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BOLETÍNde la

Real Sociedad Geográfi ca

Tomo CXLVIX enero-diciembre 2013Madrid (España) (ISSN: 0210-8557)

El Boletín de la Real Sociedad Geográfi ca es el instrumento con el que ésta enti-dad cumple los objetivos que tiene defi nidos en sus estatutos: promover el conocimien-to geográfi co en todos sus aspectos, prestando especial atención a aquellos temas en los que la sociedad demuestra mayor interés. El Boletín se edita anualmente y en él se encuentran presentes desde su aparición en 1876, las fi rmas de geógrafos, historia-dores, economistas y científi cos de las diferentes áreas de mayor relevancia dentro de la Ciencia Geográfi ca y Ciencias afi nes.

Sus páginas recogen artículos de investigación, noticias y comentarios, reseñas bibliográfi cas, así como la memoria anual de las actividades de la RSG.

The Boletín de la Real Sociedad Geográfi ca is the tool that this entity uses to ful-fi ll the objects its by-law has defi ned: promotion of geographical knowledge in all itsaspects. and paying a special attention to those issues on which Society is most inter-ested. The Boletín comes out once a year and, since its fi rst issue in 1876, the most relevant geographers, historians, economist and other scientists in Geography and similar Sciences have been published in it.

Its pages contain research articles, news and remarks, bibliographic reviews, as well as the RSG’s annual activities report.

Las publicaciones de la Real Sociedad Geográfi ca puedenadquirirse en: Centro Nacional de Información Geográfi ca,“La Casa del Mapa”, C&. Ibáñez de Ibero, 3, 28003 Madrid

Redacción, Suscripción y VentaReal Sociedad Geográfi ca

C/ Monte Esquinza, 41 - 28010 MadridTf.: 91 308 24 77 - Fax: 91 308 24 78

e-mail:secretaria@realsociedadgeografi ca.com

“Las opiniones y hechos consignados en cada artículo son deexclusiva responsabilidad de sus autores. La Real SociedadGeográfi ca no se hace responsable, en ningún caso, de la credibi-lidad y autenticidad de los trabajos”

© REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA, 2011Depósito legal: B-13.764/1992

ISSN: 0210-8577Impreso en España - Printed in Spain

Imprime: Raíz TG, S.L. Gamonal, 19. Parque Empresarial Villa de Vallecas. 28031 MadridTf.: 91 778 22 11

BOLETÍNde la

Real Sociedad Geográfi ca

Tomo CXLVI2013

CONSEJO DE REDACCIÓN

Presidente:María Asunción Martín Lou. Instituto de Economía y Geografía

Vocales:Fernando Arroyo Ilera. Universidad Autónoma de Madrid

Joaquín Bosque Sendra. Universidad de Alcalá de Henares

Rafael Puyol Antolín. Universidad Complutense de Madrid

Juan José Sanz Donaire. Universidad Complutense de Madrid

Juan Velarde Fuertes. Universidad Complutense de Madrid

Manuel Valenzuela Rubio. Universidad Autónoma de Madrid

Antonio Zárate Martín. Universidad Nacional de Educación a Distancia

Secretario:Joaquín Bosque Maurel. Universidad Complutense de Madrid

CONSEJO ASESOR DEL BOLETÍN DE LA R.S.G.

Mª Carmen Ocaña. Universidad de Málaga

Luisa Mª Frutos. Universidad de Zaragoza

Horacio Capel. Universidad de Barcelona

Andrés Precedo Ledo. Universidad de Santiago

Antonio Gil Olcina. Universidad de Alicante

Santiago González Alonso. Universidad Politécnica de Madrid

Florencio Zoido. Universidad de Sevilla

Fernando Manero. Universidad de Valladolid

Rafael Herrero. Comunidad de Madrid - Cartografía

Juan Iranzo. Colegio de Economistas

Armando Montanari. Universidad de Santiago

Jorge Gaspar. Universidad de Lisboa. Portugal

José Luis Palacios. Universidad Nacional Autónoma de México

Bruno Messerli. Universidad de Berna. Suiza

Doreen Mases. The Open University. Reino Unido

Roland Courtot. Universidad de Aix en Provence. Francia

Douglas Pierce. Victoria University. Nueva Zelanda

Hugo Romero. Universidad Católica de Chile

Andrei Malinowsky. Academia de Ciencias. Polonia

Real Sociedad Geográfi caSecretaríaC/ Monte Esquinza, 41 - 28010 MadridTf.: 91 308 24 77 • Fax: 91 308 24 78 • e-mail:secretaria@realsociedadgeografi ca.com

I

CONFERENCIADE APERTURA DEL CURSO

2012-2013

Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013 ISSN: 0210-8577(9-28)

LA CARTA NAÚTICA DE MERCATORY ANÁLISIS DE SUS LEYENDAS

MERCATOR’S NAUTICAL CHARTAND ITS LEGENDS

PorAlfredo Surroca Carrascosa

Aunque el objeto del presente artículo consiste en un examen de una carta concreta, la realizada por Mercator en 1569, para mejor entender la creación de este importante documento resulta necesario exponer, bien que resumidamente, los rasgos esenciales de su vida y de su época.

Posiblemente la imagen que más fi elmente representa los rasgos fí-sicos de Mercator sea la realizada por su amigo y excelente grabador Francisco Hogemberg cuando aquel tenía 62 años

Figura 1. Grabado de Mercator a los 62 años realizado por Hogemberg.

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Su prestigio era grande como se deduce por la orla que rodea su imagen donde juntamente con el Pelusiacis (Ptlomeo)1 se le atribuye el descubrimiento de nuevas tierras, mares y cielos.

Gerard Cramer, que así se llamaba Mercator, nació de familia humilde en el pequeño pueblo de Rupelmonde al sur de Amberes y a orilla del rio Escalda. A pesar de sus escasos medios, gracias al apoyo de sus familiares, pudo cursar estudios en la cercana Universidad de Lovaina donde latinizó su nombre traduciendo el signifi cado de Cramer o pequeño comerciante. Allí conoció al amigo de Carlos V, Gema Rainier o Gema Frisius, quien alcanzaría un gran prestigio como, grabador matemático y geodesta.

Su vida transcurre entre Rupelmonde, Lovaina y Amberes diseñando mapas y fabricando esferas en colaboración con Frisius, e instrumentos de navegación. En 1941, tras un incidente con la Inquisición posible-mente motivado por el diseño de un mapa sobre Tierra Santa que le supuso varios meses de encarcelamiento, tuvo que emigrar a la cercana Duisburgo donde imperaba un ambiente religioso más tolerante. Allí fue muy bien acogido por el príncipe Guillermo, Duque de Juillers quien le ofreció regentar una catedra en una futura Universidad que no llegó a fundarse. Fue en Duisburgo donde, a la edad de 57 años, realizó su famoso mapa y donde falleció a los 82 años.

Sus obras mas importantes son la confección, en colaboración con Gemma Frisius, de dos esfera, terrestre y celeste, encargadas a éste por Carlos V; un mapa de Flandes; un mapa de Tierra Santa, un mapamun-di, la carta de 1569, una esfera terrestre encargada por Perrenot de la Granvela, Canciller y amigo de Carlos V donde por primera vez en la historia aparecen diseñadas varias líneas loxodrómicas (trayectorias de rumbo constante), y un atlas póstumo editado en 1602.

Mercator dedicó muchos años al estudio del magnetismo terrestre, a la defi nición de un meridiano de declinación nula, al estudio de la posi-ción de diversos polos norte magnéticos y a la posibilidad de vincular el valor de la declinación magnética con la longitud geográfi ca. Fueron estos los asuntos que más atrajeron su atención y que en cierto modo se identifi can en el detalle del grabado de Hogemberg.

Por su obra y principalmente por la carta de 1569, muchos geógrafos consideran que Mercator revolucionó la cartografía y lo califi can como es el más grande geógrafo desde Ptolomeo.

1 En Alusión a Pelusia, ciudad del delta del Nilo donde vivió Ptolomeo.

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La época de Mercator está caracterizada, cartográfi camente hablando, por el hecho de que comprende un siglo que, por un lado, es considerado como siglo de oro de la cartografía en Flandes con epicentros en Ambe-res y posteriormente en Amsterdam y, por otro lado, como siglo de oro de la náutica en España con su centro de actividad en Sevilla.

En Flandes, durante el periodo hegemónico de Amberes, destacaron Jacobo Daventer, Rennier Gemma (Frisius), Abraham Ortelius, Jacobo Hondius todos ellos vinculados de una manera u otra con Mercator. En España destacan Martín Fernández de Enciso, Pedro de Medina, Martin Cortés de Albacar y Alonso de Santa Cruz cuyas obras sobre geografía y arte de navegar fueron objeto de numerosas ediciones traducidas a los principales idiomas europeos y que necesariamente Mercator debía conoce si bien sólo hace mención expresa, en su carta, de la Summa Geográfi ca de Fernández de Enciso.

Tanto en el ámbito fl amenco como en el sevillano destacaban, entre los numerosos problemas que debían resolver los navegantes, los deriva-dos del uso de las cartas llamadas planas. En ellas, la red de meridianos y la red de paralelos se representaban como dos haces de rectas paralelas perpendiculares entre si. El error principal de esta representación, lla-mada plana o cuadra porque no tiene presente el carácter esférico de la Tierra, es que el valor del grado de paralelo vale, sea cual fuere la latitud, lo que mide en el ecuador, esto es, unos 111 km. Esta imperfección es lo que Mercator llamaba la dilatación de los paralelos o, para ser preciso, el aumento del valor, en millas u otra unidad, del grado de paralelo. Es un problema propio de las cartas planas que fue denunciado por la casi totalidad de los cosmógrafos españoles pero que no llegó a cuajar en una nueva proyección que evitara las consecuencias de esta dilatación. La pervivencia de este tipo de carta, a pesar de su grave defecto, llegó hasta bien iniciado el siglo XVIII, aunque esta opinión no es compartida por algunos autores2.

En concreto, la imperfección de las cartas planas se traducía en ge-nerar para los pilotos una gran difi cultad para la determinación de dos magnitudes que eran esenciales para el correcto desarrollo de su come-tido: el rumbo constante que deben seguir para navegar desde un lugar a otro y el cálculo de la distancia entre esos dos lugares.

2 Rey Pastor en su obra La ciencia y la técnica en el descubrimiento de América sostiene que la vida de las cartas planas, dado su gran defecto, fue efímera.

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LA CARTA DE 1569

Entremos ya en la exposición de la carta que es el tema del presente trabajo. El objetivo de Mercator era la realización de una proyección, o representación como él dice, que obviara las difi cultades para calcular distancia y rumbo en el mar.

La carta de Mercator de 1569 se titula Nova et Aucta Orbis Terrae Descriptio ad Usum Navegantium Emendate Accommodata cuya traduc-ción podría ser “Nueva y actualizada descripción de la esfera terrestre correctamente adaptada par el uso de los navegantes”.

Se trata de una carta que mide 202 � 124 cm, formada por la unión de 18 hojas dispuestas en tres fi las de seis hojas. Mercator fue el primero en utilizar el nombre de atlas para este tipo de disposición. La carta no es simétrica respecto del ecuador, o línea equinoccial como se decía en su época, sino que alcanza hasta los 66º S y 80º N. La escala es de 1/20.000.000 en el ecuador.

Aunque se supone que llegó a imprimir algunos centenares de copias, en la actualidad sólo existen tres ejemplares originales: Un ejemplar que se conserva en la Biblioteca Nacional de París, otra copia en Amsterdam y una copia en Basilea. Existía un cuarto ejemplar original en Varsovia

Figura 2. Carta de Mercator de 1569 . Copia de Basilea. Destacan las 68 leyendas de las que 17 están recuadradas.

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pero fue quemado durante la última guerra si bien persiste una copia que afortunadamente se realizó poco antes de la confl agración mundial. La copia que aquí se presenta corresponde a un facsímil del ejemplar de Basilea que es la que se conserva en mejor estado.

Una característica propia de la carta mercatoriana es la abundancia de leyendas, o “cartelas” como usualmente se les llama. Existen dos familias de leyendas: unas, normalmente las más extensas, que aparecen en recua-dros profusamente adornados y otras, de menor contenido, que aparecen a lo largo y ancho del mapa ocupando principalmente océanos y tierras polares. Las primeras son 17 y las segundas 51. Hay un total, pues, de 68 le-yendas que versan sobre cuestiones históricas, geográfi cas y técnicas. Todas están escritas en latín, salvo una de ellas de carácter técnico, que incluye algunos términos fl amencos como el nombre de los puntos cardinales.

Otra peculiaridad de la carta, quizás la más importante, es que pre-senta la ordenada de las latitudes con el valor del grado de meridiano progresivamente dilatado hacia cada polo. Por último, debe reseñarse la singularidad expresada en su título cuando dice que es para uso de los navegantes lo cual representa una novedad importante. Es la primera carta conocida que se realiza con la función expresa de estar concebida para ayudar a los navegantes.

La carta de Mercator forma parte de las llamadas cartas esféricas por que tiene presente la esfericidad de la Tierra hasta tal punto, que puede considerarse la carta esférica por excelencia.

Así pues, la carta de Mercator no es un simple mapa. Es un documen-to con extenso contenido literal y amplia y variada información que nos permite hacer un juicio de su trabajo y de su conocimiento geográfi co y cartográfi co. En particular, nos da a conocer las fuentes que le sirvieron para diseñar la carta y para justifi car el contenido de muchas de sus leyendas. En el listado adjunto se representan todas las fuentes citadas en sus leyendas. Son de señalar, por la frecuencia con que aparecen, las informaciones de Marco Polo, Juan Verrazzano, Pomponio Mela y, sobre todo, Claudio Ptolomeo. Llama la atención, por un lado, la antigüedad de las fuentes citadas en general y, por otro, la ausencia de autores coetá-neos, tanto fl amencos como españoles, portugueses y alemanes cuyas obras, muy probablemente conocía, particularmente Frisius, Ortelius, Santa Cruz, Núnez, Apiano, etcétera, aunque parece indudable que todos ellos ejercieron notable infl uencia en su obra.

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Andrea CorsalisArriano (S II)Arturo el BretónBoecioCandioteCristobal ColónDenys poetaDominicano de AnconaEstrabonEudoxio de Mela Francisco de DieppeGaspar de CorterealGirald de Bari, el GaloGuillermo de TrípoliHaitun el ArmenioHerodotoJacques CartierJacques Cnoyen de Bois-le-DucJean de BarrosJuan MandevilleJuan Verrazzano 1524Luis VartenaMarco Polo 1300Marino de Tiro 100 dCMartin Fernández de Enciso 1519Nechaon rey de EgiptoNicolás de ContiPlatónPomponio Mela 40 dCPtoomeo 142 dCRey JubaRey Latirus en AlejandríaSolinVasco de Gama

La cita de Fernández de Enciso es ajena al nuevo tipo de proyección3.

3 Dice la leyenda: Aquí, a 42º de latitud, a una distancia de 450 leguas del cabo de Buena Esperanza y 600 del Cabo de San Agustín, se ha descubierto el cabo de la tierra austral como lo ha notado Martín Fernández de Enciso en su Summa de Geographia.

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PRESENTACIÓN DEL MAPA

En primer lugar se representan algunas fi guras alegóricas y, a conti-nuación, relatos históricos fantasiosos y accidentes geográfi cos imagina-rios según se relatan en antiguas descripciones. Por último, se examinan las características técnicas de la carta haciendo distinción entre las que se infi eren de su propio diseño de las que aparecen contenidas en las correspondientes leyendas.

FIGURAS ALEGÓRICAS

Contiene las fi guras clásicas de los mapas de este tipo, antropófagos, gigantes, monstruos marinos, dioses helenos como Poseidón, etc. Des-taca, entre ellas, la fi gura del Preste Juan gran emperador de Abisinia (Etiopía).

HISTORIAS FABULOSAS

Hemos seleccionado dos narraciones de contenido sumamente imagi-nativo. La primera de ella se refi ere al mapa de la región polar ártica que cubre desde el polo Norte hasta el meridiano de 67º. Viene representada, en forma separada del mapa, mediante la proyección plana estereográ-fi ca. Explica Mercator que se ve obligado a representar separadamente esta región porque la proyección desarrollada en el mapa deforma las altas latitudes impidiendo una aceptable representación de la zona polar. La parte fabulosa está contenida en la leyenda adjunta a esta zona donde traslada la versión sostenida por Jacques Cnoyen de Bois-le-Duc quien a su vez la recoge de un obispo de Irlanda. Se afi rma que el Polo esta rodeado por cuatro islas que determinan cuatro canales con numerosos pasajes cada uno.

Por estos pasajes fl uye el agua una gran velocidad hacia el polo don-de penetra en el seno de la Tierra. Ninguna nave que se acerque a esos canales puede resistirse a la corriente y es engullida por la Tierra. El polo geográfi co está representado por un roca negra y altísima (Rupes nigra et altissima) con un perímetro de 30 leguas (450 km). Puede apreciarse en esta imagen la presencia de dos polos magnéticos que sitúa en los meridianos de la isla de Corvo (Azores) y de San Antonio (Cabo Verde).

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La segunda historia de alto contenido imaginativo se refiere a la leyenda del Preste Juan y su vinculación con los tártaros. Se trata de una extensa descripción de este legendario personaje. El Preste Juan o presbítero Juan fue muy popular en la Europa de los siglos XII al XVII. Se dice que era un patriarca y rey cristiano que dirigía, en Oriente, una nación cristiana aislada entre musulmanes y paganos. Era un mandatario generoso y un hombre virtuoso, que regía un territorio lleno de riquezas.

Inicialmente, se creía que el reino del Preste Juan se hallaba en la India pues corría por entonces la creencia muy divulgada de que los cristianos nestorianos habían tenido éxito en evangelizar esas tierras, y estaban regidos por un sacerdote-rey llamado Juan. Tras la llegada de los mongoles al mundo occidental, se situó al rey en Asia Central. El nom-bre “Juan” dado a este personaje deriva del título dado a los monarcas búlgaros, tártaros y mongoles: Jan, ya que, en efecto, hubo algunos janes tártaros y mongoles que adoptaron el cristianismo nestoriano en la Edad Media, previamente a la formación del Imperio mongol.

Mercator nos revela la utilización de tres fuentes: Haitoun ( o Ha-yton, o Haitono) el armenio, que era hijo del rey de Armenia y escribió

Figura 3. Representación del Circulo Polar Ártico en proyección plana estereográfi ca. Aparecen las 4 islas rodeando el polo geográfi co y dos polos magnéticos.

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en 1307 la “Historia de los Tártaros”, Marco Polo que en su “Libro de las maravillas” describe las guerras entre los mongoles y hace frecuen-tes referencias al reino cristiano del Preste Juan y, por último al papa Guillermo X que envió al Oriente a dos dominicos, Nicolás de Vicenza y Guillermo de Trípoli junto con la familia Polo pero, estos frailes, tan pronto como vieron peligrar su vida decidieron retornar a Occidente.

El colapso del imperio mongol cambiaría la imagen de Preste Juan poniéndose en duda que hubiera sido realmente un rey de Asia Central. Al cabo de unos años se vuelve a cambiar el lugar donde buscar el reino de Preste Juan y se empieza a considerar Etiopía, como la opción más probable. De hecho, cuando los portugueses establecen relaciones diplo-máticas con el emperador etíope en 1520, se refi eran a él como Preste Juan, pese a que los etíopes jamás lo habían llamado así.

Los eruditos modernos no han encontrado nada en Etiopía que permi-ta identifi carla con el mítico reino y han comprobado que jamás llamaron así a ninguno de sus monarcas con lo que, en el siglo XVII, el reino de Preste Juan acabó desapareciendo de los mapas.

ACCIDENTES GEOGRÁFICOS IMAGINARIOS

Isla de Romeros al sur de Madagascar cuya existencia es comple-tamente imaginaria

Desembocadura del río Niger en el río Nilo (Quod Nigir in Nilum fl uat). La desembocadura del río Niger en el Nilo es otra historia fanta-siosa que ya aparece en Ptolomeo y Plinio.

La hipótesis de conexión del Niger con el Nilo, en tanto que hipóte-sis es completamente razonable como sostenía Ptolomeo y Cayo Julius Solino quien en su obra Collectanea Rerum Memorabilium afi rmaba que se unen ambos ríos a través de los pantanos de Nuba (Nubia) al sur de Sudán.

Verdadera situación del Ganges y de la Península del Oro (Mala-ca). Se trata de un alegato en defensa de los trabajos cartográfi cos de su maestro Ptolomeo ante la postura de los jóvenes geógrafos que desau-torizaban gran parte de los trabajos de éste por el mero hecho de que, según ellos, erró en la posición del río Ganges. Si, a la primera ocasión incidentalmente encontrada, queremos transponer, modifi car o inver-tir los descubrimientos de los antiguos no solamente no los perfeccio-

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naremos sino que por la corrección de un error único alteramos cien verdades y haremos fi nalmente un amasijo extremadamente confuso de tierras y de nombres.

Dice Mercator que los actuales geógrafos absurdamente, colocan más al Oeste que el Cabo de Singapur y que Taprobana el muy célebre río Ganges que, para los antiguos ha estado mucho más al este.

Sin embargo, a pesar de la defensa de Ptolomeo y su reiterada in-sistencia en que ha colocado el Ganges donde debe estar, esto es, más al este del golfo de Bengala, lo cierto es que comete un grueso error al situar la desembocadura del Ganges en el Mar de la China meridional, más allá del actual Viet Nam a más de 2000 Km de su verdadera des-embocadura.

Yerra, también, otorgando el nombre de Taprobana a la isla de Suma-tra en vez de Ceilán e igualmente ocurre con la Península (Chersonesi) de Oro que corresponde a la península de Malaca cuando dice: Sostene-mos pues…y que la Península del Oro no es lo que hoy es Malaca sino la isla del Japón como se deduce claramente del texto de Arriano y Mela.

Se adjunta la hoja del mapa mercatoriano donde se aprecia con cla-ridad la posición que atribuye al Ganges, Taprobana, Malaca, etcétera.

La isla de Java. La que llama Gran Java se representa sumamen-te deformada. También aparece una supuesta Pequeña Java donde “no puede observarse ninguna de las dos Osas”.

Figura 4. El río Niger desemboca en el Nilo.

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Islas de Grokland y Frisland. Son dos islas imaginarias. Esta úl-tima, en particular, se encuentra relativamente cerca de Flandes y, sin embargo, es objeto de una descripción notablemente detallada

Figura 5. Desembocadura del Ganges en el mar meridional de China en vez de el Golfo de Bengala.

Figura 6. Posición del Ganges, Taprobana y Malaca.

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INFORMACIÓN TÉCNICA CONTENIDA EN LA PROPIA CARTA

Se puede observar que las longitudes van de 0 a 360º hacia el Este4 teniendo como origen el meridiano de las islas de Cabo Verde en cohe-rencia con lo representado en la anterior imagen de la zona polar ártica.

En la ordenada de latitudes, que aparece en la longitud de 350º E marcada de grado en grado, se observa con claridad una dilatación de estos, que es creciente con la latitud. Esta dilatación, sobre la que vol-veremos a hablar cuando se examine la correspondiente leyenda, es la piedra clave y principal característica del mapa y la que le ha dado una gran fama a su autor. Puede observarse también la representación de la línea de partición fi jada por el papa Alejandro VI correctamente situada a 370 leguas de las islas de Cabo Verde. Existe un recuadro indicando que el río Marañón (Amazonas) fue descubierto por Yáñez Pinzón en 1499 y recorrido íntegramente por Francisco de Orellana en 1666.

Figura 7. Islas imaginarias de Grokland al Norte de Groenlandia y Frisland al Sur de Islandia.

4 En 1573, 4 años después de la carta mercatoriana, Felipe II ordenó que las longitudes fueran medidas a partir del meridiano que pasaba por Toledo, entonces capital del imperio español, pero con una singularidad: en vez de medir las longitudes hacia el Este como se había hecho hasta entonces partiendo de las Islas Canarias, las longitudes se medirían hacia el Oeste, porque proce-diendo de esta manera es más natural y conforme con el descubrimiento de las Indias que Dios tuvo a bien concedernos.

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INFORMACIÓN TÉCNICA CONTENIDA EN LAS LEYENDAS

“Saludo a los lectores” (Inspectori S.). Esta leyenda es, sin duda, la más importante y decisiva para la correcta comprensión de la carta mercatoriana. Comienza, sin ningún tipo de preámbulo, anunciando que en esta descripción del orbe ha tenido tres preocupaciones o tres obje-tivos, in hac orbis descriptione tria nobis curae fuerunt. Examinemos estos tres objetivos dejando para el fi nal el objetivo primero que es el fundamental y único con carácter técnico.

Objetivo nº 3 (Tertium quod). “Mostrar las regiones del universo que fueron descubiertas por nuestros antecesores para que no se ignoren los límites de la antigua geografía y se les rinda el honor que merecen.” Antiquae geographiae limites non ignorentur, et priscis saeculis suus honors deferatur.

Este objetivo es marcadamente descriptivo. Presenta el universo co-nocido por los antiguos como un solo continente que está rodeado por el Océano. Sostiene que el Nuevo Continente, Nueva India, no forma parte de Asia y que las navegaciones de los portugueses en Asia no sobrepasaron la carta de Ptolomeo. La desembocadura del Ganges, asunto de capital importancia, lo desarrolla en la leyenda específi ca que ya se ha comentado.

Figura 8. Ordenada representando la escala de latitudes. Se observa el valor creciente del grado de latitud al acercarse al Polo. La escala de latitudes aparece en la longitud 350 E.

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Objetivo nº 2 (Alter quod). “Representar las posiciones y dimen-siones tan conformes a la verdad misma como fuera posible hacerlo. … comparando cartas marinas españolas y portuguesas entre si y con otros documentos impresos o manuscritos”. Locorumque distantias juxta ipsam veritatem quantum assequi licet exhiberemus … marinas Caste-llanorum Portugalensiunque tabulas, tum inter se, tum cum impressis et scriptis conferentes.

El objetivo de incorporar toda la información posible lo cumple aun-que no completamente. Si bien no tenía acceso a toda la información recibida por la Casa de Contratación de Sevilla acerca de las costas ame-ricanas, parece probado que mantenía permanentes canales informativos relacionados con los descubrimientos de los navegantes españoles y portugueses. De acuerdo con Núñez de la Cuevas, la información de los navegantes ibéricos fue una de las causas fundamentales del desarrollo cartográfi co del Siglo XVI. Durante este siglo el emperador Carlos V y el Rey Felipe II dieron gran protección y apoyo a los cartógrafos de los Países Bajos que entonces pertenecían a la Corona de España. Sin embargo, en lo atinente a una fi el reproducción de la Tierra, en la carta de 1569 se mantienen importantes errores como ya hemos visto.

Figura 9. Saludo a los lectores (Inspectori S.). Mercator explica, la leyenda donde expo-ne sus tres objetivos y cómo y por qué realizó esta carta.

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Objetivo 1 (Primum).” Extender sobre un plano la superfi cie de la esfera de tal forma que las posiciones de los lugares se correspondan de todos los lados entre ellas tanto en lo referente a la dirección y distancia verdadera como en lo concerniente a longitudes y latitudes correctas”. Sphaerae superfi ciem ita in planum extenderé…

“Porque los meridianos, por su curvatura y su inclinación de unos sobre otros, no son idóneos para la navegación” meridianorum curvitate et ad invicem inclinatione inidoneae sunt ad navigationes.

“En las cartas que usan los pilotos los grados de longitud se van haciendo cada vez más grandes porque quedan constantemente iguales a los grados de ecuador mientras que los grados de latitud crecen muy poco”. Gradus latitudinum minime crescunt.

“Es por estas razones que hemos aumentado progresivamente los grados de las latitudes hacia cada polo proporcionalmente al aumento de los paralelos en relación con el ecuador (en las cartas planas)”. Quibus consideratis gradus latitudinum versus utrumque polum paulatim auximus pro increment parallelorum supra rationem quam habent ad aequinoctialem.

Examinemos estos importantes comentarios con algún detenimiento.En el primer párrafo expone que trata de alcanzar una proyección

que mantenga los ángulos (las formas) y las distancias. Hoy sabemos que esto es imposible. En efecto la descripción de Mercator mantiene los ángulo pero no las dimensiones, es una proyección conforme pero no equivalente.

En el segundo párrafo sostiene que las actuales cartas no son idó-neas para la navegación por la dilatación de los grados de paralelo que se mantienen siempre iguales, sea cual fuere la latitud, a su valor en el Ecuador. En efecto, esta circunstancia impide representar acertadamente la dirección a seguir, el rumbo, para ir de un lugar a otro e, igualmente, resulta complicado calcular la distancia entre los dos lugares. Compara la dilatación de los paralelos con la de los grados de latitud que crecen poco, mínime crescunt, lo que resulta un tanto llamativo porque real-mente el crecimiento de los gradas de latitud no es mínimo, o poco, sino nulo.

El párrafo tercero de este tercer objetivo es el que contiene la in-formación básica de la carta de Mercator. En él propone, para resolver estas difi cultades que presentaban las cartas planas que usaban los na-

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vegantes, la siguiente solución: a) aumentar el valor de los grados de latitud, “dilatar los meridianos”, hacia cada polo. Decisión correcta y, en cierto modo genial puesto que, paradójicamente, se dispone a deformar una magnitud que está correctamente representada en la carta plana, el grado de meridiano, en vez de corregir la que está deformada, el grado de paralelo. Esta decisión ya fue anunciada por Fernández de Enciso 50 años antes5. b) Hacer el aumento de forma progresiva. Decisión también correcta si se interpreta en el sentido genérico de que las deformaciones son mayores conforme crecen las latitudes.

La cuestión clave se presenta ahora. ¿Con qué tipo de progresividad deben crecer las latitudes? ¿La progresión es de tipo lineal, cuadrática, algebraica, sinusoidal, de acuerdo con una determinada fórmula?. Mer-cator nos saca de dudas cuando dice que esa progresividad del creci-miento debe hacerse proporcionalmente al aumento de los paralelos en relación con el ecuador. Ahora bien, el aumento del valor de los grados de paralelo en relación con su valor en el ecuador viene dado, tras un sencillo cálculo, por la ley, Y = sec L siendo Y la relación entre el me-ridiano dilatado y el meridiano natural para una determinada latitud L. (en el Ecuador, L = 0, sec 0 = 1, Y = 1; no hay dilatación. En el Polo, L = 90, sec 90 = ∞, Y = ∞; la dilatación es infi nita. En latitud L = 60º, sec 60 = 2, Y = 2 el valor del grado es el doble de su valor real, etcétera.

Sucede sin embargo que si aplicamos esta ley a las dilataciones de la latitud y los resultados obtenidos los comparamos con los valores gráfi cos que aparecen en la carta de Mercator constatamos que son cla-ramente diferentes. Tanto más diferentes cuanto más nos separamos del Ecuador. Debemos concluir, pues, que Mercator no construyó su carta como dice que la hizo, esto es, dilatando el grado de latitud con la misma ley que lo hace la dilatación del grado de paralelo.

Por otro lado, hoy sabemos que lograr el objetivo perseguido por Mercator, ayudar al navegante para que el rumbo constante venga re-

5 Idea genial la de introducir el error en los grados de latitud para compensar el error en los grados de paralelo que ya la tuvo 50 años antes, en 1519, Martín Fernández de Enciso en su Summa Geográfi ca cuando dice que la separación de los paralelos no son siempre iguales sobre una buena carta marina sino que deben crecer con la latitud. Que esta idea ya había sido anunciada con an-terioridad por Fernández de Enciso es una cuestión universalmente admitida. Mercator conocía la obra de Fernández de Enciso y por tanto la paternidad de esta solución no sólo porque era un autor universalmente conocido cuya obra traducida numerosas veces al inglés, alemán y francés y era libro de texto en los países europeos, sino porque la obra de Fernández de Enciso es la única fuente española que cita aunque sea en relación con un asunto menor y ajeno a esta cuestión.

LA CARTA NAÚTICA DE MERCATOR Y ANÁLISIS DE SUS LEYENDAS 25

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presentado en la carta como una línea recta, sólo se alcanza si las dila-taciones de los meridianos siguen la ley Y = ln tag (45º + L/2) siendo Y y L las mismas magnitudes que en la fórmula anterior. Como puede observarse es una expresión bien diferente de Y = sec L6. Mercator nunca pudo conocer aquella fórmula no sólo porque no era un buen matemático sino, y sobre todo, porque el cálculo diferencial no se in-ventaría hasta 100 años más tarde por Leibnitz y Newton y análoga-mente sucedería con los logaritmos, que no fueron presentados por Juan Nepper hasta 1616.

Pero, sorprendentemente, si volvemos a comparar las dilataciones de meridianos que gráfi camente aparecen en la carta con los valores que arroja esta fórmula logarítmica, que, como se ha dicho, es la correcta, nos encontramos con una perfecta coincidencia.

De esto sacamos una conclusión y se nos presenta un interrogante. La conclusión es que, dada esa coincidencia, la cata de Mercator cum-ple escrupulosamente con su objetivo de ayudar al navegante puesto que al cumplir con la ley logarítmica, los rumbos constantes resultan representados por líneas rectas. El interrogante es ¿cómo pudo Mercator diseñar correctamente la dilatación de latitudes si no conocía la fórmula logarítmica?

La única respuesta posible es que la dilatación de los meridianos la realizó de forma gráfi ca, sin empleo de ningún tipo de fórmula. De hecho la solución grafi ca es relativamente sencilla. Basta diseñar sobre una esfera una curva a rumbo constante α. y diseñar sobre la carta o superfi cie plana, una recta con ángulo α. La curva sobre la esfera al en-contrar un meridiano cualquiera por ejemplo el de 350º defi nirá un punto o lugar. La esfera nos indicará cuanto debe valer sobre la carta la latitud de ese lugar. Si diseñamos otra loxodrómica de ángulo β, su cruce con el citado meridiano de 350º nos indicará cual es el valor, sobre la carta, del meridiano de ese lugar. Siguiendo de esa forma iremos encontrando la medida sobre la carta de todos los lugares que se encuentren en el meridiano 350º y por consiguiente habremos establecido la ordenada de latitudes crecientes. Era sufi ciente ir determinando los valores del meridiano para valores de latitud que aumenten de grado en grado e ir prorrateando entre ellos.

6 La fórmula Y = ln tag (45º + L/2) es la primitiva de la expresión dY = R secL. dL. Tiene la misma estructura que Y = sec L solo que está presentada en forma diferencial que es la correcta.

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No sabemos por qué Mercator parece ocultar que acudió a la solución gráfi ca. Quizás por ser menos elegante y también menos precisa. En todo caso tenía las posibilidades y conocimientos técnicos para la ejecución de este trabajo pues era un experimentado constructor de esferas y po-seía un adecuado soporte científi co ya que conocía el descubrimiento de Pedro Nunez sobre la forma de las loxodrómicas como muestra la esfera que fabricó para Perrenot de la Granvela donde aparecen por primera vez el diseño de rutas loxodrómicas. Si tenemos presente, además, la correcta descripción de esta curva que desarrolla en la correspondiente leyenda, se puede concluir que poseía todas las condiciones y facultades necesarias para abordar con éxito la búsqueda de una solución gráfi ca

La aplicación de la regla de progresividad que sufren los paralelos obedece sin duda a una idea intuitiva de que ambas coordenadas de-berían venir afectadas de los mismos errores. Curiosamente esta ley es acertada pero para que su aplicación hubiera arrojado un correcto resultado, tenía que haberse planteado y resuelto en forma diferencial.

Modo de medir la distancia entre dos puntos (distantiae locorum mensurandae modus). Mercator realiza un perfecta descripción de los conceptos de plaga (ruta ortodrómica) y directio (ruta loxodrómica) y aclara que la distancia direccional es siempre más grande que la distan-cia plagal pero para regiones ecuatoriales y distancias cortas no existen diferencias notables por lo que es aconsejable utilizar distancias direc-cionales en vez de plagales o directas. Sólo habla de distancias, como el título de la leyenda indica, y, concretamente, de las direccionales.

Expone confusamente como calcular la distancia direccional utilizan-do el mapa, es decir, sin hacer uso de del su ábaco de rutas y sin hacer referencia a posteriores leyendas aclaratorias. Esta explicación es igual a la que hará, posteriormente, sobre el ábaco.

Uso sumario del ábaco de rutas (Brevis usus organum directo-rium). El ábaco de rutas lo presenta como una mejora de lo expuesto en la leyenda 6 que no requiere el uso de la carta sino simplemente de este ábaco. Nos hemos visto obligados a incorporar este ábaco de rumbos para permitir obtener la situación respectiva de dos puntos.

Traslada la explicación dada en la leyenda nº 6 contemplando los siguientes casos:

1. Si se conoce la diferencia de latitud y longitud de los dos pun-tos. La dirección se encuentra uniéndolos y trasladando para-

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lelamente esta recta al origen y viendo donde corta al arco del ábaco. Para la distancia, remite a un método que se expondrá en otra cartela.

2. Si se conoce la dirección y la diferencia de latitudes o de longi-tudes. Esboza el método para determinar la distancia pero acaba remitiendo al método que se expondrá en otra cartela.

3. Si se conoce dirección y distancia. Expone como calcular longi-tudes y latitudes de forma confusa.

Acaba diciendo daremos, si Dios quiere, indicaciones más numero-sas y completas sobre este ábaco en nuestra Geografía. Esta Geografía nunca se editó.

Leyenda nº 17. Organum Directorium (Abaco de rutas). En reali-dad no es una leyenda sino un gráfi co construido por Mercator con el fi n de determinar distancias y direcciones entre dos puntos, sin necesidad de operar sobre el mapa.

Figura 10. Ábaco de rutas (Organum directorium).

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CONCLUSIONES

El mapa de Mercator posee una gran calidad de ejecución cartográ-fi ca y notable abundancia de leyendas informativas. Los errores geo-gráfi cos y científi cos son los comunes de su época si bien algunos de ellos son el resultado de un excesivo seguimiento de las opiniones de autores antiguos, principalmente Ptolomeo, en detrimento de las de au-tores coetáneos a los que parece ignorar.

El Planteamiento de una carta destinada al uso de los navegantes es una auténtica primicia en el mundo de la cartografía y la idea de deformar los grados de latitud de la misma forma con que lo hacen los grados de longitud en las cartas planas es una admirable solución para simplifi car el conocimiento del rumbo y el cálculo de la distancia en el mar, aunque esa idea ya fue expuesta por cosmógrafos españoles muchos años antes. Pero el gran mérito de Mercator es que esta idea la plasmó de forma impecable en su carta siguiendo un procedimiento, el gráfi co, que era el único posible en su época.

Manifi estamente, Mercator elude exponer cual fue el proceso gráfi co para realizar su carta y se muestra poco convincente, como él mismo reconoce, en la forma de utilizarla. Tampoco editó las explicaciones adicionales ni la Geografía que, con este objetivo, había anunciado.

Estas circunstancias, así como el uso del latín en sus leyendas ex-plicativas determinó que su proyección no prosperara entre sus desti-natarios más directos, los navegantes. Aunque la correcta explicación sobre la manera de construir la carta de forma matemática llegó 30 años más tarde de la mano de los ingleses Barlow y Wright, el hecho es que la carta de Mercator tardó muchos años en adoptarse en la marina de la mayor parte de los países europeos. En España no se introdujo de forma regular hasta muy avanzado el Siglo XVIII.

II

COLABORACIONESINVITADAS

Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013 ISSN: 0210-8577(29-41)

CONSECUENCIASDE LA INVESTIGACION

SOBRE LOS CENTROS DE GRAVEDAD DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA

CONSEQUENCES OF THE RESEARCHON SPANISH ECONOMIC

GRAVITY CENTERS

PorJuan Velarde Fuertes*

La geografía española ha jugado un papel muy importante en la dis-tribución espacial de la economía en nuestra nación. Por una parte, ésta se encuentra situada en una península separada de la facilidad de trans-porte de las grandes llanuras europeas, por los Pirineos. Por otro lado, los plegamientos alpinos han hecho bascular a la Península Ibérica hacia el Atlántico, con lo que la costa del Mediterráneo se encuentra bordeada por una serie de cadenas montañosas que dejan escasa la superfi cie de la zona marítima. De paso, y en relación con los posibles yacimientos de hidrocarburos procedentes del mar de Tetys, éstos han quedado, prác-ticamente, fuera de la cercanía de España, o bien, se han perdido para siempre, o a todo más, pasan a tener unas dimensiones minúsculas.

La meseta básica de la península se encuentra alejada del Cantábrico, por una cordillera, la que prolonga los Pirineos a través del País Vasco, de Cantabria, de Asturias y enlaza con el complejo macizo galaico. Pero esta costa ofrece pocos puertos naturales. Con ello, o se invierte con fuerza en infraestructuras de transportes y comunicaciones, o se desvane-

* Presidente de la Real Sociedad Geográfi ca.

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cen sus posibilidades de enlace con mercados importantes, lo que frena fuertemente el desarrollo, salvo en algunas zonas costeras.

La cordillera Ibérica, que va a encajonar al Ebro y su cuenca entre ella, los Pirineos y los macizos costeros catalanes, que este río ha de perforar, crea otra zona aislada, desde La Rioja y Navarra, a más del borde septentrional de Burgos, con respecto al resto de España. Pero Aragón es mucho más que la cuenca del Ebro, que además se encuentra vinculada a zonas catalanas. Y para que esto se complique, el sur de la cuenca del Duero, es una cordillera, el Sistema Central, con lo que la submeseta norte, constituye otra zona muy aislada.

En paralelo, el sistema de los Montes de Toledo, ya cerrando parte de la submeseta sur, crea otra realidad típica de aislamiento entre la cuenca del Tajo y la cuenca del Guadiana. Esta última, se cierra con el reborde de la meseta que da origen, con su hundimiento, a la aparición de la de-presión bética, bañada por el Guadalquivir, que no enlaza precisamente con facilidad con la costa mediterránea, porque los plegamientos alpinos dieron lugar a las alturas considerables de la Penibética, con las cimas máximas de la península. El Valle del Guadalquivir se abre, pues, hacia el Atlántico, más allá del Estrecho de Gibraltar, pero el enlace cómodo hacia el Norte, en Extremadura se encuentra frenado por las derivaciones de la Sierra de Gredos.

Esta especie de geografía montañosa, divide una y otra vez, al terri-torio español, con lo que difi culta de modo extraordinario la posibilidad de una expansión de los mercados, a causa de lo elevado de los costes de transporte, pues las infraestructuras de transportes pasan a tener que construirse con costes muy elevados.

Lo que Perpiñá Grau llamaba la infraestructura económica de España, resulta así ser un elemento que frena todo progreso productivo, salvo en la salida hacia el Oeste, de las cuentas del Duero y del Tajo, así como del macizo galaico del Norte, y al Sur, en Extremadura y Andalucía, a través de Portugal, hacia el Atlántico. La liquidación de la frontera económica hispanoportuguesa, amplía las posibilidades de desarrollo de esas regiones de la raya lusitana.

Así es como, poco a poco, se crearon circunstancias favorables en la periferia, favorecidas por las consecuencias de la Revolución Industrial. Esta se basaba, en parte considerable, en el abastecimiento de carbón y de minerales metálicos. Buena parte de la periferia –en Asturias, Can-

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tabria, Vizcaya, Valencia, Murcia y Huelva— todas estas regiones en primer lugar , pasaron a tener mayores posibilidades de desarrollo. Pero como el conjunto económico español era pobre, aquellos minerales que se obtenían a precios bajos necesitaron una capitalización para su explo-tación imposible de hallar en España. De ahí la presencia de empresas extranjeras capaces de efectuar esas inversiones, pero que dejaban en España poco más que rentas salariales. Son la excepción aquellos mi-nerales —fundamentalmente el carbón— que, amparados dentro de la política proteccionista corriente en toda España, se desarrollaban con costes elevados. Favorecían a las zonas productoras —Asturias, León y Palencia fundamentalmente— pero empobrecían al resto de la nación.

La geografía española, por todo esto, ofrecía un panorama de freno y no de impulso a nuestra economía. De modo curioso casi, ha sido la búsqueda de una ampliación del mercado a través, en primer lugar, de infraestructuras de transportes y comunicaciones, y también, en cuanto fuese posible obtener la mayor rentabilidad posible de esta base natural. Una de las salidas fue la obtención de energía eléctrica, al combinar las cuencas de los ríos con los desequilibrios orográfi cos que se han seña-lado. Claro que esto, de algún modo, fue difi cultado por otro hecho: el clima. La pluviosidad en el país, salvo en la pequeña región norteña que ha recibido el nombre de la “España húmeda”, es en cierto modo, de tipo africano: de carácter muy irregular. Por ello, los ríos de la España seca tienen unas oscilaciones fortísimas en sus niveles. El aprovecha-miento para la generación de electricidad exige, por ello, embalses de gran volumen, pero eso, automáticamente, obliga a efectuar inversiones muy fuertes, lo que encarece, lógicamente, a la electricidad. El sueño de una “hulla blanca” que compensase la carestía de la de las minas, pronto se esfumó.

La producción rural, como consecuencia de las zonas montañosas, de la climatología señalada, de la posibilidad de tener, o no, una cómoda salida a los mercados, acabó impulsando a la economía general, primero a través de la vid y el vino, y más adelante con los productos hortofru-tícolas, encabezados por los agrios. En el conjunto tenía lugar lo que se ha llamado “profecía de Flores de Lemus”, que se acabó completando con lo que recibió el nombre de “efecto Barón”. Como consecuencia de un aumento en el nivel de consumo, la demanda de proteínas sustituyó a los hidratos de carbono en buena parte. Todo ello generó un impacto

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que dio lugar a un incremento en la ganadería y en los piensos —nacio-nales y también importados— para ella, y una caída de la importancia que tenían los cereales y leguminosas de consumo humano. Pero esta ganadería, a su vez, podía dedicarse al trabajo como fuente de energía. La emigración del campo a la ciudad hace subir el coste de la mano de obra en el ámbito rural, y como respuesta, es sustituida por equipo ca-pital. Aquella ganadería que puede ser manejada con el empleo de éste —el ganado aviar, el de cerda— aumenta en su importancia; algo menos sucede con la ganadería vacuna; y el equipo capital liquida la equina. Queda marginal, pero en retroceso, el ganado ovino, porque aun no se ha encontrado el robot-pastor.

Añádase a esto el papel que tuvo, como factor depresivo, la existencia de latifundios en grandes zonas del interior de España, muy especial-mente en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón. En la actualidad, gracias a la mecanización del campo, ese problema ha dejado de existir, y el abandono, por sus propietarios, de los minifundios, origina un complemento productivo depresivo.

Ese vasto conjunto de circunstancias enlazadas con la geografía—orografía, climatología, geología, dimensiones de las explotaciones— origina una distribución económica, y por ello demográfi ca, que a su vez se vincula con la economía y la geografía. Son analizadas por la teoría de la localización y uno de los componentes que los identifi ca son los centros de gravedad que tanto la economía como la demografía, ofrecen. No se necesita ir más allá de la fórmula empleada por Ramón Tamames en Los centros de gravedad de la economía española (Gua-diana, 1968), que se refi ere únicamente al ámbito peninsular. Las dos provincias de Canarias, Baleares, más Ceuta y Melilla, se excluyen. De acuerdo con lo que en esta obra se señala en las págs. 125-126, se designa Ρi a las variables de renta —como indicador de la situación económica— y Πi las de población de cada provincia. Efectivamente, hay estimaciones municipales de renta, pero no son lo sufi cientemente numerosas, ni metodológicamente dejan de tener problemas que no las homogeneizan y las confusiones derivadas de la falta de veracidad de los padrones municipales a causa de los movimientos migratorios interiores, como nos ha puntualizado José Luis Ugarte, invitan a que, por ahora, no se tengan en cuenta. En esas condiciones, “el centro de gravedad de nuestra economía vendrá dado por dos fórmulas: una nos determina la

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longitud; la otra, la latitud. Las li, en el caso español, son las latitudes geográfi cas de las capitales de provincia, y las λi, las longitudes, ambas expresadas en grados y minutos, eliminando Tamames los segundos, porque equivalen, como máximo a 30,83 metros. Después éstos se han estimado en los cálculos de Alcaide.

El centro de gravedad desde el punto de vista económico tiene, como fórmula de la latitud,

Σn

i = 1 liPi

Latitud =

Σn

i = 1 Pi

A efectos de cálculo, así como en España sólo existe latitud Norte, en cambio nos encontramos con que, tanto si se emplea el meridiano de Greenwich como el de Madrid, tendríamos longitudes Este y Oeste. Por eso se decidió emplear el meridiano de la ciudad de Pontevedra, por ser la más oriental de las peninsulares. La fórmula de la longitud es:

Σn

i = 1 λiPi

Longitud =

Σn

i = 1 Pi

En el resultado fi nal, se traslada la cifra resultante al meridiano de Madrid.

Surge así la posibilidad de una fuerte región económica en el centro de la Península, la Valencia-Madrid-Lisboa, que estará fl anqueada en Galicia, Asturias, León, en buena parte de las provincias vascas y la duda es Navarra, por un conato de lo que se suele denominar áreas in-dustriales deprimidas. Por cierto que además esto se ratifi ca, de acuerdo con el cálculo citado de Alcaide, como consecuencia de que la población inmigrante, y también la nativa, tiende a asentarse en Madrid y en las provincias mediterráneas, pero repito, sin olvidar la mejoría que comien-za a surgir en las provincias de la raya con Portugal.

Un juego importante, sin embargo, corresponde a Zaragoza. Añádase a ésta, por una parte Cataluña, salvo que suceda en ella una situación políticamente alarmante que disuada la inversión; por otra, el enlace de La Rioja y Navarra con la Cuenca del Ebro englobando en ella también a Tarragona; fi nalmente, la Comunidad Valenciana no sólo tiene un fuerte

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enlace con toda la costa mediterránea y otro creciente con Madrid, sino que busca esa proyección hacia el Norte, con la vinculación con Zara-goza, el Ebro, e incluso con las áreas más septentrionales de Aragón.

Lo que no se adivina es una posible fuerte expansión en Extremadu-ra, el Valle del Guadalquivir, Ciudad Real, Cuenca, Albacete, y por ello su juego en forma de una fuerte atracción del centro de gravedad de la economía hacia el Sur, debe ser abandonado. Únicamente lo cambiaría si toda la zona de la bahía de Algeciras pudiese vincularse con el gigantes-co tráfi co marítimo del Estrecho, en un momento en que éste, que enlaza los países del Oriente con los más prósperos de Europa, crease zonas industriales de acompañamiento que tendrían el complemento atractivo de la proximidad de la Costa del Sol. Piénsese en lo sucedido, en la localización creciente de la actividad económica, en Estados Unidos en California. Pero en el caso español existe una especie de freno a toda posibilidad de impulso importante a causa de Gibraltar.

Desde un punto de vista nacional, queda clarísimo que la tendencia a la despoblación de muchas regiones del interior, va a crear una realidad geográfi ca muy diferente de la actual. Conviene añadir que de nada ha servido en relación con este fenómeno, la acción de las diversas auto-nomías. Su crisis actual, ratifi ca esto.

Desde la geografía humana no podemos olvidar en absoluto esa transformación que nos muestra cómo, en el periodo 1949-2013, el pa-norama geográfi co de España ha cambiado radicalmente. Y con mucha mayor fuerza que la que se nos aseguraba que originarían el cambio climático, la masiva llegada de inmigrantes, la alteración en la pirámi-de demográfi ca, la integración en la Unión Europea o las novedades tecnológicoindustriales que avanzan por todo el mundo, incluyendo, desde luego, la globalización fi nanciera. Todo esto cae sobre algo que registran, de modo nítido, los análisis sobre los centros de gravedad de nuestra economía.

Con estas bases, toda una serie de investigadores se plantearon la distribución espacial de la actividad económica en España. Contem-plamos así el conjunto de datos de la población de la periferia y la del interior de Perpiñá Grau; el trabajo de Plaza Prieto, referido a 1949 y a la renta de las provincias de la nación; después vino la estimación del Servicio de Estudios del Banco de Bilbao, en grandísima medida debida a José Ángel Sánchez Asiaín. Con esos elementos iniciales, en

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junio de 1969, la Revista Sindical de Estadística publicó un artículo de A. Sanz Sánchez, titulado El baricentro de la población española. Y también hay que tener en cuenta la citada obra de Ramón Tamames Los centros de gravedad de la economía española. Todo esto dio lugar a la primera de las estimaciones de los centros de gravedad de la economía española, desde el punto de vista demográfi co, desde el económico y también desde el fi nanciero. El cuadro 1, tomado de la obra de Ramón Tamames (pág. 132) nos muestra la evolución en el tiempo de esos dos centros de gravedad demográfi co y económico, aplicando las fórmulas señaladas más arriba.

El análisis se hace, por tanto, tras la salida de la crisis de la guerra civil y de la puesta en marcha, en 1947, del primer Plan de Estabiliza-ción. Abarca hasta el comienzo fuerte de las consecuencias del segundo Plan de Estabilización —el de 1959— y marca un impulso claro en nuestra vida económica hacia el N.E. Tiene un papel esencial, pues, en él, la que podríamos califi car como la combinación en lo demográfi co y económico de Madrid. La economía española recibió tres impulsos muy fuertes para orientarse en las cercanías de Madrid. El primero, como consecuencia de una capitalidad política que, simultáneamente, es muy intervencionista. La cercanía a los lugares donde las decisiones políti-coadministrativas se adoptan, es evidente para la marcha de la actividad empresarial, de la que a su vez depende la estructura productiva. El se-gundo, por la decisión borbónica, en el siglo XVIII, de seguir el punto de vista de Bernardo Ward en su Proyecto económico, en que se proponen

Centro de Centro de gravedad

Años gravedad Años económica

demográfi ca

1950 Arganda 1949 Alalarpardo (Alcalá de Henares)

1955 Campo Real 1955 Yela (Brihuega)

1960 Nuevo Baztán 1957 Aldeanueva (Brihuega)

1965 Escariche 1960 Gualde (Cifuentes)

1962 Trillo (Cifuentes)

1964 Laranueva (Cifuentes)

Cuadro 1

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varias providencias dirigidas a promover los intereses de España, con los medios y fondos necesarios para su planifi cación, escrita en 1762. Era tal propuesta la construcción de seis caminos grandes a partir de Ma-drid. Uno, a la raya de Francia, la potencia política aliada en aquellos momentos, para concluir en Bayona; otro, que iba hacia el Rosellón, pasando por Cataluña; el tercero, hacia Alicante, el puerto clave para la comunicación con Orán, que entonces era una plaza española; el cuarto, hacia Cádiz, el puerto de enlace máximo con las posesiones americanas, que iba a obligar, antes de descender por el Valle del Guadalquivir, a la colonización de la región de Sierra Morena; el quinto, aparentemente, iba a Badajoz, pero basta con estudiar la cuidadosa confección de un excelente mapa de Portugal por Campomanes, para entender que lo que latía era un futuro enlace con Lisboa, una vez liquidada la secesión, en-tonces muy reciente, de Portugal; el sexto marchaba hacia La Coruña, que comenzaba, con Vigo, a ser otro de los grandes puertos de enlace con América. El viejo sistema de correo de los Austrias, con los Tassis y demás, quedaba superado, y el centro de todo esto pasaba a ser Madrid. Pronto hubo un tercer enlace con Madrid a través del telégrafo óptico desde la periferia, pero, sobre todo, ya en el reinado de Isabel II, la po-lítica de concesiones ferroviarias, en buena parte a grandes capitalistas extranjeros, se basaba en una red centrada en Madrid, que comunicaba con todas las capitales de provincia.

Este peso de Madrid explica esa cercanía, en 1949, del centro de gra-vedad económico, al situarse en las proximidades de Alcalá de Henares. Pero en España habían surgido dos focos industriales y económicos im-portantes. Uno, el del Norte, en toda la zona cantábrica, desde Asturias, Cantabria, las tres provincias vascas, y liquidada la III Guerra Carlista, La Rioja y Navarra. La actividad minerosiderúrgica y metalmecánica de esta región era muy importante. El que, desde el poderoso papel de Madrid, el centro de gravedad de la economía marchase hacia el Norte, explica esa evolución hacia Brihuega, pero no se puede olvidar, de ningún modo, el otro gran foco de actividad industrial, creciente además, de Cataluña. Su auge nos lo aclara la obra de M. Pugés, Cómo triunfó el proteccionismo en España, con prólogo de Pedro Gual Villalbí (Barcelona, 1931), que acabó creando una fuerte industrialización enriquecedora de esta región. La orientación hacia el N.E. del centro de gravedad, hasta aposentarse en Cifuentes, muestra este fenómeno de localización con mucha claridad.

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El testigo de esta investigación pasó a manos de ese gran explora-dor de la estadística española que fue Julio Alcaide Inchausti, en esto en colaboración con su hijo Pablo Alcaide Guindo, en el artículo El centro de gravedad de la economía española en los años 1955, 1979 y 2006, publicado en Cuadernos de Información Económica, mayo-junio 2008. En él se prueba cómo “el centro de gravedad resultante, que parecía marchar hacia el Norte o el Nordeste, se situó en 1955 a una distancia al norte de Madrid, (en la provincia de Guadalajara) de 41,11 kilómetros; en 1979; a 35,65 kilómetros y en el año 2006 a 22,72 kilómetros, lo que viene a demostrar que el centro de gravedad, (que se situaba en las cercanías de Sacedón) ha ido descendiendo del norte al sur pero con más intensidad en el último periodo, sin duda como consecuencia del debilitamiento de las provincias norteñas fren-te a Madrid”.

Evidentemente, existe un desplazamiento hacia el este en esos centros de gravedad. En el de 2006 se halla, en esa coordenada, a 97,18 kilóme-tros de la capital de España. De ahí podría inferirse la posibilidad de un robustecimiento de la España del Este, capitalizada por Valencia. Esto nos señala que el sureste español ha experimentado un cambio positivo muy importante que no se manifi esta recientemente de modo más claro porque se ha venido abajo la frontera económica hispanoportuguesa. Esa infl uencia del Oeste es la que frena una mayor inclinación hacia las condiciones más positivas que están relacionadas con un acontecimiento mundial muy importante.

La economía del área asiática se incrementa de modo extraordina-rio. El cuadro 2 muestra, de acuerdo con los datos de The Economist de 12 de octubre de 2013 a un conjunto de países que, precisamente como consecuencia de ese fuerte desarrollo, pasan a relacionarse, con exportaciones e importaciones, con Europa, a través del Mediterráneo. La excepción de Japón, se debe a la larga crisis, que soporta desde hace una veintena de años, y que parecía no ser capaz de superar. Este cre-ciente papel asiático lo expuso Romano Prodi el 15 de abril de 1997 en su intervención en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Valencia resulta, por esto, la localización más benefi ciada. Los datos de incremento del PIB y de la producción industrial que en el citado cuadro 2 se recogen, crean un peso evidente hacia el Este, que Madrid y la mencionada desaparición de la frontera hispanoportuguesa, frenan.

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40 JUAN VELARDE FUERTES

Los dirigentes de la política económica española harán muy bien en tener en cuenta estos movimientos del centro de gravedad del área peninsular española, con objeto de orientar las inversiones del modo más rentable, por un lado, y para decidir la política adecuada a fa-vor de las zonas que este índice muestra como más deprimidas. El cambio que se manifi esta en medio siglo en este centro de gravedad económico es muy grande. Se ha pasado a las dimensiones del cua-dro 3.

Al analizar tanto el centro de gravedad económico peninsular, como el de la renta familiar disponible y el del consumo familiar, en el trabajo El centro de gravedad de la Economía Española. Evolución entre 2000 y 2005 de Julio Alcaide Inchausti y Pablo Alcaide Guindo, publicado en Cuadernos de Información Económica enero-febrero de 2007, se concluye lo siguiente:

País

Incremento

Incremento

del PIB producción

(%)

industrial (%)

China 7,5 10,4

Japón 1,2 –0,2Australia 2,6 3,9

Hong Kong 3,3 0,3

India 4,4 2,6

Indonesia 5,8 3,2

Malasia 4,3 2,3

Pakistán 6,1 3,7

Singapur 3,8 3,5

Corea del Sur 2,3 3,3

Taiwán 2,5 –0,7

Tailandia 2,6 –3,1

Arabia Saudí 5,1 –

Cuadro 2

Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013 (29-41)

CONSECUENCIAS DE LA INVESTIGACIÓN SOBRE LOS CENTROS... 41

“1. La producción española ha crecido más intensamente en toda el área marítima del Este y del Sur de España y la población peninsular ha tendido a ubicarse a lo largo de las costas levantinas y andaluzas. También el mayor crecimiento económico del Oeste (raya de Portugal) como consecuencia de la integración de Portugal y España en la Unión Europea.

“2. La renta disponible en las provincias atrasadas mejora respecto a su producción, a consecuencia de las transferencias públicas netas de las administraciones públicas.

“3. El ahorro peninsular es más intenso en el Norte y Este peninsular, salvo Galicia, frente al ahorro relativo (cuota de ahorro) de las provincias del sur, fundamentalmente las andaluzas”.

Continuar el examen de nuestra geografía con esta metodología re-sulta, desde luego, fundamental. Quizá conviniera completarla con la estimación del centro de gravedad del Portugal continental.

Años

Distancia de Madrid Coordenadas del centro km de gravedad

Hacia el Hacia el este Longitud Latitud

norte

1955 41,11 86,08 11’ 29” 40 46’ 12”

1979 35,65 95,67 18’ 20” 40 43’ 15”

2006 22,72 97,18 19’ 25” 40 36’ 16”

Datos de Julio Alcaide Inchausti y Pablo Alcaide Guindo.

Cuadro 3

Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013 ISSN: 0210-8577(43-82)

LAS COLECCIONES CARTOGRÁFICAS DE LA BIBLIOTECA NACIONAL

MAP COLLECTIONS IN THE SPANISHNATIONAL LIBRARY

PorCarmen Líter Mayayo* y Ana Vicente Navarro**

La Real Sociedad Geográfi ca, la más antigua de las asociaciones geográfi cas españolas, creada en 1876, ha querido mostrar su reconoci-miento a la Biblioteca Nacional de España por la labor realizada en la custodia, conservación y difusión de sus fondos bibliográfi cos, docu-mentales y cartográfi cos. Por ello, en la reunión de su Junta Directiva, celebrada el 25 de abril de 2012, acordó por unanimidad otorgar a la Biblioteca Nacional el título de Vocal Nato de su Junta Directiva.

Desde el año 1971, mediante un convenio de colaboración entre ambas instituciones, la biblioteca de la Real Sociedad Geográfi ca fue trasladada a la Biblioteca Nacional de España, por deterioro en sus ins-talaciones a causa de un incendio, quedando en calidad de depósito permanente y a disposición de todos aquellos estudiosos e investigadores que quieran consultarlos.

LAS COLECCIONES CARTOGRÁFICAS DE LA BIBLIOTECANACIONAL DE ESPAÑA

La Biblioteca Nacional de España conserva entre sus fondos impor-tantes colecciones de cartografía, tanto antigua como moderna, de todo

* Jefe de Servicio de Cartografía, Departamento de Bellas Artes y Cartografía. Bibioteca Nacional de España.

** Directora del Departamento de Bellas Artes y Cartografía. Bibioteca Nacional de España

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el mundo aunque el mayor número corresponde a España: atlas y obras especializadas en cartografía, geografía, astronomía, descripción de paí-ses y viajes y una amplia colección de folletos turísticos y postales de ciudades y lugares geográfi cos. Desde el origen de la Real Biblioteca, la presencia de mapas y planos fue muy importante dado el interés político y administrativo que estos documentos tenían y la Geografía, los libros de viajes y la Astronomía ocupaban un lugar destacado entre las distintas disciplinas que conservaba. Prueba de ello es que el considerado como primer catálogo temático de la Biblioteca Nacional, escrito por el biblio-tecario Juan de Iriarte en 1729, está dedicado a los fondos geográfi cos, con el título Regia Matritensis Bibliotheca Geographica et Cronologica.

La colección cartográfi ca de la Biblioteca tiene su base documental en los fondos procedentes de la Biblioteca Real y en las colecciones cartográfi cas del Antiguo Gabinete Geográfi co adscrito a la Primera Se-cretaría de Estado, de cuya organización encargó Godoy al cartógrafo Tomás López en el año 1795. El fondo más antiguo procede de la Bi-blioteca Real, de las obras que Felipe V trajo de Francia y de las que por diferentes vías ingresaron en la Biblioteca formando colecciones o atlas. El mayor incremento de la colección se produjo en 1913 con el traslado de los mapas del Gabinete Geográfi co existente en la Primera Secretaría de Estado o Ministerio de Estado. Su núcleo principal estaba constituido por tres colecciones que conforman la base del patrimonio cartográfi co antiguo de la Biblioteca: la Colección Mendoza —formada por mapas de gran valor, realizados en la época de mayor auge de la Geografía cien-tífi ca en Europa—, los mapas realizados por Tomás López y sus hijos, representando fundamentalmente España y sus colonias, y la colección de mapas manuscritos de temática muy variada, que incluye numerosos mapas y planos levantados por ingenieros militares.

MAPAS Y OBRAS GEOGRÁFICAS DE LA BIBLIOTECA NACIONAL

Entre los fondos cartográfi cos de la Biblioteca se conservan impor-tantes mapas y obras geográfi cas, considerados piezas fundamentales en la historia de la Cartografía. Mapas de la Edad Media, que muestran una car-tografía basada en la concepción teocrática del mundo. Destaca, en primer lugar, un mapamundi esquemático contenido en las Etimologías de San Isidoro de Sevilla, conocido como mapa de “T en O” o mapa tripartito,

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LAS COLECCIONES CARTOGRÁFICAS DE LA BIBLIOTECA NACIONAL 45

que muestra los tres continentes entonces conocidos. Otro importante ma-pamundi medieval es el realizado por el monje español Beato de Liébana, incluido en su obra Comentario al Apocalipsis, que ya incorpora, separado por un curso de agua, una estrecha franja de terreno, la denominada “terra incognita” de los mapas cuatripartitos. Este códice conservado en la Bi-blioteca Nacional de España fue realizado para los reyes don Fernando y doña Sancha de Castilla y León por el copista Facundo hacia el año 1047.

Mapamundi de “T en O”, contenido en las Etimologías de san Isidoro de Sevilla.

Mapamundi incluido en el Comentario al Apocalipsis del monje español Beato de Lié-bana.

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La BNE conserva cartas náuticas y atlas portulanos de enorme in-terés. Las cartas náuticas medievales tenían la fi nalidad de servir a los navegantes y su interés estaba centrado en la descripción de las costas por lo que sólo representaban el litoral costero con algunos detalles del interior, como ríos y montes, que pudieran servir de referencia a los navegantes. Merecen mención especial la carta trazada en el taller de Plácido Caloiro y Oliva en los primeros años del siglo XVII, reali-zada sobre pergamino y dibujada al estilo de las cartas náuticas puras que dejan el interior de los continentes en blanco. La dinastía de los Oliva fue una de las más prolífi cas de la escuela mallorquina y estuvo dedicada a la producción de portulanos durante más de dos siglos. También es de destacar la obra cartográfi ca de Joan Martines, cosmó-grafo que trabajó en la ciudad siciliana de Mesina, del que la Biblioteca conserva dos magnífi cos atlas: el primero, fechado en 1570, de estilo náutico puro y el segundo, realizado en 1587 y dedicado al rey Felipe II, que representa la síntesis de dos de las corrientes cartográfi cas que convivían en ese momento: la tradicional de la escuela mallorquina, especializada en hacer portulanos y la escuela cartográfi ca de los Paí-ses Bajos, que utiliza el grabado calcográfi co y aplica las recientes investigaciones astronómicas e incorpora los nuevos conocimientos geográfi cos.

Carta portulana, realizada en en el taller de Plácido Caloiro y Oliva, comienzos del siglo XVII.

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Entre las obras producidas por los cartógrafos del entorno de la Casa de Contratación destaca el Islario general de todas las islas del mundo, obra magna del Cosmógrafo mayor Alonso de Santa Cruz, dedicada al rey Felipe II. El Islario está compuesto por ciento once mapas que representan las islas y penínsulas de todo el mundo enton-ces conocido y describe los nuevos descubrimientos geográfi cos hasta mediados del siglo XVI, época en que fue realizado. Esta obra muestra el gran conocimiento del autor en el campo de la cartografía. Santa Cruz, cosmógrafo de la escuela sevillana, fue una de las fi guras más representativas de la Casa de Contratación; escribió diversas obras de cosmografía y geografía, realizando además cartas esféricas del Nuevo Mundo.

Una de las más bellas piezas cartográficas es el gran atlas ma-nuscrito realizado por el cartógrafo alemán Christian Sgrooten, Orbis terrestris tam geographica quam chorographica descriptio, fi nalizado en 1592 y dedicado por el autor al rey Felipe II, en Calcar en 1588. Este atlas es la obra más importante de Sgrooten y una de las joyas de la cartografía universal. Está compuesto por treinta y ocho mapas, de gran tamaño, fi namente iluminados, que reproducen las tierras euro-peas del imperio, indicando claramente sus límites.

Entre las colecciones de la Biblioteca, destacan también impor-tantes ejemplares de la Geographia del astrónomo y geógrafo griego

Mapa de África, en: Atlas de Joan Martines, 1587.

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Isla Española y ciudad de Mexico en el Islario de Alonso de Santa Cruz, siglo XVI.

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Mapa del mundo, Christian Sgrooten, 1592.

Claudio Ptolomeo: un códice manuscrito del siglo XV, traducido al la-tín por Giacomo d’Angelo, acompañado de un mapamundi y veintiséis mapas parciales iluminados, varios incunables y numerosas ediciones del siglo XVI.

La invención de la imprenta hacia 1440 y su rápida difusión dio lugar a una proliferación de ediciones impresas de la obra de Ptolomeo. La Geographia fue profusamente publicada y difundida, de ella se hicieron cerca de cincuenta ediciones a lo largo de los siglos XVI y XVII. El año 1482 se publica en Ulm una edición realizada por Leonardo Holle, con treinta y dos mapas coloreados, que destaca por su belleza y por la utilización de xilografías para su estampación. En esta edición fi gura el primer mapa moderno impreso de España, realizado en proyección cilíndrica, cuyo trazado de las costas es bastante aceptable, probable-mente inspirado en las cartas náuticas. El médico y teólogo español Miguel Servet publicó en Lyon en 1535 una edición revisada y anotada de la Geographia de Ptolomeo, actualizando numerosos topónimos y reseñando los nuevos descubrimientos geográfi cos, siendo reeditada en 1541, cuyos mapas están basados en los de la edición de Martín Wald-seemüller de 1513.

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FONDOS PROCEDENTES DEL GABINETE GEOGRÁFICODE LA SECRETARÍA DE ESTADO

La mayor colección de fondos cartográfi cos procede del antiguo Gabinete Geográfi co, adscrito a la Primera Secretaría de Estado, crea-do por el primer ministro Manuel Godoy en 1795, cuya formación y cuidado encomendó a los geógrafos Tomás y Juan López, con el encargo de formar una gran colección de mapas para el servicio de la propia Secretaría. En el siglo XIX al transformarse la Secretaría de Estado en Ministerio de Estado, todo el material cartográfi co del Gabinete Geográfi co quedó anexionado al Archivo y Biblioteca del Ministerio, hasta que fi nalmente, por Real Orden de 7 de Junio de 1913, los mapas fueron trasladados a la Biblioteca Nacional. Esta co-lección está compuesta por mapas en su mayor parte del siglo XVIII y está dividida en tres grandes colecciones muy diferentes entre si: la Colección Mendoza, los mapas de Tomás López y sus hijos, y los mapas manuscritos.

Primer mapa moderno impreso de España, en Geographia de Claudio Ptolomeo, Ulm, 1482.

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Colección Mendoza

Dentro del ambiente científi co en que se desarrolló la actividad profesional de los marinos españoles en el siglo XVIII, destaca lapersonalidad del Capitán de Fragata José Mendoza Ríos, que realizó importantes tareas en el campo científi co. Reunió, por orden del pri-mer ministro Manuel Godoy, una magnífi ca colección de mapas para el Gabinete Geográfi co, adscrito a la Primera Secretaría de Estado. Está compuesta por más de dos mil cuatrocientos mapas, impresos en su mayoría en Gran Bretaña, en la segunda mitad del siglo XVIII, aunque también hay mapas grabados en otros países, como Francia, Alemania, España, Rusia, etc. Son mapas importantes y valiosos, rea-lizados en el momento de eclosión de la geografía científi ca en toda Europa.

Map of the Province of South Carolina, James Cook, 1773.

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Mapas de Tomás López y sus hijos

Tomás López es la fi gura más representativa de la cartografía espa-ñola del siglo XVIII. Fue discípulo de Bourguignon D’Anville, ilustre cartógrafo francés de quien aprendió la técnica del trazado de mapas, de “geógrafo de gabinete”, no haciendo levantamientos personalmente, sino cotejando diversos mapas de un mismo territorio. A lo largo de su vida realizó más de doscientos mapas, cubriendo todo el territorio nacional y zonas de América. La importancia de los mapas de López, a pesar de la poca exactitud que este procedimiento tenía, reside en ser el primer cartógrafo español que, de una manera sistemática, grabó y publicó mapas en este país, librándolo de la dependencia de los mapas extranjeros que hasta ese momento se utilizaban. En sus mapas aparecen ya las divisiones administrativas según el esquema trazado por Felipe V en los Decretos de Nueva Planta y que estuvo vigente todo el siglo XVIII

Mapa del Reino de Valencia, 1788.

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y comienzos del XIX, hasta 1833 en que se adoptó la nueva división en provincias y partidos judiciales, que ha durado casi hasta nuestros días.

La Biblioteca Nacional de España conserva prácticamente la totali-dad de los mapas sueltos de Tomás López y sus hijos, las ediciones de 1804, 1810 y 1830 del “Atlas”, formado con sus mejores mapas, y las “Relaciones Geográfi cas”, contestaciones al cuestionario que López envió a las autoridades de los pueblos y ciudades solicitando datos geo-gráfi cos, económicos, administrativos, demográfi cos, religiosos, etc., y que utilizó como base de consulta para la confección de sus mapas.

Mapas manuscritos

Del Gabinete Geográfi co ingresaron en la Biblioteca una serie de mapas manuscritos existentes también en ese archivo, aunque otros se enviaron, unidos a la documentación, a los archivos de Simancas e Histórico Nacional. La Primera Secretaría de Estado, después llamada Ministerio de Estado, era un organismo gigantesco que se ocupaba de los asuntos más variados, desde las relaciones exteriores, la sanidad, los correos, caminos y canales, postas, compañías marítimas, obras públicas,

Isla de Mallorca, por Juan de Aguirre, 17—.

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etcétera. Por ello es enorme la importancia y variedad de los informes que se reunieron en su archivo. La variedad temática de estos mapas, por estos motivos, es muy grande: proyectos de nuevos canales, ampliación de arsenales, itinerarios militares, batallas, proyectos de fortifi cación, obras públicas, cartas náuticas, etc. Casi todos los mapas están levanta-dos por ingenieros militares.

En su mayor parte son del siglo XVIII, aunque se conservan algu-nos de los siglos XVI, XVII y del XIX. Estos mapas tienen interés no sólo desde el punto de vista geográfi co, sino también como documentos históricos.

COLECCIÓN DE MAPAS PROCEDENTE DEL LEGADOGARCÍA FIGUERAS

Además de estas colecciones procedentes del Gabinete Geográfi co de la Primera Secretaría de Estado, se puede destacar por su interés his-tórico la colección de mapas de África procedente del legado de García Figueras1 que comprende unos 2.500 mapas de la primera mitad del

Plano de la ciudad de Manila, con el proyecto para su mejor defensa, por Juan Martín Zerneño.

1 En 1966 Tomas García Figueras, quien fuera Delegado de Asuntos Indígenas en Marruecos y africanista que dedicó su vida a preservar y difundir la cultura del pueblo marroquí, donó sus archivos a la Biblioteca Nacional.

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siglo XX, principalmente de la zona de Marruecos, Ceuta y Melilla, levantados en su mayoría por el Servicio Geográfi co del Ejército y el Servicio Geológico del África Occidental Española y editados por el Go-bierno General del Sáhara Español, la Delegación de Asuntos Indígenas y la Secretaría Técnica de Marruecos.

COLECCIÓN DE ATLAS

La Biblioteca Nacional de España conserva una importante colección de atlas fl amencos, holandeses, italianos, franceses, ingleses y alemanes, de los siglos XVI al XIX, así como españoles de los siglos XVIII y XIX, algunos en ediciones de gran lujo y otras piezas de alto valor proceden-tes de la antigua Biblioteca Real. Es también de interés la biblioteca especializada en obras de cartografía, geografía, astronomía, libros de viajes, etcétera.

Destaca por su número e importancia el conjunto de atlas de los Paí-ses Bajos. Entre ellos, el Theatrum Orbis Terrarum, de Abraham Ortelio, considerado el primer atlas moderno, del que se conservan ediciones publicadas entre los años 1570 y 1624. De Gerard Mercator, conside-rado el padre de la Cartografía moderna, destaca el célebre Atlas sive Cosmographicae Meditationes de Fabrica Mundi, del que la Biblioteca

Mazagán: croquis levantado por la Comisión del Cuerpo del Estado Mayor del Ejército, 1896.

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posee ediciones entre 1607 y 1632. El Nuevo Atlas o Teatro del Mundo, de Jan Janssonio, en ediciones de 1646 a 1659. De George Braun, el Civitates Orbis Terrarum, publicado entre 1572 y 1617, formado por una colección de más de quinientos planos y vistas de las principales ciudades del mundo.

La obra de Willem y Joan Blaeu, el más importante cartógrafo y edi-tor de atlas del siglo XVII cuyos mapas crearon un modelo copiado por cartógrafos de toda Europa, está ampliamente representada por varias ediciones de sus atlas; entre ellos destaca el Atlas Maior, compuesto por doce volúmenes. Es una obra de gran interés por la perfección con que está realizada y es el más bello atlas que jamás se ha publicado, del que se hicieron ediciones en latín, francés, holandés y español. La edición española, publicada con el título Atlas Mayor o Geographia Blaviana entre 1658 y 1672, es la más rara ya que se destruyó en gran parte en el incendio que tuvo lugar en los talleres de Blaeu, quedando por ello incompleta; de esta edición la Biblioteca conserva dos ejem-plares.

Americae sive novi orbis nova descriptio. Theatrum Orbis Terrarum / Abraham Ortelio, 1570.

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Antuerpia. Civitates Orbis Terrarum / George Graun, 1598.

Portada de la edición española del Atlas Mayor / Joan Blaeu. Ámsterdam, 1672.

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Entre los atlas marítimos merece citarse la obra realizada por Lucas Waghenaer, hidrógrafo alemán, autor del primer atlas náutico, titulado Spieghel der Zeevaert, que alcanzó un gran éxito imprimiéndose en varios idiomas. La Biblioteca conserva una edición en alemán editada en Leyden en 1588, y otra en latín de Ámsterdam en 1591. Del piloto y cartógrafo holandés Willem Baretszoen, el atlas Nieuwe Beschrij-vinghe…Vande Midlandtsche Zee, impreso en Ámsterdam en 1595, que incluye diez cartas náuticas, consideradas las primeras cartas impresas del mar Mediterráneo. Y de Claes Jansz Voogt, La nueva y grande relumbrante antorcha de la mar, publicada en 1698-1700 por Gerard Van Keulen.

Se conservan otros mapas y atlas que completan el panorama de la evolución de la ciencia cartográfi ca en los últimos siglos. Entre ellos

Lucas J. Waghenaer, Spiegel der Zeevaerdt…, Leyden, 1588.

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citaremos el Mercurio Geográfi co editado en Roma por Giacomo de Rossi, con bellos mapas grabados por Nicolas Sanson, Giacomo Cante-lli, Baudrand y Antonio Barbey; el Atlas Curieux, de Nicolas de Fer, el Atlas de Guillaume Delisle, Le Neptune François ou Atlas Nouveau de Jacques Cassini, el Mapa de declinaciones magnéticas, de Edmond Ha-lley, las importantes cartas hidrográfi cas publicadas por la Dirección de Hidrografía, el Kitchin’s General Atlas, editado por Laurie and Whittle en Londres, el Atlas Universal de Robert de Vaugondy, y el famoso Han-datlas Stieler editado por Justus Perthes, del que aún se han publicado ocho ediciones en el siglo XX.

Del siglo XIX la Biblioteca Nacional de España posee un conjunto de atlas en los que se plasman los avances de la cartografía científi ca, ini-ciada en el XVIII, aparecen los mapas temáticos y comienzan a utilizarse nuevos sistemas de estampación de mapas, tales como la cromolitogra-fía, de la que es un claro ejemplo la obra España Geográfi ca Histórica Ilustrada, editada por Francisco Boronat y Satorre del que la Biblioteca posee un ejemplar y mapas en hojas sueltas.

Provincia de Toledo, en: España Geográfi ca Histórica Ilustrada, por Francisco Boronat y Satorre.

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Mención especial merece la obra de los principales cartógrafos espa-ñoles de los siglos XVIII y XIX, entre ellos, Tomás López, el cartógrafo español más relevante de esta centuria, al que ya nos hemos referido anteriormente. Destaca la obra de Vicente Tofi ño de San Miguel Atlas Marítimo Español, publicado en 1789 y la memoria correspondiente que publicó el mismo año, con el título Derrotero de las costas de España. Supone el trabajo cartográfi co de mayor envergadura efectuado en la Península Ibérica hasta entonces, realizado con toda la riqueza de medios de que se disponía a fi nales del XVIII y que tendrá una larga vigencia a lo largo de todo el siglo XIX e incluso el XX. Del siglo XIX, es impor-tante la fi gura de Francisco Coello, geógrafo y cartógrafo militar, uno de los promotores de la Sociedad Geográfi ca de Madrid, más tarde Real So-ciedad Geográfi ca, de la que sería presidente. Coello publicó, entre 1848 y 1875, mapas de 34 provincias de las 49 que entonces tenía España, a escala 1:200.000, con el título de Atlas de España y sus posesiones de Ultramar. En sus mapas está refl ejada la nueva división administrativa establecida en 1833 por Javier de Burgos.

En cuanto a la cartografía moderna, la Biblioteca Nacional de Es-paña recibe desde 1958, a través del Depósito Legal, todos los mapas publicados por los organismos ofi ciales, entidades públicas y privadas y Comunidades Autónomas. Entre ellos destacan las series de mapas topo-gráfi cos, las cartas náuticas, las series cartográfi cas temáticas —geoló-gicos, cultivos, forestal, etc.—, distribuidas tanto en soporte papel como en formato electrónico. Conserva igualmente una amplia colección de folletos turísticos, utilizados como medio de promoción turística y publi-cidad para el país, y una colección de postales, que representan vistas de ciudades y paisajes, de gran interés para el estudio de la transformación urbana y paisajística experimentada en España en las últimas décadas.

LA BIBLIOTECA DE LA REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA

Desde el año 1971 la Biblioteca Nacional de España conserva la Biblioteca y la Cartoteca de la Real Sociedad Geográfi ca, la más an-tigua de las asociaciones geográfi cas españolas que fuera fundada en 1876 siguiendo el modelo de otros países europeos y cuya misión es la investigación, estudio y difusión de los conocimientos geográfi cos. Esta biblioteca, creada en 1876 al tiempo que la propia Sociedad, fue

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trasladada a la Biblioteca Nacional de España debido al deterioro en sus instalaciones originarias2 a causa de un incendio, quedando en calidad de depósito permanente.

Se trata de una excelente biblioteca especializada que constade más de 5.000 libros, de una amplia temática. Naturalmente la Geo-grafía en todos sus aspectos es una de los temas principales: general, histórica, descriptiva, humana, viajes, descubrimientos exploraciones, Cartografía. Pero la colección no está restringida al ámbito geográfi coy en ella pueden encontrarse obras sobre bibliografía, fi losofía, reli-gión, sociología, ejército, economía, ciencias, técnicas, jurisprudencia, mátemáticas, etc. Entre ellas, destacan de manera especial algunas piezas como un curioso cilindro de caña grabado con caracteres man-guianos, una traducción de la Geographia de Ptolomeo al árabe, o las obras procedentes de la colección de Antonio Cánovas del Castillo. Completan los fondos bibliográfi cos de la Real Sociedad Geográfi ca cerca de 8.000 folletos y una colección de revistas, tanto españolas como extranjeras, con más de 1.120 títulos diferentes. En su mayor parte, se trata de obras editadas a partir del último tercio del siglo XIX, si bien la colección conserva algunos ejemplares de los siglos XVIal XVIII.

Entre sus fondos se conserva el manuscrito, preparado para su pu-bli-cación, de una Geografía general, en dos volúmenes, acompañada por numerosos dibujos a tinta coloreados a la aguada, escrita por el geógrafo y cartógrafo español Martín Ferreiro entre 1894 y 1896. Es un tratado de Geografía para la utilización en las escuelas, encargado en 1894 por el Director General de Instrucción Pública a la Sociedad Geográfi ca de Madrid. Martín Ferreiro y Peralta (1930-1896) trabajó en la Dirección de Hidrografía como delineador constructor de cartas, participando además en la redacción de la edición ofi cial española del Código Internacional de Señales. Fue uno de los fundadores de la So-ciedad Geográfi ca de Madrid (1876), que años después se convertiría en Real Sociedad Geográfi ca, donde ocupó el cargo de Secretario. Lle-gó a ser corresponsal de la Sociedad de Geografía de Lisboa y poseía títulos y condecoraciones de varias sociedades científi cas europeas

2 Se trataba de un local situado en la calle Magdalena n. 10, propiedad de la Dirección General de Correos y Telecomunicaciones que sufrió un incendio fortuito en enero de 1950 que destruyó parte de la bbilioteca y dejó en mal estado las instalaciones.

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de Francia, Italia o Austria. Fue fundador de la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos (1880), primera entidad española dedicadaa este fi n. Es autor de varias obras: Atlas geográfi co de España, pu-blicado en Madrid por Gaspar y Roig en 1864, acompañado de más de cincuenta mapas; un Anuario de las mareas en costas de España, Madrid 1868, redactado en colaboración con G. de Murga y J. de Lo-renzo; o la Descripción del imperio de Marruecos y esplicación del nuevo mapa del teatro de la guerra, publicada en Madrid 1860. Ade-más, es autor de numerosos mapas y diversos artículos relacionados con estos temas.

La biblioteca de la Real Sociedad Geográfi ca comprende además una Cartoteca con más de 8.000 mapas, que incluye algunos ejemplares

Geografía elemental, Martín Ferreiro, 1894.

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de los siglos XVII y XVIII, si bien su núcleo fundamental está formado por mapas del siglo XIX y comienzos del XX. Entre los ejemplares de los siglos XVI y XVII destacan un mapa de España procedente de una Geographia de Claudio Ptolomeo, editada en Estrasburgo en 1525; ma-pas que representan a España y las regiones peninsulares prodedentes de los atlas de la familia Blaeu, o el titulado Regnorum Castellae No-vae, Andalusiae, Granadae, Valentiae et Murciae, de Frederico de Wit, publicado en el último tercio del siglo XVII. Es de gran belleza la carta náutica Galliae, Biscajae et Gallissiae Sinus (De Bocht van Vranckryck Biscajen en Galissen), publicada en Ámsterdam, en la ofi cina de Louis Renard, hacia 1715.

Entre estos documentos, se encuentra también el único ejemplar exis-tente del gran mapa manuscrito de España encargado por el Marqués de la Ensenada, a comienzos del siglo XVIII, a los jesuitas Carlos Martí-nez y Claudio de la Vega, profesores del Colegio Imperial de Madrid. Fue levantado entre los años 1739 y 1743 y está realizado a una escala aproximada de 1:440.000. Abarca el territorio peninsular, exceptuando Galicia, Asturias, León y parte de Castilla la Vieja, territorios que no

Granata, et Murcia Regna, J. Blaeu, ca. 1660.

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están representados porque, como se indica en la “Nota”, no se habían efectuado allí las operaciones geométricas. El mapa indica las fronteras de los reinos y provincias y en Andalucía las de los obispados. Repre-senta la red de caminos mediante líneas de color negro y rojo y utiliza símbolos para representar las plazas amurralladas, puentes, molinos o pasos de barca. Se trata de una pieza de una gran relevancia para la historia de la cartografía española ya que es el primer mapa de España detallado y de gran tamaño, y el más perfecto realizado hasta esa fecha.

Entre los documentos cartográfi cos que representan otros países, destacan de manera especial el gran Mapa Geográfi co de la América Me-ridional de Juan de la Cruz Cano, en ocho hojas, publicado en Madrid en 1775, que indica las fronteras que correspondían a los dominios españoles, portugueses y holandeses de América del Sur; un Mapa de una parte de la América Meridional, manuscrito realizado en 1783 por Francisco Requena que corresponde a las demarcaciones de limites entre los dominios españo-les y portugueses; el Atlas Nouveau contenant toutes les parties du Monde,

Galliae, Biscajae et Gallissiae Sinus, Ámsterdam por L.Renard, 1715.

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publicado por Guillaume de l’Isle en Ámsterdam en el siglo XVIII; o una colección de planos de varias plazas fuertes del centro de Europa, sacada de los croquis formados y datos reunidos por el Capitán de Ingenieros Ángel Rodríguez Arroquía durante su permanencia en el extranjero en 1845.

Es de interés la colección de obras sobre África, entre cuyos fondos destaca el Mapa de Marruecos (redactado en árabe) de 1909; el libro Africa, Viajes y trabajos de la Asociación Euskara La Exploradora, reconocimiento de la zona ecuatorial de África, por Manuel Iradier, pu-blicado en Vitoria en 1887; la obra África Occidental, de Cunha Moraes, publicada en Lisboa en 1885; la Mision en Ethiopie 1901-3, por Jean Duchesne-Fournet, publicada en París en 1909; o las Exploraciones de los Sres. Iradier Montes de Oca y Ossorio en los territorios españoles del Golfo de Guinea, de 1886.

Las colecciones bibliográfi cas y cartográfi cas de la Real Sociedad Geográfi ca están accesibles a través del catálogo automatizado de la

Mapa manuscrito de España, levantado entre los años 1739 y 1743, por los jesuítas Martínez y de la Vega.

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Plano de Lieja, Colección de planos de plazas fuertes del Centro de Europa, 1845.

Mapa de Marruecos (en árabe) 1909.

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Biblioteca Nacional de España3 y pueden ser consultadas en las salas de la Biblioteca4.

RECURSOS CARTOGRÁFICOS DIGITALES

En el siglo XX se produjeron importantes cambios en el desarrollo de la Cartografía. Las dos guerras mundiales contribuyeron al perfec-cionamiento y uso generalizado de la fotografía aérea en la elaboración de mapas. A su vez, el empleo de satélites permitió el estudio de grandes áreas de la superfi cie terrestre.

Junto a estos avances, la aplicación de las tecnologías de la informa-ción en la elaboración de la Cartografía, y la creacion en los años 60 de los primeros sistemas de información geográfi ca, dieron como resultado la aparición de mapas distribuidos en soporte electrónico, hecho que puede considerarse como un precedente de la actual cartografía que se publica en la web.

Como testimonio de esta evolución, el Servicio de Cartografía de la Biblioteca Nacional de España ha formado una colección de recursos cartográfi cos en soporte óptico, con más de un millar de discos, que representa ese estadio intermedio entre los mapas publicados en papel y la actual cartografía difundida a través de Internet. El modo de ingreso de las obras es principalmente a través de depósito legal, si bien, hay un reducido número de documentos procedentes de convenios con or-ganismos internacionales.

La colección está formada fundamentalmente por materiales carto-gráfi cos, aunque incorpora también algunas obras complementarias, que contienen descripciones geográfi cas de lugares, nomenclátores o tésis doctorales sobre Cartografía y materias relacionadas. En ella están re-presentados los principales organismos productores de Cartografía de nuestro país, tanto de ámbito nacional (Instituto Geográfi co Nacional, Centro Geográfi co del Ejército, Instituto Geológico Minero de España), como autonómico (Institut Cartogràfi c de Catalunya, Instituto Carto-gráfi co Valenciano, Instituto de Cartografía de Andalucía, etc.) y local. Predomina por tanto, la edición pública sobre la iniciativa privada. Al-

3 http://catalogo.bne.es.4 Sala Goya: http://www.bne.es/es/Servicios/SalasConsulta/SalaGoya/.

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gunas de estas obras cuentan además con una versión impresa o están disponibles también en línea.

Los documentos cartográficos presentes en esta colección sonde muy variada tipología, pudiendose encontrar entre otros, mapas,planos, ortofotografías, ortoimágenes, cartas náuticas, mapas anti-guos en edición facsímil, atlas y obras que recopilan conjuntos de do-cumentos cartográfi cos, incluyendo ejemplos tanto de cartografía bá-sica como temática (mapas turísticos, de espacios naturales, de carre-teras...).

La consulta de la cartografía digital aporta una serie de ventajas respecto a la cartografía impresa, entre las que pueden destacarse las variadas opciones de visualización (ampliación/reducción de zonas en el mapa o la inclusión de mapas dinámicos de localización junto con el mapa principal), diferentes modos de presentación (que van desde la observación del territorio en dos dimensiones a la posibilidad de reali-zar vuelos virtuales), herramientas de localización de lugares sobre el mapa (como la búsqueda por topónimos o por coordenadas), opciones de cálculo (distancias, pendientes...) o la combinación de diferentes mé-todos para la representación del relieve (curvas de nivel, sombreado, hipsometría...).

Otra de las aportaciones de la cartografía digital es la posibilidad de representar el territorio mediante una estructura de diferentes capas superponibles. Esto permite la visualización dinámica de un lugar y la adición o supresión de distintos elementos, tales como la hidrografía, los límites administrativos, las vias de comunicación, etc., así como mostrar u ocultar diferentes capas de información temática (geológica, demográfi ca, medioambiental, etc.) sobre una primera capa de carto-grafía básica.

Debido a que la Biblioteca Nacional de España tiene entre sus fun-ciones básicas reunir y preservar el patrimonio cartográfi co español, es importante tener en cuenta una serie de factores que pueden suponer un riesgo para la conservación de estos soportes a largo plazo, así como la desaparición de aparatos lectores y la posibilidad de conservar o de emular los programas informáticos necesarios para el uso de los datos en el futuro. En ocasiones, es necesario realizar intervenciones puntuales sobre algunas obras destinadas a la recuperación de datos que habían quedado ilegibles debido al deterioro del soporte físico. Se estudia ac-

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tualmente la creación de un espacio o repositorio digital donde almace-nar copias de estos discos como alternativa para la conservación de la información en ellos contenida.

Recursos cartográfi cos digitales en línea

Los avances tecnológicos del siglo XXI han provocado nuevos cambios en los métodos de elaboración y publicación de la Carto-grafía, que en gran medida está pasando a ser distribuida a través de Internet. En España, los organismos productores ofrecen acceso a gran parte de los datos geográfi cos y de la información cartográfi ca que elaboran a través de la Infraestructura de Datos Espaciales (IDE), entendida como “el conjunto de tecnologías, normas y acuerdos insti-tucionales que permiten acceder y disponer de información geográfi ca en Internet5”. En este sentido, la Ley 14/2010, de 5 de julio, sobre las infraestructuras y los servicios de información geográfi ca en España, impulsa la publicación y distribución de información geográfi ca a través de Internet.

La IDEE (Infraestructura de Datos Espaciales de España6), ofrece acceso a un conjunto de servicios de información geográfi ca que in-cluye entre otros servicios de localización, visualización y descarga de datos geográfi cos, tanto de ámbito nacional, como autonómico y local. A nivel nacional el Instituto Geográfi co Nacional facilita el ac-ceso a la información geográfi ca digital que genera, a través del Cen-tro Nacional de Información Geográfi ca y de su centro de descargas. Su catálogo de productos digitales abarca desde las ortofotografías del PNOA (Plan Nacional de Ortofotografía Aérea), con la máxima actualidad y la mayor resolución, hasta las series pertenecientes al Mapa Topográfi co Nacional 1:25.000 y 1:50.000, o la serie provincial a escala 1:200.000, distribuidas en formato ráster y en formato vec-torial. En el ámbito autónomico, otros organismos ofrecen servicios similares, centrados en la información geográfi ca de su respectivos territorios. Sirva como ejemplo la Infraestructura de Datos Espaciales

5 Infraestructura de Datos Espaciales de La Rioja (IDErioja). <http://www.iderioja.larioja.org/index.php?id=14&lang=es> [Consulta: 14 de agosto de 2013].

6 Infraestructura de Datos Espaciales de España. (IDEE). <http://www.idee.es> [Consulta: 14 de agosto de 2013].

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de La Rioja o la Infraestructura de Datos Espaciales de Andalucía. A nivel local, en los últimos años se aprecia un incremento del número de ayuntamientos y de diputaciones provinciales que han creado su propio nodo IDE, ofreciendo la posibilidad de acceder a gran parte de los datos geográfi cos que elaboran. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Barcelona cuenta en su web con un servicio de descarga de cartografía denominado CartoBCN.

Desde el Servicio de Cartografía de la BNE, teniendo en cuenta su misión de conservar y difundir la producción cartográfi ca española, se estudian actualmente estrategias que permitan la adquisición y preser-vación de documentos cartográfi cos digitales existentes en la web que son producidos en nuestro país.

Para el establecimiento de dichas estrategias, sería necesario encon-trar formas apropiadas de colaboración entre los organismos productores y los centros de conservación que, por una parte sirvan para ayudar a los organismos productores en la difusión de sus contenidos cartográfi cos digitales y al mismo tiempo garanticen la preservación a largo plazo de esta información y la formación de colecciones de centros depositarios como la Biblioteca Nacional de España.

Una posible estrategia para recopilar y proteger la producción car-tográfi ca digital se basaría en la recolección de los contenidos de la

Página principal de acceso a la Infraestructura de Datos Espaciales de España.

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web. Esta labor ha sido emprendida por muchas bibliotecas naciona-les y ha dado como resultado la creación de los archivos de la web nacional respectiva. En esta línea, el archivo de la web española de la Biblioteca Nacional de España7, impulsado por la publicación del Real Decreto de constitución de las publicaciones electrónicas (tal como está previsto en la vigente Ley de depóisto legal8, con objeto de conservar y facilitar el acceso futuro a todos los contenidos españoles publicados en Internet, viene realizando desde 2009 recolecciones de todos los recursos españoles publicados en Internet por lo que puede suponer un importante instrumento para recopilar y preservar, entre otros, parte de los contenidos cartográfi cos digitales. Desde que el proyecto de la Biblioteca Nacional de España arrancó en 2009 hasta mediados de 2013 se han llevado a cabo ocho recolecciones masivas del dominio.es, tres recolecciones trimestrales de actualización y dos recolecciones selectivas.

LA DIFUSIÓN DE LAS COLECCIONES CARTOGRÁFICASEN LA BNE

Con el objetivo de cumplir con su misión de conservar, gestionar y difundir el Patrimonio Bibliográfi co español en cualquier soporte, la Biblioteca Nacional de España pone en marcha desde 2003 diferen-tes proyectos de digitalización. En 2008 se crea su Biblioteca Digital Hispánica como un recurso en línea que permite la consulta gratuita de decenas de miles de documentos digitalizados.

Actualmente, el número de documentos cartográfi cos digitalizados se aproxima a los 4.500 documentos cartográfi cos, más de 680 mapas manuscritos y aproximadamente 3.800 mapas impresos, atlas y obras especializadas en Geografía, Cartografía, Astronomía, Libros de via-jes, etc. (que incluyen más de 300.000 páginas con mapas, planos, vistas, fi guras astronómicas, gráfi cos…). Progresivamente, los nuevos materiales digitalizados se van incorporando a la Biblioteca Digital Hispánica.

7 BNE. Archivo de la web española. < http://www.bne.es/es/LaBNE/ArchivoWeb> [Consulta: 14 de agosto de 2013].

8 Ley 23/2011, de 29 de julio, de depósito legal. <http://www.bne.es/opencms/es/Colecciones/Adquisiciones/DepositoLegal/docs/LEY_DL.pdf> [Consulta 14/08/2013].

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Los documentos cartográfi cos originales se digitalizan en un archi-vo master TIFF con una resolución de 300 ppp (píxeles por pulgada), a una escala 1:1, con una profundidad de color máxima de 24 bits. Los archivos de difusión utilizados pueden ser JPG, para los mapas y planos en hoja suelta y PDF para los atlas y obras cartográfi cas especializadas. En el caso del formato PDF se ha aplicado la tec-nología OCR de reconocimiento óptico de caracteres para permitir la búsqueda a texto completo. Los registros de la Biblioteca Digital Hispánica incluyen los metadatos descriptivos referidos al original que son introducidos en el software gestor de objetos digitales en for-mato MARC-XML. Además, recientemente, se ha diseñado un perfi l METS-PREMIS, en el que se conjugan no sólo metadatos descripti-vos, sino técnicos, de derechos de autor y de preservación, si bien por el momento, solo son accesibles por parte de los usuarios externos los metadatos descriptivos.

En los últimos años la digitalización de los fondos cartográfi cos de la BNE ha supuesto un gran avance tanto como un método que garan-tiza su conservación como para facilitar el acceso y la consulta a estas colecciones y los fondos cartográfi cos han estado presentes desde la creación de la Biblioteca Digital Hispánica.

Los fondos cartográfi cos digitalizados se encuentran también entre los aportes de la Biblioteca Nacional de España a la Biblioteca Digital Europea, que pretende reunir en un único acceso millones de recursos digitales de archivos, museos, bibliotecas y colecciones audiovisuales europeas. Asímismo, una selección de materiales cartográfi cos destaca-dos forman parte de los fondos que representan a la Biblioteca Nacional de España en el proyecto Biblioteca Digital Mundial, que pone a dispo-sición en Internet materiales fundamentales de culturas de todo el mundo con objetivos tales como promover el entendimiento internacional e intercultural, ampliar la cantidad y la variedad de contenidos culturales en Internet o permitir a las instituciones asociadas reducir la distancia digital entre países.

Los fondos cartográfi cos participan con frecuencia en exposicio-nes tanto de la propia Biblioteca Nacional de España como de otras instituciones culturales relevantes, nacionales e internacionales, lo que constituye una excelente forma de difusión de estas colecciones patrimoniales.

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Estos fondos se incluyen también en proyectos innovadores comoel de los libros interactivos de la Biblioteca o las exposiciones vir-tuales.

Además, desde 2009 una selección de mapas de la Biblioteca está disponible a través de la plataforma on line de edición e impresión bajo

Colecciones cartográfi cas en la Biblioteca Digital Hispánica.

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demanda que ofrece Bubok. De esta forma, es posible obtener copias facsimilares, en varios tamaños y acabados, de esta selección de fondos cartográfi cos emblemáticos de la Biblioteca.

En los últimos años las herramientas de las redes sociales propor-cionan a las bibliotecas nuevos canales de comunicación, de caracter interactivo, que contribuyen en gran medida a la difusión de sus fon-

Fondos cartográfi cos de la BNE en la Europeana.

Fondos cartográfi cos de la BNE en la Biblioteca Digital Mundial.

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LAS COLECCIONES CARTOGRÁFICAS DE LA BIBLIOTECA NACIONAL 75

dos, entre ellos los cartográfi cos, así como a fomentar una comuni-cación bidirecccional con los usuarios y facilitar algunos servicios. En efecto, las colecciones cartográfi cas de la Biblioteca Nacional de España están presentes en su página de Facebook, su canal en Youtube y también participan activamente con interesantes post relacionados con estos fondos en el Blog de la Biblioteca.

Mapa de aventuras. Quijote interactivo.

Leonardo interactivo.

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El canal de la Biblioteca Nacional en Flickr ha permitido también difundir y compartir imágenes de parte de sus colecciones cartográ-fi cas entre una comunidad de usuarios cada vez más amplia. Por otra parte, Slideshare ofrece a la Biblioteca la posibilidad de dar a conocer la labor y el trabajo de sus profesionales y difundir información sobre

Sgrooten. Ch., Orbis Terrestris tam Geographica...

Exposición virtual “Los mapas del Quijote”.

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sus fondos y el tratamiento técnico y conservación de sus coleccionesy de otros temas bibliotecarios de interés relacionados con su acti-vidad.

Como hemos visto, el progresivo aumento de la nueva cartografía digital y las innovadoras técnicas de digitalización así como las nuevas herramientas de difusión, incluyendo las redes sociales, presentan a los

Exposición virtual “Los mapas del Quijote”.

Selección de mapas de la BNE en Bubok.

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78 CARMEN LÍTER MAYAYO y ANA VICENTE NAVARRO

bibliotecarios nuevos retos relacionados con el tratamiento, conserva-ción y divulgación de los documentos cartográfi cos pero por otra parte amplían en gran medida las posibilidades de difusión y uso de las co-lecciones.

Las bibliotecas y cartotecas del futuro deben procesar y conservar tanto los documentos en papel como la cartografía digital. En este sen-

Selección de mapas de la BNE en Bubok.

Álbum de imágenes cartográfi cas. Página de la BNE en Facebook.

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tido, la Biblioteca Nacional de España no duda en aceptar cualquier in-novación tecnológica como parte fundamental de su misión de conservar y difundir sus valiosas colecciones cartográfi cas.

La cartografía en el Canal de Youtube de la BNE.

Post sobre colecciones cartográfi cas en el blog de la BNE.

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Álbum en Flickr con imágenes de la colección de cartografía.

La Cartografía en el canal de Slideshare de la BNE.

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Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013 ISSN: 0210-8577(83-108)

LA RED ANEXXI: UNA PLATAFORMA PARA EL SOPORTE CIENTÍFICO

DEL ATLAS NACIONAL DE ESPAÑA DEL SIGLO XXI QUE DESARROLLAEL INSTITUTO GEOGRÁFICO

NACIONAL

ANEXXI NETWORK: A PLATFORM FOR THE SCIENTIFIC SUPPORT IN THE

NATIONAL ATLAS OF SPAIN ON THE XXITH CENTURY DEVELOPED BY THE NATIONAL

GEOGRAPHIC INSTITUTE OF SPAIN

PorJosé Sancho Comíns*, Pilar Sanchez Ortiz** y Alfredo del Campo**

“El Siglo está avanzando, más cada uno debe empezar de nuevo”(Goethe)

INTRODUCCIÓN

La ejecución del Atlas Nacional de España del siglo XXI (ANEXXI) concita la acción de un amplio segmento de especialistas en el co-nocimiento científi co del territorio nacional, de la sociedad que ha-bita en él y de los procesos económicos que lo animan; también re-

* Catedrático de Análisis Geográfi co Regional. Departamento de Geografía y Geología. Uni-versidad de Alcalá de Henares.

** Área de Cartografía Temática y Atlas Nacional. Subdirección General de Geodesia y Car-tografía. Instituto Geográfi co Nacional (IGN).

Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013(83-108)

84 J. SANCHO COMÍNS, Mª P. SÁNCHEZ-ORTIZ RODRÍGUEZ y A. DEL CAMPO GARCÍA

quiere del concurso de cartógrafos y técnicos en el manejo de los recursos propios de la comunicación visual, muy especialmente en la construcción del mapa temático. Todo ello exige, al mismo tiempo,la creación de un sustrato conceptual que dé coherencia a los fi nesperseguidos y al propio trabajo de los diversos equipos de especia-listas.

Como es bien conocido, el Instituto Geográfi co Nacional (IGN) es el responsable de la creación y mantenimiento del Atlas Nacional de España (ANE), según consta en el acuerdo del Consejo de Ministros de 13 de junio de 1986 y en el Real Decreto de estructura del Ministerio de Fomento, ministerio al que el IGN está adscrito. Este fue el punto de arranque de la última versión cerrada e impresa del ANE, que ya contaba con precedentes y manifestaciones parciales a lo largo de los cien años anteriores. En esta segunda década del nuevo siglo, se ha visto la oportunidad de lanzar un nuevo proyecto por razones de or-den científi co (nuevos temas de interés), técnico (nuevas tecnologías y soportes para la creación y publicación de los productos del Atlas Nacional) y organizativo (sinergias entre capital humano radicado en las universidades y centros superiores de investigación y en el propio IGN).

En este artículo vamos a dar noticia del proceso vivido en los últi-mos dos años en los que se han establecido los fundamentos teóricos, la metodología de trabajo y la constitución de los equipos temáticos integrados por especialistas científi cos en el marco de un organigrama funcional que haga lo más efi ciente posible el esfuerzo multidisciplinar requerido. Más en concreto, en las páginas que siguen se hace hincapié en la constitución de la RED ANEXXI que es la plataforma académica de la ejecución científi ca del ANE. En primer lugar, se presentan los hitos fundamentales abordados por parte del Comité Científi co Asesor, junto con los responsables del Área de Cartografía Temática y Atlas Nacional del IGN, entre los que cabe destacar un primer balance de si-tuación que contribuye a diagnosticar certeramente el punto de partida del nuevo atlas. Y, en segundo lugar, se aborda el proceso de creación de la RED ANEXXI, especifi cando los principios que la rigen, los fi nes y las instituciones que la integran, y la metodología de trabajo a se-guir por parte de los científi cos implicados, coordinadores de grupos temáticos y comité científi co.

Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013(83-108)

LA RED ANEXXI: UNA PLATAFORMA PARA EL SOPORTE CIENTÍFICO DEL... 85

1. LOS ANTECEDENTES

Los primeros pasos de la andadura del nuevo Atlas Nacional de Espa-ña (ANE) los dieron conjuntamente el IGN y la Asociación de Geógrafos Españoles (AGE). El primero, desde la actual Subdirección General de Geodesia y Cartografía y, en concreto, el Área de Cartografía Temática y Atlas Nacional, estimó necesaria la presencia de un equipo de cientí-fi cos, expertos en el conocimiento territorial, que diseñaran los funda-mentos de la estructura lógico-temática del nuevo ANE e impulsaran la formación de los grupos de especialistas que iban a responsabilizarse científi camente de cada uno de los grandes temas del atlas. Para llevar a cabo ese primer paso se pensó que la AGE podría ser la organización idónea para acceder desde ella a los distintos especialistas radicados en las universidades y centros superiores de investigación.

Al amparo de un primer acuerdo en el año 2011 se decidió, a ins-tancias del IGN, la constitución de un Comité Científi co Asesor y, en el seno de éste, un Comité Ejecutivo; los primeros trabajos, esencialmente y siempre en colaboración con el personal del IGN, consistieron en ha-cer un preciso ajuste sobre el perfi l conceptual del atlas, una profunda refl exión sobre las opciones a tomar en la ejecución del nuevo proyecto, un balance de situación, una nueva propuesta de la estructura temática del nuevo ANE y la designación de los responsables científi cos de cada tema.

En otro trabajo se publicaron los resultados de esa refl exión por lo que respecta a los principios o conceptos básicos que deben sostener los trabajos del nuevo atlas y a la opción de estructura temática que arma el discurso cartográfi co del mismo (Sancho Comins et al., 2014). En este caso, nos ha parecido más apropiado mostrar el balance de situación que, a modo de diagnóstico, refl eja los valores de oportunidad y fortaleza que tiene el proyecto, así como los hándicaps internos y externos con los que hay que convivir. En suma, pues, el ANEXXI tiene precedentes de los que sonsacar un aprendizaje y, al mismo tiempo, pide la incorporación de ese nuevo impulso que da verdadero sentido al quehacer científi co.

En efecto, el nuevo ANE recibe como legado un aprendizaje de enor-me valor sobre el que asentarse. Desde fi nales del siglo XIX se han sucedido iniciativas que alcanzaron mayor o menor concreción y mag-nitud, si bien todas ellas mantuvieron el mismo propósito: dar a conocer

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mediante recursos visuales, notablemente mapas, la realidad geográfi ca de España. Con ello siempre se persiguió contribuir a un mejor conoci-miento del país; docentes, investigadores, responsables de la planifi ca-ción territorial y público general han tenido a su alcance un documento riguroso científi camente, preciso cartográfi camente y atractivo por sus cualidades idóneas para la percepción visual.

En una apretada síntesis recogemos en el cuadro 1 los hitos más sig-nifi cativos del recorrido de un proyecto que se ha mantenido vivo en los últimos ciento veinte años. De modo esquemático pueden diferenciarse cinco etapas. La primera (1880-1914), tiene como producto esencial la Reseña Geográfi ca y Estadística de España, impulsada por el entonces director del Instituto Geográfi co y Estadístico, General Ibáñez e Ibáñez de Ibero y que tuvo una primera edición en 1888 y otra segunda entre 1912-14. La segunda etapa (1930-1936) tuvo su manifestación más con-creta en los últimos momentos de la monarquía alfonsina y el tiempo de la segunda república; dos proyectos, abortados por razones distintas, estuvieron sobre la mesa, el Mapa Económico de España y el Anuario Geográfi co-Económico de España. La tercera etapa (1955-1965) supuso la puesta en marcha de un nuevo proyecto “bien concebido e incluso adelantado a su tiempo” (Barredo, 1986); es entonces cuando nace pro-piamente el Atlas Nacional de España apoyado por un comité de científi -cos de prestigio y con un ambicioso plan que contemplaba la edición de 28 láminas geográfi cas y 72 temáticas, publicándose en 1965 la totalidad de las primeras y 24 de las segundas. La cuarta etapa (1986-2003) supu-so la consolidación defi nitiva del Atlas Nacional de España como obra institucional y de referencia de nuestro país; los seis volúmenes de gran formato con sus más de 2.200 páginas y 4.500 mapas avalan la calidad de la monumental obra que fue publicada entre 1991 y 1997; en años sucesivos se continuó con la actualización de contenidos y se dio entrada a otros soportes (atlas electrónicos con aplicaciones interactivas sobre CD del grupo “Organización del Estado” y atlas electrónicos, geográfi co y temático del medio físico, con aplicaciones interactivas sobre sendos CDs) y otros formatos, contenidos y diseños (compendios de un atlas geográfi co y un atlas temático sobre el medio físico, monografía del tema “Imagen y Paisaje”). Por último, desde 2004 a 2011, precedente inmediato del proyecto actual, se continúa con la publicación de produc-tos en soporte electrónico (libros electrónicos de grupos temáticos en

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Cuadro 1. Hitos más signifi cativos en cada una de las etapas del ANE

PERÍODO LOGROS

1880 - 1914

1930 - 1936

1955 - 1985

1986 - 2003

2004 - 2011

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formato PDF, primero sobre soporte CD y luego sobre soporte DVD), se avanza en las líneas de publicación de series de productos como mo-nografías, compendios, láminas y murales de la colección ANE, y otras publicaciones derivadas y, sobre todo, se desarrolla e implanta el Sistema de Información del Atlas Nacional de España (SIANE) mediante el que se producen, actualizan y publican los contenidos del ANE y se prestan diversos servicios de la manera más automática posible y con la debida calidad y máxima efi ciencia.

Un segundo aspecto que se abordó en el marco de este primer acuer-do entre el IGN y la AGE fue el establecimiento de un balance que nos permitiera radiografi ar la situación real desde la que partía el nuevo proyecto. La movilización de numerosos equipos temáticos de traba-jo hacía necesario diagnosticar los puntos fuertes y débiles del propio proyecto y conocer la posible incidencia positiva o negativa de agentes externos. Este diagnóstico lo establecimos atendiendo a los epígrafes que sustancian la matriz DAFO. Veamos los resultados de este diagnóstico.

Debilidades

• No existe, a pesar de los esfuerzos realizados, un canal permanente y estable de comunicación con los organismos suministradores de da-tos. La experiencia anterior en la ejecución del ANE no culminó en una asunción de esta obra como propia por parte de los diversos organismos públicos suministradores de datos. Recuperar la relación personal cada vez que se han requerido nuevos datos ha supuesto un notable esfuerzo.

• Deben mejorarse los procedimientos de captura y análisis de las necesidades de los usuarios potenciales y los de adaptación rápida y continua de elaboración de productos y servicios del ANE a dichas ne-cesidades.

• El éxodo de la mayor parte del personal que elaboró la edición del ANE 1986-97 supuso una merma notable del “saber hacer” cartográfi co acumulado en el período de ejecución. Asimismo, se detecta la conve-niencia de que el equipo de redacción cartográfi ca del IGN tenga una composición más multidisciplinar. Finalmente, la situación económica actual determina también una importante carencia de personal.

• En los últimos años, la falta de presupuesto supone también una importante difi cultad para suplir con personal externo la carencia de

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personal interno en el Área de Cartografía Temática y Atlas Nacional de España en el IGN.

• Se necesita realizar un reingeniería y normalización de los procesos implicados en la producción del ANE para conseguir su optimización.

• La excesiva lentitud en el desarrollo del SIANE, en gran medida condicionada también por la falta de personal y presupuesto, hace difícil, cuando no imposible, la respuesta a las grandes necesidades identifi cadas en los subsistemas de entrada, producción y publicación.

Amenazas

• El ANE ha sido una obra ejecutada por el IGN, si bien de cariz interministerial por la necesaria colaboración de los organismos suminis-tradores de datos. Una equivocada percepción del benefi cio del producto cartográfi co por cada ministerio pudiera despertar el interés por ejecutar proyectos específi cos, provocando una “desconcentración” desde el ac-tual ANE hacia cada organismo público.

• Del mismo modo, la suma de atlas regionales no invalida la eje-cución de un proyecto común para toda España que aporta, de hecho, una gran utilidad a la percepción global y homogénea de los distintos fenómenos territoriales tratados en el conjunto del Estado. Cabe señalar como amenaza la percepción que entendiera el conjunto de atlas regio-nales como sustitutivo de un Atlas Nacional.

• Lo anterior no signifi ca que el ANE deba centralizar toda la ejecu-ción de cartografía temática de interés propio a cada organismo público, sectorial o territorial, sino tan sólo llama la atención sobre una posible opinión que confundiera los fi nes del ANE con los propios a las nece-sidades específi cas de esos mismos organismos públicos, hasta llegar a pensar en la inefi cacia del ANE frente a las propias producciones.

• El desconocimiento de los verdaderos intereses de los usuarios po-tenciales podría derivar hacia la ejecución de un producto desconectado. La detección de demandas y necesidades, tanto a nivel de contenidos como de publicaciones del ANE, se convierte así en elemento clave que puede hacer desvanecer una amenaza cierta: el desinterés del usuario potencial del ANE por un producto que no cuente con su aquiescencia.

• Otro hecho a tener en cuenta es la creciente competencia de atlas producidos por editoriales privadas. El ANE debe mantener por entidad,

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extensión y tratamiento temático su condición de “obra matriz”, mien-tras que otros atlas pueden ostentar el perfi l de “derivados”, sin que ello menoscabe su valor, cumpliendo cada uno de ellos sus objetivos propios.

• Sería una amenaza para el futuro del ANE el permanecer anclados en procesos y formatos de publicación que impiden una actualización más rápida de la información. Afortunadamente, el nuevo planteamiento estratégico desvanece esta amenaza, aunque se debe estar siempre muy atento a este aspecto.

• El extraordinario desarrollo realizado con SIANE podría quedar desfasado tecnológicamente si no se mantiene (corrección, adaptación y evolución) con la sufi ciente agilidad para las necesidades identifi cadas.

• De producirse nuevas pérdidas de personal y el no incremento o, incluso, el recorte del presupuesto destinado al ANE pueden llegar a suponer una seria amenaza para el ANE.

• Finalmente, la pérdida de prestigio internacional del ANE si no se mantuviera actualizado o en línea con las nuevas tendencias de los atlas nacionales constituye otro riesgo a tener en cuenta.

Fortalezas

• Es un indudable punto fuerte el mandato legal existente para la rea-lización y actualización del ANE. Sólo desde este hecho importantísimo se puede entender la labor realizada. No es el ANE un buen proyecto que obedece, tan sólo, al empeño del IGN, sino una obra institucional que, desde el interés público, explicitado por el Gobierno de España, implica a todos aquellos organismos del Estado suministradores de datos para la idónea ejecución de la misma.

• El fortalecimiento del ANE, si cabe, se hace mayor al ser consi-derado una operación estadística del Plan Estadístico Nacional y, por tanto, de obligado cumplimiento, amparada y regulada por la Ley de la Función Estadística Pública.

• Las relaciones con universidades y organismos públicos de inves-tigación, aunque sin enmarcar en lazos permanentes de colaboración, constituyen un activo muy valioso. En algunos casos —Universidad de Alcalá, Zaragoza, Politécnica de Madrid,…—, se han establecido con-venios que afi anzan la colaboración. Esto último puede ser un modelo a seguir con otros muchos centros superiores, viéndose así “normalizado”

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un hecho de enorme trascendencia: el aprovechamiento máximo del capital humano de numerosas instituciones superiores de investigación.

A lo anterior se une las valiosas experiencias de colaboración con la Asociación de Geógrafos Españoles (AGE). Diversos convenios y acuerdos han supuesto un marco de relación institucional muy benefi -cioso para los propósitos del nuevo ANE al facilitar la incorporación de especialistas de reconocido prestigio en el conocimiento territorial de nuestro país.

Al amparo de esta experiencia se han realizado ya trabajos previos de gran importancia como el diseño conceptual del ANEXXI, su estruc-turación temática, la constitución de los Grupos Temáticos de Trabajo y una Red (RED ANEXXI) de unas cuarenta instituciones y ciento cin-cuenta especialistas radicados en universidades y organismos públicos de investigación, la designación de un Comité Científi co Asesor y, en suma, el diseño de una metodología de trabajo que asegura la factibilidad científi ca del ANEXXI. La constitución de esta Red para la dirección y colaboración científi ca con el ANE, que también contempla la colabora-ción técnica, es una fortaleza de signifi cativa importancia por su aporte de personal con “saber hacer” geográfi co.

• Los responsables de la ejecución del ANE han acumulado una va-liosísima experiencia, que puede avalar la gestión del nuevo ANE. Su capacidad técnica y de gestión aseguran, bajo presupuestos distintos a los anteriores, la buena condición del nuevo proyecto.

• El desarrollo del SIANE recoge los desafíos de las nuevas tecno-logías de la comunicación que son ya soporte básico en la difusión del conocimiento y permite una mejora de rendimiento en la producción de las primeras versiones de los recursos y una muy notable automa-tización en su actualización posterior. Se ha constituido un grupo de trabajo Instituto Nacional de Estadística-Ministerio de Industria, Energía y Turismo-Instituto Geográfi co Nacional (INE-MINETUR-IGN) para desarrollar un sistema de suministro/intercambio/difusión de datos es-tadísticos y su integración en SIANE. Se pretende que, desde el seno de la Comisión Interministerial de Estadística (CIME) del Consejo Superior de Estadística (CSE), se extienda al resto de unidades estadísticas de la Administración General del Estado (AGE) y sirva de experiencia previa para una infraestructura de datos y cartografía estadística de la AGE. El ANE ha sido tomado por este grupo de trabajo como prototipo para ese

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suministro/intercambio/difusión mediante canales y formatos estanda-rizados pues abarca todos los sectores de la estadística ofi cial. De esta manera, los indicadores a incluir en el ANE serían los primeros norma-lizados, asegurando un suministro actualizado, continuo y “de ofi cio”.

El liderazgo del IGN en el Sistema Cartográfi co Nacional constituye una magnífi ca oportunidad para que el IGN impulse un esfuerzo com-binado de toda la Administración General del Estado, especialmente de sus órganos y unidades estadísticas integradas en el Sistema Estadístico Nacional, en la promoción de la operación estadística ANE hasta con-vertirla en un atlas y un geo-portal de referencia en productos y servicios de cartografía temática (fundamentalmente estadística) de la Adminis-tración General del Estado.

• La mayor transversalidad en el funcionamiento interno del IGN, especialmente concretada en la estrecha colaboración con el CNIG como unidad especializada en la difusión pública y comercial de los productos y servicios del IGN, es también una fortaleza a tener en cuenta.

• El ANE es un proyecto cumplido en su primera etapa (1986-1997), que ofrece una alta calidad cartográfi ca y un elevado rigor científi co. La labor de actualización y publicación de buena parte de los temas tratados como fascículos impresos o libros electrónicos en formato PDF y la publicación de monografías, compendios, murales y aplicaciones multimedia, en la década 1998-2008, así como la continua actualización y publicación a través del SIANE en la web, han terminado por generar un bagaje de conocimiento territorial de la realidad física y humana de España de inconmensurable valor.

• El ANE ha cumplido el objetivo de dotar a España de un documen-to de base cartográfi ca homologable a otros referidos a buena parte de los países punteros en el mundo. El nuevo proyecto se contempla como la continuación y puesta al día de esta obra institucional, aprovechando ahora las posibilidades de las tecnologías de la información y las co-municaciones (TIC) y el valioso aprendizaje de científi cos y técnicos adquirido anteriormente.

Oportunidades

• La entrada de entes privados como patrocinadores o colaboradores del ANEXXI se contempla como una excelente oportunidad de colabora-

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ción pública-privada. La presencia del patrocinio o colaboración privada en una gran obra de interés social, operativo, institucional, docente e investigador dota al proyecto de un valor añadido de extraordinaria sig-nifi cación para ambas partes.

• Cada vez se tiene más en cuenta la dimensión o localización es-pacial de los datos, y especialmente de los estadísticos, para una más adecuada toma de decisiones en los ámbitos públicos y privados. El ANE une el mundo de la cartografía, la estadística y la visualización de datos.

• La nueva demanda social tiene varias características: acceso a datos producidos por las administraciones públicas (open data), transparencia y participación en la gestión pública (open goverment), interés por te-máticas novedosas, utilización decidida de nuevos soportes y formatos de edición, etc. El ANEXXI, por consiguiente, tiene una oportunidad excelente de enlazar con esa demanda, aprovechando y facilitando el acceso a datos de la Administración General del Estado, acomodando los nuevos contenidos en la línea de productos más conveniente y abriendo el abanico de nuevos formatos y soportes de edición desde los impresos a los electrónicos.

• Los organismos públicos ya no son contemplados tan sólo como suministradores de datos, sino como netos usuarios de la cartografía temática inserta en el ANEXXI. A su vez, pueden difundir, para usos no comerciales y personalizados con sus logotipos, los mapas interactivos realizados con sus datos para el ANEXXI. Del mismo modo, los patro-cinadores privados se podrán benefi ciar de los contenidos del ANEXXI, personalizándolos y adecuándolos a sus propios intereses, para un uso no comercial.

• La Unión Geográfi ca Internacional y la Asociación Cartográfi ca Internacional son dos instituciones que en sus comisiones, grupos de tra-bajo y congresos ofrecen un excelente medio para, por un lado, mostrar el trabajo que cada país realiza, en este caso en relación a la ejecución de Atlas Nacionales, y, por otro, recabar un aprendizaje de los demás. Sólo así queda avalado nuestro proceder y contrastado con otros proyectos de similar condición en otros países. Aún más, el ANE puede ser un buen instrumento para proyectar la “marca España” a nivel internacional, al refl ejar su realidad geográfi ca, física y humana.

• La RED ANEXXI ofrece una capacidad enorme para cohesionar e interpretar los contenidos, narrándolos en “historias” que tengan sentido

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y proporcionen al usuario las claves para la interpretación fundamentada de la realidad.

• Cabe citar la oportunidad que supone el empleo de las TIC. Su aplicación afecta a los medios de conseguir datos, producir contenidos, publicar resultados y difundirlos.

• Igualmente, una vez consolidado el ANE, el acuerdo de constitu-ción de la Red contempla la posibilidad de colaborar en otros proyectos de análisis geográfi co, nacionales e internacionales, públicos y privados, que contribuyen a mejorar la competitividad de nuestro país.

• La nueva política de publicaciones, defi nición y creación de con-tenidos, suministro de datos, producción y reversión de la información cartográfi ca y, por último, difusión científi co-técnica y comercial del IGN-CNIG se convierte en una oportunidad excelente para el ANE.

En el cuadro 2 se resume este diagnóstico de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.

En un segundo acuerdo IGN-AGE, en el año 2012, se avanzó en el aprendizaje de la herramienta informática desarrollada por el IGN para la defi nición de los recursos cartográfi cos, gráfi cos y de otro tipo con que cada grupo de trabajo ha decidido armar su argumento temático; la base de datos resultante permitirá al IGN conocer qué es lo que propone cada responsable de grupo, buscar la información solicitada y elaborar los distintos tipos de recursos (mapas, gráfi cos, imágenes satélite, fotogramas aéreos, croquis, dibujos, fotografías convencio-nales, etc.) para que los especialistas puedan, después, redactar los textos oportunos.

Como se ha dicho precedentemente, la ejecución del ANEXXI exigió la creación de un Comité Científi co Asesor (CCA), cuyas funciones son las siguientes:

• Ejercer una adecuada coordinación científi ca con los responsables de los Grupos Temáticos de Trabajo y los especialistas a los que se les encomienden temas concretos.

• Aconsejar sobre la elección de colaboradores de prestigio y vigilar la coherencia del conjunto del Atlas.

• Detectar nuevos temas que interese contemplar en el Plan de Pu-blicación del ANEXXI.

• Evaluar el trabajo científi co realizado con el fi n de que cumpla con los objetivos solicitados.

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Cuadro 2. Matriz DAFO de la situación del ANE

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• Ponderar la importancia de los aspectos concretos estudiados de tal manera que no se produzcan desequilibrios, ausencias notorias o protagonismos desmesurados.

• Realizar una labor de enlace entre los Grupos Temáticos de Trabajo y la Dirección Técnica del ANEXXI.

El Comité Científico Asesor, por tanto, es un órgano creado con la única misión de canalizar hasta la Dirección General y Técnica un trabajo científi camente riguroso, a la vez que adecuado a los fi nes del ANEXXI. Tiene necesariamente una clara identifi cación con los propósi-tos del ANEXXI, conoce a fondo el proyecto en su conjunto y, obviamen-te, debe ostentar experiencia y prestigio, al margen de la especialidad geográfi ca cultivada, también en el campo de la cartografía temática.

Cada miembro del CCA es responsable de supervisar, desde un punto de vista científi co, el progreso de los trabajos de uno o varios temas del ANEXXI. De él dependen, normalmente, varios Grupos Temáticos de Trabajo, encabezados cada uno de ellos por un coordinador. Dentro de cada Grupo de Trabajo podrán existir investigadores a título individual o grupos de investigación de diferentes departamentos universitarios u organismos públicos de investigación pertenecientes a la misma o dis-tinta universidad o instituto.

En el organigrama funcional (Fig. 1) quedan refl ejadas las misiones esenciales de cada uno de los agentes intervinientes en la ejecución del ANEXXI. Si bien cada uno de los agentes tiene un perfi l bien defi nido por su propia función, cabe decir que la relación entre los tres es fl uida, muy permeable y directa, evitando rigideces y tratando de conseguir la máxima efi ciencia posible.

En el organigrama que sigue (Fig. 2) aparecen las instituciones a las que pertenecen los miembros del CCA y aquellas cuyos representantes forman el Comité Ejecutivo (CE). Este desempeña una labor constante en coordinación con el Área de Cartografía Temática y Atlas Nacional del IGN y atiende el día a día de la ejecución científi ca del proyecto.

2. LA RED ANEXXI

Una vez realizados los trabajos de fundamentación conceptual, es-tructuración temática, balance de situación y plan de publicación, se dio el paso siguiente: la conformación de los grupos temáticos de trabajo

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(GTTs) que iban a responsabilizarse de los contenidos específi cos del ANEXXI. Casi un centenar y medio de científi cos se incorporaron en este momento bajo la guía de los coordinadores de los veinticuatro grandes temas que constituyen el armazón del discurso informativo del Atlas.

Los GTTs están constituidos por especialistas de departamentos de geografía y otros departamentos, centros e institutos de diferentes uni-versidades y organismos públicos de investigación distribuidos por todo el territorio nacional. La elección de estos investigadores se ha realizado con un criterio de “excelencia” y de orientación a resultados. En esta primera experiencia se restringió el alcance, básicamente, a departamen-tos, centros o institutos de geografía, pero el objetivo es ir incorporando en los GTTs miembros de otras especialidades: sociología, economía, medio ambiente, biología, geología, diferentes ingenierías, etcétera.

Esta movilización quedaba inserta en un marco lógico que pretende optimizar el esfuerzo y encauzar el fl ujo de relaciones que subyacen a una obra tan compleja como es el ANEXXI. En la fi gura 3 se representa el modelo de actividad del ANE en el que están todos los actores que intervienen. Se plantea centrado en las necesidades de usuarios y clientes

COMITÉ CIENTÍFICO ASESOR

XXI

GRUPOS TEMÁTICOS DE TRABAJO

-

DIRECCIÓN Y COLABORACIÓN CIENTÍFICA

DIRECCIÓN GENERAL Y TÉCNICA

XXI

Figura 1. Organigrama funcional que expresa las misiones de los principales agentes del proyecto ANEXXI.

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Figura 2. Composición del Comité Científi co Asesor (CCA) del ANEXXI y Comité Ejecutivo del CCA (CE-CCA).

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Figura 3. Modelo de actividad determinada por los actores participantes en elANEXXI.

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(estos últimos son usuarios que acceden a productos o servicios que tie-nen un precio); contempla a las organizaciones científi cas y académicas que defi nen los contenidos de los productos y servicios atendiendo a los requisitos que les transmite el IGN-CNIG, derivados de las necesidades de usuarios y clientes; integra a los productores y mantenedores de datos, fundamentalmente ofi ciales, cuyo suministro es necesario para elaborar los contenidos; y, por último, considera a los productores de recursos y publicaciones que colaboran con el IGN-CNIG para completar sus medios propios de producción. El IGN-CNIG, en suma, es el máximo responsable de todo el proceso de elaboración del ANE.

Este importante censo de especialistas, pertenecientes a cuarenta ins-tituciones científi cas y académicas, demandó la creación de una estruc-tura formal tanto por razones de reconocimiento de su trabajo como por motivos operativos y funcionales. Es entonces cuando se decide crear una Red Científi ca, denominada a partir de ese momento RED ANEXXI en la que las propias instituciones en las que desarrollan su labor estas personas manifestaran explícitamente su adhesión a la misma. De este modo, esta Red integró a todas esas organizaciones científi cas y acadé-micas, junto con el Centro Nacional de Información Geográfi ca (CNIG) como organismo editor del ANE adscrito al IGN y la Asociación de Geógrafos Españoles como institución que colaboró desde el principio y acoge a la mayoría de los colaboradores movilizados.

Los principios organizativos que rigen esta RED ANEXXI pueden sintetizarse en los puntos siguientes:

• La RED ANEXXI estará integrada inicialmente por el CNIG, como organismo editor del ANE adscrito al IGN, y por las universidades y organismos públicos de investigación que aparecen mencionados en el cuadro 3. Podrán incorporarse nuevas organizaciones con la aprobación de la mayoría simple de los miembros que en ese momento constitu-yan la Red y siguiendo el mismo procedimiento de adhesión que los miembros iniciales constituyentes. Cada organización ostenta una re-presentación de idéntica importancia en la Red. Tendrá su sede en las dependencias centrales del IGN.

• Entre los miembros de la Red se nombrará un Comité Científi -co Asesor (CCA), integrado por doce representantes, que marcarán las directrices científi cas en el desarrollo de los trabajos (rol de dirección científi ca del ANEXXI) y trasladarán las directrices técnicas del IGN a

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Cuadro 3. Organizaciones integrantes en la RED ANEXXI

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los miembros de la Red que, eventualmente y por su capacidad técnica, y en particular cartográfi ca, puedan participar en la elaboración de conteni-dos. En este Comité estarán presentes las grandes áreas de conocimiento que estructuran temáticamente el ANE.

• El CCA designará un Comité Ejecutivo (CE-CCA), integrado por tres miembros (Presidente, Secretario y Vocal). Este CE-CCA asumirá la máxima responsabilidad en la gestión operativa de los trabajos de la RED ANEXXI. Será interlocutor con el IGN y promoverá las iniciativas para recabar fondos que posibiliten alcanzar los objetivos señalados. El nombramiento de este Comité tendrá una vigencia bienal, procediéndose a su renovación o prórroga según los trabajos que se estén desarrollando y siempre con el acuerdo del CCA. El presidente del Comité Ejecutivo y la organización a la que pertenezca ostentarán la condición de líder de la Red para los trabajos que estén realizándose.

• La participación en la RED ANEXXI es plenamente compatible con la realización, por parte de cada uno de los miembros, de otros trabajos comprometidos o por comprometer derivados de proyectos de investi-gación y contratos (art. 83 de la LOU).

• Cada miembro efectivo de la RED ANEXXI podrá estar integrado por un número variable de especialistas, pudiendo pertenecer a la misma universidad o a otras universidades, centros o institutos de investigación, etcétera.

• Los miembros de la Red se comprometen a mantener la confi den-cialidad de los datos, informes o resultados a los que tengan acceso o se deriven de la realización de las actividades objeto de la Red.

• Los miembros de la RED ANEXXI se comprometen a tratar de re-solver de manera amistosa cualquier desacuerdo que pudiese surgir en el marco del Acuerdo de Constitución de la Red.

Esta plataforma científi ca está llamada a cumplir unos objetivos bien precisos que pueden sintetizarse en lo siguiente:

a. La RED ANEXXI se constituye con el propósito fundamental de colaborar en la dirección y coordinación científi ca del ANE. Como se ha indicado, también dedicará esfuerzos a la innovación y colaborará técnicamente en la elaboración del ANEXXI, bajo la dirección, coordi-nación y supervisión del IGN, como persona jurídica que tiene atribuida legalmente su elaboración. No obstante, una vez consolidada dicha co-laboración científi ca y técnica con el IGN, que asegure una publicación

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permanente, continua y fl uida del ANE, la RED ANEXXI podrá desarro-llar otros trabajos distintos al ANE, pero siempre ligados al quehacer propio del marco científi co y académico en el que se sitúa y al interés consustancial por los temas geográfi cos.

b. La Red estará formada por el CNIG, organismo autónomo del Ministerio de Fomento a través del IGN, universidades, organismos pú-blicos de investigación y otras organizaciones científi cas y académicas. Una de dichas organizaciones miembros ejercerá el papel de líder de la Red por un período de 2 años; salvo prórroga prevista en las directrices de organización funcional de la misma.

c. El CNIG forma parte de la Red como organismo que tiene atribui-da legalmente la edición del ANE y como representante del IGN, que tiene atribuida su elaboración (autor corporativo). Las universidades, organismos públicos de investigación y otras organizaciones integradas en la RED ANEXXI lo estarán en razón de sus departamentos especializa-dos en los temas propios del ANE: notablemente, aunque no de manera exclusiva, los departamentos o institutos de investigación vinculados con la geografía o, también, en razón de la colaboración en otros temas de interés para la Red.

d. La RED ANEXXI se compromete a defi nir los contenidos más signifi cativos y los indicadores o variables requeridos para producir esos contenidos hasta constituir un sistema de indicadores del ANE que ase-gure la completitud, coherencia, homogeneidad, objetividad, veracidad, fi abilidad y claridad del ANEXXI. Esta defi nición se hará a partir del perfi l del atlas solicitado por el IGN, la consulta a los catálogos de datos temáticos accesibles en los organismos suministradores (productores y mantenedores de datos) y las aportaciones de estos organismos para ajustar esa defi nición de contenidos.

e. Como continuación de lo anterior, la propia RED ANEXXI deberá analizar los datos y descubrir tendencias en ellos, facilitar la decisión de crear nuevos indicadores sintéticos, decidir la representación conjunta de varios indicadores correlacionados en un mismo contenido, clasifi car los datos, proponer técnicas de representación y sus parámetros asociados, etcétera.

f. Una vez elaborados los recursos visuales del nuevo Atlas (ma-pas, gráfi cos, imágenes satélite, fotografías convencionales, croquis y dibujos,…), la Red se responsabilizará de la redacción de los textos que

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aporten esa descripción razonada del territorio. Para conseguirlo, se utili-zará la metáfora de “contar historias” en artículos de extensión limitada, independientes, pero ligados conceptual y explícitamente mediante refe-rencias, a través de hipervínculos, entre sí y con el resto de contenidos de la obra o de otras publicaciones en línea (guión de navegación).

g. La RED ANEXXI servirá de plataforma para la búsqueda de fi -nanciación para facilitar el desarrollo de los trabajos que le son propios.

h. El IGN establecerá las fórmulas de colaboración que considere adecuadas con los miembros de la RED ANEXXI con el fi n de cumplir objetivos específi cos en el plano científi co, técnico o de innovación.

La creación de esta RED ANEXXI hace posible simplifi car la ges-tión, al canalizar la formalización del acuerdo del IGN con la organi-zación líder de la Red y evitar hacerlo con cada uno de los cuarenta integrantes de la Red. En la fi gura 4 se esquematiza el tipo de rela-ciones entre el IGN y la organización líder de la Red (Convenio base) y entre esta y el resto de instituciones en las que están radicados los especialistas (Colaboración científi ca). De este modo, se pretende que

Figura 4. Modelo de relaciones entre organizaciones de la RED ANEXXI y el IGN-CNIG.

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los trabajos a desarrollar por cada especialista puedan alcanzar el re-conocimiento académico como labor investigadora por parte de las organizaciones comprometidas en la Red. Esta estructura formal, por otra parte, permite acceder a vías de fi nanciación que hacen posible la realización de los trabajos de la Red; además, la fi gura jurídica del CNIG como organismo autónomo del Ministerio de Fomento a través del IGN, a la vez que representa al propio IGN (organismo compe-tente), puede participar en convocatorias de ayudas, lo que supone un apoyo importante a la Red.

Por último, cabe señalar que los miembros del Comité Científi co Asesor están vinculados a los Grupos Temáticos de Trabajo con el fi n de coordinar su labor, transmitir indicaciones precisas en relación al lla-mado libro de estilo del ANE y evitar reiteraciones y duplicidades. En la fi gura 5 se especifi can las responsabilidades directas de los mencionados miembros con respecto a los contenidos que conforman la estructura temática del nuevo ANE.

CONCLUSIÓN

La ejecución de un proyecto tan complejo como el Atlas Nacional de España del siglo XXI supone la movilización de agentes diversos. El Instituto Geográfi co Nacional (IGN), principal impulsor y máximo res-ponsable, ejerce, además de las tareas de elaboración técnica, las labores de supervisión, control y diseño del producto, acomodando el trabajo de los colaboradores científi cos a los propósitos del ANE: presentación de un modo riguroso, atractivo y actualizado a la realidad geográfi ca de España.

La RED ANEXXI tiene su razón de ser en la conveniente creación de una plataforma científi ca y académica que sostenga de manera efi ciente la labor de los veinticuatro grupos temáticos de trabajo en el seno de los cuales están integrados unos ciento cincuenta científi cos perte-necientes a cuarenta instituciones entre las que se encuentran treinta y cuatro universidades y seis centros superiores de investigación o producción aplicada.

Esta Red tiene el objetivo de satisfacer una demanda específi ca del IGN que precisa de la colaboración científi ca para la ejecución del ANE; los contenidos del mismo, estructurados en veinticuatro grandes temas,

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Figura 5. Vinculación de los Grupos Temáticos de Trabajo al Comité Científi co Ase-sor.

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son objeto de análisis, defi nición de recursos visuales y variables y co-mentario textual por parte de los responsables y sus colaboradores; todo ello en el marco de unas directrices precisas, emanadas desde el propio IGN y canalizadas a través del Comité Científi co Asesor de la misma RED ANEXXI.

Este es, en suma, un buen ejemplo de trabajo cooperativo entre el IGN y la comunidad científi ca. Un proyecto del calado del ANEXXI lo ha requerido, no siendo esta acción sino la antesala de otras iniciativas en el futuro.

AGRADECIMIENTOS

A la profesora Dr. Dña. Mª Mar Zamora Merchán, especialmente por su contribución a sistematizar y defi nir los antecedentes y la evo-lución histórica del ANE. A quienes nos precedieron en la elaboración del Atlas Nacional de España y a quienes colaboran actualmente en su realización.

BIBLIOGRAFÍA

BARREDO RISCO, E. (1986): “Proyecto de nuevo Atlas Nacional”. Documento interno del IGN.

SANCHO COMÍNS, J. et al. (2014): “Tradición e innovación en el Atlas Nacional de España del siglo XXI”, Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles, Madrid, nº 64, 1er. Cuatrimestre, año 2014 (en preparación).

RESUMEN

LA RED ANEXXI: UNA PLATAFORMA PARA EL SOPORTE CIENTÍFICODEL ATLAS NACIONAL DE ESPAÑA DEL SIGLO XXI QUE DESARROLLA

EL INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL

Este artículo presenta la RED ANEXXI. Se trata de una red de organizaciones científi -cas y académicas que dirige y realiza el soporte científi co de los contenidos con el Atlas Nacional de España, cuya realización y mantenimiento están encomendados al Instituto Geográfi co Nacional. Las organizaciones adheridas a la Red colaboran a través de su personal investigador. Este artículo presenta el proceso de constitución de la Red, su organización orgánica y funcional y sus objetivos.

Palabras clave: Atlas nacional, Atlas Nacional de España, ANE, ANEXXI, RED ANEXXI.

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ABSTRACT

ANEXXI NETWORK: A PLATFORM FOR THE SCIENTIFIC SUPPORT IN THE NATIONAL ATLAS OF SPAIN ON THE XXITH CENTURY DEVELOPED BY THE

NATIONAL GEOGRAPHIC INSTITUTE OF SPAIN

This paper presents the ANEXXI Network. It is a network of scientifi c and academic organizations which manages and gives scientifi c support to the contents of the National Atlas of Spain, whose realization and maintenance has been entrusted to the National Geographic Institute. Organizations affi liated to this network collaborate through their research staff. This paper presents the process of creation of the ANEXXI Network, its organic and functional organization and its goals.

Keywords: National atlas, National Atlas of Spain, ANE, ANEXXI, ANEXXI Network.

RÉSUMÉ

LE RÉSEAU ANEXXI : UNE PLATEFORME POUR LE SOUTIENSCIENTIFIQUE DE L'ATLAS NATIONAL DE L'ESPAGNE DU XXIE SIÈCLE

QUE L'INSTITUT GÉOGRAPHIQUE NATIONAL DÉVELOPPE

Cet article présente le Réseau ANEXXI. Il s'agit d'un réseau d'organisations scientifi -ques et académiques qui dirige et qui rend le soutien scientifi que du contenu avec l'Atlas National de l'Espagne, dont la réalisation et maintenance sont confi ées à l'Institut Géo-graphique National. Les organisations, qui son liées au réseau des organisations collabo-rent par l'intermédiaire de son personnel de recherche. Cet article présente le processus de arrangement du réseau, son organisation organique et fonctionnelle et ses objectifs.

Mots clés: Atlas nacional, Atlas National de l'Espagne, ANE, ANEXXI, RéseauANEXXI.

III

MISCELÁNEA

Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013 ISSN: 0210-8577(111-138)

PASADO Y PRESENTEDE LAS RELACIONES COMERCIALES

ENTRE LAS ISLAS CANARIAS Y ÁFRICA

PAST AND PRESENT OF TRADINGRELATIONS BETWEEN

THE CANARY ISLANDS AND AFRICA

PorRamón F. Díaz Hernandez* y Carmen Ginés de la Nuez**

1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL COMERCIOCANARIO-AFRICANO (SIGLOS XV-XX)

Los sucesivos ciclos monocultivistas, la pesca, la actividad comer-cial y los fenómenos migratorios, han sido algunas de las constantes principales en la historia económica y social de Canarias. Siguiendo el criterio braudeliano, el comercio ha llegado a convertirse en una autén-tica estructura. Su ejercicio y desarrollo ha traspasado siglos, fronteras y coyunturas, hasta hacerse verdaderamente indisociable de la vida co-tidiana de los pueblos. Antes de la conquista de Canarias ya acudían los europeos, sobre todo de Génova y de otras partes del Mediterráneo en general, en busca de productos para intercambiar. Sin embargo, en esa época las Islas, con escasas materias primas, sólo ofrecían su propia gente, que era conducida como mano de obra esclava a los mercados peninsulares, en particular a Valencia y Sevilla, y la orchilla (liquen tintóreo muy apreciado en la producción textil de la Europa medieval) que crecía de forma silvestre en los riscos y acantilados de Canarias.

** Catedrático de Escuela Universitaria. ULPGC.** Profesora de la ULPGC.

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La actividad comercial, por otra parte, ha supuesto para el Archipiéla-go desde su integración europea a fi nales del siglo XV no solo una tabla de salvación económica en tiempos de crisis (tan frecuentes a lo largo de su historia), sino también un poderoso instrumento de intercambio de ideas, culturas y creencias, así como de hombres encargados de que se desarro-llase con todas las garantías necesarias. Así pues, las Islas se convirtieron en pequeños enclaves cosmopolitas abiertos a todo tipo de infl uencias, con un protagonismo que naturalmente excedía al que por su propia dimensión territorial y su condición archipielágica le correspondía.

Durante todo el siglo XX, y a pesar de la cercanía geográfi ca, las re-laciones de Canarias con África fueron irregulares, especialmente desde mediados de los años setenta hasta la actualidad, debido a complejos problemas políticos y económicos. Estos contactos han estado fuerte-mente condicionados por la situación mundial (guerra fría, proceso de descolonización, hundimiento del bloque soviético, inestabilidad política y frecuentes confl ictos bélicos, etc.); por los intereses de las grandes potencias en la zona y particularmente por las relaciones de España y Marruecos que no siempre han pasado por buenos momentos.

Hasta 1975, los intercambios con el vecino continente fueron más intensos que ahora como consecuencia de la importante presencia de ca-narios en el Sáhara Occidental. Durante esos años aquel territorio ejerció prácticamente de plataforma de redistribución de productos enviados desde las Islas hacia toda África. Sin embargo, después del abandono de España de esta colonia, las relaciones se fueron enfriando y los vínculos comerciales y económicos estuvieron marcados por la irregularidad y la pérdida de importancia. Más tarde, con el espectacular crecimiento y desarrollo de la economía canaria, hasta su caída en picado a partir de 2008, se consolida una conjunción de intereses político-empresariales que han propiciado como objetivo central una nueva mirada hacia los países africanos vecinos a los que se percibe ahora como una gran opor-tunidad para profundizar en la necesaria internacionalización a la que está abocada toda esta zona.

Nuestra hipótesis de partida es que Canarias como frontera meridional de Europa, en un contexto de creciente internacionalización de sus bases y relaciones económicas, tiene ahí una gran baza histórica y, por lo tanto, debe aprovechar todo lo posible su renta de situación en el continente africano intensifi cando sus contactos y aumentando su presencia, espe-

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cialmente con los países de la ribera occidental. Dado el creciente interés general que este asunto suscita, se requiere abordarlo integralmente desde sus consecuencias territoriales y económicas hasta sus vertientes sociales, culturales y políticas con el máximo rigor posible.

2. LA DÉBIL PARTICIPACIÓN DE ÁFRICAEN EL COMERCIO MUNDIAL

Desde el Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT, 1947), el comercio mundial se ha multiplicado por 15 hasta el año 2010. Du-rante ese tiempo, el nivel de vida tanto de los países desarrollados como de los que están aun en vías de desarrollo se ha triplicado. Esa mejoría general ha tenido, sin embargo, un impacto mínimo y desigual en el continente africano. Pero a pesar de ello, y aun considerando que África está logrando mejores resultados económicos en los últimos años, su comercio sigue estando a un nivel muy rezagado en términos compara-tivos. La participación del continente africano en el comercio mundial ha sido tradicionalmente mínima puesto que ha ido retrocediendo desde 1948, en que contaba con unos valores aproximados al 8%, para luego ir descendiendo ininterrumpidamente hasta quedarse por debajo de la mitad. Según la OMC, en 2010, el valor de las exportaciones y las im-portaciones africanas sólo alcanzaron el 3,4% y el 3,1% con respecto a los totales mundiales (Cuadro 1).

Y eso sucedió realmente a pesar de su creciente apertura comercial (medida según la relación comercio/PIB), que también ha aumentado, pero más lentamente que en las demás regiones en vías de desarrollo. Siendo el comercio una pieza clave en el impulso al crecimiento eco-nómico y la mejora del nivel de vida, el estado actual de esta actividad presenta en África, en términos generales, un claro indicador de atraso. La mayor parte de los intercambios africanos se realizan con Europa (40%), seguido a mucha distancia por Asia, con sólo un 26%. Los paí-ses de este continente que tienen un mayor protagonismo en el comer-cio mundial son los de Sudáfrica, Marruecos, Egipto, Argelia y Nigeria (OCM, 2008 y 2010)1.

1 Sudáfrica, Nigeria y Argelia ocupan los puestos 38, 44 y 47 en el ranking de países expor-tadores; mientras que estos mismos países se sitúan en puestos superiores a 34 en lo referente a importaciones.

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A pesar de las fuertes caídas sufridas en los últimos años a conse-cuencia de la crisis fi nanciera internacional, las exportaciones e impor-taciones de mercancías y servicios del continente africano aumentaron en términos absolutos entre el período 2005 a 2010 en un 10 y 13%, respectivamente, superando la media mundial en 2 y 6 puntos porcentua-les. En las exportaciones internacionales del continente juegan un papel sobresaliente los combustibles y los productos derivados de la industria extractiva. Tal es así que sólo esos bienes representaron en 2000 unos valores equivalentes a los 300 mil millones de $, cifra que sube conti-nuamente hasta alcanzar un máximo de 450 mil millones de $ en 2008, para al fi nal quedarse por debajo de los 300 mil millones de $ en 2009.

Las exportaciones africanas por grandes grupos de productos alcan-zaron en 2010 un valor de 341 mil millones de $ con una estructura inter-na bastante desigual: los productos agrícolas representaron el 10,8% del total, mientras que los combustibles y los derivados de la industria ex-tractiva supusieron el 68,5% y las mercancías manufacturadas el 20,6%. La variación porcentual interanual de estos tres grupos de bienes ha evolucionado de forma positiva entre los años 2000 y 2010. Esos buenos resultados se producen a pesar de que en la anualidad de 2009 se apreció

Exportaciones Importaciones

Mundo Mundo (miles de (miles de millones $) África (%) millones $) África (%)

1948 59 7,3 62 8,2

1953 84 6,5 85 7,2

1963 157 5,6 164 5,2

1973 579 4,8 594 3,9

1983 1.838 4,5 1.882 4,6

1993 3.676 2,5 3.786 2,6

2003 7.376 2,4 7.689 2,2

2010 14.851 3,4 15.077 3,1

Cuadro 1. El comercio africano en el mundo

Fuente: OMC: Estadísticas del Comercio Internacional 2010. Elaboración propia.

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una caída importante en los valores de todos los grupos examinados (África Economic Outlot, 2010) imputable a la referida crisis fi nanciera internacional que ha determinado una seria contracción del comercio mundial desde fi nales de 2007. Debido a esas circunstancias adversas en 2009 el volumen de los intercambios internacionales se redujo un 15,5%, afectando especialmente a las transacciones relacionadas con los combustibles y los productos derivados de la industria extractiva, puesto que el comercio internacional de productos agropecuarios ha resistido un tanto mejor la recesión por cuanto que su descenso ha sido claramente inferior (3%). Este contexto de crisis internacional está afectando de forma desigual al comercio africano tanto en sus importaciones como en sus exportaciones.

3. ESPAÑA Y ÁFRICA: UNAS RELACIONES MARCADASPOR LA PROXIMIDAD GEOGRÁFICA

En una visión necesariamente sintética vemos como España ha au-mentado notablemente sus intercambios comerciales con los países afri-canos, desde 1963 cuando importaba y exportaba mercancías por valor de 30,1 y 10 millones de €, que venían a suponer en términos relativos un 4,28% y un 3,79% sobre el total de sus compraventas en el exterior. En el año 2003, las importaciones y exportaciones que hacía nuestro país desde el vecino continente ascienden a 12.202 y 5.284 millones de € respectivamente; cifras que se elevan considerablemente a 21.556 y 10.437 millones de € ya en 2010 y que representan el 9,1% y 5,8% del comercio exterior español. Eso demuestra que la participación hispana en el tráfi co internacional de África ha progresado notablemente en rela-ción con los años sesenta del pasado siglo. Hoy en día los intercambios en ambos sentidos han experimentado un notable crecimiento, si bien la balanza comercial sigue siendo desfavorable a España. África es detrás de China el continente que le genera a nuestro país el saldo comercial más defi citario. Sólo en el ejercicio de 2010 se alcanzó una abultada cifra de menos 11.119 millones de €. Por países, Marruecos, Argelia y Egipto se consolidan como los principales mercados destinatarios de los productos españoles (gráfi co 1) en tanto que, en cuestión de abasteci-miento, el panorama se presenta más disperso gracias a la participación destacada de más países.

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4. CONDICIONANTES DEL COMERCIO EXTERIOR DE CANARIAS

La situación geográfi ca de Canarias con su alejamiento, además del aislamiento y el carácter fragmentado del territorio, supone un impor-tante obstáculo para el desarrollo de su comercio exterior, que se en-frenta a los altos costes que impone la condición insular lo que limita su competitividad en los mercados internacionales. A pesar de ello, el Archipiélago ha mantenido y mantiene relaciones comerciales práctica-mente con todos los países del mundo, pero es con el resto del territorio español con quien se materializa la mayoría de los intercambios al que le siguen los diversos países de la Unión Europea.

Exportaciones a África

Miles de euros

Importaciones a África

Diferencia importaciones y exportaciones

25.000.000

20.000.000

10.000.000

15.000.000

5.000.000

0

2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

–5.000.000

–10.000.000

–15.000.000

Fuente: Anuario Estadístico de España 2011.INE. Elaboración propia.

Gráfi co 1. Evolución del comercio hispanoafricano

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Para comprender la importancia de este comercio exterior es preciso tener en cuenta las peculiaridades de la economía del Archipiélago. En este sentido conviene señalar dos cuestiones esenciales: a) Canarias, desde mediados de los noventa hasta la crisis internacional de fi nales de 2007, ha experimentado un intenso crecimiento económico, en ocasiones por encima de la media del conjunto de España, centrado básicamente en el binomio turismo-construcción. Estos dos subsectores han permitido mantener el equilibrio de la balanza por cuenta corriente de la economía canaria. Y b) el tejido industrial de las Islas es aun débil debido a los costes de la insularidad y la elevada dependencia energética, agravada por la evolución de los precios del petróleo. Considérese también la orientación turística de esta economía, la vinculación mayoritaria de los empresarios a este sector y la escasa propensión de los mismos a diver-sifi car sus bases productivas. Todo ello explica la desigual evolución de las exportaciones e importaciones, caracterizadas por el fuerte prota-gonismo de las segundas y por el elevado predominio de los productos agroalimentarios y combustibles en las ventas al exterior.

Pero, además de los factores naturales y productivos, debemos añadir los condicionantes institucionales, defi nidos éstos por la forma especial en que Canarias se ha ido integrando en el marco comunitario (siguien-do directrices desproteccionistas y liberalizadoras de la Organización Mundial del Comercio) dado que desempeña un papel determinante en lo que concierne a su comercio exterior. Con independencia del mayor o menor volumen de las ventas, las tradicionales partidas que se incluían en las exportaciones insulares vienen padeciendo una tendencia negativa infl uida por la globalización económica y la consiguiente apertura a los mercado internacionales más competitivos. En otras palabras, los pro-ductos agrícolas, tabaco y pescado y sus respectivos derivados encuen-tran cada vez mayores impedimentos para colocarse en los mercados de destino por la competencia de precios más ventajosos que les hacen otros productores de terceros países.

El rasgo diferencial del sector comercial de Canarias es su enorme dependencia del exterior en cuanto al aprovisionamiento que se pone de manifi esto en el redundante défi cit comercial que se obtiene año tras año (Aparicio, 2012). Hasta ahora, el défi cit comercial se compensaba con los ingresos procedentes del turismo, lo que ha permitido un elevado crecimiento económico sin incurrir en desequilibrios signifi cativos en la

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balanza regional por cuenta corriente. El turismo que, en estos últimos años se está aprovechando de la desviación de la demanda debido a la “primavera árabe” en el Norte de África y Oriente Próximo, es uno de los factores que explica el relevante crecimiento de las importaciones debido a que la estructura productiva insular no tiene capacidad para abastecer todas las necesidades del mercado regional. Coyunturalmente, la presente situación de crisis, la caída del empleo y el retraimiento del consumo interno están reduciendo el tamaño del défi cit comercial.

Como ya se dijo con anterioridad, en estas últimas décadas se aprecia igualmente como los sectores empresariales y las instituciones públicas apuestan cada vez más por dinamizar la Zona Especial Canaria (ZEC) que tiene como objetivo fomentar y reorientar el desarrollo económico y social mediante la diversifi cación de la estructura productiva a través de un tratamiento fi scal diferenciado para fortalecer el tejido empresarial y la difusión de nuevas tecnologías productivas que permitan mejorar la competitividad. La ZEC ha puesto en marcha una estrategia con la que se pretende alentar iniciativas y proyectos innovadores a escala local mediante el desarrollo de nichos de actividad que generen diversifi ca-ción, valor añadido y capacidad competitiva procurando atraer capital extranjero (Olivera, 2011). El empresariado canario parece haber tomado consciencia de que la internacionalización es ya una vía ineludible de cara a un futuro crecientemente competitivo. Por esa razón está impul-sando en todas las instancias posibles el desarrollo comercial en los mercados del África Occidental a través de actuaciones que faciliten infraestructuras básicas y demás herramientas operativas para garantizar de forma sostenida las exportaciones, inversiones, contratas y servicios por parte de sus empresas.

5. DOS DÉCADAS DE ALTIBAJOS EN EL COMERCIODE CANARIAS CON ÁFRICA

África, por su propia confi guración y por la cercanía al Archipiélago, es objetivamente un mercado potencialmente atractivo, pero a la vez de difícil acceso. La actividad exportadora hacia aquel continente ha teni-do que sortear algunos condicionantes que lo limitan al mismo tiempo que lo encarecen. Como ya se señaló, entre los impedimentos internos más destacados están la carencia en las Islas de un tejido industrial ex-

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portador e inexistencia de una red de comunicaciones estables por mar y aire. Igualmente adversa es la ausencia de representación ofi cial en numerosos países, lo limitado de la nómina de países que han subscrito convenios bilaterales en materia comercial, la intensa competencia por parte de países mejor posicionados, el todavía bajo nivel adquisitivo de muchos ciudadanos africanos, las barreras idiomáticas, la escasa acce-sibilidad a las telecomunicaciones, los problemas derivados del cambio y el cobro, unidos a la inseguridad e inestabilidad así como a la escasa implantación de entidades fi nancieras homologables a las occidentales. Este es, a grandes rasgos, el panorama general en el que se han esta-blecido las recientes relaciones comerciales entre Canarias y África, a lo que hay que añadir las vicisitudes políticas no siempre previsibles.

Desde 1975, cuando España abandona el Sáhara Occidental, el co-mercio con África prácticamente se interrumpe para recuperarse años más tarde de forma muy gradual. La balanza comercial de Canarias con los países africanos tuvo su mejor momento en el año 1985 cuando las ventas alcanzaron valores de hasta 157,82 millones de €. A partir de ese año se inició una fuerte caída debido al descenso del llamado “comercio de maletas” (compras personales que realizaban ciudadanos africanos de forma directa en establecimientos de las Islas), para recuperarse un tanto en el año 2000, cuando el volumen exportador llegó a rozar los 117 millones de € (Cámara de Comercio de Las Palmas, 2001). En la actualidad, se puede afi rmar que se está incrementando paulatinamen-te los fl ujos comerciales tomando como base de apoyo los factores de proximidad, buena vecindad y la promoción de Canarias como plata-forma tricontinental a través de sus puertos transoceánicos de La Luz y Santa Cruz de Tenerife.

6. SEMBLANZA DEL COMERCIO EXTERIOR CANARIO DE MERCANCÍAS EN LA PRIMERA DÉCADA DEL S. XXI

Como puede apreciarse en el gráfi co 2, en el contexto español el sector comercial canario correspondiente al intercambio internacional de mercancías presenta comparativamente unos niveles muy bajos2,

2 En el año 2003, Canarias absorbía el 1,95% de las importaciones totales de España y contri-buía con un 0,79% de sus exportaciones. Esta tónica se repite durante todo el decenio bajo examen.

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con independencia de que en 2008 se alcazara su máximo histórico con 2.215 millones de € de ventas en el exterior. Casi todas las Comunida-des Autónomas superaron a la canaria en volumen exportador, aunque específi camente en el comercio con el África Subsahariana ésta última ocupara un honroso sexto lugar, con el 6,8% del total nacional.

La insignifi cancia del sector exterior ha sido y es objeto permanente de estudios y debates cuyos ecos suelen terminar en la adopción de políticas con mayor o menor nivel de acierto por parte de las diferentes instancias institucionales entre las que destacan las Cámaras de Co-mercio, Confederaciones de Empresarios y de los propios Gobiernos de España3 y de Canarias a través del ICEX, la Dirección General de Relaciones con África y la empresa pública PROEXCA4. Se aprecia en esa dirección una concentración de esfuerzos a fi n de intensifi car los contactos mediante diversos proyectos conjuntos como el XIV Plan

Gráfi co 2. Comercio exterior español por CCAA, 2010 (millones de €)

80.000

70.000

60.000

50.000

40.000

30.000

20.000

10.000

Exportaciones Importaciones

0

Andalucía

Aragón

Asturia

s

Baleare

s

Canari

as

Cas lla

-León

Cas lla

-La M

anch

a

Cataluña

Extremad

ura

Galicia

Murcia

Navarr

a

Com. Vale

nciana

País Vasc

o

Madrid

La Rioja

Cantab

riaCeuta

Melilla

Sin determ

inar

Fuente: Boletín Económico del ICE nº 3013, 2011. Elaboración propia.

3 El comercio exterior en España es una materia cuya competencia se ejerce en exclusiva desde el gobierno central.

4 Es el acrónimo de la Sociedad Canaria de Fomento Económico S. A. cuyo objetivo primordial es el de facilitar la internacionalización de las empresas. PROEXCA dedica fundamentalmente sus esfuerzos al desarrollo de acciones de promoción del comercio exterior en todos los mercados y, especialmente, el africano.

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Comercial de Promoción de Exportaciones, establecimiento de delega-ciones comerciales insulares en distintos países africanos, americanos y europeos, organización de ferias y eventos promocionales, formación técnica orientada al comercio exterior, Plan África I y II5, puesta en mar-cha de conexiones aéreas y marítimas directas con ciertos países como Marruecos, Mauritania, Senegal, Cabo Verde, etcétera.

Un segundo aspecto a considerar es que la economía canaria se vio agraciada por la recuperación de la economía mundial de fi nales del pasado siglo e inicios del presente, al menos hasta fi nales de 20076. En general, el desarrollo de las Islas superó en términos relativos el promedio español y Comunitario, con anualidades en donde se produjo un crecimiento superior al 4,4% del PIB regional como los de 1999 y 2000 (CES, 2001, 419), gracias al cual se vio favorecido el empleo y el consumo lo que, junto a los bajos tipos de interés crediticio, provocaron un alza de la demanda interna, lo que explica en gran parte la evolución de las importaciones en la primera década del nuevo siglo.

En tercer lugar, la dinámica del sector externo, en relación a su escala, ha tenido en general un comportamiento aceptable a lo largo de esta primera década hasta la llegada del shock fi nanciero de 2007, cuya caída se aprecia especialmente en 2010 (gráfi co 3). Ello no es óbice para estimar que en su composición persistan los viejos condi-cionantes impuestos por factores inamovibles como la insularidad y la lejanía; o por vectores institucionales y estructurales fuertemente enquistados como son las propias limitaciones del mercado regional (pequeño y fraccionado) lo que, a su vez, desincentiva la industriali-zación del Archipiélago con la consiguiente dependencia de los fl ujos de mercancías alóctonas.

5 El (II) Plan África 2009-2012 se articuló sobre los seis objetivos que se propuso impulsar: 1) apoyo a los procesos de consolidación de la democracia y construcción de la paz y la seguridad; 2) contribución a la lucha contra la pobreza; 3) promoción de las relaciones comerciales y de inversión entre España y África, y del desarrollo económico africano; 4) consolidación de la asociación con África en materia migratoria; 5) refuerzo de la relación España-África por la vía multilateral y la Unión Europea; y 6) consolidación de la presencia política e institucional española en África, Casa África y otras formas de diplomacia.

6 Para ello ha contado con una normativa ad hoc: el Régimen Económico y Fiscal de Canarias (REF) que incluye la Ley 20/1991, en la que se crea el Impuesto Indirecto Canario (IGIC) y la fi gura del arbitrio sobre la importación al consumo y sobre las importaciones (APIC). A su vez, la Ley 19/1994 establece un importante número de medidas fi scales de incidencia directa en el REF, así como la regulación de la “Zona Especial Canaria” de baja tributación o fi scalidad reducida para promover el desarrollo económico y social del Archipiélago y diversifi car su producción.

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En cuarto lugar hay que reseñar como singularidad destacable la alta concentración de nuestras exportaciones en pocos productos. Por ejemplo, en 2011, el 67,4% de las exportaciones totales de Canarias correspondieron a 10 epígrafes, de los cuales el dedicado al combustible representaba nada menos que un 40,5%, y el siguiente epígrafe en valor lo ocupaba la exportación de piedras preciosas y semipreciosas que al-canzaba el 6,3% (CES de Canarias, 2011, 13 y ss.).

Y, en quinto lugar, es de resaltar el incremento de países participantes en los intercambios de mercancías con Canarias (Cuadro 2). Es en el apartado de las exportaciones donde se aprecia de forma destacada el aumento y la diversifi cación de los mercados receptores puesto que en una década se ha pasado de 122 a 161 el número de países que reciben productos canarios.

Los 39 países que se agregan a los que ya se relacionaban comercial-mente con las Islas se distribuyen por continentes de esta forma: Europa (11), África (11), Asia (8), América (6) y Oceanía (3). No obstante, este aumento de los destinos no nos debe ocultar el hecho de que en la prácti-

Gráfi co 3. Importancia del comercio exterior de España y Canarias (1996-2010)

Fuente: Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Elaboración propia.

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

300.000 250.000 200.000 150.000 100.000 50.000 0 0 50.000 100.000 150.000 200.000

Importaciones

Miles de euros

Exportaciones

EspañaCanarias

Miles de euros

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ca suelen ser muy pocos lo países que absorben realmente la mayor parte de nuestras exportaciones. Por ejemplo, en el 2000 fueron solo cinco países los que recibieron el 77% de las exportaciones canarias (Marrue-cos, Países Bajos, Reino Unido, Francia y Alemania). Pero eso se repite inalterablemente en la mayoría de anualidades del presente estudio.

En cambio, en el capítulo de las importaciones fueron sólo 8 países los que se añadieron a la lista de 147 que abastecen desde 1999 al Ar-chipiélago. África es el continente que más sobresale en ese sentido al incluir once socios comerciales al rubro de países importadores de Ca-narias, sumando un total de 45 en el año 2010. Asia y Oceanía añaden a la lista un pais más cada uno y América se queda igual, mientras que de Europa se descuelgan del listado 5 países.

A lo expuesto hay que añadir que el dinamismo en ambas variables no signifi ca en modo alguno que se aprecien mejoras en la superación de los desequilibrios seculares ya esbozados. Al contrario, continúa mante-niéndose un fuerte défi cit en la balanza comercial de Canarias debido, en lo esencial, a la continuidad de las elevadas importaciones (claramente

Exportaciones

Años África América Asia Europa Oceanía Total

1999 32 29 24 33 4 122 2002 34 32 24 38 7 135 2005 37 35 26 39 4 141 2008 37 35 31 43 7 153 2010 43 35 32 44 7 161

Importaciones

África América Asia Europa Oceanía Total

1999 34 32 32 44 5 147 2002 35 32 33 45 5 150 2005 38 34 38 41 4 155 2008 43 31 33 38 6 151 2010 45 32 33 39 6 155

Cuadro 2. Número de países por continente con los que Canarias man-tiene vínculos comerciales de 1999 a 2010

Fuente: Anuarios Estadísticos de Canarias (ISTAC). Elaboración propia.

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visible en los intercambios con el resto de España), con lo que el saldo negativo se acentúa cada vez más7.

A comienzos del siglo XXI, los principales países abastecedores y destinatarios de los productos insulares siguen siendo por este orden de importancia: España y el conjunto de la UE. En el resto, los mercados africanos y en particular los del África Occidental van conquistando poco a poco cuotas cada vez más destacadas. Desde la adhesión de España a la UE, el comercio de Canarias ha ido incrementándose con el resto del territorio nacional en detrimento del resto de la UE y del mundo. El Archipiélago se abastece primordialmente de la Península, mientras que sus principales exportaciones se dirigen hacia el resto del mundo. De ahí que el défi cit del saldo comercial sea mucho más elevado con la zona desde donde más importamos que con el conjunto de países extranjeros. Una interesante novedad, que acaba de añadirse en estos últimos años, es que los países africanos y latinoamericanos han visto aumentar su volumen de ventas en las Islas.

En líneas generales se puede decir que, en cuanto a valor en euros se refi ere, las anualidades que van desde 1999 a 2011, tanto en lo relativo a exportaciones como importaciones, crecieron a un buen ritmo interanual (gráfi cos 3 y 4). La mayoría de las mercancías importadas según su valor proviene del resto de España (entre 65% y 70%). El segundo gran proveedor de Canarias lo constituyen aquellos países no pertenecientes a la UE (Camerún, Guinea Ecuatorial, México y China) que representan entre un 18% y un 20%. Y, en tercer lugar, se encuentran las compras a países de la UE (Alemania, Países Bajos, Italia, Francia y Reino Unido) desde donde provienen mercancías por un valor porcentual que oscila entre un 12% y un 14%.

En cuanto se refi ere al destino de los bienes de consumo exportados, la composición de los mercados receptores se presenta de forma muy similar. El resto de España absorbe las exportaciones isleñas con valores que van desde un 43% a un 63%; la UE es el segundo gran mercado en cuyos países se recepta entre un 20% y un 33%, mientras que al resto del mundo se envían mercancías que suponen un monto de entre un 16% y un 23% del total de las ventas canarias en el exterior (CES, 2006).

7 Direcciones Regionales de Comercio en Las Palmas y Sta. Cruz de Tenerife: “El Comercio Exterior de Canarias en 2000”. Boletín Económico de ICE, Nº 2698, de 16 de julio al 2 de sep-tiembre de 2001, p. 40.

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La importancia estratégica del Archipiélago se verifi ca una vez más en el intenso tráfi co tricontinental que convierte al capítulo de “avitua-llamiento a buques” en el cliente internacional más potente, toda vez que absorbe casi un 18% de las exportaciones totales. Además de España, los principales compradores de mercancías expedidas en las Islas son por este orden los siguientes: Países Bajos, Reino Unido, Marruecos, Alemania, Francia, Italia, Estados Unidos, Nigeria, Japón y Mauritania. A esta lista hay que agregar otra más numerosa y dispersa de países que hacen compras con una representación individual y porcentual inferior al 1% pero que sumadas hacen un total de casi un 11% de las exportacio-nes y que, en ocasiones, pueden ver tanto aumentada como disminuida su participación en la composición de los mercados destinatarios de un año para otro.

En general hemos visto que, hasta 2008, momento en que estalla la crisis fi nanciera internacional, las exportaciones e importaciones isleñas han presentado una tendencia creciente a lo largo de todo este período, cerrando así un ciclo de prosperidad. Todo ello a costa de una balanza comercial que ha seguido una dinámica abiertamente negativa debido a la asimetría existente entre las importaciones (ya que se hace necesario comprar mucho y de casi todo en el exterior) y las exportaciones. El abultado défi cit comercial, como ya se ha dicho, se cubre gracias a las aportaciones dinerarias provenientes del sector turístico. Esto último nos muestra una economía en conjunto débil, muy lejana de una razonable autosufi ciencia, en donde la naturaleza insuperable dicta ciertas limita-ciones y determinan la necesidad acuciante de establecer mecanismos correctores para así poder intensifi car las relaciones comerciales con el exterior y suavizar el tamaño abismal de sus asimetrías.

Desde fi nales de 2008 el comercio mundial sufre su mayor contrac-ción desde los años treinta del pasado siglo, lo que se hace sentir en una economía tan vulnerable y abierta como la canaria por su fuerte dependencia de los fl ujos internacionales. En efecto, en 2009 el valor de las exportaciones cayeron en un 31,3% puesto que las ventas externas pasaron de 2.215 en 2008 a 1.543 millones de € en 2009. Al mismo tiempo, las importaciones encajaron un impacto similar al descender su montante interanual en un 33,3% debido a la disminución del valor de las mercancías adquiridas en el exterior que pasaron de 5.507 a 3.674 millones de € en 2009, según la Agencia Tributaria. Esta recesión es a

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su vez la causante de la reciente caida del défi cit comercial de los úl-timos años con lo que se consigue frenar por algún tiempo y al menos momentáneamente la tónica anterior que descansaba en un crecimiento claramente expansivo8 (gráfi co 4).

7. EL COMERCIO CANARIO-AFRICANO A FINALESDEL SIGLO XX Y PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI

En noviembre de 1975 la “Marcha Verde” sobre el Sahara Occidental fi niquitó el dominio español que hasta entonces había convertido a esta provincia en una plataforma comercial por donde entraban de forma natural los productos canarios con destino a toda África. Como ya se indicó anteriormente, ese acontecimiento supuso un duro revés para los intereses insulares porque el vecino continente pasó a ser desde entonces

8 Canarias en 2009 superó pese a todo la media nacional en el capítulo de exportaciones facturadas, ocupando el puesto 14º de las Comunidades españolas, cuando en 2005 se situaba en la última posición. Sus exportaciones a Europa aumentaron en 9,8% y la UE se consolidó como el principal socio comercial de unas Islas que se han convertido en la 6ª Comunidad en exportación a esa región según el ICEX.

Gráfi co 4. Evolución del comercio exterior de Canarias (en €)

Fuente: Agencia Tributaria. Ministerio de Economía y Hacienda. Departamento de Aduanas. Elaboración propia.

3.000.000.000

2.000.000.000

1.000.000.000

0

-1.000.000.000

-2.000.000.000

-3.000.000.000

Importaciones de África Exportaciones a África Saldo importación/exportación

4.000.000.000

5.000.000.000

20102009

20082007

20062003

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un mercado de difícil acceso. La recuperación de los antiguos vínculos comerciales al margen de aquel espacio natural supuso un serio incon-veniente para el empresariado local.

A las ya conocidas limitaciones de los transportes y telecomunica-ciones, se añadieron luego otras difi cultades no menos arduas como la fuerte competencia de las antiguas metrópolis europeas que gozaban de mayor arraigo en aquellos países o las de aquellas otras potencias in-dustrializadas como Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón o China, mejor posicionadas en los mercados internacionales. A ello se añaden

Sectores

Exportación Variación Importación Variación (millones €) 11/10 (millones €) 11/10

1. Combustibles, aceites 964.677 34,80% 2.574.739 9,60%minerales

2. Piedra, metal precioso, 148.993 114,10% 23.797 50,20%joyería

3. Máquinas y aparatos 141.990 60,50% 175.560 10,00%mecánicos

4. Legumbres y hortalizas 84.548 10,50% 30.454 –16,30% 5. Pescados, crustáceos y 71.833 4,50% 172.200 –15,00%

moluscos 6. Vehículos, automóviles 53.098 17,90% 242.837 –6,10%

y tractores 7. Aceites esenciales y 52.589 –2,20% 46.375 –1,00%

perfumería 8. Aeronaves y vehículos 36.777 19,70% 43.409 –14,30%

espaciales 9. Papel, cartón 31.629 31,10% 82.669 5,50%10. Bebidas todo tipo 16.677 30,00% 57.316 –0,20%

(expto. zumos)

Subtotal Top 10 1.602.411 35,20% 3.449.356 –0,20%

Total general 2.379.182 4.727.286

Cuadro 3. Principales productos del comercio exterior de Canarias en 2011

Fuente: Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Información Comercial Española. Elaboración propia.

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otras cuestiones como las barreras idiomáticas, escasez de socios solven-tes e incertidumbre en los cobros y la actitud de las entidades fi nancieras poco animadas a participar en operaciones que entrañasen el más leve riesgo en aquel continente (Boza y Palacios, 1997). El resultado es que en la segunda mitad de los setenta el mercado marroquí, el más próximo a Canarias, puso serias difi cultades al establecimiento de intercambios con las Islas, en gran medida por la competencia de los comerciantes franceses, peninsulares y del resto de la UE. Ese rechazo forzó a las empresas canarias a dirigir su oferta hacia países situados más al sur del Sahara Occidental. Se tiene que esperar a los años 1982-83 para que se empezaran a ver los primeros síntomas de recuperación. Es cuando se reanudan las exportaciones de petróleo refi nado, conservas de pescado, cemento, aparatos domésticos, tejidos, maquinaria, medicamentos, etc. por valor de 126,21 y 162,27 millones de €, respectivamente9. En este resurgir del sector exterior insular destacan Mauritania y Senegal que en ese momento se convirtieron en los socios comerciales más fi rmes de nuestro Archipiélago en el vecino continente.

Las exportaciones isleñas a Mauritania llegaron a representar hasta un 90% de las ventas totales de España en aquella república árabe. Con los países situados más al sur de la costa atlántica continental el co-mercio no se termina de consolidar y los intercambios son, además de poco relevantes, demasiado fl uctuantes de un año para otro. Se trata de territorios con poblaciones de baja renta, con confl ictos interiores, con grandes síntomas de inseguridad y con malas comunicaciones por tierra, mar y aire. Pese a todo, las empresas isleñas fueron tejiendo una red de contactos intensifi cando los intercambios con países costeros como Sierra Leona, Gambia, Costa de Marfi l, Gabón, Guinea Conakry, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, Cabo Verde, Ghana, etc. En esos mismos años, gran parte de las importaciones de combustible bruto venía desde Camerún, Nigeria y Guinea Ecuatorial. Con estos países se empezó muy pronto a tener unas relaciones muy fl uidas y un défi cit comercial que con el tiempo se ha acentuado considerablemente.

En síntesis, la recuperación de los mercados próximos a Canarias fue difícil y lenta pero se logró fi nalmente. Para su mejor comprensión se requiere de una visión amplia en el tiempo, centrando la mirada en

9 Cifras que representan el 1,66 y 1,29%, respectivamente, de las exportaciones totales de España en África.

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PASADO Y PRESENTE DE LAS RELACIONES COMERCIALES ENTRE... 129

el período comprendido entre 1884 y 1999 en donde se puede apreciar como las importaciones que se hicieron desde África ascendieron un 45% al pasar de 285,36 a 413,84 millones de €. En todo este período las importaciones desde el cercano continente se mantuvieron en torno al 13% sobre el total de las compras que hacía Canarias del exterior. Sin embargo, no se puede decir lo mismo en lo relativo a las ventas al con-junto de países africanos pues aquéllas disminuyeron considerablemente al pasar de 166,86 a 105,64 millones de € entre 1884 y 1999. En otras palabras, si las exportaciones isleñas a África representaron en 1984 el 21,6% de su comercio exterior; en 1999, esas cifras se vieron reducidas a la mitad (10,97%). Con estos resultados se puede deducir que las rela-ciones entre Canarias con los diferentes países africanos, especialmente con los más cercanos al Atlántico noroccidental, seguían aun sin conso-lidarse del todo y pasando por etapas de recurrentes altibajos anuales.

8. ESTADO ACTUAL DEL COMERCIO CANARIO-AFRICANO (2000-2010)

El proceso de internacionalización de la economía insular reforzado a fi nales del pasado siglo ha llevado a que, en la actualidad, se contabilicen alrededor de 200 empresas las que se han instalado en diferentes países del continente africano, cuando en 1998 sólo habían cuatro. En más de dos décadas de intercambios entre ambos territorios se han ido abriendo paso paulatinamente gracias a que en 2000 se crea la PEXCAN (Plataforma de Exportaciones Canarias) y se desarrollaron los programas y proyectos em-prendidos por el ICEX y PROEXCA, además de otras iniciativas públicas y privadas. Estas medidas no sólo hacen que se intensifi quen las relaciones exteriores con África10, sino también el que a los mercados considerados ‘tradicionales’ (Marruecos, Mauritania, Senegal, Cabo Verde, etc.), casi todos situados en el África occidental, se le fueran añadiendo otros que han sido abiertos recientemente como el Congo, la República Democrática del Congo o Guinea Bissau (gráfi cos 5 y 6).

10 La empresa pública PROEXCA tiene ofi cinas abiertas en África (Marruecos, Mauritania, Senegal y Cabo Verde), en USA, Venezuela, Brasil y Bruselas. Cuenta con herramientas como Ca-naryexports, Proexca Informa, Póliza Pagex, Africainformarket, Asiainformarket, etc. y programas promocionales como Misiones Empresariales, planes sectoriales (tomate, tabaco, vino, queso, fl ores y acuicultura), programas de apoyo a empresas licitadoras, etcétera.

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130 RAMÓN F. DÍAZ HERNÁNDEZ y CARMEN GINÉS DE LA NUEZ

Gráfi co 6. Evolución de las importaciones canario-africanas.2002-2008

Nulo

2002 2011

Kilometers0 500 1.000 2.000 3.000 4.000

Muy bajoBajoMedioAltoMuy alto

Valor de las exportaciones

Fuente: Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Elaboración propia.

Gráfi co 5. Evolución de las exportaciones canario-africanas. 2002-2011

Fuente: Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Elaboración propia.

Nulo

Kilometers0 500 1.000 2.000 3.000 4.000

Muy bajoBajoMedioAlto

Valor de las exportaciones

2002 2011

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PASADO Y PRESENTE DE LAS RELACIONES COMERCIALES ENTRE... 131

En este sentido el Archipiélago ofrece ventajas competitivas como lo es su propia situación geoestratégica y su pertenencia a la UE, que le permiten ser un punto logístico de conexión tanto con el continente europeo como con el americano y africano, por lógicas razones de proxi-midad geográfi ca. Esta es la razón por la cual España y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) crearon en septiembre de 2011 un centro en Las Palmas de Gran Canaria que acoge el Depósito Estratégico de Alimentos para su mejor distribución a los lugares que lo necesiten. Por otra parte se trata de aprovechar las consecuencias del crecimiento lento pero continuado que está experimentando África en los últimos años (Velázquez, 2007) gracias a la subida sostenida de su PIB. Según la OMC, este continente está mejorando su participación en el comercio mundial como lo atestiguan las cifras de sus exportaciones e importa-ciones que han pasado del 2,4 y 2,1% al 3,2 y 3,3%, respectivamente, entre los años 2003 y 2009. Pero además, hay que resaltar que los países africanos (si bien no todos, ni en la misma medida) son cada vez más activos en el llamado comercio Sur-Sur, por lo que orientan sus ventas a los mercados internacionales y a los países en desarrollo, cuadrupli-cándose entre 1995 y 2008 (XIIº Conferencia de la UNTAD, 2008). Por otro lado, no cabe duda que al estar nuestro Archipiélago localizado en la frontera sur de Europa y contar con amplia apertura internacional, se le está permitiendo conjuntar fortalezas que hacen de las Islas una plataforma comercial idónea en las rutas Norte-Sur y Sur-Sur. Así lo ha entendido la UE que ha puesto a su disposición la iniciativa comunitaria Interreg IIIB, además del marco general que posibilitan las políticas de Ultraperifi cidad, Buena Vecindad y Plan de Gran Vecindad11.

Se impone, pues, un enfoque general de que en el desarrollo de estos vínculos con el vecino continente se tienen que cumplir una serie de prerrequisitos como son la adaptación de los productos a las caracte-rísticas específi cas de estos mercados, junto al esfuerzo promocional y de ajuste de precios en los mismos. Por otra parte, se precisa afi anzar nuevas líneas de transportes y telecomunicaciones (baratas y regulares) para poder agilizar las operaciones, simplifi car los trámites aduaneros en origen y destino, reducir los tipos impositivos en la entrada de mer-cancías, aumentar la implicación de los distribuidores locales y evitar

11 Un ejemplo de ello es el Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación entre el reino de España y el de Marruecos (4-07-1991), BOE núm. 49/1993, de 26 de febrero.

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que las mercancías tengan que hacer largos y costosos recorridos para ir o venir de Canarias a África.

En el cuadro 4 se insertan los valores alcanzados por las importacio-nes y exportaciones transadas con África entre 2003 y 2010 y su relación con los valores totales. Apréciese que en ese período las primeras pasan del 6,8% al 24% en términos relativos y valores de 142 a 1.128 millones de €. en cifras absolutas. A su vez las exportaciones casi se quintuplican e igualmente el peso relativo de las mismas se multiplica por tres. En general, el comercio canario-africano ha aumentando signifi cativamente en el primer decenio del siglo XXI y eso se ve refl ejado con claridad en los resultados así registrados.

En conjunto, las importaciones desde África crecieron en esta última década12. Se elevaron los valores de las mismas a la par que el número de países que participaron en esas transacciones (aunque muchas a veces con cantidades irrelevantes dado el carácter poco diversifi cado que estas relaciones tienen en cuanto a productos y al número de proveedores) y aumentaron también los porcentajes que representan las importaciones

12 Hay que decir, además, que en estos años sólo diez partidas capitalizaron la mayor parte de las compras de Canarias en el exterior. Los aceites crudos de petróleo representaron el 85,7% del total de mercancías importadas desde África. El 14,3% restante se compone de productos tales como cemento, moluscos, crustáceos, pescado fresco o refrigerado, madera, pescado congelado, arenas naturales, papel y cartón. Camerún es el principal país proveedor, seguido a distancia de Guinea Ecuatorial, Angola, Egipto, Mauritania, Sudáfrica, Marruecos, Nigeria, Guinea y Costa de Marfi l.

Importaciones Importaciones Exportaciones Exportaciones totales de África

% totales a África

%

2003 2.099.202.974 1. 142.938.887 6,8 1.021.019.116 27.377.855 2,7

2006 2.305.898.335 1. 147.022.043 6,3 1.151.166.959 19.735.270 1,7

2007 2.070.246.767 1. 148.539.500 7,2 1.585.522.011 17.264.882 1,1

2008 5.506.745.534 1.899.774.910 34,5 2.215.120.037 320.730.942 14,5

2009 3.674.428.233 1. 914.160.580 24,8 1.542.721.360 181.242.485 11,7

2010 4.712.742.085 1.128.177.681 24,8 1.970.306.182 206.121.594 10,5

Cuadro 4. Comercio Exterior de Mercancías de Canarias con el resto del mundo e importancia del comercio con África (en €)

Fuente: Agencia Tributaria. Ministerio de Economía y Hacienda. Departamento de Aduanas. Elaboración propia.

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respecto al conjunto del comercio exterior de las Islas. A consecuencia de ello se detectó además un modesto pero signifi cativo aumento en la relación entre importaciones y PIB regional. Todo lo cual indica que, en esta primera década del siglo XXI, se han aprovechado las condiciones para cimentar unas relaciones de vecindad que podrían ser mucho más intensas en el futuro como ya se aprecia en el cuadro 5 para el ejercicio de 2011 (Carnero, 2011).

No puede decirse lo mismo de las exportaciones, y no porque sus valores hayan dejado de crecer, sino porque su evolución real ha sido un tanto más anémica que sus antónimas, como lo indican los resultados obtenidos13. La década empezó bien pero después vinieron varios años fl ojos (entre 2001 y 2007) con sucesivos titubeos y altibajos. La situa-ción se reconduce luego y se aprecia un salto a partir de 2007 en que las ventas en el continente superaron ampliamente los 200 millones de euros y en donde incluso se consiguió momentáneamente romper la barrera de los 300 millones de € en 2008. Además de aumentar el número de países compradores, se ha multiplicado por cinco el porcentaje que representan las mercancías expedidas hacia África en relación con las exportaciones totales de Canarias.

En el ejercicio de 2010 se mantuvo la tendencia al aumento de las ventas de combustibles, maquinaria y aparatos mecánicos, vehículos, materiales de construcción y alimentos en Senegal, Mauritania, Cabo Verde y Marruecos. También son apreciables las transacciones con Ní-ger, Burkina Fasso y Guinea Bissau no sólo por el valor y volumen de las mercancías intercambiadas, sino porque con ellas se incrementan las relaciones comerciales a seis de los ocho Estados miembros de la Unión Económica y Monetaria del África Occidental (UEMOA). Por otro lado,

13 Las ventas a África entre 2003 y 2004 supusieron porcentajes superiores al 2,7% de las exportaciones totales, lo que le convierte en el segundo continente en cuanto a mercados receptores. Sólo en esos dos años se vendieron allí mercancías de elevado valor, destacando Marruecos (que recibió más de la mitad de las exportaciones que van a aquel continente, erigiéndose en el tercer destino de Canarias en el exterior), seguido de Mauritania, Nigeria, Guinea Ecuatorial, Senegal, Cabo Verde, Burkina Fasso, Costa de Marfi l y Ghana. En estas dos anualidades las mercancías comercializadas se elevaron un 28,5% y se concentraron en partidas como aceite de petróleo o de minerales bituminosos, envases y recipientes, tapas y demás dispositivos de cierre, cajas, sacos, bolsas y envases de papel o cartón, aceite de soja, provisiones de a bordo, helados, coque de pe-tróleo, betún de petróleo y demás residuos de los aceites de petróleo o de minerales bituminosos y mercancías no especifi cadas.

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no hay que perder de vista que Canarias es la primera comunidad autó-noma española en volumen de exportaciones a Cabo Verde y Mauritania, a la vez que sus ventas llegan a 43 de los 59 Estados africanos.

Las exportaciones a África suponen globalmente algo más de la décima parte del comercio exterior de Canarias14. Se trata, sin duda, de una cifra interesante, pero hay que considerar también los grandes contrastes anuales entre ejercicios poco dinámicos, en comparación con los correspondientes a 2008-2010 cuando se alcanzaron los valores máximos del decenio. Si se confronta el valor de las exportaciones de mercancías al cercano continente con el PIB regional se advierte como apenas se llega al medio punto (0,47% como promedio del período 2000-2010). Estas cifras ponen de manifi esto el camino que queda por

Países Exportación % total Importación % total

Mauritania 58.376 26,3 24.356 2,3

Liberia 29.399 13,3 – 0

Senegal 23.949 10,8 5.911 0,6

Guinea Ecuatorial 20.407 9,2 436.970 41

Nigeria 16.337 7,4 436.914 0

Cabo Verde 14.492 6,5 436.153 0

Benin 12.168 5,5 – 0

Togo 11.000 5 436.954 0

Costa de Marfi l 9.768 4,4 436. 858 0,1

Sierra Leona 4.940 2,2 436.955 0

Total 200.837 90,5 468.329 44

Cuadro 5. Intercambios de los principales países africanos con Canarias en 2011 (miles de €)

Fuente: Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Cámaras de Comercio de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife. Elaboración propia.

14 Las Cámaras de Comercio aseguran que las estadísticas de aduanas no refl ejan fi elmen-te los datos reales de las exportaciones realizadas por las empresas canarias por dos motivos: por un lado, las empresas tienden a infravalorar los datos y, por otro lado, una parte nadadesdeñable de las exportaciones que fi guran a nombre de empresas canarias en África se rea-lizan directamente desde puertos peninsulares al tratarse de productos fabricados en la Penín-sula.

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PASADO Y PRESENTE DE LAS RELACIONES COMERCIALES ENTRE... 135

andar y lo lejos que se está aun de la media española en esta materia, así como el escaso peso que todavía tienen las exportaciones canarias en relación a su PIB.

Pero el intercambio de mercancías incluye una variable más como es la balanza comercial. En los resultados anuales de la balanza comercial entre Canarias y África (2000 y 2010), lo más llamativo es que el défi cit no ha cesado de crecer, puesto que se ha pasado de –533,8 millones de euros en 2000 a –905,8 millones en 2010, aun cuando la repercusión de la crisis mundial y la caída del consumo interior han supuesto un des-plome de los intercambios en los años 2009 y 2010, provocando que su persistente défi cit comercial se reduzca.

9. CONCLUSIONES FINALES

En el presenta trabajo ha quedado claro que algo se ha avanzado en el sector exterior de la economía canaria. Pero todavía hay margen para fortalecer la dimensión económica de Canarias hacia el exterior explotando las ventajas de su situación geográfi ca y jugando un papel más activo, sobre todo, en aquellas zonas con capacidad de acogida de mercancías, servicios, actividades e inversiones en cumplimiento de los objetivos incluidos en los Planes de Desarrollo de Canarias y de Desa-rrollo Regional.

Junto a ello algo más se podría acometer para superar condicionantes internos como la “baja especialización intraindustrial”, que limita la po-sibilidad de acrecentar las exportaciones (CES, 2009, 673) al tiempo que proseguir en la intensifi cación de los programas de internacionalización de las empresas isleñas, fomentando las exportaciones como objetivo estratégico. En cuanto a las comunicaciones marítimas con la región occidental africana se aprecian avances, si bien en el transporte aéreo hay aún insufi ciencias porque se ha generado un círculo vicioso por el cual el transporte no mejora ya que el volumen de comercio es escaso y viceversa. Señala con razón Molina Petit (2004) que para incrementar el comercio se requiere aumentar la cooperación y la implantación de empresas y fi liales en estos países a la par que facilitar la radicación de sus homónimas africanas en las Islas.

Canarias ha estado mucho tiempo viviendo de espalda a África a pe-sar de la cercanía. En ese sentido el Archipiélago tendría que empatizar

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y mejorar su imagen en el exterior. El continente vecino pronto supe-rará los mil millones de habitantes y sus potencialidades de desarrollo son ingentes. Por primera vez y después de más de cincuenta años de descolonización, la mayoría de los países africanos está abriendo sus mercados para el intercambio internacional de productos. Es por ello que el comercio Sur-Sur ha crecido tres veces más que el resto del mundo entre 1995 y 2005 (XIIº UNCTAD, abril de 2008). Esa nueva geografía de los intercambios de la que tanto se habla hoy en día no sólo es una referencia real, sino que está muy cerca de las Islas, pero sobre todo es una oportunidad decisiva para su economía.

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RESUMEN

PASADO Y PRESENTE DE LAS RELACIONES COMERCIALESENTRE LAS ISLAS CANARIAS Y ÁFRICA

El presente trabajo es una aproximación centrada en la evolución del comercio canario-africano entre 2001 y 2011, así como en los principales valores obtenidos por las exportaciones e importaciones, incidiendo especialmente en la localización geográfi ca de los países proveedores y los mercados de destino de las producciones más relevantes. Todo ello se ha hecho sin perder de vista la perspectiva peculiar del Archipiélago con una economía escasamente industrializada en el contexto español, y prescindiendo de los fl ujos de inversión, las remesas de los migrantes o los inter-cambios de servicios. Las principales fuentes de información consultadas han sido las publicadas por el INE, ISTAC y la OMC en donde se recogen estadísticas ofi ciales basadas en los datos suministrados por la Agencia Tributaria del Ministerio de Eco-nomía y Hacienda.

Palabras clave: Comercio internacional, Islas Canarias, África, importaciones, expor-taciones, balanza comercial.

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ABSTRACT

PAST AND PRESENT OF THE TRADE BETWEENTHE CANARY ISLANDS AND AFRICA

This paper is an approach focused on the evolution of Canary-African trade oc-curred between 2001 and 2011, as well as the main revenues obtained for exports and imports, especially focusing on the geographical location of the supplier countries and target markets for the most relevant productions. All this is done without losing sight of the unique perspective of the archipelago, with a sparsely industrialized economy in the Spanish context, and regardless of investment fl ows, remittances from migrants or exchanges of services. The main sources consulted have been those published by the INE, the ISTAC and the WTO, where the collected offi cial statistics are based on data supplied by the Inland Revenue, Ministry of Finance.

Key words: international Trade, Canaries Islands, Africa, imports, exports, commercial scale.

RÉSUMÉ

PASSÉ ET PRÉSENT DES RELATIONS COMMERCIALESENTRE LES ÎLES CANARIES ET L'AFRIQUE

Le travail présent est une approche pointée sur l'évolution du commerce canarien- africain suivie entre 2001 et 2011, ainsi que dans les valeurs principaux obtenues par les exportations et les importations, en infl uant spécialement sur la localisation géographique des les pays fournisseurs et les marchés de destination des productions les plus éminen-tes. Tout cela il y a été fait sans perdre d'une vue la perspective propre de l'Archipel avec une économie rarement industrialisée dans le contexte espagnol, et en faisant abstraction des fl ux d'investissement, les remises des migrantes ou les échanges de services. Les fontaines principales d'information consultées ont été les publiées par l'INE, l’ISTAC et l'OMC où sont reprises les statistiques offi cielles basées sur les données fournies par l'Agence Fiscale du Ministère d'Économie et de Ferme.

Des mots clefs: le commerce international, les Îles Canaries, l'Afrique, les importations, les exportations, la balance commerciale.

Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013 ISSN: 0210-8577(139-169)

LA INUNDACIÓN DEL EBRO DE 1871EN ZARAGOZA

THE EBRO RIVER FLOOD OF 1871IN ZARAGOZA

PorRogelio Galván Plaza*, Javier del Valle Melendo**, José Ángel Losada García*

y Manuel Arnal Lizarraga*

1. INTRODUCCIÓN

Entre los días 10 y 13 de enero de 1871 tuvo lugar una avenida extraordinaria en el Ebro medio, que ha sido considerada una de las mayores de los tiempos más recientes, comparable a las más grandes registradas en el siglo XX, 1930 y 1961.

Los numerosos testimonios que se conservan de la misma en ar-chivos y hemerotecas pueden hacernos reproducir fi elmente los he-chos acontecidos, su magnitud y efectos, y la respuesta dada por la sociedad y los poderes públicos de la época, y con ello aumentar elregistro histórico disponible de estos acontecimientos y juzgar su re-levancia.

2. DESCRIPCIÓN DE LA AVENIDA

Aunque en Zaragoza la crecida dio propiamente comienzo el día 10 de enero, ya el martes 8 debió percibirse un incremento del nivel de las aguas, pues el Diario de Zaragoza recogía en un suelto del día 10 como “antes de ayer comenzó a crecer el Ebro, y es de suponer que la

* Confederación Hidrográfi ca del Ebro. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

** Centro Universitario de la Defensa. Ingeniería del Medio Ambiente.

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avenida aumente con el deshielo de las nieves, a causa de la humedad del tiempo”, sin abundar en mayores pormenores.

No fue sin embargo hasta el día 11 cuando se empezó a vislumbrar la magnitud del fenómeno, aunque sin todavía verdadera conciencia de la “horrorosa catástrofe que se cernía” (Ilustración Española y Americana, 1871). El Diario de Avisos se limita a referir cómo había sido imposible recibir correo de Navarra “a consecuencia de las abundantes lluviasy el deshielo de la nieve, que han imposibilitado pasase el tren correo por el puente de Tudela, donde el agua saltaba por encima”, ni tampoco de Francia. Parece que la interrupción también afectaba al telégrafo, lo que pudo ser causa de la falta de preparación que se verá de la ciudad de Zaragoza.

Parece que a fi nales de diciembre y principios de enero se dieron grandes nevadas y lluvias, y se coincide en los análisis posteriores, en que la inundación se debió a intensas lluvias acompañadas de un des-hielo repentino; así por ejemplo se recogió en la Ilustración Española y Americana, “ocasionado por copiosas lluvias y el deshielo repentino de las enormes masas de nieve que cubrían las montañas”, lo cual es característico de las grandes avenidas que registra la cuenca del Ebro. Se trata de avenidas motivadas por la previa acumulación de nieve,

Figura 1. Cuenca hidrográfi ca del río Ebro. Confederación Hidrográfi ca del Ebro y elaboración propia.

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LA INUNDACIÓN DEL EBRO EN 1871 EN ZARAGOZA 141

seguidas de lluvias de larga duración con intensidades generalmente uniformes y acompañadas de un incremento inusual de las temperaturas que producen un rápido deshielo. Estas crecidas abarcan un extenso ám-bito hidrográfi co y dan lugar a caudales punta que se mantienen durante varios días. En este caso, la avenida tuvo su origen en la cuenca alta y afl uentes de la margen izquierda hasta el río Aragón, es decir en el sector noroccidental de la cuenca del Ebro. El río Gállego, más al este, ya no experimentó avenida apreciable.

Se hace referencia en la prensa de la época a cómo los días 9 y 10 fueron cálidos. La situación meteorológica estuvo marcada también por “un terrible viento huracanado” especialmente los días 10, 11 y 12, que por Zaragoza llegó a impedir transitar por las calles. El Eco de Aragón del día 11 llegaría a decir que en el anochecer del 10 algunas personas que “intentaron atravesar el puente de Piedra, se vieron obligadas a re-troceder, después de haber sufrido muchas de ellas fuertes caídas, arras-tradas por el huracán, tanto más terrible, cuanto que al mismo tiempo la abundante lluvia azotaba el rostro de los que transitaban por las calles, no faltando tampoco, para que el cuadro fuera completo, alguno que otro relámpago”. Estos fuertes vientos debieron durar hasta el mismo día 13 o 14, pues se cuenta que algunos de los rescates de personas se harían bajo vientos huracanados. Sin embargo, también debió retornar el cielo despejado de un riguroso tiempo invernal a partir del 11 de enero acom-pañado con la presencia de fuertes heladas. Ramón García Hernández, Jefe de la División Hidrológica del Ebro (organismo antecedente de la Confederación Hidrográfi ca del Ebro) informa el día 12 a las 4 de la tarde del rápido descenso que el termómetro tuvo durante la noche del 11 y que continúa (Mateu Bellés, 2003). De hecho en algunos de los rescates posteriores se citan problemas con el hielo, como es el caso de una de las lanchas habilitadas para el salvamento que el día 13 se vio “sorprendida de pronto por el hielo a un lado y otro encallando por consiguiente frente al pueblo de Monzalbarba” o el 14, en que una persona refugiada en una lancha en la arboleda de Macanaz (Zaragoza) fue encontrada “aterida por el hielo y la humedad” (EA, 11 enero), mientras algunos rescatadores, verían “ensangrentados sus cuerpos por los témpanos de hielo” (AMZ, Memoria sobre los sucesos en el Arrabal).

A la vista de lo anterior la situación meteorológica debió de ser en Zaragoza y en el valle del Ebro de cambios fulminantes, con los días

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precedentes a la inundación, 8, 9 y 10, especialmente cálidos, a la par que se registraban lluvias intensas, acompañadas y seguidas de fuertes vientos, que darían paso a un gélido frío durante los días en que se su-frieron los devastadores efectos de la crecida.

El día 12 de enero la calamidad fue ya perfectamente apreciable. A las veinte horas de ese día se registró la punta de la avenida de la que se dice que alcanzó 6 metros sobre el nivel de su curso natural u ordinario (algunas otras referencias hablan de 7 metros). También se refi ere cómo este nivel superaba una argolla en el puente de Piedra que marcaba la mayor inundación conocida, o que llegaba a la parte superior de los machones que sostenían los arcos del puente. Esta argolla o anilla que pendía de la primera arcada del puente también fue sobrepasada por la avenida de enero de 1961 (Menjón Ruiz, 2011). Esta anilla ya ha desaparecido, pero su ubicación todavía se señala en los planos que se levantaron para su remodelación de 1972.

No existen datos fehacientes de caudal de la avenida de 1871. Pos-teriormente y a requerimiento del Ayuntamiento de Zaragoza, el ya ci-tado Ramón García, Jefe de la División Hidrológica informaría el 27 de febrero de cómo no era posible facilitar esos datos puesto que la escala de que se disponía “fue cubierta totalmente y después arrancada” por las aguas, y sólo de forma aproximada se habían podido tomar datos. Con todo, Ramón García dibujaría con posterioridad la planta, perfi l y sección del máximo de la avenida, en un punto aguas arriba del Huerva, estimando una anchura máxima en torno a 800 m con una sección de 2.576,80 m2, calculando con ello un caudal aproximado de 7.800 m3/s. Los datos de la sección pueden ser bastante fi ables, pues bastaba con ob-servar fi elmente los puntos a donde alcanzaron las aguas y la topografía. Sin embargo, teniendo en cuenta que no se pudieron tomar mediciones de la velocidad, era forzoso realizar una estimación, que dado el caudal de 7.800, Ramón García parece situar en los 3 m/s. Esta es una cifra muy elevada que en realidad debería situarse en la mitad, unos 1,5 m/s, la cual contando con la sección ya descrita colocaría la avenida en el entorno de los 4.000 m3/s, en realidad en línea con lo registrado en otras grandes avenidas históricas. La documentación disponible recoge que en la avenida de marzo de 1930 se registraron 3.900 m3/s con una altura en la escala de 6 m de altura, y de ella se dijo que fue superada por la de 1871 en unos centímetros (CSHE, 1930). La de enero de 1961 alcanzó

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LA INUNDACIÓN DEL EBRO EN 1871 EN ZARAGOZA 143

los 6,5 m y los 4.130 m3/s, superando las aguas la misma argolla que en 1871 marcaba las avenidas máximas (López Bustos, 1961).

Recientemente, con este artículo ya en prensa, Adrián Monserrate en su proyecto de fi n de máster “Reconstrucción de las avenidas de fi nales del siglo XIX en Zaragoza” obtiene un calado de 6,7 metros y un cau-dal máximo de 4.844 m3/s, dando por buena la limnimarca que recoge Blasco Ijazo (1959), que a su vez reproduce el texto de la Ilustración Española y Americana (1871): “por la parte del puente de Piedra subió más de un metro y medio sobre la argolla que marcaba la mayor inun-dación conocida hasta entonces”, e identifi cando la argolla mediante un plano del puente de Piedra de 1972.

Por otro lado, en El Bocal, cerca de Tudela (Navarra), donde tiene su comienzo el Canal Imperial de Aragón a 80 kilómetros de Zaragoza, se venían haciendo lecturas sistemáticas de altura en una escala para los propósitos de gestión del Canal. Allí sí se pudieron recoger los datos que permiten reconstruir el limnigrama (altura-tiempo) de la avenida. La punta de la crecida en el Bocal, una punta sostenida en el tiempo como suele ser en estos casos, se empezó a registrar en el amanecer del día 11 (máximo a las 20 horas de ese día), manteniéndose casi constante

Figura 2. Limnigrama del río Ebro en El Bocal (Tudela) entre los días 9 y 13 de 1871.

h metros

8,00

09/01/71 12:00

10/01/71 15:00

11/01/71 04:00

11/01/71 20:00

12/01/71 04:00

12/01/71 12:00

13/01/71 00:00

13/01/71 12:00

14/01/71 00:00

7,50

7,00

6,50

6,00

5,50

5,00

4,50

4,00

3,50

3,00

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hasta la salida del sol del siguiente día. Como hemos visto, a Zaragoza la punta llegó a las 20 horas del día 12, comenzando a descender en la mañana del 13. Un día completo tardó la punta de la avenida en transitar desde El Bocal hasta Zaragoza. En la mañana del 13 el nivel del agua comenzó a descender y a la mediodía del día 14 había descendido ya 4 metros respecto a su máximo.

Parece que El Bocal quedó aislado por la avenida y esto se llegó a aducir como razón por la que tampoco se pudieran transmitir desde allí noticias que advirtieran a Zaragoza y otros núcleos hasta el día 12 por la tarde, cuando ya los efectos de la inundación eran generales en la capital y los pueblos de la ribera.

Un testimonio casi literario, el de Juan Clemente Cavero Martínez, en el Diario de Zaragoza de 15 de enero, describe la sensación en Zaragoza de la onda de la avenida. Habla del Ebro rugiendo “como una catarata espantosa...semejando el eco triste y sonoro del viento entre los espesos ramajes...o el crujido de la ola de los mares...Y no pasaba un momento sin que se oyera el estrépito del torrente, confundido con el del viento huracanado...o con el ruido sordo de un edifi cio que se hundía...o de un muro que se desgajaba...”

Las aguas alcanzaron grandes niveles. El Diario de Zaragoza de 15 de enero lo describe diciendo: “El Ebro cubre toda la llanura hasta Juslibol; que la inundación llega en el Arrabal hasta la estación de Bar-celona; que las aguas han cubierto el camino del vado del Gállego y los campos inmediatos por detrás del exconvento de Jesús, y que han tenido que ser desalojadas todas las casas del Arrabal inmediatas al río.” La Almozara también se quedaba cubierta por las aguas, que llegaron a unos cinco metros del castillo de la Aljafería. Se llega a decir que a las torres que se hallan situadas en la parte baja del castillo de la Aljafería ha tenido que acudirse con lanchas (EA, 13 de enero). Las vías férreas a la altura de la estación de Casetas también quedaron cubiertas, sumergidos tres palmos los raíles, quedando el tráfi co interrumpido durante varios días con Madrid y Navarra. El Arrabal de Zaragoza (barrio de Zaragoza en la margen izquierda del Ebro) resultó especialmente afectado como luego se detallará. Se inundaron muchas casas, y algunas se llegaron a derrumbar. Con posterioridad el Ayuntamiento pediría a sus propietarios que efectuaran un reconocimiento para certifi car su solidez; eso sí, a su propia costa.

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LA INUNDACIÓN DEL EBRO EN 1871 EN ZARAGOZA 145

Viendo luego las reclamaciones en la ciudad de Zaragoza de parti-culares afectados en sus bienes, se citan las partidas, campos y términos de la Ortilla, Zalfonada, Almozara, las Fuentes, Ranillas, Rabal, coinci-dentes con barrios y términos actuales de Zaragoza del mismo nombre.

El puente de hierro de la vía férrea a Barcelona, hoy sustituido por el puente de la Almozara casi en su mismo lugar, pero que entonces estaba en construcción se veía sobrepasado por las aguas, mientras que se desplomaba un trozo de pretil del río delante del palacio arzobispal y se resentía el “machón”, o pilar de piedra, que sostenía el primer arco del puente de Piedra desde su margen derecha. En las confl uencias de los ríos Gállego y Huerva en Zaragoza la extensión de las aguas se hacía mayor, aunque estos ríos no registraron crecida signifi cativa.

Toda la ribera del Ebro sufrió los efectos. Los mayores daños se pro-ducían en los pueblos de la ribera, y en los campos y “torres” (casas de campo), que dejaba aisladas a muchas personas y subidas en los techos para salvar sus vidas. En capítulos siguientes veremos qué municipios

Figura 3. Morfología urbana de Zaragoza en 1869. Plano de Zaragoza a escala 1:5.000, levantado por una Comisión de Ofi ciales del Cuerpo de E. M. del Ejército en 1869. Publicado por el Depósito de la Guerra, 1872.

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resultaron más afectados. Afectó también a acequias, como en los tér-minos de Almozara, Rabal y Mirafl ores en Zaragoza, caminos y puentes como el de barcas del pueblo de Gallur.

Parece que se produjo también una destrucción cuantiosa de arbola-do. En particular en el soto de la Almozara, el Ayuntamiento de Zaragoza llega a recoger más de 14.000 quintales de leña, unas 700 toneladas.

3. ANÁLISIS METEOROLÓGICO

La información meteorológica relacionada con la inundación de 1871 no es muy sistemática, pero a partir de los comentarios recogidos, per-mite realizar una cierta reconstrucción de la sucesión de situaciones atmosféricas que afectaron a la cuenca hidrográfi ca del Ebro.

Sin duda el origen de las inundaciones fueron las abundantes nevadas y lluvias que ocurrieron a fi nales de diciembre de 1870 y principios de enero de 1871. Muy probablemente se debieron a sucesivas entradas de

Figura 4. Zaragoza, lugares afectados por las inundaciones de 1871: Arboleda de Maca-naz, Arrabal, Puente de Piedra y Plaza del Pilar. Detalle del Plano de Zaragoza a escala 1:5.000, levantado por una Comisión de Ofi ciales del Cuerpo de E. M. del Ejército en 1869. Publicado por el Depósito de la Guerra, 1872.

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frentes activos del NO con bajas presiones situadas sobre los Pirineos o S de Francia. Esta situación hubo de provocar nevadas repetidas que se fue-ron acumulando en amplias zonas a partir de una cierta altura, imposible de determinar, en los Pirineos occidentales y centrales, cabecera del Ebro, cordillera Cantábrica y sector norte del Sistema Ibérico. Las tierras situadas a menor altitud (eje del Ebro y sur de Navarra) recibirían lluvias abundantes durante este período, quizá hasta ver sus suelos saturados de humedad.

Esta situación de tiempo, típicamente invernal, lluvioso, con nevadas en las montañas, y frío, cambia radicalmente a partir del 8 de enero, pues las temperaturas suben notablemente. El tiempo parece que continúa lluvioso y húmedo en buena parte de la cuenca, tal y como indican los testimonios. Incluso uno de ellos se refi ere a las lluvias del día 11, que impiden la llegada a Zaragoza del correo de Navarra. Este hecho hace pensar en una situación del SO con paso de frentes activos cálidos. Las masas de aire con esta componente se ven obligadas a atravesar el Sis-tema Ibérico, desecándose y calentándose. Una depresión activa situada hacia el Cantábrico puede generar la llegada de estas masas de aire a la cuenca del Ebro, y cuando alcanzan el Pirineo central y occidental se ven obligadas a ascender, algo que se intensifi ca si la depresión es profunda y está próxima, lo que puede provocar intensas lluvias en este sector.

Esta misma situación atmosférica favorece la entrada, a través del eje del Ebro, de una masa de aire desde el SE, de procedencia medite-rránea, cálida y húmeda, que contribuye a que suban las temperaturas y mantiene una elevada humedad relativa. Esta situación, además de pro-vocar lluvias intensas en el Pirineo central y occidental, algunas zonas del Sistema Ibérico y cabecera del Ebro, favorece la rápida fusión de las nieves acumuladas los días anteriores, especialmente las caídas en zonas que no son de alta montaña, lo que explica el rápido aumento del caudal del río en El Bocal durante los días 9 y 10.

El río Gállego, alimentado en el Pirineo central, sufrió menos esta situación, pues su cabecera es de poca extensión y presenta zonas de alta montaña en las que la fusión sería solo parcial, lo que explica que no tuviera una avenida signifi cativa.

La situación atmosférica vuelve a cambiar la noche del 11 al 12: se producen vientos huracanados y las temperaturas bajan rápidamente, el cielo queda despejado y hay heladas. Se trata de un cambio muy brusco cuyas características pueden ser explicadas por el traslado del centro de

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la depresión, anteriormente situada en el Cantábrico, hacia el Medite-rráneo. Este cambio provocaría una brusca entrada de vientos del norte, que limpian el cielo de nubosidad y explican el rápido descenso de las temperaturas. Las heladas intensas del día 13 y los problemas señalados con el hielo, han de explicarse mediante la instalación de un anticiclón de origen centroeuropeo tras la advección septentrional de los días ante-riores. Así, sobre la Depresión del Ebro quedaría una masa de aire muy fría que había entrado los días anteriores, estabilizada por las mencio-nadas altas presiones, lo que explica las intensas heladas causantes de la aparición de témpanos de hielo en el Ebro, situación que se prolonga al menos hasta el día 14 de enero.

4. OPERACIONES DE EMERGENCIA Y SALVAMENTOS

Las acciones para hacer frente a la grave situación de emergencia correspondían al Gobierno Civil y ayuntamientos, en particular el de Zaragoza, que recurren a la Guardia Civil, Ejército, barqueros y ponto-neros, voluntarios e incluso penados.

La falta de información hace que haya que esperar al mismo día 12 a cuyas 20 horas se registraría la punta de la avenida, para que se tomen medidas de calado. El alcalde de Zaragoza Sr. Mariné (alcalde 1º según la terminología de la época), junto con el primer secretario del Gobierno Civil de la provincia Sr. Mascaró, acompañados de mandos del ejército inspeccionan el término de Zaragoza. Se dispone que un escuadrón de caballería del Regimiento Castillejos recorra la margen izquierda del Ebro prestando auxilio (parte a las 12:30 del día 12), y tanto concejales como Guardia Civil, y pontoneros y barqueros, traten de socorrer a las personas aisladas. Se ponen vigías en la antigua Torre Nueva (uno de los puntos más altos de Zaragoza por entonces) para detectar llamadas de socorro. Se recurre a las barcas del servicio del Canal Imperial de Aragón1. También se aprestan trabajadores municipales para “en caso necesario cerrar las entradas del Portillo, de la Puerta de D. Sancho y calle de la Revolución… así como auxiliares y dependientes del rondín”

1 El guarda almacenero o persona encargada de las lanchas del servicio del Canal que hay en Torrero entregará cuatro al dador para su servicio urgente y sin esperar ninguna otra orden que la presente. Nota manuscrita fi rmada por el Gobernador Civil el 12 de enero. Archivo Municipal de Zaragoza.

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municipal (AMZ). En Puerta Sancho (Almozara) se llegará a levantar el citado parapeto.

De la falta de preparación da idea lo que sucedió en el Arrabal, una de las zonas más amenazadas y luego, más afectadas. El día 11 por la noche (ese mismo día se registraba la punta de la avenida en El Bocal), todo se limitó a dar aviso a los vecinos, por parte del Alcalde de Barrio, de que “vigilaran constantemente las aguas, temiéndose que por efecto de la temperatura cálida que había dominado en los dos anteriores el río Ebro tomaría mucho más incremento”. Ante la constatación del au-mento de nivel a lo largo de la noche, se personaron alcalde y vecinos en la orilla y tuvieron que asistir impotentes a cómo escuchaban gritos de socorro sin poder hacer nada “por la oscuridad de la noche, por carecer de barcos…y por el viento helador que por entonces dominaba” (AMZ, Memoria de los sucesos del Arrabal). Con todo, se dispuso “desalojar las casas más amenazadas y construir paradas en las calles Rosario, Ranas (actual Mariano Gracia) y Villacampa” (AMZ, ibídem), y solo cuando se vio que las aguas seguían creciendo, se dio aviso al Ayunta-miento, que mandó al ayudante del arquitecto municipal para reforzar los trabajos. Se llegaron a tener que realizar salvamentos improvisados utilizando cajas de uvas.

Tanto en Zaragoza como en toda la ribera, muchas personas quedaron aisladas, subidas a tejados de torres y casas de campo o también a árbo-les. A lo largo del día 12 y los inmediatos que siguieron, son abundantes los relatos de salvamentos desesperados y actos de valor desinteresados.

La prensa se haría eco posteriormente del valor de muchos de ellos y se llenaría de felicitaciones a la Guardia Civil, las tropas de la guarnición de Zaragoza, barqueros y particulares. Entre los particulares se desta-caría el papel de Juan Mafi oli y sus hijos, cuya actuación se califi ca de “heroicidad indescriptible” según el informe municipal que se redacta con posterioridad y se le llega a proponer para la cruz de Benefi cencia. A todos ellos se otorgan recompensas, que alcanzarían un máximo de 500 reales para Mafi oli y sus hijos, serían de 100 reales con carácter general para los demás, y se darían jornales de 20 reales a todos ellos por la dedicación, o de 10 para los que solo prestaron servicios en tierra.

Con todo, es especialmente singular el papel de 16 (18 según la prensa) marineros confi nados en el presidio militar, ordenados liberar temporalmente por el Gobernador Civil para el auxilio de las víctimas,

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ya que por su profesión podrían prestar sin duda un gran servicio. Lo harían, trabajando codo con codo con los guardias civiles, y de ellos se testimoniará una conducta heroica. El informe municipal dirá: “…los penados vieron impasibles ensangrentados sus cuerpos por los témpanos de hielo, sin que esto pudiera arredrarles para acudir al socorro…”. De estos 16 penados, 4 lo eran por muerte u homicidio, y el resto por diversos delitos que implicaban sentencias de entre 16 y 1,5 años. Como recompensa, al parecer, obtendrían rebajas variables de sus condenas, que en algunos casos implicarían la puesta en libertad (AMZ)2.

De cómo se vivió esta situación de emergencia en los pueblos de la ribera del Ebro es un buen ejemplo el caso de Utebo, que viendo el in-cremento de las aguas del Ebro, las autoridades, por medio de un pregón, reunieron al vecindario para reparar un terraplén y una acequia, pero ante la continua y rápida subida de las aguas tuvieron que dejar sus trabajos y retirarse al pueblo “providencia que salvó de una muerte cierta a más de ciento cincuenta personas, pues pocas horas después un brazo de río pasaba por aquella parte” (DA, 16 enero). Se colocaron centinelas que advirtieron un nuevo crecimiento del río en la noche del 12 por lo que

2 Consta un documento con la propuesta que se hace al Gobierno de rebajas en las penas, pero no la resolución.

Figura 5. Ribera Alta del Ebro (Zaragoza) en 1853. Plano de la provincia de Zaragoza a escala 1:585.000. Atlas del Diccionario Geográfi co de España y de sus Colonias, grabado por R. Alabern y E. Mabon, 1854.

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se dispuso que abandonaran sus casas los cincuenta vecinos del Arrabal de Utebo, que resultó inundado a la una de la noche.

También es heroico el caso de Pradilla, que resultó circundado por las aguas, y los vecinos, ante esa situación crítica, después de evacuar a las mujeres y a los niños, se quedaron en su interior levantando barricadas de tierra en las calles, evitando que las aguas invadieran el pueblo, y de este modo solo las casas más exteriores quedarían dañadas.

Evacuados resultaron también los vecinos de Alcalá de Ebro, que hubieron de ser socorridos a media noche del 12 por los de Pedrola. Fueron también inundados los pueblos de Novillas, Cabañas, Monzal-barba y Pina

Como se decía más arriba, la mayor parte de los trabajos y acciones de los salvamentos tuvo lugar bajo un intenso viento y frío glacial que hizo especialmente dramático y duro todos los trabajos y rescates efec-tuados en aquella noche terrible del 12 de enero y la mañana del 13.

Figura 6. Ribera Baja del Ebro (Zaragoza) en 1853. Plano de la provincia de Zaragoza a escala 1:585.000. Atlas del Diccionario Geográfi co de España y de sus Colonias, grabado por R. Alabern y E. Mabon, 1854.

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Al principio, en los medios de comunicación, se habla de infi nitas víctimas mortales, pero lo cierto es que estas fueron relativamente redu-cidas, no llegando a la decena en la provincia de Zaragoza. De acuerdo con los posteriores informes para la compensación de los afectados se-rían 8 muertes, de las cuales 5 en la capital. Sería una más si añadimos a un operario municipal de Zaragoza que falleció el 24 de febrero a consecuencia de una enfermedad que contrajo achacable a las labores de rescate (AMZ). Pudo haber algún fallecido más en otras provincias, principalmente La Rioja o Navarra. Las cifras son reducidas, pero por otro lado pueden considerarse excesivas, puesto que con un correcto sistema de aviso, sin duda se podrían haber evitado la mayor parte de ellas o incluso todas.

En torno al centenar de personas fueron rescatadas, de las cuáles 76 en el término municipal de Zaragoza, de acuerdo con los informes municipales. En el Arrabal de Zaragoza parece que se salvan todas las personas, excepto una mujer que será encontrada entre las ruinas.

No todo fueron actos heroicos y buenas acciones, pues se tiene que ordenar a la Guardia Civil que vigile las orillas del agua en Juslibol para evitar que se extraigan objetos de los edifi cios inundados, se prohíbe las entradas a las propiedades inundadas “con el objetivo de evitar las desgracias y abusos que se venían cometiendo” (AMZ) o se publica un bando para que los particulares no se apropien de los efectos de valor que han sido arrastrados y depositados por las aguas; de hecho, la Guardia Civil llega a detener a unos que iban en barca recogiendo enseres arrastrados por la avenida. También los vecinos del Arrabal han de preocuparse ellos mismos de vigilar constantemente los intereses abandonados (AMZ, Memoria de los sucesos del Arrabal).

Se depositan objetos perdidos y ropas encontradas en locales muni-cipales para que sean reclamadas por sus propietarios. Igualmente, las maderas arrastradas y recogidas del río, se acopian en diferentes puntos y se vigilan, a la espera de la reclamación de sus legítimos propietarios.

5. PÉRDIDAS, SOCORROS Y COMPENSACIÓN A LOS AFECTADOS

5.1. Primeras reacciones

Para remediar las necesidades de socorro más inmediatas el Gober-nador Civil de la provincia, Sebastián Rolandi, manda al secretario del

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Gobierno Civil, Rómulo Mascaró, salir el día 16, tres días después de registrarse la punta, a recorrer los pueblos de la provincia y distribuir entre ellos una primera ayuda económica. En la prensa se habla de diez mil reales, que adelanta de su bolsillo el propio Gobernador, pero lo cierto es que el Banco de Zaragoza adelanta 30.000 reales al Gobierno Civil, que luego se reintegran a cuenta del posterior donativo de 40.000 reales que realizaría el rey Amadeo I. El día 16 partió el secretario Mascaró y su ordenanza en un carruaje de 4 caballos, acompañado del comandante de la Guardia Civil de la provincia, el arquitecto provin-cial, y escoltados por 2 guardias de caballería. El viaje es sumamente difícil por estar destruidos los caminos de ribera, debiendo ser ayuda-dos por los habitantes para hacerlos practicables y en momentos hubo que desenganchar el tiro y pasar el carruaje al hombro de personas. No regresaron a Zaragoza hasta el 28 de febrero. Refi eren la gran can-tidad de piedras y arena que en los terrenos inundables, terrenos de aluvión, ha depositado el río inutilizándolos para el cultivo. También de la destrucción de presas, norias, acequias, muros de sostenimiento y otras obras hidráulicas.

En la lucha política subsiguiente, se pidieron explicaciones del em-pleo de este dinero y del destino del donativo del rey en su conjunto, razón por la que hay cumplida información del viaje de Mascaró, los pueblos visitados, y las entregas de dinero a los municipios (Cuadro 1), acompañadas de los recibís de los alcaldes respectivos.

El total de estas cantidades entregadas directamente a los alcaldes ascendió a 24.660 reales, a los que deben sumarse los gastos del despla-zamiento computando un total de 28.680 reales, a cuenta del donativo del rey.

5.2. La Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País

Por otro lado, desde los primeros momentos y ante el calamitoso estado de las fi nanzas públicas de la época, que ni siquiera pueden apor-tar dinero inmediato aparte del donativo real, se lanzan cuestaciones o suscripciones populares con las que obtener fondos para socorrer a los damnifi cados. Ya el mismo día 13 se reúne la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País en Junta Extraordinaria acordando abrir una suscripción popular con la que recaudar fondos para reparar en lo

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posible los daños que hayan sufrido las personas más necesitadas de la provincia de Zaragoza. Sus socios dan un primer ejemplo contribuyendo con unos primeros 4750 reales.

La suscripción se anuncia en la prensa y se dirigen cartas y cir-culares a instituciones y personalidades: “La Sociedad Económica-Aragonesa de Amigos del País, en Junta extraordinaria de este día [13 de enero], atendidos los perjuicios ocasionados por la inundación del río Ebro, ha acordado abrir una suscrición (sic) con el objeto de reparar, en lo que sea posible, los daños que hayan sufrido las per-sonas más necesitadas de la provincia” (Memoria descriptiva de los trabajos llevados a cabo por la Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País...).

Existe una falta de coordinación notable que resta efectividad a este tipo de iniciativas, pues a pesar de ser esta la primera, se lanzan otras suscripciones por el Gobierno y la Diputación, que solo después de un tiempo se funden, dejando a la Sociedad Económica un papel central en esta labor. El caso es que diez días después, apenas se habían recaudado 8.062 reales. Como bien reconoce la propia Sociedad, la fusión se pro-duce cuando “la impresión producida por la catástrofe en los primeros momentos se había amortiguado” (ibídem).

No deja de ser sintomático de las carencias de la Administración Pública de la época, el que la gestión de los socorros a los afectados sea realizado por este órgano para-administrativo, heredero del reformismo ilustrado del XVIII, y que en esta época se hallaba en franco declive, realizando con esta una de sus últimas grandes contribuciones.

Es la Sociedad Económica la encargada de recoger las solicitudes de indemnización de los afectados, investigar los daños reales y distribuir los ingresos de la suscripción, tratando que todo fuera con la mayor equidad y justicia, puesto que las solicitudes “como sucede siempre en estos casos, debían venir falseadas unas, inexactas otras, parciales las más” (ibídem), y habida cuenta del desequilibrio entre la cifra fi nal recaudada y la solicitada. Se forman subcomisiones de evaluación, que realizan informes secretos para comprobar la veracidad de los daños ocasionados, evaluando in situ y seleccionando a personas diversas de los lugares para contrastar las informaciones, entre ellas al cura párroco. En el archivo de la Sociedad Económica se encuentran los expedientes de cada municipio

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En las solicitudes, de acuerdo con las bases de la convocatoria, se debe consignar:

1. El valor del daño sufrido y la clase de objeto sobre que haya re-caído el siniestro.

2. El ofi cio, industria u ocupación del solicitante.3. El número de individuos de la familia y la situación en que ha

quedado esta.4. Si algún individuo de la familia ha fallecido, bien por efecto del

desbordamiento o por acudir al socorro.En aras a la equidad, la Sociedad encuentra una fórmula de reparto

que no se realiza exclusivamente en función del daño registrado, ya que las mayores pérdidas económicas se concentran obviamente en las per-sonas con más tierras y por tanto más acomodadas y que a la vez son las que más pueden resistir el menoscabo sufrido. Por ello se tiene en cuenta el estado de necesidad de los solicitantes, dividiendo a los solicitantes en 6 categorías objetivas con gran rigor y detalle. En cada categoría no sólo se tienen en cuenta las pérdidas en reales, sino también otras características, como la falta de otros recursos, número de miembros en la familia o las pérdidas de bienes muebles.

De este modo, la distribución de lo recaudado se acordó llevarla a cabo proporcionalmente en relación al daño causado, pero recibiendo más la persona de menos recursos económicos, y no sobre la solicitud sino sobre la evaluación realizada.

En la ribera del Ebro los daños que se reclaman son en su mayoría por cosechas perdidas, en particular siembras, pérdida de árboles, arras-tre de tierras y daños en edifi cios.

Se reciben en total 712 solicitudes de indemnización, de las que se atienden 596 y se rechazan 116, y para todas ellas se reparte un total de 205.264 reales con 50 céntimos, además de 13.800 reales que quedan remanentes y que se entregan directamente a los 26 pueblos afectados. De estos últimos 3.500 van a Zaragoza, el resto se reparte entre sumas de 300 a 800 reales. En total son pues 219.064 reales. Por su parte, la recaudación total es de 225.821 reales. La diferencia son gastos, que escrupulosamente se detallan. A esto debe sumarse los 28.680 reales ya referidos, como parte del donativo del rey Amadeo I, gestionados directamente por el Gobierno Civil y repartidos entre los pueblos. Por lo que el reparto total de socorros monetarios se cifra en 247.744 reales

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LA INUNDACIÓN DEL EBRO EN 1871 EN ZARAGOZA 157

5.3. Los afectados y los contribuyentes en el socorro

En contraste, la estimación de daños que se realiza alcanza los 1.924.267 reales, es decir que el socorro cubrirá en promedio el 13% del daño estimado. El cuadro 2 nos da una idea de los lugares que pre-sentaron mayores daños. Esta lista puede ser complementada por los lugares visitados en la gira del Secretario del Gobierno Civil repartiendo el primer socorro citado más arriba.

De acuerdo con el Registro general y clasifi cación de las solicitudes que realiza la “Comisión de la Diputación Provincial, Ayuntamiento, y Sociedad Económica para socorro de los perjudicados por la inundación del Ebro” (ARSEA), los socorridos son en su mayor número simples jornaleros o braceros (226) y luego labradores, se entiende que propie-tarios (98) o colonos y arrendatarios (24), y de ofi cios diversos (20). También destacan 152 cuyo ofi cio no se describe y que suelen coincidir con mujeres.

La última sesión de la comisión mixta entre la Sociedad Económica, la Diputación y el Ayuntamiento de Zaragoza, tiene lugar el día 3 de noviembre de 1871, en la que se dan las últimas cuentas y se disuelve, por lo que antes de un año se había fi nalizado todo el proceso, lo que puede considerarse de una gran diligencia. El informe que presenta y que edita en una publicación para que todo el mundo pueda verla es de un gran detalle y rigurosidad.

Entre las mayores contribuciones a la suscripción destacan las de otras sociedades económicas, en espacial la Sociedad Económica Ma-tritense, que recauda 19.379 reales en una suscripción propia Arzobispo (4.000 reales), algunos particulares que llegan a 1.000, y luego mu-chas aportaciones colectivas fruto de actos benéfi cos: baile de máscaras en el salón de la Lonja, 7130 reales, dos funciones teatrales, 3.500 y 3.700 reales, respectivamente.

5.4. La Diputación Provincial de Zaragoza

La Diputación Provincial de Zaragoza, al principio, el 18 de enero, también acordó abrir una suscripción de carácter nacional para recau-dar fondos, que luego se integraría en la de la Sociedad Económica. En la sesión de esta corporación de 18 de enero se acordaba también

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contribuir con 25.000 pesetas (100.000 reales) de sus propios presupues-tos. Esta contribución de la Diputación tuvo muchas difi cultades para hacerse efectiva, habida cuenta los graves problemas de tesorería por los que pasaba, acuciada por la morosidad de los Ayuntamientos en su fi nanciación. No hay que olvidar que estamos en una época turbulenta, el sexenio democrático, con cambios fi scales como la eliminación del impuesto de consumos, que repercutiría gravemente en las haciendas locales. Todavía el 12 de abril de 1871, en la la sesión de la Diputación se afi rmaba “que dicha suma no había estado ni estaba disponible por razón de la falta de ingresos de todos conocida” (ibídem), aunque fi nal-mente sí debieron encontrarse los medios.

También la Diputación dirigió con fecha 29 de enero peticiones a todos los pueblos de la provincia de Zaragoza para que contribuyan al alivio a los afectados, así como al resto de diputaciones provinciales españolas. La verdad es que la respuesta fue escasa. Entre los pueblos de la provincia, la mayoría aducen carecer absolutamente de fondos, otros se disculpan en atención a las malas cosechas u otros inconve-nientes, los hay que aprovechan para recordar sus propias calamidades sufridas en materia de inundaciones, pedriscos, no indemnizadas. Mo-rata de Jalón, por ejemplo, destilando fi na ironía, manifi esta “no tener inconveniente en dar parte de lo que la Diputación les adeuda por el pedrisco de julio de 1868, siempre que se abone el resto” (ibídem). Contribuyen los municipios más grandes Calatayud (1.188 reales), Daroca (500 reales), Almunia de Doña Godina (300 reales), Ejea de los Caballeros (200 reales), y ya con cantidades dispares una docena de pueblos. Algunos no contribuyen directamente sino que hacen cues-taciones entre los vecinos.

Con otras diputaciones provinciales el éxito es todavía menor. Todos hacen referencia al precario estado de sus fi nanzas, a pérdidas de cose-chas, plagas de langostas, temporales, epidemias, sequías. Tan solo la Diputación de Ávila compromete 1.000 reales, aunque luego no aparece en los listados fi nales

5.5. El rey

Por otra parte, como de algún modo ya hemos adelantado, el rey Amadeo I, que había arribado a España apenas el 30 de diciembre, se

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LA INUNDACIÓN DEL EBRO EN 1871 EN ZARAGOZA 161

manifi esta el 21 de enero de la siguiente forma ante los sucesos, según se publica en el boletín de la provincia el 19 de febrero:

“Han llegado a mi noticia los grandes estragos ocasionados en las provincias de Logroño, Navarra y Zaragoza por las violentas avenidas del Ebro.

Tanto me afl igen estas desgracias como el convencimiento de que me es imposible remediarlas por mí solo y con la premura que siempre reclama el infortunio.

He resuelto, sin embargo, encabezar una suscrición (sic) con la suma de 25.000 pesetas, y de esta suerte tendré al menos el consuelo de aso-ciarme por el testimonio de mi compasión a los que lloran su ruina, y en el sentimiento de la caridad a todos aquellos que quieran acudir conmigo al socorro de sus hermanos afl igidos.”

De estas 25.000 pesetas o 100.000 reales, 40.000 correspondieron a la provincia de Zaragoza. Pasado el tiempo, en noviembre de 1871 los diputados provinciales adscritos al republicanismo federal lanzarían la duda de cómo se había empleado el donativo real, por lo que se realizó una fi scalización de los gastos, pero todo quedó perfectamente aclarado puesto que 11.320 reales se integraron en la suscripción de la Sociedad Económica, como refl ejan sus listados, y los otros 28.680 fueron entre-gados directamente por el Gobierno Civil a los alcaldes en el recorrido de la ribera, como se ha relatado más arriba.

Parece que también se abrió la posibilidad de que los particulares pudieran solicitar una reducción de contribuciones, así como los pue-blos mediante una rectifi cación de sus catastros, pero en la información consultada no hay constancia del resultado.

6. BÚSQUEDA DE RESPONSABILIDADES Y ENSEÑANZAS

La primera discusión, que airea la prensa, nace de la pregunta de si desde Tudela o El Bocal se avisó o se pudo avisar telegráfi camente a Zaragoza del crecimiento de las aguas, y entonces “haberse publica-do por periódicos, anuncios, pregones y demás medios”3 para que los particulares pudieran prevenirse y desalojar con tiempo torres y casas y salvar familias y enseres. Pero parece ser que el telégrafo quedó afectado también por la inundación y por ello no pudo avisarse por este medio,

3 Diario de avisos 15 enero.

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no lográndose restablecer el servicio telegráfi co hasta el 18 de enero. Sin embargo, no cabe duda de que antes de interrumpirse el servicio, apenas vieron crecerse las aguas, pudo haberse enviado algún mensaje, o una vez interrumpido por algún otro medio. No hay que olvidar que el incremento de las aguas se percibió desde el día 8, como recogía el Diario de Zaragoza y que hemos referido al principio.

Teóricamente además, debía ya de haber existido un cierto servicio de anuncio de crecidas, puesto que con motivo de las inundaciones ge-neralizadas de 1860 en España (Duero, Tajo, Genil), había sido emitida una Real Orden de 14 de febrero de 1864 para la instalación de escalas en los puentes y organizar su seguimiento con comunicación a los Go-bernadores Civiles en cuanto se apreciara la progresión de una crecida y la publicación en el Boletín Ofi cial de la Provincia. Está claro que nada de esto funcionó.

Ello tiene también refl ejo en la prensa y el Diario de Avisos del 17 de enero sitúa la falta de cumplimiento de la anterior disposición como causa de no poder desalojar con tiempo torres y casas y salvar familias, ganados y enseres: “...si se hubiera cumplido la circular del ministro de Fomento Sr. Lujan, inserta en La Gaceta, de 16 de febrero de 1863...escala métrica ...y avisar con tiempo por medio del telégrafo...”.

De hecho, un funcionamiento más adecuado, como el que debía haber sucedido, se produjo el mismo 17 de enero cuando se desata de nuevo la alarma, y se cruzan entonces telegramas desde Jaca, Huesca, Logro-ño, Tudela y El Bocal con Zaragoza sobre nuevos crecimientos de los caudales del Gállego y Ebro, que al día siguiente 18 se desactiva, pero que ya había hecho crear una comisión permanente del Ayuntamiento de Zaragoza, en alerta toda la noche, y se habían dado las órdenes para que estuviesen dispuestas lanchas con sus correspondientes tripulaciones y reconcentrados los guardias municipales y rurales preparados para lo que pudiera suceder. Se comunica el hecho también a los pueblos de la ribera desde Zaragoza hacia aguas abajo por telégrafo a El Burgo y Pastriz, y por peatón desde estos hacia aguas abajo, por cada una de las márgenes, algo que también podría haberse hecho en el suceso anterior.

Como sobrerreacción, la comunicación se torna ahora casi excesiva y sin demasiado criterio, y el alcalde de Zaragoza le tiene que pedir al de Tudela el 5 de febrero, a través del Gobernador Civil, que para evitar alarmas infundadas, “al comunicar las noticias referentes a las avenidas

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LA INUNDACIÓN DEL EBRO EN 1871 EN ZARAGOZA 163

fi je en los partes la expresada altura tomando por base el nivel ordinario de las aguas” (AMZ).

Con todo, la lección quedó aprendida y en la crecida que posterior-mente tuvo lugar el 28 de febrero de 1873, se emite un telegrama desde Tudela advirtiendo que a las 6:20 de la tarde el Ebro ha crecido 3,5 me-tros. El Gobernador lo transmite al Ayuntamiento y a las 8:35 se da aviso, se toman medidas en prevención, y se comunica a los alcaldes de barrio. Ese mismo día se avisa a los ayuntamientos de aguas abajo, ordenando que se vaya de pueblo en pueblo, primero al más cercano y de este al siguiente por medios propios por cada margen del río. Al día siguiente 1 de marzo se reciben nuevos telegramas desde Miranda de Ebro o Tudela. La crecida es de 5,90 metros a la altura de Castejón.

El sistema de avisos telegráfi cos en avenida quedaría fi nalmente es-tablecido y sistematizado mediante una Real Orden de 21 de octubre de 1879 (Mateu Bellés, 2003).

Por otro lado, en la ciudad de Zaragoza la polémica es elevada por la construcción en esos momentos del puente del ferrocarril que enla-zaría ambas márgenes, hoy puente de la Almozara, comunicando las estaciones de El Norte y Portillo y dando continuidad a las líneas de Madrid, Barcelona y Navarra. Las críticas en un primer momento no se centran tanto al puente como en un terraplén aledaño del que peligraba su estabilidad, pero luego consideran al puente en construcción como un obstáculo que agravaría la avenida. En ella tiene un papel protagonista el arquitecto municipal Segundo Díaz, la cual se prolonga en la prensa durante varios días posteriores y se debate más adelante en el Ayunta-miento de Zaragoza, llegándose hasta a recoger fi rmas de 300 o 400 vecinos del Arrabal para que se cambie su trazado, con nulo éxito. En 1879 sería recrecido. Por cierto, se ha dicho en repetidas ocasiones que durante esta inundación de 1871 se emplazaron cañones para hacer volar dicho puente, pero ni en la hemeroteca ni en los archivos consultados se ha localizado testimonio alguno al respecto.

Este mismo arquitecto municipal de Zaragoza, de quien se destaca también su conducta abnegada durante los sucesos del Arrabal, redacta también a petición del Ayuntamiento una memoria para evitar nuevas inundaciones en la ciudad, con estas indicaciones:

1ª Arrancar la arboleda de Macanaz o cualquiera otra de la ribera izquierda.

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2ª Que se hagan desaparecer todas las arboledas plantadas, de pocos años acá, por propietarios particulares, en perjuicio del Soto de la Almo-zara, que es la principal defensa de la ciudad. Que se haga desaparecer la isleta de frente de (el convento de) Santo Domingo.

3ª Que se fi jen los límites del río por el lado de la (ribera) izquierda, dentro de los cuales se prohíba hacer plantaciones, estacadas, dique u otras obras (...), al paso que en el lado opuesto se trabaje por intenso en el Soto de la Almozara.

4ª Eliminar las obras del ferrocarril.5ª No realizar ningún paso para el ferrocarril o, en todo caso, llevarlo

aguas abajo de la ciudad6ª Que desaparezca el ex-convento de San Lázaro7ª Que se acuerde (…) la prohibición de construir edifi cios para

habitaciones (…) dentro de los terrenos que han invadido las aguas y los que invadirán si levantara un metro más de altura, cuyos terrenos se designarán en el plano que se está levantando, a no ser que se construyan con la sufi ciente solidez para que puedan resistir (…) o muy débiles para que no imprimiendo confi anza los abandonen los moradores.

8ª Designación de puntos elevados para colocar postes y campanas para avisar a la población

9ª Colocar una escala métrica (…) en combinación con El Bocal y con el telégrafo (…) realizar cuadros comparativos (…) preparando en un plano, en el cual se hallen trazadas las curvas de nivel (…) se podrá saber con 7 horas de anticipación las propiedades que han de ser inun-dadas (…) tiempo para dar aviso.

En defi nitiva, proponía en general cosas bastante sensatas, salvo al-guna como impedir el paso del ferrocarril, tan en contra del signo de los tiempos. Se percibe como idea principal que el río pudiera vagar libre y sin obstáculos por la margen izquierda, en lo que sería su zona inunda-ble, mientras la margen derecha había de quedar reforzada al preservar el soto y trabajar en la defensa de la Almozara, eliminando hasta árboles o mejanas como la isleta enfrente de Santo Domingo. Esta isla es la que aparece en en plano que realizó Coello entre 1860-65, para el dicciona-rio geográfi co de España de Madoz, a la que se denomina del Ramblar.

En lo que supone una propuesta de futuro, propone la confección de un plano con la zona inundable, que permitiera planifi car el urbanismo, en línea con lo que solo en tiempos recientes se está logrando. Algo si-

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LA INUNDACIÓN DEL EBRO EN 1871 EN ZARAGOZA 165

milar se recoge en la prensa, que pide que se aproveche el momento para elaborar un plano con los puntos a los que alcanzaron las aguas y con ello informar a los particulares que quisieran iniciar una construcción. No obstante, no consta que ninguno de estos planos llegaran a elaborarse y fueran utilizados.

Finalmente, para superar el gran fracaso en la gestión de esta inun-dación, que fue el sistema de información a la población, propone me-jorarlo en dos facetas; una en la vertiente más hidrológica, igualmente con visión de futuro, para estimar las alturas de las aguas en Zaragoza a la vista de lo que se registre en El Bocal, y un procedimiento rápido para avisar a la población.

Hay también quien en la prensa hace responsable de los graves efec-tos de la inundación a un fenómeno de invasión del cauce, que nos sigue preocupando en nuestros días, con aumento de casas de campo y cercados agrícolas, con apropiación del cauce. Mientras otros proponen que los propietarios ribereños del Ebro planten árboles para fortalecer las orillas y conservar los terrenos, formando un soto continuo.

Por contra no aparece por estos lares la discusión entonces muy en boga de si aumentaba la intensidad y frecuencia de las inundaciones, ya que en la segunda mitad del XIX habían sido numerosas, o sobre si la deforestación era su causa, de lo que también se hablaba.

7. CONCLUSIONES

La avenida del Ebro de enero de 1871 fue similar a otras de tiempos más próximos, como las de 1930 y 1961, situándose en el entorno de los 4.000 m3/s. Reconstrucciones recientes la colocan por encima.

La falta de un mínimo servicio de aviso de crecidas, a pesar de que se encontraba ya reglamentada su implantación, provocó que los daños fueran mayores y que se produjeran varias víctimas mortales. No obs-tante, el número de víctimas puede considerarse como reducido, ya que no llegan a la decena en la provincia de Zaragoza, que sin duda fue de las más afectadas. Fruto de esta inundación se tomarían medidas que mejorarían los servicios de previsión y aviso.

Aunque en los momentos álgidos de la tragedia los poderes públi-cos pusieron todas sus limitadas capacidades humanas para la ayuda y rescate de las víctimas, lo cierto es que el apoyo público posterior a los

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damnifi cados fue muy escaso y hubo de descansar en el voluntarismo humanitario y la cuestación popular, y en conjunto se evidencia la debi-lidad de las instituciones públicas de la época para prevenir y responder a la catástrofe natural.

8. AGRADECIMIENTOS

A José Ramón Sánchez, del Servicio de Hidrología de la Confedera-ción Hidrográfi ca del Ebro, por su revisión e inestimables comentarios sobre el posible caudal máximo de la avenida.

A Adrián Monserrate, estudiante de Proyecto Fin de Máster, que tuvo la amabilidad de darnos noticia de la localización de la anilla que mar-caba las máximas avenidas en el puente de Piedra en los planos para su remodelación de 1972. Y recientemente, con este artículo ya en prensa, facilitarnos los resultados de su proyecto sobre la “Reconstrucción de las avenidas de fi nales del siglo XIX en Zaragoza”.

9. FUENTES DE ARCHIVO Y BIBLIOGRAFÍA

ARCHIVO DE LA DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE ZARAGOZA (ADP).

— Benefi cencia, Calamidades públicas. Legajo XII-743, 744— Gobierno político, Varios, Aguas. Legajo 2866— Gobierno político, Orden público, Varios. Legajo 1289

Figura 7. Avenida del Ebro. El puente de Piedra en la madrugada del 13 de enero último (vista copiada del natural). Tomás Padró. La Ilustración Española y Americana.

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ARCHIVO MUNICIPAL DE ZARAGOZA (AMZ)

— Sección 1ª, Gobernación, Benefi cencia. Caja 220, expediente 90/1871

ARCHIVO DE LA REAL SOCIEDAD ECONÓMICA ARAGONESA DE AMIGOS DEL PAÍS (ARSEA). Inventario nº: 2134, 2138, 2140, 2141, 2142, 2143, 2144, 2145, 2146.

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Memoria descriptiva de los trabajos llevados a cabo por la Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País y comisiones respectivas de la Diputación y el Ayuntamiento con motivo de la suscrición iniciada por la misma para el socorro de los perjudicados por la inundación del río Ebro en los días 12, 13, 14 y 15 del mes de Enero de 1871. Imprenta y Litografía de Calisto Ariño. Zaragoza, 1871; pp. 715-22.

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RESUMEN

LA INUNDACIÓN DEL EBRO DE 1871 EN ZARAGOZA

Se reproduce la inundación extraordinaria que registró el Ebro en su curso medio, y especialmente a su paso por la ciudad de Zaragoza, entre los días 10 y 13 de enero de 1871. Se describe y analiza no solo su realidad física, sino los efectos que tuvo sobre la sociedad y la respuesta dada por los poderes públicos de la época.

Se trata de una avenida muy similar a la registrada posteriormente en 1961. Se la han supuesto resultados más trágicos que los que tuvo, pero con todo causó graves daños y, como otras registradas en ese periodo en otros lugares de España, fue el aldabonazo necesario para que se empezara a tomar en serio la necesidad de implantar sistemas de aviso y prevención, que de haber estado en funcionamiento hubieran evitado víctimas.Palabras clave: Cuenca del Ebro, inundaciones históricas, avenidas, servicios de pre-vención y avisos, Zaragoza

ABSTRACT

THE EBRO RIVER FLOOD OF 1871 IN ZARAGOZA

The paper reproduce the extraordinary fl ood that took place in the middle Ebro river, especially at the city of Zaragoza, between 10 and 13 January 1871. It describes and analyses not only the physical event, but the effects it had on society and the response given by the authorities of the time.

This fl ood was very similar to the one that would occur in 1961. It has been suppo-sed having caused more tragic results than it actually had, but still provoked extensive damage. Together with other fl ood events taking place in Spain in that period, it was the trigger to take seriously the need to implement warning systems. If they had been in operation it's likely there would have been fewer victims.

Key words: Ebro river basin, historical fl oods, fl oods, warning systems, Zaragoza

RÉSUMÉ

L'INONDATION DE L'ÈBRE DE 1871 À ZARAGOZA

On décrit la crue extraordinaire enregistrée sur le cours moyen du fl euve Ebre,notamment lors de son passage par la ville de Saragosse, entre les jours 10 et 13

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LA INUNDACIÓN DEL EBRO EN 1871 EN ZARAGOZA 169

janvier 1871. On expose et on analyse non seulement la réalité physique, mais aussi les effets qu'elle a eu sur la société et la réponse donnée par les pouvoirs publics de l'époque.

Il s'agit d'une crue comparable à celle constatée en 1961. On lui a supposé des conséquences plus tragiques qu'elle en a eu, mais malgré tout, elle a provoqué de graves dégâts et, comme d'autres enregistrées à cette époque ailleurs en Espagne, elle a été le signal d'alarme nécessaire pour qu'on commence à prendre en considération la nécessité d'établir des systèmes d'alerte et prévention qui auraient pu éviter des victimes.

Mots clé: Bassin de l´Èbre, inondations historiques, crues, services de prévention et alertes, Saragosse.

Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013 ISSN: 0210-8577(171-198)

LOS PRINCIPIOSCIENTÍFICO-DIDÁCTICOS Y EL

DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE.UN MODELO PARA EL ANÁLISIS

Y LA COMPRENSIÓN DEL PROBLEMA

SCIENTIFIC-DIDACTIC PRINCIPLESAND A SUSTAINABLE HUMAN

DEVELOPMENT. A MODELTO ANALYSE AND UNDERSTAND

THE PROBLEM

PorAntonio Luis García Ruiz* y Juan Jesús Lara Valle**

1. INTRODUCCIÓN

Desde sus orígenes, en la Grecia clásica, hasta la actualidad, la Geo-grafía ha tenido como meta fundamental el estudio de la Tierra y de las relaciones humanas que en ella se producen. Vinculada con ella, la His-toria se ha ocupado también de la evolución de dichas relaciones y de la organización de las sociedades en el tiempo. Geografía e Historia, espa-cio y tiempo, territorio y duración (asociada con la idea de movimiento, actividad, cambio, etc.), se convierten en dos referentes esenciales, en dos ciencias fundamentales y en las dos categorías principales —según Kant— (1989) para el estudio y el conocimiento de la existencia humana y de sus relaciones con el medio.

** Departamento de Didáctica de Ciencias Sociales.** Departamento de Geografía Humana. Universidad de Granada.

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172 ANTONIO LUIS GARCÍA RUIZ y JUAN JESÚS LARA VALLE

En el currículum de Educación Secundaria, la Geografía y la Historia constituyen dos materias fundamentales del área de Ciencias Sociales, y todo ello, por la sencilla razón de que sus campos de conocimiento res-ponden, mejor que ningunas otras disciplinas, a las necesidades formati-vas de los ciudadanos y ciudadanas del siglo XXI. Pues bien, tanto desde el punto de vista geográfi co, como histórico y de las Ciencias Sociales, el tema del Desarrollo Humano Sostenible, es fundamental para el currícu-lum de nuestra área de conocimiento. En un mundo, cada día más globa-lizado e intercomunicado, el Desarrollo Humano Sostenible, las pautas por las que pretendemos que se rija la Humanidad en los próximos años, a corto y medio plazo, hay que incluirlo en los contenidos curriculares de las Ciencias Sociales de manera prioritaria y globalizada. El papel que la Geografía puede desempeñar en la interpretación y puesta en práctica de este nuevo paradigma del desarrollo ha venido siendo reivindicado, recientemente, por los geógrafos (Toro Sánchez, F. J. 2007).

Para poder abordar, con garantías de éxito, la enseñanza y el aprendizaje de este tema, hemos recurrido y aplicado el modelo de Principios Científi -co-Didácticos, elaborado por García, A. L. y Jiménez, J. A. (2006 y 2007). Sostenemos que este modelo, indicado para la enseñanza de la Geografía y de la Historia, se puede aplicar en todos los temas de ambas disciplinas, así como en los de las áreas de Ciencias Sociales y de Humanidades; pero que hay algunos temas específi cos, en los que esta metodología se puede aplicar mejor. Este es el caso del Desarrollo Humano Sostenible, y, por tanto, el objeto principal del presente artículo. Los Principios Científi co-Didácticos que componen el modelo, los exponemos en el cuadro 1.

Como fuente principal para el estudio del problema, hemos recurrido al conocido Informe de Desarrollo Humano, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) Ediciones Mundi-Prensa (1993 a 2009 y otros). Previo a la aplicación de los PCD al tema del Desarrollo Humano, haremos una sucinta presentación sobre la for-mación histórica de este nuevo paradigma, que debe regir las relaciones del Hombre con su Medio Geográfi co.

2. EL CONCEPTO DE DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE VERSUS CRECIMIENTO ECONÓMICO

El interés por defi nir y evaluar el desarrollo de los países se incre-mentó después de la II Guerra Mundial, con el proceso de descoloni-

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LOS PRINCIPIOS CIENTÍFICO-DIDÁCTICOS Y EL DESARROLLO HUMANO... 173

zación y la instauración de un nuevo orden económico mundial. Desde entonces, el término “desarrollo” ha ido evolucionando y cargándose de nuevos contenidos con el paso del tiempo.

En su acepción más tradicional, el desarrollo se asimiló al crecimien-to económico de un país y, por tanto, se defi nió como un proceso durante el cual aumenta la renta nacional por habitante; es decir, aumenta el acceso de la población a una mayor cantidad de bienes y de servicios. El incremento de la renta nacional a lo largo del proceso, sería el indicador que mejor resumía el grado de desarrollo alcanzado como consecuencia de la modifi cación en una serie de variables impulsoras del crecimien-to, que tenían que ver con la oferta de los factores de producción y la demanda de productos. En este concepto de desarrollo destaca, como características esenciales, el valor de la producción y el reparto que se hace de la misma. El producto nacional y el producto nacional por habitante fueron los dos indicadores utilizados para medir el nivel de desarrollo (Bifani, P., 1999).

El concepto de desarrollo, ligado con el crecimiento económico, en-tra en discusión en los años setenta. Con la reivindicación de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI), desde los países menos desa-rrollados, se asienta la idea de que no puede haber desarrollo si este no va acompañado de una más justa redistribución de la riqueza y si no se encuentran satisfechas las necesidades básicas de las personas. (Griffi n,

1. Especialidad: ¿dónde ocurre o ha ocurrido?2. Temporalidad: ¿cuándo ocurre o ha ocurrido?3. Confl icto-consenso (modalidad): ¿cómo ocurre o ha ocurrido?4. Actividad, evolución, cambio y continuidad: ¿cómo ha evolucio-

nado o evoluciona?5. Intencionalidad: ¿qué pensaban, qué pretendían?6. Interdependencia: ¿qué o quienes intervienen o han intervenido?7. Causalidad: ¿por qué ocurre o ha ocurrido?8. Identidad: ¿cuáles son o fueron sus rasgos o características esen-

ciales?

Cuadro 1. Principios Científi co-Didácticos (PCD) para la enseñanza de la geografía y de la historia

Fuente: García, A. L. y Jiménez, J. A. (2006:80).

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K., 2001). Así, aunque en el decenio de 1980 predominará la idea de desarrollo impuesta desde el Banco Mundial, una nueva semántica del desarrollo se irá fraguando en esta década, marcada por importantes acontecimientos políticos, sociales y económicos: desmoronamiento del comunismo, constitución de gobiernos democráticos en muchos países en desarrollo, aparición de organizaciones populares, etc. Además de ello, se producirá en las sociedades más avanzadas, una mayor sensibi-lidad y solidaridad ante los problemas del subdesarrollo y un resurgi-miento del espíritu más humano.

En consecuencia, al fi nalizar los años ochenta, se abrirán paso nue-vas orientaciones en la concepción del desarrollo. Dos nuevas visiones tendrán especial signifi cación: la orientación ecológica y la orientación social. Dos informes serán decisivos para hacer ver a la opinión interna-cional la importancia de la consideración de la interacción entre medio ambiente y crecimiento económico: uno será el informe Meadows: “Los límites del crecimiento” (1972) y otro, el Informe Brundtland: “Nuestro futuro Común” (1987). En ambos se da la voz de alerta sobre las con-secuencias que se pueden derivar para la Humanidad de un crecimiento que no tenga en cuenta la limitación de los recursos y su fragilidad. Se impone un nuevo concepto de desarrollo, donde se recalca el carácter so-lidario y responsable que debe existir entre todos los pueblos de la Tierra y con las generaciones venideras. Este nuevo concepto de desarrollo se adjetiva como “humano” y “sostenible” (CMMAD, 1987).

Por lo tanto, terminada la Guerra Fría, se piensa que el desafío con-siste en reconstruir las sociedades en torno a las auténticas necesidades de la gente. No obstante, las raíces del concepto de desarrollo humano son más profundas de lo que pueda parecer. En la antigüedad clásica hubo pensadores, como Aristóteles, que denunciaron lo erróneo que po-día resultar poner el fi n último en la consecución de la riqueza: En el Libro I de la Etica a Nicómaco, que trata sobre la Felicidad y de cómo el Hombre aspira a la consecución del bien como fi n último de todas sus acciones. “es evidente que este fi n sería el bien e, incluso, el supremo Bien”, este, Aristóteles lo centra en la Felicidad y esta no la pone en la posesión de la riqueza: “En cuanto a la vida dedicada al dinero, es un género violento y resulta evidente que la riqueza no es el bien que buscamos, pues es algo útil, un medio para obtener algo más”, sino en la conjunción en la búsqueda de una serie de bienes espirituales o

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intelectuales y materiales. (Aristóteles: Ética a Nicómaco: Libro I,5.) Incluso los inspiradores de la llamada economía clásica, piensan que la consecución de la riqueza debe conducir a alcanzar valores más altos. Pero estos matices sobre el desarrollo, quedaban desdibujados y en un muy segundo plano ante la importancia que se le daba a la evolución del crecimiento económico, como auténtico catalizador del crecimiento y desarrollo de un país. Sin embargo, la crítica fue demostrando que la riqueza y el desarrollo no siempre tenían que ir de la mano, que podía haber desarrollo sin riqueza y riqueza sin desarrollo. Por eso, se fue ha-ciendo cada vez más necesario desligar ambos conceptos. El primer paso será diferenciar entre crecimiento económico y desarrollo; posteriormen-te, será el enriquecimiento semántico del mismo concepto de desarrollo.

En 1986, la Asamblea General de las N. U. en su resolución 41/128, de 4 de diciembre, defi ne el desarrollo como “un proceso global econó-mico, social, cultural y político, que tiende al mejoramiento constante del bienestar de toda la población y de todos los individuos sobre la base de su participación activa, libre y signifi cativa en el desarrollo y en la distribución justa de los benefi cios que de él se derivan” (Reso-lución 41/128: pág. 1) Unos años después, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en su primer Informe sobre Desarrollo Hu-mano, publicado en 1990, introduce el concepto de Desarrollo Humano entendiendo por tal “un proceso de ampliación de las opciones de la población”. Este concepto considera que el hombre no es un mero instru-mento de producción y que sus necesidades se agotan en la consecución de unos bienes materiales. Como se subraya en el Informe de 1994: “El concepto de desarrollo humano rechaza esta concentración exclusiva en la población en cuanto a capital humano. Acepta el papel central del capital humano para realzar la productividad humana. Pero se preocupa en igual medida de crear una atmósfera económica y política en que la gente pueda aumentar su capacidad humana y usarla en forma apropiada. Se preocupa también de opciones humanas que vayan mucho más allá del bienestar económico” (IDH, 1994: pag. 20).

Obviamente este nuevo concepto de desarrollo exigía nuevas formas de medición. Los índices de renta per capita, o aquellos más comple-jos de carácter multivariante, pero que utilizaban solamente variables económicas, resultaban totalmente inadecuados. Por ello, una de las primeras tareas del PNUD fue la elaboración de un índice que refl ejase

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más fi elmente la realidad que se pretendía evaluar. La creación del Ín-dice de Desarrollo Humano (IDH) del PNUD, en 1990, fue una llamada defi nitiva para reconocer que el desarrollo humano es algo más que la economía, y que se refi ere tanto a la calidad de la vida humana como a la cantidad de crecimiento económico.

El Índice de Desarrollo Humano (IDH) mide el progreso general de un país en tres dimensiones básicas del desarrollo humano: el nivel de salud, medido en función de la esperanza de vida al nacer (longevidad); el nivel educacional, representado por el índice de alfabetización de los adultos medido en función de una combinación de alfabetización de per-sonas adultas(ponderación, dos tercios) y de las tasas de matriculación combinada de enseñanza primaria, secundaria y universitaria (pondera-ción, un tercio); y el nivel de vida, medio a partir del poder adquisitivo, sobre la base del PIB per capita ajustado al coste local de la vida (lo que técnicamente se denomina paridad del poder adquisitivo o PPA). El IDH, con el paso del tiempo, se ha ido haciendo más complejo. En 1993 eran 253 los indicadores que se utilizaban para elaborarlo.. Estos abarcaban desde los índices de mortalidad infantil hasta indicadores de la calidad del aire, pasando por los derechos humanos, el número de televisores por habitante y el número de personas por automóvil.

Desde 1990 el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) viene publicando anualmente el Informe sobre Desarrollo Hu-mano. Su creador fue Mahbub Ul Haq (1934-1998). Ha sido califi cado como la joya de la corona del PNUD. En él se analiza tanto los conte-nidos que deben estar presentes en el concepto, como una evaluación en la marcha del Índice. Cada uno de los informes desarrolla un tema prioritario. Así el de 1990 se basó en defi nir los auténticos objetivos del desarrollo y en proponer el Indice de Desarrollo Humano como un índice complejo y multivariante, que permite evaluar de manera más cabal el nivel de desarrollo de una población. El Informe de 19991, se ocupó de la fi nanciación del desarrollo humano y de la función de los gobiernos. El Informe de 1992, se centró en desvelar como infl uyen los mercados internacionales en la evolución del desarrollo humano, llegando a la conclusión de que los mercados hacen perder a los países en desarrollo oportunidades económicas por valor de unos 500.000 millones de dóla-res al año, 10 veces más de lo que reciben en ayuda exterior. El de 1993, sentaba las premisas que deben inspirar los programas de desarrollo

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humano. El de 1994, subrayaba la dimensión universal del desarrollo humano: “El desarrollo debe posibilitar que todos los individuos au-menten su capacidad humana en forma plena y den a esa capacidad el mejor uso en todos los terrenos, ya sea el económico, el cultural o el político”. Por otro lado, insiste en el carácter de sustentable o sostenible que debe inspirar el auténtico desarrollo humano. El informe de 1996 analiza el carácter y el grado de fortaleza de los vínculos entre el creci-miento económico y el desarrollo humano.

El correspondiente a 1997 se centra en la pobreza. Defi ne la pobreza desde la perspectiva del desarrollo humano como la negación de las opor-tunidades y las opciones más fundamentales del desarrollo humano, como son vivir una vida larga, sana y creativa y disfrutar de un nivel decente de vida, libertad, dignidad, respeto por sí mismo y de los demás. Elabora el Índice de pobreza humana (IPH) y evalúa su estado a nivel mundial. Finalmente presenta alternativas para su erradicación. En el Informe se llega a la conclusión de la necesidad del crecimiento económico para el desarrollo, pero siempre y cuando se preste más atención a la estructura y calidad de ese crecimiento, cuidando que esté orientado al apoyo del desarrollo humano, la reducción de la pobreza, la protección del medio ambiente y la garantía de la sustentabilidad. El informe de 1998 se orientó al consumo. Tras defi nir el consumo como un medio para el desarrollo humano y no como un fi n en sí mismo, alerta sobre las graves consecuen-cias que pueden derivarse de un consumo incontrolado y desequilibrado. El Informe de 1999 afronta la incidencia de la globalización. Ve en ella un medio que puede ser benefi cioso para la humanidad, pero que también se corre el peligro de que sus efectos positivos solamente llegue a unos pocos. Por eso proponen un programa de reformas nacionales y mundiales para que estas amenazas no se cumplan. El informe del año 2000 se centra en analizar las vinculaciones que existen entre derechos humanos y desa-rrollo humano, ambos tiene una visión y una fi nalidad común: velar por la libertad, el bienestar y la dignidad de todos y en todas partes.

El informe sobre el Desarrollo Humano se ha ganado un prestigio internacional por su independencia, objetividad y rigor científi co. Entre las conclusiones que se han podido desprender a raíz de los resultados arrojados por los informes sobre desarrollo humano y el IDH destacan:

— Que no existe un vínculo automático entre ingreso y desarrollo humano.

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— Que los niveles de desarrollo se siguen mostrando de manera desigual entre hombres y mujeres.

— Una desequilibrada distribución de los ingresos, repercute nega-tivamente en los niveles de desarrollo.

— Que los niveles de desarrollo presenta grandes diferencias re-gionales.

— Etcétera.Y entre las recomendaciones formuladas por el UNDP un programa

sobre Desarrollo Humano debe incluir, entre otras, las siguientes pre-misas:

— Mejorar las estadísticas sobre desarrollo humano.— Establecer los agentes que han de llevar a cabo el proceso, con

sus cuotas de responsabilidad.— Coordinación de los sectores implicados— Búsqueda de cooperación internacional— Participación ciudadana en la política de desarrolloAsí pues, de la fi losofía que sustenta estos informes, se puede con-

cluir que las principales claves que defi nen el auténtico desarrollo hu-mano se concretan en:

— El universalismo como el verdadero fundamento del desarrollo humano; es decir, el reconocimiento de las reivindicaciones vitales de todas las personas.

— El desarrollo humano es sostenible, es decir, es solidario con las generaciones presentes y futuras.

— Unas relaciones humanas justas, basadas en el diálogo de todos los agentes sociales

— Un respecto a la singularidad y diversidad de los pueblos y de las culturas.

— Una mejora de las condiciones de calidad de vida y bienestar social de todas las personas. En consecuencia el desarrollo tiene una dimensión eminentemente social.

— El desarrollo implica un proceso de cambio duradero en la mejora de las condiciones de vida de la gente.

— El desarrollo debe fundamentarse en los pilares de la justicia y la equidad social.

Son estas las condiciones en las que se puede fundamentar una so-ciedad en paz. El desarrollo basado en los modelos de la explotación de

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los ricos sobre los pobres, no hace sino generar situaciones de injusticia que más tarde o más temprano terminará germinando en situaciones de confl icto y violencia; por ello resulta tan necesario poner el objetivo, a pesar de todo lo utópico que pueda resultar, en la consecución de un desarrollo humano sostenible (Lara Valle, J. J., 2004).

3. PRINCIPIOS CIENTÍFICOS Y DESARROLLO HUMANOSOSTENIBLE

Si en tiempos de abundancia hay que seleccionar y en tiempos de escasez hay que agudizar, en cualquier otro tiempo habrá que hacer ambas cosas: seleccionar hechos, situaciones, problemas, prioridades, contenidos, etc. y agudizar para entender, responder, resolver, actuar, satisfacer, etc. Nos estamos refi riendo, indistintamente, a aspectos geo-gráfi cos y socioeconómicos, como pedagógicos, a la planifi cación para el desarrollo humano, como a la programación curricular en el aula.

Sostenemos, pues, que tanto desde el punto de vista de la ciencia (Geografía, Historia, Economía, etc.) como desde el punto de vista de la docencia, hay que “regresar las cosas mismas”, siguiendo esta ex-presión de la fenomenología de Husserl (1937); es decir, recalar en la cara visible, en la naturaleza y en la dimensión real de los hechos, para después penetrar en sus signifi cados, en sus esencias, en sus causas, y en defi nitiva, profundizar en ellas y comprender el problema. Entonces, así, hacemos investigación científi ca, le damos función, utilidad y aplicación a nuestras ciencias y también sentido a la enseñanza y al aprendizaje de las mismas.

Para ello necesitamos recurrir los Principios Científi cos de la Geo-grafía y de la Historia, a los mecanismos que rigen nuestras disciplinas y que implementan su desarrollo; porque también, son didácticos, ya que facilitan la mejor comprensión por parte del estudiantado: “los Princi-pios constituyen una forma distinta de acercarse a la materia, identifi car su naturaleza y dimensión, profundizar en ella, comprender su valor formativo y su función en la ciencia y en la sociedad. Nos ayudan, no sólo a relacionar objetos y hechos sino a entender el conjunto de las relaciones humanas y del universo más allá del área y de la disciplina. Son líneas y ejes de continuidad, formas de conexión de contenidos, vínculos intradisciplinares e interdisciplinares, mecanismos horizontales

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y transversales, herramientas de análisis, habilidades intelectuales, ins-trumentos didácticos, etc. En resumen, son medio y mensaje, método y objetivo, plan global para el estudio y la comprensión de la Geografía y de la Historia de la Humanidad” (García y Jiménez, 2006:66).

Abocados ya en el siglo XXI, concluida la primera década del mismo y sumidos en una crisis de connotaciones históricas, se hace más necesa-rio que nunca la revisión de los planteamientos que nos han conducido a ella. Pero no serán los economistas los que nos darán la solución; si es así, sólo será una solución técnica, coyuntural y poco duradera. Es necesaria una refl exión más rigurosa, más amplia, más profunda, más holística, en la que entren todas las ciencias y en la que geógrafos, histo-riadores y educadores, tendrán mucho que decir, si es que verdaderamen-te pretendemos un Desarrollo Humano equitativo, pacífi co y sostenible.

El modelo de Principios Científi co-Didácticos, con toda su extensión y en todas sus dimensiones (fi losófi ca, epistemológica, ética, estética y educativa), constituye el mejor camino para conseguirlo, porque:

— Parte de una visión holística del mundo, de totalidad y univer-salidad.

— Profundiza en la complejidad de los hechos.— Busca las razones más allá de lo visible, en la fi losofía, en la

religión y en lo trascendente.— Argumenta en lo científi co, en lo epistemológico, en la Teoría

General de Sistemas.— Emplea una metodología científi ca y aplicada al conocimiento.— Recala en “lo real”, en lo cotidiano, en lo auténtico, en el día a

día de los ciudadanos de a pie.— No olvida el gran potencial de los recursos de la naturaleza -tan

abundantes y variados como desconocidos- y la enorme capacidad de los seres humanos para explotarlos y usarlos adecuadamente.

— Pero no menos importantes son los valores descriptivos, estéticos y emocionales del paisaje: “recuerdo el contraste del verde tierno de las hojas primaverales del hayedo y el intenso color verde del pino negro, la Faja de Pelay y los rododendros fl orecidos entre las rocas calizas, la lluvia intensa que momentáneamente lo empapaba todo, la niebla, las praderas alpinas... el camino del pueblo de Bulnes y el frío intenso en la cara y en las manos... la luz en la madrugada cuando descendíamos del Teide al Pico Viejo.” C. Sanz (2009:14).

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3.1. El principio de espacialidad

El espacio es el tema central y la preocupación principal de la Geo-grafía como ciencia; de ahí la constante y voluminosa literatura geo-gráfi ca sobre el mismo. Igualmente, el principio de espacialidad, que se elaboró en el III Congreso Internacional de Geografía (Venecia, 1881), se considera fundamental; sin conocer la localización y distribución de los hechos geográfi cos no es posible el estudio serio de ninguno de ellos. Pero este interés de nuestra ciencia por las relaciones hombre-medio, por las relaciones espaciales, no es en absoluto caprichosa, sino que responde a las necesidades vitales de espacio que tiene el hombre y el resto de los seres vivos, así como a la preocupación científi ca principal, de los habitantes de la Tierra, desde que en Grecia, surge por primera vez, como señala Farrington (1972), el conocimiento científi co desvin-culado de creencias y consideraciones religiosas. Bailly A. y Beguin H. (1992:54) consideran el espacio como “el centro de las prácticas huma-nas” con lo que “el concepto de espacio es, pues, el hecho central de la Geografía: es el fundamento de la Geografía”. En el año 1986, durante una visita a España, le preguntaron a Y. Lacoste: “¿qué es Geografía?” y respondió “pensar el espacio”.

No menos importante es el concepto y la función del espacio en el desarrollo individual y personal de los seres humanos, en la Educación. “El espacio está presente de manera continua y constante en nuestro quehacer diario; constituye el medio vital por excelencia, donde nace-mos, vivimos y morimos. Consecuentemente, nuestros pensamientos, nuestras creencias, nuestros sentimientos, nuestros éxitos y nuestros fra-casos, siempre se producen en el espacio en general y comúnmente en un espacio determinado (García y Jiménez 2006:88). Para analizar las correlaciones entre espacio y desarrollo humano, hemos de recurrir a dos criterios fundamentales de la explicación espacial, siguiendo la teoría marcada por Harvey (1970): los aspectos físicos, elementos geométricos y coordenadas geográfi cas, por un lado, y los aspectos humanos, atribu-tos, sustancias y propiedades, por otro.

Actualmente la correlación entre espacio y desarrollo humano es evidente, partiendo de los tres grandes grupos de países que contempla el Informe: desarrollo humano alto, medio y bajo. De los 175 países existentes (no se tienen datos de todos), los 50 primeros con un índice de Desarrollo Humano alto (+0.800) se sitúan en torno a las tres grandes

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áreas desarrolladas del mundo. Europa, Estados Unidos-Canadá y Japón, Australia-Nueva Zelanda; a ellos habría que añadir algunos de Latino-américa (Chile, Argentina y Uruguay) y otros países un tanto asimétri-cos que por su riqueza (petróleo normalmente) o por su baja población pueden mantener un D. H. aceptable (Israel, Kuwait, Bahamas, etc.). En todos los casos existen tanto consideraciones espaciales físicas, como humanas.

Más claro queda, sin embargo, la correlación entre países con bajo IDH (< 0,500) y espacio: los 30 existentes están en el continente afri-cano, y, entre ellos, hay grandes y pequeños, interiores y costeros, pero todos en el África subsahariana. El factor físico-espacial, predomina sobre el atributivo.

El resto de los países con IDH medio (+0,500 y –0,800) es el más numeroso; casi cien países están en esta situación, perteneciendo a áreas muy diversas y considerando la “temporalidad” como otro de los grandes factores explicativos: países mediterráneos, asiáticos, latinoamericanos, y, por supuesto, también africanos. Se produce una correlación asimétri-ca entre localización, características y recursos.

3.2. Principio de temporalidad

Como segundo principio importante, y vinculado con la especialidad, nos encontramos con el de temporalidad. Espacio y tiempo, tiempo y espacio, parece que constituyen las dos caras de la misma moneda, los dos parámetros principales de los seres humanos y del resto de los se-res vivos. “Si el espacio es un bien escaso, el tiempo lo es también; de modo que estas dos variantes constituyen un nicho ecológico ocupado por las especies vivas” (Bailly y Beguin 1992:70). ¿Dónde? y ¿cuándo? son las dos eternas preguntas para conocer, tanto un hecho elemental y cotidiano, como para profundizar en el origen auténtico y último de las cosas, es decir, para llegar al conocimiento científi co. Al igual que el espacio, el tiempo posee varias dimensiones: física, cósmica, universal, unidireccional; la social, producto de las relaciones de convivencia entre las personas y grupos de las distintas sociedades; el tiempo vivido, el tiempo percibido y el tiempo representado y medido. El principio de temporalidad es el otro requisito imprescindible en el análisis histórico y científi co de los hechos, y en el aprendizaje de los mismos. El estudio de la temporalidad histórica “nos dota de las herramientas necesarias para

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la interpretación del presente, mediante el conocimiento de los procesos que han llevado hasta el mismo y de circunstancias similares en otros momentos y lugares, proporcionando de esta manera una perspectiva más amplia y una mayor comprensión del mismo” (García y Jiménez 2010:237).

Para el estudio del Desarrollo Humano Sostenible, el principio de temporalidad, el tiempo histórico, nos da una perspectiva muy amplia, el descubrir el trasfondo histórico de los hechos, conocer su evolución y poder comparar el comportamiento humano con otros tiempos, además de con otros espacios. Buen ejemplo de ello, puede ser el conocer la evolución de los confl ictos a lo largo del tiempo. En el cuadro 2 podemos comprobar con asombro el porcentaje de población muerta en confl ictos. Aunque sea brevemente, podemos destacar el fuerte incremento del porcentaje en el siglo XIX, el siglo de la Revolución Industrial y del Liberalismo, pero también del Co-lonialismo y la ocupación de África. Más tristeza nos debe producir el índice del siglo XX, en el que el 4,35% de la población mun-dial, murió por causas de los confl ictos. El desarrollo bélico y arma-mentístico, nos pueden dar la explicación: Hiroshima y Nagasaki también deben estar en la “memoria histórica” de los ciudadanos del mundo.

Muertes en confl ictos

Población

Muertes en Muertes en

mundial a confl ictos como

Período confl ictos mediados del

proporción de (millones)

siglo (millones) la población

mundial (%)

Siglo XVI 1,6 1.493,3 0,32

Siglo XVII 6,1 1.579,1 1,05

Siglo XVIII 7,0 1.757,4 0,92

Siglo XIX 19,4 1.172,9 1,65

Siglo XX 109,7 2.519,5 4,35

Cuadro 2. Personas fallecidas en confl ictos

Fuente: Informe sobre Desarrollo Humano (2005:175).

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3.3. El principio de modalidad: confl icto/consenso

A lo largo y a lo ancho de la historia de la humanidad podemos hablar de la “constante de los intereses y de la permanencia de los confl ictos”; los seres humanos, en todos los tiempos y en las diferentes escalas es-paciales, siempre han tenido intereses que les unían e intereses que les separaban. El confl icto es el resultado de la contraposición de intereses. Pero este hecho ha sido interpretado de diferentes maneras; mientras los historiadores marxistas consideran al confl icto de clases como motor de la Historia, hoy las nuevas corrientes pacifi stas tratan de analizar los con-fl ictos, para resolverlos de manera dialogada y consensuada. En la otra cara de la moneda del confl icto, se encuentra el consenso, equivalente a cuerdo entre las partes para resolver un problema o para establecer una meta común. Gracias al consenso, a lo largo de la Historia, se han fi rma-do paces, se han tomado acuerdos, se han creado las Naciones Unidas, se han aprobado los Derechos Humanos y se ha aceptado nuestra actual Constitución española.

Pero aunque sean dos caras de la misma moneda o -como hemos dicho- el concepto de confl icto no es tan reducido, ni tan bipolariza-do, como ocurre igualmente con otros muchos valores o elementos de análisis del comportamiento ético y moral de las sociedades. Nuestra visión ha de ser más abierta, más positiva y aceptar que el confl icto, no es siempre sinónimo de enfrentamiento, desgracia o negatividad. Para entenderlo mejor habría que recalar en las teorías y estudios sobre la condición humana y en las necesidades de los habitantes de la Tierra, que van desde la subsistencia a la opulencia, desde el trabajo al ocio, desde el nomadismo a las grandes ciudades, etc. pasando por el afecto, el amor, la libertad, la identidad, el respeto, la creatividad, de relación, etc. “Inspirándose en las propuestas teóricas de Julen Freund (1970) y en el pensamiento sociológico de Max Weber (1990), R. F. Entelman (2002) radica el sentido espistemológico del Principio de confl ictividad entre los elementos propios a las relaciones sociales. Este autor presenta la relacionalidad social como aquella relación compuesta por conductas recíprocas que se condicionan entre sí.” (García y Jiménez 2006:189).

El papel que desempeñan los confl ictos en el Desarrollo Humano Sostenible es crucial. Cierto que los recursos de la naturaleza son di-ferentes de unos lugares a otros, que igualmente el nivel de desarrollo

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alcanzado por unas áreas u otras, son también diferentes, pero lamen-tablemente la razón principal que directa o indirectamente asiste a la migraciones de la población, se basa en gran medida en el confl icto “las personas desplazadas por confl ictos o situaciones de inseguridad plantean desafíos espaciales. Se calcula que unos catorce millones de refugiados viven fuera de su propia nación, es decir, alrededor del 7% de las migraciones del mundo” (IDH 2009:2). Pero los confl ictos afectan no solo a las migraciones internacionales, sino también a las interiores de un país, que son más importantes. “La abrumadora mayoría de quienes cambian su lugar de residencia habitual lo hacen en el interior de su propio país. Si usamos una defi nición conservadora, calculamos que los migrantes internos suman aproximadamente 740 millones de personas, es decir, casi cuatro veces la cantidad de aquellos que se desplazan a otro país.” (IDH 2009:2).

3.4. El principio de actividad

El principio de actividad, de cambio, de evolución, está presente en la vida humana y en el resto de los seres vivos desde que existimos y durante toda nuestra existencia; igualmente la Tierra gira inalterable-mente alrededor del sol y sobre sí misma, y, a su vez, todo lo que hay en ella se mueve de manera permanente. En los albores de la ciencia, en el siglo V antes de Cristo, ya fue observado y analizado dicho principio. La fi losofía de Platón se basaba, en gran medida, en la relación entre el ser y el cambio; todo ello vinculado con el movimiento y la mutación de las cosas. En la actividad reside la evolución de los seres vivos, y funciona esencialmente según dos tipos de factores: endógenos, internos o genéticos que obligan a alimentarse, preservarse, crecer y reproducirse y exógenos, externos o ambientales que obligan a adaptarse, para poder cumplir con los primeros. Han sido muchos los pensadores y hombres de ciencia, que han demostrado el principio de actividad: Heráclito, Galileo, Kepler, Newton, etcétera.

En síntesis podemos decir, que el principio de actividad, de dina-mismo, de cambio y continuidad, hay que considerarlo como otro refe-rente esencial para la comprensión de la Geografía, de la Historia, de la Economía, y, en defi nitiva, de la naturaleza, de las sociedades y de las culturas. Constituye así un axioma, con el que hay que contar y del que

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hay que partir, para acceder con rigor al conocimiento de los hechos, y ofreciéndonos ya de antemano la “existencia de incógnitas incontesta-bles e infi nitas, motivadas por las gran mutación en el centro del globo terráqueo: que mucho de lo que hoy es tierra fue mar y mucho de lo que hoy es mar fue tierra”, como diría Feijoo, en su Teatro Crítico Universal. (citado por Martínez de Pisón 2009).

La Teoría General de Sistemas de Bertalanffy (1976 y 1986), encaja perfectamente y adquiere un verdadero sentido de nuestro modelo de Principios Científi co Didácticos. Todos ellos, están integrados en esta teoría, pero es el de “actividad”, evolución, cambio y continuidad uno de los que mejor encaja. Forma parte de la dinámica interna de cada sistema, contribuye a desarrollar la función de los mismos (entradas y salidas, fl ujos, autorregulación, reservas, transacciones, etc.), vive en los dos tipos de fuerzas que según Cannon (citado por L. Cibanal, 2006) regulan cada sistema:

— La fuerza homeostática, que hace que el sistema continué y no varíe.

— La fuerza morfogenética, que al contrario de la anterior, hace que el sistema varíe.

El principio de actividad, vemos que está presente en todos los ele-mentos del universo; en unos su proceso es muy lento, como ocurre con las rocas, por ejemplo; pero en otros, por el contrario, es muy rápido, como ocurre con la población, por ejemplo. ¿Cómo ha evolucionado la “esperanza de vida”, uno de los índices fundamentales de Desarrollo Humano Sostenible?

En el cuadro 3 podemos observar con satisfacción que en el siglo XXI, pese al catastrofi smo de la crisis, hemos entrado con buen pie y es de desear que no sea tan confl ictivo como los dos anteriores. La espe-ranza de vida se ha incrementado en 7,1 años a nivel mundial, pasando de los 59,9 años en el quinquenio 1970-75 a 67 años, en el quinquenio 2000-05, treinta años después. El grupo de países que más crece se co-rresponde a un Desarrollo Humano Medio, es decir, los países en vías de desarrollo que aumentan su esperanza de vida en casi 10 años (de 57,6 a 67 años). Siendo cierta y objetiva esta media, no nos debe impedir ana-lizar situaciones particulares reseñables, puesto que la media no implica homogeneidad de ninguna manera. Así, por ejemplo, nos encontramos que Brasil pasa del 59,5 a 70,3, es decir que aumenta en 10,8 años; por

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el contrario la Federación Rusa disminuye sorprendentemente, lo que requeriría una refl exión específi ca: pasa de 69,7 a 65,4 que signifi ca una disminución de 4,3 años en la E. V. en un país con grandes recursos y una densa cultura.

De los 32 países con Desarrollo Humano bajo, 12 disminuye enesperanza de vida y 20 la aumenta, aunque sea un tanto por cientocorto; ejemplos: Zambia –12,8; Tanzania –3,5, Nigeria +0,5, Etiopía +4,1. Los 57 países del mundo con Desarrollo Humano alto, sí gozan de unanimidad en el sentido de que todos aumentan la esperanza de vida; habiendo 7 países que alcanzan los 80 años: Japón 81,9, Hong-Kong 81,5, Islandia 80,6, Suiza 80,5, Australia 80,2, Suecia 80,10 e Italia 80. Le seguían Israel 79,7 y España 79,5, pero que ya los han alcanzado.

3.5. El principio de intencionalidad

Que duda cabe de que el ser, el entender y el actuar de los seres humanos, ha estado siempre condicionado por unos pensamientos, unos valores, unas creencias, unos referentes éticos, morales, o religio-sos, etc.; en defi nitiva, una “intencionalidad”. Cuando queremos anali-zar y comprender los hechos de cualquier grupo humano, siempre nos preguntamos ¿qué creían?, ¿qué pensaban?, ¿qué pretendían?, ¿por qué lo hacían?, etc. La historia de las personas en sociedad, está marcada —como hemos dicho— por la constante de los intereses encontrados,

Países

Año Año Incremento

1970-75 2000-05

57 Desarrollo HumanoAlto 70,5 77,9 7,2

88 Desarrollo HumanoMedio 57,6 67,0 9,4

32 Desarrollo HumanoBajo 44,1 46,0 1,9

Total mundial 59,9 67,0 7,1

Cuadro 3. Evolución en la esperanza de vida al nacer

Fuente: elaboración propia con datos de IDH.(2005:21).

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que no lo es menos que las intenciones humanas contrapuestas, basadas en creencias, ideologías, pensamientos, economía, situaciones, etc. de origen muy diferentes.

Un principio que parece aceptado es el hecho de que las causas preceden a los efectos y que las intenciones preceden a los actos. No es nada fácil, aclarar estas afi rmaciones, más si consideramos la na-turaleza de la existencia humana, una permanente relación entre el “yo” y los demás, entre lo que soy y lo que percibo y aprehendo de mi entorno. Husserd (La crítica del juicio 1997:279) distingue dos tipos de intencionalidades:

a) La intencionalidad del acto, que es la de nuestros juicios y la de nuestras tomas voluntarias de posición.

b) La intencionalidad operante, que constituye la unidad natural y autopredictiva del mundo y de nuestra vida, que aparece en nuestros deseos y estimaciones más claramente que en el conocimiento obje-tivo.

Las ideas y los intereses contrapuestos, nos pueden conducir al con-fl icto, cuando no hay diálogo, ni tolerancia, sino enfrentamiento, in-tolerancia, fundamentalismo y fascismo. No es necesario recordar la Historia de Europa y del mundo en el siglo pasado, pero sí analizarla y considerarla, para trabajar en una dirección opuesta a ella. Hoy y ahora, en tiempos de baja, alimentada por la crisis, puede ser un buen momento para conseguirlo: “Frente a la preocupante situación del mundo actual hay que recurrir a las fuentes del ser, de la vida, de la humanidad, de los grandes valores comunitarios, de la auténtica educación del espíritu humano. Lo vienen reclamando con fuerza los científi cos, los grandes pensadores, los auténticos líderes sociales de este tiempo. Todos ellos inciden en que la búsqueda debe apuntar a los fundamentos y a los va-lores trascendentes de la persona, de la sociedad y de la cultura” Herrán y Muñoz (2002:43).

“Como nunca antes en la Historia, el destino común nos hace una llamada a buscar un nuevo comienzo” (Carta de la Tierra. Johannesburgo 2002).

Sin pretender incurrir en un optimismo infundado e irreal, sí podemos contar qué movimientos están en la mente y en el papel, en las intencio-nes y en las metas de la comunidad mundial para el presente milenio, conociendo sus objetivos (Cuadro 4).

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En septiembre de 2005, la Asamblea General de la ONU revisa los logros conseguidos desde que se fi rmó la Declaración del Milenio de 2000, lo que incluye el avance hacia la consecución de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio. Estos Objetivos proporcionan elementos de referencia concretos para medir el avance en ocho áreas y fi jan el año 2015 como la fecha límite para cumplir la mayoría de ellos:

Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre. Reducir a la mitad el porcentaje de personas con ingresos inferiores a un dólar diario y reducir a la mitad el porcentaje de personas que padecen hambre.

Objetivo 2: Lograr educación primaria universal. Velar porque los niños y las niñas de todo el mundo puedan terminar el ciclo completo de educación primaria.

Objetivo 3: Promover la equidad de género y la autonomía de la mu-jer. Eliminar las desigualdades de género en la educación primaria y secundaria, preferiblemente antes de 2005 y no después de 2015.

Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil. Reducir en dos tercios la tasa de mortalidad de los niños menores de cinco años.

Objetivo 5: Mejorar la salud materna. Reducir en dos tercios la tasa de mortalidad materna.

Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enferme-dades. Detener y comenzar a reducir la propagación del VIH/SIDA y otras enfermedades.

Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad ambiental. Reducir a la mitad la proporción de personas que carecen de acceso sostenible a agua potable y saneamiento.

Objetivo 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo. Re-formar la asistencia y el comercio otorgando un trato especial a los países más pobres.

Cuadro 4. Los objetivos de desarrollo del milenio

Fuente: IDH (2005: 44).

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3.6. Principio de Interdependencia

La Interdependencia es uno de los principios fundamentales del co-nocimiento de la ciencia, y muy particularmente de la Geografía y de la Historia. Su signifi cado es al mismo tiempo claro y sencillo -nada de lo que existe en el universo está aislado y desconectado sino que todo es interdependiente, cruzado y complejo- comprender las interdependen-cias ocultas de los fenómenos naturales y de los hechos sociales, sería entender la naturaleza y la vida humana en su auténtica dimensión-. La Interdependencia, además de producirse en todos los ámbitos de la vida, también se compone de escalas diferentes, que pueden ir desde los microorganismos más minúsculos al ecosistema terrestre, desde los confl ictos familiares a las guerras mundiales, desde el trueque a la glo-balización, de ahí que hayamos tenido que recurrir a la Teoría General de Sistemas (Bertalanffy, 1976) para su estudio y aplicación.

Particular interés tiene este principio para nuestras disciplinas; la Geografía por su carácter de “ciencia de síntesis” y la Historia, por su carácter de “ciencia global” han de tener el principio de interdependen-cia como axioma fundamental; al menos así lo creía Humboldt, A. V. (1769-1859), para el que entender la interdependencia de los fenómenos, era una tarea científi ca esencial. En el ámbito de la Educación y de las relaciones personales, “la interdependencia constituye un referente fun-damental; si aceptamos nuestra dependencia de los demás, la necesidad de relacionarnos unos con otros, tendremos un argumento serio para fomentar la comunicación, la tolerancia, el diálogo y, en defi nitiva la convivencia libre y democrática en todas las esferas de la vida familiar, social y política” (García y Jiménez, 2006:322).

Desde el punto de vista del desarrollo humano actual, la interde-pendencia constituye un hecho y una consideración fundamental. Tanto es así, que podemos considerarla como una característica principal: un mundo globalizado e interdependiente. La idea de “casa común” de Epi-curo (341-270 a.C.) se ha hecho realidad, y, ahora, sólo falta que seamos “capaces de amistad” como también nos anunciaba este fi lósofo griego. La revolución industrial y el colonialismo del siglo XIX, constituyen la primera fase de la actual globalización, gracias al incremento del comercio y al desplazamiento de la población.

Los movimientos migratorios de carácter centrífugo surgidos en la población europea del XIX y primera mitad del siglo XX, han invertido

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la tendencia y se han convertido en centrípetos en la segunda mitad del pasado siglo y en la primera década del XXI. A escala mundial, el co-mercio se ha convertido en el motor más poderoso de la globalización. Las relaciones comerciales se han multiplicado en cantidad y variedad. Las exportaciones se han duplicado en el último decenio del siglo y aún más en el primer quinquenio del XXI, contribuyendo al aumento del PIB y a la mejora de los ingresos “per cápita”; todo ello, con la ventaja de que dicho aumento, ha sido generalizado, es decir, que también se ha producido en áreas en vías de desarrollo y subdesarrolladas: Asia Oriental y Pacífi co, América Latina y Caribe, Asia Meridional, África Subsahariana, etc. Convendría hacer alusión a China; si en los años sesenta se produjo el milagro alemán, ahora tendríamos que hablar del “milagro chino”, el exceso de trabajo de sus habitantes, los bajos salarios que perciben y la política de constante devaluación de su moneda, han convertido al gigante asiático en el mayor exportador del mundo.

A pesar de las motivaciones económicas que mueven al comercio, este fenómeno como ha ocurrido a lo largo de la Historia, genera otros benefi cios, inicialmente no previsto: intercambio de información, de conocimientos, de datos, de personas, de culturas, etc. “La interdepen-dencia es la consecuencia natural del aumento de las exportaciones. Los niveles de vida tanto en los países pobres como en los ricos cada vez de-penden más del intercambio comercial. Más allá de las complejidades de la ciencia económica, la globalización genera resultados muy directos: la prosperidad de cualquier país que participa en el sistema internacio-nal de comercio depende cada vez más de la prosperidad de los demás países. Es verdad que la interdependencia es asimétrica: los países en desarrollo siguen siendo más dependientes de los países industrializados como mercados para sus exportaciones que viceversa, pero en el mundo globalizado de principios del siglo XXI los destinos de todos los países están inextricablemente unidos unos con otros” IDH (2005: 129).

3.7. El principio de causalidad

Vivimos en un mundo compuesto por sucesos y acontecimientos, que van desde lo personal a lo universal, desde lo sencillo a lo complejo, desde lo consciente a lo inconsciente, desde lo visible a lo invisible, etc. pero si todos esos sucesos o acontecimientos tienen una causa, podemos afi rmar que vivimos en un mundo lleno de causas, un mundo multicau-

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sal. “Cualquier hecho histórico o geográfi co tiene una o varias causas, no podía haber ocurrido de otro modo más que si algo, en la causa o causas, hubiese sido así mismo distinto. El axioma de que todo tiene causa es una condición de nuestra capacidad de comprender lo que a nuestro alrededor acontece.” (García y Jiménez, 2006: 360).

Las causas pueden ser de muy diversa índole, pero siempre media entre ellas la constante de los intereses y las intenciones manifi estas u ocultas, nobles o mezquinas. Con frecuencia podemos observar que hay más oposición al cambio que la continuidad, a la innovación que a la conservación, por lo que determinados procesos y revoluciones casi siempre se han retardado y cuando no se ha desvirtuado. Las ideas nuevas, los proyectos, los mensajes, necesitan difundirse y atravesar barreras para darse a conocer. Para T. Hägerstrand (citado por Bailly y Beguin, 1992:47) esas barreras, a veces infranqueables, son las resis-tencias: económicas, sociales, técnicas y muchas más según sea el tipo de fl ujo o mensaje. También ocurre que una misma situación, estructura o hecho, actúa como causa de interacciones encontradas, según en la parte en que te incluyas; ante el sistema político europeo del Antiguo Régimen: revolucionarios y conservadores.

Aplicado este principio a tema del Desarrollo Humano Sostenible, entendiendo tanto desde el punto de vista ecológico como humano, nos encontramos con el problema de los aranceles que los países ricos im-ponen a los demás, para difi cultarles acceso a sus mercados, lo que se convierte en una de las causas y resistencias al crecimiento de los países pobres y en vías de desarrollo.

3.8. El principio de identidad

El principio de actividad, de dinamismo, de evolución, que ya hemos citado, nos alerta sobre los procesos continuos de transformación a los que todo está sometido; como dijo A. Machado:

Todo se mueve, fl uye, discurre, corre o gira; cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.(A orillas del Duero)

Hoy, ochenta años después de que Machado escribiera estos versos, en las sociedades del conocimiento y de la postmodernidad del siglo XXI, los cambios son aun más acelerados y más generalizados; tanto es

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LOS PRINCIPIOS CIENTÍFICO-DIDÁCTICOS Y EL DESARROLLO HUMANO... 193

así que parece que solo existe el ayer y el hoy, porque el mañana, ya pue-de ser tarde. Cambia sobre todo la tecnología, y las modas, pero también los pensamientos y los sentimientos, la ciencia y los conocimientos. Sus principios y sus planteamientos.

Los principios de identidad y de diversidad, están hoy de moda; se reivindican en todo tipo de foros, pero sobre todo, en los de carácter político, donde parece que son descubrimientos recientes. Se buscan, denodadamente, identidades regionales, y no en sus aspectos fundamen-tales, sino en sus aspectos diferenciales. También se defi ende y potencia la hermosa diversidad paisajística, buscando unas diferencias inexisten-tes, puesto que tienen más en común que diferente. Pero sobre todo, se defi ende a ultranza la diversidad cultural y aun más la lingüística, parece que los grupos humanos vecinos, no queremos comunicarnos entre sí. Identidad y diversidad son conceptos complementarios y no contradic-torios. La identidad, necesita de la diversidad para cobrar sentido y la diversidad necesita de multitud de identidades para poder existir. Como indica nuestro citado poeta “el principio de identidad —nada hay que no sea igual a sí mismo— nos permite anclar en el río de Heráclito, de ningún modo aprisionar su onda fugitiva”.

En el caso del paisaje y del espacio, objeto principal y hecho central de la Geografía, el principio de identidad se muestra como meta singular de nuestra ciencia. El paisaje, producto de las relaciones hombre-medio, está compuesto por el conjunto de los tres tipos de elementos existentes en el mundo: bióticos, abióticos y antrópicos (M. Bolós 1992) y, por tanto, son componentes de la Geografi a-Física y de la Geografía Hu-mana, gracias a la infl uencia de Paul Vidal de la Blache y a la Escuela Francesa de Geografía; además de ello, como indica Harvey (1969:63) conviene mantener una segregación entre los dos lenguajes, el de la geometría y el de la sustancia, y conviene distinguir entre dos tipos de individuos geográfi cos: el defi nido por las coordenadas y el defi nido por las propiedades” (citado por Bailly y Beguin, 1992: 56). En cualquier caso, lo propio y específi co de un espacio, de un paisaje, de un hecho cualquiera, es aquello que le defi ne, es decir, su identidad y la identidad es el sinónimo de combinación, de forma de relacionarse los elementos o componentes del mismo, y a esta manera única de combinación de los elementos de un paisaje determinado es lo que M. Terán, denomi-nó con gran acierto “trabazón” (citado por Sancho Comins 1995:28).

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Comprender la trabazón es entender la identidad, y conocer la identidad de un hecho, es la meta principal de la enseñanza y de la investigación.

El principio de identidad nos conduce y nos permite el análisis en profundidad de dos realidades que chocan: una que se impone y otra que se opone. La globalización económica —basada fundamentalmente en el comercio internacional— y la globalización cultural —basada en el inter-cambio de información y en la migración—, son hechos irreversibles, que están cambiando las pautas de la humanidad a un ritmo acelerado. Pero existen otras realidades, que no solo se “resisten” a estos cambios, sino que se imponen: el fundamentalismo islámico, los nacionalismos radicales, los grupos antisistema, que no tienen otro sistema que ofrecer, la tecnociencia, la falta de espiritualidad, etc. son otros efectos que habrá que reconciliar.

Hemos de abogar por “la cultura de la humanidad” frente a la cultura de la “ciencia y de la mercancía”. Los seres humanos, los que poblamos la Tierra en el siglo XXI, dotados todos de unas mismas características biológicas, considerados con los mismos derechos, desplazados en un mismo planeta y cubiertos por el mismo cielo, no nos queda otra so-lución que el respeto, el entendimiento e incluso la amistad. Debemos reconstruir un nuevo “universalismo” basado en lo mucho que tenemos en común y enriquecido en armonía con todo lo que tenemos de dife-rente: diversidad.

4. CONCLUSIONES

Aunque con la brevedad de un artículo, la realización de este trabajo nos ha demostrado el funcionamiento y la efi cacia del modelo de Prin-cipios Científi cos Didácticos, tanto para el análisis en profundidad y la investigación científi ca, como para la enseñanza y el aprendizaje signifi -cativo de los temas de Geografía. La aplicación de los PCD universaliza los hechos particulares y particulariza los hechos universales (Principio de Geografía General), establece las relaciones de causalidad de los fenómenos, los contextualiza en su ámbito espacial y temporal, observa e interpreta la actividad, la evolución, los procesos y el dinamismo de las relaciones hombre-medio, comprende los substratos intencionales de los grupos humanos y, en defi nitiva, nos da a conocer las caracterís-ticas esenciales o identidad de los hechos, para así comprender mejor el mundo actual, única manera de integrarse en él y tratar de transformarlo.

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En referencia al tema investigado, entendemos que sin la localización espacial y temporal, es imposible abordar el estudio del Desarrollo Humano Sostenible. La confl ictividad, la actividad y la interdependencia del proble-ma planteado, se concreta en las relaciones comerciales internacionales, el intercambio de información, las migraciones de todo tipo, la localización industrial, las subvenciones, las tasas de aduanas, y, en resumen la globali-zación. Con todo ello “podemos afi rmar que existen razones objetivas para saber que nos encontramos, no solo ante un cambio de siglo y de milenio, sino ante un cambio esencial de transición histórica, con el que estamos pasando de un mundo parcelado a un mundo globalizado, de un mundo con-trolado a un “mundo desbocado” como el título de la obra de Giddens, A.

Pero los desequilibrios interterritoriales y ambientales del mundo actual, siendo graves, como lo son, no lo son tanto si los analizamos desde una perspectiva histórica y temporal, lo que permitirá ver que muchos de ellos se están atenuando en las últimas décadas. Con el refe-rente ético de los Derechos Humanos, y con un análisis más optimista de la humanidad, de la investigación y de la enseñanza, que desde aquí reivindicamos, junto con la introducción de parámetros más cualitativos, signifi cativos y simbólicos en los estudios sobre Desarrollo Humano Sostenible, debemos de recuperar la confi anza en el futuro de la huma-nidad y del planeta, aunque actuando siempre a la luz de los datos. El mundo, la naturaleza, la sociedad y la vida tienen miles de matices a los que la ciencia no ha podido llegar, a los que los seres humanos no nos hemos podido asomar, y nos esperan para descubrirlos.

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LOS PRINCIPIOS CIENTÍFICO-DIDÁCTICOS Y EL DESARROLLO HUMANO... 197

RESUMEN

LOS PRINCIPIOS CIENTÍFICO-DIDÁCTICOS Y EL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE. UN MODELO PARA EL ANÁLISIS

Y LA COMPRENSIÓN DEL PROBLEMA

El mundo actual se debate entre la globalización, el fundamentalismo, el naciona-lismo, etc. junto con los deseos de democratización en determinados países y una fuerte crisis económica. Pero lo más grave de todo ello, son las realidades humanas desafortu-nadas (hambre, enfermedad, violencia, paro, etc.) que permanecen en la Tierra y que nos obligan a refl exionar. Como docentes e investigadores en Geografía, esta crítica realidad debe cuestionar nuestros contenidos y métodos de enseñanza. Desde la Administración Educativa ya se viene haciendo, en los últimos años, un esfuerzo por adaptar el currí-culum de los actuales niveles educativos a este nuevo y convulso panorama mundial. Parece que en el fondo de todo ello, existen unos comportamientos, unas conductas, unos referentes axiológicos de la vida humana que es necesario repensar. En este artí-culo abordamos el problema del Desarrollo Humano Sostenible, junto con la necesidad de incluirlo en el currículum de Enseñanza Secundaria, y haciéndolo desde un nuevo modelo metodológico denominado de Principios Científi co-Didácticos.

Palabras clave: Desarrollo Humano Sostenible. Principios Científi co-Didácticos. Cu-rrículum Geografía e Historia.

ABSTRACT

DIDACTIC-SCIENTIFIC PRINCIPLES AND SUSTAINABLE HUMANDEVELOPMENT. A MODEL FOR ANALYSIS AND UNDERSTANDING

OF THE PROBLEM

In the present day the World debates over ideals such as globalization, fundamenta-lism and nationalism, together with the desire for democracy among certain countries and, of course, a global economic crisis. However, the most important of these pro-blems are the unfortunate human realities such as hunger, poverty, disease, violence and widespread unemployment which remain with us today and upon which we are obliged to refl ect. This critical reality should also make us, as teachers and Geogra-phy researchers, reconsider curriculum content and teaching methodologies and how we could include these themes in the educational system. Over the past few years education authorities have made an effort to adapt the present curriculum to meet this new convulsive human panorama. Nevertheless it would seem that at the base of the problem lie human behaviour patterns, forms of conduct and certain axiolo-gical references which ought to be analysed. In this article we tackle the problem of sustainable human development together with the necessity to include it within the Secondary-Education system, created from a new methodological model based on didactic-scientifi c principles.

Key words: sustainable human development, didactic-scientifi c principles, Curriculum of geography and history

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RÉSUMÉ

LES PRINCIPES CIENTIFICO-DIDACTICOS ET DÉVELOPPEMENT HUMAIN DURABLE. UN MODÈLE POUR LA COMPRÉHENSION

DE LA ANALISISY PROBLÈME

Le monde actuel se débat entre la globalisation, le fondamentalisme, le nationalis-me, etc., et voit monter le désir impérieux de démocratisation dans certains pays et une forte crise économique. Cependant, le plus tragique reste les réalités humaines telles la faim, la maladie, la violence, le chômage qui persistent sur la Terre et nous obligent à réfl échir. Pour nous, enseignants et chercheurs dans le domaine de la Géographie, cette grave réalité doit remettre en question les contenus et les méthodes d’enseignement. L’Administration éducative a commencé une démarche en ce sens, ces dernières années, en adaptant le curriculum des niveaux éducatifs au panorama contemporain, et souffrant, des réalités humaines. Fondamentalement, dans celui-ci, il existe des comportements, des conduites, des référents axiologiques de la vie humaine qu’il est nécessaire de repenser.

Dans cet article, nous aborderons le problème du développement humain durable, la nécessité de l’inclure dans le curriculum d’Enseignement au Secondaire et ceci, depuis un nouveau modèle méthodologique nommé Principes scientifi co-didactiques.

Mots clés: Développement humain durable, Principes scientifi co-didactiques, Curricu-lum d’Histoire et de Géographie.

Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013 ISSN: 0210-8577(199-246)

EL TURISMO DE BALNEARIOEN ARAGÓN,

ENTRE LA RECUALIFICACIÓNDE LA OFERTA Y LA DIVERSIFICACIÓN

DE LA DEMANDALas “villas termales” de Alhama de Aragón y Jaraba1

THE ARAGON’S SPA TOURISM: FROM THE MODERNISATION OF THE OFFER TO

THE DIVERSIFICATION OF THE DEMANDThe “Spa-Towns” of Alhama de Aragón and Jaraba1

PorMarisela Pilqueman Vera*

1. INTRODUCCIÓN

En un período bastante reciente y con distintos matices los turis-mos de interior en España han contribuido a mitigar las difi cultades que atraviesa su mundo rural: éxodo, desempleo, caída de las rentas y falta de infraestructura e inversión, agudizadas como consecuencia de las dinámicas de mercado que han dado ventaja a los territorios mejor dotados para actuar en contextos globalizados (Ceña, 1992; Grande, 2008; García et al., 2005). Factor fundamental en el despegue de estos

** Universidad Austral de Chile. Centro de Estudios Ambientales y Desarrollo Humano Sos-tenible (CEAM). Campus Isla Teja. Valdivia-Chile.

1 Este artículo procede de la tesis doctoral de la autora titulada “Turismo de salud, territorio y desarrollo rural”, realizada dentro del Grupo de Investigación sobre Estudios Urbanos y del Turismo (URBYTUR) que coordina el Profesor Manuel Valenzuela, Catedrático de Geografía de de la Universidad Autónoma de Madrid (http://www.uam.es/gruposinv/urbytur/).

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200 MARISELA PILQUEMAN VERA

turismos ha sido el apoyo brindado por organismos públicos de distin-to nivel competencial, desde el comunitario al local, los cuales, en un marco de multifuncionalidad de la agricultura, han fomentado el uso turístico del espacio rural como una alternativa para dinamizar territorios con problemas de declive (López, 1999; Martín, 1994); sin embargo, sin minusvalorar su incidencia en este proceso, se reconoce que dicho proceso ha sido igualmente posible gracias a los cambios en las ten-dencias de la demanda turística, situación refl ejada en la aparición de un segmento todavía modesto, pero sin duda en aumento, de viajeros que optan por desplazarse a destinos turísticos distintos a los de masas (Valenzuela, 2008).

El turismo de balneario representa una modalidad de estos turismos de interior que encuentra su origen en épocas romanas y su apogeo en el siglo XIX, cuando las aguas mineromedicinales fueron puestas en valor, al principio con fi nes terapéuticos y posteriormente con un carácter más claramente turístico; no obstante, por efecto de sucesivas crisis, guerras, fl orecimiento de la farmacología y boom del turismo de sol y playa, este turismo padeció una etapa de decadencia, produciéndose el deterioro de sus instalaciones por ruina y/o abandono, y en consecuencia, el declive de las economías de los territorios donde se desarrollaba, gran parte de ellos rurales. No obstante, a fi nales de los años ochenta del siglo pasado se ha producido una clara reactivación en el turismo balneario, relacionada no sólo con los factores explicativos del surgimiento de los turismos de interior, sino principalmente por el impulso de la iniciativa local favorecida por un marco institucional de apoyo y por los cambios de tendencia de la demanda turística. Igualmente ha de ser tenida en cuenta la creación de programas de termalismo social de alcance nacio-nal y sus análogos en los ámbitos autonómicos, provinciales e incluso locales (Alén, 2002; Martínez, 2004; Melgoza, 2000).

El turismo de balneario ha resurgido con fuerza en los últimos años (Cátedra, 2009), su oferta actual se compone a nivel nacional de 115 establecimientos, gran parte de ellos renovados (CEB, 2011). En estos espacios las aguas mineromedicinales son puestas en valor en forma de tratamientos terapéuticos tradicionales, destinados a la curación de distintas patologías, a los que habría que sumar técnicas contemporáneas ligadas a la salud y belleza. La renovación de estos establecimientos, los nuevos tratamientos y la incorporación de programas lúdicos son

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aspectos que refl ejan la reactivación, recualifi cación y diversifi cación experimentada por este turismo, que aparte de atraer a su clientela tera-péutica tradicional responde a las demandas de quienes buscan practicar un turismo de ocio, relax, salud y belleza en espacios menos masifi cados, optando, entre otros, por los de carácter rural, preferentemente localiza-dos en espacios de interior o en zonas de montaña.

En este artículo describiremos ciertos aspectos de esta experiencia focalizando nuestra atención en la Comunidad Autónoma de Aragón, en la que gran parte de su oferta de turismo de balneario está ubicada en municipios rurales. Además, algunos de ellos presentan una concentra-ción geográfi ca de balnearios, que justifi ca la utilización del término de “villas termales”, y que consideramos como ejemplos representativos para describir con mayor precisión la evolución de este turismo en el espacio rural. Por tal motivo, se han seleccionado como estudios de caso los municipios de Alhama de Aragón y Jaraba, ambos de características marcadamente rurales; no obstante, la presencia en ellos de una desta-cada concentración balnearia les ha hecho merecedores de su inclusión en el selecto “club” de las villas termales.

2. UNA VISIÓN GENERAL DEL TURISMO DE BALNEARIOEN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE ARAGÓN

La comunidad autónoma de Aragón es una de las más extensas de España con 47.719 km2, aunque también es una de las más des-pobladas, tanto por las características geográfi cas de su territorio, en gran parte montañoso y con graves problemas de aridez, como por los procesos migratorios de las poblaciones rurales a las grandes urbes.De hecho, es bien sabido que desde los años sesenta la industrializa-ción y el auge masivo del turismo de sol y playa ocasionaron que una parte importante de la población rural española migrara hacia las zonas urbanas y costeras tratando de mejorar sus condiciones socioeconó-micas y de vida, originando serios desequilibrios en el mundo rural (Ceña, 1992: 12 y Grande, 2008: 83), proceso al cual Aragón no fue ajeno.

El territorio se divide administrativamente en tres provincias: Hues-ca, Zaragoza y Teruel, que reúnen a 730 municipios articulados desde la década del noventa del siglo pasado en 33 comarcas, unidad admi-

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nistrativa supramunicipal creada para hacer frente a la despoblación, la falta de perspectivas de empleo, infraestructuras y de inversión, así como a las múltiples necesidades que enfrentan pequeños municipios rurales, sobre todo las relacionadas con la prestación de servicios (In-fante, 2010: 60).

Desde la década de los noventa su población ha experimentado un crecimiento constante aunque no relevante. Actualmente, la población de Aragón alcanza, según el Instituto Aragonés de Estadística (IAEST, 2011), un total de 1.346.293 habitantes concentrados principalmente en y alrededor de las grandes ciudades y muy especialmente en la capital administrativa y económica de la región, Zaragoza. Este protagonismo demográfi co de la capital acarrea serios desequilibrios territoriales, puesto que alrededor del 80% del territorio está formado por poblacio-nes que no superan los 400 habitantes (Informe Global sobre Aragón [Territorios LEADER], s.f: 2)2. Este primer acercamiento al territorio nos sitúa ante ciudades que concentran gran parte de la población —tal es el caso de la ciudad de Zaragoza3— frente a municipios caracteri-zados por su baja densidad. La economía del territorio gira alrededor del sector servicios, que domina la estructura productiva regional4; en total agrupa al 59,3% de la población ocupada primando sobre cual-quier otro sector (IAEST, 2007). Profundizando en el caso del turismo, Gómez y Hornas (2006: 9) explican que en esta comunidad autónoma el turismo es una actividad económica importante y potenciable, sobre todo en comarcas que disponen de recursos idóneos. De hecho, desde principios de la década de los noventa hasta la actualidad el turismo rural, a través de sus múltiples modalidades, ha creado oportunidades de desarrollo para dichos territorios. Un claro ejemplo lo constituye el turismo de balneario, que desde su reactivación ocurrida a fi nales de la década del ochenta del siglo pasado ha generado 1.200 puestos de trabajo directos, ocupados por el 49,6% de la población activa de las localidades rurales donde se ubican (Asociación Aragonesa de Bal-nearios, 2011).

2 Documento elaborado por la Red de Antenas Rurales para el empleo, la formación y la dina-mización empresarial. Disponible en http://aragonrural.org/reddeantenas/media/pdf/diagnosticos-fi nales/diagnostico-27-territorios.pdf.

3 Zaragoza concentra 698.186 de la población que representa el 51,9% del total regional. 4 Los datos fueron obtenidos de la estructura productiva y renta de las comarcas aragonesas,

IAEST, 2007.

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2.1. Situación actual del turismo de balneario en Aragón

El desarrollo del turismo de balneario en esta comunidad autónoma no es un hecho actual, como puede ser el caso de otras modalidades de turismo rural resultantes de una diversifi cación reciente. De hecho, su ori-gen se remonta a épocas romanas, alcanzando su apogeo en el siglo XIX cuando las aguas mineromedicinales fueron puestas en valor, primero con fi nes terapéuticos y posteriormente con usos de carácter más claramente turístico. En efecto, como buena parte de los países europeos, la balneote-rapia en Aragón está en el origen mismo de los primeros desplazamientos turísticos; no obstante, aquellos fl ujos de frecuentación minoritaria desde el punto de vista social cayeron en desuso (Callizo, 1995) por efectos de sucesivas crisis, guerras, fl orecimiento de la farmacología y boom del tu-rismo de sol y playa, todo lo cual desembocó en el declive de la actividad balnearia. Sin embargo, a fi nales de la década de los ochenta comenzó a experimentar una reactivación como consecuencia de los factores antes citados, esto es, la creación de programas de termalismo social de alcance nacional y sus análogos en ámbitos autonómicos, unido a las nuevas ten-dencias de la demanda turística. Estos procesos coadyuvaron para que el sector empresarial de esta comunidad autónoma realizase inversiones en rehabilitación y modernización de las instalaciones balnearias, recurriendo para ello tanto a fondos propios como a los créditos y estímulos que otorgó la administración autonómica para estos fi nes.

2.2. La oferta regional del turismo de balneario

La comunidad autónoma de Aragón es la tercera región en concentra-ción de la oferta de turismo balneario a nivel nacional después de Galicia y Cataluña. Casi todos sus balnearios están emplazados en zonas rurales donde destacan como elementos estructurales del territorio fallas tectó-nicas, áreas graníticas muy fracturadas o restos de vulcanismo residual o extinguido (Sánchez, 2008: 109), resultantes de la actividad tectónica de las grandes unidades naturales que conforman el territorio aragonés: Los Pirineos, la Depresión del Ebro y la Cordillera Ibérica. Así, los encontramos asociados a los batolitos graníticos del Pirineo (balnearios Panticosa y Benasque) o a las formaciones calizas del Sistema Ibérico, como son los balnearios de Alhama, Jaraba, Manzanares, Paracuellos de Jiloca o Camarena de la Sierra (Frutos, 2009: 104) (Fig. 1).

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Figura 1. Ubicación geográfi ca de la oferta balnearia de la comunidad autónoma de Aragón.

Fuente: OMC: Elaboración propia con la colaboración de Nicolás Delmonte.

A modo de ejemplo, en el cuadro 1 presentamos un resumen de la oferta de turismo de balneario existente en esta comunidad autónoma, incluyendo la organización administrativa del territorio, las caracte-rísticas del recurso, su puesta en valor y la oferta turística comple-mentaria. De todo ello se desprende que la actividad balnearia en esta región se organiza en provincias y comarcas diferenciadas entre sí por el número de fuentes de aguas mineromedicinales y de balnearios existentes en cada una de ellas. En este contexto, destaca a nivel pro-vincial Zaragoza, y a nivel comarcal la Comunidad de Calatayud, que concentran un mayor número de fuentes de aguas mineromedicinales y también de balnearios. En opinión de Arévalo et al. (2009: 2), esta potencialidad balnearia ha favorecido el desarrollo turístico de esta comarca, pues su condición de destino es debida básicamente a la ac-

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tividad generada por los balnearios en complementariedad con otros recursos turísticos, como el Parque Natural del Monasterio de Piedra o el estilo mudéjar.

Respecto a las características del recurso hidrotermal propio de esta región, predominan las aguas mineromedicinales frías, hipotermales y mesotermales explotadas por once balnearios, que dadas sus propie-dades físicas y/o químicas son útiles para tratar distintas patologías, las más comunes reumatológicas, respiratorias y renales. En paralelo, estos establecimientos ofrecen distintos tipos de programas de salud y bienestar, principalmente programas antiestrés, de relax y belleza. La oferta hotelera de estos balnearios la componen catorce hoteles, que en conjunto ofrecen 2.436 plazas, el 12,7% del total de las ofertadas por este sector a nivel nacional (Fig. 2).

Además, observamos en el cuadro 1 que la oferta de turismo de balneario en esta comunidad autónoma se complementa con Lugares de Importancia Comunitaria [LIC], Zonas de Especial Interés para las Aves [ZEPA], Espacios Naturales Protegidos [ENP] e instalaciones para practicar deportes de nieve (en el caso de las comarcas de La Ribagorza, Alto Gallego y Gúdar-Javalambre) y de campos de golf (en el caso de la comarca de La Ribagorza).

Dentro de la provincia de Zaragoza, a nivel comarcal la oferta ho-telera de los balnearios es liderada por la comarca Comunidad de Ca-latayud (con 1.326 plazas, el 54,4% de la oferta regional). La siguen en importancia las comarcas Alto Gallego y la Ribargoza, ambas ubi-cadas en la provincia de Huesca (cada una con 500 plazas representan el 41% de la oferta regional), y Güdar-Javalambre en la provincia de Teruel (con 110 plazas, el 4,5% de la oferta regional). En esta última comarca encontramos un balneario que no dispone de oferta hotelera (Cuadro 2 y Fig. 3).

En síntesis, señalaremos que la oferta de turismo de balneario des-crita hace que este turismo sea un sector importante para la economía de la región, lo que sumado a su carácter no estacional (principal atri-buto diferenciador con respecto a otras modalidades de turismo rural) contribuye a mantener una economía relativamente próspera en los territorios donde se desarrolla la actividad balnearia.

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Figura 2. Tipos de tratamientos termales en los balnearios de Aragón por municipios (en números absolutos).

Fuente: CEB, 2011. Elaboración propia con la colaboración de Nicolás Delmonte.

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Figura 3. Distribución geografía de la capacidad hotelera relaciona al turismo de bal-neario.

Fuente: CEB, 2011. Elaboración propia con la colaboración de Nicolás Delmonte.

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2.3. Demanda del turismo de balneario

Como demuestran los datos estadísticos, se ha venido produciendo un incremento en el número de turistas que prefi eren visitar destinos alternativos a los de masas, lo que ha convertido al turismo balneario en un producto en alza en la comunidad autónoma de Aragón, no obstante haber experimentado un leve descenso en el año 2010 (Cuadro 3).

En la actualidad la demanda de turismo balneario en Aragón, al igual que en el resto de España, consta de dos grandes variantes. La primera subvencionada, compuesta de adultos mayores que por razones terapéu-ticas visitan los establecimientos balnearios a través de programas de termalismo social promovidos en distintos ámbitos territoriales, siendo el importante por el número de personas que moviliza anualmente el Programa de Termalismo Social del IMSERSO. En segundo lugar la demanda particular, que visita los establecimientos balnearios por razo-nes terapéuticas y/o turísticas sin recurrir a subvenciones, sumándose a ella grupos de usuarios captados a través de convenios fi rmados por los balnearios con distintas organizaciones de salud y empresas privadas. La distribución anual y los días de permanencia de ambas demandas hace posible generar una actividad constante a lo largo del año, refl ejada en el grado de ocupación anual que mantienen los establecimientos de estas

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comarcas, que en conjunto alcanza un 81,3% (Asociación Aragonesa de Balnearios, 2011).

Por procedencias esta demanda se origina, por orden decreciente, en la Comunidad de Madrid, Aragón, Comunidad Valenciana, País Vasco, Navarra y Cataluña (Diputación General de Aragón [en Ayuntamiento de Jaraba, 2005]). Cabe destacar que la escasez de datos que presenta el sector, tanto a nivel nacional como regional, nos impide identifi car cuáles son los destinos de turismo de balneario más demandados en esta región; no obstante, por el número de balnearios y plazas hoteleras que concentra, podemos deducir que la comarca Comunidad de Calatayud es el principal destino.

Otro indicador considerado es la participación que esta comarca tiene en el Programa de Termalismo Social del IMSERSO, constatable por el número de balnearios adscritos a este programa y el número de plazas adjudicadas anualmente a cada establecimiento balneario de la comarca (Cuadro 4 y Figura 4). Además, existen otros tres programas de terma-lismo social que desarrollan respectivamente la Diputación General de Aragón y las Diputaciones de Teruel y Zaragoza desde la década pasada, que de igual manera han canalizado una demanda anual importante hacia estos establecimientos.

3. EL TURISMO DE BALNEARIO EN LOS MUNICIPIOSDE ALHAMA DE ARAGÓN Y JARABA

Los municipios rurales de Alhama de Aragón y Jaraba se encuentran ubicados al noreste de la provincia de Zaragoza, y dentro de ella en la comarca Comunidad de Calatayud, creada por la Ley 9/2001 de 18 de

5 El Balneario Panticosa ubicado en esta la comarca del Alto Gállego no concierta plazas con el Programa de Termalismo Social del IMSERSO.

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junio, de las Cortes de Aragón. Consta de 67 municipios y su capital es la ciudad de Calatayud. Ocupa una superfi cie total de 2.518 km2 y está situada en el Sistema Ibérico, donde se ubican la mayoría de los recursos hidrotermales de Aragón. No es de extrañar por ello que en esta comarca se asienten seis establecimientos balnearios repartidos entre los municipios de Alhama de Aragón, Jaraba y Paracuellos de Jiloca; la mayor parte de la oferta está concentrada en los dos primeros, lo que les convierte en los grandes focos termales de la comarca, de la provincia de Zaragoza y del conjunto de la región Si bien es cierto que en esta co-marca encontramos tres municipios donde las aguas mineromedicinales son explotadas con fi nes terapéuticos y turísticos, limitaremos nuestro estudio a los municipios de Alhama de Aragón y Jaraba, ya que estos tienen la categoría de villas termales y conforman, junto al Monasterio de Piedra, el área turística conocida como el “Triángulo del Agua”, que aglutina la oferta turística de la comarca.

3.1. Aspectos demográfi cos

La población de los municipios de Alhama de Aragón y Jaraba as-ciende a 1.509 habitantes. El municipio de Alhama de Aragón es el de mayor tamaño con una población que alcanza 1.146 habitantes, posicio-nándose entre las localidades más pobladas de la comarca. El municipio de Jaraba, en cambio, es de menor tamaño, pues su población asciende

Figura 4. Distribución porcentual de plazas concertadas con el Programa de Termalis-mo Social (IMSERSO) en los Balnearios de Aragón (por comarcas).

Fuente: BOE, núm. 300. 14/12/2009. Informe Anual IMSERSO, 2010. Elaboración propia.

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a tan sólo 363 habitantes. En conjunto, la población de ambos munici-pios representa el 3,7% a nivel comarcal. Se trata de una población con una estructura demográfi ca, que si bien experimenta acusados niveles de envejecimiento, también mantiene altos índices de población joven, segmento poco visible en otros municipios de la misma comarca, pues los jóvenes son los más afectados por los cambios socio-económicos acontecidos en sus territorios y por ello migran hacia otros buscando nuevas oportunidades, ocasionando con este hecho que la población evo-lucione hacia el envejecimiento (cuadro 5). Tanto la variación intercensal como los datos demográfi cos de los últimos diez años muestran que la población se ha mantenido en el territorio e incluso ha crecido. En el caso de Jaraba la población ha experimentado un crecimiento constante; en cambio, en el municipio de Alhama de Aragón, si bien la población ha aumentado, tal crecimiento no ha sido continuo, pues presenta ciertos años donde desciende aunque no lo haga de manera signifi cativa. Pen-samos que el crecimiento demográfi co puede estar infl uenciado en parte por la llegada de población inmigrante, que en Jaraba alcanza el 19,6% y en Alhama de Aragón el 13%, dada la expectativa de oportunidades laborales que generan estos territorios.

3.2. Aspectos socioeconómicos

Los datos presentados en el cuadro 6 indican que en los municipios de Alhama de Aragón y Jaraba había en 2001, según el Censo de Pobla-ción, había 681 personas económicamente activas, de las cuales el 94,8% aparecían ocupadas en diversas actividades productivas. Ambos muni-cipios presentaban tasas de ocupación elevadas y de paro reducidas y, a pesar de su carácter rural, las actividades tradicionales de agricultura y ganadería eran más bien escasas, ocupando al 7,4% de la población

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económicamente activa en el caso de Alhama de Aragón y al 4,6% en el caso de Jaraba.

Por tanto, la base productiva local está dominada por la indus-tria y los servicios. El sector industrial en Alhama de Aragón queda ejemplifi cado en una fábrica productora de artefactos de iluminación (ZALUX, S.A.), que ocupa a buena parte de la población local activa e incluso de municipios aledaños. Cabe destacar que esta fábrica se instaló en el territorio hacia mediados de la década de los ochenta del siglo pasado y actualmente se posiciona como un pilar fundamental de la economía local, generando puestos de trabajo directos e induciendo el desarrollo de otras actividades económicas locales; un ejemplo de ello es la hostelería, la cual presta servicios de alojamiento a la po-blación fl otante que gira alrededor de esas actividad industrial. Por su parte, en Jaraba el sector industrial se encuentra representado por tres plantas embotelladoras de aguas mineral naturales —Lunares, Fonte-cabras, Fontjaraba—, que, si bien son pilares importantes dentro de la economía local, su impacto laboral es secundario en comparación con el sector servicios.

Abundando en este último sector de la actividad, ambos munici-pios, por el hecho de disponer de aguas mineromedicinales, aparecen ya desde el siglo XIX relacionados con el sector terciario a través de las establecimientos balnearios que desde entonces prestaban servicios te-rapéuticos y de turismo, y cuyo enfoque comercial han mantenido hasta la actualidad. Hoy por hoy los servicios ocupan a más del 50,7% de la población de Alhama de Aragón y Jaraba. Dentro del sector terciario la actividad turística generada por los balnearios emplazados en los citados municipios se ha convertido en el pilar fundamental de la economía lo-cal, sobre todo en Jaraba, como se refl eja en el porcentaje de población ocupada en la hostelería (65,1%). Cabe destacar que a la oferta hotelera de los balnearios se suman otros establecimientos hosteleros, tales como hostales, pensiones, casas de turismo rural y apartamentos turísticos, que, si bien se relacionan con el turismo, también prestan servicios a una población fl otante atraída por la industria, como en el caso de Alhama de Aragón6 (Cuadro 7).

6 La actualización a nivel municipal de la información de este epígrafe está supeditada a la explotación y difusión de los resultados del Censo de Población y Vivienda de 2011.

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El resto del artículo se va a centrar en el análisis de las dos “villas termales”, Alhama de Aragón y Jaraba, que cuenta con instalaciones y servicios claramente diferenciados como muestra de sus también distin-tos orígenes y perfi l turístico. Este modelo de estudios de caso permitirá, además, dibujar de forma clara el sector del turismo balenario en la comarca de Calatayud.

4. ALHAMA DE ARAGÓN, UNA VERSIÓN ESPAÑOLADE LOS SPA EUROPEOS

El municipio de Alhama de Aragón debe su nombre a la etapa de ocupación árabe de España, dado que Alhama signifi ca en árabe baño o lugar de agua caliente. Se ubica en la parte occidental de la provincia de Zaragoza. Su territorio tiene 31,2 km2 de extensión, de los cuales tres cuartas partes son de monte y una cuarta de parte de vega o tierra de re-gadío. Su territorio limita con los municipios de Ateca, Bubierca, Embid de Ariza, Cetina, Contamina y Godojos. Este municipio se comunica con el resto de la región y con Madrid a través de la autovía A-2 y por la línea férrea convencional Madrid-Zaragoza.

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4.1. Origen de las aguas mineromedicinales

Los manantiales de aguas mineromedicinales de Alhama de Aragón se ubican justamente en la zona de la provincia de Zaragoza donde están la mayoría de los recursos hidrotermales de Aragón. No es de extrañar, por tanto, que este municipio cuente con varios establecimientos bal-nearios dedicados a su explotación. Estos manantiales forman parte de un sistema hidrogeológico de naturaleza calcárea situado en el borde occidental de la rama castellana de la Cordillera Ibérica en contacto con la cuenca terciaria de Almazán, donde aparecen asociados a materiales carbonatados del Cretácico (Auqué et al., 2008: 37; Coloma et al., 1999: 71; Yélamos y Sanz 1988: 153). Las surgencias producidas en estos ma-nantiales son de carácter termal cálcico sulfatado-bicarbonatadas.

4.2. Evolución del uso de las aguas mineromedicinales

La utilización de las aguas mineromedicinales en Alhama, según Madoz (1846, Tomo I: 584) y Rubio (1853: 11-15), comenzó en la época de dominación romana, a pesar de que los vestigios arquitectónicos que testimonian su uso balneario tienen escasa relevancia arqueológica, pues se trata de una simple concavidad en una gran roca caliza denominada “Baño del Moro y la Mora”, que datan de épocas islámicas, las cuales han sido cubiertas sucesivamente por distintas edifi caciones. La más an-tigua de ellas, llamada “Baños Viejos o primitivos”, data del año 1122, y no era más que una modesta casa de baños que hasta el año 1816 fue el único establecimiento que existió en Alhama. Gómez de Bedoya (citado en Gonzalo, 1999: 178) explica su funcionamiento en este relato: “Entre unas peñas, nace un raudal de agua caliente bien abundante, que comuni-ca y deposita en unos pilones, que sirven para bañarse; hay también una casa, utilizada como hospedería”. Ahora bien, la explotación moderna y a gran escala de las aguas termales en este territorio comenzó en el siglo XIX con la edifi cación de cuatro establecimientos balnearios ubicados en el núcleo urbano de Alhama; dos de ellos se hallaban enclavados al sur del río Jalón y eran conocidos como “Termas de San Roque”, declarado establecimiento ofi cial en 1841, y el otro “Balneario Cantarero”, declarado establecimiento ofi cial en 1851; otros dos se ubicaron al norte: “Termas Pallares”, declarado establecimiento ofi cial en 1867, y “Balneario Gua-jardo”, declarado establecimiento ofi cial en 1881 (Gonzalo, 1999: 168).

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Todos y cada uno de los establecimientos citados han sido testi-monios elocuentes del grado de desarrollo que alcanzó la explotación de las aguas mineromedicinales en España, y en particular en Aragón, pues fueron millares de pacientes aquejados de diferentes males los que llegaron a Alhama buscando sus virtudes curativas, labor facili-tada por el sistema de comunicación de que disponía este municipio

Figura 5. Ubicación de los balnearios y de la oferta turística vinculada en Alhama de Aragón (Zaragoza).

Fuente: PNOA. Elaboración propia con la colaboración de Nicolás Delmonte.

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desde el siglo XIX, tal como da cuenta Matheu (1865: 7): “Alhama ya empieza a ser uno de los pueblos más conocidos y frecuentados, por estar enclavado en la línea de Madrid a Zaragoza, y por consiguiente en comunicación directa con toda Europa”. Ha pasado más de un siglo desde la puesta en valor de estas aguas mineromedicinales y la actividad continua reportando benefi cios económicos para las empresas explotadoras de este recurso, pues cabe señalar que del total de esta-blecimientos ofi cialmente constituidos, citados anteriormente, al año 2012 aún existen tres, dos de ellos en funcionamiento (Hotel Balneario Alhama de Aragón y Balneario Termas Pallares). Ambos han superado procesos de adecuación de sus instalaciones hoteleras, de sus servicios y de diversifi cación de la oferta termal, y en conjunto suponen toda la oferta turística de este municipio, esto es, restaurantes, bares, cafe-terías y tiendas de productos, todos los cuales tienen relación con las aguas mineromedicinales, así como cosméticos y artículos de aseo y belleza. Por el contrario, el tercero de los citados permanece cerrado (Balneario Guajardo).

En el cuadro 1 se presentó un resumen de la oferta actual del turismo de balneario en Alhama, dando a conocer las características generales del recurso y de su puesta en valor. Así, respecto a las características del recurso, en este municipio existen aguas mesotermales del tipo cál-cico sulfatadas-bicarbonatadas; tanto las del Hotel Balneario Alhama de Aragón como las del Balneario Termas Pallares, fueron declaradas de utilidad pública el año 1867 y, dadas sus propiedades físicas y/o quími-cas, son útiles para tratar distintas patologías, las más comunes reuma-tológicas, respiratorias y renales. Paralelamente, ambos establecimientos ofrecen distintos tipos de programas de salud y bienestar, principalmente programas antiestrés, de relax, de bienestar y belleza.

La oferta hotelera actual de este complejo balneario la componen cuatro hoteles que conjuntamente ofertan 612 plazas hoteleras, el 100% de las ofertadas a nivel local, el 46,1% en el ámbito comarcal y el 25,1% en el ámbito regional (cuadro 8 y fi gura 4), distribuidas de la siguiente manera: Hotel Balneario Alhama de Aragón con 242 plazas, concentra-das en un hotel de cuatro estrellas, y Balneario Termas Pallares con 370 plazas, distribuidas en sendos hoteles de tres, cuatro y cinco estrellas. Cabe destacar que las instalaciones de este último balneario fueron re-conocidas con la Q de calidad turística.

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4.3. Hotel Balneario de Alhama de Aragón

El Hotel Balneario Alhama de Aragón es considerado uno de los más jóvenes del sector en Alhama, pero pese a su juventud hereda una tra-dición de siglos, puesto que en su interior aún se conservan testimonios tangibles de su uso como balneario en época islámica: los “Baños del Moro y la Mora”, los cuales han sido cubiertos por sucesivas edifi ca-ciones, construidas para explotar las aguas mineromedicinales con fi nes terapéuticos y turísticos.

La primera de ellas, denominada “Baños Viejos”, construida en 1122 y denominado tradicionalmente como “la casita”, constaba sólo de cua-tro habitaciones y dos pozos o bañeras (Parraverde, 1860: 51). Estos ba-ños fueron modifi cados tras conseguir la declaración de establecimiento ofi cial el año 1841, y posteriormente fueron reformados cambiando su denominación a “Baños Viejos de San Roque”. Los mismos propietarios de este establecimiento construyeron en 1845 otra edifi cación llamada “Baños Nuevos de San Roque o Cantarero”, lindante con los “Baños Viejos”. Ambos establecimientos funcionaron hasta 1928, fecha en que fueron adquiridos por la familia Martínez cambiando su denominación a “Balneario Martínez” hasta 1986, cuando fue comprado y reformado por Nova Línea Balneario, S.L. reabriendo sus puertas el año 1991 bajo el nombre de “Balneario Termas de San Roque y Cantarero” que estu-vieron en pleno funcionamiento hasta la primera década del siglo XXI; incluso llegaron a participar en el Programa de Termalismo Social del IMSERSO hasta la temporada 2004; ese mismo año cerró sus puertas por falta de fi nanciación, siendo un año más tarde adquirido por Promocio-nes Termales Caritum, reiniciando su actividad en 2010 con el nombre de Hotel Balneario Alhama de Aragón.

La construcción de este balneario reemplazó a las anteriores casi en su totalidad, pues de ellas solo se conservaron los “Baños del Moro y la Mora” y los manantiales de aguas mineromedicinales. Ocupa una superfi cie total de 9.290,54 m2, de los cuales 7.491,35 m2 corresponden a superfi cie útil distribuida en seis niveles. De acuerdo con esta distri-bución la zona termal se ubica en el Nivel –3, y aparece complementada con zonas destinadas a tratamientos, una piscina lúdica y un bar exterior. En el Nivel –2 se encuentran las habitaciones, zonas de tratamientos, de saunas, duchas, vestuarios, una sala de descanso, un gimnasio, la

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administración y el hall central, entre otras. En el Nivel –1 también hay habitaciones, el comedor, la cocina, las salas de juegos y varios salones destinados a eventos. El Nivel 0 está ocupado principalmente por habi-taciones, ofi cinas, una cafetería, y la recepción. El Nivel 1 al igual que el 2 está ocupado por habitaciones y ofi cinas. En el exterior del edifi cio existe una piscina y otros espacios destinados a la recreación al aire libre. Estas instalaciones no cuentan con sellos de calidad turística; sin embargo, el año 2011 este establecimiento ha obtenido una subvención del Departamento de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de Aragón a través de la Dirección General de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa, según consta en el BOE de Aragón n° 30 del 11 de febrero de 2011, destinada a implementar un Sistema de Calidad Integral. Cabe destacar que un porcentaje de la inversión para levantar este establecimiento fue también subvencionada por el Gobierno Cen-tral, según consta en Orden EHA/1976/2007, de 7 de junio, a través de incentivos regionales.

Las aguas mineromedicinales utilizadas para los tratamientos son mesotermales sulfatado-bicarbonatadas cálcico-magnésicas, con cantida-des notables de cloruro y de sodio provenientes de distintos manantiales (Moro, Baños, Grande, Intermedio y Piscina), siendo aplicadas para tratar reumatismo y enfermedades del aparato respiratorio fundamental-mente; le siguen enfermedades del sistema nervioso, del aparato diges-tivo y vías urinarias. Las aplicaciones varían desde la ingesta de agua y baños en sus diferentes modalidades a los tratamientos tradicionales, que son complementados con una oferta de tratamientos preventivos, de salud y de belleza. Dispone de un hotel de categoría cuatro estrellas, cuya capacidad hotelera asciende a 121 habitaciones completamente equipadas distribuidas en las siguientes categorías: habitaciones dobles matrimoniales, habitaciones “twins” dobles estándar, individuales y “junior suite”. En el interior de la edifi cación se ubica también un gim-nasio, cafeterías, un restaurante, salones de reuniones, salas de lectura, una sala de juego, y en su exterior con una piscina, zonas de jardines y aparcamiento.

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Figura 6. Vista de conjunto de los balnearios de Alhama de Aragón.

Fuente: Postal Alhama de Aragón.

Figura 7. Vista parcial de Alhama de Aragón.

Fuente: Postal Alhama de Aragón.

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La demanda actual de este establecimiento termal consta de distintos segmentos, pues las características que lo defi nen le hacen acercase más al concepto de “spa”. En consecuencia, atrás quedaron aquellos bañistas de origen humilde que conformaban su principal clientela tradicional. Por el contrario, la demanda del siglo XXI consiste básicamente en clientes particulares, la mayoría parejas jóvenes, que lo visitan sobre todo los fi -nes de semana atraídos, más que por las virtudes curativas de las aguas mineromedicinales, por sus valores lúdicos. Su tiempo de estadía, por lo general, no suele superar tres días e incluso dos, según información de su propio Director. Este tipo de clientela de carácter juvenil procede de los grandes núcleos urbanos (Madrid, Barcelona y Zaragoza), y se comple-menta con otra de tipo familiar, pero más minoritaria; igualmente, cuenta con otra clientela de adultos mayores de 55 años que visitan el balneario atraídos por una oferta diseñada por el propio balneario y comercializada a través de su página web o bien por medio de catálogos especializados distribuidos a través de agencias de viajes, que ofrecen programas cuya duración generalmente no supera los cinco días de estadía. Un último segmento de la demanda particular, que hay que sumar, es la aportada por pacientes crónicos agrupados en asociaciones de salud; éstos son captados mediante convenios con sus asociaciones, pero al igual que en el caso del segmento familiar, es un grupo reducido.

Junto a esta demanda particular se detecta otra subvencionada, en-cuadrada en los programas de termalismo social de ámbito nacional y provincial. El tiempo de estadía de esta demanda es muy superior a los segmentos que conforman la demanda particular, aunque por el número de plazas concertadas, sabemos que es reducida. De hecho, el número de plazas adjudicadas por el Programa de Termalismo Social del IMSERSO en la temporada 2011, según consta en la nota de prensa institucional publicada el 7 de diciembre de 2011, fue de 713 plazas que representaron el 24,3% del total de plazas distribuidas entre los balnearios localizados en Alhama. A pesar de la escasa entidad de este dato, la importancia del Programa en cuestión para este balneario sigue siendo destacable. En efecto, la importancia de este Programa para el sector en general, y para este balneario en particular, justifi có la fi rma de un acuerdo entre sector empresarial agrupado en la ANBAL (Asociación Nacional de Bal-nearios), de la cual forma parte este balneario, con el IMSERSO para publicitarlo entre los usuarios potenciales.

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4.4. Balneario Termas Pallarés

Con el nombre de “Termas Pallares” se conoce a un complejo termal ubicado en el sector norte del casco urbano de Alhama de Aragón, que simboliza en este territorio el grado de desarrollo que alcanzó el turismo de balneario en España. Su patrimonio inmobiliario está compuesto por edifi cios decimonónicos, pero a diferencia de los balnearios localizados en la zona sur del casco urbano, el grupo de manantiales explotados en este sector tomó cuerpo en refi nados establecimientos, que dieron a conocer las virtudes curativas de sus aguas por toda España.

La primera edifi cación de este complejo termal procede de los llama-dos “Baños Nuevos” (más tarde nombrados como “Baños de San Fer-mín”), construida el año 1827 (Guajardo, 1998: 59) sobre la falda de una montaña y cimentada sobre la misma roca del nacimiento termal, muy próxima a la carretera de Madrid. Madoz, citado por Gonzalo (1999: 196), la describe como: “un edifi cio conformado por dos pisos para hospedería y servicio”; y agrega: “los baños estaban conformados por cinco piletas, dos para hombres, dos para mujeres, y uno para pobres y soldados con un amplio recinto cada uno, destinado al tratamiento por vapor o estufa”. Este balneario funcionó de manera independiente hasta 1867, cuando fue comprado por Don Manuel Matheu, quien lo incorporó a su conjunto de establecimientos balnearios. Este empresario catalán, asombrado por las virtudes curativas de estas aguas mineromedicinales, decidió explotarlas construyendo un conjunto de suntuosas edifi caciones. Al parecer, el proyecto se inspiró en las pautas arquitectónicas segui-das por los grandes establecimientos balnearios de Europa. Por orden cronológico la primera obra en ser construida fue el gran Lago Termal (1859), seguida de la Gran Cascada (1861), el Baño del Rey y la Casa Palacio (1863) y el Hotel-establecimiento de baños de Las Termas (1864 y 1865). El conjunto se completó en 1867 con el diseño de jardines y parques por todo el recinto balneario (Gonzalo, 1999: 210). Uno de los elementos más llamativo de este conjunto termal, y que representa su rasgo diferenciador respecto a los demás balneario de España, es el Lago termal, que da cuenta de la abundancia de las aguas de las que se disponía, según relata el propio promotor: “La abundancia de las aguas nos surgió la idea de construir un lago, dentro del cual nacen cinco mil reales fontaneros de agua termal a la temperatura de 34° centígra-dos…” (Matheu 1865: 7).

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Tras la muerte de Don Manuel Matheu esta propiedad fue adquirida el año 1911 por Don Ramón Pallarés, quien incorporó al conjunto termal el Hotel-Balneario, un casino-teatro con salas para juegos y una capilla. Respecto a la organización de las edifi caciones, Gonzalo (1999: 211) explica: “los diferentes elementos que constituyen [el complejo termal] están separados por la antigua carretera de Madrid a Zaragoza que deja al Norte el Baño del Rey, San Fermín y Termas, y al sur la Capilla, Hotel del Parque y el Casino”; a continuación agrega: “Otros elemen-tos divisorios son el río Jalón y la vía férrea, que marchan paralelos, y separan estos edifi cios con los de la Cascada de Inhalación, Palacio y Lago termal”. Cabe destacar que estas obras fueron realizadas en la etapa que coincide con apogeo del termalismo en España.

El año 1918 el complejo pasó a manos de Doña Antonia González Pérez, quien al fallecer donó la herencia a una Fundación, encargán-dose por orden judicial de su gestión a Don José María Taboada. Este periodo estuvo marcado por un conjunto de sucesos bélicos: Primera Guerra Mundial, Guerra Civil (cuando el balneario se convierte en hos-pital militar) y Segunda Guerra Mundial, que ocasionaron el declive de la actividad balnearia; sin embargo, y a pesar de tantas condiciones adversas, el balneario siguió en funcionamiento. Pasado este periodo, en 1950 el mismo Don José María Taboada compró la propiedad, la rehabilitó y amplió los servicios, pero el funcionamiento del balneario se limitó a la temporada estival (Taboada 2007: 126). En 1985 la ges-tión del balneario pasó a manos de su hijo Fernando Taboada, quien al parecer, fue el impulsor de los trabajos de rehabilitación recientes. Del conjunto arquitectónico se conservan la mayoría de las edifi caciones, que con excepción de la Capilla, han sido rehabilitadas y modernizadas manteniendo la identidad formal originaria. Las inversiones en rehabi-litación y modernización no fueron subvencionadas a fondo perdido por el Estado, pero sí apoyadas con préstamos realizados por la Diputación General de Aragón según a lo dispuesto en el Decreto 175/1998, de 20 de octubre, del Gobierno de Aragón. También se consiguieron subven-ciones otorgadas por la Diputación de Zaragoza, pero destinadas a obras de menor envergadura. El conjunto arquitectónico fue declarado Bien de Interés Turístico por la Diputación de Zaragoza7. Actualmente, el com-

7 Información proporcionada por D. Pablo Taboada, director del Balneario, en la entrevista realizada durante el trabajo de campo.

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plejo balneario está conformado por tres hoteles (Gran Hotel Cascada de cinco estrellas, Hotel Termas de cuatro estrellas y Hotel Parque de tres estrellas), el Lago termal y el Casino. Este último en época estival se transforma en una cafetería.

Las aguas mineromedicinales del Lago termal y las utilizadas en el interior del balneario son mesotermales sulfatada-bicarbonatadas cálcico-magnésicas, empleadas para el tratamiento del reumatismo y enfermedades del aparato respiratorio, que son sus indicaciones funda-mentales; le siguen las enfermedades del sistema nervioso, del aparato digestivo y urinario. La aplicación puede variar desde la ingesta al baño, utilizando las siguientes modalidades de tratamientos: baños termales, vaporatum, ducha vichy, ducha circular, envolvimientos, inhalaciones, aerosoles, entre otros. Disponen de una oferta complementaria de trata-mientos preventivos de salud y belleza.

Respecto al servicio de hospedaje, dispone de una capacidad aproxi-mada de 370 plazas hoteleras distribuidas en los tres hoteles ya citados, que cuentan con todo el equipamiento correspondiente a la categoría de cada hotel. Sus instalaciones están certifi cadas con la Q de calidad turística. Además, cuentan con gimnasio, canchas de tenis y paddle, zona infantil, salón de piano, salas de lecturas, salones de reuniones, terraza de casino, incluyendo en sus servicios préstamos de bicicletas y animación infantil.

En cuanto al perfi l de la clientela, en sus inicios este establecimiento acogió con preferencia a aristócratas, políticos, empresarios y artistas, que buscaban en las aguas mineromedicinales curación y alivio a sus padecimientos y procedían de distintos puntos del país, tal como se deduce de las respuestas de los promotores de aquel momento: “Al-hama empieza ya a ser uno de los pueblos más conocidos y frecuen-tados, y así por estar enclavado en la línea de Madrid a Zaragoza, y por consiguiente en comunicación directa con toda Europa” (Matheu, 1865: 7).

Al concluir la época de esplendor de la actividad balnearia en España, y en particular en Aragón, esta clientela fue menos frecuente e incluso casi inexistente, sobre todo cuando el establecimiento fue convertido en hospital de sangre durante la Guerra Civil. La Posguerra coincidió con el inicio de la Segunda Guerra Mundial y en esa etapa el balneario albergó principalmente a aviadores pertenecientes a las

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fuerzas aliadas 8 que cohabitaron con los bañistas (Taboada, 2007: 19). Finalizada la guerra, se trató de captar una nueva clientela pro-mocionando el establecimiento a través de mensajes publicitarios que resaltaban los atributos diferenciadores del balneario, tales como el Lago termal, que se convirtió en uno de los principales atractivos, así como los valores terapéuticas de sus aguas mineromedicinales; también destacaban las posibilidades que brindaba de poder practicar actividades recreativas relacionadas con el agua.

Al parecer, esta estrategia atrajo mayormente a clientes de largas estancias y en época estival. En la actualidad la demanda de este es-tablecimiento está dividida en varios segmentos; así, hay clientes de fi n de semana, por lo general adultos jóvenes procedentes de Madrid, Zaragoza, Barcelona, que visitan el establecimiento motivados prin-cipalmente por los valores lúdicos del agua mineromedicinal; también encontramos familias y clientes terapéuticos, cuya estancia, dada la duración de los tratamientos promocionados por el establecimiento, no supera los 9 días; fi nalmente, están los clientes agrupados en pro-gramas de termalismo social de distintas procedencias geográfi cas, con permanencia de más días.

8 En 1942 el Ministerio del Aire, a través del Intendente General del Aire, D. José María He-rrera y el Interventor General del Aires, D Luis Luque Centeño, fi rmaron un contrato con el señor Taboada para organizar el hospedaje de los aviadores extranjeros pertenecientes a las fuerzas aliadas hasta que la embajada les comunicara el regreso a su país (Taboada, 2007: 119).

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Figura 8. Complejo balneario Termas Pallares.

Fuente: Matheu, 1865.

Figura 9. Vista parcial de las instalaciones de Termas Pallarés con el teatro-casino a la derecha.

Fuente: Trabajo de campo, 2012.

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4.5. Balneario Guajardo

Pese a sus escasas referencias bibliográfi cas, si se compara con los balnearios anteriormente descritos, se sabe que este balneario fue construido por Don José Tello en 1875 e inaugurado en 1881. La edifi -cación no tuvo la suntuosidad del balneario colindante (Termas Palla-res) y, tras casi una década de actividad fue comprado por Don Ramón Guajardo en 1893, quien lo restauró y mantuvo en funcionamiento, aunque precario, hasta 1992. Un año más tarde fue comprado por el Ayuntamiento de Alhama de Aragón a través de la Sociedad Pública de Desarrollo Rural con la fi nalidad de convertirlo en una residencia de baños geriátricos. El proyecto de reforma del balneario fue fi nanciado a través de Fondos FEDER y préstamos bancarios. No obstante, la cuantía de la inversión exigida por la reforma de este establecimiento superó la capacidad económica de esa Sociedad, como fue puesto de manifi esto la prensa local:

“La falta de explotación del edifi cio y las cuantiosas obras de restauración que se acometieron generaron una fuerte deu-da que, según explicaron fuentes municipales, ronda los 2,4 millones de euros más los intereses de demora que hacen que cada vez el endeudamiento sea más importante” (El Periódico de Aragón, 21/05/2004).

Estas circunstancias obligaron a la Sociedad Pública de Desarrollo Rural a emprender en 2004 el proceso de venta a la empresa Termaeu-ropa. Tras largas negociaciones, ambas partes no llegaron a concretar un acuerdo económico de compra-venta, pero sí acordaron como al-ternativa el alquiler de las instalaciones con opción de compra. Cabe destacar que en tal acuerdo Termaeuropa se comprometió a acometer su reconstrucción total, aunque las obras de reforma permanecen de-tenidas.

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Figura 10. Vista del antiguo balneario Guajardo junto a la línea férrea Madrid-Zaragoza.

Fuente: Guajardo, 1998: 62.

Figura 11. Vista de conjunto del Balneario Guajardo, actualmente en proceso de reha-bilitación.

Fuente: Trabajo de campo, 2012.

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5. JARABA, UNA COMPLEJA Y DINÁMICA ESTRUCTURA BALNEARIA

Jaraba está situado al SO de la provincia de Zaragoza, cerca de los límites provinciales con Soria (Castilla León) y Guadalajara (Castilla La Mancha). El término municipal limita con los municipios de Cetina, Ibdes, Campillo de Aragón y Calmarza, y su núcleo urbano se sitúa en la margen izquierda del río Mesa. Dista 38 kilómetros de Calatayud, 125 de Zaragoza y 218 de Madrid, y los accesos se realizan por la Autovía de Aragón, con desvío en la salida 200 (carretera de Cetina a Jaraba), y por ferrocarril a través de la estación del municipio de Cetina.

5.1. Origen de las aguas mineromedicinales

Los manantiales de aguas minerales de Jaraba, al igual que los de Alhama de Aragón, están asociados a los materiales carbonatados del Cretácico pertenecientes al borde occidental de la rama castellana de la Cordillera Ibérica, en contacto con la cuenca terciaria de Almazán. Como ya se ha señalado, geológicamente estos manantiales se incardinan en un sistema hidrogeológico calcáreo, que proporciona el principal recurso de la localidad: las surgencias de agua mineromedicinal con tempera-turas que varían entre 21 y 34 °C.; su aprovechamiento económico está vinculado a procesos de desarrollo endógeno, donde la iniciativa local es la responsable de su puesta en valor con fi nes terapéuticos, turísticos e industriales, en este último caso principalmente a través de su explo-tación mediante plantas embotelladoras (Berdejo, 1997: 343).

5.2. Evolución del uso de las aguas mineromedicinales

Según Calavia (1918: 64), la utilización de las aguas mineromedi-cinales se remonta a la época romana, en que fueron conocidas con la denominación de “Aguas de las Ninfas”, las mismas que con la aparición de la imagen de la Virgen de Jaraba pasaron a llamarse “Aguas de Nues-tra Señora de Jaraba”. Rubio (1853: 578) asegura que ya en el año 1120 eran utilizadas por sus propiedades terapéuticas en una instalación cons-truida por los fi eles de los asentamientos existentes en las proximidades del Santuario de la Virgen de Jaraba, llamada “La Piscina”. Las primeras menciones modernas sobre las propiedades terapéuticas de estas aguas

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la encontramos en el Diccionario Geográfi co-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar (Madoz 1850: 584), donde son des-critas como “aguas termales ferruginoso sulfúreas muy experimentadas para el dolor reumático y toda clase de enfermedades cutáneas”. Más tarde, “La Piscina” fue transformada por el Ayuntamiento de Jaraba en un edifi cio con ocho pilas y varias habitaciones, llamándola “Baños de Nuestra Señora de Jaraba” (Pérez y González, 1853: 364; Rubio, 1853: 578), actualmente “Baños de la Virgen”. Hacia 1849 se contabilizó la asistencia de 350 bañistas (Rubio 1853: 579), demanda que continuó en crecimiento según constata Calavia (1918: 64): “cada año va en aumen-to la concurrencia de bañistas y por esa razón se han construido tres establecimientos balnearios”. De hecho, en 1869 García (1869: 317), en el Tratado de Hidrología Médica y Guía del Bañista, identifi ca a esos tres establecimientos balnearios como: “Baños de La Virgen”, “Baños de San Vicente” (Balneario Sicilia) y “Baños de la Amistad” (Baños Serón), califi cando a este último como el de mayor tamaño.

Durante el período de decadencia de la actividad balnearia estos esta-blecimientos continuaron en funcionamiento, pero limitando su tempora-da a tres meses, julio, agosto y septiembre. En la actualidad todos ellos han emprendido procesos de adecuación de sus instalaciones hoteleras, de servicios y de diversifi cación de la oferta termal. Además, impulsan la oferta turística complementaria en la localidad vecina en forma de restaurantes, bares, cafeterías y tiendas de productos típicos. Una visión de conjunto de la oferta actual balnearia en Jaraba se puede encontrar en el cuadro 1, dando a conocer características generales del recurso y de su puesta en valor.

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Figura 12. Ubicación de los balnearios y plantas embotelladoras de aguas en Jaraba (Zaragoza).

Fuente: PNOA. Elaboración propia con la colaboración de Nicolás Delmonte.

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Respecto a las características del recurso, las aguas minerome-dicinales de Jaraba son del tipo hipotermal y mesotermal cálcico sulfatado-bicarbonatadas; fueron declaradas de utilidad pública en el caso del Balneario Sicilia el año 1860 y en el caso de los Balnearios de Serón y La Virgen el año 1888; dadas sus propiedades físicas y/o químicas, son útiles para tratar distintas patologías, entre las más co-munes las reumatológicas, las respiratorias, las digestivas y renales. En paralelo, estos establecimientos ofrecen distintos tipos de progra-mas de salud y bienestar, principalmente antiestrés, de relax y belleza.

La oferta hotelera de estos balnearios está compuesta por tres ho-teles, que en conjunto ofertan 586 plazas hoteleras, el 100% de las plazas ofertadas en el ámbito local, el 44,2% en el ámbito comarcal y el 24% en el ámbito regional, distribuidas de la siguiente manera: Balneario La Virgen con 198 plazas concentradas en un hotel de dos estrellas, Balneario Serón con 148 plazas concentradas en un hotel de dos estrellas y Balneario Sicilia con 240 plazas concentradas en un hotel de cuatro. Cabe destacar que las instalaciones de estos dos últimos balnearios han sido reconocidas con la Q de calidad turística.

5.3. Baños de la Virgen

Este establecimiento balneario se ubica fuera del núcleo urbano de Jaraba y su origen se remonta a una serie de edifi caciones cons-truidas para explotar las aguas mineromedicinales, la primera de ellas conocida con el nombre de “Piscina”, una instalación con techo de roca acompañado de una casilla levantada por los fi eles de Jaraba al reaparecer a principios del siglo XII la imagen de la Virgen. Sus aguas fueron declaradas de Utilidad Pública en 1888. En 1897 los vecinosde Jaraba decidieron traspasar la propiedad a Don Manuel Ibáñez Remacha, maestro y secretario del municipio, quien administró el establecimiento hasta su muerte; posteriormente, su hijo, el presbítero Don Miguel Ibáñez cumplió dicha función, experimentando estos ba-ños por entonces un gran desarrollo (Calalvia, 1915). Posteriormente, tras la muerte de este personaje la propiedad pasó a manos de sus sobrinos.

En la actualidad este establecimiento aparece inscrito como socie-dad mercantil (Balneario La Virgen, S.A.), y es propiedad de la familia Adradas. Funciona entre los meses de febrero y diciembre. Las aguas

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mineromedicinales que explota son bicarbonatadas, sulfatadas, calcio-magnesianas, litínicas y ligeramente radiactivas (0,11 Nanocurios/litro), brotan a una temperatura entre 30° C y 34° C y son indicadas para tra-tar afecciones digestivas, renales, respiratorias, del aparato circulatorio, reumáticas, tratamientos anti-estrés y traumatología principalmente, ya sea por la ingesta o bien por la toma de baños. Entre las técnicas de apli-cación ofrecidas por este establecimiento citamos las siguientes: chorro a presión, ducha circular, ducha Vichy, baño Niágara, bañeras romanas y gruta natural (inhalación). Cabe destacar que los tratamientos tradi-cionales son complementados con distintos tipos de servicios de salud y de belleza. Además, como técnica complementaria ofrece servicios de rehabilitación deportiva.

El Balneario de La Virgen dispone de un hotel de categoría dos estrellas con una capacidad aproximada de 198 plazas hoteleras, todas exteriores y comunicadas internamente con la galería de baños y las zonas de tratamiento. A la oferta se agregan los siguientes servicios: aparcamiento, conexión wi-fi en salones, zona termal, médico, fi siote-rapeuta y masajista, lago termal y juegos de agua, gimnasio, salas de juegos, juegos infantiles, jardines y terrazas, restaurante y cafetería, salas de televisión y de lectura, sala de reuniones, boutique de regalos y artículos de uso personal, capilla de culto, accesibilidad adaptada a personas con minusvalía física en todas sus áreas. En cuanto a la oferta turística complementaria, este balneario las fundamenta en las potencialidades naturales del territorio envolvente, caracterizado por un impresionante modelado carstico y por una abundante y diversifi -cada avifauna.

Respecto al mercado, hasta fi nales de la década del setenta la de-manda de este establecimiento estuvo conformada mayoritariamente por adultos mayores de 60 años. En la actualidad, la presencia de dicho segmento continua siendo signifi cativa; así lo constatamos en el Estu-dio de Desarrollo Turístico del Municipio de Jaraba, realizado por el Ayuntamiento en el 2005. Pero a diferencia de décadas anteriores, junto a ellos aparecen los segmentos de adultos entre 40 y 50 y de adultos jó-venes (entre 25 y 40), como lo señala el citado estudio. Esta demanda es de origen regional y nacional, procediendo sus clientes en su mayoría de Madrid. En el caso del segmento de adultos mayores el tiempo de esta-día varía entre 7 y 9 días, su estrato socioeconómico es medio-bajo y su

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Figura 13. Vista de conjunto del pueblo de Jaraba.

Fuente: http://www.entrepueblos.com.

Figura 13. Fuente de agua termal en el área central del pueblo de Jaraba.

Fuente: Trabajo de campo, 2012.

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visita se canaliza a través de programas de termalismo social de ámbito nacional y provincial. El establecimiento recibe anualmente entre 3.500 y 3.600 clientes repartidos entre los meses de febrero y diciembre, pero concentrados en época estival; el resto del año su ocupación se mantiene estable (Ayuntamiento de Jaraba, 2005).

5.4. Balneario Baños Serón

El Balneario “Baños de Serón” fue el segundo establecimiento cons-truido para explotar las propiedades terapéuticas de las aguas minero-medicinales en Jaraba. Está enclavado junto a una explanada existente junto al Barranco de la Hoz, excavado por el río Mesa, que forma el imponente farallón calcáreo que domina por la derecha todo el valle, y que desciende hasta la alameda bordeado por el parque del Balneario (Calavia, 1918: 94). Se construyó en el borde del casco urbano ocu-pando unos terrenos abandonados, con excepción de algunos huertos cultivados por particulares; los manantiales eran charcas destinadas al “empozamiento” del cáñamo (Calavia, 1918: 85). El mismo autor agrega: “estaba todo así cuando varios amigos de distintas localida-des compraron el terreno en que estaban los manantiales, con el fi n de convertirlo en Balneario”.

Este establecimiento perteneció a la denominada Sociedad de la Amistad, hasta que su Junta General traspasó la propiedad por sorteo al señor Garcés de Ateca, que tras tomar posesión introdujo las primeras reformas en el Balneario. Con posterioridad fue vendido a los hermanos Luis y Mariano Serón, ilustres personalidades de la sociedad aragonesa. Se dice en la literatura utilizada que a Don Mariano Serón se debe no sólo el progreso del balneario, sino también el progreso del pueblo, pues como resultado de su infl uencia se lograron buenas vías de comunicación para esta localidad (Calavia, 1915: 88). Tras su muerte la propiedad fue heredada por sus sobrinos Jesús de Castro y Serón y Raimundo Ariza. Durante este periodo el Balneario apenas próspero, hasta que la propiedad pasó a manos de los hermanos Vicente y Raimundo Ariza, que introdujeron reformas de consideración en todo el establecimiento. Con el fallecimiento de éstos la propiedad pasó a manos de Manuela, Antonio y Carmen Ariza hasta 1988, cuando fue vendido, incluidos los derechos mineros, a Don José María Sicilia, quien renovó unas insta-

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laciones que refl ejaban en su deterioro el periodo de decadencia de la actividad balnearia (Guillén, 2010: 195). Además, legalizó la situación administrativa de los manantiales existentes en el dominio de Serón. Así, por dictamen de la Diputación General de Aragón [DGA] las aguas de los manantiales “San Luis”, “La Peña” (antiguamente del “Obispo”), “Las Lilas” y “Prado” fueron declaradas mineromedicinales. Cabe des-tacar que las últimas reformas se realizaron en la primera década de este siglo, dotándolo de las comodidades necesarias (baños en habitaciones, calefacción, teléfono, etc) y renovando además la fontanería, salas de calderas, galerías de baño y añadiendo duchas circulares (Guillén, 2010: 195). Después de la muerte de Don José María Sicilia Baró en el 2003 la propiedad pasó a manos de su esposa e hijos, como Sociedad Limitada.

Figura 15. Vista de conjunto del Balneario de la Virgen en la actualidad (Jaraba).

Fuente: http://www.panoramio.com.

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Actualmente el Balneario de Serón funciona entre los meses de fe-brero y diciembre, explota aguas mineromedicinales mesotermales bi-carbonatadas, sulfatadas, cálcico-magnésicas recomendadas para tratar afecciones renales, respiratorias, del aparato circulatorio, reumáticas y curas de relax, utilizando las siguientes técnicas de tratamiento: agua mineromedicinal en bebida, baño termal, baño de burbujas, chorro ter-mal, ducha circular e inhalación difusa (aerosol sónico, pulverizaciones y nebulizaciones); complementan la oferta termal con tratamientos de belleza y piscina termo lúdica.

El Balneario dispone de un hotel de dos estrellas con capacidad aproximada de 148 plazas hoteleras, distribuidas en habitaciones dobles equipadas con baño, calefacción, teléfono, TV y algunas con terraza. Además, dispone de dos comedores para 200 personas, bar-cafetería con terraza, dos salones sociales, sala de televisión, capilla, piscina ex-terior, salón de actividades para niños, aparcamiento y 80.000 metros cuadrados de arboledas y jardines que comparte con el Balneario Sicilia. Todas las instalaciones termales están comunicadas directamente con cada planta del edifi cio. Cabe destacar que sus instalaciones han sido

Figura 16. Planta embotelladora de agua vinculada al Balneario de la Virgen (Jaraba).

Fuente: Trabajo de campo, 2012.

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reconocidas con la Q de calidad turística. La temporada de apertura es del 1 de febrero al 20 de diciembre.

En relación al mercado previo a la época de declive de la actividad balnearia, la clientela que demandaba este establecimiento estuvo for-mada por una gran variedad de personas que buscaban curación y alivio en las aguas mineromedicinales de Jaraba. Así lo deducimos de relatos como el siguiente: “Establecimiento balneario de Serón donde a todos se atiende, desde el acomodado aristócrata, hasta el humilde bracero; pues para todos hay departamentos, habitaciones y condiciones de hos-pedaje y de estabilidad” (Calavia, 1915: 89). A modo de ejemplo una de las visitas más ilustres registrada en este balneario fue la de la Infanta Isabel en 1917 (Heraldo de Aragón, 26/07/1917).

En aquellos años los clientes llegaban a la estación de Cetina y des-de esta localidad se trasladaban hacia Jaraba por medio del transporte que cada establecimiento balneario ponía a disposición de su clientela. Basándonos en un listado de bañistas que frecuentaban este Balneario, sabemos que provenían de Zaragoza, Madrid y el País Vasco, la mayoría empresarios y profesionales (Calavia, 1915: 95-96). Durante la época de declive de la actividad el balneario continuó activo, pero al igual que en el caso del Balneario La Virgen y el Balneario Sicilia, con instalaciones anticuadas y frecuentado principalmente por adultos mayores.

La clientela actual del balneario está formada por adultos mayores de 65 años, adultos y adultos jóvenes. El segmento de adultos mayores es el más numeroso. En el 2005 representó alrededor del 70% de la demanda, el 36% canalizados por los programas de termalismo social de ámbito nacional y provincial. El segmento de adultos entre 40 y 50 años representó el 22% y el porcentaje restante se situaba en el segmen-to de adultos jóvenes. Junto al Balneario Sicilia recibió en el 2005 una demanda aproximada de 17.300 visitas anuales manteniendo el 75% de ocupación anual. Cabe destacar que en la época estival su ocupación fue cercana al 100% (Ayuntamiento de Jaraba, 2005).

5.5. Balneario Sicilia

Está situado a quinientos metros del núcleo urbano y sus aguas emer-gen de dos manantiales: “San Vicente” y “Santa Dorotea”. El primero en descubrirse fue el de “San Vicente”, detectado casualmente mientras se realizaban faenas de demolición de un peñasco ubicado en una huerta

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Figura 17. Antigua edifi cación del Balneario Sicilia (Jaraba).

Fuente: Calavia, 1915: 109.

Figura 18. Instalaciones actuales del Balneario Sicilia (Jaraba).

Fuente: Trabajo de campo, 2012.

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propiedad de Don Manuel Sicilia, labor que culminó con el afl oramiento del caudaloso manantial de agua termal desde los propios cimientos de ese peñasco (Calavia, 1915: 107). Una vez comprobadas sus propieda-des curativas fue explotado por Don Manuel Sicilia, quien construyó un establecimiento conocido como “Balneario de San Vicente”, actualmente “Balneario Sicilia”, con lo que se completa la trilogía de establecimien-tos que dieron lugar a la actividad balnearia en Jaraba.

Desde su origen este Balneario ha permanecido en manos de esta familia local a lo largo de cuatro generaciones. Sus aguas mineromedi-cinales fueron declaradas de utilidad pública en 1860, según consta en el Decreto 25/04/1926. El año 1908 recibió en la exposición Hispano-Fran-cesa realizada en Zaragoza la medalla de oro a la calidad de las aguas mineromedicinales. En 1919, tras la muerte de Don Manuel Sicilia, la propiedad fue heredada por Don Manuel Sicilia Pascual y hermanos, y posteriormente en 1941 por Don José María Sicilia Baró y familia, quienes hacia fi nales de la década de los setenta del siglo pasado hicieron reformas en las instalaciones hoteleras, modernizándolas y dotándolas de calefacción con el objetivo de atraer clientela todo el año. Ahora bien, estas reformas no bastaron, pues para atraer nuevos clientes debió realizar campañas de promoción dirigidas hacia un público objetivo: los adultos mayores. En 1978 se institucionalizan los Encuentros de Terma-lismo y Salud para la Tercera Edad en colaboración con la Diputación General de Aragón. Guillén (2010: 195) asegura que esta experiencia sirvió de inspiración para la creación del IMSERSO en 1989. Hacia fi -nales de 1998 se hicieron obras de ampliación del establecimiento, que concluyeron en febrero del 2000; como resultado de ellas se ampliaron las galerías de baños añadiendo nuevas bañeras, se incorporó la ducha Vichy y el masaje subacuático Niágara. Además, se creó la llamada zona seca con los parafangos, aerosoles, nebulizaciones, las nuevas consultas médicas con recepción de termalismo y la cueva termal, obra diseñada por Joaquín Sicilia, premiada con el accésit del Premio Ricardo Mag-dalena de arquitectura (Guillén 2010: 195). Al fallecer Don José María Sicilia Baró la propiedad pasó a manos de su esposa e hijos, con el nombre de Aguas y Balneario de Sicilia, S.A.

Actualmente el Balneario Sicilia funciona todo el año, sus aguas son mineromedicinales mesotermales bicarbonatadas, sulfatadas, cálcico-magnésicas y pueden ser aplicadas por vía oral, tópica y atmiátrica (inha-

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lación) para tratar enfermedades del riñón y vías urinarias, respiratorias, reumáticas, del sistema circulatorio y curas de relax; para ello se utilizan diversas técnicas de tratamiento9. Dispone de un hotel de cuatro estre-llas con capacidad aproximada de 240 plazas hoteleras distribuidas en 120 habitaciones dobles con baño y terraza completamente equipadas. Además, cuenta con dos comedores con capacidad para 300 personas, bar-cafetería con varias salas y terraza cubierta, salones sociales, sa-las para reuniones, sala de TV, tienda, sala de lectura, espacio wi-fi en cafetería y terraza, capilla, piscina termal activa, gimnasio, centro de estética y belleza, piscina exterior y pista de tenis, salón de actividades para niños, parking y 80.000 m2 de arboledas y jardines que comparte con el Balneario Serón.

Respecto al mercado consumidor, a lo largo de los siglos XIX y XX este balneario fue referente y lugar de visita habitual de la nobleza, cien-tífi cos y políticos, tendencia que prevaleció hasta el período de decaden-cia de la actividad balnearia cuando se estancó el desarrollo de todos los balnearios ubicados en Jaraba. Sin embargo, este balneario se reactivó en fecha temprana, debido a que hacia fi nales de la década de los setenta su gestor utilizó una innovadora estrategia destinada a captar nuevos clientes consistente en dar a conocer in situ los valores terapéuticos de las aguas mineromedicinales entre colectivos de potenciales usuarios de la región; esta labor concluyó en 1978 con la institucionalización de los Encuentros de Termalismo y Salud para la Tercera Edad organizados en colaboración con la Diputación General de Aragón (DGA).

Conforme a los datos aportados por Bordejo (1997: 346) la demanda de este establecimiento entre los años 1991, 1992 y 1993 mantuvo un incremento constante, pasando del 75% de ocupación en 1991 al 83% en 1993, alcanzando en temporada alta y media alta una ocupación del 100%, situación que actualmente no ha variado. Cabe destacar que la demanda de este establecimiento está formada por adultos mayores que representan el 70% de la demanda, al que se suma un 22% de adultos y un 6% de adultos jóvenes; un 80% de todos ellos visitó el balneario por cuenta propia, mientras que el porcentaje restante lo hizo a través

9 Las aguas mineromedicinales son utilizadas por vía oral, baño termal, baño de burbujas, chorro termal, ducha circular, ducha escocesa, ducha de aromas, masajes subacuáticos niágara, masajes vichy, peeling corporal con masajes vichy, inhalación difusa, aerosol sónico, nebuliza-ciones, parafangos, complementando la oferta con tratamientos de belleza y piscina termo lúdica.

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de grupos organizados en el marco del Programa de Termalismo Social del IMSERSO (Ayuntamiento de Jaraba, 2005).

6. CONCLUSIONES

La experiencia de turismo de balneario —como una modalidad de los turismos de interior— puede representar una alternativa válida para reducir la tendencia al deterioro que ha caracterizado al mundo rural español, mediante el desarrollo de una actividad económica permanen-te basada en las aguas mineromedicinales como su principal fuente de riqueza natural, presentes en las áreas analizadas en este texto. Desde esta perspectiva, tal como ocurrió en el resto de España, el resurgimiento de este turismo fue el resultado de un entramado de sucesos, entre ellos: la aparición de una serie de medidas de diversifi cación productiva del espacio rural, principalmente provenientes de organismos de origen au-tonómico y provincial; los cambios operados en el comportamiento de la demanda balnearia son el refl ejo de los cambios recientes operados en las tendencias turísticas en España y en Europa así como la infl uencia ejercida, aunque con distintos matices, por el Programa de Termalis-mo Social del IMSERSO y sus análogos en los ámbitos autonómico y provincial. Las consecuencias directas detectadas como resultado de este proceso en los casos analizados se refl ejan, principalmente, en el cambio del modelo terapéutico del balneario tradicional a un modelo turístico moderno. Por lo demás, advertimos que este cambio se ma-nifi esta en la adecuación de las instalaciones balnearias y hoteleras y en la diversifi cación de la oferta tradicional de los balnearios, donde se mezcla una oferta preventiva y lúdica complementada por una serie de atractivos naturales y culturales. En consecuencia, este modelo permite a agüistas y visitantes disfrutar en el interior del balneario con las aguas mineromedicinales y los servicios hoteleros y de restauración que presta el propio balneario y, en el exterior, con las manifestaciones naturales y culturales del territorio que le sirve de plataforma, con los benefi ciosos efectos económicos que ello acarrea.

Fruto del estudio empírico apreciamos que los espacios de la vida cotidiana de bastantes municipios rurales se enriquecen con la presen-cia en su territorio de visitantes que demandan los servicios prestados por los balnearios y que comparten ciertas características en términos

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generacionales, socioeconómicos y de motivación. La llegada de estos visitantes favorece el desarrollo de este turismo con efectos económicos apreciables sobre el ámbito territorial en el que actúa, lo que sumado a su carácter no estacional (principal atributo diferenciador con respecto a otras modalidades de turismos de interior), contribuye a mantener una economía relativamente próspera y a ofrecer oportunidades de desarrollo para la población local.

Estas constataciones obtenidas del estudio empírico en los munici-pios seleccionados (las “villas termales” de Alhama de Aragón y Jaraba) permiten validar una de las hipótesis básicas de nuestra investigación: que las tendencias actuales de la demanda turística junto a la colabo-ración establecida entre el sector público y privado han infl uido positi-vamente en la reactivación del turismo de balneario, transformándolo en una alternativa válida para reducir la tendencia de deterioro que ha caracterizado al mundo rural español. En defi nitiva, la descripción y análisis de ambos casos demuestran que el resurgimiento del turismo de balneario ha generado efectos económicos positivos, hasta el punto de posicionar a los municipios de Alhama de Aragón y Jaraba como los principales destinos de este turismo en la comarca de Calatayud y en la provincia de Zaragoza, proceso del cual se han benefi ciado no sólo las empresas balnearias, sino también la sociedad receptora de este turismo.

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RESUMEN

EL TURISMO DE BALNEARIO EN ARAGÓN. DE LA RECUALIFICACIÓNDE LA OFERTA A LA DIVERSIFICACIÓN DE LA DEMANDA.

Las “villas termales” de Alhama de Aragón y Jaraba

En un período reciente los turismos de interior en España han con-tribuido a mitigar los problemas que afronta su mundo rural. Factores claves han sido la puesta en marcha de acciones vinculadas a procesos de diversifi cación productiva y las nuevas tendencias de la demanda turística. Es el caso del turismo de balneario, que tras experimentar un largo periodo de decadencia, a fi nales de los años ochenta inició una reactivación, convirtiéndose hoy por hoy en una alternativa cierta para dinamizar territorios rurales con escasas oportunidades de desarrollo. En este artículo describiremos determinadas dimensiones de esta ex-periencia tomando como referencia los casos de los municipios rurales de Alhama de Aragón y Jaraba, ambos localizados en la comunidad autónoma de Aragón.

Palabras claves: Turismo de balneario; Aragón; áreas rurales.

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246 MARISELA PILQUEMAN VERA

ABSTRACT

ARAGON’S SPA TOURISM: FROM OFFER RE-QUALIFICATIONTO DEMAND DIVERSIFICATION.

The “Spa-Towns” of Alhama de Aragón and Jaraba

Recently, the inland tourism in Spain have helped to mitigate the problems of rural areas. Key factors have been setting up of a range of actions linked to productive diversifi cation processes and to new trends in tourism demand. This is the case of spa tourism, which after facing a long period of decay, in the late eighties has experienced a revival, becoming a real alternative to revitalize rural areas with limited deve-lopment opportunities. In this contribution we describe some aspects of this experience having as a reference the cases of the rural municipalities of Alhama de Aragón and Jaraba, both located in the autonomous com-munity of Aragón (Spain).

Key words: Spa tourism; Aragón (Spain); rural areas.

RÉSUMÉ

LE TOURISME THERMAL À ARAGÓN (ESPAGNE):ENTRE LA RÉCONVERSION DES PRODUITS ET LA DIVERSIFICATION

DE LA DEMANDE.Les “villes d'eau” de Alhama de Aragón et Jaraba

Dans une période récente les tourismes de l'intérieur en Espagne ont contribué à atténuer les problèmes auxquels le monde rural s’affronte. Les facteurs clés ont été la mise en œuvre des actions liées à la diversifi -cation des produits et des nouvelles tendances de la demande touristique. C'est le cas du tourisme thermal, qui, après avoir connu une longue pé-riode de déclin, à la fi n des années quatre-vingt a commencé un renou-veau, devenant aujourd'hui une alternative de reprise èconomique pour certaines zones rurales avec peu de possibilités de développement. Dans cet article, nous allons décrire certaines dimensions de cette expérience en se référant aux cas de municipalités rurales de Jaraba et Alhama de Aragón, les deux situés dans la communauté autonome d'Aragon à l’Espagne.

Mots-clés: Tourisme thermale; zones rurales d'Aragón; villes d'eau.

IV

TEXTOS CLÁSICOSDEL PASADO DE LA

REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA

Boletín de la R.S.G., CXLIX, 2013 ISSN: 0210-8577(249-253)

LA VISITA DE ALBERTO I DE MÓNACO A LA REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA Y SU INFLUENCIA EN LA FUNDACIÓN

DEL INSTITUTO ESPAÑOLDE OCEANOGRAFÍA

ALBERT 1ST OF MONACO‘S VISITTO THE REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA

AND HIS INFLUENCE IN FOUNDINGTHE INSTITUTO ESPAÑOL

DE OCEANOGRAFÍA

PorCarlos Palomo Pedraza*

En la tarde del día 24 de enero de 1912, llegó a la estación de Madrid el Príncipe Alberto I de Mónaco, invitado por la Real Sociedad Geográ-fi ca, con el fi n de pronunciar una conferencia sobre los Progresos de la Oceanografía.

El día 26 a las seis de la tarde, se celebró bajo la presidencia de Sus Majestades los Reyes y la Real Familia, la sesión pública extraordinaria que la Sociedad había organizado, para oír al príncipe lo que quería decir sobre la oceanografía y sus progresos.

Alberto I, era buen conocedor de España y de sus mares, a los 18 años entró en la Academia Naval Española en la que sirvió los años reglamentarios y posteriormente ocupó numerosos empleos, estando en aquellos momentos en el Cuerpo General de nuestra Armada, como

** Oceanógrafo. Vocal de la Junta Directiva de la Real Sociedad Geográfi ca.

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250 CARLOS PALOMO PEDRAZA

contraalmirante en situación de reserva, lo que permitiría decir que de raza le viene al galgo… Pues uno de sus antepasados, el príncipe Hono-rato, fue aliado del emperador Carlos V y mandó una galera en la Gran Batalla de Lepanto.

Él a su vez participó en la guerra franco-prusiana, con los franceses, obteniendo la Legión de Honor por sus méritos en ella.

Pero como dijo el presidente de la Real Sociedad Geográfi ca don Marcelo Azcárraga en su presentación de la conferencia, en esos mo-mentos el “príncipe navegante” tenía cuarenta obras publicadas so-bre ciencias del mar y navegado más de 33 años, dedicado a trabajos oceanográfi cos de utilidad, no sólo científi ca si no también práctica, subvencionando experimentos y publicaciones con gran generosidad y destinando buques a sus investigaciones por los diferentes mares, dotados con instrumental científi co adecuado que a veces él mismo diseñaba.

Había realizado estudios importantes en las corrientes marinas del Golfo y Gibraltar y había aportado y coordinado el estudio para la rea-lización del mapa batimétrico de los océanos. Por entonces ya estaban funcionando el Instituto de París y el Museo de Mónaco, creados y mantenidos por él.

El presidente señor Azcárraga terminó sus palabras manifestando a S.A. el nombramiento de Socio Honorario que la Real Sociedad Geo-gráfi ca le había concedido.

S.A. Alberto I, tomó la palabra y pronunció la conferencia titulada “Progresos de la oceanografía”, comenzando su disertación manifestan-do que desde hacía mucho tiempo dedicaba todo su esfuerzo y facultades al desarrollo de las Ciencias del Mar, declarando que bajo los pliegues de la bandera española aprendió el ofi cio de marino al propio tiempo que de él se apoderaba la afi ción al mar, fi jando las mejores facultades de su espíritu en una carrera de la que ya nunca se apartó.

En la conferencia, lo mismo que en el objeto de su viaje, se puede distinguir dos partes bien diferenciadas, la científi co-técnica y la socio-política.

S.A. ofrece una lección magistral de los conocimientos oceanográfi -cos obtenidos del mar hasta la fecha y de los que se pretende conseguir en un futuro próximo, dando gran importancia para obtener los objetivos al esfuerzo común coordinado.

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LA VISITA DE ALBERTO I DE MÓNACO A LA REAL SOCIEDAD.... 251

Llama la atención muy favorablemente la importancia que otorga a los medios necesarios para realizar los estudios oceanográfi cos, personal científi co entusiasta, buenos laboratorios, apropiada instrumentación y buenos barcos.

Comunica que acaba de realizarse la primera campaña del Hiron-delle II recién construido, con una capacidad de 1.620 toneladas y una fuerza en sus dos motores de 2.200 caballos, con 18.000 metros de cable de acero arrollados en potentes carretes y dos laboratorios para trabajar a bordo.

Cualquier oceanógrafo actual, envidiaría esas condiciones de trabajo, ofrecidas al principio del siglo XX por este pequeño estado.

Pienso que la exposición del “estado del arte” en conocimiento y tecnología de la oceanografía, se consiguió satisfactoriamente con esta excelente conferencia, y nuestros profesionales afi nes e interesados sa-carían una idea clara de la situación.

Comentemos ahora la otra parte del objeto del viaje, que de forma clara, no era otra que mover los hilos políticos y sociales para conseguir la fundación en España de un organismo ofi cial, que se encargara de estas actividades, es decir el Instituto Español de Oceanografía.

Al principio de su conferencia, el príncipe manifi esta: “Y si me hallo entre vosotros, es porque quiero solicitar de España, de su rey, de los hombres ilustres que en ella existen, que unan su esfuerzo al de tantos otros países que resolver quieren los problemas del Océano” continuan-do poco después “ España posee los elementos necesarios para servir útilmente a la oceanografía, sacando ventaja material de esta ciencia” y terminando en esta ocasión “Así pues, el concurso del Gobierno habría de colocar, sin trabajo, a España al frente de los países adelantados en ese camino; en palma de Mallorca y en Málaga los laboratorios creados por el profesor Odón de Buen, con los cuales se honra nuestro Instituto Oceanográfi co de Mónaco en mantener fructuosas relaciones, eviden-cian los resultados que puede producir la solicitud ofi cial.”

El conferenciante no deja pasar ocasión de ensalzar la investiga-ción científi ca y en particular a la oceanográfi ca, recién iniciada con la expedición del Challenger y de la que tantos benefi cios puede obtener España.

Al día siguiente sábado 27 de enero, tuvo lugar la excursión a Toledo, que organizó la Sociedad como homenaje al nuevo Socio Honorario

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y augusto conferenciante. Después del recorrido histórico, artístico y científi co, pues se incluyó la estación sismológica central, las personali-dades y la comitiva hicieron una parada para tomar el almuerzo y donde el vicepresidente señor Foronda ofreció un discurso laudatorio, siendo contestado por el príncipe de forma muy interesante, alguno de cuyos párrafos recogemos.

“No soy más que un soldado de la ciencia a quien la suerte prodiga sus favores en las campañas emprendidas. Mi afán es sólo el de que la ciencia oceanográfi ca se difunda, porque veo en ella, a parte de los que representa en el progreso de los conocimientos humanos, una fuente in-agotable de riqueza para las naciones. Pocos países como España están en condiciones de utilizar sus benefi cios. Sus condiciones topográfi cas lo abonan. Sus hombres de ciencia lo hacen esperar. Si los miembros de la Real Sociedad Geográfi ca aúnan sus esfuerzos, moviendo la opinión pública en ese sentido, el éxito será seguro.” A continuación manifestó “Invito pues, a los señores de la Geográfi ca a que me ayuden en mis esfuerzos. Seguro de que con ello corresponderán a las tradiciones de la Real Sociedad por cuya prosperidad hago fervientes votos.”

Un observador imparcial de nuestro tiempo deberá reconocer que el esfuerzo realizado en esta ocasión por el príncipe interesando a la opi-nión pública, motivando a la científi ca, y moviendo a la clase política, terminó con un rotundo éxito, al ser creado el 17 de abril de 1914 el Instituto Español de Oceanografía.

Pero no sólo obtuvo el que el gobierno español fundará el organismo que él solicitara, si no que consiguió que su primer director fuese don Odón de Buen, hombre de su amistad y aprecio.

Odón de Buen, se había iniciado en las actividades oceanográfi cas al participar con la promoción de guardiamarinas en su viaje de prácticas, como encargado del laboratorio de la fragata Blanca, superviviente de la batalla del Callao. Según propias manifestaciones fue allí cuando decidió dedicar su vida a estudiar, conocer y difundir la oceanografía, que por entonces estaba en sus inicios.

Al comienzo, frecuentemente fue investigador invitado en el Labo-ratorio Aragó de biología marina de Banyuls creado y dirigido por el profesor de La Sorbona Lacaze-Duthiers, el cual le puso en buenas re-laciones con el príncipe y le proporcionó sugerencias para la creación en Palma de Mallorca del Laboratorio Biológico-Marino en Porto Pí.

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LA VISITA DE ALBERTO I DE MÓNACO A LA REAL SOCIEDAD.... 253

En su etapa de catedrático de Zoología y Botánica en Barcelona, tuvo una breve carrera política en las fi las republicanas de Nicolás Salmerón, manifestando en sus memorias que sus trabajos científi cos sufrieron al-gún retraso, pero en cambio le sirvieron para poder llevar adelante la or-ganización en España de los estudios de oceanografía y biología marina; también declara que la senaduría, consolidó fuertemente sus relaciones con el príncipe de Mónaco, que en adelante adquirieron gran intimidad, con gran honor para él y provecho incalculable para la ciencia española.

Ya en la cátedra de geología y botánica de la Universidad de Madrid en 1911, reverdeció la amistad que desde joven tenía con Miguel Primo de Rivera, al ayudarle a preparar su ingreso en la Academia General Militar. Durante el período de mandato de don Miguel se creó la Direc-ción General de Pesca, y el Instituto Español de Oceanografía pasó a integrarse en ella, siguiendo Odón de Buen como director del mismo.

Llama la atención, la sintonía profesional de estos dos grandes hom-bres, Alberto I de Mónaco y Odón de Buen y del Cos y su sincera amis-tad personal, que si consideramos el origen humilde de uno, sus ideas librepensadoras y su manifi esto republicanismo, sólo se puede explicar si aceptamos que ambos estaban seducidos por la búsqueda del conoci-miento científi co y enamorados de la oceanografía, lo que debido a su gran calidad humana habían puesto por encima de todo lo demás.

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REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICAMEMORIA DE ACTIVIDADES

2012-2013

Durante el curso 2012-2013, la Real Sociedad Geográfi ca ha seguido realizando todas las actividades que, conforme a lo establecido por sus Estatutos, está capacitada para llevar a cabo desde el mismo momento de su fundación.

JUNTA DIRECTIVA

La Junta Directiva al 30 de mayo de 2013 es el resultado de la reno-vación reglamentaria que tuvo lugar en la Junta General Ordinaria cele-brada el 20 de junio de 2012 en la que, conforme a la reglamentaria vo-tación que renovó su primera mitad, se llegó a la siguiente composición.

Presidente: Excmo. Sr. D. Juan Velarde Fuertes.Presidente Honorario: Excmo. Sr. D. Rodolfo Núñez de las Cuevas.Vicepresidente 1º: Excmo. R. D. Rafael Puyol Antolín.Vicepresidente 2ª: Ilma. Sra. Dña. María Asunción Martín Lou.Vicepresidente 3º. Ilmo. Sr. D. Eduardo Barredo Risco.Vicepresidente 4º: Excmo. Sr. D. José María Fluxá Ceva.Secretario General: Excmo. Sr. D. Joaquín Bosque Maurel.Secretario Adjunto 1º: D. Luis Felipe Hernando Sanz.Secretario Adjunto 2º: Dña. Sicilia Gutiérrez Ronco.Bibliotecario: Ilmo. Sr. D. Mariano Cuesta Domingo.Tesorero: Ilmo. Sr. D. Manuel Muriel Hernández.

Vocales: D. Miguel Alonso Baquer, D. Fernando Arroyo Ilera, Dña. Concepción Camarero Bullón, D. José Cruz Almeida, D. Felipe Fernán-dez García, D. Francisco Fluxá Ceva, D. Juan Iranzo Martín, D. Manuel

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García López de Haro, D. Javier Gómez Navarro, Dña. María Luisa de Lázaro y Torres, Dña. María del Carmen Líter Mayayo, D. Teodoro Mar-tín Martín, D. Eduardo Martínez de Pisón, D. Sebastián Mas Mayoral, D. Ricardo Méndez Gutiérrez del Valle, Dña. Mercedes Molina Ibáñez, D. Carlos Palomo Pedraza, D. José Sancho Comíns, D. Juan José Sanz Donaire, Dña. Luisa Utanda Moreno, D. Manuel Valenzuela Rubio y D. Manuel Antonio Zárate Martín.

Vocales Natos: Ilmo. Sr. D. Juan Vilá Valentí, ex vicepresidente de la Unión Geográfi ca Internacional, Ilmo. Sr. D. Amador Elena Cordo-ba, Director del Instituto Geográfi co Nacional, Ilmo. Sr. D. Jorge Civis Llovera, Director del Instituto Geológico y Minero, Ilmo. Sr. D. Eduar-do Balguerías Guerra, Director del Instituto Español de Oceanografía, Ilmo. Sr. D. Juan García Lidón Coronel Jefe del Centro Geográfi co del Ejército, y Dña. María Isabel Bodega Fernández, en representación del Instituto de Economía y Geografía (CSIC);

Socios Honorarios: Excmo. Sr. D. Francisco Álvarez Cascos, Excmo. Sr. D. Manuel Pizarro Moreno, Illmo. Sr. D. Alberto Sereno Álvarez, Excmo. Sr. D. Salvador Ordoñez Delgado, Illmo. D. José María Amu-sátegui de la Cierva e Illmo. D. Fernando Becker Zuazua.

Socios corresponsales: Dr. D. Alfredo Sánchez Muñoz (Universi-dad de Valparaíso), Dr. D. Álvaro Sánchez Crispín (Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y Universidad Autónoma de México), Dr. D. Eduardo Salinas Chávez (Universidad de La Habana. Cuba), Dr. D. Mauricio Porras y Jiménez (Académico, México), Dra. Dña. Alicia N. Iglesias (Universidad de Buenos Aires. Argentina), Dr. D. José Seguinot Barbosa (Universidad de Puerto Rico), Dra. Dña. Delfi na Trinca Fighera (Universidad de los Andes, Mérida. Venezuela), Dr. Ingeniero D. Luis Aires-Barros (Sociedad de Geografía de Lisboa. Portugal), Dr. D. Remy Knafou (Universidad de París I, Pantheon-Sorbona. Francia) y Dra. Dña. Rosa Tapies (Universidad de Kioto. Japón).

MIEMBROS DE LA RSG

El total de miembros de la Institución con referencia al 30 de mayo de 2013 asciende a 390 Socios de los cuales 46 socios vitalicios y co-

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rrespondientes y el resto numerarios. En el trascurso del periodo consi-derado se han producido 30 bajas y 8 altas en el total de los miembros de la Entidad.

REUNIONES REGLAMENTARIAS

La Junta ha celebrado a lo largo del curso académico 2012-2013 un total de ocho sesiones mensuales correspondientes a los meses de oc-tubre a junio, excepto diciembre, y la estatutaria y reglamentaria Junta General que tuvo lugar el 20 de junio de 2012. En este curso académico, el 22 de abril de 2013, tuvo lugar una Junta General Extraordinaria con objeto de modifi car el importe de la cuota anual de socio. La modifi ca-ción fue aprobada por la citada junta.

ACTIVIDADES ACADÉMICAS

1º El día 19 de noviembre de 2012: Conferencia inaugural del Curso Académico 2012-2013: “La Carta náutica de Mercator de 1569 y análisis de sus leyendas” por D. Alfredo Surroca Carrascosa.

Noviembre de 2012, Semana de la Ciencia, “GIS Day”. Dirigido por María luisa de Lázaro y Torres.

Abril, 2013: La utilidad de las WEBSIG para la presentación de los resultados de trabajos de investigación. Organizado por Real Sociedad Geográfi ca, Digital-Earth-EU y con la colaboración de UCM y ESRI España.

VISITAS Y EXCURSIONES

1º El día 24 de enero de 2013 visita a la Biblioteca Real del Palacio de Oriente organizada y dirigida por el Vocal y Dr. D. Teodoro Martín Martín.

PUBLICACIONES:

A lo largo del curso 2012-2013, la Real Sociedad Geográfi ca ha pu-blicado, colaborado y puesto a disposición de sus socios y del público en general, las siguientes publicaciones.

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• Aportación Española al XXXII Congreso Internacional de la UGI. Colonia 2012. “Nuevos aires en la Geografía española del siglo XXI. Madrid, 2012. Comité Español de la Unión Geográfi ca Internacional (EDS). Edición digital en español e inglés.

• Tomo CXLVIII, correspondiente al año 2012, del “Boletín de la Real Sociedad Geográfi ca”. Madrid, Real Sociedad Geográfi ca, 460 Págs., cuyo índice se transcribe a continuación: I. Conferencia de aper-tura del curso 2011-2012. Los Ingenieros militares y la Real Sociedad Geográfi ca, por Juan Velarde Fuertes, Rodolfo Núñez de las Cuevas y Antonio González García. II. Geografía y riesgos naturales. “Localiza-ción geográfi ca, ordenación del territorio y desastres naturales. La ciudad de Valparaíso” (A. Sánchez Muñoz). “Incremento de la vulnerabilidad ante los peligros naturales en España. Políticas de reducción del riesgo” (G. Olcina Cantos). “Elaboración de un índice sintético de riesgo de in-cendios forestales en la España peninsular” (J. Martínez Vega y E. Chu-vieco). “Inundaciones: defi nición y riesgos: una visión geográfi ca” (J. J. Sanz Donaire). “Política pública, sociedad y riesgos naturales en Chile. El terremoto fr del 27/F y las lecciones para la institucionalidad” (F. Gua-jardo). “Organización y funcionamiento de la UME ante emergencias” (A. Fernández-Tabiro Criado). “Cartografía de los planes estatales de protección civil para riesgos naturales” (G. Pascual Santamaría y G. Ya-ñez Sánchez). III. Miscelánea. “De Modelos urbanos: una revisión histó-rica a partir del caso de Barcelona” (C. Carreras i Verdaguer). “Primeros exploradores sobre una Geografía. Orellana” (M. Cuesta Domingo), “27 de febrero de 2010. Terremoto neoliberal en Chile” (R. Goicoolea Par-do). “Desarrollo de la cartografía de montaña en los Picos de Europa (1830-2000)” (E. Serrano y J. J. González Trueba). “Mapas y territorio en tiempos de globalización. Una aproximación desde las relaciones en-tre Historia y Geografía” (C. M. Yory). IV. Textos clásicos del pasado de la Real Sociedad Geográfi ca. “Comentarios a unos trabajos publicados en el Boletín de la Real Sociedad Geográfi ca del Pro. Dr. D. Luis García Sáinz” (J. J. Sanz Donaire). V. Necrológica. “In memoriam. José Manuel Casas Torres” (J. Bosque Maurel). VI. Noticias y VII. Bibliografía.

• J. BOSQUE MAUREL (2012). “España en el tercer milenio. Una imagen geográfi ca de una sociedad en cambio”. Granada, Universidad de Granada y Real Sociedad Geográfi ca, 258 Págs. Introducción. La Demo-cracia y el Estado de las Autonomías. Una España plurilingüe y diversa

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culturalmente. Crecimiento económico y reordenación social. Los retos de la salud. La educación y la investigación. La industria editorial, la prensa y la lectura. La situación de la mujer y los nuevos modelos de la familia. Signifi cación y ¿crisis? De las instituciones religiosas. Los cam-bios en el consumo y en la vida familiar y social. La urbanización como fenómeno espacial. Hacia un “nuevo” modelo de ciudad. Globalización y fenómeno metropolitano. Protección ambiental versus urbanismo sal-vaje. Evolución urbana y patrimonio humano y cultural. La presencia de España en los espacios internacionales. Contradicciones, tensiones sociales y nuevos problemas. Final. Bibliografía. Agradecimientos.

• “Memoria de actividades 2000-2012”. Madrid, Real Sociedad Geo-gráfi ca, 47 Págs.

XXXII CONGRESO DE LA UNIÓN GEOGRÁFICAINTERNACIONAL

En agosto de 2013, bajo el título general de Down to earth, se cele-bró en Colonia (Alemania) el XXXII Congreso de la Unión Geográfi ca Internacional. Una vez más, la representación del Comité Español de la UGI la ejercieron varios miembros del Comité y otros asociados de las diferentes entidades que la componen. En esta edición, la presencia física de la Geografía española visualizada a través de un stand se ha visto seriamente devaluada por el efecto combinado de la merma presupues-taria y de la paralela reducción de la oferta de espacios por parte de los organizadores. Lo cual ha determinado que ni de lejos se haya repetido, ni por cantidad de espacio ni por los medios materiales y humanos dispo-nibles, el precedente de las tres ediciones del Congreso Internacional de la UGI celebradas desde el año 2000 (Seúl, Glasgow y Túnez). Aún así, el modesto stand de 5 m2 sin paredes ni estructura fi ja y con tan sólo una mesa y dos sillas como único mobiliario, ha sido el punto de encuentro de los geógrafos españoles presentes en Colonia y ha dado cara y voz a la Geografía española ante la comunidad geográfi ca internacional; la rentabilidad de la reducida inversión realizada en el alquiler de este espacio ha sido sin duda elevada, pues ha permitido al Comité Español de la UGI y a las entidades en él representadas (básicamente, la Real Sociedad Geográfi ca, la Asociación de Geógrafos Españoles, la Societat Catalana de Geografía y el Instituto Geográfi co Nacional) proyectar la

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imagen de unidad y diversidad que nos caracteriza. A ello colaboraron los miembros del comité presentes en Colonia, que aseguraron, con la ayuda ocasional de algunos colegas asistentes al congreso, la apertura permanente del stand y la fl uidez de la información a los visitantes inte-resados por España, la geografía española o por las entidades integradas en el comité español de la UGI.

Merece la pena resaltar en estas líneas dos de las tareas desarrolladas en el stand español en Colonia: la información a los visitantes sobre España y la geografía española y la distribución de la Aportación Espa-ñola al XXXII Congreso Internacional de la UGI, ambas íntimamente ligadas, ya que sin duda el atractivo mayor y casi único de nuestro stand en esta ocasión consistió justamente en la distribución que desde él se hizo del CD elaborado durante los dos últimos años como forma de proyección de la geografía española en este escenario internacional. Como ya conocen sin duda todos los miembros de las organizaciones integrantes del comité a través de las comunicaciones distribuidas en su momento, se ha continuado también en esta ocasión una tradición de décadas a la hora de elaborar la aportación de la geografía española al congreso de Colonia, consistente en la creación dentro del comité de una comisión editorial ad hoc, encargada de impulsar y dirigir la elaboración de un volumen con diversas aportaciones científi cas de los geógrafos españoles en torno a los ejes temáticos propuestos por los organizadores del congreso, ya reseñados más arriba. A tal fi n y como primera providencia se difundió una convocatoria abierta entre los geógrafos españoles solicitando sus propuestas, al mismo tiempo que se comprometía a un grupo de autores invitados con asignación de temas previamente seleccionados por el comité científi co y editorial. Como complemento del volumen de textos se realizó, con apoyo del CSIC y de una empresa privada, una Bibliografía Geográfi ca Española (2000-2012), concebida como el primer paso para la creación de una base de datos con la producción científi ca de los geógrafos españoles en la primera década del siglo XXI.

El libro con las contribuciones científicas de los geógrafos espa-ñoles al Congreso de Colonia ha sido editado en esta ocasión, y por primera vez, sólo en soporte digital con sendas versiones en español e inglés constando, como ya se ha señalado, de dos grandes bloques de textos; el primero recoge las aportaciones de los autores invitados y

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el segundo las aportaciones a la convocatoria libre entre los geógrafos españoles tras superar la oportuna labor de evaluación; está disponibleen las respectivas páginas webs y en la del Instituto Geográfi co Nacional.

Por otra parte, la distribución del CD entre los visitantes del stand fue una de las tareas prioritarias asumidas por los miembros del comité y otros geógrafos colaboradores a lo largo del congreso, a donde se envió un contingente de 400 ejemplares; la mitad de ellos fueron en-tregados en mano a los visitantes del stand, un tercio a los miembros de las comisiones y sesiones de trabajo, con preferencia a los miem-bros permanentes de las comisiones y presidentes de las sesiones, y el cuarto restante a los delegados de los comités nacionales presentes en la Asamblea General, incluidos los miembros salientes y entrantes del Consejo Ejecutivo de la UGI, tarea que realizó el propio representante del comité español en la Asamblea el Profesor. D. Manuel Valenzuela Rubio.

Para una mayor información sobre el congreso, el boletín de la RSG, del año 2012, recoge un amplio y detallado informe elaborado por el Dr. Valenzuela Rubio.

EUROGEO (European Association of Geographers)

La Real Sociedad Geográfi ca continúa participando en EUROGEO (European Association of Geographers). En este marco ha asistido a la última conferencia celebrada por la Asociación en Brujas (Bélgica) “Geography: Linking Tradition and Future” entre los días 8 y 11 de mayo de 2013. Asistieron cerca de 200 personas de diversos países del mundo, no sólo de Europa, sino de EEUU, Kenia… EUROGEO dio acogida en una sesión independiente dentro de sus conferencias, a la asociación EGEA (European Geography Student Association), en la que cada vez tiene un mayor peso la participación española.

En el seno de la conferencia se celebró la asamblea anual de la aso-ciación, en la que se presentó el informe anual disponible en Internet y se renovó parcialmente el Presidium de la misma. La próxima conferencia se celebrará en Malta.

La revista digital de la Asociación: European Journal of Geogra-phy (EJG), se puede consultar en: http://www.eurogeographyjournal.eu/, va en 2013 por el volumen 4, número 1 y está a punto de salir el

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número 2. La revista supone una referencia para la educación superior de la Geografía Europea. Publica artículos originales, innovadores y de calidad que refl ejan aspectos teóricos y aplicados de investigación, de aprendizaje y de enseñanza de la Geografía, así como promociona a la propia ciencia geográfi ca como una disciplina, potenciando además la dimensión europea de la misma.

EUROGEO, en la actualidad, es una asociación que acoge a cualquier persona o asociación con un interés demostrado por la Geografía. La próxima conferencia de la asociación tendrá lugar en Brujas (Bélgica) en el próximo mes de mayo. La asociación está presente en la actualidad en las redes sociales (Facebook, Twitter…).

En el seno de la Asociación EUROGEO, e impulsado por su pre-sidente Karl Donert, existe el proyecto digitalearth.eu: geomedia in schools, dentro del programa Lifelong Learning de la UE, que, conce-dido para tres años (2010-2013), termina ya. En el marco de este pro-yecto se ha fundado una red de centros de excelencia europeos (CoE) y la Real Sociedad Geográfi ca lidera uno en el que también participan diversas universidades españolas (UCM, ULE…). El objetivo de estos centros es impulsar una geografía innovadora que aproveche los me-dios tecnológicos y digitales geo-media en la investigación, difusión y el aprendizaje de la Geografía. Con ello se pretende colaborar con la Agenda Digital Europea 2020. Los centros forman una red y cada uno de ellos debe reunir unos estándares elaborados por el Centro de Exce-lencia Europeo.

En el seno de digitalearth.eu: geomedia in schools existen cuatro grupos de trabajo, cada uno especializado en alguno de los aspectos considerados fundamentales para impulsar el aprendizaje de la Geogra-fía: 1. Recursos, tecnologías y geoinformación; 2. Aprender y enseñar con los geo-media y la geoinformación; 3. Formación del profesorado y capacitación en geo-media; y 4. Aspectos curriculares. La última reu-nión general del proyecto será el próximo mes de septiembre y cerrará el proyecto.

La representante en EUROGEO de la Real Sociedad Geográfi ca si-gue siendo la vocal Dra. Dª Mª Luisa de Lázaro y Torres, que colabora también en la red digital-earth.eu con la Vicepresidenta 2ª de la RSG, Dra. Dª Mª Asunción Martín Lou y la secretaria de la misma, Dª Mª José Lozano de San Cleto.

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EUGEO (Sociedad Europea para la Geografía)

Constituye una de las instituciones principales para el desarrollo de la Geografía en Europa. Su representante ofi cial por parte de España es el Vocal y Catedrático de Geografía de la Universidad Autónoma de Madrid Dr. D. Manuel Valenzuela Rubio.

En el período junio de 2012 y junio de 2013 han sido dos las activida-des de EUGEO dignas de mención en esta Memoria. La primera se de-sarrolló en el marco del programa ofi cial del XIV Congreso de Colonia, concretamente en una sesión especial celebrada el domingo 26 de agosto de 2012, consistente en dos reuniones programadas por los nuevos presi-dente y secretario de la Sociedad, el Dr. D. Henk Ottens (Real Sociedad Geográfi ca de los Países Bajos) y el Dr. D. Maximiliano Tabusi (Socie-dad Geografi ca Italiana), respectivamente. Así se daba cumplimiento al programa de actividades aprobado en el III Congreso de Geografía de Europa celebrado en Londres el año 2011, entre las que destacaba la organización cada año de un evento en forma de congreso, conferencia o seminario. El del año 2012 consistió en un seminario sobre El Estado de la Geografía en los Países Europeos con la vista puesta en el fortaleci-miento de la presencia de nuestra disciplina en cuantos ámbitos ya se en-cuentra reconocida (enseñanza en todos los niveles, en la investigación, en el ejercicio profesional o en los medios). Para conseguirlo EUGEO propuso involucrar de forma individual o colectiva a todas las socieda-des geográfi cas de Europa. Entre los doce miembros de EUGEO que realizaron presentaciones sobre sus respectivos países, la presentación sobre el Estado de la Geografía en España fue asumida por el Dr. Ma-nuel Valenzuela, representante de la Real Sociedad Geográfi ca, entidad fundadora de EUGEO. En esa misma jornada tuvo lugar la Asamblea General de EUGEO, en cuya agenda, entre otros asuntos ordinarios, destacó la presentación del programa provisional del IV Congreso de Geografía de Europa previsto para el mes de septiembre de 2013.

Justamente, la actividad más importantes realizada por EUGEO des-de entonces ha sido la preparación del congreso en cuestión, que se celebrará en Roma lo días 5 a 7 de septiembre de 2013. El título elegido en esta ocasión para el congreso adelanta importantes cambios respecto a las tres ediciones anteriores: “Europe, what’s next? Changing geogra-phies and Geography of changes”; de entrada, se parte de unas elevadas

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previsiones de participación refl ejadas en las 500 abstract presentados a las 35 sesiones en que se encuadran las contribuciones al congreso en torno a temáticas ciertamente sugestivas e innovadoras. La sede elegida para el congreso fue la Universidad La Sapienza, aunque también se desarrollarán actividades congresuales en el Museo Arqueógico, en el Campidoglio y en la Villa Celimontana, sede de la Societá Geográfi ca Italiana, organizadora del evento junto con la Asociación Italiana de Pro-fesores de Geografía, la Sociedad de Estudios Geográfi cos y EUGEO, las cuales han nutrido tanto el comité científi co como el de organización. Como en ediciones anteriores del Congreso de Geografía de Europa, el día previo a la inauguración ofi cial tendrá lugar la Asamblea General de EUGEO y el Seminario sobre el Estado de la Geografía en Europa, al que se nos ha invitado a presentar y discutir buenas prácticas y ejemplos de actividades desarrolladas con éxito por miembros de las sociedades agrupadas en EUGEO.

INFORMES OFICIALES

Durante el presente curso se han realizado por parte de los Sres. Mu-riel Hernandez y Fluxá Ceva los Informes de cambio de denominación de Manjabálago, Pozorrubio de Santiago y Arcas del Villar. Todos ellos fueron aprobados por la Junta directiva.

ACTIVIDADES DIVERSAS

La colaboración con diversas entidades científi cas próximas en sus tópicos y en sus objetivos a los propios de la Sociedad continúan inten-samente. Son fundamentales las relaciones con el Instituto Geográfi co Nacional, la Biblioteca Nacional, el Centro Geográfi co del Ejército y el Instituto de Economía y Geografía del Consejo Suprior de investigacio-nes Científi cas.

Joaquín Bosque MaurelSecretario General

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GEOLOCALIZACIONE INVESTIGACIÓN HISTÓRICA.

LAS CHECAS DEL MADRIDREPUBLICANO

El proyecto Checas de Madrid es una investigación realizada por el Instituto CEU de Estudios Históricos para el Ministerio de la Presiden-cia, BOE 284, 25 de noviembre de 2011 (Proyecto 91.1), conforme a la Orden PRE/480/2011, de 2 de marzo, por la que se establecen las bases reguladoras para la concesión de subvenciones destinadas a actividades relacionadas con las víctimas de la guerra civil y el franquismo.

Se trata de un trabajo de arqueología bélica, o de arqueología del confl icto, circunscrito al núcleo urbano de Madrid en 1936 y a algunas barriadas que posteriormente fueron integradas en la capital (Chamartín de la Rosa y Puente de Vallecas, por ejemplo). Su objeto de estudio prin-cipal es la identifi cación, descripción y localización de las checas que funcionaron en la ciudad desde el inicio de la Guerra Civil1. El trabajo permite reconstruir itinerarios de persecuciones, detenciones, “paseos”, incautaciones de bienes inmuebles, refugios y evacuaciones.

A diferencia del caso bolchevique, en España las checas no fueron exclusivas del Partido Comunista sino que estuvieron a cargo de todas las organizaciones activas en la retaguardia controlada por el Frente Popular. Hubo checas de tres tipos: checas ofi ciales, como las checas de Bella Artes y Fomento; checas políticas y sindicales, el grupo más nu-meroso, vinculadas a las organizaciones que apoyaban al Frente Popular,

1 Las checas eran centros con facultades para realizar detenciones, requisas y asesinatos. El nombre genérico de “checas”, procedía de la Cheká, la primera policía política soviética creada en Rusia en 1917. Las checas de Madrid tuvieron intervención en las actividades represivas efectuadas en el resto de la provincia y en otros lugares de España a los que se desplazaron sus miembros, como ocurrió en las provincias de Ávila y Toledo. A las checas de la capital habría que añadir las que funcionaban autónomamente en diversos municipios de la actual Comunidad de Madrid, teniendo alguna de ellas, como la de Alcalá de Henares, una importante actuación.

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destacando las socialistas, comunistas (Radios) y anarquistas (Ateneos Libertarios); checas de milicias, en manos de las milicias revolucionarias que, si bien tenían como misión combatir a los sublevados en el frente, actuaron de manera constante en toda la retaguardia.

Las detenciones que realizaban los miembros de las checas respon-dían muchas veces a denuncias anónimas; otras veces se buscaba a los miembros de partidos políticos y de congregaciones o agrupaciones piadosas de fi eles, cuyos fi cheros fueron a parar a las milicias y checas que los utilizaron después de saquear esos centros. Todos los elemen-tos informativos extraídos de los archivos y fi cheros de la Secretaria Técnica del Director de Seguridad se proporcionaron a chequistas y milicianos. Los detenidos en las checas eran interrogados y la decisión sobre su muerte o su libertad la tomaban con rapidez los dirigentes del centro ya que, por su propia naturaleza, las checas no podían albergar presos durante mucho tiempo. Se dieron numerosos casos de personas que pasaron por las checas y posteriormente ingresaron en las prisiones ofi ciales, donde resultaron víctimas de las “sacas” (Fig. 1).

Para conocer la distribución espacial de las checas madrileñas se ha elaborado una base de datos con todas las referencias posibles para poder hallar su localización exacta, la búsqueda de su ubicación en la ciudad actual y la toma de las coordenadas geográfi cas para su cartografía. Así, a la relación ofi cial de las 225 checas hecha pública por el Ministerio de Justicia en la posguerra (Causa General), se han sumado otras 120 checas, 50 centros y comités que realizaron detenciones de un modo

Figura 1. Prisiones y checas.

Fuente: Fuente: Ángel David Martín Rubio.

condena (muerte/reclusión)

libertad

libertad

detenido

Prisiones ofi ciales asesinatos masivos“sacas”

asesinado“paseos”

TribunalesPopulares

(Dir. Gral. Seguridadotras checas-Fomento)

checa

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eventual, 22 cárceles ofi ciales y 25 lugares de muerte y hallazgo de restos, según fi guran en las fuentes consultadas en el Fondo de Justicia Militar del Archivo General e Histórico de la Defensa (Archivo Militar), en el Archivo Histórico Nacional, la Hemeroteca Municipal de Madrid y el Centro Documental de la Memoria Histórica (Salamanca).

La localización ha sido complicada, exigiendo una comparativa entre el Madrid de esos años y el actual, considerando los cambios de trazado de las calles, de denominaciones y de edifi cios. Tras una exhaustiva inves-tigación, sólo cinco casos no se han podido localizar. Un ejemplo sobre las difi cultades de localización es el de la Checa de Martínez de la Rosa, para lo que ha sido necesario analizar los cambios en el trazado de la calle.

Por su calidad y lo adecuado de la escala, así como por tratarse de una fuente contemporánea al objeto de estudio, se elige como base car-

Figura 2. Ubicación de la checa de la calle Martínez de la Rosa 1 en el Plano de Infor-mación sobre la Ciudad de 1929, en el Nuevo Plano de Madrid de 1932 y la identifi ca-ción en una imagen actual del número 1 de dicha calle hoy (estrella roja) y durante la guerra (estrella azul). El emplazamiento actual del número 1 no corresponde con el que tenía durante la guerra, ya que ha desaparecido el tramo de calle en el que estaba dicho número y la calle tiene hoy un trazado distinto.

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tográfi ca el Mapa Topográfi co Nacional de febrero de 1937, Edición especial – Madrid. Talleres del Instituto Geográfi co. Hoja 559 – Madrid. Escala 1:50.000. IGN.

Por el ámbito temporal del Proyecto y el objeto del mismo, se tomó como referencia administrativa la división de 1898 (1902), con 10 dis-tritos y 100 barrios, vigente hasta 1955. Los archivos necesarios para incorporar barrios y distritos a la cartografía proceden del proyecto de investigación HISTOMAD, de la Universidad de Alcalá de Henares.

El comentario de los resultados se apoya también en otras fuentes: el Plano Nuevo de Madrid de 1923 escala 1:14.000, publicado por “El Noticiero-Guía de Madrid” y elaborado a partir del Plano de Madrid de Pedro Núñez Granés, que identifi ca por colores cada distrito; el plano con la división administrativa de 1902 recogido en el Atlas de la Ciu-dad de Madrid del Consorcio para la Organización de Madrid Capital Europea de la Cultura 1992, en el que se identifi can con claridad los 100 barrios de la capital; y el Plano General del Ensanche de Madrid y Guía de sus Calles y Plazas, escala 1:12.500, del Ayuntamiento de Madrid (Sección de Investigación y Registro Fiscal), donde se aprecian los límites de los ensanches Norte, Este y Sur.

Podemos concluir diciendo que de los 100 barrios que tenía Madrid durante la guerra, sólo 20 de ellos se libraron de las checas, entre ellos algunos del interior de la ciudad: Carmen y Plaza Mayor (Centro), Bil-bao y Campoamor (Hospicio), Cañizares (Congreso), Álamo y Espejo (Palacio), Ministriles, Primavera y Torrecilla (Hospital), Huerta del Bayo y Rastro (Inclusa). En la imagen siguiente se aprecian con detalle las checas de los barrios del Interior:

Los únicos distritos con checas en todos sus barrios fueron Latina y Universidad. Las checas también se concentraron cerca de las principales vías radiales de acceso de la ciudad, siendo especialmente signifi cativo su número en las zonas de Vallecas y Pueblo Nuevo.

Como conclusión de este trabajo –que estimamos pionero en lo que a su materia y metodología se refi ere- hacemos nuestras las palabras del arqueólogo e historiador Rafael Moreno García en relación con los restos materiales y arqueológicos de la Guerra Civil:

«Estamos ante un patrimonio escasamente valorado y cono-cido que además tiene el agravante de que fue erigido con un fi n muy determinado en una aciaga época de nuestra historia en

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la que hubo mucho sufrimiento y se cometieron muchas atro-cidades. Pero precisamente por eso es necesario difundirlo y conocerlo, porque son el máximo exponente de unos tiempos que deberíamos tener como referente de lo que no debe hacerse, justamente para que no vuelva a suceder nunca nada igual, una guerra fratricida» Castillos del siglo XX. Fortifi caciones de la Guerra Civil Española en Castuera (Badajoz).

Sara Izquierdo ÁlvarezDoctora en Geografía y Técnico Urbanista, miem-bro del Instituto CEU de Estudios Históricos y coordinadora del proyecto Checas de Madrid (Madrid, 2012)

Figura 3. Detalle de las cárceles ofi ciales, checas y otros lugares de detención localiza-dos en los barrios centrales de Madrid. Fuente: Base de datos elaborada sobre cartogra-fía IGN. Mapa realizado por M. L. Lázaro.

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IV CONGRESO DE GEOGRAFÍADE EUROPA Y ASAMBLEA GENERAL

DE EUGEO(Roma, 4 a 7 de septiembre de 2013)

Por cuarta vez desde su fundación a mediados de los años 90 EUGEO (Asociación Europea para la Geografía) ha convocado a los geógrafos de todo el mundo a un congreso internacional, celebrado en esta ocasión en Roma entre los días 5 y 7 de septiembre en las instalaciones de la universidad romana La Sapienza (Facultad de Letras y Filosofía) como sede principal; también, como en ocasiones anteriores, previamente al congreso (el 4 de septiembre) ha tenido lugar la Asamblea General de EUGE0, seguida de un seminario dedicado a analizar el estado de la Geografía y de las sociedades geográfi cas en Europa. En ambos eventos estuvo presente la Real Sociedad Geográfi ca por mediación de su repre-sentante permanente ante EUGEO, que redacta esta nota.

La organización del congreso ha sido asumida de manera solidaria por las cuatro asociaciones geográfi cas italianas integradas en EUGEO (Sociedad Geográfi ca Italiana, Asociación de Geógrafos Italianos, Aso-ciación de Profesores de Geografía y Sociedad de Estudios Geográfi cos), coordinadas por el Secretario General EUGEO, Massimiliano Tabussi. Esta diversidad organizativa se refl ejó también en la presencia física del congreso en otras ubicaciones relevantes de la ciudad; así, la inaugura-ción y primera sesión plenaria tuvo lugar en El Campidogilio, sede de la municipalidad romana, y las actividades sociales del congreso fueron muy dignamente acogidas en el Palazzo Matheis en Villa Celimontana, sede de la Società Geografi ca Italiana.

El congreso organizó sus 35 sesiones en torno al sugestivo hilo ar-gumental Europe, what’s next? Changing geographies and geographies of change, que sintetiza la idea que en tiempos de crisis el pensamiento geográfi co debe responder a realidades que están cambiando no solo

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en la forma sino también en el fondo; estos cambios traen aparejada la necesidad de replantearse, con referencia a la presente situación de los asuntos en el continente europeo, el proyecto entero de la modernidad así como repensar los elementos mediante los que lo describimos: estados, fronteras, sistema urbano, paisajes, regiones etc. El reto y la esperanza es imaginar la nueva representación de lo que se está ya formando, contraponerla al pasado inmediato y sacar conclusiones inspiradoras del papel del geógrafo en un mundo tan cambiante. La respuesta a tantos interrogantes fue realmente muy estimulante pues concurrieron a ella más de 500 comunicaciones, procedentes en buena parte de la misma Italia pero también de otros muchos países, muy especialmente de Eu-ropa Central y Oriental y también de otros tan lejanos como China, Japón, Medio Oriente y SE asiático. Por desgracia, como ya es habitual, la presencia española fue exigua, reducida a no más de una docena de asistentes. Ha habido en esta edición del congreso un gran interés por atraer a los jóvenes investigadores al evento, para lo que, entre otras iniciativas, EUGEO convocó un concurso de ayudas a doctorandos y jóvenes doctores seleccionados través de las sociedades miembros, en las que se incluía la inscripción gratuita al congreso.

Como es habitual en este tipo de eventos, la cuota más alta de tiem-po se dedicó a la presentación de las comunicaciones aportadas por los asistentes, previa la selección bastante estricta realizada por el comité científi co. Es uno de sus rasgos habituales de los congresos de Geografía la enorme variedad de los temas tratados, que impide la presencia de los congresistas en tantas sesiones y temáticas como sería de su inte-rés; así ocurre en los congresos cuatrienales de la UGI e incluso en sus conferencias regionales, agravado por la organización de las ponencias en múltiples sesiones paralelas; se dio el caso de alguna comisión de la UGI que aprovechó el congreso de EUGEO para celebrar su reunión anual, entre otras la titulada Recent development in global changes and human mobilities, que preside nuestra colega de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Josefi na Domínguez Mújica. Desde la ponencia sobre “Geografía y Literatura” hasta la que se ocupaba de “Diversidad étnico-cultural y la cuestión nacional”, pasando por “La ciudad europea” o “ Las amenazas percibidas del medio ambiente” las posibilidades de elección eran inagotables; esta prodigalidad temática difi culta, sin duda, los debates en profundidad que hagan avanzar la marcha de nuestra dis-

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ciplina, pero, en cambio, aumenta exponencialmente las inscripciones al congreso con la consiguiente capacidad de autofi nanciación del evento.

Seis fueron las sesiones plenarias celebradas en los tres días del con-greso, la mayoría de ellas en al Aula Magna de La Sapienza, pero la primera, básicamente protocolaria, fue acogida en la Sala Protomoteca del Campidoglio y protagonizada por las sociedades organizadoras del Congreso y por representantes de la ciudad, la universidad y el gobierno italiano en la persona de su Ministro de Cultura y Turismo; sin embargo, también intervinieron en ella oradores del mundo académico como el actual presidente de la UGI, Prof. Kolosov (Moscú), que desarrolló una extensa y bien fundamentada conferencia sobre Geopolítica contempo-ránea, y la Prof. Anne Buttimer (Dublín), antigua presidenta también de la UGI, quien disertó sobre los retos que el siglo XXI formula a la Geografía. En las restantes sesiones plenarias del congreso tomaron la palabra conferenciantes procedentes La Sapienza (Prof. Montanari) y de otras universidades italianas (Turín y Bolonia) así como de otros países europeos (Utrecht, Paris, Hungría) y organismos y programas internacio-nales (Comisión Europea, Programa ESPON); en la sesión de clausura disertó el actual Presidente de EUGEO, Prof. Henk Ottens (Holanda).

El día previo a la celebración del Congreso, 4 de septiembre, también en La Sapienza, tuvo lugar la Asamblea General de EUGEO, con presen-cia una docena de sociedades de Geografía miembros de EUGEO (entre ellas la Real Sociedad Geográfi ca y la Societat Catalana de Geografía) y dos sociedades observadoras (Rumanía y Lituania). En la asamblea se constató que la mayoría de los acuerdos tomados en la anterior asamblea celebrada en Colonia el año 2012 se habían cumplido; destacó entre ellos la creación de un Comité Ejecutivo reducido compuesto de cinco miem-bros, de los que cuatro ya se encontraban en ejercicio, faltando un quinto que sería elegido en la próxima asamblea general entre las propuestas de las sociedades miembros de EUGEO. Una prueba de que EUGEO sigue apostando por el reforzamiento de la Geografía en la investigación y en la educación son los dos proyectos en en que se halla involucrada. El primero consiste en una propuesta de proyecto a la Agencia Europea del Espacio sobre cómo integrar en la enseñanza de la Geografía corres-pondiente a los niveles de primaria y secundaria el conocimiento de la teledetección, lo que implicará sensibilizar a los profesores de Geografía, dotarles del instrumental y medios didácticos adecuados e incorporarlo a

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los curricula; la compañía B-Shape va a ser la entidad líder del consorcio en que también se prevé incluir socios de varios países europeos, entre ellos España (UK, Irlanda, Italia, Holanda, Bélgica, Francia, Alemania y Noruega). Paralelamente, EUGEO ha colaborado en la preparación de la Conferencia Científi ca SPON 2013 sobre el tema La Ciencia como soporte del Desarrollo Territorial Europeo y de su cohesión, celebrada el pasado mes de septiembre en Luxemburgo, donde se presentaron una selección de 60 proyectos ESPON. En el ámbito de la didáctica geográ-fi ca EUGEO patrocina desde su aparición en 2012 la revista electrónica J-Readings, publicada por la editorial Edizioni Nuova Cultura.

Por tercera vez, la asamblea de EUGEO da cabida a un Seminario sobre El estado de la Geografía y de las Sociedades Geográfi cas Euro-peas, centrado en la presentación y discusión por parte de las sociedades miembros de comunicaciones en torno a los siguientes temas: la reorien-tación de la educación geográfi ca en los niveles de primaria y secundaria, la reorientación de la investigación geográfi ca y la modernización de las sociedades de Geografía. Dentro de este último punto el autor de esta nota, en su calidad de representante de la Real Sociedad Geográfi ca, expuso la creación dentro de nuestra sociedad, de las nuevas comisiones temáticas (Relaciones Institucionales, Actividades Científi cas, Nuevas Tecnologías, Publicaciones y Biblioteca y Viajes y Excursiones) y el plan de actividades aprobadas para el curso 2013-2014 (www.realsociedadgeografi ca.com/es/site/index.asp) como instrumento de dinamización de la actividad corpo-rativa y con la fi nalidad de proporcionar un mejor servicio a la sociedad civil española en cuestiones relacionadas con las temáticas en las que son competentes los miembros de la Socidad. Finalmente, la asamblea de EUGEO acordó encargar a la Sociedad Polaca de Geografía la organi-zación de su próxima asamblea y seminario a celebrar en paralelo con la Conferencia Regional de la UGI en Cracovia el año 2014. Sin embargo, el Congreso de EUGEO previsto para 2015 y que, en principio, iban a organizar en Budapest las sociedades geográfi cas de Hungría y Austria quedó en suspenso hasta una futura decisión del Consejo Ejecutivo tras explorar otras posibles candidaturas.

Manuel Valenzuela RubioUniversidad Autónoma de MadridRepresentante en EUGEO de la Real Sociedad Geográfi ca

VII

RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

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ANDRÉS SARASA, J. L. (2013): Gobernanza en la Huerta de Murcia. Aproximación cualitativa a sus Procuradores, Murcia, Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia, 115 págs.

A lo largo de los últimos años, el profesor José Luis Andrés Sarasa ha realizado diversas investigaciones sobre las transformaciones de la Huerta de Murcia y la gobernanza consuetudinaria de dicha huerta. El concepto de “gobernanza” ya aparece en el siglo XV en una recopilación de ordenanzas para “guardar los usos y costumbres de la huerta por me-dio de hombres buenos” y se recupera en las últimas décadas para com-plementar la regulación municipal, el mercado de productos agrícolas y más recientemente el inmobiliario y las Ordenanzas y Costumbres de la Huerta. La gobernanza es asumida por la Junta General de la Huerta de Murcia como el paradigma necesario para la gestión territorial.

En el capítulo primero se analiza el papel de los procuradores y de la gobernanza constatando que “la gobernanza del neopaisaje que hoy pre-senta la Huerta de Murcia se caracteriza por un continuo confl icto entre el derecho consuetudinario y los vaivenes de las políticas urbanísticas municipales, ante los desafíos de la agricultura, la ordenación y gestión del territorio” (pp. 21).

“La gobernanza que se ejerce desde las Ordenanzas y Costumbres de la Huerta de Murcia hace total referencia a la cooperación, a las redes, a las alianzas, a los partenariados, etc., como fórmula de coordinación de la pluralidad de actores más o menos autónomos pero interdependien-tes. Está en clara consonancia con el punto 10 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre desarrollo sostenible” (pp. 23). La gobernanza implica medidas, normas, órganos de decisión y de información para lograr un buen funcionamiento a la escala espacial elegida. En la Huerta de Murcia se combinan las políticas urbanísticas con el derecho consue-tudinario que regula la infraestructura para el riego y el uso del agua. La participación de una población informada es garantía de acierto en un sistema de gobernanza. Para José Luis Andrés, “la interrelación entre buena gobernanza y desarrollo sostenible forma parte de la idiosincrasia

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del hacendado y es un pilar básico de los conocimientos tácitos de los Procuradores” (pp. 31).

“Las Ordenanzas y Costumbres son un código particular de derecho para la Huerta de Murcia, encuentran sus antecedentes en el llamado Libro del Agua de 1332, pero que todavía existía en el siglo XVIII. De-ben defi nirse como un buen código de la gobernanza local por cuanto su objetivo fundamental es la coordinación de una serie de actores –los Procuradores- que participan plenamente en una nueva coordinación –los hacendados- de donde debe derivarse el desarrollo económico, social y ecológico en una clara alusión a lo que se entiende por gobernanza territorial” (pp. 36). La buena gobernanza aparece íntimamente ligada al desarrollo sostenible y se ha ido transmitiendo de generación en ge-neración para garantizar su pervivencia.

En el capítulo segundo, José Luis Andrés realiza una amplia aproxi-mación cualitativa a los procuradores para conocer los actores locales en la gobernanza de la Huerta de Murcia desde el derecho consuetudinario, políticas medioambientales y de desarrollo local y prácticas sociales. Para un análisis profundo sobre las Ordenanzas y Costumbres de la Huerta estudia el sistema de organización, el de gestión, la preocupa-ción por el desarrollo sostenible, arbitraje y regulación y, por último, las Ordenanzas y Costumbres.

El sistema de organización incluye una gobernanza global y partici-pativa buena por el acuerdo entre Procuradores y el conjunto de here-damientos aunque hay confl ictos sobre el uso del agua y de las infraes-tructuras: turno de riego, robos y desvíos de agua, enturbamiento de las acequias, deudas de los hacendados y escasa presencia femenina como procuradoras.

El sistema de gestión es democrático y lo hace adecuadamente en be-nefi cio de los intereses generales: administración del agua, organización de los riegos, negociar con otros organismos e instituciones la disponibi-lidad del agua, etc., aunque son tareas complejas por los intereses distin-tos a la hora de repartir el agua. Parte de los problemas se solucionarían si los hacendados cumplieran las Ordenanzas y Costumbres.

El arbitraje y la regulación son siempre preferibles a la prohibición y a la sanción para los Procuradores al resolver pacífi camente los posi-bles confl ictos con una mayor aproximación con los hacendados aunque han aumentado las disfuncionalidades recientes en la Huerta, las nuevas

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tecnologías, etc. Las Ordenanzas están reconocidas por la Constitución española y perviven usos y costumbres hasta ahora.

La gobernanza está íntimamente ligada al desarrollo sostenible y las verdaderas potencialidades de la agricultura periurbana son triples fun-cionalidades: económica, social y medioambiental. “Una agricultura pe-riurbana que está bajo serias amenazas y su única solución se encuentra en conjugar los signifi cados de buena gobernanza con los de desarrollo sostenible, con el propósito de poner freno al desmedido desarrollismo que impregna el diálogo ciudad-huerta” (pp. 85). Sin embargo, “en la Huerta de Murcia la gobernanza se caracteriza por un permanente confl icto con los defensores de las políticas urbanísticas desarrollistas” (pp. 85).

Las Ordenanzas sobre la Huerta de Murcia se inician en 1849 y han sido modifi cadas frecuentemente aunque mantienen como objetivos próxi-mos la buena gobernanza y el desarrollo sostenible. Este debe mantener la integridad ambiental y mejorar la calidad de vida y la efi cacia económica.

José Luis Andrés concluye su interesante investigación constatando que la gobernanza consuetudinaria en la Huerta de Murcia es fruto de un largo proceso iniciado en la Edad Media para “guardar los usos y costumbres de la Huerta por medio de hombres buenos” y que hoy cris-taliza en el diálogo, la negociación y la elaboración de compromisos en una relación de igualdad. A lo largo de la interesante aportación de esta obra, José Luis Andrés apuesta por una interrelación entre buena gober-nanza y desarrollo sostenible en cinco dimensiones (social, económica, ecológica, espacial y cultural), objetivo difícil pero que compartimos plenamente y haríamos extensivo a otras muchas zonas.

Francisco Feo ParrondoUniversidad Autónoma de Madrid

ESPADAS BURGOS, M. (2012): Un lugar de encuentro de historiado-res. España y los Congresos Internacionales de Ciencias Histó-ricas. Edita El Comité Español de Ciencias Históricas. Madrid.139 págs.

Hemos de felicitarnos por la brillante idea que ha desarrollado el profesor Manuel Espadas Burgos presentándonos un balance de la apor-

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tación española a los congresos internacionales de historiadores. Era una laguna demasiado ostensible dentro del panorama historiográfi co nacional que él ha sabido llenar con acierto y brillantez. En veinte con-cisos apartados, más dos apéndices documentales, nos refl eja de forma didáctica pero profunda y coherente la vinculación española con la co-munidad internacional de los seguidores de Clío.

La producción historiográfi ca de Espadas Burgos es de todos cono-cida. Su primer libro sobre “Alfonso XII y los orígenes de la Restaura-ción” ya puso de manifi esto su agudeza para relacionar aspectos políti-cos con grupos de intereses sociales y su dinámica en el tiempo. Otras muchas de sus obras han evidenciado sus claras dotes de historiador que de nuevo se han puesto de manifi esto en uno de sus últimos libros: “Buscando España en Roma.” Su estancia en la Ciudad Eterna como Director de la Escuela Española de Historia y Arqueología le posibilitó la realización de este trabajo, incentivado por la curiosidad que nuestro autor siempre manifi esta por todo lo que le rodea.

Pero la gran labor desarrollada por el mencionado profesor en la Junta Directiva del Comité Español de Ciencias Históricas desde 1975, primero como vicesecretario, luego como secretario, y a partir de 1993 como Presidente son los que le han dado autoridad y capacidad para conocer los entresijos y conexiones que vinculan a los historiadores a escala internacional. Sobre él, junto al profesor Eloy Benito Ruano, recayó la enorme responsabilidad de organizar el XVII Congreso Inter-nacional de Ciencias Históricas que tuvo lugar en Madrid en agosto y setiembre de 1990. Por cierto con gran éxito de participantes y calidad en las comunicaciones y ponencias. De ello puedo dar fe por cuanto fui uno de los asistentes al citado evento y ponderé su excelente organización.

No es mi intención detenerme más en la fi gura del autor de este bien tramado estudio. Para los que lo deseen les remito al prólogo de esta obra del cual es autor José Luis Peset Reig, hasta el presente el primer y único presidente español del Comité Internacional de Ciencias Histó-ricas, que lo fue desde el Congreso de Sidney en 2005 y hasta el último celebrado en la ciudad holandesa de Amsterdam cinco años después.

Como acertadamente dice Peset en el prólogo “los congresos del C.I.C.H. son lugares de cruce y debate de especialistas procedentes de muchos campos culturales y geográfi cos. Fue en La Haya en 1898 donde se juntó un primer Congreso Internacional sobre Historia Diplomáti-

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ca, que es considerado el primero, si bien la institucionalización plena aun tardaría muchos años. Desde entonces-prosigue el prologuista-sus reuniones han servido de encuentro de historiadores separados por las distancias, las culturas o las guerras, las especialidades o las lenguas, acercando a los profesionales de todos los continentes. Se desarrollan discutiendo siempre las cuestiones que la historiografía del momento plantea, insistiendo en el trabajo interdisciplinar y en la historia compa-rada, ampliando más y más los escenarios de diálogo” (página 8).

Como certeramente señala K. D. Erdmann los congresos de histo-riadores, desde Paris (1950) y Roma (1955), han seguido fi eles a tres principios considerados como condiciones esenciales de la Ciencia His-tórica: (página 75)

1) La objetividad, como idea reguladora en la investigación de los hechos históricos.

2) La multicausalidad, como regla de interpretación del encabalga-miento de los hechos históricos.

3) La libertad intelectual como condición del discurso científi co.Requisito exigido de los congresos de historiadores es su periodici-

dad cada cinco años. El primero propiamente dicho tuvo lugar en Paris en 1900. En mayo de 1926 y en Ginebra se crea el Comité Internacional de Ciencias Históricas, con su correspondiente Bureau y la Presidencia respectiva. En 1975 el Congreso traspasó las fronteras europeas, cele-brando sus reuniones en la ciudad californiana de San Francisco. Tras el de Madrid ya citado, de nuevo una ciudad americana fue sede, en este caso Montreal en 1995 para, en el año 2005, viajar de nuevo fuera de Europa en este caso a Sidney (Australia). El próximo congreso en 2015 está previsto que sea el número 22 de los hasta ahora celebrados.

La mayor parte de las páginas de este trabajo el profesor Espadas lo dedica a resaltar y valorar la participación y aportación española a estos eventos internacionales. Sobresalen las pioneras comunicaciones de Rafael Altamira y Eduardo Hinojosa en 1900, le siguieron las de don Claudio Sánchez Albornoz en Oslo y con posterioridad lo más granado de nuestra historiografía: Antonio Ballesteros, Vicens Vives, J. Nadal, J. María Jover, E. Benito Ruano, J. Mª Lacarra, Miguel Batllori, J. Antonio Maravall, J. María Blázquez, A. Domínguez Ortiz, M. A. Ladero Quesada, J. Fontana y un largo etcétera. Toda una pléyade de historiadores que han sentado las bases de lo más lúcido y vigoroso de nuestra más reciente historiografía.

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Confío que esta labor sea continuada por el nuevo Presidente del Co-mité Español de Ciencias Históricas, el académico de la Real Academia de la Historia, profesor Ladero Quesada. Con el apoyo que seguro tendrá de la actual Presidenta del Comité Internacional, la historiadora fi nlan-desa Marjatta Hietala, a no dudarlo la aportación hispana a la próxima convocatoria de Ji Nam (China 2015) será destacada y notoria, como lo fue en reuniones anteriores.

Deseo concluir estas líneas recomendando este trabajo a la amplia y plural comunidad española de historiadores, así como desear que otras áreas del conocimiento, estoy pensando en la Geografía, lleven a cabo un trabajo con este perfi l y pongan de manifi esto la aportación nacional a los congresos de la Unión Geográfi ca Internacional (U. G. I.).

Teodoro Martín MartínReal Sociedad Geográfi ca

RODAO GARCÍA, F. (2012): Franquistas sin franco. Una historia al-ternativa de la Guerra Civil Española desde Filipinas. Editorial Comares. Granada. 355 págs.

Contrariamente a lo que pudiera deducirse del título de esta obra, no nos encontramos ante un libro sólo de Historia. Siendo su metodología y planteamientos fi nales básicamente históricos, nos hallamos ante un trabajo interdisciplinar donde el entorno geográfi co y socioeconómico de Filipinas está presente y de forma muy destacada. Es pues una investi-gación rica en perfi les y por tanto de gran interés para todos los que nos preocupan las Ciencias Sociales.

Con esta obra el autor obtuvo el grado de doctor en la Universidad de Tokio en el año 2006, después de haber logrado idéntica titulación en 1993 en la Universidad Complutense de Madrid sobre otro tema relacionado con Asia. Florentino Rodao, hoy día, es profesor titular de Historia Contemporánea en la última universidad citada. Detrás de estas graduaciones han tenido lugar múltiples y variados viajes y visitas a centros del Lejano Oriente, siendo sin duda el profesor Rodao uno de nuestros más preclaros conocedores del pasado de aquel lejano confín de nuestro planeta. La consulta de los ricos centros documentales de Asia, Estados Unidos y Europa se ha plasmado en la ingente cantidad de citas que avalan el rigor histórico de la obra que comentamos.

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El libro se articula en seis partes, bien articuladas y diseñadas, sub-divididas a su vez en capítulos numerados correlativamente. La primera titulada “Transición hacia una independencia incierta”, nos habla de lo que fue y representó la etapa de la Mancomunidad iniciada en 1935 en la Historia de Filipinas, paso previo para la independencia que no llegaría hasta 1946. La segunda parte tiene el expresivo título de “La Guerra Civil estalla en Filipinas”. Consta de cuatro capítulos y en ellos el autor nos narra cómo se involucró la comunidad hispano-fi lipina en el confl icto, mayoritariamente a favor del bando de Franco, así como la actitud que adoptó el gobierno autónomo del Presidente Quezón y la administración norteamericana, potencia controladora del archipiélago desde 1898.

La parte siguiente nominada “La novedad fascista” y estructurada en tres capítulos, contextualiza la Falange en Filipinas, primero a través del ejemplo europeo para proseguir después con los ejemplos comparables en Asia y en Filipinas. Fue destacado el apoyo que al bando llamado na-cional prestó la mayor parte de la comunidad española en el archipiélago frente al desamparo que tuvieron los republicanos. Por cierto hablando de estos no comparto la opinión del autor de que los mismos “tuvieron otros inconvenientes como ser moderados en tiempos bélicos…A los republicanos les faltaron años y ganas” (página 89).

“Fascistas y antifascistas” es el título que el profesor Rodao otorga a la parte cuarta, a la que dedica los capítulos nueve y diez. Aquí se relatan las peripecias y posicionamientos de destacadas fi guras de la comunidad hispano-fi lipina, como las familias Soriano, Zóbel y Got entre otras.

La parte quinta denominada “Cambios en un país más tenso” que consta de tres capítulos, le sirve al autor para explicarnos lo ocurrido en las islas durante los años del confl icto. Los distintos tipos de ayudas enviadas a España, en forma de soldados o dinero, se documentan per-fectamente. Narra también la evolución de las fortunas de las empresas y empresarios en esos años y sus simpatías por uno u otro bando comba-tiente. La última parte, bajo el título de “Un punto de no retorno”, consta de tres capítulos, el catorce, quince y dieciséis. En ellos se plasman las disputas existentes entre las familias oligárquicas, los falangistas y el cambio que se va a producir en la imagen de España en el archipiélago tras el confl icto civil español. Todo ello dará lugar a un gran debate aún hoy en vigor sobre la hispanidad de las fi lipinas.

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El profesor Rodao estima que nuestra contienda civil va a tener unas consecuencias irreversibles en la vinculación de aquellos territorios con nuestro país. Sobre todo en una etapa, la de la Mancomunidad, en la que los fi lipinos estaban buscando donde mirarse para construir su nueva identidad como país tras dejar el colonialismo yanqui. Es indudable que una España en guerra civil no era el mejor espejo en el que mirarse. De todo esto y mucho más trata el autor en sus conclusiones.

Como toda obra que se estime científi ca, la que comentamos consta de un amplio conocimiento bibliográfi co, aderezado por una adecuada documentación de archivo, tal como se refl eja en citas y páginas fi nales. En estas incluye así mismo un utilísimo índice de nombres y topónimos que nos sirven como referentes.

Por todo lo expuesto no me queda más que subrayar el interés, opor-tunidad y mérito que tiene esta obra, que nos acerca a un mundo muy lejano en el espacio aunque no en el tiempo, y de gran interés para los españoles. Concluyo esta nota felicitando al doctor Rodao por su obra y a la editorial Comares de Granada por el acierto en su edición.

Teodoro Martín MartínReal Sociedad Geográfi ca

RUIZ MORALES, M. (2013): La aventura métrica de Alexander von Humboldt. Universidad de Granada. 333 págs.

En la densa obra “La aventura métrica de Alexander von Humboldt” su autor, Mario Ruiz Morales, aborda con intensidad y acierto un aspecto de la vida de Humboldt que quizás haya sido poco difundido: la aplica-ción de un riguroso y avanzado procedimiento científi co a sus trabajos de campo realizados en tierras americanas entre 1799 y 1804.

La fuente en que la que se apoya el autor para mostrar esta vertiente científi ca es, básicamente, la formada por las dos obras a las que alu-de frecuentemente: “Recopilación de observaciones astronómicas, de operaciones trigonométricas y de medidas barométricas…” y “Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente hecho en 1799 hasta 1804…” cuyo primer tomo incluye un resumen de la obra anterior. Re-sulta especialmente interesante la importante información sobre los ins-trumentos de medida que utilizó Humboldt en sus observaciones porque

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de ella se deduce la amplitud de sus conocimientos y el sentido práctico que presidió todas sus medidas.

El capítulo primero trata sobre la base conceptual de Humboldt y como logró adquirirla. Cómo dice el profesor Ruiz Morales, cuando Humboldt tenía 28, años dos años antes de su viaje americano, su forma-ción físico-matemática no iba más allá de la requerida para la medida de la altitud geográfi ca por un procedimiento barométrico y para el diseño de algunos mapas. Sin embargo 12 años después, cuando expone sus observaciones en zonas equinocciales, nos revela cómo habían progre-sado sus conocimientos y la solidez de los mismos lo que le permitió realizar numerosas observaciones con gran rigor científi co tales como el paso por el meridiano de las estrellas comprendidas entre 12º S. y 41º N; las alturas circumpolares de la Luna; los efectos perturbadores causados por las refracciones astronómicas y por la presencia del fl uido calórico; las nivelaciones barométricas en la cordillera de los Andes, así como la descripción de setecientos lugares geográfi cos mediante longitud, latitud y altura.

El autor nos muestra también, aparte de la medidas concretas rea-lizadas por Humboldt y sus dos colaboradores, Oltmanns y Bonpland, una cuidada selección de las opiniones de aquél relacionadas con su trabajo de campo que son fi el refl ejo de su buen criterio científi co: los instrumentos de medida deben escogerse atendiendo no sólo a su pre-cisión sino también a las condiciones externas bajo la que se realizan las medida; una precisión de 1 o 2 segundos de arco es sufi ciente para las medidas astronómicas; la conveniencia de usar círculos repetidores astronómicos para la medida de pequeños ángulos. Mención especial reclama la cuestión del transporte del tiempo y el conocimiento del error de la hora aunque, en su época, la determinación de la hora estaba plenamente asentada en el método de las distancias lunares y no en el transporte de relojes. Observa, así mismo, las posiciones de las estrellas fi jas a las que les atribuye una movilidad inferior a 0,6” al año y hace referencia al aplastamiento terrestre e, indirectamente, al moderno con-cepto de geoide en el sentido de superfi cie equipotencial gravitatoria.

El autor nos refi ere las medidas realizadas por Humboldt sobre la intensidad del campo magnético terrestre, tanto de su componente ho-rizontal como vertical y su variación con la latitud. La originalidad y calidad de sus determinaciones son el punto de conexión con el gran

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matemático Gauss pues ellas fueron las que despertaron su pasión por el magnetismo que lo llevó a convertirse en un maestro de esta ciencia.

En el capítulo segundo el profesor Ruiz Morales examina la apor-tación de Humboldt a la física experimental aplicada a la náutica y a la astronomía, en dos campos específi cos de gran relevancia para la correcta ejecución de las medidas de magnitudes físicas: la refracción atmosférica y la distribución del calórico. El estudio y conocimiento del valor de la refracción era una cuestión de especial relevancia en el campo de las determinaciones visuales de ángulos y distancias astronó-micas. La refracción, madre de los errores de medidas angulares en as-tronomía, debe ser perfectamente conocida para proceder a las necesarias y adecuadas correcciones de las medidas instrumentales. Su defectuo-so conocimiento o aplicación impide el manejo de valores correctos y conduce inexorablemente a resultados erróneos, principalmente cuando se pretende conocer las altura reales y aparentes de astros o vértices terrestres. Es llamativo el detalle con que representa las teorías sobre la refracción horizontal y vertical, basadas siempre en hechos experimen-tales en función de la temperatura de la Tierra, la altitud, la temperatura del aire, la densidad del mismo y la distribución del imaginario calórico

En cuanto al calórico, utópico fl uido a los que son tan propicios los físicos cuando no conocen la naturaleza de una magnitud, el conoci-miento de su distribución es absolutamente necesario para calcular la magnitud verdadera partiendo de la magnitud aparente

El autor, en el capítulo tercero, nos presenta lo que considera la pri-mera evaluación sistemática del relieve terrestre. Para la nivelación ba-rométrica que realizó en la zona limitada por las longitudes 16º W y 104º W y por las latitudes 12º S y 21º N, Humboldt tomaba las alturas con barómetros de mercurio y Oltmanns, su inseparable alter ego matemáti-co, las reducía a su valor al nivel del mar. Sus medidas, que constituyen la primera nivelación realizada en el nuevo mundo, fueron calculadas usando la fórmula de Laplace que da la diferencia de nivel en función de las medidas barométricas, la diferencia de temperatura y la latitud. Importante trabajo en el que se pone de manifi esto cómo emplea sus profundos conocimientos científi cos.

En el capítulo cuarto nos presenta la crónica de los primeros traba-jos de campo. Abandonada la idea de explorar la Cordillera del Atlas, Humboldt decide explorar las zonas equinocciales de la América española

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recibiendo la autorización del rey Carlos IV para trasladarse a explorarla. Allí podría utilizar por doquier los instrumentos, medir alturas, montañas y realizar observaciones astronómicas. La actividad geográfi ca de Humboldt se inicia inmediatamente midiendo coordenadas de La Coruña, alturas de montañas de Canarias con especial atención al Teide, al que otorga una altura de 2005 toesas, muy semejante a la dada por Borda. Descubre la constelación Cruz del Sur que utiliza para determinar la situación del polo Sur. En su trayecto a América realizó las primeras determinaciones de la inclinación magnética. Llegado a Cumaná en Nueva Andalucía, establece su primer centro de observación y desde allí prepara su viaje al Orinoco y rio Negro. En el Orinoco toma todo tipo de datos geofísicos de sus lla-nuras, rápidos, profundidades y lo explora estableciendo su conexión con el Amazonas vía río Negro y río Casiquiare.

El capítulo quinto trata del ”Discurso preliminar de Jacobo Olt-manns”, contratado por Humboldt en 1805, es decir, después de su viaje a las regiones equinocciales, con el fi n de procesar y ajustar el valor de sus observaciones mediante las operaciones matemáticas pertinentes. En su discurso preliminar, Oltmanns expone los medios empleados para determinar la posición de los lugares y el cálculo de las observaciones astronómicas.

Su estudio preliminar se estructura en tres secciones relativas a las tres coordenadas longitud, latitud y altura. El estudio concluido seis años más tarde, en 1811, fi naliza diciendo que es posible que con este trabajo y los resultados que presentamos Humboldt y yo, se animen ciertos exploradores a rectifi car los mapas añadiendo a las observaciones astronómicas las nivelaciones barométricas, proporcionando así datos que interesarían tanto al astrónomo, como al geógrafo y al físico . En este capítulo el autor realiza una detallada exposición de los avances de la física y astronomía desde la resolución del triángulo esférico de posición hasta las aportaciones de Mayer y Mendoza y Ríos al método de las distancias lunares, el método de las inmersiones de los satélites de Júpiter, que aparecen en el primer almanaque náutico de 1767, rela-ción entre las coordenadas de posición de los astros, etc. Sin olvidarnos de los personajes claves como Maskyline, Flamstead, Hayden con su transcendental invento del octante de refl exión. La contratación de un matemático por Humboldt para que procesara sus observaciones dice mucho en su favor

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Por último en el capítulo sexto “Cálculo de las observaciones”, el autor pasa revista a las medidas de Humboldt y el correspondiente pro-cesamiento de Oltmanns que se encuentran incluidos en la recopilación publicada por ambos en forma de dos volúmenes comprensivos de 14 libros en los que se respeta la secuencia temporal de las observaciones. El autor expone las observaciones y respectivos procesamiento que apa-recen en la recopilación si bien la gran cantidad de ellas obliga al autor a escoger, para cada uno de los libros, las que considera más relevantes atendiendo a la importancia astronómico-geodésica de las observaciones y a las peculiaridades geográfi cas de las estaciones.

Son destacables la de Barcelona, Valencia, Aranjuez y Canarias-Teide del Libro I; las de Cumaná del Libro II; las del Orinoco, Rio Negro y Venezuela del Libor III; las de la Habana, del Lbro IV donde contó con la colaboración de Alcalá Galiano; la de Méjico del Libro XII, etcétera.

En conclusión, en el libro “La aventura métrica de Alexander von Humboldt”, Ruiz Morales nos muestra con detalle y precisión una faceta de Humboldt poco tratada: la sólida base científi ca con la que procedió a sus numerosas observaciones de astronomía y topografía, el cuidado análisis de las correcciones aplicadas y la precisión de las mismas así como un profundo conocimiento de la instrumentación de medida uti-lizada.

Alfredo Surroca CarrascosaReal Sociedad Geográfi ca

VIDAL DE LA BLACHE, P. (2012): Geografi a General i Regional. L´Obra a “Annales de Geographie” (1891-1919). Traducción y edición al cuidado de Pau Alegre i Nadal. Barcelona. Societat Catalana d Geografi a. 400 págs.

La Societat Catalana de Geografi a viene publicando una serie de importantes obras geográfi cas, básicamente relativas a Cataluña, pero entre las que destacan algunas de mayor interés por su transcendencia científi ca o territorial. Es el caso de la que comentamos, que comprende los artículos, noticias y reseñas de Vidal de La Blache publicada en los Annales de Géographie desde la fundación de la revista en 1891, debida

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al impulso del mismo Vidal, hasta la muerte de éste en 1918. La idea de un recopilatorio de todos estos trabajos que el gran geógrafo francés publicó en “su revista” no puede ser más feliz, pues permite disponer a los geógrafos catalanes en particular, pero también a todos los españoles, de una completa y accesible relación de obras esenciales para el cono-cimiento del pensamiento vidaliano en un momento de plena madurez del mismo, coincidente además y como es sabido, con un periodo clave en la consolidación científi ca de nuestra ciencia.

La selección de los trabajos que integran este recopilatorio, su tra-ducción y cuidada edición han corrido a cargo de Pau Alegre, autor también de la nota introductoria que permite comprender al lector la génesis de esta libro y le acerca muy adecuadamente a la comprensión de esta parte del legado de Vidal. Se trata, en conjunto, de casi cincuenta trabajos del ilustre geógrafo, entre artículos, reseñas, noticias y notas necrológicas publicadas a lo largo de los veintiocho primeros años de vida de los Annales, lo que permite seguir, en cierto modo, la evolución del pensamiento de su autor. Pero lo más importante, a nuestro juicio, es que algunos de los trabajos traducidos constituyen referentes clásicos en la confi guración de la Geografía moderna, especialmente de la tendencia más infl uida por la llamada escuela francesa.

Tras una introducción que contiene un solo trabajo de Vidal, pu-blicado en el primer número de Annales, en el que resume los últimos trabajos sobre la geografía francesa del momento (1891), el resto de su producción científi ca que integra el presente libro se agrupa en tres grandes conjuntos en los que el editor ha pretendido reproducir lo que fueron los epígrafes de la revista en aquellos primeros años de su exis-tencia: Geografía General, Geografía Regional y Notas y Reseñas. Las dos primeras integran una total de 12 trabajos de Vidal, siete dedicados a la Geografía General, preferentemente Humana y otros cinco a la Re-gional, que en palabras de Alegre, constituyen la esencia “en si misma” del pensamiento vidaliano. No podemos por menos de destacar algunos de estos trabajos, como “El principio de la Geografía General”, que abre la recopilación, “Los géneros de vida en la Geografía Humana” o “Las grandes aglomeraciones humanas”, que De Martonne consideró representativo del pensamiento de su suegro para merecer ser reprodu-cido en la obra póstuma de éste, los Principios de Geografía Humana. Importantes trabajos, todos ellos, ya clásicos en la confi guración de la

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Geografía contemporánea, cuya transcendencia científi ca sería preten-cioso ponderar aquí.

Bajo el epígrafe de Notas y Reseñas se han agrupado un conjunto muy diverso de trabajos de Vidal de diferente importancia y extensión, pero que proporcionan una imagen viva y dinámica de su autor, atento siempre a las noticias de su época y circunstancia que pudieran tener relación con la Geografía. Debido a la variedad de su contenido y ex-tensión, el editor los ha agrupado en seis grandes conjuntos. Los tres primeros responden a un criterio territorial: el Mediterráneo, África y América, ámbitos que para Vidal siempre tuvieron un especial signifi ca-do. Los otros tres, más anecdóticos pero no por ello menos relevantes, se agrupan bajo otros tres epígrafes que evidencian su interés como fuente de información de la geografía de la época: las tesis de los discípulos, reseñas cartográfi cas y notas necrológicas.

La primera tiene un alto valor testimonial en cuanto Vidal comenta y pondera las tesis de sus principales discípulos, que en algunos casos llegarían a ser obras capitales de la geografía francesa. Es el caso de Brunhes, con su tesis sobre el regadío en el mundo mediterráneo o el de Demangeon sobre la Picardía, pero sin olvidar tampoco las de Jules Sion sobre Normandía, la de Siegfried sobre la organización política de la Francia del Oeste o la de Métin sobre la Columbia británica. En todas ellas se fue confi gurando el método regional e histórico que constituyó uno de los caracteres distintivos de la escuela.

El mismo comentario ponderado y trascendente sobre algunos de sus coetáneos es el que descubrimos en las notas necrológicas agru-padas en el último epígrafe de esta recopilación. En ellas se evidencia no sólo el valor científi co y humano de los personajes, sino también su relación personal, profesional o académica con el propio Vidal. Así en los recuerdos de este reviven la calidad científi ca y humana de fi nado en unos casos, en otros las tareas comunes y el trato personal. En cualquier caso, esta última opinión de Vidal de La Blache sobre algunos de sus coetáneos, algunos de ellos, como Ratzel o Levasseur, personajes clave en la evolución del pensamiento geográfi co de la época, reviste un valor doblemente testimonial: por el personaje y por el comentarista.

Casi es lo mismo que, como resumen fi nal, podríamos decir de esta afortunada recopilación de esta parte dispersa de la obra vidaliana. Para unos lectores se ofrece la posibilidad del fácil acceso a uno u otro trabajo

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de Vidal, para otro es el análisis global y el estudio evolutivo de esta parte de su obra, ya centenaria, la que reviste el mayor interés. Pero en cualquier caso, el libro que comentamos va acompañado de un excelente índice de nombres que facilita su consulta y utilización para unos y otros.

Fernando Arroyo LleraReal Sociedad Geográfi ca

ZOIDO, F. et al. (2013): Diccionario de Urbanismo, Geografía Urbana y Ordenación del Territorio. Madrid, Cátedra, 421 págs.

Durante más de tres décadas toda una generación de estudiosos de la ciudad y el urbanismo, procedentes de distintas disciplinas, sólo dispo-níamos, como único libro de referencia con el que resolver dudas, com-pletar informaciones o iniciar el conocimiento sobre un tema en que se empezaba a trabajar, de un diccionario que no se llamaba diccionario sino enciclopedia; se trataba de la Enciclopedia de la Planifi cación Urbana, una monumental obra de más de 1.400 páginas, traducido al castellano en 1975 por el extinto Instituto de Estudios de Administración Local, que, además de su faceta editorial, impartía los únicos cursos de posgrado en Urbanismo existentes dentro y fuera de la universidad española hasta bien recientemente. Lejos de nuestro ánimo establecer una comparación con la obra que analizamos en esta reseña ni por su tamaño en páginas, ni por el número de autores involucrados (más de 100 y sólo uno español: Gabriel Alomar); también hay grandes diferencias en otros muchos aspectos tanto por lo que respecto a las entradas seleccionadas (temáticas, geográfi cas y de personajes) como sus complementos bibliográfi cos, cartográfi cos etc. Aportamos la fi cha bibliográfi ca de la obra para que le siga la pista al lector curioso, si es que puede dar con un ejemplar todavía en buen uso, ol-vidado en los fondos ya casi históricos de alguna biblioteca universitaria1.

Si hemos traído a colación esta venerable obra con casi cuatro décadas a sus espaldas es para recalcar la oportunidad y utilidad del empeño editorial iniciado por el Grupo Aduar en el ya lejano 2000

1 WHITICK, A., dir. (1974) Encyclopedia of Urban Planning. New York, Mac.Graw Hill, 1405 págs. (Edición en castellano: Enciclopedia de la Planifi cación Urbana. Madrid, Instituto de Estudios de Administración Local, 1975. Traducción de Joaquín Hernández Orosco. Existe ejemplar disponible en la biblioteca de Humanidades de la Universidad Autónoma de Madrid.

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por ofrecer al estudioso del urbanismo español una obra de referencia que viniera a suplir el vacío a fi nales del siglo XX de otra similar pero adaptada a las necesidades de los estudiantes y profesores españoles de los departamentos de Geografía, Sociología o Urbanismo, en cuyos cu-rricula los cursos relacionados con la ciudad y el Urbanismo se habían multiplicado ya para entonces tras el “boom” de nuevas universidades creadas en los años 80 y 90 del siglo XX. De hecho, el libro que aquí reseñamos constituye de facto la segunda edición mejorada y aumen-tada del Diccionario de Geografía Urbana, Urbanismo y ordenación del territorio, publicado el año 2000 por la editorial Ariel con autoría colectiva del Grupo ADUAR, bajo el que se agrupaban Florencia Zoi-do, Sofía de la Vega, Guillermo Morales, Rafael Mas y Rubén C. Lois, todos ellos reconocidos geógrafos urbanos de distintas universidades españolas. Salía a la luz aquel libro en un momento marcado por la Ley del Suelo y Valoraciones de 1998 y por el arranque del período de mayor expansión inmobiliaria de la historia urbana reciente.

Con el paso de los años el marco normativo ha cambiado tanto a nivel estatal (Ley del Suelo de 2007) como autonómico (generaliza-ción de las leyes del suelo autonómicas) y la “burbuja” inmobiliaria ha dado paso una de las crisis más profundas que han padecido las economías mundiales desde la Gran Depresión de 1929 pero con ri-betes aún más preocupantes para España, donde el hundimiento del sector inmobiliario ha arrastrado consigo al tejido productivo español con letales efectos sobre las tasas de paro. También ha cambiado en este lapso de tiempo la composición del propio grupo de autores de la obra con la desaparición de dos de los componentes iniciales (Rafael Mas en 2003 y Sofía de la Vega en 2013) al mismo tiempo que se in-corporaban Angeles Piñeiro, geógrafa profesional gallega, y Jesús M. González, profesor de Geografía en la Univesitat de les Illes Balears.

En el ámbito académico (destino prioritario de esta obra y garante de su utilidad como bibliografía de referencia) la aplicación a España de los acuerdos de Bolonia se ha plasmado en la reestructuración de las titu-laciones universitarias, que ha dado un giro de 180 grados durante los úl-timos seis años al sistema universitario español, debido a la implantación de los Grados, los Másteres y los nuevos doctorados con ritmos distintos según las universidades y concluido ya en todas. De gran oportunidad para la constatar la utilidad de la obra que reseñamos es la implantación en la

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mayoría de las universidades españolas con Departamento de Geografía del nuevo grado en Geografía y Ordenación del Territorio2.

Todo lo dicho hasta ahora justificaría sobradamente la aparición de este libro de referencia, que va a proporcionar a los estudiantes de Geografía (y de otras muchas disciplinas) una herramienta muy valiosa no sólo como complemento de las clases sino también como una gran ayuda en la actividades prácticas previstas en las nuevas guías docentes surgidas de la implantación del Plan Bolonia. A ello ayudará el nuevo formato y la encuadernación elegidos pero, sobre todo, la ampliación del número de voces introducidas, que pasan de 600 a 700, la incorporación de la traducción al inglés y francés de todas ellas, que viene a unirse a la ya existente a las lenguas coofi ciales españolas. Para facilitar igual-mente el manejo del índice de referencias se elimina la diferenciación que se establecía en la versión anterior entre términos principales (en mayúscula) y menos importantes (negrita). El libro consta igualmente de una bibliografía amplia y actualizada aunque no esté referenciada a las entradas del diccionario, lo que habría ampliado considerable su utilidad para el usuario. Completa la materialidad de la obra un perfi l biográfi co sufi cientemente detallado de los autores y un índice alfabético de térmi-nos que ayuda a su localización en las 421 páginas de que consta el libro.

Hecha esta descripción formal de la obra, merece la pena refl ejar en esta reseña el proceso interno del trabajo realizado por los propios autores conducente a la mejora de la obra original y que se ha basado en las “ano-taciones y sugerencias que sobre incorrecciones, expresiones ambiguas o ausencia de términos se habían detectado en el anterior trabajo”, a partir de las cuales “se han individualizado aquellos términos que debían ser modi-fi cados, ampliados o suprimidos por haber perdido actualidad”. Al mismo tiempo, en el urbanismo y la ordenación del territorio se iba realizando una minuciosa recopilación de nuevos términos y expresiones afl orados durante la década larga trascurrida entre ambas ediciones . De todo lo cual se saca una conclusión: que los autores han madurado durante una década, con paciencia franciscana y meticulosidad germánica, la actualización de su Diccionario antes de afrontar la aventura de dar a la imprenta la nueva

2 Entre ambas ediciones del Diccionario hizo su aparición una obra de similar enfoque y ob-jetivos aunque con un menor número de entradas (420) llamada a cubrir un segmento de demanda sensiblemente similar a la obra que reseñamos. Se trata del Diccionario de Términos sobre la Ciudad y lo Urbano, publicado en 2010 y del que es autor Lorenzo López Trigal.

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oferta editorial. La metodología “por decantación” utilizada viene a de-mostrar que el vocabulario propio de cualquier lenguaje, sea éste el con-versacional o el especializado, ha de considerarse una dimensión abierta y mudable de la comunicación y que por su propia naturaleza es cambiante; toda pretensión de cristalizarlo en un concreto momento de su evolución sería traicionar a los usuarios y receptores del mensaje que todo lenguaje contiene. El tiempo y el propio manejo del Diccionario por los colectivos destinatarios irá dando fe de su adecuación a la realidad y, a buen seguro, inspirará las sucesivas reediciones que, siguiendo el mismo patrón de tra-bajo, ha conducido a la actual edición del Diccionario.

No puede ni debe ser objetivo de esta reseña entrar a valorar la oportu-nidad de las presencias temáticas así como tampoco las posibles ausencias que sin duda las habrá; es el riesgo de los inventarios y en nuestra opinión un diccionario lo es. Habría ayudado al lector en la valoración de la oferta temática presente en la obra y las potenciales lagunas que existiera un ín-dice agrupando temáticamente de los términos recogidos, lo que, sin duda habría signifi cado un menor esfuerzo de búsqueda para los lectores, que se lo habrían agradecido. Como mejoras para futuras ediciones nos permi-timos recomendar a los autores algunas carencias: que fi gure la autoría en cada entrada y que éstas se numeren para una más ágil adscripción a cada autor; que las ilustraciones también se numeren y vayan referenciadas al término al que complementan; se daría más protagonismo a las ilustracio-nes si hubiera un índice específi co para ellas; por último, siempre que fuera posible recomendaríamos a los autores que se incorporara a las entradas alguna referencia bibliográfi ca situada preferentemente al pie de cada voz.

Reiteramos la oportunidad y utilidad del Diccionario de Urbanismo, Geografía Urbana y Ordenación del Territorio, al que prevemos una aco-gida entusiasta de sus destinatarios (alumnos y profesores), lo que abrirá el camino a futuras ediciones. La condición permanentemente inconclusa de un producto editorial como el que reseñamos dará, por tanto, nuevas oportunidades a los autores para hacer gala del mismo ejercicio de mejora y adaptación a la dinámica imparable de las disciplinas de las que es no-tario, tanto respecto a esta edición como lo fue con anterioridad respecto a la del año 2000.

Manuel Valenzuela RubioReal Sociedad Geográfi ca

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INDICE 2013

IIII. CONFERENCIA DE APERTURA DE CURSO 2012-2013

La Carta Naútica de Mercator y análisis de sus leyendas, por D. Alfredo Surroca Carrascosa .................................................................... 9

IIII. COLABORACIONES INVITADAS

Consecuencias de la investigación sobre los centros de gravedad de la economía española, por Juan Velarde Fuertes ................................................................................... 29

Las colecciones cartográfi cas de la Biblioteca Nacional, por Carmen Líter Mayayo y Ana Vicente Navarro............................................ 41

La red ANEXXI: una plataforma para el soporte científi co del Atlas Nacional de España del siglo XXI que desarrolla el Instituto Geográfi co Nacional, por José Sancho Comíns, Pilar Sánchez Ortiz y Alfredo del Campo ................ 83

IIII. MISCELÁNEA

Pasado y presente de las relaciones comerciales entre las Islas Canarias y África, por Ramón F. Díaz Hernandez y Carmen Ginés de La Nuez ............................ 111

Las inundaciones del Ebro en 1871 en Zaragoza, por Rogelio Galván Plaza, Javier del Valle Melendo, José Ángel Losada García y Manuel Arnal Lizarraga ................................ 139

Los principios científi co didácticos y el desarrollo humano sostenible. Un modelo para el análisis y la comprensión del problema, por Antonio Luis García Ruiz y Juan Jesús Lara Valle ..................................... 171

El turismo de balneario en Aragón. De la recualifi cación de la oferta a la diversifi cación de la demanda. Las “villas termales” de Alhama de Aragón y Jaraba, por Marisela Pilqueman Vera ............................................................................ 199

IIV. TEXTOS CLÁSICOS DEL PASADO DE LA RSG

La visita de Alberto I de Mónaco a la Real Sociedad Geográfi ca y su infl uencia en la fundación del Instituto Español de Oceanografía, por Carlos Palomo Pedraza ............................................................................... 249

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IIV. NOTICIAS

La Real Sociedad Geográfi ca. Memoria de actividades 2012-2013, pot Joaquín Bosque Maurel ............................................................................... 287

Geolocalización e investigación histórica. Las checas del Madrid republicano, por Sara Izquierdo Álvarez ................................................................................ 297

IV Congreso de Geografía de Europa y Asamblea General de EUGEO (Roma, 4 a 7 de septiembre de 2013), por Manuel Valenzuela Rubio ........................................................................... 249

IVI. RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

ANDRÉS SARASA, JOSÉ LUIS: Gobernanza en la huerta de Murcia. Junta de hacendados de la huerta de Murcia 2013. 115 págs.; ESPADAS BUR-GOS, MANUEL: Un lugar de encuentro de historiadores. España y los Congresos Internacionales de Ciencias Históricas. Edita el Comité Español de Ciencias Históricas. Madrid, 2012, 139 págs.; RODAO GAR-CÍA, FLORENTINO: Franquistas sin Franco. Una historia alternativa de la Guerra Civil Española desde Filipinas. Granada 2012. 355 págs.; RUIZ MORALES, MARIO: La aventura métrica de Alexander Von Hum-boldt. Universidad de Granada 2013. 333 págs.; VIDAL DE LA BLACHE, PAUL: Geografía General i Regional. “L´Obra a Annals de Geogra-phie (1891-1919). Traducción y edición al cuidado de Pau Alegre y Nadal. Barcelona Societat Catalana de Geografi a 2012. 440 págs.; ZOI-DO NARANJO, FLORENCIO et al.: Diccionario de urbanismo y ordenación

del territorio. Cátedra. Madrid 2013, 421 págs. ......................................... 309

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TABLE OF CONTENS

III. 2012-2013 YEAR OPENING CONFERENCE

Mercator’s Nautical Chart and its Legends, by D. Alfredo Surroca Carrascosa ..................................................................... 9

III. COLABORACIONES INVITADAS

Consequences of the Research on Spanish Economic Gravity Centers, by Juan Velarde Fuertes ..................................................................................... 29

Map Collections in the Spanish National Library, by Carmen Líter Mayayo y Ana Vicente Navarro ............................................. 41

ANEXXI Network: a platform for the scientifi c support in the National Atlas of Spain on the XXIth century developed by the National Geographic Institute of Spain, by José Sancho Comíns, Pilar Sánchez Ortiz y Alfredo del Campo ................. 83

III. MISCELÁNEA

Past and Present of Trading Relations between the Canary Islands and Africa, by Ramón F. Díaz Hernandez y Carmen Ginés de La Nuez ............................. 111

The Ebro River fl ood of 1871 in Zaragoza, by Rogelio Galván Plaza, Javier del Valle Melendo, José Ángel Losada García y Manuel Arnal Lizarraga .................................. 139

Scientifi c-Didactic Principles and a Sustainable Human Development. A Model to Analyse and Understand the Problem, by Antonio Luis García Ruiz y Juan Jesús Lara Valle ...................................... 171

The Aragon’s Spa Tourism: from the modernisation of the offer to the diversifi cation of the Deman The “Spa-Towns” of Alhama de Aragón and Jaraba, por Marisela Pilqueman Vera .............................................................................. 199

IV. CLASSICAL TEXTS OF RSG’S PAST

Albert 1st of Monaco‘s Visit to the Real Sociedad Geográfi ca and his Infl uence in Founding the Instituto Español de Oceanografía, by Carlos Palomo Pedraza ................................................................................. 249

330 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA

V. NEWS

La Real Sociedad Geográfi ca. Mxxxxxx 2012-2013, by Joaquín Bosque Maurel ................................................................................ 287

Geo-location and Historical Research. The Secret Police Headquarters in the Republican Madrid, by Sara Izquierdo Álvarez ................................................................................. 297

The EUGEO’s 4th Congress on European Geography (Roma, 4 a 7 de septiembre de 2013), por Manuel Valenzuela Rubio............................................................................. 249

VII. BIBLIOGRAPHICAL NOTES

ANDRÉS SARASA, JOSÉ LUIS: Gobernanza en la huerta de Murcia. Junta de hacendados de la huerta de Murcia 2013. 115 págs.; ESPADAS BURGOS, MA-NUEL: Un lugar de encuentro de historiadores. España y los Congresos In-ternacionales de Ciencias Históricas. Edita el Comité Español de Ciencias Históricas. Madrid, 2012, 139 págs.; RODAO GARCÍA, FLORENTINO: Franquis-tas sin Franco. Una historia alternativa de la Guerra Civil Española desde Filipinas. Granada 2012. 355 págs.; RUIZ MORALES, MARIO: La aventura métrica de Alexander Von Humboldt. Universidad de Granada 2013. 333 págs.; VIDAL DE LA BLACHE, PAUL: Geografía General i Regional. “L´Obra a Annals de Geographie (1891-1919). Traducción y edición al cuidado de Pau Alegre y Nadal. Barcelona Societat Catalana de Geografi a 2012. 440 págs.; ZOIDO NARANJO, FLORENCIO et al.: Diccionario de urbanismo y ordenación

del territorio. Cátedra. Madrid 2013, 421 págs. ........................................... 309

BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA 331

NORMAS PARA LA PRESENTACION DE ORIGINALES

A) TEXTO- El texto en español debe ser inédito y deberá estar compuesto a doble espacio en

DIN-A/4 preferentemente. La extensión máxima será de 20/25 páginas, incluidas ilus-traciones, tablas y bibliografía. Al texto impreso en papel se deberá acompañar entodos los casos un texto en disquete de ordenador en lenguaje Word u otros compati-bles.

- El nombre del autor o autores figurará en hoja aparte, acompañados por el lugar-de trabajo, la dirección postal y correo electrónico si se dispone de él.

- Los trabajos deberán ir acompañados de un resumen no superior a 10 líneas, enca-bezado con el título y las palabras clave al final. Título, resumen y palabras clavedeben adjuntarse traducidos en francés e inglés.

B) NOTAS Y CITAS BIBLIOQRÁFICAS- Las notas a pié de página serán las imprescindibles para la comprensión del texto.- Las citas bibliográficas serán siempre internas al texto y se formalizarán de la

siguiente forma (Terán, 1945); sólo se añadirá la página si se refiriese a un texto espe-cífico incluido entre comillas (Terán, 1945, 10).

C) BIBLIOGRAFÍA- La bibliografia deberá ir al final del texto original y sólo deberá contener las obras

a las que se haga referencia en el texto, salvo aquellos casos de obras básicas que seanimprescindibles para la inteligencia del texto.

- Las obras que constituyan la bibliografía se relacionarán en orden alfabéticosegún los autores y formalizadas de la forma que sigue .

- Libros: PEREZ DE HOYOS, L. (1991): Evolución histórica de Cartagena deIndias. Madrid, Editorial Claridad, 153 pags.

- Capítulos de libros y/o comunicaciones de Congresos: GUZMAN REINA, J.(1968): "Los factores del desarrollo económico de San Juan", in CHUECA REGUE-RA, A. Las ciudades coloniales hispanoamericanas. Madrid, Espasa-Calpe, pp. 35-89.

- Artículos de revista: MENDEZ, S. (1989): "Algunos problemas de la economíade Buenos Aires", Boletín Real Sociedad Geográfica, Madrid, CXXV, pp. 100-123.

- En los casos en que los autores de la obra reseñada sean varios, el máximo rese-ñado no pasará de dos, recurriéndose entonces a citar el primero seguido de la expre-sión et al, p.ej., SANCHEZ GARCÍA, J. et al (1988).

D) ILUSTRACIONES- Las figuras o mapas deberán ser originales y presentarse en blanco y negro, deline-

ados de forma contrastada y nítida. Dado que el tamaño final de publicación será 12 por18 cm., la reducción será muy frecuente y por tanto deberá cuidarse la visibilidad de larotulación, tramas y escalas gráficas (nunca numéricas). Las fotografías serán las indis-pensables y siempre en color tanto en forma de fotografías directas o en diapositivas.

E) EVALUACIÓN- Todos los textos enviados para su publicación serán sometidos a una evaluación

exterior al Consejo de Redacción llevada a cabo por especialistas en el tema corres-pondiente al artículo recibido.

332 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA

Boletín de inscripción de la Real Sociedad Geográfica

La cuota anual de la Sociedad es de 0 €. Si está interesado enhacerse socio, rellene el Boletín de Inscripción y nos pondremos encontacto con usted.

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Enviar a: Secretaría de la Real Sociedad Geográfica.

C/ Monte Esquinza, 41 - 28010 MADRID - Tel. 91 308 24 77 - Fax 91 308 24 [email protected]

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Día Mes Año

BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA 333

PUBLICACIONES DE LA REAL SOCIEDADGEOGRÁFICA (2000-2013)

VVAA (2000): Vivir la diversidad en España. Aportación española al XXlX Congreso de la Unión Geográfi ca Internacional. Seúl, 2000, Comité Español de la Unión Geográfi ca Internacional. Versión en español e inglés. Madrid, pp. 665.

VVAA (2003): Un mundo por descubrir. Coord. por D. Manuel Valenzuela Rubio.Edición especial en conmemoración al 125 aniversario de la Sociedad Geográfi ca de Madrid y del Primer Centenario de la Real Sociedad Geográfi ca. Madrid, pp.465.

VVAA (2004): La Geografía española ante los retos de la sociedad actual. Aporta-ción española al XXX Congreso de la Unión Geográfi ca Internacional. Glasgow, 2004,Comité Español de la Unión Geográfi ca Internacional. Versión en español e inglés. Madrid, pp. 791.

VVAA (2005): Militares y marinos en la Real Sociedad Geográfi ca. Coord. por M. Cuesta Domingo y M. Alonso Baquer. Madrid, pp.154.

P. JOSÉ ZARAGOZA S. J., Esphera en comvn celeste y terraqvea, primera impresión 1675. Edición facsímil (2006). Madrid, 256 más tablas y gráfi cos.

VVAA (2006): Mitos y realidades del cambio climático. Prólogo Juan Velarde pp. XIII.Estudios técnicos sobre el cambio climático. Pp. 3-233 en Revista del Instituto de Estu-dios Económicos, nº 3 y 4 /2006.

VVAA (2008): Alexander von Humboldt. Estancia en España y viaje americano. Coord. M. Cuesta Domingo y S, Rebok, Madrid, pp. 396.

VVAA (2008): España y el Mediterráneo: Una refl exión desde la Geografía españo-la. Aportación española al XXXl Congreso de la Unión Geográfica Internacional.Túnez, 2008, Comité Español de la Unión Geográfi ca Internacional. Versión en espa-ñol, inglés y francés. Contiene CD. Madrid, pp. 298.

VVAA (2008): Homenaje a Joaquín Bosque Maurel. Coord. J. Bosque Sendra y M. A. Martín Lou. Madrid, pp. 605.

VVAA (2009): Cartografía Medieval Hispánica. Imagen de un mundo en construcción.Coords. M. Cuesta Domingo y A. Surroca Carrascosa. Real Sociedad Geográfi ca y Real Liga Naval Española, Madrid, pp. 346.

VVAA (2010): Cartografía Hispánica. Imagen de un mundo en crecimiento, 1503-1810. Coords. M. Cuesta Domingo y A. Surroca Carrascosa. Real Sociedad Geográfi ca y Real Liga Naval Española, Madrid, pp. 587.

VVAA (2011). Agua y Territorio. La cooperación hídrica en España. Eds. M. A. Martín-Los y F. Arroyo Ilera. Madrid, pp. 229.

334 BOLETÍN DE LA REAL SOCIEDAD GEOGRÁFICA

BOSQUE MAUREL, J. (2012): España en el tercer milenio. Una imagen Geográfi ca de una sociedad moderna en cambio. Ed. Universidad de Granada y Real Sociedad Geográfi ca. Granada, pp. 256.

VVAA (2012): Nuevos aires en la Geografía española del siglo XXI. Aportación espa-ñola al XXXII Congreso de la Unión Geográfica Internacional. Colonia, 2012,Comité Español de la Unión Geográfica Internacional. CD en español e inglés.Madrid.

Las publicaciones de la Real Sociedad Geográfica puedenadquirirse en: Centro Nacional de Información Geográfica,“La Casa del Mapa”, C/. Ibáñez de Ibero, 3, 28003 Madrid.

cartografíadigital

g

BASE CARTOGRÁFICA NUMÉRICA (BCN 1000, 50, 200, 25),MAPA TOPOGRÁFICO NACIONAL (MTN50,25),

MODELO DIGITAL DEL TERRENO (MDT1000, 200, 25),LÍNEAS LÍMITE, BASE DE DATOS DE POBLACIÓN, MAPA DE USOS DEL SUELO,

ATLAS NACIONAL DE ESPAÑA, CARTOGRAFÍA TEMÁTICA.

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