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La controversia sobrela música cristiana

Después de años de investigación, he llegado a lasiguiente conclusión: La música cristiana contem-

poránea es un medio cuyo día ha llegado para las iglesias,familias, evangelistas, y en gran medida, para los misionerosen el exterior. Sin embargo, la vacilación de la iglesia endesatar el potencial completo de esta herramienta demuestraque muchas preguntas sin contestar todavía plagan la mentede los creyentes. Además, un acalorado debate continúacreando furor entre los líderes cristianos.

Acogida por unos como un fresco mover del EspírituSanto, calumniada por otros como un ruidoso compromisocon el mundo, la música cristiana contemporánea ha venidoa ser uno de los asuntos más controversiales que enfrenta laiglesia a finales del siglo veinte.

El uso difundido y el impacto aparente de este mediodemandan que sus opositores originales ----quienes se burlabande la ‘‘Música de Jesús’’ al final de los años sesenta y principiosde los setenta, echándola a un lado como una moda pasajera----deban dar un segundo vistazo a esta música que se haconvertido en uno de los mayores vehículos tanto para elevangelismo como para el discipulado. Muchas librerías

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cristianas tienen una línea completa de grabaciones, desdecintas para niños con ritmos contemporáneos hasta el rockcristiano de Petra o DeGarmo y Key, y el suave y melodiosorock de Sandi Patti. La radio cristiana lleva esta música a losautomóviles y a los hogares. Las cintas de acompañamiento ylas obras musicales juveniles llevan esta música del uso indi-vidual a la iglesia.

Algunas iglesias de rápido crecimiento, particularmenteaquellas que apuntan a la generación nacida en la explosióndemográfica de los 60 (‘‘Baby Boomers’’), incorporan coroscontemporáneos y canciones especiales con un sonido popular(pop) como el plato principal de su adoración.1 Los expertosen crecimiento de las iglesias están tomando nota en cuantoa la conexión entre los estilos de adoración y el iglecre-cimiento. El consultor del liderazgo para la predicación y laadoración dentro de la Convención Bautista del Sur, JamesEmery White, observa que ‘‘tal vez una de las señales másclaramente observadas en las iglesias de rápido crecimiento essu cambio desde el tradicional arte de cantar himnos hacia lamúsica contemporánea’’.2 El periodista ganador de premiosRusell Chandler, observa que estos nuevos estilos deadoración ‘‘están dejando una marca indeleble en la forma enque muchas iglesias integran la música y la adoración’’.3

Considerada como radical en sus primeros años, la músicacristiana contemporánea ha sido desde entonces aceptada yrecibida por muchos líderes cristianos respetados y ha regis-trado algunos logros notables. El innovador pastor de laCapilla Del Calvario en Costa Mesa, California, Chuck Smith,cosechó el fruto del Movimiento de Jesús y reportó que cincomil personas fueron salvas a través del ministerio de conciertosde su iglesia.4 Josh McDowell, quien a través de sus libros y desus múltiples conferencias ha venido a ser uno de los princi-pales defensores de la fe cristiana, ha formado un equipo conel grupo cristiano de rock contemporáneo Petra (transcrip-ción de la palabra griega para ‘‘roca’’), para llenar auditorios

Debate de la música cristiana contemporánea

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por todos los Estados Unidos. Allí ellos desafían a los jóvenesa recibir el eterno mensaje del evangelio y a seguir radical-mente a Jesús. Billy Graham ha permitido que cantantespopulares cristianos como Kenny Marks y Cliff Richards com-partan con él la plataforma de sus cruzadas.

Este movimiento no muestra señales de abatimiento.Chandler predice que la tendencia a usar formas contem-poráneas de adoración en la iglesia local ‘‘tocará fortísimo másallá del 2001, especialmente según vayan ganando atenciónlos nuevos libros de canciones, las letras y los artistas cris-tianos.’’5

Aun, a pesar de que esta tendencia es ‘‘la revolución másgrande en la iglesia moderna’’, de acuerdo con el especialistaen crecimiento de iglesias Elmer Towns, es también ‘‘la fuentede la controversia más grande.6 Los oponentes acumulanevidencia para demostrar que lo que en la superficie pareceútil, aún una herramienta enviada por Dios, es en realidad unatreta finamente disfrazada por el enemigo. Ellos mantienenque la aceptación de la iglesia de esta herramienta meramentedemuestra el atractivo del mundo a la carne y la falta dediscernimiento de la iglesia a pleno. Los oponentes insisten enque el fruto que está siendo producido a través de este mediono perdurará, y en su mejor opción, tendrá un gusano en él.

De hecho, el compromiso es considerado tan serio ydifundido que un autor concluye: ‘‘Yo veo esta integración dela música rock y la adoración a Dios como una evidencia clarade que la Iglesia ha entrado en la etapa final de la apostasíade Laodicea.’’7 Este fuerte argumento ejemplifica los sen-timientos intensos que hay en ambos lados de la controversia.Las líneas divisorias han sido trazadas, pero la respuesta to-davía no es clara. ¿Es esta música de Dios o del diablo,bendición o veneno, santa o mundana?

Los argumentos son muchos y variados, y proceden no sólodel ventajoso punto de vista de la teología, sino de los domin-ios de la historia de la Iglesia, psicología, estudios científicos,

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teoría musical, estética, antropología, y estrategias misioneras.Los estrategas de misiones deben determinar si acomodarse alos gustos musicales de otras culturas es comprometer laenseñanza bíblica, o simplemente una estrategia misionerasabia. El presidente universitario o el administrador debendecidir si ofrecer entrenamiento en las formas de adoracióncontemporáneas, o no. Los miembros del personal directivode la iglesia deben dar dirección a congregaciones que muchasveces están divididas en cuanto a gustos musicales y convic-ciones. Los padres deben decidir si el rock cristiano es unaalternativa viable al rock secular para sus hijos, o no lo es.

Tal vez por causa de la naturaleza mezclada del estudio dela música en la iglesia (muchos pastores no tienen trasfondomusical; muchos músicos no tienen trasfondo teológico) y porla intensidad del conflicto, muchos cristianos prefieren evitarel conflicto que abordar los asuntos pertinentes. Pero aunqueevadir el tema puede ser tolerado y aun considerado sabio enasuntos de menor importancia (como por ejemplo, si se debecambiar el color de la alfombra del vestíbulo), a la mayoría denosotros no se nos permite este lujo en cuanto al tema de lamúsica contemporánea. Esta controversia levanta cólera enmuchos frentes, y no parece haber un terreno seguro dondepodamos pararnos a salvo.

En las próximas páginas usted encontrará discusionessobre las preguntas esenciales que todos debemos contestar:

• ¿Han probado los científicos que la música rock es

dañina al cuerpo y a la mente?• ¿Usa la música contemporánea los mismos golpes que

las tribus africanas para llamar a los demonios?• ¿Guían los estilos de música contemporánea a la cor-

rupción moral?• ¿Nos comprometemos cuando tomamos algo del

mundo y lo usamos para Dios?

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• ¿Qué dice la Biblia sobre la música y los estilos deadoración?

• ¿Qué podemos aprender de la historia de nuestroshimnos?

• ¿Cómo pueden hablarles los padres a sus hijos sobre lamúsica?

• ¿Cómo pueden las iglesias utilizar la música cristianacontemporánea sin distanciar a aquellos que la re-chazan?

• ¿Existe un lugar para la música cristiana contem-poránea en las misiones?

• ¿Cómo están usando las iglesias crecientes las formascontemporáneas en su adoración?

La mayoría de la gente tiene sus opiniones en estos asun-tos, pero pocos han desarrollado sus convicciones a través deoración sincera, estudio bíblico e investigación apropiada.Este libro ha sido escrito con la intención de aclarar las aguasturbias y proveer una perspectiva que lo va a equipar mejorpara hacer sus decisiones.

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