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INFORME TÉCNICO:

ESTUDIO DE IMPACTO ARQUEOLÓGICO EN EL LOTE RECONOCIDO POR PADRÓN

PROVINCIAL Nº 680.346, PADRON MUNICIPAL N° 2.385, LOS CUARTOS,

TAFÍ DEL VALLE, TUCUMÁN. EXPTE. N°: 539-232-B-2015

Sergio Fabian Cano Arqueólogo (MP 00-036)

San Miguel de Tucumán Marzo de 2015

Estudio de Impacto Arqueológico Arqueólogo: Sergio F. Cano Lote Padrón Provincial Nº 680.346 Propietario: Miguel Fabián Bonilla

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ÍNDICE Pág. 1-INFORMACIÓN GENERAL…………………………..…………..… 3

1.1- Datos de la parte contratante……………….………………... 3 1.2- Equipo de trabajo arqueológico……………………………… 3 1.3- Jurisdicción implicada…………………………………….…… 3 1.4- Condiciones y términos del contrato……………………….... 3 1.5- Objetivos y justificación de la intervención arqueológica…… 3 1.6- Resumen ejecutivo………….………………………….….……. 4

2- DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO DE LA OBRA………………….. 5 2.1- Características………………………………………………….... 5 2.2- Plan de trabajo de obra………………………………………….. 5

3- LEGISLACIÓN IMPLICADA………………………………………….. 7 4- MARCO REFERENCIAL……………………………………..………. 7 5- DESCRIPCIÓN DEL MEDIO………………………………………… 9

5.1- Ubicación del lote……………………………………….............. 9 5.2- Características ambientales de relevancia al estudio……….. 16 5.3- Características socio-culturales relevantes al estudio………. 19 5.4- Características arqueológicas…………………………….......... 19

6- DECLARACIÓN PREVIA……………………………………..………. 24 6.1- Condiciones y características del estado físico del área

de trabajo al momento de inicio de la intervención arqueológica……………………………………………………..… 24

7- PLAN DE TRABAJO Y METODOLOGÍA……....……………….….. 24 7.1- Descripción y fundamentación de la metodología

Implementada………………………………………………………. 24 8- RESULTADOS………………………………………………..……..…. 28

8.1- Resultados de la Inspección y prospección superficial….…. 28 8.2- Resultados de los sondeos exploratorios……………….……. 34 8.3- Descripción edáfica de los perfiles de sondeo (Caracterización Edáfica de los perfiles)……………………….…… 47 8.4- Limitaciones…………………………………………….…….....… 47 8.5- Área de restricción arqueológica……………………………….. 47

9- INTERPRETACIÓN Y ALCANCE DE LOS RESULTADOS……... 48 10- PROPUESTAS Y RECOMENDACIONES………………...…….… 49 11- BIBLOGRAFÍA REFERENCIADA……………………………….… 51 12- CD (copia del presente informe en su versión digital)….…… 56 13- Visado del Colegio de Profesionales en Arqueología

de Tucumán…………………………………..………………..….. 57


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1- INFORMACIÓN GENERAL 1.1- Datos de la parte contratante:

Propietario: Miguel Fabian Bonilla Datos del terreno: Padrón Provincial N°: 680.346, Lámina 285 , mat /o rden 35235/2062 , Parc . 115L , Padrón Municipal N°: 2.385, Mat. Reg. T 20906, Manzana H, Lote 5, ubicado en la zona de La Cañada, Los Cuartos, Tafí del Valle, Tucumán. Encargado de la obra: Arquitecto Ricardo Gianiodis.

1.2- Equipo de trabajo arqueológico: Arql. Sergio F. Cano y equipo de trabajo.

1.3- Jurisdicción implicada: Municipalidad de Tafí del Valle, Dpto. Tafí del Valle, Prov. de Tucumán.

1.4- Condiciones y Términos del contrato: El acuerdo entre las partes consistió en planificar y ejecutar el estudio de impacto arqueológico por parte del profesional arqueólogo y, por parte del propietario, en asumir el costo de los gastos que implica la realización de dicho estudio, comprometiéndose a su vez a respetar y acatar las recomendaciones arqueológicas que pudieran surgir del presente estudio; incluyendo la obligatoriedad y responsabilidad del propietario del terreno de realizar el correspondiente seguimiento arqueológico de la obra cuando comience la misma (conforme las reglamentaciones vigentes).

1.5- Objetivos y justificación de la intervención arqueológica: el estudio de impacto arqueológico fue solicitado por el Dr. Miguel Fabian Bonilla, dueño de la obra de urbanización, al arqueólogo Sergio Fabian Cano, inscripto en la nómina de profesionales de la Dirección de Patrimonio de la Provincia de Tucumán. Dicha solicitud fue hecha teniendo en cuenta la legislación vigente sobre protección del patrimonio arqueológico.

El estudio de impacto arqueológico involucra el proceso de trabajo y análisis científico efectuado por arqueólogos con el objeto principal de diagnosticar el impacto que podría sufrir el patrimonio arqueológico de un determinado lugar por causa directa o indirecta del desarrollo de un determinado proyecto, obra y/o actividad humana que pudiera afectarlo; y, en consecuencia, proponer las medidas correctoras necesarias para tratar de mitigar, evitar, estabilizar, paliar y/o compensar dicho impacto.

Teniendo en cuenta lo arriba mencionado, el estudio implementado presenta los siguientes objetivos:

- Identificar y evaluar el impacto arqueológico que podría ocasionar la construcción de la vivienda proyectada en el Lote reconocido por Padrón Provincial N° 680.346, Padrón Municipal N° 2.385, ubicado en la zona de La Cañada, Los Cuartos, Tafí del Valle, provincia de Tucumán;


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- Detectar, caracterizar y registrar cualquier tipo de evidencia de interés arqueológico que pudiera estar presente en el lote afectado por la construcción de la vivienda.

- En base a dichas evidencias, evaluar el grado de relevancia arqueológica del lote y el impacto que podría generar la construcción de la obra mencionada.

- Proponer medidas relativas al manejo y protección del patrimonio arqueológico que pudiera ser detectado en el área de estudio, incluyendo en dichas medidas al paisaje cultural.

1.6- Resumen ejecutivo: El presente estudio de impacto arqueológico en el

lote reconocido por Padrón Provincial N° 680.346, Padrón Municipal N° 2.385, ubicado en la zona de La Cañada, Los Cuartos, Tafí del Valle, provincia de Tucumán (propiedad de Miguel Fabian Bonilla), se llevó a cabo por pedido de su propietario, con el objeto de cumplir con los requisitos establecidos por las leyes y normativas vigentes para la protección del patrimonio arqueológico en la provincia de Tucumán y en el Municipio de Tafí del Valle, (Ley Nacional N° 25.743, Ley Provincial N° 7500 y normas complementarias). Normativas que exigen la obligatoriedad de realizar este tipo de estudios ante cualquier tipo de emprendimiento que implique remoción de tierras dentro de sus jurisdicciones (en este caso, la construcción de una vivienda de veraneo en el mencionado lote). En consecuencia, el objetivo principal de este tipo de estudios consiste en evaluar el potencial arqueológico de un área o localidad determinada para tratar de evitar y/o mitigar los posibles daños que una determinada actividad humana pudiera ocasionar sobre dicho patrimonio arqueológico.

Para nuestro caso particular, en el Lote reconocido por Padrón Provincial N° 680.346, Padrón Municipal N° 2.385, Los Cuartos, Tafí del Valle, provincia de Tucumán, el presente Estudio de Impacto Arqueológico dio como resultado que el lote objeto de estudio no presenta evidencias arqueológicas superficiales de relevancia, a excepción de tres lineamientos de piedras fuera del área de afección directa de la obra. Tampoco se encontraron restos arqueológicos bajo su superficie (por lo menos en las áreas donde se efectuaron los sondeos exploratorios). Consecuentemente, se considera que el lote en cuestión posee una relevancia arqueológica baja, por lo que la construcción del proyecto de obra produciría un Impacto Arqueológico Bajo o Compatible. Sin embargo, como medida de prevención y protección del patrimonio arqueológico, se deja planteado en este informe el procedimiento a seguir ante la posible ocurrencia de hallazgos arqueológicos futuros que puedan ser afectados negativamente durante las tareas de construcción de la obra, como durante la ocupación y uso de la vivienda. También se deja asentado- conforme a las reglamentaciones vigentes-, que es responsabilidad exclusiva del propietario del terreno realizar el correspondiente


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seguimiento arqueológico de obra cuando comience el proceso de construcción de la misma.

2- DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO DE LA OBRA

2.1- Características: Obra de urbanización: construcción de vivienda unifamiliar. Tiempo de ejecución: Diez meses Cronograma: Los primeros cuatro meses: obra gruesa, movimiento de

suelo y mampostería, revoque y techos; Los tres meses siguientes: revestimiento, pisos, revoques finos y carpinterías; Los últimos tres meses: instalaciones complementarias, electricidad, agua, gas y pintura.

Tipo de Infraestructura: permanente. Tipo de espacios implicados: Vivienda de mampostería de una planta

con una sala de estar, comedor, cocina, baño y dos dormitorios.

Dimensiones de las excavaciones: Cimientos corridos de: 0,40 x 0,85 m; Pozo ciego: 2 x 3 m Superficie total del terreno: 3.115 m2. Superficie de ocupación del terreno: según proyección en planta es menor al 10% de la superficie total del lote. Extensión de la zona de afección directa: 78,10 m2 aproximadamente.

2.2- Plan de trabajo de obra: ya indicado en el cronograma. La obra en cuestión involucra la construcción de una vivienda de una sola planta con una superficie efectiva total aproximada de 78,10 m2 (74,60 m2

cubiertos y 1,50 m2 semicubiertos) dentro de una superficie de 3.115 m2 que comprende el lote en cuestión (fig. 1). El proyecto prevé además, la realización de un pozo ciego y una cámara de inspección. Está previsto el cavado de cimientos corridos, sin bases de columnas. Los cimientos corridos son de 0,40 m de ancho por 0,85 m en promedio de profundidad. El lote presenta una pendiente muy suave (< 8%), por lo que no están previstas tareas de relleno para nivelación. Tampoco está prevista ninguna remoción de suelos para la realización de un acceso vehicular.


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Figura 1. Planta y perfil de la vivienda a construirse en el lote

0 4 m

0 3 m


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3- LEGISLACIÓN IMPLICADA El detalle de la legislación específica para este caso es el que se expone

a continuación: - Constitución Nacional (Art. 41). - Ley Nacional Nº 25.743 de “Protección del Patrimonio Arqueológico

y Paleontológico”. - Decreto PEN Nº 1.022/04, reglamentario de la Ley Nacional Nº

25.743. - Ley Provincial Nº 7.500 sobre el “Sistema de Protección del

Patrimonio Cultural” (Prov. de Tucumán). - Ley Provincial Nº 7.801 declaratoria de Área Natural Protegida

“Valles Calchaquíes Tucumanos”. - Resolución 2753/01 del Ente de Cultura de Tucumán que establece

la obligatoriedad de hacer Estudios de Impacto. - Ordenanza Municipal de Tafí del Valle Nº 0761/12 estableciendo la

obligatoriedad de hacer Estudios de Impacto y su correspondiente evaluación.

- Ordenanza Municipal de Tafí del Valle Nº 0762/12 que establece la adhesión a la Ley 7500 y crea el registro de bienes culturales.

- Resolución Nº 1088/01 del Ente de Cultura de Tucumán. “Área Arqueológica Protegida para los Dpto. de Tafí del Valle y Trancas” donde se instituye la obligatoriedad de llevar adelante EIAr.

- Ley Provincial N° 8.337 del Colegio de Profesionales en Arqueología de Tucumán.

- Leyes provinciales Nº 8.304 y Nº 26.331 de Ordenamiento territorial de los bosques nativos de la provincia.

4- MARCO REFERENCIAL1

Es preciso señalar que la Evidencia Arqueológica comprende todo indicio material que pueda ser estudiado por medio de una metodología arqueológica, es decir, por un conjunto de métodos y técnicas que nos permiten acceder a interpretaciones sobre eventos o sucesos del pasado (Ratto 2007, en Corbalán 2011). A partir de esta noción de la evidencia arqueológica se ha producido el registro en el terreno. En razón de ello, entendemos que estas evidencias del pasado no son solo las prehispánicas, sino también las evidencias que representan cualquier tipo de evento, por medio de sus restos materiales, y que puede acercarnos a la producción de esta clase de conocimiento acerca del pasado. Es por ello que este estudio de impacto arqueológico trata de identificar no solo las evidencias arqueológicas prehispánicas sino también aquellas pertenecientes al período de contacto hispano-indígena, así como las pertenecientes al post-contacto, tanto colonial

1 Tomado y modificado de Srur 2010, Cano 2013a, 2013b, 2014a, 2014b. 2014c.


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como post-colonial, llegando inclusive hasta los tiempos históricos recientes. No obstante, es necesario subrayar algunas de las particularidades que presentan los bienes arqueológicos: a) La característica de impredecibilidad de las evidencias arqueológicas, producto de la variabilidad de la conducta humana y de las condiciones naturales de formación del paisaje circundante, consiste en que no toda la evidencia arqueológica tiene visibilidad superficial, ya que puede existir totalmente enterrada, por lo que es necesario que haya una remoción de tierras para poder localizarlos y que sólo es posible de recuperarla a través de intervenciones arqueológicas sistemáticas o en la fase de corrección, durante el seguimiento. B) La imposibilidad de realizar intervenciones arqueológicas mediante excavaciones sistemáticas que cubran el 100 % de las áreas afectadas por proyectos de inversión. La imposibilidad se refiere a la realización de dichas excavaciones en tiempo y forma, de acuerdo con las distintas etapas del proyecto. Esto determina que la intervención arqueológica subsuperficial se restrinja a la realización de sondeos exploratorios o de control y/o a la ejecución de rescates arqueológicos programados (Ratto, 2007, en Corbalán, 2011).

Por consiguiente, este estudio de impacto arqueológico busca visualizar e identificar la posible ocurrencia de evidencias arqueológicas de toda índole, a fin de mitigar el impacto que pudieran sufrir por la ejecución del proyecto constructivo. Es de agregar además que cuando se hace mención a las evidencias arqueológicas de toda índole, nos estamos refiriendo tanto a aquellas evidencias arqueológicas que fueran registradas en la literatura arqueológica (sean éstas que presenten o no algún tipo de manifestación o evidencia superficial) como aquellas que aún no hayan sido registradas en la literatura especializada para el valle de Tafí. Por ejemplo, las depresiones circulares u ovales identificadas y registradas por Srur en diferentes informes de estudio de impacto arqueológico realizados para varios terrenos ubicados en el loteo La Quesería (Srur 2009 y 2010a, entre otros), y que hasta entonces, no habían sido identificadas y registradas en la literatura arqueológica para el valle de Tafí.

Puesto que el objetivo de este estudio es identificar el impacto arqueológico en el lote Padrón Provincial N° 680.346, Padrón Municipal N° 2.385, ubicado en la zona de La Cañada, Los Cuartos, Tafí del Valle, Tucumán y, en consecuencia con ello, proponer medidas relativas al manejo y protección del patrimonio arqueológico, es necesario definir qué se entiende por impacto arqueológico. En tal sentido, dentro del marco de la gestión de los recursos culturales, se puede definir el impacto arqueológico como cualquier incidencia física que afecte al patrimonio arqueológico. Esta incidencia puede tener distintos grados o niveles de afectación sobre el patrimonio arqueológico. Tomando la propuesta de Llavori (1998) y adaptándola a la problemática arqueológica local, se puede pensar en un impacto arqueológico bajo o compatible cuando hay ausencia de impactos directos o indirectos sobre el patrimonio arqueológico. Un impacto medio o moderado implica la afectación colateral o indirecta del proyecto de obra sobre el patrimonio arqueológico. El impacto alto o severo implicaría la destrucción parcial del patrimonio arqueológico presente en el medio sobre el cual se desarrollará el proyecto constructivo. Un impacto muy alto o crítico


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significaría la destrucción total del patrimonio arqueológico presente en el medio sobre el cual se desarrollará el proyecto constructivo. Por consiguiente, es de suponer que cada uno de estos niveles o grado de impacto arqueológico necesitarán diferentes acciones como medidas correctoras relativas al manejo y protección del patrimonio arqueológico.

Por otra parte, existe como antecedente para el valle de Tafí un estudio de impacto arqueológico (Manasse 2006) que propone una categorización de relevancia arqueológica y riesgo arqueológico para el loteo La Quesería 2. Dicha categorización presenta los siguientes grados de relevancia arqueológica a ser tenidos en cuenta: Relevancia Arqueológica Muy Alta: aquellos espacios que deben ser sacados de la venta y sujetos a medidas de preservación permanente. Relevancia Arqueológica Alta: comprende áreas con evidencias arqueológicas significativas para la investigación científica y el conocimiento general del pasado local. Relevancia Arqueológica Media: comprende áreas con evidencias arqueológicas de potencial informativo menor o menos claro. Relevancia Arqueológica Baja: comprende áreas con algunas evidencias arqueológicas. Relevancia Arqueológica Muy Baja: comprende áreas con nulas o escasas evidencias arqueológicas que no se consideran muy significativas en su potencial informativo.

5- DESCRIPCIÓN DEL MEDIO

5.1- Ubicación del lote: El Lote con Padrón Provincial N°: 680.346, Lámina 285, mat/orden 35235/2062, Parc. 115L, Padrón Municipal N°: 2.385, Mat. Reg. T 20906, Manzana H, Lote 5, se encuentra ubicado a una altura de 2025 m.s.n.m. en la zona de La Cañada, Los Cuartos, Tafí del Valle, Tucumán (figs. 2, 3, 4 y 5). Las coordenadas geográficas que lo delimitan definidas mediante GPS (GPS Garmin Etrex Vista HCT; datum WGS84) son: Esquina NE: S 26° 50’ 56,44”

W 65° 41’ 29,38”

Esquina NO: S 26º 50’ 56,78”

W 65º 41’ 31,14”

Esquina SE: S 26° 50’ 58,90”

W 65° 41’ 30,17”

Esquina SO: S 26° 50’ 58,97”

W 65° 41’ 31,63”

PUNTO CENTRAL del terreno: S 26º 50’ 57,69”

W 65º 41’ 30,50”


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Figura 2: Mapa del valle de Tafí con ubicación del lote en verde (mapa modificado de Dlugosz 2013)


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Figura 3: Ubicación general del lote en imágenes de Google Earth (imagen geográficamente orientada al Norte Magnético, datum WGS 84).

Figura 4: Detalle de la ubicación del lote en relación a la Ruta 307, en imágenes de Google Earth (imagen geográficamente orientada al Norte Magnético, datum WGS 84).


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Figura 5: Detalle de la ubicación del lote bajo estudio en amarillo (imagen geográficamente orientada al Norte Magnético, datum WGS 84). Forma y dimensiones del Lote: el terreno tiene una forma poligonal casi rectangular de 78,30 m de largo por 40,70 m de ancho, con una superficie total de 3.115 m2. El mismo se halla orientado, según su eje mayor, en sentido N-S. La forma del lote junto con las dimensiones de sus lados se muestra en el siguiente croquis (fig. 6).

Figura 6: Forma y dimensiones del lote.

40,70

60,9

6

79,5

2

12,7

39,60

Av. de los Franciscanos

Club La Cañada

0 10 20

metros


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Características del paisaje desde el predio: la vista desde el lote permite visualizar gran parte del sector centro sur del valle de Tafí. Hacia el Este puede visualizarse la vertiente occidental de las Cumbres de Tafí y las de Mala Mala, mientras que hacia el lindero Oeste del terreno la visibilidad se ve muy obstruida por vegetación arbustiva ubicada entre el alambrado y la calle circundante al lote. La pendiente del lote es muy suave (<8%) con una inclinación general que desciende de NEE a SOO en dirección hacia el Dique de La Angostura. En general, la superficie del terreno presenta una muy buena visibilidad con una vegetación abierta con predominio de herbáceas y gramíneas bajas, así como algunos arbustos de Crateus sp, Monttea aphylla y Fabiana densa (figs. 7, 8, 9 y 10). La mayor parte de los arbustos se concentran sobre los linderos Este y Sur del lote, donde también existen grandes bloques de piedras producto de aperturas de calles colindantes. Hacia el sector NO del lote pueden apreciarse in situ dos grandes bloques de piedra de 3 x 3,50 m que no parecen formar ningún tipo de estructura arqueológica. Sin embargo, dentro del predio -y fuera del área de afección directa de la obra-, se observaron tres alineamientos discontinuos de piedras que probablemente formaban parte de antiguos andenes (ver más abajo).

Figura 7: Vista hacia el Norte desde el centro del lote.


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Figura 8: Vista hacia el Oeste desde el centro del lote

Figura 9: Vista hacia el Sur desde el extremo Norte del lote


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Figura 10: Vista hacia el Este desde el centro del lote Accesibilidad al lote: Para llegar al lote, partiendo desde el centro de la misma villa de Tafí del Valle, hay que dirigirse por avenida Juan Calchaquí hacia el noreste, hasta el cruce con Ruta 307. Desde ahí se continúa en igual sentido por avenida de los Franciscanos unos 410 metros aproximadamente hasta llegar al lote en cuestión que se encuentra al Sur de esta última posición, frente al Club La Cañada.


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5.2- Características ambientales de relevancia al estudio2: el Valle de Tafí es una cuenca tectónica (65º del Long. O y 27º de Lat. S) que limita al oeste con las Cumbres Calchaquíes y el Cerro Muñoz, y al este con las Cumbres de Mala Mala y de Tafí. El Cerro del Medio o Pelado divide la cuenca en dos partes: el valle de Tafí, propiamente dicho, y el valle de las Carreras.

El valle de Tafí cuenta con numerosas vías de comunicación a través de pasos o abras (Abra del Infiernillo al norte, que lo comunica con el valle de Santa María, y las Quebradas de La Angostura y del Portugués, al sur, que le dan acceso a la llanura tucumana).

Desde el punto de vista fisiográfico, el valle de Tafí se extiende desde La Angostura hasta el Infiernillo, y se divide en dos partes por un cono de deyección extenso y abandonado del río Blanco, hacia el norte de la villa de Tafí. Su sección superior se encuentra hacia el norte, entre los 3.000 y 2.000 msnm, adelgazada y poco profunda debido al potente rellenamiento con material de acarreo de los conos de deyección que bajan del cerro Muñoz (4.437 msnm) y especialmente del cerro Pabellón (3.770 msnm) y Potrerillo de las Cumbres Calchaquíes. Esta sección norte tiene un relieve tectónico bastante accidentado, pero en gran parte oculto por el referido material de acarreo, que se presenta cortado por el río Churqui, que corre por un cauce hondo y estrecho, con fuertes pendientes. Por el contrario, la sección sur de la cuenca es ancha y su hundimiento se ha prolongado por un largo período; el río Tafí desagua en el valle y luego de su unión con el río de La Ovejería y hasta su unión con el río El Mollar, corre por el valle entre barrancas de entre 1 a 2 m de altura. Desde aquí, por La Angostura, transcurre hacia el llano donde recibe el nombre de río de Los Sosa.

El valle de Tafí tiene una forma ovalada donde el río Tafí recorre su eje mayor de norte a sur. El cerro Muñoz, que lo limita por el oeste posee una altura de 4.437 msnm. La Loma Pelada o Cerro del Medio (con una altura máxima de 2.680 msnm) acompaña por el oeste al río Tafí desde su unión con el de La Ovejería hasta su unión con el de El Mollar. El valle se cierra hacia el sur con el macizo del cerro Ñuñorco Grande de 3.200 msnm, cuyo faldeo septentrional queda próximo a la confluencia del río colector y de El Mollar, comenzando desde aquí La Angostura, el cual es un estrecho valle de erosión cavado por el río Tafí (Santillán de Andrés y Ricci 1980, Bolsi et al. 1992).

El desarrollo de diferentes formas de vegetación está en función de las distintas condiciones climáticas imperantes en el valle y de la diferente composición del suelo. En las partes bajas del valle, donde predominan las formas de acumulación se encuentra una vegetación de plantas herbáceas, perennes y xerófilas, con predominio de gramíneas. En las ladearas de los barrancos y cárcavas son abundantes los matorrales. En las zonas montañosas, la vegetación de estepa es más escasa y hay un aumento de arbustos; en las vertientes que miran al

2 Tomado y modificado de Srur 2012 y Cano 2013a, 2013b, 2014a, 2014b, 2014c.


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sur, que son las que reciben más humedad, predominan los Alisos (Alnus acuminata) y Queñoa (Polypepis australis). En la zona de la villa se hallan especies alóctonas como sauces, pinos, álamos, frutales de manzana, pera, durazno, entre otros. En la zona de La Angostura, al sudeste del valle, el aumento en las precipitaciones se ve reflejado en el paulatino reemplazo de la vegetación xerófila por la selva de altura (García Salemi 1974; Sesma 1987). En la zona de los barrancos y cárcavas crecen las pajas bravas (Fetusca bromoides) y las tolas (Baccharis articulata). Estos arbustos ocupan zonas reducidas, por lo general, siguiendo el curso del agua.

El valle de Tafí posee una temperatura media anual de 13,1°C, siendo enero el mes más caluroso con un promedio de temperatura de 18,6°C, siguiéndole febrero y diciembre con temperatura promedio menores. El invierno propiamente dicho solo se da entre los meses de junio y agosto, siendo el mes de julio el más frío. Los restantes meses serían los meses de media estación al presentar temperaturas entre los 10° y 20°C (García Salemi 1974 y Sesma 1987).

Entre noviembre y marzo se concentra la mayor cantidad de precipitaciones (83% del total) y las mayores temperaturas, que oscilan entre los 14,1°C y los 17,9°C se registran entre octubre y marzo, lo cual determina una marcada estacionalidad (Luppo 1989).

Según Berberián y sus colaboradores “Puede definirse a la región como un altivalle húmedo-templado con pastizales tiernos, correspondiente a las pampas altas, con abundantes lluvias estivales y paisajes fitogeográficos que incluyen praderas alpinas y quebradas boscosas. La vegetación posee características de las praderas de altura, con abundantes pastizales tiernos, hierbas y gramíneas. Hacia el extremo norte del valle, la mayor elevación del paisaje y sequedad determina un paulatino cambio de vegetación con aumento gradual en la presencia de pastos duros y que no llegan a formar un tapiz vegetal coherente sino que se presentan en forma de matas aisladas, acompañadas por algunas cactáceas, las cuales se van incrementando a medida que se avanza hacia el norte. Las investigaciones sedimentológicas han permitido establecer que no se han producido cambios significativos en las condiciones, habiendo sido similares desde épocas prehistóricas hasta la actualidad” (Berberián et al, 1988). La geomorfología del valle ha sido estudiada en detalle por Collantes (2007) describiéndose diversos tipos de geoformas de origen denudativo, estructural y fluvio-aluvial (fig. 11).

La zona de estudio: La zona de estudio se ubica en el sector Centro-Norte del Valle de Tafí. Geomorfológicamente el área ocupada por el lote bajo estudio corresponde al sector distal de un extenso glacis cubierto que se desarrolla sobre las laderas del Este del valle (Collantes 2007, Sampietro 2002) (fig.11). Su morfogénesis es holocena y los suelos son de origen aluvial-coluvial y escasamente desarrollados, con elevada pedregosidad y predominio de materiales gruesos y finos


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intermezclados (fanglomerados), pudiéndose presentar zonas de acumulación de loess y paleosuelos (Sampietro 2002; Collantes 2007).

Figura 11: Mapa geomorfológico del Valle de Tafí con ubicación del Lote Bonilla sobre el glacis cubierto en la zona de Los Cuartos.

Lote Bonilla


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5.3- Características socio-culturales relevantes al estudio: Al igual que en otras zonas de Tafí del Valle, este sector se encuentra en pleno proceso de transformación en relación con el uso de las tierras, donde además se acentúan o refuncionalizan en relación con su uso para la actividad comercial. Hace ya años atrás, estas tierras dejaron de ser utilizadas para el pastoreo y la agricultura para pasar a ser utilizadas principalmente como casas de veraneo debido al crecimiento urbanístico de la villa a un ritmo acelerado y sostenido. Una de las consecuencias de este desarrollo inmobiliario es que estas urbanizaciones de segundas viviendas o instalaciones comerciales llevan consigo transformaciones territoriales, tanto a nivel del uso de los recursos y de las actividades económicas, como también sociales, debido al ingreso de nuevos sujetos en el territorio, quienes suelen desconocer las pautas culturales locales, los estilos de vida y las necesidades de la población permanente. Entre otros problemas, producen la pérdida de espacios significativos para la población residente, cambiando sustancialmente la dinámica socio-económica de la zona (Manasse 1995-1996, 2006 y 2011). Desde el punto de vista arqueológico, estas transformaciones territoriales generan una serie de inconvenientes para la práctica profesional ya que al dividirse la tierra para su venta, la superficie de intervención arqueológica también se divide y cada fracción o parte pasa a “comportarse de manera completamente independiente (tipo de afección, espacio y tiempos); el trabajo debe realizarse siguiendo un orden azaroso, más dependiente de los acuerdos logrados con los nuevos propietarios que de estrategias probabilísticas de muestreo, evaluaciones de relevancia arqueológica u otros criterios de selección” (Manasse 2002, citado en Corbalán 2011).

5.4- Características arqueológicas: el análisis de la bibliografía específica

édita para el área de estudio, así como el análisis de los informes técnicos inéditos, hizo factible prever las posibles características generales de ocurrencia de la evidencia arqueológica en el Lote, permitiendo la planificación de las etapas de trabajo en el sitio. Al mismo tiempo, el análisis ayudó también a disponer de elementos de juicio para medir la relevancia relativa de los posibles vestigios en término del estado de conocimiento previo para la zona.

La llamada cultura Tafí constituye una excepción para la arqueología del NOA, puesto que desde su primera definición (Bennett et al. 1948) se tomaron en cuenta elementos no cerámicos: menhires y recintos circulares de piedra (González y Nuñez Regueiro 1960; Tartusi y Núñez Regueiro 1993). Por lo general, la cerámica adscripta a esta cultura se considera carente de decoración, de manufactura tosca y mayormente cocida en atmósfera oxidante. Sin embargo, Srur (2001) plantea que los fragmentos cerámicos decorados incisos e incisos al pastillaje con motivos antropo y zoomorfos recuperados en El Mollar pertenecen a la Fase I de la tradición Tafí.


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Si bien los restos atribuidos a la cultura Tafí se hallan concentrados en el valle homónimo, se conocen restos similares en la Quebrada del Portugués, el Valle de la Ciénega, el Valle de Medina y San Pedro de Colalao.

Las estelas o menhires localizados en El Mollar, especialmente los grabados, se situaban en las proximidades de un gran montículo presente en la zona. También se registró la presencia de menhires lisos en otros puntos del valle.

Berberián y Nielsen (1988) estudiaron las estructuras arquitectónicas y los biotopos del Valle de Tafí, buscando establecer relaciones entre ambos y reconstruir sistemas de asentamiento. Determinaron ocho tipos de estructuras: 1- unidades simples pequeñas y medianas, circulares o subcirculares (de 2 a 6 m de diámetro); 2- unidades simples grandes, cuadrangulares o subcuadrangulares y circulares o subcirculares (de más de 6 m); 3- unidades circulares compuestas, de uno o más recintos o patios circulares grandes con recintos circulares pequeños o medianos adosados; 4- unidades cuadrangulares compuestas, de dos o más recintos cuadrangulares grandes apareados; 5- estructuras de riego; 6- estructuras para la protección del suelo (muros de contención, terrazas, andenes, cuadros de cultivo); 7- montículos (para despedre de campos y basurero); 8- estructura excepcional, cuya posible función se vincula al culto. Los tipos de asentamiento que identificaron fueron: (A) aislado; (B) conjunto diseminado; (C) concentrado residencial; (D) concentrado agrícola; (E) estación de pastoreo.

Núñez Regueiro y García Azcárate (1994) consideran la existencia en Tafí de dos momentos: I. La Angostura o Tafí I (siglos I a III ó IV A.D.), caracterizado por la utilización del montículo ceremonial y desarrollo de los menhires; ausencia de asas macizas en botón; cerámica considerada intrusiva “Candelaria I”; sistema de asentamiento caracterizado por unidades de residencia familiar/almacenaje/procesamiento y consumo, dispersas en los campos de cultivo; y II. Carapunco o Tafí II (siglos VII a X A.D.) representado por: abandono del montículo ceremonial, y menor importancia de los menhires; presencia de asas macizas en botón; cerámica intrusiva “Candelaria III”; sistema de asentamiento caracterizado por estructuras de residencia familiar concentradas que forman verdaderas aldeas, las que a veces incluyen espacios de actividad comunal.

Carrizo y colaboradores han estudiado una parte del registro arqueobotánico recuperado del Montículo de El Mollar, caracterizando empíricamente parte de la composición de los recursos vegetales utilizados por los pobladores del valle de Tafí durante la Fase I (Carrizo et. al. 1999; Cano 1999).

Para épocas posteriores al 800 d.C., se han recuperado pocos vestigios arqueológicos en el Valle de Tafí. Hacia los siglos XIII y XIV, los pobladores del Valle posiblemente intensifican sus relaciones con los valles semiáridos occidentales. La presencia de restos arqueológicos


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afiliados a la cultura santamariana, en el valle de Tafí, ubicada temporalmente en el Período Tardío, fue caracterizada por la existencia de depresiones rectangulares que delimitan unidades de vivienda, el enterramiento de párvulos en urnas delicadamente decoradas y la existencia de cementerios. Ejemplo de esto es que “En las zonas de La Costa, Los Cuartos, la villa de Tafí, El Rodeo, La Ovejería y El Mollar aparecen restos de una alfarería muy típica, pintada con tonos morados y negros sobre un fondo de color crema o, mayormente, solo el negro sobre un baño crema. Presenta motivos zoomorfos (sapos, suris o serpientes), antropomorfos (con representación de guerreros y sacerdotes) y también una diversidad de motivos geométricos. Se presentan como vasijas altas de cuello destacado por un labio bastante amplio. Son las urnas funerarias conocidas arqueológicamente como “urnas santamarianas” y caracterizan a la “Cultura Santamariana” de los Valles Calchaquíes. En unos cuantos casos estas urnas se encontraron en verdaderos cementerios” (Manasse 2006 en Corbalán 2011).

Con posterioridad y en referencia al momento de la presencia incaica en el valle (siglo XV), algunos autores señalan que: “…la pertenencia del Valle de Tafí al espacio dominado/controlado por el imperio incaico no sería ya cuestionable. Más allá de las discusiones sobre la concepción de frontera Oriental, la información que se maneja actualmente incorpora estos Valles al ámbito de injerencia del Estado Inca…hoy podemos apoyar aún más la hipótesis que durante el siglo XV se habría producido la integración al territorio dominado por el incario, dentro de una política expansiva que lo incorpora al Collasuyo en tiempos de Topa Inca… En este sentido este Valle tiene la relevancia de articular espacios de sumo interés para el Inca. Nexo natural con el piedemonte oriental y los Valles de altura localizados inmediatamente al Norte de la región ha jugado un rol relevante en el manejo territorial. Probablemente habría ocupado una posición de privilegio en la estructura imperial, actuando como tapón y defensa de la frontera del Este, jaqueada constantemente por ataques de los llaneros…” (Ibáñez, 2011). En relación con esto, también se logró recuperar restos cerámicos que fueron asignados a ésta época (Dlugosz et.al. 2007, Manasse et.al. 2005 y 2007 y Páez et.al. 2005).

Hacia la época del contacto hispano indígena, y un poco antes todavía, se puede agregar que se han “…encontrado asociaciones alfareras indicadoras de tiempos pocos anteriores a la invasión española. Aunque su cantidad es mucho menor que la alfarería santamariana, la presencia de fragmentos y vasijas pertenecientes a estilos Famabalasto, Belén e Inca provincial, remite sin duda a la época de dominio Inca de estas regiones (siglo XV). Las evidencias arqueológicas, así como algunos pocos datos obtenidos de los documentos coloniales permiten inferir un número aproximado a los 6.000 a 7.000 personas habitando el valle en tiempos del arribo de los primeros españoles a esta zona (siglo XVI)” (tomado de Manasse 2006, en Corbalán 2011).

Por otro lado y de manera de complementaria, se observa que varios investigadores señalaron la posibilidad de definir temporalidad y


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funcionalidad en base a algunas diferencias morfológicas entre los conjuntos alfareros y otros tipos de evidencias (Dlugosz y Piñeiro 1999; Dlugosz et al. 2007; Núñez Regueiro y Tarragó 1972; Núñez Regueiro y García Azcárate 1994; Berberián et al. 1988), así como también la posibilidad de indicar la existencia de relaciones interétnicas entre los grupos que habitaron el Valle de Tafí y regiones aledañas (González 1963; Núñez Regueiro y Tarragó 1972; Núñez Regueiro y García Azcárate 1994; Cano 1999; Carrizo et. al. 1999; Srur 2001), y el rol que habrían desempeñado algunos sitios en su articulación espacial (Sampietro y Vattuone 2004).

Recién durante estos últimos años se han intensificado las investigaciones arqueológicas en el valle de Tafí que enfocan a la problemática del segundo milenio de nuestra era. Estas investigaciones están siendo dirigidas por la Dra. Manasse y sus resultados contribuirán al conocimiento de dicho período. Entre los avances alcanzados por estas investigaciones (y que pueden ayudar a la descripción del registro arqueológico para los estudios de impacto) se pueden mencionar las identificaciones de las estructuras cuadrangulares o rectangulares, asociadas ocasionalmente a otras de menor tamaño de morfología circular, cuadrangular o monticular. Las mismas se manifestarían en el paisaje como depresiones de forma cuadrangular, rectangular o circular. Estas estructuras fueron construidas en tierra, con escaso uso de la piedra, dispuesta en sectores restringidos de su perímetro, pudiendo construir también áreas de paso o pasillo (López 2000; López y Manasse 2001). Como consecuencia de estas investigaciones se puede ver que “…Tafí, presenta una ocupación tardía importante, prácticamente todos los espacios disponibles han sido utilizados y explotados durante el segundo Milenio de la EC” (Páez 2005 citado en Ibáñez 2011).

Como señala Pantorrilla (2013a), la mayor cantidad de evidencias de ocupación tardía en el valle provienen del sector Norte del Valle, como las halladas en Los Cuartos, La Quebradita, El Rodeo, La Ovejería, La Costa, y hacia el sur, en El Mollar. En estos lugares aparecen restos que dan cuenta de una importante ocupación Tardía.

Por otra parte, en el extremo norte del valle, las investigaciones más recientes realizadas en el abra del infiernillo, más precisamente en la Quebrada de Los Corrales, han comenzado a dar cuenta “…de la presencia de sociedades humanas desde momentos tempranos (anteriores a ca. 2.500 años AP) y hasta momentos tardíos (ca. 600 años AP). El énfasis de estas ocupaciones habría ocurrido durante el 1° milenio D.C. caracterizado por la asociación de áreas residenciales/domésticas y áreas productivas consistentes en centenares de hectáreas cubiertas por estructuras agrícolas y pastoriles” (Oliszewski 2011). La información generada durante los últimos años de trabajo en esta área lleva “…a plantear que El Infiernillo y más precisamente la Quebrada de Los Corrales estuvo lejos de tener un carácter marginal en tiempos prehispánicos” (Oliszewski 2011).


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La zona de estudio3, En la zona de Los Cuartos, donde se

encuentra ubicado el lote padrón 680.346, se realizó un estudio de rescate arqueológico correspondiente al diseño del Loteo, con intervención durante la apertura de las calles del loteo (loteo del km 61,5 realizado por Manasse 1999). No se realizaron Estudios de Impacto Arqueológico durante la colocación de postes de alumbrado público, ni durante la instalación de red de agua. Dicha intervención se efectuó cuando ya se estaban vendiendo los lotes y se limitó a la excavación de 75 m2, tres unidades de excavación adicionales (sin especificación de tamaños), más dos sondeos exploratorios sobre el camino Z1 – c1 que atravesaba entonces varias estructuras lineales y una depresión dentro de la denominada Zona 1 del loteo (Zona Este del Loteo) (Manasse 1999). Según la autora, durante dicha intervención se recuperaron material cerámico correspondiente a períodos tardíos (Santamariano y Belén). Lamentablemente, esa publicación no presenta ningún tipo de gráficos y/o planos acerca de la ubicación precisa del camino Z1-c1, las estructuras arqueológicas presentes, la cerámica recuperada y los lugares intervenidos (Manasse 1999).

El resto de la información arqueológica disponible para la zona de Los Cuartos corresponde principalmente a los resultados de las investigaciones de B. Manasse realizadas desde 1999. También contamos con información de Estudios de Impacto Arqueológico realizados en los últimos años en terrenos cercanos (Srur 2010b, 2012, 2013a, 2013b; Gramajo Buhler 2013; Pantorrilla 2013a, 2013b).

Las evidencias arqueológicas que caracterizan el área está compuesta por estructuras en piedra abiertas y cerradas de diversas formas, tamaños y técnicas constructivas asignables a varios períodos cronológicos que van desde el inicio de la era cristiana hasta el período de influencia inca en la región.

En esta zona del Valle la preservación y la visibilidad arqueológica son regulares, principalmente debido a los movimientos de suelos que implican la apertura de calles y la construcción de viviendas de veraneo. Se advierte la presencia de recintos habitacionales, pero principalmente estructuras vinculadas a la producción agrícola con sus respectivas obras de canalización e irrigación, estructuras monticulares. Prácticamente no aparece otro tipo de restos arqueológicos, tan sólo se nota la presencia de fragmentos cerámicos dispersos en aquellos lugares en los que el continuo paso de animales o de los hombres, han socavado el terreno conformando senderos, o donde las lluvias han erosionado el suelo.

Los trabajos sistemáticos que Manasse y colegas realizaron en la zona (1999, 2002, 2006, 2011) lograron reconocer la presencia de dos momentos culturales diferentes que en algunos casos se superponían. Por un lado se encontró evidencia de la cultura formativa Tafí, manifiesta

3 Modificado de Pantorilla 2013a y 2013b.


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en su patrón de asentamiento, tanto residencial como agrícola, y su alfarería, también se hallaron fragmentos cerámicos relacionados, estilísticamente, con otras culturas contemporáneas a Tafí (cultura Candelaria) y posteriores (cultura Aguada). El otro momento reconocido corresponde a los restos, tanto edilicio habitacionales (depresiones cuadrangulares) como cementerios, que pudieron ser asociados a la cultura tardía Santa María con influencia Inca.

Es importante señalar que, más allá de la morfología de las estructuras arquitectónicas, la zona dio cuenta de la existencia de evidencias de poblaciones prehispánicas de distintos momentos. Aún dentro estructuras de morfología típica del Periodo Formativo local, (desde aproximadamente el 200 d.C.). En las proximidades a ésta zona, se han hallado entierros del Periodo Tardío (aproximadamente 1000 -1200 d.C.) y evidencias del período Inca (aproximadamente 1400 d.C.).

Algunos de los antecedentes más directos para esta zona de Los Cuartos están representados por los estudios de impacto arqueológicos de Srur 2010b, 2012, 2013a, 2013b; Gramajo Buhler 2013 y Pantorrilla 2013a, 2013b, donde en varios casos se registraron diversos tipos de depresiones y estructuras lineares superficiales y frecuentemente evidencias cerámicas en sondeos subsuperficiales.

6- DECLARACIÓN PREVIA

6.1- Condiciones y características del estado físico del área de trabajo al momento del inicio de la intervención arqueológica: Al momento de la intervención arqueológica se observa que el lote objeto de estudio no presenta ningún tipo de alteración ni movimiento de suelos. Sólo presenta un alambrado perimetral al igual que el resto de los terrenos vecinos.

7- PLAN DE TRABAJO Y METODOLOGÍA

7.1- Descripción y fundamentación de la metodología implementada: Tareas previas de gabinete/laboratorio: se confeccionó la estrategia de abordaje para el análisis y evaluación del área, para lo cual se tuvo en cuenta la información obtenida de los antecedentes éditos y también de los informes técnicos de estudio de impacto realizados en la zona de Los Cuartos y en lugares cercanos tales como los de: Srur (2009, 2010a, 2010b, 2011, 2012, 2013a, 2013b, entre otros); Pantorrilla (2013a, 2013b), Gramajo Buhler (2013); Cano (2013a, 2013b, 2014a, 2014b, 2014c), a los cuales se sumó también la revisión de otros informes de estudio de impacto arqueológico para otros lugares próximos del Valle de Tafí como ser el “Estudio de relevancia e impacto arqueológico Loteo La Quesería – Tafí del Valle – Tucumán” elaborado por B. Manasse (2006). Además se realizó una búsqueda bibliográfica entre distintos estudios de impacto arqueológico realizados fuera del valle de Tafí a fin de refinar la metodología implementada (Barreiro 2002; Ramos Millán


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et.al. 1993, Llavori 1988, Capdepont, 2008; Madero y Reigadas, 2002; entre otros). Esto contribuyó a planificar y disponer de elementos de juicio para medir la relevancia relativa de los vestigios en términos del estado de conocimiento previo para la zona, así como también para la determinación del impacto arqueológico a producirse por la nueva obra. A partir de la integración de los datos se realizó la evaluación preliminar sobre el probable grado relevancia arqueológica del terreno en cuestión y el posible impacto que producirá la obra de construcción. Tareas de campo: La primera medida fue una inspección ocular detallada, complementada por un registro fotográfico y gráfico del área en estudio. Para evaluar el potencial arqueológico del lote objeto de estudio, se desarrolló una prospección pedestre intensiva y sistemática de cobertura total del lote (3.115 m2), tanto en la zona donde el terreno se vería afectado directamente por la construcción de la vivienda, como en aquella zona donde el terreno sería indirectamente afectado. Se tomó como zona de afección directa a aquella superficie del terreno elegida para llevar adelante el proyecto constructivo, es decir el lugar donde se emplazaría la nueva construcción; mientras que la zona de afección indirecta corresponde al resto del terreno que indirectamente se vería afectado por el proyecto constructivo.

Una vez recorrido y prospectado el terreno se procedió a realizar sondeos exploratorios en distintos puntos del predio a fin de conocer la potencia arqueológica dentro del lote, estimar la densidad de los restos presentes y de comparar los perfiles de suelo entre las áreas que serían directamente afectadas por las tareas de obra con aquellas áreas que no se verían afectadas de manera directa. Para ello, se realizaron cuatro sondeos de 1 x 1 m y profundidad variable, ubicándose uno de ellos dentro del área de afección directa de la construcción y los tres restantes dentro del área afección indirecta. De estos tres últimos, uno fue ubicado aguas debajo de uno de los lineamientos de piedras del terreno (Andén 1), mientras que los dos restantes fueron ubicados aleatoriamente. La posición exacta de cada pozo de sondeo fue registrada mediante GPS (Garmin Etrex Vista HCT, Coordenadas Geográficas Lat. Long, Datum: WGS 84) y excavado a través de niveles artificiales de 20 cm de profundidad. Para la excavación se los sondeos se utilizaron cucharín y pala y los sedimentos extraídos fueron revisados con zaranda de malla gruesa. En cada uno de los sondeos se llevó a cabo un registro fotográfico en soporte digital de las unidades de excavación y/o niveles estratigráficos determinados, procurando un registro lo más detallado posible.

El registro y relevamiento de las tareas de campo, tanto para la prospección terrestre como para los sondeos arqueológicos, se realizó utilizando medios fotográficos digitales, cuadernos de campo, GPS (Garmin Etrex Vista HCT), cinta métrica, brújula y clinómetro digital.


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Fundamentación de la elección de la cantidad de pozos de sondeos efectuados: Como ya se mencionó oportunamente, en este y otros trabajos del autor (por ej. Cano 2014c), desde el punto de vista metodológico -y siguiendo los criterios generales empleados en casi todos los estudios de impacto arqueológico realizados en el área-, se decidió realizar 4 (cuatro) pozos de sondeos de 1 x 1 m, en vez de 2, 6, 8 o 10 -o toda la superficie compuesta por el terreno bajo estudio-, por exactamente los mismos motivos que los expresados en detalle en este trabajo en cuanto a las características arqueológicas del área y el tipo de estudio arqueológico involucrado (EIA4) y por considerar que con esa cantidad de sondeos se puede tener una muestra bastante aproximada acerca del potencial arqueológico del lote bajo estudio. Criterio metodológico que parece ser compartido por casi TODOS LOS ESTUDIOS DE IMPACTO ARQUEOLÓGICO realizados por diferentes autores en lotes de tamaños similares y ubicados en áreas vecinas y próximas del valle. Estudios que a su vez, fueron oportunamente REVISADOS Y APROBADOS POR EL PERSONAL DE LA DIRECCIÓN DE PATRIMONIO DEL ENTE CULTURAL DE LA PROVINCIA sin mayores objeciones. En este caso particular, se decidió hacer cuatro (4) pozos de sondeos en vez de 1, o 10, debido a que resulta imposible excavar toda la superficie bajo estudio y porque además disponíamos de recursos financieros, tiempo y personal necesario para realizar esa cantidad exacta que habíamos planificado, siguiendo a su vez, los criterios empleados por el autor, y otros autores, en lotes de tamaños similares (ver también más abajo el título: Fundamentación). Tareas de gabinete/laboratorio posteriores: Se organizó, procesó y analizó toda la información relevada durante las etapas previas y se confeccionó el presente informe donde se plantea, además, un plan de manejo de las evidencias arqueológicas posibles de ser detectadas en un futuro en el lugar. Fundamentación: Aunque bien, no todas las actividades prehispánicas registradas en el valle de Tafí presentan evidencias superficiales, se hace necesario aclarar que la cantidad o el número de los sondeos realizados en este estudio responde a la finalidad de un estudio de impacto arqueológico; es decir que no tiene como fin excavar toda la superficie del terreno ni tampoco llevar a cabo una investigación arqueológica sistemática prolongada en un área determinada, sino más bien registrar y poner en evidencia los bienes patrimoniales que puedan ser afectados por la nueva obra y mitigar dicho impacto. Este estudio de impacto arqueológico, así como los estudios de impacto realizados por el autor y los otros autores antes citados, busca visualizar la posible ocurrencia y características de las evidencias arqueológicas de toda índole, a fin de mitigar (ya sea evitándolo o, bien, minimizando al máximo) el impacto que pudieran sufrir por la ejecución del proyecto constructivo. Es de agregar que cuando se hace mención a las evidencias arqueológicas de toda índole, nos estamos refiriendo tanto a aquellas evidencias arqueológicas que fueran registradas en la literatura

4 EIA (Estudio de Impacto Arqueológico).


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arqueológica (sean éstas que presenten o no algún tipo de manifestación o evidencia superficial) como también a aquellas que aún no hayan sido registradas en la literatura arqueológica para el valle de Tafí. Por ejemplo, las depresiones circulares u ovales identificadas y registradas por Srur en diferentes informes de estudio de impacto arqueológico realizados para varios terrenos ubicados en el loteo La Quesería (Srur 2009 y 2010b, entre otros), y que hasta entonces, este tipo de depresiones circulares u ovales, no habían sido identificadas y registradas en la literatura arqueológica para el valle de Tafí. También es de añadir que cuando se hace alusión a las evidencias arqueológicas, el autor no solo se refiere a las evidencias arqueológicas del período prehispánico sino también a aquellas pertenecientes al período de contacto hispano-indígena, así como aquellas pertenecientes al post-contacto, tanto colonial como post-colonial, llegando inclusive hasta los tiempos históricos recientes.

Cabe señalar que si bien los estudios de impacto arqueológico se vuelven una herramienta fundamental en aquellas áreas, zonas o lugares donde aún no se han llevado a cabo investigaciones arqueológicas sistemáticas, en ningún caso los estudios de impacto van a reemplazar ni sustituir dichas investigaciones.

Entre las razones por la que un estudio de impacto arqueológico no puede sustituir ni reemplazar una investigación arqueológica sistemática se pueden considerar las siguientes: a) los tiempos en los cuales se desarrollan (durante los estudio de impacto los tiempos son mucho más cortos y acelerados); b) la amplitud y la disponibilidad de los espacios para excavar (en los estudios de impacto arqueológicos los espacios son mucho más acotados); c) los objetivos diferentes que se plantean, que para el caso de los estudios de impacto, girarán en torno a determinar la presencia y potencialidad de las evidencias arqueológicas y a medir en alguna forma el impacto que puede llegar a producirse y de plantear medidas correctoras para mitigar, evitar, estabilizar, paliar y/o compensar dicho impacto; d) la disponibilidad de los recursos (que en el caso de las investigaciones arqueológicas desarrolladas en forma sistemática es, en la gran mayoría de los casos, el Estado Nacional o Provincial o Municipal quien se hace cargo de dichos recursos con todo lo que ello implica). Por lo tanto, los estudios de impacto arqueológico, más que reemplazar una investigación arqueológica sistemática llevada a cabo de manera prolongada en un área determinada, vienen en auxilio de los bienes patrimoniales culturales que están siendo alterados y/o destruidos por el desarrollo urbanístico. En otras palabras, las investigaciones arqueológicas nunca podrán ser reemplazadas por los estudios de impacto arqueológico ya que las mismas se enmarcan dentro de un proceso investigativo más amplio, mientras que los estudios de impacto no dejan de ser un informe técnico orientado por criterios científicos.

En suma, “la meta final, en todos los casos, debe ser la de tender a lograr un equilibrio o conciliación entre el interés en el crecimiento y desarrollo de la sociedad actual y la preservación del medio


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ambiental y cultural. Esto es posible en el marco de un esquema de Desarrollo Sustentable que, en términos generales, puede considerarse como aquel que satisfaga las necesidades de las generaciones presentes sin por esto disminuir o poner en riesgo los recursos naturales y culturales para las generaciones venideras” [Ratto y Orgaz (2003) en Manasse y Martel (2006)].

8- RESULTADOS

8.1- Resultados de la inspección y prospección superficial: Las tareas de inspección y prospección superficial del terreno permitieron identificar la presencia de tres alineamientos de piedras de probable función agrícola y de diversas dimensiones ubicados fuera del área de afección directa de la obra. A estos lineamientos de piedras se los denominó Anden 1, Andén 2 y Andén 3. El Andén 1, está compuesto por un lineamiento de 4 grandes piedras granitoides redondeadas de 0,70 x 0,50 m y de unos 4 m de longitud en sentido E-O, con una altura promedio de 0,50 m sobre la superficie del terreno. El Andén 2, está compuesto por un lineamiento de piedras (granitoides) de unos 7,5 m de longitud (altura promedio de 0,40 m sobre la superficie), dispuestas en sentido E-O y a unos 16 metros al SE del andén 1. El Andén 3, se encuentra muy desdibujado en el terreno y se ubica a unos 18 metros al SE del Andén 2, cerca del lindero E del terreno. Tiene una orientación NE-SO y una longitud aproximada de 7 m., compuesto por piedras menores de 0,45 x 0,30 m (altura promedio del andén: 0,35 cm). Todos estos alineamientos de piedras se ubican fuera del área de afección directa de la obra a construir (figs. 12 a 20). Fuera de las estructuras descriptas, no se observó ningún otro tipo de estructura arqueológica superficial, ni parte de ella (tanto de las construidas con piedra como las definidas por depresiones en el terreno). Tampoco se observó sobre la superficie del terreno (tanto en la zona de afección directa como indirecta), ningún otro tipo de evidencia arqueológica, como las conformadas por restos materiales muebles.


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Figura 12: Plano del lote al momento de la prospección superficial con ubicación de los tres andenes detectados.


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Figura 13: Ubicación del área de afección directa de la obra en relación a los andenes identificados en la prospección superficial del terreno.

Figura 14: Anden n° 1 visto desde su ángulo SO.


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Figura 15: Anden n° 1 visto desde su ángulo SE.

Figura 16: Anden n° 2 visto desde su ángulo NE.


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Figura 17: al fondo, Anden n° 2 visto desde su ángulo N.

Figura 18: Anden n° 2 visto desde su ángulo NO.


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Figura 19: Anden n° 2 visto desde su ángulo SO.

Figura 20: Anden n° 3 visto desde el Este.


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8.2- Resultados de los sondeos exploratorios: Se efectuaron en total 4 sondeos exploratorios de 1 x 1 m en el terreno. Las ubicaciones de los mismos se muestran en el siguiente croquis (fig. 21):

Figura 21: Ubicación de los sondeos exploratorios.


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Sondeo 1: Ubicación geográficas: 26° 50' 57,36" Lat. S; 65° 41' 30,61" Long. O. Elevación: 2026 msnm. Dimensiones: 1m x 1m. Profundidad máxima: 0,80 m (fig. 22 y 23).

Figura 22: ubicación del Sondeo 1, aguas abajo del Andén n° 1.

Figura 23: ubicación del Sondeo 1, vista desde otro ángulo.


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Nivel 1 (0-0,20 m): Presenta una cubierta superficial de gramíneas

y herbáceas. Sedimento de textura franco limo-arenosa y coloración pardo rojiza sin pedregosidad y con abundantes raicillas. Al principio el sedimento estaba muy compactado luego se vuelve más suelto y con estructura granular. Comienzan a aparecer clastos pequeños hacia la base del nivel (fig. 24). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS.

Figura 24: Sondeo 1, nivel 1. Nivel 2 (0,20-0,40 m): Sedimento de características texturales y

coloración similar al nivel anterior. Presenta una estructura de pequeños bloques sub-angulares y aparecen mayor cantidad de clastos pequeños y algunos medianos hacia la base del nivel (fig. 25). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS.


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Figura 25: Sondeo 1, nivel 2. Nivel 3 (0,40-0,60 m): Sedimento de características texturales y de

coloración similares al anterior. Menor cantidad de clastos que el nivel anterior. Presenta una estructura de bloques sub-angulares (fig. 26). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS.

Figura 26: Sondeo 1, nivel 3, vista general. Nivel 4 (0,60-0,80 m): el sedimento presenta una textura y

humedad similar al anterior. Su color también es pardo rojizo oscuro y presenta una estructura de pequeños bloques, más friable que la anterior. Hacia la base del nivel comienzan a aparecer una mayor cantidad de clastos medianos y pequeños y algunas rocas medianas a grandes que impiden seguir excavando. Se llega a una zona de


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pedregullo y clastos medianos a grandes típico del sustrato local (fanglomerados). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS. Debido a la ausencia reiterada de restos arqueológicos, se da por finalizada la excavación (fig. 27 y 28).

Figura 27: Sondeo 1, nivel 4.


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Figura 28: Sondeo 1, nivel 4, detalle del perfil norte. Sondeo 2: Ubicación geográficas: 26° 50' 57,82" Lat. S; 65° 41'

30,24" Long. O. Elevación: 2024 msnm. Dimensiones: 1m x 1m. Profundidad máxima: 0,60 m (fig. 29).


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Figura 29: ubicación del Sondeo 2, nivel superficial. Nivel 1 (0-0,20 m): Superficie cubierta por gramíneas y herbáceas.

Este nivel es similar al nivel 1 del Sondeo 1. Sedimento franco limo-arenoso de color pardo rojizo oscuro, de estructura granular y con abundantes raicillas de gramíneas y herbáceas. Presenta algunos clastos rodados de tamaño pequeño. Hacia el final del nivel, en el sector NE del pozo, comienza a aparecer una gran piedra. NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS (fig. 30).



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Nivel 2 (0,20-0,40 m): Sedimento franco limo arenoso color pardo rojizo oscuro con estructura granular y mayor grado de humedad que el nivel anterior. Se vuelve más pedregoso con la profundidad y aparecen grandes clastos metamórficos típicos del sustrato rocoso (fanglomerado) (fig. 31). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS.

Figura 31: Sondeo 2, nivel 2. Nivel 3 (0,40-0,60 m): Sedimento de características similares al

nivel anterior con mayor grado de pedregosidad. Hacia los 45 cm de profundidad el sedimento cambia de coloración y humedad. Se vuelve más rojizo y de textura similar al loess y desaparece la pedregosidad superior. A los 45-50 cm de profundidad aparece de una capa de loess puro (fig. 32). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS. Debido a la ausencia reiterada de restos arqueológicos, se da por finalizada la excavación.


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Figura 32: Sondeo 2, nivel 3. Sondeo 3: Ubicación geográficas: 26° 50' 58,34" Lat. S; 65° 41'

30,86" Long. O. Elevación: 2023 msnm. Dimensiones: 1m x 1m. Profundidad máxima: 0,80 m (fig. 33).

Figura 33: Ubicación del Sondeo 3. Nivel superficial. Nivel 1 (0-0,20 m): Este nivel es similar a los niveles 1 de los

Sondeos anteriores. Posee una cubierta superficial de unos 4 cm de espesor con abundantes raicillas de gramíneas que disminuye con la profundidad. A partir de esa profundidad, el sedimento continúa siendo franco limo-arenoso, se vuelve de color pardo rojizo oscuro y presenta


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estructura granular, con abundante pedregullo hacia la base del nivel (fig. 34). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS.


nivel anterior en cuanto a su contenido de humedad, textura, estructura y coloración. Presenta abundante pedregullo y clastos medianos, especialmente hacia la base del nivel (fig. 35). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS.



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Nivel 3 (0,40-0,60 m): Sedimento similar al nivel anterior, con un mayor grado de pedregosidad y muy difícil de excavar (fig. 36). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS. Debido al elevado grado de pedregosidad y a la ausencia reiterada de evidencias arqueológicas, se da por finalizada la excavación.

Figura 36: Sondeo 3, nivel 3. Sondeo 4: Ubicación geográficas: 26° 50' 57.01" Lat. S; 65° 41'

30.12" Long. O. Elevación: 2027 msnm. Dimensiones: 1m x 1m. Profundidad máxima: 0,60 m (fig. 37).

Figura 37: Sondeo 4, ubicación y nivel superficial.


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Nivel 1 (0-0,20 m): Superficie cubierta por gramíneas y herbáceas. Sedimento franco limo-arenoso de color pardo rojizo oscuro y estructura granular, similar a los niveles 1 de los sondeos anteriores. Presenta un alto grado de pedregosidad especialmente hacia la base del nivel (fig. 38). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS.

Figura 38: Sondeo 4, nivel 1. Nivel 2 (0,20-0,40 m): Sedimento de características texturales,

estructurales y coloración similares al nivel anterior. Presenta una mayor cantidad de pedregullo y clastos medianos, especialmente hacia la base del nivel (fig. 39). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS.


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nivel anterior. Presenta un mayor grado de pedregosidad, con abundantes clastos medianos a grandes hacia la base que imposibilitan seguir excavando (fig. 40). NO SE REGISTRARON EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS. Debido a alto grado de pedregosidad del sedimento y a la ausencia reiterada de restos arqueológicos, se da por finalizada la excavación.



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8.3- Descripción edáfica de los perfiles de sondeo (Caracterización Edáfica de los perfiles): Los análisis efectuados a los 4 sondeos realizados permitieron determinar en líneas generales el siguiente perfil edáfico:

• 0-35 cm. Horizonte A

• 36-45 cm. Horizonte A/C.

• 45-80 cm. Horizonte C Todos ellos desarrollados sobre un sustrato de fanglomerados. En términos generales, se trata de suelos de origen cuaternario, pobre a moderadamente desarrollados sobre un material parental grueso inmerso en una matriz fina de tipo loessico (loess retrabajado), típico de fanglomerados y de esta zona geomórfica de glacis cubierto.

8.4- Limitaciones: no hubo limitaciones para la realización de este estudio. 8.5- Area de restricción arqueológica: Teniendo en cuenta los resultados

obtenidos,- y con el fin de preservar las evidencias arqueológicas superficiales detectadas-, en el plano de la fig. 41, se delimitó la zona de restricción arqueológica del lote bajo estudio donde no se puede llevar a cabo ningún tipo de obra que implique: remoción de suelos, instalación de obradores y/o acopio de materiales, ni circulación de vehículos y maquinarias.


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Fig. 41. Plano del lote con indicación del área de restricción arqueológica.

9- INTERPRETACIÓN Y ALCANCE DE LOS RESULTADOS

Del análisis de las evidencias superficiales se puede deducir que los tres lineamientos de piedras detectados en el terreno habrían formado parte de alguna estructura tipo andén vinculada a una función rural/agrícola. Estas estructuras probablemente estaban relacionadas con otras estructuras similares en lotes vecinos, pero que en la actualidad se encuentran completamente destruidas y/o alteradas por factores antrópicos modernos. El diseño previo del loteo donde se ubica el terreno, con la apertura de caminos colindantes al lote, debió alterar y destruir gran parte de estas evidencias, ya que en las imágenes satelitales del área aún pueden observarse grandes acumulaciones de despedre y algunos restos de estructuras de piedra dispersas en las inmediaciones, las cuales el día de hoy se encuentran muy alteradas por el enorme desarrollo urbanístico de esta área. La falta de material arqueológico diagnóstico y la imposibilidad de aplicar técnicas de fechado a las líneas de andenes detectadas impiden asignar temporalidad a este conjunto de evidencias. Teniendo en cuenta la información arqueológica existente para el área, los restos de estas estructuras lineales podrían


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pertenecer al primer siglo de la Era Cristiana, pero también, podrían haber sido reutilizadas, o construidas en tiempos prehispánicos más recientes. Ahora bien, teniendo en cuenta los resultados obtenidos en el sentido de que los tres andenes detectados en la superficie del lote se encuentran ubicados fuera del área de afección directa de la obra proyectada, se estima que el lote en cuestión presenta una Relevancia Arqueológica Baja, por lo que el proyecto de construcción de obra en el terreno bajo estudio, presenta un impacto arqueológico bajo o compatible. Es decir, en este caso particular, el proyecto constructivo de la obra en cuestión, sobre el lote en cuestión, estaría implicando la ausencia de impactos directos sobre el patrimonio arqueológico detectado. No obstante, para garantizar tal protección, las obras proyectadas deben ajustarse al área en que están originalmente definidas en los respectivos planos, no pudiéndose realizar ningún tipo de obra nueva o accesoria, instalación de obradores, acopio de materiales y/o tránsito de maquinarias sobre el área de restricción arqueológica definida para el lote (ver fig. 41).

10- PROPUESTAS Y RECOMENDACIONES Teniendo en cuenta los resultados obtenidos, se hace necesaria la

aplicación de una serie de medidas y recomendaciones de carácter obligatorio ante la posible ocurrencia de hallazgos arqueológicos fortuitos dentro del predio.

En tal sentido, las medidas que se deben tomar en carácter obligatorio para la protección, preservación y conservación del patrimonio arqueológico, son las siguientes:

En primer lugar, siguiendo con los procedimientos propuestos por la Dirección de Patrimonio de la Provincia para la realización de los estudios de impacto arqueológico (2009), así como la legislación vigente, se debe remarcar la obligatoriedad que tienen el propietario del terreno y/o responsable de la construcción, de realizar el seguimiento arqueológico de obra, durante las etapas de remoción de suelo, tales como la excavación de los cimientos, del pozo absorbente y de la cámara séptica.

Por lo tanto, no se deben efectuar grandes movimientos de suelo dentro del perímetro del lote sin la consulta y/o supervisión de un profesional arqueólogo matriculado y debidamente inscripto en la Dirección de Patrimonio provincial. Tampoco se debe alterar los sectores en los cuales se encuentran los tres andenes detectados por futuras obras de infraestructura, parquización del lote, acopio de materiales, etc. (área de restricción arqueológica; ver fig. 41).

Si en un futuro se decidiera emprender cualquier otra actividad de obra, se debe convocar a un profesional arqueólogo para que acompañe dichas tareas de seguimiento de obra y, en caso de ser necesario, haga el rescate pertinente, evitando dañar, remover o alterar las piedras que componen los tres andenes detectados en el lote.


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En caso de hallar durante la etapa de ejecución de la obra proyectada cualquier tipo de resto arqueológico, o de posible procedencia arqueológica, o que evidencie algún tipo de uso anterior del suelo, se deben realizar las siguientes acciones:

1. Efectuar la denuncia correspondiente de la aparición de dichos restos en la Dirección de Patrimonio Cultural del Ente de Cultura de la Provincia, sito en calle San Martín 251, 1° Piso, en la ciudad de San Miguel de Tucumán o bien mediante comunicación telefónica al número 0381-4307678 internos 242 y 260, que corresponde a la Dirección de Patrimonio Cultural.

2. No realizar la extracción de los restos aparecidos y, en la medida de lo posible, cubrir dichos restos de la intemperie hasta que se haga el rescate pertinente por un profesional arqueólogo.

3. Si es posible, sacar fotografías colocando siempre, a la par del resto u objeto, algún elemento conocido para su referencia escalar (puede ser una moneda, lápiz o regla, etc.).

4. Recordar que en todos los casos siempre debe haber un profesional arqueólogo para que examine y supervise el material y las acciones a seguir.


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