capítulo 2: cambios demográficos en la nueva ruralidad española · 2009-03-03 · capítulo 2:...

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Capítulo 2: Cambios demográficos en la nueva ruralidad española Benjamín García Sanz * ' Profesor de Sociología Rural. Facultad de CC.PP. y Sociología. Universidad Complu- tense de Madrid.

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Capítulo 2: Cambios demográficosen la nueva ruralidad española

Benjamín García Sanz *

' Profesor de Sociología Rural. Facultad de CC.PP. y Sociología. Universidad Complu-tense de Madrid.

INTRODUCCIÓN

En este trabajo me marco dos objetivos, el primero pretendesituar la demografía del mundo rural en el contexto de la evolucióndemográfica de nuestro país, y en el segundo pretendo desarrollarlos nuevos procesos que definen el presente y el futuro de estasociedad.

Cuando hablo de lo rural no me refiero solamente al medio rural,sino sobre todo a la sociedad rural. Creo que lo rural es algo másque un medio, es algo más que un espacio. Aunque esta discusiónno forma parte de esta reflexión dejo apuntada la idea de que elmundo rural es una realidad compleja en la que convergen al menosestas tres perspectivas: una forma de hábitat, que viene delimitadapor lo "pequeño"; una forma de ocupación que está evolucionandodesde la agricultura hacia unas formas más diversas y más ampliasde actividad; unas formas de relación en las que juega un protago-nismo especial la familia o el clan familiar y el conocimiento mutuode la gente; y, por supuesto, unas características culturales muyespecíficas en las que convergen valores y comportamientos decorte tradicional con otros propios de las sociedades modernasavanzadas.

En esta breve reflexión voy a tratar de sintetizar los nuevos pro-cesos o nuevas corrientes demográficas que se dan en el mundorural, completando mi reflexión resaltando el papel que juegan losjóvenes en estos procesos.

En cuanto a la trayectoria demográfica de los pueblos ruralesvoy a hacer dos tipos de comentarios: unos, que recogen las conse-cuencias distorsionantes del comportamiento demográfico del pasa-do sobre la demografía del mundo rural; y otros, que se refieren alpresente y al futuro de la población rural. Unos y otros dan, a mientender, la clave para entender el presente y el futuro de la socie-dad rural.

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2. CLAVES PARA ENTENDER EL MOMENTO ACTUALDEL MUNDO RURAL

Hay una amplia bibliografía que ha estudiado los cambios demo-gráficos del mundo rural desde los años cincuenta, momento en elque se inicia la salida de gentes desde el mundo rural hacia el urba-no, hasta los años ochenta (GARCÍA BARBANCHO, 1976 y 1975;PÉREZ-DÍAZ, V., 1969, 1972 y 1977; RODRÍGUEZ OSUNA,1985; DE MIGUEL, A., 1977 y 1987; GARCÍA SANZ, B., 1984,1992, 1994, 1998 y 1999). En todos estos trabajo se insiste de unamanera o de otra en la fuerte distorsión demográfica de la poblaciónrural que tiene; entre otras, las siguientes manifestaciones:

1. La primera, es el gran vaciamiento demográfico de nuestrospueblos rurales, que en un período de unos cuarenta años,aproximadamente, se han reducido en un 40% o más. Duran-te este período el mundo rural perdió unos cinco millones depersonas, muchas de ellas jóvenes, pasando de unos 12millones a poco más de 7 millones'. En algunas zonas, comoen el interior, la crisis fue mayor, afectando al 50%, pero enotras, como el rural periurbano, o en la zona mediterránea,las islas y el Norte las pérdidas fuéron bastante menores. EnGalicia la emigración rural supuso una caída de126%.El fenómeno de la emigración rural es un hecho que hemosasumido y que lo hemos integrado ya como un elemento másde nuestro desarrollo. El mundo rural había llegado a unaespecie de saturación demográfica, cuya única salida era laemigración. Se marcharon primero los que vivían en unasituación de miseria y de precariedad económica, para darpaso, posteriormente, a la salida del grupo de los agriculto-res, que poseían agriculturas totalmente insuficientes. Unos yotros abandonan el mundo rural ante la falta de perspectivaseconómicas que les ofrecía este medio y atraídos por los nue-vos vientos que corrian en la ciudad que ofrecían a los quellegaban trabajo y salarios mucho más altos que los que sepagaban en los pueblos.

^ Este sería el dato, considerando como población rural la que reside en entidades depoblación menores de 2.000 habitantes; si ampliamos el concepto de ruralidad hasta los 10.000habitantes se duplicaría, en uno y en otro caso, la población.

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2. La segunda gran distorsión fue las consecuencias demográfi-cas que produjo este hecho: se aceleró el proceso de envejeci-miento, que en las poblaciones urbanas siguió un ritmomucho más lento, y se descompensó la relación entre géneros.España se ha envejecido de forma acelerada, pero el enveje-cimiento en el mundo rural supera en ocho o en diez puntoslas medias nacionales 2.Si el porcentaje de mayores es actualmente en España delorden del 16%, en muchos núcleos rurales supera el 25 ó el30%. Este es un hecho que hay que tener en cuenta. De los6,2 millones de personas mayores que había en nuestro país,según el Padrón de 1996, cerca de 2 millones residen en elmundo rural, lo que viene a significaz en torno al 31% deltotal del colectivo de personas mayores.Como es lógico, el fenómeno del envejecimiento ha incididode forma muy desigual en las diferentes regiones o comuni-dades, estando afectadas cada una de ellas por estos tres fac-tores: emigración general, emigración campo/ciudad, y porel comportamiento de la natalidad/fecundidad. El resultado,según se desprende de la Tabla n° 2, ha sido la configuraciónde tres o de cuatro modelos diferentes de envejecimiento.Unas zonas muy envejecidas en las que concurren una fuerteemigración y una baja natalidad, tal es el caso de todo el inte-

TABLA II-1: Estructura por edades de la población en diferentesumbrales de ruralidad

x< 500 hab. 500<x<2000 2000<x<10.000 Total Nacional

< 15 años 10 13 17 16

De 16-64 años 59 63 „ 66 68

De 65 y más 31 24 17 16

Fuente: Padrón de 1996. Elaboración propia.

z Según el Censo de 1991, los porcentajes de envejecimiento eran: 12% en los municipiosurbanos, 18% en los de menos de 10.000 hab. y nada menos que 23% en los de menos de 2.000habitantes. Los datos del Padrón de 19961o único que hacen es acentuaz la aceleración del pro-ceso: 13% de personas de 65 años y más en los municipios urbanos (superiores a 10.000 habi-tantes); 20% por ciento en los de menos de 10.000 habitantes y nada menos que el 26%a en losmunicipios con menos de 2.000 habitantes.

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rior -Aragón, Castilla y León, Castilla-La Mancha y LaRioja- a las que se unen otras dos regiones más, una con unaemigración tradicional como Galicia y la otra afectada poruna fuerte crisis industrial como Asturias. El segundo mode-lo, considerado de envejecimiento moderado, es propio delrural ubicado en las zonas industriales. La emigración campociudad ha sido menor, como también se ha ralentizado lacaída de la natalidad; este segundo modelo afecta a Cataluña,Comunidad Valenciana, Navarra y País Vasco. El tercermodelo es propio de las zonas terciarizadas, zonas que man-tienen estructuras demográficas más equilibradas; este es elcaso de Baleares, Murcia y Canarias, a las que se une tam-

TABLA II-2: Porcentaje de personas de 65 años y más en los munici-

pios indicados

Población < 2.000 Población < 10.000

Andalucía 20 16

Aragón 30 26

Asturias 30 26

Baleares 23 18

Canazias 19 13

Cantabria 24 20

Castilla La Mancha 28 22

Castilla y León 29 26

Cataluña 23 18

C. Valenciana 23 18

Extremadura 23 20

Galicia 33 25

Madrid 18 13

Murcia 18 15

La Rioja 25 22

Navarra 24 18

País Vasco 21 16

Nacional 26 2^

Fuente.• Padrón de 1996.

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bién Madrid; esta última comunidad está evitando el procesode envejecimiento de su mundo rural merced a la llegada deuna población joven, que se asienta en estas poblaciones,aunque no tenga en ellas su lugar de trabajo. Completan elcuadro del envejecimiento rural otras dos Comunidades-Andalucía y Extremadura- que, aunque han tenido, comolas comunidades del primer grupo, fuertes procesos de emi-gración campo-ciudad, los han paliado con la pervivencia deunas tasas de natalidad más elevadas que la media.La emigración selectiva no sólo expulsó a los más jóvenessino también a un mayor número de mujeres que de hombres.La relación entre masculinización y ruralidad es directa, demodo que las poblaciones más rurales han estado sometidastambién a un proceso más intenso de masculinización. Ladescompensación entre géneros en el mundo rural es eviden-te. Si en el conjunto de la población española hay 96 varonespor cada 100 mujeres, en el mundo rural los hombres sonsiempre superiores en número a las mujere ŝ, alcanzandonada menos que 108 varones por cada 100 mujeres en lospueblos con menos de 500 habitantes. Por otro lado, a medi-da que los pueblos son más grandes, menos rurales, dismi-nuye la proporción de hombres y aumenta la de mujereshasta alcanzar un equilibro en los municipios entre 2.000 y10.000 habitantes (Tabla n° 3).Pero lo que más preocupa es la distorsión que afecta a lapoblación joven. Las Tablas n° 4 y 5 son suficientemente

TABLA II-3: [/arones por cada 100 mujeres en los diferentes estratosde población indicados

[^arones / Mujeres

Poblaciones < 500 hab 108

De 500 a 2.000 hab 102

De 2.000 a 10.000 99

Más de ]0.000 97

Capitales 91

Total 96

Fuente: Padrón 1996. Elaboración propia.

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ilustrativas de este hecho. La población masculina, compren-dida entre 15 y 44 años, que en el conjunto de la poblaciónespañola supera en un 2% a la femenina, en el mundo ruralamplía la diferencia hasta un 27%, en los pueblos inferioresa 500 habitantes, y entre un 14 y un 7%, en los pueblos rura-les medianos o grandes. Esto quiere decir que en las edadescentrales para contraer matrimonio, en muchos pueblos rura-les hay un déficit del 15 ó de120% de mujeres, y en los pue-blos pequeños un déficit aún mayor. Esto pone importantesdificultades paza que estos jóvenes puedan regularizar unavida normal de casados y obliga a tomaz una de estas tresopciones: buscar mujeres fuera del entorno rural, lo queresulta muy difícil por los inconvenientes que conlleva tras-ladazse a vivir a un medio que no se conoce 3; quedarse sol-teros, solución que toma' una parte de este colectivo, comomanifiestan las altas tasas de soltería de la población jovenrural, o emigrar, opción que todavía toma una parte impor-tante de este grupo de población.Una matización más de esta descompensación de la poblaciónrural por géneros aparece al analizaz la estructura del grupo deedad de los más jóvenes. En estos grupos, el mundo rural sigue

TABLA II-4: Varones por cada 100 mujeres en el grupo de edad de IS

a 44 años

Varones /Mujeres

Poblaciones < 500 hab 127

De 500 a 2.000 hab 114

De 2.000 a 10.000 107

Más de 10.000 101

Capitales 102

Total 102

Fuente: Padrón 1996. Elaboración propia.

3 Este es un tema que ha merecido un cierto vatamiento en la prensa por el carácter extra-ordinario que han tomado algunas opciones matrimoniales, como reclutar mujeres de países dehabla hispánica. La solución parece que no ha funcionado y los conflictos y desafecciones quese han creado no justi£can el riesgo de tomar una solución de esta naturaleza.

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TABLA II-5: [^arones por cada 100 mujeres en el grupo de edad de 20a 34 años

De 20 a 24 años De 25 a 29 años De 30 a 34 años

Poblaciones < 500 hab l 13 115 122

De 500 a 2.000 hab 107 ]09 112

De 2.000 a 10.000 ] 07 105 105

Más de 10.000 105 104 102

Capitales 103 101 96

Total 104 103 101

Fuente: Padrón 1996. Elaboración propia.

una tendencia inversa al mundo urbano. Mientras en las pobla-ciones urbanas la población masculina y femenina se igualan,o las mujeres superan ligeramente a los hombres, en el mundorural se invierte el proceso y los hombres siguen aumentandolas diferencias respecto a las mujeres. Este proceso se repite,más o menos, hasta alcanzar los 50 años, momento en el quela población masculina empieza a retroceder respecto a lafemenina. Aunque a partir de estos grupós de edad, las muje-res no superan en número a los hombres hasta que unos y otrosalcanzan la edad de 65 ó 70 años, sí se observa una tendenciamás acentuada a la disminución de la población masculina,como consecuencia del mayor impacto de la mortalidad.En este campo también se hace notar la componente territorialy las consecuencias de lo que apuntábamos anteriormente.Entre las zonas rarales más masculinizadas y las menos haynada menos que 15 puntos de diferencia, existiendo una grancorrelación entre emigración, envejecimiento y masculiniza-ción. Las zonas más afectadas por la emigración, como comen-tábamos anteriormente, están más envejecidas y también másmasculinizadas; la distorsión de estas tres variables es menor enlos espacios rurales en los que ha predominado una actividadmás industrial o más terciaria. Se aparta de esta lógica la Comu-nidad gallega en la que la emigración masculina ha superado ala femenina, lo que ha provocado una sobrefeminización de lapoblación rural. Pero teniendo en cuanta esta excepción, latónica general es que se dé una sobredosis de masculinización

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en las zonas rurales más agrarizadas y más envejecidas, y unpeso de los varones, relativamente algo menor, en las comuni-dades que han dependido menos de la actividad de este sector.Esta es una dificultad añadida que tienen las zonas agrarias paraencontrar sucesores en la explotación. A muchos jóvenes lesgustaría seguir siendo agricultores, pero hay razones de peso,que no se derivan exclusivamente de la naturaleza del trabajoagrario, que impiden tomar esta decisión. ^Cómo quedarse enel campo y optar por ser agricultor, si esta decisión implicamuchas veces el tener que aceptar también la condición de sol-tero? La respuesta suele ser la emigración o el abandono de laagricultura como actividad principal.

TABLA II-6: 1/arones por cada 100 mujeres. En los municipios con

menos de 2.000 hab.

De 20 a 24 años De 25 a 29 años De 30 a 34 años

Andalucía 108 111 116

Aragón 113 117 124

Asturias 116 124 133

Baleares ] 06 113 1 I 5

Canarias 109 107 109

Cantabria 1] 1 114 115

Castilla La Mancha I l l 116 122

Castilla y León 112 118 127

Cataluña 111 113 110

C. Valenciana ]08 110 109

Extremadura 109 1 I I 122

Galicia 108 114 116

Madrid 108 114 108

Murcia 107 119 125

La Rioja 115 115 128

Navarra 106 1 13 117

País Vasco 112 111 I 12 ,

Nacional 110 1] 4 119

Fuente: Padrón 1996.

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3. La tercera distorsión es la descompensación actual del creci-miento vegetativo. Como es obvio, la mortalidad ha crecidoextraordinariamente en el mundo rural y ha descendido lanatalidad, lo que está provocando un crecimiento vegetativomuy negativo. Que el crecimiento vegetativo del mundo rurales negativo no es nada extraño, puesto que esta es ya unaconstante de la población española. Según datos referidos a1995 (INE, 1997), la tasa de natalidad era del 9,27%0 (nacie-ron 363.469) y la de mortalidad del 8,83%0 (murieron346.227), lo que arrojaba una tasa casi imperceptible, el0,44%0, de crecimiento vegetativo (saldo positivo de 17.242personas por año). Estos datos nos llevan a la conclusión deque el peso del crecimiento de la población española actual yel de los próximos años, si es que se da, no dependerá delcrecimiento vegetativo, sino de la inmigración.Comportamiento de la natalidad, mortalidad y crecimientovegetativo son tres hechos que aparecen de forma inmediatacuando se analiza la demografía rural y su evolución. Sonhechos que no se pueden soslayar, aún cuando se introduzcaotro tipo de explicaciones más positivas como las quecomentaremos más adelante. El conjunto de la poblaciónrural arroja, en su conjunto, saldos de crecimiento demográ-fico negativos porque, independientemente de que en estosmomentos haya o no haya emigración, la diferencia entre losque nacen y los que mueren es muy negativa. Aunque notenemos datos precisos actualizados, las tasas de natalidad delos municipios rurales se sitúan entre e16 y 7%0, y las de mor-talidad entre el 11/14%0 (García Sanz, 1998). El crecimientovegetativo arroja un saldo negativo del 0,5 ó de10,6%0, acer-cándose peligrosamente al 1%o en muchos pueblos ruralesdel interior. Conviene tener en cuenta este hecho para evaluaren su justo término el alcance y la evolución de la demogra-fía rural. Según esto, la mayor parte de los pueblos ruralesdeberían tener un comportamiento demográfico negativo, sino concurrieran otros factores que pueden hacer cambiar elproceso. Más aún, puede darse el caso de pueblos rurales quepierdan población, pero su situación demográfica no es tannegativa como la que aventura el crecimiento vegetativo, por-que la población no se reduce en la proporción que señalanestos guarismos.

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3. PROCESOS Y TENDENCIAS ACTUALES DE LADEMOGRAFÍA EN EL MUNDO RURAL

En este apartado me propongo describir y enfatizar lo que yoentiendo son las claves demográficas del futuro de los pueblos rura-les. Comentaré, en primer lugar, los últimos datos que conocemospor la estadística demográfica más reciente (Padrón de 1996), paraaludir seguidamente a otros fenómenos, de carácter estrictamentedemográfico, como el tema de los retornados; o no estrictamentedemográfico, pero que están teniendo una enorme incidencia en lademografía rural, como la población flotante y el turismo rural.Todos ellos son hechos nuevos, que están configurando un nuevoconcepto de lo rural y abren nuevas perspectivas a la población resi-dente en este medio.

1. Respecto a las tendencias estrictamente demográficas de lapoblación rural se puede observar lo siguiente: ya no sepuede hablar de despoblamiento rural en los términos en losque se hacía hace unos años. Si el mundo rural sigue per-diendo población, no es porque emigre la gente, sino porqueeste medio ya no tiene suficientes recursos demográficosendógenos para mantenerse y mucho menos para recuperar-se. Más aún, si el mundo rural perdiese toda la población queresultase de su crecimiento vegetativo ^liferencia entre losque nacen y los que mueren- el despoblamiento sería muchomayor. Aunque en este campo es arriesgado establecermedias, parece que las pérdidas deberían aproximarse al unopor ciento anual, pérdidas que, en general, resultan excesivasen muchos núcleos rurales, incluso en las zonas que máspoblación rural pierden, como son las del interior. Pero vea-mos con algo más de detalle las cifras. En un reciente traba-jo (García Sanz, B., 1997) comentaba los datos referidos alas tendencias demográficas de los municipios rurales; enéste voy a analizar la demografía rural, pero desde un campodemográficamente más preciso, la entidad singular de pobla-ción. Conviene recordar que no es lo mismo hablar de muni-cipios, cuyo número se eleva a 8.097, que de entidades sin-gulares que en la actualidad son 61.198. EI municipio, comohe demostrado en otro trabajo (García Sanz, B. 1994) defineuna unidad territorial de carácter más que nada administrati-

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vo, mientras que la entidad se refiere a unidades demográfi-cas. Por este motivo, el análisis a partir de la entidad es siem-pre demográficamente más ajustado y más preciso.Si tomamos como punto de referencia los 10 últimos años,aparecen dos situaciones muy distintas, la de los pueblosrurales pequeños, con una demografía regresiva, dado quearrojan pérdidas anuales del orden de10,8%, y el de los pue-

^ blos rurales medianos y pequeños, que tienen un crecimien-to vegetativo ligeramente positivo. En cuanto a los munici-pios rurales pequeños, cabe señalar estos dos hechos; el pri-mero, que la disminución de la población en el conjunto deestos diez años no supera los saldos negativos que se derivandel crecimiento vegetativo; y segundo, que si se acorta elperíodo de la comparación, 1991 a 1996, la disminución dela población rural es proporcionalmente menor. De todo ellose deduce que estamos ante unos incipientes procesos deretorno de población al mundo rural que, aunque de momen-to no corrigen la tendencia hacia el vaciamiento de los pue-blos, al menos ralentizan el proceso. En cuanto a los munici-pios rurales medianos y grandes, pueblos comprendidosentre los 2.000 y los 10.000 habitantes, el resultado de lastendencias demográficas es claramente positivo, puesto quelos saldos son también positivos. Parece que estos pueblostienen una vitalidad demográfica que está por encima de laque se deduce estrictamente de la natalidad y de la mortali-dad. Son pueblos que por un lado tienen una estructurademográfica menos descompensada y por otro ofrecen unaatractivo mayor, por la infraestructura de servicios que pose-

TABLA II-7: Población rural en millones de habitantes por entidadessingulares

1986 1996 Diferencia Paxentaje/anual

x < 2.000 7,4 6,8 -0,6 -0,82.000< x<10.000 6,5 6,9 0,4 0,6x < 10.000 13,9 13,9 -0,3 -0,1Total nacional 38,4 39,7 1,3 0,3

Fuente: Padrón de 1986 y de 1996.

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en, para la vuelta de los que emigraron, o para seguir con-centrando a la población rural circundante.Esta es una visión general que admite muchas matizacionesy contrastes una vez que se desciende. a análisis de caráctermás microscópico, como el enfoque regional, provincial olocal. Hay espacios rurales en franca recuperación como losde las islas, el mediterráneo y el periurbano; en cambio, otrossiguen perdiendo población; es el caso del interior y unabuena parte de la cornisa cantábrica, aunque no lo hacen enla proporción de las décadas anteriores. Un ejemplo paradig-mático es la distinta evolución que en la actualidad estáteniendo la población rural de Castilla y León, que no termi-na de superar la crisis demográFica tradicional, y la de Casti-lla-La Mancha, que cuenta con un mundo rural demográfica-mente menos regresivo por su cercanía a Madrid. El procesode descentralización de la actividad industrial madrileña estácontribuyendo a que se recuperen pueblos rurales ubicadosen el corredor Madrid-Toledo, Madrid-Ciudad Real yMadrid-Guadalajara.

2. Si el mundo rural no se despuebla en los términos en los queapunta el crecimiento vegetativo es porque se empiezan . avislumbrar ciertos procesos de retorno, que palian, sólo enparte, esta tendencia. Este es un hecho que cada vez se gene-raliza más, si bien no todas las zonas presentan los mismosatractivos, ni tampoco todas las edades se enfrentan delmismo modo a este evento. El grupo de los RETORNADOS,es un grupo muy heterogéneo que puede incluir figuras tandispares como antiguos emigrantes, hijos de los pueblos, quevuelven a su tierra, una vez que han completado el ciclomigratorio, como nuevos residentes, que buscan en lo rural lapaz y la tranquilidad que no han encontrado en las ciudades;a ellos se unen los llamados emigrantes de retiro, que eligenun lugar rural para pasar su vejez; o nuevos inmigrantes quese establecen en el mundo rural en busca de un trabajo tem-porero y marginal, que no se cubre con la mano de obra delos trabajadores de la zona. Parece que en la actualidad elgrupo más importante, cuantitativamente hablando, es el delos prejubilados o el de los recientemente jubilados, en sumayoría hijos del pueblo, que emigraron en los años 50/60, y

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TABLA II-8: Población en entidades singulares con menos de 10.000hab.

1986 1996 Diferencia Pon°entaje

Andalucía 2.405.540 2.315.901 -89.369 -1,8

Aragón 476.628 438.248 -38.380 -8,1Asturias 551.529 488.261 -63.268 -I1,5

Baleares 361.718 374.722 13.004 3,6

Canarias 810.735 826.314 15.579 1,9

Cantabria 272.483 26L366 -I L117 -4,1

C. La Mancha 955.015 936.020 -18.995 -2,0

Castilla y León 1.361.494 1.241.731 -I 19.763 -8,8

Cataluña 1.427.510 1.502.240 74.730 5.2

C. Valenciana 1.009.198 1019.257 . 10.059 l,0

Extremadura 694.115 654.917 39.198 -5,6

Galicia 1.921.547 1.850.956 70.591 -3,7

Madrid 316.749 359.320 42.571 13,4

Mw^cia 49L202 515.892 24.690 5,0

La Rioja 1] 5.030 111.21 l -3.819 -3,3

Navarra 251.431 270.567 19.136 7,6

País Vasco 532.992 538.959 5.967 l,l

Nacional 13.954.916 13.705.882 -249.034 -1,8

Fuente: Padrón de 1986 y de 1996.

el de los nuevos residentes de la costa. Voy a comentar bre-vemente algunas notas de este proceso.

a) No todos los grupos de edad tienen la misma postura anteel retorno. Los jóvenes todavía son algo reticentes tantopara quedarse como para volver, aunque está cambiandola percepción que tienen de lo rural. Son los adultos losque en mayor medida protagonizan el evento del retorno;se trata de personas de 50/60 años, que abandonaron undía el mundo rural y que vuelven a él, después de habercausado baja en su trabajo, bien por jubilaciones antici-padas, o bien por la simple jubilación. El comportamien-

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to de la tercera edad es algo diferente; de momento sontambién algo más numerosos los que salen del mundorural que los que vuelven, debido a que muchos mayoresrurales tienen sus hijos fuera de la localidad y al hacersedependientes tienen que buscar el cobijo de los hijos.Todo esto puede cambiar, primero con los procesos deretomo que pueden contribuir al reagrupamiento de lasfamilias con sus mayores, y segundo con una nueva pla-nificación de los servicios sociales, que tenga en cuenta eldeseo de los mayores de no abandonar su localidad deorigen.

b) Otra matización viene deternŝnada por el género: en gene-ral han emigrado más mujeres que hombres y, también,vuelven menos mujeres que hombres. Las explicaciones

^ son de índole económica y culturaUsocial; de índole eco-nómica, puesto que los hombres han tenido más facilida-des para integrarse en el mercado de trabajo rural que lasmujeres; por ejemplo, han sido los hombres los sustitutosnaturales de la explotación familiar o los que han reprodu-cido la fuerza de trabajo de los cabezas de familia, con laúnica excepción de la agricultura de montaña que ha esta-do en manos de las mujeres; culturales/sociales, porque eljuego de los roles ha sido menos tolerante con las mujeresrurales que con los hombres. Este segundo factor es el quepuede seguir influyendo para que el retorno siga siendoselectivo con las mujeres.

3. Un tercer hecho importante para la demografía rural es lapresencia cada vez más numerosa de lo que he venido en lla-mar "POBLACIÓN FLOTANTE" (García Sanz, B., 1994b y1999). Este grupo está compuesto por ese conjunto de perso-nas que pasan los fines de semana y/o sus vacaciones en lospueblos rurales. Creo que hay que empezar a prestar muchaatención a este colectivo, no sólo por su importancia cuanti-tativa, sino también por las repercusiones que va a tener supresencia en la economía y en la cultura rural. Obviamenteno se trata de una población de hecho ni de derecho, pero estapoblación de alguna manera se está apropiando de alguna delas notas de la ruralidad. Es difícil cuantificar a esta pobla-ción y aún menos delimitar de forma precisa sus relaciones e

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intercambios con la población rural. En cuanto al número sepodría establecer una aproximación a través de la segundaresidencia. De un total de 3,4 millones de viviendas que hayen las entidades singulares de 2.000 habitantes, un 62% sonprincipales y el otro 38% secundarias. Esto da a entender queexiste una población numerosa de varios millones de perso-nas, al menos tres o cuatro, que aunque no residen habitual-mente en este medio, mantienen con él relaciones habitualesdurante dos o tres días a la semana, o durante las vacaciones.El fenómeno de la segunda residencia es especialmenteimportante en las provincias que limitan con las grandes ciu-dades, sobre todo Madrid y Barcelona, en la zona mediterrá-nea y en todo el interior.

4. Otro fenómeno demográfico de interés es el turismo rural,oferta atractiva para la gente que no tiene pueblo, y que quie-re mantener un cierto contacto con este medio. El mundo ruralen sí, y ciertos paisajes de extraordinario valor ecológico, estánsiendo un atractivo importante paza una masa de poblaciónurbana. A diferencia de la población flotante, que vive en con-tacto con la población rural, este grupo pretende acercarse alpaisaje rural y, sólo secundariamente, entrar en contacto con lavida de los pueblos. Según los dátos que recogen las diferen-tes guías turísticas, (García Sanz, B., 1998, 97) se contabiliza-ban entre 1.600 y 1.700 establecimientos de turismo rural, conuna media de 10 plazas por establecimiento; si se tiene encuenta el aprovechamiento de estas plazas, que puéde estar entorno a140%, podemos estaz hablando de una cifra de turistasrurales del orden de los 2,5 ó 3 millones de personas °. Estasvisitas tienen un claro componente estacional, siendo el vera-no, las vacaciones de Semana Santa y algunos puentes los díasque más demandas suscitan. Es otra manera de viajar, que vaa ir en aumento en los próximos años, si por fin nuestro país sedecide a explotar toda la riqueza aztística, artesanal y culinariade nuestro mundo rural.

5. Finalmente, está el grupo de los llamados neorrurales, fenó-meno protagonizado por gentes no arraigadas en el mundo

° García Bartolomé ha incrementado la oferta turística algo más, contabilizando más de2.000 establecimientos y más de 20.000 plazas.

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rural y que eligen esta forma de hábitat para el desarrollo desus actividades profesionales o de sus negocios. En estecampo concurren dos colectivos diametralmente opuestos odiferentes; los neorrurales que ofrecen una mano de obrabarata, necesaria por otro lado para las tareas de la recolec-ción, y que se circunscribe a zonas agrícolas muy determina-das (mediterráneo, agriculturas intensivas vinculadas a lahortofruticultura, viticultura, etc.) y los nuevos ejecutivosque, amparados en las nuevas tecnologías, hacen de los pue-blos, de algunos pueblos bien ubicados, el paraíso en el quetrabajan y pernoctan. En España ambos fenómenos son inci-pientes, pero pueden tener un cierto desarrollo en los próxi-mos años. La necesidad de mano de obra para los trabajos detemporada y otros motivos más de carácter ecológico puedenincrementar el atractivo de este medio.A pesar de este perfil positivo, hay que señalar que muchospueblos tendrán problemas para su recuperación demográfi-ca. Entiendo que sin una infraestructura mínima de equipa-mientos educativos, sanitarios y de servicios sociales serámuy difícil que estos procesos alcancen una cierta consisten-cia. Pero de momento los procesos y tendencias que he apun-tado son luces que, si cabe, lucen más en medio de las sobrasque dejó tras de sí la emigración.

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