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CAPÍTULO VI. CLASIFICACION Y pESCRIPCION D}ŝ LAS TIERRAS. Desde eI momento en que eI hombre advirtió la exis- tencia de suelos distintos adaptables á cultivos diver- sos, surgió la conveniencia de conocerlos primero, y más tarde la de agruparlos por caractéres de analogías y diferencias, de donde nacieron las distintas clasifica- ciones propuestas desde Varron y Columella hasta nues- tros días. Imperfectas en su orígen, y casi limitadas á meros tanteos, por decirlo así, fundándose en caractéres exteriores y empíricos, han ido perfeccionándose con el trascurso del tiempo y á tenor de los progresos realiza- dos por las ciencias físico-naturales, verdadero funda- mento de la a;ricultura, debiendo asegurar que no ha podido Ilegarse á una racional clasi6cacion de las tier- ras hasta que ésta se ha apoyado en la química y en la geología. Esto no obstante, son tantas y tan variadas las propuestas, que para tratar debidamente de ellas y llegar á su verdadero conocimiento, sería preciso es- tablecer préviamente una clasificacion de las clasifica- ciones . de los suelos; lo cual, al paso que justifica la importancia del asunto, prueba tambien la insuficiencia ó imperfeccion de los resultados obtenidos, pues de se-

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CAPÍTULO VI.

CLASIFICACION Y pESCRIPCION

D}ŝ LAS TIERRAS.

Desde eI momento en que eI hombre advirtió la exis-

tencia de suelos distintos adaptables á cultivos diver-

sos, surgió la conveniencia de conocerlos primero, y

más tarde la de agruparlos por caractéres de analogías

y diferencias, de donde nacieron las distintas clasifica-

ciones propuestas desde Varron y Columella hasta nues-

tros días. Imperfectas en su orígen, y casi limitadas á

meros tanteos, por decirlo así, fundándose en caractéres

exteriores y empíricos, han ido perfeccionándose con el

trascurso del tiempo y á tenor de los progresos realiza-

dos por las ciencias físico-naturales, verdadero funda-mento de la a;ricultura, debiendo asegurar que no ha

podido Ilegarse á una racional clasi6cacion de las tier-

ras hasta que ésta se ha apoyado en la química y en la

geología. Esto no obstante, son tantas y tan variadas

las propuestas, que para tratar debidamente de ellas y

llegar á su verdadero conocimiento, sería preciso es-

tablecer préviamente una clasificacion de las clasifica-

ciones . de los suelos; lo cual, al paso que justifica la

importancia del asunto, prueba tambien la insuficiencia

ó imperfeccion de los resultados obtenidos, pues de se-

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CLASIFICACION Y DESCRIPC[ON DE TIERRAS 263

guro, si se hubiera logrado una bueua clasificacion, nohabria necesidad de inventar otras.

Meditando un poco acerca de este punto y consul-tando las diferentes obras que de él especialmente tra-

tan, podemos asegurar que casi todas las clasificacionesde tierras se reducen á las fundadas en la camposicion

mineral, en las propiedades físicas, en la naturaleza ycalidad de los cultivos que á ellas se adaptan, ó en la

combinacion de estas tres consideraciones ó datos. Las

tres últimas son inaceptables por las razones que va-

mos á exponer, no quedando sino la primera que seacapaz de resolver las graves dificultades que ofrece la

matería, si no de un modo perfecto y completo, por lo

ménos científicamente en cuanto el asunto lo permite.

Las clasificaciones basadas en las propiedades físicas

son las más fáciles y al alcance del mayor número de

personas, por cuanto parten de caractéres aparentes y

que todo el mundo puede apreciar sin gran dificultad,

razon por la cual esta clasificacion fué la adoptada por

los antiguos y es hoy aún la que conoce el vulgo, que

con frecuencia da á las tierras el nombre de húmedas ó

secas, frias ó calientes, sueltas ó apelmazadas, sin echar

de ver que estos epítetos nada tienen de científico y sí

mucho de empírico y rutinario.

Con efecto, estos caractéres son en las tierras muy

variables, y su comparacion por extremo difícil; con

frecuencia son accidentales, efecto de las circunstan-

cias de clima ó estacion, siendo, por ejemplo, el mis-

mo suelo frio y húmedo en invierno y seco y calien-

te en verano. Por otra parte, puede suceder y ocurre

en la práctica muy á menudo, que dos tierras afines por

una de sus propiedades son muy desemejantes en otros

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264 G60LOGÍA AGRÍCOLA

conceptos, y principalmente en el de su relativa pro-

duŝcion, de donde resultaria falta de naturalidad en la

agrupacion en una misma especie de dos tierras, cu-ya analogía sólo se fundara en una propiedad física,por importante que ésta fuese.

El célebre geólogo y botánico suizo Thurmann pu-blicb una clasificacion más bien botánica que agrícola

en su Ensayo de Fitostática, fundada en la naturaleza y

aspecto de los detritus que proporciona la descomposi-

cion de las rocas, los cuales suministran materias tér-

reas, en cuyo caso Ilamaba á las rocas pelógenas, ó are-nosas y las rocas son samógenas, ó mixtas térreo-areno-

sas, en cuyo caso las rocas son pelo-samógenas. Las

margas arcillosas pueden figurar en la primera catego-

ria; las arenas, las areniscas, los conglomerados y cier-

tos granitos en la segunda, y los pbrfidos cuarcíferos y

la mayor parte de los granítos en la tercera. Cada unode estos grupos los divide en otros segun el grado de

descomposicion y el variado contingente de materias

térreas, arenosas ó mixtas que pueden suministrar las

rocas, segun cuyas circunstancias llámanse éstas perpé-licas, hemi-pélicas y oligo-pélicas, per-sámicas, hemi-

sámícas y oligo-sámícas, etc. En cuanto á Ios subsue,

los, los divide Thurmann en eugeogenos y disgeogenos,

palabras que se refieren á la mayor 6 menor cantidadde detritus que las rocas suministran.

Neré $oubée en su Geología agrícola propone unaclasificacion no relacionada con la naturaleza y propie-

dades de las tíerras, síno más bien con circunstanc.ias

accidentales pero de reconocida importancia., Coloca este distinguido geólogo en el primer grupo

las tierras bajas que se inundan periódica ú irregular-

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CLASIFICACION Y DF.SCRIPCION DE TIF.RRAS 265

mente, considerándolas como las más feraces, por efec-to de la adicion frecuente de materias nutritivas para

las plantas.En el segundo las tierras altas, pero que tambien se

inundan de tiempo en tiempo.En el tercero las tierras bajas que no se inundan

sino rarísimas veces.

Y en el cuarto y último, las tierras altas que jamás

se inundan.

Las clasificaciones fimdadas en los cultivos más

adaptables á cada tierra parten de las diferentes apti-tudes que aquellas tienen para estas ó las otras plan-

tas, en cuya virtud Ilámalise tierras trigueras, tierras

forrajeras, para legumbres, vides, arbolado, etc. Esta

clasificacion, en apariencia muy práctica y útil, no tie-

ne nada de lo uno ni de lo otro, pues para saber queuna tierra es buena ó excelente para tal ó cual planta,

necesitamos hacer ensayos repetidos durante algun

tiempo, y si ra ^yioyi queremos determinar qué clase de

vegetales convendrá cultivar por el^conocimiento de su

composicion y propiedades físicas, claro es que no será

el cultivo, sino la determinacion prévia de estas condi-

ciones la que decidirá la cuestion, siendo estas, por de-

cirlo así, la causa y aquel el efecto. La verdadera base

de una buena clasificacion es, pues, sin disputa alguna

la composicion de las tierras, pudiendo asegurar que

la que se funda en las masas de cultivo es más bien

catastral que científica; debiendo añadir que áun ba-

jo el punto de vista estadístico, si la clasificacion de

los suelos ha de responder á las verdaderas necesidades

det propietario y de la Hacienda, ha de ser más agrí-

cola que por cultivos, pues estos dependen á veces de

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2GE) GEOLOGIA AGRICOLA

círcunstancías que el hombre puede modificar á volun-

tad, si no se entrega por completo á la inconsclente ru-tina. Por otra parte, es de notar que el cultivo sosteni-

do requiere el empleo de abonos, con los cuales pue-den obtenerse las plantas que se quiera, á no tropezar

con condiciones climatolúgicas muy desfavorables, en

cuyo caso claramente se ve que el grupo en que debe-rá colocarse para el catastro una tierra, dependerá no

tanto del conocimiento de su composicion y propieda-

des Iisicas, cuanto de la cantidad de abono que el pro-pietario emplee,

Las clasificaciones mixtas fundadas en las propie-

dades físicas ó en los caractéres aparentes, en algunosde sus elementos dominantes y en el cultívo más adap-

table, ofrecen aún mayores inconvenientes, resultando

de todo ello que la única base racional y científica, fija

y apreciable con exactitud rigurosa es la composicionde las tierras, de la cual dependen tambíen las príncipa-

les y más importantes propiedades físicas y químicas queson decisivas en el desarrollo de las plantas. Inhexentes

á la naturaleza del suelo, estas propiedades son perma-nentes é invariables, reconociéndose su existencia en

cuantos puntos del suelo y subsuelo se hallan forma-

dos de masas minerales idénticas ó casi iguales. Las

consecuencias ó resultados prácticos de dichas propie-

dades pueden en verdad modificarse por las condicio-

nes fisicas exteriores por demas variables de un punto

ó territorio á otro; pero sobre que esta accion puede

estudiarse y conocerse separadamente, debe tambien

asegurarse que Ias propiedades dependientes de la com-

posicion mineral de la tierra, ni se agotan por comple-

to, ni ménos desaparecen todas á la vez. Así, por ejem-

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 26ŝ

plo; un suelo arenoso cuya naturaleza mineral le da el

carácter de sequedad, sobre todo si descansa sobre un

subsuelo tambien permeable, puede hacerse húmedo

por el frecuente riego natural; pero aquella humedad

no se parecerá mucho á la de una tierra arcillosa hi-

groscbpica, notándose entre otras cosas que aquel será

siempre un suelo suelto é incoherente, al paso que és-

ta será por el contrario compacta ,y apelmazada, cir-

cunstancias que no pueden ménos de influir en el gé-

nero de cultivo á ambas tierras convenientes.

Es, pues, de todo punto indispensable apoyarse en

la naturaleza de las tierras para alcanzar una buena

clasificacion, en ctlyo concepto la más generalmente

admitida hasta estos últimos tiempos ha sido la pro-

puesta hace más de un siglo por el inmortal Línneo, si

bien con algunas modificaciones que la han mejorado,

Aquel emitente naturalista partió del supuesto que las

tierras pulverulentas constan de ocre, arena, arcilla,

caliza y mantillo, de cuyas sustancias la primera la

suponia resultado del detritus de piedras preexistentes,

al paso que las otras las consideraba como primitivas

y de orígen 6 procedencia orgánica. 5us ideas acerca

de la trasformacion de los cuerpos orgánicos en sus-

tancias minerales, están completamente olvidadas yabandonadas por anticíentíficas; pero su clasificacion

en los cinco grupos correspondientes á los minerales en

ellas dominantes, subsiste aún hoq dia.

Algunos autores, sin embargo, se han apartado de

esta clasificacion fundando la suya en datos geológi-

cos, relacionando los diferentes grupos con las rocas

de cuya descomposicion proceden las tierras. De este

número el primero fué Devese de Chabriol, quien en

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26H GEOLOGIA AGRÍCIti..A

una Memoria sobre la agricultura de la Auvernia (Can-

tai) prapuso una agrupacion en cinco clases de tierrasque llama graníticas, pizaneñas, aluviales, volcánicas

y turbosas, dividiendo cada una en especíes y varíeda-

des hasta el número de cuarenta y cuatro, Fundabadicho agrónomo estas nuevas divisiones en la compo-

sicion del subsuelo, en las mezclas que se notan en lospuntos de contacto,de las rocas, en la sítuacion de las

tierras en la cima ó en la falda de los montes, y en el

fondo de los valles. Constituye, pues, esta clasificacionun verdadero progreso, por cuanto ademas de la com-

posicion mineral del suelo, entra en ella como factorimportante el subsuelo.

©tros agrónomos, admitiendo como principios fun-

damentales de la composicion de las tierras la arcilla,

la caliza, la magnesia, el mantillo, etc., han estableci-

do tantos grupos cuantos eran estos elementos compo-nentes y otras divisiones ulteriores, resultado de la

combinacion de ellos dos á dos, llamando tierras arci-

Ilosas, por ejemplo, y luego arcilloso-calizas, arcilloso-arenosas, etc.

Los agricultores prácticos distinguen con frecuencia.dos gritpos de tierras, á saber, arcillosas y arenosas, álas cuales aplican los nombres de tierras fuertes y lige-

ras ó sueltas. Fúndanse para ello en ser estos dos ele-

mentos constitutivos, la arcilla y la arena, los dos

principios más importantes entre los minerales que en-

tran en Ia composicion del suelo, y ser diametralmen-

te opuestas la cualidades que les comunican. Segun

Thaer, las tierras muy arcillosas, y cuya proporcion de

arena no Ilega á 3o por ioo, son excelentes para la ave-na, y hasta se da bien en elias el trigo, si no escasea

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CLAS[FICACION 1' DESCRIPCION DE TIERRAS 269

el mantillo. Si la arena llega al 3o por roo, la tierra es

más propia para la cehada que para el trigo; si ambos

elementos se equilibran ó se hallan en la proporcion de

4o y 6o por Ioo respectivamente, pueden adaptarse,

segun el mismo á todos los cultivos; cuando la canti-

dad de arena llega á 6o por ioo, el trigo no prospera,pero la cebada, y sobre todo el centeno, dan buenos re-

sultados. Por último, si la arena llega á un go por ioo,

la tierra puede considerarse como estéril ó punto ménos.

Partiendo Schwertz del mismo principio, esto es, de

la calidad y cantidad de los productos para calificar la

tierra, adopta tambien como escala comparativa el cul-tivo de los cereales, tomando por términos extremos el

trigo y el centeno; aquel prospera en suelos arcillosos

y éste por el contrario en los arenosos, aunque lo sean

mucho. Boussingault añade, que en los límites de esta

escala ambas plantas se dan medianamente, y á vecesmal; pero entre estos dos extremos se hallan compren-

didas todas las variedades imaginables, resultado de la

mezcla de las tierras más fuertes y tenaces con las más

sueltas y ligeras, ó sea desde ]a arcilla más consistente

hasta la arena movediza y voladora. En estos suelos

intermedios, dotados de cualidades mixtas, el trigo y el

centeno avanzan gradualmente el uno hácia el otro, lle -

vando consigo ó arrastrando, por decirlo así, la ceba-

da, la avena y el alforfon ó trigo moruno, hasta dar en

el centro de la escala con un terreno néutro que permite

el cultivo de todos los cereales.

En virtud de cuyas consideraciones, Schwertz dis-

pone de esta manera la escala de suelos.

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270 G$OLOGiA AGRiCOLA

o. Arena movediza.

i. Tíerra de avena.

^. Tierra para cebaday alforfon.

3. Tierra para cente-no, alforfon y avena.

¢. Tierra para cente-

no, avena y cevadilla.

o. Arcilla tenaz.r. Tierra triguera.z. Tierra para trigo y

avena.

3. Tierra para

avena y cevadilla,

trigo,

q. Tierra para trigo y

cebada.5." Tierra para trigo, centeno, cebada y a'vena.

Las especies de tierras que convienen á estos culti-vos son:

i." De arena ligera y i.° De arcilla fria yseca. tenaz.

z." De arena fresca z.^ De arcilla ligera-muy poco arcillosa. mente hGmeda.

3.fl De arena arcíllosa. 3.& De arcilla cálida y

seca.q..s Dearcillaarenosa. q..° De arcilla rica en

alGmina.

S," De arcilla.

Pero como observa muy oportunamente el Sr. De-

herain ^3), estos resultados únicamente se refieren á las

tierras de secano, pues hasta las más arenosas pueden

adaptarse á muchos y variados cultivos si se las puede

regar y se las abona, Ejemplo de esto tenemos en los

famosos campos, con razon llamados huertos de Alcira,

Careagente y casi toda la ribera alta, pues si bien las

arenas son en gran parte calizas, sin embargo, merced

al agiia y á los abonos, aquel suelo admite, ademas del

(t) Court de Chimie ngricole. Yarís, c873•

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 271

naranjo, una infinidad de cultivos, tales como el caca-

huet ó mani, el mahíz, las judías, etc., etc.

Resulta, pues, que la escala de tierras de Schwertz

es sobrado vaga y de difícil aplicacion en la práctica;

y de aquí la conveniencia de reemplazarla por otra

mejor, mereciendo entre las muchas propuestas una

atencion especial la clasificacion del Sr. Masure, fun-

dada en el ensayo físico del suelo y en el consigiliente

conocimiento de sus propiedades, lo cual le comunica

un rígor y exactitud hasta el presente poco colnunes enlas clasificaciones de las tierras. Admite dicho señor un

primer grupo representado por el prototipo de tierras,

al que llama con propiedad perfectas, en razon al justo

equilibrio que existe ent;e sus elementos constitutivos;

las restantes las divide en dos grupos principales que de-

nomina arcillosas, las que contíenen más de 3o por Ioo

de arcilla, y no arcillosas aquellas en las cuales la are-

na no entra por ménos de un 3o por ioo. El primero losuUdivide luego en otros cuatro, seglln el elemento do-

minante, despues de la arcilla; y el segundo en cinco,

basados en el mismo principio, agregando á éste dos di-visiones que son de tierras calizas y de tierras humíferas.

El siguíente cuadro ilustrará convenientemente esta

cIasificacion, la cual ofrece, entl'e otras ventajas, la de

colocar los nombres vulgares de las tierras al lado del

científico como sínonimia.

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GEOLOG,^A AGRICOLA

CUADRO [^C ild C,

COMPOSICION ELEMENTAL

LtxdliBS'DB LAS PAOPORCIONBS CBNiAStLALaS ^

DESIGNACION llE CLASES. DB LOS B LaNBNT03.

Arcilla. Arena. Caliza. MantUb;;

[! Titrras Qt ŝJectas, por De 2o á 3a De So á 7o De s á to De S f y^^^Claae aparta e1 equilibrío de sus elo- por IoG, por too, por xoG, por top, ^^^

mentos.

2." Tierras arciUosas.Predominio de la arci- Más do Ménoa de Ménos de De s l te .Ila sobre todoa los coln- 4o por xoo. 5o por too, g por ioo. pot ioo. ^ .ponentes.

_

PAIMLR GRUPO.

Tierras arcilWsas. 3'° Ticrras arcillo-areno-sas. Arcillas dominan- Máe de De So á yo Ménos de De S(t q^

'tes y arenas.o or too.3 P or too,P r xoo.5 Po sP^ IaO:

C aractlrts.

Hacen paata con e!y al sepa-agua

4• Tíerras areillo-cali- Más de 9-fénos de De $ á to De S 1'^^^,rarae del auelo

zas. Arcilla dominantey caliza pulverulenta.

3o Por ioo. So por too. por too• por iaa,;forman terronescompactos. ^^.

S." Tierras arcillo-hnni£- ;y^ de Ménos de Ménos de Máe ú^.feras. Arcilla dotninan-^^te y mantillo.

3o por xoo. So por too. s por xoo. to por toa

6." Tierras arerwsas. Are- Ménos de MAs de Ménoe de De ,S l qna dominante. xo por too. So por roo. 5 por too. por roo.'

7." Tierras areno-arcillo-Más de De 5 á xo De 3(t t^sBCUNno c:RUVO. saa. Arena dominante

pero con algo de arcilla.De to á zo.

7o,Por xoo. por xoo. ` por ioq^,

Tierras rto arcillo-sas, ea las cuales 8.° Tierras annoso-ca/i- Ménos de Máe de lle 5 á to De y lla srena sola óunida á otros eIe-

sas. Arena dominantey caliza.

xo por too. ^o por ioo. por too,_

por toa•.^^

mentos doxnina á,la arcilla.

^,• 7'ierras areno-kum{Je• Ménos de Más de Ménos dn Mú dt

Caractiras,ras. Arena dominantey maatillo.

xo por too. ^o por ioo, s por too. xo par talr

Se deelien en agua ro.' Tierras caliaas. Cati-Ménos de

De So á 7oMáe de Ik s1[esin formar pasta

nt terronesduros.za pulverulenta domi-nante. to por too.

por too areaacaliza

io por xoo. por roo•^

I L" 1'itrvas kumtJeras. Ménos de Ménos de Ménos de MM áMantillo dominanta. to por too. 5o por xoo. g por too. go pa ta

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 273

^rrcion de Masure.

y0jljBRES VULGARES.^ CARAGTÉRES ESPECÍF'1COS VULGARES.

nINONiNIA•

i _

:, ^Slatraa frwcas. La tierra se apelotona en la mano, pero apretándola entre los dedoa se des-; jd^ de légatno ó tarquin. grana: con los ácidoe hace viva efervescencia.

^yen gredosa. La pasta del suelo es plástica, amoldándose eutre los dedos y dejándoaeYUp do alfarero, cortar con el cuchillo; cuando dura sólo se rompe con el martillo: efer-ljpn de barros. vescencia nula b muy débil con toa ácidos.

Gnda eccas.INet arenosas b sueltas. La masa aún es plástica, pero se desgrana con el cuchillo: efervescenciaTjaEru Iuertes.

^nula b muy escasa.

.. ^jj^jpptri6uetas. .

Ratgn gr°d°ses'

^ Nane^'La maea es plástica, se deja cortar con el cucbillo, pero se rompe fácil-

; ^ra para alfalfa. mente con la mano; efervescencia viva.

` 'Qtll^ai aegras. La masa es muy ptástica, se corta bien con el cuchillo, pero tambien se,. Yiarraa pantanoeas. rompe muy fácilmente con la mano: efervescencia nula ó muy débil:' limt de slmajar. olor pútrido.

^1t1^Ma aueltes, A1 menor esfuerzo la fierra ae desgrana sin formar terron: efervescencia" '19rhaa de pinares. muy débil.

reonaiatentes.ligeras. Se apelmaza y Eorma terrones, pero se deshacen y pulveri2an con la ma-^

prira centeno. Yor facilídad: efervescencia muy escasa,

" ŝrwaa callzas.a Wancaa. No hace terrones: efervescencia muy víva.pan alfalfa.

1pW negtas.de bruo. Tnmpoco se apelmaza ni forma terrones; deapide mal olor: eferveecencia

^dm jardin. muy débil.

J TMers margosas.^-ARlriaa, Llacorella, Se apelmaza y blanquea los dedos; los terrones se doshacen al aire húme-

^tg blanco y azul, do: viva efervescencia.

turbosa.^deah°alar' Color negro, escaso peso, sin consistencia alguua: olor fétido y escasa ó, :

pqntanosa.nula efervesceucia.

I

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274. GEOIAGiA AGRICOLA

Todas estas clasificaciones se resienten, sin embargo,

de un defecto grave, cual es el considerar sobrado in-

dependientes el suelo y el subsuelo; conviene, pues, esta-

blecer una sobre ambos datos á la vez, para que el cono-cimiento de la tierra sea tddo lo completo posible.

Segun queda indicado en lugar oportuno, el suelo y

el subsuelo, resultado natural de la destruccion mecá-

nica y de la descomposicion química de las rocas pre-

existentes, unas veces se hallan estrechamente relacío-nados con éstas, y otras, por efecto del arrastre de sus

materiales, son hasta cierto punto independientes de la

constitucion geológica de la comarca; de donde resultanlos dos primeros grupos de la clasificacion que puede

llamarse agronómico-geolbgica de las tierras, propuesta

por Escipion Gras, quien las llama autóctonas ó locales

y de trasporte; las primeras, situadas en los países ac-

cidentados, en las mesetas, en las laderas de los montes

y en los valles inmediatos; las segundas en las grandesmesetas, en los anchos valles y en las llanuras ó vegas.

En cada uno de estos grupos primordiales, las rela-

ciones entre el suelo y subsuelo y la ínfluencia que

éste ejerce sobre el primero son muy distintas, influyen-

do considerablemente el conocimiento de estas circunŝ-tancias en el carácter que imprimen, lo mismo á la ve-getacion espontánea que á la cultivada.

De que en realidad existe esta division, y de que es

en consecuencia natural, responden hasta la mismas de-

nominaciones que con frecuencia se dan á las tierras;

pues cuando se las llama graníticas, volcánicas mar-gosas, etc., claramente se da á entender la estrecha re-

lacion que existe entre la naturaleza del suelo vegetal

y las roeas de cuya descomposicion proceden; en cuyo

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 2"15

caso es propia la denominacion que se les aplica, al

paso que otras veces se dice tierras de aluvion, de cie-

no ó cenagosas, de las llanuras, de los deltas, etc.; epí-

tetos, que lejos de relacionarse con la naturaleza de losterrenos geológicos que les dieron orígen, significan más

bien el agente de trasporte á qlle deben su existencia.Por otra parte, la diferente situacion, la naturaleza

respectiva del suelo y los accidentes q^Ie á ambos grupos

distinguen, confirma la necesidad de esta division.

Con efecto, siendo locales las tíerras autóctonas, de-

ben encontrarse no lejos del yacimiento de los materia-

les terrestres que las forman, ocupando por lo comun

los paises montuosos; su naturaleza y propiedades fí-

sicas, y hasta la fertilidad característiça, cambian muy

á menudo; es decir, tanto cuanto la composicion y es-tructura mineralógica de los puntos en que existen y

del subsuelo, y hasta las condiciones climatológicas

en gran parte dependientes de la distinta configuraciondel territorio. En este primer grupo de tierras la in-

fluencia del subsuelo es decisiva, obrando física y

químicamente sobre ]a tierra, que en general no alcanzagran profundidad.

En contraposicion á estos suelos, los de trasporte en-

cuéntranse en las grandes mesetas, en las llanuras y

vegas y en la desembocadura de los grandes rios, ó en

otros términos, en la parte media é inferior de las prin-

cipales cuencas hidrográficas en general; y en España

en las mesas de ambas Castillas,`que corresponden á lascuencas del Duero, Tajo y Guadiana, y en las del

Ebro, Turia, Segura, Guadalquivir, etc. Estas tierras

ocupan extensiones mucho más considerables que las

autóctonas; adquieren un espesor mucho mas conside-

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2^6 GEOLOGÍA AGRÍCOLA

rable, decidiendo á menudo su composicion y estructurade la fertilidad b esterilidad de vastas comarcas. Re-

sultado del trasporte á distancias muy diversas de los

detritus de las rocas, su naturaleza sea compleja ó sen-cilla, permanece uniforme en extensiones muy conside-

rables á veces, como se observa en todos los depósitos

diluviales y en las vegas, resultado muchas dé antiguos

lagos desecados; como es el caso, por ejemplo, de la

huerta de Valencia de la Plana, de Gandía, "etc., que

pueden presentarse como modelos de fertilidad, forman-do contraste con las landas, por ejemplo, ó el desierto,

cuyas tierras, compuestas principalmente de arenas,

grava ó cantos rodados, acusan una esterilidad bien no-toria.

En este segundo grupo sucede á menudo que las tier-

ras, adquiriendogran profundidad, descansan sobre sub-

suelos que, debidos á la misma causa de acarreo ó tras-

porte, constan de los mismos elementos constitutivos,

no obstante lo cual estas dos partes representativas dela tierra son independientes. Mayor es aGn esta inde-pendencia, puesto que el subsuelo es de naturaleza mi-

neral muy distinta, en aquellos casos en que los mate-

riales de trasporte que constituyen todo el suelo al-

canza poca profundidad. De todas cuyas consifleracio-

nes se desprende un hecho de la mayor importancia,

cual es la independencia del suelo y subsuelo en las tier-

ras generales ó de trasporte, y por el contrario, el íntimo

enlace que existe, no solo entre estas dos partes de la

tierra vegetal, sino tambieu entre ellas y la roca sub-

yacente en las tierras autóctonas; de donde resulta

que mientras para éstas ha de tenerse forzosamente en

cuenta en las divisiones ulteriores la naturaleza de los

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 277

terrenos geológicos, para las que hayan de establecerse

en las de acarreo, servirá de mucho el conocimiento de

los detritus que representan el subsuelo.

Aplicalldo estos principios á la clasificacion de lastíerras autóctonas en grupos subalternos, deberá tomar-

se como dato preciso la composicion de las rocas sub-

yacentes y la manera especial de descomponerse por

los agentes exteriores ; admitiendo en consecuencia,

tantos géneros cuantas son las principales rocas recono-

cidas en Gelogía, tales como granitos, pórfidos, basal-tos, lavas, calizas, pízarras, etc.

El diferente modo como se descomponen estos ma-

teriales terrestl•es y sus diversos productos, darán orígen

á otras tantas especies de suelos. Alzora bien, la des-

composicion química de las rocas, precedida de la des-

truccion mecánica que otros agentes preparan, y de-

terminada principalmente por el oxígeno y el ácido

carbónico de la atmósfera, da como residuo, que es lo

que al agricultor conviene más saber, la arcilla y la ca-

liza incrustante. En cuanto á la destruccion mecánica,

suministra fragmentos de diferente tamaño y naturale-

za, que unas veces se presentan en forma de arenas,

gravas ó cantos rcdados, y otras mezclados ó embebi-

dos en una masa más ó ménos considerable de arcilla;

de donde puede deducirse que las especies de tierra

autóctona, resultado inmediato de la alteracion de ]asrocassubyacentes, pueden reducirse á tres, á ^aber:arcillosas, detríticas y detrítíco arcillosas. Son rocas que

producen la primera especie de suelos, todas las volcá-nicas, muchos pórfidos, las pizarras y margas arcillo-sas; las calizas compactas y agrietadas, ciertos grani-

tos, las areniscas y conglomerados de cemento poco

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2^ó GEOLOGIA AGRÍCOLA

consistente dan tierras detríticas, al paso que las arci-

lloso-detfiticas proceden de la mayor parte de los gra-

nitos, de las calizas arcillosas, de las areniscas de cemen•

to arcilloso 6 margoso abundante, y en general de todas

aquellas rocas que no se descomponen de una manerauniforme.

Los subsuelos locales, siendo resultado de la des-composicion inmediata de las rocas subyacentes, for-

mazán tantas clases cuantos sean los grupos análogos

de éstas, los cuales pueden dividirse en rocas orgáni-cas, de sedimento calizo y de sedimento no calizo.

Los orgánicos comprenden los llamados terrenos de la

turba, que puede ser arcillosa, arenácea, piritosa, com-pacta ó ligera, etc., cualidades que dan orígen á otras

tantas variedades de tierras.

La circunstancia de ser ó no caliza la roca de sedi-

mento que sirve de base á una tierra autóctona es muy

importante, pues la presencia ó ausencia del carbonato

de cal decide á menudo de la calidad de una tierra, porla eficaz accion que ejerce este principio en el desarro-

llo de las plantas. Los subsuelos calizos más comunes

son ó se hallan representados por todas las calizas, las

mazgas y las areniscas de cemento arcilloso calizo. Losde sedimento no calizos comprenden las pizarras en

general, y particularmente la arcillosa y la arenisca si-

lícea de cemento arcilloso, Por último, las rocas de

elementos cristalinos se distinguen por carecer de cal,

y comprenden el granito, la pizarra micácea y cuarzo-

sa, los pórfidos y las rocas volcánicas, todas las cuales

originan otros tanios suelos de fertilidad muy distinta.

En cuanto á la subdivision de las tierras de traspor-

te ó independientes, aunque en ellas el subsuelo sólo,

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 279

influya por su permeabilidad ó impermeabilidad, sin

embargo, los grupos principales de estas tierras hay

que fundarlos en el subsuelo, en razon á ser más cons-

tante y general su composicion. Los nombres que ha-

yan de aplicarse á estos subsilelos conviene que sean

geolágicos, aunque añadiéndoles un epíteto, si se quie-

re, para distinguirlos, en razon á que procediendo de

la descomposicion de las rocas, importa no olvidar que

las diferentes masas minerales gozan de un grado de

permeabilidad que les es propio; y como quiera que en

dichos subsuelos esta es la circunstancia más impor-

tante, de aquí el fundamento de su clasificacion.

En cuanto á las especies de estos suelos independien-

tes ó de acarreo deben fundarse en aquellos elementos

minerales que determinan sus propiedades físicas b quí-

micas, y como entre estos últimos puede decirse que el

calizo es el que encontrándose en cierta proporcion las

acentúa, resulta que hay que apelar á las sustancias que

obran físicamente de un modo muy decisivo. Entre

ellas las principales son la arcilla, la arena m^as ó Iné-

nos fina, la grava, las chinas ó guijarros y los detritus

de materias orgánicas, que suelen encontrarse en canti--

dades considerables en extensiones grandes de terreno.

De esto resultará, segun el predominio de una ó de va-

rias sustancias, las tierras arcillosas, arenosas, humífe-

ras y las arcillo-arenosas, arenoso-humíferas, etc., á las

cuales pueden añadirse las magnésicas, ferruginosas y

salíferas, cuando algunos de estos minerales adquiere

cierto predominio.Para la formacion de las clases en estas tierras, sien-

do difícil apreciar con exactitud el diferente grado de

permeabilidad del subsuelo, única circunstancia que

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2ó0 GEOLOGÍA AGRI^OLA

influye de un modo eficaz en la fertilidad de las tierras,es preferible fundarlas en el mismo suelo vegetal rela-

cionándolo con la edad geológica del depósíto que le da

orígen, con la presencia b ausencia del carbonato de

cal, circunstancia que determina muehas otras á ellas

subordinadas y de reconocida significacion. En su vir-

tud, se establecen tres clases de suelos independíentes,á saber: suelos de trasporte moderno, siielos de trasporte

antiguo ó diluviales calcíferos, y suelos de trasporte an-

tiguo no calcíferos. La primera clase comprende todas

las tierras sueltas que se forman hoy, cualquiera que

sea su naturaleza, constituyendo un grupo natural re-

sultado de ]as causas actualesy cuya posicion topográ-

fica en las riberas de los grandes rios les da cierta simi-

litud, aunque consten de elementos distintos, figurando

entre ellos cierta cantidad de materia orgánica anterioré independiente del mantillo. En cuanto á las otras dos

clases distínguense perfectamente de la primera, tanto

por su posicion sobre el nivel de las actuales aguas,

cuanto por su constitucion mineralbgica y propiedadesagrícolas, diferenciándose entre sí solo por la falta 6

presencia del elemento calizo, cuya accion .sobre lasplantas es decisiva.

Sobre estas bases funda el Sr. Grás la clasificacionde las tierras que indican los adjuntos cuadros.

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2S2 GEOLOGfA AGRÍCOLA

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 2ó3

Antes empero de proceder á la descripcian especial

de cada uno de estos grupos, conviene que digamos algo

acerca de otra clasificacion, si no tan científica como

ésta, más al alcance de la generalidad de los agriculto-

res, por fundarse en la composicion de las tierras, cir-

cunstancia que con frecuencia se revela por propieda-

des físicas fáciles de apreciar. Tal es la propuesta ya

en su tiempo por Linneo, mejorada con los resultados

de los progresos que desde aquella época alcanzaron

las ciencias naturales, y que en Ias obras más comunes

de agronomía figuran, segun indica el siguiente cuadro:

I ^ Tierras aycillosas.

I.° De arcilla pura.2.° Arcilloso-ferruginosas.

3.° Arcilloso-calizas.

4.° Arcilloso-arenosas. = Tierras fuertes. - Idemfrancas.

2 ° Tierras arenosas.

De arena pura.

Arenoso-arcillosas.

Cuarzoso-arenoso-granít icas.Volcánicas.

Arenoso-arcillo-ferru gin o sas.Tierra de brezo.

3.° Tierras calizas.

I.° De caliza pura.2.° Cretosas.

3.° Tobáceas.

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284 GEOLOGIA AGRICOLA .

4 ° Margosas ó calizo-arcillosas.

4 ° Ticrras ma^nésicas.

g.° Tierras humáfiras.

i.° De mantillo solo.

2.° Turbosa y de brezo.

3 ° De los pantanos.

Los tres primeros grupos equivalen á los admitidospor el eminente naturalista valenciano D. Simon de Ro-

jas Clemente en el .Ensayo sobre las variedades de la

vid comun., pues los arcillosos corresponden á los que

él llama, con los labradores de Sanlíicar de Barrameda,bugéo; los arenosos equivalen á las arenas y barros en

parte, y los calizos á las tierras albarizas ó alberos, co-

nocidas en la provincia de Valencia con los nombres dealbarís, tap y ta^ar.

Aunque en rigor no pueda decirse que exista tierraalguna que por su composicion íntima y por las inhe-

rentes condiciones físicas sea, por decirlo así, univer-

sal, esto es, fértil por excelencia y adaptable á toda es-

pecie de plantas en las diferentes latitudes ó comarcas

del globo, deben indicarse, no obstante, cuáles son las

yue por todas aquellas circunstancias son las mejores.

El Sr. Desvaux asegura que la composicion de un

suelo modelo debe ser la siguiente: arcilla, de 28 á 34

por roo; sílice b arena, de 3o á 32 por roo; caliza, de

s8 á 3o por ioo, y mantillo, de 7 á ri por ioo.

Por regla general tambien puede asegurarse que latierra cuya composicion es más variada y compleja es,

en igualdad de circunstancias, la mejor, y la que puede

admitir mayor diversidad de plantas, por razon de la

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CLASIFICACION Y AESCRIPCION DE TIERRAS 1B5

abundallcia y variedad de alimentos que puede sumi-

nistrar en armonía con las necesidades de la vegetacion.

Por esto se observa que las tierras del lehm ó loess,

capa superior de la formacion diluvial, y de los del-

tas ó alfaques de los grandes rios, como el Nilo y el

Ebro, resultado de inundaciones periódicas ó irregula-

res, son lás más fértiles.

Los redactores del Sa»eanario de Agricultura, que se

publicaba á principíos del siglo, establecian la síguien-

te escala de tierras excelentes, buenas y malas, segun

las proporciones de sus diferentes elementos consti-

tutivos.

Tierra ezce-lento,

ITierra buena. Tierru mala.

Arena ó sílice. . 2 3 4Alúmina ó arcilla. 6 ^ rCaliza.... ... I 2,5 5Mantillo . . . . . r o,5 0

IO IO IO

De donde fácil es deducir, que una justa proporcion

entre sus diversos elementos, aunque exceda algun tan-

to la parte aluminosa que constituye la miga del suelo,

era ya considerada por nuestros agricultores prácticos

como la base de la fertilidad; los cuales tampoco ignoxa-

ban la parte principal que en esto toman los elementos

minerales de preferencia á los orgánicos, supuesto que

en las tierras excelentes sólo representa el Io por Ioo

el mantillo, y en las buenas el s por Ioo, cuando lo inor-

gánico alcanza el go y gs respectivamente.

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2ÓÓ GEOLOGÍA AGR{COLA

En cuanto á las propiedades físicas para que un sue-

lo sea feraz, se necesita que reuna: r.°, soltura bastan-te para que las raices penetren con facilidad, sin ofrecer

por otra parte mucha resistencia á la plúmula ó talleci-

to en su natural tendencia á salir al exterior, y la con-

veniente trabazon para que la planta pueda resistir alembate de los vientos: Z°, cierto grado de permeabili-

dad para que puedan circular fácilmente por el suelo

e] agua y los gases que al desarrollo de la planta con-

curren. El inmortal Herrera ya indicaba esta cualidad

como de primer órden cuando decia: «una de las me-

jores señales paza conocer bien la bondad de la tier-

ra, es que conserve por mucho tiempo el humor que

recibe, y tambien aquella que si se riega ó llueve, se

para hueca ó fofa, y se torna prieta, que la que se

para con el agua dura, empedernida y blanquecina, no

es buena:» 3.°, que tenga bastante espesor y que el

subsuelo se halle relacionado con la composicion del

suelo, moderando sus cualidades frias y húmedas ó cá-

lidas y secas por el predominio de la arcilla ó de laarena; y 4.°, que ocupe el fondo ó parte baja de los

valles ó las llanuras, sobre todo si se hallan rodea-

das de montes de composicion y estructura muy va-

riada. A este propósito, tambien decia en su tiempo

Herrera: .Los valles son m^as gruesos que los llanos,

y éstos más que 1as laderas, porque de éstas y de ]asalturas contínuamente se deriva la sustancia á lo bajo,

y por eso son mejores las heredades al pié de la cues-

ta que uo en laderas y altos, porque son de más sus-tancias.

Para completar este interesante estudio conviene ex-

poner en breves frases la característica de los diferentes

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 2ó7

grupos de la claŝificacion del Sr. Gras, confirmándóla

con ejemplos españoles.

Tierras independicntes ó de trasporte.

Esta primera gran division corresponde geológica-

mente hablando, á las formaciones de acarreo antiguo ómoderno ó al diluvium y aluviones, pertenecientes am-

bos depósitos á lo que hoy se llama período cuarterna-rio y moderno ó neozóico. El rasgo distintivo de estos

suelos es ofrecer, por regla general, una composicion

muy variada y el ocllpar extensas regiones, ya en las

llanuras, vegas y valles, ya tambiell en las grandes me-

setas, formando superficies planas, á no ser que alcan-

cen mucho espesor y hayan sido denudadas por las

aguas, en cllyo caso suele presentarse el terreno asur-

cado por valles de erosion más ó ménos profilndas y

por colinas de diferente altura, como se observa, porejemplo, en los alrededores de Madrid y en muchos pun-

tos de las cuencas del Tajo, Guadalquivir, etc. Tambien

caracteriza á estas tierras su notoria fertilidad, excep-

tuando en aquellos casos en que por efecto de diversas

circullstancias, y en especial por el excesivo predominio

de algunos de sus elementos componentes, lleva el sello

de esterilidad. Como confil•macion de las buenas con-

diciones que por regla general ofrecen estas tierras,

puede asegurarse qlle los territorios ocupados por ellas

son los que ofrecen en todos los paises los principales

centros de densidad de poblacion, y el asiento de las

capitales más importalltes, tales como Madrid, Sevi-

lla, Córdoba, Granada, Valencia, Zaragoza, Vallado-

lid, etc.

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2SH GEOLOGÍA AGR{COLA

Compuestos los depósitos de trasporte de materialessueltos, y alcanzando casi siempre gran desarrollo, las

tierras tienen mucho fondo, lo cual siempre es venta-joso para la mayor parte de los cultivos.

Tres clases comprende este primer grupo, el de acar-

reo moderno, que corresponde á lo que propiamente sellama período actual, el de trasporte antiguo calcífero yel no calcíf^ero.

En la primera clase se incluyen cuatro géneros y cin-

co especies, fundados aquellos en la naturaleza del sub-

suelo, y estas en la del suelo, de cuya combinacion de-

penden las condiciones de las tierras.

La prímera especie es la de suelo cenagoso ó de tar-

quin, como dicen en Murcia, correspondiente al primergénero, que tambien esde limo, bajo cuya denomina-

cion se comprende una mezcla de arena fina, arcilla y

carbonato de cal terroso ó pulverulento, con más algode carbonato de magnesia, óxido de hierro y materias

orgánicas muy finas.

Este depósito se llama arcilloso, arenáceo ó calizo,segun la naturaleza del elemento dominante, gozando

por regla general, y especialmente cuando adquiere

grande espesor, en cuyo caso el subsuelo es de la mis-

ma naturaleza, de una fecundidad muy notable, debida

á su constitucion física y á su variada composicion mi-neral y orgánica.

Como ejemplo evidente de esta primera especie de

tierras, puede citarse la del Delta del Nilo, cuyo limo

analizado por el Sr. Lassaigne consta de las materiasindicadas á continuacion.

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CLASIFICACION Y pESCRIPCION DE TIERRÁS 28C)

Sílíce .................... ....

Alúmina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Oxido de hierro ... . . . . . . . . . . . . .

Carbonato de cal ... . . . . . . . . . . . .

Carbonato de magnesia.........

Magnesia .....................

Materias orgánicas .............

Agua .........................

42^50

24^25

13^65

3^851,20

I,og

a,8o

Io,7o

I UO, 00

En la Península pertenecen á este género las citadas

en el cuadro de clasificacion, y muchas otras.

Si el cieno es arcilloso y forma tambien parte del

subsuelo, éste es ilnpermeable, en cuyo caso conviene

la callalizacion exterior ó subterránea, segun las cir-

cunstancias lo permitan ó aconsejen.

Por regla general estas tierras conservan bien los abo-

Ilos de naturaleza orgánica, y si el elemento silíceo entra

en alguna proporcion, adquieren bastante soltura para

permitir la circulacion de los gases atmosféricos que ab-

sorben y retienen con fuerza por la parte arcillosa que

entra en su composicion.

Estas propiedades y otras análogas hacen que las tier-

ras sean excelentes para toda especie de plantas, ias cua-les se dan perfectamente, sobre todo si las demas circuns-

tancias concurren, segun sucede, en las comarcas indi-

cadas.La segunda especie es la de suelo cenagoso con sub-

suelo de arena y guijo, por donde se ve que la diferencia

entre ésta y la anterior consiste en la naturaleza y esta-

do fisico del subsuelo; circunstancia que mejora las

condiciones de fertilidad de la tierra cuando es de mu-

Iq

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2fj0 GEOLOGÍA AGRÍCOLA

cha miga, pues el subsuelo permeable evita 8 modera

el exceso de humedad, casi siempre pernicioso. Mas si elsuelo no es muy profundo, la permeabilidad de la capa

inferior hace que aquel sea más ó ménos seco, á pesar

de lo cual, si la tierrra puede regarse es buena para pra-dos y jardines, prestándose tambien para árboles, tales

como el sáuce, el olmo y otros, cuyas raices aman la

humedad cuando las aguas filtran á traves del subsuelo.Procedentes del subsuelo ó acarreados directamente

por las aguas, encuéntranse en estas tierras algunos gui-jarros y chinas, que sobre hacer que se diferencien algun

tanto de las anteriores, contribuye á darles soltura y

otras buenas cualidades.Por Gltimo, diferénciase esta tierra de la anterior por

el especial mecanismo de su formacion, y por el lugar

y extension que ocupa en las riberas de los grandes

rios, y á las veces en el fondo de los valles poco espa-

ciosos, partícularmente en aqueltos puntos donde las

aguas cambian ó han variado á menudo de álveo, y

salen con frecuencia de madre. Tal es lo que se obser.

va en muchos puntos de la cuenca del Guadalquivir,

sobre todo en los alrededores de Córdoba, Posadas,

Lora del Rio, etc.

I.a tercera especíe de tierra independiente es la de

suelo arenoso pedregoso con subsuelo de lo mismo,

resultado del acarreo más b ménos violento de los de-

tritus que se encuentran en las faldas de las montañas,

por aguas torrenciales, ocupando á veces extensiones

considerables en las riberas de muchos rios. En su

composicíon obsérvanse á menudo ciertas alternaciones

de cantos de diverso tarnaño, ;con horizontes de arena

y hasta de cieno; circunstancia que atenGa algnn tanto

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 291

sus malaŝ cualidades, permitiendo el cultivo de la jar-

dinería, de patatas, zanahorias, rábanos, nabos y plan-

tas análogas, sohre todo si alguna filtracion poco pro-

funda les comunica cierta. frescura. A pesar de esto,

puede decirse que estas tierras son muy favorables para

el arbolado cuando las condiciones climatolbgicas del

país lo permiten, dándose perfectamente bien en ellos

los sáuces, los álamos y otros análogos, y cuando el

suelo no es muy pedregoso, prosperan el manzano, el

peral, granado y otros frutales. Es, sin embargo, con-

dicion precisa para destinar al cultivo estas tierras,

que se pongan en condiciones tales por medio de gran-

des malecones ó diques, que se vean libres de la accion

destructora de las aguas, y terraplenarlas despues opor-

tunamente.La cuarta especie es la detrítica con subsuelo de

iguales condiciones, la cual si bien en apariencia ofre-

ce cierta analogía con la anterior, por cuanto tambien

se compone de cantos y piedras, se diferencia por la

forma de sus materiales, más bierl angulosos que redon-

deados, por el lugar que ocupan, y por el procedimien-

to á que deben su orígen. En general, contienEn estastierras materiales de todos tamaños; desde risclas muy

grandes, hasta materiales térreos y pulverulentos; ocu-

pan las laderas y á veces el pié mismo de las monta-

ñas, no siendo raro tampoco encontrarlas en el vértice

de las montañas y en las altas mesetas. En cuanto á su

orígen, unas veces es debido al desprendimiento de

grandes escarpes de las montañas, por acciones físicas

b mecánicas, acumulándose los materiales pedregosos

en la parte baja, donde forman depósitos de superficie

plana, pero de pendiente muy pronunciada, figurando

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292 GEOLOGiA AGRfCOLA

.

materiales de todos tamaños, y angulosos los de cierto

vol{tmen. Otras veces estas tierras son producidas pordesbordamientos rápidos de torrentes 6 barrancos ge-

neralmente secos, que arrastran en los grandes aguace-

ros toda clase de materiales angulosos ó poco redon-deados y de tamaños las más diversos, formando en su

acumulacion en el flanco b pié de las montañas, y con

frecuencia en la desembocadura misma de estos torren-

tes en Ias Ilanuras, depósitos en forma de conos muy

rebajados, á los que se aplica el nombre de conos de

deyeccion de los torrentzs.Estas tierras ofrecen un sello propio, por efecto

de su composicion y propiedades físicas; siendo por lo

comun nada á propósito para plantas herbáceas, siquie-

ra algo propicío para las especies arbóreas poco delica-

das, tales como la encina, el roble; á veces prospera

tambien la vid y el nogal, si el clima y demas condi-ciones son favorables.

En cuanto á las condiciones de fertilidad, fácil es

comprender que dependerán de la naturaleza de las ro-

cas que suministran los detritus; observándose que en

los terrenos graníticos, por ejemplo, y en otros análogos,

suele ser pobre y hasta desprovisto completamente devegetacion, si la pendiente es grande; al paso que en

los terrenos calizos, caso muy frecuente en las provin-

cías de Castellon, TerueI, Valencia, Alicante, etc., pue-

den producirse por este procedimiento tierras bastan-

te buenas.

La quinta especie de este primer grupo es la arenosa

con subsuelo de la misma índole, cuyo carácter domi-nante es, si no la esterilidad absoluta, por lo ménos una

gran pobreza en la vegetacion, por efecto de las malas

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CLASIFICACIÓN Y DESCRIPCION DE TIERRAS 293

cualidades clue el prodominio de la arena comunica á

la tierra y á la capa inferior.A pesar de su notoria esterilidad, como lo demues-

tran el desíerto, los médanos, las landas y todas las

costas arenosas en general, el hombre puede convertir

estos terrenos en hermosos vergeles, segun han hecho

D. José Lopez en Elche y NIr. Robillard en su magní-

fica posesion de la Malva-Rosa junto al Cabañal de

Valencia.

Para esto se principia por impedir que las arenas

voladoras de la costa avancen hácia el interior, fijándo-

Ias despues para que con el tiempo se conviertan en

verdadera tíerra vegetal.

En Valencia el Sr. Robillard obtuvo estos resulta-

dos por medio de los setos vivos formados principal-

mente de espinos, aromos y otras plantas análogas del

lado del Este y Sudeste, cuyos vientos son los más te-

mibles para el movimiento de las arenas.

Puestos ya los arenales al abrigo de nueyas invasio-

nes, se fijan las arenas valiéndose de medios muy di-

versos; el adoptado por el inteligente Sr. Robillard ha

sido mezclar la arena con el cieno arcilloso calizo, que

con paciencia y perseverancia ha ido recogiendo del

fondo de las acequias y por medio de labores profun-

das, habiendo conseguido á favor de este procedimien-

to convertir aquel terreno, antes inculto y ocasionado

á emanacíones palúdicas, en una finca de gran valor

y cuya creacion honra sobremanera al antiguo jardi-

nero de Paris y del botánico de Valencia. Una ace-

quia profunda de desagiíe ha contribuido eficazmente á

sanear el terreno, lo mismo allí que en Elche, segun se

dirá. En las landas y médanos de la Gascuña no ha

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294 GSOLOGÍA AGRÍCOLA

podido adoptarse este sistema por las especiales condi-

ciones de aquella comarca; pero se ha seguido otro no

ménos eficaz, á saber: el de sembrar plantas'adaptables

aI terreno, herbáceas primero y luego leñosas, las cua-

les se han encargado dP formar paulatinamente una ca-

pa de tierra vegetal, con la que no sblo se fijaron las

arenas, sino que se lograron notorios resultados para

la agricultura del país. La planta de que se sirvieron

allí príncípalmente para esto es una especie de caña

llamada arundo ar^naria, en términos científicos; pue-

den servir para lo mismo los juncos marinos, el espar-

to y las plantas barrilleras que se dan bien en el lito-

ral; respecto de los árboles, el que prospera admira-

blemente en toda aquella region es el pino marítimo;

tampoco se encuentran mal el de Alepo, el ciprés y mu-

chas otras , segun las circunstancias locales. Tam-

bien se ha plantado no lejos de la costa la vid, que da

un vino especial, parecido por su color y aroma al

de Burdeos, al que llaman por su procedencia vino dearena.

En las costas del Norte, donde el clima es frio y hG-

medo, empléase para fijar las arenas el pino de Escocia,

el enebro de Virginia, varios sáuces, entre otros el llo--

ron y álamos, todos cuyos árboles dan excelentes re-sultados.

La segunda clase comprende las tierras de trasporte

antiguo calcíferas, en la cual se incluyen tres géneros y

otras tantas especies; la primera es la llamada margo-

arenosa, con subsuelo de la misma naturaleza.

Estas tierras corresponden á las que en la otra clasi-

ficacion se llaman francas b arcilloso-arenosas, reputadas

por muy fértiles, ya que en ellas entra la arcilla, parte

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 2t^5

de caliza y algo de arena, que son los elementos más

importantes.

Por su composicion y propiedades flsicas estas tier-

ras son excelentes, segun lo acreditan las de Rbdenas

y Valderrobles, de la provincia de Teruel, y muchas

que pudiera citar de la de Valencia, siendo propicias

á gran nGmero de plantas, y particularmente al cáña-mo, al lino, y, por regla general, á todas aquellas que

prefieren un suelo ligero, asequible á las lluvias y á

los gases atmosféricos, que absorben con facilidad;

caldéanse ménos que las arenáceás, pero más que las

arcillosas, conservando la humedad casi en la misma

proporcion que estas Gltimas. Su propia estructura y

naturaleza favorece la descomposicion de los abonos

por la humedad y el temple que las distingue, noexigiendo, por otra parte, frecuentes ni profundas la-

bores. Conviénenles todos los abonos, pues si no están

muy descompuestos, su propia naturaleza activa, ó por

lo ménos no retarda la descomposicion, y si son enér-

gicos, tampoco acelera sus efectos la calidad modera-damente cálida de que gozan.

Estas tierras se hallan representadas por la partemás superior de la formacion diluvial llamada Ihem b

loess, ocupando como éste extensas regiones, segun se

observa en la cuenca del Rhin, en la region llamada Al-

sacia, una de las más ricas comarcas de Europa. Otro

tanto puede decirse de la meseta del Décan en la lndia,

de la ocupada por la tierra llamada negra 6 tzornoi-

zen en Rusia, y en la península las de los alrededores

de Sevilla en la cuenca de Guadalquivir, P;ranjuez y

la del Tajo y en la huerta de Valencia, en la del TGria

y en la ribera baja del JGcar, todas ellas extremada-

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296 GEOLOfiIA AGRÍCOLA

mente ricas bajo el punto de vista de la agricultura.

La segunda especíe y género de esta clase es la lla-mada margo-pedregosa, con subsuelo de igual natura-leza; tierra ménos productiva que ]a anterior, por los

muchos cantos rodados y grava que se encuentran en lasuperficie y en el fondo, locual hace que sean muy per-meables y secas, calentándose mucho en verano y opo-

niéndose de un modo muy eficaz á la conservacion de los

abonos activos, no favoreciendo por falta de humedad

la descamposicion de los que están poco formados. Las

plantas herbáceas, tales como cereales y leguminosas, no

se dan bien en estos terrenos, por los obstáculos con que

tropiezan sus delicadas raices, al paso que la vid y los

árboles de raíces fuertes y profundas, se encuentran

bien, si las demas condiciones son favorables, por cuan-

to encuentran la humedad conveniente en el fondo de

la tierra ó en el subsuelo, y á veces tambien en algunos

horizontes en que mejora la calidad de aquella. En el

Mediodía de la península y en la costa de Alicante, Va-

lencia, Tarragona y Gerona, se dan bien en estos sue-

los el olivo, el almendro y el algarrobo, en los valles

paralelos á la costa, que caracterizan parte de la estruc-

tura geológica de dichas comarcas, en cuyo fondo suele

encontrarse la formacion llamada diluvio de los valles,á la que pertenecen estas especies de tierras que Ilegan á

ser bastante buenas, si se tíene la fortuna de poderlasregar.

La tercera especie de la clase que estamos descri-

biendo es la de suelo arcilloso-arenáceo de arenas cali-

zas con subsuelo de caliza compacta, y corresponde álas que ]lamamos arcilloso-arenosas en la otra clasifi-

cacion. En ellas la arcilla y la arena parecen ser los

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 297

elementos esencíales, al paso que el carbonato de cal

suele presentarse en pequeñas proporciones. El sub-

suelo es de caliza compacta, á veces algo margosa, y

casi siempre dotado de gran permeabilidad, circuns-

tancia muy favorable, sobre todo si el suelo alcanza

buen fondo, un metro, por ejemplo; pues en este caso la

preservan de la sequía, dándole cierta higroscopicidad

el elemento aluminoso que contiene, no siendo de temer

en ellas el exceso de humedad en las grandes lluvias

por la fácil circulacion que tiene el agua en el subsue-

lo; todo lo cual convierte á estas tierras en excelentes

para muchas plantas, y muy especialmente para el tri-

go. Si, por el contrario, el suelo no tiene mucho fondo,

se resiente de la sequía, y en este caso puede prestarse

á plantar forrajeras, que se dan mely bien, siendo aro-

máticas, sustanciosas y apetecidas por el ganado, par-

ticularmerlte por el lanar, á quien le convienen, segun

acredita la experiencia, los tenenos secos. En el Maes-trazgo y Bajo Aragon estas tierras no escasean, distin-

guiéndose las ovejas que de sus productos se alimentan

por .lo sabroso de la carne, por la crasitud de la leche ypor la suavidad del queso que en cantidad considerable

se fabrica.

La tercera clase de tierras independientes es la lla-

mada de trasporte antiguo no calizas, formándose mu-

chos géneros y especies conforme la_naturaleza del sub-

suelo y del suelo, siendo el carácter que las distingue,

el carecer de elemento calizo; exceptuando en aqueilos

casos en que el hombre lo lleva al campo por via de

mejoramiento ó abono. Obsérvanse generalmente es-tas tierras en las formaciones diluviales procedentes

de terrenos graníticos y porfídicos, 6 de ]a descomposi-

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2g8 CEOLOG(A AGRiCOLA

cion y acarreo de las pizanas, cuarcitas, gneis y otrasrocas de los terrenos antiguos; corno se observa en los

alrededores de Madrid, cuyo diluvium sintetiza, por decirio así, la estructura geológica de la cordillera carpe-

tana, de donde proceden todos los materiales; otro tan-to puede decirse de las tierras extremeñas, de gran

parte de las de Ciudad-Real, y de las de Toledo, como

resultado de la descomposicion de las pizarras y cuar-citas silúricas, de los granitos y pbrfidos que tanto

abundan en dichas comarcas.

Entre estas tierras las hay de suelo y subsuelo are-

noso, de suelo arenoso y subsuelo de arenisca ferrugi-

nosa; las primeras son esencialmente estériles, por su

composicion y propiedades físicas, y sblo puede espe-rarse de ellas algun buen resultado por medio de me-

joramientos arcillosos, calizos, ó de marga y con abo-

nos y agua, siquiera pueda asegurarse que çon seme-

jantes elementos no hay tierra mala: lo que sucede en

la parte del desierto donde la Administracion francesa

dispuso la apertura de pozos artesianos, justifica este

aserto. En cuanto á la tíerra arenosa con subsuelo de

arenisca ferrugfnea, aunque no tan estéril por la imper-meabilidad de la capa inferior; sin embargo, no es la

riqueza lo que la distingue, sobre todo si ofrece poco

fondo y escasa pendiente; pues en este caso, durante

los tiempos Iluviosos se forma en la superficie del sub-

suelo un manto líquido que llega á veces hasta la mis-

ma superficie, causando gran perjuicio á las plantas

por exceso de humedad, y por la sobrada cor.sistenciadel subsuelo, impenetrable á las raices de los árboles.

Hasta los mismos manantiales que suelen existir en es-

ta clase de terrenos, son desfavorables por la gran pro-

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE T[ERRA5 299

porcion de hierro yue llevan las aguas. Todos estos

inconvenientes se atenúan, aunque sin desaparecer del

todo, cuando el suelo alcanza bastante espesor; resul-

tando siempre tierras medianas.

Siguen las tíerras arcillosas por excelencia, supuesto

que participan de este carácter el suelo y el subsilelo,

por lo cual se llaman fuertes, frias, húmedas y pesadas;

fuertes b recías, porque en secándose se endurecen de

tal suerte, que apenas se pueden labrar; dícense pesa-

das, porque estando muy htlmedas son tan tenaces,

que forman una especie de masa y se pegan al arado,

necesitándose para labrarlas instrumentos muy fuertes

y huenas yuntas; finalmente, frias y htlmedas, porque

pierden lentamente el agua, y porque su dureza y com-

pacidad impide que las penetre el sol, y que se evapo-

re aquella, razon por la cual los frutos son tambien tar-

díos, aguanosos y poco aromáticos.

A estas malas cualidades debe agregarse la que se-ñala Clemente como propia del bugeo de Sanlúcar,

que corresponde á este primer grupo, cuya tíerra con

los calores del verano se agrieta de tal modo, que se

forman enormes hendiduras, circunstancia que la hace

impropia para el cultivo de la vid. De donde fácil es

deducir que las tierras de este primer grupo, aunque

en absoluto merezcan todos los calificativos que les

hemos aplicado en armonia con lo que sabe todo ]abra-

dor ilustrado, y con lo que se deduce del conocimien-

to de la sustancia mineral que en ellas gredomina, su

fertilidad variará á tenor de las condiciones climatéri-cas, y muy especialmente con el estado habitual higro-

métrico de la atmósfera. As5 es que en aquellas regio-

nes en que llueve mucho, como sucede, por ejemplo,

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3O0 GEOLOG^A AGRÍCOLA

en las frias del Norte, su extremada humedad las hará

ménos propias para determinados cultivos, como el de

los cereales, por ejemplo, que se dan muy bien en otros

países más secos. Tocante á la víd, puede asegurarse

otro tanto, pues si en Andalucía por razon de los exce-

sivos calores el bug^o se abre y agrieta profundamente,

haciéndolo impropio para esta planta, no sucede lopropio en la Mancha, en Aragon, Navarra, Valencia y

Cataluña, donde se da muy bien. La opinion hace si-

glos emitida por Plinio, Columela y otros eminentes

varones de la antigiiedad, de que las mejores tierras

trigueras son las blandas y pegajosas, sin duda que se

referia á las del grupo que estamos examinando, si bien

advertian tambien que no habian dehallarse formando

barrizales, ó ser sobrado húmedas, pues en ambos ca-

sos aunque sean gruesas y pegajosas, por su extremada

dureza y sequedad, para llevar pan son inhábiles.

Otra de las excelenies propiedades de estos suelos

consiste en recibir bien y retener con fuerza los abonos

orgánicos, que ceden paulatinamente á las plantas, lo

cual obliga á llevarlos en gran copia y tambien á enter-

rarlos mucho por medio de labores profundas.

Otra tierra de este grupo es la de suelo arenoso y

subsuelo de arcilla de trasporte, muy análoga á la des-

crita antes de suelo arenoso y subsuelo de arenisca

ferrugínea, la cual por virtud de su compacidad, es

tambien impermeable. Si el suelo ofrece poco fondo

es muy ocasionado á la formacion de almajares por la

subida hasta la superficie del agua que se deposita so-

bre el subsuelo, resultando condiciones tan desventa-

josas para la salud pGblica, como para la agrícultura.

Si el suelo es bastante profundo ó dispuesto de tal mo-

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 30I

do que las aguas puedan circular fácilmente, el terreno

se resíente de sequedad. Los mejoramientos preferibles

para estos suelos son la marga y la arcilla, y el encaño

que proporciona la libre circulacion del agua que se

deposita sobre el subsuelo.El suelo arcilloso-arenoso con subsuelo arcilloso,

puede considerarse como intermedio entre los dos an-

teriores, observándose que á pesar de su buena consti-tucion física, no es grande la fertilidad por efecto del

carácter impermeable del subsuelo, lo cual hace que

sea muy húmedo. Este suelo conviene á los prados na-

turales que aman la humedad, y si se consigue modi-

ficar este carácter, es adaptable á muchas plantas y en

especial á los cereales, sobre todo si se le añade marga

6 cal en tiempo oportuno. Los árboles cuyas raíces pre-

fieren una tierra húmeda se dan bien.

Las tierras arcillo-arenosas con subsuelo de la mis-

ma naturaleza, constituyen un nuevo grupo que á su vez

puede dividirse en dos segun el predominio que ad-

quiere el uno ó el otro elemento constitutivo, apraxi-

mándose á las tierras Ilamadas fuertes, cuando excede

la arcilla pura, y por el contrario á las llamadas li-

geras, cuando la arena es la dominante. Por regla ge-

neral estas tierras son fértiles por razon á sus buenas

cualidades físicas, siendo por excelencia trigueras, so-

bre todo si predomina la arcilla. Estos suelos pasan por

grados insensibles de uno á otro, y c^mo ya quedan ex-

plicados en los artículos correspondíentes á las tierras

arcillosas y arenosas, excusamos repeticiones inútiles.

Las tierras arcilloso-pedregosas con subsuelo de lo

mismo, sólo difieren de las tierras arcillosas con sub-

suelo de arcilla, por la cantidad de guijarras que lle-

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302 GF.OLOGÍA AGRÍCOLA

van, lo mismo á la superficie que en el fondo, circuns-

tancia ventajosa por cuanto el guijo interpuesto, nohallándose en cantidad excesiva contraresta la dureza

é impermeabilidad de la arcilla, dándose bien en ellasel centeno, la avena, las gramíneas de prados natura-

les y hasta el trigo, sobre todo si se mejoran con lamarga, la cal ó las cenizas y se las abona conveniente-

mente. En estos terrenos los árboles se dan bien por re-

gla general, por cuanto Ias raíces se abren paso por entre

los guijarros y encuentran vetas de buena calidad, te-

niendo la^ventaja de mejorar esto mismo las condiciones

del suelo. Los alrededores de Madrid se hallan incluidos

en los grupos de tierras anteriormente descritas, segunel diferente espesor que abraza la formacion diluvial, en

cuyos distintos horizontes predomina alternativamente

la arcilla, la arena y el guijo. El acertado y felizensayo

que en estos momentos está haciendo mi buen amigo

D. Justo Zaragoza, Ordenador de pagos del Ministeriode Fomento, en la finca que crea, por decirlo así, junto

á la estacion de la vía férrea de Vallecas, justifica de la

manera más elocuente, no solo las buenas condiciones

de las tierras del diluvium de Madrid, sino tambien

que, como queda ya dicho, eon abonos, agua y acerta-

da direccion todas son buenas.

La tierra arenoso-pedregosa con subsuelo idem,

constituye un terreno punto ménos que estéril, por sus

malas cualidades físicas, no conviniendo más que para

el arbolado; y si se emplea la marga arcillosa y mucho

abono órganico, pueden darse la avena, el centeno, el

trigo moruno y otras plantas de tierras pobres. Sin em-

bargo, en paises cálidos prosperan en ella el olivo, elalmendro y sobre todo la vid.

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DLr TIERRAS jOj

La tierra arcilloso-arenosa con subsueló de marga y

guijo, forma otro grupo en el que las dos capas del

suelo y subsuelo difieren en composicion y estructura,siendo la circunstancia que más los distingue la falta

del elemento caliza en el suelo y su existencia en elsubsuelo, desde el cllal puede perfectamente llegar

hasta la superficie por medio de labores profundas que

constituyen un excelente mejoramiento.

Las condiciones de este suelo varían á tenor del pre-

dominio de la arcilla ó de la arena, constituyendo en

el primer caso una tierra fuerte y excelente, en razon á

la permeabilidad del subsuelo, y en el segundo la tíer-

ra ligera mucho ménos fértil por su carácter seco, pu-

diendo sin embargo ser conveniente para el centeno,

avena, trigo moruno y otras plantas análogas en climas

algo húmedos, si la tierra adquiere bastante fondo; la

vid, el olivo, la morera, el almendro y el nogal se dan

bien en estas tierras.Constituye otra especie el suelo de arena y guijo con

subsuelo margo-pedregoso, constítuyendo un tránsito

insensible al anterinr, del que sólo se diferencia en que

el elemento arcilloso ha sido sustituido por el guijo.

Esta tierra es bastante estéril por el predominio exce-

sivo que adquieren la grava y los cantos; chinas ó gui-

jarros, y solo puede convenir al arbolado y á la vid, á

no poderla regar y mejorarla por medio de la marga y

de la arcilla.Completa el cuadro de las tierras independientes ó

de trasporte la de suelo arcilloso-ferrugíneo con sub-

suelo de caliza compacta; obsérvase esta tierra en la

superficie de las grandes masas calizas, presentando

en todas partes mucha analogía de composicion y as-

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G$OLOGIA AGRICOLA

pecto, lo Cual parece indicar identidad de orfgen. Su

naturaleza es arcillosa, desprovista por lo com^n de

caliza pulverulenta, casi siempre de color rojo, debido

aI peróxído de hierro; su espesor es muy variable, ycomo los elementos que la constituyen son finos, los

arrastran fácilmente las aguas de lluvia, depositándolos

en los lugares bajos y en las grietas del terreno. No hay,con efecto, en ellas ni cantos rodados, ni grava, y sí

tan solo granos de cuarzo muy finos y fragmentos de

diferentes tamaños de la caliza que les sirve de base,

con la cual guarda tan estrechas relaciones, que se infil-

tran por decirlo asf en sus huecos y cavidadcs, y hasta

en las junturas de los bancos. El peróxido de hierro

que colorea estas tierras, se presenta á veces en nó-

dulos y masas susceptibles de explotacion, cuya cir-

cunstancia, unida á la falta de materiales de trasporte,

parecen excluir la idea de que sean debidos alacar-

reo por las aguas de la superficie; debiendo quizas re-

4'erirse su formacion al hidro-termalismo terrestre, ósea á la accion de aguas subterráneas minero-termales,

explicándose la existencia de estas tierras sobre depó-

sitos calizos, por la gran permeabilidad de que éstosgozan.

La fertilidad de estas tierras depende principalmen-

te de su espesor, observándose que cuando no Ilegan

á o,3om , es escasa por razon de su carácter seco , debi-

do á la gran permeabilidad del subsuelo. Cuando llega

á o,50, ó excede, constituye tierras excelentes para tri-

go, sobre todo si la arcilla pierde algo de su natural eon-

sistencia por la humedad b por la interposicion de can-tos y fragmentos de otras rocas.

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CLASIFICACION 1' DESCRIPCION DE TIERRAS 30^

Ticrras localcs ó autócto^uls.

Estas tierras en realidad son raras, y solo se encuen-

tran en la falda de las montañas, en las mesetas y en

aquellos puntos en que la denudacion ocurrida durante

la época cuaternaria, puso al descubierto á veces super-

ficies muy extertsas de rocas vivas. Lo que principal-

mente distingue á estas tierras, aparte de su situacion,

es el no alcanzar por lo comun gran fondo, á no ser en la

parte baja de las vertientes, donde se acumulan los ma-

teriales tt•asportados por las aguas, en cuyo caso cons-

tituyen tierras que bien pudieran llamarse de tránsi-

to entre las autóctonas y las independientes. Tambien

las caracterizan la mayor uniformidad en su composi-

eion y el ser en igualdad de círcunstancias ménos férti-

les, pues segun queda dicho, una de las circunstaneias

que más directamente influyetl en la feracidad de las

tierras, es el que concurran á formarlas muchos y varia-

dos materiales. Una sola excepcion existe quizás, y es

la de las tierras volcánicas, por cuanto la composicion

de las rocas de que proceden, y hasta las tintas mismas,

por lo comun oscuras, contribuyen muy eficazmente á

su gran fertilidad, segun es bien notorio y se dirá más

adelante.Atendiendo á lo variables que son las condiciones fí-

sicas y climatológicas de los lugares que ocupan es-

tas tierras, el aspecto agrícola es en ellas tambien tnuy

diferente, como no podia mbnos de suceder, cambiando

á cada paso la altura, la exposicion, la pendiente y el

fondo de la tierra.

El suelo turboso y subsuelo idem, por donde princi-

pian las tierras locales, resultan de la acumutacion en

20

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306 GEOLOGÍA AGRÍCOLA

determinados puntos de los restos vegetales que produ-

cen la turba, distinguiéndose fácilmente por su colora-cion oscura, por la especie de tejido análogo al fieltro

que representa dícho combustible, y por la especie de

temblor ó fluctuacion que acttsa la marcha sobre el ter-

reno. En general esta tierra, á no mejorarla con ele-

mentos minerales, particularmente con caliza y arena,

ó con prácticas como la de los hormigueros, y por un

bien entendido sistema de desagiie, es poco apta para

el cultivo.

En mi Gltimo viaje á Baviera, en i86¢, vi eu el jar-din botánico de la Universidad los experimentos que

hacia el etninente Liebig, redttcidos á sembrar en un

mismo terreno, abonado con potasa, sosa y otras sus-

tancias, diferentes plantas, con el fin de demostrar la

accion de díchos agentes y su importancia relativa, y

recuerdo que los ensayos se hacian en ttri suelo de tur-

ba como neutro. Sin embar•ŝo, los resultados del cultivodel arroz en los alfaques del Ebro y los que se obtie-

nen desde tiempos remotos en los almajares de Alme-

nara, Chilches, etc., en Castellon, justifican las buenas

condiciones del suelo turboso, cuando el hombre aplica

su inteligencia y capital á mejorarlo. En este caso re-

sultan tierras ligeras y frescas, escelentes para patatas,

cebada, avena, etc., y hasta para jardinería. Los prados

se dan bien en ellas, sobre todo si, adoptando la prácti-

ca recomendada por los agrónomos ingleses, se da un

corte á la yerba y se deja como abono la de segundavegetacion, para nutrir á la que viene despues.

La clase segunda de tierras autóctonas es la de sub-

suelo de rocas de sedimento calizas, en la cual se com-

prenden cuatro géneros, segun el estado que ofrece el

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DB TIERRAS 30j

elemento calizo, y diversas especies. La primera es la

de creta térrea, resultado de la destruccion mecánica

de la creta superior, la cual se distingue por sus colo-

res claros, por la grande absorcion del agua, con la cual

no suele formar pasta, como le sucede á la arcilla, y por

convertirse de nuevo en friable y pulverulenta por la

desecacion; todas cuyas circunstancias hacen por regla

general que sea poco productiva, pues empapada ]a tier-ra de agua durante el invierno, las alternativas de las

heladas y del deshielo produce tumefacciones y hundi-

mientos en el terreno, muy perjudiciales para las plantas

de raíces poco profundas. Durante el verano, estas tier-

ras son sobrado secas y frias por la poderosa absorcion

del subsuelo, y por la coloracion blanca que refleja toda

la luz y el calor á ella inherente. A más de esto, no ha-

llándose contrarestada la accion cáustica de la caliza

por la arcilla ó la arena, resulta que se consumen so-

brado pronto los abonos orgánicos, disipándose en breve

tiempo las sales amoniacales y los demas principios nu-

tritivos que contienen. Hasta el mantillo mismo desapa-

rece pronto, á pesar de entrar en él el carbono como ele-

mento principal. De la indicacion de estas malas cuali-

dades del suelo cretáceo, se infiere que todo aquello que

contrihuya á. variar el fondo de su composicion ha de

mejorarle considerablemente. Así es que, por ejemplo,

el abrir zanjas ó grandes recipientes en la extremidad

inferior de los campos, donde se acumulan durante las

lluvias torrenciales el cieno, los restos orgánicos y hasta

los materiales de diferente tamaño que arrastran las

aguas, será uno de los mejoramientos más eficaces, por

cuanto la mezcla ulterior de los acarreos ha de modifi-

car la composicion y estructura del suelo. Tambien

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jOH GEOLOG(A AGR(COLA

contribuirán á producir efectos análogos los prados

artificiales, allf donde puedan darse sin grandes dispen-

dios, especialmente los de mielga y pipirigallo que re-

sisten más á las malas condiciones del suelo; y por úl-timo, las plantaciones, mejor que siembras, de árboles,

principalmente del pino silvestre.

Genuinamente consideradas estas tierras son raras

entre nosotros, pues los horizontes cretáceos superiores

son poco comunes; sin embargo, en la provincia de

Santander y en la de Alicante se encuentran algunas,

como en los alrededores de Alcoy, al pié mismo de la

sierra Mariola, no lejos de la fuente de l3archell, etc.

Pero sin gran violencia pueden agregarse ó referirse á

esta clase de suelos la mayor parte de las tierras que

proceden de la descomposicion del terreno terciario

medio y superior, pues si bien bajo el punto de vistageológico nada tienen que ver con el cretáceo, ofrecen,

no obstante, la mayor parte de los caractéres apunta-

dos. Las tierras terciarias de Alicante, muchas de la

Mancha, de la provincia de Teruel, etc., pueden en ri-

gor incluirse en esta categoría; por supuesto las de

aquellos puntos en donde no existe la formacion dilu-

vial del terreno cuaternario, pues las tierras en este caso

pertenecen á otro grupo, segun queda ya dicho.

EI segundo género es eI de subsuelo de calizacompac-

ta, que comprende dos especies, segun que el suelo sea

detrítico compuesto de fragmentos de rocas calizas, ó que

lleve algo de arcilla á la mezcla, cuya descripcion difícil-mente puede separarse, por cuanto casi siempre van

juntos, estableciéndose entre ambos frecuentes comuni-

caciones por tránsitos insensibles. Este hecho obsérva-

se de un modo muy especial en todo el terreno cretáceo

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 30C^

del litoral mediterráneo desde Vinaroz y Alcalá hasta el

puerto de Almansa, segun puede verse en el mapa, don-

de los tránsitos desde las calizas compactas, marmóreas

y semicristalinas á las margosas y á las verdaderas mar-

gas son tan frecuentes, como las tierras que de su al-teracion proceden. Esto da orígen á suelos fragmento-

sos y de risclas, como las 1latnan en Teruel, donde di-

cho terreno, y áun el jurásico, se halla muy desarrollado,

ofreciendo con frecuencia grandes mesetas llamadas

muelas en Aragon y el Maestrazgo, terminadas por

enormes escarpes, como se ve en la muela de Ares, en

la llamada garumba entre Morella y el Forcall, en la de

San Juan (Teruel) y en otras muchas.

El carácter que más distingue á dichas tierras es

sil extremada sequedad, no tanto, si se quiere, por la

natoria incoherencia de los fragmentos del suelo, cuan-

to por la estructura celular y hasta cavernosa del ŝub-

suelo y la roca viva, que es por demas absorbente. Sólo

en aquellos puntos en que la interposicion del elemento

arcilloso comunica á la caliza el aspecto de marga, y

en donde alternan los bancos de ésta con otros de arci-

lla, se mudifica en cierto modo el carácter propio de la

tierra, sin perder por otra parte el aspecto riscleño que

la descomposicion de las calizas margosas comunica al

suelo, que es por estas razones extremadamente seco.

Todas estas circunstancias se reflejall en la vegeta-

cion, algun tanto modificada por las condicianes loca-

les ó topográficas y c]imatéricas, segun mejor que en

parte alguna pueda observarse en todo el territorio del

antiguo Maestrazgo de Montensa, que lo tengo bien re-

corrido, en donde las malas condiciones de la tierra

y del subsuelo se han extremado de una manera des-

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310 G80LOGÍA AGRÍCOLA

á

consoIadora, desde que una inconsiderada tala ha pri-

vado á las laderas y cumbres de las montañas de lavegetacion arbbrea que antes las hermoseaba, contri-

buyendo con su decisiva influencia á que las Iluvias

fueran más frecuentes y benéficas, y á modificar favo-

rablemente el cultivo del fondo de los valles, donde por

el desarrollo del depbsito diluvial se halla, digámoslo

así, concentrada la riqueza agrícola de todo aquel país.

Tmporta, pues, sobremanera que se piense sériamente en

restablecer las cosas á su primitivo estado, repoblando

los bosques de pinos y encinas, que son los árboles que

mejor se dan en altitudes hasta de 80o á 9oom, y de allí

para arriba con enebros, sabinas y hayas, que tambien

prosperaban en otros tiempos en aquel territorio tan rico

en otros tiempos, como hoy pobre y esquilmado. De esta

manera volverán los años lluviosos, conforme se estilaba

antes de haberse el hombre divorciado de las nubes,

como dice mi excelente amigo D. Meliton Martin, y po-

drán esperarse abundantes cosechas de cereales y de ex-

celente vino, altí donde las condiciones climatológicas

permitan se cultive la vid, planta que se da perfecta-

mente, así como el algarrobo y el olivo, cuyos frutosgozan de justa y merecida reputacion.

Las mesetas y laderas de los montes del Maestrazgo

y Bajo Aragon producen tambíen pastos excelentes, si-

quiera á veces la yerba es tan raquítica, que apenas se

distingue, pero cuyas buenas cualidades nutritivas las

revela el ganado lanar, sobre todo, que de ellas se ali-

menta y sus variados productos.

Sigue el cuarto género de subsuelo margoso, el cual

comprende dos especies de tierra, á saber: la arcillosa

y la margosa detrítica, cuya diferencia consiste en el es-

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 31I

tado puro de ]a marga que forma la base de la consti-

tucion geológica, de la comarca de donde proceden el

suelo y subsuelo, ó de la interposicion del elementa are-

náceo ó fragmentoso, Tampoco es fácil separar la des-

cripcion de estas dos tierras por los tránsitos insensibles

que entre ellas se observan, por la semejanza de sus

cualidades físicas y por su análoga fertilidad.El subsuelo de marga, sea arcillosa ó caliza, se dis-

tingue príncipalmente por su grande impermeabilidad;

y en cuanto á la tierra comunican sus detritus el carác-

ter de fuerte, apelmazada y húmeda, condiciones que la

exposicion en terrenos algo inclinados puede corregir,

facilitando la pendiente de las montañas la circulacion

superficial de las aguas de lluvia.Bajo el punto de vista agrícola, estas tierras así cons-

tituidas son excelentes para cereales, y en especial para

el trigo; la vid se da en ellas perfectamente, así colno el

algarrobo y la higuera no léjos del litoral, y tambien el

olivo en el interior y á mayores alturas. Los más elo-

cuentes ejemplos que en la pellínsula pueden citarse

son los del famoso valle de Albaida, de Mogente hasta

Fuente la Higuera, de Busot y tantos otros que por bre-

vedad omito; los tres primeros relacionados con las mar-

gas terciarias, llamadas llacarella y ta^ blanco y azul

del terreno terciario, y el último ó de Rehollo, con idén-

ticas rocas, pero del cretáceo.

Pone término á la clase segunda la tierra de subsuelo

arenisco calcífero, con sus dos especies de suelo arcillo-

so y arcilloso detrítico, equivalentes á las dos especies

de arenisca de cemento algo calizo y margoso; aquel

dando orígen por su descomposicion á detritus frag-

mentosos, y éste á materias más bien arcillosas. Estas

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312 GEOLOGÍA AGRÍCOLA

tierras se parecen á las anteriores por la permeabilidad

del subsuelo cuando la arenisca es poco consistente,

siquiera lo sea ménos que el de la caliza celular y ca-

vernosa. Sí la estructura de Ia roca es más uniformey compacta, el grano fino y el cemento margoso, el siib-

suelo es impermeable, lo cual mejora las condiciones

de la tierra, que es fresca hasta cierto punto. En el caso

de ser el ssbsuelo permeable, si la tierra es ademas pe-

dregrosa ó risclera, y este es el caso más corruin, ofrece

pocas condiciones de fertilidad.

Generalmente hablando, estos suelos se hallan rela-

cionados con la arenisca de la molasa y el conglomerado

dicho del nagelfluh, que casi siempre le acompaña, y de

cuyaalteracion proceden. En Suizason comunes, y como

allí abunda tanto el agua, la tierra es buena, sobre todo

para el castaño y eI pino silvestre, que manifiestan cier-

ta predileccion por dicha roca;la vid no se encuentra

en estas tierras del todo mal, sobre todo en las pendien-

tes, que evitan la sobrada humedad del suelo.

La arenisca verde del terreno cretáceo, y las de dis-

tintos colores, que sobre todo en la provincia de Teruel

corresponden á Ios horizontes más bajos de dicho ter-

reno geológico, suministran tambien tierras de este gru-

po. En el valle de Bussot existen en su ladera derecha

(barranco de Menino) algunas partidas donde la tier-

ra vegetal participa del carácter que le comunica la

descomposicion de la creta verde.

Entre Ias tierras de subsuelo de sedimento no calcí-

fero, las dos primeras son las de subsuelo de pizarras

arcillosas y suelo arcilloso ó arcilloso-pedregoso. Re-

sultado de la destruccion mecánica de la pizarra arci-

]losa pura y de la arcilloso-micácea, importa saber que

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 313

en su descomposicion entran la sílice desde q8 y hasta

7o por Ioo; la alúmina de Io á 23 por zoo; el bxido de

hierro de 6 á I2 por Ioo; la cal de o,16 á a,2o por Ioo,

y la potasa de I,2o á¢,qo por Yoo.Expuesta la pizarra por algun tiempo á la intemperie

se altera y descompone á la manera de la mayor parte de

1os silicatos, dando por resultado mucha arcilla, y con

frecuencia fragmentos de la misma roca que resisten más

á los agentes exteriores, de aspecto igual con frecuen-cia á las astillas de pino, ó risclas de cuarzo y de otros

elementos geognbsticos, lo cual comunica un aspecto

fragmentoso á los detritus, del que participa tambien el

suelo.

5i las capas del terreno se presentan horizontales ó

poco inclinadas, aumenta esta circunstancia la natural

impermeabilidad del subsuelo; mas si afectan una gran

inclinacion, que es lo más frecuente, se modifica algun

tanto esta mala cualidad del subsuelo.

Estas tierras son por su composicíon húmedas y frias,

apelmazadas y fuertes para las labores, á cuyas cir-

cunstancias, no del todo favorables, se agrega para con-

vertirlas en tierras pobres, la circunstancia de carecer,

por regla general, del elemento calizo. La adicion, pues,

de esta sustancia, constituyendo el mejoramiento llama-

do encalar y el de margar, así como el de añadir cllarzo

y ladrillo molido, y mejor aún el de los yesones de los

escombros, prodllcen los mejores efectos en estas tierras,

que son propias para prados naturales y artificiales, por

sí solas, y con los mejoramientos indicados para cerea^

les, arbolado y para la viña, planta que tiene cierta pre-

dileccion por este suelo, segun ya advirtió D. Simon cie

Rojas Clemente en su famoso Ensayo.

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3i4 GEOLOGiA AGRiCOLA

En España puede decirse que todas las regiones ocu-padas por los terrenos silGrico y devónico ofrecen tier-

ras de esta categorfa, las cuales merecen, sobre todo en

Extremadura, el nombre muy significativo de tierra de

barros, cuya fertilidad es notoria.

Cuando al elemento pizarroso se agrega el silíceo de

la euarcita y de los conglomerados feldespático-cuar-

zosos que tanto abundan en el indicado terreno silúri-

co, y áun en el devónico y en el carbonífero, la tierra

vegetal, como es consiguiente, participa del carácter de

estas rocas, las cuales modifican en sentido favorable

sus candiciones de fertilidad, particularmente para lascereales y para los encinares, que constituyen la verda-

dera riqueza del país, y en particular de Sierra Morena.

Sin embargo que estos materiales influyen de un mo-do muy directo en la produccion de la tierra, no equi-

vale ni con mucho su accion á la de la cal y de la mar-ga, sustancias que las provincias de Badajoz y Cáce-

res podrian procurarse á poca costa .de las limítrofes de

Ciudad-Real y Toledo, así como las de Leon y Zamo-

ra, donde aquellas abundan tambien, debieran valerse

del terreno terciario de Castilla la Vieja. Para animará los propietarios de tierras de barros á iiitroducir es-tos mejoramientos, bastará decirles que en aquellos pun-

tos, como en la Bretaña, donde esta práctica agrícola

se ha introducido desde hace cosa de un siglo, ha do-blado y triplicado el vaior de la propiedad rústica.

En AstGrias se ha generalizado mucho el encalado

de las tierras, sobre todo en donde el terreno carbonífe-

ro les comunica el carácter frio y húmedo de la descom-

posicion de las pizarras, siendo palpables los excelentes

resultados que de e5ta buena práctica se obtienen,

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE ^IERRAS 3 Y j

El segundo género de esta clase lo representa el sub-

suelo de arenisca cuarzosa, con suelo pedregoso ó ar-

cilloso-guíjarreño, resultado natural de la estnlctura ycomposicion de las areniscas, de cuya descomposicion

resultan dichas tierras. Aunque en todos los grandes

períodos geológicos existen rocas de esta naturaleza,

no obstante, se distinguen por lo comun las paleozóicas

de las secundarias y terciarias, en que aquellas no sólo

son más duras y compactas, sino que el cemento es si-

líceo tambien, al paso que la materia unitiva de las

otras es caliza, arcillosa ó de marga, lo cual influye de

una manera tan eficaz en las cualidades de las tierras,

producto de su descomposicíon, que míentras las lela-

cionadas con los terreros antiguos son por regla gene-

ral estériles, ó punto ménos, por la gran permeabilidad

del suelo y la casi absoluta impermeabilidad del sub-

suelo , las enclavadas en los horizontes secundarios

y tercíarios suelen ser feraces y de excelentes produc-

tos. En la Península tenemos ejemplos evidentes de lo

que acaba de indicarse, pues si las tierras de Valdepe-

ñas dan excelentes vinos y otras cosechas no ménos ri-

cas, repitiéndose el mismo hecho en las faldas de 5ier^

ra-Espadan, en Almedijar y Castelnovo, cuyas uvas go-

zan de justa fama, y en casi todos aquellos puntos donde

la tierra procede de la alteracion del rodeno triásico; en

las procedentes de las areniscas duras y compactas del

carbonífero, devónico y silúrico las cosechas son esca-

sas. Cierto es que á la fertilidad de las tierras triásicas

contribuyen muy eficazmente las arcillas irisadas que

casi siempre acompañan al rodeno; pero la diferencia

principal de este suelo, comparado con el de las arenis-

cas antiguas, consiste en la naturaleza arcillosa que cou

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31G GROLOGIA AGRÍCOLA

frecuencia tiene el cemento, al cual se agrega la inter-

posicion de la mica, que sobre comunicar á la roca la

estructura pizarreña, más asequible al agua, suminis-tra al suelo los productos de la lenta descomposi-

cion químíca de aquella compleja sustancia mine-

ral. Otro tanto se observa en el terreno cretáceo, cuyaarenisca, blanca á veces (sauló y saldó en lemosin), ytambien de distintos colores, suele á menudo ser micá-

cea, y por ende pizarrosa y ménos consistente. A veces

el rodeno triásico es de cemento silíceo, y entonces su-

ministra idénticas condiciones á la tierra que las arenis-

cas paleozóicas, por cuyo suelo tiene cierta predileccionel pino, llamado tambien rodeno.

Cierra, por Gltimo, el cuadro de las tierras autócto-

nas ó de materiales procedentes de las capas inferiores,

la clase de subsuelos de rocas ó de productos de la des^composicion de las cristalinas. Entre estas tierras re-

presentan el primer género las de subsuelo granítico y

suelo simplemente de arcilla ó de 'arcilla y guijarros,

ambos á dos resultado de la aiteracion mecánica y de la

descomposicion química, no sólo del granito tipo for-

mado de cuarzo, feldespato y mica, sino del degenera-

do y abortado, y tambien de los pórfidos, sobre todo

del llamado feldespático: los pórfidos magnésicos, tales

como la diorita, anfibolita, etc„ dan mejores productos

á la tierra vegetal.

Los granitos y pórfldos que se descomponen con fa-

cilidad se convierten bajo la influencia del ácido carbó-

nico de la atmósfera (véase pál;. 45) en una sustancia

blanquecina, que es el kaolin ó tíerra de poreelana, ver-

dadera metambrfosis del feldespato y matriz de las ar-

cillas; algo de cuarzo, que no se altera fácilmente, y mi^

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CLASINICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 31^

ca. La composicion media de los granitos se halla re-

presentada del modo siguiente:

5ílice .................................. ^2,30

Alúmina .. ............................. 15,30Alcalis ............. .......... ......... 7+40Cal, magnesia y óxido de hierro. . . . . . . . . .. 3+3°Agua, ácido fluórico ... . . .. . . . ... . ... . . . .. I,Io

Total . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . I oo, o0

Cuando estas rocas ceden pronto á los agentes exte-

riores resultali tierras de suelo arcilloso, húmedas y

frias, y de subsuelo de granito ó pbrfido ménos alterado;

pero si resisten más á la accion química, la destruccion

mecánica, determinada sobre todo por los cambios

bruscos de temperatura y las alternativas de sequedad

y humedad, producen suelos arcillosos y pedregosos,

los cuales en una misma region y á distancias cortas

pasan insensiblemente á los anteriores, y viceversa. Pero

de todos modos, y aunque ]os arcillo-pedregosos porsu higroscopicidad y por conservar mejor los abonos

sean algo mejores, siempre resultan tierras pobres, prí-

mero, por la falta del elemento calizo; segundo, por el

poco fondo del suelo; tercero, por la irnpermeabilidad

del subsuelo, y cuarto, por ser deínasiado húmedas, y

de consiguiente frias. Como en las anteriores, el mejo-

ramiento calizo y de mafga puede aumentar algun tan-

to la fertilidad de estos suelos, qtte nunca es grande.

Estas tierras son propias de todas las regiones de lapenínsula octtpadas por el graníto y demas rocas cris-

talinas, tales como la mayor parte de Galicia, Zamora,

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31ó GEOLOGiA AGRECOLA

Leon, Salamanca, Avila, Cordillera Carpetana, Sierra

Morena, etc. (Véase el Mapa Gcológico.)

El carácter general del cultivo en dichas regiones con-siste en praderas y arbolado, distinguiéndose entre los

árboles los pinos, las encinas, y sobre todo el nogal, que

parece manifestar una especie de predileccion por el ter•

reno granítico. Entre las cereales, las más comunes y que

se avienen mejor, son el centeno y el alforfon; en ciertospuntos donde la pendiente y la exposicion corrígen hasta

cierto punto las desventajosas condiciones de estas tier-

ras, tambien prosperan la cebada y el trigo.El segundo género de la clase que estamos exami-

nando es la de subsuelo de micacita ó de pizarra micá-

cea y cuarzosa, con suelo guijoso ó arcillo-pedregoso;

tierras tan pobres como las anteriores, por regla general,

y en las cuales sólo se dan bien el centeno, la avena, el

alforfon y la patata. Sin embargo, sus cualidades va-

rian algun tanto segun el elemento dominante, pues la

mica en su descomposicion sumiñistra más arcilla y

mayor número de elementos minerales útiles para el

desarrollo de los vegetales, mientras que el predomínío

del cuarzo se refleja en los resultados de la altera-

cion mecánica de la roca, suministrando suelos esen-

cialmente arenoso-guijarreños, secos y estériles por

sí; defectos que sólo corrige hasta cierto punto la irnper-

meabilidad del subsuelo, comunicándole cierto grado de

humedad y frescura.

Estos suelos no sólo conservan con los anteriores Ias

mismas relaciones que las rocas de que proceden entre

sí, sino que pasan insensiblemente de los arenoso-pe-

dregosos á los arcillosos, ofreciendo una fertilidad ma-

yor, siquiera siempre escasa, aquellos que ocupan el

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE TIERRAS 31(^

término medio entre los límites de la série que son por

todo extremo pobres.

Por rnás que las rocas volcánicas figuren en las cla-siñcaciones geognóstica.s en un grupo aparte y distinto

de las cristalinas, por la suma de caractéres que las se-

paran, sin embargo, aquí se incluyen en la clase de

subsuelo de rocas cristalinas, siquiera formen el último

género, sin duda por no multiplicar el autor el númerode clases.

Estas rocas, ni se descomponen todas con igual faci-

lidad, IIi suministran igual suma de materiales por la

descomposicion, siéndo distinto hasta el estado mole-

cular de los detritus. Así, por ejemplo, la obsidiana y

las traquitas resisten más á la accion de los agentes

exteriores, y dan á menudo materiales fragmentosos,

secos y casi desprovistos de vegetacion, seguu vi en

1852 en la isla de L ipari, una de las localidades clásicas

del mundo, sobre todo como yacimiento de la obsidia-

na, bien llamada por r.ierto, vidrio volcánico, Allí mis-

mo esta tierra árida y sin planta alguna, á no ser algun

musgo ó liquen, contrasta con la espléndida y exube-

rante vegetacion del suelo donde se cultiva la famosa

pasa de Corinto en las parras pequeñas llamadas pér-

golas, y la célebre malvasía de Strombolí y cuantos ve-

getales quiere el hombre introducir y aclimatar. En to-

das aquellas islas, en el Etna, en él Vesubio y en las

restantes regiones volcánicas donde las condiciones lo-

cales ayudan, la tierra ostenta los más abundantes y

exquisitos frutos, en cuyo caso esta resulta de la des-

composicion del basalto, de la lava moderna, de las

tobas volcánicas, de la pozuolana y de las arenas y ce-

nizas procedentes de aquellas dos rocas. La descam-

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320 GEOLOG{A AGRfCOLA

posicion unas veces da tan sólo productos arcillosos,

como sucede en general con la del basalto, pero otras

suministra tambien materíalea fragmentosos, lo cual im-prime al suelo y subsuelo un carácter algun tanto dis-

tinto, que se refleja en la predileccion de estas b de las

otras plantas. Así se observa que en las tierras volcáni-cas ligeras, por efecto de la interposicion de algun ele-

mento arenoso ó detrítico, prospera de preferencia la

vid, si las condiciones climatérícas ayudan, cuyos pro-

ductos son sobre toda ponderacion excelentes; tambien

se dan bien todos los árboles que llegan á adquirir di-

mensiones colosales, como, por ejemplo, el famoso cas-

taño del Etna, llamado de cetato cavalli, por colocarse al-

rededor de su copa hasta ioo caballos. Encina he visto

en Sierra Morena quizás aGn mayor, síquíera el terreno

sea de pizarras y cuarcita. Si las tierras volcánicas son

arcillosas ó arcilloso-detríticas, pueden llamarse trigue-

ras por excelencia; dándose tambien en ellas, y perfec-

tamente, toda clase de legumbres, las plantas forraje-

ras, el algodon y muchas otras.

^ Cuando estas tíerras se ríegan, bien puede asegurar-

se que no tienen rival, consistiendo su exuberante fer-

tilidad en lo complejo de si^ naturaleza y en las varia-

das sustancias que la descomposicion proporciona, se-gun demuestra el análisis de alguna de estas rocas. En

ellas se encuentra la sílice libre y combinada, la alúmi-

na, la magnesia, potasa, sosa, óxído de híerro, agua,

carbonato de cal, etc. A mas de esto no es raro encon-

trar en los terrenos volcánicos varias sales amoniaca-

les que aumentan su fertilidad, á la que concurre tam-

bien y de un modo muy eficaz, la coloracion oscura y

hasta completamente negra que suelen afectar dichas

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CLASIFICACION Y DESCRIPCION DE ?IERRAS 32I

tierras que por esto mismo se llaman negrizales en la

1Vlancha Baja.

Por desgracia no abundan estas tierras en nuestro

suelo, reducidas á los tres 6 cuatro centros volcánicos

de Almagro, Cabo de Gata, Hellin, Olot y Castellfollit,

y por último, á las islas Columbretes, en cuya última

localidad he visto una vegetacion espontánea, pobre ó

escasa si se quiere en cuanto al número de sus repre-

sentantes, pero de un desarrollo verdaderamente ex-

traordinario. Los torreros del faro que se estaba cons-

truyendo cuando fuí á la isla mayor, verdadero proto-tipo de cráter volcánico, decian que las plantas de re-

creo, hortalizas y demas que habian sembrado, mate-

rialmente se las veia crecer.

Si terminada la descripcion de las tierras segull los

fundamentos verdaderamente geológico-agrícolas, en

armonía con la especial índole que hemos creido dar á

la obra, quisiera el lector sin fatigar en demasfa la

memoria, sintetizar en su mente el carácter del suelo

en las diferentes comarcas de la península, fácilmente

puede conseguirlo dando un vistazo al Mapa gcológico

adjunto, y recordando la composicion de los diferentes

terrenos y lo que acerca del orígen del suelo vegetal

dijimos en el capítulo a.° Mas con el fin de allanarle

el camino, vamos á resumir en breves frases cuanto á

este propósito sea conducente. Bajo el punto de vista

agrícola, la geolagía patria puede dividirse en dos gran-

des y desiguales grupos, á saber: de una parte todas

las formaciones que corresponden al terreno ó período

cuaternario, y de otra los llamados terciarios, secunda-

rios, primarios y cristalino-volcánicos. Los materiales

del cuaternario, si se excepttla la formacion de la tur-

2I

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322 G^:OLOGIA AGRICOLA

ba, que es locaf, todos son de acarreo antiguo 6 mo-derno, y como el depósito más superficial representa el

suelo y subsuelo agrícola, de aquí el que las tierras

participen tambien de este carácter ó que sean inde-pendientes y de trasporte, sin guardar relacion alguiia

con la composicion y estructiira geológica de la comar-

ca, á no ser con las montañas y demas accidentes oro-

gráficos que forman los linderos naturales de ésta. Sblo

entre ellas merecen el nombre de locales ó autóctonas

las turbosas con su sello especial, por efecto del proce-

dimiento que la naturaleza pone en juego para esta

formacion. Advirtiendo, sin embargo, que cuando la

turba se encuentra en los alfaques 6 en la embocadurade los grandes ríos, como sucede en el Ebro y en el

G^iadalquivir, las tierras participan á la vez de un ca-

rácter mixto, pues si por un lado son propias de la ]o-

calidad, por otro, depositándose los materiales más tér-

reos acarreados por Ias aguas dulces y rechazados por

la accion del mar, claro es que ^mezclándose con la

turba los detritus acaxreados de toda la cuenca,dan

orígen á un suelo mixto que goza por esto mismo de las

mejores candiciones agrícolas, si el hombre, atentn ásus propios intereses, las sanea y mejora por alguno de

los medios más arriba indicados.

Pero prescindiendo de estos suelos especiales, si-quiera por otras razones muy atendibles figuren en la

clasificacion adoptada entre los autbctonos, y fijandopor un momento la aténcion en los generales ó inde-

pendientes, su situacion será la misma que la del de-pósito llamado diiuvium y aluviones modernos, sobretodo, en los puntos donde éstos adquieren un desar-

rollo tal, que permite considerarlos como verdadero

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CGASIFICACION Y DB5CRIPCION DE TIERRAS 3z3

t

fundamento del suelo y subsuelo. Ahora bieu; como la

formacion diluvial se halla casi siempre relacionada conlos grandes rios ó cuencas, 1•ellenando á veces vastas

Ilanuras en otro tiempo ocupadas por las aguas dulces

ó saladas, de aquí el que no se necesiten más antece-

dentes para saber dónde habrán de encontrarse la ma-yor parte de las tierras de traspol•te ó independientes.

Ni tampoco será difícil comprender que ]as coluarcas

ocupadas por aquella forlnacion y por estas tierras sean

las más fértiles y pobladas, tanto por lo complejo de lacomposicion mineral del suelo, cuanto por recorrerlas

las grandes vías fluviales, despues de haber terraplenadoy de allanar las aguas con los materiales de tl-asporte

los accidentes orográficos que antes las caracterizaban,

facilitando de este modo las comunicaciones terrestres,otro de los ulás eficaces factores que determinan la

densidad de poblacion en los países. I.as vegas de Cór-

doba, Sevilla, Granada, Gaudía, Valencia, I3arcelona,

Zaragoza, Logroño, etc., y los alrededores de Madrid,

Aranjuez, Toledo, Teruel, Valladolid y todos aquellos

centros de produccion que se hallan en grandes llanu-

ras y en mesetas ocugadas por la forulacion diluvial,

marcada en el mapa con puntos negros y por los alu-

víones modernos en lilanco á lo largo de los rios prin-

cipales, son excelentes ejemplos de lo que acaba de in-

dicarse.

En cuanto á las tierras locales 6 autóctonas, recor-dando que son consecuencia de la alteracion mecánit;a

y de la descomposicion química de las rocas casi en el

lugar mismo que ocupan, claro es que habrán de rela-

cionarse con los terrenos ígneas ó de sedimento, cuyos

materiales no hayan sido trasportados á largas distan-

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32^ GEOLOGÍA AGRÍCOLA

c^as, y de consiguiente, figurarán lejos de las arterias

principales y secundarias de las grandes cuencas, y en

donde predominen, por decirlo así, los accídentes oro-

gráficos. Circunstancia es esta que ímprime el sello es-

pecial que caracteriza á estas tierras, siempre en armo-

nía con los materiales que representan la composiciongeognóstica del lugar ó region donde las examinemos;

y como ésta varfa tanto en España, de aquf la extre-mada díversidad de suelos locales; y si á elto se agre-

ga el carácter tan vario de las condiciones climatológi-cas que en cada comarca se advierte, tendremos los da-

tos necesarios para juzgar del singular aspecto agrícoladel país, y de sus múltiples y valiosos productos.

Poner á contribucion tantos y tan preciados datos,

geolbgicos estos,, topográfico-climatológicos aquellos,

y relacionarlos discretamente con la índole especial delos frutos de nuestro rico y preciado suelo, y hasta con

las diversas prácticas agrfcolas en uso en las diferentes

comarca.s, ser'ia tarea por demas útil á la par que grata,

que podria y debe en rigor llevar á feliz término el

ílustrado cuerpo de Ingenieros agrónomos, contando

siempre con el eficaz auxilio del actual ministro de Fo-

mento Sr. Conde de Toreno, y del celoso Director de

Agricultura D. José Cárdenas, á quienes por fortuna

tanto preocupan cuantas cuestiones se relacionan con

el bienestar y prosperidad del país. Entonces sabriamos

darnos razon del por qué de esas circunscripciones agrí-

colas llamadas Alcarria, Serena, Tierra de Barros, Tier-

ra de Campos, etc., y de las especiales condiciones que

ofrecen sus respectivos productos agrícolas.