se manifieste en desarrollar la in-fraestructura apropiada y, si fuera necesario, enapoyar prcticas de mejoramiento del hbitat.

    (2) Por otro lado, dado que el carpincho experimen-

    ta en la actualidad extracciones considerables peroposee una importante capacidad de recuperacinde sus poblaciones, la segunda modalidad estardirigida a ir orientando el uso actual ya existente,

    pero con la incorporacin de medidas correctivas. Elanlisis de indicadores (por ejemplo, poca variacinen el tamao de los cueros entre diferentes aos decosecha, un equilibrio en el tamao poblacionaldentro de los rangos previstos bajo condiciones deextraccin, la estabilidad de los grupos sociales, lano distorsin de la pirmide de edades, o el nivel deesfuerzo de los cazadores para lograr el mismo ren-dimiento de la cosecha), permitir definir si el nivelde uso dado a esas poblaciones es sustentable. Secomenzar con una unidad administrativa dada adefinir (por ejemplo, una provincia o una regin

    dentro de una provincia), con la finalidad de esta-blecer el esfuerzo de cosecha ptimo a aplicar paralograr el mantenimiento de las poblaciones de car-pinchos a largo plazo. Esto necesariamente implica-r conocer las existencias de cueros en dicha juris-diccin, implementar el seguimiento de su origen,un registro de los diferentes actores involucradosen la cadena de comercializacin y la modificacin,de ser necesaria, del marco legal en dicha jurisdic-cin.

    Conclusin

    El carpincho muestra un amplio potencial biolgicopara ser manejado en el medio natural. Esta carac-terstica, sumada al hecho de su importancia co-mercial actual como producto de la fauna silvestre,lo coloca en una situacin que requiere estableceruna estrategia comn de gestin que incluya tantoa la Nacin como a todas las provincias con pobla-ciones de esta especie. As se podr plantear unapoltica coherente de explotacin, fiscalizacin y co-

    mercializacin de los productos tanto en el mercadointerno como externo. En dicho contexto, desde es-

    te proyecto se plantea continuar con actividades en-

    caradas a diferentes niveles. As se posibilitar no so-

    lo la implementacin de un plan de uso sustentable

    para la especie, sino que, a su vez, se podrn llevar

    a cabo acciones que tiendan a la conservacin de

    los humedales. Esto redundar, adems, en un be-

    neficio para otras especies asociadas a los hbitats

    del carpincho y para las comunidades humanas

    relacionadas con su explotacin. Se plantea que la

    actividad desarrollada bajo un sistema regulado

    contribuir a mejorar las condiciones de los

    M. L. Bolkovic, R. Quintana, D. Ramadori, M. Elisetch y J. Rabinovich - Proyecto Carpincho

    117

  • 5/28/2018 Car Pincho

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    eslabones primarios de la cadena comercial,actualmente los menos favorecidos. En cuanto a lastendencias actuales de comercializacin, el hechode tener que controlar un mercado interno en gran

    parte complejo y escurridizo constituye unaimportante dificultad, pero al mismo tiempo suordenamiento permitir una mejor gestin delrecurso. A pesar de esta dificultad, el desafo loconstituye, entonces, mantener un mercadointerno activo, que es el principal responsable deincorporar un valor agregado al recurso a travs de

    la manufactura y la venta de productos decarpincho. En cuanto al mercado externo, seradeseable que se revirtiera la tendencia actual deexportacin principalmente de cueros crudos o solo

    curtidos. Finalmente, es necesario que de cadaanimal extrado del medio se maximice el usointegral del mismo, lo cual requerir de un esfuerzoadicional de investigacin y promocin de lautilizacin de los otros dos subproductos (carne ygrasa) que en la actualidad son poco aprovechadosen nuestro pas.

    Manejo de Fauna Silvestre en la Argentina. Programas de uso sustentable

    118

    Bibliografa

    Admoli, J., E. Sennhauser, E. Astrada y J. L. Agraz. 1988. Propuesta para la delimitacin del rea geogrfica poten-

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