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BONDAD DE LA RACIONALIDAD * Un homenaje a la memoria de Norberto Bobbio Agustín Squella Universidad de Valparaíso, Chile RESUMEN. En este trabajo el autor rinde un personal homenaje a Norberto BOBBIO al analizar algunos aspectos de su pensamiento en los que se muestra la idea de que existe una bondad de la racio- nalidad, es decir, que una posibilidad de ser buenos consiste en comportarse racionalmente. Uno de ellos se aprecia en los planteamientos del maestro turinés en favor de un liberalismo social encaminado al reconocimiento y protección de las libertades básicas de los individuos, así como a la eliminación de las desigualdades más manifiestas. Un segundo aspecto se advierte en la defen- sa de un pacifismo institucional en el que se obtenga la paz a través del Derecho. Finalmente, un tercer aspecto en el que se apreciaría una bondad de la racionalidad se refiere a la manera en que BOBBIO entendió los fenómenos de la religión y la religiosidad. Palabras clave: Norberto Bobbio, liberalismo social, pacifismo institucional. ABSTRACT. In this paper the author pays personal homage to Norberto BOBBIO, analysing certain aspects of his thought in which he presents the idea that goodness in rationality exists, that is to say, that a possibility of being good consists in behaving rationally. One of these aspects can be seen in the master from Turin’s proposals in favour of a social liberalism leading to the recognition and protection of individuals’s fundamental liberties, as well as the elimination of the most evident inequalities. A second aspect can be appreciated in the defence of institutional pacifism, in which peace can be obtained through law. Finally, a third aspect, in which goodness in rationality can be seen, makes reference to the way in which BOBBIO understood the phenomena of religion and reli- giousness. Keywords: Norberto Bobbio, social liberalism, institutional pacifism. DOXA, Cuadernos de Filosofía del Derecho, 29 (2006) ISSN: 0214-8676 pp. 131-137 * Ponencia leída en la mesa en memoria de Norberto BOBBIO, con motivo del XXII Congreso Mun- dial de Filosofía del Derecho y Filosofía Social, Granada, 29 de mayo de 2005, en la que intervinieron tam- bién Elías DÍAZ, Michelangelo BOVERO, Richard BELLAMY, Alfonso RUIZ MIGUEL, Celso LAFER y Luigi FERRAJOLI.

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  • BONDAD DE LA RACIONALIDAD*Un homenaje a la memoria de Norberto Bobbio

    Agustn SquellaUniversidad de Valparaso, Chile

    RESUMEN. En este trabajo el autor rinde un personal homenaje a Norberto BOBBIO al analizar algunosaspectos de su pensamiento en los que se muestra la idea de que existe una bondad de la racio-nalidad, es decir, que una posibilidad de ser buenos consiste en comportarse racionalmente. Unode ellos se aprecia en los planteamientos del maestro turins en favor de un liberalismo socialencaminado al reconocimiento y proteccin de las libertades bsicas de los individuos, as como ala eliminacin de las desigualdades ms manifiestas. Un segundo aspecto se advierte en la defen-sa de un pacifismo institucional en el que se obtenga la paz a travs del Derecho. Finalmente, untercer aspecto en el que se apreciara una bondad de la racionalidad se refiere a la manera en queBOBBIO entendi los fenmenos de la religin y la religiosidad.

    Palabras clave: Norberto Bobbio, liberalismo social, pacifismo institucional.

    ABSTRACT. In this paper the author pays personal homage to Norberto BOBBIO, analysing certainaspects of his thought in which he presents the idea that goodness in rationality exists, that is tosay, that a possibility of being good consists in behaving rationally. One of these aspects can beseen in the master from Turins proposals in favour of a social liberalism leading to the recognitionand protection of individualss fundamental liberties, as well as the elimination of the most evidentinequalities. A second aspect can be appreciated in the defence of institutional pacifism, in whichpeace can be obtained through law. Finally, a third aspect, in which goodness in rationality can beseen, makes reference to the way in which BOBBIO understood the phenomena of religion and reli-giousness.

    Keywords: Norberto Bobbio, social liberalism, institutional pacifism.

    DOXA, Cuadernos de Filosofa del Derecho, 29 (2006) ISSN: 0214-8676 pp. 131-137

    * Ponencia leda en la mesa en memoria de Norberto BOBBIO, con motivo del XXII Congreso Mun-dial de Filosofa del Derecho y Filosofa Social, Granada, 29 de mayo de 2005, en la que intervinieron tam-bin Elas DAZ, Michelangelo BOVERO, Richard BELLAMY, Alfonso RUIZ MIGUEL, Celso LAFER y LuigiFERRAJOLI.

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    Como todos quienes participan en esta mesa, y como muchos de los que estnen la platea, tengo una historia personal con BOBBIO. Una historia que seremonta a poco ms de 20 aos, concretamente a 1983, ao en que empeca preparar un nmero especial de la Revista de Ciencias Sociales de laUniversidad de Valparaso en homenaje al maestro de Torino, la mismarevista que ha dedicado volmenes monogrficos a SAVIGNY, IHERING, KELSEN, ROSS,HART, DWORKIN y, ltimamente, a John RAWLS. Pero antes de referir brevemente esahistoria, quisiera sealar que el ttulo de esta ponencia quiere significar que hay bondaden la racionalidad, o sea, que una posibilidad de ser buenos consiste en comportarseracionalmente. Si se quisiera ponerlo de este otro modo, existe una bondad que resultano de mover el corazn, sino de mover la cabeza, una bondad que puede ser inclusosuperior a la que a veces sale del puro corazn y, ni que decir, muy superior a la que sereduce a esas meras declaraciones orales o escritas con las que pretenden buenos, o apa-recer como tales, quienes hablan y escriben de bondad, pero que en su vida prctica secomportan muy lejos de sta. Lo que sucede por momentos, al menos en el pas dedonde vengo, es que en materias de ndole moral se prefiera hablar antes de valores quede virtudes, como si en al campo moral importaran ms los valores que se declaran quelas virtudes que se practican.

    A BOBBIO vine a conocerle personalmente un ao ms tarde, en 1984, con ocasinde un congreso internacional de filosofa del derecho que Enrico PATTARO organiz enBologna. BOBBIO me mir con cierta incredulidad cuando me acerqu a l y le dije queestaba preparando una obra colectiva en su homenaje. Mayor incredulidad mostr dosaos ms tarde, aunque siempre con benevolencia, cuando visit la Universidad deValparaso y comprob que el anunciado volumen an no vea la luz. ste vino a apa-recer recin en 1987, y todava recuerdo la alegra con que puse en el correo, con mispropias manos, el ejemplar destinado a BOBBIO.

    De all en adelante intercambiamos no ms de dos cartas cada ao, a raz de la publi-cacin de algn nuevo libro o artculo suyo. Sus cartas eran siempre muy breves y esta-ban escritas con una caligrafa pequea y progresivamente temblorosa.

    En 1992 tuvo lugar en Santander un curso de verano sobre BOBBIO, organizado porla Universidad Internacional Menndez Pelayo, en el que intervinimos varios estudiososde su obra, capitaneados por el hoy rector de la Universidad Carlos III, Gregorio PECES-BARBA. El curso deba ser clausurado por el propio BOBBIO, quien en esos mismos dastuvo que ser sometido en Torino a una intervencin quirrgica de urgencia. Todos pen-samos, cmo no, en el prximo fin del maestro, pero he aqu que BOBBIO se recuper yprodujo en los aos posteriores a lo menos tres nuevos libros. Recuerdo hasta hoy laemocin con que PECES-BARBA ley el texto que BOBBIO iba a presentar en la ocasin,y que pudimos recibir gracias al fax.

    All, en el palacio de La Magdalena, a orillas del Cantbrico, en medio de unaatmsfera cargada de admiracin, respeto y preocupacin por el maestro lejano y enfer-mo, BOBBIO nos dijo que la vejez es el crepsculo que anuncia la noche y que lamelancola es la conciencia de lo insatisfecho, de lo incompleto, pero seal tambinque hay bondad en la racionalidad y que en el mundo de los viejos cuentan ms losafectos que los conceptos.

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    Como ustedes ven, es de una de aquellas frases de BOBBIO de donde sali el ttulode mi intervencin en esta mesa en su memoria, de aquella frase en la que l certificaque hay bondad en la racionalidad, una idea que me propongo desarrollar breve-mente a continuacin, no sin antes completar el relato de mi historia con BOBBIO.

    En 2002, una de mis hijas pas por Torino y llev consigo un ejemplar de mi libroFilosofa del Derecho, recin aparecido, con el encargo preciso de entregarlo a BOBBIOen su casa de Via Sacchi, 66. Fue atendida por la empleada, quien le dijo que BOBBIOdescansaba en ese instante y que no estaba en condiciones de recibirla. Nunca recibel acuse de recibo, aunque me queda la esperanza de que el libro haya estado siquieraun momento en sus manos. Ese libro, entre otros cuatro captulos, incluye uno sobreDemocracia y Derecho y otro sobre Positivismo jurdico, y ambos deben much-simo a las ideas y planteamientos de BOBBIO en ambas materias. Con posterioridad,en 2004, luego de la muerte de BOBBIO, organizamos en Valparaso un encuentro sobresu obra. Hubo ms de 20 ponencias que formarn parte de un libro que hoy est enprensa. Por otra parte, hace un par de meses, la editorial Fondo de Cultura Econ-mica public en Chile un librito mo de divulgacin de las ideas de BOBBIO, tituladoNorberto Bobbio: un hombre fiero y justo.

    Debo mucho a las ideas de BOBBIO, sobre todo a las ideas polticas del maestroy, muy especialmente, a su siempre renovado discurso a favor de un liberalismo social,por entender que no se puede tener una sociedad decente si a los individuos que laforman no se les reconocen y protegen sus libertades bsicas, y por entender, asi-mismo, que una sociedad decente no es slo una sociedad de libertades, sino unadonde hayan desaparecido las desigualdades ms manifiestas e injustas entre los hom-bres. Si quisiera decirlo con una sola frase, una sociedad decente, adems de ser unasociedad de libertades, es aquella donde las personas pueden comer a lo menos tresveces al da, es decir, una sociedad donde existe cierta igualdad en las condicionesmateriales de vida de la gente. Y donde comer, por lo mismo, significa no slo ali-mentarse, sino tener satisfechas las necesidades bsicas de salud, educacin, vivienday vestuario.

    No es la realidad que hoy tiene Europa, pero s muchos de los pases de AmricaLatina y, desde luego, de frica, y esa realidad sin necesidad de ponernos dema-siado dramticos se parece por momentos a la de un trasatlntico donde unos pocosviajan cmodamente instalados en camarotes de lujo, mientras la mayora se las arre-gla como puede y tiende sus mantas sobre la cubierta y en bodegas, sin olvidar a losque nadan alrededor de la nave y tratan desesperadamente de subir a ella.

    Para llegar a tener una sociedad de libertades y una cierta igualdad en las condi-ciones de vida de las personas no existen los atajos, sino el camino largo y gradual quehace posible la democracia, segn todos hemos aprendido durante las ltimas dca-das. Pero este aprendizaje no puede significar que demos por definitivamente buenala alianza entre capitalismo y democracia, y nos sentemos a esperar a que los frutosmaduren y alcancen para todos. Fukuyama nunca tuvo razn al decretar el fin de lahistoria, entendido como el agotamiento de las posibilidades humanas de idear e ins-taurar un sistema mejor que el que resulta de la alianza entre capitalismo y democra-cia. Tal es nicamente un modelo, quizs el modelo, pero no al modo de un patrnnico, ya terminado de una vez para siempre, inflexible, que admita un solo y mismo

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    tipo de aplicacin, de manera que la imaginacin poltica, econmica y moral de lahumanidad como seala el escritor Carlos Fuentes an tiene campo frtil dondemoverse y sobre todo en el caso de Amrica Latina de igualar algn da a nues-tra imaginacin verbal.

    Pues bien: lo dicho es un ejemplo, en el caso de BOBBIO, tanto de bondad comode racionalidad, o, mejor an, de bondad de la racionalidad, de un bien que es posi-ble alcanzar a partir del aprendizaje y el discernimiento. Como se ha dicho tantasveces, el liberalsocialismo de BOBBIO es una frmula qumica inestable. Todava ms,el propio BOBBIO reconoca que, hasta ahora, nadie ha encontrado la manera de ponerde acuerdo los derechos de la libertad con las exigencias de la justicia social, aunqueello no quita que el liberalsocialismo sea una frmula que indica a la vez una direc-cin. Una direccin que supone no la exclusin ni menos el sacrificio de la libertaden nombre de la igualdad ni el de sta en nombre de aqulla, sino uno de esos ajus-tes o compensaciones entre valores distintos, de los que hablaba Isaiah BERLIN, y queslo son posibles si uno se pregunta cunto de esto por cunto de aquello, es decir,cunta justicia por cunta compasin, cunto orden por cunta libertad, y cunta liber-tad por cunta igualdad.

    Es cosa sabida, asimismo, que BOBBIO busca la paz otro bien no por mediodel desarme ni menos de las grandes y pomposas declaraciones tan frecuentes a favorde la misma, sino mediante el Derecho, es decir, mediante esa tcnica social que loshombres producen para cumplir diversas funciones y conseguir ciertos fines, entrestos, precisamente, el de instalar una paz relativa en las relaciones interpersonales y,desde luego, en las de carcter interestatal.

    BOBBIO propicia un pacifismo institucional que haga algn da posible, a nivel delplaneta, lo que desde hace un tiempo ha ocurrido ya al interior del Derecho internode cada Estado, a saber, que el Derecho consiga el monopolio del uso de la fuerza, demanera que el empleo de sta por un Estado en contra de otro Estado sea no slo uncomportamiento prohibido, esto es, un ilcito, y que, adems, no predomine entre losEstados la ley del ms fuerte.

    Por lo dems, si nadie niega que la mnima funcin que cabe esperar del Derechoes la prevencin de conflictos, as como la resolucin de stos por medios pacficos yen sedes y por intermedio de procedimientos que el propio Derecho preestablece,quin podra dudar del papel que cabe al Derecho en la prevencin de ese tipo espe-cial y gravsimo del conflicto que llamamos guerra?

    BOBBIO sabe bien que para la observancia de principios morales se necesita muchoms que su justificacin racional. La experiencia histrica advierte demuestraque se requiere la amenaza de penas terrenales, puesto que la creencia en penas ultra-terrenales se va reduciendo cada vez ms. Entonces, es aqu el momento en queentra en escena el Derecho, pues ste desalienta las conductas que prohbe por mediode la amenaza de sanciones coactivas. En tal sentido, como deca mi viejo maestro defilosofa del derecho en Valparaso, el derecho es la consagracin del escepticismo,puesto que amn de exigir comportamientos que todos consideramos deseables (quelos pactos se cumplan, por ejemplo) y de prohibir otros estimados indeseables (comoquitar la vida a otro), cuenta con que en ms de un caso alguien dejar sin observarsus deberes jurdicos y, por lo mismo, junto con establecer stos, predetermina el espe-

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    cfico castigo, pena o consecuencia desfavorable que deber hacerse efectiva sobre elinfractor.

    Si a nivel de cada Estado se pas ya del estado de naturaleza a la sociedad civil,lo propio tendra que ocurrir en el mbito internacional. En palabras del propio BOBBIO,el pacifismo jurdico es aquel que concibe el proceso de formacin de una sociedadinternacional en la que los conflictos entre estados se resuelven sin recurrir a la guerra,en ltima instancia en analoga con el proceso que, segn la hiptesis contractualista,habra dado lugar al Estado.

    Pero cmo, cmo hacer se pregunta BOBBIO para avanzar ms rpidamenteen esa direccin, tal como tendramos que hacerlo tambin volviendo al primerpunto de mi exposicin para conseguir sociedades ms decentes, o sea, ms libresy a la par ms igualitarias. Cmo hacer para avanzar a paso ms firme en ese procesode acumulacin civilizatoria como lo ha denominado Ernesto OTTONE y delcual surgen los derechos, las libertades y las igualdades.

    Tenemos cada cual que aportar nuestra piedra, por pequea que sea, a la cons-truccin del gran edificio. Todos, incluso los escpticos, lo que podamos creer quelas cosas no mejorarn o que irn definitivamente mal, puesto que, como repite BOBBIOuna y otra vez, todos tenemos derecho a ser escpticos en cuanto a la razn y a creerque las cosas irn mal, aunque a lo que no tenemos derecho es a ser escpticos encuanto a la voluntad y a no hacer nada y sentarnos a esperar a que ocurra la tragedia.Aun siendo escpticos en cuanto a la razn, tenemos que ser optimistas en cuanto ala voluntad, lo cual quiere decir que si creemos que las cosas irn mal, tenemos eldeber de hacer lo que est a nuestro alcance para que vayan lo mejor posible.

    S, llevamos ya mucho retraso escribe BOBBIO respecto a las grandes aspi-raciones de los hombres de buena voluntad, una constatacin que el maestro haceno para deprimirnos e instarnos a abandonar la tarea, sino como dice l para noaumentarlo (el retraso) con nuestra desconfianza, nuestra indolencia o nuestro escep-ticismo. Entonces remata, no hay tiempo que perder.

    Otro de los aspectos en que BOBBIO mostr que hay bondad en la racionalidady se trata del ltimo que voy a desarrollar aqu se refiere al modo como l enten-di y vivi los fenmenos de la religin y la religiosidad. Calculen ustedes cmo entroahora en un mbito ms ntimo del autor y, por tanto, tambin ms impreciso, inciertoy en alguna medida inescrutable, metindome as, de lleno, en las patas de los caba-llos, con el consiguiente riesgo de salir magullado, que es lo que con mayor probabi-lidad ocurrir siempre a quien se inmiscuya en las extremidades giles, sensibles, deli-cadas, pero tambin fuertes, de esos nobles animales. Han visto ustedes caer a unjinete en medio de una carrera de finasangres, sobre todo cuando marcha en el grupode avanzada y es golpeado por los animales que vienen detrs? Se trata de algo fuerte,incluso para un hpico, como es mi caso, que ha presenciado muchas veces esa escena.

    En efecto, decir que la concepcin procedimental de la democracia que tieneBOBBIO, que establece cmo se adoptan las decisiones de gobierno y no cul es elcontenido especfico que ellas tendrn, y recordar, asimismo, que dicha forma degobierno, junto con presuponer y garantizar ciertos derechos fundamentales de laspersonas, crea el escenario adecuado para que los diferentes puntos de vista acerca

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    de cmo organizar la sociedad se encuentren, dialoguen, hagan concesiones recpro-cas y alcancen acuerdos y transacciones propias de una forma de gobierno que aceptala gradualidad y en la que nadie gana ni pierde todo; decir todo eso repito estambin pertinente a la hora de explicar cmo patentiza BOBBIO su postulado sobrela bondad de la racionalidad. Como dice el propio BOBBIO, la democracia no cortacabezas, las cuenta, y si no cortar cabezas es algo bueno, contarlas es racional. Eli-minar el tiro de gracia del vencedor sobre el vencido es bueno, y sustituir ese tiropor el voto es racional.

    Pero, qu decir, en cambio, a propsito de BOBBIO, acerca de religin y religio-sidad?

    Lo primero que tengo que decir al respecto es que a m me impresion mucho eltexto con las ltimas voluntades de BOBBIO, escrito por l cuando cumpli 90 aos, ydado a conocer luego de su muerte. En ese escrito, BOBBIO pidi un funeral civil, noreligioso, porque, segn dijo, me he alejado ya demasiado tiempo de la Iglesia pararegresar a hurtadillas a ltima hora. Sin embargo, agreg que crea no haberme ale-jado nunca de la religin de mis padres, aunque s de la Iglesia, aadiendo luego unadeclaracin como sta: No me considero ni ateo ni agnstico. Como hombre de razny no de fe, se que estoy inmerso en el misterio que la razn no logra penetrar hasta elfondo, y que las distintas religiones interpretan de diversos modos.

    Hombre de razn y no hombre de fe es un reconocimiento que BOBBIO habahecho en varios de sus escritos anteriores. Una declaracin que en uno de sus ltimodilogos, con Mauricio VIROLI, reiter con fuerza al decir mi concepcin de la vidaes profana, no sagrada, todo lo cual no se compatibiliza bien con la doble negacinhecha en el escrito de sus ltimas voluntades No me considero ni ateo ni agns-tico, puesto que un hombre que carece de fe y que est consciente de los lmitesde la razn para desentraar el misterio de la existencia es lo que se considera habi-tualmente un agnstico.

    Entonces, cmo entender que BOBBIO se resista a calificarse a s mismo comoagnstico? Adems, cmo un hombre que dice carecer de fe puede decir que nuncase alej de la religin de sus padres? Y cmo se concilia una visin profana de la vidacontenida en ese mismo dilogo con VIROLI, en las que BOBBIO afirma soy religiosoen cuanto tengo el sentido del misterio que nos rodea, pero no voy ms all?.

    No tengo respuestas muy seguras para tales preguntas, salvo la demasiado fcilque consistira en advertir que, tambin en este campo, BOBBIO cambia una y otra vezde opinin, porque nunca fue un autor que pensara en lnea recta. Con todo, me gus-tara sealar que los fenmenos del atesmo y el agnosticismo estn relacionados conla democracia, los derechos humanos, el liberalismo y el socialismo, puesto que, sinllegar a constituir religiones, se trata de cuatro causas de la modernidad que, de algnmodo, han reducido las reas de influencia de la religin y se han enfrentado inclusoa sta.

    Por otra parte, BOBBIO, como anticipamos en su momento, distingue religiosi-dad de religin, donde religiosidad significa tener el sentido de los propios lmi-tes, o, si se prefiere, compartir un profundo sentido del misterio, aunque yo tam-bin me pregunto por qu utilizar la palabra misterio para aludir a lo que simplemente

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    ignoramos. Misterio, quirase o no, es un trmino que tiene una connotacin reli-giosa, en tanto que ignorancia es una palabra netamente profana. Misterio es unarealidad arcana que no podemos develar, mientras que ignorancia alude meramentea no saber algo, sin admitir necesariamente la posibilidad de que ese algo exista.

    En fin, concluyo con estas palabras de BOBBIO: Cuando siento haber llegado alfinal de la vida sin haber encontrado una respuesta a las preguntas ltimas, mi inteli-gencia es humillada y yo acepto esta humillacin. La acepto y no trato de huir de estahumillacin con la fe. Pues bien, y si no hubiera respuestas para eso que BOBBIOllama preguntas ltimas, por qu sentir humillacin por no haber encontradorespuestas a tales preguntas?

    Lo que me pregunto, por ltimo, es si BOBBIO echaba o no de menos a Dios, fraseque tomo de Enrique TIERNO GALVN, quien deca que ser agnstico es no echar demenos a Dios, es decir, hallarse satisfactoriamente instalado en la propia finitud.BOBBIO, es claro, no supo de Dios, pero como no creyente que contina a pesar detodo permaneciendo en el umbral, tuvo acaso aoranza de Dios?

    Gianni VATTIMO, un creyente dbil, amigo y compaero de BOBBIO en la Univer-sidad de Torino, dice Creo que creo, mientras que BOBBIO, un no creyente dbil,afirma Yo creo que no creo. Un creyente en sentido fuerte dira, simplemente,Creo, en tanto que un no creyente en igual sentido dira No creo. Es la comnexpresin Creo que... que creo en el caso de VATTIMO, que no creo en el deBOBBIO lo que los hace ser, respectivamente, un creyente y un no creyente en sen-tido dbil.

    Pues bien: creyentes y no creyentes dbiles son buenas personas para la causa dela paz, cuando menos porque un no creyente dbil se rehusar a aceptar fcilmente laidea de que sin Dios todo est permitido, mientras que un creyente dbil no aceptartampoco la idea contraria, es decir, que si hay Dios, y l est de su lado, todo estpermitido, en especial en este ltimo caso el rechazo, la discriminacin, la per-secucin o el directo aniquilamiento de los infieles, o sea, de los que no creen lo mismoen que creen los que creen.

    Ya ven ustedes cmo esto, incluso al nivel de las solas palabras, se parece bas-tante a un laberinto, que no es sino una analoga ms elegante que aquella otra de laspatas de los caballos, que emple antes. Pero si he querido mostrar este lado de BOBBIOel de su religiosidad sin religin es porque creo que algo, o quizs mucho, nosdice acerca de su persona y de su invariable mayor proximidad a la duda que a lascertezas.

    DOXA 29 (2006)

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