boletín revista latinoamericana de desarrollo humano - marzo 2010

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Nº66 Marzo 2010

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Boletín n°66 Revista Latinoamericana de Desarrollo Humano

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Nº66 Marzo 2010 

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Boletín Nº 66 Revista Latinoamericana   de Desarrollo Humano Dirección Regional para América Latina 

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo 

Tabla de Contenidos 

• Bolivia: Campaña La Otra Frontera mezcla en música la ficción con la vida real para promover otro modelo de desarrollo 

• Guatemala: Nuevo Cuaderno de Desarrollo Humano “La economía del desarrollo”  • Colombia: A desaparecer la violencia • Informe sobre Desarrollo Humano América Central 2009‐2010: Las políticas y el 

sistema. La hora de las reformas • República Dominicana: Haití: ¿oportunidad?  • ¡Les invitamos a hablar sobre Desarrollo Humano! Empujar las fronteras del 

desarrollo humano  • República Dominicana: Nuevas actividades formativas de la ODH • Escuela Virtual: Crisis económica mundial y mortalidad infantil • Biblioteca: Informe sobre Desarrollo Humano 2003.Desafíos y opciones para el 

Desarrollo Humano de El Salvador en tiempos de globalización 

• Documentos: Rethinking Poverty y National Human Development Report 2009

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Campaña La Otra Frontera mezcla en música la ficción con la vida real para promover otro modelo de desarrollo

En octubre pasado, el Informe sobre Desarrollo Humano titulado La otra frontera: usos alternativos de recursos naturales en Bolivia ha sido galardonado en Busán (Corea del Sur) con el premio “Human Development Award”, gracias a la excelencia de su enfoque de política pública. Para promover el modelo alternativo de desarrollo verde, equitativo y sostenible privilegiado en esta investigación, el PNUD Bolivia lanza ahora una campaña masiva que mezcla la ficción con la vida real a través de la difusión nacional de una radionovela de veinticinco capítulos, cuarenta radiorevistas informativas, treinta canciones, diez reportajes televisivos y un videodocumental de media hora. En algunos casos, los mismos personajes aparecen entrevistados en los reportajes, para luego interpretar su propio papel en la novela y

cantar su fe en un futuro verde y mejor. Para deconstruir un modelo económico tradicional (la vieja frontera) -basado en la explotación de los recursos naturales a un altísimo costo social y ambiental- y desde ahí plantear un modelo alternativo (la otra frontera) que apueste por el biocomercio, ecoturismo, manejo forestal y agricultura orgánica, que combata la pobreza, reduzca la desigualdad y proteja el medio ambiente, los investigadores bolivianos documentaron 24 estudios de caso en todo el país. El mensaje que sobresale de estas experiencias de desarrollo verde y equitativo es el siguiente: La Otra Frontera es ya una realidad para miles de pequeños productores en su mayoría indígenas. Para cambiar este modelo de desarrollo que hizo de Bolivia uno de los países más pobres y desiguales del continente, no hace falta reinventar la pólvora, sino visibilizar e inspirarse en estas experiencias económicas exitosas. Esta es la línea directriz que guía toda la estrategia de difusión del informe: visibilizar para inspirar. Por ejemplo, la historia de los pandinos que se dedican a recolectar las nueces de castaña, caídas de árboles amazónicos tan altos como rascacielos, se constituye en uno de los más llamativos estudios de caso del informe. Estos hombres y mujeres de la selva tuvieron que rebelarse contra un régimen de sobreexplotación y de casi esclavitud impuesto por unos cuantos intermediarios, logrando controlar todo el proceso de recolección, transformación y comercialización de la castaña a través de la constitución de su cooperativa COINACAPA. Ellos abrieron su propia agencia de exportación en Londres (Inglaterra) en asociación con otras cooperativas suramericanas de castañeros y generaron, a través del comercio justo, unos excedentes que fueron reinvertidos en becas de estudios para sus hijos y en seguro de salud para sus familias. La historia de los castañeros pandinos será ahora compartida con todo el país a través de un videodocumental, un reportaje televisivo y una radiorevista informativa de doce minutos, además de constituirse en uno de los argumentos centrales de la radionovela La otra frontera. Los estudios de caso del informe sirven de sustento en la producción de reportajes, además de inspirar el desarrollo dramático de la radionovela. Para ir aún más lejos en la construcción de puentes entre la ficción y la vida real, el líder de los cooperativistas castañero, Manuel Salvatierra, interpreta su propio papel en la radionovela; además de participar como entrevistado en el videodocumental, en los reportajes y en las radiorevistas, contando sus experiencias con su propia viva voz. Este cooperativista indígena, que se define a sí mismo como un “campesino del siglo XXl”, explica que no le costó mucho esfuerzo actuar por primera vez en una novela radiofónica: “he vivido de veras todo lo que yo cuento en la novela. Además, como líder de mi comunidad, tengo mucha facilidad para hablar y hacerme entender de modo persuasivo por mucha gente”. El cooperativista chocolatero y presidente de la Asociación de Organizaciones de Productores ecológicos de Bolivia (AOPEB) Francisco Mollo, también interpreta su propio papel en la radionovela, además de compartir su trayectoria profesional y sus lecciones de vida con los radioescuchas y televidentes, en el marco periodístico de la Revista del Futuro y de varios reportajes televisivos. La música constituye otra de las herramientas estratégicas de comunicación usadas de modo transversal por los responsables de la difusión del IDH La otra frontera. Hace años, la radionovela musical Wila Kasta comprobó que este formato, inspirado en las antiguas películas mexicanas, es tan popular como para llegar a la mitad de los radioescuchas adultos. En una radionovela musical, los actores cantan sus sentimientos, pero también declaman en música los beneficios de la economía verde y solidaria para su comunidad. Este recurso permite repetir los mensajes claves de la novela sin aburrir al radioescucha, lo cual es vital para garantizar el impacto de cualquier campaña radiofónica. Este mismo enfoque musical sirve también para los productos periodísticos y explica por qué la mitad de los radioescuchas

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consideran que la Revista del Futuro producida por el PNUD en Bolivia, desde el año 2002, es el mejor programa de información en el país. Los 1.500 radioescuchas encuestados en quince municipios aprecian sobretodo la Revista por su música (46%), además de valorar positivamente su contenido informativo y sus esfuerzos para reflejar la diversidad del país. Para fidelizar a su audiencia, la edición de cada revista incorpora en promedio a un extracto musical por minuto. Otra vez, como en el caso de la radionovela musical, las canciones permiten reforzar los mensajes de modo dinámico. Los radioescuchas bolivianos aprecian una radionovela fundamentalmente por sus mensajes (39%), personajes (38%), música (35%), humor (28%), historia (27%) y canciones (24%). Es decir que más allá de las cuestiones de ritmo, los radioescuchas esperan de una novela que les haga soñar con una historia interesante y unos personajes con los cuales ellos podrán identificarse, o más bien que podrán odiar y rechazar apasionadamente. Para simbolizar un traspaso tanto individual como colectivo desde una vieja frontera depredadora y desigual hacia otra frontera verde y solidaria, el PNUD usa una metáfora atrevida que tiene también mucho que ver con la etapa de transición histórica actualmente experimentada por Bolivia. En el primer capítulo de la radionovela, el empresario Víctor Guzmán se transforma, por arte de magia, en la activista indígena Victoria Mamani. “Siempre quise escribir una historia en la cual alguien se transformare en cholita”, explica el joven guionista Juan Pablo Piñeiro. Los ocho grupos focales organizados con radioescuchas de las tierras altas y bajas del país para validar la radionovela comprueban que el gusto es mutuo. Acceso a la canción tema: http://www.revistadesarrollohumano.org/boletin/marzo_10/01_a.zip Making off audio de la radionovela: http://www.revistadesarrollohumano.org/boletin/marzo_10/01_b.zip Para mayor información: [email protected] Tel. (2) 2624534

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La economía del desarrollo El debate sobre la economía del desarrollo abarca algunas teorías que han explicado el crecimiento económico en función de factores como la acumulación de capital físico, la iniciativa empresarial, el comercio internacional, el capital humano y la efectividad institucional. Asimismo se plantea que, en una economía al servicio del desarrollo humano, la expansión de las libertades y capacidades humanas es prioritaria. Por lo tanto, el éxito del crecimiento y de las políticas implementadas debe evaluarse en función del bienestar de las personas. Siguiendo la línea editorial de los Cuadernos de Desarrollo Humano, este cuaderno amplía y profundiza la revisión teórica contenida en la primera parte del INDH 2007/08. Su autor, Arturo Montenegro, examina el debate de la economía del desarrollo de 1943 a 2000, dentro de un contexto histórico que permite comprender las formulaciones conceptuales de pensadores individuales e institucionales, las principales acciones en materia de política económica que se implementaron en el período y los papeles que jugó el Estado bajo diferentes modelos económicos. Este cuaderno revisa las polémicas teóricas que acompañaron al modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico, cuya aplicación no resultó necesariamente en avances en la reducción de la pobreza y la desigualdad. Presenta los diversos ángulos desde los cuales fueron analizadas la política proteccionista y la intervención del Estado. Estudia el “Consenso de Washington” -conjunto de políticas de libre mercado que en los años noventa buscaban alcanzar mayor prosperidad- y los resultados de su aplicación, insuficientes para disminuir la pobreza de la región latinoamericana. Una vez terminado el análisis del debate para un período de casi seis décadas, el autor ofrece una sección final en la cual reflexiona sobre la economía del desarrollo en la actualidad de cara a la crisis económica, financiera y de valores que se desató en 2008 con repercusiones mundiales. “Es un motivo de satisfacción dar a conocer al público la presente publicación, que ha sido fruto de un trabajo conjunto entre la autoría, el equipo del Programa INDH y ODM y la producción editorial” expresa Linda Asturias de Barrios coordinadora del INDH-ODM en Guatemala. Los documentos se proponen como instrumentos de consulta académica y difusión del conocimiento, para universidades, centros de investigación, establecimientos educativos, medios de comunicación y personas interesadas en conocer la relevancia histórica de la construcción del pensamiento de la economía del desarrollo. Acceda al documento aquí http://www.revistadesarrollohumano.org/boletin/marzo_10/02_a.zip

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A desaprender la violencia

Cuando se ha aprendido la violencia como una manera de resolver las dificultades, es necesario cambiar el rumbo. Desaprender la violencia requiere de transformaciones en el individuo, en los valores legitimados socialmente y de respaldo a los liderazgos orientados hacia la paz y la convivencia. En muchas regiones de Colombia, la violencia sigue siendo una vía para enfrentar los problemas, desde los políticos hasta los familiares. Por eso, entre otras razones, en el año 2009 hubo 15.817 homicidios, y en algunas ciudades, como en Medellín, este delito aumentó en 64% con relación a 2008, según la Policía Nacional. Paralela a esta situación, hoy son numerosas las experiencias en varias zonas del país que le están apostando a incrementar las expresiones de convivencia, a transformar las formas agresivas de las relaciones y a “desaprender la violencia”. Según los expertos y experiencias e iniciativas de este tipo, dicho desaprendizaje debe comprender la violencia en una dimensión amplia, que incluye entender, a su vez, que:

• El origen de la violencia “generalmente se remite a la infancia, en personas que no tuvieron la posibilidad de construir relaciones de amor, confianza y cuidado”, afirma Nubia Torres, profesora de Psicología de la Universidad Javeriana.

• Las maneras de expresar la violencia se aprenden en los grupos sociales, ya sea el hogar, el barrio, la escuela o en grupos organizados, y se refuerzan en los discursos sociales y los medios de comunicación.

• La violencia se desata de manera especial ante situaciones de impotencia: “los padres y madres castigan con la fuerza porque no saben qué más hacer y la gente coge la justicia en sus manos ante el desespero porque esta no funciona”, afirma Vera Grabe, directora del Observatorio para la Paz.

• La violencia se formaliza cuando las personas se vinculan a bandas delincuenciales o grupos armados. “Esto sucede cuando las personas se encuentran en el limbo, entre la falta de acceso al estudio, el trabajo, a una vida segura y las presiones de reclutamiento de bandas y grupos armados”, agrega.

Las tres creencias Si se parte de entender la complejidad de la violencia, desaprenderla requiere desmitificar tres creencias aún presentes en la sociedad:

1. “La violencia es principalmente una práctica juvenil” Según la Encuesta Nacional de Salud, realizada en 2007, el 32,5% de los adultos consideró que el castigo físico es necesario para corregir a los hijos y el 23,9% que el hombre puede golpear a la mujer cuando ella da motivos. Asimismo, el 10% estimó necesario el uso de la agresión física para ganar respeto y el 8,8% como útil para terminar un problema.

2. “La violencia se presenta más entre la población pobre” La Encuesta de Salud encuentra que más que a un estrato social, la violencia se asocia al consumo de alcohol. Además, estudios sobre la agresión escolar, fenómeno también conocido como ‘bullying’ o ‘matoneo’, han demostrado que la violencia se presenta en todas las capas sociales.

3. “La violencia es un asunto de quienes empuñan las armas” La violencia es asunto de los grupos armados ilegales que han decidido usar las armas, pero “no se puede desconocer el papel que juegan quienes financian a los grupos armados y, además, quienes deciden sobre la sociedad sin resolver los problemas de exclusión. Esas también son acciones violentas y hay que desaprenderlas”, afirma el grupo de investigación Géneros y Nuevas Ciudadanías, de la facultad de Psicología de la Universidad Javeriana. Superar la violencia implica, así mismo, entender que la pobreza, la desigualdad o la exclusión son también otros tipos de agresión. Existen muchos caminos para transformar la violencia, como intervenir sobre las causas que la motivan, refrendar el Estado Social de Derecho y los canales institucionales de la justicia y fortalecer opciones legales que contrarresten la oferta de los grupos armados. Quienes trabajan en el desaprendizaje de la violencia se han enfocado en tres aspectos principales: cambiar las creencias y transformar los imaginarios que sustentan el uso de la agresión; desarrollar competencias ciudadanas para la democracia y crear liderazgos para transformar la sociedad hacia la paz.

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Un trabajo más especializado se debe desarrollar con las personas desmovilizadas de los grupos armados ilegales por lo que la violencia ha significado para esta población y porque ella ha sido su medio de vida (ver Desvinculados y las habilidades para la paz). Cambiar creencias y transformar imaginarios “Esta es una sociedad que tiende a decir que la violencia no es tan mala”, afirma Enrique Chaux, académico de la Universidad de los Andes y quien dirigió un estudio que compara el pensamiento de adolescentes colombianos sobre la violencia con el de adolescentes en otros países. Dicha investigación reveló que los colombianos tienden a aprobar la violencia como respuesta a una agresión. “Los muchachos consideran que si contra mí fueron violentos, yo tengo derecho a reaccionar de manera violenta”, afirma. También en la Encuesta Nacional de Salud 2007 se descubrió que en los adultos hay “una altísima proporción de quienes están de acuerdo con aplicar ‘la venganza’ como forma de abordar el conflicto”, dice la encuesta, que además señala que en Amazonas, por ejemplo, la venganza llega a ser considerada legítima por el 50,7% de sus habitantes, hombres y mujeres. Esto revela, dice Chaux, “que como sociedad tenemos que trabajar por romper esas creencias”, las cuales se han visto reforzadas en los últimos años con el posicionamiento de la imagen del guerrero como un héroe. Según expertos, el uniforme camuflado y las botas circulan como la imagen del bueno que necesita Colombia y como imagen de poder. “La sociedad tiene una atracción muy fuerte hacia la imagen del guerrero. Cuando nosotros estábamos en el monte iban estudiantes de varias universidades y se enamoraban de los ‘guerrillos’, los veían atractivos con uniforme y armados. Pero después de la desmovilización las mujeres ya no los miraban. Hoy los héroes son los hombres armados. Antes, los héroes eran unos ciudadanos comunes y corrientes”, dice Vera Grabe. Ese referente del guerrero como héroe es reforzado de manera especial por los medios de comunicación. “Los medios juegan un papel fundamental en el proceso de identificar y moldear la realidad de los niños y los jóvenes. Y si allí la violencia se muestra y se posiciona como una manera positiva de resolver las situaciones, eso es lo que los niños van a aprender”, dice Ingrid Rusinque, directora de Intervenciones Directas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (IBCF). Por esto, para desaprender la violencia es necesario transformar los valores que soportan dicha violencia y posicionar y promover héroes que resuelvan las situaciones mediante procesos pacíficos y democráticos. Desarrollar competencias ciudadanas hacia la paz La agresión o ‘matoneo’ escolar, la violencia intrafamiliar y el maltrato infantil, entre otros, evidencian la necesidad de trabajar para que los individuos desaprendan la violencia por medio del desarrollo de sus competencias ciudadanas (ver Competencias ciudadanas para la democracia y la paz). Una de las primeras competencias que es necesario desarrollar en el individuo es la empatía o la conexión emocional con el otro. Es decir, llevar a que la persona, a pesar de las diferencias, sea sensible a los sentimientos de los demás. “Todos deberíamos indignarnos frente a una situación de maltrato, aunque no conozcamos a la persona que lo sufre. Deberíamos llegar a sentirnos tocados emocionalmente por el sufrimiento del otro”, afirma Chaux. Otra competencia ciudadana es el manejo de conflictos. “Los conflictos hacen parte de la vida de los seres humanos debido principalmente a que somos diferentes, pensamos y tenemos intereses diversos y maneras distintas de alcanzar nuestras metas”, dice Chaux. Por eso, no se trata de eliminar los conflictos sino de aprender a manejarlos de manera constructiva, es decir, sin violencia y buscando el beneficio de todos los involucrados.

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Crear liderazgos para transformar la sociedad Además de desmontar los imaginarios sociales que dan sustento a la violencia y de promover en los individuos habilidades para la convivencia, el desaprendizaje de la violencia requiere potenciar los liderazgos de paz. Y esto es posible especialmente entre los jóvenes que habitan barrios con presencia de milicias urbanas y pandillas juveniles. “Cuando a los jóvenes se les presentan opciones para mejorar la vida de su comunidad ejerciendo un liderazgo positivo, descubren en ellos un gran poder. Algunos lo encuentran con el rap, otros convirtiéndose en gestores culturales, otros como formadores… Y cuando adquieren liderazgo en su comunidad, se dedican a mostrar que sí es posible otro camino”, dice Vera Grabe. Varias experiencias de organizaciones sociales e iniciativas institucionales en poblaciones con fuertes índices de violencia en el país han demostrado que cuando los jóvenes se reconocen como líderes de paz, esta opción es tanto o más llamativa que las ofertas económicas y de poder de los grupos armados. Así ha quedado en evidencia entre los jóvenes que participan en el “bachillerato pacicultor”, un proyecto del Observatorio para la Paz que se desarrolla en varios departamentos del país, entre ellos Antioquia y Putumayo, y trabaja por desarticular la violencia y fortalecer la paz en el lenguaje, en las relaciones, en la manifestación de las emociones y en las posturas éticas. Con iniciativas como estas los jóvenes han encontrado en la paz una posibilidad de transformación de su comunidad y una vía para que no entren en las redes de la violencia. “Aunque a ellos los cuestionan todos los días y les dicen ‘caminen y ganen plata fácil’, si uno los fortalece y les ayuda a que tengan un sentido de vida distinto, muchos optan por trascender y ser útiles”, relata Grabe. Fortalecer estos liderazgos hacia la paz debe ir de la mano con el replanteamiento de esos valores negativos posicionados en el entorno y del desarrollo de competencias ciudadanas. De esta forma, cambiar las creencias y transformar los imaginarios, desarrollar esas competencias y crear liderazgos son tres caminos para intervenir de manera directa en el desaprendizaje de la violencia. Sin embargo, esto debe ser complementado con una estructura social en la que funcionen la justicia y haya desarrollo social, pues eliminando las causas de la violencia será también posible que la civilidad y la convivencia sean sostenibles.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------- COMPETENCIAS CIUDADANAS PARA LA DEMOCRACIA Y LA PAZ

Las competencias ciudadanas enfatizan las habilidades del individuo y el ciudadano para una convivencia en la democracia y se clasifican en tres grupos: competencias cognitivas, emocionales y comunicativas*. Estos son algunos de los aspectos que ellas comprenden:

1. Competencias cognitivas Se refieren a la capacidad del individuo para realizar procesos mentales fundamentales en un ejercicio ciudadano, como la habilidad para identificar las consecuencias que podría tener una decisión, la capacidad para ver la misma situación desde el punto de vista de las personas involucradas y la capacidad de reflexión y de análisis crítico, entre otras. Estas competencias incluyen: Ponerse en los zapatos de los demás. Es la habilidad para ampliar la mirada con el fin de comprender el pensamiento del otro. Esto hace posible lograr acuerdos de beneficio mutuo e interactuar pacífica y constructivamente con los demás. Generar opciones. Es la capacidad para imaginarse creativamente muchas maneras de resolver un conflicto o un problema social. Cuando esta competencia no está bien desarrollada, las personas recurren más fácilmente a la fuerza y la agresión para resolver las situaciones. Considerar las consecuencias. Es la capacidad para tener en cuenta los distintos efectos de una acción sobre sí mismo, otras personas o, inclusive, sobre el medio ambiente, tanto a corto como a largo plazo. Mirarse a sí mismo. Es la capacidad de observar lo que uno hace, piensa o siente y reflexionar sobre ello. Pensar críticamente. Es la capacidad para cuestionar y evaluar la validez de cualquier creencia, afirmación o fuente de información.

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2. Competencias emocionales Son las capacidades necesarias para identificar y responder constructivamente ante las emociones propias y las de los demás. Estas competencias incluyen: Identificar y manejar las emociones. Es la capacidad del individuo para reconocer y nombrar las emociones y las situaciones que no puede controlar. Esta competencia permite que las personas sean capaces de tener cierto dominio sobre las propias emociones. Empatía. Es la capacidad para sentir lo que otros sienten o, por lo menos, ‘dejarse tocar’ por lo que ellos sienten.

3. Competencias comunicativas Permiten entablar diálogos constructivos con los demás. Estas competencias incluyen saber escuchar y expresar las ideas propias de manera asertiva, de tal forma que los demás las entiendan de manera positiva e, incluso, puedan llegar a compartirlas. Esto es una vía para evitar que el ser humano recurra a la fuerza o al abuso del poder. * Elaborado a partir de Competencias ciudadanas: de los estándares al aula, obra del Ministerio de Educación Nacional y la Universidad de los Andes elaborada por los investigadores Enrique Chaux, Juanita Lleras y Ana María Velásquez.

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Informe sobre Desarrollo Humano América Central Las políticas y el sistema. La hora de las reformas Según el Informe sobre Desarrollo Humano para América Central 2009-2010, la región debe afrontar cambios sustanciales en las políticas y el sistema de seguridad. Las acciones de mano dura no han logrado resultados pero han contribuido a la congestión de la policía, los juzgados y las cárceles centroamericanas. Los municipios tienen el reto de coordinar las acciones de prevención del delito.

El sistema de seguridad ciudadana y justicia penal (SSCJP) de los países centroamericanos ha experimentado procesos de modernización notables. Pero este progreso no ha impedido que la policía, el aparato judicial o los programas de prevención continúen mostrando debilidades. El “nuevo endurecimiento” no ha logrado resultados y ha interrumpido este proceso de modernización, según el Informe sobre Desarrollo Humano para América Central 2009-2010.

¿Dónde estamos? Las políticas recientes de seguridad ciudadana en América Central La desmilitarización de la seguridad ciudadana estuvo acompañada de mejorías tangibles e importantes en el enfoque, en la profesionalización y en el funcionamiento de la policía, progresos en la calidad y la eficiencia de la justicia penal, e ideas y medidas incipientes para la prevención efectiva de la delincuencia. Sin embargo, las reformas y la modernización de la seguridad y la justicia no se impulsaron con la fuerza suficiente para lograr y mostrar resultados contundentes. El aumento de la inseguridad objetiva y de la inseguridad percibida llevó a optar por el “populismo del miedo” y por la remilitarización de la seguridad ciudadana, como se indica en “Abrir espacios a la seguridad ciudadana y el desarrollo humano”. Esta opción implicó desandar el progreso que se estaba construyendo y agravar el problema que se quería resolver. Como diversos estudios han señalado, las medidas de “mano dura” no han mejorado la situación objetiva ni han producido ningún progreso significativo en el funcionamiento o en la valoración popular de las instituciones encargadas de la seguridad ciudadana. Los eslabones débiles del SSCJP La comparación efectuada por el Informe entre lo que sería un sistema ideal de seguridad ciudadana con la realidad centroamericana arroja deficiencias en la dirección general, los mecanismos de prevención específica, las alternativas para el tratamiento de conflictos e infracciones y la atención a las víctimas del delito. Este análisis también ha permitido detectar debilidades en la investigación criminal, la defensoría del reo pobre y la rehabilitación de los presos.

• Dirección general del sistema: la mayor debilidad estratégica de los SSCJP en Centroamérica radica en el carácter fragmentario, no integral y descoordinado de la planeación y el seguimiento de los programas o acciones.

• Programas de prevención específica: las políticas de prevención y las entidades ejecutoras son bastante subsidiarias y ocupan un espacio residual.

• Tratamiento alternativo de conflicto e infracciones: estos mecanismos enfrentan problemas por su falta de jurisdicción, por su modesta cobertura territorial, y por la falta de capacitación de los funcionarios. Además, del desconocimiento generalizado de la ciudadanía de este servicio alternativo.

• Atención a las víctimas: no existen mecanismos efectivos para la reparación de los daños causados o para asistir a las víctimas en la superación de las secuelas del delito. La cobertura de los pocos programas de atención es reducida y de calidad habitualmente insuficiente.

• Investigación criminal: esta es la función más débil o el “Talón de Aquiles” de la justicia penal en Centroamérica. Entre las deficiencias detectadas se encuentran: la falta o precariedad de recursos financieros o humanos, la falta de capacitación del personal y las dificultades institucionales para especializar y profesionalizar la investigación criminal.

• Defensoría del reo pobre: hay pocos defensores, falta capacitación para los profesionales y los presupuestos de las defensorías son exiguos.

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• Rehabilitación de presos: la ausencia o extrema precariedad de los programas de reinserción es una constante en Centroamérica, agravada por la falta de recursos humanos, físicos y financieros para llevarla a cabo. En toda la región hay hacinamiento, el personal de vigilancia no está suficientemente capacitado y servicios como la alimentación o la salud rayan con lo infrahumano.

Los actores más débiles Además de los componentes y funciones mencionados, los SSCJP de la región se caracterizan por el papel incompleto o apenas incipiente que cumplen los actores distintos del Estado central: los municipios y los agentes no estatales.

• El municipio: el aporte de las administraciones locales a la gestión de la seguridad ciudadana en la región es bastante modesto. La debilidad se expresa tanto en la perspectiva reducida sobre el papel que pueden y deben jugar como en su autonomía limitada frente al Estado central y en sus flaquezas organizacionales (recursos financieros escasos, aparato burocrático incipiente, poca profesionalización de los funcionarios, problemas de coordinación).

• Los actores no estatales (la comunidad, los empresarios, la sociedad civil, los medios de comunicación y la comunidad internacional): salvo pequeñas excepciones, en América Central los actores distintos del Estado no cumplen con las funciones que les corresponderían en un sistema adecuado de seguridad y justicia.

Un sistema congestionado Un SSCJP con tantos eslabones no puede procesar la excesiva carga de delitos que ocurren en la región. Esto implica, según el Informe, una gran congestión de los tres núcleos del sistema: la policía, los juzgados y las cárceles.

• La policía: las policías centroamericanas están sobrecargadas porque la criminalidad es excesivamente alta, por sus deficientes medios técnicos y logísticos, y porque sus energías se dedican principalmente a perseguir al delincuente en lugar de prevenir la comisión de delitos. Además, persiste el descuido de la escena del crimen y la mala protección de la evidencia. Aunque las instituciones policiales están bajo control civil, subsisten ciertas prácticas de abuso de la fuerza, maltrato de la ciudadanía o violaciones de los derechos humanos.

• Los juzgados: la cantidad enorme de procesos acumulados en los despachos judiciales produce la demora de la justicia que agrava la congestión de los juzgados. Además, el populismo del miedo o populismo punitivo que pretende resolver la criminalidad con la creación de nuevos tipos delictivos, el aumento de las penas y la judicialización de los conflictos sociales ha agravado la congestión de la justicia.

• Las cárceles: la reticencia a aplicar penas distintas del encierro y la incapacidad de reducir la reincidencia se conjugan para agravar el hacinamiento existente en las cárceles centroamericanas. Las políticas de creación de nuevos tipos penales y el aumento de penas han ayudado al colapso del sistema penitenciario.

Elevada impunidad En América Central la impunidad está muy extendida. Cerca de nueve de cada diez delitos denunciados acaban sin castigo. Las fallas de la policía, los jueces y las cárceles aumentan y perpetúan la improbabilidad de que un hecho delictivo sea conocido, investigado y juzgado por el sistema de justicia. Las salidas falsas Exasperados ante la ineficiencia del sistema como está regulado formalmente, los actores empiezan a buscar remedios que en apariencia al menos resuelven su problema aunque en realidad bien puede agravarlo, destaca “Abrir espacios a la seguridad ciudadana y el desarrollo humano”. Estas salidas falsas se producen tanto dentro como por fuera de las instituciones que integran el SSCJP.

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Las falsas salidas dentro del sistema de seguridad ciudadana y justicia penal se pueden resumir en tres principales:

• La “remilitarización” de la seguridad, mediante la atribución de tareas de patrullaje y represión de la delincuencia a las fuerzas armadas, la promulgación de “leyes antimaras” y otras políticas de “mano dura”.

• La elevada proporción de presos sin condena, que viola las bases de un Estado de derecho, conlleva el riesgo de imponer penas a quienes no lo merecen y contribuye al hacinamiento de las cárceles.

• La corrupción de funcionarios: según los datos de la encuesta elaborada para este Informe, entre dos y cinco de cada diez centroamericanos considera que la policía colabora o está involucrada con la delincuencia.

Las falsas salidas fuera del sistema de seguridad ciudadana y justicia penal se pueden sintetizar en dos:

• La creciente privatización de la seguridad: en casi todos los países de la región, el número de efectivos de las empresas registradas de seguridad privada supera ampliamente el pie de fuerza policial, y en los casos de Guatemala y Honduras la relación llega a ser de cinco a siete veces más guardias privados que policías.

• La “justicia privada”: los linchamientos y las “operaciones de limpieza social” son prácticas que se han sucedido en algunos de los países centroamericanos en los años recientes. Si bien se achacan a la incapacidad del Estado de llevar a juicio y lograr el castigo legal de los delincuentes, en realidad son el reflejo de una cultura de irrespeto a la ley.

Las salidas verdaderas: la hora de las reformas El Informe sobre Desarrollo Humano para América Central 2009-2010 destaca las medidas y reformas nodales necesarias que deberían integrar una estrategia coherente que responda a los problemas o deficiencias de los SSCJP en Centroamérica. Estas reformas afectan a la prevención del delito, el tratamiento alternativo de conflictos e infracciones, la policía, el sistema judicial, el sistema correccional y la atención a las víctimas.

1. La prevención del delito. Los países centroamericanos necesitan de una estrategia directa de reducción o control de los riesgos específicos e inminentes de la inseguridad. Esta estrategia debe actuar sobre los cuatro vectores que originan esos riesgos:

• La prevención cultural. Se requiere impulsar: i. Programas que fomenten una cultura del respeto y la civilidad entre la

población o en beneficio especial de ciertos grupos vulnerables ii. Acciones desde el ámbito de la familia iii. Acciones desde el ámbito de la escuela.

• La prevención social. Acciones encaminadas a la: i. Atención a menores de edad en riesgo y a sus familias mediante tutorías,

programas educativos y de capacitación para el empleo ii. Generación de bancos de empleo y programas de rehabilitación para

atender a los adultos en riesgo: ex convictos, drogadictos y alcohólicos. • La prevención instrumental. Impulsar o fortalecer programas para:

i. El control y desestimulo a la tenencia y porte de armas de fuego ii. El control del consumo ocasional pero excesivo de alcohol o de sustancias

sicotrópicas. • La prevención situacional.

i. Recuperación del espacio público y mejoría de entornos deteriorados ii. Educación de las víctimas potenciales

En este campo de la prevención específica del delito es donde el municipio puede y debe jugar su papel protagónico en materia de seguridad.

2. El tratamiento alternativo de conflictos e infracciones. La reorganización de los mecanismos alternativos debe apuntar a mejorar su diseño, dotarlos de más recursos y ampliar su cobertura.

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3. La policía. Es necesario iniciar o completar reformas y medidas orientadas a:

• Fortalecer el carácter público y civilista de la institución • Separar sus tres funciones: la prevención policial, la investigación criminal y la

“gestión policial” • Descargarla de funciones adicionales • Agilizar su estructura y sus procedimientos • Mejorar la formación del personal • Contar con el equipamiento adecuado • Acercarse a los problemas de la gente

4. El sistema judicial. Además de la prioridad de descongestionamiento, es preciso que se

plantee una acusación sólida para los reos que no puedan pagarla. Los juicios deben ser ágiles y respetar las garantías del Estado de derecho. Sería preciso iniciar o completar reformas y programas orientados a:

• Organizar mejor la investigación criminal, mejorando la organización y coordinación institucional y la calidad de la prueba

• Tecnificar los medios de prueba • Robustecer la defensoría pública • Agilizar los procesos, evitar las arbitrariedades y descongestionar los despachos

judiciales.

5. El sistema correccional. Se recomienda: • Reducir el número de presos y aumentar el número de cupos carcelarios • Contratar personal con más y mejor formación • Ofrecer más oportunidades para la resocialización de los convictos.

6. Atención a las víctimas. Realizar acciones especiales para que los derechos de las

víctimas sean reconocidos más expresamente y garantizados con más eficacia.

Más información aquí: http://www.idhac-abrirespaciosalaseguridad.org/informe.php

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Haití: ¿oportunidad? Miguel Ceara-Hatton Tres factores pueden incidir en las relaciones dominico-haitiana.

Primero, mantener un flujo de ayuda internacional sustancial por 10 años como mínimo. Si el 70% de la población haitiana es pobre y cada una recibe una ayuda de US$10 mensuales que es el promedio del subsidio en comida, gas y asistencia escolar que se da en dominicana, entonces en Haití se necesitarían por lo menos US$740 millones anuales solamente para lograr que las personas mínimamente sobrevivan. Para conseguir 200 mil soluciones habitacionales se requerirían alrededor de US$3.5 mil millones, a eso hay que adicionarle otras necesidades como puertos, aeropuertos, carreteras, servicio eléctrico, escuelas, hospitales, etc. De

forma que US$7 u 8 mil millones sería lo mínimo para empezar y mantener un flujo constante por varios años de US$4 a US$5 mil millones que podrán reducirse en el largo plazo. Segundo, la forma de cómo se organice el gobierno haitiano y la alianza con la cooperación internacional. Si las elites políticas, económicas y sociales haitianas no se comprometen con su país volveríamos a una situación caótica de violencia política y de “200 candidatos a la presidencia” queriendo administrar la ayuda internacional. Tercero, la prudencia en el manejo de las relaciones con Haití. El terremoto hizo patente la vulnerabilidad y la solidaridad en la Isla, abriendo la posibilidad de relaciones más cordiales y fluidas entre los dos países. Dominicana debe mantener el trato prudente, solidario y respetuoso de la soberanía de Haití, como ha sido hasta ahora, pero en el futuro se requieren acciones de cooperación firmes, precisas, transparentes y coordinadas con las autoridades haitianas. De estas condiciones, solamente una depende del Gobierno Dominicano, pero si no se cumplen las tres, la oportunidad que ha representado esta crisis será sustituida por la tensión y el conflicto entre los dos países.

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¡Les invitamos a hablar sobre Desarrollo Humano! Empujar las fronteras del desarrollo humano

Jeni Klugman. Directora y autora principal, Oficina encargada del Informe sobre Desarrollo Humano, PNUD

2010 es un año emocionante lleno de retos para el desarrollo humano. Tras la catástrofe de Haití, nos encontramos en lo que parece ser una lenta recuperación de la importante crisis económica, en medio de debates sobre el cambio climático y de otros muchos actos relevantes de carácter internacional, como la próxima revisión de los ODM y el XX aniversario del Informe sobre Desarrollo Humano. En el lanzamiento del primer informe allá por 1990, quien fuera su principal autor Mahbub ul-Haq explicó el propósito fundamental de la iniciativa: “Nuestro interés no está en expandir sólo los ingresos nacionales, sino en ampliar el bienestar de las personas.” Como ex Ministro de Planificación de Pakistán, ul-Haq conocía de primera mano las

frustraciones que conlleva utilizar modelos económicos tradicionales para llevar la prosperidad a todos los habitantes de un país que cuenta con importantes recursos y un vasto potencial, pero que sufre una enorme pobreza y considerables desigualdades.

Tomando como punto de partida el trabajo del Premio Nobel Amartya Sen, el primer Informe sobre Desarrollo Humano describió el “desarrollo humano como un proceso para ampliar las oportunidades de las personas”. Durante los siguientes 20 años, el Informe ha ayudado a estimular, ampliar miras y fomentar debates políticos sobre una serie de temas globales, desde el consumo a la pobreza, pasando por el género y la movilidad. Los informes globales han inspirado a toda una nueva generación de análisis y debates a nivel nacional, y han dado lugar a más de 700 informes nacionales y regionales. El Índice de Desarrollo Humano (IDH) fue pionero en la medición multidimensional y se ha convertido en un indicador de referencia del bienestar (consulte el gráfico). Nos demuestra que los ingresos por sí mismos no sirven para medir el bienestar de forma integral, y que tener una vida larga y saludable, así como adquirir conocimientos son igual de importantes.

No obstante, con todos sus éxitos y aportaciones, el IDH resulta demasiado básico y simple, hecho que ya se sabía desde un principio. Ahora, como parte del XX aniversario del IDH, estamos planteando cómo tener en cuenta algunas dimensiones clave que faltan por considerar de forma más sistemática. Para ello, aprovecharemos la enorme explosión de micro-datos obtenidos en todo el mundo desde 1990. En concreto, queremos analizar y presentar la pobreza y la desigualdad como factores multidimensionales, mostrando las disparidades existentes dentro de cada país, y debatiendo cómo reflejar las dimensiones críticas de empoderamiento y de libertades políticas y cívicas. La sostenibilidad y la vulnerabilidad medioambiental también ocupan un lugar destacado en nuestra agenda.

Cada Informe tiene por objeto eliminar las fronteras del concepto de desarrollo, innovando en términos de planteamientos, mediciones y políticas. Un objetivo clave es ofrecer enfoques y análisis alternativos, así como informar y estimular lo que Sen denominó “debates públicos razonados”.

A lo largo de los próximos meses, publicaremos en línea ideas y pensamientos emergentes con el fin de obtener feedback y también de fomentar su interés por el próximo informe, que se lanzará en otoño. Les invito a que se registren, a que nos envíen sus comentarios y a que se mantengan en contacto.

Hablemos sobre Desarrollo Humano! Haga su comentario aquí http://hdr.undp.org/es/centrodeprensa/hablemos-dh/#postcomments

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Crisis económica mundial y mortalidad infantil Edgar Parra Romero1, Patricia Pulido2 y Ana Ragonesi Muñoz3

El presente artículo pretende de manera general realizar una revisión y análisis de los efectos de la crisis económica mundial actual sobre el alcance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), específicamente en el ODM de reducción de la Mortalidad Infantil (MI), teniendo en cuenta que éste indicador es trazador para medir el desarrollo de una región y el estado de salud de la población. Entre los aspectos que se tratan, se mencionan las principales causas y factores socio-ambientales de la crisis que la afectan, se analiza el flujo de información existente en los diferentes medios, su calidad y el manejo de la misma por los principales actores, en especial para la definición de los nuevos retos que deben enfrentar los países de la región para lograr éste Objetivo. Finalmente se analiza el panorama de cumplimiento de las metas para el año 2015 teniendo en cuenta el impacto de la crisis y las acciones que podrían o deberían implementar los gobiernos para disminuir dicho impacto sobre la mortalidad infantil.

La crisis económica mundial y su influencia en los logros y avances de la reducción de la mortalidad infantil

La Mortalidad Infantil (MI) representa el riesgo (probabilidad) de morir durante el primer año o antes de los cinco años de vida (MI en menores de cinco años). Es un indicador sintético del desarrollo social y económico de toda una comunidad, que se utiliza como medida de bienestar social, desbordando los límites del sistema sanitario de una nación. La MI es un evento trazador del desarrollo y del estado de salud de la población, particularmente de la capacidad de la sociedad en conjunto para brindar adecuada y oportuna atención al binomio madre- hijo; está relacionada con la calidad y acceso a los servicios de salud, el nivel de instrucción de la madre, con el acceso a alimentos en adecuada calidad y cantidad en la mujer gestante y durante los primeros cinco años de vida, la conformación de la familia y con los factores intrínsecamente unidos al evento como el parto prematuro, el bajo peso al nacer y las edades extremas de la madre4.

Entre las principales causas de mortalidad infantil se encuentran causas prevenibles tales como la desnutrición, las enfermedades respiratorias e intestinales, el paludismo y el sarampión. Otras causas son: infecciones, anomalías congénitas, Síndrome de Muerte Súbita, accidentes, entro otros.

Como se evidencia, la mortalidad infantil es el resultado de diversos factores socio-ambientales y económicos relacionados entre sí. Igualmente, los Objetivos de Desarrollo del Milenio presentan sinergias que permiten que el avance o retroceso de alguno, afecte el cumplimiento de los otros.

En este sentido, la crisis mundial sin duda afecta los logros y avances alcanzados a la fecha en la reducción de la mortalidad infantil, debido a que factores tales como:

- la caída en los ingresos de los hogares, - la reducción en los gastos de información y servicios de salud pública que pone en riesgo a las

mujeres embarazadas y a los recién nacidos y niños, - el aumento del costo de los alimentos, - el aumento en el costo de las vacunas o de la financiación para adquirirlas. Entre otros, podrían aumentar aún más el deceso de lactantes y niños de corta edad, con impactos desproporcionados en mujeres y niñas. Una estimación sugiere que el resultado del colapso financiero será las muertes adicionales de al menos 200.000 bebés por año entre 2009 y 2015 – o más de 1,4 millones de muertes de lactantes si la crisis persiste5.

1 Administradora de Empresas, con estudios en política pública, y experiencia en  formulación, adopción, ejecución y seguimiento de políticas  y  programas  públicos.  Actualmente  trabaja  en  la  Secretaria  de  Planeación,  Dirección  de  Estudios  Económico  y  Políticas Públicas, de la Gobernación de Cundinamarca (Colombia). 2 Médico general – Universidad del Cauca. Magíster en Salud Pública de la Universidad del Valle. Docente adscrito al Departamento de Medicina Social y Salud Familiar de la Universidad del Cauca. Integrante activo del Grupo de Investigación en Currículo. 3 Odontóloga – Universidad Nacional de Colombia. Estudiante Especialización en Análisis de Política Pública – Universidad Nacional de Colombia. Especialista en Administración de Salud con énfasis en Seguridad Social en Salud – Pontificia Universidad Javeriana.  4 LOPEZ Palacio, Juan Diego. Mortalidad Infantil potencialmente reducible comparada contra el mejor patrón de referencia. Manizales 2004. http://www.umanizales.edu.co/programs/medicina/publicaciones/Revista%20Medicina/doce/mortalidad%20infantil.pdf

5 UNFPA, Fondo de Población de  las Naciones Unidas. LA CRISIS FINANCIERA MUNDIAL ¿La inversión en las mujeres podría facilitar la prevención  de  la  próxima?.  Subdivisión  de  Medios  de  Información  y  Comunicaciones.  Agosto  de  2009. http://www.unfpa.org/icpd/15/kit/docs/economicmelt_sp.doc 

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Sin embargo es importante tener en cuenta otros puntos de vista, de algunos estudios realizados en otras crisis económicas anteriores en donde se indagan la persistencia o modificación de la mortalidad infantil como un problema del subdesarrollo económico, que casi siempre se encuentra inversamente asociada a indicadores como producto bruto interno, y tasa de desempleo entre otros, evidenciando una tendencia persistente de descenso de la mortalidad infantil en los países en desarrollo, que coexiste con la grave crisis económica caracterizada por la reducción del producto bruto interno, del valor real del salario mínimo y la elevación del desempleo.6 Esta aparente situación paradojal ha servido de estímulo y orientación para el desarrollo de estudios que buscan explicar las razones del sostenimiento de tal descenso de la mortalidad infantil. Así, distintos autores (Andrade, Szwarcwald, Gama, Leal; 2004) plantean la necesidad de esclarecer qué factores habrían contribuido, con mayor peso, a explicar la sostenida tendencia de reducción de la mortalidad infantil aún en aquellos períodos en que los indicadores económicos, sociales y de atención de la salud demostraron una clara situación desfavorable.7 Con el objeto de comprender los distintos comportamientos de la mortalidad infantil en América Latina desde el comienzo de la “década perdida”, varios estudios han seleccionado un conjunto de indicadores socio-económicos que se correlacionan mayormente con las variaciones temporales de las tasas de mortalidad infantil. Si bien el impacto de la crisis económica de los años ochenta tuvo diferente intensidad entre los países considerados, la desigualdad del ingreso aparece como una de las explicaciones más plausibles. Los hallazgos expresan que los eventos de muertes infantiles están asociados negativamente con los cambios económicos de corto plazo, y se observa la correlación negativa y significativa entre el ritmo de crecimiento de las muertes y el aumento de la pobreza en las poblaciones estudiadas.8 Flujo y uso de la información

Hay que iniciar diciendo tres cosas: 1- Frente a la crisis y su impacto en ODM se podría pensar que existe un “desequilibrio” en la información existente. Es abundante en relación con el ODM-1 (y sus consecuencias en pobreza, hambre, ingreso, empleo) y muy escasa con relación a ODMs como el 4-Mortalidad Infantil. 2- En este ODM (MI), el impacto debe deducirse a partir de la información indirecta que generan los otros ODM, como por ejemplo el 1, el 5, el 6, el 7 o el 8. 3- En el caso específico de MI, el sesgo informativo es muy alto porque en él se acentúan y conjugan aquellas críticas que se le hacen a los ODM en términos de los indicadores propuestos, su medición netamente cuantitativa, su baja pertinencia, el depender mucho de los promedios, el no estar desagregada por aspectos claves como género, urbano-rural, etnias, poblaciones vulnerables. A esto hay que agregarle situaciones que en nuestra cotidianidad sabemos y sufrimos como es el alto subregistro y el amplio retraso en la escasa información, secundario a la débil estructura de los Sistemas de Información, que hace difícil hasta la comparación por regiones. Podemos decir entonces que la información no es suficiente en forma directa pero es analizable y proyectable en forma indirecta, resaltando el hecho que plantean las mismas Naciones Unidas de que puede ser aun muy temprano para dimensionar el impacto, pero se provee estancamiento (insistimos, en forma general) en avances como la lucha contra la pobreza extrema, la lucha contra el hambre, en nutrición infantil y en empoderamiento de la mujer (aspecto fundamental en nuestro ODM-4 para el binomio madre-hijo). Nos dicen, y así lo estamos evidenciando, que se espera un aumento en el desempleo, se van a ver afectados los recursos para Salud Materna (otro esencial para MI) y se afectará la movilización interna de recursos lo que lleva a pensar que el sector Salud será uno de los golpeados. Si a esto le agregamos la definitiva relación directamente proporcional de PIB con las tasas de Mortalidad, nos lleva a pensar que el impacto sobre el ODM-4 será por lo menos de estancamiento o de disminución en el buen ritmo que traía en su descenso. Definitivamente no es una información periódica como Tasas y su factores determinantes, lo cual debería ser mínimo anual y actualizada para un mejor y mayor seguimiento. Se aspiraría que la crisis conduzca a promulgar y tomar decisiones en ese sentido. Esto llevaría a que los actores involucrados en su conocimiento y manejo (para decisiones políticas de solución y favorecimiento de acciones comunitarias participativas) se vean más involucrados y la asuman como herramienta de trabajo constante. Es fácil deducir cual es la información que nos haría falta en términos de acercamiento real al conocimiento del impacto de la crisis en M.I. Hay que aprovechar al máximo, pero especialmente

6  AUGSBURGER,  Ana.  Mortalidad  infantil  y  condiciones  de  vida.  KAIROS.  Revista  de  Temas  Sociales.  ISSN  1514‐9331 http://www.revistakairos.org. Universidad Nacional de  San  Luis. Proyecto Culturas  Juveniles Urbanas Año 10. Nº 18. Noviembre de 2006  7 Ibidem  8 ibidem

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correlacionar dos tipos de información, así sea lo débil que reconocemos, a saber: 1- la que tiene que ver con factores propios de la MI: Parto institucional, lactancia materna, vacunación, seguridad alimentaria, nutrición, enfermedades prevenible, y 2- la que aportan los otros ODMs mencionados especialmente 1, 5, 6, 7 y 8. Solo así, daríamos pasos para integrar ODMs y no seguirlos visualizando en forma aislada. Retos que deben enfrentar los países de la región para lograr los ODM En el caso del ODM-4, es indiscutible que para América Latina y el Caribe el principal reto es mantener el ritmo constante de descenso de la M.I. que trae y que ubica a la región en una “trayectoria compatible”. En el caso de Mortalidad en menores de cinco años, la tasa, según Naciones Unidas, para el año 2003, fue de 33 x 1000, con un avance de 61.2% frente a 1990 (y a mitad de camino frente a 2015). En Mortalidad Infantil, la tasa para el mismo año fue de 25.6 x 1000, con un avance de 60.5%. Son logros a mantener a ritmos constantes. El “problema” surge cuando ese reto va ligado a los avances, estancamientos o retrocesos que se den en los otros ODM. Puede ser alentador mantener ritmos alcanzados (otra vez promedios) por ejemplo con el nivel mínimo de consumo de energía alimentaria, o el porcentaje de niños menores de cinco años con peso inferior al normal, o el acceso a agua potable. Pero si de cifras se trata, es preocupante el débil o no avance en pobreza extrema (con sus implicaciones por ejemplo en hambre y nutrición), acceso a saneamiento básico, salud materna o lucha contra sida o paludismo. Sin dejar de mencionar un reto gigante que involucra a todos, como lo dice Naciones Unidas: proporcionar empleo productivo y decente. Fallas aquí y más allá incidirán necesariamente en M.I.9 La inquietud sobre “nuevos” retos, va direccionada hacia las decisiones políticas nacionales y regionales. La crisis debe obligar a revisar, redimensionar y replantear prioridades salvaguardando la razón de ser de los ODM: el Ser Humano y su Calidad de Vida, con procesos más incluyentes y equitativos. Cuando se miran las estrategias que los diferentes países de la región han propuesto e implementado para lograr los ODM, son procesos plausibles y de emular. En el caso colombiano, tal como lo definió el Consejo Nacional de Política Económica y Social a través del documento CONPES SOCIAL 9110, el principal reto es mantener, no descuidar las estrategias planteadas, en el campo concreto del ODM-4, de : incremento de cobertura de afiliación al sistema de seguridad social, acciones constantes de Promoción y Prevención, acceso efectivo a la protección y/o mejoramiento de la salud, mejorar la calidad de atención para la población materno-infantil, propiciar competencias familiares para proteger la vida y salud del recién nacido, iniciativas y programas pro-Nutrición y Seguridad Alimentaria, y por supuesto una efectiva Vigilancia en Salud Pública. Tal como lo plantea Carlos Carrera (2006)11, pero con vigencia actual, el reto para los gobiernos de la región y sus sociedades es aprovechar la crisis para redireccionar metas persiguiendo las más afines a nuestro propio entorno, especialmente en los campos de educación, género, salud, medio ambiente y hambre. Aunado a lo anterior, y en concordancia con el mismo Carrera, siendo responsables y sensatos socialmente con la movilización de recursos internos y externos, fortaleciendo las instituciones, luchando contra la corrupción y mejorando la eficiencia del sector público.

Panorama del cumplimiento de las metas a 2015 en la actual crisis

El comportamiento y los cambios en los patrones demográficos de una población, siempre ligados a cambios socio-económicos de mayor amplitud, permiten también reflejar la situación sanitaria de un país o región. La mortalidad infantil (MI), uno de los indicadores más sensibles para expresar el desarrollo de una sociedad, está íntimamente ligada a las condiciones generales de carácter económico y social, así como a una amplia red de interacciones entre éstas y la situación sanitaria particular. Por lo cual con la actual crisis económico mundial se podrían presentar estancamientos o quizás retrocesos en la medida en que la crisis afecte factores determinantes para este indicador.

Teniendo en cuenta un efecto dominó, la mortalidad infantil (MI) es el resultado de carencias de ciertas oportunidades y/o funcionamientos. Por ejemplo, una de las causas de la MI es la desnutrición (estar mal nutridos) lo que puede ser el resultado del no acceso a los alimentos, del acceso a alimentos que no cumplen con los requerimientos nutricionales o/y secundaria a alguna

9 Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo‐PNUD. Informe 2009 ‐ Objetivos de Desarrollo del Milenio‐ “Objetivo 4 Reducir la mortalidad infantil”. Bogotá, Colombia.   10 CONPES SOCIAL 21. Consejo Nacional de Política Económica y Social. República de Colombia. Departamento Nacional de Planeación. Marzo 14 de 2005  11 CARRERA, Carlos. (2006). Relevancia de los ODM para América Latina y el Caribe. Bogotá, Colombia.: Escuela Virtual.

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condición patológica (por ejemplo un(a) niñ@ que sufre de anemia). Si la crisis ha originado la caída en los ingresos de los hogares, la reducción en los gastos de información y servicios de salud pública que pone en riesgo a las mujeres embarazadas y a l@s recién nacid@s y niñ@s, el aumento del costo de los alimentos, entre otros, un (a) niñ@ que se encuentre mal nutrido, unido a las anteriores situaciones, seguramente no va a obtener los requerimientos nutricionales necesarios y la atención médica oportuna, que lo hacen más vulnerable y con mayores posibilidades de morir.

No obstante, y según los estudios mencionados en el numeral a) del presente trabajo, puede ser que las medidas adoptadas por los gobiernos en cuanto al desarrollo e implementación de políticas públicas sostenibles y de impacto generen una relación inversamente proporcional entre la carencia de oportunidades de una sociedad y la mortalidad infantil. Pueden ocurrir situaciones tales como que la madre de un niño menor de un año pueda estar desempleada pero esto permite que pueda ocuparse de lactar a su hijo por mayor tiempo, o también puede suceder que aún cuando haya un menor ingreso en los hogares, l@s niñ@s puedan continuar recibiendo desayunos o almuerzos escolares, que suplan en parte los requerimientos nutricionales.

Aún así, el cumplimiento de las metas en el año 2015, en caso que los gobiernos nos prioricen los escasos recursos en acciones tendientes a continuar evitando aquellas muertes de niñ@s menores de 5 años que puedan ser prevenibles, se verá afectado debido a que en el caso de la mortalidad infantil, las acciones tendientes a evitarla implican un esfuerzo enorme mientras que las causas que las originan son cotidianas en todos los países, en especial en los más pobres, por lo cual el avance puede ser lento pero el retroceso puede ser inmediato.

En este sentido, el descenso de la mortalidad infantil en la mayor parte de los países de Latinoamérica, en períodos de crisis económica, a distancia de significar la existencia de eventos independientes entre sí, rescata el papel preponderante que ocupan las políticas públicas en los cambios de las condiciones de vida de la población, ubicándolas como componente sustantivo en la explicación del proceso de reducción de la mortalidad en l@s niñ@s.

Acciones que podrían o deberían implementar los gobiernos para la disminución de los impactos de la crisis sobre la reducción de la mortalidad infantil

Frente a la Reducción de la mortalidad infantil: el panorama que se puede observar a nivel mundial en cual nos muestra el informe de 2009 de ODM, que para el año 2007 la tasa de mortalidad de menores de cinco años era de 67 por cada 1.000 nacidos vivos, indiscutiblemente se ve una mejora frente a la cifra del año 1990 la cual era de 93 por cada 1.000 nacidos vivos, hecho que nos da un análisis frente a la responsabilidad que tenemos todos para seguir reduciendo estas estadísticas, donde los países deben hacen esfuerzos administrativos, presupuestales, de talento humano, los cuales se deben ver reflejados en:

1. Actualización de los registros administrativos: para lograr una efectiva focalización de los pobres, visibilizar a la población invisible de las estadísticas, aquellos que por su ubicación geográfica han tenido siempre dificultades para su identificación, quienes casi siempre, nunca tienen acceso a la oferta institucional.

2. Desmitificar los indicadores globales, por sectoriales, áreas urbanas y rurales, grupos poblacionales, ubicación geográfica, grupos etéreos, genero, priorizando siempre los más pobres, lo que permitiría la identificación real de la población menor de cinco años, madres gestantes, embarazos en adolescentes.

3. Priorización en el gasto público, frente a la atención prioritaria de la población focalizada. 4. Capacitación a la comunidad vulnerable en hábitos de: lactancia materna exclusiva de ser

posible hasta los seis meses, alimentación adecuada y balanceada a las madres gestantes y lactantes, aprovechando los productos agrícolas y pecuarios de la región.

5. Capacitación y seguimiento continúo a los jóvenes y adolescentes para disminuir el embarazo en adolescentes.

6. Llevar la oferta institucional a los sectores más apartados de los cascos urbanos, para ampliar la cobertura, calidad y continuidad en la prestación de los servicios como los de: vacunación, promoción y prevención, campañas de nutrición, entregando sus respectivos multivitamínicos, a la población del sector rural.

7. Contar un buen equipo humano, técnico y tecnológico para la atención a nuestra población objetivo.

8. Articular acciones con las EPS, subsidiadas y contributivas, hospitales y clínicas públicas y privadas, para realizar campañas de promoción y prevención.

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Todo enmarcado en políticas públicas que beneficien a la población más vulnerable, previamente identificada en su formulación, con objetivos y presupuestos específicos, y seguimiento en su ejecución en términos de resultados e impactos de los indicadores.

Los ODM son una herramienta fundamental para la formulación de políticas en pro de la población vulnerable, porque les determina a los gobernantes un marco de misión y visión frente a su comunidad y territorio.

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Biblioteca

Informe sobre Desarrollo Humano 2003.Desafíos y opciones para el Desarrollo Humano de El Salvador en tiempos de globalización. Este informe centra la atención en la identificación de los desafíos y las oportunidades para el desarrollo humano del país asociados al proceso y a las políticas de globalización.

http://www.revistadesarrollohumano.org/pdfs/idh2003.pdf Documentos

Rethinking Poverty Report on the World Social Situation 2010 UN-DESA, 2010

http://www.un.org/esa/socdev/rwss/2010_media.html

 National Human Development Report 2009 

From Exclusion to Equality. Realising the Rights of Persons with Disabilities in Kazakhstan UNDP‐Kazakhstan, 2009 

http://hdr.undp.org/en/reports/nationalreports/europethecis/kazakhstan/nhdr_2009_kazakhstan_eng.pdf