capitulo 5 ei principio de beneficenciabiblio3.url.edu.gt/publiclg/lib/2009/etica/6.1.1.pdfed. de...

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'IL t:'rI CA GENEAAL DE LAS PROFE.S I ONES lECT URAS COMPlEMENT AR IAS CORTINA, A. (1996), "EI estatuto de la etica aplicada . Hermeneutica criti. ca de las act i vidades humanas", en: Isegoda 13 (1 996) 119.1 34. HAVE, H. TEN (1 994), "Principlism: A Western Eu ropean Appraisa l", in: DUBOSE, H Atv1El, O' CONNEll, eds. (1994), A Matter of Principles? Ferment in U.S. Bioethics. Valley Forge, Pennsilvania, Trinity Press, Pags. 101 - 120. HORTAl, A. (1999), "Sobre 10 que viene lIamandose etica aplicada", en: ALEMANY Y QUINz}. (eds.) (1999), Ciudad de los hombres. Ciudad de Dios. Homenaje a Alfonso Alvarez Bolado. Universidad Pontificia Comillas. Madrid, Pags. 77 · 90. ETICA DE LAS PROFES!ONES :.2 ., Capitulo 5 EI principio de beneficencia EI Oiccionario de la Real Academia Espanola de la Lengua, dice que "beneficencia" significa, en primer lugar, "virtud de hacer el bien" (" active goodness" segun un diccionario ingles). Pero cuanda en la farma carriente de hablar empleamas la palabra "beneficen- cia" so!emos referirnos mas a la otra acepcion que recoge e! mismo diccionario: "conjunto de instituciones y servicios beneficos". EJ Oiecionario Marfa Moliner del uso del espanol, baja la vaz "BENE - FICIAR" ("Favarecer", "Hacer el bien a ser buena para alguien a alga .. . "), inciuye tambien das acepciones de "BENEFICENClA": "Cualidad a actividad de la persana que ayuda can su dinero a can sus medias a atras que 10 neeesitan. Organizacion publica para la proteccion y auxilia de los desvalidos, can sus establecimientas de albergues, asistencia med i ca, etc." . La pa labra beneficencia y la invocacion del principia de bene- ficencia san frecuentes en etica apl icada, sobre todo en bioetica. Tanto la palabra coma el principio estan marcados por unas can· notaciones asistencialistas y paterna!istas que han sido 0 son mas prapias propias de las actividades y profesianes de ayuda. Esas connotaciones estan siendo objeto de cuestionamiento en la actua- lidad. Beneficencia pudo ser una palabra aprapiada para hablar de profesiones sanitarias 0 de po!itica social. No parece igualmente apropiado hablar del principia de beneficencia en profesiones coma las de arquitecto, juez, fantanera 0 bibliatecario. Sin embar· go tambien estos profesionales estan obligadas a "hacer bien" 10 que hacen; par ahi hay que empezar; esa es su principal manera de "hacer el bien" a quienes acuden a elias en busca de sus pres· taciones de bienes y serv icios profesionales. DE LAS ?ROFESIONES

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'IL t:'rICA GENEAAL DE LAS PROFE.S I ONES

lECTURAS COMPlEMENTARIAS

CORTINA, A. (1996), "EI estatuto de la etica aplicada. Hermeneutica criti. ca de las actividades humanas", en: Isegoda 13 (1996) 119.1 34.

HAVE, H. TEN (1 994), "Principlism: A Western European Appraisa l", in: DUBOSE, H Atv1El, O'CONNEll, eds. (1994), A Matter of Principles? Ferment in U.S. Bioethics. Valley Forge, Pennsilvania, Trinity Press, Pags. 101 -120.

HORTAl, A. (1999), "Sobre 10 que viene lIamandose etica aplicada", en: ALEMANY Y QUINz}. (eds.) (1999), Ciudad de los hombres. Ciudad de Dios. Homenaje a Alfonso Alvarez Bolado. Universidad Pontificia Comillas. Madrid, Pags. 77·90.

ETICA DE LAS PROFES!ONES

:.2

.,

Capitulo 5 EI principio de beneficen cia

EI Oiccionario de la Real Academia Espanola de la Lengua, dice que "beneficencia" significa, en primer lugar, "virtud de hacer el

bien" (" active goodness" segun un diccionario ingles). Pero cuanda en la farma carriente de hablar empleamas la palabra "beneficen­cia" so!emos referirnos mas a la otra acepcion que recoge e! mismo

diccionario: "conjunto de instituciones y servicios beneficos" . EJ

Oiecionario Marfa Moliner del uso del espanol, baja la vaz "BENE­FICIAR" ("Favarecer", "Hacer el bien a ser buena para alguien a alga .. . "), inciuye tambien das acepciones de "BENEFICENClA": "Cualidad a actividad de la persana que ayuda can su dinero a can sus medias a atras que 10 neeesitan. Organizacion publica para la proteccion y auxilia de los desvalidos, can sus establecimientas de albergues, asistencia medica, etc." .

La pa labra beneficencia y la invocacion del principia de bene­ficencia san frecuentes en etica apl icada, sobre todo en bioetica. Tanto la palabra coma el principio estan marcados por unas can· notaciones asistencialistas y paterna!istas que han sido 0 son mas

prapias propias de las actividades y profesianes de ayuda. Esas connotaciones estan siendo objeto de cuestionamiento en la actua­

l idad. Beneficenc ia pudo ser una palabra aprapiada para hablar de profesiones sanitarias 0 de po!itica social. No parece igualmente

apropiado hablar del principia de beneficencia en profesiones coma las de arquitecto, juez, fantanera 0 bibliatecario. Sin embar· go tambien estos profesionales estan obligadas a "hacer bien" 10 que hacen; par ahi hay que empezar; esa es su principal manera de "hacer el bien" a quienes acuden a elias en busca de sus pres· taciones de bienes y servicios profesionales.

tTIC~ DE LAS ?ROFESIONES

114 tTICA CENERAL DE LAS PROFES!ONES

EI principia de beneficencia suele ser el primero que se nom­bra en bioetica y en general en las eticas aplicadas. Sin embargo apenas ha sido objeto de un tratamiento detenido e independien­te de los otros principios. Casi siempre se habla de el para incidir a continuaci6n en el tema del paternalismo. Otras veces se trata de este principia para hablar del caracter obligatorio a voluntario de las aceiones beneficas que cabe lIevar a cabo en determinadas situaciones, 10 que situa el principia de beneficencia en las inme­diaciones del principia de justicia. A veces se integra el principia de beneficencia y el de no maleficencia en el principia de utilidad que establece la necesidad de sopesar y compensar los beneficios y perjuicios que se siguen de determinados cursos de acci6n. Pero como hemos dicho, se Ie presenta sabre todo como contrapuesto al principia de autonomia y origen del paternalismo. Paternalismo seria la beneficencia que no respeta la autonomia de las personas a las que se propane beneficiar. Nosotros hablaremos del paterna ­lismo despues de haber presentado separadamente los principios de beneficencia y de autonomia. Ahara nos toca empezar pregun­tandonos: lque es la beneficencia considerada en sf misma?

Para poner de manifiesto el alcance del principia de benefi­cencia en sus propios terminos, ademas de dejar para un segundo

momenta el tema del paternalismo y el tema del posible conflicto entre beneficencia y autonomia, hace falta liberar el principia de beneficencia del sesgo utilitarista can el que ha sido formulado y difundido, y presentarlo en terminos de las eticas del bien de rai­gambre aristotelica, que constituye -asilo pensamos- su contexto obvio. Esto permite ofrecer una formulaci6n del principia de bene­ficencia en terminos mas acordes con la etica de las profesiones,

de todas las profesiones, no 5610 de las profesiones de ayuda. D. Ross y W. Frankena son dos autores precursores de la for­

mulaci6n de los cuatro principios de la bioetica, entre elias el de beneficencia. En su libro La correcto y /0 buena (1' ed. de 1930) enumera D. Ross la beneficencia entre los "debe res" que todos los seres humanos consideran intuitivamente como obligatorios, al menos en una consideraci6n inicial (prima facie): fidelidad, repa­rar los danos, gratitud, justicia, beneficencia, perfeccionamiento propio y no maleficencia. D. Ross era deontologista. W. FRANKENA (1963) elabora una etica que en parte es utilitarista y se basa en el principia de beneficencia, y en parte es deontologista y se bas a en

ETICA DE LAS PROFES!ONES

EL Pxll .. I.:J.PIO Dr.: d~I'IEFICl:.I~<..l"" 1 1)

el principia de justicia. Segun D. GRACIA (1997) es a traves de Frankena como Ilegan a elaborar BEAUCHAMP Y CHILDRESS (1999; l' ed. de 1979) la sintesis de los cuatro principios de la bioetica que lIeg6 a convertirse en "canonica".

EI origen, a al menas uno de los origenes, de 10 que Ilegaron a ser los principios de la bioetica en los Estados Unidos esta en los trabajos de la aludida Camisi6n Nacianal para la pratecci6n de las sujetas humanos de investlgaci6n biomedica y conductual. En una segunda fase de los trabajos de dicha Comision, el grupo de exper­tos reunidas en Belmont buscaba establecer "unos principios eti­cos basicas", es decir, aquellos criterias generales que pudieran servir como base para justificar muchos de los preceptas eticos y valoraciones particulares de las acciones humanas". Tres de ellos

les paredan "particularmente relevantes para la etica de la experi­

mentacion can seres humanos: los principios de respeta a las per­sonas, de beneficencia y de justicia" (INFORME BELMONT, 2). Los par­ticipantes habian trabajada sabre un escrito de Karen Lebacqz; en un primer momento enunciaron y aceptaron los siguientes princi­

pios que aqui se recogen en un orden diferente:

1. respetar la autodeterminacion de las personas (autanom(a),

2. atender ala justicia distributiva (justicia a) 3. atender ala justicia compensatoria ("proteger al debil y pri­

vado de poder" (Toulmin): justicia b).

Los otros cuatro "principios" se entienden desde el trasfondo

de un calculo utilitarista de beneficios (ventajas) y danos (incon­venientes) tanto para las sujetos individuales que son objeto de la investigaci6n en cuestion como para otros individuos a grupos. Se formulan en estes terminos:

4. Beneficiar a los sujetos individuales que son objeto de la investigaci6n (beneficencia a)

5. Beneficiar a otras individuos y grupos presentes y futuros (beneficencia b);

6. Reducir al minima el dana a los sujetas individuales (no

maleficencia a); 7. Reducir al minima el dana que se pueda seguir ["conse­

quential harm"] para otros (no maleficencia b). UONSEN, 1998,

103)

ETICA 0::: LAS PROFESIO~I£S

110 ETICA (.;!:NEAAL DE LAS PROfESIONES

Estamos, como puede verse, ante un planteamiento consecuen­

c ial ista de l ca leulo de utilidad. "Beneficencia" parece entenderse como el abstracto que se usa para designar los "efectos beneficio-50S" de la accion (en este caso de la investigacion can sujetos humanos) que vaya a ser sometida a consideracion etica y que se juzga segun el caleu lo de los beneficios y danos que se supone que

reporta en primer lugar a los individuos que son objeto directo de dicha investigacion, pero ademas a otros individuos y grupos.' Eso si, se Ie anteponen los principios de autonomia (autodeterminacion de las personas) y de justicia, que tienen una matriz netamente deontologica.

Hacer bien una actividad y hacer el bien a otros mediante una

actividad bien hecha - esta seria la formu lacion que proponemos aqui del princip ia de beneficencia- es algo mas amplio, mas rico

y mas basico que este Gilculo utilitarista de las ventajas e incon­venientes, de los beneficios y darios que genera dicha actividad.

Si nos salimos del marco de las profesiones sani tarias 0 asisten­ciales cabe decir que el primer principia de toda etica profesional es hacer bien la actividad profesional, y eso es 10 primero y prin­cipal que se busca con dicha actividad: aleanzar y real izar el bien (el fin) 0 los bienes (los fines) a los que dicha actividad est" constitutivamente encaminada. Estamos ante un planteamiento

etico de matriz teleologica, pero aristotelica, es dec ir, no primaria ni exclusivamente consecuencialista como el del utilitarismo. En

este horizonte del hacer bien determinadas actividades en orden a aleanzar y proporcionar los bienes propios de dichas activida ­des es posible situar en un segundo momenta los beneficios y darios que puedan generarse, par ejemplo, de la investigacion can sujetos humanos, tanto para los sujetos investigados, como para terceros.

1. De hecho el INFORME BELMONT (pag. 3) abunda en esta terminoJogia: "E! grado de protecci6n que se Jes ofrece [a las personas que son 0 van a ser obje· to de investigaci6nJ deberia depender del riesgo que corren de sufrir dana y de la probabiJidad de obtener un beneficia". EI principio de beneficencia se in troduce diciendo: "Se trata a las personas de manera etica no s610 respetan­do sus decisiones y protegiendolas de dana, sino tambien esforzandose en asegurar su bienes!ar ... " Beneficencia se entiende como una combinaci6n complementaria de dos reglas basicas: "1. No causar ningun dana, y 2. Maximizar los beneficios posibles y disminuir los posibles daRos".

tTICA DE LAS PROfESIONES

EL ?RINCIPIO OE B£NEFIC~NC!A 11/

Aristoteles empezaba su Erica a Nie6maco diciendo que tad a activ idad, es decir, "Toda arte y toda investigacion, y del mismo

modo tada accion y eleccion, parecen tender a algun bien; por eso se ha dicho can razon que el bien es aquello a 10 que todas las cosas tienden . . . " (EN 1 094a 155) . EI fin de cada actividad es el

bien al que esta ordenada dicha actividad: cocinar es hacer comi ­

da, telefonear es hablar can alguien que esta lejos; un buen tele­

fono es el que sirve para comunicarse bien can los que estan lejos; bueno es el boligrafo que escribe bien ... Se trata siempre del bien practico y de 10 que contribuye positivamente a alcanzarlo; es el

bien que se lIega a realizar mediante la actividad humana y pasa a convertirse en bien humano. EI bien en sentido aristotelico no es

primariamente 10 que satisface un deseo, sino 10 que realiza un fin

y culmina una acci6n. EI criteria para juzgar la actividad y to do 10 que contribuye a

realizarla sirve tambien para juzgar a quien la hace. Un buen arte­

sana es el que hace casas que sirven pa ra aquello para 10 que se las utiliza; un buen estratega es el que alcanza la victoria; un buen docente es e! que ensena bien; ensenar bien es lograr que los

alumnos aprendan; y 10 mismo cabe decir de un buen electricis­ta, un buen terapeuta, un buen guardia de trafico 0 un buen actor, ete. Por otra parte, el que ha adquirido el habito de hacer bien

determinado tipo de actividades es quien, por 10 general , mejor

puede juzgar cuando estan bien hechas esas actividades. En una primera consideraci6n es buena cada actividad en la

medida en que alcanza el fin al que esta constitutivamente orde­nada . Hay actividades (poiesis, las llama Aristoteles) que consisten en hacer cosas; son las actividades productivas; el fin de esas acti·

vidades es el producto realizado que permanece ahi cuando la actividad ha cesado. Y hay tambien actividades cuyo fin es la misma actividad (praxis, en la terminologia aristotelica) como son

las actividades ludicas, artisticas, y el mismo vivir y convivir (las relaeiones de amistad a la participacion activa en la vida de la polis). Estima Aristoteles que los bienes que producimos y los ser­vicios que prestamos estan al servicio del vivir bien y actuar bien,

al servicio de estos 0 aquellos bienes-actividad de que consta la vida . Si construimos casas es para habitarlas, si hacemos muebles

y fabricamos utensilios es para utilizarlos, si se hacen programas

ETIe,; DE us PROfES!ONES

de televisi6n es para que sean vistos, si se escriben l ibros 0 se

guardan en una biblioteca es para que se lean, si se dan clases es para que los alumnos aprendan, etc.

La mera enumeraci6n de actividades y de sus correspondientes bienes nos hace ver que existe una pluralidad no 5610 de activi ­dades, sino tambien de bienes y de fines. EI bien se predica de

muchas, de multiples maneras; es contextual. Los criterios validos para decir que una casa es buena 0 esta bien construida no sirven

para decir que una sentencia es buena; los criterios para decir que alguien ha hecho una buena investigacion no son los mismos si se

trata de un polida que si se trata de un cientffico, etc. En todos los casos el calificativo "bueno, -a" significa que aquello a 10 que se aplica es recomendado en su orden de cosas; pero los criterios por los que se recomienda algo varfan en cada caso. No 5610 en cada

caso, tambien en diferentes contextos y en diferentes momentos.

No se requiere 10 mismo de una buena casa en el tr6pico que en Alasca. Tambien la historia, can los adelantos tecnicos y los cam­bios sociales y culturales, conlleva una forma variable de entender 10 que es el bien en cada caso, una buena actuac ion profesional.

No es 10 mismo hacer un buen diagnostico y terapia de enferme­dades cardiovasculares hoy que hace cien 0 doscientos anos; no se pJantean las mismas exigencias hoy que hace cincuenta arias a

quien puede ser alabado como buen fotografo. EI bien, los bienes 5610 adquieren significados precisos en los contextos de las acti­vidades que los tratan de obtener 0 realizar.

EI concepto de bien asoc iado al de fin de una actividad deja sin del imitar los bienes morales de los bienes premorales. Alguna distinci6n tendra que hacerse entre un buen martillo, una buena siesta y una buena accion, una accion mora lmente buena. Por una

parte el bien moral es un tipo mas de bienes. En alguna medida todo 10 que vamos diciendo acerca del caracter contextual de los

bienes vale para aplicarlo al bien moral; buenas son en sentido

moral aquellas acciones y personas que en cada caso son alaba­das en sentido moral y no meramente en sentido premoral. No se

trata de que alguien sea un buen saltador 0 un buen nadador; se

trata de que algu ien pueda ser alabado mora lmen te por acciones

que son buenas en senti do moral. Buenas en sentido moral son

aquellas acciones que se inscriben dentro de 10 que es una forma

tTICA DE LAS PROfESIONES

EL ?k .......... r'IO D", ......... . i'F'ICL. __ .. 779

de vida que puede ser aprobada como buena no 5610 en un aspec­to u otro sino como conjunto de una vida que merece ser vivida y alabada como profundamente humana. EI bien 5610 es moral en la

medida en que se integra, incorpora, forma parte del telos de la vida buena, valiosa y digna. Estaremos en condiciones de explici­

tar estas afirmaciones en terminos mas plausibles para los plante­amientos actuales cuando hayamos presentado el principia de

autonomfa. Pero ya podemos anticipar que buenas en sentido

moral son todas aquellas acciones hechas por personas que afec­

tan positivamente a personas. La multiplicidad de actividades lIeva a una necesidad de coor­

dinar unos fines can otros, y cuando la plena coordinaci6n no es posible, subordinar unos fines (0 bienes) a otros. Cuando un bien esta subordinado a otro bien, el bien superior es criteria para juz~

gar del bien subordinado. 5i los caballos se doman para utilizar­

los como caballerfa en las batallas -el ejemplo es de Arist6teles­una buena doma sera aquella que facilita la labor de la caballerfa

cuando entra en batalla; y esa labor estara a su vez subordinada a la estrategia que es el arte de utilizar los distintos elementos del arte miJitar para alcanzar la victoria. Una buena radiograffa 0 unos

buenos analisis clfnicos son aquellos que contribuyen a realizar

un buen diagn6stico, de la misma manera que el diagn6stico deberfa estar al servicio de la terapia y la terapia al servicio de la recuperaci6n de la salud -casas todas que, como sucede tantas veces en cuestiones de moral, pertenecen mas al orden de 10 dese­

able que al de 10 que con frecuencia ocurre. La concatenacion y subordinaci6n de unos bienes a otros lleva

a Arist6teles a la pregunta per un ultimo fin por el que tad a se hace, siendo asf que el ya no se hace per ningun f in ulterior, sino par sf mismo. Es un bien global que integra todos los bienes, un

fin supremo que se quiere per sf mismo y por el que todos los otres fines son queridos y buscados: la eudaimonfa que Arist6teles

define como vivir bien y actuar bien. EI bien moral particular 5610

10 es en la medida en que se integra 0 incorpora, forma parte del te/05 de la vida buena. Nada es verdaderamente bueno, etica­

mente bueno, si solo es bueno en un aspecto restri ngido, si se

absolutiza y afsla del bien supremo, si no se inscribe en un pro­

yecto de vida buena y encuentra en el su lugar apropiado. Lo que

ETIe;.. DE LAS PRO f2SIOX£S f").. 0 0

I~U ETICA GENERAL DE LAS PROfESIONES

ocurre es que este bien supremo, esta vida plenamente realizada

en la que cualquier bien ha de inscribirse e integrarse para poder ser considerado verdaderamente bueno es alga tan incuestionable en su designaci6n generica, como discutido cuando hay que determinar en que consiste en concreto. Arist6teles dice que todos estan de acuerdo en decir que ese {in supremo es la eudaimonfa;

pero que no hay acuerdo acerca de en que deb a consistir dicha eudaimonra: unos la ponen en una vida de placeres, otros en una vida dedicada a la obtenci6n de riqu'ezas, otros en la dedicaci6n a la vida activa (politica) y los honores que conlleva, y par fin otros en la vida dedicada a la teoria a contemplaci6n. "Bueno", dicen los 16gicos, es un predicado no saturable; nunca podra darse una

definici6n descriptiva exhaustiva de bueno. Y si esto puede decir­se de cada bien en su propio ambito y contexto, con mayor raz6n cabe afirmarlo del bien supremo de una vida plenamente buena, recomendable. Por eso, dice A. MACiNTYRE (1987,271), que "Ia vida buena para el hombre es la vida dedicada a buscar la vida buena para el hombre, y las virtudes necesarias para la busqueda son aquellas que nos capacitan para entender mas y mejor 10 que es la vida buena para el hombre".

EI criterio ultimo por 10 que hay que juzgar toda actuaci6n es por 10 que dicha actuaci6n y el bien que realiza contribuye a (0 es parte integrante del) vivir la vida en plenitud, no s610 cada uno para

si sino por, can y para los otros. Ese fin es buscado par si mismo y cualquier otro bien 10 es s610 en la medida en que es parte inte­

grante 0 contribuye a er. Desde ahi se puede y debe juzgar cLlal ­quier actividad por 10 que contribuye a dalia a la realizaci6n del bien supremo. En que consista en general yen concreto este bien

supremo es una cuesti6n permanentemente abierta. EI debate acer­ca de en que consiste la vida buena y cual es el papel de determi­

nados bienes (en general 0 en concreto) y su contribuci6n mas 0 menos integrada, mas 0 menos en conflicto con otros bienes supe­

riores, inferiores 0 paralelos ... es el tern a central del debate etico y

del vivir humano que s610 se va resolviendo parcialmente can la

acumulaci6n de sabiduria practica contrastada con la experiencia. Es normal que haya discrepancias y discusiones ace rca de que

grado y modo de ejercer la autoridad es buena que tenga un

padre; 0 si un medico debe preferir intervenciones quirurgicas a

ETICA DE LAS PROfESIONES

terapias mas lentas y menos traumaticas, d6nde estan los limites

que marcan a un abogado que casos debe aceptar y cuales no, si

quiere ejercer honestamente su profesi6n ... No se trata de inci­dencias eliminables, sino de un rasgo consustancial de los predi­cados eticos asociados al bien y de los fines basicos del vivir humano. Lo que Arist6teles dice de la eudaimonra (que todos estan de acuerdo en decir que ella es el fin supremo por el que todo es buscado, pero que no hay acuerdo acerca de en que deba consistir) eso mismo cabe afirmarlo de todo aquello que puede ser considerado como bien constitutivo de una vida digna y plena:

salud, libertad, justicia, amistad, seguridad, solidaridad, amor ... Esa consustancial indeterminaci6n del bien, que s610 la expe­

riencia va dilucidando, Ileva mediante la tipificaci6n y habitua­cion de situaciones, acciones y valoraciones a una sedimentaci6n

de la experiencia en costumbres, habitos, reglas, normas y princi­pios. Las reglas y normas sue len conectar determinados tipos de actuaciones Ilevadas a cabo en determinado tipo de situaciones con determ inado tipo de valoraciones y resultados. Kant pretendia

no s610 distinguir, sino separar radicalmente las reglas de la habi­lidad, los consejos de prudencia y los mandatos 0 leyes de la moralidad. Aqui proponemos relacionar e integrar los imperativos tecnicos y las consideraciones prudenciales en el marco de una

sabiduria moral practica que no se reduce al cumplimiento de norm as y deberes sino que plantea tanto sus propuestas optativas como sus ex igencias imperati vas en el horizonte de la aspiraci6n a una vida humana digna y plena. Y esta clase de te/os abierto,

esta clase de principia es el hombre. La habituaci6n y tipificaci6n de situaciones, actuaciones y valo­

raciones tiene lugar dentro del marco de la interacci6n social; eso ayuda a evitar tener que aprenderlo todo de primera mana. Eso ade­

mas sienta las bases de un valor fundamental de la vida humana: la reciprocidad y la igualdad, valores consustanciales de la vida social. Las mismas situaciones resueltas por el mismo tipo de actuaciones

y los mismos tipos de actores sociales merecen las mismas valora­

ciones morales. La etica de bienes esta, en principio, mas clarifica­

da e institucionalizada en unos ambitos de las actividades humanas

que en otros, y quienes viven y actuan (0 padecen) en elias, sa ben

mejor que otros 10 que merece ser aprobado y reprobado.

ETIe.:.. DE L.AS PEOFEsrm::::s

tnc. .!AAL ___ .S P~<.... ~~_.,JNES

Dedamos que cada profesi6n es ejercida con vistas a la con­

secuci6n de fines que forman parte del telos de la vida buena y contribuyen a configurarla. Cada etica aplicada desarrolla en su ambito una catalogaci6n de las situaciones, los temas, los conffic­tos y los modos de abordarlos y resolverlos que facilitan el traba­jo de tipificaci6n y captaci6n de 10 que esta en juego en la toma de decisiones acerca de los diferentes cursos de acci6n que esas situaciones ofrecen 0 presentan. En ocasiones apareceran ele­

mentos novedosos 0 incluso completamente ineditos que hasta ese momento no se conodan, no se hablan Ilegado a nombrar 0 a tomar en consideraci6n; pero cualquier novedad es percibida sobre un trasfondo de elementos conocidos, nombrados y tipifica ­dos. AI final, cada profesi6n tendra que plantearse 0 dejarse plan­tear la cuesti6n ace rca de su mejor 0 peor contribuci6n no 5610 a los fines espedficos propios de su actividad, sino a la vida huma­na en su conjunto y por cierto no en abstracto y de forma intem­poral, sino en las condiciones hist6ricas, materiales y sociales en las que se desarrolla la correspondiente actividad profesiona!.

Los fines y ambitos de la vida humana son multiples y variados y quienes se dedican a ellos pueden contribuir a un mejor hacer 10 que a todos favorece. EI profesional es profesional en la medi­da en que pertenece a un colectivo que IJprofesa" estar al servicio de un determinado bien que trata de conseguir por los medias tec­nicos, con los conocimientos cientfficos disponib!es, etc. AI abor­

dar los temas de una etica profesional -insistimos- 10 primero que hay que plantearse es la finalidad a cuyo servic io se supone que esta la actividad profesional en cuesti6n, que bienes se supone

que produce 0 intenta producir, que servicios presta 0 intenta prestar. EI ejercicio profesional de la medicina 10 que pretende es cuidar y restablecer la salud de las personas con arreg lo los sa be­res y tecnicas disponibles en un momento hist6rico determinado. EI fin del ejercicio profesional del juez es la adminlstrac i6n de jus­ticia conforme a las leyes; el fin del ejercicio profesional del abo­gado es el asesoramiento, defensa y representaci6n de la persona de su cliente en relaci6n con las leyes, los tribunales, la adminis­traci6n, etc. Y otro tanto cabe decir del conductor de autobus, de la secretaria, del arquitecto 0 del actor, aunque no siempre esten todos de acuerdo ace rca de en que consista el bien constitutivo de dichas actividades profesionales.

ETICA DE LAS PROFESIONES

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EI bien que se aJeanza 0 proporciona ejerciendo correctamen­te (bien) una determinada profesi6n constituye el primer criterio

para decir que actuaci6n profesional es buena, quien es un buen profesional, tanto en 10 que se refiere a su competencia profesio­nal como a su etica. ASl es como proponemos que se entienda el principio de "beneficencia". Actuar en beneficio de los destinata­rios de los servicios profesionales consiste en realizar bien 10 que busca hacer cada practica profesional: aJeanzar el bien 0 los bie­nes constitutivos que busca realizar y proporcionar dicha practica; "se es el modo propio, profesional, de hacer el bien a los que soli­citan 0 son destinatarios de las prestaciones profesionales.

Hacer bien las casas para hacer bien a las personas mediante

el ejercicio profesional conlleva ser competente, eficiente, dili ­gente y responsable en aquel lo que el profesional trae entre manos. La competencia requiere una preparaci6n inicial que faci ­li te la adquisici6n de los conocimientos te6ricos y practicos para saber que hacer y c6mo hacerlo; tras haber recibido la formaci6n inicial, el profesional tendra que mantenerse al dfa, actualizar sus

conocimientos, renovar los procedimientos que se van introdu­

ciendo en orden a alcanzar los fines que se propone aJeanzar su profesi6n. EI avance de los conocimientos y las mejoras tecnicas pueden hacer que una actuaci6n profesional que puede ser califi ­cada como buena y aceptab le hoy, no 10 sea dentro de unos anos al saber mejor a que atenerse 0 al haberse introducido innovacio­

nes que mejoran notablemente los procedimientos que hasta el momento venlan siendo aceptables a falta de otros mejores.

No cualquier bien ni cualquier fin que subjetivamente se pro­ponga el que lIeva a cabo una actividad profesional vale como cri­teria etico; se trata de los bienes 0 fines propios que constituyen la razon de ser de la actividad en cuesti6n . Las profesiones son

Ifpracticas" 0 pretenden hacer una aportacion funcional espedfi­

ca a algun tipo de "practicas", en el senti do que da a esta palabra A.MACINTYRE (1987, 233). Este autor distingue entre actividades y practicas. Actividades serlan cualquier cosa que hacen las perso­nas buscando cualquier tipo de fines. Practicas sedan aquellas

actividades cooperativas que persiguen 10 que este autor llama "b ienes intrfnsecosfl

• Bienes intrfnsecos son aquellos que pDr estar

constitutivamente ligados a una practica s610 pueden conseguirse

ejerciendo bien dicha practica.

£T : C;'. DE LAS PROfES :O~:~S

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Dinero, poder, prestigio, status se pueden conseguir de muchas

maneras. Pero construir casas con arreglo a los conocimientos cien­tfficos y las t,§Cnicas disponibles, y por 10 mismo con las garantfas

ex igibles en un momento dado, es algo que solo se puede hacer practicando competente y honestamente la arquitectura. Asesorar jurfdicamente a una persona 0 a una empresa, defender sus intere­

ses y derechos, representarla ante los tribunales, etc. es algo que solo se hace bien, ejerciendo con competencia y honestidad la abogada. Ampl iar los conocimientos cientfficos metodologicamen­te controlados en un area del saber es algo que solo se puede hacer investigando en dicha area. La arquitectura, la abogacfa, la investi ­gacion son practicas; como tambien 10 son otras muchas activida­des profesionales; 10 son, 0 estan estrechamente relacionadas con p"kticas. Por ejemplo, ser bibliotecario solo tiene ca"loter de prac­tica en la medida en que esta al servicio de la investigacion, de la docencia, 0 forma parte de la conservacion y difusion de la cul­tura, etc.

Las profesiones son practicas 0 pretenden hacer una aporta­cion funcional especffica a algun tipo de practicas. Las practicas, por ser actividades cooperativas recurrentes y relevantes para

muchos suelen estar ampliamente institucionalizadas. Las practi­cas necesitan institucionalizarse y al hacerlo neces itan ya la vez proporcionan bienes extrfnsecos como son el dinero, el poder, el prestigio 0 el status. La institucionalizacion del ejercicio profesio­nal requiere recursos economicos, requiere una cierta acumula ­

cion de poder, requiere un cierto prestigio, un cierto status y eso serfan bienes extrinsecos.

Tanto 105 bienes in trfnsecos como 105 extrinsecos son buenos y

necesarios, pero los segundos pueden corromper a los primeros

cuando se invierte la jerarqufa entre ellos. Empiezo jugando al aje­drez porque me gusta; jugar al ajedrez por el placer de jugar con otro que tambien juega bien, es un ejemplo de bien intrfnseco: solo se puede conseguir jugando bien al ajedrez. Pensemos que somos varios los que disfrutamos jugando al ajedrez. Compraremos mas tableros de ajedrez, fijaremos horarios, organizaremos torneos; con el tiempo si aumenta el numero de los aficionados al ajedrez necesitaremos loca les y tal vez fundemos un club de ajedrez. En ese club, entre partida y partida, nos tomaremos una copa, nos

ETICA DE LAS PROFESIONES

E:" P._ no c EnC!

sentaremos a charlar unos con otros ... Llegara un momento en que nuestros contactos en el club de ajedrez podran serv ir para pedir recomendaciones 0 hacer negocios ... En las relaciones sociales entre los miembros del club se haran presentes cuestiones de poder, prest igio, status, dinero ... Esas relaciones no tienen por que ser deshonestas, pero ya no son el puro bien intrfnseco de disfrutar

jugando al ajedrez. No hay que tener un concepto demoniaco ni del dinero, ni del

poder, del prestigio 0 del status. No son malos, son ambiguos ... Solo son demon facos ("perversos") cuando pervierten el orden jerarquico y ponen los bienes intrinsecos como pretexto para alcanzar bienes extrinsecos; en el ejemplo que estamos desarro­lIando Ilegaremos a un punto en el que en el club de ajedrez, el ajedrez sea 10 de men as; es un lugar soc ial de encuentro de per­

sonas de determinado nivel econom ico, soc ial y cul tural para ges­tionar sus contactos, su status, para esta r entre sf y tejer relac ion es

y traficar con in fluencias. Se exigira, por ejemplo, una cuota muy alta para que no vengan quienes no puedan 0 quieran pagarla,

aunque sean muy buenos jugadores de ajedrez. Aqui esUi la raiz ,dtima, no solo de las chapuzas y de la corrup­

cion, sino tambien del corporativismo profesional. Las profesiones entran en escena para estar al servicio de unos determinados

bienes intrinsecos que solo pueden conseguirse practicandolas debidamente. EI servicio permanente de esos bienes requiere y proporciona recursos economicos, institucionales, de poder, de status, de imagen. Existe continuamente el peligro de buscar ata­jos para obtener 0 acumula r bienes extrfnsecos, sin ponerlos al

servicio de los bienes intrfnsecos. Los intereses y la imagen (or­

porativa de la profesion, par ejemplo, se pone por encima del bien intrfnseco que se supone que es el que constitutivamente se trata

de realizar y proporcionar. EI bien intrinseco se pierde, se corrom­pe cuando se hacen trampas. Es posible conseguir bienes extrfn­secos sin participar en determ inadas practicas, 0 haciendo tram­pas en las que se lIevan a cabo. Un taller mecanico que hace repa­raciones innecesarias a los automoviles que les Ilevan a reparar 0

revisar, puede ganar mucho dinero, pero no es un buen taller. La trampa, incluso no descubierta, en el juego de ajedrez 0 en cua l­quier practica profesional (medica, juridica, investigadora, meca-

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ni'ca, etc.) hace que ninguna de esas practicas sea 10 que es y valga par 10 que vale, sino par los bienes extrinsecos que proporciona. La trampa fundamental que esta en la base de todas las trampas concretas consiste en poner los bienes intrinsecos al servicio de

los bienes extrinsecos. Hay bienes subordinados y bienes superiores. Hay bienes que

entran en conflicto con otras bienes y hay bienes que contribuyen a la mejor realizacion de esos otras bienes a a la mejor integra­cion de elias en un proyecto de vida que merece ser alabada como buena. Hay bienes que son escasos (sabre todo los bienes extrinsecos; no todos pueden ser mas ricos que los demas, ni mas

famosos, ni toda una. sociedad puede tener un status social ele­va do, ni todo perfume que anuncia la publicidad puede ser exclu­siva de una sola persona) y otros que consisten en ser comparti­dos y mejoran cuando son compartidos. No procede equiparar los bienes con los intereses.

No hace falta insistir en que el bien y 10 bueno, cuando se trata de ambitos concretos, son contextuales. Eso no significa que sean

relativos; los criterios par los' que se juzga a un buen ingeniera y par los que se juzga a un buen auditor de cuentas no son los mis­mos; pero eso no quiere decir que los criterios por los que se juz­

gan las actuaciones respectivas sean completamente relativos 0

arbitrarios. El bien en su contexto es objetivo; en toda actividad

profesional medianamente consolidada y reconocida existen cri­terios objetivos para distinguir una buena actuaci6n profesional de

una chapuza. Par eso el bien, al predicarse de casas tan diferen­tes en contextos tan diferentes, es un predicado anaJogo ... no sir­

ven los criterios par los que se establece quien es un buen aboga­do para alabar a un enfermero como bueno, ni viceversa; nj son

las mismas cualidades y servicios los que cabe esperar de un buen juez y de un buen trabajador social.

Y si nos referimos no ya solo a las buenas actuaciones profe­sionales, sino al bien etico, hay que decir que el bien es plurifor­me. Para [Iegar a ser una buena persona, un buen amigo, un buen

profesional a un buen ciudadano hay que empezar par recibir una buena crianza y una buena educaci6n. Los bienes no se consi­

guen solo can que cada uno los haga a los practique al margen de los demas. Los conseguimos y vivimos par los otras, can elias y

ETICA DE LAS PROFESIONES

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tambien para elias en un juego multiple de perspectivas cambian­tes que bien pueden rastrearse en los pronombres personales y en el impersonal objetivado ("se", cualquiera, todos). A la vez y en la medida en que hacemos el bien nos hacemos buenos. EI buen car­pintero es el que hace buenos muebles, el buen cirujano es el que hace buenas operaciones, y 10 mismo cabe decir del buen aboga­do, del buen bibliotecario, del buen gobernante, del buen traduc­

tor, del buen filosofo a del buen empresario ... Dejemos para despues la relacion que tiene esta etica de bie­

nes y virtudes can la etica de la autonomia, la dignidad, los debe­res y derechos. Pero aun antes de entrar en esa relacion, desde la misma perspectiva de la etica de bienes y virtudes se han articu­lado tambien unos criterios para enjuiciar y corregir las desvia­

ciones y las unilateralidades. EI primer criteria es el famoso termino media, que a veces se

presenta como si se tratara de una formula magica de aplicacion automcltica facil de caricaturizar. La razon de ser de! terminG

media radica en la necesidad de integrar la multiplicidad de bie­nes de los que necesariamente consta la vida humana vivida en

plenitud. La apuesta unilateral par un solo valor, caiga quien caiga, a costa de tad as los de mas (asi caracteriza R.M.Hare el fanatismo) lIeva a la deshumanizacion. La inhumanidad a la des­humanizaci6n no consiste en una imposible salida de nuestro pro­

pio pellejo de seres humanos para convertirnos en no se que clase de seres no humanos ("bestias"), sino en la acentuaci6n unilateral

de unas facetas de 10 humana que un2S veces sera el culto al cuerpo, otras el cultiva intelectual, la ad icion 21 trabaja, el egois­rno que se desentiende de los otros, el ensimismamiento, la alie­

naci6n, unas veces caemos en el presentismo, otras nos aferramos

al pasada a nos precipitamos hacia el futuro, etc. En 10 humano, en cualquier faceta humana, hay un pasarse), un

quedarse corto y el termino medio consiste en buscar balancear

unos bienes con otros en un proyecto de vida que merezca ser vivi ·

da par, can y para las atras. Los estaicas inventaron el tema de 12 solidaridad de las virtudes. Dedan que las virtudes, aun siendo

diferentes cada una de las demas, era imposible tener una sola vir­

tud si solo se tenia esa virtud. No puede ser justa el que solo es justa y no es ni prudente, ni valiente, ni maderado. La sinceridad requie-

E':'IC;' 0:: LAS PROFESIOIlES

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re de la valentia para poder decir las casas cuando eso puede aca­

rrearnos problemas, a de la moderacion para saber callar 10 que

debe ser callado, y de la justicia para saber decir 10 que se debe

decir y callar 10 que se debe callar, a para saber decir a cada uno

10 que tiene derecho a oir, etc. Y asi can todas las demas.

AI final, los criterios para la articulacion de los bienes se taman -provisionalmente y siempre sujetos a revision y modificacion­

par una parte de la cultura moral sedimentada en las costumbres

e instituciones (Sittlichkeit, las lIamaba Hegel, palabra que algu­

nos traducen par "eticidad") y par otro y sabre todo par esa acu­

mulacion de sabiduria, experiencia y buen hacer moral de los

hombres virtuosos. EI hombre justo es quien mejor puede saber en

que consiste actuar justamente tanto en general como en las situa­

ciones nuevas que se pudieran ir presentando, y asi el valiente, el

moderado la moderacion (templanza) y el prudente la prudencia. Para la etica profesional esto es importante pues obliga a supe­

rar el "dentrismo" del que hemos habJado mas arriba que no con .

siste en otra cos a que en promocionar el ejercicio de la propia profesion, la vision interna de 10 que ella hace y sus intereses a costa de otros bienes igualmente necesarios y buenos para el vivir

humano. No es buen medico el que solo es medico; no es buen profesional el que de tal manera apuesta unilateralmente par su

propia profesion que subordina todos los otros aspectos (econo­

micas, familiares, espirituales, sociales, etc.) ala propia profesion.

Desde esa misma perspectiva y aun antes de entrar en temas de

autonomia y justicia cabe descalificar el corporativismo profesio­

nal. EI abogado no puede, no debe defender de tal manera a su cliente que dane a todos los demas, al conjunto de la sociedad, a la administraci6n de jU5ticia y cause un deterioro serio en las ins·

tituciones dedicadas a administrarla conforme a las leyes.

LECTURAS COMPlEMENTARIAS

BEAUCHAMP, T.L., CHILDRESS, J.F. (1999), Principios de etica biomedica, Masson, Barcelona, 245-257.

ErxEBERRIA, X. (2002), Temas basicos de etica, Desclee De Brouwer, S.A., Bilbao, Capitulo 2: La etica como horizonte de plenitud, 29-72.

GRACiA, D. (1989), Fundamentos de bioetica, Eudema, Madrid, 23-120.

tTICA DE LAS PROfESIONES

Ei:, Pr:.u ..... J.PIO 0.:: tl.:.NEFICENCIA 129

"Asf, pues, Trasimaco, resulta evidente que ningun arte ni gobierno dispone 10 provechoso para sf mismo, sino que, como venfamos diciendo, 10 dispone y ordena para el gobernado, miran­

do al bien de este, que es el mas debil, no al del mas fuerte. Y par esto, querido Trasfmaco, decfa yo hace un momento que nadie quiere gobernar de su grado ni tratar y enderezar los males ajenos, sino que todos piden recompensa; porque el que ha de servirse rec· tamente de su arte no hace ni orden a nunca, al ordenar conforme a ella, 10 mejor para Sl mismo, sino para el gobernado; por 10 cual segun parece, debe darse recompensa a los que se disponen a gobernar; sea dinero, sea honra, sea castigo al que no gobierna".

Platon, Republica I, 346 e - 347 a (trad. de J.M. Pabon y M. Fernandez Galiano, Instituto de Estudios Politicos, Madrid, 1949).

"Toda arte y toda investigacion, y del mismo modo toda accion y elecci6n, parecen tender a algun bien; por esto se ha dicho con razon que el bien es aquello a que todas las casas tienden. Pero parece que hay alguna diferencia entre los fines, pues unos son actividades, y los otros, aparte de estas, eiert3s obras; en los casas en que hay algunos fines aparte de las aeciones, son naturalmen­te preferibles las obras a las actividades. Pero como hay muchas acciones, artes y ciencias, resultan tambien muchos los fines: en efeeto, el de la medicina es la salud; el de la economfa, la rique­za. Y en todas aque!las que depend en de una sola facultad (como e[ arte de fabricar frenos y todas las demas coneernientes a los arreos de los caballos se subordinan a la estrategia, de la misma manera otras artes a atras diferentes), los fines de las principales son preferibles a los de las subordinadas, ya que estos se persiguen en vista de aquellos. Y es indiferente que los fines de las acciones sean las actividades n:ismas 0 alguna otra fuera de elias, como en las ciencias mencionadas".

ARIST6TELES (1985), Etica a Nic6maco (trad . de J. Marias), Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1094 a , ·18.

ETle;" DE LAS PROFESIom:s

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"Volviendo a nuest ro tema, pues to que todo conoc imiento y toda e lecc ion tienden a a lgun bien, digamos cuci.1 es aque! a que la polftica aspira y cuci.1 es el supremo entre todos los bienes que pueden realizarse. Casi todo el mundo estci. de acuerdo en cuanto a su nombre, pues tanto la multitud como los refinados dicen que es la felieidad, y admiten que vivir bien y obrar bien es 10 mismo que ser feliz. Pero acerca de que es la felicidad, dudan y no 10 explican del mismo modo el vulgo y los sabios. Pues unos creen que es alguna de las cosas visibles y manifiestas, como el placer 0

la riqueza 0 los han ores; otros, otra cosa; a menudo, inc/usa una misma persona opina cosas distintas: si estci. enfermo, la salud; si es pobre, la riqueza; los que tienen conciencia de su ignorancia admiran a los que dicen alga grande y que esta por encima de su alcance. Pero algunos creen que, aparte de toda esta multitud de bienes, hay algun ot ro que es buena por Sl mismo y que es la causa de que tad os aqw§lIos sean bienes" .

"Llamamos mas perfecto a l que se persigue par sf mismo que al que se busca par otra cosa, y al que nunca se elige par otra cosa, mas que a los que se eligen a la vez par Sl mismos y par otro fin, yen general consideramos perfecto 10 que se elige siempre par Sl mismo y nunca par otra cosa.

Tal parece ser eminentemente la felicidad, pues la elegimos par ella misma y nunca par otra cosa, mientras que los honores, el placer, el entendimiento y tad a virtud los deseamos ciertamente par 51 mismos (pues aunque nada resultara de elias, desearfamos todas estas casas), pero tambien los deseamos en vista de la felici­dad, pues creemos que seremas feliees par media de elias. En cambia, nadie busca la felicidad par estas eosas, ni en genera! par ninguna otra".

ARIST6TELES (1985), Etica e Nicomaco (trad. de J. Marias), Centro de Estudios Constituciones, Madrid, 1095 a 14 - 28 Y 1097 a 30-b 7

ETICA DE LAS PROFESIONES

Capitulo 6 EI principio de autonomia

"A ti, Adan, no te he asignado ningun puesto (ijo, ni una imagen propia, ni un oficio peculiar. EI puesto, la imagen que tend ras y los oncios que desemperiaras seran los que tu mismo desees y escojas para ti par tu propia decisi6n . Los demas seres tienen una naturale­za que sigue su curse conforme a las leyes que Ie hemos marcado. Tu no estaras sometido a cauces ang05tos; definiras tu propia natu­raleza a tu arbitrio ...

Te eoloque en el centro del mundo, para que veas todo 10 que te rodea. No te hice nj celeste ni terrestre, ni mortal ni inmortal, para que tu m ismo, como alfarero y escultor de ti mismo, te forjes a tu gusto y honra la forma que prefieras para ti. Podras degenerar a 10 inferior, con los brutes; podras realzarte a la par de las cosas divinas, par tu misma decision ... ".

PICO DELLA MIRA,'\;'DOlA, De la dignidad del hombre, Editora Nacional, Madrid, 1984, pag. 105. La obra es de finales del siglo xv.

Hacer bien el propio oficio en orden a proporcionar los bienes y servicios que cada profesi6n se esfuerza en realiza r es un prin ­cipio -el de beneficencia- que acompafia el quehacer profesio­nal. Cada colectivo profesional se encarga de reflexionar sobre el mismo, de reinterpretarlo, ampliarlo y acompasarlo al ritmo de los

cambios tecnol6gicos y de las demandas sociales.

EI segundo pri ncipio - el principio de autonomfa- tiene una

base social mas amplia y menDs espedfica: hunde sus rarces en el conjunto de la sociedad modern a; a else apela en casi todos los

proyectos y conflictos de la misma. La cita de Pica della Mirandola

que recogemos mas arriba fue en su momenta una anticipaci6n

ETICA DE LAS PROFESIQ!, ES

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