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Jorge Lnjdn Huñoz Cambios en la estructura familiar de los indígenas pok-es de Petapa (Guatemala) en l a primera mitad del siglo XVI La cultura indígena de Guatemala es el resuitado de una interacción que se inició hace varios siglos entre los mayas prehistóricos y la cul- tura occidental. Desafortunadamente, hay pocos estudios que se refieran a l desarrollo histórico de esta interacción y a sus consecuencias en la estructura social de las sociedades indígenas. Los trabajos antropológi- cos y sociológicos centrados en la pesueña canunidad indígena que por años predominaron en la región generalmente omiten una perspectiva histórica. Los historiadores, por su parte, han prestado poca atención a los cambios en la estructura social tanto del sector hispano o ladino camo, sobre to- do, del de los indígenas. Se hace necesario, por lo tanto, realizar estu- dios que interpreten la evolución de la estructura social en Guatemala. El Único trabajo que conocemos que hace referencias a la estructura familiar de los indígenas de Guatemala durante la colonia es e l de Pilar Sanchiz Ochoa, e l cual enfoca la profunda desorganización y desestructura- ción familiar causada por el régimen de explotación que introdujeron los españoles durante el siglo XVI.l Se refiere a toda Guatemala, aunque su énfasis está en la región cacaotera de la costa sur. El presente estudio describe los cambios ocurridos en la estructura f a m i l i a r en l a canunidad pokomcrm de San Miguel Petapa durante los primeros ños de la colonización española. Se basa en una docunentación diversa que limitada, especialmente en una cuenta de 1562, ahora en e l Archivo neral de Indias (Sevilla). Jorge Lu ján Muñoz, historiador de nacionalidad guatemalteca, es fesor en la Universidad do1 Valle de Guatemala y en la Universidad de n Carlos de Guatemala. Actualmente, con licencia de estas dos institu- ones, desan* e l cargo de embajador de Guatemala en Ese. Este artlculo fue publicado originalmente en ingles bajo el título in the Famiby Structure of Ihe Pokomam of Petapa, Guatemala in st Half of the 16th Century", en Journal of Canparative F&ly 14 (Smmer, 1983): 2: 215-27. Los editores agradecen la autoriza- cedida para la presente publicación en español. 1 "Cambio en la estructura familiar indígena: influencias en la sia y l a encomienda en Guatemala", Revista de la Universidad CapIu- 117 (1980): 169-91.

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Page 1: camo, - Dialnet · 2012. 11. 27. · puestos de mayor nivel, los reservaban a miembros de la clase alta. Todos estos cargos suponían títulos y prerrogativas de traje, residencia

J o r g e Lnjdn Huñoz

Cambios en la e s t r u c t u r a fami l ia r de los indígenas pok-es de Petapa (Guatemala)

en l a primera mitad del s i g l o XVI

La cu l tu ra indígena de Guatemala es e l resuitado de una interacción

que s e i n i c i ó hace var ios siglos entre los mayas prehistóricos y l a cul- tura occidental. Desafortunadamente, hay pocos es tudios que s e r e f i e r an a l desar ro l lo h i s t ó r i c o de e s t a interacción y a sus consecuencias en la e s t ruc tu ra soc ia l de las sociedades indígenas. Los trabajos antropológi- cos y sociológicos centrados en la pesueña canunidad indígena que por años predominaron en l a región generalmente omiten una perspectiva histórica. Los his tor iadores , por su parte, han prestado poca atención a los cambios en l a es t ruc tura social tanto del sector hispano o ladino camo, sobre to- do, d e l de los indígenas. Se hace necesario, por lo tanto, real izar estu- dios que interpreten la evolución de la estructura social en Guatemala.

E l Único t r aba jo que conocemos que hace referencias a l a estructura fami l ia r de l o s indígenas de Guatemala durante la colonia es e l de Pilar Sanchiz Ochoa, e l cual enfoca la profunda desorganización y desestructura- ción fami l ia r causada por e l régimen de explotación que introdujeron los españoles durante e l s i g lo XVI.l Se refiere a toda Guatemala, aunque su énfasis está en l a región cacaotera de la costa sur.

E l presente estudio describe los cambios ocurridos en l a e s t ruc tu ra famil iar en l a canunidad pokomcrm de San Miguel Petapa durante los primeros ños de l a colonización española. Se basa en una docunentación diversa

que l imi t ada , especialmente en una cuenta de 1562, ahora en e l Archivo neral de Indias (Sevilla).

Jorge Lu ján Muñoz, h i s to r iador de nacionalidad guatemalteca, es fesor en la Universidad do1 Valle de Guatemala y en l a Universidad de

n Carlos de Guatemala. Actualmente, con licencia de estas dos inst i tu- ones, desan* e l cargo de embajador de Guatemala en E s e .

Este a r t l c u l o fue publicado originalmente en ingles bajo e l t í t u l o i n the Famiby Structure of Ihe Pokomam of Petapa, Guatemala i n

s t Half of the 16th Century", en Journal of Canparative F&ly 14 (Smmer, 1983): 2: 215-27. Los editores agradecen la autoriza-

cedida para la presente publicación en español.

1 "Cambio en l a es t ruc tura fami l ia r indígena: influencias en la s i a y l a encomienda en Guatemala", Revista de la Universidad CapIu-

117 (1980): 169-91.

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Jorge Luján Muñoz

Organización social y polftica de los pokcmamm antes de 21 oonquista

Los pokomames s e establecieron en lo que hoy es l a República de Gua- temala bastante tiempo antes de la conquista española. No mucho antes de

l a conquista se vieron divididos en t res o más grupos a causa de invasores

r ec i en t e s , probablemente p i p i l e ~ . ~ No se les puede considerar como una so la t r i b u o unidad p o l í t i c a , n i a l manento de la conquista española n i con an te r io r idad a é s t a . A l igual que cano ha ocurrido con otros grupos indígenas de Guatemala, ha surgido cierta confusión entre l a s unidades p-

l í t i c a s y las áreas lingüísticas. Siguiendo a Susan Miles, usamos e l tér- mino pobri para referirnos a l idioma, y p k o m , pkumes para l a s gentes que l o hablan o hablaban.

En l a actualidad existen dos grupos que hablan pokom en Guatanala: los pokomames de l nor te , también llamados pokomchíes, quienes viven en una pequeña área de l a Verapaz (ve r e l mapa), en los alrededores del valle

a l t o de l r í o Polochic, y los pkomames del centro, muy ladinizados, cuyas

comunidades principales son Mixco, Chinautla, Palín (conocido en la época co lon ia l como Can Cris tóbal ~ m a t i t l á n ) , Amatitlán (San Juan Amatitlán),

Santa Catarina Pinula y Can Miguel Petapa. Sólo en las primeras dos canu- nidades s e habla e l pokom hasta c i e r t o grado en la actualidad, y en la

Última (Petapa) ha desaparecido del todo.

Durante los primeros años d e l s i g l o XVI estos dos grupos de idiana pokom ya s e encontraban separados por l o s quichés y por los pipiles de

Salamá y San Jerónimo (Baja Verapaz). E l grupo del norte se extendía has- t a Chamá en e l valle del r í o &hoy. E l grupo central, e l cual comprendía una área mayor, se extendía desde e l valle del r í o Wtagua (zona de Acasa-

guast lán) hasta Palín y Mita por e l sur y Jilotepeque a l oriente (ver e l mapa). Por otra parte, exist ía también e l grupo pkomam del sudeste de E l

Salvador, establecido en zonas de Ahuachap'an, Chalchuapa y Santa Ana, s e

2 En e s t e aspecto no coincidimos con R. Girard n i con A. Ghidinelli, quien l o segunda, quienes consideran que los pokomames representan e l ho- r i zon te maya más antiguo, siendo e l centro y origen de la civilización maya. Véame Rafael Girard, Los Hayas: Su civilizacifjn, su historia, sus vinculaciones cont inentales í Méxrco: Libro m Editores, 1966), y AZZO Ghidine lli , "Tentativa de reconstrucción de la etnohistoria precolombina del grupo pokom" , Guatemala Indígena 9 ( 1974) : 1/2: 17-50.

3 Susan W. Miles, "The Sixteenth-Century Pokom-Maya: A Docmentary Analysis of Social Strudure and Archaeological Setting", Transactions of t he American Philosophical Society 47 n.s. ( 1957) : 4: 735-81. Bi l as ci- t a s que haremos a continuación, dada la cantidad, sólo se incluirá en e l texto, entre paréntesis, e l número de página.

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Figura 1. Los grupos l i n g ü í s t i c o s de Guatemala antes de l a conquista; según Miles, "The Sixteenth Century A>km-Maya".

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Jorge Luján Muñoz

parados de los pokanames centrales por lo s xincas, un grupo popoluca y l o s p ip i les .

Según af i rma Miles (pág. 7541, l a distribución de lo s pokomam a l mo- mento de l a conquista indica un canplicado cuadro de asociaciones y movi- mientos h i s t ó r i c o s . E l problema de los desplazamientos de los p i p i l e s e s

muy canplejo y no s e puede resolver con base en l a s p r e s e n t e s e v i d e n c i a s

a rqueo lóg icas y l i n g ü í s t i c a s . Ex i s t en pruebas de que ya en e l c lás lco

temprano y cont inuando práct icamente hasta l a conquista caktellana hubo

diversas invasiones de grupos de lengua nahuatl. Los poblados pokomames probablemente incluían población nahuatl y eran bilingües (pokmn-nahuatl).

Miles (pág. 742) c r e e que los pokmames s e habían mezclado con lo s pipi-

les, tan to en Guatemala como en El. Salvador, an t e s de l a c o n q u i s t a , p e r o que l o s pokomames mantenían una s u p e r i o r i d a d l i n g ü í s t i c a numérica en

Guatemala que habían pe rd ido en E l Salvador , donde quedaban unos pocos res tan tes cano lo s de Chalchuapa.

E s probable que a l m e n t o de l a llegada de los españoles hubiesen dos unidades po l í t i ca s para e l grupo pokanam central : una con centro p o l í t i c o

en Acasaguastlán, que canprendía l a par te cent ra l d e l v a l l e de l a t a g u a , y l a o t r a que comprendía e l v a l l e de Guatemala, incluyendo los grupos de Mixco, P i n u l a , Petapa y l o s dos pueblos de Rmatitlán, bajo l a autoridad

d e l señor de e s t e Último lugar ( P o p h ) . E l "reino" cakchiquel s e extendía

a l o e s t e y noroeste. Es p s i b l e que los hablantes de pokm de Mixco ( s i t i o que Carmack l o c a l i z a en &inautla4) fueran independientes aunque aliados

de l o s pokomam de Petapa, formando una especie de federación. Es también p o s i b l e que e x i s t i e r a e l llamado control v e r t i c a l de niveles ecológicos, propuesto por J. Mwra para l a zona andina y e l c u a l E. Zamora propone

para e l occidente de Guatemala, y que e s to jugara un papel importante. 5

D e acuerdo con Miles (pág. 771), e l sistema p o l í t i c o y de gobierno de l o s pokomames t e n í a muchas carac te r í s t icas feudales. A s í , l a protección

m i l i t a r l a llevaba a cabo una fuer te aunque reducida él i te militar que r e c i b í a cano recompensa, en una e c o n d a predaninantemente no monetaria, una

parcela de t i e r r a de l a cual pudiesen obtener un ing reso . Empero, Miles

4 Robert M. Carmack, "La verdadera ident i f icación ae Mixo Viejo", Anales de l a Sociedad de Geograf í a e H i s t o r i a de Guatemala 48 ( 1975) : 124-47.

5 John V. Murra, Formaciones econáuicas y p o l í t i c a s de l m d o andino (Lima: I n s t i t u t o de Estudios Peruanos, 1975); y E l í a s Zamora Acosta, "El c o n t r o l v e r t i c a l de diferentes pisos ecológicos: aplicación de l modelo a l occidente de Guatemala", Revista de la Universidad Cunplutense 117 (1980) : 245-72.

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señala que es te t ipo de recompensa no era perpetua, sino que conllevaba la obligación permanente de dar los servicios. Estas recanpensas, e l pert* necer a los grupos estamentales y los oficios, aunque eran hered i ta r ios , no suponían l a exclusividad de un s i s t m a de castas. Asimismo menciona o t r a s dos caracter ís t icas feudales: e l ceremonializar l as etapas vitales de l o s p r inc ipa les l í de re s militares y de su investidura a los cargos, y l a flexibilidad de1 poder de los cargos individuales w n a l t a dependencia en l a habilidad personal y en e l prestigio del señor o jefe.

La unidad p o l í t i c a básica era e l poblado. De el los dependían l a s al- deas y unidades p o l í t i c a s menores. Exist ían, s in enbargo, estructuras ntayores menos definidas ( a las cuales Las Casas llaraaba "provincias") , que inc lu ían un número de poblados y señores bajo e l control de un jefe su- pe r io r , que en escala mayor provincial repetía l a estructura básica del poblado (pág. 775). E s d i f í c i l definir Las provincias, no sólo para los p>kanamw, sino para todos los otros g r u p guatemaltecos precolcmbinos.

Los poblados ( tenamit) s e hallaban generalmente rodeados wn paredes de piedra y argamasa, tenían plataformas defensivas o baluartes, una plaza y s u mercado, y e d i f i c i o s públicos cano e l ayuntamiento, una cárcel y un granero público para almacenar l o que producían l a s parcelas comunales. En cada poblado existían diferentes l inajes o moZm, los cuales los españoles llamaron barrios, parentela, l inaje , t r ibu o ca%pul. Ce trataba de grandes

grupos fami l ia res exógamos, con subdivisiones que generalmente vivlan en una zona espec ia l d e l pueblo (pp. 758-59). Dentro de cada mlam había c l a s e s diversas: l a c lase a l t a o noble, l a cual incluía a los jefes del

molam ( mokbiZ) y que fonaaban e l wnsejo of ic ia l del jefe local. Había un n ive l medio de funcionarios de gobierno de segundo orden, entre el los agricultores, mercaderes, artesanos, cazadores y mcadores , a s í caro tra- bajadores s i n c l a s i f i c a r y cargadores (pág. 767). Entre estos estaban alqunos que tenían propiedades y otros que no. La clase más baja era l a de l o s esclavos. Había c i e r t a movilidad e n t r e l a s clases, e incluso los esclavos podían sub i r de dignidad, ganando posiciones por su habilidad y conocimiento, aunque nunca podían llegar a ser señores.

Los cargos de señores, sacerdotes, gnba jadores, jefes guerreros per- manentes, historiadores, escribas, maestros, jueces y recolectores de im- puestos de mayor nivel, los reservaban a miembros de la clase a l ta . Todos e s to s cargos suponían t í tu los y prerrogativas de t ra je , residencia y rango (pág. 766).

Cerca de l o s poblados había pequeñas agrupaciones de casas o aldeas ( q u i z cz vach tenamit y kokomak) que dependían política, religiosa y eco- nómicamente del poblado. Había también gente que vivía esparcida en l a s montañas (&X~U&?B). Según Miles, l a s aldeas y pajuyes de los pkanmes estaban compuestos de molam o linajes, cada uno con su propio te r r i to r io

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(pág. 77 1 ) . Los acontecimientos económicos, r e l i g io sa y p l í t i m s se- guramente producían la concentración temporal de mucha gente en e l poblado que por l o canún vivía fuera, en aldeas y pajuyes en las áreas rurales que rodeaban e l tenamit (pág. 769).

Miles (pág. 757 y SS.) distinque cinco clases de unidad familiar entre l o s pokomames, l o s cuales son l a famil ia reducida que comprendía a los recién casados que habían establecido residencia separada; l a familia re- ducida con hijos s in casar; l a familia extendida bajo l a j e f a tu ra de un anc i ano con s u esposa o esposas, h i j o s (casados y s o l t e r o s ) , h i j a s solteras, y l a servidmbre y los esclavos; l a familia del hombre viudo con sus h i j o s y servidumbre; y , finalmente, l a familia de l a viuda con sus hijos y servidumbre.

La fami l ia extendida era e l tipo familiar ideal. La primera clase en e l ti- pasaba a l a segunda, l a cual dependiendo del n ive l s o c i a l o de l a habi l idad de sus fundadores podía pasar a l a tercera, para finalmente pasar a ser l a cuarta o quinta. No e s f a c t i b l e saber, por l a s fuentes documentales, l a frecuencia con que se daban estas clases de unidad fami- l i a r . Es imposible que l a s familias extendidas hayan sido la norma esta- d í s t i c a ; eran e l patrón i d e a l que sólo era posible alcanzar en la clase a l t a , y aún entonces era en algunos casos una f a se temporal. Con e l tiempo l a famil ia se subdividía, obteniendo los hijos l a independencia de l a familia paterna. Por l o t an to , l a forma fami l ia r dominante e r a l a nuclear.

Rara vez s e es tab lec ía una nueva unidad familiar inmediatemente del

matrimonio. Zos hijos casados y sol teros , y l a s h i j a s s o l t e r a s estaban s u j e t a s y subordinadas a l jefe de la familia. L a única forma de indepen- dizarse para los hijos varones era fonnar una nueva unidad fami l ia r ; l a s h i j a s , en cambio, pasaban a cons t i tu i r parte 4e otra unidad familiar a l casarse.

Según Miles (pág. 757) ' l a hnprtancia del parentesco en l a sociedad

pokomam s e demuestra vívidamente por l a definición del término ' m a p i k (a lgo de p i e , recto pero muerto, un palo o árbol seco), que referido a un hombre es aquel que, c m un poste, no tiene hijos n i parientes; un hombre s o l i t a r i o como un árbol muerto. Io opuesto es '& uk: un hombre con mu- chos parientes y amigos a l qae nadie desafiará.

Con poco claros los detalles acerca de l a propiedad. Los individuos poseían l a s t i e r r a s que cultivaban, según se sugiere por l as rentas y la herencia. Empero, hay evidencia que los clanes tenían un papel en e l r e part imiento de l a t i e r r a . Una persona no podía enajenar permanentemente sus t i e r r a s s i había algún posible reclamante de su clan. Las t i e r ras comunales que pertenecían a l poblado o a los clanes se incluían en las f ron te ra s d e l poblado; eran recursos naturales para la caza, pesca y, en

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Gltima instancia, para nuevos cultivos (pág. 771). Qnfonne a diferentes fuentes dwmentales e s posible r econs t ru i r e l

sistema idea l de propiedad de l a t ierra. Ia t i e r r a era propiedad de los clanes. Los miembros d e l clan que eran cabeza de unidad familiar tenían derecho a d t i v a r , con, igualdad de base, su propia parcela. Probablemen- t e también e x i s t í a t i e r r a canunal. Ia casa familiar con su parcela eran heredados por e l h i jo mayor. Por l o t an to , e l cu l t i vo f ami l i a r e r a e l s istema d d n a n t e ae producción. Los jefes de los clanes tenían la facul- t a d de r e p a r t i r l a t i e r r a cada c i e r to tiempo entre sus miembros, respe- tando las parcelas en producción que ya estaban en manos de los jefes de fami l ia* Parece ser que la unidad familiar campesina era e l tipo de par- cela a repartir. E l clan trataba con l a familia, no con el individuo. La t i e r r a asignada no podía venderse o hipotecarse, sino ser heredada por e l sucesor de l a unidad familiar. Asimismo, había un sistema obligatorio de siembra que era otra responsabilidad básica del jefe de familia. Iüúi más, los impuestos los pagaban los jefes de familia, Por l o tanto , l a fami l ia era probablemente la más pequeña unidad social, polí t ica y económica.

Organizad& pofitica y social de las po

San Miguel Petapa se encuentra situado en una región de lengua pokom, rodeado por o t ro s poblados los cuales también la hablaban, todos el los a pocos kilómetros unos de o t ros : Mixco, Amatitlán, Palín y Pinula. Fue uno de l o s primeros que se fundó a finales de la &cada de 1540 a l efec- tuarse l a reducción a pueblos, según nylntes y mrn&~.~

Los españoles trazaron e l poblado a unos quince k i l b t r o s de l a ca- p i t a l , Santiago de Guatanala [hoy Antigua), en e l camino p r inc ipa l que l levaba a l oriente del &ino (San Calvador, Honduras, e t d t e r a ) . Se encon t r aba en l a r i be ra de l r í o Vi l la lobos , e l cual desemboca en e l lago de Aniatitlán, cerca de l a confluencia con e l e l riachuelo nilulhá, donde s e hal laba su anexo Canta Inés Petapa, a l p i e de un cerro "a dos tirw de arcabuz". San Miguel, en la llanura, era de traza ret icular , mientras que Santa Inés, mucho más pequeño, era de "desaliñada planta . . . en dr>s pro- longadas tendidas calles'' paralelas.

Ya desde l a época prehispánica era ese valle fértil y cenocido por l a producción de maíz y f r i jo l . En la época colonial, por la cercanía de l a

6 Francisco Axtonio de Fuentes y Wmán, Recordación florida: dis- curso h i s t o r i a l , demostración natural, material, m i l i t a r y polí t ica del Reyno de Qmteoala (Guatemala: Biblioteca "GoathenaLa", 1932-331, 1: 240.

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ciudad de Guatemala, orientó parte de su producción para e l abasto de la cap i t a l . A diferencia de otros pueblos en las t i e r ras bajas que se convir - t i e r o n en " t i e r r a de cacao", debiendo pagar su tribvto en este producto, é s t a fue zona de granos, pagando su t r i b u t o en e l excedente de t r igo y maíz, a s í como en gallinas y d i n e r ~ . ~ Como resultado, pronto aparecieron en l a vecindad de Petapa granjas (labores) de tr igo propiedad de españo- l e s . Por e s t a misma época surgieron también explotaciones de caña de azúcar y de ganado en manos españolas.

Petapa nunca fue pueblo en can en dad^,^ y nunca tuvo dificultad conocida para pagar su tributo. En cambio, desde muy tanprano, a l igua l que para o t r o s pueblos indígenas de l o s alrededores de la ciudad de Guatemala en que había labores de tr igo, hay indicios de que se establecieron fonnas de trabajo forzado (servicios personales o repart imientos) para garan t iza r mano de obra indígena a l as labores llamadas "de pan llevar'*.9 E s decir, que ya en l a década de 1560 los indígenas de esta región además de produ- c i r para su consano tenían que obtener un excedente de maíz y gallinas con que pagar sus tributos y además aportar trabajo temporal para l a s hacien- das españolas. En cuanto a l servicio personal de las mujeres c m amas de c r í a s , s i r v i e n t a s y demás labores, no hay indicios para saber si ya se hallaban establecidos hacia 1560.

La conquista española tuvo para los indígenas de l o que hoy es Guate- mala una serie de importantes efectos, los cuales son d i f íc i l es de graduar cuali tat ivamente según los diversos grupos políticos existentes antes de l a llegada de los conquistadores, o de diferenciar, aunque sea apxoximada-

7 Era un impuesto F e debían pagar a l rey todos los indígenas casados varones entre 15 y 50 anos de edad pcr su condición de s'ubditos. &?.paga- ba en dos par tes , una a fines de junio ("por San Juan") y ot ra en &ci- bre ("por Navidad"!. Cada vez s e pagaban dos tos tones de p l a t a f ocho r ea l e s ) o su equivalente en especie. Hasta mediados del siglo XVI l a ta- sación s e hacía global por pueblo, fijándose la cantidad en matas de maíz, cacao o ga l l i nas que debía pagar cada pueblo según e l número de tributa- rios.

8 Enmienda era l a merced real concedida a una persona tencmendero) consis tente en F a renta vi ta l ic ia proveniente de la cesión de los tribu- tos que pagaba un grupo de indígenas.

9 Aparte del repartimiento de la t i e r r a , también recibió e l nombre de repart imiento e l asignar o distr ibuir una cantidad de indígenas para que t raba ja ran un período de tiempo para una persona. Los servicios persona- les eran una fonna de r e artimiento por e l cual se asignaban, por semana, c i e r t a cantidad de indfgwas, generaimente la cuarta parte de los varones aptos para e l trabajo de un pueblo, para que fueran a laborar en las si- bras ( l abores ) de t r i g o propiedad de españoles, debiendo recibir un real diario de pago y su alimento.

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Cambios en la estructura familiar d e los pokomames 363

mente, l a fonna cano se dieron en e l timpo. h general, podanos decir que c a s i inmediatamente desaparecieron las entidades polí t icas prehispánicas, quedando eliminados l o s niveles superiores de la jerarquía político-reli - giosa de cada uno de los estados. Eaiy poco niás s e puede decir acerca del tiempo que tomó e l proceso y del grado de eliminación de l a jerarquía en cada caso en particular.

Por supuesto, dejó de funcionar e l a n t i p orden político, sustituyén- dolo l o s españoles por o t r o en e l cua l só lo unos pocos de los antiguos di r igentes fueron conservados, cunpliendo sólo funciones polí t icas de apo- yo y despjados (con éxito incanpleto) de sus funciones religiosas. &S o menos abruptamente desaparecieron l o s antiguos estados y con e l l o s l a s ant iguas a l ianzas y rivalidades. Ias enfrentamientos y guerras entre los estados indígenas que en muchos casos habían sido intensos y casi perma- nentes (especialmente durante e l postclásico histórico) fueron sustituidos por l o que s e puede llamar una pax hispánica. Nunca más se dieron las luchas en t r e indígenas, salvo cuando un grup no reducido o c o w i s t a d o a t acó esporádicamente a poblados cristianizados de l a frontera coloniza-

Con premura s e t r a t ó de imponer l a religión católica, con éxito va- r i ado según los casos. Al mismo tiempo s e impusieron l a s formas de explo- t ac ión (como e l repartimiento y l a encanienda) y s e t r a tó de hacer a los indígenas v i v i r a l a española, si bien la verdadera congregación en pue- b los ( o reducciones) s e puede fechar hacia finales de l a década de 1540.

Todo e l l o ocur r ió en e l contexto de una profunda c r i s i s de adaptación, agravada por l a llamada "ca6strofe demográfica" .

La información acerca de Petapa en este período colonial in ic ia l es es - casa. Las fuentes españolas mencionan e l pueblo sólo de pasada y muy poco s e d ice sobre la congregación. De ahí l a importancia, aunque sea en fonaa general y ambigua, de l a llamada "Probanza de D. Pablo de ~uzm'rn".lO Este docunento nos infonna que a la llegada de los cas te l lanos e r a cacique de Petapa Francisco Calel ( a s í mencionado por su nanbre propio cristiano), h i j o de Cazbalam ( o Casbalam) , rey de l o s pokomames, que había muerto antes de la llegada de los conquistadores. mero, no deíebanos olvidar que e s t a fuente e s interesada ( y probablemente d i s to rs ionada) , ya que se produjo a instancias Cte los descendientes del propio D. Francisco.

E l primer nombramiento español del cacique (sin darle todavía apelli-

10 AGCA, A1.29.4674.40166; consta de 67 folios, faltando los cuatro primeros y e l quinto e s t % en muy mal estado. Se t ra ta de una probanza hecha en 1670 l a cual incorpora docunentos anteriores por medio de testi-

nios notariales.

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do) e s d e l 29 de agosto de 1551, otorgado por e l presidente de la Audien- c i a Alonso López de Cerrato. Se emitió a causa de l a s diferencias sobre ju r i sd icc ión que tuvieron lo s hermanos D. Francisco y D. Juan, hijos de Cazbalam. Esto quiere decir que los españoles les habían reconocido antes s u autoridad y que desempeñaban algunas funciones políticas, pero no sabe-

mos desde cuándo n i cuáles eran sus atribuciones. En 1551, a l concederse

l a "autoridad y gobierno" a D. Francisco, "mandamos que e l dicho mn Fran - cisco tenga e l cacicazgo del dicho pueblo de Petapa y cargo y cuidado de

adminis t rar le en todas l a s cosas y casos que los caciques de los pueblos de l a dicha provincia de Guatemala han de uso y costumbre", con excepción de diez casas y sus moradores que se reservaban para l a administración de

D. Juan "según y cano antiguamente sus padres y abuelos la hubieron...".

Fuera de e s t o , no sabemos cuándo s e hizo la reducción, n i l a forma

cómo s e manifestó entre los de Petapa l a disminución demográfica cano re- su l tado de l a s nuevas enfermedades t r a í d a s por los españoles. Podemos

suponer que l a cristianización se inició antes de la congregación, a cargo

de f r a i l e s dominicos. Sabanos, asimismo, que e l pueblo nunca estuvo en- comendado s ino "en cabeza de su majestad", aunque no la r a 6 n de e l lo ,

que entonces e r a algo excepcional y casi un privilegio, ya que suponía un

t r a t o menos duro, a l no haber ningún encanendero que directa o indirecta-

mente estuviera presionando para obtener e l mayor t r i b u t o posible de l o s indígenas.

De a h í l a importancia de la menta y tasación de 1562, realizada por

e l " juez administrador de los naturales de los términos de l a ciudad, D.

Francisco d e l Val le Marroquín".ll Se t r a t a de un recuento familia por familia, indicando en cada caso e l nombre y ape l l i do de l t r i b u t a r i o , s i es taba casado o no (s in dar e l n~nbre de la esposa), n k o de hijos ( s in

dar edades) y su sexo (aunque, cano discutirenos más adelante, es probable que e l escribano no haya s ido d e l todo exacto en part icular) , si tenía

casa propia, a s í m o milpa y "aves" (gall inas) . Aunque la información no sea todo l o canpleta y exacta que sería de desear, a l menos da una idea lo

suficientemente clara paxa poder apreciar importantes aspectos demoqráfi-

cos, de organización familiar y de la econmía.

Aparecen en dicha "cuenta" 2 1 1 matrhnonios de tributarios (en los cua- les t r e s de los maridos estaban enfermos) , seis t r i b u t a r i o s so l t e ros , 1 l

matrimonios de sacristanes ( t eqzn t eas ) y cinco matrimonios viejos, para un gran t o t a l de 227 matrimonios. E l número de tributarios (varones) o

11 A G I , Guatemala 45, "Cuenta y tasación de San Miguel Petapa" (9 de enero de 1562).

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Cambios en la estructura familiar de los pokomames 365

vecinos e r a de 217. Los matrimonios con hijos que vivían con el los a l momento d e l censo eran 154, y 65 los matrimonios que específicamente son declarados s in hijos. Estos m a t r h n i o s s in hi jos pueden provenir t an to de pare jas recién casadas muy jóvenes, como de ancianos en los que los hijos s e han establecido por aparte. Las familias con un h i jo son 78, con dos 5 1 , con t r e s 20 y con cuatro h i j o s 4. E l t o t a l de niños o menores (probablemente de 13 o 14 años) es de 252. Había igual número de viudas y viudos: 17. La población t o t a l era de 723, con un t o t a l de 194 casas y

199 parce las o "milpas" , t r e s de e l l a s consideradas pequeñas o insufi-

Empero, es d i f í c i l interpretar l a información. El no tener l a edad de l o s padres y de l o s h i j o s nos hace conjeturar que muchas de l a s parejas jóvenes no tuvieran casa propia, viviendo en l a de los padres. Esta difi- cu l tad s e manifiesta asimisno en e l a l t o índice de masculinidad: 119.09, e l cua l proviene de un mayor número de niños varones (144) que de mujeres ( l o a ) , l o , que quizás es causa de un descuido del escribano o e l intérpre- te . En cambio, si solamente se toiian en cuenta los adultos, en los que es más f ác i l no caneter errores, e l índice de masculinidad e s 107.8.

Ex i s t i ó o t r o censo o cuenta en 1560, e l cual no conocemos. Sin att- bargo, en e l de 1562 s e menciona que e l número de tr ibutarios fallecidos desde l a cuenta anterior fue de 19, l o que nos permite ca lcu la r una t a sa de mortalidad anual en t r e los varones adultos de aproximadamente 4.5 por c ien to , que es a l ta , sobre todo si se supone que una proporción importante de e l l o s eran jóvenes, entre quienes l a tasa de mortalidad es normalmente baja. En. la cuenta de 1562 l a cantidad de hijos por familia o matrimonio e r a de 1.18, siendo el número de familias s in hijos de 65. La proporción general de niños era de 0.35.

Del docmento que comentamos s e aprecia que los españoles estaban pro- moviendo un solo t ipo de familia, e l reducido o nuclear, s i n d i s t inc iones de c l a se soc i a l . También a l o s hijos de los caciques se l es obligaba a es tab lecer casa aparte y parcela propia inmediatamente después del matri- monio. Parte esencial de la tasación fue l a insistencia en que cada m a t r i - ~ O N O , s in excusa, sembrara su propia milpa y criara sus gallinas. En l o s

asos de rec ién casados que no ten ían casa separada, milpa propia n i a l l i n a s , s e l e s requería que l o hicieran; pero a los que ya eran reinci- en tes de una cuenta anterior se l es imponía l a pena de azotes. Los espa-

l e s estaban interesados en un tipo de familia que no sólo cmpliera los equis i tos re l ig iosos , s ino que fuera una unidad de producción de f ác i l

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A diferencia de l o que c i ta Carrasco para Tepoztlán y mlo t l a en Méxi-

co, donde todavía s e encuentran residuos de familia extendida entre l as autoridades o caciques (casos de poliginia) y diferentes formas de contri - bui r con e l t raba jo y e l tributo,12 en Petapa encontramos un sistema más simple y una organización más sencilla, si bien l a cuenta que citamos es

menos r i c a en información que l a s que usó Carrasco. N o hay evidencia de famil ias extendidas, n i de que los cnlpultin o l a jerarquía local desempe-

ñaran a l e papel en e l reparto de parcelas o en e l pago del tributo. A s í , pues, en Petapa, l a uniformización de la escala social ocurrió

más rápida y completamente, debilitándose los l inajes y los clanes, a s í como l a nobleza, con la excepción de una familia - la de los Gum'án- en una

so l a rama. El elemento básico de esta uniformidad fue establecer sólo la

famil ia nuclear. m poco tiempo se modificó profundamente la función del

tipo familiar pokanam, y fue apareciendo un nuevo sen t ido de identidad comunal en e l poblado. Cualquier actividad o gestión ante l a autoridad

española debía de hacerse cano t a l poblado. P i l a r Sanchiz, en s u citado artículo, ha tratado e l tema de la estruc-

t u r a fami l ia r indígena de Guatemala cano producto de la influencia de la

I g l e s i a y d e l sistema de explotación económica. usa docunentación del

Archivo General de Indias (Sevilla) de diversas fechas, pero especialmente de l a segunda mitad del siglo XVI y a su vez especialmente de s u s finales.

Salvo un caso, e l cual se refiere a l pueblo de Santiago Atitlán (de lengua

t zu tu j i l ) , todos se refieren a reclamos o ejemplos que no s e local izan geográficamente. Su h ipó tes i s e s que l a familia indígena guatemalteca

prehispánica, antes del contacto ofrecía más semejanza con la hispana que

después de un s iglo de convivencia con los españoles. Llega a l a conclu- s ión de que fracasaron los propósitos que buscaban la Corona y la Iglesia

de organizar l a famil ia indígena se* e l modelo hispánico, con sus con- ceptos de moral, honra y honestidad; llegándose a un resultado contrario, pues "además de perder su identidad y sus funciones tradicionales, se se- para aún más del modelo cristiano". l

Nos parece dudosa la similaridad entre e l tip, familiar prehispánico y

1 2 Véase Pedro Carrasco, "Family Structure of S~xteenth Century Te- poztlan", en Process and Pattem in Culture: Essa s in Honor o£ Jul ian E. Steward, Robert A. Manners, ed. gen. ( olicago : J d i n e Publishing Company, 19641, pp. 185-210; y "The Joint Family i n Ancient Mexico: The Case of Molotla", en Essays on Mexican Kinship, Hugo G. Nutini, P. Carrasco y Jmes Taggart, e&. (Pittsburgh: Universlty of Pit tsburqh Press, 1976 1, pp. 45-64.

13 "Cambio en la estructura familiar", pp. 170-71.

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e l español. En España, a l igual que entre los indígenas antes de la con- q u i s t a , exis t ía l a familia extendida y la nuclear. E l primero era un tipo i d e a l de mayor p re s t i g io , e l cua l s e t r a t ó de perpetuar a través del mayorazgo. Este modelo fue trasladado a las indias para ap l i ca r se en t r e aquél los que tenían recursos económicos, los grilpos privilegiados con as- piraciones de nobleza. En cambio entre los indígenas, a l igual que ocurrió con otros aspectos de l a cul tura de l o s conquistadores, s e produjo ese proceso de simplificación que Fbster propuso hace algún t i a p . 1 4 Se es- t a b l e c i ó una so la c l a se de famil ia - l a nuclear- buscando que desde e l momento mismo del despsamiento los recién casados tuvieran danicilio s e parado de los padres y su propia parcela de cu l t ivo . E s dec i r , que l o s espaaoles adoptaron como modelo a seguir para los indígenas un tip de fami l ia simple l a cual , cano es natural, exis t ía previamente tanto entre l o s indígenas cano entre los europeos. La poliginia había existido en la época prehispáxúca entre l a clase privilegiada, ya fuese con e s p s a s o con concubinas. Esto, que por supuesto iba en contra de los ideales crist ia- nos de l o s conquistadores, fue rápidamente erradicado, si bien en Irl-xicu parece haber perdurado más que en Guatemala.

Además, Sanchiz postula un a l t o grado y un prolongado proceso de de- sorganización y desestructuración de l a familia indígena m o consecuencia d e l t r i b u t o , l o s se rv ic ios personales y demás formas de explotación, los cuales provocaron desajustes en l a s dist intas funciones sexuales, procrea- t i v a s , económicas y emocionales de l a familia. La docunentación que e l autor conoce para Petapa ( y para otros pueblos de l a mima región) no mues - t r a n e l cuadro tan cr í t i co que plantea Snchiz. Nuestra propuesta es que l a situación tiene variaciones considerables de una región a otra. Lo que Sanchiz expresa es probablemente válido, con revisiones de grado conforme se ahonde más en l a investigación, para l a zona cacaotera de l a costa sur y algunas o t r a s regiones que fueron más afectadas p r l a c r i s i s demográ- f i c a , que produjo una t o t a l despoblación en unas áreas o cas i t o t a l en o t r a s . ni e l altiplano l a situación no fue t a n grave y varió de una región a otra, de acuerdo a una ser ie de factores: l a intensidad de l contacto con l o s españoles (sobre todo p r cercanía de ciudades y haciendas de los mianos) , e l grado de enforzamiento de l a s formas de t r a b a j o forzado, epidemias y hambrunas. En ese sentido nos parece coincidir con l o que l a propia Sanchiz dice a l f inal de su artículo, pero que no desarrolla, sino que p lan tea como una posibilidad excepcional y que no localiza espacial-

14 George M. Foster , Culture and C o w e s t : America's Spanish H e r i - tage (New York: Viking Fund, 1960).

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mente: "en o t r a s zonas l a presión española fue menor, e l choque cultural y l o s efectos de una acul turación forzada y con t r a r i a a los propios idea les de l a sociedad daninante se dejaron sentir menos o se desarrolla- ron a un ritmo más suave que permitió una mejor amodación a l a s nuevas c i rcunstancias" . l 5 E s probable, además, que en lugares cano Petapa e l a j u s t e haya s ido más rápido y que no haya tonado e l t i e m p , tan prolongado que propone esta autora.

Entre los pokomames del período inmediatamente anterior a l a conquista l a estructura social estaba basada en l a familia, pudiendo d i s t i ngu i r se , según Miles, cinco t i pos . En los estratos superiores era donde se podía a lcanzar e l t i p o i d e a l de l a famil ia extendida. Este patrón ideal de famil ia , unida y cenpacta, con muchos miembros, todos bajo l a dirección de un varón anciano, con sus mujeres, hijos (casados y solteros) , hi jas sol- teras, sirvientes y esclavos, se lograba exclusivamente en lo s e s t r a t o s que poseían e l p d e r político-religioso, económico, administrativo y m i l i - tar .

A l lado de l a famil ia exist ían los clanes o linajes ícalpult in) , los cuales desempeñaban un papel en e l gobierno y en e l repartimiento de la t i e r r a . S i bien no exist ía en todo s u desarrollo l a propieQd privada de l a parcela de cultivo, éstas se asignaban en forma permanente a l a s fami- l i a s . Los españoles favorecieron un solo tip, de familia entre los indí- genas -el nuclear- e insistieron en que todos los matrimonios tuvieran su propia casa y parce la , s i n importar que fuesen recientes. Los l inajes o c lanes no tuvieron papel alguno en e l gobierno o en e l sistema de reparti- ción de la t ier ra . E l resultado, relativamente rápido, fue la uniformiza- ción familiar y el debilitamiento inmediato y ul terior desaparición de los l i n a j e s y clanes, junto a l o cual vino la eliminación de la nobleza, con l a excepción de una o dos familias en cada poblado.

La documentación de mediados del siglo XVI para Fetapa, especialmente l a tasación de 1562, muestra que l a polí t ica española, efectiva y consis- t e n t e , había tenido éxito. No hay indicios de familias extendidas y sólo s e nota escasa resistencia a establecer prontamente residencia separada de lo s padres del varón. Tampoco se aprecian ejenplos de poliginia entre los caciques. Sólo l a familia aizaán mantuvo s u posición de privilegio como

caciques, situación que permaneció por l o menos hasta principios del siglo

15 "Qmbio en la estructura familiar", pág. 191.

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Cambios en la estructura familiar de los pokomames 369

X V I I I . j6 Ya en 1562 s e nota cómo esta familia a l a vez que se beneficia de una posición de poder y privilegio (cano alcaldes y teupantecas) eran únportantes auxiliares y garantes del poder español en e l pueblo.

La tasac ión de 1562 no muestra indicios de desorganización o deses- t ruc turac ión de l a familia indígena. as funciones básicas de l a familia (sexual , procreadora, econfmica, integradora y de soporte anocional) p a r e cen cumplirse adecuadamente. La cantidad de h i jos no parecen ind ica r l a presencia de desgano v i t a l , l o cual se ha señalado cano existente hacia esa época en otras regiones.

Localizado en una zona relativamente sana y feraz, Petapa se vio menos afectada por l a c r i s i s social que resultó de l a explotación econ'jmica y de l a s nuevas enfermedades en las primeras décadas de l a colonización españo- l a . E l proceso de aculturación forzada fue m á s rápido y exitoso, y menos des t ruc t ivo y traumático en l a s zonas a l tas densamente pobladas, en l a s cuales l a despoblación por nuevas enfermedades fue m e n o r . Eh este proce- so, e l cua l parece estabilizarse dentro del modelo impuesto por las auto- r idades adminis t ra t ivas y los f r a i l e s españoles, l a familia descsnpeñó un destacado papel. La organización religiosa y de gobierno se estableció alrededor del poblado, a l cual trataron, organizaron y tasaron los españo- l e s como una unidad. E s d i f í c i l decir cuánto ti* pasó hasta que los hab i tan tes de los pueblos indígenas s e sint ieran cano una unidad canunal. Es probable que variara de un pueblo a otro, pero que ya a l f i n a l i z a r e l s i g l o X V I hab'la tenido éxito, de manera que a partir del siglo siguiente l o s indígenas de cada poblado s e vieran a sí mimos casi exclusivamente como miembros de una canunidad bien definida. A largo plazo los indígenas de Guatemala se organizaron en comunidades cerradas altamente autosuficien t e s en l a s cuales l a familia tuvo un vigor y una vigencia extraordinarios. Hace f a l t a todavía documentación que nos dé evidencia para canpletar e l panorama y poder establecer una matización más exacta del proceso. La in- t e rpre tac ión que hemos presentado no puede ser tenida como concluyente. Otros testimonios e investigaciones p ~ s t e r i o r e s para m% canmidadc?~, con amplitud temporal más amplia, permitirh mejorar l a canprensión.

16 Vesse Jorge Iuj'án Muñoz, "Los caciques-gobernadores de Can Kiguel Petapa (Guatemala) durante l a colonia", Mes0am"ericb 1 (1 980) : 56-77.