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Universidad Juárez del Estado de Durango Facultad de Medicina y Nutrición Infectología Dr. José Carlos Tecalero Hernández BRUCELOSIS Alumnos: Oscar Luis Abrego González Carolina Leyva Sánchez

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Universidad Juárez del Estado de Durango

Facultad de Medicina y Nutrición

Infectología

Dr. José Carlos Tecalero Hernández

BRUCELOSIS

Alumnos:

Oscar Luis Abrego González

Carolina Leyva Sánchez

Grupo 6°B

Fecha: 12-Junio-2014

ÍndiceIntroducción......................................................................................................................................1

Contenido.........................................................................................................................................1

Epidemiología..............................................................................................................................2

Distribución...................................................................................................................................4

Forma de transmisión.................................................................................................................4

Patogenia......................................................................................................................................5

Período de transmisibilidad....................................................................................................6

Manifestaciones clínicas en animales......................................................................................6

Manifestaciones clínicas en el humano....................................................................................7

Exámenes complementarios....................................................................................................10

¿Cuándo sospechar brucelosis?.............................................................................................10

¿Cómo se confirma la brucelosis?..........................................................................................10

Pruebas serológicas que detectan anticuerpos anti S-Brucella (B. abortus, B. melitensis, B. suis)........................................................................................................................................11

Técnica de aglutinación en placa (Huddleson)..................................................................11

Técnica de aglutinación con antígeno tamponado (BPA)................................................12

Técnica de aglutinación con Rosa de Bengala (RBT)......................................................12

Técnica de aglutinación en tubo (Wright)...........................................................................12

Prueba de aglutinación 2-mercaptoetanol (2-ME)............................................................12

Técnica de fijación del complemento..................................................................................12

CELISA (ELISA de competición).........................................................................................12

Pruebas serológicas que detectan anticuerpos anti R-Brucella (B. canis)........................13

Técnica de microaglutinación en portaobjeto (RSAT)......................................................13

ELISA indirecto (IELISA)......................................................................................................13

Diagnóstico bacteriológico.......................................................................................................13

¿Cómo se trata el paciente con brucelosis?..........................................................................14

Seguimiento de los pacientes con brucelosis........................................................................15

Diagnóstico diferencial..............................................................................................................15

¿Qué hacer si se confirma?.....................................................................................................16

Bibliografía………………………………………………………………………………………………………………………….……17

Introducción

La Brucelosis es una zoonosis conocida también como fiebre de Malta,

enfermedad de Bang o fiebre del Mediterráneo que tiene importancia por su

repercusión en la salud de la población humana, especialmente en el grupo

económicamente activo y con gran impacto en la economía del país, debido a los

altos costos que demanda la recuperación de los enfermos y la baja de la

productividad del recurso humano debido a la incapacidad física temporal o

permanente; además de las pérdidas ocasionadas en la economía pecuaria al

incidir la enfermedad en el ganado bovino, ovino, caprino porcino, principalmente

animales que constituyen fuente de proteína animal para la alimentación humana.

Es ocasionada por bacterias del género Brucella, cuyas especies patógenas para

los animales son B. melitensis, B. abortus, B. suis, B. canis, y B. ovis, que afectan

preferentemente a cabras, vacas, cerdos, perros y ovinos; la B. melitensis es la

más común en el humano, siendo poco frecuente la B. canis. No se han

comprobado casos en humanos por especies B. ovis y B. neotomae.

Contenido

La brucelosis en el hombre está asociada al consumo de leche, queso fresco y

otros derivados lácteos, fundamentalmente de origen caprino contaminados y no

pasteurizados; por contacto con productos, subproductos y desechos como tejidos

o excreciones de animales enfermos y por inoculación de brucellas o inhalación

del polvo de corrales o mataderos dónde éstas se encuentren; de ahí que el

atender animales enfermos o estar en contacto con el agente, manipular carne y

vísceras de animales infectados y trabajar en laboratorios, se consideren

actividades ocupacionales de alto riesgo.

La brucelosis humana se caracteriza por su extraordinario polimorfismo clínico, su

curso ondulante y su tendencia a presentar recaídas y evolucionar a la cronicidad,

debido a la capacidad de supervivencia intracelular del microorganismo causal. En

cierto modo, el cuadro clínico viene determinado por la especie de Brucella

responsable de la infección. Así B. melitensis tiene mayor virulencia y muestra

predisposición al desarrollo de recaídas y evolución a la cronicidad, B. suis

1

produce con frecuencia formas localizadas crónicas con necrosis y supuración

mientras B. abortus se caracteriza por su menor invasividad, responsable de

frecuentes formas asintomáticas y de fácil control terapéutico. En nuestro país la

enfermedad se debe casi exclusivamente a B. melitensis.

Siguiendo su evolución natural, la infección puede autolimitarse en el intervalo de

unos meses tras varias ondas febriles. Otras veces se establece una localización

de la infección o el proceso no se resuelve espontáneamente y tiende a la

recurrencia y a la Norma Técnica para el Diagnóstico y a la cronificación. Cierto

número de pacientes sufren una infección por completo asintomática. El período

de incubación oscila en la mayoría de los casos entre 10 y 20 días, si bien

algunas veces los síntomas aparecen más tardíamente, inclusive tras un período

de varios meses. En estos casos, el antecedente epidemiológico, que es un

elemento de gran importancia para establecer una sospecha diagnóstica, puede

pasar desapercibido.

La brucelosis es una enfermedad infectocontagiosa de curso crónico que afecta

tanto al hombre como a los animales domésticos, la fauna silvestre y los

mamíferos marinos.

Esta enfermedad es de importancia para la salud pública debido a los costos

generados por la incapacidad física que produce en el enfermo y a las pérdidas

secundarias ocasionadas por la afectación del ganado.

El reservorio lo constituyen especies domésticas de ganado vacuno, porcino,

caprino y ovino. También pueden afectar a bisontes, camélidos americanos, alces,

algunas especies de ciervos y de animales silvestres (liebre, zorro, comadreja

etc.). B. canis constituye un problema ocasional en perros de criadero y

domiciliarios, mientras que en los perros vagabundos la seroprevalencia puede

llegar al 20%.

Epidemiología

La brucelosis es una zoonosis1 de distribución mundial; su presentación en

humanos está relacionada íntimamente con la enfermedad en animales

domésticos. La enfermedad se asocia más frecuentemente al sexo masculino,

entre los 30 y 40 años y en población rural, así como en veterinarios,

laboratoristas, trabajadores de frigoríficos y peones de campo.

Presenta dos patrones epidemiológicos:

Patrón urbano-alimentario, por consumo de leche y quesos no

pasteurizados,

Patrón rural-laboral, por exposición profesional al ganado infectado o sus

productos, sea por contacto o inhalación. En este caso tiene una cierta

tendencia estacional, generalmente ocurre en primavera y verano, que es

el período de reproducción de los animales.

Brucella spp tiene afinidad por los tejidos de los órganos reproductivos, en

consecuencia los mamíferos sexualmente maduros o en estado de preñez son

más susceptibles a la infección.

Los animales infectados eliminan las bacterias después de un aborto o de un

parto, así como a través de la leche, secreciones vaginales, semen, sangre, orina

y heces, contaminando pastos, agua y el medio ambiente. De esta forma se

completa el ciclo infeccioso, asegurando la contaminación de otros animales y la

persistencia del germen en la naturaleza. En el ambiente, pueden sobrevivir y

mantener la capacidad infectante durante períodos variables de acuerdo con las

condiciones del medio en el que sean eliminadas.

La brucelosis humana es, junto con la tuberculosis y la meningitis meningocócica,

la enfermedad bacteriana específica más frecuente en España. Se calcula que el

número de casos contabilizados es de tres a cinco veces inferior a la incidencia

real, debido en parte a la falta de declaración y a la existencia de infecciones

asintomáticas. La evolución de la brucelosis humana en España presenta ondas

plurianuales, con 2.842 casos (7,26 por 100.000 habitantes) en 1994. La

distribución geográfica ha sido muy cambiante, con un incremento de casos en

este momento a expensas de Castilla y Extremadura.

La enfermedad se transmite por dos mecanismos claramente definidos: por

contagio directo, mediante contacto, inoculación o inhalación, o por vía indirecta, a

través de la ingestión de productos lácteos contaminados. El contacto con

materiales infectados (abortos, placentas, estiércol, etc.) es probablemente el

mecanismo principal. La ingestión de leche o productos lácteos no pasteurizados

de procedencia casera supone todavía un mecanismo importante de contagio en

algunas zonas de nuestro país.

Distribución

Si bien la prevalencia global de la brucelosis en el ser humano es desconocida,

debido fundamentalmente al sub-diagnóstico y a la sub-notificación, se estima que

a nivel mundial afecta a 500.000 personas al año, especialmente en países del

área mediterránea, Arabia, India, México, América Central y Sudamérica.

En América Latina, Argentina, Perú y México son los países con prevalencia más

elevada. En Argentina las infecciones por B. melitensis se encuentran en el

ganado caprino localizado en el centro, oeste y norte del país; en tanto que B.suis

y B. abortus tienen mayor incidencia en la región de la Pampa Húmeda donde

predomina la explotación de ganado vacuno y porcino.

Forma de transmisión

Las vías de transmisión al humano pueden resumirse en:

Contacto: de piel o mucosas con tejidos de animales infectados o sus

productos como ganglios, sangre, orina, semen, secreciones vaginales,

fetos abortados y en especial placentas. Este mecanismo es el más

frecuente en el medio rural y puede llegar a ser el responsable del 60%-

70% de todos los casos registrados. Afecta a trabajadores rurales,

veterinarios, matarifes y ganaderos, aunque también puede afectar a

trabajadores de laboratorio o de servicios de salud.

Ingestión: de alimentos no pasteurizados de origen animal, como leche y

sus derivados (quesos, crema, manteca, helados) y en menor medida

carnes poco cocidas (la carga bacteriana en el tejido muscular animal es

baja).

Inhalación: de polvo en los lugares contaminados donde hay animales

infectados, como establos, mataderos, salas de recepción de leche,

camiones jaula para transporte de ganado, etc.

Inoculación: de material infectado-contaminado por Brucella spp. Este tipo

de transmisión afecta fundamentalmente a veterinarios, matarifes y

personal de laboratorio. También se ha descripto la enfermedad por auto

inoculación accidental de vacuna de Brucella abortus cepa 19 y B.

melitensis Rev.1, de uso en medicina veterinaria.

Perinatal: por vía transplacentaria, por la ingestión de leche materna o por

la exposición a sangre, orina o las heces de la madre infectada durante el

parto.

La transmisión interhumana es excepcional, aunque se ha informado

posterior a una transfusión de sangre, trasplante de médula ósea y se han

descrito casos ocasionales en los que se sospecha transmisión sexual.

De lo anterior se desprende que los factores de riesgo para brucelosis son:

Ocupación: veterinarios, granjeros o cuidadores en contacto con animales

principalmente domésticos, personas que manipulan productos y

subproductos animales como carniceros, ordeñadores y personas

dedicadas a la manufactura de lácteos; personal de laboratorio en contacto

con muestras clínicas.

Alimentación: ingestión de leche no pasteurizada o derivados lácteos

realizados de forma “artesanal” con leche no pasteurizada proveniente de

animales infectados.

Convivencia con animales: contacto directo con productos de desecho,

tejidos o excretas de animales enfermos o portadores asintomáticos o con

animales de establo.

Patogenia

Cuando las bacterias ingresan en el organismo, son fagocitadas por los neutrófilos

y monocitos y transportadas por la vía hematógena a los sinusoides del hígado,

bazo, médula ósea y ganglios linfáticos, donde se multiplican en los macrófagos.

La aparición de la enfermedad depende de la capacidad del huésped para

restringir esta multiplicación.

Las especies de Brucella son patógenas intracelulares facultativas, propiedad que

las mantiene protegidas de la acción de los antibióticos y de los mecanismos

dependientes de anticuerpos. Esta capacidad de supervivencia intracelular

determina el curso ondulante de la enfermedad, su tendencia a presentar recaídas

y evolucionar a formas crónicas.

Período de transmisibilidad

Los animales infectados pueden eliminar Brucella spp. durante toda la vida y son

el reservorio y la principal fuente de contagio para el ser humano.

Manifestaciones clínicas en animales

Los animales se infectan naturalmente por las mucosas, a través de la vía

conjuntival, digestiva, respiratoria, genital y por contacto; en cerdos y perros

también es de importancia la vía sexual. Luego de su ingreso las bacterias se

localizan inicialmente en los ganglios cercanos a la puerta de entrada donde se

multiplican para luego diseminarse al resto del organismo. La bacteriemia, que

suele ser intermitente, puede persistir durante meses y aún años.

En las hembras el síntoma principal es el aborto en periodos avanzados de la

gestación, durante el cual se liberan grandes cantidades de bacterias. También se

puede observar infertilidad, retención placentaria, nacimientos prematuros o a

término de crías débiles o muertas, camadas pequeñas en el caso de las hembras

politocas (perra y cerda), metritis y disminución de la producción láctea.

En los machos la infección puede producir infertilidad, epididimitis y orquitis

eliminando bacterias por semen y secundariamente por orina y dermatitis escrotal.

También puede presentarse hepato y esplenomegalia, artritis y discoespondilitis

los que se manifiestan con paresia o ataxia, uveítis anterior como alteración

oftalmológica, decaimiento y anorexia en periodos de bacteriemia.

En equinos ocasiona lesiones caracterizadas por inflamación y abscesos

localizados a la altura de la nuca, que se conoce como mal de la cruz.

Las vacas infectadas, luego de la parición, eliminan gérmenes en el calostro y la

leche, sobre todo en la primera etapa de lactación, disminuyendo a medida que

avanza la lactancia pudiendo eliminar bacterias en forma intermitente hasta la

tercera semana, pero cuando hay mastitis intersticial la liberación de Brucella es

permanente. También se eliminan por heces y orina pero en menor número.

Manifestaciones clínicas en el humano

El cuadro clínico, la gravedad y la evolución de la infección varían en función de la

especie de Brucella infectante, de la concentración del inóculo y del estado del

paciente. El período de incubación en los humanos se estima que podría ser de 1

a 3 semanas, pero puede llegar a varios meses.

Luego del periodo de incubación, la infección puede evolucionar con diferentes

formas clínicas:

Asintomática o subclínica.

Aguda con un comienzo brusco o insidioso.

Crónica.

La enfermedad puede durar días, meses o años si no se trata adecuadamente, los

síntomas característicos son fiebre continua, intermitente o irregular, de duración

variable (10 a 30 días), cefalea, fatiga, diaforesis, mialgias, pérdida de peso,

anorexia, malestar generalizado, con o sin signos de localización como: artritis

/espondilitis, meningitis endocarditis, orquitis/ epididimitis.

El examen físico es inespecífico; el hallazgo más frecuente, en 30-50% de los

casos es la hepatomegalia y/o esplenomegalia. En 12 a 20% de los casos pueden

encontrarse adenopatías. Las manifestaciones focales se evidencian por

infecciones supurativas de diferentes órganos o sistemas, incluidos osteoarticular,

cardiovascular y sistema nervioso central. La enfermedad osteoarticular es la

complicación más común; se observa en 20 a 60% de los pacientes. Puede

presentarse como artritis periférica, sacroileítis, espondilitis o espondilodiscitis. La

artritis suele afectar las rodillas, caderas, tobillos y muñecas.

El sistema genitourinario es el segundo sitio más común en la brucelosis focal,

puede observarse en 2 al 20% de los casos. En el hombre se presenta como

orquitis o epididimitis. La infección adquirida durante el embarazo constituye un

riesgo de aborto espontáneo. También pueden presentarse glomerulonefritis o

nefritis intersticial.

El sistema nervioso central está afectado en 5 a 7% de los casos. La

manifestación más frecuente es la meningoencefalitis de evolución aguda o

subaguda, que se presenta con alteración del estado de conciencia, irritación

meníngea, compromiso de pares craneales, coma, convulsiones y depresión

respiratoria; también puede presentarse como abscesos cerebrales o síndromes

desmielinizantes.

La afectación hepática puede manifestarse como una hepatitis granulomatosa y

difusa con un leve aumento de transaminasas (en la mayoría de los casos no

superan cinco veces el valor normal); rara vez se produce ictericia. También

pueden presentarse abscesos hepáticos y calcificaciones.

La endocarditis sigue siendo la causa principal de mortalidad. En general, la

válvula aórtica es la más afectada, y aunque la ausencia de signos de insuficiencia

cardíaca permitiría hacer un tratamiento conservador, suele requerir el reemplazo

quirúrgico de la válvula.

El compromiso pulmonar es un evento raro en el curso de la brucelosis. Algunos

de los enfermos refieren tos y disnea leve, en ausencia de lesiones pulmonares

evidenciables por estudios radiológicos. El compromiso del parénquima pulmonar

puede manifestarse como neumonía lobar con o sin exudado pleural, neumonía

con patrón intersticial y nódulos pulmonares (único o múltiples).

También se han descrito hallazgos oculares como uveítis, queratoconjuntivitis,

iridociclitis, queratitis, coroiditis, neuritis óptica, endooftalmitis y cataratas.

Por lo general, los pacientes se recuperan, pero algunos pueden presentar

lesiones persistentes e incapacidad severa. Sin tratamiento, la tasa de letalidad es

menor al 2%. La forma crónica puede presentarse por recaídas sucesivas a partir

de una forma aguda o asociarse a manifestaciones focales. También se ha

descrito un síndrome de fatiga crónica.

Las recaídas aparecen en el 10% de los casos, comúnmente en el primer año

después de la infección; presentan los mismos síntomas que la forma aguda

aunque suelen ser menos intensos que el episodio inicial y pueden tratarse con

cursos repetidos de los regímenes antibióticos habituales. La mayoría de los casos

de recaída son causados por el tratamiento inadecuado.

También son frecuentes los episodios de reinfección en la brucelosis de origen

laboral debido a la continua exposición a la bacteria y a la escasa adherencia a las

medidas preventivas.

La brucelosis durante el embarazo aumenta el riesgo de aborto y de transmisión

intrauterina al bebé. Puede haber abortos en los primeros trimestres de la

gestación o partos prematuros. En las últimas décadas se han reportado casos

aislados de brucelosis neonatal en algunas zonas endémicas, siendo la

transmisión transplacentaria, por contacto con secreciones infectadas en el canal

del parto o por transfusiones sanguíneas. La presentación clínica es muy variada,

los niños afectados pueden presentar hepatoesplenomegalias o simular cuadros

de sepsis.

La enfermedad pediátrica se presenta en edades en que los niños participan de

actividades rurales, juegan en los corrales o por ingestión de leche o quesos no

pasteurizados. En los niños son frecuentes las formas asintomáticas. Cuando son

sintomáticas, la fiebre es el síntoma predominante (70-90%) y se presenta como

síndrome febril prolongado. La fiebre puede ser continua, intermitente u ondulante.

Se acompaña de sudoración profusa y maloliente, anorexia, artralgias, malestar

general, cefaleas, escalofríos, astenia y adelgazamiento.

Al examen físico los hallazgos más frecuentes son la hepatoesplenomegalia (20-

30%) y las linfadenopatías (10-20%). El compromiso del aparato locomotor es

frecuente (85%), siendo las artromialgias y las artritis las formas de presentación

más frecuentes. Las articulaciones más afectadas son rodillas, caderas y tobillos.

A nivel gastrointestinal presentan náuseas, vómitos, anorexia y bajo peso; las

lesiones en piel pueden ser desde un rash eritematopapular hasta lesiones

purpúricas o Síndrome de Steven Johnson.

Las complicaciones más frecuentes son sacroileítis, orquiepididimitis, meningitis

sola o con compromiso periférico o cerebrovascular, endocarditis, absceso

hepático, neumonitis, neumonía con derrame, uveítis y peritonitis.

Exámenes complementarios

Las alteraciones más comunes en el hemograma son:

Leucopenia con linfocitosis relativa.

Trombocitopenia.

Anemia leve.

En algunos casos se produce pancitopenia por mieloinfección o por

hiperesplenismo.

¿Cuándo sospechar brucelosis?

Se debe sospechar brucelosis en toda persona con fiebre de comienzo agudo o

insidioso y uno o más de los siguientes signos y síntomas:

Sudoración nocturna.

Artralgias.

Cefalea.

Fatiga.

Anorexia.

Mialgia.

Disminución de peso.

Artritis/espondilitis.

Meningitis o afectación focal de órganos (endocarditis, orquitis/epididimitis,

epatomegalia, esplenomegalia).

y uno o más de los siguientes antecedentes epidemiológicos:

Contacto (principalmente ocupacional) con animales de producción

ganadera.

Contacto con perros sintomáticos o de aspecto saludable.

Consumo de productos de origen animal presuntamente contaminados.

Exposición en laboratorios.

¿Cómo se confirma la brucelosis?

El diagnóstico de brucelosis se puede realizar de manera directa, aislando el

microorganismo a partir de cultivos de sangre, médula ósea u otros tejidos o

indirecta a través de métodos serológicos que detectan anticuerpos. La mayoría

de los pacientes son diagnosticados a través de métodos indirectos, ya que la

bacteriología no siempre es posible y cuando se la realiza no siempre es positiva.

No obstante, un resultado serológico positivo puede indicar infección activa,

anticuerpos que persisten después de la recuperación, contacto accidental con el

germen no necesariamente seguida de enfermedad o exposición a un

microorganismo que presente reacción cruzada con Brucella spp.

Algunos pacientes con brucelosis presentan recaídas que se relacionan con un

tratamiento inapropiado, virulencia de la cepa o respuesta inmunológica deficiente.

A menudo se observa que varios meses después del tratamiento persisten bajos

niveles de anticuerpos en pacientes que presentaron una evolución clínica

satisfactoria. La significación de este hecho es difícil de establecer ya que no se

puede definir con certeza el tiempo de la eliminación intracelular de Brucella y

tampoco existe un criterio seguro de cura de la enfermedad.

Las pruebas serológicas clásicas como Huddleson, Wright y Fijación de

complemento se siguen realizando en la actualidad pero tienen la desventaja de

no contar con un punto de corte consensuado.

En cambio, las modernas pruebas de tamizaje como BPA, RB y RSAT se definen

como positivas o negativas y las confirmatorias de unión primaria cELISA e IELISA

además de su alta sensibilidad y especificidad tienen un punto de corte.

Pruebas serológicas que detectan anticuerpos anti S-Brucella (B.

abortus, B. melitensis, B. suis)

Técnica de aglutinación en placa (Huddleson)Es una técnica sencilla que se emplea como prueba de tamizaje en algunos

países de América Latina, aunque está en desuso fuera del continente.

Está sujeta a errores operacionales y puede presentar un fenómeno de zona3 en

las diluciones más bajas de sueros con título alto, en sueros contaminados o

cuando se emplean antígenos no normatizados.

Es de baja especificidad, su resultado es cuantitativo, sin embargo y a pesar de

ser una prueba de tamizaje, el punto de corte no está consensuado.

Técnica de aglutinación con antígeno tamponado (BPA)

Es una prueba de tamizaje, rápida, práctica, económica y muy sensible,

recomendada para Bancos de Sangre. Debido a su bajo pH privilegia la

aglutinación de anticuerpos del isotipo IgG lo que la hace más específica. Es

cualitativa y ligeramente más sensible que la técnica de Rosa de Bengala.

Técnica de aglutinación con Rosa de Bengala (RBT)

Es una prueba de tamizaje, de gran difusión, rápida y económica. Es cualitativa y

debido a su bajo pH privilegia la aglutinación de anticuerpos del isotipo IgG

Técnica de aglutinación en tubo (Wright)

Es la más antigua (1897) y la más utilizada aún para el diagnóstico de brucelosis

animal y humana. Tiene la ventaja de detectar en el suero anticuerpos IgM, IgG e

IgA pero es de baja especificidad y no es recomendable en casos crónicos. No

existe consenso en cuanto al punto de corte.

Prueba de aglutinación 2-mercaptoetanol (2-ME)

Se realiza conjuntamente con la prueba de Wright tratando previamente el suero

con 2-ME como agente reductor que inactiva los anticuerpos de tipo IgM. Es de

baja sensibilidad y no existe consenso en cuanto al punto de corte.

Técnica de fijación del complemento

Es una prueba altamente específica y sensible, aceptada como confirmatoria.

Detecta anticuerpos del isotipo IgG que predominan en casos crónicos pero tiene

el inconveniente de ser muy laboriosa y poco apropiada para casos agudos. No

existe consenso en cuanto al punto de corte.

CELISA (ELISA de competición)Es una prueba de unión primaria basada en el uso de un anticuerpo monoclonal

(MAb) específico para una región determinada y repetida de un epitope de la

cadena “O” del S-LPS de Brucella.

Pruebas serológicas que detectan anticuerpos anti R-Brucella (B.

canis)

Técnica de microaglutinación en portaobjeto (RSAT)

Es una prueba de tamizaje, rápida, práctica y económica que fue descripta para el

diagnóstico de brucelosis canina y es utilizada en el diagnóstico de brucelosis

causada por B. canis en humanos. Es cualitativa y se interpreta como positiva o

negativa.

ELISA indirecto (IELISA)

Es una prueba muy sensible y específica utilizada como confirmatoria, para el

diagnóstico de brucelosis humana, en casos de infección por B. canis. Tiene una

sensibilidad y especificidad del 100%.

Diagnóstico bacteriológico

Aunque la prueba más específica para el diagnóstico de brucelosis humana es el

aislamiento de Brucella spp., su eficacia es baja y un resultado negativo no puede

descartar la enfermedad, sobre todo en las formas crónicas en las que los cultivos

negativos son frecuentes.

Las cepas se pueden recuperar a partir de sangre, médula, líquido

cefalorraquídeo, líquido articular, biopsias u otros materiales. La toma de la

muestra se debe hacer lo antes posible para que el tratamiento con antibióticos no

interfiera en el resultado.

Se considera caso confirmado de brucelosis a todo caso probable con

confirmación por laboratorio de uno o más de los siguientes criterios:

a) Estudios bacteriológicos positivos: aislamiento de Brucella spp. de muestras

clínicas: hemocultivo, mielocultivo, biopsias, etc.

b) Estudios serológicos positivos: aglutinación en tubo (Wright) y otras que

permiten la detección de anticuerpos IgG específicos en el suero del

paciente; Fijación de Complemento (FC), cELISA e IELISA.

c) Presencia de nexo epidemiológico con un caso confirmado.

¿Cómo se trata el paciente con brucelosis?

El tratamiento incluye el uso de antimicrobianos y la administración de

medicamentos sintomáticos. Algunas formas de enfermedad localizada, como

endocarditis, pueden requerir cirugía.

Las combinaciones más usadas son las propuestas por la Organización Mundial

de la Salud (OMS) que contemplan dos opciones; ambas incluyen la doxiciclina

durante 6 semanas, combinada con estreptomicina durante 2 a 3 semanas, o

rifampicina durante 6 semanas.

Si bien el uso de estreptomicina sería más eficaz para la prevención de las

recaídas su administración parenteral requiere la existencia de una red de

atención domiciliaria. Por otra parte, el uso de rifampicina favorecería el desarrollo

de resistencia comunitaria a la misma.

Otros antimicrobianos que se pueden utilizar en combinación con los anteriores

incluyen: trimetoprima- sulfametoxazol o quinolonas. Antibióticos utilizados para el

tratamiento de la brucelosis en seres humanos

Seguimiento de los pacientes con brucelosis

El control clínico de los pacientes durante y después del tratamiento, debe

realizarse con el objetivo de verificar la remisión de los síntomas, la correcta

adherencia al tratamiento, la presencia de efectos adversos, la reaparición de

signos o síntomas de enfermedad (recaídas) y para realizar los controles

serológicos y microbiológicos correspondientes.

Es importante dar las pautas de alarma de recaída para que el paciente concurra

de inmediato a la consulta, ante la menor sospecha.

Diagnóstico diferencial

El diagnóstico diferencial del enfermo con brucelosis debe realizarse con otras

causas de Síndrome Febril como:

¿Qué hacer si se confirma?

Informar al paciente y a la familia sobre la enfermedad, los reservorios, el

modo de transmisión y los métodos de prevención.

Realizar una investigación de la fuente de infección (ej.: consumo de leche

no pasteurizada, quesos, otros lácteos no pasteurizados u ocupación del

paciente) y los potenciales casos expuestos a dicha fuente.

Una vez identificada la fuente:

Coordinar con SENASA local y regional para el control del ganado.

Coordinar con bromatología local para el control de alimentos

contaminados.

Bibliografía

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prevención y control de la brucelosis humana en el Perú, Revista Peruana de

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Navarro Pedro, Reyes Heberto, Brucelosis. Zoonosis Bacteriana y Enfermedad

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