boletín del archivo histórico 17

Boletín del Archivo Histórico

17

Boletín del Archivo Histórico

17

EDICIONES DE LA SECRETARÍA Y EL ARCHIVO HISTÓRICO DE LA ULA

Año 10. Enero-Junio 2011. Nº 17Mérida - Venezuela

SECRETARÍAARCHIVO HISTÓRICO

Boletín del Archivo HistóricoPublicación semestral

FundadorAlí E. López Bohórquez (ULA Mérida-Venezuela)

DirectorGladys Teresa Niño S. (ULA Mérida-Venezuela)

EditorPedro M. Molina (ULA Mérida-Venezuela)

Editor AdjuntoLuzmaira Méndez C. (ULA Mérida-Venezuela)

Comité EditorialGladys Teresa Niño S. (ULA Mérida-Venezuela

José F. Mejías L. (ULA Mérida-Venezuela)Luzmaira Méndez C. (ULA Mérida-Venezuela)

Pedro M. Molina (ULA Mérida-Venezuela)María J. Ríos Paz (ULA Mérida-Venezuela)

Comité de ArbitrajeAlí E. López Bohórquez (ULA Mérida-Venezuela)

Niria Suárez A. (ULA Mérida-Venezuela)Homero A. Calderón (ULA Mérida-Venezuela)

Edda Samudio (ULA Mérida-Venezuela)Jesús Rondón Nucete (ULA Mérida-Venezuela)

Pedro M. Molina (ULA Mérida-Venezuela)

Traducción de Resúmenes al Inglés Servicio de Traducción

Escuela de Idiomas ModernosFacultad de Humanidades y Educación

Entes FinancierosConsejo de Desarrollo Científico, Humanístico,

Tecnológico y de las Artes (CDCHTA)

Depósito Legalpp.199803ME97ISSN 1316-872X

IndizaciónBase de datos REVENCYT

FUNDACITE-Mérida-VenezuelaBajo el Código RVB014

LATINDEX-México, folio 15627(http://www.latindex.org)

Índice Bibliográfico CLASE-México(Citas Latinoamericanas en

Ciencia Sociales y Humanidades)

Diseño de la Portada Luzmaira Méndez C. (ULA Mérida)

Diagramación y MontajeLuzmaira Méndez C. (ULA Mérida)

Corrección de TextosPedro M. Molina (ULA Mérida)

Montaje de ImagénesDiana Hernández (ULA Mérida)

Arte FinalUnidad de Informática del AHULA

Distribución y CanjeArchivo Histórico de la ULA

Ediciones de la Secretaría y el Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes

DirecciónCalle 35 entre Av. Don Tulio y Av. 4 Nº 4-32

Mérida – VenezuelaTelefax: 0058-0274-2402345

Teléfono: 0058-0274-2403850Correo electrónico: [email protected]

http://www.ula.ve/ahula

Impresión: Universidad de Los Andes. Talleres Gráficos [email protected]

Impreso en Venezuela / Printed in Venezuela

Deberíamos someter al lenguaje a un régimen depan y agua, si queremos que no se corrompa y

nos corrompa

Octavio Paz.

LE76M4B6 Boletín del Archivo Histórico. ― Mérida, Venezuela:

Ediciones de la Secretaría de la ULA: Archivo Histó- rico de la ULA, 1999- v.: ilus. ISSN:1316-872X 1. Universidad de Los Andes―Historia―Publicaciones Periódicas. 2. Universidad de Los Andes―Historia― Fuentes―Publicaciones Periódicas. 3. Mérida (Venezuela) ―Historia―Fuentes-Publicaciones Periódicas. I. Universidad de Los Andes. Archivo Histórico.

Tabla de Contenido

9

13

15

69

91

133

135

193

195

197

Presentación......................................................................................Molina Márquez, Pedro María.

Artículos.............................................................................................

El Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes, 1962-2003............................................................................................Rojas, Roberto.

El Rector Diego Carbonell y su legado al devenir académico y cultural de la Universidad de Los Andes (1917-1921)..................Gil Otaiza, Ricardo.

José Ortega y Gasset en el espíritu de la Facultad de Humanidades y Educación. Entre el olvido y el recuerdo.........Rivas Aguilar, Ramón.

Documentos para la historia de la Universidad de Los Andes....

Anuario de la Universidad de Los Andes. Tomo I, 1790–1890. Última parte: Academia de Jurisprudencia. Se incluye el Índice General del Tomo I.............................................................................

Biografías...........................................................................................

Antonio Ignacio Rodríguez Picón (1755 - 1816)...........................Molina Márquez, Pedro María.

Juan de Dios Picón González (1792-1882)......................................Molina Márquez, Pedro María.

Presentation........................................................................................Molina Márquez, Pedro María.

Articles..................................................................................................

The Department of Film at the University of Los Andes, 1962-2003......................................................................................................Rojas, Roberto.

President Diego Carbonell, and his legacy to the academic and cultural evolution of the University of Los Andes (1917-1921).....Gil Otaiza, Ricardo.

Jose Ortega y Gasset in the spirit of the Faculty of Humanities and Education. Oblivion and Memory...........................................Rivas Aguilar, Ramón.

Documents for the history of the Universidad de Los Andes......

Yearbook of the Universidad de Los Andes. Volume I, 1790-1890. Last part: Academy of Jurisprudence. The index of Volume I is included..............................................................................................

Biographies.........................................................................................

Antonio Ignacio Rodríguez Picón (1755 – 1816)............................Molina Márquez, Pedro María.

Juan de Dios Picón González (1792-1882)......................................Molina Márquez, Pedro María.

Contents

9

13

15

69

91

133

135

193

195

197

9

Presentación

Con la edición del Boletín del AHULA Nº 17, cierra la Profesora Niria Suárez Arroyo, de la mejor manera, su gestión como Directora del Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes, y deja el camino expedito para que esta obra de difusión, que se inició hace ya 12 años, continúe, en pos de su objetivo de dar a conocer a los universitarios y a la ciudadanía en general la historia de nuestra máxima Casa de estudios.

Compromiso ineludible este de indagar concienzudamente sobre el largo proceso que ha dado vida, forma y esencia a una Universidad que es vista por el país con esperanza y angustia a la vez, en espera de respuestas, ejemplos y compromisos que sirvan de luz en medio de la duda y de estímulo ante la desesperanza o el temor. A ello se agrega el vínculo secular –especie de simbiosis histórica– de Mérida con su Alma máter. Lúcidamente lo exponía Mariano Picón Salas en 1955:

El destino de Mérida se asocia (…) indisolublemente al de esta casa universitaria que ha sido tal vez nuestra mayor empresa histórica. Y en el auge y la defensa de ella, en el cuidado con que debemos ayudarla y mejorarla siempre, se involucra y responsabiliza nuestro civismo regional como parte entrañable de nuestro común deber de venezolanos.

En este sentido el Archivo Histórico, desde que el Profesor Alí López asumió su dirección (1997-2000) y durante las gestiones que le sucedieron (Profesora Ana Hilda Duque, Licenciada Lutecia Fístel, Profesora Niria Suárez Arroyo), se ha empeñado en que los merideños en general y los universitarios en particular conozcan la historia de su institución educativa por excelencia. Nuestra herramienta: el Boletín del AHULA, que a pesar de los defectos que se le puedan evidenciar

10

Boletín del Archivo Histórico. ISSN:1316-872X. Año 10. Enero-Junio 2011, Nº 17. Universidad de Los Andes. Mérida - Venezuela.

ha dado, con generosidad, su aporte, ofreciendo sus páginas a los investigadores para la publicación de trabajos históricos que van contribuyendo a crear el tan necesario sentimiento de identidad con la Universidad. En el presente número se ofrece a los estudiosos de la historia universitaria y del proceso cultural emeritense tres artículos de sumo interés. El primero, del Lic. Roberto Rojas, docente de la Escuela de Medios Audiovisuales de la ULA y cineasta, aborda un tema poco conocido: el Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes y su evolución, desde su fundación en 1962 hasta el año 2003. Se nos revela aquí la importancia que tuvo esta dependencia para el desarrollo del cine, no solo en Mérida y Venezuela sino en Latinoamérica, por su labor pionera en cuanto a producción y formación cinematográfica. El artículo se constituye además en una especie de catálogo de los filmes producidos o coproducidos por el Departamento en ese período de más de cuarenta años.

El artículo que le sigue se titula “El Rector Diego Carbonell y su legado al devenir académico y cultural de la Universidad de Los Andes (1917-1921)”. Su autor, el docente y escritor Ricardo Gil Otaiza, disiente de quienes consideran que el rectorado del Doctor Carbonell fue pobre en realizaciones y que no transformó esencialmente a la Universidad. A tal punto su opinión es divergente que comienza expresando: “1917 es un año de singular importancia tanto para la ciudad de Mérida como para la Universidad, ya que el Dr. Diego Carbonell es designado Rector…”, y cierra su artículo afirmando que cuando Carbonell entregó su cargo en 1921 dejó tras de sí “una institución más plural, más crítica, más científica y humanística; abierta a los cambios epocales. En fin, una institución más universal…”. Al evaluar el legado del Rector Carbonell, Gil Otaiza no solo hace referencia a obras concretas tales como la creación de la Escuela de Farmacia y la Escuela de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, el equipamiento de aulas y laboratorios, el enriquecimiento de la biblioteca universitaria, la publicación de libros científicos, la implementación de las famosas “Conferencias Universitarias”, sino que alude también a las obras “intangibles”, que

11

Boletín del Archivo Histórico. ISSN:1316-872X. Año 10. Enero-Junio 2011, Nº 17. Universidad de Los Andes. Mérida - Venezuela. Presentación...

constituyen “variables fundamentales en la construcción de realidades, o en su posible negación”. Por lo demás, el artículo contiene importantes datos biográficos sobre el Dr. Diego Carbonell que lo retratan como un hombre de espíritu indagador desde su juventud, que buscó siempre armonizar el quehacer científico con la reflexión humanística.

El tema de los estudios humanísticos en nuestra Universidad, en particular el de las ideas que dieron origen y soporte a la Facultad de Humanidades, ha sido objeto de discusión en diversas ocasiones. El historiador Ramón Rivas Aguilar, estudioso de la obra de José Ortega y Gasset, lo aborda en el tercer artículo de este número. Nos habla aquí de la influencia que el pensamiento de este filósofo español ejerció, a través del prestigioso intelectual don Américo Castro, en la decisión que tomó la Universidad en 1955 de crear dicha Facultad. Aprovecha el Profesor Rivas para reseñar la figura y obra de los principales docentes que le dieron inicio y la consolidaron. Con gratitud los rememora y da de ellos algunas pinceladas anecdóticas. Presenta su artículo bajo el título: “José Ortega y Gasset en el espíritu de la Facultad de Humanidades y Educación. Entre el olvido y el recuerdo”. Seguidamente, en la sección Documentos para la Historia de la Universidad de Los Andes, se continúa la transcripción del Anuario de la Universidad de Los Andes, publicación pionera fundada por el Rector Caracciolo Parra y Olmedo el 1 de enero de 1889 y de la cual salieron a la luz 11 números, el último en 1901. La transcripción que aquí presentamos corresponde a la segunda parte del Tomo 1 de dicho Anuario, titulada Academia de Jurisprudencia. Contiene documentos relativos a esta corporación jurídica, creada en octubre de 1889 por el Rector Parra y Olmedo y constituida tanto por jurisconsultos (con residencia en Mérida o fuera de Mérida) como por “hombres célebres en las ciencias, los cuales, previo su asentimiento para la incorporación, se denominan Honorarios”. Entre las atribuciones de la Academia estaba la de servir de instancia de consulta jurídica –breve, precisa y puramente doctrinal– a instituciones, funcionarios y particulares; elaborar proyectos relacionados con la Constitución y demás leyes generales de la nación y presentar opiniones acerca de sentencias que pudieran contradecir las leyes vigentes.

12


La sección Biografías, finalmente, se ocupa en este número de dos personajes que dejaron impronta en la historia emeritense de finales de la época colonial y comienzos de la republicana. Trátase de Antonio Ignacio Rodríguez Picón y Juan de Dios Picón González; el primero, alto funcionario de la administración civil española en Mérida hasta 1810, y en adelante destacada figura política y militar de la causa republicana; el segundo, educador y político de destacada actuación en Mérida entre 1821 y 1858, representó a esta Provincia en el Congreso Constituyente de 1830 y ejerció la Gobernación durante dos períodos.

Cerramos esta Presentación augurándole una gestión exitosa a la Profesora Gladys Teresa Niño, quien recientemente ha sido designada Directora del Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes. Conocida es su trayectoria docente y su larga experiencia en el campo de la archivística, y estamos seguros de que su idea de proyectar a esta dependencia en todos los ámbitos de la Universidad, en la región y en el país, e incluso más allá, será una realidad.

Pedro María Molina Márquez Archivo Histórico ULA

Artículos

De izquierda a derecha: Enrique Hernández D´ Jesús, Carlos Contramaestre, Rafael Angel Gallegos Ortiz, Ramón Palomares y Alfonso Cuesta y Cuesta, en el Bautizo del Libro Adiós a Escuque, publicado por la Dirección de Cultura, el cual hizo acreedor al poeta Palomares al Premio Nacional de Literatura.

Fuente: Colección Fotográfica Archivo Histórico ULA.

15

El Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes 1962-2003.

Roberto Rojas1*

Resumen

La Universidad de Los Andes, como centro pionero de producción y formación en el área cinematográfica, representa un ejemplo sui géneris en el mundo universitario latinoamericano y particularmente venezolano. Reconstruir el devenir histórico del Departamento de Cine de la ULA se hace necesario para entender sus alcances y su legado al cine venezolano. El presente trabajo se propone la catalogación de los filmes producidos y la cronología de los eventos más importantes realizados durante el período enmarcado entre el año 1962, cuando comienza a funcionar el Departamento de Cine –adscrito a la Facultad de Ciencias Forestales– y el año 2003 cuando desaparece formalmente como unidad administrativa al adscribirse a la Escuela de Medios Audiovisuales.

Palabras Clave: Mérida – Cine – Historia – Documentales – Cineastas.

* El Profesor Roberto Rojas es Licenciado en Medios Audiovisuales mención Magna cum laude (2003), Magíster Scienciae en Historia de Venezuela (2011), realizador cinematográfico del largometraje documental Pasión Rojiblanca (2009). Montador de diferentes largometrajes y cortometrajes entre los que se encuentran Mataron a Fausto (2003), La ciudad de los escribanos (2006), No soy de aquí ni de allá (2007), Juntos sí se puede (2008). Docente adscrito a la Escuela de Medios Audiovisuales (2003), Jefe del Departamento de Cinematografía, Video y TV (2010).

Aceptación: Febrero 2011/ Revisión: Mayo 2011/ Finalización: Junio 2011.

16


Asbtract

The University of Los Andes, as a pioneering centre of film production and training, is a sui generis case in Latin American universities and, particularly, in Venezuela. In order to understand the scope and legacy of Venezuelan filmography, it is necessary to reconstruct the historical development of the Department of Film at ULA. This paper aims at listing the films produced and the chronology of the most important events held during the period between the year 1962, when the film department started in the Faculty of Forestry, and the year 2003, when it became an administrative unit, formally ascribed to the School of Audiovisual Media.

Keywords: Merida – Film – History – Documentary – Filmmakers.

1. Primeras iniciativas para una cinematografía universitaria

El primer acercamiento a la producción cinematográfica de la Universidad de Los Andes se hizo con el filme Mérida, Geografía Celeste (1959), película que fue pensada e impulsada por el Rector Dr. Pedro Rincón Gutiérrez y el artista César Rengifo, Director del Departamento de Extensión Cultural de la ULA, para conmemorar el cuatricentenario de la fundación de la ciudad de Mérida, y con el fin de dejar una obra audiovisual para la posteridad. Contó con el apoyo del Ministro de Educación, el merideño Dr. Rafael Pizani, quien delegó la producción de esta obra en el Servicio de Cine y Fotografía del Centro Audio-visual de la Dirección de Cultura y Bellas Artes a su cargo, siendo designado para dirigir el filme el Sr. Pedro Fuenmayor. Asimismo tuvo la participación de algunos miembros de

17

Boletín del Archivo Histórico. ISSN:1316-872X. Año 10. Enero-Junio 2011, Nº 17. Universidad de Los Andes. Mérida - Venezuela. El Departamento de Cine de la ULA (1962-2003)...

la Universidad de Los Andes, principalmente del Dr. Carlos Chalbaud Zerpa, quien fue comisionado por el Rector Rincón Gutiérrez para que fungiera como asesor histórico y cultural, así como adjunto al artista César Rengifo quien escribió el guión de este documental. El filme, en colores, se rodó en formato de 16mm con una duración aproximada de 40 minutos, y recreaba de manera sucinta la historia de la ciudad de Mérida desde su fundación en 1558 por Juan Rodríguez Suárez hasta 1958, cuando esta urbe andina cumplió 400 años.

Participó como utilero Carlos La Cruz, la música fue compuesta por el maestro Rhazes Hernández López, y la interpretación del papel de Juan Rodríguez Suárez, le correspondió al Dr. Carlos Chalbaud Zerpa.1 También formó parte del equipo de apoyo el andinista italiano Franco Anzil, radicado en Mérida desde los años 40, quien durante el rodaje sufrió un aparatoso accidente mientras descendía por un risco en la Sierra Nevada de Mérida.

Uno de los colaboradores de este proyecto cinematográfico fue el Presbítero Eccio Rojo Paredes director del desaparecido diario merideño El Vigilante.

El rodaje del documental tuvo una duración de 8 semanas, con locaciones en Mérida y en pueblos aledaños a la ciudad capital, tales como Lagunillas, San Juan, Bailadores y Mucuchíes. También en la Laguna de Mucubají. La película fue estrenada la noche del lunes 12 de mayo de 19592 en el Auditorio de la Universidad de Los Andes, hoy Teatro “César Rengifo”, en el marco de la Primera Semana Universitaria Pro-conservación y Defensa de los Recursos Naturales Renovables, que se celebró entre el 6 y 13 de mayo. El filme recrea los hitos históricos más significativos en la vida de la ciudad: su fundación, la conquista, la independencia, el paso de Bolívar. También aborda aspectos tales como la universidad, la cultura, el turismo, el alpinismo y la Mérida de 1958. El proceso de revelado, copiado, montaje y sonorización lo realizó la empresa Bolívar Films. Luego del estreno, el filme fue exhibido en varias ciudades del país. En la Biblioteca Nacional se conserva una copia de este importante largometraje, desconociéndose

18


el destino y el número de las otras copias. Esta primera experiencia de una realización fílmica en la ciudad y en la Universidad, marcó una tradición cinematográfica que se ha mantenido vigente hasta nuestro días y que sitúa a Mérida como una de las principales ciudades de Venezuela en el quehacer cinematográfico nacional.

1.1. Departamento de Cine, adscrito a la Facultad de Ciencias Forestales3

(1962)

En 1948, durante la gestión rectoral del Dr. Edgar Loynaz Páez, fue creada la Dirección de Cultura de la Universidad de Los Andes, teniendo como fin la promoción de la cultura a través de la organización de concursos artísticos, exposiciones, charlas, conferencias y programas radiales. Esta dependencia tenía bajo su responsabilidad el Teatro, el Orfeón y la Estudiantina de la Universidad. En 1952, durante el período rectoral de Dr. Renato Esteva Ríos, fue incorporado a esta dependencia el Cine Club Universitario, y en 1955, bajo la administración del Dr. Joaquín Mármol Luzardo, se realizó una restructuración de esta unidad, incorporándosele la coordinación de la Biblioteca Central y los Talleres Gráficos.4

En 1958, con la llegada del período democrático, es designado por el Ministerio de Educación el Dr. Pedro Rincón Gutiérrez como Rector de la Universidad de Los Andes. En el inicio de su gestión transforma la Dirección de Cultura en Departamento de Extensión Cultural, implantando una agresiva política cultural que tenía como premisa el fomento y desarrollo de todas las disciplinas artísticas dentro de la Universidad y extendiendo su alcance a la comunidad merideña.Incorporó a reconocidos intelectuales en la conducción de dichas estrategias, entre los que se encontraban César Rengifo, Rhazes Hernández López, Salvador Garmendia, Oswaldo Vigas y Carlos Rebolledo.

La Universidad de Los Andes comienza a desarrollar su producción cinematográfica propia hacia finales de 1962, al crear el Departamento

19


de Cine5 adscrito a la Facultad de Ciencias Forestales. Esta dependencia estuvo a cargo del cineasta letón Leo Ozols, de reconocida trayectoria en la producción de documentales del género ambientalista, cuyo filme Donde nace el Salto Ángel (1960) fue su más reconocida obra audiovisual. Ozols fue un veterano de la II Guerra Mundial que llegó a Venezuela en 1946 después de haber participado en la resistencia en Letonia contra la ocupación de la Alemania nazi. Se desempeñó como fotógrafo en la recien fundada Facultad de Ciencias Forestales durante los años 1952 y 1953 y posteriormente se trasladó a Caracas donde trabajó como realizador para la incipiente industria de la publicidad venezolana. Paralelamente a esta actividad, se preocupó por la producción de documentales conservacionistas que fueron en su mayoría exhibidos sólo en el exterior. En 1962 conoce al Rector Rincón Gutiérrez, quien lo invita a conducir el Departamento de cine fue esta la primera experiencia laboral del Sr. Ozols en la Univerisdad de Los Andes. Hemos de advertir que el decreto de creación del Departamento de Cine de la Facultad de Ciencias Forestales no se encuentra en los archivos oficiales, sólo aparece el nombramiento del Sr. Ozols en fecha 1 de octubre de 1962, sustentándose en la petición del entonces decano de Ciencias Forestales Ing. Carlos Liscano al Consejo Universitario, en la que se lee la frase que sirvió de justificación para su contratación: “solicitar el nombramiento del señor Leo Ozols, como Técnico del Departamento de Cine que esta Facultad está estructurando atendiendo a los planes que al respecto tiene el señor Rector.”6 Queda así en evidencia que la paternidad de la idea de la creación del Departamento de Cine corresponde al Rector Pedro Rincón Gutiérrez. Por otra parte, en el informe del Decano de Ciencias Forestales Ing. Carlos Liscano correspondiente al año 1962, se hace notar su colaboración con el Rector en la creación de la mencionada dependencia. Luego, en el año 1963, el Departamento de Cine aparece con previsión presupuestaria de ese período con la denominación de Laboratorio de Cine.7 El monto asignado ascendió a mil ochocientos bolívares, que representaban el sueldo mensual del Sr. Ozols, según el decreto rectoral de fecha 14 de noviembre de 1962 Esto significa que la única persona empleada en el Departamento de Cine fue para ese momento el Sr. Leo Ozols.

20


Por Resolución del Consejo Universitario de 18 febrero de 1963, se aprueba el Reglamento de Cátedras y Departamentos de la Facultad de Ciencias Forestales8; el mismo incluia el organigrama estructural de dicha facultad, con los diferentes laboratorios creados entre ellos el Laboratorio de Cine, denominación formal del Departamento de Cine.

Durante el período octubre de 1962 a diciembre de 1965, en el que estuvo el Sr, Ozols al frente del Departamento de Cine, se logró realizar con escasos recursos técnicos y financieros una serie de documentales ambientalistas con fines docentes y otros de género científico; igualmente se produjeron reportajes sobre el potencial turístico del estado Mérida y un par de filmes para el Ministerio de Obras Públicas. En total llegarían a realizarse en este Departamento de Cine cerca de 15 documentales, la mayoría con fines científico-docentes.

Uno de los más destacados proyectos fue la serie documental La Historia de la Vida (1963-1964) basada en el libro homónimo del conservacionista Arturo Eichler, quien fue profesor adscrito al Instituto de Geografía y de Conservación de los Recursos Naturales Renovables. El proyecto de la serie estuvo constituido por 7 capítulos que se denominaron así:

No. 1 Nuestro hogar terrestre No. 2 Conservando nuestros suelos No. 3 El Agua, un recuso vital No. 4 El verde mundo de las plantas No. 5 La vida animal que anima nuestra tierra No. 6 Los recursos del reino mineral No. 7 El Hombre, constructor de su futuro

Estos filmes sobre educación y conciencia ambientalista nunca llegaron a realizarse, pues no se contó con el financiamiento requerido debido a los recortes presupuestarios que sufrió la universidad para esos días. Algunos de los filmes culminados por Ozols fueron: Luces hacia el bosque, Auto estimulación en ratas, La cátedra de clínica urológica y Un día en Mérida.9 Estas películas se correspondian con la idea

21


de centro de producción de cine científico que tenía Leo Ozols. El proyecto planteando por él a la Facultad de Ciencias Forestales consistía principalmente en convertir a la Universidad de Los Andes en el mayor centro de producción cinematográfica con fines científicos de Venezuela, tratando de emular dos importantes centros fílmicos científicos del mundo, el Instituto Gottigen de Cine Científico en Alemania y la Film Board en Canadá. Las perspectivas que suponía Ozols que podía alcanzar la ULA con su centro de producción de cine, las narraba de esta manera:

En la Universidad de Los Andes se está creando un departamento de cine que servirá para toda la Universidad, sin discriminación de facultades y con miras de poder realizar en el futuro trabajos también para otras entidades científicas. Este paso dado por la Universidad de Los Andes, bien pudiera ser el preludio de la centralización de los servicios cinematográficos en el campo científico y de investigación, eliminando así las inversiones paralelas en la adquisición de equipos, el mantenimiento de los mismos y el gran número de técnicos que no siempre están a la altura de sus obligaciones, pero que tienen que ser empleados por lo bajo de los presupuesto de que cada una de las facultades puede disponer. 10

Después de tres años al frente del Departamento de Cine, decide renunciar en diciembre de 1965, pues la escasez de recursos financieros y técnicos, hizo inviable la continuación del proyecto. Dejaría como legado algunos documentales y el primer libro sobre cine editado por los Talleres Gráficos de la ULA, El Cine. Sublime sueño (1965), con un tiraje de 2.000 copias; igualmente dejaría inacabado un importante documental que había encargado el Ministerio de Agricultura y Tierras a la Universidad de Los Andes.

Los equipos que fueron adquiridos para el Departamento de Cine en su etapa inicial consistieron en: Una cámara 16mm de fabricación suiza marca BOLEX eléctrica con magazín de 100 pies para filmar 3 minutos; una moviola de 16mm; una cámara 16mm marca BOLEX de cuerda para filmar 26 segundos; un trípode marca MICHELL y un grabador monofónico de sonido en cinta magnética marca APEX. Todos estos

22


equipos se pueden ser considerados como semiprofesionales pues las cámaras no podían registrar más de 3 minutos de filmación y el sonido no podía sincronizarse con la imagen, debido a que las cámaras carecían de reloj de cuarzo, elemento indispensable para el correcto registro fílmico.

En 1965 asumió la Dirección de Cultura de la Universidad de Los Andes el artista plástico Oswaldo Vigas, quien había cultivado una importante amistad con el Rector Rincón Gutiérrez cuando ambos coincidieron en la Facultad de Medicina en 1951, mientras Vigas cursaba estudios iniciales en esta carrera, los cuales culminaría en la Universidad Central de Venezuela. Con la llegada de Vigas se redimensiona la política cultural de la ULA, y el cine adquiere un importante lugar en esta etapa. En primer término al salir Ozols en diciembre 1965,Vigas decide adscribir el Departamento de Cine a la Dirección de Cultura, invitando a conducirlo al cineasta español Miguel San Andrés, quien es nombrado Director por el Rector Rincón Gutiérrez el 16 de marzo de 1966. En segundo lugar, se hace una importante inversión de 13.600 bolívares11 para dotar al Auditorio Universitario de un sistema profesional de proyección de cine en 35mm CINESCOPE con una nueva pantalla y sistema de sonido, instalados en julio de 1966 por la empresa AVILA FILMS de Caracas, propiedad del Sr. José Agustín Catalá. Miguel San Andrés realizó un informe-inventario12 de los equipos que existían en el Departamento, llegando a la conclusión de que no eran los idóneos para realizar la constante producción de cine que era demandada desde la Dirección de Cultura. Recomendó la adquisición de una cámara profesional de cine de formato 35mm, basándose en razones técnicas y de costos.

A finales de 1964 el Ministerio de Agricultura y Cría había contratado a la Universidad de Los Andes, por intermedio de Departamento de Cine de la Facultad de Ciencias Forestales, para la realización de un documental sobre los parques nacionales y reservas forestales en Venezuela. Entre las exigencias del Ministerio estaba el que la película fuera en colores, Ozols comenzó a filmar con la precarias cámaras BOLEX de 16mm, con una película KODAK Ektacrome, que no podía

23


revelarse en Venezuela sino en EE.UU; por supuesto que esto elevaba los costos de producción del filme, los cuales no fueron estipulados en el presupuesto inicial. Al salir Ozols del Departamento quedaría pendiente la culminación del contrato encargo hecho con el Ministerio de Agricultura y Cría.

El Sr. Miguel San Andrés asumió la responsabilidad. En su primer informe como Director, dirigido al Rector Rincón Gutiérrez afirmó que la película 35mm Color sí podía revelarse en los laboratorios cinematográficos existentes en Venezuela, razón de mayor peso para la adquisición de la cámara 35mm. El costo de este equipo de filmación profesional alcanzó los 20.000 bolívares y consistió en una cámara profesional 35mm ARRIFLEX modelo 2C con 2 magazines 400 pies, juego completo de óptica marca AGENIUX, trípode con cabezal marca MILLER, grabador portátil de sonido NAGRA, y varios micrófonos AKG.

Durante el período en que estuvo el Sr. San Andrés se logró culminar la película Promesa del Futuro (1966), contratada por el Ministerio de Agricultura y Cría, según consta en informe13 entregado al Rector Rincón Gutiérrez, a plena satisfacción de la Dirección de Recursos Naturales de dicho ministerio.

Otro de los logros importantes del Sr. Miguel San Andrés, lo constituyó la firma de un convenio14 de coproducción y colaboración entre la Universidad de Los Andes y la empresa cinematográfica radicada en Caracas ÁVILA FILMS, aprobado por el Consejo Universitario en su sesión del 28 de febrero de 1967. En el mismo se estableció que la Universidad se encargsba de la realización de la filmación de los documentales e informativos sobre la región de influencia de la ULA, y la empresa AVILA FILMS participaba en el revelado, copiado, montaje, sonorización y distribución en las salas de cine y televisoras nacionales, para la difusión del acontecer ulandino y su labor de extensión en las comunidades de los Andes venezolanos. De este convenio surgió la propuesta por parte de ÁVILA FILMS de producir un documental sobre la Universidad de Los Andes y su relación con el entorno geográfico.

24


El proyecto de este documental fue enviado a Mérida con el guión y se le adjuntó una comunicación de significativa relevancia de carácter confidencial, enviada por el Sr. José Agustín Catalá al Rector Pedro Rincón Gutiérrez, donde le proponía15 que la realización del documental fuese encargada al cineasta venezolano Carlos Rebolledo, quien acababa de culminar el documental Pozo Muerto (1966). Incluso Catalá llegó a sugerir el sueldo que podía asignárselo a Rebolledo y solicitó al Rector la autorización para iniciar conversaciones con el referido cineasta. La iniciativa del Sr. Catalá produjo inmediatos resultados, pues el 15 de abril de 196716 fue contratado como adjunto a la Dirección de Cultura el cineasta Carlos Rebolledo con una remuneración mensual de 3.300 bolívares.

Seguramente la llegada de Rebolledo creó tensión con el Sr. San Andrés, quien tras un lapso de un año decide renunciar a la jefatura del Departamento de Cine,17 notificando por vía escrita que la decisión se debió a la oferta de empleo hecha desde la unidad fílmica del naciente Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (INCIBA), que estabaencabezado por la realizadora Margot Benacerraf, para la producción junto al cineasta Luis Armando Roche de varios documentales sobre las tradiciones religiosas andinas. Entre los documentales que produjo con el INCIBA se encuentra uno sobre la Virgen de la Candelaria, festividad que se realiza en la población de La Parroquia, estado Mérida. Es importante acotar que el Sr. San Andrés había recibido del Dr. Chalbaud Zerpa,18 quien fungía para la fecha como Director de Turismo de nuestra entidad regional, la recomendación de filmar dicha festividad. Queda la duda sobre las razones por las cuales Miguel San Andrés no realizó dicho documental para la Universidad de Los Andes y sí para el INCIBA; suponemos que la llegada a Mérida de Carlos Rebolledo, le hizo desistir de la idea de seguir produciendo en la ULA, y decidió continuar el trabajo en el INCIBA.

Tras la salida del Sr. Miguel San Andrés del Departamento de Cine en junio de 1967, asume la jefatura de dicha dependencia el Sr. Carlos Rebolledo, quien llega con la misión inicial de producir el documental sobre la ULA y su entorno, proyecto que fue modificado en colaboración

25


con el escritor Salvador Garmendia19 Director de Publicaciones de la Universidad de Los Andes nombrado ese mismo año. La propuesta en cuanto a la política cinematográfica para la ULA porpuesta por Carlos Rebolledo al Rector Rincón Gutiérrez, estaba más acorde con la realidad documental y de producción cinematográfica de la década de los años 60 del siglo XX. Enmarcaba tres ideas claras a realizar por la Universidad de Los Andes:

1. Realización de dos noticieros informativos cinematográficos sobre el acontecer de la ULA, de una duración aproximada de 5 minutos y con una frecuencia mensual, para ser transmitidos tanto en las salas de cine nacionales, como por los canales nacionales Televisora Nacional y Venevisión, los cuales ofrecieron a la ULA un espacio semanal de divulgación.

2. Producción del documental sobre la ULA proyectado por ÁVILA FILMS y para el cual se incorporó Rebolledo, pero acotando que el tiempo de ejecución podría exceder de los dos meses planificados por AVILA FILMS, también planteó la modificación de la estructura del guión que ya estaba escrito y propuso la entrega de un nuevo argumento, escrito por él mismo y Garmendia, para ser presentado a mediados de octubre de 1967.

3. Formación de personal especializado para el apoyo de las labores de producción del Departamento de Cine. Esta propuesta vino a ser la primigenia idea de una Escuela-Taller de técnicos cinematográficos dentro de la Universidad de Los Andes. Las pretensiones de Rebolledo no eran muy ambiciosas, pues planteaba la formación de cuatro personas al año, dentro de un esquema de producción continuo en el Departamento.

Una de las propuestas hechas por Rebolledo fue la de cancelar cualquier intento de producir documentales científicos dentro del Departamento de Cine, pues consideraba que los costos de producción de dicho género documental no podían ser cubiertos por la ULA. Propuso que se activara una cinemateca especializada en cine científico, alimentada por la gran producción de estos filmes que se realizaba en Europa y los EE.UU. los cuales no resultaban costosos.

26


Al incorporarse Rebolledo a la Dirección de Cultura de la ULA también propuso traer al reconocido fotógrafo Abigail Rojas, para que trabajara como camarógrafo y fotógrafo en el Departamento de Cine, pues la Universidad carecía del personal calificado en el área cinematográfica. Rojas había colaborado como director de fotografía con Rebolledo en la realización de los documentales La casa natal del Libertador (1964) y Arquitectura y urbanismo en Caracas (1965). Los contactos estuvieron muy adelantados,20 fijándose incluso el sueldo a devengar, esperándose su incorporación al Departamento de Cine para octubre de 1967. A su llegada se iniciaría la filmación del documental sobre la universidad. Finalmente no se incorporó el fotógrafo Rojas, quedando paralizada la producción del documental. Era urgente la incorporación de un director de fotografía al Departamento de Cine, pues Rebolledo prefería dirigir y trabajar con un camarógrafo/director de fotografía. Para tal fin viajó a Caracas, logrando contactar al camarógrafo uruguayo residenciado en Venezuela Jorge Solé, quien llegó a Mérida a finales de 1967 para ser contratado formalmente por la Universidad a partir de enero de 1968.

1.2. Primera Muestra de Cine Documental Latinoamericano (1968)

El artista plástico valenciano Oswaldo Vigas, quien había iniciado sus estudios de Medicina en la Universidad de Los Andes, culminándolos en la Universidad Central de Venezuela, sería invitado por el Rector Rincón Gutiérrez para asumir la conducción del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad. Fue designado el 13 de mayo de 196521 y ocuparía el cargo hasta diciembre de 1969. En su segundo año de gestión, en 1966, realizó una importante adquisición de equipos de proyección cinematográfica con el sistema CINEMASCOPE que fueron instalados en el Auditorio de la Universidad, en el Edificio Central del Rectorado. Posteriormente incorporó a la Dirección de Cultura los equipos cinematográficos que quedaban en la Facultad de Ciencias Forestales. Con el fin de organizar y darle una dimensión diferente al quehacer cinematográfico de la Universidad de Los Andes, trajo al cineasta español residenciado en Venezuela Miguel San Andrés,

27


quien fue nombrado jefe del Departamento de Cine, cargo que ejerció por dos años. Renunció en junio de 1967 y lo sucedió el cineasta venezolano Carlos Rebolledo en agosto de 1967. Antes de incorporarse al Departamento de Cine, Carlos Rebolledo asistió al Primer Festival de Cine de Viña del Mar (1967) con su película Pozo muerto (1966); allí coincidió con un grupo de cineastas latinoamericanos provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Chile, México, Perú, Uruguay y Venezuela. El gran premio PAOA fue para el filme Manuela (1966), de Humberto Solas, de Cuba. En el marco de este Festival se realizó el Primer Encuentro de Cineastas Latinoamericanos; allí se estructuró el grupo denominado Comité de Cineastas de Latinoamérica, movimiento que conformó años después la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Convergió en ideología y pensamiento una generación de realizadores que empuñaron una cámara para hacer la revolución. De toda esta experiencia quedó tan prendado Rebolledo que decidió convencer a Oswaldo Vigas y al Rector Rincón Gutiérrez para la organización en la ciudad de Mérida de la Primera Muestra de Cine Documental Latinoamericano. El momento propicio se dio cuando se estructuró una comisión organizadora para la realización del Primer Festival Internacional de Música de Mérida, que congregó en la ciudad durante el mes de septiembre de 1968 a un grupo de los más representativos intérpretes y agrupaciones del mundo de la música académica.

La realización del Primer Festival Internacional de Música y la Primera Muestra de Cine Documental Latinoamericano, fueron aprobadas por el Consejo Universitario en su sesión ordinaria de 3 de abril de 1968.22 También se aprobó un aporte de cien mil bolívares como participación de la Universidad de Los Andes para el presupuesto total de dicho evento, que además contó con la contribución de la Gobernación del estado y el Concejo Municipal de la ciudad de Mérida. Integraron el comité organizador Oswaldo Vigas, Carlos Rebolledo, Jesús Rondón Nucete, Marcos Miliani, Román Eduardo Sandia, Luis Alfonso Pino y Salvador Garmendia.

28


Carlos Rebolledo concedió a la revista venezolana de crítica cinematográfica Cine al Día, una extensa entrevista donde explicó cómo se estructuró la Muestra y su justificación. Con los recursos obtenidos para la realización del Primer Festival de Música de Mérida, se logró organizar de manera paralela la Muestra de Cine, pues según Rebolledo, si se hubiese buscado financiamiento para realizar el evento cinematográfico no hubiese sido posible conseguirlo pues el cine no estaba incluido entre las estructuras tradicionales de la gestión cultural.

Para los eventos, que se realizaron en Mérida en el mes de septiembre de 1968 aportaron recursos la Universidad de Los Andes, la Gobernación del estado Mérida, la Asamblea Legislativa, la Corporación de los Andes (CORPOANDES), el Concejo Municipal de la ciudad de Mérida, el INCIBA y la Oficina Central de Información (OCI). El presupuesto total recaudado de los aportes de los diferentes entes públicos y privados para los dos eventos consecutivos, alcanzó la cifra de 275.000 bolívares, además se consiguió el apoyo de varias empresas ligadas al sector turismo, hoteles, agencias de viajes y restaurantes, que contribuyeron en la atención de todos los invitados y participantes al Festival de Música y a la Muestra de Documentales. Una de las más convincentes justificaciones que dio Rebolledo para que se realizara la Muestra, se sustentaba en la carencia de espacios de proyección y exhibición en Latinoamérica para el cine producido en el continente. En Europa se había despertado el interés por el cine producido en estas latitudes, lo que dio origen a la organización de diferente festivales en Francia e Italia principalmente.

Margot Benacerraf, Joris Ivens y Nelson Pereira Do Santos, fueron pensados inicialmente como jurados de la Muestra, aunque posteriormente se estructuró un equipo diferente pues ninguno de los nombrados podía asistir a la ciudad de Mérida para la fecha prevista dado que ya habían asumido otros compromisos. El comité de selección lo conformaronn Margot Benacerraf, Alfredo Roffé, Daniel Oropeza, Antonio Pasquali, María Teresa de Otero y Rodolfo Izaguirre, este último finalmente formó parte del jurado de la Muestra.

29


A través de las embajadas de Venezuela en los diferentes países latinoamericanos, se divulgó un folleto con la convocatoria para la Primera Muestra de Cine Documental Latinoamericano; también fue publicada en la revista Cine al Día Nº. 4 del año 1968. Rebolledo presentaba el evento con las siguientes palabras:

América Latina está saliendo de su obligado mutismo, para hablarle al resto de la humanidad en todas las formas posibles de la comunicación: con los hechos, con la palabra escrita o hablada y por último con la imagen impertinente del cine. Nadie podría sospechar, hasta hace unos pocos años, que toda una brigada de cineastas se lanzaría al asalto de la realidad latinoamericana para obligarla a decir por ella misma, sin más intermediario que el coraje, nuestra tremenda dificultad de ser. Ahora en Brasil, México, Chile, Bolivia, Colombia, Perú, Argentina, Uruguay, Venezuela y otros países, un grupo de cineastas jóvenes, provistos de equipos elementales y mezquinos la más de las veces, está demostrando la capacidad de este continente de alcanzar su plenitud. Pero todavía no es suficiente. A los mecanismos de distribución manejados en detrimento del cine latinoamericano, se une hoy la imposibilidad casi metafísica de ver desarrollarse, en uno de nuestros países, un encuentro de filmes y cineastas para confrontar obras y problemas. La Primera Muestra de Cine Documental de América Latina, a celebrarse en Mérida entre el 21 y el 29 de Septiembre de 1968, quiere paliar modestamente los efectos ya señalados y convertirse en el futuro, gracias al esfuerzo de todos, en una contribución perdurable a los pueblos de Latinoamérica23.

Inicialmente la convocatoria no tuvo la acogida esperada por Vigas y Rebolledo. Buscando captar películas para la muestra, Oswaldo Vigas le solicitó al Rector Rincón Gutiérrez24 autorizar a Rebolledo para realizar un viaje por diferentes ciudades del continente suramericano con el fin de invitar personalmente a los realizadores más importantes del llamado Nuevo Cine Latinoamericano y enviar sus películas por valijas diplomáticas según lo convenido con el Ministerio del Relaciones Exteriores. Igualmente se contó con el importante apoyo desde la ciudad de Roma de Tarik Souki,25 quien había sido enviado por la ULA a cursar estudios en el Centro Experiméntale de Cinema de aquella ciudad. Souki sirvió de enlace ante un grupo de importantes

30


cineastas latinoamericanos que estaban en Italia con motivo de los festivales latinoamericanos que se efectuaron en 1968 en la ciudades de Locarno y Pésaro, entre los que se encontraban Fernando Birri, Fernando Solanas, Maurice Capovilla y Glauber Rocha; igualmente se contactó al italiano Guido Aristarco, crítico y teórico de cine, como miembro del jurado de la Muestra. Mientras se efectuaban las diligencias de Rebolledo y Souki, viajó a Caracas Jorge Solé para contratar a un segundo camarógrafo, responsabilidad que recayó en Roberto Siso, quien se formó en la experiencia colectiva audiovisual Imagen de Caracas (1967); también se alquiló a la casa de servicios audiovisuales LAFFER una cámara ECLAIR 16mm para cubrir los acontecimientos del Festival Internacional de Música de Mérida y la Primera Muestra de Cine Documental Latinoamericano.

Pensando en la posibilidad de realizar una nueva edición del Festival y de la Muestra, se filmó un micro promocional con el fin de buscar patrocinio, pero nunca se llevó a cabo. El proceso de laboratorio de este micro promocional se efectuó en Duahrd Studios en la ciudad de Nueva York, por ser mejor el servicio cinematográfico y permitir que el material tuviese una calidad estándar de cine para proyectarse en cualquier lugar del mundo.

La diligencias de Rebolledo visitando ciudades de Latinoamérica y los contactos hechos por Souki alcanzaron un excelente resultado. Llegaron a Mérida cerca de 40 cineastas de toda América Latina para la Muestra entre el 21 y el 29 de septiembre de 1968, además de un importante grupo de periodistas, críticos y académicos interesados en documentar el evento. Debates y acaloradas discusiones se produjeron después de cada proyección; las películas tocaron la fibra de los espectadores logrando despertar una nueva manera de ver nuestra realidad; el cine documental latinoamericano caminaba por una misma vía. Varios realizadores venezolanos participaron en la muestra: Juan Santana, Luis Armando Roche, Donald Mayerston y Jesús Enrique Guédez.

La conmoción creada por la película de La hora de los hornos (1967) llegó a tal punto, que después de su proyección los estudiantes

31


salieron a la calle produciendo alteraciones del orden público, con quema de cauchos y enfrentamientos con la policía26. Bajo este impacto visual se llegó al día del cierre de la Muestra, que se realizó en el Aula Magna de la Universidad. El jurado calificador integrado por Guido Aristarco (Italia), Rodolfo Izaguirre (Venezuela), José Agustín Mahieu (Argentina), José Wainer (Uruguay) y Marcel Martín (Francia) designó los siguientes ganadores: a la pionera realización del Grupo Cine Liberación, La hora de los hornos (1968) el premio de la Cinemateca Nacional; el premio Rectorado de la Universidad de Los Andes al conjunto de la obra del boliviano Jorge Sanjinés; el premio Universidad Nacionales al conjunto de la obra del cubano Santiago Álvarez; igualmente se acordó entregar varias menciones especiales: a la película Me gustan los estudiantes (1967) del uruguayo Mario Handler; al filmeOllas populares (1967) del argentino Gerardo Vallejo y a la película colectiva mexicana Testimonios de una agresión (1967). Sin duda lo presentado en pantalla, con el crisol del cine militante y comprometido, marcó el camino conceptual den lo que vino a ser la nueva etapa del Departamento de Cine, adscrito directamente al Rectorado de la Universidad de Los Andes según comunicación rectoral del 15 de noviembre de 1968, cuando todavía los cauchos humeaban en las calles de Mérida. El Rector Rincón Gutiérrez, expresaría, en el catálogo de presentación de las primeras producciones del Centro de Cine Documental de la Universidad de Los Andes, las directrices conceptuales del mismo:

Será una tarea encaminada a proporcionar una visión más clara de lo que es Venezuela, que contribuya a rescatar a nuestro país del subconocimiento, clara expresión de una situación de dependencia. Queremos hacer documentales que nos incluyan en la tarea de desmitificar América Latina y Venezuela en particular27

Finalmente el nombre que se le dio al Departamento de Cine en su nueva etapa fue el de Centro de Cine Documental de la ULA; dicha denominación no cristalizó formalmente en las instancias administrativas, conservando el nombre de Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes que poseía desde su primera etapa en la Facultad de Ciencias Forestales.

32


2. Transformación del Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes (1969)

2.1. Replanteamiento del Departamento de Cine y de su estructura organizativa.

Carlos Rebolledo llegó a mediados de 1967 a la ciudad de Mérida para reconducir el Departamento de Cine de la ULA; lo acompañó desde noviembre, como camarógrafo, el uruguayo Jorge Solé, junto a Ramón Arellano y Ubaldo Zambrano, quienes ya trabajaban en la Dirección de Cultura de la Universidad de Los Andes. Esta pequeña unidad de producción estaría compartiendo los espacios que ocupaba dicha dependencia cultural en una vieja casona de la Av. 3 de la ciudad de Mérida y sería el germen para la refundación del Departamento de Cine. Pasada la Primera Muestra de Cine Documental Latinoamericano, el Rector Rincón Gutiérrez decreta, el 15 de noviembre de 196828 la adscripción del Departamento al Rectorado con un presupuesto inicial de funcionamiento para el año 1969 de Bs. 304.039,29. A partir de ese momento se comenzó a llamar de manera cotidiana Centro de Cine Documental de la Universidad de Los Andes, denominación que se planteó con el fin de deslindarse del Departamento de Cine que venía funcionando desde mediados de 1962 en la Facultad de Ciencias Forestales y posteriormente se adscribió a la Dirección de Cultura. Pero se puede inferir que la denominación de Centro de Cine Documental se quedo en nominal y no se oficializó, pues en todas las comunicaciones y oficios que intercambiaron autoridades de la Universidad de Los Andes con Carlos Rebolledo como director de esa dependencia, se

33


le siguió llamando Departamento de Cine. En resumen, se puede concluir que el inicio del Departamento de Cine está en la Facultad de Ciencias Forestales, destacándose que la diferencia sustancial a partir de 1969 fue la incorporación de un equipo de trabajo , la ampliación de la producción, la adaptación a la realidad fílmica latinoamericana, y la formación de personal técnico cinematográfico, dejando de ser una dependencia conformada por una sola persona, como lo había sido en primer lugar con Leo Ozols, posteriormente con Miguel San Andrés y por último con Carlos Rebolledo.

En su primera etapa al frente del Departamento de Cine en los años 1967 y 1968, Carlos Rebolledo confronta dificultades por la carencia de espacio, equipos y personal técnico de apoyo. Luego de reflexionar sobre las limitaciones de producción que afrontaba el proyecto del Departamento de Cine convence al Rector Rincón Gutiérrez y al Director de Cultura Oswaldo Vigas para que el Departamento se instale en la ciudad de Caracas. Las conversaciones sostenidas por Rebolledo con la Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela, con el INCIBA y con la Cinemateca Nacional para conseguir apoyo financiero y logístico en la aventura de instalar el Departamento en la capital de la República, terminaron de convencer al Rector. La totalidad del personal que se encontraba adscrito al Departamento de Cine se mantuvo en Mérida hasta febrero de 1969, cuando viajan a la ciudad de Caracas Carlos Rebolledo y Jorge Solé dejando como enlace en Mérida a Ubaldo Zambrano, Ramón Arellano y Manuel Marquina.

En esa primera etapa en Mérida, que precede a la reestructuración del departamento, se producen los reportajes Noti-ULA 1 y 2 (1968) dirigidos por Carlos Rebolledo y Jorge Solé, los cuales versan sobre las actividades académicas, culturales, deportivas, recreativas y de extensión en la Universidad de Los Andes y el documental ULA Andes (1969) dirigido por Carlos Rebolledo con la cámara de Jorge Solé, sobre las relaciones que la Universidad mantiene con su entorno geográfico y cultural. Además se realiza la filmación de la primera corrida de toros en la Plaza Monumental de Mérida con motivo de las ferias en honor a la Virgen de la Inmaculada en diciembre de 1967 y

34


el registro del IX Campeonato Nacional Juvenil de Fútbol realizado en esta ciudad en 1969, donde la oncena representativa del estado Mérida se alzó con el campeonato. El documental ULA Andes (1969) de 13 minutos de duración, venía gestándose desde el año 1966 cuando se firmó el convenio de cooperación entre la ULA y la empresa AVILA FILMS de Caracas, propiedad del Sr. José Agustín Catalá. Este filme sería así, el factor determinante de la llegada a Mérida del cineasta Carlos Rebolledo, transcurriendo tres años desde la idea hasta su culminación.

2.2. Localización en Caracas e infraestructura técnica.

Rebolledo llega a la ciudad de Caracas junto con Jorge Solé en febrero de 1969 y de inmediato realiza las gestiones para ubicar un espacio adecuado donde instalar el Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes, consiguiendo arrendar en el mes de abril, en el sector El Rosal, una quinta llamada Yliana, en la calle el Retiro.30 Una vez instalados deciden comenzar la búsqueda de personal para integrarlo al proyecto, incorporando a un grupo de personas en su mayoría provenientes de la experiencia del proyecto Imagen de Caracas, obra coral multiartística concebida entre otros por el artista plástico Jacobo Borges, ideada con motivo de la celebración del Cuatricentenario de la fundación de la ciudad de Caracas y que sirvió como primera escuela experimental de cine en Venezuela. Llegaron Roberto Siso, Alberto Torrijas, Donald Mayerston, Alberto Monteagudo, Fernando Toro y Manuel Marquina; este último se trasladó a Mérida para formar equipo con Ubaldo Zambrano y Ramón Arellano. Como técnico del laboratorio cinematográfico se contrató al chileno Américo Dendien; de igual manera se incorporó, por iniciativa de Jorge Solé, el también uruguayo UgoUlive, quien tenía experiencia en la realización cinematográfica con obra realizada en Uruguay; llegó a Venezuela después de trabajar por varios años en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica de Cuba (ICAIC).

Desde el comienzo el Departamento de Cine se convirtió en escuela para los jóvenes que se iniciaban en este trabajo, de la mano de Rebolledo,

35


Solé y Ulive, quienes iban adentrando a los noveles cineastas en los secretos del arte cinematográfico: fotografía, cámara, edición, sonido, montaje, revelado y copiado; el cine se aprendía haciendo, rodando, quemando pies de película.

El primer trabajo fílmico em que se involucra el Departamento de Cine es una propuesta del Donald Mayerston sobre los movimientos de protesta estudiantiles que se llevaron a cabo en las universidades autónomas venezolanas con sede en Caracas, Mérida y Valencia; este proyecto se tituló Renovación (1969) y se involucraron activamente en su realización Alfredo Anzola y Fernando Toro. Paralelamente a este proyecto se plantea la producción de otros documentales para participar en el Segundo Festival de Viña del Mar en Chile (1969). Así culminaron varias realizaciones fílmicas que viajaron al sur del continente: Basta (1969) y Diamantes (1969) de UgoUlive; T.V. Venezuela (1969) de Jorge Solé y Renovación (1969) de Donald Mayerston.

La película Basta la concibió Ulive para representar semiológicamente el impacto que le causó por su llegada a Venezuela, mostrando imágenes muy fuertes pocas veces vistas:

Se trata de un filme de no ficción que, a través de la analogía con una autopsia, intenta mostrar la realidad oculta bajo un progreso superficial, incluida la antítesis encarnada en los guerrilleros. Los planos realizados en la morgue aproximan este filme al clásico The Act of Seeing with One’s Own Eyes de Stan Brakhage, que es una cinta posterior (1971), con la salvedad de que la de Ulive es más soportable porque fue rodada en blanco y negro, y la secuencia en la que la cámara persigue agresivamente a un paciente en un hospital psiquiátrico continúa siendo de antología.31

El mismo Ugo Ulive se refiere a su filme en los siguientes términos:

Yo quería experimentar con la crueldad, con el hecho de que el cine no sea una cosa amable al espectador, sino que lo confronte, que le haga sentir su pasividad. Que busque hasta el rechazo del espectador. Algo inusual.32

36


La película T.V. Venezuela denuncia, con un tratamiento creativo, el proceso de alienación cultural del televidente venezolano y la dependencia extrema respecto de las grandes corporaciones de medios estadounidenses que manejan el mercado mundial de la información. Principalmente utiliza dibujos animados, collages, entrevistas, titulares de prensa, cuñas publicitarias. La integración a la narración de los recursos propios del material denunciado, le dan una fortaleza discursiva al filme que permite contrarrestar los mensajes alienantes y desnudar las verdaderas intenciones de los monopolios comunicacionales. Con los recursos técnicos disponibles se lograron terminar cuatro documentales para participar en el Festival de Viña del Mar de 1969, mostrándole al movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano la propuesta surgida desde la Universidad de Los Andes para generar en Venezuela un apoyo institucional a la realización crítica del denominado cine militante o de denuncia, suscitando admiración por el Departamento de Cine de la ULA y el esfuerzo hecho por esta casa de estudios superiores, visto a través de la cosecha recogida en el evento chileno.

En su primer año de actividades en Caracas el Departamento de Cine-ULA, realiza 8 documentales de diferentes temáticas, mostrándose como una dependencia cultural prolífica33 y aprobando con nota sobresaliente el objetivo inicial trazado tras su transformación Los filmes producidos son:

Microscopía electrónica Donald MayerstonBasta UgoUlive

T-Venezuela Jorge SoléDiamantes UgoUliveRenovación Donald Mayerston

Caracas, dos o tres cosas UgoUliveULA - Universidad Carlos Rebolledo - Jorge Solé

Cerámicas de Los Guáimaros Alberto TorrijasSanta Teresa (co-producción) Alfredo Anzola

Con estas películas, el documental venezolano se institucionaliza dando coherencia a las ideas surgidas sobre la necesidad de realizar un cine

37


auténtico y propio, convergiendo visiones de diferentes autores con un mismo fin: retratar la realidad y utilizarla como arma de combate frente el sistema.

En esta etapa de la sede de El Rosal, se tiene un pequeño laboratorio manual para procesar películas de 16mm blanco y negro. El Departamento de Cine había adquirido antes de la mudanza a Caracas dos cámaras 16mm ECLAIR de fabricación francesa; un par de grabadores de sonido NAGRA III; una pequeña moviola vertical, que junto con dos cámaras de cuerda BOLEX -equipos heredados del Departamento de Cine de la Facultad de Ciencias Forestales- representaban los dispositivos principales para el registro, revelado y edición de los filmes elaborados. No se contaba con facilidades para la sincronización y mezcla del sonido, teniendo que realizarse todo lo referente al área sonora en los estudios de ÁVILA FILMS.

Durante el segundo año de funcionamiento, la sede de El Rosal se hace insuficiente en cuanto a espacio y en equipos, se alquina entonces un nuevo local ubicado en el sector Maripérez de Caracas; el sitio pertenecía a la empresa ÁVILA FILMS, pequeña productora de cine que contaba con una sala de proyección y un amplio estudio de sonido que permitía finalizar todas las películas en sus propios espacios, salvo el servicio de laboratorio para la copia final con sonido óptico que había que contratarlos. La relación de colaboración entre esta empresa y la ULA databa desde el año 1967 cuando se suscribió el acuerdo de cooperación entre ambas.

El desempeño en la producción para 1970 se redujo a solo 3 películas, debido particularmente a una disminución del presupuesto asignado al Departamento de Cine, lo que conllevó a la renuncia de dos de los principales miembros del personal técnico calificado, los uruguayos Jorge Solé y UgoUlive, quedando esta unidad solo con personal venezolano que en su mayoría, con excepción de Roberto Siso, estaban comenzando en el oficio cinematográfico. Como hecho curioso podemos comentar que Ugo Ulive no volvería a realizar cine, entregándose solo a la dirección de teatro, donde se ha destacado como

38


dramaturgo, actor y director. Cuenta con una trayectoria de más de 40 años en el mundo de las tablas.

Como hecho demostrativo de los grandes vínculos del Departamento de Cine con los movimientos políticos de izquierda en Latinoamérica, está el hecho ue Carlos Rebolledo hubiese acogido al hermano del cineasta y luchador social boliviano Jorge Sanjinés, Eduardo Sanjinés, quien se encontraba en Venezuela exiliado por su militancia política; el mismo fue contratado como asistente de producción.

Las películas finalizadas para el año 1970 fueron:

Medicina rural de Roberto Siso y Donald MayerstonHacia el sur entrañable de Mauro BelloLa autonomía ha muerto de Ramón Arellano y Donald Mayerston

Durante el año 1970 sucedieron dos hurtos de equipos del Departamento, el primero ocurrió en Mérida en octubre, cuando le fue sustraída de su vehículo al funcionario Ramón Arellano una cámara cinematográfica marca CANON de 8mm valorada en 1.880 bolívares. Pero la más lamentable pérdida se suscitó el 15 de noviembre cuando fueron hurtadas dos cámaras de cine de la sede del Departamento en Caracas; los equipos robados fueron una cámara 16mm marca ECLAIR valorada en 22.450 bolívares y otra de 8mm BELIUE valorada en 2.800 bolívares.34 Respecto a esta última pérdida existen testimonios de personas vinculadas en aquel tiempo al Departamento, quienes parten de la idea de que los equipos fueron sustraídos con el fin de ser enviados al movimiento guerrillero uruguayo Tupamaro para la realización de filmes comprometidos que sirvieran para dar a conocer las intenciones del referido movimiento que luchaba contra la represión de los militares uruguayos.

A finales de 1970 el Rector Rincón Gutiérrez, en vista del recorte presupuestario y la pérdida de equipos ocurrida en la sede del Departamento de Cine en Caracas, decide el traslado de la unidad de producción de cine a la ciudad de Mérida. En misiva enviada el

39


2 de febrero de 197135 al Director del Departamento de Cine Carlos Rebolledo, le informa sobre la decisión tomada, acotando las causas que le llevaron a tal determinación, incluyendo el nulo apoyo recibido por parte de la Universidad Central de Venezuela y otros entes públicos, inicialmente comprometidos en apoyar la instalación del Departamento en la capital de la República y luego desentendidos de su oferta durante la permanencia de dicha dependencia en Caracas.

Para la reinstalación del Departamento de Cine se coordinó con el servicio de Ingeniería y Mantenimiento la adecuación de espacios en el recien construido Edificio Administrativo de la Universidad de Los Andes ubicado en la Avenida Don Tulio Febres Cordero. Ocupó inicialmente el tercer piso junto con la Dirección de Cultura, pero al hacerse insuficiente, se decidió instalarlo definitivamente en el séptimo piso.

El año 1970 cerró con la promulgación de la Ley de Universidades, la cual impidió una nueva reelección del Rector Rincón Gutiérrez, que ejercía el cargo desde febrero de 1958; se abrria así una nueva perspectiva en la Universidad de Los Andes marcando otro rumbo a las políticas culturales de la institución. Este año fue de significativa importancia, pues el documental Santa Teresa (1969) dirigido por Alfredo Anzola y coproducido por el Departamento de Cine, obtuvo una mención especial en el Festival Oberhausen en Alemania, siendo el primer galardón obtenido por una película producida por la Universidad de Los Andes.

3.- Instalación del Departamento de Cine en la ciudad de Mérida (1971)

El año 1971 comenzó con la mudanza, del Departamento de Cine, de Caracas a Mérida. En esta nueva etapa continúa bajo la dirección de Rebolledo. Llegan a Mérida Roberto Siso, Donald Mayerston y el joven Freddy Siso quien se había incorporado como aprendiz del laboratorio de cine en la sede de Maripérez bajo la tutela del chileno Américo

40


Dendarién, quien fungía como técnico de laboratorio en Caracas. Se sumaron Manuel Marquina, Ramón Arellano, Ubaldo Zambrano y la Licenciada Zelmira López quien inicialmente fue contratada por la Universidad para la organización del centro audiovisual universitario, incorporándose al Departamento como adjunta a la Dirección. También llegaron Vicencio Pereira para organizar la Cinemateca de la ULA y el cineasta Tarik Souki quien regresó a Mérida tras culminar sus estudios en el Centro Sperimentale de Cinema en Roma, Italia.

El Departamento de Cine comenzó a funcionar en Mérida a partir del mes de abril de 1971 en el tercer piso del Edificio Administrativo; posteriormente se mudó al séptimo piso. Durante este año el presupuesto vuelve a reducirse drásticamente, quedando paralizada la producción fílmica. El monto presupuestario asignado para ese año fue de 255.000 bolívares. El año 1971 finalizó con el gris balance de ninguna película producida,. La labor del Departamento de Cine se materializó precariamente en la confección de un catálogo de filmes de la Cinemateca de la ULA, para la difusión entre la comunidad universitaria y merideña, compuesto principalmente de películas del género documental, y en el exiguo financiamiento de los costos de laboratorio y el servicio de equipos para la producción del documental Salvador Valero (1972) dirigido por Juan Santana.

3.1. Nuevas Autoridades Rectorales y adscripción a la Dirección de Cultura

Durante los primeros meses del año 1972, el Departamento continuó con su labor de difusión, que conllevó a la realización de un curso abierto a todo público para la enseñanza de la fotografía. Entre los meses de abril y junio, Carlos Rebolledo se ausenta de la ciudad de Mérida, para realizar la pre-producción del documental sobre la historia del petróleo en Venezuela titulado Venezuela Tres Tiempos (1975). Al finalizar su permiso decide renunciar a la dirección del Departamento de Cine; lo hace en julio de 1972. Un nuevo recorte presupuestario motivó a Rebolledo a separarse definitivamente del proyecto, pues de un fondo inicial del año 1969 de 304.309 bolívares, se reduce a sólo 226.000 bolívares en el año 1972, habiéndose incrementado la nómina en 50%

41


en tres años, quedando solo 18.000 boívares anuales para financiar los costos de producción, lo que representaba una cantidad de dinero insuficiente para desarrollar proyectos fílmicos.

Asumieron como encargados de la dirección la Licenciada Zelmira López junto con Donald Mayerston, quienes propusieron diferentes iniciativas a las nuevas autoridades rectorales, que habían asumido funciones en septiembre de 1972, para motorizar las actividades de esa dependencia. Destacó la conferencia sobre medios audiovisuales en la educación, en la cual participaron los investigadores en comunicación Antonio Pasquali, Margarita D’Amico y Sergio Facchi, realizada entre los días 24 al 28 de octubre de 1972 en el Auditorio de la Facultad de Medicina. Esta actividad se correspondía con el perfil de la Lic. Zelmira López quien fue traída por la Universidad para organizar el centro universitario audiovisual. También se presentó la propuesta de creación de una revista especializada en medios audiovisuales, para la difusión de los trabajos de investigación sobre cine y televisión. La producción siguió paralizada por la falta de presupuesto; se sumó a esto el cambio de autoridades rectorales de la Universidad al asumir como Rector el jurista tachirense Ramón Vicente Casanova, terminando así una hegemonía de doce años del Dr. Rincón Gutiérrez al frente de la Universidad de Los Andes.

El Rector Casanova, desconociendo la realidad y la dinámica de la Universidad, decide como primera medida administrativa referente al Departamento de Cine adscribirlo a la Dirección de Cultura.36 Cierra el año 1972 con el estreno del filme documental Salvador Valero (1972) de Juan Santana, película coproducida por el Departamento de Cine, que recibió al año siguiente el premio al mejor documental, otorgado por el Concejo Municipal de Caracas.

42


Tarik Souki director del Dpto. de Cine 1974-1984

3.2. Producción fílmica (1974-1979)

Para 1974 el Departamento de Cine, en asamblea general de sus miembros, decide designar como director al cineasta Tarik Souki37, quien era reconocido por todos sus compañeros como el más calificado para dirigir esta dependencia. Durante ese año se incorpora Michel New como camarógrafo y director de fotografía. Donald Mayerston presenta a las autoridades del naciente Núcleo Universitario de la ULA de la ciudad de Trujillo, una propuesta para la producción de un documental sobre el impacto social que tuvo la creación del referido núcleo en la región trujillana. Este documental, que llevaba por nombre Trujillo Antañón, nunca se culminó, pues tras algunas semanas de filmación, Donald Mayerston decide abandonar el proyecto y renunciar a su cargo de empleado en el Departamento de Cine. Bajo la dirección de Souki se replantea la pertinencia del cine militante que se venía gestando en el Departamento de Cine desde 1968. La realidad política de mediados de los setenta mermó el protagonismo de las luchas llevadas a cabo por la izquierda latinoamericana. El derrocamiento de Allende en Chile por parte de los militares con el apoyo de sectores de la derecha; la muerte de Perón en Argentina quien cobijó bajo su gobierno a la izquierda; la derrota de la guerrilla en Venezuela y Bolivia; y el surgimiento en nuestro país de un partido de izquierda como el Movimiento al Socialismo (MAS), que terminó aceptando las reglas de

43


la democracia burguesa al participar en las elecciones presidenciales de 1973, hicieron repensar el camino. Bajo esta coyuntura Tarik Souki, cabeza del Departamento, planteó como manera de acercamiento a la Universidad la producción de material fílmico de interés académico.

En vista del escaso presupuesto con que contaba el Departamento de Cine, se logró una entrevista con el Rector Casanova para solicitarle una mejor asignación económica, participando de esta reunión Tarik Souki como director y Roberto Siso38 como representante de los trabajadores. Se logró convencer al Rector Casanova, que accedió a incrementar el presupuesto para producción e igualmente coordinó con la oficina del proyecto de financiamiento institucional ULA-BID, la asignación de recursos financieros para la adquisición de equipos para cine. En otro gesto de interés con respecto a una mejor perspectiva para el Departamento, decretó su adscripción al Rectorado nuevamente.

Contando con recursos para la producción, se emprendió la realización del documental Warao (1974), dirigido por Michael New y Roberto Siso, el cual contó con el apoyo financiero de la Facultad de Ciencias Forestales. La película retrataba la actividad cotidiana de la etnia indígena Warao que habita en las islas del delta del río Orinoco en la explotación de la palma de moriche como materia prima para la producción de cestería, hamacas y licor para el uso ritual .

En 1975 se producen con el apoyo de la Facultad de Medicina los documentales La historia de los hospitales en Mérida (1975) de Michael New y Roberto Siso, Medicina Nuclear (1975) de Tarik Souki y Remplazo valvular mitral (1975) de Ramón Arellano, el cual obtiene el premio Hernán de Las Casas en el XIII Congreso de Cirugía realizado en Barcelona, Venezuela.

Ese mismo año se culmina el documental Chile 11 de septiembre (1975) de Michael New que retomaba el tema político refiriéndose al derrocamiento de Salvador Allende en Chile. También se concluyó el documental coproducido por la ULA Venezuela tres tiempos (1975) de Carlos Rebolledo, cerrándose así una etapa de colaboración entre la ULA y este cineasta, relación que dejó varios documentales terminados.

44


Con el impulso de estas nuevas producciones, durante 1976 se terminó el primer documental de la serie ecológica titulado Nuestro hogar terrestre (1976) de Ramón Arellano/Arturo Eichler que será la primera película cofinanciada por el Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad de Los Andes (CDCH), fuente de financiamiento para la producción de cine en la ULA; este filme contó también con el aporte de la Facultad de Economía por medio del Instituto de Investigaciones Económicas.

El realizador chileno Leuthen Rojas logró realizar, con el financiamiento de la Comisionaduría de Salud del estado Mérida, la producción de dos filmes:Tránsito (1976), película que buscaba la concientización de los conductores sobre lo terrible de los accidentes de tránsito cuando se cometen imprudencias, y el corto documental Me lo dijo mi Papá (1976) película didáctica para niños sobre la concepción humana, apoyada por dibujos animados.

De manera colectiva se produce el reportaje Noti-ULA 3 (1976), enmarcado en la tradición de los dos primeros reportajes cinematográficos producidos en el Departamento en 1968; también rodaría su primer filme Freddy Siso, un documental títulado Los dioses de cara blanca (1976) basado en el libro del escritor uruguayo Eduardo Galeano Las venas abiertas de América Latina. Este trabajo resultó ganador, en 1977, del premio de cine del Concejo Municipal de Caracas en la categoría de mejor guión; también participó en el Festival de San Sebastián, España, del año 1977. Se cierra el año de 1976 con el inicio de la filmación de la primera película argumental producida por el Departamento de Cine y por ende en la Universidad de Los Andes. El filme en cuestión es La Rosa de los vientos (1979), dirigido por Michael New, historia basada en el cuento homónimo del escritor trujillano y profesor universitario Ednodio Quintero. Esta película se concluyó en 1979 y representa el primer largometraje realizado en ese Departamento. En septiembre de 1976 asume nuevamente el Rectorado de la Universidad de Los Andes el Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, amigo cercano del Departamento y decidido protector del mundo de las artes; su asunción coincide con un importante incremento del presupuesto

45


universitario como resultado de la creciente renta que enriquece al país, producto de la nacionalización de la industria petrolera venezolana ejecutada en 1975.

En 1977 el equipo de trabajo que conformaba el Departamento de Cine se incrementó con la incorporación de varios jóvenes, entre estos Armando Arce, quien se encargó del área de animación junto con el aprendiz Leopoldo Ponte en el área de realización Bernardo Sequera, Oscar Chaparro, Fernando Gavidia y Andrés Agustí; Stefanon Gramitto en el área de sonido y Lino Roa en el laboratorio de cine. La mayoría de estas personas tenían escasos conocimientos sobre cine y se formaron en el oficio al calor de la realización, haciendo realidad los postulados que había planteado Carlos Rebolledo cuando se incorporó a la Dirección del Departamento de Cine en 1967.

El año1977 marcó la continuación de la serie documental sobre los recursos naturales renovables, basada en el libro escrito por el ecólogo Arturo Eichler, idea que había justificado la creación del Departamento de Cine en 1962 en la Facultad de Ciencias Forestales. Finalmente pudo cristalizarse después de 15 años. Resultaron tres documentales, titulados: El bienestar de nuestros suelos (1977) de Ramón Arellano/Arturo Eichler, El verde mundo de las plantas (1977) de Ramón Arellano/Arturo Eichler y El agua, un recurso vital (1978) de Roberto Siso/Arturo Eichler, que se unieron al documental Nuestro hogar terrestre (1976) de Ramón Arellano/Arturo Eichler para completar una de las mejores series ecológicas producidas en Venezuela. Para la realización de este seriado documental se contó con el aporte financiero del Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico de la Universidad de Los Andes. Además de haberse producido esta serie documental, en el año 1977 se constituyó la sección de animación, que estuvo integrada por Armando Arce y Leopoldo Ponte. En esta unidad se produjo una trilogía de cortos de animación basada en cuentos del argentino Javier Villafañe, miembro del Centro Experimental de Arte de la ULA y del Taller de Títeres. Los cortos en cuestión fueron El beisbolista, La sirena y un corto de ficción de Roberto Siso, Tío tigre y Tía gallina. Estas tres historias conformaron el filme Tres cuentos infantiles (1977)

46


de Armando Arce y Roberto Siso; estas películas contaron también con el aporte financiero del CDCH de la Universidad de Los Andes.

La producción de estas películas dirigidas al público infantil motivó a Tarik Souki a la elaboración de un proyecto para la creación del Centro Latinoamericano de Cine Infantil,39 que fue presentado a las autoridades universitarias, el cual nunca pudo cristalizarse. Para ese mismo año Tarik Souki es encargado de la Dirección de Cultura de la ULA, compartiendo la conducción de ambas dependencias hasta 1978 cuando deja la Dirección de Cultura en manos de Edmundo Aray.

El comité de Cineastas de América Latina decidió reunirse en Mérida para septiembre de 1977, contando con el resuelto apoyo de la Universidad de Los Andes, por intermedio de su Rector Rincón Gutiérrez, del Departamento de Cine y del grupo de intelectuales venezolano denominado Rocinante,40 quienes publicaron un revista cultural con ese nombre. El V Encuentro de Cineastas de América Latina se efectuó entre los días 22 y 29 de abril de 1977, volviendo a recibir la ciudad de Mérida a un prestigioso grupo de realizadores de nuestro continente. En este foro se reconoce el importante aporte del Departamento de Cine de la ULA a la realización de un cine independiente en un continente que era dominado en ese momento por las dictaduras represivas de extrema derecha. En el marco de este encuentro se realizó un Festival, no competitivo, de cine latinoamericano: participaron todos los países de Suramérica, junto con Cuba, España, México y Haití.

En este encuentro se hicieron dos importantes contactos para la coproducción con el Departamento; en primer lugar con el boliviano Jorge Sanjinés, para la realización en Ecuador del largometraje Fuera de aquí (1978) bajo la conducción del colectivo UKAMAU de indígenas y artistas bolivianos liderizados por el cineasta Jorge Sanjinés, siendo el primer largometraje coproducido por la ULA. El otro realizador que se interesó en coproducir con la ULA, fue el realizador chileno Patricio Guzmán, quien se encontraba exiliado en España y llegaría a coproducir con el Departamento su largometraje La rosa de los vientos (1983).

47


En 1978 se producen: Manzanita (1978), corto de animación de Armando Arce basado en el cuento de Julio Garmendia; el cortometraje La bandola y El rey (1978) dirigido por Fernando Gavidia, sobre la leyenda de Florentino y El Diablo, que contó con la participación del bandolista Anselmo López; y por último el excelente documental Yo hablo a Caracas (1978) de Carlos Azpúrua, película de denuncia sobre el etnocidio cometido contra el pueblo Ye’kuana por parte de la organización Nuevas Tribus financiada por el Departamento de Estado de los EE.UU., quienes invadieron las tierras indígenas con el fin de imponer la religión evangélica entre los Ye’kuanas. Este documental se enlazó con El afinque de Marín (1979) de Jacobo Penzo y Mayami nuestro (1980) de Carlos Oteyza, para presentarse como un largometraje documental titulado La Propia gente (1981) primer intento hecho en Venezuela por llevar el cortometraje a las salas de exhibición del circuito comercial. El documental de Azpúrua obtuvo varios premios nacionales e internacionales en Alemania, España, Cuba y Cartagena, convirtiéndose en uno de los cortometrajes más laureados producidos por el Departamento.

1979 se inicia con la producción del corto de ficción Papagayo (1979) de Leopoldo Ponte; Armando Arce realiza el corto de ficción Los dolientes (1979); Andrés Agustí realiza StruthioMobildotone (1979) un corto sobre la afición a los juegos de azar. Ese año se concluyó el documental Los Nevados (1979) de Freddy Siso, que tuvo una excelente acogida por parte de la crítica, dándose comienzo a un género denominado cine campesino, pues retrataba la realidad de los habitantes del pueblo de Los Nevados en el estado Mérida, quienes tenían que emigrar a la ciudad en búsqueda de mejores condiciones económicas, pero siempre manteniendo vivas sus costumbres.

En abril de 1979 se realizó en Mérida una reunión de la Asociación de Autores Cinematográficos con motivo de celebrarse los primeros diez años de la transformación del Departamento de Cine, y es entonces cuando se propone la creación de un Festival de Cine Venezolano con sede en Mérida41.

48


Tarik Souki, junto a los miembros del Departamento de Cine, presentaron al Rector Pedro Rincón Gutiérrez un proyecto para la realización del Primer Festival del Cine Nacional. El Festival se llevó a cabo en junio de 1980 en la ciudad de Mérida, comenzando así una tradición en la fílmica venezolana que se mantiene hasta nuestros días.

3.3. Proyección del Departamento en la fílmica nacional (1979-1994)

El Afinque de Marín (1979) de Jacobo Penzo y Testimonio de un obrero petrolero (1979) de Jesús Enrique Guédez fueron las películas coproducidas por el Departamento de Cine durante el año 1979. Un hecho curioso se presenta con el documental de Guédez: siendo uno de los documentalistas más prolífico, junto a Rebolledo (considerados los padres del documental social venezolano) con una producción de cerca de cincuenta documentales, solo coprodujo con el Departamento de Cine Testimonios de un obrero petrolero (1979).

La década de los setenta se cerró con la incorporación de un grupo de técnicos y realizadores para fortalecer el equipo de trabajadores de esa dependencia. Francisco Ramos y Víctor Luckert en el área de sonido, Haydee Pino en animación, Leonardo Henríquez en montaje, Pedro Guillén, Mauricio Siso y Alfredo Ponte en cámara.

La primera edición del Festival del Cine Nacional abrió la década de los ochenta. Se realizó entre el 20 y el 28 de junio, involucrando a todo el personal en la organización de este importante y pionero evento. A pesar del esfuerzo que representó la articulación para que el Festival pudiera realizarse, no mermó en ningún momento la productividad de filmes terminados. Bernardo Sequera realizó Abril o los baquianos de la conversa (1980), cortometraje de ficción del género de la comedia, que retrata la dura realidad de un pueblo olvidado por los gobiernos de turno. Roberto Siso produjo el corto de ficción Un día de suerte (1980) también enmarcado en el género de la comedia, con las brillantes actuaciones de Toco Gómez y Mari Soliani. Estos dos cortos, junto al de Andrés Agustí StruthioMobildotone (1979) fueron

49


pensados para integrarlos en un largometraje que llevaría por título Tres modos venezolanos de hacerse rico. Lastimosamente el proyecto no fue concretado, debido a la negativa del realizador Roberto Siso de integrar su corto al referido proyecto, truncándose así la posibilidad de exhibir en salas comerciales un excelente material cinematográfico del género comedia.

Oscar Chaparro, excelente fotógrafo, se estrena como realizador de documentales con los cortometrajes Eso les cuento yo (1980) y La promesa (1980), este último enmarcado en el género del cine campesino, mostrando la tradición religiosa de un vecino de la población de Los Nevados; este par de documentales se realizaron simultáneamente con la producción del documental Los Nevados (1979) de Freddy Siso, disminuyendo los costos y mostrando diversas perspectivas de un pequeño pueblo de los Andes venezolanos. Se coproducen los cortometrajes Pesca de arrastre (1980) de Carlos Azpúrua; el corto infantil ¿Puede un Ton-Ton Macuote ser poeta? (1980) del cineasta haitiano Arnold Antonin; y el documental Los que vinieron del mar (1980) de Mariantonia Villa.

En 1980 se concretó finalmente la adquisición, con financiamiento del proyecto ULA-BID, de un equipo para filmación de cine de animación de la reconocida marca OXBERRY, siendo la primera máquina en su tipo en Venezuela y una de las pocas en Latinoamérica. La misma formaba parte del proyecto no culminado del Centro de Producción Latinoamericano de Cine Infantil, que Tarik Souki había presentado a las autoridades rectorales. Junto con este moderno equipo de filmación se adquirió una moviola para montaje, un sistema completo de 3 canales para edición y mezcla de sonido magnético, un completo sistema de iluminación y un equipo Dolly para movimientos profesionales de cámara.42

En septiembre de 1980 asumió el Rectorado de la ULA el Prof. José Mendoza Angulo, con una importante diferencia de criterios en cuanto a la manera de conducir el Departamento de Cine. Además, al iniciar su gestión rectoral, la Universidad sufrió un importante recorte presupuestario que afectó, como en otras ocasiones, el aporte de

50


recursos para la producción de cine. Estos hechos, acaecidos a principios de 1981, hicieron repensar la manera de financiar la producción. De la mano de la sección de Relaciones y Recursos, encabezada por Donald Mayerston, que volvió a integrarse al equipo del Departamento, se comenzó a captar recursos financieros por diferentes vías. En primer término la política de subsidios financieros llevada a cabo por el Estado venezolano se institucionalizó con la creación, por decreto del Presidente de la República Luis Herrera Campins, del Fondo del Desarrollo del Cine (FONCINE) el 19 de octubre de 1981.43 Este ente, por medio de concurso público, aportó importantes recursos para la producción cinematográfica. Varios de los realizadores adscritos al Departamento de Cine resultaron ganadores. Otra vía para captar recursos fue la renta de equipos y el ofrecimiento de personal técnico calificado para realizadores externos a la ULA, que pudieron coproducir con el Departamento a costos inferiores al de las empresas privadas del ramo cinematográfico. Fueron tan importantes los recursos generados por estos medios, que llegaron a superar de manera significativa el presupuesto ordinario que asignaba la Universidad de Los Andes al Departamento de Cine.

Pero la mayoría de los recursos no eran manejados correctamente según las normas administrativas que regían la ULA, pues esa dependencia carecía para el momento de un administrador que los encauzara de manera adecuada. Esto llevó al Rector Mendoza Angulo a proponer al personal del Departamento la conversión de esa dependencia en empresa universitaria, propuesta acogida y presentada por intermedio de Donald Mayerston.44 El proyecto de conversión fue enviado para su estudio al Instituto de Investigaciones Económicas de la Facultad de Economía, el cual suscribió un anteproyecto de factibilidad económica que fue expuesto ante el Rector y los trabajadores del Departamento de Cine. El mismo presentaba dos importantes propuestas: En primer lugar la Universidad de Los Andes se hacía accionista mayoritaria de la empresa de cine, aportando los equipos y espacios donde funcionaba el Departamento. En segunda instancia, se comprometía a cancelar los sueldos que devengaban como empleados universitarios los trabajadores durante los tres primeros años de funcionamiento de la empresa.

51


También garantizaba el pago inmediato de las prestaciones sociales de todos los trabajadores para su reinversión en la empresa de cine.

Según el estudio de factibilidad económica la empresa tenía un importante potencial basado en los recursos que generaba por diferentes vías el Departamento de Cine. La miopía empresarial de gran parte del personal integrante de esa dependencia y el miedo a perder una jubilación segura, hizo naufragar la propuesta. Esta fue a la larga un punto de discordia entre el personal, llevando a muchos de ellos a renunciar a sus cargos como trabajadores universitarios pocos años después.

Para 1981, Freddy Siso culminó el documental Algunos cantantes, algunas canciones (1981), excelente película realizada durante un concierto llevado a cabo en la Plaza de Toros de Mérida, que contó con la participación y testimonios de un importante grupo de cantautores hispanoamericanos entre los que se encontraban Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa, Lilia Vera, Pablo Milanés, Grupo Madera, Gloria Martín, entre otros. Armando Arce realiza el brillante cortometraje de animación Wanady (1981), era su segunda obra de animación con plastilina, basada en la mitología indígena Yekuana. Fue galardonada con múltiples premios nacionales e internacionales en diferentes festivales en Cuba, España y Alemania. Michael New se unió nuevamente al escritor Ednodio Quintero culminando 35mm (1981) cortometraje de ficción. Así mismo se realiza por encargo de la Facultad de Medicina, el documental científico Ecocardiografía bidimensional (1981) dirigido por Ramón Arellano y el Dr. Edgar Galeno Sardi. Se coproducen los documentales La casa de Pandora (1981) y Pandorita (1981) de Ana Cristina Henríquez, financiados por el Concejo Municipal de Caracas.

Durante el año 1982 se terminaron siete (7) películas entre largometrajes, cortometrajes y documentales, que en su totalidad eran producciones externas. Jacobo Penzo dirige el documental La Pastora resiste (1982) y el corto de ficción El compadre Antonio (1982); Alejandro Padrón el documental Tarzán Hernández (1982); Mateo Manaure y Manuel

52


Herreros el cortometraje Trans(1982); Blanca Guzmán realiza el documental Miguelón, oficio de rezandero (1982); César Cortez dirige el largometraje Puros hombres (1982) y ThaelmanUrguelles el largometraje La boda (1982).

3.4. Fernando Birri en el Departamento de Cine

En julio de 1981 llega a Mérida el cineasta argentino Fernando Birri, uno de los precursores del Nuevo Cine Latinoamericano, fundador de la primera escuela de cine documental del continente denominada Escuela de Santa Fe. Realizador de una importante obra cargada de contenido social, entre sus producciones podemos citar como más importantes Tire Die (1959) y Los inundados (1961). Vino invitado por Tarik Souki para incorporarse como asesor cinematográfico, instructor del Taller de Poética Cinematográfica -que vendría a ser el primer intento formal por construir una Escuela de Cine Universitaria- y para la postproducción de un documental sobre el poeta Rafael Alberti. Birri se había formado en el Centro Sperimentale de Cinema en Roma a principios de los cincuenta, influenciado por los grandes maestros del neorrealismo italiano como Antonioni, De Sica y Rossellini en la Escuela que funciona en Cine Cittá. Regresó a su país, Argentina, a finales de los cincuenta para fundar su escuela en la Universidad del Litoral.

La presencia de Birri en Mérida realzó aún más el nombre de la Universidad de Los Andes en el ámbito del cine latinoamericano. Fue contratado inicialmente por un año, extendiéndose su presencia hasta comienzos de 1983. Fue apoyado para la culminación del documental Rafael Alberti, retrato de un poeta (1983) sobre la vida de este importante escritor español y participó activamente en el asesoramiento de los proyectos que se realizaron durante su permanencia en Mérida, principalmente el de la película La rosa de los vientos (1983) del chileno Patricio Guzmán, donde también se incorporó como actor. Asesoró en la elaboración de los guiones de las películas Cubagua, Diles que no me maten, Ecología y El Banquete.

53


El Taller de Poética Cinematográfica tuvo una duración de seis meses, participando un grupo de cuarenta y tres alumnos. Como parte del taller fue exhibido un grupo de la más representativas películas del cine latinoamericano, para adentrar a los participantes en una manera de mostrar nuestras realidades en el cine. Participaron como invitados al Taller los especialistas Leonardo Henríquez y Alejandro Padrón en montaje; Julio Miranda en teoría y crítica de cine; Tarik Souki en historia del cine; Stefano Gramitto y Víctor Lukett en sonido; Andrés Agusti en fotografía de cine; Donald Mayerston, Zoila Castillo y Lorena Mora en producción; Leopoldo Ponte en animación y dibujos animados: Además se efectuaron cine foros con los realizadores Freddy Siso, de Los Nevados (1979) y Michael New quien proyectó La rosa de los vientos (1979). Se llevaron a cabo diferentes proyecciones de las películas más representativas de la producción del Departamento de Cine, con los comentarios de Vicencio Pereira. Sin duda alguna la experiencia de Taller dirigido por Birri demostró la viabilidad de una escuela de cine.

Fernando Birri se quedó en Mérida hasta abril de 1983, posteriormente regresó a Italia donde reside actualmente. En 1986 la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano decidió crear la Escuela Internacional de San Antonio de Los Baños, en Cuba, con el apoyo de varios gobiernos, entre los que se encontraba el de Venezuela. Como homenaje a uno de los fundadores de ese movimiento continental, Birri fue nombrado su primer Director.

Los siguientes años, 1983 y 1984 representaron la época de mayor productividad del Departamento, llegando a culminar veinticuatro producciones, entre las que destacó el largometraje Diles que no me maten (1984) dirigido por Freddy Siso, con guión escrito por Freddy Siso y Bernardo Sequera, basado en el cuento homónimo del escritor mexicano Juan Rulfo. Esta película resultó ser la primera hecha por un miembro del Departamento que llegó a las salas comerciales, antecedida por una excelente acogida de la crítica especializada, que la hizo acreedora de premios en festivales de España, Colombia y Cuba. Fue seleccionada en competencia para el Festival de Biarritz, Francia.

54


Además obtuvo el Gran Premio Libertador Simón Bolívar en la 3ra Edición del Festival del Cine Nacional de Mérida, junto con los premios a mejor largometraje y mejor actor, otorgado este a Asdrúbal Meléndez protagonista de dicho filme. Según algunos críticos, el filme de Siso es una de las más brillantes y acertadas adaptaciones cinematográficas que se han hecho de la obra de Juan Rulfo.

Las películas producidas en ese bienio fueron: Cortometraje de ficción El banquete del Gobierno (1983) de Bernardo Sequera ; El sitio del Anís (1983) documental de Freddy Siso; Don Luis Zambrano (1983) documental de Andrés Agusti; los largometrajes La rosa de los vientos (1983) del realizador chileno Patricio Guzmán y Orinoko nuevo mundo (1984) de Diego Rízquez; los documentales Caño Mánamo (1983) de Carlos Azpúrua; El embrujo (1983) de John Petricelli; Rafael Alberti, retrato de un poeta (1983) del argentino Fernando Birri; María Lionza (1983) del italiano LanfrancoSeccoSuardo; El drogadicto (1983) de José Suárez; El diablo de Cumaná (1983) de John Dickinson; El patio se está hundiendo (1983) de Oscar Garbisu; Tala y quema (1984) de Bernardo Sequera; Sinceramente Víctor Piñeiro (1984) de Roberto Siso; FUNDAULA (1984) colectivo del Departamento de Cine; La decisión de vencer (1984) del Frente Farabundo Martí de El Salvador; Los Guaraos y su cultura (1984) de Beatriz Bermúdez; el cortometraje de animación La Historia de un caballo que era bien bonito (1984) de Leopoldo Ponte; los cortometrajes de ficción El círculo (1984) de Alejandro Padrón, Doctor bebé (1984) de Fernando Toro, Noche libre (1984) de Oscar Garbisu, El chichero (1984) de Tito Rojas y Un cuento a la orilla del mar (1984) de Isabel Urbaneja.

Todas las películas se enmarcaron en el llamado cine de autor,45 con total libertad creativa y en procura de la construcción de un cine alejado de los estándares de la industria fílmica mundial, con identidad propia, buscando reflejar las realidades del contexto latinoamericano.

A pesar de lo prolijo de la producción del Departamento de Cine, las relaciones con el Rector Mendoza Angulo se enfriaron debido principalmente al rechazo del personal de esta dependencia a la propuesta de creación de la empresa de cine. Como resultado de la

55


recomendación hecha en el informe de auditoría sobre los manejos inadecuados de los recursos propios por parte del Departamento de Cine, el Rector, decidió por decreto de fecha 20 de septiembre de 1983,46 adscribirlo a la Dirección de Cultura. Pocos meses antes de esta medida en julio de 1983, Tarik Souki había presentado su renuncia al Rector,47 la cual no fue aceptada sino en junio de 1984, cuando fue designado para el cargo de Director del Departamento de Cine el Prof. Alejandro Padrón por recomendación expresa del Director de Cultura Prof. Alberto Arvelo.48 Con la salida de Souki se cerraba un ciclo de 10 años, que se puede contar entre los más prolíficos del Departamento, quedando marcados los últimos años de su gestión por un fuerte enfrentamiento con el Rector Mendoza Angulo y el Director de Cultura Alberto Arvelo, a pesar de los buenos resultados tanto cualitativos como cuantitativos. Más de sesenta (60) películas terminadas, otras tantas en producción y la consolidación del Festival del Cine Nacional.

La llegada del Prof. Padrón a la Dirección creó molestia en algunos de los miembros del personal, principalmente en los más antiguos, pues consideraron su nombramiento como una intervención de la dependencia, además de la frustración que generó en las aspiraciones personales para ocupar la Dirección. La gestión del Prof. Padrón estuvo signada por grandes diferencias con el personal, y tuvo una corta duración de junio a noviembre de 1984 dado que en septiembre de ese mismo año asumió nuevamente el Rectorado el Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, y como es normal al iniciarse una nueva gestión rectoral, fueron renovados todos los cuadros directivos de la Universidad. Entre los logros más relevantes alcanzados por el Prof. Padrón están la firma del convenio de coproducción con la empresa Pandora Films para la realización del largometraje Oriana (1985), de la directora venezolana Fina Torres y el fuerte empuje económico y logístico para el inicio de la filmación del largometraje Cubagua (1985) de Michael New. El primero de marzo de 1985 es nombrado Director del Departamento, por decreto rectoral,49 como el economista Edmundo Aray, quien entre 1978 y 1980 se había desempeñado como Director de Cultura y Extensión de la ULA. Lo acompañaron en las labores de conducción del Departamento, bajo la figura de Consejo Directivo, Tarik Souki como

56


Coordinador de Proyectos y Director del Festival del Cine Nacional y Roberto Siso como Coordinador Técnico.

3.5. Gestión del Prof. Edmundo Aray:1985-1994

Al asumir una nueva gestión Rectoral el Dr. Rincón Gutiérrez ofreció en septiembre de 1984, la dirección del Departamento de Cine a Tarik Souki, quien gozaba de su entera confianza, pero éste decidió no aceptar la petición, en primer término, por que quería dedicarse exclusivamente a la conducción del Festival de Cine Nacional, y en segundo lugar por los proyectos personales de escritura de guiones y su posible realización. Recomendó para el cargo al cineasta y profesor universitario Edmundo Aray, quien se había desempeñado en la anterior gestión rectoral del Dr. Rincón Gutiérrez, 1978 y 1980, como Director de Cultura de la Universidad. La primera medida del Prof. Aray en la Dirección del Departamento fue la constitución de un Consejo Directivo, integrado por Tarik Souki como coordinador de proyectos y Roberto Siso como coordinador técnico.

En 1985 se incorporó formalmente como nuevo personal a Víctor Luckett, Mauricio Siso y Alfredo Ponte quienes venían trabajando hacía tiempo en producciones del Departamento de Cine pero con salarios provenientes de recursos propios; ocuparon los cargos de los trabajadores renunciantes Leonardo Henríquez, Stefano Gramitto y Donald Mayerston.50

Una de las políticas que implementó el Prof. Aray fue la publicación de textos relacionados con el área del cine y la comunicación, llegándose a publicar veintiseis libros entre textos especializados y guiones literarios de varias películas venezolanas, entre estos: Oriana, A la medianoche y media, Tierna es la noche, Macho y hembra, Cubagua, Diles que no me maten, Macu, La boda, El pez que fuma, Cangrejo, La oveja negra, Jericó, entre otras. Se publicaron los siguientes libros: Cine latinoamericano: economía y nuevas tecnologías de Octavio Getino, Memorias de un país en subasta de Antonio Pasquali y Elizabeth Safar,

57


En algún lugar del arcoíris de David Leitner, Se hace camino al andar cuando son pies de película los que ruedan de Lucia Lamanna, La agonía de hacer cine de Manuel Octavio Gómez, Diccionario de cineastas cubanos de María Eulalia Douglas, la compilación Cine latinoamericano 1896-1930; Cine venezolano, cine ULA 1985-1992 de Edmundo Aray y Tarik Souki, Vida..! Cámara..! Acción..! de Flor Medina, y Cine venezolano. Producción cinematográfica del Departamento de Cine ULA de Vicencio Pereira y Edmundo Aray.

La película Oriana (1985) de la directora venezolana Fina Torres, fue seleccionada en competencia oficial para el Festival de Cannes 1985, obteniendo su directora el premio Cámara de oro a la mejor directora de ópera prima, además de alzarse con el premio Catalina de oro del Festival Internacional de Cartagena y una Mención de Honor en el Festival de Manneheim de ese mismo año. Con ello se logró el reconocimiento de parte del mundo cinematográfico a la labor de Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes, que participó como colaborador en la producción de este filme venezolano.

También en 1985 se culminaron los filmes Las nuevas voces (1985) de Rubén Chamorro, Bordeline (1985) de Leonardo Henríquez, Maurice Hasson (1985) de Freddy Siso, Los gallos que atravesaron el Atlántico (1985) de Bernardo Sequera y la película institucional FUNDAULA (1985) de Fernando Gavidia.

El 19 de septiembre de 1986 el Prof. Edmundo Aray remitió al Rector Pedro Rincón Gutiérrez la comunicación enviada por el cineasta Fernando Birri, director de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños en Cuba, en la cual le solicitaba el permiso para la incorporación de Tarik Souki como Sub-director académico de la misma. El Consejo Universitario en sesión del 14 de enero de 198751 aprobó el permiso no remunerado al Lic. Souki, justificándolo en la posibilidad de que éste adquiriera experiencia que posteriormente fuese aplicada en el proyecto de Escuela de Cine que se venía gestando en el seno de la Universidad.

58


Desde la llegada de Prof. Aray surgió la inquietud por fortalecer y dar independencia administrativa al Departamento de Cine. Bajo esta premisa se elaboró el proyecto para constituir un Centro de Cinematografía que ampliase las perspectivas en cuanto al crecimiento del Departamento de Cine, pues se incorporaron a este proyecto varias figuras que dieron marco legal a las diversas actividades que se deseaban desarrollar en el área cinematográfica dentro de la Universidad. El proyecto finalmente fue aprobado el 2 de junio de 1988 por el Rector Rincón Gutiérrez, quien decretó la creación del Centro de Cinematografía de la Universidad de Los Andes52.

Uno de los proyectos que demandó mayor atención por parte del Prof. Aray fue el de la creación de la Escuela de Cine dentro de la Universidad. Este trabajo fue basado en la propuesta hecha por el cineasta Carlos Rebolledo, quien a petición del Prof. Aray presentó el ante-proyecto denominado Escuela Modular de las Artes y Técnicas de Cine y del Video, en junio 1986. El Rector Rincón Gutiérrez recibió el referido anteproyecto y lo elevó al Consejo Universitario, el cual nombró una comisión para coordinar la elaboración del proyecto de creación de la Escuela de Cine en la Universidad de Los Andes. La comisión estuvo integrada por los profesores Edmundo Aray, Raiza Andrade y Javier Álvarez, y concluyó su actuación con la presentación ante el Consejo Universitario del Proyecto de Creación de la Escuela Experimental de Cine. Fue aprobado en primera discusión por este cuerpo el 2 de junio de 198853, quedando pendientes algunas observaciones para una segunda discusión, que nunca se realizó pues en septiembre de 1988 hubo cambio de autoridades en la ULA saliendo del Rectorado el Dr. Pedro Rincón Gutiérrez, el impulsor fundamental de las políticas cinematográficas en la Universidad. Con su salida el proyecto de Escuela Experimental de Cine quedó suspendido, pues las nuevas autoridades no mostraron mayor interés en darle continuidad .

Entre 1986 y 1993 cuando finaliza el período de Edmundo Aray al frente del Centro de Cinematografía - Departamento de Cine, se culminaron los siguientes filmes:

59


Largometrajes:Cubagua (1988) de Michel New, El compromiso (1988) de Roberto Siso, La otra ilusión (1988) de Roque Zambrano, Amerika tierra incognita (1988) de Diego Risquez, Tierna es la noche (1990) de Leonardo Henríquez y Simón Bolívar ese soy yo (1993) de Edmundo Aray.

Cortometrajes: El hombre del anillo (1986) de Freddy Siso y Juan Santana, Hipercubo (1986) de Freddy Siso, Fiesta andina de marionetas (1986) de Leopoldo Ponte, Óscar Chaparro y Zoila Castillo, Eloisa Torres (1986) de Freddy Siso, Las ficciones de Eloísa (1988) de Bernardo Sequera, El artista del páramo (1988) de Oscar Chaparro y Victor Luckert, María Laya (1988) de Fernando Gavidia, El exilio de los santos (1988) de Óscar Chaparro, Héctor Mujica (1990) de Freddy Siso, Mercado (1990) de Óscar Chaparro, Diálogo (1990) de Haydee Pino, Con cierto eco (1990) de Cezary Jaworski, El regalo (1991) de Freddy Siso, Cuando deje de llover (1991) de Haydee Pino, Érase una vez (1992) de Roberto Siso, Cinaruco de Guedeji (1992) de Irene de Maitre, Los chimbangles de San Benito (1992) de Mauricio Siso, Falsas historias (1992) de Cezary Jaworski, Solos (1992) de Haydee Pino y Over de Rainbow (1992) de Haydee Pino.

Filmes de Animación:La Ventana (1989) de Haydee Pino, Febrero (1990) de María E. Martínez, Eclipse (1991) de Jonny Parra, y el primer corto de animación hecho en ordenador en nuestro país Pulsar (1989) de Francisco Ramos.

Uno de los hechos más resaltantes acaecidos durante la período del Prof. Aray fue el otorgamiento en el año 1991 por parte del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) del Premio Nacional de la Cultura en la mención Cine a Edmundo Aray, director del Departamento de Cine de la Universidad de Los Andes, como justo reconocimiento de la labor emprendida desde esa dependencia universitaria para el crecimiento, desarrollo y producción de un cine comprometido en la divulgación de la cultura venezolana. En su gestión el Prof. Aray mantuvo la política de producción y colaboración en diferentes proyectos cinematográficos que mantuvieron activo al personal del Centro de Cinematografía.

60


A comienzos de 1994 renunció el Prof. Aray a la Dirección del Centro de Cinematografía, decidiendo el Rector Miguel Rodríguez Villanave crear una comisión interventora de esa dependencia. Se designó al Prof. Aníbal León, Decano de la Facultad de Humanidades y Educación como coordinador de la misma, dada la actividad emprendida en esa Facultad para la creación de la Escuela de Cine y Televisión. Durante el período 1994-1995 estuvo designado como director del Centro de Cinematografía el Prof. Ismael Cejas quien a petición del Consejo Universitario realizó una evaluación de las condiciones de organización financiera de esa dependencia.

Durante la gestión del Prof. Cejas, en abril de 1994, se conmemoraron los 25 años del Departamento de Cine con una programación especial de la Cinemateca Nacional. Se realizó una selección de lo más representativo de la producción del Departamento, y se reunió el 20 de abril en Caracas un importante grupo de cineastas venezolanos que estuvieron ligados al Departamento de Cine durante su fecunda historia: Jorge Solé, Roberto Siso, Freddy Siso, Leonardo Henríquez, Alfredo Anzola, Donald Mayerston, Carlos Azpúrua, Oscar Lucien, Stefano Gramitto, entre otros. En medio de las actividades se recordó al desaparecido Carlos Rebolledo, transformador del Departamento de Cine. Sentida fue la ausencia de Pedro Rincón Gutiérrez, quien no se encontraba en el país para esa fecha, pues se desempeñaba como embajador de Venezuela en la República de Rumania.

3.6.- Adscripción del Departamento de Cine a la Facultad de Humanidades y Educación (1995)

El 4 de octubre de 1991, la Universidad de Los Andes y el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) representados respectivamente por Néstor López Rodríguez y José Antonio Abreu, firmaron un acuerdo para la creación de la primera Escuela de Cine y Televisión con rango universitario de Venezuela. Para este proyecto se delegó en la Facultad de Humanidades y Educación la elaboración del plan académico.

61


En diciembre de 1994 el proyecto académico de la Escuela de Medios Audiovisuales fue aprobado por el Consejo Universitario de la Universidad de Los Andes. El 20 de noviembre de 1995 el Rector Miguel Rodríguez Villanave decide la adscripción del Centro de Cinematografía– Departamento de Cine a la Facultad de Humanidades y Educación como medida de apoyo y para la integración de dicha dependencia a la futura Escuela de Cine y Televisión, quedando desde ese momento bajo la tutela de la Facultad de Humanidades y Educación que era conducida por el Decano Aníbal León, y designándose como Director del Departamento de Cine al cineasta Freddy Siso, quien estuvo en el cargo hasta octubre de 1996. En julio de 1996 asumió como Decano de la Facultad de Humanidades y Educación el Prof. Francisco Gavidia, quien decidió nombrar como director del Departamento de Cine al cineasta Michael New; posteriormente, para el año 1997, el cineasta Leopoldo Ponte asumió la dirección, cargo que ejerció hasta enero del 2001 cuando fue nombrado nuevamente Michael New hasta el 2002, sucediéndole la cineasta Haydee Pino, última persona que ocupó el cargo de directora del Departamento de Cine, siendo además la única mujer que ejerció dicha función, hasta que en diciembre de 2004 bajo la gestión decanal de la Prof. Elsa Mora Gallardo todo el personal de esa dependencia pasó a formar parte de la Escuela de Medios Audiovisuales, desapareciendo formalmente de la administración universitaria el Centro de Cinematografía – Departamento de Cine y adscribiéndose todos sus activos y espacios físicos a la administración de la Escuela de Medios Audiovisuales.

Durante este período, que correspondió a la tutoría de la Facultad de Humanidades y Educación, desde 1994 hasta 2004, se culminaron los largometrajes Florentino y el Diablo (1999) de Michel New y La Ciudad de los escribanos (2004) de José Velasco. Se realizó el cortometraje Ungüento para manos agremiadas (1997) de Cezary Jaworski, filme que obtuvo el primer premio de cortometraje en el Festival de Montreal 1997 y el primer premio en el Festival de Biarritz de ese mismo año. También se produjeron dos películas de animación bajo la técnica tradicional, estas fueron: La noche de las estrellas (2000) de Mauricio Siso y El escarabajo (2001) de Jhonny Parra.

62


El documental sobre la comunidad indígena Ye’kuana, hablado en su lengua nativa, Medewadi (1997) de Freddy Siso, tuvo la participación de Mauricio Siso como director de fotografía y Roberto Rojas como Director de sonido. Contó con el financiamiento de la Organización Alemana GTZ y se planteó como objetivo la denuncia de un proyecto de ingeniería que la compañía EDELCA pensó realizar en la cuenca del río Caura, para desviar su caudal hacía la cuenca del río Caroní, sería este el último filme documental rodado y terminado en formato 16mm por el Departamento de Cine.

En esta última etapa, se incorporó el sistema de video como formato de producción de menor costo. Los equipos utilizados entre 1997 y 2004 fueron en su mayoría los aportados por un acuerdo de producción entre el Museo de Ciencia y Tecnología de Mérida y el Departamento de Cine; también los equipos de video digital adquiridos con el aporte del CONAC para la Escuela de Medios Audiovisuales, estableciéndose como formatos de producción los sistemas BETACAM SP y el DVCAM, además de los sistemas de post-producción digital AVID para imagen y PROTOOLS para sonido. Se realizaron diversos documentales, videos institucionales, videoarte y ficción, entre los que se cuentan PLANDES (1998) de Roberto Rojas, Los vasallos de la Candelaria (1999) de Freddy Siso y Francisco Gavidia, Muñecas de trapo (1999) de Haydee Pino, El trompo (1999) de Haydee Pino, Palabreo (1999) de Freddy Siso, Naturaleza (2000) de Freddy Siso, Geisha (2001) de Haydee Pino. Fueron Japón a lo lejos (2004) de Freddy Siso y el Hondo jardín humano (2006) de Haydee Pino los dos últimos largometrajes producidos por el Departamento de Cine y los únicos realizados en formato digital. También se realizaron entrevistas como material inédito, entre las que destacan las hechas al artista plástico Oswaldo Vigas (2001) y al actor de cine, televisión y teatro Rafael Briceño (2000) que se conservan como testimonios audiovisuales.

Pero sin duda alguna la labor más importante realizada por el Departamento de Cine en su última etapa fue la de apoyar totalmente el inicio de las actividades académicas de la Escuela de Medios Audiovisuales, con la participación directa de todo el personal en

63


la actividad docente en las áreas que componen las menciones de la Licenciatura en Medios Audiovisuales. Participaron como docentes Cezary Jaworski y Mauricio Siso en Dirección de Fotografía; Leopoldo Ponte y Roberto Rojas en Montaje Digital; Haydee Pino y Leopoldo Ponte en Realización; Jhonny Parra en Animación Tradicional; Francisco Ramos y Roberto Rojas en Sonido; David Carmona y Pedro Guillén en Asistencia de Cámara y Foco. Todos los espacios físicos del Departamento de Cine fueron utilizados como aulas de clases para atender a la nueva Escuela. Sin este decidido apoyo, no hubiese sido posible la apertura de la Escuela de Medios Audiovisuales.

Lo que fue el sueño perenne del Departamento de Cine, la creación de una Escuela de Cine en la Universidad de Los Andes, resultó al final la causa fundamental del cierre del mismo, pues las autoridades universitarias no entendieron la razón de existir del más importante centro universitario de producción cinematográfica de Latinoamérica, siendo sólo valida la permanencia de una Escuela de Medios Audiovisuales y condenándose a desaparecer al Departamento de Cine.

64


Referencias

1 Entrevista realizada por el Lic. Roberto Rojas al Dr. Carlos Chalbaud Zerpa. Mérida, 23 de septiembre de 2009. Municipio Libertador, estado Mérida–Venezuela.

2 Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes (AHULA). Carpeta: Rectorado. Misceláneos. Mayo 1959.

3 Con esta denominación se conoció esta dependencia desde su elevación a Facultad por decreto del Consejo Universitario del 24 de mayo de 1952. Luego pasó a llamarse Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales.

4 Christian Camacho. Historia de los Talleres Gráficos Universitarios. Proceso Histórico, Año IV, No. 8. (Mérida-Venezuela, Julio 2005); p.6

5 AHULA. Carpeta: Rectorado. Decreto Rectoral del Dr. Luis Elbano Zerpa, Rector encargado de la ULA. 1962, nov. 14.

6 AHULA. Carpeta: Consejo Universitario. Facultad de Ciencias Forestales 1962. Oficio No. 320, del Decano de la Facultad de Ciencias Forestales al Rector de la ULA, 1962, noviembre 5. Ver también: Libro 195. Correspondencia Recibida en el Consejo Universitario de la Facultad de Ciencias Forestales. Año 1962.

7 AHULA. Carpeta: Rectorado. Facultad de Ciencias Forestales. Informe de Gestión, 1963.8 AHULA. Carpeta: Resoluciones Consejo Universitario–Facultad de Ciencias

Forestales. 1963.9 Lucía Lamanna. Se hace camino cuando son pies de película los que ruedan. Mérida,

Departamento de Cine, Ediciones Actual-ULA, 1986; p.31.10 Leo Ozols. El cine. Sublime sueño. Mérida, Talleres Gráficos ULA, 1965; p.203.11 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Oficio del Director

de Cultura, Oswaldo Vigas, a la empresa Ávila Films, relacionado con la adquisición del equipo de Proyección de Cine para el Auditorio Universitario de la ULA. 1966.

12 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Informe (s/n) del Sr. Miguel San Andrés, Director del Departamento de Cine, dirigido al Rector de la ULA Dr. Pedro Rincón Gutiérrez. 1966, marzo 22.

13 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Informe (s/n) del Sr. Miguel San Andrés, Director del Departamento de Cine, dirigido al Rector de la ULA Dr. Pedro Rincón Gutiérrez. 1966, septiembre 28.

14 AHULA. Carpeta: Rectorado–Departamento de Cine 1966-1972. Oficio (s/n) del Rector Pedro Rincón Gutiérrez al Sr. José Agustín Catalá informándole la aprobación, por parte del Consejo Universitario, del convenio de cooperación entre la ULA y la empresa AVILA FILMS. 1967, marzo 2.

15 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Comunicación del Sr. Agustín Catalá al Rector Rincón Gutiérrez. 1967, marzo 20.

16 AHULA. Libro de Actas de toma de posesión de los trabajadores de la ULA 1965-1967. Folio 216. 1967, abril 15.

17 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Oficio (s/n) del Sr. Miguel San Andrés al Rector de la Universidad de Los Andes Dr. Pedro Rincón Gutiérrez. 1967, mayo 25.

65


18 Entrevista realizada por el Lic. Roberto Rojas al Dr. Carlos Chalbaud Zerpa. Mérida, 23 de septiembre de 2009. Municipio Libertador, estado Mérida–Venezuela.

19 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Propuesta para realización del Documental sobre la ULA, realizada por Carlos Rebolledo y Salvador Garmendia.1967, agosto 17.

20 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Carta de Abigail Rojas al Dr. Oswaldo Vigas, Director de Cultura de la ULA. 1967, julio 20.

21 AHULA. Libro de Actas. Toma de Posesión de los Trabajadores de la ULA 1965-1967. Fol. 132.

22 AHULA. Carpeta: Resoluciones del Consejo Universitario. Año 1968.23 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Convocatoria

para la Primera Muestra de Cine Documental Latinoamericano a efectuarse en Mérida entre el 21 y el 29 de septiembre de 1968.

24 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Oficio (Nº 64) del Director de Cultura de la ULA, Oswaldo Vigas, al Rector de la ULA Pedro Rincón Gutiérrez. 1968, julio 15.

25 Entrevista realizada por el Lic. Roberto Rojas al MSc. Tarik Souki el 25 de octubre de 2006. Municipio Libertador, Sector Valle Grande, estado Mérida–Venezuela.

26 “Disturbios en Mérida”. Diario El Nacional, Jueves 27 de septiembre de 1968, p.21.

27 Edmundo Aray. Cine Venezolano. Mérida, Ediciones Actual ULA, 1986; p.4.28 Con respecto al Decreto rectoral por el cual se adscribe el Departamento de

Cine al Rectorado y se le cambia la denominación por la de Centro de Cine Documental, no existe copia del mismo en el Archivo Histórico de la ULA; solo se conoce por los testimonios de las personas involucradas y por referencia escrita del mismo Rector Rincón Gutiérrez en algunos documentos.

29 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Comunicación (No. 0023) de Carlos Rebolledo al Rector Rincón Gutiérrez. 1972, marzo 21.

30 Entrevista realizada por el Lic. Roberto Rojas al Prof. Edmundo Aray. Mérida, 20 de octubre de 2006, Municipio Libertador, estado Mérida–Venezuela.

31 GAMBA, Pablo: Vuelven los sesenta venezolanos. Vértigo, Nº. 7/8. Caracas, 2008.

32 Lucía Lamanna Se hace camino cuando son pies de película los que andan. Ediciones Actual, Mérida, 1986; p. 23

33 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Informe presentado por Carlos Rebolledo al Rector. Diciembre 1969.

34 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972.Oficio (Nº. 71002) de Carlos Rebolledo al Rector Pedro Rincón Gutiérrez.1971, enero 19.

35 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine 1966-1972. Oficio (Nº 1023) del Rector Pedro Rincón Gutiérrez a Carlos Rebolledo. 1971, enero 21.

36 Entrevista realizada por el Lic. Roberto Rojas al cineasta Roberto Siso. Mérida, 10 de octubre de 2009. Municipio Libertador, estado Mérida–Venezuela.

66


37 Entrevista realizada por el Lic. Roberto Rojas al MSc. Tarik Souki, Sector Valle Grande, 25 de octubre de 2.006, Municipio Libertador, estado Mérida – Venezuela.

38 Entrevista realizada por el Lic. Roberto Rojas al cineasta Roberto Siso. Mérida, 10 de octubre de 2009. Municipio Libertador, estado Mérida–Venezuela.

39 AHULA. Carpeta: Rectorado. Correspondencia recibida de la Dirección de Cultura- Departamento de Cine. 1978.

40 Rocinante: revista fundada por Edmundo Aray (1936), Ramón Palomares (1935) y Efraín Hurtado (1934-1978), escritores que a comienzos de los sesenta estuvieron ligados a los grupos literarios más representativos de esos años. Palomares formó parte, aunque tangencialmente, del grupo “Sardio”, cuya editorial publicó su primer libro; Aray fue un miembro fundamental de “El techo de la ballena”, donde también participó Hurtado. Aunque los tres nombres aparecen con regularidad como redactores, en realidad el principal motor de la publicación fue Aray. También participó activamente en este grupo el cineasta Carlos Rebolledo. Se publicaron de 25 a 26 números, varios de ellos dobles y triples, lo que es extraño en este tipo de publicaciones, generalmente de muy corta vida. Cada entrega se centra en el análisis de un problema determinado, de manera que toda la colección podría leerse como una suerte de antología, de dossier sobre diversos temas; en ocasiones se tocan problemas estrictamente nacionales (la dinámica del ambiente cultural venezolano, la economía del país, su situación política, la toma de la Universidad Central de Venezuela, el proceso de renovación de la escuela de Letras de dicha casa de estudios); en ocasiones se tratan problemas de otros ámbitos (el Mayo Francés, la lucha armada en Brasil, la guerra de Vietnam, el conflicto árabe-israelí).

Frente al formato tradicional que tomaron las revistas literarias de los años sesenta, Rocinante es, en realidad, un pliego de cartulina doblado en cuatro. Las caras exteriores contienen los textos escritos, mientras que en el interior se encuentra una imagen (generalmente una composición fotográfica) que abarca todo el pliego, de manera tal que al ser abierto completamente se convierte en un cartel.

41 Entrevista realizada por el Lic. Roberto Rojas al MSc. Tarik Souki. Municipio Libertador, Sector Valle Grande, estado Mérida–Venezuela. 2006, octubre 25.

42 Ídem.43 Alfredo Roffé. “Políticas y espectáculo cinematográfico en Venezuela”. En

Panorama Histórico del Cine en Venezuela (T. Hernández, coord.). Caracas, Fundación Cinemateca Nacional; p.245.

44 AHULA. Carpeta: Comunicación Rectorado. Departamento de Cine. 1982.45 El cine de autor es aquel en el cual el director tiene un papel preponderante al

basarse normalmente en un guión propio. Realiza su obra al margen de las presiones y limitaciones que implica el cine de los grandes estudios comerciales, lo cual le permite una mayor libertad a la hora de plasmar sus sentimientos e inquietudes en la película. En el cine de autor, el autor es normalmente identificable o reconocible por algunos rasgos típicos en su obra.

67


En la década de 1960, un grupo de críticos de cine franceses, pertenecientes a la revista Cahiers du Cinéma e inspirados, entre otras cosas, por el texto de 1948 “La Cámara Pluma” (CámeraStylo) de Alexandre Astruc, comienzan a plantearse interrogantes acerca del rol del auteur, o realizador, dentro de una película. Estos críticos se oponían a las ideas del neorrealismo italiano el cual proponía que el autor cinematográfico por excelencia, era aquel capaz de plasmar la realidad tal cual era, sin manipulaciones de ninguna índole, permitiendo que el espectador interpretase esta “realidad” y fijase sus propias conclusiones. Sin embargo, para este grupo de críticos entre los cuales figuraban Jean-Luc Godard con Al final de la escapada (1960), François Truffaut con Los 400 golpes, (1959), Alain Resnais con Hiroshima Mon Amour (1959) y Claude Chabrol entre otros, el cine debía proponer una visión particular de la realidad y revelar la presencia un autor-director responsable por la imágenes proyectadas. En este sentido, los realizadores de la llamada Nouvelle Vague francesa utilizaban el medio cinematográfico para expresar opiniones e ideas en cada una de sus obras.

46 AHULA. Carpeta: Rectorado .Dirección de Cultura.1983. Decreto de Adscripción del Dpto. de Cine a la Dirección de Cultura.

47 AHULA. Carpeta: Rectorado .Dirección de Cultura. 1983.48 AHULA. Carpeta: Rectorado .Dirección de Cultura. 198449 AHULA. Carpeta: Correspondencia Rectorado. Dirección de Cultura. Departamento

de Cine. 1985.50 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine. 1985. 51 AHULA. Carpeta: Consejo Universitario. Departamento de Cine. Permiso no

remunerado de Tarik Souki. 1987. 52 AHULA. Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine. Decreto de creación del

Centro de Cinematografía, 1988.53 AHULA Carpeta: Rectorado. Departamento de Cine. Oficio (Nº. 757) de la

Secretaría al Departamento de Cine. 1988, junio 6.

69

Ricardo Gil Otaiza*1

Resumen

1917 es un año de singular importancia, tanto para la ciudad de Mérida como para la Universidad de Los Andes, ya que el Dr. Diego Carbonell es designado Rector de dicha institución. A partir de este momento, y hasta comienzos de 1921, cuando sale del cargo, se acometen en la Universidad cambios profundos en el orden académico, que buscan elevarla en el contexto nacional y proyectarla en lo científico. De igual modo, desde el punto de vista cultural se erige el Dr. Carbonell en catalizador de diversas actividades, que propenden a amalgamar en el seno de dicha institución lo más graneado de la intelectualidad, a objeto de poner a la entidad en consonancia con el espíritu de la época.

* Es Farmacéutico, Magíster en Educación Superior, Mención Docencia Universitaria, y en Gerencia Empresarial. Doctor en Educación, Mención Andragogía, y en Ciencias de la Educación. Postdoctor en Gerencia en las Organizaciones. Es escritor. Ha publicado 28 libros. Investigador activo en las áreas de Etnobotánica, Etnomedicina, Educación Universitaria, Gerencia Organizacional, Pensamiento Complejo, Literatura e Historia. Ha sido incluido en el SPI (PPI Nivel II en Ciencias Sociales). Columnista del diario Frontera y de El Universal digital. Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Exdecano de la Facultad de Farmacia y Bioanálisis de la ULA (2002-2005). Es Editor Honorario de la Revista de la Facultad de Farmacia de la ULA.


El Rector Diego Carbonell y su Legado alDevenir Académico y Cultural de la Universidad de Los Andes (1917-1921)

70


70

En estas páginas se reflexiona sobre el legado académico y cultural del Rector Carbonell y sus implicaciones en la vida de Mérida, y de su Universidad.

Palabras clave: Mérida – Historia – Cultura – Académicos.

Abstract

1917 is a year of a singular importance for the city of Mérida and for the University of “Los Andes” because the Dr. Diego Carbonell has been appointed Rector of the institution. From that time until early 1921, when the Dr. Diego Carbonell went out of his office, there were so many changes that sought increase the University in a national context and projected it as a science. Similarly, from the cultural point of view the Dr. Carbonell is erected how catalyst for various activities, which tend to lump in the breast of that institution the cream of the intelligentsia, in order to put the institution in the line with the spirit of the times.

In this work there is a reflection about the academic and cultural legacy to the Rector Diego Carbonell, and its implications in Mérida and the University’life.

Keywords: Merida – History – Culture – Scholars.

Introducción

A comienzos del siglo XX la Universidad de Los Andes era apenas una pequeña institución (si se quiere, modesta), que luchaba por mantenerse en pie a pesar de las adversidades económicas que debía sortear día a día en pos de su supervivencia. Si bien era la segunda casa de estudios superiores de Venezuela (en un contexto francamente desolador y

71

Boletín del Archivo Histórico. ISSN:1316-872X. Año 10. Enero-Junio 2011, Nº 17. Universidad de Los Andes. Mérida - Venezuela. El Rector Diego Carbonell y su Legado al Devenir Académico...

deprimente) y en ella hacían vida connotados personajes que pasaron luego a formar parte de la historia de la ciudad de Mérida, y que hoy constituyen figuras emblemáticas del quehacer cultural y humanístico de entonces, su impronta en lo académico y en lo cultural no era —a la luz de nuestros días— lo suficientemente significativa, en un país que se abría esperanzado a la modernidad por la vía del modernismo, en un ambiente político signado por el autoritarismo y la imposición de ideas.1 Era aquella una institución todavía decimonónica, atada a los vaivenes y humores del gobernante de turno, quien de un plumazo ponía o quitaba autoridades sin importarle las consecuencias directas de tales decisiones. Aunándose a todo esto el inmenso abismo existente entre la provincia y la capital de la República (más pronunciado en las poblaciones de la región de los Andes; particularmente en Mérida), debido a la ausencia de una red de carreteras que las comunicara de manera efectiva, e hiciera de ellas una unidad territorial y una sólida estructura geopolítica. No obstante, con el decurso de los siglos Mérida se erigió en una entidad muy particular, en la que la confluencia de lo rural, lo universitario y lo eclesiástico se amalgamó de tal manera, que hizo de ella un indiscutible polo en lo académico, cultural e intelectual:

La cultura merideña descansa su particularidad en una base formada por tres vértices o condiciones: lo universitario, lo agrario y lo eclesiástico. Las tres son condiciones que conviven entre sí, las tres se juntan, se superponen, por veces se funden y se confunden en una sola. Las tres definen el ser merideño: la Universidad, la Agricultura y la Iglesia constituyen las tres instituciones sin las cuales Mérida no sería reconocible (Dávila dixit).2

Esa ciudad y esa Universidad son las que halla el aún joven Dr. Diego Carbonell (de apenas treinta y dos años) cuando toma posesión del rectorado de la Universidad de Los Andes el 14 de julio de 1917. A pesar de su juventud, el Dr. Carbonell llega a Mérida con una extensa hoja de vida. Nacido en Cariaco (Estado Sucre), un 13 de noviembre de 1884, realiza sus estudios iniciales tanto en Carúpano como en Cumaná. Pronto su lar nativo se le hace pequeño frente a sus inquietudes intelectuales, y deberá trasladarse a Caracas, con apenas 16 años para

72


72

cursar sus estudios superiores, ingresando primero en la Escuela Politécnica “fundada en 1884, que funcionaba entonces en la Casa del Libertador y dirigía el ilustre maestro Luis Espelozín”3. Posteriormente ingresa a la Universidad Central de Venezuela (UCV), y logra coronar su carrera de médico el 1 de diciembre de 1910. Es importante acotar que Diego Carbonell fue un estudiante aventajado, de espíritu indagador, inquieto, para quien las normales preguntas filosóficas, en cuanto a la vida y sus avatares, sólo hallaban respuestas en la ciencia y en su método. Resalta también el haber sido discípulo del Dr. José Gregorio Hernández y de otras importantes personalidades que brillaban en el ámbito académico de la Caracas de entonces, lo cual sin duda lo marcó en su devenir profesional. En cuanto a sus inquietudes intelectuales, destaca el haber escrito, siendo apenas alumno de la UCV, algunos artículos de corte científico-humanístico, entre los que sobresale Las vías nerviosas del amor y la vida animal y la vida vegetal. De igual forma su biógrafo señala que publicó su primer libro titulado Química ancestral y humana aún siendo estudiante4, lo cual contrasta con otras fuentes que afirman que su primer libro fue Crónicas y siluetas que data de su tiempo parisino (1912), y que publicara bajo el pseudónimo de Alex de Trailles.5 Independientemente de cuál de las dos versiones sea la correcta, todo esto nos indica que estamos frente a un talento descollante y precoz, de desbordada inteligencia, cuyos avatares académicos logra encauzar desde el tamiz de la palabra impresa. Si analizamos los títulos citados podemos percatarnos de su carácter ambivalente, complejo, polémico, que serán los sellos personales que imprimirá en lo sucesivo a su actuación académica e intelectual. Busca Carbonell la congruencia de la ciencia y de lo humanístico, cuya impronta no tardará en patentizar en una obra sólida, original, que le ganará numerosos adeptos dentro y fuera del país; aunque también enconados detractores hasta el final de sus días.

Una vez concluidos sus estudios universitarios, y alcanzado el ansiado título de Doctor en Medicina el 1º de diciembre de 1910, Diego Carbonell entrega a la imprenta el texto Acerca del estómago tropical, su tesis de grado, que sale ese mismo año bajo el emblema de la Tipografía El Cojo. Parte Diego Carbonell para Europa en 1911, específicamente a París, para realizar estudios de especialización “en los Hospitales St.

73


Antoine y el Hotel-Dieu, bajo la dirección de eminentes profesores como Mathieu y Roux y Gilbert”6. Varias de las fuentes consultadas refieren la relación de Diego Carbonell con relevantes figuras de la ciencia y de la intelectualidad en el país galo, haciéndose énfasis en su contacto con el poeta nicaragüense Rubén Darío, de quien se dice fue su amigo íntimo7, así como también su médico8-9. Durante este fructífero período parisino no cesa su actividad intelectual, y es así como en 1912 publica el libro Por los senderos de la Biología, que fuera elogiado con los mejores términos por el Dr. Luis Razetti (Secretario Perpetuo de la Academia de Medicina), su prologuista. Cuando en 1914 estalla la Primera Guerra Mundial, el Dr. Diego Carbonell desarrolla una intensa participación profesional desde la Cruz Roja francesa. A pesar del dolor y la angustia que la conflagración le produce, durante este período no da tregua a su actividad intelectual y de ella quedan sus artículos enviados al diario El Universal de Caracas en los que analizaba el tema de la guerra, los cuales “publicaban en una sección titulada “Correspondencia de París”.10

Pocos años después un Dr. Luis Razetti iracundo, fuera de sus cabales, levantará contra su colega Diego Carbonell una terrible polémica por un adelanto de su libro Psicopatología de Bolívar, hecho el 19 de septiembre de 1915 desde el semanario La Revista, intitulado Cuadro sintomático del Mal Comicial en Bolívar. En dicho texto Carbonell se arriesga a esbozar tamaño diagnóstico en contra de la figura del Libertador y, como es lógico suponer, las críticas no se hicieron esperar. Se pregunta Razetti:

¿Cómo es posible que un venezolano joven, inteligente, ilustrado, estudioso, que podría dedicar sus fecundas energías a realizar empresas de utilidad y provecho para la cultura nacional, emplee su talento y su actividad para destruir nada menos que la gloria del Padre de la Patria?11

Por supuesto, otras personalidades de la vida nacional se incorporan a la polémica suscitada por el nuevo título en ciernes de Carbonell, sin que ello sea obstáculo alguno para que el autor mantenga desde los medios y a distancia (aún se hallaba en París) una defensa de su postura intelectual y científica en torno a tan espinoso tema. No obstante el alboroto causado por el artículo, y la gran alharaca hecha por el Dr. Razetti, el libro sale en 1916 a través de las Ediciones de

74


74

la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela. A decir de su biógrafo, la situación generada por la tesis psicopática de Bolívar le causó un profundo malestar a su autor. Malestar que —tal vez— perdurará toda la vida.12

Como se puede apreciar, el nuevo Rector de la Universidad de Los Andes llega a la ciudad de Mérida y a su Universidad, precedido de una inmensa fama y de un gran prestigio, que ni siquiera el escándalo del año anterior pudo minar en su esencia. Empero, como se puede deducir al cotejar su historial (y recorrido) y el contexto con el que se encuentra, se producirá un “choque” de aquel intelectual de vanguardia, que abraza con todas sus fuerzas el positivismo anclado en los predios académicos e intelectuales del país y del mundo, con la ciudad y la institución provincianas, carentes de riqueza, atadas a viejos paradigmas y tradiciones, que muy pronto se verán interpeladas desde la vertiginosidad de los cambios que emprenden el Dr. Carbonell y su equipo. En casi cuatro años que durará el ejercicio rectoral su huella en lo académico y en lo cultural será la comidilla de una ciudad y de una Universidad asombradas frente a este joven brillante e impetuoso, que no cejará en su empeño y en su esfuerzo por insuflarle a sus tareas universitarias visos de modernidad.

En 1917 asciende al rectorado de la Universidad de Los Andes el doctor Diego Carbonell. Es el rector Carbonell, a pesar de su juventud, un hombre ilustrado. Con él llegan a la máxima dignidad de nuestra Universidad ideas de avanzada y un espíritu forjado a la luz de un positivismo dominante en la escena de la intelectualidad venezolana y de América Latina. Si bien, entre la godarria merideña y este eminente académico, científico y letrado (formado en los más excelsos escenarios de la ciencia europea) se presentan ciertos desencuentros y animadversiones, poco a poco su figura de hombre sabio va ocupando espacios, y el cariño y el respeto de la gente no se hacen esperar. Tan fuerte llegó a ser su vínculo de unión con la ciudad Mérida, que termina contrayendo matrimonio con María Cristina Parra Salas, prima sexta de Tulio Febres Cordero.13

75


Sobre la base de lo expuesto, y desde las posibilidades que nos permite la hermenéutica como herramienta metodológica, cuya misión es “descubrir los significados de las cosas, interpretar lo mejor posible las palabras, los escritos, los textos y los gestos, así como cualquier acto y obra, pero conservando su singularidad en el contexto de que forma parte…”14, se pretende en las siguientes páginas la comprensión de las ejecutorias del Rector Dr. Diego Carbonell en el contexto de la Universidad de Los Andes (período 1917-1921), a los fines de su impacto en el devenir académico y cultural de dicha institución, y de la ciudad que le sirve de asiento.

1. 1917, un punto de inflexión

Al Dr. Diego Carbonell lo reciben, a su llegada a la institución la mañana del 14 de julio de 1917, el Rector Encargado, Dr. Gonzalo Bernal Osorio (quien era Vicerrector y tuvo que asumir el rectorado el 25 de octubre de 1916 al ausentarse por razones de salud su titular, el Dr. Ramón Parra Picón), y el Secretario, Dr. Florencio Ramírez, así como los miembros de las distintas facultades. Se presume, por la larga lista de notificados, que al acto de toma de posesión del nuevo Rector asisten las más connotadas figuras de la institución y de la ciudad, entre quienes resaltan: Tulio Febres Cordero (aludido y elogiado por partida doble en aquella jornada15), el Pbro. Acacio Chacón Guerra (más adelante Arzobispo de Mérida), y el Dr. Adolfo Briceño Picón (uno de los fundadores de la Facultad de Farmacia) entre otros16. Por el discurso del Rector saliente se infiere que la Institución estaba expectante —y si se quiere esperanzada— en sus brillantes servicios: “se inicia una halagüeña perspectiva a favor de esta esclarecida Universidad, dados los positivos méritos científicos del notable compatriota ciudadano Doctor Diego Carbonell”17. Cierra su discurso el Dr. Bernal con un saludo de bienvenida, ya no sólo a nombre de la Universidad, sino de la propia ciudad de Mérida:

Pues bien, la culta Mérida de Juan Rodríguez Suárez, justamente enaltecida por sus hijos ilustres: la legendaria ciudad de “Las Cinco Águilas Blancas”, con amorosa dilección cantada por sus geniales

76


76

bardos, os saluda y acoge con toda la simpatía que élla (sic) siente por los huéspedes benévolos y nobles que la comprenden, la honran y la aman”18

De igual forma, en el extenso discurso de aceptación por parte del Dr. Carbonell se pueden vislumbrar elementos que preconizan los derroteros de lo que será su gestión, que no dará tregua al trabajo arduo para patentizar en obras (tangibles e intangibles) lo que sobre el papel habría de alentar aquélla espléndida mañana:

Cuanto a mí, si tuviere algún mérito con qué encarar la honorable situación con que ahora me distingue el Gobierno Nacional, él consistiría, exclusivamente, en aquel amor para el trabajo que es mi escudo. Se ha contado, se ha admitido eso; y se ha pensado, muy juiciosamente, en que lo demás lo dareis vosotros, ilustres profesores y amables compañeros, pues abunda la gracia de Dios en este colegio de sabios”19

El nuevo Rector dejaba así sobre los hombros de los profesores de la Universidad de Los Andes la inmensa tarea que se tenía por delante, dando un paso en el ejercicio de lo que muchos años después se conocerá como liderazgo académico (o gerencia académica), en el que las responsabilidades y los frutos iban a ser compartidos sobre la base del carácter liberal en cuanto a la toma de decisiones. Su función era, ni más ni menos, que la de catalizador de todo ese esfuerzo en la conquista de las grandes metas que se había propuesto como norte, pero deslastrándose desde ya del pesado fardo de una ejecutoria unívoca, impositiva, que desde siempre había sido la manera de conducción de los destinos de las instituciones. Si bien el Dr. Diego Carbonell había sido nombrado Rector por instrucción expresa del Presidente Provisional de la República, Dr. Victorino Márquez Bustillos (personaje títere del verdadero jefe del Gobierno, General Juan Vicente Gómez), su formación académica y su estancia en París le habían abierto nuevas perspectivas en cuanto a las maneras de comprender el mundo académico, y el de la política a tal punto que en 1925 es nombrado Rector de la Universidad Central de Venezuela, y su salida del cargo, tres años después, será abrupta, ya que su pensamiento liberal lo llevará a cometer lo que para el régimen gomecista sería un error grave: permitir la organización de los centros de estudiantes, los

77


cuales posteriormente se agruparán en la denominada Federación de Estudiantes de Venezuela, que propicia las manifestaciones estudiantiles y denuncia y encara con vehemencia en las calles de Caracas los abusos del poder.20 Sin embargo, para su hoja académica esta postura gallarda frente a la generación de jóvenes estudiantes universitarios del 28 (algunos de los cuales llegarán años después a la presidencia de la República), le asegurará un lugar preeminente en la historia contemporánea de Venezuela.

Desde el primer día de su ejercicio como Rector de la Universidad de Los Andes el Dr. Carbonell demostró con el ejemplo, que sus palabras en el acto de la toma de posesión no eran mera retórica, sino un emblema de su gestión. Si bien mucho se ha escrito sobre el ambiente tenso, si se quiere sesgado, que halló el nuevo Rector en Mérida y en la Universidad, al parecer eso no fue obstáculo para que su espíritu renovador comenzara a buscar caminos para la ejecutoria que se tenía planteada. No obstante, lo que no se ha dicho con el mismo énfasis, es que el Dr. Carbonell halló en esta humilde Universidad de Los Andes —la misma que décadas atrás había sido desdeñada por personajes como Antón Goering (“En Mérida hay también una Universidad, si bien para la vida de allí no significaba gran cosa”21) y años después por el también explorador alemán Wilhem Sievers (“Mérida posee así mismo una así llamada Universidad, la cual sin embargo, según sus conceptos no debería llevar este nombre, ya que sólo tenía muy menguados derechos para ello”22)— un clima intelectual de apego al estudio y al cultivo de las letras, que como es lógico suponer no tardó en aprovechar. Halló también a connotadas figuras que habían crecido a la sombra de su Universidad, y al mismo tiempo eran fundantes de su prestigio y permanencia, y hoy se nos muestran como ejemplos de civilidad. Fueron sin lugar a dudas héroes civiles, forjadores de nación.

Tulio Febres Cordero, Mariano Picón Salas y Gonzalo Picón Febres constituían en 1917 una tríada compleja e interesante. Y si a ellos aunamos el brillo de un Diego Carbonell, que aunque estaba de pasada por la ciudad (…) su influencia y su prestigio intelectual ayudó a consolidar los espacios interculturales de la Mérida del primer cuatro de siglo…”23

78


78

Muy pronto se rodeó el Rector Diego Carbonell de la crema y nata de la vida académica e intelectual de Mérida. Muy pronto, también, comenzaron sus actuaciones. 1917 marca así en la historia de la Universidad de Los Andes un punto de inflexión, al confluir en el espacio y en el tiempo varias generaciones de académicos e intelectuales (unos debutando, otros a medio camino y algunos ya de salida), quienes aupados desde el rectorado constituirán punta de lanza de una mirada que fue más allá de las cuatro paredes del claustro, para tomar con determinación la ciencia, las corrientes del pensamiento y sus propios talentos, y ponerlos así al servicio de la institución y de la hidalga ciudad de los Caballeros.

2. La academia

La historia de la Universidad de Los Andes es abrupta, no guarda una relación lineal en cuanto a sus progresos y evolución24. Las decisiones de los distintos gobiernos dejaron en ella sabores amargos, al despojar-la de sus rentas, al dejarla huérfana de sede; al expropiarla casi de todo, excepto de su dignidad. Producto de todos estos desafíos por mante-nerse en pie era el estado calamitoso en que se hallaba la academia en no pocas de sus facultades, cuando irrumpió el Dr. Diego Carbonell en su historia. Ejemplo del empeño puesto ante el gobierno nacional es la creación de la Escuela de Farmacia (dependiente del Rectorado) el 5 de julio de 1918, cuya Facultad había sido clausurada en 1905 por una infausta decisión del gobierno de Cipriano Castro.

El 1º de abril de 1918, mediante telegrama enviado por el Ministro de Instrucción Pública, R. González Rincones, al Rector de la Universidad, se le participa de la Resolución con esa misma fecha de la creación de la citada Escuela. Llama la atención en el texto del telegrama lo siguiente: “Por Resolución de hoy ha sido creada Escuela de Farmacia en esa ciudad y teniendo en cuenta el generoso ofrecimiento de U. (el subrayado es nuestro) ha sido nombrado Profesor de las cátedras de la Física y Botánica correspondientes al primer año de estudio...25

Como se infiere de lo citado, fueron las hábiles gestiones del Rector Carbonell ante el Gobierno Nacional, las que llevaron a feliz término

79


la creación de la Escuela de Farmacia, vieja aspiración del gremio farmacéutico de la ciudad y del país. Si bien no se reestablecía como tal la Facultad de Farmacia, perdida trece años atrás por vicisitudes propias del juego político, este paso luce decisivo a la hora de sopesar la erección de dicha dependencia, que se concretaría el 11 de febrero de 1942 durante el rectorado de Gabriel Picón Febres hijo, siendo Presidente el general Eleazar López Contreras. Ahora bien, 1918 fue un año prolífico en obras para la Universidad de Los Andes, ya que se crea además “una Escuela de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales el 9 de octubre de ese mismo año.”26 Si analizamos estos dos logros académicos, ocurridos en un período muy breve, podemos corroborar el empeño del Rector por elevar el nivel académico (científico) de la institución que, como ya se expresó, no vivía su mejor momento. En estas obras se deja ver su personalidad, su espíritu metódico, su empeño sistemático por afianzar áreas que a su entender eran prioritarias para la vida de la nación.

Muy pronto irrumpió en la rutina de la vieja Universidad como un innovador, empeñado en remozar las antiguas prácticas y concepciones académicas que amparaban los estatutos universitarios, a tratar de inaugurar nuevas corrientes filosóficas y sobre todo, a la ciencia experimental como instrumento indispensable para la docencia universitaria.27

Suele decirse que por sus obras se conocerá a los hombres, pero no necesariamente eso debería significar o traducirse sólo como “grandes obras”, mucho menos cuando hablamos de una institución como la Universidad de Los Andes de entonces, que exigía atendérsele en miles de circunstancias y reclamos para ponerla a tono con la realidad académica del mundo. Esta situación la comprendió a cabalidad el Dr. Diego Carbonell y no cejó en su empeño por lo menudo de la academia; valga decir: mejora de salones, equipamiento de los denominados gabinetes (lo que hoy conocemos como laboratorios), aumento del acervo bibliográfico de la institución, captación de talentos académicos, búsqueda de recursos financieros para el sostenimiento de la vida institucional, publicación de libros científicos, creación del cargo de Preparador. Se cuentan también como sus logros académicos

80


80

“la reaparición de la “Gaceta Universitaria”, y los proyectos de una Escuela de Enfermeras y un Hospital de Niños”28.

El aporte de Diego Carbonell a la vida académica de la Universidad de Los Andes y de la ciudad de Mérida no se puede “sopesar” únicamente sobre la base de lo tangible, que fue sin lugar a dudas importante. Su mayor impronta está en la apertura de los espacios universitarios para que se diese el debate de las ideas. Durante su gestión no caben los tabúes, ni los temas velados, ni la cerrazón mental producto de la cultura o del adoctrinamiento religioso; de allí (a decir de algunos, aunque no sea la opinión reinante como se verá luego) su “choque” con los grupos de poder de la época; de allí sus diferencias con quienes se arrogaban el papel de censores morales de la sociedad. Las Conferencias Universitarias, ideadas y puestas en marcha por el mismo Dr. Carbonell, se erigen en insignia de lo que a su entender debería ser el espíritu connatural a la academia. Su afán por divulgar la ciencia y sus beneficios entre la gente llana o del pueblo, no puede soslayarse a la hora de sacar en limpio su aporte a la institución y a la ciudad, por tratarse de una práctica si se quiere “común” en nuestros días y que forma parte del Real Ser y del Deber Ser universitarios. Fue el Rector Diego Carbonell quien abrió las puertas de la Universidad a la ciudad, a la libre discusión del pensamiento y a los alcances e impactos de la ciencia. Su juventud, aunada a su sólida formación académica y humanística, lo impulsaba irremisiblemente a ese derrotero. Podríamos afirmar acá que fue el Dr. Carbonell pionero de lo que después se conocería como la “extensión universitaria”, al hacer llegar a la sociedad el brazo de la academia en la consecución de un mayor nivel de vida de la población. Conocedores por lo tanto de su espíritu innovador y de sus antecedentes académicos y humanísticos, no podemos imaginárnoslo insensible frente a las duras circunstancias económicas, sociales y asistenciales que percibió en la Mérida de entonces. Y actuó a pesar del entorno conservador y mojigato.

Y así las conferencias, además de revolucionar el plácido ambiente andino, si bien produjeron algunos efectos que perseguía el rector, fueron también las que mayores conflictos le causaron con el sector de la sociedad merideña más apegada a las tradiciones religiosas. 29

81


Las enfermedades venéreas (y la prostitución), la moral ciudadana, el alcoholismo, la desnutrición, los vicios, las enfermedades virales, la injusticia social (la esclavitud), el ahorro, la economía, y la educación, entre otros, fueron los temas trajinados, no sólo desde el Paraninfo de la Universidad, sino desde el seno de la propia comunidad. Para eso el Dr. Carbonell cursaba invitaciones a los académicos de la misma institución (personalidades todas ellas), o él mismo se encargaba de las disertaciones. Si bien todo este proceso de reinvención epistémica y filosófica de la Universidad de Los Andes, le reportó al Rector la crítica de los sectores reaccionarios de la sociedad, que se sentían interpelados por la nueva autoridad, además de escandalizados por el trato público de temas considerados como “inmorales” o escabrosos, su iniciativa fue ganando la voluntad de los académicos, que pronto reconocieron la pertinencia y la necesidad de esas luces en medio de las tinieblas reinantes. Ahora bien, una cosa es recibir críticas sobre determinados sucesos de una gestión académica (lo que es lógico y necesario en todo ejercicio de poder), y otra muy distinta es pensar que desde su llegada a Mérida el Dr. Carbonell sólo recibió oposición a su magisterio.

Dentro de la Corporación Académica como tal, no tuvo el doctor Carbonell oposición alguna; y lo decimos porque no hemos hallado documento alguno que así lo demuestre. Puede que personalmente alguno o algunos de los señores catedráticos, religiosos fanáticos, vieran en el Rector Carbonell a un hombre inconveniente; pero de allí, a sustentar que tuvo que luchar contra la intransigencia y la oposición local, hay mucho trecho. 30

Independientemente, pues, de los intríngulis de esta discusión, abordada desde hace décadas por los estudiosos del tema “Diego Carbonell”, se podrían asumir como válidas —y hasta lógicas— las reticencias implícitas o explícitas de parte de los sectores que hacían vida en la Universidad de Los Andes y en la Mérida de comienzos del siglo XX, hacia el personaje en cuestión, dada su polémica personalidad, no sólo desde el ejercicio de sus funciones públicas, sino también desde el ámbito de su propia obra científica, lo que lógicamente tenía que forzar en los miembros de una sociedad “cerrada” como la emeritense, cuya intelectualidad giraba en torno a una institución precaria como

82


82

lo era su Universidad de entonces, y también en un poder eclesiástico (que desde los albores de la colonia movía a su real entender los hilos de una comarca apacible, serena, vuelta a la introspección), la reacción frente a tan avasallante cambio de estilo en la conducción académica, el alerta rojo ante lo que podría significar la pérdida de los espacios, y del propio liderazgo natural.

3. La cultura

Si tuviésemos que definir al Dr. Diego Carbonell con sólo dos vocablos no dudaríamos en señalar “academia” y “cultura”. Si bien ambos términos se imbrican, se hacen uno solo, se funden en una sólida y categórica personalidad (como fue la suya), esa ambivalencia, esa complejidad paradigmática nos lleva a considerar cada uno por separado (sin perder la visión global), en una suerte de rueda existencial que lentamente fue haciendo camino a una vida ganada para lo universitario y la consolidación de espacios culturales importantes, tanto en Mérida como en Caracas. Algunos podrán afirmar —con derecho— que habría que agregar a esos dos vocablos un tercero: “diplomacia”, en respuesta a su labor en el servicio exterior venezolano, que dicho sea de paso le consumió buena parte de su energía y de sus fuerzas físicas. No obstante, la impronta cultural es fundamental a la hora de la interpretación de su gestión académica como un todo orgánico y coherente, y por reunirse en él la ciencia y las humanidades en una especie de simbiosis existencial, que lo definió ineludiblemente hasta su muerte.

Como ya expresáramos, cuando llega el Dr. Carbonell a posesionarse de su cargo, trae sobre sus hombros una carrera científica y una obra literaria, que si bien aún no se había consolidado, mostraba claramente su perfil. El Rector que tanto se preocupó por dar apertura a los espacios científicos y que tuvieran pertinencia en lo social, también se empeñó en el cultivo de las letras y de la cultura en su expresión universal. Las Conferencias Universitarias (cuyos “beneficios” económicos estaban destinados para hacer realidad su anhelado proyecto del Hospital de

83


Niños), que dieron pie a sesudos debates en torno a los más álgidos temas científicos y sociales, permitieron también que la Universidad cobijase en su seno las más elevadas expresiones del intelecto y del arte. Se preocupó el Rector Carbonell porque en el Paraninfo de la Universidad de Los Andes disertaran las más preclaras voces de la ciudad, para que sus expresiones, obras y recorridos fueran del conocimiento y del alcance de todos. Desde la tribuna disertaron personajes como Tulio Febres Cordero (para entonces con una obra literaria consolidada y con un prestigio personal que traspasaba las fronteras nacionales), el Dr. Antonio Ramón Silva García (obispo de Mérida), el Dr. Roberto Picón Lares (futuro Rector de la ULA, “con obra importantísima, se formó bajo la dirección de su padre, Gonzalo Picón Febres. Orador y escritor (…) representó con brillo en la escena regional y nacional”31), el Dr. Gonzalo Bernal (Vice Rector de la Universidad de Los Andes, Rector Encargado por la separación del titular Dr. Ramón Parra Picón, y futuro Rector que lo sucederá en el cargo), y el mismo Diego Carbonell. Cabe destacar que entre los invitados por el Rector a disertar estuvo un joven de apenas dieciséis años, con vocación de literato, que a partir de entonces se abrirá al país y al mundo como una de las voces de mayor contundencia de las letras americanas: Mariano Picón Salas.

En los espacios de las conferencias universitarias se encontraron disímiles generaciones, diversas visiones del mundo, múltiples arquetipos interculturales conjugados por la sabia batuta del rector Carbonell. Fue precisamente en los espacios universitarios en donde la Mérida compleja y eternamente ambivalente vio en acción a sus más denodados hombres, a sus más incisivas plumas, a sus más conspicuos representantes amalgamados en el tiempo y en el espacio, pero atomizados en el inusitado espectro del cambio epocal. 32

El tema seleccionado por el Rector Carbonell para el joven disertante fue Las nuevas corrientes del arte. De más está afirmar que el precoz talento de Mariano Picón Salas brilló con luz propia en el Paraninfo de la Universidad. Sin saberlo —tal vez lo intuía— el Dr. Carbonell apadrinó el debut de Picón Salas. Cuentan las crónicas de aquellos tiempos que un Rector visiblemente emocionado se levantó de su

84


84

asiento para aplaudir a un muchacho hasta entonces desconocido en el ambiente literario y cultural de Venezuela, quien a partir de entonces pasó a formar parte de las nuevas generaciones de intelectuales que más representatividad y brillo le dieron al país fuera de sus fronteras. Había dicho que el esfuerzo de este muchacho sabio, con nuestra

sabiduría alborotada, sorprende y entusiasma; y su precocidad sin ser la de Pascal, la de Pico de la Mirandola o la pasmosa precocidad de Goethe, pudiera ser, en el porvenir de la actual juventud de Venezuela, cuando los años consoliden la mentalidad exuberante, una personalidad de la familia espiritual de Cecilio Acosta, Fermín Toro y Arístides Rojas. 33

Llama la atención el tema dado por el Rector a Picón Salas, habida cuenta de su formación y de sus intereses, que como se ve —cuando analizamos su vasta obra científica y humanística—, trascienden las fronteras del cientificismo imperante en la época (que ya es inusual en una persona que, como Diego Carbonell, abrazó con fuerza el positivismo), para adentrarse en el terreno de la complejidad humana y su inmanencia. Salta a la vista, también, en el fragmento citado de las palabras laudatorias expresadas por Carbonell al joven disertante, la mención que hace de algunas figuras de la cultura universal: Giovanni Pico della Mirandola, polémico y controvertido personaje del siglo XV (filósofo y humanista), que se atrevió a ir en contra del espíritu imperante en tu tiempo, siendo catalogado por el Papa Alejandro VI como hereje por sus “900 tesis o proposiciones” que quiso debatir públicamente, algunas de las cuales fueron asociadas a la magia y a la cábala. También de Goethe: literato alemán (1749-1832), autor del Fausto, célebre obra que toma como centro la conocida leyenda de Fausto, personaje que vendió su alma al diablo para recibir a cambio la sabiduría. De los venezolanos: Cecilio Acosta, Fermín Toro y Arístides Rojas, quienes representaron una sólida generación de intelectuales y humanistas, que de alguna manera insertaron al país en el ámbito del humanismo universal, desde lo nacional y lo local. Como se puede observar, un amplio espectro que dice bastante, no sólo del inmenso bagaje cultural de Carbonell, sino también de sus afinidades e intereses artísticos, que de alguna manera hicieron de él un personaje controvertido y polémico, que jamás cedió a la tentación

85


de la obra fácil y acomodaticia, sino que desde la palabra se enfrentó al pensamiento reinante, rompió clisés, buscó con honestidad ir más allá de lo comúnmente aceptado, aunque en ello se le fuera su tranquilidad personal, y su posteridad. Baste mencionar su Psicopatología de Bolívar (París, 1916, ya citada), La epilepsia del Libertador (Mérida, 1920), Juicios históricos (Río de Janeiro, 1922), Bocetos de honor, de dolor y de crítica (Río de Janeiro, 1923), El General O´Leary íntimo (Caracas, 1937), La parasitología en Venezuela (Caracas, 1938), Reparos al Santo de la espada (La Paz, 1939), De filosofía y de historia (Buenos Aires, 1942), y Lo morboso en Rubén Darío (Buenos Aires, 1943), entre muchas otras.

4. Exégesis y Reflexión final

La obra científica y literaria del Dr. Diego Carbonell en su conjunto (incluyendo los textos póstumos) sobrepasa los 30 libros, aunándose cerca de 20 folletos de los más diversos temas (historia, biología, literatura, biografía y filosofía). Si a esto sumamos el legado académico y cultural, ya analizado e interpretado en las páginas anteriores, podríamos afirmar que fue una personalidad excepcional, un Rector como pocos en la historia de la Universidad de Los Andes (que ya es mucho decir, habida cuenta de las excelsas figuras que alcanzaron tal dignidad en el seno de nuestra institución). Su paso por nuestra institución (y por la ciudad de Mérida) abrió caminos, despejó horizontes, marcó un derrotero a seguir en la consecución de un destino mejor. Siendo un científico y un intelectual, que transitó el camino del positivismo, como sus grandes contemporáneos, jamás dio por sentado que la ciencia y el humanismo fueran verdades absolutas, inalterables e inmodificables. Tampoco hizo del ejercicio de la ciencia y de la intelectualidad, una religión. Todo lo contrario: puso siempre un signo de interrogación al quehacer científico y cultural de su época; de allí su impronta en nuestra Universidad y en la ciudad de Mérida.

Podríamos afirmar que la gestión del Dr. Diego Carbonell marcó un antes y un después en el devenir de la ciudad de Mérida y de la

86


86

Universidad de Los Andes. No compartimos por lo tanto —sobre la base de lo expuesto en estas páginas— opiniones según las cuales

…de poco sirvió el nombramiento como Rector en 1917 del joven científico Diego Carbonell, quien pretendió transformar la vieja casona. Ninguno de sus proyectos prosperó (…).

No cambió la Universidad durante los años veinte. Siguió siendo, en esencia, la misma. La Universidad moderna debía esperar.34

Los hechos, las obras y los testigos de la época dicen lo contrario. “En la historia intelectual de la Ciudad de los Caballeros, su influencia puede ser comparada a la que Ernst y Villavicencio ejercieron para su época en Caracas.”35 (Briceño Iragorry, dixit). “(…) puesto de manifiesto con la brillante actuación cultural y del progreso realizada al frente del Rectorado, lo que sin duda redunda en beneficio de Mérida que sabrá inscribir el nombre de Ud. en el número de sus más conspicuos y abnegados servidores.”36 (Bernal Osorio, dixit).

La exégesis de las opiniones anteriores nos permite vislumbrar meros criterios cuantitativos, obviándose de manera particular que en las ciencias humanas y sociales los “intangibles” muchas veces constituyen variables fundamentales en la construcción de realidades, o en su posible negación. Los avances y los progresos de las actuaciones a lo largo de la historia, no siempre pueden (o deberían, en todo caso) ser “medidos” bajo los cánones estadísticos. Se erige como necesaria, pues, una visión cualitativa, que vaya más allá de las listas de cotejos, de los estudios comparativos y de las proyecciones aritméticas. Volviendo entonces a nuestro personaje, no es cierto que “ninguno de sus proyectos prosperó”, ya que varias de sus realizaciones dieron pie con el tiempo a la cristalización de sueños cuyos alcances hoy sopesamos con juicio de visión (y que en estas páginas ya fueron dilucidados).

Con respecto al caso de la creación de la Escuela de Farmacia, por retomar sólo un ejemplo, si bien es cierto que tuvo inmensos altibajos en su prosecución, llegándose incluso a tener que cerrar sus puertas por la ausencia de estudiantes, a veces de profesores, o de meros recursos financieros (todos ellos son imponderables que escapan al

87


radio de acción de quien visiona una meta, y muchas veces conspiran en su contra), la institución vio coronado varias décadas después su anhelo de volver a ser una Facultad. Visto este acontecimiento a la luz de nuestros días podríamos argumentar con certeza que de no haber sido por esa “creación”, gestionada y ejecutada por el Rector Carbonell, difícilmente se hubiese alcanzado con los años la dignidad de “Facultad”, perdida trece años antes por mezquindad del gobierno de Cipriano Castro.

Pero como se comprenderá, en toda acción humana hay “imponderables”, y de eso no escapa ningún proceso social. En el caso de la gestión del Rector Carbonell, fueron muchas esas circunstancias imprevisibles que lógicamente se salieron de sus manos (porque sencillamente ya no estaba frente al cargo) para convertirse con el tiempo en vacíos inconmensurables, que colocados en la balanza la podrían inclinar hacia uno u otro lado, hacia una u otra interpretación. Empero, y esto hay que decirlo: contexto social depauperado, aguda realidad política, fuerte crisis económica, analfabetismo y aspectos culturales negativos, se erigieron de alguna manera en factores determinantes de la baja calidad de vida de la Venezuela de la primera mitad del siglo XX (quizás más allá), y nadie se atreverá a negarlo. La Universidad, como cabe suponerse, no podía escapar a todo eso.

En todo caso, cuando el Dr. Diego Carbonell hace entrega de su cargo en 1921 al Dr. Gonzalo Bernal Osorio, deja tras de sí una institución más plural, más crítica, más científica y humanística; abierta a los cambios epocales. En fin, una institución más universal. Y eso fue determinante en la consecución de la Universidad que conquistaríamos luego, que aún hoy con todo lo alcanzado, y el nivel de excelencia académica y científica que muestra en el contexto de las instituciones de educación universitaria del continente, sigue en su lucha por su permanencia y su lugar en la historia.

88


88

Referencias

1 R. Gil Otaiza. La impronta intercultural como arquetipo en el mundo de Tulio Febres Cordero. Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 2010.

2 En: T. Febres Cordero. Clave histórica de Mérida. Ediciones del Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes, Biblioteca Nacional (Biblioteca Febres Cordero) y Alcaldía Bolivariana del Municipio Libertador del Estado Mérida. Mérida, Venezuela, 2005.

3 C. Bifano. Diego Carbonell. Biblioteca Biográfica Venezolana. El Nacional. Fundación Bancaribe. Caracas, Venezuela, 2010.

4 Ibídem.5 E. Chalbaud Cardona. Historia de la Universidad de Los Andes. Tomo X. Ediciones

del Rectorado de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 1990. 6 C. Chalbaud Zerpa. Compendio histórico de la Universidad de Los Andes de Mérida

de Venezuela. Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 2000.

7 Ibídem.8 Fundación Polar. Diccionario de Historia de Venezuela (2ª edición). Tomo I. Caracas,

Venezuela, 1997. 9 Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes. Pinceles y pinturas (Galería

de retratos del rectorado). Colección la ULA y su Historia, Nº 2. Ediciones de la Secretaría de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 2003.

10 En: Diego Carbonell. Op. cit.11 Ibídem.12 Ídem.13 R. Gil Otaiza. Facultad de Farmacia: momentos cruciales desde su origen hasta

su consolidación. Una lectura crítica. Revista Actual Investigación. XLIII, 1. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 2011. En Imprenta.

14 I. Hurtado y J. Toro. Paradigmas y métodos de investigación en tiempos de cambio. Episteme Consultores Asociados C.A. Caracas, Venezuela, 1997.

15 E. Chalbaud Cardona. Historia de la Universidad de Los Andes. Tomo X. Ediciones del Rectorado de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 1990.

16 Ibídem.17 Ídem.18 Id.19 Id.20 En: Diego Carbonell. Op. cit.21 C. Rodríguez. Testimonios merideños. Ediciones Solar. Vicerrectorado Académico

de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 1996. 22 C. Chalbaud Zerpa. Historia de Mérida. Consejo de Publicaciones de la

Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 1997.23 R. Gil Otaiza. La impronta intercultural.

89


24 R. Gil Otaiza. Universidad de Los Andes: fundación entres actos y un epílogo. Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 2010.

25 R. Gil Otaiza. Facultad de Farmacia: momentos cruciales.26 Archivo Histórico de la ULA. Pinceles y pinturas.27 En: Diego Carbonell.28 C. Chalbaud Zerpa. Compendio histórico.29 En: Diego Carbonell.30 C. Chalbaud Zerpa. Historia de la Universidad de Los Andes.31 B. Celis Parra. Mérida ciudad de águilas. Tomo II. Autor. Mérida, Venezuela, 1994.32 R. Gil Otaiza, La impronta intercultural.33 Ibídem.34 J. Rondón Nucete. Trascendencia en Mérida del Decreto del Gral. Juan V. Gómez de

19 de marzo de 1928. Boletín del Archivo Histórico. Nº 15. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela, 2010.

35 En: Diego Carbonell.36 Ibídem.

Bibliografía

Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes. (2003). Pinceles y pinturas (Galería de retratos del rectorado). Colección la ULA y su Historia, Nº 2. Ediciones de la Secretaría de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.

Bifano, C. (2010). Diego Carbonell. Biblioteca Biográfica Venezolana. El Nacional. Fundación Bancaribe. Caracas, Venezuela.

Celis Parra, B. (1994). Mérida ciudad de águilas. Tomo II. Autor. Mérida, Venezuela.

Chalbaud Cardona, E. (1990). Historia de la Universidad de Los Andes. Tomo X. Ediciones del Rectorado de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.

Chalbaud Zerpa, C. (1997). Historia de Mérida. Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.

__________ (2000). Compendio histórico de la Universidad de Los Andes de Mérida de Venezuela. Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.

Febres Cordero, T. (2005). Clave histórica de Mérida. Ediciones del Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes, Biblioteca Nacional (Biblioteca Febres Cordero) y Alcaldía

90


90

Bolivariana del Municipio Libertador del Estado Mérida. Mérida, Venezuela.

Fundación Polar. (1997). Diccionario de Historia de Venezuela (2ª edición). Tomo I. Caracas, Venezuela.

Gil Otaiza, R. (2010). La impronta intercultural como arquetipo en el mundo de Tulio Febres Cordero. Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.

__________ (2010). Universidad de Los Andes: fundación en tres actos y un epílogo. Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.

__________ (2011). Facultad de Farmacia: momentos cruciales desde su origen hasta su consolidación. Una lectura crítica. Revista Actual Investigación. XLIII, 1. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela. En Imprenta.

Hurtado, I., y Toro, J. (1997). Paradigmas y métodos de investigación en tiempos de cambio. Episteme Consultores Asociados C.A. Caracas, Venezuela.

Rodríguez, C. (1996). Testimonios merideños. Ediciones Solar. Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.

Rondón Nucete, J. (2010). Trascendencia en Mérida del Decreto del Gral. Juan V. Gómez de 19 de marzo de 1928. Boletín del Archivo Histórico. Nº 15. Universidad de Los Andes. Mérida, Venezuela.

91

José Ortega y Gasset en el espíritu de la Facultad de Humanidades y Educación.

Entre el olvido y el recuerdo

Ramón Rivas Aguilar*1

Resumen

Las concepciones humanísticas de José Ortega y Gasset, que lo llevarían a fundar, junto a Julián Marías, el Instituto de Humanidades de Madrid en 1948, tuvieron significativa repercusión en las universidades latinoamericanas. El prestigioso historiador español Américo Castro no desconocía aquella obra cuando hablaba con Mariano Picón Salas sobre la necesidad de los estudios humanísticos en la Universidad de Los Andes. Esta idea se concretó el 25 de junio de 1955 con la creación de la Escuela de Humanidades, elevada el 12 de julio de 1958 a la categoría de Facultad por el Rector Pedro Rincón Gutiérrez. El presente trabajo, concebido como expresión de gratitud, trae a la memoria aquella época y aquellos hombres y mujeres que con sus conocimientos, sabiduría y calidad humana forjaron esta Facultad.

Palabras Clave: Universidad – Historia – Catedráticos – Mérida.

∗ Ramón Rivas Aguilar. Profesor de la Escuela de Historia de la Universidad de Los Andes. Especialista en Historia Económica de Venezuela. Ha publicado importantes trabajos sobre el proceso petrolero venezolano. Estudioso de la obra de José Ortega y Gasset.

El autor agradece al Profesor Marcos Ramírez, a la Profesora Rossana Hernández y al Historiador Pedro Molina por su valiosa colaboración en las correcciones y sugerencias, las cuales dieron forma y estilo a este texto.


92


Abstract

Jose Ortega y Gasset’s humanistic conceptions, which would lead him to found, along with Julian Marias, the Humanities Institute in Madrid in 1948, had a significant impact in Latin American universities. The renowned Spanish historian, Américo Castro, confirmed that he did know well Ortega y Gasset’s work through his discussions with Mariano Picon Salas about how much the University of Los Andes needed humanistic studies. This idea was formalized on June 25, 1955, when the School of Humanities was created, and later, on July 12, 1958, it was upgraded to the category of Faculty by the President Pedro Rincon Gutierrez. This paper, as an expression of gratitude, brings to the memory that time and those men and women who with their knowledge, wisdom and humanity raised this Faculty.

Keywords: University, History, Professors, Mérida.

El defecto más grave del hombre es la ingratitud. El ingrato olvida que la mayor parte de lo que tiene no es obra suya, sino que le vino regalado de otros, los cuales se esforzaron en crearlo u obtenerlo… olvidar el pasado, volverle la espalda, produce el efecto que hoy asistimos: la rebarbarización del hombre…Hemos heredado todos aquellos esfuerzos en forma de creencias que son el capital sobre el que vivimos… Tener conciencia de que se es heredero, es tener conciencia histórica.1

Corría el mes de junio de 1955. Mes que anunciaba las brisas de los mares del sur y las nevadas que arropan silentes la Cordillera de los Andes. Dos potencias consolidaban sus sendos poderes en los campos de la energía nuclear y los vuelos espaciales. Los científicos intentaban develar los secretos de la materia para producir una fuente de energía con fines pacíficos, para promover el progreso de las naciones. Sin embargo, la primera explosión atómica en el desierto de Álamo, en

93

Boletín del Archivo Histórico. ISSN:1316-872X. Año 10. Enero-Junio 2011, Nº 17. Universidad de Los Andes. Mérida - Venezuela. José Ortega y Gasset en el espíritu de la Facultad de Humanidades...

1944, había horrorizado a Albert Einstein, quien vio en ese fragor endemoniado, en forma de hongo, la destrucción de la vida en la Tierra. Las potencias corrían el riesgo de devastar la civilización occidental con una hecatombe nuclear. La Crisis de Octubre o Crisis de los misiles en Cuba, en el año de 1962, reveló la fragilidad de nuestra civilización.

Desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial hasta el estallido de la bomba nuclear, el hombre en Occidente estuvo al borde del abismo. La ambición imperial, los odios ideológicos y los totalitarismos olvidaron los ideales del humanismo, cuyo origen se remonta al Renacimiento, la Ilustración y los enciclopedistas. El hombre perdió su horizonte vital. No tenía la menor idea de lo que significaría para los pueblos europeos los campos de concentración como consecuencia del desprecio de la dignidad humana. El hijo de Dios se convirtió en una ficha al servicio de un Estado totalitario que evocaba una esperanza milenaria. Fue la época de la insensatez, la arrogancia, la vanidad, la intolerancia y el fanatismo de unos hombres que hicieron de sus creencias verdades absolutas y convirtieron al Estado en eje de la vida individual y colectiva. El antropólogo Bronislaw Malinowski describió en 1944 la naturaleza del Estado totalitario:

Bajo el gobierno totalitario, el Estado asume la fiscalización de todos los credos adecuados, de la ciencia, de la educación y de las decisiones de la justicia. Así, suprime la autonomía efectiva y creadora de la Iglesia, la escuela, la investigación, las organizaciones religiosas, los tribunales libres y el debate libre. Suprime la independencia de la familia, la municipalidad y la libertad de asociación. En realidad, el totalitarismo es una tentativa, no sólo de controlar, sino en gran parte de aniquilar las demás instituciones y de sustituirlas por una fiscalización dictada por el Estado 2

José Ortega y Gasset percibió con claridad la crisis histórica del proyecto de modernización, iniciado en Europa con el ocaso del Medioevo. Para este filósofo, el avance sin conciencia de la ciencia y la tecnología barbarizó al hombre, haciéndole perder la capacidad creadora para estar en sintonía con los tiempos históricos. Las universidades

94


acentuaron la especialización del saber y produjeron un profesional sin sensibilidad por la cultura. El ser humano dejó en manos del Estado y las masas su destino vital. Algunos pueblos europeos se estatizaron y colectivizaron. Había que salvar a esas sociedades de la barbarie, la mediocridad y la chabacanería mediante la inoculación de la cultura. Era tarea ineludible instaurar en las universidades una facultad humanística con el objetivo de formar un hombre culto y a la altura de sus circunstancias históricas, para devolverle su espíritu liberal como fundamento de la existencia humana. Así lo expresó Ortega en los años treinta del siglo pasado: …“Desde hace dos generaciones tiende a desindividualizarse… siente una lujuriosa fruición en dejar de ser individuo y disolverse en lo colectivo”3

¿Cuál era entonces ese camino de humanización? Para Ortega consistía en educar al hombre de manera que se “sintiese único, responsable de sí mismo en el goce, como en el deber y el dolor. Creer que cada ser humano debe quedar franco para henchir su individual y transferible destino”4 Es decir, un hombre capaz de decidir su destino vital sin la sombra del estatismo, del colectivismo y de los totalitarismos. Dentro de esa perspectiva promovió en Madrid, junto con Julián Marías, la creación del Instituto de Humanidades, en el año de 1949, “para impulsar una nueva forma de convivencia intelectual que permitiera y fomentara la participación vivaz de muchas personas en el cultivo de las ciencias de lo humano”. La base de todo ello era la historiología,

…disciplina que nunca ha sido acometida en serio, dando lugar a que los libros de historia, cualesquiera sean sus virtudes y méritos singulares, contengan materia tan vagarosa y sin compromiso y hablen del pasado como de algo ajeno a nosotros, siendo así que constituye nuestros propios entresijos. La historia tiene que tener razón, es razón narrativa, una narración que explica y una explicación que consiste en narrar. Es inadmisible la conducta habitual de la historia que se fatiga en probar, a veces con una superflua ostentación de rigor, los datos que maneja, pero no prueba lo que ella dice sobre esos datos y aún rehúye plantearse las cuestiones de realidad humana que anuncian, con lo cual resulta que siendo los libros de historia los más fáciles de leer son los menos inteligibles. 5

95


La creación del Instituto de Humanidades, a mi manera de ver, tuvo una repercusión significativa en el auge de los estudios humanísticos en América Latina, por los años cuarenta del siglo XX. Una generación de españoles en el exilio, del pensamiento filosófico más granado, promovió con entusiasmo esa iniciativa humanizadora en algunas universidades de Hispanoamérica. México, Costa Rica, Argentina y Venezuela estimularon esa idea de las humanidades como un camino idóneo para generar buenos profesionales, con sensibilidad por la ciencia de lo humano. Américo Castro, prestigioso historiador español, no desconocía la creación del Instituto de Humanidades cuando sugirió al merideño Mariano Picón Salas el establecimiento de los estudios humanísticos en la Universidad de Los Andes. Sin negar los aportes de la ULA en este campo a lo largo de su historia, era necesario entonces animar la creación de una Facultad de Humanidades en nuestra Alma Mater, con el fin de estudiar la vida del hombre en sus distintos saberes. La creación de una Facultad de Humanidades en la ULA era un hecho trascendente en un momento de la historia de América Latina en la que se sentía el peso de la bota militar. Esa idea se concretó un 25 de junio del año de 1955, cuando el Consejo Académico de la Universidad creó la Escuela de Humanidades. Posteriormente, el 11 de noviembre de 1955, el Consejo Académico de nuestra Universidad, por decreto, instaló la Escuela de Humanidades, adscrita a la Facultad de Derecho. Cuando aún persistía un régimen autoritario, la Escuela de Humanidades había echado a andar con limitaciones físicas y penurias económicas en sus primeros cinco años de vida. No obstante, la pasión y el amor por las humanidades se impusieron poco a poco. Luis Spinetti Dini, primer Director de la Escuela de Humanidades, leyó estas palabras el día de su instalación, palabras que revelaron el sentido profundo de los estudios humanísticos: “Las humanidades nos llevarán a conocer al hombre en toda su dimensión, en su dimensión espiritual, en lo que en él hay de permanente, en cuanto de él quedará cuando su cuerpo no exista ya más.”6 Más adelante reconoció el papel significativo que jugó Américo Castro en tan hermosa tarea histórica. Terminó su discurso con un párrafo que refleja las agudas reflexiones del maestro Ortega sobre el papel de las humanidades en el quehacer vital de las sociedades:

96


La Escuela de Humanidades que hoy instalamos aspira a que Mérida vuelva por su vieja y muy pura tradición espiritual a aumentar el acervo cultural de la República, formando profesionales en algunas ramas de la docencia o completando los estudios que se siguen en otras facultades. Que esta Escuela, la más pequeña entre muchas que integran las cinco universidades venezolanas, pueda algún día merecer las palabras que, referidas a la abeja, encontramos en el Eclesiástico: pequeña entre los seres alados es la abeja, pero el fruto de su labor es riquísimo.7

En efecto, siguiendo esta línea, el artículo 1º del decreto de creación expresa en esencia la naturaleza de la Escuela de Humanidades:

Se crea la Escuela de Humanidades, dependiente de la Facultad de Derecho de esta Universidad, la cual tendrá por objeto principal formar profesionales en las ramas de la Filosofía, la Historia, la Literatura y la Filología, a la vez que procurará integrar con un fundamento cultural amplio y racional los estudios profesionales que se siguen en las distintas Escuelas Universitarias.

El 11 de noviembre de 1955, el Rector de la Universidad de Los Andes, en acto solemne realizado en el Paraninfo, declaró instalada la Escuela de Humanidades. En este acto destacaron las palabras pronunciadas por el Rector Dr. Joaquín Mármol Luzardo, quien resaltó la importancia de los estudios humanísticos para los nuevos tiempos. Por su parte, Alfonso Méndez, columnista de El Vigilante, en la sección “Despertar del Tiempo”, escribió estas palabras sobre el nacimiento de la Escuela de Humanidades y su repercusión en la formación espiritual de un nuevo profesional:

La Escuela de Humanidades de Mérida es ya una tangible y hermosa realidad. La Ilustre Universidad de Los Andes es propietaria de un inexpugnable baluarte para defender el anhelado sitial de la cultura, tantas veces maltratado por el egoísmo y la visión grosera. La creación de esta Facultad no es un hecho extemporáneo sino todo lo contrario, un perfecto acertar en el preciso instante en que el hombre moderno sufre sed de espiritualidad porque se encuentra en la mitad del desierto subyugante del materialismo. El hombre mecanizado sentirá hervir el amor por sus semejantes. Serán más humanos los encargados de la

97


justicia los enviados a curar enfermedades, los protectores del miserable atrapado por el frío y la desnudez. Ayudará esta facultad a extirpar del seno de la sociedad venezolana todo el bagaje inhóspito y antihumano que destruye las energías y las esperanzas de la Venezuela del mañana. 8

No deja de ser interesante el editorial de El Vigilante sobre el influjo de la Escuela de Humanidades en el destino del espíritu del hombre:

Una nueva escuela como la de Humanidades… es como una puerta nueva que se le abre a la sabiduría y a la ciencia, como un camino real para las más limpias aspiraciones del espíritu humano.9

Para el primer aniversario de la Escuela de Humanidades, fue invitado el Doctor Horacio Cárdenas Becerra, Decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Central de Venezuela, quien en su discurso expresó con la claridad del filósofo los fundamentos de las tesis de José Ortega y Gasset en torno a la necesidad de formar hombres cultos y buenos profesionales a la altura de los tiempos:

Para evitar los conocidos tumbos a que está arriesgada toda disciplina cientificista, nada más saludable que una visión total de los problemas del hombre, una concepción del mundo menos rígida, más amplia y generosa que podemos adquirir mediante los estudios de las disciplinas filosóficas y las humanidades. Un humanismo modelado de acuerdo con nuestro propio ser y que a su vez, como tarea de cultura, nos vaya clarificando las ideas sobre lo que somos y podremos llegar a ser. Si estamos empeñados en la búsqueda de un nuevo humanismo, cónsono con el alma venezolana, es muy oportuna la ocasión presente en que ustedes se inician en su conquista, para el respaldo de la mutua colaboración. Que la Escuela de Humanidades de Mérida vea y sienta siempre en la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central, la mano cordial tendida para el mutuo apoyo, mutua comprensión y un parejo y fecundo ideal.10

Poco a poco maduraba la idea de la creación de una Facultad de Humanidades en una Universidad que requería consolidar los estudios humanísticos demandados por los cambios y transformaciones de

98


la nación. Al final de la década de los cincuenta del siglo que nos ha precedido, hirvió el espíritu libertario y el hombre de Michelena, Marcos Pérez Jiménez, hubo de emigrar a otra geografía, también cautiva de la tiranía. El deseo de vivir en libertad convirtió a la Universidad en factor fundamental para propiciar los valores democráticos y formar profesionales en sintonía con la evolución política de la sociedad venezolana. Se aceleraron los esfuerzos institucionales para echar los cimientos de la Facultad de Humanidades de la ULA. Los estudiantes de la Escuela de Humanidades jugaron un papel importante en esa dirección. Basta leer la prensa de la época en la que se revela el ímpetu de un grupo de jóvenes para conquistar tan maravillosa idea. Uno de los más ardientes defensores de la creación de la Facultad de Humanidades fue el poeta Hernando Track. El 12 de julio de 1958, durante el gobierno provisional de Wolfang Larrazábal, se elevó a Facultad la Escuela de Humanidades, Facultad que se materializó durante la gestión del primer Rector de la democracia universitaria, en la ciudad de los viejos cafetales y camburales, Pedro Rincón Gutiérrez, el 10 de octubre de 1958. La ciudad bucólica del sol de los venados acogió con entusiasmo el nacimiento de la Facultad de Humanidades y Educación, la cual ha hecho y sigue haciendo historia, con sus aciertos contradicciones, limitaciones y paradojas como parte natural del devenir humano.

Aún me hallaba en mi niñez, pues tendría aproximadamente 10 años, cuando en Mérida se vivió la alegría del nacimiento de la Facultad de Humanidades y Educación, que ya ha transitado intelectualmente más de cinco décadas. Olfateé sus primeros pasos en la década de los sesenta de la centuria precedente, cuando tuve el privilegio de culminar mi bachillerato en el Liceo Libertador. Un liceo que nació a la sombra de la dictadura gomecista, pero logró estrechar profundos lazos intelectuales y espirituales con la Universidad de Los Andes. Al revisar la prensa regional de la época, descubro una riqueza ideológica que se ponía a prueba al debatirse en la Facultad de Humanidades y Educación. Así, descubrí al profesor Adelis León Guevara, un poeta que a cada instante añoraba la magia del llano. En esos años, el poeta sembró en el espíritu de la Cordillera de los Andes merideños el esplendor y la belleza de los llanos de la ardiente Barinas.

99


La prensa tanto nacional como regional y la historia oral revelaron por esos días la grandeza intelectual de la Facultad de Humanidades y Educación de la ULA, donde se dignificó y espiritualizó un saber, proyectado más allá de la provincia de Venezuela. Dentro de ese orden, surge la obra filosófica y religiosa del profesor Miroslav Marcovich, de alcance universal: su Heráclito, un monumento del pensamiento, texto filosófico que recorrería las más prestigiosas universidades del mundo. No me cabe la menor duda de que Heráclito devela con su mirada tan hermosas páginas que aún persisten en el espíritu del Planeta. Asimismo, la traducción al español del Bhagavadgita, una de las biblias del pueblo hindú, expresa la profunda espiritualidad de este filósofo que nos trajo de la India tan hermoso texto religioso. Una obra de cuyas páginas se desprende la fragancia natural de un pueblo acariciando con delicadeza los misteriosos senderos de la montaña andina. Se delinea el cruce entre la lejana civilización asiática y los caminos de la geografía de los bellos páramos.

Otro de esos pensadores, José Manuel Briceño Guerrero, filósofo y filólogo, escudriña la complejidad del hombre latinoamericano. En sus obras filosóficas muestra el caos creativo del discurso salvaje. En su soledad radical se hizo la pregunta por el ser.

Una mirada: Miguel Marciales, sabio y erudito, proveniente de las tierras colombianas. Desde la vieja Facultad, sombreada por sus hermosos pinos y escuchando el susurro melodioso de las paraulatas, dejó en el espíritu de Occidente tal vez la más sabia edición crítica de La Celestina, considerada una de las más eruditas de la literatura universal. En las adustas tierras de Castilla la Vieja su autor, Fernando Rojas, ya no la ve como suya.

Por esos andares del saber llegó de la República Dominicana el político y escritor J. I. Jiménez Grullón, precursor de los estudios sobre el pensamiento económico en la Escuela de Educación de la Facultad de Humanidades, estudioso del tema universitario y de la biología, y uno de los críticos más agudos del pensamiento de Ortega y Gasset. La Facultad editó dos libros suyos sobre este filósofo y uno sobre Biología

100


Dialéctica que aún leo con fruición en el jardín de las palmeras, en la sabana verdosa de la Virgen de la Milagrosa.

El Doctor Guillermo Thiele, erudito y estudioso de la mitología universal, dejó correr por los pasillos de la vieja Facultad una galería de los dioses y héroes que estremecieron el alma del pueblo griego. Con su lento caminar y su mirada inquieta dibujaba las peleas titánicas de aquellos gigantes que no daban tregua a sus pasiones y al deseo ferviente por la diosa Eros. De pequeña estatura, levantaba sus ojos hacia aquellas islas que sentaron las bases de la cultura occidental.

Cómo imaginar que en la vieja Facultad se encontraba una discípula del pensador de Guadarrama, la profesora de literatura María Rosa Alonso. Qué delicia para el bachiller Adelis León Guevara escuchar a esa discípula de Ortega hablar sobre los temas literarios de la España del Siglo de Oro. Asaltan mi imaginación las lecciones del maestro José Ortega y Gasset en aquella aula de la Universidad de Madrid, y sentada en uno de sus pupitres María Rosa, intuyendo su destino vital. En su obra Residente en Venezuela recuerda con emoción cuando vio por primera vez la Tierra de Gracia: “Llegué en silencio, con los ojos abiertos dispuesta a trabajar, a aprender y a esperar, que es, en serio, a lo que he venido a Venezuela.”11. Sus páginas plasman la conciencia histórica de una nación que ha sido fiel a su tradición libertaria, civilista y democrática, y pincelan las figuras estelares del pensamiento venezolano que han recorrido misteriosamente el sendero espiritual de nuestra historia.

No dejo de recordar las palabras del profesor Francisco Gavidia sobre el papel de la profesora argentina Tula Núñez en el desarrollo de los estudios históricos en nuestra Facultad. Ella se esforzó para que se examinara el sentido de lo histórico en la vida humana; igualmente su esposo, uno de esos hombres preocupados por la necesidad de la enseñanza de las lenguas modernas en nuestra Facultad.

Un día de diciembre llegó silenciosamente a las puertas de la vieja Facultad una figura gigante de la antropología y la lingüística: Roger

101


Bartra. Sus libros, escritos, ensayos y conferencias se centraban en explorar en toda su complejidad al hombre salvaje en América.

Por otro lado, solían hablar profesores y bachilleres de la novelística de Alfonso Cuesta y Cuesta, profesor de nuestra Alma máter, egregio representante de la literatura ecuatoriana. Su novela Los hijos retrata la vida cotidiana de hombres y mujeres en el anonimato, creciendo para dignificar la existencia humana.

También se hablaba en esos días en la ciudad de Mérida de uno de los escritores latinoamericanos de mayor proyección en la vida espiritual parisiense. Un hombre a quien en sueños se le aparecieron unos seres diminutos flotando en el aire, sus célebres cronopios. Nos referimos a Julio Cortázar, que escribió un extraordinario relato sobre el músico norteamericano Charles Parker, cuyos ritmos y melodías cambiaron las partituras convencionales de la música occidental, personaje que realizaba con su saxofón ejecuciones audaces y atrevidas para cualquier músico convencional. Cortázar dio una conferencia en el auditorio que nos sorprendió por la minuciosa y detallada descripción que hizo de la historia del boxeo desde la antigua Grecia hasta la Sabana de los Dioses.

(Sin embargo, en las noches oscuras de la vieja Facultad, algunos profesores y bachilleres, en aras de la utopía marxista, le negaron el doctorado honoris causa al poeta argentino Jorge Luis Borges. Una mancha de aceite, como diría el novelista colombiano Piedrahita en los alrededores de la ciudad donde aún se sienten aullidos de lobos y perros).

Cuando salí de Santa Rosa de Carvajal, la Sabana de los Dioses, y remonté la cordillera del estado Mérida, cuánta fue mi sorpresa al contemplar su geografía de mestizos colores y su cielo azul intenso. En el autobús parecíamos flotar entre las nubes. Por vez primera sentí que mi fantasía parecía tocar los limbos de los cielos montañosos. ¡Qué sensación tan maravillosa! Al llegar a la Vuelta de Lola, en el año de 1968, comencé a descubrir una Mérida rural y pastoril, con casas de

102


inmensas tapias de origen colonial. Aún se sentían las brisas de los inmensos cañamelares y los viejos trapiches, las lluvias y la neblina que asediaban apaciblemente la vida cotidiana de la ciudad. Fue impresionante percibir el resplandor del sol de los venados remontando el lomo de las inmensas montañas. Las nevadas eran imponentes, como un cobijo níveo arropando la cordillera merideña. Culminé el último año de bachillerato en el célebre Liceo Libertador, en el año escolar 1968-69. En ese liceo se sentía el peso ideológico del liderazgo universitario.

La izquierda marxista y la democracia cristiana fueron las corrientes políticas más influyentes de aquella generación que deseaba fervientemente abrazar el paraíso y la utopía. Conservo en mi memoria las imágenes de muchos amigos y, sobre todo, de tres maestros que compartieron amorosamente sus conocimientos con unos jóvenes impacientes por la política y esperanzados en alcanzar el edén perdido. Los profesores el Che Garbiso, Montes y Manuel Molina, docentes de matemáticas, física y química respectivamente, dejaron en el pizarrón huellas significativas de las figuras melodiosas de Pitágoras, de la importancia de la alquimia para alcanzar la inmortalidad y del impacto de la física teórica en la evolución de la vida electrónica de los próximos tiempos. Acude también a mi memoria un joven estudiante con gran potencial intelectual y defensor radical de la ecología, Miguel Valery, y otros tres a quienes apodaban Forro de urna, Vampiro y Carro loco.

Posteriormente, en el año de 1970, ingresé en la Facultad de Medicina. Las muchedumbres se impusieron y la era de la masificación comenzó. Fracasé rotundamente en esa carrera de Hipócrates, Vesalio y Paracelso. Tuve competentes profesores, como los doctores Klein, Rengel, Sosa y Manzaneda, brillantes académicos que impartían lecciones maravillosas sobre la configuración y el funcionamiento del cuerpo humano. Parecían hombres del Renacimiento cuando usaban el pizarrón para representar las imágenes más hermosas de la anatomía humana. Cuando descubrí por vez primera en el pizarrón de la cátedra de Físico-Química, que impartía el Dr. Macoly, unas complicadas ecuaciones sobre la naturaleza y complejidad de la estructura molecular

103


para explicar la vida, asaltaron mi mente las representaciones de los libros de Alexandr Oparin y Teilhard de Chardin. Por su parte los doctores Sosa y González en Histología, nos enseñaron a observar en el microscopio la simple y diminuta célula, flor de la vida.

Sólo quedaron en mi archivo bibliográfico los libros Cazadores de Microbios de Paul de Kruif, Historia de la embriología y teratología de E. Kleiss, De Herófilo a Razetti de Luis Rengel Sánchez y el célebre Manual de disección y dibujo anatómico de Rengel y Kleiss. El doctor Kleiss y el poeta Adelis León Guevara descubrieron en mi espíritu el hambre por el saber universal. Fueron directo: “bachiller, su destino está al final de la avenida Universidad.” Gracias amigos. Para el poeta toda mi admiración, gratitud, respeto y veneración. Con su fina ironía era capaz de estremecer los propios cimientos de las pirámides antiguas. Su palabra fecunda y sagrada sigue golpeando las miradas convencionales de hombres y dioses entre el cielo y la tierra.

En ese trajinar merideño, inicié en el año de 1971 mis estudios en la Escuela de Historia, en un ambiente político y académico marcado por el Mayo Francés, la renovación universitaria y las propuestas audaces del sociólogo Darcy Riveiro para estimular nuevos enfoques metodológicos y configurar un perfil universitario a tono con ese tiempo histórico. Estábamos viviendo cambios profundos en la sociedad venezolana, que requerían la transformación de nuestras universidades para adecuarse al proceso expansivo de industrialización y urbanismo. Era el fin de la era rural, que cedía a la pujante sociedad urbana. En todo caso, recuerdo mi primer día de clase, una mañana radiante y cálida, cuando vimos llegar a nuestro primer profesor: era una mujer elegante, de bella sonrisa, cuyas enseñanzas nos develaron los más hermosos misterios del Cercano Oriente, de la grandeza del pensamiento judío y del vasto Imperio Romano y su legado jurídico y de justicia para la cultura occidental. Su semblante resplandecía, sobre todo cuando relataba con detalle las luchas titánicas de aquel hombre defensor de los esclavos en Roma: Espartaco. Aún conservo en mi memoria la novela Espartaco de Howard Wast. Era la profesora María Rosa Amaral de Lippolis, argentina de Buenos Aires, donde se le cantaba a la bella

104


e indomable Patagonia. Nos leía párrafos del poema Gigalmesh y del Viejo y Nuevo Testamento. Valoró en su justa dimensión filosófica el significado de la poesía en la reconstrucción de los fenómenos históricos de la Grecia Clásica. Los poetas helenos, con sus metáforas, salpicaban de ironía los rostros del mísero tirano. Éste temía a esos tejedores de imágenes que corroían con delicia el alma endemoniada del déspota. En esa tarea histórica los profesores Sara Olmos y Homero Calderón contribuyeron significativamente a la consolidación de los estudios del mundo antiguo, con sus clases, seminarios y las más diversas publicaciones, que denotan el arte y la belleza de unos breves libros que, con tanta riqueza espiritual, comunican sus enseñanzas.

Otro día se presentó en uno de los salones el profesor José Mendoza Angulo. De impecable vestir, nos habló sobre el objeto y método de la Economía Política y del pensamiento económico. Poseía una disposición natural para expresar con claridad y precisión los conceptos más difíciles de la ciencia económica que tenían que ver con los aspectos monetarios, cambiarios y financieros. Era puntual, exigente y riguroso en sus clases y exámenes. La Economía Política era mi pasión. De nuevo cursé esa materia en la Facultad de Derecho, impartida por él. En otra ocasión, en Las Residencias Caciques, frente a la vieja Facultad, disertó magistralmente sobre los fundamentos teóricos del V Plan de la Nación y su impacto en el nacimiento de un capitalismo de Estado, en el que el destino de Venezuela dependía y sigue dependiendo del subsuelo. No olvido la célebre conferencia sobre la crisis del sistema monetario internacional que impartió en la casa del MAS, ubicada en Belén, en el año de 1976. Una conferencia en la que se vislumbraba, en definitiva, el fin del dólar como símbolo clave de la economía mundial. Aun cuando su preferencia eran los temas laborales y le cautivaba el descubrimiento de América y los orígenes del capitalismo, tenía una predilección especial por la historia del pensamiento económico. Y, sobre todo, en aquellas noches, en su casa en la Urb. Santa María, impartió un seminario sobre el Tomo I de El Capital. Malín Pino, Damasio Ramírez (Alegría) y Ramón Rivas hojeando las páginas de ese volumen, que inquietó el espíritu conservador del mundo europeo a partir del año 1863. Se grabó en lo más hondo del alma de unos jóvenes la tesis de la

105


teoría sobre el valor trabajo, de la enajenación y de la cosificación de la mercancía. En fin, eran las tesis del prestigioso filósofo alemán que en esas noches se examinaron con el agudo pensamiento del viejo moro, que así lo llamaba cariñosamente su amigo del alma, Federico Engels.

Por los pasillos de la vieja Facultad, se veía caminar lento y pausado al profesor de Medieval, Santiaguito, quien en sus clases despertó el interés por aquel período histórico satanizado por el enciclopedista Voltaire. Cuando percibí el mundo medieval con sus castillos, iglesias, campanas, costumbres religiosas, tuve la impresión de haber vivido el medioevo en La Sabana de los Dioses, Santa Rosa de Carvajal. En efecto, en diciembre, Semana Santa y Día de los Muertos, en esa Sabana eran noches de ángeles y demonios. Una mañana, el profesor Santiago llegó triste y melancólico y dijo: “se está desmoronando la Edad Media. La alborotó un protestante que provocó con sus 95 enunciados la caída de la bóveda celestial. Sin embargo, el mundo moderno no se puede comprender sin destacar la importancia del Medioevo, que iluminó con su sabiduría los senderos ideológicos y filosóficos del amigo Descartes”. En esos avatares de la academia, en la vieja Facultad, de asomada se entregó al fascinante mundo del medioevo la Br. Nancy Moreno, quien no dejó de escarbar los misterios de una sociedad cuyos temores fueron asediados por las imágenes terribles del purgatorio y el infierno. Se dedicó al Italiano y se convenció de seguir estudiando el medioevo y su influjo en el Renacimiento. Persiste en su mirada la alegría, la picaresca e ironía de los poetas renacentistas y su coqueteo con la vida angelical del mundo medieval.

Por otro lado, el profesor Santos Zambrano, de la materia “Expansión Europea”, describía en sus clases la importancia de los descubrimientos geográficos de la era moderna. Según él, había una Europa que no quería estar sumergida en los sótanos del Medioevo. Las aguas se agitaron entre los siglos XV y XVIII, y allende los mares se veían unos duendecillos de otros mundos, unos filibusteros y piratas expoliando con avidez los tesoros del Nuevo Mundo. Las páginas del célebre libro del historiador Parry, La Expansión Europea, aún golpean silenciosamente en el hermoso jardín de la nueva facultad.

106


El hombre de Pampanito (Estado Trujillo), desde Versalles contempló con asombro el impacto de la Revolución Industrial en el auge del capitalismo inglés; el significado del socialismo utópico, de los avatares de la Revolución francesa y de los ímpetus imperiales de Napoleón Bonaparte. Asimismo, descubrió en los archivos de París una relación silenciosa entre el gobierno francés y el gobierno de Juan Vicente Gómez, trajinando las tierras zulianas en búsqueda del oro negro. De vez en cuando leía unos pasajes bíblicos y retornaba con su mirada algunas figuras fugaces de la familia trujillana. Era el profesor Silvio Villegas.

José Murguey, profesor de “Historia contemporánea de Europa”, de buen zapateo musical, desde La Bastilla olfateó los postulados de la conciencia burguesa y observó asombrado el sonido estridente de las locomotoras unificando los espacios económicos del mundo europeo. Trajo en su mochila teorías y planos sobre los caballos de hierro y construyó un imaginario ferrocarrilero a lo largo y ancho de la provincia de Venezuela. Sin embargo el General Gómez y uno de los teóricos de las vías de comunicación, Alberto Adriani, prefirieron los senderos del parque automotor como el camino más idóneo para movilizar cosas y personas en la Tierra de Gracia. Son interesantes las agudas reflexiones de uno de los más prestigiosos intelectuales del gomecismo, Laureano Vallenilla Lanz, quien profetizó la muerte del ferrocarril en Venezuela y vio con claridad el futuro de las carreteras y su impacto en la modernización en la Tierra de Gracia:

Hoy en nuestra tierra se prefieren las carreteras a los ferrocarriles; las carreteras crean ciudades; los ferrocarriles pasan demasiado de prisa. Hoy llegamos por carretera a la frontera colombiana y en la actualidad se está construyendo un puente internacional, que llevará el nombre de Bolívar, de más de trescientos metros.12

Don Mario Bossetti, desde la Italia de Garibaldi, evocó las aventuras geográficas de los grandes viajeros universales. Sus lecciones de Geografía permitieron a nuestra mirada alcanzar lo más profundo del planeta Tierra. Dedicó una parte de sus trabajos de ascenso a esos héroes, a esos Quijotes de los océanos, que se atrevieron a fantasear

107


alrededor del globo terráqueo. No dejó de recordar su entusiasmo por Hannon, el Cartaginés que recorrió la costa occidental de África en la antigüedad.

Con las clases del profesor García Quintero, cariñosamente Chúa, se ampliaron los horizontes de las relaciones internacionales. Un ferviente bolivariano. Aprendimos la importancia de la geopolítica y su influencia en las relaciones planetarias. En su hablar paciente y sonrisa leve, dibujaba aquella Europa que se dejó impresionar en el Congreso de Viena y en el de Verona, retornando al absolutismo y a la legitimidad de los monarcas. Sobre la Liga de las Naciones, el Tratado de Versalles y otros organismos supranacionales, el profesor García Quintero se lucía explicándolos con destreza intelectual. Nos hablaba de la importancia fundamental de las relaciones internacionales en el origen y destino de las naciones tanto de Occidente como de Oriente. En el silencio, su fantasía se embriagaba de poesía y de relatos, con los que describía el corazón de su terruño.

Don Luis Spinetti Dini, en sus lecciones de Introducción al Derecho, hacía gala de su erudición para discernir la naturaleza y la diferencia entre el fenómeno jurídico y el fenómeno ético. Asimismo, recorría con su mirada sonriente el mapa institucional que cimentó las bases del imperio de la ley y la justicia en la Roma de Julio César. Decía entonces: “Estamos hablando sobre la génesis de unas instituciones que marcaron el espíritu de la cultura occidental”.

Sobre el arte, tal vez uno de los caminos más hermosos para comprender la complejidad de la existencia humana en todas sus facetas, el profesor Juan Astorga, en sus clases de Arte I y Arte II, con su palabra recia y sus diapositivas, nos adentra en el mundo artístico desde el hombre prehistórico hasta el romanticismo. El arte burgués y las pinturas de Delacroix le fascinaban poderosamente. Era además un adicto a la música clásica. Uno de sus discípulos predilectos, el profesor de Arte Simón Noriega, de verbo incisivo y provocador, de sueños aristocratizantes, contribuyó a enriquecer la vida cultural de la Venezuela de Gracia con sus enseñanzas y libros sobre el mundo del

108


arte. Un conocedor a fondo de las artes plásticas que se han desplegado por los más diversos rincones del país. En sus conversaciones en la vida cotidiana de la Ciudad del sol de los venados, dirige su mirada hacia los hermosos museos europeos, en los que el arte adquiere unas dimensiones que develan la riqueza espiritual de los grandes genios, que desafían la ira y la soberbia del pobre mísero y mortal, sumido en la banalidad. Entre otras cosas, mantuvimos una polémica interesante sobre el arte y su importancia en la Revolución de Octubre y la Década Militar.

Andrés Márquez Carrero, obsesionado con la cultura Tatuy, profesor de Gramática, nos asediaba con los signos y sintagmas de sus amigos Amado Nervo y Andrés Bello. Este último elevó la palabra en Hispanoamérica y sacudió un idioma servil al servicio del imperio. Márquez Carrero rescató la obra de Julio César Salas, la cultura Tatuy, y se metió en problemas con otros historiadores sobre la fecha de fundación de la Ciudad de los Caballeros.

Don Luis Cipriano Rodríguez, estimado y respetado profesor, poseedor del don de la paciencia, nos entretenía con el aparato metodológico, la teoría dependentista y los aconteceres históricos de los Estados Unidos. De vez en cuando incursionaba en el tema del gomecismo y dedicó mucho tiempo a explorar el anticomunismo a lo largo del siglo XIX. Por otro lado, asignó como lectura obligatoria en la materia sobre los Estados Unidos, La democracia en América, de Tocqueville, que devoramos en menos de un mes. Despertó en nuestra juventud un interés por el espíritu americano. Y qué ironía, uno de sus hijos predilectos, el Br Guillermo Memo Matera, que con su voz de oro cultivaba las sentimentales melodías de ayer y hoy, se entusiasmó por el racional y fascinante mundo de las metodologías. Pero por otro lado el maestro dejó el destino del vasto imperio norteamericano en manos del amigo y colega Otoniel Morales, uno de los estudiosos más acuciosos de la historia de los Estados Unidos, en Venezuela. Su vida académica, política e intelectual la ha dedicado a explorar la génesis y proyección de la gran nación, que no deja de americanizar el mundo y crea molestia y envidia a los defensores del edén marxista.

109


Sobre la historia contemporánea del siglo XIX, la Venezuela épica y del caudillismo, esa “Venezuela heroica” de Eduardo Blanco, los profesores Carlos Emilio Muñoz Oraá, Mercedes Ruiz y Vitaliano Graterol dejaron lecciones significativas en sus trabajos sobre la historia del tabaco, el cacao y el café, plantas que aún se deslizan misteriosamente por la cordillera andina. El poder civil, el símbolo del tabaco, el cacao y el café representaron lo más granado de la enseñanza de estos colegas de la Escuela de Historia. La presencia del historiador Germán Carrera Damas fue vital en la formación de los profesores Mercedes Ruiz y Vitaliano Graterol. Desde luego, el papel del historiador español Miguel Izard fue de gran ayuda en los destinos de los estudios coloniales de la Facultad. Sin embargo, el profesor Vitaliano Graterol abrió caminos al examinar la construcción del Estado moderno a partir de la figura estelar de Antonio Guzmán Blanco, y su relevancia en los gobiernos de Gómez y Betancourt. De igual modo, inquieto y persistente en el tema de la cultura, examinó este punto en la obra de Arturo Uslar Pietri. Finalmente, indaga la silenciosa y compleja relación geopolítica de los Estados Unidos, Brasil y Colombia ante la Tierra de Gracia. El hombre se las trae.

El periodista e historiador Carlos Emilio Muñoz Oraá, estudioso del siglo XIX venezolano, hizo contribuciones valiosas sobre la Intendencia y la monarquía española. Sin embargo se interesó de manera particular en el tema de los Comuneros sobre el cual escribió un bello libro. Sus clases eran eruditas y excepcionales. En sus conversaciones informales, gratas y respetuosas hacía mención de un largo poema sobre los Comuneros difícil de encontrar en las bibliotecas de la Universidad de Los Andes. Durante unas cuantas décadas me ocupé de buscar ese bendito poema en los más diversos archivos de la Universidad. De pronto una tarde, olfateé sus páginas en la Sala de Libros Antiguos de la Universidad ubicada en el Edificio Administrativo. ¡Vaya sorpresa, qué poema! El profesor que sin temor ni prejuicio inició una bella exploración por las rutas indígenas y coloniales de aquella nación, que desafió la ira inglesa y la doblegó obligándola a tomar el té en los puertos de Boston. Cuando recuerdo con delicia la película Un hombre llamado caballo, protagonizada por el lord Richard Harris, saltan a mí

110


memoria las clases de Historia de los Estados Unidos que impartía con tanta pasión el Profesor Muñoz Oraá. El sacrificio como el valor sublime que fortalece y consolida el espíritu del hombre, una hermosa lección histórica que le legaron las tribus americanas al más grande imperio en la historia de la humanidad.

Orlando Monsalve, el Negro Monsalve, como solíamos llamarle, elegante y de fina ironía, de buen vestir, compañero de viaje, sereno y generoso, afincó su mirada historiográfica sobre el ocaso del siglo XIX, y sugería como lectura obligatoria los 15 volúmenes de la Historia Contemporánea de Venezuela de Francisco Guinán y la obra de Ramón Veloz Economía y finanzas (1830-1944). A estos agregaba La caída de la revolución restauradora, escrita en el exilio por Ignacio Andrade. Una de las obsesiones del profesor Monsalve era la Guerra Federal y su impacto en la región de los Andes. Sus esfuerzos dieron frutos con una investigación histórica titulada La Guerra Federal en el Estado Mérida, lo que representó una contribución historiográfica a los estudios de esta contienda en nuestra región.

Horacio López Guédez, hombre inquieto, de mirada aguda y misteriosa, escarbó los secretos del vasto imperio español. Se dejó llevar poco a poco hacia ese pasado, hacia los siglos en que ese imperio fue armando a tientas un inmenso marco institucional para el dominio y el control absoluto de las colonias de América. Se fue a los archivos históricos del imperio para hojear miles de folios y develar, como buen poeta del llano, la madeja jurídica que inventó España para imponer la cruz, la espada y el afán por el metal a una América que aún vivía sumergida entre bosques ríos, montañas y cordilleras. Sus libros, trabajos de ascenso, artículos y conferencias revelan una obra histórica inimitable e insuperable sobre las instituciones. Destacó el valor literario de El Quijote y del Lazarillo de Tormes como fuentes históricas para la reconstrucción de esos días en que el imperio se ufanaba de ser inmortal. “Si quieren comprender el quehacer vital de esa España profunda, hojeen el libro de Angel Ganivet Ideario español. Esa España que impuso el espíritu medieval y sacrificó la modernidad”. Insistía: “Hoy seguimos merodeando y olfateando la fragancia natural del

111


medioevo español”. Gracias amigo, tarde llegué a comprender tus lecciones y tus clases sobre la complejidad histórica de esa España que se aisló y se encogió históricamente en el siglo XIX, y estalló en el siglo XX en mil pedazos con la Guerra Civil. Esa España que enloqueció y utilizó el Día de la Raza como emblema para impedir la expansión del imperio americano en Hispanoamérica, en 1898.

Desde los Urales, cruzando inmensos océanos y continentes, llegaba a la Cordillera de Los Andes, a la ciudad de Mérida, a la escuela de Historia, el profesor de Historia Universal Martín Szinetar. Elegante y luciendo su bigote abrumador, revisaba el fichero de la Biblioteca “Gonzalo Picón Gutiérrez”, de la Facultad de Humanidades y Educación. Así lo conocí por primera vez e iniciamos una conversación informal sobre la escuela y la historia, desde el materialismo histórico. Un ortodoxo marxista de la escuela de Moscú, formado en la Universidad Lomonosov. Discutimos intensamente sobre Lenin, Trotsky y Stalin, sobre el socialismo y el peso de la industrialización en la economía soviética. Fue un defensor radical del socialismo soviético. Con el tiempo, se dedicó a examinar en forma sistemática la historia contemporánea de la Venezuela del siglo XX, y le llamó poderosamente la atención la década militar de Pérez Jiménez. No obstante, como Heráclito, inició una exploración profunda de la psiquis humana, a partir de las teorías de Sigmund Freud. Como el viejo Sócrates se preguntó e interrogó sobre el origen de la historia y la religión desde una perspectiva psicoanalítica. Agudo pensador. No me cabe la menor duda, que hizo hallazgos valiosos para comprender en su justa dimensión la historia de la religión. He bebido de sus reflexiones sobre esos temas polémicos y controversiales, y he intentado, desde esa mirada, examinar la historia de Venezuela. Las tesis de Freud son herramientas teóricas útiles para los historiadores abiertos hacia otras miradas, que exploren sin prejuicios el quehacer histórico desde esa dimensión, sin dejar los documentos en la mudez de los archivos.

Dentro de esa perspectiva universal, los profesores Evelyn Merlach y Romer Cornejo ampliaron los horizontes del saber hacia otras geografías que jugaron un papel significativo en los orígenes y

112


consolidación de los procesos civilizatorios. Los continentes asiático y africano, perfumaron con su fragancia natural los salones y pasillos de la vieja facultad, lo que significaba un crecimiento cultural sobre esas civilizaciones excluidas de la filosofía de la historia en el pensamiento hegeliano. El mundo se ampliaba y enriquecía para una generación que no dejaba de sorprenderse con las rutas históricas y geográficas de esos vastos continentes descritos hermosamente por viajeros y exploradores. Un día, ambos profesores abrieron caminos hacia otros horizontes con el fin de ahondar sobre esas civilizaciones que tanto nos cautivan a través de los programas televisivos de Discovery Channel. Desde Ciudad de México, Romer Cornejo mira la portentosa muralla China. Una muralla desconcertante con el avance de una civilización mercantil que se había dormido durante milenios con la vana esperanza de no ser occidentalizada y americanizada. El amigo Confucio fascinado con las inmensas torres que impedían la entrada del capitalismo salvaje en su vieja nación. Los necios y arrogantes de un izquierdismo infantil apuestan a que el imperio americano sea derrotado cuando el vasto continente asiático mundialice su economía. No han leído la célebre tesis del desarrollo desigual y combinado de León Troski.

En otro orden de ideas, en mis papeles amarillentos descubro unas notas sobre la materia Historia de las Ideas, impartida por el profesor José Hocevar. Encantado con el modelo autogestionario de Yugoslavia, que creía ideal para derrotar el comunismo soviético y para liberar así a su país del estatismo y del partido único, que asfixiaban las libertades individuales. A lo largo de sus disertaciones descubrimos el significado filosófico del liberalismo y de los derechos naturales del hombre, como el fundamento último del nacimiento y de la mundialización del capitalismo. El espíritu liberal clave del progreso material y cultural de las naciones. Disfrutaba sus clases cuando analizaba al detalle la revolución gloriosa de 1688 y la de Norteamérica. Es decir, era el hombre confrontando a los poderes del estatismo y el despotismo. Por esos senderos develé en la Biblioteca de la vieja Facultad las obras completas de Juan Germán Roscio, quien desde su perspectiva teórico-política socavó la doctrina del derecho divino de los reyes, sobre la que

113


se fundamentaban los monarcas del imperio español. Por otro lado, el profesor Hocevar percibió con asombro en la Tierra de Gracia la dualidad incestuosa entre el petróleo y la agricultura.

Desde los crepúsculos de Barquisimeto, el profesor de ideas políticas se iluminó de repente con la vieja pregunta de Heidegger por la cosa y la embalsamó con el discurso salvaje. Una multiplicidad de ideas y creencias en las más lúcidas mentes del pensamiento universal y su incidencia incesante en las muchedumbres.

Desde la España imperial vino a Venezuela el joven Germinal Siurana, con el bagaje cultural del mundo catalán. Percibió los primeros fogonazos de la Revolución de Octubre que cambió el destino político de un pueblo en manos del personalismo y el militarismo. Sus padres, en una oleada de inmigrantes, fueron parte fundamental en la creación de la agricultura moderna en la Venezuela rentista. Españoles y portugueses transitaron el camino desde el conuco hacia la empresa capitalista en el campo. Incursionó en la sociología y trabajó con ahínco en trabajos comunitarios impulsados por CORPOANDES. Un sociólogo de campo que no tuvo prejuicios al recomendar como lectura obligatoria el libro de Gino Germani Política y sociedad en una época de transición: De la sociedad tradicional a la sociedad de masas. Autor este cuyo rol teórico y práctico incidió en la modernización de América Latina. También nuestro amigo Germinal, por unas cuantas décadas, se interesó por el pensamiento agrario y posee además un testimonio de interés sobre el desarrollo rural capitalista y los sucesos políticos de la Venezuela turbulenta asediada por el comunismo cubano. Por otro lado, nos hablaba con cariño de las figuras de Jorge Ahumada, José Agustín Silva Michelena y otros, como precursores del pensamiento sociológico en la UCV. Al final de sus clases comentaba: no dejen de hojear el libro de Jorge Ahumada En vez de la miseria (1958). Cómo formar la conciencia civil y cómo atacar el problema de la pobreza en Chile sin los dogmas de la utopía, fueron el eje central de ese libro. Cuando los atardeceres deslizaban misteriosamente el ocaso en la ciudad del sol de los venados, evocaba con delicia el azar y el destino de una nación, entre 1945 y 1980. Un testimonio importante para comprender la

114


historia contemporánea de Venezuela desde la historia oral, Germinal ha tenido la inteligencia y el sentido común de combinar la academia con el mundo empresarial. Sus conocimientos sobre la agricultura y la ganadería son de un valor extraordinario para analizar la economía agropecuaria en las últimas décadas del siglo pasado. Sin embargo, no deja de contemplar en sus fantasías la biblioteca de su padre cuya fragancia natural da unos aires frescos que parecieran recorrer los levantamientos gloriosos de Cataluña, en el año de 1934. Un buen amigo y conversador de esta Venezuela que ha estado expandiéndose y desarrollándose bajo la égida del oro negro.

Don Mario Spinetti Dini, con su modesta vestimenta y sonrisa inocente comunicaba la belleza espiritual de un hombre digno y bondadoso. De un vasto saber, que supo compartir con colegas y bachilleres, perteneció a esa generación de apellidos que cruzaron el Atlántico y le inyectaron espíritu europeo a la ciudad del sol de los venados. Se le veía caminar por los pasillos de la Facultad de Humanidades y recordaba con emoción la vieja Italia y aquella Mérida con la delicia de los fríos parameros. Fue el alma de una Facultad que supo erigirse con voluntad para conquistar el espíritu de la Cordillera andina. En su cubículo recitaba hermosos trozos del Decamerón, La Divina Comedia y la obra filosófica de Pico della Mirandola. Al morir y ser enterrado en el cementerio de El Espejo, Don Tablante Garrido, maestro de maestros, sintetizó en una frase el espíritu de Don Mario Spinetti Dini: “Fue un hombre de bien. Dejó un legado histórico que aún se encuentra desparramado por esta ciudad que tanto amó.”

El profesor Ernesto Pérez Baptista, por los caminos de la historia universal, contempló con sorpresa el militarismo en América Latina. Fue insistente y reiterativa en sus clases la descripción de la otra mirada de la Cortina de Hierro. En su madurez intelectual, captó la magia de las piedras sagradas y sintió nostalgia por aquella América arrebatada por la americanización del Coloso del Norte. Cuando creíamos estar convencidos de las grandes especulaciones para examinar la naturaleza de los procesos civilizatorios a través de Toynbee, el profesor Mogollón, de Estadística y Matemática de la Facultad de

115


Geografía, nos atemorizó con unas representaciones gráficas en el pizarrón, unas figurillas en forma de barra en las que se describían promedios, funciones y porcentajes para medir el caos del devenir histórico nacional. Nos miramos las caras y pensamos: otra vez los números. Desde la infancia veíamos en los números y en las figuras geométricas una especie de castigo por los pecados cometidos en una época dominada por la imagen del bosque. Era el terror a los símbolos pitagóricos. Sin embargo, con el tiempo comprendimos que tanto las matemáticas como la estadística eran de suma importancia para estudiar en forma sistemática, en términos cuantitativos y cualitativos, el origen y el destino de la sociedad en general. Por ejemplo, el célebre matemático francés Turner se inventó unas cuantas ecuaciones para explicar la naturaleza de las catástrofes en las transformaciones de las sociedades. Para él las catástrofes son económicas, necesarias e ineludibles.

Por otro lado, tuve la percepción de que la criminalidad en los Andes tenía una relación directa con el fenómeno urbano, tal como lo interpretó el ginebrino católico en El Contrato Social. Para él, la tragedia del hombre provenía de los vicios y las malas costumbres, incubados en la ciudad. Sin embargo, cuando la profesora Milagros Contreras nos guió hacia el mundo de la paleografía hicimos un descubrimiento que puso en tela de juicio las tesis radicales del católico ginebrino. En efecto, al hojear una gran cantidad de folios nos enteramos de la conducta criminal de unos cuantos hombres en Lagunillas del Urao entre los siglos XVII y XVIII. Tamaña sorpresa. En esa geografía de comunidades indígenas y españolas aún no se percibía la época de las luces, a la que tanto temía el joven Rousseau. Lo cierto es que se desató una serie de dudas sobre El Contrato Social gracias a la paleografía. Benditos garabatos.

Los sacerdotes del pesimismo, aquellos agoreros que anuncian el Apocalipsis a cada rato, se han encargado de profetizar una hambruna que provocará un estallido global y, como consecuencia, el fin de la vida en la Tierra. Son los nuevos neomalthusianos que se han dedicado a revivir la célebre fórmula que indica que ante el incesante crecimiento

116


geográfico la Tierra no está en capacidad de producir tantos bienes como para calmar a miles y millones de bocas. Otra vez Malthus. No obstante, la profesora de Demografía Ana Hilda Duque, de una belleza exuberante, en sus clases disipó tan terrible profecía. Para ella, la ciencia y la tecnología son herramientas poderosas que estimularán el potencial productivo del planeta Tierra, para satisfacer las necesidades y expectativas de millones de hombres y mujeres. En todo caso, era un problema de orden educativo y económico para atacar los problemas de la pobreza y de la población. Los libros del profesor Josue de Castro eran atemorizantes y peligrosos. De verdad que sentí una honda satisfacción al escuchar a la profesora Ana Hilda hablar sobre un destino feliz de la humanidad. Ella también ha dedicado esfuerzos importantes al estudio de la pequeña historia, desde una perspectiva religiosa, a lo largo y ancho de la vida andina.

Aun cuando la memoria es frágil y la deteriora el incesante mudar del tiempo, a vuelo de pájaro salpican imágenes del “Cuarteto de Alejandría” en la vieja Facultad. Unos académicos y revolucionarios que divulgaban en los salones, pasillos, auditorios y en los más diversos recintos de la Universidad la célebre teoría del dependentismo. Impregnaron con esas ideas el contenido de los programas de sus respectivas materias, con los elementos más representativos de tan fascinante teoría. El subdesarrollo y atraso económico de los pueblos de América Latina se debía a la explotación enceguecida de los grandes capitalistas. Centro y periferia, dos símbolos que explicaban el complejo proceso histórico de América Latina. La culpa: el imperialismo. En consecuencia, la solución era la construcción del socialismo para alcanzar el paraíso y las metas de la Revolución Cubana. No deja de ser interesante que al “Cuarteto de Alejandría” le llamara la atención la teoría del foquismo. Los profesores Etanislao González, Julio Tallaferro, el poeta Adelis León Guevara y el bachiller Ismael Villalobos, eran las cabezas notables que defendían cuerpo a cuerpo el encanto mágico del dúo centro-periferia. El profesor de Historia Contemporánea de Venezuela, Etanislao Gonzalez recitaba de memoria los textos del historiador marxista Brito Figueroa. Pico de plata y excelente académico, animaba las clases con la tesis del asalto del

117


imperialismo a partir del 18 de Octubre de 1945. Estuvo en el gobierno socialista de Allende incitando a los estudiantes contra el capitalismo a través de las lecturas de El Capital de Carlos Marx. Se fue a la UCV y allí continuó memorizando las viejas tesis del dependentismo. Con el tiempo, se convenció de que el socialismo era una soberana estupidez histórica. Un buen amigo, de grata conversación y de una visión de la historia de Venezuela desde la perspectiva del materialismo histórico, Julio Tallaferro, profesor de Historia de América III y IV relataba desde la perspectiva del dependentismo el origen y la evolución de la historia de América. El texto de Pedro Paz sobre el subdesarrollo era uno de los textos fundamentales en sus clases. Por otro lado, en la UCV tuvo como maestro a Salvador de la Plaza quien lo entusiasmó por las cuestiones agrarias. Trabajó en el proyecto histórico sobre Chuao y examinó el tema de la tierra en Estanques, sorprendiéndose por la manera en que se levantó una comunidad agraria sin seguir las pautas y los patrones del imperio español. Incursionó en el tema del Estado, el capitalismo y el café en Colombia. En Nueva York, con el profesor Heilbroner, trabajó con El Capital de Marx. Asimismo, ha estudiado los símbolos patrios y el federalismo en el Estado Mérida. Por cierto, el profesor Trompiz, de la Cátedra Historia de América II, también fue un estudioso y apasionado del dependentismo. Un ortodoxo. Un competente profesional en el campo de la historia de América.

El poeta Adelis León Guevara, con la picardía en su sonrisa, hilaba inteligentemente la forma de estudiar el mundo social. Sin caer en el realismo socialista, desde la literatura y la poesía, le dio un hondo significado al tema de la política y su rol en la transformación de la sociedad venezolana. Como estudiante universitario de la década de los sesenta, escribió sobre los temas de la pobreza y no dejaba de coquetear con sus célebres glosas que aparecían a intervalos en el periódico Universidad. Por esos años, en un atrevido discurso, resaltó la imagen histórica de Julio César Salas. Hasta con Don Tulio el poeta fue irreverente. Era un muchacho. Así se comenzó a conocer la titánica figura de Julio César Salas, pionero de la economía de mercado en Venezuela. El poeta mantuvo siempre a libro abierto la historia de la estupidez humana: caben más, caben más, en aquellos años de

118


turbulencia universitaria. Profesor de Literatura Hispanoamericana en la que tuvo presente la novela y la poética de los años dorados, hoy sus reflexiones se sumergen en la importante obra teológica y religiosa de San Juan de la Cruz. En la Academia Regional de Mérida, el poeta Adelis dejó una vasta erudición que cruzó los cinco continentes mediante una mirada desde la pequeña biblioteca Ichu. El hombre en defensa de la pureza de la lengua castellana, fecunda y sagrada, que recorrió con sus amigos y colegas los senderos geográficos más hermosos de Oriente y Occidente. Amigo que no deja de sonreírle a la existencia humana como el escalón más profundo que ha deparado la historia del universo.

Al bachiller Ismael Villalobos, aventajado estudiante, de una sólida formación marxista, lo recuerdo como un joven sonriente y preocupado por los estudios de la literatura y por la política. Por lo general, en uno de los escalones de la vieja Facultad nos leía párrafos del Manifiesto Comunista, con indicaciones precisas en torno a la lucha de clases como motor de la historia. Un entusiasta del socialismo. Optimista. “Estamos cerca del darle un golpe al imperialismo”, nos decía con tanta seguridad. Aún permanece en su memoria y en su archivo una novela que nunca salió a la luz pública. Su gran amor lo alejó poco a poco y se fue silencioso hacia las aguas del Lago en aquellas oscuras noches de “la tierra del sol amada”.

Una tarde, cuando la lluvia caía por los alrededores de la vieja Facultad, en uno de los salones de clase tropezamos con un profesor, tal vez el más elegante de la Escuela de Historia, cuya sonrisa se prolongaba hasta alcanzar los bellos jardines de los páramos, el profesor de Geografía de Venezuela y Geografía Económica José Manuel Briceño Monzillo. Uno de esos docentes en cuya sangre hervía la pasión por enseñar lo que tanto cautivó en sus escritos al periodista e historiador Enrique Bernardo Nuñez: la Geografía de Venezuela. Henchido de emoción, comenzaba a hojear los hechos geográficos con sus célebres mapas. Tenía el don del maestro. Era el Eliseo Reclus de los Andes. Poetizó la Geografía Universal para expresar con sus palabras sencillas y emotivas el mundo de las fronteras y para hablar sobre aquel recurso

119


natural que mueve y sigue moviendo el aparato industrial del planeta: el petróleo. ¡Qué pasión, qué fuerza vital en un hombre que enseñó a tantas generaciones acerca de la Venezuela geográfica y el lugar que debería ocupar en el concierto de las naciones. José Manuel fue un maestro que tuvo la paciencia de dibujar la historia de las fronteras y de cómo fuimos despojados de nuestras tierras a lo largo del quehacer histórico nacional. Él y su Geografía, sus amadas fronteras; uno de los venezolanos que poseía verdadera conciencia geográfica sobre esa Venezuela que arrolló y fascinó al Quijote de los océanos en un agosto de 1498. Cuando llegaba en las mañanas a la vieja Facultad, siempre hacía un comentario pertinente sobre la figura estelar del pensamiento petrolero nacional, Juan Pablo Pérez Alfonso, el padre de la OPEP, a quien admiraba. Cuando atardecía, José Manuel nos invitaba a unas pláticas ideológicas, gratas conversaciones en las que los ríos, los mares y las fronteras se disipaban silenciosamente con el anochecer. Su pasión: Venezuela. Entre otras cosas nos hizo una broma. En el examen final de su materia los bachilleres Ramón Rivas Aguilar y Luis Caraballo aprobaron con una nota de catorce puntos. No nos pareció satisfactoria, ante un maestro de tal naturaleza, una puntuación tan baja. Nos presentamos a su cubículo y le manifestamos que deseábamos de corazón cursar de nuevo su materia. Se paró de la silla, soltó una carcajada y nos dijo: ¡Están locos! Tal fue nuestra insistencia que aceptó nuestra petición y en el nuevo examen final la nota fue de doce puntos. ¡Qué ironía! Nos encontramos en el pasillo y nos dijo con sorna trujillana: “¡Bachilleres, ¿desean cursar de nuevo la materia?”. Nos miramos y se impuso un silencio sepulcral. Nos dejó a medio camino ese hombre que cultivó hasta el final de su vida la amistad como el don más hermoso de la existencia humana.

Peregrino de la Sultana del Mocotíes, donde aún persiste la fragancia natural del cafeto persa, desde las calles de Versalles, el catedrático de Economía Política, Pepito Rondón, trajo en una vieja maleta los libros de la teoría de la planificación y de la propiedad en el socialismo del célebre economista y marxista Charles Betelheim, figura de importancia del pensamiento marxista, que mantuvo una rica polémica con el exministro de economía de Cuba, Ernesto Guevara, sobre la teoría

120


de los incentivos materiales y morales. Una polémica histórica que le dio la razón al economista francés. Las clases del profesor Pepito Rondón sobre la naturaleza de la propiedad en el socialismo eran interesantes. La posesión real de los medios de producción estaba en manos de la burocracia y del partido, a pesar de que jurídicamente la propiedad era de todos los trabajadores. Contribuyó a despejar con claridad y precisión la distinción teórica y práctica entre el modo de producción y la formación social. Una contribución significativa en los estudios del pensamiento económico en la cátedra de Economía Política de la Facultad de Humanidades y Educación. Fue pionero de las investigaciones sobre la historia económica del siglo XX, desde la perspectiva del mencionado teórico francés. Los trabajos presentados por los alumnos de su materia revelaron la capacidad que tenían para operar con tales conceptos en la realidad venezolana. No deja de ser importante señalar que las lecciones impartidas por este profesor se extendieron hacia los pueblos cercanos de Tovar, donde hombres y mujeres dieron a conocer su capacidad para expresar con claridad las ideas económicas del Alberto Adriani, Simón Rodríguez y Andrés Bello. En Zea, se dio una bella oportunidad para disertar sobre la grandeza intelectual de Alberto Adriani, el hombre que dedicó su vida a profundizar la conciencia fisiocrática mediante la revalorización cultural y económica del café. También en Nueva Bolivia Rondón impartió una interesante conferencia sobre las ideas económicas de Simón Rodríguez. De igual modo, nos tocó explicar en un bar en Nueva Bolivia de la política internacional de Carlos Andrés Pérez. Entre otras cosas, Pepito Rondón fue al pueblo de Zea y denunció en el púlpito de la Iglesia, la contaminación de las moscas, provocada por el abono gallinazo. Parecía un monaguillo de altura. Por otra parte, en Bailadores se daba una pelea de importancia contra las trasnacionales que querían apoderarse de las minas de zinc ubicadas allí, lo que hubiese significado acabar con esa bella región, como ocurrió con los célebres pueblos petroleros presa de la desidia y de la muerte. Por esos días leíamos a los campesinos, en los alrededores de Zea, las páginas más hermosas de Miguel Otero Silva, Casas Muertas. Qué aventura, qué osadía en aquellos años cuando la OPEP iniciaba su última batalla contra las Siete Hermanas. ¿Dónde estás amigo? Tal vez hojeando las

121


páginas de Gramsci o sembrando algún tubérculo por los alrededores de El Morro o Tabay.

Desde los campos petroleros del Zulia, donde el relámpago del Catatumbo coquetea con los mechurrios del Lago, llega a la Universidad de Los Andes a estudiar Economía el líder acción democratista David Fermín. Un aguerrido universitario que, al graduarse, se dedicó a la docencia en la cátedra de Economía Política, de la Escuela de Educación. Tenía un talento natural para la comprensión del funcionamiento de la economía capitalista. Amplió el saber en el campo de la educación y los teoremas de los enfoques marginalistas. Tuve entonces la oportunidad de apreciar con mis propios ojos en el pizarrón el juego mágico de la teoría microeconómica, la competencia perfecta en unas gráficas de gran nitidez. No conocía la naturaleza económica del enfoque marginalista. Era la matematización del comportamiento económico de la conducta humana. El libro, Lecciones de Economía Política, de Antonio Pesenti, era lectura obligatoria en su cátedra, también la teoría marginalista y neomarginalista, y las causas que aceleraron la caída del comunismo a lo largo del Planeta. La utopía despreció ese lado oscuro de la praxeología humana. Creía que con la reingeniería social podían extirpar el deseo y el goce vinculado al consumo como parte del bienestar de la sociedad en general. Hoy, las corrientes del marginalismo y del neomarginalismo son estudiadas con sumo interés en los países exsocialistas con el fin de promover la riqueza económica. En otro orden de ideas, junto con la profesora Dulce Monagas, Pepe Rondón escribió un trabajo profundo sobre el origen del capital humano en la obra económica del economista escocés Adam Smith.

Aún recuerdo con fascinación al profesor Camero de Antropología, de gran vuelo imaginativo. En un mediodía nos habló magistralmente sobre el libro de Jacques Monod, El azar y la necesidad y su influjo en el campo de las ciencias biológicas y humanas. Una exposición exquisita sobre el significado de este libro en el estudio de la evolución de la vida humana. En unos cuantos minutos la mente de un joven se deslizó con cautela hasta la prehistoria. Fue el libro que marcó el espíritu intelectual en una época histórica en la que la biología molecular y la

122


genética abrieron caminos hacia la comprensión y la complejidad de la vida humana. Aún conservo en mi biblioteca unas cuantas ediciones de este texto.

De igual modo, el profesor de Etnología José Ventura Reinoza, el célebre bailarín de la época dorada, trajo en su maletera el más hermosos bagaje cultural de la tierra azteca de Pancho Villa. Junto a otros etnólogos, impulsó los estudios arqueológicos en los Andes y en su incesante andar percibió las primeras huellas del parque jurásico en los alrededores de la Laguna de Urao. Por esos años, un discípulo del historiador Miguel Acosta Saignes, el etnólogo Adrián Lucena, descubrió, en la Ciudad del Sol de los Venados, unas imágenes significativas relacionadas con los misterios y la magia de las tribus indígenas en la sierra de los Andes. Es un estudioso de ese mundo y le encanta transitar por los senderos de la Guajira y la Amazonia. Sus conversaciones sobre su maestro son fascinantes, por cuanto retrata, en su justa dimensión humana, la riqueza espiritual e intelectual de un hombre que transformó los estudios etnológicos y antropológicos en la década de los cuarenta, en un momento histórico en que nuestra nación respiraba embriagada el perfume del oro negro. Es un auténtico defensor de la cultura precolombina, sin los aspavientos y arrogancias de aquellos que suelen creer que han develado una gigantesca civilización por las rutas de Vega Sol, y convencidos de que aún sus dioses permanecen en el exilio. Sin embargo, el profesor Félix Alvarado tenía el deseo ferviente de encontrar en los paisajes de la geografía trujillana alguna pisada de las primeras civilizaciones precolombinas enfurecidas contra la España Imperial. Aún espera con paciencia en las altas montañas trujillanas algún indicio que le permita otear las huellas antiquísimas del Paraíso.

Asimismo, asalta mi memoria aquella joven sonriente y de inmensas pupilas, observando con detenimiento los mitos vividos de Guillermina Morales y Jacinto Plaza, el padre de los pobres, en el alma de un pueblo que imploraba milagros y generosidad a estos dos seres humanos de tanta piedad y belleza divina. Tamara García de González, profesora del Departamento de Sociología y Antropología, con sus alumnos y

123


maestros, dedicó un tiempo significativo de su vida académica a construir con el análisis estructural los imaginarios del mundo popular de Guillermina Morales y Jacinto Plaza. Descubrió en la cotidianidad merideña un fervor especial por la célebre Guillermina Morales. De los labios del pueblo se oía en los senderos y atajos naturales de la Cordillera andina, aquel dicho: “Quien quiera un milagro de Guillermina Morales, que le eche miche a su tumba, que en vida mucho le ha gustado”. Cómo le encantaba conversar sobre ese mundo cultural que cautivó y sigue cautivando el espíritu de una sociedad como la merideña que siente y percibe con sorpresa la penetración mercantil y mágica del lejano oriente. Doña Guillermina Morales y Jacinto Plaza coqueteando con el gigante dragón que se asolea a cada instante a lo largo de la muralla china.

El Che Rivas, de grata sonrisa, proveniente de las tierras de Borges, del encanto y de la profunda soledad de las Pampas de Martín Fierro, profesor de Historia Económica de América Latina y de Integración. Su rostro siempre sonriente y de un despertar alegre sobre la vida. Pausado en sus clases, no dejaba de indicar en perspectiva la necesidad de estudiar la vida económica de América Latina y su rol integrador en el concierto de las naciones. Como los viejos cuáqueros de la Inglaterra de los Tudor, apostaba con fe y esperanza al porvenir de América en los próximos tiempos bajo el influjo de la integración. Era el camino para ocupar un lugar de importancia en las relaciones económicas internacionales. Un día como cualquier otro, el Che Rivas desplegó su mirada hacia el país de Perón.

Aun cuando los recuerdos luchan contra el olvido, emerge a retazos, como un hormigueo caótico, la sonrisa silente del profesor Burgos de filosofía, con quien por unos cuantos años mantuve conversaciones informales en torno al mundo sagrado del ají y de la botánica. Sobre todo me fascinaba la erudición que desplegaba sobre los catorce tomos del historiador A. Toybbe. Cuánta sabiduría de este modesto y sereno maestro al relatar con detalle el origen y decadencia de las civilizaciones en la perspectiva del historiador inglés. No bastan los salones y pasillos para alcanzar la docta ignorancia. En esos días, cómo

124


disfrutaba de las brillantes conversaciones con el profesor Burgos en torno al esfuerzo intelectual de A. Toybbe para comprender la caída de la última civilización, la judeo-cristiana.

La profesora Ana Rita Tiberi, de belleza excepcional, estimuló la comprensión de los enfoques del Funcionalismo, una de las miradas para discernir la complejidad del tejido social, en el proceso de modernización que se había acentuado en América Latina a partir de la década de los cincuenta. A pesar de provenir de la escuela marxista y dependentista de la Universidad Central de Venezuela, mantuvo una postura racional y serena sobre las tesis de Talcott Parsons, funcionalista de los más prestigiosos de la sociedad americana. Con el fervor femenino que la caracterizaba, la profesora Ana Rita describía las ideas esenciales de los libros La imaginación sociológica de Wright Mills y La dialéctica de lo concreto de Karol Kosel, libros maravillosos que nos permitían examinar la sociedad con herramientas teóricas no convencionales. Era una manera de interpretar el rol de las élites políticas en el avance o retroceso de las sociedades en general. Con el tiempo, fijó su mirada en el tema de la propiedad, en la perspectiva del economista y filósofo francés Y. Atali. Fueron largas conversaciones con la profesora Ana Rita en torno a la vida académica y humana en una época histórica en la que se palpaban los signos de un proceso civilizatorio que había explorado el economista Radovan Van Richata en su obra: La civilización en la encrucijada, editado en 1972. La ciencia y la tecnología iluminaron los senderos de una civilización cuya base fundamental descansaría en el saber. En esos andares de la vida cotidiana, la poesía y la fragancia natural de los cañaverales se embriagó el espíritu de esta joven que, a cada momento, le canta a la vida. Entre otras cosas, hierve en su alma la pasión por la dramaturgia. Al fin: la vida es un teatro en que se esparcen por todos lados máscaras y rostros oscuros. Qué momentos aquellos de tantas vivencias y recuerdos.

El tiempo, esa fuerza misteriosa que fascina a los poetas, filósofos y científicos, golpea día y noche al mortal, y éste debilita su mirada y desvanece los recuerdos con el simple vibrar de las brisas del paraíso en el bosque de la Virgen de La Milagrosa. Sin embargo, aún persiste

125


en esa memoria resquebrajada por la acción del tiempo, la figura imponente de José Manuel Briceño Guerrero, oriundo de San Fernando de Palmarito, del Estado Apure. Seguramente en esa sabana golpeada por el látigo incisivo de los rayos solares, salpicaron sus primeras preguntas por la cosa. Es la inocencia del niño interrogando a su madre por el origen del día y la noche. Es la pregunta vital que hacíamos en aquellos días de juegos y placeres mundanos. Vivió en la ciudad de Viena, donde sus ojos develaron la belleza de la filología y la filosofía. Allí estudió la riqueza filosófica que engrandece intelectualmente a esa nación y que tanto cautivó al filósofo español José Ortega y Gasset. Vino a América, y en silencio hizo la pregunta y desnudó con su Discurso Salvaje la complejidad del ser latinoamericano. Su pasión: el estudio de las lenguas. Una vereda que le ha permitido escarbar en la palabra el sentido y significado del quehacer vital de la existencia del hombre en los avatares complejos de la historia de América Latina. Está convencido de que el sendero liberador de la América profunda reside en sus múltiples manifestaciones espirituales y artísticas. En su seminario Historia de las Ideas en América Latina, realizado en 1973, en la cátedra de Historia de América y Venezuela, percibí la posibilidad de iniciar una investigación histórica sobre los orígenes del pensamiento económico en las figuras estelares más importante de la vida intelectual de los siglos XIX y XX. Escribí entonces un breve y modesto artículo para el profesor Briceño, sobre las ideas económicas en Simón Rodríguez. Un borrador en el que resaltaba el contenido agrarista del maestro de Bolívar. Nos acompañó en esta faena, con entusiasmo y fervor poético el profesor Acevedo, quien culminó el seminario sobre la historia de las ideas en América y le imprimió el perfume y la fragancia natural del llano, cercado por las lluvias y adornado por el despliegue maravilloso de sus pájaros.

Es grato recordar entre otros acontecimientos, un encuentro literario en Mérida en el que participaron la Facultad de Humanidades y Educación y la Escuela de Letras de la Universidad de Los Andes. Un acontecimiento cultural en el que destacaron figuras descollantes de la Literatura Iberoamérica, realizado entre el 8 y 10 de agosto de 1967. Qué momentos aquellos, en que jóvenes del mundo literario de

126


Hispanoamérica, como Mario Vargas Llosa, el Gabo, Alfonso Cuesta y Cuesta, entre otros, daban a conocer las proezas de su arte de escribir sobre una América marcada por el realismo mágico. La prensa regional, en particular La Opinión, bajo la dirección del periodista y poeta Alfonso Pino, comunicó el ímpetu de la Literatura Iberoamericana, que se asomaba en aquellos días por los senderos de la grandeza de América, en el espíritu literario planetario. Un privilegio para quienes tuvieron la oportunidad de escuchar en el Paraninfo de la Universidad de los Andes las voces de algunos novelistas que recibirían después el Premio Nóbel en una Europa que aún no deja de contemplar la saga de los Vikingos. Gracias al tesón y la pasión del director de la Escuela de Letras, el crítico literario Domingo Miliani, fue posible tan hermoso evento cultural que hizo volar de nuevo a las cinco águilas blancas. Aún recuerdo la disertación del profesor Miliani sobre el Mayo Francés, en su casa de La Parroquia a inicios de los setenta, cuando el necio de Darcy Ribeiro incitaba el movimiento morboso de las muchedumbres estudiantiles con las tesis de la reforma universitaria.

Es interesante destacar la importancia de la ilustre Universidad de Los Andes en la difusión, en 1968, de una edición especial en memoria de los cincuenta años de la muerte del hombre de las letras andinas y nacionales, Don Gonzalo Picón Febres. En ese homenaje participaron los profesores Lubio Cardozo y Carlos Muñoz Oraá, quienes hablaron sobre las dotes literarias y venezolanistas de tan imponente figura, que cautivó la mirada artística de don Mariano Picón Salas. Una valorización histórica en el espíritu de las humanidades que entusiasmó a unos jóvenes que desafiaron la ira y la arrogancia de aquel imperio que acosaba con sus bombas a la pequeña aldea de Vietnam.

Continuando nuestro viaje por el quehacer histórico de la Facultad de Humanidades y Educación, es fundamental resaltar la importancia del nuevo pensum de la Escuela de Historia, aprobado en el año de 1974, bajo la dirección del profesor Francisco Gavidia, quien jugó un papel crucial. Defendió la reforma curricular en esos tiempos históricos que demandaban nuevos saberes y buscaban comprender la complejidad del planeta ya en ruta hacia la globalización. Es decir, el esplendor

127


del nacionalismo tercermundista y su agotamiento prematuro ante la presión incesante del mundo mercantil, lo cual provocó en las décadas de los ochenta y noventa el desvanecimiento de un vetusto paraíso. Una reforma del saber que salpicó el mundo asiático y africano. Se desataba una gran crisis historiográfica a escala universal a la que la Escuela de Historia de la Facultad no pudo escapar. Agonizaban los enfoques de historia nacional y se revalorizaban las corrientes históricas ligadas a las mentalidades y la cultura.

Por otro lado se fundó, en 1980, la Cátedra Simón Bolívar, coordinada por el Profesor Luis Caraballo Vivas, quien propició un cambio profundo en la vida intelectual de nuestra Facultad. A lo largo de unas cuantas décadas, la Cátedra Simón Bolívar, mediante ciclos de conferencias y bautizos de libros, consolidó la vida cultural de nuestra institución. Conciencia histórica, como lo manifestaba con tanto placer el pensador de Guadarrama. Fue una revolución cultural que proyectó a la Facultad de Humanidades y Educación y a la Universidad de los Andes más allá de las fronteras nacionales. De igual modo, nuevas generaciones de estudiantes optaron por otras maneras de interpretar los fenómenos históricos, tales como la intrahistoria, los imaginarios, las mentalidades y formas de ver la vida material sin la presencia arrogante de los héroes. La vida material como parte de la construcción de una nación, en la que miles de hombres y mujeres, en el anonimato, la forjaron con sus manos, con ese deseo de hacer grande la patria de Cecilio Acosta. De la misma manera, se perciben cambios significativos en el estudio de la historia de la Universidad de los Andes, en sus distintas perspectivas. En este sentido, la imagen digital es hoy una herramienta valiosa para explorar el sentido de los fenómenos históricos.

Por su parte, la creación del “Centro de Estudios de África, Asia y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas José Manuel Briceño Monzillo”, revela la madurez intelectual de una institución que se avoca a conocer la riqueza cultural y espiritual de vastos continentes, cuya magia y misterio embriagan la vida cotidiana de nuestra Universidad. El profesor Hernán Lucena, su coordinador, ha concretado con tesón,

128


pasión y disciplina esta tarea gigantesca, de la que debemos sentirnos orgullosos. Los grandes imperios del Lejano Oriente penetrando silenciosamente con su cultura y vida mercantil a la ciudad que tanto fascinó a Julio César Salas.

Con el correr del tiempo, la Facultad impulsó los estudios filosóficos a través de la creación del Postgrado y el Doctorado en Filosofía, representando ello un avance significativo en la evolución del espíritu humano y el saber en su totalidad. La filosofía es una herramienta valiosa, un campo fértil para abordar los fenómenos históricos desde la metafísica. Así lo comprendí con maestros que han dedicado décadas a la formación filosófica de sus alumnos: Ángel Capeletti, Pompeyo Ramis, Eduardo Vásquez, Víctor Martínez y Miguel Montoya. Siempre me ha entusiasmado la filosofía y su inspiración se la debo a don José Ortega y Gasset, sin negar la influencia de José Manuel Briceño Guerrero y el irreverente profesor de Filosofía de la Historia, el legendario Otto Maduro, quien desconfiaba del esquema filosófico hegeliano, dándose a la difícil tarea de conciliar su imagen bondadosa y piadosa con el discurso radical y violento del viejo moro. En esas veleidades religiosas, teológicas y revolucionarias, Otto Maduro y otros se encaminaron a fortalecer y consolidar la Teología de la Liberación como el camino para construir en América el Reino de Dios. Qué vanidad de los mortales la necedad de imaginar utopías para ocultar su hastío como parte vital de la soledad radical. Cuando le preguntaron al pobre Marcuse si le encantaba la vida cotidiana no supo responder. Vivía de abstracciones y mantuvo por décadas su fe en el advenimiento de la vieja utopía, que tanto deseó en el desierto el amigo Moisés.

Como podemos apreciar, a lo largo de esos cincuenta y cinco años, la Escuela de Humanidades, luego Facultad de Humanidades y Educación, ha sufrido cambios significativos, cuyos frutos revelan lo grande de los estudios humanísticos como contribución intelectual y espiritual en una nación como Venezuela con vocación republicana, democrática y civilista. Es innegable la importancia del pensador José Ortega y Gasset en la consolidación del humanismo en la Universidad de Los Andes. El historiador español Américo Castro fue clave en el

129


inicio de tan hermosa iniciativa histórica. No escapó al influjo filosófico e intelectual del maestro que cambió el rostro espiritual de una España anclada en un pasado de alma medieval. Dentro de ese horizonte, los años 1955, 1958 y 2010 son fechas históricas que representan el nacimiento, el auge y la expansión de las humanidades a lo largo y ancho de la geografía andina. Sus pioneros, profesores, maestros, estudiantes, secretarias y trabajadores constituyen parte fundamental en esa obra histórica, que se ha prolongado por más de 55 años. Es una herencia histórica que impregna el espíritu de Don Gonzalo Rincón Gutiérrez. Cuánto tesón y amor puso este historiador y periodista venezolano en la formación de generaciones ansiosas de alcanzar el título de Licenciado en Historia y continuar con la faena escrutadora del devenir del tiempo. Su nombre permanece en los salones y pasillos de la vieja y nueva Facultad. Con sus aciertos, limitaciones, contradicciones y paradojas, la Facultad de Humanidades y Educación constituye el más hermoso patrimonio histórico, espiritual y cultural que las nuevas generaciones han heredado, para continuar asumiendo los nuevos retos y desafíos que demandan otras maneras de concebir el quehacer histórico, sin perder el fundamento del humanismo. Lo asomó Ortega por los años treinta y lo retomó, con la sabiduría de los dioses andinos, el novelista y poeta ecuatoriano Alfonso Cuesta y Cuesta, cuando lo señaló en un discurso-homenaje al decano y poeta venezolano Carlos César Rodríguez:

Más de un siglo ha pasado de cuando Don Andrés Bello nos entregó su obra. Desde el fondo del tiempo su voz nos llega intacta y nos deleita y a veces nos sobrecoge porque rebasa nuestra época. Y hablaba -permítasenos decirlo así- en otra era. ¿Qué decir en la nuestra, comparable, pero sólo de algún modo, a la de la revolución astronómica del siglo XVII? Por qué ¡Con qué armonía se movían entonces los astros y las letras! ¿Cómo obrar ahora ante el desequilibrio creciente entre las ciencias exactas y las del espíritu, entre la ética y la técnica? Hombre y planeta: Sísifo y su roca. Sólo las humanidades salvarán la especie. Sólo ellas detendrán la roca al borde mismo del abismo, llevándola hasta el círculo de la eterna armonía. (Homenaje al Decano de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes Doctor Carlos César Rodríguez. Mérida, Venezuela, Euroamérica Impresores, marzo, 1968, pp. 12-13)

130


En fin, esta es la mirada de un joven que tuvo el privilegio de emigrar de la Sabana de los Dioses y recorrer con entusiasmo los atajos de la cordillera andina, oteando la ciudad del Sol de los Venados cuya estrella gigantesca se esfumó en un ocaso cautivador iluminando otros senderos en las aguas del lago. Una experiencia vital que cobijó los bellos acontecimientos que describieron maestros y profesores de la vieja Facultad.

Otros con más talento y sabiduría contarán sus propias vivencias vinculadas al origen y destino de la Facultad de Humanidades y Educación, desde muchas miradas, sin que ello afecte de manera radical la naturaleza de la verdad. Serán meras interpretaciones, como resultado de un enjambre de recuerdos, con la más gigantesca carga de imaginación y sin perder de vista la realidad.

Referencias

1. José Ortega y Gasset. Ideas y Creencias. Madrid, Revista de Occidente, 1959; pp. 28 -31.

2. Bronislaw Malinowski. Libertad y Civilización. Buenos Aires, Editorial Claridad, 1948, p.81.

3. José Ortega y Gasset. El Espectador. Madrid, Revista de Occidente, Tomos VII y VIII, 1964; p. 298.

4. Ibídem, p. 3005. José Ortega y Gasset. Misión de la Universidad. Madrid, Revista de Occidente,

Col. El Arquero; pp.166-168.6. Luis Spinetti Dini. Escritos de Razón Distinta. Mérida, Universidad de Los Andes,

Ediciones del Rectorado, 1972; p.155.7. Spinetti Dini: Ob. cit. p.157.8. El Vigilante. Mérida, 11 de noviembre de 1955, p. C.9. Idem.10. Horacio Cárdenas Becerra. Mérida y su Escuela de Humanidades y Educación.

Caracas, UCV, 1956; pp. 8-10.11. María Rosa Alonso. Residente en Venezuela. Mérida, Talleres Gráficos

Universitarios, 1960; p.9.12. Laureano Vallenilla Lanz. En: Los pensadores positivistas y el gomecismo. Caracas,

Congreso de la República, Ediciones Conmemorativas del Bicentenario del Natalicio del Libertador, 1983. Tomo 8, pp. 25-26.

131


Bibliografía

Alonso, María Rosa. Residente en Venezuela. Mérida, Talleres Gráficos Universitarios,1960, p.9.

Cárdenas Becerra, Horacio. Mérida y su Escuela de Humanidades y Educación. Caracas, UCV, 1956; pp. 8-10.

El Vigilante. Mérida, 11 de noviembre de 1955, p. C.Homenaje al Decano de la Facultad de Humanidades y Educación de la

Universidad de Los Andes Dr. Carlos César Rodríguez. Mérida, Venezuela, EuroAmérica Impresores, marzo, 1968; pp.12-13.

Malinowski, Bronislaw. Libertad y Civilización. Buenos Aires, Edit. Claridad, 1948, p.81.

Ortega y Gasset, J. Misión de la Universidad. El Arquero, Revista de Occidente, Madrid, pp.166-168.

__________ El Espectador. Tomos VII y VIII, Revista de Occidente, Madrid, 1964, p.298.

Spinetti Dini, Mario. Escritos de Razón Distinta. Mérida, Universidad de Los Andes, Ediciones del Rectorado, 1972, p.155.

Vallenilla Lanz, Laureano: Los pensadores positivistas y el gomecismo. Caracas, Congreso de la República, Ediciones Conmemorativas del Bicentenario del Natalicio del Libertador, 1983. Tomo 8, pp. 25-26.

Documentos para la Historia de la Universidad de Los Andes

Torre de la Capilla Universitaria, hoy Teatro “César Rengifo”.

Fuente: Archivo Histórico de la ULA. Colección fotográfica.

Academia de Jurisprudencia

137

Boletín del Archivo Histórico. ISSN:1316-872X. Año 10. Enero-Junio 2011, Nº 17. Universidad de Los Andes. Mérida - Venezuela. Documentos para la Historia...

Continuamos en esta sección la transcripción fiel y exacta del Tomo 1 del Anuario de la Universidad de Los Andes, publicación pionera fundada por el Rector Caracciolo Parra y Olmedo el 1º de enero de 1889, de la cual salieron a la luz 11 números, el último en 1901. Hemos venido publicando el Tomo 1 por partes a partir del Boletín del AHULA Nº 11. La presente entrega contiene la última parte de dicho tomo titulada Academia de Jurisprudencia y el Índice General del mismo.

Academia de Jurisprudencia

Caracciolo ParraRector de la Universidad de Los Andes y Decano de los Abogados y Académicos de este Claustro,

DECRETA:Art. 1º Se crea en esta ciudad una Academia de Jurisprudencia que obrara con entera independencia de este Instituto y se gobernara por las leyes que la misma establezca.

Art. 2º Los miembros de la Academia se dividen en tres clases: la primera se compone de todos los jurisconsultos graduados en Venezuela o en el Extranjero que tenga residencia fija en esta ciudad para la tenida de sus sesiones: la segunda se compone de todos los jurisconsultos venezolanos o extranjeros que teniendo su residencia fuera de la ciudad, pero dentro del país, manifiesten su deseo de incorporarse al Instituto, los cuales se llaman Adscritos; y la tercera clase la componen los hombres célebres en las ciencias, los cuales, previo su asentimiento para la incorporación, se denominan Honorarios.

1º Para la incorporación de los jurisconsultos de la primera clase basta que concurran a la instalación de la Academia o a las sesiones subsecuente; para la de los de la segunda basta que participen al Director su deseo de incorporarse: y la de los de la tercera se hará por votación secreta, a pluralidad absoluta de sufragios, proponiéndolo uno cualquiera de los Académicos; hecho lo cual se le expedirá el diploma por el Director del Cuerpo, refrendado por el Secretario.

138


Los individuos que se hayan graduado en el Extranjero, acreditaran su cualidad de Jurisconsultos.

Atribuciones de la Academia

Art.3º Las atribuciones de los empleados, no comprendidas en este Decreto, las fijara el reglamento interior.

Art. 4º L as atribuciones de la Academia como cuerpo científico son:

1ª. Dar su opinión sobre todos los puntos de importancia que en materia jurídica le someta las corporaciones, empleados y particulares, de un modo breve, preciso y puramente doctrinal.

2ª. Elaborar los proyectos que se refieran a la Administración pública del país, ya en cuanto a la Constitución y leyes generales de la Nación y ya respecto de las de los Estados.

3ª. Presentar sus observaciones respecto de toda sentencia o providencia que emanado de cualquiera de los empleados de la Nación o de los Estados, se crea inconducente o contraria a las leyes vigentes.

4ª. Ponerse en contacto con las demás asociaciones del Extranjero de la misma índole que ésta, para aprovechar los adelantos de la ciencia.

5ª. Examinar la conveniencia de codificar por medio de artículos o preceptos las leyes que debieran regir las relaciones internacionales.

6ª. Contribuir a unificar la legislación internacional en cuanto al Derecho público, privado y comercial, poniendo así en armonía las legislaciones de los países que la acepten en sus múltiples y complicadas relaciones de estatutos personales y reales.

Sus resoluciones sobre todos estos puntos llevaran la forma de conclusiones.

139


Distribución del trabajo.

Art. 5º. Los miembros de la Academia correspondientes a la primera clase se dividen en cuatro secciones para el buen despacho de sus trabajos. La primera comprende las materias de Legislación, Economía Política y Estadística. La segunda el Derecho Público y Privado y el de Comercio Internacional. La tercera el Derecho Patrio en todas sus manifestaciones; y la cuarta el Sistema Judicial y sus decisiones.

Art. 6º Cuando una sección esté recargada a juicio del Director; cuando se presente una materia cuya naturaleza no pueda definirse bien o que tenga conexión con dos o más secciones, el Director nombrara comisiones especiales.

Art. 7º. Los miembros Adscritos tienen el deber de desempeñar las comisiones que se les confíen por el Director en las materias correspondientes al Instituto.

Art. 8º. Se formara expediente de toda materia de que se ocupe la Academia incluyendo los informes y discursos que se produzcan en pro y en contra, por escrito.

Art. 9º. Todo informe o proyecto necesita de dos aprobaciones o debates en diferentes sesiones.

Deberes del Secretario.

Art. 10. El Secretario llevara un libro de actas con expresión de los nombres de los miembros asistentes.

Art. 11. Formará expediente de cada materia de que se ocupe la Academia, con su número, epígrafe y año correspondiente.

Art. 12. Al terminar el primer año del Instituto, formara un índice alfabético de las conclusiones establecidas por la Academia, copiándolas. Al terminar el segundo año formara otro índice en que

140


ira comprendido el primero, y así en los años sucesivos. En aquéllos, después de copiar la proposición aprobada, citara el expediente que la contiene por su número y nombre.

Art. 13. Llevará un libro de matrículas en que asentara por orden cronológico los nombres de los Jurisconsultos que asistan a la instalación de la Academia y los de los que sucesivamente se vayan incorporando como presentes en el lugar. Por separado, pero en el mismo libro, anotara los nombres de los miembros Adscritos, y del mismo modo los de los Honorarios, copiando sus diplomas. En dichos registros se expresara el nombre y apellido de todos los expresados, la fecha de su grado, la corporación que lo confirió, el lugar de su residencia y su nacionalidad.

A tal efecto los miembros Adscritos, al solicitar su incorporación, se servirán facilitar dichos datos.

Disposiciones generales.

Art. 14. Las sesiones ordinarias de la Academia, serán mensuales y en el día y hora fijados por el reglamento. El Director puede convocar a extraordinarias.

Art. 15. Los cursantes de Jurisprudencia pueden asistir a las sesiones, tomando asiento inmediatamente detrás de los Académicos.

Art. 16. El Director nombrara la comisión para la redacción del Reglamento.

Art. 17. La Academia, con las dos terceras partes de los miembros presentes a la sesión, puede amonestar al Académico que observe una conducta irregular, bien por doctrinas inmorales o disociadoras, bien por mala conducta en el ejercicio de la noble profesión del abogado. En el caso de reincidencia puede expulsarlo y mandar se borre su nombre de la matrícula.

141


Art. 18. Los Académicos prestaran el juramento siguiente: “Por la noble profesión del abogado y por amor a la Justicia, prometo cumplir con mis deberes.”

Precedencias y ceremonias.

Art. 19. Los académicos de primera clase tomaran asiento indistintamente.

Art. 20. Cuando concurran funcionarios nacionales, del Estado y personas distinguidas, el Director designara el puesto que deben ocupar.

Art. 21. Cuando asistan miembros adscritos u honorarios también designara el Director un puesto de honor.

Art. 22. La Academia se instalara el próximo 28 de octubre y se coloca bajo los auspicios de la veneranda memoria del Libertador y demás Próceres de la Independencia.

Dado en Mérida, a los 15 de Octubre de 1889.-26 y 31.

CARACCIOLO PARRA.

Universidad de Los Andes – Mérida: 4 de junio de 1889 – 26 y 31.Ciudadano Ministro de Instrucción Pública. – Caracas.

En mi afán por enaltecer esta Universidad tan abandonada desde su creación, he creído que uno de los medios más a propósito para estimular a la Juventud al estudio de las Ciencias, es de crear en este plantel de educación una Academia de Jurisprudencia, que se ocupe no sólo del estudio de las leyes patrias, sino de las arduas y difíciles de derecho público, privado y comercial internacional.

Debo confesar que me arredra tamaña empresa, atendida la pequeñez de nuestros recursos, la falta de elementos y obras científicas y aun

142


la escasez relativa de jurisconsultos de que adolece esta Capital, no obstante ser asiento de una Universidad; pero cuento con mi buena voluntad y la de los pocos letrados que tienen su mansión en esta ciudad y que me han ofrecido bondadosamente su ayuda.

La necesidad de ese cuerpo científico se nota sobre todo, cuando vemos y palpamos que nuestro foro es mezquino, que no existe la verdadera práctica judicial y que nuestros estudios son defectuosos; que por la falta de comercio y de movimiento en las industrias y de la población, no se presentan en nuestros tribunales sino cuestiones rutinarias y de lugares comunes; y que no hay, en fin, materias de fondo con que se ponga a contribución la inteligencia, ni estímulo al estudio.

He elaborado al efecto un proyecto que me complazco en someter al criterio del Señor Ministro por dos motivos: primero para obtener la aprobación del Supremo Gobierno en cuanto a la declaratoria de que la Academia de Jurisprudencia quede anexa a la Universidad, conservando su propia autonomía; anexión que no es otra cosa que un hospedaje que se da a un cuerpo científico que refleja brillo y esplendor; y segundo, para que el Señor Ministro se sirva examinar dicho proyecto en su fondo y en su forma, y me haga las indicaciones que le sugiera su ilustración y que tendré sumo placer en acoger.

Asociaciones de esta naturaleza siempre han empezado pequeñas, pero alguno ha de sembrar el grano o simiente para que nuestros nietos o descendientes, abrigándose bajo sombra protectora, puedan llegar al grado de adelanto que ellas han alcanzado hoy en la Europa civilizada.Aceptad, Señor Ministro, las consideraciones de mi estima y creedme vuestro atento y seguro servidor,

CARACCIOLO PARRA.

Universidad de Los Andes – Mérida: 8 de octubre de 1889 – 26 y 31.Desde el 4 de junio último se envió para conocimiento del Supremo Gobierno al Señor Ministro de Instrucción Pública el Decreto dado

143


por este Rectorado creando una Academia de Jurisprudencia, en los términos que expresa la nota que encabeza este expediente. Como no se obtuvo contestación, se ofició de nuevo al Ministro el seis de agosto próximo pasado, suplicándole avisara si había recibido el Decreto; y como tampoco se ha obtenido contestación, puede suponerse y es de creerse que el Gobierno Nacional no apruebe el Decreto por lo que mira a su anexión a la Universidad; de consiguiente y aproximándose el 28 de octubre fijado para la instalación de la Academia, se resuelve suprimir en dicho decreto todo lo que tenga relación con la anexión de aquel Instituto a la Universidad, para que de este modo no se interrumpa el acto. – El Rector – CARACCIOLO PARRA – El Vice-Rector Secretario – Manuel Trocóniz.

En la Ciudad de Mérida, a los veintisiete días del mes de Octubre de mil ochocientos ochenta y nueve, a las dos p.m., se constituyeron en el salón de actos públicos de la Universidad de Los Andes, previa convocatoria hecha por el Señor Doctor Caracciolo Parra, Rector de la Universidad y decano de los abogados y académicos de este Claustro, fecha 27 de septiembre último, el mismo Señor Doctor Caracciolo Parra y los Señores Doctores Eusebio Baptista, Juan N. P. Monsant, Asisclo Bustamante, Francisco A. Celis, Manuel Trocóniz, Juan Antonio Gil, Marcelino Román, Abel Santos, Jesús Rojas Fernández y Leonidas Urdaneta, con el fin de instalar en esta ciudad una Academia de Jurisprudencia, “bajo los auspicios-como dice el decreto que la misma Academia aprobó en aquel día –de la veneranda memoria del Libertador y demás Próceres de la Independencia”; y aunque también fueron citados para el acto todos los doctores en Ciencias Políticas que residen habitualmente en la ciudad y que se expresan en la lista que cursa en el expediente respectivo, en donde existe constancia del caso, sólo concurrieron los anteriormente expresados, siendo de advertir que el Doctor Foción Febres Cordero se excusó y quedó legítimamente excusado, por la causa notoriamente conocida de hallarse postrado en cama y que el Doctor Gabriel Picón Febres se excusó igualmente por la circunstancia de haber muerto uno de sus deudos en el propio día de la instalación de este cuerpo. Abierto el acto con un breve discurso inaugural pronunciados por el Señor Doctor Caracciolo Parra, quien

144


de hecho presidió la reunión por tácito unánime consentimiento de todos, y tener, como tiene, la honra de haber tomado la iniciativa para la constitución de este Cuerpo, procedió el mismo al nombramiento de sus funcionarios, practicado lo cual en votación secreta, resultó el Doctor Parra favorecido por todos los sufragios contra uno para Director de la Academia, habiendo sido favorecido el Señor Doctor Eusebio Baptista por siete votos con la elección para Sub-Director del mismo Cuerpo, contra tres votos que obtuvo el Doctor Juan N.P. Monsant y uno con que fue agraciado el Doctor Gabriel Picón Febres. Avocada la Academia a la elección de Secretario, favoreció la votación al Señor Doctor Manuel Trocóniz por seis votos contra dos que obtuvo el Doctor Leónidas Urdaneta, uno que obtuvo el Doctor Juan N. P. Monsant, otro que favoreció al Doctor Francisco A. Celis y otro al Doctor Abel Santos. Posesionados de sus respectivos cargos los nuevos funcionarios, éstos, con todos los miembros de la Academia presentes, a excitación del Director, se pusieron de pié, y en voz alta, clara y solemne, prestaron el siguiente juramento: “Por la noble profesión del Abogado y por amor a la Justicia, prometo cumplir con mis deberes. “ A continuación la Academia acogió y declaró unánimemente como suyo el proyecto de Decreto dirigido previamente al Cuerpo por el Señor Doctor Caracciolo Parra, y decidió que una comisión compuesta de los académicos Doctores Picón Febres, Pagés Monsant y Santos redactasen el Reglamento del Instituto, con cargo de presentarlo en la primera reunión de la Academia. Celebrados estos acuerdos fue conducido a la Tribuna por dos académicos el Señor Doctor Eusebio Baptista, anticipadamente nombrado para pronunciar el discurso de orden, incumbencia, ésta, que el Honorable Académico puede decirse desempeñó a la altura de su nombre, con lo cual, y en medio de las gratas armonías de piezas musicales delicadamente escogidas, el Director dio fin al acto, siendo de advertir que lo honró con su presencia del Señor Presidente del Estado.

El Director–CARACCIOLO PARRA-El Presidente del Estado- C. RANGEL GARBIRAS-Eusebio Baptista-Juan N. P. Monsant-Francisco A. Celis-Asisclo Bustamante-Juan A. Gil-Abel Santos-Jesús Rojas Fernández-Leónidas Urdaneta-Marcelino Román-El Secretario Manuel Trocóniz.

145


Sesión del día 19 de diciembre de 1889.

Se abrió con asistencia del Señor Doctor Caracciolo Parra, Director, del Doctor Eusebio Baptista, subdirector, y de los Doctores Gabriel Picón Febres, Abel Santos y Leónidas Urdaneta y el infrascrito Secretario. El Doctor Picón Febres prestó la promesa de ley y leída el acta anterior fue aprobada.

En seguida el Director, Doctor Parra, propuso y se aprobó: “que se me autorice para que, al dirigirme a los Directores de las Academias extranjeras participando la instalación de ésta y los deseos de estrechar con esos cuerpos relaciones científicas, pueda ofrecerles el diploma de miembro honorario, como una muestra de la estima que esta Corporación tiene por sus trabajos”. El mismo Doctor Parra propuso y se aprobó: “que las Secciones de Legislación y Derecho Patrio, unidas, procedan a formular un proyecto de Constitución Federal”.

Se acordó igualmente que mientras se aprueba el reglamento del Cuerpo tenga la Academia sesiones ordinarias el primero y tercer domingo de cada mes, a la una de la tarde.

Con arreglo a lo dispuesto en el artículo 5º. del Decreto que crea la Academia, el Director nombró para componer la sección de Legislación, Económica Política y Estadística, a los Doctores Parra, Santos y Urdaneta. Para la de Derecho Público y Privado y de Comercio Internacional, a los Doctores Picón Febres, Celis y Gil. Para la de Derecho Patrio, en todas sus manifestaciones, a los Doctores Baptista, Rojas Fernández y Román; y para el Sistema Judicial y sus Decisiones, a los Doctores Monsant, Trocóniz y Bustamante. Se levantó la sesión.

El Director-CARACIOLO PARRA-El Secretario-Manuel Trocóniz. Sesión del día 2 de febrero de 1890.Concurrieron los Señores Director, Doctor Caracciolo Parra y el infrascrito Secretario. El Director Expuso:

146


Que no habiéndose presentado aún el Reglamento ni habiéndose acordado con qué número de Académicos se abran las sesiones, y estando resuelto a sostener y conservar la Academia, aun cuando su número quede reducido a su sola persona, propuso y se aprobó: “que con la asistencia del Director y del Secretario, que es miembro de la Academia, pueda haber sesiones; y que cuando el Secretario esté impedido para concurrir, pueda nombrar un interino.”

El mismo Doctor Parra propuso: que habiendo acordado esta Academia en su sesión de 19 de diciembre próximo pasado ocuparse de formular un proyecto de Constitución General, materia demasiado ardua y difícil, porque de esa base depende el bienestar del País, conviene someter al examen del gremio de abogados de la República de los hombres ilustrados de la Nación y de los de buena voluntad, los artículos que deban componer aquella Constitución y que se publicaran por la prensa paulatinamente, suplicándoles se sirvan remitir a esta Academia, el resultado de sus meditaciones.

Y para dar principio somete a examen las dos siguientes cuestiones:

1ª. Consultando lo que es y no lo que debe ser, el derecho de sufragio debe limitarse a los ciudadanos que den ciertas garantías de independencia.

2ª. El Poder Ejecutivo Nacional se compone del Presidente de la República y un Ministro nombrado por cada uno de los Estados que compongan la Unión Federal. Cada Estado nombra su Ministro y lo revoca a voluntad, y sólo el Congreso, por medio de un voto de censura, puede también efectuar dicha remoción. Los Ministros, para serlo, deben tener cierta residencia anticipada en el Estado que los nombra. Todos los asuntos del Ejecutivo Nacional se resuelven en Consejo de Ministros, presidido por el Presidente de la República, quien en caso de colisión, tiene voto de calidad. Es el Presidente de la República quien distribuye las carteras. Fue aprobada. No habiendo más de qué tratar, se levantó la sesión, después de haber aprobado el acta anterior.-El Director-CARACCIOLO PARRA.-El Secretario.-Manuel Trocóniz.

147


Sesión del día 2 de marzo de 1890.

Con la asistencia del Director y Secretario, se abrió la sesión y se aprobó el acta anterior.

El Director, en su propósito de elaborar un proyecto de Constitución General, continúa sometiendo a la discusión las siguientes tesis:

3ª. La extradición debe acordarse por todo delito o crimen que sea calificado como tal por la Legislación del País reclamante, sin necesidad de reciprocidad. Se acordará también la extradición de los nacionales en los casos predichos, solamente respecto a los países que acepten la reciprocidad. No habrá lugar a la extradición, por delitos puramente políticos.

4ª Los extranjeros mientras pisen el territorio del País se consideran como nacionales, gozan de los mismos derechos civiles que éstos, y tienen como ellos expeditos todos los recursos legales; sin que en ningún caso ni por ningún pretexto puedan sus reclamos servir de materia para reclamaciones internacionales.

Sus bienes mobiliarios e inmobiliarios existentes dentro de la Nación se rigen por las mismas leyes de los naturales.

Sus contratos incluso el del matrimonio, se rigen por las leyes del País de su celebración, a menos que se disponga otra cosa en los primeros.Les están prohibidas las prácticas religiosas que sean contrarias a las buenas costumbres y al orden público. Se levantó la sesión.-El Director-CARACCIOLO PARRA.-El Secretario-Manuel Trocóniz.

Sesión del día 4 de mayo de 1890.Se abrió con asistencia del Doctor Caracciolo Parra, Director, y de los Académicos Doctores Juan N. P. Monsant, Mariano de J. Contreras, Francisco A. Celis, Abel Santos, José Rafael González y el infrascrito Secretario.

148


Se dio cuenta:

De las tesis siguientes que el Señor Director presentó para la discusión.

5ª. Los Senadores y Diputados principales o suplentes que durante su período hayan tomado asiento en las Cámaras Legislativas, no pueden ser elegidos para ninguno de los destinos cuyo nombramiento dependa del Poder Ejecutivo. Se exceptúan solamente los de mando en el Ejército en tiempo de guerra, quedando de hecho vacante su asiento en la Cámara.

6ª. Los Ministros del Poder Ejecutivo y los empleados del ramo, cuyo nombramiento dependa del Poder Ejecutivo, no pueden aceptar ningún puesto en los ramos Legislativo y Judicial durante el período eleccionario aun cuando hayan renunciado o de cualquier modo sido reemplazados.

7ª. En el caso de interrumpirse las relaciones internacionales con alguna otra Nación, en términos de temerse un conflicto, el Ejecutivo Nacional declarará interrumpidas las relaciones comerciales con esa Nación mientras no se restablezca la buena inteligencia.

El Gobierno Nacional procurará entenderse con los demás Gobiernos de la América para aceptar aquel principio como regla Americana, haciéndose solidarios en la medida.

8ª. En los cuerpos colegiados cuando se proceda a elegir para los diversos ramos de la administración, no puede ser elegido ninguno de los miembros que los componen, sino para los puestos de su régimen interno.

En discusión la cuestión 5ª., el Doctor Contreras adicionó el acápite que habla de excepciones, agregando a los Ministros diplomáticos y a los del Despacho Ejecutivo: cerrado el debate y pedida la votación por partes respecto de la modificación, se aprobó íntegra la 5ª y la excepción de los militares como se propuso; se aprobó la modificación, en cuanto

149


a los Ministros Diplomáticos y se negó respecto a los Ministros del Poder Ejecutivo.

Se aprobaron íntegras las cuestiones 6ª., 7ª. y 8ª.

Es de advertir que el Director salvó su voto en la aprobación de la modificación hecha por el Doctor Contreras.

Al abrirse la sesión prestaron el juramento de la ley los Doctores Contreras y González, incorporados en ella.

El Doctor Monsant propuso y se aprobó que el Director nombre en periodos determinados uno de los miembros de la Academia para que diserte sobre una de las tesis aceptadas ya por la Academia o sobre alguna otra que presente alguno de los miembros.

El Doctor Santos propuso y se aprobó que la Academia de Jurisprudencia tenga un acto literario para festejar el Centenario del Aquiles Venezolano. La Academia nombró orador de orden para este acto al Doctor Francisco A. Celis.

Se levantó la sesión.-El Director-CARACCIOLO PARRA-El Secretario-Manuel Trocóniz.

Sesión del día 17 de mayo de 1890.

Con la asistencia del Director y Secretario se abrió la sesión y se aprobó el acta anterior.

El Director presentó como regalo un sello de caucho para el uso de la Academia.

El mismo Director presentó y se aceptaron las siguientes proposiciones:

9ª. Libre comercio y libre navegación de los ríos con las Naciones que acepten la reciprocidad.

150


10ª. Revisión de todos los tratados públicos o internacionales para establecerlos conforme a las exigencias de la época.

11ª. Unificación de la legislación civil y comercial y excitación a los Gobiernos Americanos para que acepten el mismo principio.

12ª. En los asuntos judiciales en que sean parte los extranjeros, pueden los agentes consulares que los representen, constituirse personeros, sin necesidad de poder.

Se levantó la sesión.-El Director-CARACCIOLO PARRA-El Secretario-Manuel Trocóniz.

Sesión del día 6 de julio de 1890.

Con la asistencia de los Señores Director y de los vocales Doctores Abel Santos, Asisclo Bustamante, José Rafael González y Julio H. Sánchez que se incorporó y el infrascrito Secretario, se leyó el acta anterior y fue aprobada.

El Director con apoyo propuso: “Que se admita como Académico Honorario al Señor Licenciado Don Luis de Urquiola, Secretario General de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Madrid. La votación que fue secreta, dio por resultado la aceptación por unanimidad.

Se levantó la sesión.-El Director-CARACCIOLO PARRA.-El Secretario-Manuel Trocóniz.

Sesión del día 31 de agosto de 1890.

Con asistencia del Director y del vocal Doctor Mariano de Jesús Contreras se abrió la sesión, habiendo nombrado previamente el Director al Señor Doctor Contreras de Secretario por fallecimiento

151


del Señor Doctor Manuel Trocóniz, cuyo acontecimiento deplora la Academia y registra en sus actas con el mayor sentimiento.

El Director propuso y se aprobó la siguiente tesis:

13º. Las represalias en la guerra respecto a las personas, pecan contra todos los principios de justicia y humanidad.

Aprobada el acta anterior, se levantó la sesión.-El Director-CARACCIOLO PARRA-El Secretario.-M. de J. Contreras.

Sesión del día 28 de octubre de 1890.

Abierta la sesión se aprobó el acta anterior.

El Director manifestó que el Exmo. Señor Fernando Daguin Doctor en Derecho y Secretario General de la Sociedad de Legislación comparada de París, ha enriquecido la Biblioteca de esta Academia con documentos importantes y trabajos de Jurisprudencia de gran estima; por lo tanto, y como una prueba de alto aprecio proponía “Que el Señor Doctor Daguin fuese admitido en esta Academia como Miembro Honorario.” Sometida al Cuerpo esta proposición, se aceptó en votación secreta y sin discrepancia.

Se levantó la sesión -El Director- CARACCIOLO PARRA- El Secretario- M. de J. Contreras.

Academia de Jurisprudencia-Mérida: 1º. De enero de 1890.

A los Señores Ministro de Instrucción Pública, Rector de la Universidad de Caracas y Presidentes de los Estados de Venezuela.

Me es muy grato participar a Ud. que el Gremio de Abogados de esta ciudad, atendiendo a mis indicaciones, se constituyó el 27 de octubre

152


próximo pasado en Academia de Jurisprudencia, habiendo tenido el honor, el que suscribe, de ser elegido para su primer Director, el señor Doctor Eusebio Baptista para Sub-Director y el Señor Doctor Manuel Trocóniz para Secretario.

El Decreto que sirve de norma para los trabajos de la Corporación, aceptado por ésta y que le dio nacimiento, lo acompañó a esta nota.

Servíos aceptar, Señor, las consideraciones de mi estima.

Soy su seguro servidor,

CARRACIOLO PARRA.

Academia de Jurisprudencia-Mérida: 1º de enero de 1890.

Señor Presidente del Colegio de Abogados-Caracas.

Me es muy grato participar a Ud. que el Gremio de Abogados de esta ciudad, atendiendo a mis indicaciones, se constituyó el 27 de octubre próximo pasado en Academia de Jurisprudencia, habiendo tenido el honor el que suscribe de ser elegido para su primer Director; el Señor Doctor Eusebio Baptista para Sub-Director y el Señor Doctor Manuel Trocóniz para Secretario.

El Decreto que sirve de norma para los trabajos de la Corporación aceptado por ésta y que le dio nacimiento, lo acompañó a esta nota.

Corporaciones que se proponen un mismo objeto, el mejoramiento de nuestras instituciones y el perfeccionamiento de la humanidad, guiados solo por la luz de la Justicia, no pueden menos que ponerse en continuo contacto, para ayudarse con sus conocimientos y estrechar más y más los lazos de la confraternidad.

153


Este Cuerpo tendrá a mucho honor oír siempre las opiniones de personas tan competentes, como las que componen el Foro de la Capital y sinceramente manifiesta el deseo de mantener sus relaciones profesionales y amistosas.

Servíos aceptar, Señor, las consideraciones de mi estima.

Soy su seguro servidor,

CARRACIOLO PARRA.

A estas participaciones, solo dieron contestación los siguientes:

Gobierno del Estado Zamora-Guanare: 17 de enero de 1890-26 y 31- Nº 19.

Ciudadano Doctor Caracciolo Parra, Director de la Academia de Jurisprudencia constituida en Mérida.

He tenido el honor de recibir la nota de Ud. de 1º del mes en curso, en la cual se sirve Ud. participar haberse constituido el Gremio de Abogados de esta ciudad en Academia de Jurisprudencia, bajo la dirección y sub-dirección de Ud. y el Señor Dr. Eusebio Baptista respectivamente, habiendo sido nombrado Secretario el Señor Dr. Manuel Trocóniz. Adjunto a la nota de Ud. he recibido igualmente el Decreto que sirve de norma a la Academia para sus trabajos.

Dios y Federación,

J. M. ROMERO

Universidad Central de Venezuela-Nº 19-Caracas: 31 de enero de 1890.Ciudadano Director de la Academia de Jurisprudencia de Mérida.

154


He recibido con notable placer la comunicación de Ud. en que se sirve participarme, que atendiendo a las indicaciones de Ud. se ha constituido en esa ciudad el Gremio de Abogados en Academia de Jurisprudencia con su correspondiente Reglamento que he recibido también; y que en virtud de lo que dispone se hicieron elecciones, resultando elegidos Director, Sub-Director y Secretario, respectivamente, los Señores Doctores Caracciolo Parra, Eusebio Baptista y Manuel Trocóniz.

Basta para motivo de cordial felicitación a esa culta sociedad de Mérida, los nombres de dichos funcionarios tan conocidos dentro y fuera de la República por su saber y honradez, cualidades que ellos han dedicado con religioso entusiasmo, principalmente al adelanto y lustre de las ciencias; y para felicitación a los nombrados la prueba de confianza en sus aptitudes dada por la Academia de Jurisprudencia.

Dios y Federación,

A. ISTURIZ.

Presidencia del Estado Falcón-Nº 79-Capatarida: 1º de febrero de 1890-26 y 31.

Ciudadano Dr. Caracciolo Parra Director de la Academia de Jurisprudencia en la Ciudad de Mérida.

Con satisfacción me he impuesto de su nota de 1º de enero próximo pasado y del Decreto que crea una Academia de Jurisprudencia en la ciudad de Mérida.

Me complazco en felicitar por su órgano al ilustrado Gremio de Abogados de esa ciudad por la instalación de ese Honorable Cuerpo que tantos beneficios puede prestar a la administración de justicia de ese Estado.

Dios y Federación,

LEONCIO NAVARRETE.

155


Presidente del Estado Bolívar-Nº 344-Ciudad Bolívar: 10 de febrero de 1890-26 y 31.

Ciudadano Dr. Caracciolo Parra, Director de la Academia de Jurisprudencia de la ciudad de Mérida.

Tengo la honra de acusar a Ud. recibo de su nota fecha 1º del mes próximo pasado a la cual vino adjunto el Decreto creando la Academia de Jurisprudencia en esa ciudad; por cuyo paso dado en el camino del progreso envío a Ud. y a sus ilustrados colegas mis más cumplidas felicitaciones.

La misma referida nota me impone que han sido nombrados Ud. y los Doctores Eusebio Baptista y Manuel Trocóniz respectivamente Director, Sub-director y Secretario.

A todos deseo acierto en sus laboriosas tareas.

Dios y Federación,

JOSE A. RUIZ.

COMUNICACIÓN PASADA ALGUNAS ACADEMIAS EXTRANJERAS

Academia de Jurisprudencia-Estados Unidos de Venezuela-Mérida: 1º de enero de 1890.

Señor:-Siento la más grata complacencia al participar al Señor Director de esa Academia que el 27 de octubre próximo pasado se instaló en esta ciudad una Academia de Jurisprudencia con arreglo al Decreto que dicté en 15 de octubre último para su creación y del cual me cabe la honra de enviar a Su Señoría un ejemplar; lo que me ha proporcionado el placer de acercarme a Su Señoría.

156


Esa idea me ha sido inspirada por el estímulo que se despierta al ver los estudios profundos que se desarrollan en la culta Europa, tan animada del amor a las ciencias y a la perfección de la humanidad.

La Academia que su Señoría preside con tanto acierto es notable por la profundidad de sus trabajos y lo acertado de sus conclusiones. Nosotros que estamos en estas regiones tan apartadas de los centros de luz, tenemos absolutamente necesidad de ponernos en relaciones con esos cuerpos científicos que no tendrán a menos comunicarnos sus conocimientos, para coadyuvar aunque sea con nuestra buena voluntad, a la realización de esos principios vitales en el desarrollo de las sociedades humanas y en el mejoramiento de sus instituciones.

Muy honoroso será para esta Academia el que la que Su Señoría preside quisiera comunicarle no solo los trabajos que han visto la luz pública, sino los que vengan después, para estar así al corriente de las cuestiones que surjan en las materias de Derecho público y privado internacional y demás objetos de interés social. En esto recibiría la Academia que presido como Director, una prueba muy señalada de nuestras buenas relaciones.

Esta Academia acaba de nacer y está en pañales: necesita una mano diestra y amiga que la vivifique; y tengo la esperanza fundada, atendida la santidad de mi propósito, de que con vuestra cooperación, ella se desarrollará para poder ser útil a los fines de estas instituciones.

Para daros una prueba del aprecio y estima con que vemos ese plantel científico, esta Academia tendrá como un gran honor en que, Vos Señor Director, tuvieseis la generosidad de aceptar el Diploma de Miembro Honorario que con gusto os ofrece este cuerpo; y que os será enviado tan pronto como manifestéis vuestra aceptación.

Servíos, Señor Director, confiar en la sinceridad de mi expresión y en la estima del que se suscribe vuestro atento servidor.

CARACCIOLO PARRA.

157


Sociedad de Legislación comparada -44, rué de Rennes, 44-París: 17 de marzo de 1890.

Señor Presidente:-He trasmitido a Mr. Bufnoir Presidente de la Sociedad de Legislación comparada la circular relativa a la fundación de la Academia de Jurisprudencia de Mérida que habéis tenido la atención de dirigirnos. Mr. Bufnoir ha agradecido el título de Miembro Honorario que vos habéis querido discernirle: él debe escribiros para enviaros su aceptación y daros las gracias.

La Sociedad de Legislación comparada acogerá muy favorablemente las confidencias que queráis bien hacerle. Ella será tanto más feliz de anudar relaciones con la Academia de Mérida, cuanto que Venezuela es casi solo el país del mundo con la que ella no tiene hasta aquí, ninguna relación.

A este propósito, Mr. Presidente, permitidme de dirigiros una petición. Nosotros publicamos todos los años en un volumen de mil páginas, noticias legislativas acompañadas frecuentemente de traducciones del texto, sobre todos los Estados del mundo civilizado. Colombia y el Ecuador principalmente figuran en nuestra colección; pero Venezuela está ausente. A pesar de todos los pasos que yo he dado muchas veces, me ha sido imposible de conseguir las leyes venezolanas. Hay un vacío que yo deploro; yo os sería mil veces reconocido, si quisieseis ayudarme a llenarlo. Sería necesario que tuvieseis la bondad de hacerme enviar cada año la colección de leyes de Venezuela. Para comenzar, me harías el más gran servicio en remitirme las leyes de 1888 y 1889 que yo podría utilizar para nuestro Anuario de Legislación extranjera actualmente en preparación. Bien entendido, vos tendréis la complacencia de enviarme la cuenta de vuestros desembolsos, que yo me apresuraré de hacerlos pagar por nuestro Tesorero.

Perdonadme, Señor Presidente, si yo abuso de vuestra benevolencia. Yo lo hago en el interés de la ciencia y también en el interés de vuestro país cuya legislación merece ser conocida fuera de vuestras fronteras.Me tomo la libertad de dirigiros, al mismo tiempo que mi carta, un folleto

158


que he publicado hace algunos años sobre el Congreso Internacional de Derecho Comercial de Anvers. Yo os suplico de aceptarlo como un testimonio de mi estima.

Aceptad, Señor Presidente, la seguridad de mi alta consideración y de mis sentimientos los más íntimos.

F. DAGUIN,

Secretario General de la Sociedad de Legislación comparada.

Academia de Jurisprudencia-Mérida: 3 de mayo de 1890.

Señor Secretario General de la Sociedad de Legislación comparada de París.

Señor:-He tenido la honra de recibir la muy atenta nota de Ud. fecha 17 de marzo último, en la cual, además de comunicarme que el Señor Presidente de esa Respetable Sociedad acepta el nombramiento de Miembro Honorario de esta Academia, entre otras cosas se sirve manifestarme la admiración y extrañeza que le ha causado no haber recibido nada relativo a la Legislación publicada en Venezuela, no obstante las diligencias y solicitudes que esa Alta y Honorable corporación ha hecho en el sentido de adquirirlas; siendo así que este país, según Ud. dice, es el único de Sud-América de cuya legislación no tiene noticia alguna esa Academia.

Demás está deciros que acojo con el mayor placer la excitación que os dignáis hacerme para que os remita los volúmenes contentivos de la legislación de Venezuela; pero creo deber advertiros a este respecto que dichas leyes, como podríais suponerlo, no se publican todos los años en un volumen, sino que periódicamente se publica uno que es comprensivo de las de varios años. Hasta ahora se han publicado doce volúmenes in folio que comprenden la legislación publicada hasta el año de 1885 sin que hayan visto la luz pública todavía, los volúmenes correspondientes a los años posteriores.

159


No hay, pues, todavía nada publicado relativamente a los años de 1888 y 1889, cuya legislación pedís que os envíe desde luego, no siéndome posible por tanto enviaros otra cosa que un número de la Gaceta Oficial de la República en donde se halla lo único que puede ser conveniente al Derecho público.

No obstante eso, como mi deseo es dejaros satisfecho, he pedido ya los volúmenes de la Recopilación con ánimo de enviároslos en primera oportunidad y corresponder de este modo a la muy notable exigencia vuestra.

Tuve el placer de recibir y leer el bosquejo que os dignasteis enviarme sobre el Congreso internacional del derecho comercial de Anvers, cuyo obsequio he agradecido en alto grado, tanto por venir de vuestra mano cuanto por el mérito del trabajo.

Cuando el Señor Presidente de esa Respetable Sociedad me envíe la nota que me anuncias avisándome la aceptación del nombramiento de Socio Honorario de esta Academia, me daré prisa a tener la señalada honra de enviárselo.

Con sentimiento de la más alta consideración y estima me suscribo de muy digno Secretario General de esa Sociedad muy atento y seguro servidor Q. B. S. M.

CARACCIOLO PARRA.

Sociedad de Legislación comparada-44, Rué de Rennes, 44-París: 9 de julio de 1890.

Señor Presidente: -Hace algunos días recibí la carta que me habéis hecho el honor de dirigirme, el 3 de mayo último, y los documentos legislativos de Venezuela que habéis tenido la bondad de enviarme. Yo no podré daros debidamente las gracias por la acogida benévola que habéis hecho a mi petición y de la amabilidad con que habéis

160


bien querido poneros a la disposición de la Sociedad de Legislación comparada para suministrarle los documentos y los informes de que podría tener necesidad concerniente a vuestro país.

Entre los textos que nosotros debemos a vuestra bondad, la ley orgánica del Consejo Federal hará el objeto de una traducción que se insertará en nuestro Anuario de Legislación extranjera de 1890.

Yo he dado parte, el lunes último, al Consejo de Dirección de la Sociedad, de los servicios que vos nos habéis ya dado y que estáis dispuestos a prestarnos en lo sucesivo. Sobre mi proposición, el Consejo os ha discernido el título de Miembro correspondiente. Yo soy feliz de llevar esta decisión a vuestro conocimiento. El título de correspondiente os dará el derecho de recibir gratis las publicaciones de la Sociedad, a saber: el Boletín que aparece mensualmente de enero a julio, el Anuario de Legislación extranjera y el Anuario de Legislación Francesa que se publican cada año.

Espero que vos en cambio nos dirigiréis todos los textos legislativos de Venezuela que presenten un interés serio, a medida que ellos sean promulgados.

Yo comenzaré desde hoy a hacer llamamiento a vuestro benévolo concurso, exigiéndoos un doble servicio.

Tenemos gran interés en saber cuál es la organización interior, política, administrativa y judicial de uno de los Estados que componen la República Federativa de Venezuela. Yo os envío, aquí adjunto, un pequeño cuestionario relativo al Estado de Los Andes que es vuestro país. Yo os seré mil veces reconocido, si podéis responder a cada uno de los puntos indicados y enviarme el texto de las leyes que allí se encuentran mencionados. Es probable que la organización administrativa y judicial sea sensiblemente la misma en los otros Estados de la República; es por esto que nos bastará saber lo que se pasa en Los Andes.

161


Mi segunda cuestión se refiere a la Constitución a los Estados Unidos de Venezuela. La Constitución actualmente en vigor es la de 4 de abril de 1881? Los diarios franceses han anunciado a última hora que graves modificaciones constitucionales estaban en preparación. Estas modificaciones han ellas sido adoptadas? Vos seréis bien amable de informarme lo que haya en este particular; y en el caso de que una Constitución nueva rija a Venezuela, de enviarme el texto. Yo os doy las gracias desde antes.

Aceptad, Señor Presidente y muy honorable colega la seguridad de mi alta consideración y de mis sentimientos los más íntimos.

F. DAGUIN.

Secretario General de la Sociedad de Legislación comparada.

Sociedad de Legislación comparada-44, rué de Rennes, 44-París: 9 de julio de 1890.

Señor:-Tengo el honor de informaros que en su última sesión, el Consejo de Dirección os ha admitido como Miembro correspondiente de la Sociedad de Legislación comparada.

En el caso en que vuestra intención fuese de tomar parte activa en los trabajos de la Sociedad, os suplico me informéis a cual sección deseáis pertenecer (Sección de la lengua inglesa; Sección de las lenguas del Norte; Sección de las lenguas del Mediodía y del Oriente; Sección de la lengua francesa).

Aceptad, Señor y querido colega, la seguridad de mi consideración la más distinguida.

El Secretario General,

F. DAGUIN.

162


Señor Caracciolo Parra abogado, Presidente de la Academia de Jurisprudencia.

Academia de Jurisprudencia-Mérida: 14 de octubre de 1890.

Señor Secretario General de la Sociedad de Legislación comparada.París.

He recibido la nota oficial de Su Señoría fecha 9 de julio último en que me participa que el Consejo de Dirección me ha admitido como Miembro correspondiente de la Sociedad de Legislación comparada. Tal honor no creo que reconozca otro motivo que la gran generosidad de los miembros de la Dirección para con un individuo que solo puede ofrecerles una consagración todo especial en corresponder a las exigencias que se le hagan para facilitar los trabajos de la Sociedad.

Servíos, Señor Secretario General, manifestar a la Dirección mi profundo reconocimiento por la merced que se me dispensa.

Como en dicha nota manifestáis el deseo de saber a cuál Sección quiero yo pertenecer (Sección de la lengua inglesa; Sección de las lenguas del Norte; Sección de las lenguas del Mediodía, y del Oriente; Sección de la lengua francesa); me permito satisfaceros, escogiendo la Sección de las lenguas del Mediodía y del Oriente.

Aceptad, Señor y querido colega, la seguridad de mi consideración la más distinguida.

CARRACIOLO PARRA.

Sociedad de Legislación comparada-París: 16 de octubre de 1890.

Señor y muy honorable colega:-Habéis acabado de poner el colmo a vuestra cortesía, enviándome todos los documentos legislativos que conciernen la organización política, administrativa y judicial del

163


Estado de Los Andes. Yo no sé cómo testiguaros mi reconocimiento, por los textos que vos me habéis procurado son de una rareza tal, que sin vos, me habría sido verosímilmente imposible de tenerlos jamás en mis manos. Recibid, pues yo os lo suplico, mis gracias, la más sinceras y más calurosas.

El título de Miembro correspondiente de la Sociedad de Legislación comparada os da el derecho recibir todas nuestras publicaciones ordinarias. Cuando mi carta os llegue, es posible que ya hayáis recibido nuestro Anuario de Legislación extranjera y los seis primeros números del Boletín y los seis primeros números del Boletín de este año. Muy próximamente recibiréis también el Boletín número 7 y último así como el Anuario de Legislación Francesa de 1890. Vos encontrareis al principio del número 1º los estatutos y el reglamento de la Sociedad que os hará conocer la organización de este cuerpo sabio y el modo de dirección de sus trabajos.

Servíos aceptar, Señor y querido colega, con la nueva seguridad de mi gratitud, la expresión de mis sentimientos los más sinceros.

F. DAGUIN.

Academia de Jurisprudencia de Mérida-Mérida: 6 de noviembre de 1890.

Señor:-La Academia de Jurisprudencia que tengo el honor de presidir en sesión de 28 de octubre último, nombró a Vs. Miembro Honorario.

Me es grato participar a Vs. este suceso que incorpora a nuestra Academia un nuevo Miembro tan recomendable por sus luces como por sus importantes trabajos en la Sociedad de Legislación comparada.Aceptad, Señor y querido colega los respetos y consideraciones que os tributa vuestro atento servidor.

CARACCIOLO PARRA.

164


Al Señor Fernando Daguin, Secretario General de la Sociedad de Legislación comparada.

Sociedad de Legislación comparada- Paris: 18 de diciembre de 1890.Señor Director:-Tengo la honra de informaros que acabo de recibir el Diploma de Miembro Honorario de la Academia de Jurisprudencia de Mérida que habéis tenido la bondad de remitirme.

He sido profundamente conmovido del gran honor que me ha hecho la Academia confiriéndome esta alta distinción y quiero suplicaros de ser mi intérprete cerca de ella y expresarle en mi nombre mi viva gratitud.Yo haré de modo de reconocer el favor de que soy el objeto por una contracción absoluta a los intereses del cuerpo sabio a la cabeza del cual vos estáis colocados. Si yo puedo serle útil por el envío de comunicaciones o informes sobre la legislación de Europa y de Francia en particular, lo haré con apresuramiento.

Aceptad, Señor Director, yo os lo suplico las seguridades de mi alta consideración y de mis sentimiento.

F. DAGUIN.

Señor Caracciolo Parra, Director de la Academia de Jurisprudencia de Mérida.

Sociedad de Legislación comparada-París: 20 de diciembre de 1890.

Señor y querido colega:-He recibido hace algunos días vuestra amable carta de 20 de octubre así como el cuestionario formado por la Academia de Jurisprudencia de Mérida y la noticia sobre el movimiento legislativo de Venezuela que habéis tenido la atención de enviarme para nuestro Anuario de legislación extranjera. Yo no puedo menos que expresaros una vez más, todo mi reconocimiento por la contracción que no cesáis de mostrar por los intereses de nuestra sociedad. Yo voy a traducir vuestra noticia y agregaré un análisis de la ley orgánica del Consejo

165


Federal que habéis tenido la bondad de remitirme el Estío último; todo figurara en nuestro Anuario de 1890, actualmente en prensa.

Aparte de los merecimientos que debo dirigiros en nombre de la Sociedad de Legislación comparada, yo tengo que atestiguaros personalmente toda mi gratitud por el favor insigne que me ha hecho la Academia de Jurisprudencia de Mérida y que yo debo a vuestra benevolencia. Yo os he escrito esta mañana, para daros las gracias oficialmente; pero tengo que deciros en particular, cuanto me ha conmovido vuestra benévola y simpática intervención que me ha valido un título, del que debo, a buen derecho, mostrarme orgulloso.

Aceptad, señor y querido colega la seguridad de mis sentimientos los mejores y más sinceros.

F. DAGUIN.

Relación enviada a la Real Academia de Jurisprudencia y legislación de Madrid y a la Sociedad de Legislación comparada de París.

Señor:-Me he impuesto el grato deber de transmitir a esa Sociedad cada año, un informe sobre la marcha de nuestra República en el terreno de la Jurisprudencia y Legislación para coadyuvar así a los importantes estudios de ese Instituto.

Creo que debo principiar por nuestra Constitución Federal con las aclaratorias a que ha dado lugar la practica desde el 27 de abril de 1881, fecha en que fue mandada ejecutar por el Jefe del Estado, hasta el presente.

El artículo 5º. de la Constitución declaró ser venezolano, los que hayan nacido o naciesen en el territorio de Venezuela cualquiera que sea la nacionalidad de sus padres. Los extranjeros que hayan obtenido carta de naturaleza. Los nacidos o que nazcan en cualquiera de la República Hispano-Americanas o en Antillas españolas, siempre que fijen su

166


residencia en la República y manifiesten su voluntad de ser ciudadanos.Todos estos gozan de los mismos derechos políticos, es decir de elegir y ser elegidos; pero posteriormente la ley de 3 de mayo de 1882 declara que para los destinos de Presidente de la República, Senador, Vocal de la Alta Corte Federal, destinos Diplomáticos, consulados Generales y empleos de Hacienda, menos el ministro; solo son hábiles: 1º los nacidos en Venezuela sea cualquiera la nacionalidad de sus padres con excepción de los que nacen en buques de guerra extranjeros y en las casas de los Ministros públicos: 2º los nacidos de venezolano en cualquier parte del territorio que componía la República de Colombia (es decir, Nueva Granada y hoy Colombia y la República del Ecuador): 3º los nacidos en el extranjero de padres venezolanos en servicio de la República o en funciones diplomáticas: 4º Los hijos de venezolanos nacidos fuera del territorio si vienen a domiciliarse y manifiestan su voluntad de serlo.

La ley de 25 de mayo de 1882 declara que los hijos menores de extranjeros naturalizados, la mujer casada y los hijos naturales y menores de la madre que se naturaliza siguen la condición del padre; y en el último caso, la de la madre. También declara que los inmigrados que han recibido el beneficio de la ley de inmigración, sin necesidad de carta de naturaleza, son venezolanos. El ejercicio del derecho de sufragio por parte de un extranjero implica necesariamente la adquisición de la ciudadanía sin necesidad de carta. El extranjero naturalizado no tiene derecho para despojarse de la nacionalidad devolviendo la carta o haciéndose inscribir en matriculas de extranjeros.

El artículo 6º. de la Constitución establecen que no pierden el carácter de venezolanos los que fijan su dominio y adquieren nacionalidad en el extranjero. La ley de 15 de mayo de 1882 explica este artículo constitucional resolviendo que los venezolanos tienen el derecho de expatriarse pero que no por este pierden su carácter de venezolanos si vuelven al país.

El artículo 10 de la Constitución concede a los extranjeros que pisan el territorio los mismos derechos civiles de que gozan los venezolanos

167


y abre las puertas del país a todas las nacionalidades; pero la Ley de 6 de junio de 1884 faculta al Gobierno de la Nación para cerrarlas al extranjero que por algún antecedente o motivo especial, juzgue su entrada inconveniente; o para expulsarlo si está dentro del país.

El mismo artículo 10 ha sido objeto de una decisión judicial y es la siguiente. Dispone el artículo 17 del Código Civil “que los extranjeros gozaran en Venezuela de los mismos derechos civiles que los venezolanos con las excepciones que se establezcan. Esto no impide la aplicación de las leyes extranjeras relativas al estado y capacidad de las personas en los casos autorizados por el derecho internacional privado”. Y el artículo 127 del mismo Código estatuye “que los extranjeros deben comprobar, para poder contraer matrimonio en el país, su estado de soltero o viudo y además presentar certificación del agente diplomático o consular o de otra autoridad competente de su país, que según la ley que depende, no hay obstáculo para el matrimonio”. Estos dos artículos se han considerado en abierta oposición con la letra del dicho artículo 10 de la Constitución Federal y la Alta Corte Federal declaró por Acuerdo de 13 de junio de 1882 que esas tres disposiciones estaban en colisión, debiendo prevalecer lo dispuesto en la Constitución y por consiguiente insubsistentes los dos artículos 17 y 127 del Código Civil.Como la Constitución en sus artículos 37 y 41 hace incompatibles los puestos de Senador y Diputado con el ejercicio de cualquiera otra función pública y pena a éstos con la pérdida de su curul si aceptan destinos dependiente del Poder Ejecutivo; la ley de 13 de mayo de 1882 explicando estos artículos estatuye “que la prohibición de aceptar destinos del ejecutivo Nacional es en el período de las sesiones y desde que principia la inmunidad, bajo la pena de dejar vacante su asiento en la respectiva Cámara”.

Respecto al artículo 61 de la Constitución que establece el Consejo Federal, el Señor Secretario General ha recibido y ya tiene en su poder la Gaceta de Venezuela en que corre inserta la ley de 20 de mayo de 1889 que lo organiza.

168


En consonancia con lo prescrito en el artículo 35 de la Constitución que faculta a las Cámaras para darse reglas que hagan efectivo el libre ejercicio de sus funciones, se promulgó la ley de 23 de mayo de 1887 que prohíbe a los espectadores toda manifestación favorable o adversa a los Legisladores no solo de la Nación, sino de los Estados y Consejos Municipales.

En cuanto a los trabajos del Congreso Nacional en el corriente año que revistan un carácter de permanencia son pocos los que se expidieron.Sea en primer lugar, el que crea una comisión legislativa permanente para que en el receso del Congreso mejore y armonice las leyes y Códigos Nacionales como trabajos preparatorios para las sesiones ulteriores del Congreso. Este Decreto lleva la fecha de 14 de mayo de 1890.

Ley de 27 de mayo de 1890 que crea cuatro grandes Lazaretos en la República para recoger en ellos los afectados en el territorio, de este terrible mal. Decreto Legislativo de 29 de julio de 1890 que crea en el exterior cuatro oficinas de informes encargados de suministrar las noticias con que la relación a Venezuela soliciten los que deseen emigrar a la América, con el propósito de ejercitar sus facultades trabajadoras.

Del Poder Ejecutivo.-Decreto que establece una clase de clínica Electro-Terápica.-Que establece reglas para la navegación por vapor del río Orinoco y sus afluentes. Y sobre sanidad de los puertos nacionales.

Entre los proyectos que la comisión legislativa permanente, elabora, están los siguientes. -Sobre protección agrícola.-Sobre instrucción superior y científica.-Sobre institutos agronómicos.-Sobre formalidades para la celebración de contratos de interés público.-Sobre patentes de invención.-Sobre Bancos.

Me reservo en otro informe hablar de los demás poderes que crea la Constitución Federal y conocido el círculo en que giran los diversos poderes, entraré en pormenores sobre los Códigos que rigen en los diversos ramos de la Administración, sin olvidar los trabajos anuales del Congreso Nacional.

169


La Academia de Jurisprudencia que fundé en el año último y de la cual soy Director, se propuso presentar al país diversas tesis que debieran servir para formular una Constitución Nacional, llegado el caso de tener que reformar la actual. Le incluyo un cuestionario en donde aparecen las tesis aceptadas por la Academia hasta esta fecha; en él aparecen puntos definidos de derecho político constitucional apropiados a Venezuela; y de derecho internacional público y privado que debieran formar parte de la Constitución Nacional.

Mérida de Venezuela a 29 de octubre de 1890.

CARACCIOLO PARRA.

LIBRO CUESTIONARIO DE LA ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA DE MERIDA

Cuestiones de derecho político.

1ª. Consultando lo que es y no lo que debe ser, el derecho de sufragio debe limitarse a los ciudadanos que dan ciertas garantías de independencia.

2ª. El Poder Ejecutivo Nacional se compone del Presidente de la República y un Ministro nombrado por cada uno de los Estados que componen la Unión Federal. Cada Estado nombra su Ministro y lo revoca a voluntad; y solo el Congreso por medio de un voto de censura puede también efectuar dicha remoción. Los Ministros para hacerlo deben tener cierta residencia anticipada en el Estado que los nombre. Todos los asuntos del Ejecutivo Nacional se resuelven en Consejo de Ministros presidido por el Presidente de la República quien distribuye las carteras.

3ª. Los Senadores y Diputados principales y suplentes que durante su periodo hayan tomado asiento en las Cámaras Legislativas, no pueden ser elegidos para ninguno de los destinos cuyo nombramiento depende del Poder Ejecutivo.

170


Se exceptúan solamente los de mando en el Ejército en tiempo de guerra y los de Ministros Diplomáticos, quedando de hecho vacante su asiento en la Cámara.

4ª. Los Ministros del Poder Ejecutivo y los Empleados en el ramo, cuyo nombramiento dependa del Poder Ejecutivo no pueden aceptar ningún puesto en los ramos Legislativo y Judicial durante el período eleccionario aun cuando hayan renunciado o de cualquier otro modo sido reemplazados.

5ª. En los cuerpos colegiados cuando se procede a elegir para los diversos ramos de la administración, no pueden ser elegidos ninguno de los miembros que lo componen sino para los puestos de su régimen interno.

Cuestiones de derecho internacional.

1ª. La extradición debe acordarse por todo delito o crimen que sea calificado como tal por la legislación del país reclamante, sin necesidad de reciprocidad.

Se acordara también la extradición de los nacionales en los casos predichos solamente con los países que acepten la reciprocidad.

No habrá lugar a la extradición por delitos puramente políticos.

2ª. Los extranjeros mientras pisen el territorio del país, se consideran como nacionales, gozan de los mismos derechos civiles que los naturales; y tienen como éstos, expeditos todos los recursos legales; sin que en ningún caso, ni bajo ningún pretexto puedan sus reclamos servir de materia para reclamaciones internacionales.

Sus bienes mobiliarios e inmobiliarios existentes dentro de la Nación, se rigen por las mismas leyes de los naturales.

171


Sus contratos, incluso el del matrimonio, se rigen por las leyes del país de su celebración, a menos que se dispongan otra cosa en los primeros.

Les están prohibidas las prácticas religiosas que sean contrarias a las buenas costumbres y al orden público.

3ª. En los asuntos judiciales en que sean parte los extranjeros, pueden los Agentes Consulares que los representen, constituirse personeros sin necesidad de poder.

4ª. En el caso de interrumpirse las relaciones internacionales con alguna otra nación, en términos de temerse un conflicto, el Ejecutivo Nacional declarara interrumpidas las relaciones comerciales con esa Nación, mientras no se restablezca la buena inteligencia.

El Gobierno Nacional procurara entenderse con los demás Gobiernos de la América para aceptar aquel principio, como regla Americana, haciéndose solidarios en la medida.

5ª. Libre comercio y libre navegación de los ríos, con las Naciones que acepten la reciprocidad.

6ª. Revisión de todos los tratados públicos e internacionales para establecer conformes a las exigencias de la época.

7ª. Unificación de la Legislación civil y comercial y excitación a los Gobiernos Americanos para que acepten el mismo principio.

8ª. Las represalias en la guerra respecto a las personas, pecan contra todos los principios de Justicia y de humanidad.

Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.-Esta Real Academia se enteró con la mayor satisfacción de que se había constituido en el Estado de Los Andes de esa República Federativa, una Academia de Jurisprudencia que tiene su domicilio social en la ciudad de Mérida.

172


El propósito de dicha Academia de contribuir al progreso del Derecho internacional público y privado, procurando la uniformidad de las leyes que en todos los Estados regulan las relaciones jurídicas a que aquella rama del Derecho se refiere, es del mayor interés y a tan elevado fin ha prestado en diversas ocasiones su concurso esta Real Academia, en cuanto ha considerado su realización posible y conveniente. Puede tener, pues, la seguridad completa de que los esfuerzos que en dicho sentido realice la nueva corporación venezolana creada por U., han de ser objeto de detenido estudio en la Real Academia de Jurisprudencia.Además de la importancia que el tema indicado ofrece a ambas Academias por ser corporaciones jurídicas, como las mismas pertenecen a dos de los Estados en que se ha fraccionado la nacionalidad española, es indudable que han de tener especial agrado en comunicarse mutuamente sus trabajos y que el conocimiento recíproco de la legislación y bibliografía jurídica de Venezuela y de España ha de producir indudable utilidad a nuestros países respectivos.

En vista de estas ligeras consideraciones comprenderá U. que esta Real Academia no ha vacilado en aceptar la correspondencia científica que la Jurisprudencia de Mérida solicitó por su autorizada mediación, lo que tengo la complacencia de comunicarle en cumplimiento de acuerdo adoptado en la Junta General de 17 de corriente, para que se sirva trasmitirlo a la referida corporación venezolana.

Dios guarde a U. muchos años.-Madrid: 28 de marzo de 1890. El Secretario General,

LUIS DE URQUIOLA.

Real Academia Jurisprudencia y Legislación.-Madrid: 6 de mayo de 1890.

Señor Dr. Caracciolo Parra, Rector de la Universidad de Los Andes.-Venezuela.

173


Muy Señor mío y de mi mayor respeto:

Como tuve la honra de indicar a U. en mi carta anterior, he propuesto a la Real Academia de Jurisprudencia de Madrid su nombramiento para Miembro correspondiente en Venezuela y esta Corporación reunida en Junta general el 14 del pasado mes de Abril se sirvió aceptar mi propuesta.

Adjunto tengo el gusto de remitir a U. el traslado oficial del referido nombramiento, proponiéndome enviarle a seguida su correspondiente Diploma que para mayor seguridad procuraré que sea remitido por el digno conducto del representante de esa República en Madrid.

Con destino a la Academia que debe a U. su fundación tengo el gusto de remitirle un paquete de libros y folletos en prenda del agrado con que esta Academia mantendrá relaciones con su hermana de Mérida; incluyéndole un ejemplar del último Anuario publicado por esta Sociedad que dedico a U. especialmente en prueba de personal consideración: apenas se halle publicado el Anuario de 1890 que se halla en prensa, se lo enviaré así mismo.

Supongo que habrá U. recibido del Presidente de esta Real Academia aceptando el título de Socio Honorario de la que U. dignamente dirige.En espera de su repuesta acusando recibo de mi correspondencia, me complazco en presentarle de nuevo el respetuoso testimonio de los sentimientos de alto aprecio con que soy de U. atento s.s.Q.B.S.M

LUIS URQUIOLA.Secretario General.

Señor Licenciado D. Luis de Urquiola, Secretario General de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Madrid etc.etc.etc.

Mérida de Venezuela, Julio 11 de 1890.

174


Muy Señor mío y de mi mayor respeto:

Tengo sumo placer en contestar las dos muy apreciables notas de U. de 31 de Marzo y 6 de Mayo últimos que llegaron a mi poder con poco intervalo.

Celebro infinito que mi correspondencia Académica me haya proporcionado el placer de conocer y adquirir relaciones privada con una persona que me inspira simpatías y que tan generosamente me ofrece su amistad; yo la acepto con todo mi corazón.

Adjuntas a ésta van mis contestaciones oficiales.

Agradezco en alto grado el honor que me hace la Academia al nombrarme Académico correspondiente; y ese honor sube de quilates al imponerme que U. tomó parte activa en su feliz terminación.

Considero que nuestra corporación necesita de hombres valiosos por sus luces y que así se enaltece más y más su institución; por esto no he dudado en proponerlo a U. como Miembro Honorario y la Academia en su sesión de 6 del corriente me ha autorizado para ofrecerle a U. uno de sus bancos. El diploma le ira más luego por conducto del Cónsul español en Maracaibo.

Me anuncia U. que el señor Presidente de Real Academia Don Francisco Silvela me ha contestado ya aceptando el Diploma de Miembro Honorario de ésta: debo manifestarle que hasta hoy, yo no tengo ninguna constancia.

Desearía que las publicaciones que se me remitiesen, vinieran por estafeta o por conducto del Cónsul español en Maracaibo; cualquiera otra vía es expuesta y dilatada. Las obras que se me anuncian podrían venir por conducto del Señor Carlos Rangel Garbiras, Ministro Plenipotenciario de Venezuela en Madrid, que ha salido para ésa y con quien tengo íntima amistad. Ojalá lo tratase U., sirviéndole de introducción esta carta.

175


Yo no podré ofrecerles en retribución si no mi buena voluntad porque no tenemos ni periódico para publicar nuestros trabajos. Actualmente está en prensa y sale con lentitud el Anuario de esta Universidad, cuyo primer tomo comprende su historia desde su fundación 1790 hasta hoy 1890. En ese Anuario se referirá la marcha de la Academia y las cuestiones que ha presentado hasta hoy sobre derecho constitucional republicano y otras sobre derecho internacional público y privado. Tendré cuidado de dedicar a U. un ejemplar cuando pueda terminarse.

Ofrezco a U. sinceramente mi amistad y convénzase de que tiene un servidor que lo estima y B. S. M.

CARACCIOLO PARRA.

Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.-Tengo el honor de poner en conocimiento de Vs. que la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Madrid en Junta general de 14 de Abril último, ha nombrado a Vs. en atención a sus méritos Académicos correspondientes de la misma.

Dios guarde a U. muchos años.

El Secretario General,LUIS DE URQUIOLA.

Señor Dr. Caracciolo Parra, Rector de la Universidad de Los Andes.

Mérida: julio 9 de 1890.

Señor Secretario General de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.-Madrid.

Me he impuesto de la nota de Vs. fecha 6 de mayo próximo pasado en que se sirve participarme que la Real Academia de Jurisprudencia y

176


Legislación de Madrid en Junta General de 14 de Abril último me ha nombrado Académico correspondiente de la misma.

Este honor inesperado y concedido por un cuerpo científico tan justamente alabado, no lo considero sino como un estímulo al estudio y un arranque de ese amor que la madre siempre conserva por sus hijos aun emancipados.

Servicios, Señor Secretario, manifestar a la muy Honorable Academia mi Profunda gratitud y mi adhesión personal.

Me suscribo de U. Muy Atento servidor.

CARACIOLO PARRA.

Academia de Jurisprudencia-Mérida: Julio 9 de 1890.

Señor Secretario General de la Academia de Jurisprudencia y Legislación-Madrid.

Grata complacencia me ha ocasionado la nota oficial de Vs. de 10 de mayo último, por la que me ha impuesto que la Real Academia de quien es Vs. tan digno Secretario, acordó por unanimidad en Junta General celebrada el 17 de Marzo último entablar relaciones con esta Academia de Jurisprudencia; y que en cumplimiento de ese acuerdo, Vs. se sirve remitirme las obras que se refieren en la nota que contesto.Mis esperanzas, cuando me dirigí a esa Ilustre Corporación dándole parte de la existencia de esta Academia, no han salido fallidas: no llegué a dudar que se acogería con placer nuestra fraternidad y que no se nos esquivaría el honor de la correspondencia.

A nombre del Cuerpo que presido rindo las más expresivas gracias por el presente tan valioso como generosamente ofrecido.

177


Tengo el placer de repetir los ofrecimientos de mi alta estima por la dicha y prosperidad de la Real Academia.

De Vs. atento servidor.

CARACIOLO PARRA.

Señor D. Luis de Urquiola, Licenciado en Derecho civil y canónico, Secretario General de la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Madrid, comendador de número de la Orden de Isabel la Católica etc.etc.

Mérida: Julio 11 de 1890.

Me es sumamente satisfactorio participar a Vs. que la Academia de Jurisprudencia de Mérida de quien tengo el honor de ser su Director, en sesión de 6 del corriente mes y por unanimidad de votos, ha nombrado a Vs. en atención a sus méritos y servicios, miembro Honorario.

Soy de Vs. atento servidor.

CARACCIOLO PARRA.

Academia de París. Universidad de Francia. París: 28 de Abril de 1890.Señor Director: Habéis manifestado el deseo de recibir los diversos trabajos publicados por la facultad de derecho de Paris.

Tengo el honor de informaros que en la Facultad pone a vuestra disposición la colección de tesis premiadas que son relativas al derecho público y al derecho internacional privado.

He dado instrucciones para que el envío os sea hecho tan pronto como sea posible

178


Recibid, Señor Director, la seguridad de mi consideración la más distinguida.

El Vice- Rector,

LIAN.

Señor Director de la Academia de Jurisprudencia de Mérida.

Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.- Excelentísimo Señor: He tenido la honra de recibir su atenta comunicación en la cual me participa que la Academia de Jurisprudencia de Mérida, de la cual es V.E. Dignísimo Presidente, se ha servido nombrarme Miembro Honorario de la misma.

Profundamente agradecido por la honra que esa ilustre corporación me ha dispensado, ruego a V.E. se sirva hacer presente a la misma mi gratitud y el anhelo que siento al verme asociado a sus trabajos y a los fines de su instituto.

Dios guarde a V.E. muchos años.

Madrid, 8 de marzo de 1890.

Presidente de la Real Academia de Jurisprudencia, ex-Ministro de Gracia y Justicia, ex Ministro de la Gobernación, individuo electo de la Real Academia Española y de Número de la de ciencias Morales y Políticas.

FRANCISCO SILVELA.

Al Señor Doctor Caracciolo Parra, Presidente de la Academia de Jurisprudencia de Mérida y Rector de la Universidad de Los Andes

Academia de Jurisprudencia de Mérida.-Excelentísimo Señor:-por el correo del 5 del corriente mes recibí la atenta nota de V. E. fecha 8

179


de Marzo próximo pasado en que manifiesta que acepta con agrado el nombramiento que hizo esta Academia en la persona de V. E. para Miembro Honorario.

La condescendencia de V.E. es una honra para la Academia que presido y ella adquiere mayor lustre con la asociación de hombres prominentes en las letras y por servicios a la heroica España.

Tengo sumo placer en enviar a V.E. el Diploma correspondiente que no dará a V.E. mayor enaltecimiento que el que se desprende de la buena voluntad con que ha sido ofrecido.

Dios guarde a V.E. años.

Mérida de Venezuela, noviembre 6 de 1890.

CARACCIOLO PARRA.

Al Exmo. Señor Don Francisco Silvela Presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Madrid etc. etc

El Ministro de la Gobernación.-Particular.

Señor Don Caracciolo Parra.

Muy distinguido y respetado Señor mío:-Por el último correo he recibido el Diploma de Miembro Honorario de esa docta Corporación de su digno Presidente y doy a U. las más expresivas gracias por la atención que les he merecido.

Mucho me honra la distinción que aceptó gustoso y muy reconocido con que me favorece ese ilustrado cuerpo, distinción que me une más íntimamente a la vida intelectual de un pueblo hermano y heroico.

180


Reitero a U. la expresión de mi sincero reconocimiento y quedo de U. atento amigo y afmo. s. s. Q. S. M. B.

F. SILVELA.

Madrid, 22 de Diciembre de 1890.

Sociedad de Legislación comparada.-París: 16 de Marzo de 1891.

Señor y querido colega:-Yo he terminado hace algún tiempo la traducción de la noticia que habéis tenido la atención de enviarme sobre las leyes venezolanas de 1889. Yo las he completado por algunas indicaciones sobre la organización política de Venezuela. He pensado, en afecto, que vuestro país, figurando por primera vez, en nuestro Anuario de Legislación extranjera, convenía de dar algunos informes sobre su régimen gubernamental.

Este trabajo ha necesitado, para mí, la lectura de la Constitución de 27 de Abril de 1881. Allí he encontrado una antinomia aparente entre el artículo 28 y el artículo 80-3º que yo deseo someteros. El artículo 28 decide que el Senado instruye y juzga los negocios concernientes a las personas puestas en acusación por la Cámara de Diputados; y en los términos del artículo 22- 3º entre las personas que pueden ser puestas en acusación por la cámara de Diputados, figuran los Ministros. Pero en el artículo 80-3º se dice que Alta Corte Federal juzgará los Ministros puestos en acusación en cualquiera de los casos previstos por la Constitución. Yo no me explico bien, lo confieso, el papel del Senado y el de la Alta Corte en lo que concierne los Ministros puestos en acusación; porque estas dos jurisdicciones no pueden ser simultáneamente competentes. Vos seréis bien amables en darme una explicación sobre esta materia.

Al mismo tiempo yo me permito de poneros dos cuestiones igualmente de derecho constitucional: 1ª, los Senadores y Diputados reciben alguna remuneración en Venezuela? Si ellos la reciben, cual es el montante?

181


2ª. El número de los Ministros es aún de seis como lo era en 1881? Relaciones exteriores, Hacienda, Crédito público, Fomento, Obras públicas, Guerra y Marina. Me parece que las funciones del Ministro de Hacienda hacen doble empleo con las de Ministro de Crédito público. El Ministro de Fomento debe ocuparse exclusivamente de la Instrucción pública puesto que existe un Ministro de Trabajos públicos (obras públicas); en España, el Fomento comprende igualmente los trabajos públicos, pero me supongo que es de otra manera en Venezuela.

Tales son, mi querido colega, los puntos de vuestra organización constitucional sobre los cuales yo deseo tener informes. Yo espero que vos queráis dármelos y desde luego os doy las gracias cordialmente.

Nuestro Anuario de Legislación extranjera de 1890 que contendrá por la primera vez una noticia sobre Venezuela aparecerá en el mes de Mayo próximo, vos lo recibiréis en el mes de Junio o Julio. Intertanto, yo tengo el honor de ofreceros de parte del Consejo de Dirección, el Código penal italiano traducido por M. Lacointe y el Código civil de Zurich traducido por M. Lehr. Yo os he hecho despachar estos dos volúmenes, que espero os lleguen exactamente.

Yo cuento que en el porvenir, como lo habéis hecho tan amablemente, me enviareis cada año para nuestro Anuario una noticia sobre las principales leyes de interés general sancionadas en Venezuela, así como los documentos legislativos los más importantes.

Permitidme al terminar de pediros un informe. Según el artículo 1º de la Constitución, Venezuela comprende 9 estados. Resulta que el Consejo Federal debería componerse de 19 miembros, 9 Senadores y 9 Diputados y un representante del Distrito Federal (Constitución art. 61). Yo veo en la ley orgánica del Consejo Federal (1889) que después de la elección del Presidente de la República, el Consejo da la lista de sus miembros en el orden en que ellos podrán ser llamados a reemplazar el presidente en caso de impedimento de éste: esta lista, según el artículo 3º de la ley orgánica del Consejo Federal no cuesta sino 16 nombres; ella debería, me parece, contar 18, puesto que sobre 19 miembros no

182


hay sino uno (el Presidente elegido) que es necesario quitar. Yo no sé cómo explicar esto; espero os sirváis decirme ¿Quién tiene la razón? La Constitución o la ley. Puede ser que el número de Estados haya sido reducido a 8 después de 1881.

Aceptad, mi querido colega, la seguridad de mis sentimientos lo más distinguidos.

F. DAGUIN

Academia de Jurisprudencia-Mérida: 23 de Abril de 1891.

Estimado Señor y colega:-Tengo sumo placer en contestar la apreciable de U. fecha 16 de marzo próximo pasado que recibí por el correo de ayer. Me apresuro a contestar las dudas que os han ocurrido al estudiar la Constitución y Ley orgánica del Consejo Federal de este país y cuya solución me pedís para que figuren en el Anuario de Legislación extranjera que según me informáis está ya en prensa.

Primera cuestión: cree el Señor Secretario que hay una antinomia entre los artículos 28 y 3º de 80 de nuestra Constitución, por cuanto que el uno da al Senado la atribución de “sustanciar y resolver los juicios iniciados en la Cámara de Diputados”; y el otro que atribuye a la Alta Corte Federal el “conocer de las causas de responsabilidad contra los Ministros del Despacho cuando sean acusados según los casos previstos en la Constitución.” La antinomia parece resultar de que el artículo 22 de la Constitución en su inciso 3º facultad a la Cámara de Diputados para oír las acusaciones contra los Ministros por infracción de la Constitución y leyes y por mal desempeño de sus funciones, conforme al artículo 75 de la misma constitución; son estos juicios y los formados a otros empleados de los que conoce el Senado después que la Cámara de Diputados ha declarado que “ha lugar a la formación de causa.”

Cree el Señor Secretario que estas dos jurisdicciones (la del Senado y la de la Alta Corte Federal) no pueden ser igualmente competentes y desea que se le informe de qué manera deben entenderse.

183


En efecto, Señor Secretario, son dos jurisdicciones diferentes que son competentes, ratione materiae et ratione personae, para conocer y resolver sobre las acusaciones y juicios de responsabilidad que se formen a los Ministros del Despacho del Poder Ejecutivo. 1º por traición a la Patria: 2º por infracción de la Constitución y de las leyes: 3º por malversación de los caudales públicos: 4º por hacer más gastos que los presupuestos: 5º por soborno o cohecho en los negocios de su cargo, o en nombramientos para empleados públicos: y 6º por falta de cumplimiento a las decisiones del Consejo Federal: Estos son los expresados en el artículo 75 de la Constitución.

Parece que el ánimo del Legislador al dar una misma atribución a dos cuerpos diferentes, ha sido que como el Congreso solo está reunido tres meses en cada año, debieran los ciudadanos encontrar en todo tiempo un recurso ante la Alta Corte Federal que es un tribunal permanente el hecho de dar también esa atribución al Senado puede explicarse por su mayor independencia y categoría para juzgar a los altos funcionarios; de manera que los querellantes escogen el tribunal que conozca de su queja.

Resulta pues, que tanto el Senado como la Alta Corte Federal conocen a prevención y así lo expresa terminantemente el final de 3º del artículo 22 de la Constitución.

El Código penal en su artículo 246, tercer acápite, ordena que es el Senado quien debe conocer de las causas contra los Ministros del Despacho cuando expidieren, firmasen o ejecutaren o mandaren ejecutar decretos, órdenes o resoluciones que violen o infrinjan cualquiera de las garantías acordadas a los venezolanos en el artículo 14 de la Constitución Federal: este precepto que excluye del conocimiento a la Corte Federal, parece en colisión con el referido artículo 80 y 3º de la Constitución; pero hasta ahora nada se ha decidido sobre el particular.

Sin embargo de lo dicho, yo encuentro algo anómalo el derecho de juzgar ambos Cuerpos a prevención, porque cuando es el Senado quien juzga debe asociarse para fallar, la Alta Corte Federal y componer así el

184


“Gran Jurado Nacional”; al paso que cuando es ante la Alta Corte Federal que se ha introducido la acusación o juicio de responsabilidad, juzga ella por sí sola. Así está determinado en el Código de procedimiento criminal de 14 de Enero de 1884, libro 3º leyes 1ª y 2ª.

La 2ª pregunta se refiere a saber si los Senadores y Diputados gozan de salario y a cuanto alcanza éste, informo lo siguiente:

Por viatico desde la capital del Estado respectivo, a la capital de la República por cada miriámetro de ida....................................... Bs. 21,50Por el regreso, ................................................................................. __ 21,50Por cada día de sesiones preparatoria, mientras se reúne el quórum para la instalación de la Cámara ........................................................ 20, ”Por cada días de sesiones durante los noventa días que acuerda la Constitución....................................................................................... __ 40, “Para gastos de representación a cada Senador y Diputados....... __ 2,400

La 3ª pregunta que se refiere al número de Ministros del Poder Ejecutivo y a las funciones que conciernen a los de Hacienda, Crédito Público, Fomento, Instrucción Pública y Obras Públicas, la satisfago así: La ley de 24 de Mayo de 1881 crea ocho Ministerios: de Relaciones Interiores; de Relaciones Exteriores; Hacienda; Crédito Público; Fomento; Obras Públicas; Guerra y Marina e Instrucción Pública.

El Decreto Ejecutivo de 31 de Marzo de 1882 que organiza los Ministerios, detalla minuciosamente los ramos o materias que corresponden a cada uno, pero resumiéndolos en aquellos a que se refiere la pregunta, resulta que al Fomento corresponde lo de Estadística, Dirección Postal y Dirección de Riqueza Territorial. Al de Instrucción Pública pertenece lo que se relacione con la instrucción popular e instrucción superior. Al de Obras Públicas, corresponde lo de edificios y ornatos de poblaciones y Dirección de vías de comunicación, acueductos y contabilidad. Al de Hacienda o de Finanzas, pertenece lo de Aduanas Tesoro, Presupuesto y salinas. Al de Crédito Público, pertenece la materia de crédito exterior y crédito interior.

185


El último punto que se refiere al número de miembros del Consejo Federal se explica perfectamente así: La Constitución Federal de 1881 creó nueve Estados de los veinte que componían los Estados Unidos de Venezuela; cada uno de estos Estados, como U. dice, nombra un Senador y un Diputado y el Distrito Federal uno, de manera que hacían un total de diez y nueve. Entre esos nueve Estados figuraban como entidades autonómicas Zulia y Falcón; poco después de promulgado el Decreto que Organizaba así el Consejo Federal, estos dos listados convinieron en formar uno solo bajo el nombre de Falcón, de consiguiente ellos que daban dos Senadores y dos Diputados para la formación del Consejo Federal, ya no dieron después de la Unión, sino un Senador y un Diputado; y es por esto que U. ha visto figurar en el Consejo el número de 16. Pero esta disminución ha cesado porque el año próximo pasado se acordó en el Congreso que ese Estado volviese a formar dos bajo los mismos nombres anteriores de Zulia y Falcón; tiene U. pues, que hoy vuelve el Consejo Federal a componerse de 19 miembros inclusive el que sale electo de Presidente de la República.

Deseo que este mi informe llene los deseos de U. y que con él pueda completar los trabajos que prepara para el Anuario de legislación extranjera en el que me complazco que Venezuela salga por primera vez a figurar.

Doy al Consejo de Dirección de esa Sociedad mis más expresivas gracias por el presente que me hace de los Códigos penal de Italia y civil de Zurich, que aún no he recibido.

Convénzase de que yo tendré como un gran honor dedicarme a satisfacer todas sus exigencias y suministrar los informes que me pida.

Aceptad Señor y estimado colega la sinceridad de mis votos por el brillo de la Sociedad de Legislación comparada cuya Secretaría General desempeñáis con tanto acierto y amor a la ciencia.

CARACCIOLO PARRA.

186


Miembros Honorarios de la Academia de Jurisprudencia de Mérida.

Señor Don Luis de Urquiola, Licenciado en Derecho civil y canónico, Licenciado en Derecho administrativo, Abogado del Ilustre Colegio de Madrid con ejercicio en el Tribunal Supremo, Secretario del Tribunal de lo contencioso administrativo en el Consejo de Estado, Miembro Honorario de la Sociedad de Abogados de Lisboa, Comendador de Número de la Orden de Isabel la Católica.

Exmo. Señor Don Francisco Silvela Presidente de la Real Academia de Jurisprudencia, ex-Ministro de Gracia y Justicia, ex-Ministro de la Gobernación, Individuo electo de la Real Academia Española y de Número de la de Ciencias Morales y Políticas.

Señor Fernando Daguín Doctor en Derecho, Abogado en la Corte de apelación de París, uno de los Secretarios Generales del Congreso, Oficial de Instrucción Pública, Académico y Secretario General de la Sociedad de Legislación comparada de París .

Miembros “Adscritos”

Dr. Miguel Parra Picón, residente en San Cristóbal

Dr. Antonio Domínguez, natural de Trujillo.

En una “Revista Hispano-Americana por Don José Maluquer y Salvador, Socio correspondiente de los Colegios de Abogados de Costa Rica y Lima y Abogado de la Legación de Costa Rica en España.” Enero-Abril de 1890 y cuyo Señor tuvo la amabilidad de dedicar al suscrito un ejemplar de dicha “Revista,” se lee lo siguiente:

VENEZUELA

Los que hayan leído estas crónicas, se habrán convencido del desarrollo del espíritu de asociación que al presente se nota en la América Española. A las corporaciones jurídicas anteriormente indicadas,

187


debemos agregar la que hace poco se constituyó en Los Andes, uno de los Estados que componen la Federación venezolana.

En la ciudad de Mérida, capital de dicho Estado, que es por su población el segundo de la República en importancia y por iniciativa del Doctor Parra, Rector de la Universidad, se inauguró a fines del año último una Academia de Jurisprudencia. En sus estatutos hallamos, por lo que se refiere al derecho nacional, la obligación remarcable de presentar observaciones acerca de toda sentencia judicial o decisión administrativa que se consideren contrarias a las disposiciones vigentes. Por lo que respecta al Derecho internacional, la nueva Academia se propone contribuir a la unificación de las leyes que regulan en todos los Estados las relaciones internacionales y discutir la conveniencia de codificar sus preceptos.

Digno de alabanza es que se haya constituido en uno de los Estados venezolanos una Asociación de Abogados que señala a su Instituto fines de tanta importancia y que se consagra al desinteresado cultivo de la ciencia jurídica. Aquella Academia Emeritense se ha dirigido á varias corporaciones extranjeras, deseosa de entablar provechosa correspondencia científica, y tenemos datos para afirmar que se le han dirigido comunicaciones a segurando que serían recibidos sus trabajos con el mayor aprecio............................................................................................................................................................................................................................................................................................................................Es copia.

CARRACCIOLO PARRA.

FIN

188


INDICE__Oficio del Rector al Presidente del Estado de los Andes sobre gastos para la impresión del Anuario......................................................................1__Contestación del Presidente acordando fondos.....................................2__Decreto del Rector creando al Anuario de la Universidad de Los Andes..............................................................................................................3__Oficio del Ministro de Instrucción Pública deseando buen éxito a la publicación del Anuario................................................................................5__Decreto del Rector disponiendo se incluya en el Anuario los datos estadísticos hasta su publicación…………..................................................5__Resumen histórico de la Universidad de Los Andes...............................__Primera época desde su fundación hasta el año de 1812......................6__Segunda época de 1812 a 1822...............................................................15__Tercera época de 1832 hasta 1889..........................................................19__Documentos que se han tenido presentes para escribir este resumen histórico............................................................................................................__Acta del Cabildo Eclesiástico.....................................................................8__Oficio del Provisor al Ayuntamiento......................................................39__Libros de matrículas del Seminario........................................................40__Decreto del Teniente Justicia Mayor........................................................40__Acta de la Junta patriótica de Mérida.....................................................41__Traslación de la Universidad, Monjas y Seminario a Maracaibo............42__Representación a S.M. del Diputado.......................................................47__Otra a las Cortes del Cabildo Eclesiástico..............................................49__Representación a la Regencia por el Cabildo Eclesiástico………........50__Representación a S.M. del Diputado......................................................53__El Rey........................................................................................…………53__El Gobierno de Colombia declara que este Instituto es Academia.......56__ El Gobierno de Venezuela toma la Dirección de la Universidad.........56__Edificio de la Universidad y su estado actual.......................................57__Oficio al Ministro de Instrucción Pública sobre reparación del edificio..........................................................................................................58__Telegrama al Presidente...........................................................................59__Oficio al Ministro sobre lo mismo...........................................................60__Otro sobre lo mismo ...............................................................................60__Otro al mismo............................................................................................62

189


__Otro al mismo..........................................................................................63__Otro al mismo..........................................................................................63__Carta al Presidente sobre lo mismo......................................................64 __Contestación............................................................................................65__Acuerdo de la Legislatura de los Andes..............................................65__Oficio al Ministro de Instrucción Pública……….……………………...66__Telegrama al mismo................................................................................66__Contestación del Ministro......................................................................67__Contestación del Rector..…………..……………..................................67__Telegrama del Ministro pidiendo presupuesto……………........…...68__Contestación………………....................................................................68__Se remite el presupuesto………………….............................................68__Se acuerda el gasto de doce mil Bolívares………………………….....69__Demora del Banco de Maracaibo en pagar………………..................69__Composición de la clase de Medicina …………………….......……...69__Composición de la cerradura del portón…………...……………..…71__Se acuerda que los cursantes compongan sus respectivas clases …..72__Cuenta de las diversas composiciones…...………………..............…72__El Gobierno dispone que el Rector destine los doce mil Bolívares a las reparaciones mas indispensables........................................................74__El Rector los destina a la reedificación del segundo departamento.................................................................................74__Los Catedráticos ponen a disposición del Rector lo que quede de su donación para el Centenario del General José Antonio Páez……........75__El Rector lo destina a la construcción de la fachada…………...........75__Cuenta de lo gastado en la fachada…………………………...........…75__El Rector pide al Consejo Municipal permiso para tomar parte de la acera para lo construcción de la fachada…………………………….….76__El Consejo Municipal otorga el permiso...............................................76__Rentas.......................................................................................................77__Relación de lo que recibían los Catedráticos…………..............…......79__Cuadro de los Doctores, Vice-Rectores………………….....................82__Catedráticos propietarios desde la fundación y época de la fundación de las Cátedras..........................................................................84__Catedráticos declarados “Beneméritos”................................................91__Catedráticos declarados “Jubilados”…………….................................91

190


__Catedráticos declarados “Decanos” ……............................................91__Miembros de la Junta de Gobierno…………………………....……....91__Administradores de rentas……………...................................………..94__Secretario de la Universidad...................................................................95__Graduados de Bachiller en Filosofía………………………….......…...95__Maestros y Licenciados en Filosofía…………………..................…..100__Lista de Bachilleres en Teología……………………………......……..101__id. de Licenciado en Teología……………………………...............….101__id. de Doctores en Teología…………………..........................…….….101__id. de Bachilleres en derecho canónico……………….................…...102__id. de Licenciado en id.............................................……….......…..…102__Doctores en id ……………...............................................................…103__id. Bachilleres en ciencias políticas……………………………….….103__id. Licenciados en ciencias políticas…………………………........…105__id. Doctores en ciencias políticas……………………..…………......105__id. Bachilleres en Medicina…………………………...................…....106__id. Licenciados y Doctores en Medicina………….…........................107__id.Agrimensores………………………………….................………...107__id. Doctores incorporados en esta Universidad…….................…...107__id. Cursantes que ha tenido esta Universidaddesde su fundación...108__Biblioteca…............................................................................................109__Reglamento interior de la Universidad de los Andes.......................128__Instrumentos comprados……………...............……..........................133__Muebles y útiles regalados ..…............................................................141__Adquisición de un Modelo de Ausoux………..........................……..143__Decreto acordando una exhibición…………………………..........…145__Acta de recepción del modelo…………………………….......…..…..145__El Gobierno Nacional regala un Maniquí fisiológico de White…...146__Adquisición de un Solio y relación de los que lo costearon…….....147__Reedificación del Segundo departamento del edificio de la Universidad…………...............................................................................147__Decreto que crea un Gabinete de Historia natural, un Jardín botánico y un Acuario…..............................................................................................150__Se pide al Gobierno exención de derechos de 200 muestras de minerales y una escala de dureza que viene de Alemania………………….….....152__Se exita al Presidente del Estado y Provisor del Obispado para que cooperen a la formación del Gabinete de Historia natural…...……....154

191


__Decreto que crea una clase de Taxidermia………………..............…157__Resoluciones creando el destino de Administrador y se acuerda alquilar la piezas del edificio que no sean necesarias……..............…..158__Oficio a la Legislatura del Estado pidiendo auxilio para fabricar un Observatorio Astronómico……...........................................................…160__Resolución sobre lecciones de Urbanidad……………….....……..…161__Resolución prohibiendo cursar a la vez dos idiomas vivos……......161__Decreto que dispone se hagan en las clases de idiomas, las explicaciones de los mismos………….............................................……162__Resolución para que los Doctores asistan a los actos académicos con sus insignias…..........................................................................................163__Sobre incineración del retrato del General Antonio Guzmán Blanco.........................................................................................................164__Honores a los Catedráticos difuntos……………….…................…...166__Exámenes y premios en 1889…………………………..............…….167__Decreto que dispone se agregue al estudio de Historia Universal el de Geografía…….......................................................................…….....……169__Renuncia que el Doctor Caracciolo Parra hace del Rectorado y de la Cátedra de Economía Política y Legislación Universa......….….……..170__Replantación del “Monte Zerpa”………………… …………………..174__Primer Centenario del General José Antonio Páez……………....…..175

ANUARIO DE LA ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA__Decreto que crea la Academia de Jurisprudencia…………....….…181__Comunicación al Ministro de Instrucción Pública…………………183__Acta de instalación de la Academia……………………..……….….185__Actas de las Sesiones…………………………...........…………….….186__Notas participando la instalación………………………………….…191__Contestaciones……………………………………..................……..191__Comunicación dirigida a varias Academias………………………..193__Parte de la correspondencia con la Sociedad de Legislación comparada – París……………........................................................…....194__Relación enviada a la Real Academia de Jurisprudencia y legislación de Madrid y a la Sociedad de Legislación comparada de París sobre el movimiento legislativo en Venezuela………………......………......…200__Libro cuestionario de la Academia………………………….………..202

192

__Parte de la Correspondencia con la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de Madrid…………………..........................................….204__Comunicación de la Universidad de París…………….…...……….208__Comunicación de la Sociedad de Legislación comparada de París y contestación……………...........................................................................209__Miembros Honorarios……………………….........................………..213__Miembros Adscritos……………………...…………………………..214__Revista Hispano-Americano………………………….…...............…214

UNIVERSIDAD DE LOS ANDESMérida- Venezuela___________

Rector: Dr. Eloy Dávila CelisVice-Rector: Dr. Luis E. ArochaSecretario: Dr. Carlos Febres PovedaDecano de la Facultad de ciencias Física y Matemáticas:Dr. Marcelo González MolinaDecano de la Facultad de Derecho:Dr, Néstor Briceño ParedesDecano de la Facultad de Farmacia:Dr. Ramón Masini OsunaDecano de la Facultad de Medicina:Dr. Antonio J. Uzcategui B.Decano de la Facultad de Odontología:Dr. Jacob CalancheDirector de Cultura, ad honorem:Dr. Luis Spinetti-DiniDirectora de la Biblioteca Universitaria Central:Srta. Carmen González B.

Se terminó de imprimir esta publicación en los talleres de la Imprenta del Estado, en Mérida,

el 18 de julio de 1951.

Juan de Dios Picón González

Óleo sobre telaAutor: Francisco La Cruz (1985)

Antonio Ignacio Rodríguez Picón

Óleo sobre telaAutor: José Humbeto Quintero. (1943)

Biografías

Antonio Ignacio Rodríguez Picón (1755-1816)Juan de Dios Picón González. (1792-1882)

Fuente: Archivo Histórico de la ULA. Colección fotográfica.

195

Antonio Ignacio Rodríguez Picón (1755-1816)

Pedro María Molina Márquez*1

Antonio Ignacio Rodríguez Picón destaca como uno de los hombres más insignes de la historia de Mérida, por su acción progresista y civilizadora y por su abnegación y sacrificio en defensa de la causa patriótica.

Nació en Mérida el 25 de marzo de 1755. Fue hasta 1810 funcionario de la administración civil española en Mérida en los cargos de Síndico Procurador General del Cabildo (1783), Administrador de la renta de correos (1786), Mayordomo de fábrica de la Catedral de Mérida (1788), Alguacil Mayor del Santo Oficio de la Inquisición, Alcalde Ordinario (1792); Subdelegado de la Real Hacienda (1796); Justicia Mayor de Mérida (1796-1810), Presidente de la Junta General de Diezmos (1798), Comandante en Jefe de la Caballería (1807) y Alcalde Mayor de la Provincia(1809). Por los cargos ejercidos y por su condición de hombre acaudalado era apodado el “Rey Chiquito” por los habitantes de Mérida.

En el ejercicio de sus cargos Antonio I. Rodríguez Picón se reveló como un magistrado progresista y civilizador. Solicitó al Rey en 1802 que se elevase el Colegio Seminario de San Buenaventura a la categoría de Universidad; colaboró en la construcción del lazareto, la iglesia de la nueva parroquia de La Punta y la Catedral, en la dotación de servicio de agua potable y fuente pública a la ciudad, en la remodelación de las calles, en el levantamiento de nuevos puentes y reedificación de los antiguos y en muchas otras obras de adelanto.* Licenciado en Historia, investigador, adscrito al Archivo Histórico de la

Universidad de Los Andes. Es autor de los libros Los Primeros Estatutos de la Universidad de Mérida (1832) y Las Huellas en el Muro: Historia del Edificio Central de la ULA.

196


El 16 de septiembre de 1810 fue electo Presidente de la Junta Patriótica o Junta Superior Gubernativa de Mérida y el 21 del mismo mes firmó el Acta mediante la cual se le concedió al Colegio Seminario de esta ciudad la gracia de Universidad con el título de Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros. Teniente Coronel de las Fuerzas Armadas (1811), Coronel de milicias por las de Pamplona (Colombia), fue hecho prisionero por las autoridades españolas en 1812 y condenado a 10 años de presidio, destierro perpetuo de América y confiscación de sus bienes. En 1813 la Real Audiencia suspendió estas penas, puso al reo en libertad y desembargó sus bienes.

Rodríguez Picón regresó a Mérida, y cuando Simón Bolívar entró en la ciudad el 23 de mayo de 1813 le entregó tres de sus cuatro hijos varones: Francisco Javier, Jaime Antonio y Gabriel José, de 24, 17 y 14 años de edad respectivamente, gran cantidad de caballos y miles de pesos en metálico. Nombrado por Bolívar Comandante y Gobernador de Mérida, comenzó la reconstrucción de la ciudad, destruida por el terremoto de 1812. En 1814, en ocasión de la pérdida de la República, el Gral.Rafael Urdaneta, derrotado, emprende la retirada rumbo a la Nueva Granada y al pasar por Mérida se le incorpora Rodríguez Picón con su familia y otro grupo de personas que huían de las tropas españolas. Perdida la causa patriótica en Nueva Granada se ven obligados a partir hacia los llanos de Casanare, y de allí a Guasdalito donde Rodríguez Picón enferma gravemente y muere el 30 de agosto de 1816.**

_________________** Ver: Víctor Antonio Zerpa. “La familia Picón. Don Diego Rodríguez Picón... ”.

En Gabriel Picón Febres, hijo. El apellido Picón en Venezuela; . [Caracas], Imprenta de Primitivo Quero Martínez, 1922; pp. 9-21.

Vicente Dávila. “Coronel Rodríguez Picón”. En Gabriel Picón Febres, hijo. Ob. cit.; pp. 23-43.

Antonio Ignacio Rodríguez Picón. “Apuntamientos diarios de Don Antonio Ignacio Rodríguez Picón” (con notas de Gonzalo Picón Febres). En Gabriel Picón Febres. Ob. cit.

Roberto Picón Parra. “Rodríguez Picón, Antonio Ignacio”. En Fundación Polar. Diccionario de Historia de Venezuela (2ª ed.). T. 3, p. 980.

Carlos Chalbaud Zerpa. Compendio Histórico de la Universidad de Los Andes...; pp. 79-84.

197

Boletín del Archivo Histórico. ISSN:1316-872X. Año 10. Enero-Junio 2011, Nº 17. Universidad de Los Andes. Mérida - Venezuela. Biografías...

Juan de Dios Picón González (1792-1882)

Pedro María Molina Márquez.

Educador y político de destacada actuación en Mérida entre 1821 y 1858. Nació en esta ciudad el 8 de marzo de 1792. Hijo de Antonio Ignacio Rodríguez Picón y de Mariana González y Cote. Realizó estudios en el Seminario de San Buenaventura y en 1810 recibió el grado de Maestro de Latinidad y Filosofía. Cursó además tres años de Teología y se disponía a seguir estudios de Derecho Canónico y Civil. El haber abrazado la carrera eclesiástica desde temprana edad le impidió en esa etapa de su vida seguir los pasos de sus hermanos Francisco Javier, Jaime Antonio y Gabriel José, ilustres próceres de la Independencia.

Sin embargo los sucesos naturales —terremoto de 1812— y los acontecimientos político-militares que sobrevinieron —debacle de la República y ofensiva militar realista— frustraron indefinidamente su proyectos de ordenarse y consagrarse a la vida religiosa. Su inclinación natural a la soledad, al santuario y a la oración fue modificándose a tal punto que tomó la decisión de adherirse abiertamente a la causa de la Independencia.

En 1814, por la derrota del ejército patriota en Mucuchíes y por la falta de pertrechos para resistir, el General Rafael Urdaneta se vio en la necesidad de replegarse hacia la Nueva Granada y dejar a Mérida en poder de los enemigos. El 18 de septiembre casi toda la ciudadanía, en emigración precipitada, acompañó a Urdaneta en su retirada. Entre los oficiales que iban a su lado estaba el Teniente Coronel Francisco Javier Picón, hijo de don Antonio Ignacio Rodríguez Picón, quien también

198


emigraba con la mayor parte de su familia, incluido su otro hijo, Juan de Dios. El 27 de septiembre llegó don Antonio Ignacio con su familia a Rosario de Cúcuta y de allí se trasladaron a Pie de Cuesta donde se instalaron. Don Antonio Ignacio continuó hacia Bogotá con su hijo Juan de Dios.

En la capital de la Nueva Granada permanecieron hasta el 27 de febrero de 1815; luego regresaron a Bucaramanga a reunirse con sus deudos. En octubre partió la familia hacia Pamplona y de allí, al poco tiempo, regresaron de nuevo a Pie de Cuesta. Finalmente fijaron su residencia en El Socorro. Don Antonio Ignacio, su hijo Juan de Dios y Josefita, la esposa de Francisco Javier, salieron para Bogotá, de donde hubieron de huir para refugiarse en los Llanos. Casanare, Pore, Betoyes, Guasdalito constituyeron el itinerario de su peregrinación, ahora acompañados por Francisco Javier. En Guasdalito, víctima de las penurias y sufrimientos, murió don Antonio Ignacio el 30 de agosto de 1816, asistido espiritualmente por Juan de Dios, quien le proporcionó como pudo los sacramentos y otros auxilios.

Con la muerte de su padre no terminó la emigración de Juan de Dios Picón, pues el país estaba ocupado por el enemigo. Dos días después del infausto acontecimiento tuvo que dejar Guasdalito. De Guasdalito a Achaguas, de Achaguas a El Yagual, de aquí a Achaguas de nuevo y luego a San Juan de Payara. Finalmente Angostura, a donde llegó el 10 de febrero de 1819. Aquí se esfumó definitivamente su vieja idea de retornar a Mérida a culminar su carrera eclesiástica y resolvió cambiar este proyecto por el del matrimonio.

“El primer caso próspero que le ocurrió a nuestro emigrado —dice su biógrafo Víctor Antonio Zerpa—, fue el nombramiento que obtuvo en Angostura, a poco de haber llegado, de maestro de escuela, con $ 16 de sueldo mensual, que él celebra como una gran fortuna”. Ese mismo año conoció a la señorita Mariana Grillet y Cedeño, descendiente de familia francesa, con quien se casó el 15 de enero de 1820. Habría de ser la compañera de su vida por el largo espacio de 55 años.

199

Boletín del Archivo Histórico. ISSN:1316-872X. Año 10. Enero-Junio 2011, Nº 17. Universidad de Los Andes. Mérida - Venezuela. Biografías...

Volvió a Mérida en 1821 y fue nombrado Administrador de la Renta del Tabaco y Administrador de Hacienda y Correos. Representante al Congreso de Colombia por Mérida en 1822, 1824 y 1826 y a la Gran Convención de Ocaña en 1828. Fue partidario de la separación de Venezuela de la Gran Colombia y como tal representó a la Provincia de Mérida en el Congreso Constituyente de 1830. Allí se opuso a los fueros, tanto personales como corporativos, sobre todo los militares; también propició el extrañamiento del Libertador del territorio de Colombia. Como Vicepresidente del Congreso firmó en Valencia, el 22 de septiembre de 1830, la Constitución de Venezuela.

Entre 1831 y 1835 desempeñó el cargo de Gobernador de la provincia de Mérida; en 1836 el de Senador y de 1839 a 1843 el de Diputado Provincial. En 1844 asumió de nuevo la Gobernación de Mérida hasta 1848. En el ejercicio de sus funciones visitó su extensa jurisdicción que comprendía los estados actuales de Táchira y Mérida y realizó una importante obra de progreso en los aspectos económico y educativo. De esas visitas de inspección que hizo a los pueblos de su dilatada provincia, quedó como testimonio su Descripción geográfica, política, agrícola e industrial de todos los lugares de que se compone la provincia de Mérida de Venezuela, obra que para la época constituyó el análisis más completo escrito sobre la región, por lo veraz y minuciosa. Según el Dr. Carlos Chalbaud Zerpa, “muchos de los datos que acerca de la Provincia de Mérida incluye Codazzi en su monumental Geografía, le fueron facilitados por Juan de Dios Picón cuando aquel visitó nuestras tierras a fines de 1830 y comienzos del siguiente año.”

En cuanto a ideas políticas, Juan de Dios Picón era partidario de un sistema federal moderado y al respecto en 1858 publicó un folleto cuando el tema era debatido en la Convención Nacional reunida en Valencia.

Juan de Dios Picón murió en Mérida, a la edad de 90 años, el 8 de mayo de 1882.

201

Procedimientos de Arbitraje delBoletín del Archivo Histórico de la

Universidad de Los Andes

A objeto de cumplir con su misión, el Boletín del Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes admite trabajos, de autores nacionales y extranjeros, relacionados con la historia de la Universidad de Los Andes y temas afines y con la Archivística.

El arbitraje se realiza bajo el criterio de respeto a las opiniones y solo se exige el cumplimiento de las Pautas para la Elaboración de Artículos.

La Comisión de Arbitraje del Boletín está constituida por cuatro miembros, especialistas en el área.

La evaluación de los artículos la realiza cada uno de los miembros por separado. Los artículos a evaluar los recibe cada miembro, sin identificación del autor.

El veredicto sobre cada artículo se da por escrito, constante de no menos de dos cuartillas en los casos de trabajos no publicables o publicables luego de los respectivos ajustes y correcciones.

El veredicto definirá a los artículos como:a) Publicable en el Boletínb) Publicable, previa corrección y posterior evaluación por el

Comité de Arbitrajec) No publicable en el Boletín.

Para el arbitraje de los artículos se tiene en cuenta fundamentalmente:

a) El tema. Que corresponda a la orientación temática del Boletín y que sea de interés (calidad académica).

202

b) La originalidad. No se admite trabajos plagiados.c) Extensión, dentro de los parámetros máximos y mínimos

establecidos.d) Redacción y ortografía. No se admiten trabajos con deficiencias

graves de redacción, aun cuando cumplan con las demás exigencias.

203

Pautas para la elaboración de artículos

Los artículos que se envíen al Boletín del Archivo Histórico de la ULA para su publicación deben ser entregados en un CD, bajo los siguien tes requisitos:

• Microsoft Word, guardado en formato RTF• Letra Times New Roman, tamaño doce (12), a doble espacio.• Notas a final de texto, siguiendo las pautas metodológicas que

garanticen el cotejo con el texto y con las fuentes. Cuando se cita una fuente por primera vez se deben registrar los datos completos, después solo se registra el autor, el título y la(s) página(s) consultada(s)

• Para la Bibliografía se recomienda las siguientes pautas: Autor (apellidos y nombres). Título del libro (siempre en cursivas). Ciudad, editorial, año. La Bibliografía debe estar ordenada alfabéticamente.

• Extensión máxima del artículo: 20 páginas. Extensión mínima: 5 páginas

• Todo artículo enviado al Boletín debe ir precedido de un Resumen, en castellano, cuya extensión no exceda de diez líneas, y otro en inglés (Abstract), de la misma extensión. Se deben acompañar de una reseña biográfica mínima del autor contentiva de datos personales, grados académicos, institución o dependen cia a la que está adscrito, libros publicados y dirección postal y electrónica.

• Los originales de los artículos no serán devueltos• El AHULA no se responsabiliza por el veredicto de los árbitros,

quienes son autónomos en su decisión• No se publicarán artículos que no cumplan con las pautas

establecidas por el AHULA.• Los artículos deben ser enviados a la siguiente dirección: Archivo

Histórico de la Universidad de Los Andes, calle 35 entre avenidas 4 y Don Tulio. Nº 4-32. Mérida.

Universidad de Los AndesSecretaría

Archivo Histórico

Planilla de CanjeBoletín del Archivo Histórico de la

Universidad de Los Andes

El Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes remite a:____________________________________________________la publicación titulada:___________________________________N°_______________Años_____________Editor____________Número de ejemplares remitidos:________________________Funcionario que hace la entrega:________________________Cargo:_______________________Firma:__________________

Mérida______ de _____________ de ______________

Favor acusar recibo a la siguiente dirección: [email protected]

El Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes recibe de:____________________________________________________la publicación titulada:___________________________________N°_______________Años_____________Editor____________Número de ejemplares recibidos:_______________________ Funcionario que recibe:_______________________________ Cargo:_______________________Firma:__________________Funcionario que hace la entrega:_________________________ Cargo:_______________________Firma:__________________

Mérida______ de _____________ de ______________