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Burocracias policiales: un estudio sobre el escalafón
Nelson Cardozo∗ Anabella Corridoni∗�
ABSTRACT
Esta ponencia analiza la nueva estructura de la recientemente creada Política Metropolitana, su escalafón, misiones y funciones y el sistema de reclutamiento y de formación y capacitación de mencionado cuerpo. En este sentido se pretende hacer un análisis del “rompecabezas” de las modalidades de reclutamiento principalmente debido a la composición inicial en la cual la incorporación de personal ya preparado en las tareas policiales y de seguridad genera una confluencia de personas provenientes de otras fuerzas y con experiencias y situaciones diversas. Esto se ha tornado en una situación de fuerte controversia política debido a la situación de revistas de los ingresantes en sus fuerzas de origen. Por otro lado se realiza una pequeña comparación con otros sistemas de reclutamiento existentes en la Argentina, debido al carácter federal de las policías provinciales.
PALABRAS CLAVE: Policía- Ingreso- Escalafón- Reclutamiento
Introducción
Dentro de la definición de Estado moderno, podemos distinguir
determinadas visiones del mismo que se corresponden a dos niveles de análisis:
el “funcional” y el “institucional” (Mann 2007). Esta doble perspectiva del Estado
a partir de “lo que hace” y sus “materializaciones instituciones” (es decir, los
organismos públicos), que se misturan en las visiones de Weber y Oszlak (1982,
que ven al mismo tiempo al Estado como un conjunto de organizaciones, al
mismo tiempo que un núcleo de determinadas funciones para mantener el
orden estable en un territorio delimitado. Según Mann (2007) hay una
∗ Universidad Argentina de la Empresa / UBA ∗∗ Universidad Argentina de la Empresa / Ministerio de Defensa
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multiplicidad de funciones estatales que pueden resumirse en cuatro: 1) El
mantenimiento del orden interior; 2) La defensa/agresión militar, dirigida contra
enemigos extranjeros, 3) Mantenimiento de las infraestructuras de comunicación
(caminos, ríos, sistemas de mensajes, etc.); y 4) La redistribución económica:
entendida como el reparto autoritario de los recursos materiales escasos entre
diferentes espacios ecológicos, grupos de edad, sexos, regiones, clases, etc.).
Vemos que la seguridad es una funciones estatales más importantes, y de
ahí la importancia acerca de la indagación sobre la conformación de los
cuerpos policiales, toda vez que estamos refiriéndonos a la cómo se recluta,
capacita, promociona y egresa en ellos, y cuán conteste y adecuado resulta
esto para la consecución de los fines propuestos.
Allende de lo planteado más arriba, la creación de la Policía Metropolitana,
bajo la órbita del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, plantea un avance del dentro del proceso de autonomización de la capital
argentina. Contrariamente a la lógica que conformó el federalismo rioplatense, en
donde las provincias fueron delegando expresamente facultades al Estado Federal, el
proceso de llevar a la antigua Capital Federal (cuyos poderes actuaban por
delegación del Ejecutivo Nacional) al estatus de Ciudad Autónoma planteó la cesión
de ciertas competencias por parte de la Nación hacia la ciudad. Así, pues el art. 8º de
la Ley Cafiero del año 1995 estableció en lo referido a la materia que es objeto de
nuestro artículo que “el Gobierno Nacional seguirá ejerciendo, en la ciudad de Buenos
Aires, su competencia en materia de seguridad y protección de las personas y bienes.”
En esta normativa la Policía Federal Argentina continuó cumpliendo funciones
de policía de seguridad y auxiliar de la justicia en el ámbito de la ciudad de Buenos
Aires, dependiendo orgánica y funcionalmente del Poder Ejecutivo Nacional. Ello hasta
el año 2008, en donde con la ley luego de la autorización del Congreso Nacional para
que la Ciudad de Buenos Aires pudiera contar con su propia policía, se produjeron una
serie de diferencias entre las diferentes fuerzas políticas sobre la forma de constituir la
fuerza policial y el origen de los fondos.
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No resultó una cuestión menor el enfrentamiento político entre el gobierno
nacional (encabezado por el kirchnerismo, de orientación centroizquierdista) y el
gobierno local (en manos del PRO de Mauricio Macri, fuerza de centro- derecha), en
donde la cuestión del financiamiento de la nueva fuerza a crear se constituyó en el
punto más álgido de la polémica. Ante la falta de acuerdo en el año 2008, se
sanciona en la Legislatura de la Ciudad, la ley 2.894 “De Seguridad Pública” que
establece en su artículo 5º que “la seguridad pública es deber propio e irrenunciable
del Estado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que debe arbitrar los medios para
salvaguardar la libertad, la integridad y derechos de las personas, así como preservar el
orden público, implementando políticas públicas tendientes a asegurar la convivencia
y fortalecer la cohesión social, dentro del estado de derecho, posibilitando el goce y
pleno ejercicio, por parte de las personas, de las libertades, derechos y garantías
constitucionalmente consagrados.” Aquí lo que vemos es una inversión de los términos
de la Ley Cafiero, toda vez que la Seguridad pasa a ser una potestad de la Ciudad y
no del Estado Nacional actuando por delegación en la Ciudad de Buenos Aires. En
principio, la Policía Metropolitana compartiría la jurisdicción con la Policía Federal (bajo
la órbita del Ministerio del Interior de la Nación), con lo cual se había instalado en la
capital nacional una arena de conflicto en relación a una cuestión tan importante
como es las competencias en materia de Seguridad Pública.
La Policía Metropolitana se constituyó en uno de los cuatro ejes que integran el
Plan de Seguridad Integral del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El resto de los
lineamientos lo conforman las Políticas de Prevención, un Sistema de Control del
Espacio Público y el Fortalecimiento de la Justicia. Las actividades de la Policía
Metropolitana se encuadran en tres ejes que delimitan su accionar. En primer lugar se
define como principal acción la prevención, que al mismo tiempo se convierte en el
objetivo principal. Para desarrollarla se decidió ampliar la red de cámaras de
monitoreo en la ciudad y avanzar en la vinculación de distintas redes públicas y
privadas. Este sistema lo opera un Centro Único de Comando y Control, herramienta
fundamental para prevenir el delito. El segundo eje es la información, para lo cual se
diseñó un mapa de riesgos de la Ciudad para aplicar políticas de prevención y al
mismo tiempo definir las causas de los delitos. La aplicación de este mapa no sólo
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permite acceder a una información elemental para esta labor, sino que además
brinda la posibilidad de medir de forma cuantitativa y cualitativa los delitos. El último
elemento es la tecnología, que permite fortalecer el accionar de este nueva fuerza y
será administrada por el Centro de Comando y Control que podrá monitorear de
forma constante a la nueva policía y ver en tiempo real imágenes de los incidentes o
ilícitos. Estos tres elementos constituyen la base para todas las acciones y actividades
que tienen a cargo los efectivos del cuerpo de la Policía Metropolitana.
Desde el 5 de febrero de 2010 está en funciones la Policía Metropolitana.
Cuando comenzó sus actividades la integraban 500 efectivos que patrullaban las
calles porteñas pero actualmente ese número aumentó a 1000 y se espera que para
fin de año el cuerpo policial alcance los 1500 efectivos1.
El objetivo de este trabajo es analizar las normativas referentes al reclutamiento y
capacitación de los integrantes de la policía metropolitana a partir básicamente del
análisis de la ley de la Ciudad de Buenos Aires Nº 2.947 en donde se establece el
Estatuto del Personal de la Policía Metropolitana. La importancia de indagar este
objeto se vincula con lo que Edwin Andersen (2002) denomina la “nueva concepción
del trabajo policial” que incluye un modelo de inserción social de los cuerpos policiales
en redes de capital social para efectuar tareas de monitoreo y cooperación con la
sociedad civil, sumado a una nueva formación en recursos humanos, que posibilite la
transformación policial, en aras de recuperar el prestigio público (Edwin Andersen
2002).
Uno de los principales obstáculos hacia la conformación de un nuevo modelo
de policía es lo que Saín (2008) denomina el profesionalismo policial tradicional, que
obstruye el cambio institucional. Según este autor, los factores que contribuyeron a
forjar este modelo fueron, por un lado la herencia militarista, y por otro, la alta
manipulación política de la que han sido objeto las instituciones policiales en la
Argentina a lo largo de la historia. Esto último ha sido contrario a la necesaria
1 http://www.minutouno.com.ar/minutouno/nota/124356-La-Polic%C3%ADa-Metropolitana-sale-a-patrullar-en-cuatro-barrios-de-la-Capital/�
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autonomía que debieran tener funciones relacionadas con la “estatidad” (Oszlak:
1982), entre las cuales, la seguridad interna es una de ellas, ya que sin la posibilidad de
mantener el orden dentro de un territorio previamente delimitado caen las garantías
constitucionales y el Estado de derecho, que se supone que las fuerzas de seguridad
deben garantizar para los ciudadanos.
La profesionalización de los cuerpos policiales
Saín (2009) menciona que uno de los principales desafíos de la policía en
la actualidad es la modernización y la profesionalización. Fundamentando ello,
menciona que la especificidad del trabajo policial presenta cuatro aspectos
que son de especial relevancia para el objeto de nuestro estudio. En primer
lugar, los policías perciben salarios nominales y reales relativamente más bajos
que el resto de la administración pública, a raíz de lo cual se ven obligados a
realizar los denominados “adicionales”, que l atenta contra la dedicación
exclusiva a las tareas de seguridad y las actividades de capacitación. En
segundo lugar, hay una falta de planificación y desarrollo logístico que hace
que se desempeñen en condiciones materiales e infraestructurales muy
deterioradas. Tercero, la capacitación y formación es de corte castrense, en
detrimento de la adquisición de competencias profesionales: “Marchar
marcialmente, taconear, hacer la venia y cuadrarse constituyen gestos que son
objeto de un trabajoso entrenamiento, pero no se pone el mismo énfasis en la
formación de conocimientos y destrezas prácticas, ni en la adquisición de
competencias profesionales que sirvan de base para los ascensos jerárquicos o
la ocupación de cargos orgánicos” (Saín 2009). Finalmente, otra diferencia con
respecto al resto de los empleados públicos es que no cuentan con
asociaciones gremiales que protejan sus derechos laborales. En este sentido, se
encuentran limitados en el ejercicio de sus derechos laborales y civiles, más
básicos, toda vez que no se le es permitido sindicalizarse y asociarse para
defender sus derechos. Esto redunda en que se vean expuestos a abusos por
partes de los superiores jerárquicos, lo cual atenta claramente contra la defensa
de los derechos humanos y la protección de las libertades ciudadanas a las
cuales deberían estar avocados los policías.
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Entre las propuestas para la profesionalización y mejora de la policía, se
menciona la división clara funcional y escalafonaria entre el personal civil sin
estado policial y el personal civil con estado policial. Por los primeros se debe
abocar solamente al desempeño de las funciones propias de “la gestión
administrativa, la dirección de los recursos humanos, la gestión económica,
contable y presupuestaria, la asistencia y asesoramiento jurídico-legal, las
relaciones institucionales y cualquier otra actividad no policial, contando para
ello con un régimen profesional específico y diferente del regulatorio del
personal policial” (Saín 2008: 256). Por su parte el personal civil con estado
policial, se refiere a los efectivos destinados a las tareas operativas propias de la
consecución de los fines organizacionales. Analíticamente se pueden distinguir,
dos tipos de funciones: El control policial preventivo y las operaciones policiales
especiales. El primero se realiza ex ante que se produzca el hecho delictivo,
cuidando y vigilando los espacios públicos, inspeccionando vehículos,
comprendiendo todo tipo de labores de mantenimiento del orden público. Esto
implico el desarrollo de tres tipos de tareas: a) Las operaciones policiales
complejas, que es la investigación y actividades de desarticulación de
actividades criminales, b) Las operaciones policiales conjuntas o combinadas
con otros organismos o fuerzas de seguridad; y c), las operaciones policiales
especializadas que atacan el accionar delictivo de empleados y funcionarios
públicos que desenvuelven actividades delictivas.
En segundo término, las operaciones policiales especiales, son aquellas
que se llevan a cabo una vez que el hecho delictivo se está produciendo y
tienen como objetivo cesar situaciones críticas consideradas de alto riesgo.
Escenarios de delito a mano armada, toma de rehenes, situaciones de gran de
desorden público y violencia callejera son algunos de los hechos que debe
afrontar este tipo de acción policial.
Las propuestas de reforma sugieren que se deben dar agrupamientos
específicos relativos a cada especialidad (seguridad preventiva y seguridad
compleja), con su correlato en los tramos formativos de capacitación, y su
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estructura funcional vinculada a unidades funcionales específicas de cada
actividad.
En este breve trabajo haremos referencia a los diferentes escalafones
tratando de identificar algunas dimensiones de análisis del régimen profesional.
El régimen jurídico del empleo público engloba una seria de aspectos a
considerar entre los cuales podemos mencionar los siguientes:
-El Estado policial.
- Los derechos y deberes
-Obligaciones y prohibiciones del personal.
- La carrera profesional del policía y sus perfiles básicos.
- Los grados jerárquicos.
-El ejercicio de la superioridad.
- La ocupación de cargos orgánicos.
- Las promociones y ascensos.
-El sistema de evaluación profesional.
- El sistema de selección.
- El régimen de haberes.
- Las licencias y franquicias.
- Las formas de desvinculación.
- El régimen previsional.
A los efectos de este trabajo nos focalizaremos en la capacitación y el
escalafón comprendidos en la ley 2.894- De Seguridad Pública, 2.895 De
Creación del Instituto de Seguridad Pública; y 2.947 del Estatuto de la Policía
Metropolitana. Esta situación hace que resulte de especial importancia el
régimen jurídico en el cual se desenvuelve el personal de recientemente creado
Policía Metropolitana, para ver cuáles son los cambios y continuidades en el
proceso de profesionalización que son propuestos desde los autores estudiados.
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Consideraciones generales sobre el régimen jurídico del Empleo Público de la
Policía Metropolitana
Se puede advertir a grandes rasgos que hay una intencionalidad de
profesionalizar la función policial, en virtud que se quienes se obligará a los funcionarios
a tener dedicación exclusiva "con expresa prohibición de servicio de policía adicional
o cualquier otra actividad que fuera reputada incompatible, riesgosa, o que pueda
resultar en desmedro del rendimiento físico o psíquico de sus funciones". Esto presupone
una muy buena remuneración que a su vez, trae como contrapartida que esas horas
que hoy emplean para un segundo trabajo a fin de reunir un sueldo digno, serán
finalmente destinadas a instruirse y capacitarse académica y físicamente como así
también a desarrollar principios "éticos que permitan desempeñar con integridad y
responsabilidad la función policial". Según diversas fuentes periodísticas y en entrevistas
el sueldo básico por seis horas de trabajo diarias de un oficial es actualmente de 3.700
pesos contra un básico de 597, 40 pesos de uno de la Policía Federal. A raíz del nivel
remunerativo se incluyeron los aportes de la Obra Social a los planes de prepagas 310
(la cobertura más alta), a lo que podemos sumar un régimen de licencias por encima
de lo que marca la ley de Contrato de Trabajo, ya que se contabiliza las vacaciones
en días hábiles, y el régimen jubilatorio estipula un retiro con el 100 % del salario en
actividad móvil a los 30 años de servicio policial.
En relación al ingreso, el artículo 46 de la de Seguridad Pública establece como
requisitos para ser miembro de la Policía Metropolitana: a) Ser ciudadano nativo o por
opción; b) Tener, al momento de ingreso, entre 18 y 30 años de edad; c) Tener estudios
secundarios completos; d) Acreditar aptitud psicofísica compatible con la función y
tarea a desarrollar; e) Declarar bajo juramento cumplir y hacer cumplir la Constitución
Nacional y la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires; f) Acreditar una conducta
pública adecuada al ejercicio de la función pública y a la función específica que
reglamenta la presente Ley; g) Aprobar los programas y requisitos de formación y
capacitación que establezca el Instituto Superior de Seguridad Pública; h) Cumplir con
las condiciones fijadas por la presente Ley y sus normas reglamentarias.
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Mencionando el escalafón, vemos que la conducción de este nuevo cuerpo
esta a cargo de un Jefe y un Sub Jefe designados por el Jefe de Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires. La supervisión de los servicios policiales esta a cargo del Poder
Ejecutivo a través del Ministerio de Justicia y Seguridad, constituyendo así una
supervisión externa.
Cuatro son las especialidades, Seguridad, Investigaciones, Científica y Técnica y
Administración. Pero sólo tendrá "Estado Policial" el personal de las dos primeras
categorías, quienes se obligarán a tener dedicación exclusiva "con expresa prohibición
de servicio de policía adicional o cualquier otra actividad que fuera reputada
incompatible, riesgosa, o que pueda resultar en desmedro del rendimiento físico o
psíquico de sus funciones".
Cuadro 1: Especialidades del Personal de Policía Metropolitana según Estado
Aspecto Personal civil con estado policial Personal civil sin estado policial
Especialidad Seguridad Investigaciones Científica y
Técnica
Administración
Considerando que el objetivo que se plantea el Gobierno porteño con esta
incorporación es que la nueva policía sea un cuerpo de profesionales con dedicación
exclusiva, se diseñó una carrera profesional con determinados requisitos y aptitudes
necesarias para conformar los diferentes grados que integran a este cuerpo policial. La
carrera profesional es única y se organiza sobre la base de las mencionadas
especialidades. El desarrollo de la carrera en cada especialidad se designa por la
vocación así como por la formación y capacitación de los efectivos y considerando la
necesidad de la institución policial. Debido a que rigen los principios de
profesionalización y especialización se tiende a evitar los cambios de especialidad
para que el personal reciba una especialización más óptima.
A continuación se detallan los grados, en orden creciente, que componen el
Escalafón General Policial. Cada grado está formado por fracciones determinadas por
reglamentación, a su vez estas fracciones se conforman por las especialidades
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adquiridas, conocimiento, aptitudes y desempeño de sus competencias. Para acceder
a la fracción se deberá acreditar poseer las competencias requeridas para cada caso.
Los grados son:
a. Oficial.
b. Oficial Mayor.
c. Subinspector.
d. Inspector.
e. Comisionado.
f. Comisionado Mayor.
g. Comisionado General.
h. Superintendente.
El personal con grado de Oficial y Oficial Mayor forma el cuadro de Oficiales
Operativos; el cuadro de Oficiales Supervisores lo integra el personal policial con grado
de Subinspector e Inspector. El personal con grado de Comisionado y Comisionado
Mayor compone el cuadro de Oficiales de Dirección y, por último, el cuadro de
Oficiales Superiores de Conducción está formado por los efectivos de grado de
Comisionado General y Superintendente.
Con respecto a los ascensos y promociones del personal correspondiente al
cuadro de Oficiales de Conducción los decreta el Jefe de Gobierno que debe
publicar en el Boletín Oficial de la Ciudad y en el sitio de Internet del Gobierno de la
Ciudad durante diez días los nombres y antecedentes de las personas propuestas. Al
personal que integra el cuadro de Oficiales de Dirección los ascensos y promociones
los resuelve el Ministro de Justicia y Seguridad, mientras que los de los cuadros de
Oficiales Supervisores y Operativos los dispone el Jefe de la Policía Metropolitana. Los
requisitos para promoción y ascenso a un grado superior que deben cumplirse son:
a. La disponibilidad de vacantes en el grado al que se aspira.
b. La acreditación de los conocimientos profesionales requeridos para el
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desempeño de las funciones o los cargos orgánicos correspondientes al grado a
cubrir.
c. La aprobación de los cursos de ascenso o nivelación que determine la
reglamentación.
d. La declaración de aptitud profesional establecida por un comité de evaluación
conformado según la reglamentación.
e. El tiempo mínimo de permanencia en el grado.
f. La acreditación de las condiciones psicofísicas necesarias.
En el caso de los grados Comisionado General y Superintendente se debe
cumplir además otro requisito que es el de poseer título universitario acorde con las
funciones a desempeñar.
A continuación se resumen los cuadros, grados y las diferentes funciones.
Cuadro 2: Cuadros del Escalafón de la Policía Metropolitana
Cuadro Grado Definición Oficiales Superiores Superintendente Personal abocado a las
labores de conducción y mando superior del sistema operacional de la policía
Comisionado General
Oficiales de Dirección Comisionado Mayor Supervisión y mando intermedio del sistema
Comisionado Oficiales Supervisores Inspector
Subinspector Oficiales Operativos Oficial Mayor Personal abocado a las
labores de ejecución Oficial
Fuente: Elaboración propia en base a Ley Nº 2947
La capacitación
El régimen de preparación de los aspirantes a la nueva Policía Metropolitana
está basado en los principios de profesionalización, idoneidad y eficacia funcional, que
tienen como propósito resguardar y garantizar la seguridad ciudadana. Después de un
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proceso de instrucción, que en su etapa inicial será de nueve meses y los alumnos
deberán cursar 1859 horas cátedra, egresarán con el grado de oficial ayudante. Esta
Policía tendrá un escalafón único, y todos los años los policías deberán realizar cursos
de capacitación y formación para poder ascender al grado superior. Así, un egresado
de este instituto podrá aspirar a alcanzar el máximo grado.
El instituto de seguridad pública
� El instituto se crea por ley de la Ciudad de Buenos Aires y está emplazado
en un predio de 10 hectáreas y una construcción de más de 26 mil metros
cuadrados cubiertos. Se trata de un complejo de instrucción para aspirantes
con un polígono de tiro y un arsenal con modernas medidas de seguridad; un
laboratorio, un parque de entrenamiento físico y un sector destinado para
realizar maniobras de entrenamiento que simulen situaciones reales de la vida
cotidiana. Además de un espacio de entrenamiento virtual de última
generación. Cuenta con 24 aulas de estudio, un aula magna y un micro cine
que ocupan más de 5.600 metros cuadrados. Alrededor de la plaza de armas
se ubican los dormitorios que alojarán 1.140 aspirantes a la policía. Cada uno
contendrá diez habitaciones con capacidad para seis personas con tres
duchas, tres baños y tres lavatorios.
Los aspirantes cuentan con un modulo personal compuesto por una cama, un
escritorio, una biblioteca y un armario para guardar objetos personales. Todos los
sectores del predio están comunicados por galerías techadas que permiten, en días de
lluvia, circular por cualquier sector. El salón de usos múltiples (SUM) tiene una superficie
de 1.900 metros cuadrados y esta ubicado en el centro del predio. El complejo tiene un
comedor para los alumnos, un gimnasio y vestuarios.
Además existe una zona de recreación, pileta, un patio de compras (proveeduría y
quiosco), un espacio de oración interreligioso y una sucursal del Banco Ciudad.
La capacitación del personal civil con estado policial
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Los estudiantes cursan sus estudios bajo la modalidad que conforme a la
estructura pedagógica y curricular sea conveniente según su etapa, priorizándose que
no sean obligatoriamente apartados de la vida en comunidad durante su formación.
La formación de los aspirantes a la Policía Metropolitana se asienta en cinco ejes, tal
cual lo plantea Saín (2008), focalizándose en un eje legal-institucional; social-
criminológico; ético-profesional; policial; y orientación especializada (art. 10º ley 2895).
a) El núcleo legal-institucional dirigido a introducir a los estudiantes en los contenidos
teórico-prácticos relacionados con la normativa vigente en materia de seguridad
pública, profundizando sobre las implicancias del ordenamiento jurídico en el desarrollo
de la labor policial, en particular los contenidos inherentes a la administración pública,
el sistema institucional administrativo, judicial y legislativo, el derecho público y
administrativo, el derecho penal y procesal penal, el régimen contravencional y de
faltas y los procedimientos administrativos y jurisdiccionales.
b) El núcleo social-criminológico orientado a la formación teórico-practica de los
estudiantes referida a los conocimientos propios de las ciencias sociales aplicados a las
problemáticas delictivas e institucionales referidas a la seguridad pública, tales como
los conocimientos propios de la ciencia política, sociología y criminología.
c) El núcleo ético-profesional destinado a la formación teórico-práctica de los/as
estudiantes en los conocimientos propios de la profesión y función policial,
contemplando los principios básicos de actuación y resolución de conflictos y
mitigación de sus efectos, el respeto de los derechos humanos y demás derechos y
garantías legales en el desarrollo de las funciones propias de los/as oficiales.
d) El núcleo policial orientado a la formación teórico-practica de los estudiantes en los
conocimientos propios del ejercicio de las labores policiales, la obtención de los
métodos, técnicas y adiestramiento para el desempeño de sus servicios, en especial
aquellas referidas a las medidas de seguridad, la gestión policial estratégica y táctica,
las acciones técnico-operacionales, de supervisión y de dirección superior policiales, la
inteligencia criminal y la logística.
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e) El núcleo de orientación especializada destinado a la formación práctica de los
estudiantes en relación a las labores propias del agrupamiento y especialidad
seleccionados durante la última etapa de su formación inicial.
La capacitación de los oficiales de la Policía Metropolitana consiste en el
adiestramiento, entrenamiento, perfeccionamiento y actualización permanente a lo
largo de toda la carrera profesional y está asentada en la producción de capacidades
y competencias específicas derivadas de las tareas básicas propias de los perfiles y
especialidades policiales.
La capacitación de los oficiales de la Policía Metropolitana está articulada en
función a los siguientes núcleos que se constituyen como pautas de formación de la
estructura pedagógica y curricular (art. 13):
a) El núcleo de especialización policial destinado a la capacitación especializada en
relación con las actividades que habitualmente desarrolla el oficial dentro de la
institución, a través de la adquisición de conocimientos, habilidades y aptitudes
especiales relacionadas con la seguridad, investigaciones, operaciones especiales,
inteligencia criminal y logística policial. b) El núcleo de conducción policial destinado a
la capacitación de aquellos/as oficiales que ejerzan cargos de conducción o
dirección superior o media dentro de la institución, comprendiendo contenidos
referidos a la gestión de estructuras administrativas y burocráticas, manejo de personal,
control y evaluación de estructuras de mando y dirección. c) El núcleo de
actualización referido a la continua y generalizada necesidad de actualización en las
labores propias del servicio policial, intrínsecamente relacionada con los aspectos
inherentes a la seguridad pública. d) El núcleo de promoción policial destinado a la
capacitación y preparación de los oficiales que aspiren a ascender al grado jerárquico
superior de la carrera profesional policial o a ocupar los cargos orgánicos que
correspondan.
En relación al cuerpo docente, vemos que el la ley de Creación de Instituto de
Seguridad Pública estipula en su artículo 21º que “la formación y capacitación de los
oficiales está a cargo de personal idóneo en la materia con probada experiencia y
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formación. Se promoverá además la participación de cientistas sociales y profesionales
de las demás disciplinas que forman parte de la formulación de políticas en materia de
seguridad pública y privada”.
Conclusiones
Como conclusiones de este trabajo podemos decir que el régimen jurídico de la
recientemente creada Policía Metropolitana manifiesta una clara idea de superar
algunos de los problemas estructurales que presentan los cuerpos policiales en la
Argentina. En primer lugar, se plantea un salario básico muy por encima de lo que son
la policía bonaerense, Policía Federal o el propio SINEP, dado que los salarios básicos
de todos los policías están por debajo de los mil pesos, y el salario promedio de los
empleados de la administración pública centralizada nacional ronda apenas encima
de los dos mil pesos, contra los 3700 actuales de los oficiales de la Policía
Metropolitana.
En relación a las condiciones infraestructurales, también se puede ver un
avance, dado que hay una clara apuesta a la inversión en tecnología de punta para
la prevención del delito y moderna flota de patrulleros. Las condiciones laborales,
régimen de licencias, régimen de jubilaciones (no se establece edad, solamente
servicios) es mucho mejor que el resto de la administración pública, lo cual genera
incentivos selectivos positivos para la profesionalización. La cláusula de la dedicación
exclusiva es algo muy novedoso que puede llegar a generar efectos virtuosos en la
conformación del cuerpo policial. Frente al modelo de salarios deprimidos y
adicionales que vemos en los policías de otras fuerzas que tienen que vender su fuerza
de trabajo al mercado privado de la seguridad; el desempeño en la seguridad pública
estatal como único empleo y la jornada de seis horas es un incentivo para la formación
de un policial especializado.
Mirando los cuadros, se ve una variante del modelo tripartito que propone Saín
para el dividir la jerarquía policial. Este autor plantea la que debe haber un
agrupamiento de oficiales superiores, oficiales supervisores y oficiales subalternos. Los
primeros son los mandos superiores del sistema operacional de la fuerza; los segundos el
grupo de mando y supervisión; y los últimos se deben encargar de ejecución. Sin
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embargo, entre los supervisores y superior, la ley 2.947 establece la existencia de un
cuadro de oficiales de dirección, que a la luz del modelo estudiado no se puede
dilucidar claramente cuáles serán sus funciones.
En relación a la estructura curricular de la capacitación del personal con estado
policial, se siguen todos los preceptos planteado por Saín, al presentar el modelo
articulado cinco ejes de formación, el cual también recoge la presencia de un tramo
de especialización, y alienta la incorporación de cientistas sociales como docentes,
por lo que se puede advertir la influencia de éstos en el diseño de la política pública, y
la influencia del referente citado.
Sin embargo, el punto que más llama la atención es que nada se dice sobre la
posibilidad de sindicalización de la policía, al mismo tiempo que no hace eco de las
recomendaciones acerca de la conformación de alguna instancia de una Defensoría
del Policía como dependencia especial y funcionalmente autárquica que garantice la
defensa integral de los derechos del personal policial durante el ejercicio de las
labores, salvaguardar derechos y dignificar la función policial.
Como coralario, podemos decir que si bien presenta muchos aspectos positivos
en el proceso de profesionalización y modernización de las policías, es una experiencia
reducida que abarca un número relativamente reducido de efectivos en
comparación con la Policía Federal, al mismo tiempo que se centra únicamente en el
control policial preventivo bajo un modelo de inserción comunitaria. El gobierno de la
ciudad plantea como su objetivo principal la consolidación de la Policía Metropolitana,
que aspira a contar con unos 3000 uniformados a fines de 2011. Se espera sumar antes
de fin de este año otros 1000 efectivos de la Metropolitana para vigilar la comuna 15,
que agrupa los barrios de Agronomía, la Paternal, Parque Chas, Chacarita, Villa Ortúzar
y Villa Crespo. En noviembre próximo egresarán los primeros 500 policías sin
experiencia, en una fuerza policial y que, a principio de año, comenzaron con el curso
en el Instituto Superior de Seguridad Pública, en Parque Avellaneda. Mientras que
también se sumarán otros 500 efectivos con experiencia. El costo de operatividad de la
Policía Metropolitana alcanza a los 250 millones anuales.
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Recursos en la red
www.buenosaires.gov.ar
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www.nacion.com
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