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3 Presentación Durante la dØcada de los noventa, el agro peruano creció a una tasa anual de 4,1%. Aunque la cifra no es despreciable, sí fue insuficiente para revertir el gran atraso del campo. En efecto, en el aæo 2000, el agro absorbe 32% del empleo, pero sólo contribuye con un 9% del producto. En otras palabras, la productividad del trabajo en este sector es aproximadamente tres cuartas partes menor que en el promedio de la economía peruana, en sí misma subdesarrollada. Así, no extraæa que la incidencia de la pobreza sea 65% en el Ærea rural, casi el doble que el 36% de Lima (ENNIV 1997). Aun el quintil mÆs rico de la población rural, con un ingreso per cÆpita del orden de US$ 95 al mes, estÆ mÆs cerca de la pobreza que de la prosperidad. Dadas estas condiciones, el desarrollo agrario supone un enorme reto, y esta edición de Eco- nomía y Sociedad busca contribuir al diseæo de estrategias y políticas para enfrentarlo, re- uniendo seis artículos vinculados al estudio del sector y a la propuesta de recomendaciones, tanto para el Estado como para los agricultores y las instituciones financieras. Asimismo, la revista incluye el documento base del œltimo taller de coyuntura económica del Consorcio. A continuación, se reseæa algunas de las principales contribuciones de los artículos. Los programas sociales de apoyo alimentario estÆn obligados a priorizar, dentro de sus com- pras, a la producción nacional y, en particular, a los pequeæos agricultores. El trabajo de Rebosio y Rodríguez (CEDEP) evalœa el impacto de las compras de alimentos del Pronaa sobre los ingresos campesinos. El estudio realizado en Ica y Ayacucho revela que los agricultores obtu- vieron un ingreso entre 20% y 30% mayor, por haber vendido parte de su producción al Pronaa. Sin embargo, el mayor costo de abastecimiento se traduce en un menor nœmero o inferior calidad de las raciones de alimentos repartidas. AdemÆs, existen filtraciones en las compras hacia agricultores no pobres, por lo que el mecanismo del diferencial de precios no es eficiente para aliviar la pobreza campesina. Los autores encuentran, adicionalmente, otras dificultades en estos programas, y proponen alternativas para lograr mayor eficiencia en su ejecución y en el logro de sus objetivos. Uno de los principales cuellos de botella que enfrentan los agricultores es el tema del financiamiento. En su investigación, Trivelli (IEP) enfatiza el lado de la demanda, enfocÆndose en el auto racionamiento del crØdito. Busca identificar las razones que explican la existencia de un conjunto significativo de pequeæos agricultores que, a pesar de desear un crØdito del sector formal y considerar que tiene acceso al mismo, se abstiene voluntariamente de solicitar- lo. Analiza el papel de los costos de transacción, las asimetrías de información y otros factores, y propone acciones que pueden ser implementadas por el sector pœblico y los intermediarios formales con miras a hacer efectiva esta demanda. Desde 1993 hasta 1997, la autoridad habitual (Sunarp) y un proyecto ad hoc (PETT) entrega- ron unos 250 mil títulos registrados de predios rurales, elevando la proporción de unidades registradas de 17 a 21% entre ambos aæos. El artículo de Fort y Aldana (GRADE) analiza los efectos de la titulación y registro de las propiedades rurales en el nivel de capitalización del sector agrícola. Identifica dos beneficios principales: la seguridad de tenencia, que favorecería la inversión; y el mayor acceso al crØdito, en tanto se puede entregar la tierra como colateral. Sin embargo, pese al gran esfuerzo y gasto que ha implicado esta política de titulación y regis- tro por parte del Estado, hasta la fecha no se cuenta con un anÆlisis empírico que respalde dichas medidas y que explique los beneficios concretos que se espera obtener de ellas. Tales son los objetivos de su investigación.

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Presentación

Durante la década de los noventa, el agro peruano creció a una tasa anual de 4,1%. Aunque lacifra no es despreciable, sí fue insuficiente para revertir el gran atraso del campo. En efecto, enel año 2000, el agro absorbe 32% del empleo, pero sólo contribuye con un 9% del producto.En otras palabras, la productividad del trabajo en este sector es aproximadamente tres cuartaspartes menor que en el promedio de la economía peruana, en sí misma subdesarrollada. Así,no extraña que la incidencia de la pobreza sea 65% en el área rural, casi el doble que el 36%de Lima (ENNIV 1997). Aun el quintil más rico de la población rural, con un ingreso per cápitadel orden de US$ 95 al mes, está más cerca de la pobreza que de la prosperidad.

Dadas estas condiciones, el desarrollo agrario supone un enorme reto, y esta edición de Eco-nomía y Sociedad busca contribuir al diseño de estrategias y políticas para enfrentarlo, re-uniendo seis artículos vinculados al estudio del sector y a la propuesta de recomendaciones,tanto para el Estado como para los agricultores y las instituciones financieras. Asimismo, larevista incluye el documento base del último taller de coyuntura económica del Consorcio. Acontinuación, se reseña algunas de las principales contribuciones de los artículos.

Los programas sociales de apoyo alimentario están obligados a priorizar, dentro de sus com-pras, a la producción nacional y, en particular, a los pequeños agricultores. El trabajo de Rebosioy Rodríguez (CEDEP) evalúa el impacto de las compras de alimentos del Pronaa sobre losingresos campesinos. El estudio realizado en Ica y Ayacucho revela que los agricultores obtu-vieron un ingreso entre 20% y 30% mayor, por haber vendido parte de su producción al Pronaa.Sin embargo, el mayor costo de abastecimiento se traduce en un menor número o inferiorcalidad de las raciones de alimentos repartidas. Además, existen filtraciones en las comprashacia agricultores no pobres, por lo que el mecanismo del diferencial de precios no es eficientepara aliviar la pobreza campesina. Los autores encuentran, adicionalmente, otras dificultadesen estos programas, y proponen alternativas para lograr mayor eficiencia en su ejecución y enel logro de sus objetivos.

Uno de los principales �cuellos de botella� que enfrentan los agricultores es el tema delfinanciamiento. En su investigación, Trivelli (IEP) enfatiza el lado de la demanda, enfocándoseen el auto racionamiento del crédito. Busca identificar las razones que explican la existenciade un conjunto significativo de pequeños agricultores que, a pesar de desear un crédito delsector formal y considerar que tiene acceso al mismo, se abstiene voluntariamente de solicitar-lo. Analiza el papel de los costos de transacción, las asimetrías de información y otros factores,y propone acciones que pueden ser implementadas por el sector público y los intermediariosformales con miras a hacer efectiva esta demanda.

Desde 1993 hasta 1997, la autoridad habitual (Sunarp) y un proyecto ad hoc (PETT) entrega-ron unos 250 mil títulos registrados de predios rurales, elevando la proporción de unidadesregistradas de 17 a 21% entre ambos años. El artículo de Fort y Aldana (GRADE) analiza losefectos de la titulación y registro de las propiedades rurales en el nivel de capitalización delsector agrícola. Identifica dos beneficios principales: la seguridad de tenencia, que favoreceríala inversión; y el mayor acceso al crédito, en tanto se puede entregar la tierra como colateral.Sin embargo, pese al gran esfuerzo y gasto que ha implicado esta política de titulación y regis-tro por parte del Estado, hasta la fecha no se cuenta con un análisis empírico que respaldedichas medidas y que explique los beneficios concretos que se espera obtener de ellas. Talesson los objetivos de su investigación.

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Carlos Eduardo AramburúDirector Ejecutivo

Javier Portocarrero MaischDirector Adjunto

El documento de Edgardo Cruzado (CIPCA) estudia las características y la eficiencia del sistemade riego y de las organizaciones de usuarios en la cuenca hidrográfica del Chira-Piura. En primerlugar, evalúa el manejo del agua de riego, demostrando que existe desperdicio. En segundotérmino, analiza los aspectos económicos y operativos del sistema para diseñar mejoras en losmecanismos de recaudación y en los procesos administrativos que permitan asegurar la�sostenibilidad�. Finalmente, se analiza la institucionalidad, representatividad y organización delsistema, con el fin de establecer las distancias que existen entre los usuarios y los órganoscentrales de administración y distribución del agua de riego. Las conclusiones apuntan a pro-blemas significativos en los tres niveles, en parte, por la inadecuada acción del Estado.

La metáfora del mendigo sentado sobre el banco de oro ha sido usada con frecuencia paraaludir al sector forestal en nuestro país. El artículo de Tarazona (CIUP) revisa la experiencia deChile, país cuyas exportaciones de productos forestales pasaron de cuarenta a dos mil millo-nes de dólares entre 1973 y 2000. Uno de los principales instrumentos para generar esteboom fue un subsidio de 75% y más tarde de 90% del costo de plantación. El gobiernochileno ha gastado, por este concepto, unos US$ 150 millones entre 1974 y 1994, año enque vencieron los beneficios. Tal monto resulta mínimo frente a la magnitud de las exporta-ciones forestales logradas.

El texto de Figueroa examina las principales características y el potencial de la especie forestalllamada auca atadijo. La especie ofrece una madera blanca, sin nudos, relativamente dura alestado seco, de buena durabilidad, y permite un fácil aprovechamiento por ser de densidadmedia. Estas y otras características permitirían su rápida introducción en los mercados interna-cionales; en particular, en Japón.

Finalmente, esta revista reproduce un informe sobre el comportamiento de la economía pe-ruana, preparado por Dancourt y Jiménez (PUCP), así como una síntesis del debate en elcorrespondiente taller de coyuntura del Consorcio, realizado en junio del presente año. Segúnlos autores, la recesión de la economía urbana y la caída de las reservas internacionales conti-núa desde fines de 1998, pero durante el año 2000 se produjo una �recesión dentro de larecesión� debido a dos shocks de origen exclusivamente interno: el drástico ajuste fiscalposelectoral y la corrida bancaria del último trimestre. La autoridad monetaria no habría he-cho nada por atenuar la situación. Además, la fuga de capitales �vinculada a la incertidumbrepolítica durante la fase final del régimen de Fujimori� produjo un recorte del crédito bancarioque agravó la recesión. En el primer semestre de 2001, el fenómeno se generalizó a todos lossectores primarios y no primarios, excepto electricidad, gas y agua, cayendo el PBI global en1,7% con respecto a similar período del año anterior.

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Ingreso campesino y compras estatales de alimentosen el Perú 1

Guillermo Rebosio y Enrique Rodríguez (CEDEP)

La presente investigación intentaevaluar los programas de compraslocales de alimentos que realizael Estado a través de diversas ins-tituciones. Este es un tema vincu-lado estrechamente a la gestión delos programas de apoyo alimen-tario que ha sido poco estudiado,pese a que el diseño y ejecuciónde las compras puede afectar de-cisivamente el impacto de dichosprogramas sobre los beneficiarios.

Bajo una gestión adecuada, es po-sible que los pequeños producto-res agropecuarios que venden suproducción al Pronaa (ProgramaNacional de Asistencia Alimenta-ria) logren una significativa mejo-ra en sus ingresos, y que estos pro-gramas de compras locales estimu-len cambios positivos en los nive-les de organización, inserción enel sistema de comercialización ydesarrollo de actividades de trans-formación primaria de los peque-ños productores beneficiarios.

Sin embargo, dado un nivel presu-puestal, la adquisición de produc-tos locales implica una pérdida, entérminos nutricionales, para laspersonas de pobreza extrema queson beneficiarias de los programasde apoyo alimentario. Ello se debea que el Pronaa, al comprar los ali-mentos a un precio mayor que elde mercado, obtiene una menorcantidad de alimentos.

En ese sentido, el objetivo de lainvestigación es evaluar el impac-to de los programas estatales decompra de alimentos sobre los in-gresos de los pequeños producto-res agrarios, que son proveedoresde los mismos, para determinar laconveniencia de proseguir o am-pliar dichos programas como ins-

trumento de lucha contra la po-breza. La principal hipótesis esque, en un ámbito dado, el efec-to positivo total sobre los ingresosde los pequeños productores,puede ser mayor que la pérdidatotal causada a los receptores delapoyo alimentario.

La investigación se apoya, princi-palmente, en la sistematización delos resultados de una encuesta apequeños productores agrarios yde unos talleres complementarios.Se quiso cubrir casos de la costa yla sierra, considerando que ambasregiones tienen características di-ferentes que afectarán el impactodel programa de compras locales.Así, la investigación se realizó enlas regiones de las Unidades Ope-rativas del Pronaa de los departa-mentos de Ica y Ayacucho.

Obstáculos alcumplimiento de losobjetivos de lapolítica social

Actualmente, los programas deapoyo alimentario presentan unalto porcentaje de filtraciones, demodo que parte de los recursosson absorbidos por sectores queno se encuentran en situación depobreza. Existe una grave distor-sión por el predominio de loscompromisos políticos sobre lasconsideraciones técnicas, lo cualimplica la continuidad de progra-mas que no son los óptimos parallegar a la población.

De este modo, un programa decompras locales que se ajuste a lasnecesidades de los grupos objeti-vos enfrenta un obstáculo insalva-

ble: ¿cómo replantear el esquemade compras si previamente no sereplantean los programas de apo-yo alimentario y se define una nue-va demanda?

Intromisión política

Por otra parte, la labor del Pronaatambién ha sido obstaculizada porla falta de una estructura jerárqui-ca. Ello permite la intromisión po-lítica de distintas instituciones delgobierno, lo cual distorsiona y en-torpece el logro de sus verdade-ros objetivos.

«un programa decompras localesque se ajuste a lasnecesidades de losgrupos objetivosenfrenta unobstáculoinsalvable: ¿cómoreplantear elesquema decompras sipreviamente no sereplantean losprogramas deapoyo alimentarioy se define unanueva demanda?»

1/ Resumen del documento homónimo,Lima: CIES-CEDEP, julio 2001.

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El Ministerio de Agricultura, eneste aspecto, ha sido el causantede la principal distorsión, al ejer-cer una presión constante paraque el Pronaa desarrolle una fun-ción de regulador de precios encoyunturas de caída de precios. Sinembargo, el Pronaa no cuenta conla capacidad para asumir esa res-ponsabilidad, razón por la cual sesacrificaron los verdaderos objeti-vos sin que tampoco se alcanza-ran las metas alternativas propues-tas. Como se observa en el gráfico1, solo excepcionalmente las com-pras del Pronaa han representadoun porcentaje mayor al 3% de laproducción nacional.

En 1999, por ejemplo, ante la caí-da del precio del arroz, los gremiosarroceros solicitaron que el Esta-do compre parte de su produccióna un precio concertado que lespermitiera una ganancia. Así, en-tre enero y agosto de ese año, elPronaa decidió comprar 40 mil to-neladas de arroz (el 4% de la pro-ducción). Obviamente, las com-pras no tuvieron efectos sobre losprecios del arroz, que siguieron

Compras del Pronaa(como porcentaje de la producción nacional)

G r á f i c o 1

cayendo hasta el tercer trimestrede 1999, pese a la natural reduc-ción del volumen ofertado por ra-zones de estacionalidad.

Las compras localesde alimentos

La magnitud de la pobreza y laextrema pobreza implica que, in-cluso en el largo plazo, será nece-sario seguir destinando importan-tes montos a la adquisición de ali-mentos para los programas de apo-yo alimentario. Estos recursos de-ben ser utilizados con la máximaeficiencia, lo cual no descarta eluso de alimentos nacionales quepuedan ser producidos con precioscompetitivos. Desde que se inicióel programa en 1993, las compraslocales de alimentos han crecidode US$ 15,7 millones a US$ 51,7millones en 1998.

Las necesidades nutricionales es-pecíficas imponen una serie de res-tricciones al momento de seleccio-nar los alimentos, pero ello no ex-cluye a muchos productos nacio-

«El Ministerio deAgricultura ha sidoel causante de laprincipaldistorsión, alejercer una presiónconstante para queel Pronaadesarrolle unafunción deregulador deprecios encoyunturas decaída de precios»

nales que ofrecen característicasóptimas de contenido nutricional,perecibilidad y aceptación.

Por otro lado, los programas decompras locales del Pronaa inten-taban incorporar mayor cantidadde productos agroindustriales conmayor valor agregado y nutricio-nal (ver el gráfico 2). Así, las ad-quisiciones de estos productos pa-saron de US$ 1,7 millones (2.545toneladas) en 1993 a US$ 18,6millones (18.634 toneladas) en1998. Sin embargo, la interferen-cia política ha impedido mayoresavances en esta dirección.

Este programa de apoyo alimenta-rio puede contribuir a articular alos productores agrarios naciona-les con los consumidores. Si se con-sidera que justamente en el sectorrural se registran las mayores tasasde pobreza, la adquisición de pro-ductos locales puede ayudar a su-perar las carencias de la poblacióny, al mismo tiempo, generar ten-dencias a favor del desarrollo ruraly agrario de largo plazo.

6,8

2,01

4,1 4,6

2,3 3,1

-

2

4

6

8

10

Arrozpilado

Papa fresca Lechefresca

Plátano Menestras Cerealesandinos

Fuente: Ministerio de Agricultura, Pronaa.Elaboración propia.

Porc

enta

je

1993 1994 1995 1996 1997 1998

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7

22,6

12,2 7,5

5,3 3,8 8,4

36,1

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12,3 8,9

4,4

11,0

-

10

20

30

40

50

1993 1994 1995 1996 1997 1998

Fuente: Pronaa.Elaboración propia.

Porc

enta

je

Volumen Valor

Pronaa: Compras de productos agroindustriales, 1993-1998(participación en compras locales, %)

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Efectos obtenidos enlos productores

El principal objetivo de los progra-mas de compras locales es gene-rar una demanda adicional de ali-mentos que mejore los ingresos delos productores agrarios, aumentela producción y la inversión en elsector, y reactive las economíaslocales. Asimismo, se busca pro-mover la producción de cultivosestratégicos y consolidar patronesde consumo alimentario coheren-tes con las posibilidades producti-vas internas.

En esta sección analizaremos eldesempeño del programa de com-pra de alimentos en el logro deestos objetivos.

Impacto en los ingresosde los campesinos

La muestra de agricultores en Icay Ayacucho revela que la mejorade ingresos, generada por la ventaal Pronaa, sí es significativa. En

promedio, los agricultores obtuvie-ron un ingreso entre 20% y 30%mayor por haber vendido parte desu producción al Pronaa. En mu-chos casos, el ingreso provenientede esta institución representa has-ta más del 50% del ingreso total.

Los resultados obtenidos sugierenque, en las dos regiones de estu-dio, el impacto es mayor para losagricultores que comercializan vo-lúmenes más pequeños. Sin em-bargo, aunque existe una tenden-cia en esta dirección, en amboscasos las variaciones con respectoa la tendencia son muy altas, demodo que la correlación entre im-pacto y tamaño de la propiedades muy baja y estadísticamentepoco significativa.

En ese sentido, hay que aclararque, si bien las ventas al Pronaaincrementan el ingreso agrícola delpequeño productor en términosporcentuales, en términos absolu-tos, el aumento no es significativodebido a los pequeños volúmenesque se manejan y a los altos costos

unitarios, que implica trabajar in-dividualmente para colocarlos.

Por otro lado, este programa esinsuficiente para promover cam-bios cualitativos en los agricultoresque participan en él, principalmen-te por la falta de continuidad delprograma de compras, que termi-na constituyendo un subsidio es-porádico. Si bien las UnidadesOperativas del Pronaa siempre vana comprar, no es seguro que com-pren ni los mismos productos ni enlos mismos lugares durante variascampañas consecutivas.

Estímulos a laorganización delos productores

Los indicios muestran que la rela-ción comercial con el Pronaa cons-tituye un factor positivo en la ad-quisición de conocimientos útilesy prácticas para articularse con elmercado de manera más eficiente.

El abastecimiento de las UnidadesOperativas se realiza a través de

« (...) se hanregistradosituaciones en lasque elrepresentante noacopia laproducción de sussocios, sino que, almomento de lacosecha, compraproductos baratosde otrosagricultores y luegolos vende al Pronaaa un precio mayor»

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un sistema informal de acopio: losagricultores se organizan para queuno de ellos asuma el rol de aco-piador de la producción local y seencargue de entregar los produc-tos al Pronaa. Esta modalidad, queresponde a la necesidad de mini-mizar costos, constituye un pasoadelante, muchas veces espontá-neo, en el proceso de agrupar alos pequeños productores para queasuman la comercialización con-junta de su producción.

Sin embargo, y aunque haya quereconocer la importancia de estosavances, en Ayacucho se han re-gistrado situaciones en las que elrepresentante, una vez consegui-do el contrato, no acopia la pro-ducción de sus socios, sino que, almomento de la cosecha, compraproductos baratos de otros agricul-tores y luego los vende al Pronaa aun precio mayor.

De modo similar, en Ica, los agri-cultores han denunciado la �gene-ración de empleo fraudulento�.Con ello se refieren a la prolifera-ción de ciertas microempresascreadas o propiciadas por la insti-tución (vinculadas a labores detransporte, clasificación, etc.), demodo que se obliga a los provee-dores a solicitar sus servicios. Elloincrementa los costos y reduce losbeneficios de la venta al Pronaa.

Precios de garantíay filtración

Un problema muy grave es que losprogramas fijan arbitrariamenteprecios de compra superiores a losniveles de mercado (ver los cua-dros 1 y 2), lo que tiene un efectocontrario a los intereses del recep-tor del apoyo alimentario. Ade-más, la fijación de precios altosimplica el peligro de abrir otrafuente de filtraciones, al registrar-se, por ejemplo, que participanagricultores que no califican comopequeños productores.

Pronaa � Ayacucho:incremento con respectoa los precios de mercado(campaña 1999/2000)

C u a d r o 2

Producto Diferencia (%)

Papa + 125,5Quinua + 41,5Trigo + 101,6Maíz + 22,4Morón + 95,8Chuño + 33,3Papa seca + 40,0

Pronaa � Ica: incrementocon respecto a los preciosde mercado(campaña 1999/2000)

C u a d r o 1

Producto Diferencia (%)

Pallar + 55,6Frijol + 50,0Garbanzo + 25,7Papa + 100,0

Así, el impacto sobre el ingreso noregistra siempre un sesgo claro afavor de los pequeños agricultores.Algunos productores de mayor ta-maño obtienen importantes bene-ficios al acceder a estos programas.El diferencial de precios es una se-ñal percibida rápidamente por losagentes más dinámicos, quienescuentan con información oportu-na y capital propio para costear losgastos del proceso. Por ello, noconstituye un mecanismo eficien-te para beneficiar a los pequeñosagricultores.

Este problema puede deberse a lasdebilidades de los sistemas de con-trol de acceso al programa de com-pras. Un sistema de control en cam-

po y una red de acopio en el nivellocal permitirían un acceso más fácily discriminado de los pequeñosproductores. Pero ello obligaría alPronaa a incurrir en mayores cos-tos operativos, lo que perjudicaríaa los beneficiarios y agravaría elefecto negativo que ya tienen losprecios artificialmente altos.

Conclusiones yrecomendaciones

Pese al impacto que el programade compras locales puede tenersobre los ingresos del productor,resulta evidente que implica ma-yores costos de abastecimientopara los programas de apoyo ali-mentario, lo cual se traduce enmenor cantidad de beneficiarios omenor calidad de las raciones.

En tal sentido, este programa en-tra en una contradicción con lasprioridades de la política social, alapelar a un mecanismo poco efi-ciente para transferir recursos a

«El diferencial deprecios es unaseñal percibidarápidamente porlos agentes másdinámicos, quienescuentan coninformaciónoportuna y capitalpropio para costearlos gastos delproceso. Por ello,no constituye unmecanismoeficiente parabeneficiar a lospequeñosagricultores»

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sectores vagamente definidos,mientras que reduce el apoyo aotros cuyas necesidades son muyprecisas. La incompatibilidad, sinembargo, no está en los principiosdel programa de compra, sino ensus intenciones políticas, dirigidasa fortalecer las bases políticas oimagen del régimen fujimorista enel ámbito rural.

Además, aceptando que la utili-zación de precios de garantía fi-jados arbitrariamente puede tenerun impacto considerable sobre losingresos brutos agrícolas, se ob-servó que muchos productoresque acceden a estos programas noson siempre pequeños agriculto-res, existiendo filtraciones de pro-ductores de mayor tamaño. Re-sulta prácticamente imposible,por los costos de una supervisiónrigurosa, establecer mecanismosde control razonablemente efica-ces y baratos.

Recomendacionesde política

En primer lugar, urge definir lasfunciones del Pronaa, establecien-do sus prioridades y los límites desus autonomía institucional. Algu-nos siguen concibiendo al Pronaacomo un híbrido entre ENCI (Em-presa Nacional de Comercializa-ción de Insumos) y Cáritas, encar-gado de donar alimentos perotambién de otorgar precios de ga-rantía y subsidios. La influencia delMinisterio de Agricultura, en esesentido, constituye un factor per-turbador sobre la gestión de dichainstitución. Por lo tanto, se debesubordinar todo a la satisfacciónde las necesidades de apoyo ali-mentario de los grupos más vul-nerables y descartar, públicamen-te, el rol del Pronaa como regula-dor de precios en los mercadosagrarios. Las compras del Pronaa,aunque no se apliquen precios degarantía, constituyen de todos

modos un beneficio para los agri-cultores locales, que cuentan conun comprador adicional en susrespectivos ámbitos.

Pero resulta fundamental una ma-yor transparencia en la gestión. Sedebe preparar y difundir la progra-mación detallada de las comprasdurante el año, así como permitirsu seguimiento y verificación porparte de la sociedad civil. Ello per-mitirá aislar a la institución de laspresiones provenientes del sectoragrario y también evitar desequili-brios presupuestales.

Por otro lado, para eliminar el pro-blema de las filtraciones en el pro-grama de compras locales, hay dosopciones: aplicar mecanismos decontrol más estrictos o eliminar lasdistorsiones que provocan el inte-rés por obtener ganancias extraor-dinarias mediante la participaciónen estos programas. Dado que laprimera resulta inaplicable porqueabsorbería recursos destinados alapoyo alimentario, la opción reco-mendada es eliminar la distorsión,es decir, el diferencial de preciosentre el del Pronaa y el del merca-do. Ello reduciría costos de mane-ra directa (monto subsidiado) e in-directa (menores costos de con-trol), con lo cual se liberarían re-cursos que podrían ser canalizadosal apoyo alimentario. La discrimi-nación de proveedores es un me-canismo muy ineficiente de trans-ferir recursos a sectores ruralesempobrecidos.

Finalmente, deben mantenerse vi-gentes las normas que disponen eluso de alimentos nacionales en losprogramas de apoyo alimentario.Hay que recordar que la poblaciónobjetivo prioritaria de estos progra-mas son los niños, quienes reciénestán formando sus patrones deconsumo, siendo importante queconozcan y aprecien los alimentosproducidos localmente, tanto porrazones económicas como de se-

guridad alimentaria. Deben pro-moverse, complementariamente,las compras de alimentos con altocontenido nutricional, tanto enestado fresco como los agroindus-triales. Ello también puede servircomo mecanismo de focalizaciónsi se coordina con actividades pro-ductivas impulsadas por el sectoragrícola. En ese sentido, podríanarticularse, por ejemplo, los pro-gramas de compra del Pronaa coniniciativas como el Fopro (Progra-ma de Promoción para el Desarro-llo Productivo), creado en los últi-mos meses del anterior régimen,que debía financiar proyectos dedesarrollo agrícola en las regionesmás pobres del país.

«Algunos siguenconcibiendo alPronaa como unhíbrido entreENCI (EmpresaNacional deComercializaciónde Insumos) yCáritas,encargado dedonar alimentospero también deotorgar precios degarantía ysubsidios»

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Crédito agrario en el Perú ¿qué dicen los clientes?*

Carolina Trivelli (IEP)

El tema del financiamiento, desdehace muchos años, ha sido consi-derado como uno de los principa-les �cuellos de botella� que enfren-tan los agricultores y pobladoresrurales para el desarrollo de susactividades.

A partir de 1999, la tendencia cre-ciente del volumen de fondos in-termediados por el sector formalse revierte. Como se puede apre-ciar en el cuadro 1, desde 1994,el total de colocaciones en el sec-tor agropecuario ha crecido a unatasa decreciente, hasta que la ten-dencia se revirtió en 1999. Entremarzo de 1999 y abril de 2000, lascolocaciones bancarias en el sec-tor cayeron en más de 35%.

Sin embargo, de acuerdo con losresultados del Censo Agropecua-rio de 1994, más grave que el bajoporcentaje de agricultores con cré-dito resulta el reducido número deagricultores que lo solicitan. Estodemuestra que si bien existen pro-blemas por el lado de la oferta defondos hacia el sector agropecua-

Ratio 1995 1996 1997 1998 1999

Colocaciones formales en el sector agropecuario (1) 636 997 1.315 1.548 1.485

PBI nominal del sector agropecuario 8.672 10.290 11.119 12.276 12.279

Colocaciones formales en el sector agropecuario

como porcentaje del PBI agropecuario 7,33 9,69 11,83 12,61 12,10

(1) Considera colocaciones de la Banca Múltiple, empresas financieras, Cajas Rurales de Ahorro y Crédito y Cajas Municipales de Ahorro y Crédito.Fuente: Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), Información financiera mensual de Banca Múltiple, Empresas Financieras, Empresas de Arrenda-miento y Entidades Estatales,Lima: SBS, varios años. INEI, Agregados macroeconómicos de la oferta y demanda global 1991-1999 (Año base 1994),Lima: Dirección Nacional de Cuentas Nacionales, 2000.

Relación entre el PBI y las colocaciones formales en el sector agropecuario(millones de nuevos soles)

C u a d r o 1

rio, también existen limitacionespor el lado de la demanda de cré-dito por parte de los agricultores.Aquellos que acceden a algún tipode crédito en el medio rural, lohacen mayoritariamente de fuen-tes informales.

El objetivo general de esta investi-gación es identificar las razonesque explican la existencia de unconjunto significativo de pequeñosagricultores que se abstienen vo-luntariamente de solicitar un cré-dito al sector formal, a pesar dedesearlo y necesitarlo, y por ellono participan en el mercado for-mal de créditos. Conocer las ra-zones tras este comportamiento,permite proponer acciones de po-lítica que puedan ser implemen-tadas por el sector público o porlos propios intermediarios forma-les con miras a hacer efectiva estademanda.

En el presente documento nos cen-traremos en la problemática de lospequeños productores. Para elloanalizaremos el caso de los pro-

ductores agropecuarios adecuada-mente integrados con los merca-dos y factores, con el fin de no in-troducir mayores distorsiones en susituación para acceder al merca-do financiero.

El acceso afinanciamientoen el ámbito rural

Los pequeños productores tienenmayores posibilidades de ser racio-nados por los intermediarios finan-cieros y de sufrir mayores impac-tos negativos derivados de las fa-llas de los mercados rurales, y porello son más vulnerables.

Existen numerosas restriccionespara acceder al crédito formal. Enprimer lugar, muchos intermedia-rios formales trabajan solo con pro-ductores de determinada escalay/o con tipos de productos prede-

*/ Resumen del documento homónimo,Lima: CIES-IEP, mayo 2001.

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finidos. En segundo lugar, estosproductores enfrentan altos costosde transacción para acceder al cré-dito. En tercer lugar, dado que es-tos agricultores no tienen gran ca-pacidad de paliar shocks externos,son en principio adversos a poneren riesgo su tierra, que constituyesu principal activo económico. Encuarto lugar, muchos agricultorespequeños y medianos no cuentancon títulos de propiedad de su tie-rra saneados, lo cual los deja fueradel mercado formal de créditosporque el título representa unacondición necesaria. En quinto lu-gar, hay un grave problema de de-sinformación sobre cómo operanlos intermediarios formales y sobrela terminología financiera mínima,incluso en las zonas más integra-das y modernas de nuestra costa.Finalmente, la exigencia de losprestamistas de �verificaciones�sobre la información proporciona-da por los prestatarios es un claromecanismo para reducir las asime-trías de información existentes,pero impone mayores costos detransacción que disuaden a losprestatarios a trabajar con este tipode intermediarios.

Existe, entonces, una combinaciónde restricciones y limitaciones im-puestas por los prestamistas forma-les, y de riesgos y falta de requisi-tos por el lado de los pequeños ymedianos agricultores. Ello, por unlado, genera un racionamiento cre-diticio por parte de los intermedia-rios. Por otro lado, propicia que unconjunto de demandantes poten-ciales, conscientes de necesitar ydesear un crédito formal y con ca-pacidad de honrar sus deudas, nollegue a expresar su demanda enel mercado. A estos últimos deno-minamos auto-racionados.

La existencia de prácticas de auto-racionamiento tiene un impactodirecto en el desempeño del mer-cado de créditos. Mientras más sig-nificativo el número de auto-racio-

nados, menor espectro de clientesentre los cuales los intermediariosdeben y pueden escoger. Así, secompromete no solo la eficienciadel sistema de asignación, a pesarde las intrínsecas fallas menciona-das, sino también el potencial de laplaza rural como ámbito de trabajode los intermediarios formales.

Los auto racionados:el caso del valledel Huaral

El trabajo se realizó en el valle delHuaral en dos momentos distintosque corresponden a la expansióny contracción de las colocacionesformales. Los resultados obtenidosen 1998 señalan que las prácticasde racionamiento, rechazo de so-licitudes y de racionamiento porcantidades, no son frecuentes; locual demuestra que el exceso dedemanda no llega a presentarse enel mercado.

Los auto-racionados pueden divi-dirse entre aquellos que se consi-deran sujetos de crédito (auto-ra-cionados tipo I) y los que no (auto-racionados tipo II). Los resultadosde la encuesta revelaron que losque sí se consideran sujetos de cré-dito son el grupo más numeroso.

En un escenario donde solicitarcrédito tiene costos significativos,los productores con menos recur-sos no solicitarán crédito en lamedida que no cumplen con losrequisitos exigidos por los presta-mistas: escala mínima, tipo de cul-tivo y titulación de tierras comogarantía principal. Los auto-racio-nados del tipo II se mantienen enesta condición en la medida quelos oferentes no cambien sus nor-mas y requisitos.

De otro lado, los auto-racionadostipo II (dados los altos costos detransacción en los créditos forma-les, la aversión a arriesgar la tierra

como garantía y los problemas deinformación) deciden racionarse apriori sin la intervención del mer-cado como asignador.

Costos y condiciones delos productos financierosformales

Los costos de solicitar un crédito,tanto del sector formal como delinformal, son de diversa índole (vi-sitas al prestamista, presentaciónde documentación) y varían de unprestamista a otro. Generalmente,los prestamistas formales son losque exigen los mayores costos deeste tipo. Una vez que el créditoha sido aprobado, se debe concre-tar las garantías y demás requisitospara obtener los desembolsosaprobados. Dado que la mayoríade prestamistas formales exigen latierra como garantía, estableceruna hipoteca sobre un predio ru-ral implica costos fijos; a mayorárea, menor costo relativo. Esto

« (...) estableceruna hipotecasobre un prediorural implicacostos fijos (...)Esto resultasignificativotomando encuenta que el 80%de los créditos conel sector formalson menores aUS$ 1.000 porhectárea, y que lagran mayoría deagricultores delpaís tiene menosde 5 hectáreas»

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resulta significativo tomando encuenta que el 80% de los créditoscon el sector formal son menoresa US$ 1.000 por hectárea, y quela gran mayoría de agricultores delpaís tiene menos de 5 hectáreas.

En cuanto a los costos de transac-ción, que incluyen costos legales ycostos asumidos por los prestata-rios por concepto de visitas delprestamista para concretar el cré-dito, se ha encontrado que en pro-medio representan el 7% del mon-to transado de crédito. Muchos delos prestamistas entrevistados se-ñalaron que como no contabancon personal especializado en pe-ritaje agronómico o legal, necesi-taban contratar personal externopara cada caso; al hacerlo trasla-dan el íntegro de este costo a losproductores.

Adicionalmente, habría que aña-dir los costos que varios agriculto-res mencionaron tener que asumirante el incumplimiento de los pla-zos inicialmente estimados pararecibir crédito. Como la actividadagrícola cuenta con una disponi-

bilidad determinada de capital endeterminada época del año, losproductores, ante las demoras enel desembolso del crédito, recu-rren a créditos de corto o muy cor-to plazo en el sector informal, querepagan con el desembolso delsector formal.

Finalmente, existen costos de tran-sacción ligados a la propia transac-ción formal. Los llamados portes ycomisiones que se ven obligados acubrir los prestatarios, pues los in-termediarios les exigen tener unacuenta corriente o de ahorros enla institución.

Todos los auto-racionados, por ra-zones de costos, trabajaron en1998 con crédito informal. Estegrupo de agricultores es el másrico dentro de los auto-raciona-dos que se consideran sujetos decrédito, es el que posee mayoríndice de integración de merca-dos y el que cuenta con mayorcapacidad de pago.

Aversión a arriesgarla tierra

La hipoteca de la tierra no solo sir-ve como una garantía para cubrirel monto prestado en caso que elprestatario decida no cumplir consu contrato de crédito o no puedacumplir con él por fallas en su pro-ducción, sino también como unagarantía ante eventualidades de unshock externo que lleve al deudora una situación de insolvencia.

Ante los elevados riesgos y demo-ras en los procesos judiciales paraejecutar garantías (enforcement),los prestamistas exigen hipotecaspor montos considerablementemayores al monto del crédito. Así,el título de propiedad no siempreresulta un instrumento deseablepara obtener crédito, pues en lamedida que no hay mecanismosde seguros, utilizar la tierra comogarantía implica asumir el riesgo de

« (...) el título depropiedad nosiempre resulta uninstrumentodeseable paraobtener crédito,pues utilizar latierra comogarantía implicaasumir el riesgo deperder este activo,el único, en lamayoría de casos,de los pequeñosproductores»

perder este activo, el único, en lamayoría de casos, de los peque-ños productores.

Nuestra encuesta reveló que estaera la segunda razón en importan-cia mencionada por los agriculto-res. Los agricultores de este grupotrabajaron con crédito de algunafuente informal. Al igual que losauto-racionados por costos, estegrupo tiene ingresos significativosde fuentes no agrícolas y están ade-cuadamente integrados con losmercados de productos.

Información y otros

Existen problemas de desinforma-ción sobre cómo trabajan los in-termediarios formales, por la au-sencia de políticas de difusión yasesoramiento para los producto-res que desean iniciar gestionescon dichos intermediarios. El rol delas organizaciones de productores,las ONGs y los propios intermedia-rios formales debe ser decisivo eneste tema.

Un tercio de los agricultores deeste grupo señaló no trabajar conintermediarios formales por faltade información sobre su modo deoperar, mientras que el resto se-ñaló haber tenido malas experien-cias (malas campañas, problemasproductivos, etc.) que los llevarona incumplir el repago o estar, ac-tualmente, pagando una deudacon algún intermediario formal.

Sumada a estas razones, la infor-mación recogida en el año 2000sobre los agricultores auto-racio-nados reveló dos hechos (ver elgráfico 1). En primer lugar, la con-tracción del crédito para la agri-cultura tuvo impacto directo enlos agricultores de la zona, tantopara los que venían trabajandocon crédito formal como paraaquellos que lo hacían con crédi-to informal. En segundo lugar, estacontracción llevó a que muchos

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Hogares racionados con respecto a los bancos

G r á f i c o 1

de los agricultores que optabanpor auto-racionarse, siendo cons-cientes de su deseo y necesidadde contar con crédito formal, pa-sen al grupo de aquellos que nonecesitan ni desean crédito formalbajo ninguna condición. Es decir,dejan de ser potenciales deman-dantes de crédito.

El porcentaje de agricultores conalgún crédito se redujo drástica-mente, incluso en el caso del cré-dito informal. Esta reducción revelalimitaciones por el lado de la ofer-ta luego del fenómeno El Niño y lacrisis financiera, y revela también

una mayor aversión de los produc-tores a arriesgarse ante la recienteexperiencia de shocks exógenos.Existe una reducción en la volun-tad y deseo de trabajar con inter-mediarios formales muy marcadapor la coyuntura, cuya contrapar-te es una reducción en la deman-da potencial por crédito.

Conclusiones yrecomendaciones

Uno de los objetivos principalesde esta investigación era plantearpropuestas para reducir el auto-

racionamiento. El problema ma-yor, en la actualidad, es revertirtanto el proceso de retirada de losintermediarios formales del cam-po como la reducción de la de-manda, potencial y efectiva, decrédito formal de parte de los pe-queños productores.

El auto-racionamiento de los queno se consideran sujetos de cré-dito se reducirá en la medida quela titulación y saneamiento legalde las tierras se concluya y se lo-gre agilizar el sistema de registroy catastro de la propiedad rural.Complementariamente, los inter-mediarios financieros y los entesdel sector público deben realizarun trabajo conjunto que tengacomo finalidad facilitar la informa-ción sobre régimen de tenencia,procedimientos para la constitu-ción de hipotecas, su levanta-miento, entre otros.

Se puede esperar una reducciónmoderada en las tasas de interés,si se reduce el riesgo y si los siste-mas de selección y supervisión delos créditos al sector agropecua-rio se hacen más eficientes y eco-

« (...) resultailustrativo que laspolíticas derefinanciamientode los prestamistasinformales antecasos de shocksexternos ni siquieraconsideran comomoroso al deudor,sino que amplíanlos plazos delcrédito original»

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nómicos. Para ello, proponemosanalizar la viabilidad de crear unfondo de garantía o seguro paralos casos de shocks externos ne-gativos. Este tipo de fondo permi-tirá que los intermediarios reduz-can el riesgo de enfrentar proble-mas de morosidad por insolven-cia de toda su cartera agropecua-ria. Asimismo, reducirá la aversiónde los pequeños y medianos agri-cultores comerciales a utilizar sutierra como garantía.

Cuando ante un shock externo losclientes morosos por insolvenciasolicitan refinanciación al banco,este aprueba el proyecto clasifi-cando al crédito como �dudoso�,con lo cual debe hacerse provi-siones por el 60% del monto refi-nanciado. Es necesario estudiar laopción de clasificar tanto estasrefinanciaciones como el proyec-to crediticio original, y con elloreducir su costo. En este sentido,resulta ilustrativo que las políticasde refinanciamiento de los pres-tamistas informales ante casos deshocks externos ni siquiera consi-deran como moroso al deudor,sino que amplían los plazos delcrédito original.

Otra forma de reducir costos es através del desarrollo, difusión yadaptación de tecnología crediti-cia para este sector. Esto requierede una escala determinada deoperaciones y de una apuesta delos intermediarios por ampliar sucartera en este ámbito. Para me-jorar la selección de clientes y re-ducir los costos de transacción,debe prestarse más atención a lossistemas operativos de los inter-mediarios más innovadores (algu-nas CRACs, EDPYMEs, ONGs, ca-sas comerciales, casas mayoristas)y al tipo de garantía con la quetrabajan; asimismo, debe apoyar-se la generación de sistemas de in-formación crediticia en el nivel lo-cal. Complementariamente a losbeneficios de la integración hori-

zontal, la integración vertical en-tre prestamistas resulta una opciónatractiva para combinar tecnolo-gías tradicionales con otras más in-novadoras y especializadas. La re-copilación y análisis de los nue-vos procedimientos debe estar acargo de la comunidad académi-ca, los organismos supervisores(Superintendencia de Banca y Se-guros-SBS) y las organizaciones deintermediarios.

Para crear y consolidar un sistemafinanciero rural, se requiere de ins-tituciones sólidas y solventes. Eneste contexto, resulta fundamen-tal establecer mecanismos paraatraer capitales hacia ellas. La ca-pitalización puede darse a travésde incentivos tributarios, para queintermediarios más sólidos adquie-ran paquetes accionarios de losmás pequeños. Además, estos in-centivos deben orientarse a aque-llos con mayores colocaciones enel ámbito rural, con lo cual la ren-tabilidad de la cartera agropecua-ria aumentaría.

El Ministerio de Agricultura y elsector público en general, otorganuna cantidad nada despreciablede productos bajo la modalidadde crédito; sin embargo, este noproduce efectos positivos en elmercado financiero. Las estrate-gias de intervención del Estadodeben diseñarse sobre la base depropuestas de desarrollo que po-tencien iniciativas privadas, noque las suplanten. Las universida-des, ONGs y empresas privadaspueden contribuir a diseñar estra-tegias alternativas de asignaciónde los créditos.

Actualmente, la SBS cuenta conuna central de riesgos que propor-ciona información a todos los in-termediarios formales; asimismo,existen cuatro centrales de riesgoprivadas. Sin embargo, para la granmayoría de pequeños prestamistasque colocan fondos en el medio

rural, la información de estas cen-trales es insuficiente o inexistente.Es necesario desarrollar pequeñascentrales de riesgo en el nivel lo-cal alimentadas por los intermedia-rios de la región, formales e infor-males. La característica local es fun-damental; luego, debe buscarse unsistema de agregación total de es-tas pequeñas centrales de riesgo yde integración con las centrales deriesgo ya existentes.

«Las estrategias deintervención delEstado debendiseñarse sobre labase depropuestas dedesarrollo quepotencieniniciativasprivadas, no quelas suplanten»

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Efectos de la titulación y registro sobre el gradode capitalización en la agricultura peruana 1

Ursula Aldana y Ricardo Fort (GRADE)

El programa de ajuste macroeco-nómico y reformas estructurales,implementado en Perú desde1990, perseguía, entre otros ob-jetivos, disminuir la intervencióndel Estado y lograr una mayorapertura económica. En ese sen-tido, dos de los principales cam-bios que afrontó el sector agrariofueron la liberalización del régi-men de tenencia de la tierra y laliberalización del mercado finan-ciero. Estas medidas requerían seracompañadas necesariamente poruna política de titulación que per-mitiera el uso de la propiedadcomo colateral.

La hipótesis de esta investigaciónes que hay dos beneficios princi-pales que se obtienen con estapolítica. Por un lado, el título depropiedad otorga seguridad de te-nencia a su poseedor, ya que estepuede apropiarse de los retornosderivados de las inversiones querealiza. Por otro lado, le permiteun mayor acceso a fuentes de cré-dito, dado que puede entregar sutierra como colateral.

Sin embargo, pueden existir algu-nas limitaciones a este plantea-miento. En primer lugar, es posi-ble que las comunidades campe-sinas sean instituciones capaces deofrecer más seguridad que un sis-tema de propiedad individual. Porotra parte, la titulación y registrofuncionarían en un escenario demercados competitivos; sin embar-go, al existir imperfecciones enotros mercados, las medidas notendrían los efectos esperados.Adicionalmente, existen otros pro-blemas como los altos costos detransacción en el mercado de cré-dito que enfrentan los pequeñosproductores y lo determinante que

resulta la seguridad de la rentabili-dad futura para acceder a las fuen-tes de financiamiento.

Pese al gran esfuerzo y gasto queha implicado el desarrollo de estapolítica, y pese a ciertos conflictosteóricos que existen en torno a suefectividad, hasta la fecha no secuenta con un análisis empíricoglobal que respalde dichas medi-das y que explique los beneficiosconcretos que se espera obtenerde ellas. En ese sentido, el objeti-vo de la presente investigación esverificar empíricamente si la titu-lación y registro permite, en efec-to, un mayor grado de capitaliza-ción por parte de los productoresagropecuarios, a través de la segu-ridad otorgada con respecto a laapropiación de los futuros benefi-cios y a través del acceso a losmercados de crédito.

La liberalización delmercado de tierras

Una de las primeras medidas lle-vadas a cabo fue la regulariza-ción de la propiedad de los lla-mados �parceleros�, mayoritaria-mente ubicados en la costa. En1992 se creó el Proyecto Especialde Titulación de Tierras y Catas-tro Rural (PETT), al cual se le en-carga perfeccionar la propiedadagraria en el ámbito nacional. Ini-cialmente, su rol fue regularizarsolo la propiedad rural del áreaafectada por la ley de reformaagraria y de las tierras eriazas enposesión de particulares.

Por otro lado, como parte de lareestructuración del sector agrícolaen los noventa, el gobierno disuel-ve definitivamente el Banco Agra-

rio en 1992. Esta liberalización delmercado financiero necesitaba seracompañada de una política detitulación que permitiera el uso dela propiedad como colateral.

En 1995 se da la nueva ley de tie-rras, con la intención de generarun único marco jurídico y de polí-tica para las tierras rurales. A finesdel mismo año, se intenta dar unamayor cobertura al proceso de for-malización de la propiedad rural.Así, la Superintendencia Nacionalde Registros Públicos (Sunarp) ini-cia una estrecha coordinación conel PETT, lo cual incrementa signifi-cativamente los recursos y las me-tas de cobertura en el proceso deformalización rural.

Según el III Censo Nacional Agro-pecuario, del universo existente

«Pese al granesfuerzo y gastoque ha implicadoel desarrollo deesta política, y pesea ciertos conflictosteóricos queexisten en torno asu efectividad,hasta la fecha no secuenta con unanálisis empíricoglobal que respaldedichas medidas»

1/ Resumen del documento homónimo, desa-rrollado en el marco del concurso de investi-gaciones del CIES, auspiciado por ACDI-IDRC.

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de parcelas (5,7 millones), un41,2% posee título de propiedadindividual y solo un 17% se en-cuentra además registrado. Entre1993 y 1997, el trabajo realizadopor PETT-Sunarp ha entregadounos 200.000 títulos registrados,con lo cual se ha pasado del 17%al 21,4%.

Marco teórico

La titulación y registro puede per-mitir un mejor funcionamiento delmercado de tierras y contribuir ala capitalización y desarrollo de losagricultores. En particular, afectana dos variables fundamentales: laseguridad de tenencia y el accesoal crédito.

Seguridad de tenencia

En un sistema donde los bienes sonde acceso general o libre, los agen-tes no tienen ningún incentivo paramanejarlos correctamente y se ge-nera una tendencia a su sobreex-plotación. Cuando los derechos depropiedad se definen adecuada-mente, en cambio, cada propieta-rio individual debe tomar en cuen-ta los costos que sus acciones ge-neran sobre el bien.

Esta definición de derechos, asi-mismo, asegura que los usuariosse apropien de los retornos deri-vados de la inversión que ejecu-tan en sus bienes, con lo cual seincrementan los incentivos a in-vertir. De esta manera, la seguri-dad de tenencia se basa en unadefinición clara de los derechos depropiedad sobre un bien. En elcaso de la tierra, la seguridad detenencia que otorga el título depropiedad constituye un incenti-vo para realizar mejoras a la tierray no degradar el recurso.

Dentro de un mismo sistema depropiedad privada, sin embargo,pueden existir distintos niveles de

seguridad de tenencia. En el casodel agro peruano, los agricultorescuentan con diversos documentosque respaldan su derecho de pro-piedad sobre la tierra que utilizan,o en algunos casos simplemente nocuentan con documento alguno.Podemos encontrar, entonces, dis-tintos niveles de seguridad de te-nencia: los propietarios que po-seen título y registro de sus tierras;los que poseen un título de pro-piedad pero que no se encuentranregistrados; y, finalmente, los queni siquiera poseen un título formal.

Acceso al crédito

La titulación y registro podría con-tribuir de manera significativa a laformación de un mercado de cré-dito en el agro, ya que permite asus propietarios la entrega de la tie-rra como colateral, lo cual reduceel riesgo asumido por los presta-mistas y aumenta la probabilidadde acceso al crédito. Es importan-te diferenciar los dos tipos de cré-dito a los que pueden acceder losagricultores en el ámbito rural: elcrédito formal, constituido básica-mente por la banca comercial, y elcrédito informal, conformado porcomerciantes, habilitadores, ami-gos y parientes.

Se espera que la titulación y re-gistro tenga un mayor impacto enel acceso al crédito formal, ya quees ahí donde existe una mayor ne-cesidad de garantías. Los presta-mistas formales enfrentan mayo-res costos para acceder a la infor-mación sobre los prestatarios y larentabilidad de sus proyectos. Asi-mismo, tienen una menor capaci-dad social de coacción sobre ellos,debido a que no forman parte desu entorno.

Existen factores adicionales queimpiden el acceso al crédito for-mal. Los costos de transacción, enese sentido, representan uno de losprincipales obstáculos, sobre todo

para los productores pequeños.Ellos necesitan montos pequeñosy enfrentan costos de transacciónbastante elevados. Al mismo tiem-po, la tierra que pueden ofrecercomo colateral carece de valorcomercial para los bancos, los cua-les enfrentan restricciones a su ven-ta porque están vinculados a em-presarios que demandan extensio-nes de mayor tamaño.

Resultados de lasestimaciones

La base de datos del III Censo Agro-pecuario fue la fuente principal deinformación de esta investigación.El total de unidades agropecuariasutilizado para el análisis es deaproximadamente 1,7 millones.

Para realizar las estimaciones seconsideró solamente la informa-ción perteneciente a la región dela costa. Esta decisión se basa endos aspectos fundamentales. Porun lado, la información censal dela sierra sobre titulación y registroparece estar gruesamente sobre-

«Los prestamistasformalesenfrentanmayores costospara acceder a lainformaciónsobre losprestatarios y larentabilidad desus proyectos.Asimismo, tienenuna menorcapacidad socialde coacciónsobre ellos»

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estimada. Por otro lado, incluir laregión selva en el análisis implica-ría considerar una serie de facto-res adicionales que ya han sidoabordados en estudios anteriores(economías de frontera, comuni-dades nativas, etc.) y que nos ale-jarían de los temas planteados paraeste estudio.

Fue importante, asimismo, diferen-ciar el acceso al crédito formal delacceso al crédito informal. Dentrodel crédito formal se incluyó al cré-dito brindado por la banca comer-cial y por las cajas rurales. Dentrodel informal se incluyó al otorga-do por comerciantes, habilitado-res, empresas textiles, molinos,ONGs, entre otros.

Acceso al crédito formal

Tanto la titulación como el regis-tro incrementan la probabilidadde acceder al crédito formal. Sinembargo, las tierras tituladas y re-gistradas tienen un mayor impac-to que las tierras tituladas perono registradas. Esta diferencia sedebe a la seguridad adicionalotorgada por la inscripción en re-gistros públicos.

Al mismo tiempo, es importantenotar que las unidades de mayortamaño y con mayor dotación decapital humano, es decir, aquellascon mayor nivel de productividad,tienen una mayor probabilidad deacceder al crédito formal. Por suparte, los costos de transporte (re-flejados en la distancia a la capitalprovincial, cuán transitable es la víaprincipal del distrito, entre otros)disminuyen la probabilidad de ac-ceder al crédito formal al aumen-tar los costos de transacción.

Como se dijo anteriormente, lospequeños productores puedenenfrentar dificultades para accederal crédito formal, aun cuando ten-gan sus parcelas tituladas y regis-tradas, debido a que enfrentabanrestricciones asociadas al tamañode las propiedades. Para probaresta hipótesis, se realizó una esti-mación adicional estableciendorangos de tamaño de las tierras. Losresultados mostraron que el regis-tro de la tierra no tiene ningúnefecto en la probabilidad de acce-der al crédito para productores conmenos de una hectárea estandari-zada. Asimismo, se observó que elimpacto del registro se incremen-ta a medida que aumenta el tama-ño de la propiedad.

Acceso al crédito informal

En primer lugar, las estimacionesseñalan que tanto la titulacióncomo el registro incrementan laprobabilidad de acceder al crédi-to informal. Sin embargo, el regis-tro tiene un impacto bastante me-nor en este caso. Ello se debe a queel sector formal tiene una mayornecesidad de garantías.

Por otra parte, los resultados mues-tran que la pertenencia a una co-munidad incrementa la probabili-dad de acceder al crédito informalen mayor medida que la titulacióno registro de las tierras. Ello sugie-re que el respaldo de la comuni-

dad y sus reglas internas son sufi-cientes para asegurar este tipo depréstamos a sus miembros. Asimis-mo, este hecho puede indicar queante la limitación de acceder afuentes formales, el crédito infor-mal se convierte en un fuerte sus-tituto para los comuneros.

Finalmente, resulta muy importan-te la constatación de que no exis-te una relación significativa entreel tamaño de la explotación agro-pecuaria y el acceso al crédito in-formal. A diferencia del sector for-mal, en este caso, el coeficienteasociado al tamaño de la tierra noes significativo. Esto se debe a laexistencia de bajos costos de tran-sacción para los préstamos dentrodel sector informal.

Nivel de capitalización

La estimación realizada revela quelas unidades agropecuarias regis-tradas presentan mayores nivelesde capitalización. La seguridad detenencia otorgada por el título tam-bién afecta positivamente a estavariable. El coeficiente asociado alregistro, sin embargo, es significa-tivamente mayor que el asociadoal título. Por otro lado, contraria-mente a lo esperado, la pertenen-cia a una comunidad campesinano parece permitir un incrementoen los niveles de capitalización, apesar de otorgar un mayor gradode seguridad de tenencia.

El acceso al crédito formal, tal comose suponía, tiene un efecto positi-vo sobre el nivel de capitalización.Según los coeficientes estimados,si la probabilidad de acceder a cré-dito formal aumenta en 1%, el ín-dice de infraestructura se incremen-ta en US$ 276. Sin embargo, en elcaso del crédito informal, la rela-ción no es clara, incluso el coefi-ciente presenta signo negativo.

Una variable que cobra importan-cia para el nivel de capitalización

« (...) cobraimportancia para elnivel decapitalización si elproductor vive o noen la unidadagropecuaria (...)Esto puedesignificar ciertadebilidad del Estadopara asegurar losderechos de lospropietarios»

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es si el productor vive o no en launidad agropecuaria, lo que pue-de entenderse como un nivel deseguridad de tenencia, dondequien respalda la propiedad no essino el mismo productor estable-cido físicamente en su predio. Estopuede significar cierta debilidaddel Estado para asegurar los dere-chos de los propietarios.

Los coeficientes de los activos com-plementarios a la infraestructura,que afectan a la rentabilidad de lainversión, aparecen con los signosadecuados. Así, presentan nivelesde capitalización más altos los pro-ductores de mayor tamaño, conmayor capital humano y con ma-yor valor de equipo y maquinaria.

Conclusiones

La principal conclusión de estainvestigación es que la titulacióny registro genera mayores nivelesde capitalización. Las estimacio-nes muestran que tanto el títulocomo el registro incrementan lasprobabilidades de acceder al cré-dito, formal e informal. Al mismotiempo, el acceso al crédito for-mal permite incrementar el nivelde capitalización de la unidadagropecuaria.

Por otro lado, la mayor certezacon respecto a la apropiación delos futuros beneficios también ge-nera mayores niveles de capitali-zación: se encontró que aquelloscon título registrado invierten másque aquellos con títulos sin regis-trar, y que estos últimos inviertenmás que aquellos sin títulos depropiedad.

De todos modos, el registro noconstituye una condición suficien-te para acceder al crédito. Existenrestricciones asociadas al tamañode los productores debido a losaltos costos de transacción queenfrentan los créditos en el me-dio rural. Así, el registro no tiene

ningún efecto en la probabilidadde acceder al crédito formal paraproductores con menos de unahectárea estandarizada. Sin em-bargo, esto no ocurre en el casode los créditos informales, ya queno existe una relación significati-va entre el acceso a ellos y eltamaño de la propiedad.

« (...) el registrono tiene ningúnefecto en laprobabilidad deacceder al créditoformal paraproductores conmenos de unahectáreaestandarizada. Sinembargo, esto noocurre en el casode los créditosinformales»

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Organizaciones de usuarios y servicios para la pequeñaagricultura de la costa de Piura 1

Edgardo Cruzado (CIPCA)

El riego por gravedad, en la agri-cultura de la costa, constituye des-de siempre un factor imprescindi-ble para la actividad de casi todaslas áreas cultivadas. Por ello se haido implementando una importan-te infraestructura hidráulica que haorganizado la asignación del recur-so escaso. En ese sentido, las orga-nizaciones de usuarios son institu-ciones sociales que realizan funcio-nes en torno al manejo de agua deriego. Están conformadas, en subase, por agricultores con tierrasque utilizan una misma fuente deagua de riego.

El objetivo central de la investiga-ción es presentar los puntos cen-trales donde se pueden explorarindicadores del sistema de riego yde las organizaciones de usuarios.En primer lugar, se evalúa el ma-nejo del agua (desde su almace-namiento, incluyendo tanto su sis-tema de planificación como la or-ganización, hasta los ajustes y lapropia flexibilidad con que cuen-ta) con la finalidad de demostrarque existe una sobre oferta del re-curso. En segundo lugar, se anali-zan los aspectos económicos delsistema (su recaudación y asigna-ción presupuestal), de manera quese puedan diseñar mejoras en losmecanismos de recaudación y losprocesos administrativos para unagestión económica y operativa queasegure la �sostenibilidad� del sis-tema. Finalmente, se analiza la ins-titucionalidad, representatividad yorganización del sistema, con el finde establecer las distancias queexisten entre los usuarios y los ór-ganos centrales de administracióny distribución del agua de riego.

Las fuentes de información utiliza-das en el nivel de organizaciones

de usuarios son entrevistas a dele-gados de agua y directivos de lasComisiones de Regantes de Pun-tuyala y Cumbibira en el Bajo Piu-ra. Para los datos de la oferta y lademanda de agua, así como paralos indicadores económicos, asu-mimos solo el espacio de la Juntade Usuarios del Medio y Bajo Piura.

Marco legal

Dentro de las normas de explota-ción y uso del Estado, el agua deriego se encuentra contempladacomo recurso natural público. LaLey General de Aguas (D.L. No.17752 del 24/07/69), vigente des-de 1969, junto con una serie dereglamentos que no han cambia-do el espíritu sustancial de la nor-ma, han transformado el sistemade aplicación y su efectividad.

A inicios de la década de losochenta, el paradigma del Estadointervencionista empieza a cam-biar. El modelo asociativo promo-cionado con la reforma agraria ini-ció un acelerado proceso de cri-sis, que terminó con la parcelaciónde las grandes unidades agrícolaspara dar paso a pequeñas unida-des familiares. Antes de concluir elperíodo de García, en 1989, sepromulga un reglamento que tras-pasa las responsabilidades sobre lossistemas de riego a las organizacio-nes de usuarios, en la búsqueda desanear los problemas que enfren-taban los organismos del Estado ensu operación y mantenimiento.

Actualmente, la principal autoridadpara el manejo del agua de riegoes el Administrador Técnico deldistrito de riego, funcionario pú-blico ubicado al interior del Minis-

terio de Agricultura, en las oficinasagrarias o distritos de riego. En laLey de Aguas, el AdministradorTécnico es un funcionario estable-cido para resolver conflictos deagua en primera instancia; con laLey de Promoción de las Inversio-nes en el Sector Agrario (D.L. No.653 del 30/07/91) pasó a ser laautoridad de aguas y el encargadodirecto de administrar el recursopara uso agrario y no agrario. En-tre otras funciones, el Administra-dor Técnico cumple el rol de pla-nificador: aprueba los planes desiembra de los agricultores y coor-dina las actividades del manteni-miento del sistema de riego, losestudios necesarios o los trabajosde mejoramiento. También se en-carga de reconocer y apoyar a lasorganizaciones de usuarios, asícomo de supervisar sus presupues-

1/ Resumen del documento homónimo, desa-rrollado en el marco del concurso de investi-gaciones del CIES, auspiciado por ACDI-IDRC.

« (...) las normasformales que existendesde hace tresdécadas soncuestionadas por serinaplicables (...) elmanejo del agua deriego se sustenta enuna serie de normasinformales que hanconseguido sostenerel sistema luego dela salida del Estado»

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tos y acciones. Estas funciones delAdministrador Técnico, y otras es-tipuladas en 1991, fueron acom-pañadas con la creación de unanueva instancia para espacios consistema de riego regulado o conusos de agua intensivos y multisec-toriales: la Autoridad Autónoma deCuenca Hidrográfica.

Sin embargo, las normas formalesque existen desde hace tres déca-das, son cuestionadas por serinaplicables. Esto puede respondera que el manejo del agua de riegose sustenta en una serie de normasinformales que han conseguidosostener el sistema luego de la sa-lida del Estado.

Las organizacionesde usuarios en lacosta de Piura

La mayor parte de los agricultoresde la costa de Piura son peque-ños agricultores, que conducen,en su mayoría, unidades agrícolasmenores a las 3,5 hectáreas (verel gráfico 1).

Las juntas de usuarios del Chira,de Sechura y del Medio y Bajo Piu-ra representan un solo sistema, conuna fuente principal que es la re-presa de Poechos, y tienen unaorganización particular por la pre-sencia del Estado a partir de unorganismo del Instituto Nacionalde Desarrollo (Inade): la direcciónejecutiva del Proyecto EspecialChira-Piura (PECHP), un organis-mo del Estado que no mantienevínculo directo con las organiza-ciones de usuarios, sino a travésdel Administrador Técnico del dis-trito de riego.

En la legislación vigente, las orga-nizaciones de usuarios son las jun-tas de usuarios en un distrito deriego, al interior de las cuales seencuentran las Comisiones de Re-gantes. Las juntas de usuarios y lasComisiones de Regantes son lasencargadas de las distribución, elcobro de la tarifa y el manteni-miento de la infraestructura de rie-go y de drenaje.

Según el espíritu de las normas yel discurso del Estado, las organi-

zaciones deben ser las encargadasdel manejo del sistema de riego;sin embargo, este manejo debe serdemocrático y participativo. Así, lasorganizaciones deben asumir dosfrentes: por un lado, un manejoresponsable del sistema que ase-gure agua oportuna para sus usua-rios y, por otro lado, la representa-tividad de sus usuarios en una fi-gura de instancia gremial.

La oferta y la demanda

A partir de la serie histórica de cau-dales del río Chira, se define la pro-babilidad y disponibilidad del aguadel río que ingresaría al reservoriode Poechos y que se podría apro-vechar para un período determi-nado. Al mismo tiempo, se deter-mina una demanda estimada enfunción de la cartera de cultivos yotros usos de agua. Definida la pro-babilidad de equilibrio entre lodemandado y la oferta, se planteael manejo del reservorio en fun-ción del agua a almacenar para losmeses donde los caudales del Chi-ra no compensen las necesidades.Sobre esta estimación de ofertaanual del agua, se proyecta la aten-ción de la demanda de agua, defi-nida por el programa de operación

Distribución de las tierras por tamaño en la costa de Piura

G r á f i c o 1

Fuente: Padrones de regantes de las Juntas de Usuarios.

« (...) el aguadistribuidaefectivamentesupera largamentelos volúmenesrequeridos por loscultivos. Para lacampaña 1998/1999, por ejemplo,fue 50% más de lonecesario»

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semanal que elabora la AutoridadAutónoma de la Cuenca Hidrográ-fica del Chira-Piura.

El aporte de agua del Chira puedeatender la demanda de agua deriego y de otros usos con una pro-babilidad de 75% y, además, dejarun reservorio recuperado con másde 400 millones de metros cúbi-cos al final del mes de junio. Sinembargo, lo que se proyecta nosiempre es exactamente lo quesucede. El año 1999 resultó ser atí-pico, como gran parte de los añospos-Niño: mientras se pronostica-ba el ingreso de 1.124 metros cú-bicos entre enero y junio de 1999,estos aportes superaron los 6.000metros cúbicos. De esta manera,la demanda pronosticada en el sis-tema se transforma automática-mente en el plan de cultivo y riegoen las diferentes juntas de usuarios,y es calculada en función del aguaque se requiere a partir de losmódulos de riego determinadospor la autoridad de aguas. En to-tal, la demanda calculada paraatender los cultivos del valle delPiura en el sistema del Chira-Piu-ra, en la campaña grande de 1998/1999, fue de cuatrocientos noven-ta millones de metros cúbicos.

El balance presentado para el sis-tema se realiza meses antes de lacampaña y es el filtro de los per-misos que se otorgan para la siem-bra de los cultivos de mayor de-manda de agua; en el caso del sis-tema Chira-Piura, arroz y algodón.Ambos cultivos, en su mes demáxima demanda de agua, requie-ren once millones de metros cúbi-cos. Sin embargo, el agua distribui-da efectivamente supera largamen-te los volúmenes requeridos por loscultivos. Para la campaña 1998/1999, por ejemplo, sobrepasó losonce millones de metros cúbicosen tres meses de campaña y enabril superó los quince millones demetros cúbicos, es decir, fue 50%más de lo necesario.

La distribución del agua en el sis-tema de distribución parcelariose encuentra a cargo del PECHP,en el nivel de infraestructura ma-yor. Desde la cabecera del canallateral, los encargados de la dis-tribución son las Comisiones deRegantes, a través de los sectoris-tas. En cada comisión, el agua seasigna en las tomas laterales, se-gún las demandas semanales, bajola supervisión del AdministradorTécnico del Distrito de Riego. Es-tas demandas por toma se calcu-lan con los pedidos semanales delos usuarios a través de un repre-sentante, denominado delegadode aguas. Dado el elevado nú-mero de áreas que tienen queatender los sectoristas, los dele-gados son quienes realmente asu-men las funciones de distribucióndel agua y de coordinación parala limpieza u otros requerimien-tos de infraestructura.

Eficiencia económicay �sostenibilidad�

Los ingresos económicos de las or-ganizaciones de usuarios y de lasdiversas instancias técnicas y ad-ministrativas provienen de los pa-gos de los usuarios por conceptode tarifas y de las transferenciasdirectas del Estado. Los usuariosdel sistema, mediante sus pagos,deberían asumir los costos realesde la operación de mantenimien-to e incluso el retorno de las in-versiones realizadas con recursospúblicos.

Existe una tarifa mínima estableci-da por la ley; sin embargo, en lapráctica, las tarifas se determinanen las asambleas. En la junta deusuarios del Medio y Bajo Piura, latarifa es de 0,008 soles por metrocúbico desde 1997, es decir, untercio del valor mínimo legal pormetro cúbico. El precio del aguaestá por debajo de lo que requiereel sistema para una eficiente ope-ración y mantenimiento. Esto sin

considerar que gran parte de losrequerimientos del sistema mayorde riego son subsidiados indirec-tamente por el Estado, a través delpresupuesto del PECHP.

Los pagos de la tarifa de agua serealizan de manera diferida; no almes siguiente como lo indica la leypara esta modalidad, sino al finalde la campaña agrícola (julio-agos-to). Su cálculo no está relaciona-do directamente con el volumende agua utilizado, como deberíaser, sino con un pago fijo por tipode cultivo, calculado por el mó-dulo de riego. Como la cartera decultivos varía cada año, los ingre-sos totales cambian en los añossegún si son más arroceros (mayo-res ingresos) o algodoneros (me-nos ingresos). El sistema de tarifapor cultivo tiene problemas paragenerar incentivos de ahorro deagua: mientras que el pago no seapor volumen, el agricultor no ten-drá incentivos para ahorrarla por-que las organizaciones de usuariosno cuentan con mecanismos decontrol o verificación.

« (...) los recursosde lasorganizaciones sedeben asignarsobre todo a laoperación delsistema y suorganización. Sinembargo, en larealidad, el 72% deltotal presupuestadose gasta entreamortización dedeudas bancarias ypago del personal»

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La asignación de los recursos de lasorganizaciones se determina por elpresupuesto anual de cada Comi-sión de Regantes, después de de-ducir los componentes de la tarifaque no le corresponden. Según elpresupuesto de 1999, estos recur-sos se deben asignar sobre todo ala operación del sistema y su orga-nización: entre ambos, el 75% delpresupuesto. Sin embargo, en larealidad, el 72% del total presu-puestado se gasta entre amortiza-ción de deudas bancarias y pagodel personal. Con ello, los recur-sos destinados a inversiones, asícomo obras de operación y man-tenimiento del sistema, deben serreajustados. Es preocupante el ni-vel de endeudamiento que hanalcanzado las organizaciones deusuarios del Bajo Piura, a pesar desus inestables ingresos.

En el año 1999, la morosidad au-mentó hasta casi el 50%. Los nive-les de morosidad son muy eleva-dos, considerando que las deudasacumuladas llegan al 59% de loasignado en el año y se arrastran

desde hace siete años, lo que in-dica un problema de reproducciónde las deudas y de incremento, aldeudor se le sigue dando crédito.Esto implica que la junta de usua-rios no tiene capacidad efectiva decoacción con los deudores.

Finalmente, el nivel de recauda-ción de las organizaciones de usua-rios no es suficiente. Sus ingresosson menores que sus gastos, lo queha determinado un endeudamien-to inmanejable que repercute enel servicio que prestan las organi-zaciones de usuarios, en la eficien-cia del sistema; y ni qué decir desu �sostenibilidad�, frente a las nu-las posibles inversiones en mante-nimiento de la infraestructura deriego y la de drenaje.

La �sostenibilidad� del sistema ensu conjunto está en peligro, en lamedida que no existe posibilidadde invertir en mejoras de la infra-estructura de distribución y tam-poco en un mantenimiento ade-cuado. Además, en el medianoplazo, las organizaciones de usua-

rios del sistema Chira-Piura debenasumir la gestión de la infraestruc-tura mayor, lo que requerirá me-joras en la gestión administrativa ypresupuestal con autonomía y unaumento significativo de los recur-sos recaudados.

Institucionalidad,representatividad yorganización

Existen distancias en las relacionesentre usuarios y sus organizaciones.Estas se deben a problemas de re-presentatividad y autoridad quelimitan sus posibilidades de iden-tificación y presión para ejercerprincipios de autoridad que per-mitan un adecuado manejo del sis-tema. Las organizaciones formalesno reconocen la representatividadsocial que tiene el delegado deaguas, a pesar de la proximidadque tiene con los regantes de supropio distrito de riego.

Los delegados de aguas son instan-cias de organización menor. La fun-ción principal del delegado deaguas es la intermediación entre losusuarios, las instancias de adminis-tración del sistema, operación ymantenimiento del sistema. Pode-mos asegurar que la organizacióndel sistema se ha sustentado enesas instancias representativas quehan permitido que no colapse; sinembargo, el control que ejerce di-cho delegado sobre los problemasde gestión social no necesariamen-te se complementa con una efi-ciente gestión técnica y económi-ca. Se está desaprovechando laoportunidad de incorporarlos auna propuesta que mejore la dis-tribución del agua y gestión de to-dos los aspectos del sistema conparticipación de los usuarios, yque, asimismo, fije mecanismos decontrol y seguimiento.

Por otro lado, la junta de usuarioscarece de un sistema de informa-

Rubro Monto en soles Porcentajes

Presupuesto 1999Operación 307.264,95 31,19Adquisición, operación y mantenimiento 36.600,00 3,72Organización 432.496,63 43,90Capacitación 12.450,00 1,26Otros 196.353,08 19,93

Total 985.164,66

Presupuesto a ejecutarSueldos y salarios 286.065,43 29,04Amortización de deudas 419.338,09 42,57Otros 279.761,20 28,40

Total 985.164,72

Fuente: Junta de Usuarios del Medio y Bajo Piura.

Presupuesto de la Junta de Usuarios del Medio y Bajo Piura,en 1999, por rubros

C u a d r o 1

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ción y comunicación que permitauna articulación adecuada entrelos diferentes niveles asociativos ygerenciales. Tampoco cuenta conlos requisitos mínimos para unaadecuada operación y manteni-miento: padrón de usuarios actua-lizados, inventarios de infraestruc-tura, programa anual de manteni-miento, reglamento de manteni-miento, sectorización del sistema.

Conclusiones

La oferta del recurso agua no es elprincipal problema para las orga-nizaciones de usuarios, ya que laescasez relativa se agudiza por laadministración y distribución másque por la demanda real. El siste-ma de riego Chira-Piura tiene unequilibrado manejo en su infraes-tructura mayor, sustentado en unsistema de planificación y distribu-ción centralizado en el Estado. Sinembargo, este sistema sobre di-mensiona la demanda de agua, demanera que la oferta supera la de-manda, lo cual introduce significa-tivos niveles de ineficiencia en eluso del recurso.

El dinero recaudado por las orga-nizaciones de usuarios, bajo el con-cepto de tarifa por agua, no es su-ficiente y tampoco incentiva unmanejo responsable del recurso,sobre todo por su modalidad defacturación fija por producto y nopor volumen. Los problemas eco-nómicos amenazan la �sostenibili-dad� del sistema y las posibilida-des de desarrollo de las organiza-ciones de usuarios.

Por otro lado, estas organizacionesde usuarios carecen de un sistemade información que permita unaarticulación adecuada entre losdiferentes niveles asociativos y ni-veles gerenciales. Este problema seorigina en las restricciones que tie-nen las organizaciones formalespara articular el sistema de organi-zación y distribución del agua de

riego, lo que recae históricamenteen los delegados de aguas.

Finalmente, es indispensable laorganización centralizada del sis-tema. A través del PECHP y la Au-toridad Autónoma de Cuenca Hi-drográfica del Chira-Piura, el Esta-do mantiene vicios infranqueables.Por un lado, es incapaz de mane-jar los problemas que se generanal interior del sistema y trasladaestas responsabilidades a las orga-nizaciones de usuarios, sin trans-ferir las capacidades ni la autono-mía necesaria. Su intervención,controlando el manejo de la infra-estructura mayor, colocando unainstancia tutelar como las Adminis-tración Técnica del distrito de rie-go y la Autoridad Autónoma de laCuenca Hidrográfica, ha generadoproblemas de autoridad y autono-mía. Por otro lado, realiza transfe-rencias a las organizaciones deusuarios por medio de frentes noarticulados, de manera que las or-ganizaciones invierten en cliente-lismo con las autoridades estatalesmás que en gestión financiera desus recursos o presiones para ma-yor recaudación.

« (...) el Estado esincapaz demanejar losproblemas que segeneran al interiordel sistema ytraslada estasresponsabilidadesa lasorganizaciones deusuarios, sintransferir lascapacidades ni laautonomíanecesaria»

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Plantaciones forestales: la experiencia chilena,1973-2000

Bruno Tarazona (CIUP)

Desde hace varias décadas, las po-líticas económicas en Perú han os-cilado entre la ortodoxia y la hete-rodoxia, en gran medida debido ala visión cortoplacista de quieneslo han gobernado. Ello desalientaa los inversionistas, quienes requie-ren reglas de juego claras y esta-bles que les permitan realizar in-versiones de largo plazo. En el casode las plantaciones forestales, estanecesidad se hace más urgente, yaque son proyectos con un períodode maduración demasiado largo.

Nuestro país, específicamente lazona andina, tiene un gran poten-cial para el desarrollo de plantacio-nes forestales para uso industrial.Para Enrique Toledo, consultor fo-restal, dicha actividad resulta ren-table en toda la sierra por debajo delos 3.800 m.s.n.m. Según sus cálcu-los, existen dos millones de hectá-reas aptas para el cultivo, con lo cualse podría alcanzar un stock forestalde similar magnitud al de Chile.

Sin embargo, esta actividad ha es-tado sumamente descuidada porla ausencia de una ley adecuadaque la fomente. Chile, por el con-trario, promulgó en 1974 el D.L.No. 701 de fomento forestal. Comoresultado, de exportar menos deUS$ 40 millones en productos fo-restales en 1973, pasó a exportaralrededor de US$ 2.000 millonesen la actualidad. ¿A qué se debe elenorme crecimiento de las expor-taciones forestales chilenas a partirde 1974? ¿Qué políticas llevó a caboel gobierno chileno para fomentaresta actividad? ¿Qué tan importan-tes han sido dichas políticas en eldesempeño del sector? ¿Qué lec-ciones se pueden recoger de la ex-periencia chilena para el caso pe-ruano? Estos son algunos de los

interrogantes que se intentarándespejar en el presente artículo.

Las políticasimplementadas

El régimen militar, que se inició en1973, puso en marcha un progra-ma de liberalización de los merca-dos y de apertura hacia el exterior.Desde entonces, Chile se ha ca-racterizado por un aumento de susexportaciones, principalmente lascupríferas y las basadas en recur-sos naturales, entre los que se en-cuentran los productos forestales.

El impulso de la actividad forestalen Chile se basó en dos pilares: laspolíticas específicas de fomentoforestal, y el hecho de que los bos-ques se declararan de propiedadprivada e inexpropiables. Además,claro está, resultó fundamental laestabilidad de largo plazo, ya queen el pasado las políticas econó-micas eran sumamente volátiles yestaban sujetas a cambios drásti-cos, en parte por motivos políticos.

El fomento de laactividad forestal

Desde 1931, ya existía en Chileuna �Ley de Bosques� (D.S. No.4363). Esta ley no otorgaba nin-gún tipo de subsidio a la actividadforestal, pero sí establecía unaexoneración impositiva: la activi-dad forestal no sería gravada porningún impuesto, durante 30 añosdespués de plantado el árbol. Sinembargo, esta medida no tuvo unimpacto significativo en el sector.Al parecer, los inversionistas ne-cesitaban mucho más que unasimple exoneración de impuestos

para arriesgar en proyectos de tanlarga maduración.

En 1974 se promulgó el D.L. No.701 sobre fomento forestal. Estedecreto contenía incentivos espe-ciales para el desarrollo del sectory un marco jurídico favorable a laempresa privada y a las exporta-ciones. Entre los principales pun-tos del D.L. No. 701, tenemos:

a) El establecimiento de un subsi-dio del 75% del costo de planta-ción (en 1979, el D.L. No. 2565aumentó este subsidio a 90%).

b) La exoneración del 50% de im-puestos por ingresos generadospor forestación.

c) La tierra plantada fue declaradainexpropiable.

d) Se derogó la prohibición de cor-tar árboles de menos de 18 años.

e) Se autorizaron exportaciones demadera sin elaborar.

Adicionalmente, el Banco Centralotorgó líneas de crédito a la bancacomercial privada y al Banco delEstado para financiar proyectos

«Entre los años 1974y 2000, gracias a laspolíticasimplementadas, lasexportaciones delsector semultiplicarondieciocho veces,subiendo de US$127 millones a másde US$ 2.300millones»

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forestales, con condiciones favora-bles a los pequeños agricultores: seotorgaron créditos por tres añoscon uno de gracia para el caso delas grandes empresas, y por seisaños con tres de gracia para el casode las personas naturales y las pe-queñas empresas.

Los derechos de propiedad

Los derechos de propiedad de-sempeñaron un papel clave en eldesarrollo del sector. Establecerreglas claras en ese sentido resul-taba indispensable, ya que losagentes tal vez no habrían inverti-do en el sector si hubieran estadoexpuestos a una expropiación desus tierras, como la que se dio conla reforma agraria llevada a caboen años anteriores y que se detu-vo con el gobierno militar.

Por otro lado, al pertenecer losbosques a agentes privados, estosse encargarían de la búsqueda deeficiencia en la plantación. La ex-plotación de bosques industrialeslos obligó a llevar a cabo una inves-tigación aplicada y un desarrollotecnológico. Se establecieron comometas: incrementar los rendimien-

tos, aumentar la calidad de la ma-dera que se obtendría en el futuroy acortar los ciclos de cosecha. Así,aparecieron viveros de alta tecno-logía, programas de mejoramientogenético, planes de manejo, pro-tección de plagas y control de in-cendios forestales. Todo ello con-tribuyó a la formación de bosquesde elevado rendimiento y valoreconómico, y también al desarro-llo de todo el complejo industrialforestal que se formó en el país.

El Estado, a través de la Corpora-ción Nacional de Fomento (Conaf),disminuyó sus esfuerzos de planta-ción y licitó prácticamente todas susplantaciones y activos productivosforestales. Sin embargo, un efectonegativo fue que el Estado abando-nó su tarea de investigación, queera necesaria para la introducciónde nuevas especies, control de pla-gas, enfermedades, incendios, etc.

Los resultadosobtenidos

Como puede constatarse en el grá-fico 1, hasta 1973, las exportacio-

nes forestales habían llegado,como máximo, a alrededor deUS$ 40 millones anuales. Entre losaños 1974 y 2000, gracias a laspolíticas implementadas, las ex-portaciones del sector se multipli-caron dieciocho veces, subiendode US$ 127 millones a más de US$2.300 millones. Se espera que parael año 2010 lleguen a los US$3.000 millones.

Asimismo, las políticas del gobier-no han tenido un impacto en laindustrialización del sector, demodo que no se exporta solo ma-teria prima. Chile cuenta con cer-ca de 2.000 industrias forestalesentre aserraderos, centrales de as-tillado, fábricas de pulpa químicay mecánica, de papel para perió-dico, de otros papeles y cartones,de tableros, de chapas, de contra-chapados, entre otras. Más del35% de las exportaciones corres-ponde a pulpa química, y solo al-rededor del 10% corresponde amadera aserrada y en trozas.

Todo este desarrollo del sector fo-restal chileno ha sido impulsado porla política de fomento establecida

Fuente: Instituto Forestal de Chile-Corporación Nacional de Fomento (Infor-Conaf).Elaboración propia.

Exportaciones forestales chilenas: 1970-2000(millones US$ FOB corrientes)

G r á f i c o 1

« (...) las políticas delgobierno han tenidoun impacto en laindustrialización delsector, de modo queno se exporta solomateria prima. Másdel 35% de lasexportacionescorresponde a pulpaquímica, y soloalrededor del 10% amadera aserrada yen trozas»

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por el Estado. Gracias a los esfuer-zos del gobierno, se forestaron 792mil hectáreas a 1994, que repre-sentan el 50% del stock a dicho año(1,6 millones de hectáreas). Paraello, por concepto de subsidios,entre 1976 y 1994, el Estado gastóun total de US$ 132 millones aprecios corrientes, que equivalen aUS$ 311 millones a 1994, utilizan-do un costo de oportunidad delcapital de 10%. Estas inversiones,asimismo, permitieron rescatarextensas superficies que presenta-ban fuertes procesos erosivos y queprácticamente no tenían valor. Así,el 44% de las plantaciones foresta-les se desarrolló sobre superficiescon grados de erosión moderada yel 43% sobre áreas con erosión �muygrave y grave�.

A fines de 1996, el programa defomento forestal aproximadamen-te significaba, en valor actual neto,US$ 1.800 millones por conceptode la madera en pie, luego de des-contar los subsidios percibidos y loscostos incurridos por los propieta-rios a la fecha. Ello equivale a 5,8veces lo gastado por el Estado en

subsidios. A esto, claro está, faltaañadir los beneficios de la comer-cialización de los productos queestos bosques generarán en el futu-ro, incluyendo las divisas por ex-portaciones y los impuestos que serrecaudarán.

Conclusiones yrecomendacionespara el caso peruano

Las políticas de fomento imple-mentadas en Chile, a partir de1974, fueron determinantes parael desarrollo de la actividad fores-tal en dicho país. Recordemos queya desde 1931 existía una exone-ración impositiva de 30 años des-pués de plantado el árbol, y la ac-tividad no logró desarrollarse sig-nificativamente. Aparentemente,se necesitaba también el créditoespecial del gobierno y los subsi-dios para que los empresarios in-virtieran en el sector, pese a lasventajas comparativas. La propianaturaleza de los proyectos fores-tales, que requieren altas inversio-nes y tienen largos períodos demaduración, parecía ser una trabapara que los inversionistas se ani-maran a llevarlos a cabo.

La experiencia chilena nos ense-ña que a veces se justifica una in-tervención estatal. Es importantetener en cuenta que esta políticasectorial iba en contra de la doc-trina del programa económico delgobierno militar, el cual apuntabaa reducir la intervención del Esta-do a un mínimo y a la liberaliza-ción de los mercados. El sectorforestal fue un claro ejemplo dela aplicación de una política indus-trial después de 1974. Por con-cepto de subsidios a las plantacio-nes forestales, el gobierno chile-no ha gastado casi US$ 150 mi-llones. Sin embargo, este montoresulta poco significativo cuandose toma en cuenta que las expor-taciones forestales anuales de este

país superan, actualmente, losUS$ 2.000 millones.

Pese a las diferencias que existenentre realidades como la chilena yla peruana, queda claro que losbeneficios que reportan las planta-ciones forestales son enormes. Sesabe, además, que ellas puedendesarrollarse rentablemente en lasierra peruana. En este contexto, esnecesario establecer en nuestro paísun marco legal que impulse el sur-gimiento de plantaciones foresta-les competitivas internacionalmen-te y su posterior industrialización.

Un programa de fomento forestal,en nuestro caso, se justificaría tam-bién porque existe una externali-dad negativa proveniente del mer-cado financiero, ya que no ofrecelos instrumentos adecuados parafinanciar una inversión de veinteaños. Ello constituye una suerte defalla de mercado en la actividadforestal, la cual no está estipuladaen la teoría económica. En efecto,las restricciones que se enfrentanpara la financiación de este tipo deproyectos impiden que se llegue ala decisión óptima, la cual seríainvertir porque el desarrollo deplantaciones forestales es una acti-vidad económicamente rentable.

El fomento de esta actividad podríacontribuir, además, a la superaciónde la pobreza de las comunidadesrurales andinas. En Chile, la granmayoría del área forestada corres-ponde a grandes plantaciones per-tenecientes a grandes empresarios.Si se quiere que en nuestro país elimpacto social sea el máximo posi-ble, un eventual programa de fo-mento debe estar orientado a be-neficiar directamente a los campe-sinos y a las pequeñas empresas,para lo cual deberán establecersemecanismos de focalización ade-cuados. En ese sentido, los dere-chos de propiedad deben desem-peñar un papel trascendental.

«Un programa defomento forestal,en nuestro caso, sejustificaría tambiénporque existe unaexternalidadnegativaproveniente delmercadofinanciero, ya queno ofrece losinstrumentosadecuados parafinanciar unainversión de veinteaños»

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Auca atadijo: especie con potencial industrial

Walter Figueroa

Nuestro país cuenta con una vas-ta área de bosques en los cualesexiste una enorme diversidad deespecies que aún no aprovecha-mos, porque no conocemos losusos apropiados que se les puededar. Así, muchas de estas especiesson subutilizadas, al punto de nobrindarles el valor real que debe-rían tener.

Además, contamos con una indus-tria capaz de generar empleo y ri-queza; sin embargo, por la ausen-cia de políticas adecuadas y deci-siones políticas erróneas, el desa-rrollo sostenible del que tanto sehabla se ve muy lejano.

El ejemplo de Chile es muy claro:el sector forestal es el tercer gene-rador de divisas, después de laminería y de la industria. Este de-sarrollo se debe a la implementa-ción de políticas inteligentes y cla-ras que permiten la participacióncomprometida del capital privado,generando empleos para profesio-nales y con el consecuente mejo-ramiento científico y tecnológico.

Bajo estas perspectivas, los inves-tigadores ligados al sector forestaldebemos encontrar fórmulas via-bles a corto plazo, para enfrentarlos retos que se nos presentan. Elestudio de los bosques secundariostoma fuerza ante este panoramapreocupante de la realidad fores-tal en el Perú.

Los bosques secundarios �o pur-mas, como también se les cono-ce� se originan como consecuen-cia de la agricultura migratoria,que es el abandono de las chacrasdespués de haber cosechado loscultivos agrícolas o por factores na-turales como los incendios fores-

tales. Las tierras en esta zona dela selva son naturalmente de apti-tud forestal, por esta razón los cul-tivos agrícolas sembrados presen-tan rendimientos por hectárea pordebajo de los estándares de pro-ducción, con lo que se convier-ten en una agricultura de autocon-sumo y no comercial.

La vegetación que coloniza estasáreas abandonadas posee carac-terísticas muy favorables para elmanejo y aprovechamiento fores-tal, como por ejemplo: rápidocrecimiento (de 5 a 7 años, ma-derables), homogeneidad de es-pecies, maderas de densidadmedia y baja.

El auca atadijo (Croton tessmanniiy Croton matourensis), además depresentar las características antesmencionadas, presenta otras carac-terísticas muy atractivas para la in-dustria maderera, que lo hace idealpara la fabricación de machihem-brados de excelente calidad enacabados de interiores, ya sea enconstrucciones rurales y urbanas.

Con la inclusión del auca atadijo,se trata de brindar al sector fores-tal una alternativa de manejo paraconservar de manera sostenidanuestros bosques y, a la vez, obte-ner un producto con perspectivasde comercialización dentro y fue-ra del ámbito nacional. Aprove-chando las cualidades naturalesque presenta y, conjuntamente,mediante estrategias publicitariasy de marketing apoyadas en estu-dios de mercado, se puede lograrla inserción de esta y otras espe-cies en el mercado mundial.

El análisis de la especie y del bos-que secundario es de relevante

importancia no solo por su valorforestal y de conservación ecoló-gica, sino porque estos ecosiste-mas, de alta potencialidad paragenerar riqueza, se encuentranestratégicamente ubicados alrede-dor de las zonas de mayor inci-dencia de pobreza, por lo que sepresentan como una alternativareal y viable para mejorar la cali-dad de vida de las familias queviven del bosque.

¿Cuál es la realidaddel sector forestalen nuestro país?

Las actividades de manejo y con-servación de los bosques se en-cuentran en una etapa de transi-ción. A pesar de contar con unanueva ley que regula las interven-ciones con fines económicos yecológicos, aún se discute el acier-to de las normas incluidas en estenuevo proyecto legislativo. Mien-tras tanto, las actividades siguensiendo incipientes y de poco im-pacto en favor de la gente que vivede ellas.

«El auca atadijoes una alternativapara laconservación yuso sostenible denuestrosbosques»

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El ejemplo más representativo dela situación forestal actual son lasconcesiones del Bosque del Biabo,que siguen siendo materia de dis-cusión porque confluyen variosintereses: los extractores son de-salojados de lo que era su ámbitode trabajo; las comunidades nati-vas sienten que sus tierras les sonarrebatadas; los inversionistas na-cionales no pueden competir concapitales extranjeros, por los requi-sitos que deben cumplir y las con-diciones en que se dan las conce-siones; y los márgenes de benefi-cio para el Estado.

Como podemos ver, este intentopor ordenar y trabajar técnicamen-te a favor de la conservación yaprovechamiento sostenido de losbosques, se encuentra en el ojo dela tormenta, y está retrasado pordiferentes intereses que buscanbeneficiar a unos cuantos en lugarde favorecer a la gente que quierevivir y desarrollarse conjuntamen-te con el bosque.

De otro lado, la industria forestalatraviesa por una situación de in-certidumbre debido a las políticasinexistentes o erróneas, dictadaspor personas empecinadas en pro-

teger ciertos intereses o por des-conocimiento de la realidad fores-tal. Como consecuencia, tenemosuna industria poco competitiva enel ámbito internacional y la pro-ducción destinada al mercado na-cional es de regular calidad, sien-do contadas las empresas quecumplen con las normas de cali-dad actuales.

Este panorama general de la situa-ción actual que atraviesa el sectorforestal peruano es sumamentecrítico y merece un análisis profun-do, como también una toma dedecisiones inmediatas que favorez-can el desarrollo de las actividadesforestales en todas sus líneas, demodo que se evite el colapso de unaactividad con mucho potencial.

Las políticas forestales tienen queorientarse a propiciar la inversiónprivada, nacional e internacional,y dejar al Estado como ente regu-lador y encargado de hacer cum-plir las leyes. El Estado y las institu-ciones privadas deben proponer elacercamiento a los mercados in-ternacionales para que los produc-tos ofertados sean mejor elabora-dos �tanto en sus estándares decalidad como en su valor agrega-do� y para que obtengan mejoresprecios, de manera que todos losactores de la cadena productiva sebeneficien y las proporciones enel reparto de las utilidades sea másequilibrado.

Potencial del aucaatadijo para elmercado

El auca atadijo presenta caracterís-ticas comunes a otras especies. Enprimer lugar, presenta tasas de in-cremento de madera comparablesa las plantaciones. Asimismo, sedesarrolla con abundancia y homo-geneidad en las áreas donde estápresente, ya que coloniza y desa-

rrolla óptimamente en los bosquessecundarios. Además de estas ven-tajas para la industria maderera,también son consideradas de im-portancia la acumulación de bio-masa, beneficios hidrológicos y labiodiversidad.

Son varias las características quehacen atractiva a esta especie. Pre-senta una madera blanca, de bue-na durabilidad natural y relativa-mente dura al estado seco. Por otrolado, esta madera se obtiene sinnudos porque no se ramifica en laspartes bajas del fuste. Además,permite facilidad para las activida-des de aprovechamiento por ser dedensidad media. El auca atadijotendría gran demanda en el mer-cado japonés, ya que se trata demadera blanca y liviana que pue-de ser requerida para pisos e inte-riores de vivienda.

Estudios realizados por el Proyec-to MADEBOSQUES demuestranque, bajo el manejo de las áreasde bosques secundarios con pre-sencia de auca atadijo, la especiepresenta un crecimiento anual pro-medio en diámetro de 4,2264 cmy en 4 años puede alcanzar los 20cm de diámetro.

El precio promedio puesto en plan-ta es de S/. 0,15 por pt, precio que

«Las políticasforestales debenorientarse apropiciar lainversión privaday conjuntamentecon el Estadoproponer elacercamiento alos mercadosinternacionales»

«El auca atadijopodría serutilizado parapisos e interioresde vivienda(machihembrado)de gran demandaen el mercadojaponés»

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se maneja en la carretera Neshu-ya-Curimaná (Pucallpa), pues lacomercialización solo se realiza enel ámbito local. El precio de lasmaderas varía de acuerdo con laabundancia o escasez de especies;asimismo, depende de la calidadde las trozas.

El auca atadijo, en comparacióncon la bolaina (ambas usadas paramachihembrados), presenta mejoracabado porque no se ramificadesde las partes bajas del fuste; esdecir, se nota la ausencia de nu-dos en el producto. La bolainablanca (Guazuma crinita) es unaespecie que está ganando un mer-cado importante y su precio decomercialización promedio pues-to en planta es de S/. 0,11 por pt(Pucallpa). Este menor costo, com-parado con el auca atadijo, se ex-plica porque las actividades deaprovechamiento para abastecer alas industrias madereras son inten-sivas; además, existe un mayorvolumen transportado que traecomo consecuencia una disminu-ción en los costos de las activida-des involucradas.

Propuestas concretas

Teniendo en cuenta las caracterís-ticas antes mencionadas, se plan-tean las siguientes acciones:

� Se torna necesario el manejo delos bosques de auca atadijo paraobtener árboles con diámetroscomerciales en menor tiempo.Esto dependerá también de lacapacidad de las industrias parapoder procesar las trozas a diá-metros menores, optimizandosu rendimiento. Como conse-cuencia, las actividades de apro-vechamiento tendrían un costomucho menor, ya que se lleva-rían al mínimo los costos de lasactividades de extracción. Asi-mismo, estas actividades deaprovechamiento serían de bajo

impacto y se podrían utilizar tec-nologías intermedias adecuadasa la realidad.

� Debe llevarse a cabo la refores-tación y el enriquecimiento debosques secundarios con estaespecie, para incrementar laabundancia y homogeneizar lavegetación. Estas acciones impli-carían, también, una reducciónen los costos de extracción por-que la actividad se hace menosselectiva, incrementando el ren-dimiento del volumen aprove-chado en un mismo tiempo y enuna misma área.

� El Estado y la inversión privadadeben elaborar un agresivo planpublicitario para introducir alauca atadijo dentro de las acti-vidades económicas del merca-do maderero, pues todos estosestudios están dirigidos a lograrproducciones en escala comer-cial con perspectivas de un mer-cado interesado en la incursiónde nuevos productos que satis-fagan la demanda, con preciosy productos más competitivos.

El mercado de la madera es muyamplio y la oferta no llega a cubrirla demanda de estos productos.Esto sucede porque los productoshechos a partir de madera son pro-ductos sustitutos con menores pre-cios y mejores acabados, utilizadosen la construcción y mueblería. Asu vez, se les da un mayor númerode usos, dependiendo de los gus-tos de las personas, puesto quepuede elegir un producto en ma-dera por el color o el veteado queforma en su superficie. Estamos ha-blando de una infinidad de usos,según las preferencias del cliente.

Además de conocer las caracterís-ticas del producto y el potencialde los mercados, debemos recor-dar que a partir del año 2000, lacomercialización de maderas serábajo la certificación de los bos-

ques. Esto significa que para po-der ofertar nuestros productos demadera y acceder al mercado in-ternacional, debemos haber ma-nejado �silviculturalmente� nues-tros bosques, situación que en laactualidad no se da.

Entonces, como forestales, debe-mos darnos cuenta que las condi-ciones tenemos que propiciarlasnosotros y la gente ligada a la acti-vidad industrial, para así descubrire impulsar el potencial del sectorforestal del cual tanto hablamos yaún no conocemos.

«La investigación,el manejo delbosque y laapertura demercados son lospilares para el realprotagonismo delsector forestal enlas actividadeseconómicas delpaís»

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Introducción

El año 1999 se caracterizó por unaprofunda crisis recesiva de la eco-nomía urbana, una caída notable delas reservas internacionales del Ban-co Central de Reserva (BCRP) y undescenso de la inflación. El produc-to bruto interno (PBI) de los sectoresno primarios se redujo en 0,9%, seperdieron US$ 780 millones de re-servas internacionales y se alcanzóuna tasa de inflación de 3,7%, la másbaja de las tres últimas décadas.

La recesión y la caída de reservasestuvieron asociadas a la continuasalida de capitales extranjeros ini-ciada el último trimestre de 1998,a raíz de la crisis rusa. Estos capita-les ingresaron al país principalmen-te bajo la forma de endeudamien-to externo de corto plazo de labanca comercial, y empezaron asalir violentamente a fines de esemismo año.

El propósito de este informe esmostrar que durante el año 2000continuó la recesión de la econo-mía urbana y no se modificó la ten-dencia a la pérdida de reservas in-ternacionales del Banco Central.Y, además, destacar un hecho to-talmente nuevo en la historia dela política macroeconómica delpaís: el registro, durante el segun-do semestre del año, de una re-cesión dentro de la recesión pro-vocada por dos shocks de origenexclusivamente interno. En primerlugar, el drástico ajuste fiscalposelectoral que se expresó enuna caída de la inversión pública

Informe de coyuntura económica:anatomía de la recesión

Oscar Dancourt, Félix Jiménez (Departamento de Economía - PUCP)1

de aproximadamente 31%; y, ensegundo lugar, la corrida bancariaque en el último trimestre del añoderivó en la quiebra de los ban-cos NBK y Nuevo Mundo, que fueprovocada por el retiro de los de-pósitos del gobierno mantenidosen el sistema bancario.

La dependencia de losflujos de capitalesextranjeros y la mayorvulnerabilidad externa

El año 2000, así como el año 1999,se caracterizó por la marcada es-casez de capitales extranjeros cuyoefecto fue la disminución de lasreservas internacionales (RINs) delBanco Central, la recesión del apa-rato productivo urbano y la crisisdel sistema bancario nacional. LasRINs disminuyeron de US$ 9.183millones en 1998 a US$ 8.404 mi-

llones en 1999 y a US$ 8.180 mi-llones en el año 2000, como pue-de observarse en el gráfico 1.

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Tipo de cambio real y reservas internacionalesnetas del BCRP

G r á f i c o 1

1/ Queremos agradecer la colaboración deLuis Bendezú y Mario Velázquez en la reco-pilación de la información estadística.

« (...) en el año 2000,el ingreso de capitalesde largo plazo, enespecial el novinculado a losprocesos deprivatización, sereduce prácticamentea la mitad del nivelregistrado en 1998-1999, debido a lapersistente recesión dela economía urbanadoméstica y a lacrecienteincertidumbre política»

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El factor más importante que ex-plica la disminución de las reser-vas internacionales entre los años1999 y 2000, fue la salida de capi-tales de corto y largo plazo. El cua-dro 1 nos muestra que, en el año1998, el shock externo se expresaen una abrupta salida de capitalesde corto plazo, y en una disminu-ción de los precios y demanda delos commodities que acrecienta eldéficit en cuenta corriente. El re-sultado fue la caída de las reservasinternacionales del Banco Central.El aumento del tipo de cambio realno fue capaz de impedir el incre-mento del déficit comercial y, porlo tanto, la pérdida de reservas.

En el año 1999, la recesión redu-ce el déficit en cuenta corriente ala mitad, pero no se detiene lapérdida de reservas internaciona-les del Banco Central. Estas conti-núan descendiendo por la salidade capitales de corto plazo, aso-ciada, sin duda todavía, a la crisisfinanciera internacional. En el últi-mo trimestre del año 1998, se re-gistra una salida neta de capitalesde corto plazo de US$ 1.344 mi-llones y en el conjunto del año1999, dicha salida asciende a US$1.674 millones.

La explicación de la caída de re-servas en el año 2000 tiene, sinembargo, otros orígenes. El déficiten cuenta corriente registra un ni-

vel de 3,0%, similar al de 1999.La magnitud de la salida de capi-tales de corto plazo se reducesignificativamente a US$ 329 mi-llones. Pero el ingreso de capita-les de largo plazo, en especial elno vinculado a los procesos deprivatización, se reduce práctica-mente a la mitad del nivel regis-trado en 1998-1999, desde 3,4%hasta 1,7% del PBI. Este resultadoparece no estar relacionado conel escenario financiero internacio-nal, que es menos turbulento queen los tres años anteriores, sinomás bien con la persistente rece-sión de la economía urbana do-méstica y con la creciente incerti-dumbre política asociada a la fasefinal del régimen autoritario delIng. Fujimori. En consecuencia,como la cuenta de capitales noregistra entradas de capitales delargo plazo que compensen el dé-ficit en cuenta corriente, el BancoCentral continúa perdiendo reser-vas internacionales.

Llama la atención la resistencia deldéficit en cuenta corriente a redu-cirse o a desaparecer, en un con-texto marcado por una cierta re-cuperación del tipo de cambio realy una economía urbana comple-tamente recesada. Como nuncaantes había ocurrido en la historiamoderna del Perú, en plena rece-sión se registraron déficit comer-ciales (incluyendo servicios no fi-

nancieros), en porcentajes del PBI,de �5,3% en 1998, de �2,4% en1999 y de �1,9% en el año 2000.A estos déficit se suman las salidasde capitales por el lado de los ser-vicios financieros (remisión de uti-lidades de la inversión extranjeray pago de intereses de la deudaexterna), de �2,5%, de �2,6% y de

1997 1998 1999 2000

I II III IV Año I II III IV Año

Cuenta corriente -5,2 -6,4 -3,5 -3,6 -2,7 -4,1 -3,5 -3,3 -3,7 -0,9 -4,2 -3,0

Cuenta de capitales 8,1 4,6 0,7 2,9 1,7 2,5 2,0 6,5 3,0 1,3 0,0 2,6

Variación de reservas netas del BCRP 2,9 -1,8 -2,8 -0,7 -1,0 -1,6 -1,5 3,2 -0,7 0,4 -4,2 -0,4

Fuente: BCRP, Nota Semanal, Lima: 11 al 16 de marzo, 2001.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Balanza de pagos(porcentaje del PBI)

C u a d r o 1

«Como nunca anteshabía ocurrido en lahistoria modernadel Perú, en plenarecesión seregistraron déficitcomerciales ysalidas de capitalespor el lado de losservicios financieros.Por estas razones, labalanza en cuentacorriente registrasalidas netas decapitales de US$3.634 millones en1998, de US$ 1.817millones en 1999 yde US$ 1.645millones en elaño 2000»

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�3,0% para los mismos años, res-pectivamente. Por estas razones,en plena recesión, la balanza encuenta corriente registra salidasnetas de capitales de US$ 3.634millones en 1998, de US$ 1.817millones en 1999 y de US$ 1.645millones en el año 2000.

Dejando de lado el impacto de lasubida del precio internacional delpetróleo entre 1999 y 2000, cree-mos que esta �rigidez� del déficitexterno en cuenta corriente reflejala existencia de dos factores �cuasi�estructurales: un atraso cambiariosignificativo y una extrema apertu-ra comercial. En el gráfico 2 semuestra la evolución reciente de lasimportaciones y las exportaciones;se puede apreciar el incremento delas importaciones durante 1999 y2000, a pesar de la recesión de laeconomía urbana.

Recesión urbana:crédito y gastopúblico

Dada la libre movilidad de capita-les y la dolarización del sistemabancario doméstico, la salida de loscapitales extranjeros produce unrecorte del crédito bancario priva-do en moneda extranjera que afec-tó la demanda agregada y, conse-cuentemente, la producción urba-na doméstica, en particular a laindustria de la construcción. Larecesión de la economía urbanaincrementó la morosidad de lasempresas y de las familias endeu-dadas con el sistema bancario. Elalza del tipo de cambio real, ocu-rrido a fines de 1998 y principiosde 1999 (véase el gráfico 1), tam-bién contribuyó al incremento dela morosidad, básicamente porquegran parte de las empresas y fami-lias tienen sus deudas en dólarespero ganan en soles. Ante este in-cremento de la morosidad, los ban-cos respondieron cortando aúnmás los créditos, con lo cual exa-

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Crédito real del sistema bancario al sector privadoen moneda extranjera(base 1994 = 100)

G r á f i c o 3

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Exportaciones e importaciones(millones de US$)

G r á f i c o 2

cerbaron la contracción de la de-manda agregada y, por consiguien-te, la recesión urbana.

Como puede verse en el gráfico 3,desde principios de 1999, el crédi-to real en moneda extranjera mues-tra una tendencia descendente que

aún no se revierte, tras haber cre-cido a tasas muy altas hasta antesde la crisis rusa. Cabe destacar queen todo el segundo semestre delaño 2000, el crédito al sector pri-vado en moneda extranjera semantuvo por debajo del nivel al-canzado en noviembre de 1998.

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La recuperación fiscal-electoral dela producción no primaria, ocurri-da entre setiembre de 1999 y ju-nio del 2000, no fue suficientepara revertir la pérdida de capa-cidad de las empresas y familiaspara pagar sus deudas. El índicede morosidad en el sistema ban-cario, definido como la propor-

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Cartera pesada del sistema bancario(porcentaje sobre colocaciones brutas)

G r á f i c o 4

«La recuperaciónfiscal-electoral dela producción noprimaria, ocurridaentre setiembre de1999 y junio del2000, no fuesuficiente pararevertir la pérdidade capacidad de lasempresas y familiaspara pagar susdeudas»

ción de los préstamos totales queestán vencidos y en cobranza ju-dicial, que alcanzó un pico de11,7% en setiembre de 1999, nodisminuyó ni siquiera al nivel pro-medio (6,8%) que alcanzó en elaño 1998. Como puede verse enel gráfico 4, este índice bajó hasta10,2% entre octubre de 1999 ymayo de 2000. En los siete mesessiguientes vuelve a aumentar, has-ta alcanzar un promedio de11,0%. Este porcentaje se mantu-vo sin grandes variaciones, no obs-tante las diversas medidas finan-cieras y fiscales utilizadas por elgobierno para superar la fragilidadde la banca comercial.

Las tasas de variación del PBI glo-bal no permiten apreciar lo queocurre con la producción de laeconomía urbana orientada bási-camente al mercado doméstico. Enel año 1999, mientras que el PBIde los sectores primarios creció entodos los trimestres a tasas relati-vamente altas, el PBI de los secto-res no primarios disminuyó duran-te los tres primeros trimestres ycomenzó a recuperarse recién en

2/ Ver el gráfico 10 de Centro de Investiga-ción de la Universidad del Pacífico, �La co-yuntura económica y las medidas de agostodel 2000�, en Economía y Sociedad, Boletínde Opinión No. 39, Lima: CIES, noviembre2000, p. 11.

el último trimestre (3,2%). En elprimero y segundo trimestre delaño 2000 continuó la recuperacióndel PBI de los sectores no prima-rios, pues aumentó a tasas de 6,1%y 4,7%, respectivamente. Este cre-cimiento estuvo asociado, sinduda, al gasto fiscal, fundamental-mente en consumo público, queacompañó a la campaña electoraldel ex presidente Fujimori2 .

El segundo semestre del año, el PBIde los sectores no primarios ingre-sa a un franco proceso de recesión,debido a la drástica disminucióndel gasto público no financiero quese adiciona a la caída del créditoreal del sistema bancario (ver elgráfico 5). El PBI no primario cre-ce a la tasa de 2,7% en el tercertrimestre y decrece a la tasa de�0,7% en el cuatro trimestre. El re-sultado de este comportamientofue un crecimiento para el conjun-to del año de 3,1%. La ausenciade cambios en la política econó-mica fiscal y monetaria actual, hacepresuponer que la recesión urba-na continuará con sus efectos no-civos para el empleo y los ingresosde las grandes mayorías.

El comportamiento sectorial de laproducción muestra que el másbeneficiado por la reactivación fis-cal-electoral fue el sector manufac-turero no-procesador de recursosprimarios. Este creció a tasas de 8%en el último trimestre del año 1999,y de 11,8% y 7,9% en el primer ysegundo trimestre del año 2000,respectivamente. Después, el cre-cimiento del sector manufacturerose desacelera notablemente. Larestricción crediticia y la no resuel-ta fragilidad del sistema bancario,como se verá más adelante, cons-

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1997 1998 1999 2000

GNOFIN PBISNP

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

PBI no primario y ratio de gastos no financieros del gobierno central(variaciones porcentuales anuales)

G r á f i c o 5

tituyen los elementos que caracte-rizan la coyuntura económica des-de el último semestre del año 2000.

Cabe anotar que durante el perío-do de reactivación electoral1999.IV-2000.II, la industria de laconstrucción se mantiene en rece-sión. Esto revela la importancia queel crédito bancario doméstico tie-ne en el comportamiento de estaindustria, pues la restriccióncrediticia continúa desde el año1999. Después de haber sufridouna disminución de �10,8% en1999, la industria de la construc-ción se recupera ligeramente du-rante el primer trimestre del año2000, pero luego decrece conse-cutivamente en el resto del año.La mayor disminución de su pro-ducción ocurre en el cuarto trimes-tre, período en el que registra unatasa de crecimiento de �15,8%.

Parece claro, entonces, que la re-cesión de la economía urbana seencuentra fuertemente asociada ala contracción de la industria de laconstrucción, la misma que tuvo suorigen en la �sequía� crediticia quese inició a fines de 1998; fue este

sector el que lideró, junto a los sec-tores primarios, el crecimientodurante el período 1993-97.

El gráfico 6 muestra claramente laprolongada restricción crediticiainiciada a raíz de la crisis rusa.Hasta el primer trimestre del año1998, el crédito total otorgado por

la banca comercial al sector priva-do se expandió a tasas superioresal 20% promedio anual. Despuésdel pánico financiero internacionalprovocado por la crisis rusa, se pro-duce una violenta contracción delos prestamos bancarios que per-siste hasta la actualidad. Duranteel año 2000, el crédito privado nosolo no se recupera, sino que semantiene sistemáticamente pordebajo de los niveles alcanzadosen 1999, que fue el peor año de larecesión iniciada en 1998.

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Crédito total otorgado por las empresas bancarias(tasa de variación anual de valores expresados en US$)

G r á f i c o 6

« (...) la recesión de laeconomía urbana seencuentrafuertemente asociadaa la contracción de laindustria de laconstrucción, lamisma que tuvo suorigen en la �sequía�crediticia que se inicióa fines de 1998»

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El factor primero que explica estacontracción crediticia es la cance-lación o recorte de las líneas decrédito interbancario provenientesdel exterior ocurrida a raíz de lacrisis rusa. Luego, la recesión de laeconomía urbana eleva sustantiva-mente la morosidad, y los bancosreaccionan recortando aún más laoferta de crédito. Cabe apuntar quela reducción de la tasa de encajepromedio en moneda extranjera,ocurrida a fines de 1998 (ver elgráfico 7), no fue suficiente pararevertir el impacto de la cancelaciónde las líneas de crédito externas.

En un primer momento, esta con-tracción crediticia va acompañadade un sustancial incremento delcosto real de los préstamos (ver elgráfico 8), principalmente por elaumento del tipo de cambio real.En un momento posterior, desdeel segundo trimestre de 1999 has-ta la actualidad, el costo real delcrédito disminuye notablemente,tanto porque el tipo de cambio realse estabiliza (ver el gráfico 1) comoporque las tasas de interés activasen moneda extranjera disminuyenprogresivamente (ver el gráfico 7).Esta disminución de las tasas deinterés en ME, que ocurre tras laprimera rebaja del encaje a la quehemos hecho mención, coincidecon una reducción adicional, quese produce gradualmente, de estamisma tasa de encaje en ME, talcomo se puede ver en el gráfico 7.Es cierto que el riesgo país, medi-do por el diferencial de los bonosPDI respecto a los bonos del teso-ro USA, también desciende apre-ciablemente durante este segundomomento; pero conviene recordarque este riesgo país aumenta no-tablemente en el último trimestredel año 2000, sin tener mayoresefectos sobre la tasa de interésdoméstica en ME. De esta mane-ra, el crédito otorgado por las em-presas bancarias no se expandedurante el año 2000, pero dismi-nuye notablemente su costo real.

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

TAMEX y tasa de encaje para depósitos en moneda extranjera(%)

G r á f i c o 7

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Tasa activa real en moneda extranjera(en términos efectivos anuales)

G r á f i c o 8

Entre el último trimestre del año1997 y el primer trimestre del año1999, el tipo de cambio real au-mentó en 17,5%. Después, en losocho trimestres de los dos últimosaños, el tipo de cambio real regis-

tró una tasa acumulada de creci-miento de solo 2,3%. En este últi-mo período, el costo real del crédi-to disminuye de manera notable.Entre octubre de 1998 y enero de1999 (crisis rusa), la tasa de encaje

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en moneda extranjera disminuyede 44 a 39%. Después, el costo delcrédito empieza a disminuir por-que las devaluaciones se desacele-ran significativamente. La tasa deencaje efectivo sigue deslizándosehasta alcanzar el 37,2% en agostode 2000 y en setiembre, la autori-dad monetaria la reduce a 34,1%.

Una última cuestión es saber cuá-les son los factores que gobiernanesta contracción crediticia. Entono de caricatura, podemos re-sumir las dos principales hipótesisasí: a) los bancos no prestan más,a pesar de que tienen recursospara hacerlo, porque los banque-ros creen que la recesión se va aprolongar; b) los bancos no pres-tan más simplemente porque notienen recursos para hacerlo, in-dependientemente de cuáles sean

las expectativas de los banqueros.En nuestra opinión, si pudiera de-mostrarse que los bancos en con-junto tienen suficientes recursoslíquidos (certificados bancarios delBanco Central, bonos del tesoroamericano, letras del tesoro argen-tino, sobreencajes, etc.), que po-drían eventualmente disminuirpara poder incrementar los crédi-tos que se otorgan a las empresaso familias, habría fuerte evidenciaa favor de la primera hipótesis.

¿Cuál es la evidencia? Primero, nohay sobreencajes importantes, nien soles ni en dólares, como por-centaje del TOSE (total de obliga-ciones sujetas a encaje) a lo largode todo el período 1999-2000.Segundo, los activos líquidos (cer-tificados del BCR) alternativos a lospréstamos son relativamente im-portantes en moneda nacional,como se muestra en el gráfico 9.Tercero, no ocurre lo mismo conlos activos líquidos alternativos (ac-tivos externos) a los préstamos enmoneda extranjera, como se pue-de apreciar en el mismo gráfico.

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Certificados del BCRP y activos externos de la banca comercial(porcentaje de los créditos en MN y ME, respectivamente)

G r á f i c o 9

« (...) los bancosno están líquidosy los banqueroscreenrazonablementeque la recesión seva a prolongar.Esto últimoimplica que eltemor a lamorosidadcreciente, debidoa la recesión, fueun factorindependienteque tambiénexplica larestriccióncrediticia quecaracterizó todoel año 2000»

En un sistema bancario dolarizado,esta evidencia no nos parece queapoya la primera hipótesis, quedice que los bancos están líquidospero no quieren prestar.

En la práctica, seguramente ocu-rren las dos cosas: los bancos noestán líquidos y los banqueroscreen razonablemente que la re-cesión se va a prolongar. Esto últi-mo implica que el temor a la mo-rosidad creciente, debido a la re-cesión, fue un factor independien-te que también explica la restric-ción crediticia que caracterizótodo el año 2000.

Cuando se examina el comporta-miento del PBI por el lado del gas-to, se confirma tanto la hipótesisdel impulso fiscal-electoral de laeconomía urbana orientada almercado doméstico, como la hi-pótesis de la recesión dentro de larecesión registrada el último se-mestre del año. El consumo públi-co aumenta en el primer y segun-do trimestre del año 2000 a tasasde 12,5% y 13,2%, respectivamen-

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te. Estas tasas bajan a 3,4% en eltercer trimestre y a �4,4% en elcuarto trimestre de dicho año. Peroel ajuste fiscal poselectoral, quedeprimió la producción urbanadurante el segundo semestre delaño, fue la notable disminución dela inversión pública: -31,7% y�29,9% durante el tercer y cuartotrimestre, respectivamente.

La recesión del último semestredel año 2000 produjo, como erade esperarse, una disminución dela recaudación tributaria de 3,0%,en términos reales, respecto delmismo semestre del año anterior.En el año 1999, la recaudación tri-butaria real se redujo un 8,1% conrespecto al año anterior. En todoel año 2000, la disminución fue desolo 0,23%, precisamente por lareactivación fiscal-electoral de laeconomía urbana ocurrida duran-te el primer semestre. Esta expe-

riencia reciente ilustra la fuertedependencia directa de la recau-dación tributaria respecto delcomportamiento de la economíaurbana y no del PBI de los secto-res primarios.

En el año 1999, la recesión de lossectores no primarios (el PBI deestos sectores cayó en �0,9%) fueacompañada por un espectacularcrecimiento de los sectores prima-rios (agro, pesca y minería): su PBIcreció en 13%. El resultado fue unaumento de la oferta de alimentosen las ciudades y un significativoaumento de las exportaciones tra-dicionales (ver el gráfico 2), noobstante la caída generalizada delos precios internacionales de losmetales y la harina de pescado.Este aumento de las exportacionesfue la razón por la cual no se regis-traron déficit mayores en la balan-za comercial, pues las importacio-nes se resistieron a caer en plenarecesión de la economía urbanadurante gran parte del año.

El PBI de los sectores primarioscontinuó expandiéndose en el año2000, aunque a tasas menorescomparadas con las registradas elaño anterior. Creció en 7,5% elprimer trimestre, en 6,9% el segun-do trimestre y en 7,2% el tercertrimestre. Sin embargo, esta expan-sión iniciada a fines del año 1998parece haber concluido, pues elúltimo trimestre del año solo re-gistró una tasa de crecimiento de1,2%. Las principales actividadesmotoras de la expansión del PBIprimario (la pesca y la manufactu-ra basada en recursos primarios)sufren una fuerte contracción. Laproducción de la actividad pes-quera cae en �12,5% y la de lamanufactura procesadora de re-cursos primarios en �5,1%. Tam-bién se registra una desaceleraciónde la producción minera desde elúltimo trimestre del año 2000. Estono ocurre, sin embargo, con el sec-tor agropecuario.

Corrida y crisisbancaria

¿Disminuyó la fragilidad del siste-ma bancario durante el año 2000?No, a pesar de que el sistemabancario fue socorrido por los de-pósitos que el gobierno hizo, tan-to en moneda extranjera comoen moneda nacional, desde el año1997. Sus depósitos crecieron deUS$ 1.638 millones en febrerode 1997 hasta US$ 2.920 millo-nes en agosto de 1999. Con estosfondos fiscales se moderó o con-troló la crisis bancaria, pues así secontrarrestó el efecto negativo quetuvo la salida de capitales de cor-to plazo, iniciada en setiembrede 1998, sobre la liquidez y lacapacidad de préstamo del siste-ma bancario doméstico.

No obstante este socorro fiscal, elcrédito bancario al sector privadono aumentó ni tampoco disminu-yó la morosidad de su cartera. En-tre setiembre de 1998 y diciem-bre de 1999, los bancos Repúbli-ca y Banex quebraron y cerraron;el banco Latino fue rescatado di-rectamente con recursos del go-bierno y, por último, el bancoWiese tuvo que fusionarse, me-diante directo auspicio del gobier-no, con un banco extranjero.

El auxilio gubernamental al siste-ma bancario incluye, además, unsubsidio implícito en el período decrecimiento del tipo de cambioreal. El gobierno disminuye susdepósitos en dólares y aumenta susdepósitos en soles favoreciendo alos bancos con el diferencialcambiario, al mismo tiempo quedisminuye la tasa de encaje de losdepósitos en moneda extranjera.

La campaña electoral obligó al go-bierno a retirar estos depósitosdesde mediados de 1999. Comopuede observarse en el gráfico 10,esta disminución no cesa después

« (...) el gobiernoretiró susdepósitos delsistema bancariopara enfrentar eldesequilibriofiscalposelectoral. Elresultado fue unacrisis bancaria,comoconsecuencia dela cual, dosbancos chicos,directamenteafectados porestos depósitos,el NBK y NuevoMundo,quebraron en elmes de octubre»

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de las elecciones, sino que se in-tensifica en el segundo semestre delaño 2000, cuando el ministro Bo-loña opta por un drástico ajuste fis-cal con el propósito de enfrentar eldéficit originado por la campañareeleccionista del ex presidenteFujimori. En ausencia de recursosde privatización y financiamientoexterno, el gobierno baja el encajebancario en moneda extranjerapara retirar sus depósitos del siste-ma bancario, pero esta vez no paraenfrentar un shock externo adver-so, sino el desequilibrio fiscal pose-lectoral. El resultado fue una crisisbancaria, como consecuencia dela cual, dos bancos chicos, directa-mente afectados por estos depósi-tos, el NBK y Nuevo Mundo, que-braron en el mes de octubre.

Este ajuste fiscal y el retiro de losdepósitos del gobierno provocaronuna corrida bancaria similar a laocasionada por la fuga de capita-les que siguió a la crisis rusa. En lostres últimos meses del año, el sec-tor privado retiró de sus depósitosde los bancos aproximadamenteUS$ 601 millones, cifra muy supe-rior a los US$ 479 millones de in-cremento de estos depósitos regis-trado durante los diecinueve me-ses anteriores, de febrero de 1999a setiembre de 2000 (ver el gráfi-co 11). Entre marzo de 1998 y fe-brero de 1999, los depósitos ban-carios se redujeron en US$ 1.015millones, en moneda nacional yextranjera, conforme se reducía ladeuda externa de corto plazo dela banca comercial (ver los gráfi-cos 11 y 12). Comparado con elperíodo de la crisis rusa, lo ocurri-do en el segundo semestre de2000 es sorprendente. La razón delretiro de depósitos es ahora fun-damentalmente interna: una corri-da de los depositantes domésticos.

El factor desencadenante de estacorrida fue el sistemático y crecien-te retiro de los depósitos del go-bierno, y probablemente la incer-

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Depósitos del gobierno en las empresas bancarias,en moneda nacional y extranjera(millones de US$)

G r á f i c o 10

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

TOSE, en moneda extranjera y en moneda nacional, delsistema bancario con el sector privado(millones de US$)

G r á f i c o 11

tidumbre política. Esta corrida pro-vocó un nuevo recorte de los prés-tamos bancarios en el último tri-mestre del año 2000, como se pue-de ver en el gráfico 6. Esta con-

tracción crediticia aunada a unacaída de la inversión pública enaproximadamente 30% en el se-gundo semestre del año, explica larecesión dentro de la recesión, lo

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que intensifica la fase descenden-te del ciclo económico en mediode una crisis política asociada aldesplome de la dictadura.

En el gráfico 12 se observa clara-mente que esta crisis bancaria delaño 2000 no estuvo asociada a unadisminución de la deuda externade corto plazo de la banca comer-cial, cosa que sí ocurrió con la cri-sis bancaria acaecida a raíz de lacrisis rusa en 1998. Debido al pá-nico financiero internacional de-satado por la crisis rusa, los pasivosexternos de corto plazo del siste-ma bancario disminuyeron en54,6% entre agosto de 1998 y ene-ro de 2000. Como puede verse endicho gráfico, el nivel de los pasi-vos externos de corto plazo se man-tuvo sin grandes variaciones duran-te el segundo semestre del año

2000; por tanto, el comportamien-to de estos pasivos no puede cons-tituirse en factor determinante dela crisis bancaria de fines de año.

Las políticasmacroeconómicas

Lo que la situación económica delaño 2000 muestra es el resultadode una política económica que nopudo enfrentar la situación exter-na desfavorable, caracterizada fun-damentalmente por una salida decapitales. A este respecto, hay queindicar que la magnitud misma delos efectos de la crisis financierainternacional en la economía pe-ruana fue también producto deuna política monetaria que, al fo-mentar el endeudamiento externode la banca comercial, acrecentóinnecesariamente la vulnerabilidadde la economía peruana ante cam-bios en el contexto financiero ycomercial internacional. El instru-mento fue los encajes efectivosdiferenciales: 0% para las líneas decrédito externas y aproximada-mente 44% para los depósitos do-mésticos en dólares hasta setiem-bre de 1998.

«En los tresúltimos meses delaño, el sectorprivado retiró desus depósitos delos bancosaproximadamenteUS$ 601 millones(...) Comparadocon el período dela crisis rusa, loocurrido en elsegundo semestrede 2000 essorprendente. Larazón del retirode depósitos esahorafundamentalmenteinterna: unacorrida de losdepositantesdomésticos»

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Pasivos externos de las empresas bancarias(millones de US$)

G r á f i c o 12

Podemos identificar dos períodosen los cuales la autoridad moneta-ria disminuye la tasa de encaje enmoneda extranjera, con dos pro-pósitos distintos. Durante la crisisrusa, de setiembre de 1998 a ene-ro de 1999, la tasa de encaje efec-tivo disminuye cinco puntos: bajade 44% a 39%. Después se regis-tra un lento decrecimiento hastael mes de agosto del año 2000, enel que se registra la tasa de 37,2%.Con la disminución del encaje encinco puntos, el Banco Centralbuscaba contrarrestar la fuga decapitales asociada a la crisis rusade entonces. Pero, la correspon-diente liquidez generada en el sis-tema bancario comercial por estadisminución no se tradujo en ma-yor liquidez disponible para prés-tamos al sector privado, debido ala creciente morosidad y a la ur-gencia de los bancos del repago desu deuda de corto plazo.

El segundo momento correspondeal mes de setiembre del año 2000.La tasa de encaje efectivo baja cer-ca de 3 puntos: de 37,2% a 34,1%.Esta disminución coincide con elajuste fiscal efectuado por el mi-nistro Boloña, que se realizó con

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el propósito de facilitar el retiro delos depósitos públicos mantenidosen el sistema bancario. Se trató asíde contrarrestar el efecto negativode dicho retiro en la liquidez delos bancos. La corrida bancaria queesto suscitó no tiene, por lo tanto,ninguna relación con factores ex-ternos. La quiebra del NBK y delbanco Nuevo Mundo revela, ade-más, que todavía no se ha podidoenfrentar de modo radical la fragi-lidad e inestabilidad del sistemabancario, desde que la fuga y pos-terior paralización de los capitalesextranjeros erosionó sus fondosprestables.

En los dos momentos, la utilizaciónde las tasas de encaje (la autori-dad monetaria decidió reducirlas)se orientó a contrarrestar la salidade capitales del sistema bancarioy no a estimular el nivel de activi-dad. Así, la ineficacia de la políti-ca monetaria para combatir la re-cesión se debe a la desvinculaciónde la política monetaria respectode la producción y empleo, y, portanto, a su exclusivo objetivo decontrol de la inflación. El BancoCentral aprovecha las recesionespara bajar la tasa de crecimientode los precios. La �sequía� crediticiacontinuó, pero esta vez exacerba-da por los retiros de los depósitosprivados del sistema bancario. Estetipo de política monetaria del Ban-co Central no ha cambiado en losustancial con el gobierno transi-torio actual.

Por otro lado, el Banco Centralmantuvo su política de �fijaciónsucia� del tipo de cambio paramantener la inflación bajo control,pero a costa de perder reservas.Dejar que la presión alcista del tipode cambio se materialice en deva-luaciones significativas, acabaríapor generar una crisis bancaria ge-neralizada, porque las familias yempresas endeudadas en dólaresperciben sus ingresos en soles. Alcontener férreamente las presiones

al alza del tipo de cambio duranteprácticamente todo el año 2000,se limitó el incremento de la tasade interés real de los préstamos enmoneda extranjera. Esta tasa dis-minuyó notablemente, pero no diolugar a un aumento de los créditosni a la disminución de los índicesde morosidad.

Con respecto a la política fiscal, hayque mencionar que desde el se-gundo trimestre del año 1999, elsector público no financiero regis-tró déficit primarios recurrentes. Envalores absolutos, estos déficit seincrementaron en el segundo se-mestre del año 2000, hasta alcan-zar en el cuarto trimestre el 1,5%del PBI. El déficit global del añofue de 3,0%, cifra menor en soloun décimo al registrado en 1999.

En el gráfico 13, se aprecia clara-mente que en todo el año 2000el resultado primario del sectorpúblico no financiero, que exclu-ye tanto los ingresos por privati-zaciones como los gastos en inte-reses de la deuda pública, fue de-ficitario. Además, se aprecia uncreciente deterioro de las cuen-tas fiscales durante los tres últimos

años. Debido a esta tendencia,por primera vez en lo que va dela década, el resultado primarioanual fue negativo durante los dosúltimos años. En estos mismosaños, el pago de intereses subióhasta el 2,2% del PBI.

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Resultado primario del sector público no financiero(porcentaje del PBI)

G r á f i c o 13

« (...) el BancoCentral mantuvo supolítica de �fijaciónsucia� del tipo decambio. Dejar quela presión alcista deltipo de cambio sematerialice endevaluacionessignificativas,acabaría por generaruna crisis bancariageneralizada,porque las familias yempresasendeudadas endólares perciben susingresos en soles»

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¿Cómo se financió el déficit eco-nómico del sector público no fi-nanciero de 3% del PBI en el año2000? �A ojo de buen cubero�, untercio del déficit del año 2000 sefinanció con ingresos por privati-zaciones realizadas durante el pe-ríodo; otro tercio con endeuda-miento externo neto; y el terciorestante, con la reducción de losdepósitos acumulados del gobier-no en el Banco Central, que bási-camente son fruto de privatiza-ciones anteriores. Esto contrastacon la estructura del financiamien-to del déficit fiscal del año 1999,que alcanzó también un 3% delPBI. Este déficit se financió, enmás de tres cuartas partes, redu-ciendo los depósitos del sectorpublico en el Banco Central; esdecir, reduciendo el monto deldinero acumulado de privatizacio-nes anteriores; y la cuarta parterestante, con el ingreso de privati-zaciones nuevas. En 1999, no hubofinanciamiento externo.

Fuente: BCRP.Elaboración: Departamento de Economía, PUCP.

Recaudación tributaria total(porcentaje del PBI)

G r á f i c o 14

De esta manera, a fines del año2000, el gobierno tenía depósitosen el Banco Central por un montode US$ 2.694 millones y tambiénmantenía depósitos en la bancacomercial por un monto aproxima-do de US$ 2.267 millones, lo quesupone un total de recursos líqui-dos equivalentes al 9,2% del PBIde dicho año. Estos recursos tota-les han venido disminuyendo gra-dualmente desde fines de 1998,por el aumento del déficit fiscal ypor la disminución del ingreso pornuevas privatizaciones.

La magnitud de estos recursos lí-quidos torna sumamente improba-ble la ocurrencia de una crisis fis-cal, aun si se prolongase la actualrecesión urbana. Sin embargo,también es cierto que la reducciónde este déficit fiscal requiere unareactivación económica que gene-re el incremento de la recaudacióntributaria. Como puede apreciar-se en el gráfico 14, desde que seinició la recesión urbana en 1998,la presión tributaria ha caído enaproximadamente 2 puntos delPBI. En gran medida, el déficit fis-cal es resultado de la recesión.

« (...) un terciodel déficit del año2000 se financiócon ingresos porprivatizacionesrealizadasdurante elperíodo; otrotercio conendeudamientoexterno neto; y eltercio restante,con la reducciónde los depósitosacumulados delgobierno en elBanco Central»

En términos de la política ma-croeconómica adoptada, la coyun-tura del último semestre del año2000 estuvo caracterizada por lamezcla de una política monetariarestrictiva en soles, orientada aneutralizar las presiones al alza deltipo de cambio, con una políticafiscal contractiva, que provocó unareducción del gasto en inversiónpública. Esta política fiscal contri-buyó significativamente a generarla recesión dentro de la recesiónque hemos descrito anteriormen-te. El otro factor recesivo fue la res-tricción crediticia en dólares pro-vocada por la crisis bancaria, quetambién hemos descrito anterior-mente. Así, el año concluyó conuna caída de la producción y unatasa de inflación similar a la alcan-zada en el año 1999.

En resumen, la recesión de la eco-nomía urbana que se iniciara en1998 se agravó en el segundo se-mestre del año 2000, sin que seaplicasen políticas monetaria y fis-cal anticíclicas. De un lado, tene-mos a una autoridad monetariaque no hace nada por atenuar oevitar las recesiones y que se con-

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centra exclusivamente en mante-ner controlada la inflación; o, aunpeor, que aprovecha las recesionespara bajar la tasa de inflación. Ydel otro, tenemos a una autoridadfiscal que, en el mejor de los ca-sos, hace política fiscal procíclicay que, en el peor de los casos, ge-nera ella misma las recesiones,como ocurrió en el segundo se-mestre del año 2000. El defectofundamental de este sistema depolíticas macroeconómicas es queno tiene como un objetivo básicomantener un adecuado nivel deactividad económica y empleo.Este objetivo es tan importantecomo mantener una inflación baja.En estas condiciones, el nivel deactividad económica depende bá-sicamente de la oferta de créditobancario en moneda extranjera, laque a su vez está gobernada direc-tamente por los flujos de capitalesexternos y/o por la confianza de losdepositantes, entre otros factores.

A modo de conclusión

La recesión dentro de la recesióngestada a fines del año 2000, se haextendido hasta el primer trimes-tre del año 2001 y amenaza conprolongarse aún más. Durante elprimer trimestre de 2001, tanto elPBI de los sectores primarios como

el de los sectores no primarios de-creció, siendo las tasas negativasde 3,1% y 2,5%, respectivamente.

En nuestra opinión, esta recesiónno terminará por sí sola, de muer-te natural, aun cuando desaparez-ca la incertidumbre política que hacaracterizado todo este períodomarcado por la caída del autorita-rismo fujimorista y la transiciónhacia un nuevo régimen democrá-tico. Para que esta recesión termi-ne y se eviten otras similares en elfuturo, es indispensable un cam-bio fundamental en el sistema depolíticas monetaria y fiscal que haimperado hasta ahora.

« (...) la coyunturadel últimosemestre del año2000 estuvocaracterizada porla mezcla de unapolítica monetariarestrictiva ensoles con unapolítica fiscalcontractiva»

«En resumen, larecesión de laeconomía urbanaque se iniciara en1998 se agravó enel segundosemestre del año2000, sin que seaplicasen políticasmonetaria y fiscalanticíclicas»

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Sectores

I II III IV Año I II III IV Año

Agropecuario -9,1 9,0 13,2 9,1 5,2 5,4 1,3 12,0 16,3 15,7 1,9 12,0 4,5 7,3 7,5 5,9 6,4

Pesca 27,2 3,9 21,1 -13,2 -4,8 -1,8 -13,7 35,3 48,4 -14,0 41,8 28,9 36,9 12,0 13,2 -12,5 8,1

Minería 0,9 10,2 12,0 4,3 5,1 9,0 5,6 14,6 15,9 8,7 8,7 11,8 4,0 1,8 2,0 1,8 2,4

Manufactura -3,3 3,4 16,6 5,4 1,5 5,3 -3,6 -4,6 -1,1 -3,8 10,8 0,3 12,9 9,1 6,4 -1,2 6,5

- Proc. recursos prim. -1,5 7,9 15,5 -2,1 3,6 2,0 -9,5 25,4 25,7 -6,6 20,4 15,6 17,0 12,7 15,9 -5,6 8,9

- Resto industria -3,8 2,1 17,0 7,6 0,9 6,2 -2,0 -10,6 -7,2 -3,0 8,0 -3,4 11,8 7,9 4,1 0,3 5,8

Construcción 2,3 20,3 33,3 17,3 -2,3 14,9 0,7 -13,1 -12,0 -16,7 -1,0 -10,8 5,2 -2,4 -3,3 -15,8 -4,5

Comercio -4,0 2,6 16,3 12,2 0,9 7,8 -3,1 -5,1 -2,8 -0,9 2,7 -1,6 8,4 6,5 4,4 1,7 5,3

PBI TOTAL -0,4 4,8 12,8 8,6 2,5 6,7 -0,4 -0,7 2,1 -0,1 4,2 1,4 6,3 5,1 3,6 -0,4 3,6

Sector primario 1/ -3,6 8,9 13,7 4,3 4,5 5,5 0,0 15,6 18,4 8,3 9,2 13,0 7,5 6,9 7,2 1,2 5,7

Sector no primario 2/ 0,2 4,0 12,7 9,4 2,1 7,0 -0,5 -3,6 -1,4 -1,7 3,2 -0,9 6,1 4,7 2,7 -0,7 3,1

199820001999

1992 1993 1994 1995 1996 1997

Cuadro 1

Producto bruto interno por sectores productivos(tasa de crecimiento anual)

1/ Agropecuario, pesca, minería y manufactura procesadora de recursos primarios.2/ Construcción, comercio, resto industria (manufactura), gobierno y resto.

Fuente: BCRP, Nota Semanal, Lima: 11 al 16 de marzo, 2001.Elaboración: Departamento de Economía - PUCP.

ANEXO

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I II III IV Año I II III IV Año

PBI no primario 1/ 0,2 4,0 12,7 9,4 2,1 7,0 -0,5 -3,6 -1,4 -1,7 3,2 -0,9 6,1 4,7 2,7 -0,7 3,1

PBI primario 2/ -3,6 8,9 13,7 4,3 4,5 5,5 0,0 15,6 18,4 8,3 9,2 13,0 7,5 6,9 7,2 1,2 5,7

PBI -0,4 4,8 12,8 8,6 2,5 6,7 -0,4 -0,7 2,1 -0,1 4,2 1,4 6,3 5,1 3,6 -0,4 3,6

Demanda interna -1,0 6,0 14,9 11,9 0,2 6,6 -0,9 -6,6 -3,3 -4,0 3,7 -2,6 6,0 4,5 2,6 -1,5 2,8

Demanda doméstica 3/ -0,4 4,8 12,8 8,6 2,5 6,7 -0,4 -10,0 -4,6 -5,6 5,2 -3,9 5,5 3,4 1,7 -3,6 1,7

- Inversión bruta interna -3,9 13,4 29,9 20,2 -3,1 12,4 -1,8 -18,8 -15,3 -18,3 8,0 -11,8 6,7 0,8 -2,6 -13,9 -2,5

Privada -6,9 13,4 31,0 22,6 -1,8 13,0 -1,9 -19,2 -20,7 -21,4 -1,9 -16,3 5,8 0,5 -3,7 -9,5 -1,8

Pública 13,9 12,8 21,9 8,3 -10,1 9,0 3,0 1,0 13,5 17,6 -2,2 7,2 7,2 -3,3 -31,7 -29,9 -16,8

1/ Construcción, comercio, resto industria (manufactura) y otros servicios (gobierno y resto).

2/ Agropecuario, pesca, minería y manufactura procesadora de recursos primarios.

3/ Demanda interna importaciones.

1998 1999

2000

1993 1994 1995 1997 1996 1992

Cuadro 2

Producto bruto interno y demanda doméstica(tasa de crecimiento anual)

Fuente: BCRP, Nota Semanal, Lima: 11 al 16 de marzo, 2001.Elaboración: Departamento de Economía - PUCP.

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Ahorro en cuenta corriente Gastos de capital Resultado Ingresos de Resultado Gasto no

Del gobierno central Del Inversión Total primario capital primario financiero

Ingresos Gastos Ahorro SPNF pública SPNF SPNF 1/ SPNF SPNF 2/ gob.central

1992 11,4 11,6 -0,3 1,1 3,1 4,2 0,9 0,4 1,3 10,0

1993 11,3 11,1 0,2 1,9 3,4 4,4 1,1 0,4 1,5 10,7

1994 12,9 12,2 0,7 2,7 3,9 5,1 1,0 4,5 5,5 12,7

1995 13,6 13,2 0,4 2,1 4,0 5,0 0,3 1,6 1,9 13,8

1996 14,2 12,7 1,6 3,4 3,8 4,5 1,2 0,1 1,3 13,7

1997 14,2 11,9 2,2 4,6 3,9 4,5 1,7 0,0 1,8 13,5

1999 14,4 14,5 -0,1 1,8 4,8 5,0 -1,0 0,1 -0,9 12,4

I 15,3 13,8 1,5 3,8 3,8 4,0 1,8 0,1 1,9 11,8

II 13,7 13,3 0,4 2,3 4,5 4,8 0,0 0,2 -0,2 11,2

III 13,9 15,2 -1,3 0,4 5,5 5,6 -3,1 -0,1 -3,2 13,2

IV 14,8 15,5 0,7 0,7 5,2 5,4 -2,3 0,1 -2,2 13,3

2000 14,6 14,8 -0,2 0,9 3,9 4,0 -0,9 0,1 -0,8 12,6

I 14,5 15,0 -0,5 1,6 3,9 4,0 0,0 0,1 -0,1 12,9

II 14,2 14,1 0,1 1,6 4,2 4,4 -0,5 0,1 -0,4 11,8

III 14,2 14,3 -0,1 1,1 3,6 3,9 -1,4 0,2 -0,2 12,9

IV 15,5 15,7 -0,2 -0,8 3,7 3,8 -1,6 0,1 -1,5 12,8

Cuadro 3

Indicadores fiscales: operaciones del sector público no financiero (SPNF)(porcentaje del PBI)

1/ Sin ingresos de capital.2/ Con ingresos de capital.

Fuente: BCRP, Nota Semanal, Lima: 11 al 16 de marzo, 2001. Elaboración: Departamento de Economía - PUCP.

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I II III IV Año I II III IV Año

BALANZA EN CUENTA CORRIENTE -57,4 -65,5 -57,9 -76,9 -61,5 -48,0 -63,12 -30,88 -34,92 -22,25 -31,40 -29,72 -25,98 -31,51 -6,61 -30,93 -23,49

- Balanza comercial -9,4 -17,3 -21,7 -38,8 -33,7 -25,2 -42,83 -9,63 -14,19 -6,89 -10,00 -10,08 -8,12 -9,11 3,74 -6,24 -4,74

- Renta de factores del sector público -38,4 -38,9 -31,5 -25,1 -15,2 -7,4 -7,80 -8,64 -11,57 -9,29 -8,19 -9,34 -7,69 -9,53 -0,81 -11,66 -7,36

- CUENTA FINANCIERA 1/ 23,3 52,9 85,6 54,5 61,8 85,5 29,84 3,68 19,16 4,42 21,52 12,43 34,16 21,44 4,55 3,56 15,34

- Capitales de corto plazo y E. y O. 40,6 19,1 12,4 23,7 15,6 38,1 6,27 -9,35 -49,04 -30,21 -6,37 -23,07 9,93 4,76 0,76 -8,10 1,57

- Ingresos por privatización 0,2 4,8 48,7 9,8 28,6 2,1 1,04 3,19 0,85 6,01 3,92 3,58 0,55 10,42 1,90 0,55 3,27

- ACUMULACIÓN DE RIN SISTEMA BANCARIO 15,8 13,2 66,3 12,0 36,8 -12,9 -14,7 -50,8 -17,7 41,8 35,3 9,9 57,1 30,1 11,1 -10,4 -2,7

NOTA

- Transferencia neta deuda pública externa 2/ -6,7 -8,5 -5,5 -5,0 -12,7 -13,7 -14,64 -17,00 -20,09 -15,61 -16,73 -17,27 -15,38 -17,57 -8,78 -21,89 -15,87

- Servicio de la deuda pública externa 58,86 66,46 54,69 45,02 37,35 27,43 32,85 27,12 31,44 28,00 44,15 32,67 31,37 35,74 23,74 33,99 31,09

Exportación de bienes (millones de US$) 3.661 3.516 4.598 5.591 5.898 6.832 5.757 1.412 1.409 1.582 1.710 6.113 1.651 1.679 1.845 1.827 7.002

1998 1999 2000

1993 1994 1995 1996 1997 1992

Cuadro 4

Balanza de pagos(porcentaje de las exportaciones de bienes)

1/ Hasta 1994 incluye la cuenta de capital.2/ Considera los intereses efectivamente pagados de la deuda pública externa.

Fuente: BCRP, Nota Semanal, Lima: 11 al 16 de marzo, 2001.Elaboración: Departamento de Economía - PUCP.

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Síntesis del debate

Juan Nunura

La recesión de la economía urba-na en Perú, vigente desde 1998 alprimer semestre del presente año,fue el tema central del debate eneste taller de coyuntura, debido alos efectos perversos que genera enla inversión y la generación deempleo. El PBI de los sectores noprimarios cayó en 0,5% en 1998 y0,9% en 1999, con respecto al añoanterior. En el año 2000, el PBI deesos mismos sectores creció en3,1%, fundamentalmente por elgasto fiscal de la reelección fujimo-rista, retornando a la recesión enel segundo semestre del mismoaño. En el primer semestre de2001, la recesión de la economíase generalizó a todos los sectores,primarios y no primarios, exceptoelectricidad, gas y agua. El PBI glo-bal cayó en 1,7% con respecto asimilar semestre del año anterior.Como consecuencia de ese ciclorecesivo, la inversión privada seredujo sistemáticamente de 20,5%del PBI en 1997 a 16,7% en 2000.La tasa de subempleo se mantienealta y rígida en 52% en ese perío-do, mientras que la población ensituación de pobreza aumentó de1997 a 2000: de 42,7% a 48,4%,respectivamente. Con relación aotros aspectos de la economía pe-ruana al año 2000, se obtuvo porsegundo año consecutivo un défi-cit fiscal primario (-0,9% del PBI);la inflación fue de 3,8%, superioral 3,5% del año anterior; el déficitde la balanza comercial bajó a US$321 millones; y las RIN del BancoCentral alcanzaron el nivel de US$8.180 millones, US$ 224 millonesmenos que el año anterior.

Los temas principales del debatefueron los siguientes: la restriccióncrediticia, la profundización de larecesión en el segundo semestre

de 2000 y la viabilidad de las polí-ticas económicas anticíclicas.

Restricción crediticia yrecesión urbana

Para algunos economistas, la res-tricción crediticia bancaria fue unode los principales determinantesde la recesión de la economía ur-bana. Los bancos restringieron elcrédito al sector privado porquecarecían de recursos líquidos y te-nían la expectativa pesimista deuna creciente morosidad. La me-nor disponibilidad de recursospara préstamos se originó, prime-ro, con el recorte de las líneas decrédito externo a los bancos pe-ruanos a raíz de la crisis rusa ensetiembre de 1998 y, luego, seacentuó con el retiro de los depó-sitos bancarios del gobierno parafinanciar el déficit fiscal poselec-toral del año 2000. Los bancostampoco habrían acumulado, enla recesión, importantes activos lí-quidos alternativos al crédito paraatender un mercado de créditofuertemente dolarizado. Los acti-vos líquidos alternativos más sig-nificativos están en moneda nacio-nal. Por otro lado, la quiebra, res-cate y fusión de algunos bancospequeños, acontecidos en ese ci-clo recesivo, contribuyeron a lamenor oferta de crédito. La expec-tativa de creciente morosidad, elotro factor determinante de la res-tricción crediticia, se deriva de lasconjeturas de los banqueros deuna recesión prolongada y dura-dera en la economía urbana. Esdecir, la restricción crediticia, a suvez, depende, vía el incrementode la morosidad, de la misma re-cesión productiva. Esta decisión delos banqueros, basada en el incre-

mento esperado de la morosidad,profundiza la recesión. La restric-ción crediticia genera recesión, larecesión incrementa la morosidad,la morosidad restringe el crédito yla recesión se profundiza.

Para otros economistas, en cambio,la restricción crediticia no se debea la escasez de fondos prestablesen moneda extranjera, sino a unacuestión de rentabilidad bancaria.Los bancos no otorgan préstamossimplemente porque en la recesiónaumenta el riesgo de morosidad(sus cuentas se tornan incobrables)y baja la rentabilidad de los crédi-tos. Para evitar la caída en la renta-bilidad bancaria prefieren deman-dar activos líquidos alternativos alcrédito. Parte de los recursos libe-rados por la reducción en la tasade encaje en moneda extranjera de44% a 34%, que aconteció de oc-

«Parte de losrecursos liberadospor la reducción enla tasa de encaje enmoneda extranjerade 44% a 34%, queaconteció deoctubre de 1998 asetiembre de 2000para incrementar laoferta de fondosprestables, se puedehaber trasladado a lacompra de activoslíquidos externos,puesto que nada selos prohíbe»

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tubre de 1998 a setiembre de 2000para incrementar la oferta de fon-dos prestables, se puede haber tras-ladado a la compra de activos lí-quidos externos, puesto que nadase los prohíbe. Por otro lado, las lí-neas de crédito con el exterior es-tán abiertas y los bancos accede-rán cuando se recupere la produc-ción y la demanda de crédito, queprobablemente se derive de unchoque positivo en el sector real.

Un tercer grupo de economistassostuvo que, al dejar de ser atrac-tivo el incremento de los présta-mos en la recesión, la reducciónen la tasa de encaje en monedaextranjera dio un impulso adicio-nal para la salida de capitales alexterior, vía la compra de activosexternos (bonos del tesoro ameri-cano, letras del gobierno argenti-no, etc.), con lo cual se acentuó larestricción crediticia.

La recesión dentro de larecesión en el segundosemestre de 2000

El efímero crecimiento de la eco-nomía urbana en el primer semes-tre de 2000, acontece dentro dela larga fase recesiva que se inicióen 1998 y se profundiza a partirdel segundo semestre de 2000. Aeste último evento se le ha bauti-zado como la recesión dentro dela recesión. Para unos economis-tas, este fenómeno fue provocadopor dos shocks internos. Uno, eldrástico ajuste fiscal poselectoralque se expresó en una caída de lainversión pública, en 31%, y, dos,la crisis bancaria provocada por laintensificación en el retiro de losdepósitos del gobierno durante elsegundo semestre, para cubrir eldesequilibrio fiscal poselectoral.Ambas medidas provocaron unacorrida bancaria y la quiebra de losbancos NBK y Nuevo Mundo. Paraotros economistas, las causas noson estrictamente económicas. El

factor principal fue la crisis políti-ca iniciada con la reelección deFujimori, que afectó significativa-mente a la inversión privada y enmenor medida al consumo, peroque con la elección de Toledo elefecto de ese shock ha concluido.El segundo factor fue el drásticoajuste fiscal que inició Boloña yprosiguió Silva Ruete en el gobier-no de transición, cuyo efecto con-cluirá en el segundo semestre de2001, en el que se espera una re-cuperación del gasto público y dela recaudación tributaria.

La no intervención ylas políticasanticíclicas

Como la recesión económica con-tinúa en el año 2001, se discutie-ron también medidas para salir dela crisis. Algunos economistas sos-tienen que la recuperación no seráautomática y es fundamental unapolítica económica anticíclica paralograr una efectiva reactivación dela economía, de la cual está de-pendiendo a su vez la recupera-ción de la inversión privada. Estapropuesta se fundamenta en lassiguientes premisas: 1) los grandesproyectos de inversión en el sec-tor primario, como en la minería,no han repercutido en la econo-mía urbana; 2) la meta fiscal delprimer semestre de 2001 se hacumplido en exceso; y 3) el gobier-no tiene capacidad para financiaruna expansión del déficit fiscal. Losefectos esperados serían la restitu-ción de la cadena de pago y la re-cuperación de la confianza en elinversionista privado. Entre lasmedidas fiscales se sugiere, porejemplo, recortar los impuestos yaumentar el gasto público; y, en-tre las monetarias, reducir el en-caje bancario. Para otros econo-mistas, en cambio, la adopción demedidas anticíclicas es aconseja-ble si se realiza en la vecindad delevento recesivo, no cuando la re-cesión está desapareciendo, como

probablemente ya ocurrirá en elsegundo semestre de este año.Para un tercer grupo de investiga-dores, aplicar políticas contracícli-cas, como cortar impuestos e in-crementar el gasto público parasalir de la recesión, puede resultarcontraproducente en las condicio-nes actuales, si no se toma con-ciencia de la real dimensión deldéficit fiscal actual. Las medidasanticíclicas podrían llevar a un ni-vel de déficit fiscal que sea difícilde financiar y contrario al shock deconfianza que se estaría generan-do con los hechos recientes. Uncuarto grupo de economistas argu-menta que, a diferencia de otrospaíses de América Latina, la tar-danza para salir de la crisis fue de-terminada por la crisis política in-terna que impactó severamente enla inversión privada. Mientras per-sista la crisis política existirá pocoo ningún margen para reactivar lademanda agregada vía recorte deimpuestos y reducción de la tasade encaje o tasa de interés.

«Algunos economistassostienen que esfundamental unapolítica económicaanticíclica. Estapropuesta sefundamenta en lassiguientes premisas: losgrandes proyectos deinversión en el sectorprimario no hanrepercutido en laeconomía urbana; lameta fiscal del primersemestre de 2001 se hacumplido en exceso; yel gobierno tienecapacidad parafinanciar una expansióndel déficit fiscal»

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ÚLTIMAS PUBLICACIONES DE LOSCENTROS ASOCIADOS AL CIES

CIES

Cueto, Marcos. Culpa y coraje. Historia de las políticas sobre el VIH/Sida enel Perú. Serie: Diagnóstico y Propuesta, 7. Lima: CIES-UPCH, Facultad deSalud Pública y Administración, agosto 2001.

Rebosio, Guillermo y Enrique Rodríguez. Ingreso campesino y compras es-tatales de alimentos en el Perú. Serie: Diagnóstico y Propuesta, 6. Lima:CIES-CEDEP, julio 2001.

Francke, Pedro (ed.). Políticas de salud 2001-2006, Serie: Diagnóstico yPropuesta, 5. Lima: CIES, julio 2001.

Dammert, Ana Cecilia. Acceso a servicios de salud y mortalidad infantil enel Perú, Serie: Investigaciones Breves, 18. Lima: CIES - GRADE, junio 2001.

Trivelli, Carolina. Crédito agrario en el Perú. ¿Qué dicen los clientes?, Serie:Diagnóstico y Propuesta, 4. Lima: CIES - IEP, mayo 2001.

CENTRO BARTOLOMÉ DE LAS CASAS, CUSCO

Chirinos, Andrés. Atlas lingüístico del Perú. Cusco: Ministerio de Educa-ción/Centro Bartolomé de las Casas, 2001.

Kruse, Dirichs, Paredes. La red urbana de la Región Cusco. Jerarquizaciónde centros poblados y su aplicación en la asignación de inversiones en elterritorio. Cusco: Centro Bartolomé de las Casas, 2001.

Municipalidad Provincial de Paruro � CBC. Plan estratégico de desarrollode la Provincia de Paruro. Cusco: Centro Bartolomé de las Casas - ORTAM,2001.

Schjellerup, Inge, et al. Wayko lamas, la gente y la biodiversidad. Cusco:DIVA/Centro Bartolomé de las Casas, 2001.

Revista Andina, No 33. Revista semestral. Cusco: Centro Bartolomé de lasCasas, 2000.

CEPES

Eguren, Fernando y Juan Rheineck (eds.). Desarrollo rural: Organizacionesno gubernamentales y cooperación internacional. Lima: CEPES, 2001.

Debate Agrario: Análisis y Alternativa, No. 31. Lima: CEPES, agosto 2000.

Valderrama, Mariano (coordinador). La realidad de la ayuda externa:América Latina al 2000. Editado por el Grupo de Trabajo de Cooperación

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Internacional de la Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Pro-moción - ALOP. Lima: CEPES, 2000.

Valderrama, Mariano (coordinador). Mito y realidad de la ayuda externa:América Latina al 2001. Editado por ALOP. Lima: CEPES, 2000.

CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y PROMOCIÓNDEL CAMPESINADO - CIPCA

Fort, Angie. Menestras y pequeña producción en la costa de Piura. Piura:CIPCA, 2000.

Sánchez A., Pablo. Manual de asesoría técnico productiva y empresarial apequeños agricultores. Piura: CIPCA, 2000.

Centro de Investigación y Promoción del Campesinado; Servicio Agrope-cuario para la Investigación y Promoción Económica. Evaluación participa-tiva de necesidades prioritarias: distritos de frontera de Piura-Perú. Piura,Jaén: CIPCA, SAIPE, 2000.

Centro de Investigación y Promoción del Campesinado; Servicio Agrope-cuario para la Investigación y Promoción Económica. Evaluación participa-tiva de necesidades prioritarias: Alto Marañón. Lima. CIPCA;SAIPE, 2000.

Centro de Investigación y Promoción del Campesinado. Evaluación parti-cipativa de necesidades prioritarias: provincia de Jaén, informe final. Lima:CIPCA, 1999.

CIUP

Araoz, Mercedes, José Luis Bonifaz, Carlos Casas y Fernando GonzálezVigil. Factores limitantes de la inversión extranjera en el Perú. Lima: CIUP,Comisión ALCA/Perú, CAF, 2001.

Bonifaz, José Luis, Roberto Urrunaga y Jessica Vásquez. Financiamiento dela infraestructura en el Perú: concesión de carreteras, Serie Documento deTrabajo, No. 37. Lima: CIUP, 2001.

Vásquez, Enrique, Carlos Aramburu, Carlos Figueroa y Carlos Parodi. Losdesafíos de la lucha contra la pobreza extrema en el Perú. Lima: CIUP-IDRC, 2001.

Velarde, Julio y Martha Rodríguez. Efectos de la crisis financiera interna-cional en la economía peruana 1997-1998: lecciones e implicancias depolítica económica, Serie Documento de Trabajo, No. 36. Lima: CIUP-CIES, 2001.

Vich, Víctor. El discurso de la calle. Los cómicos ambulantes y las tensionesde la modernidad en el Perú. Lima: Red para el Desarrollo de las CienciasSociales en el Perú, 2001.

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DESCO

Revista Quehacer No. 130, revista bimestral. Lima: DESCO, 2001.

Teivainen, Teivo. Un dolor, un voto. Economicismo transnacional en el Perú.Lima: DESCO, 2001.

Rubina, Alberto y José Barreda. Atlas Departamento de Huancavelica. Lima:DESCO, 2000.

Toche, Eduardo. Perú hoy: El Perú y las Cumbres mundiales. Lima: DESCO,2000.

Reyna, Carlos. La anunciación de Fujimori. Alan García 1985-1990. Lima:DESCO, 2000.

ESAN

Gastañaduy, Alfonso. Franquicias: opción de desarrollo estratégico. Lima:ESAN, 2000.

Roca, Santiago y Luis Simabuko. Retos de la gerencia macroeconómica:propuestas de cambio a la política económica 2000-2005. Lima: ESAN,2000.

ESAN (eds.). Descentralización en educación y salud: experiencias latinoa-mericanas. Lima: ESAN, 2000.

GRADE

Saavedra, Jaime y Juan Chacaltana. Exclusión y oportunidad: jóvenes urba-nos y su inserción en el mercado de trabajo y en el mercado de capacita-ción. Lima: GRADE, 2001.

Cueto, Santiago y Marjorie Chinen. Impacto educativo de un programa dedesayunos escolares en escuelas rurales del Perú, Serie: Documento detrabajo, No. 34. Lima: GRADE, 2001.

Díaz, Hugo y Jaime Saavedra. La carrera de maestro: factores instituciona-les, incentivos económicos y desempeño. Serie: Documento de trabajo,No. 32. Lima: GRADE, 2000.

Murrugarra, Edmundo y Martín Valdivia. Morbilidad autoreportada y losretornos a la salud para los varones urbanos en el Perú: enfermedad vs.incapacidad, Serie: Documento de trabajo, No. 31. Lima: GRADE-CIES,2000.

Escobal, Javier. Costos de transacción en la agricultura peruana. Una prime-ra aproximación a su medición e impacto, Serie: Documento de trabajo,No. 30. Lima: GRADE-CIES, 2000.

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INSTITUTO APOYO

Kuczynski, Pedro Pablo y Felipe Ortiz de Zevallos. Competir y crear em-pleo: el reto 2001. Lima: Instituto APOYO; El Comercio, 2001.

Balcázar, Rosa Ana, Oscar Aquino, Luis Cordero, Jorge Figueroa y JavierPaulini. Política nacional para la reducción de la desnutrición crónica en elPerú. Lima: Instituto APOYO; USAID, 2001.

Instituto APOYO, Ministerio de Salud (MINSA), Proyecto VIGIA (MINSA-USAID). Impacto económico de la tuberculosis en el Perú 1999. Lima: MIN-SA; Proyecto VIGIA; USAID, 2001.

Alcázar, Lorena y Eric Wachtenheim. Determinants of Success of Social FundProyects: the case of FONCODES, Washington, D.C.: The World Bank, 2001.

Alcázar, Lorena y Rosa Ana Balcázar. Oferta y demanda de formación do-cente en el Perú. Lima: Ministerio de Educación, MECEP, 2001.

IEP

Venturo S., Sandro. Contrajuventud. Ensayos sobre juventud y participa-ción política. Lima: IEP, 2001.

Sheahan, John. La economía peruana desde 1950. Buscando una sociedadmejor. Lima: IEP, 2001.

Smith, Stephen y Carolina Trivelli. El consumo urbano de alimentos andi-nos tradicionales en el Perú. Lima: IEP, 2001.

Mora, Daniel, Fernando Rospigliosi, Samuel Abad y Carlos Basombrío. LasFuerzas Armadas en la transición democrática en el Perú. Lima: IEP, 2001.

Tanaka, Martín. Participación popular en políticas sociales. Cuándo puedeser democrática y eficiente y cuándo todo lo contrario. Lima: IEP-CIES, 2001.

IPAE

Centro de Estudios Estratégicos (ed.). Perú: ¿en qué país queremos vivir? Laapuesta por la educación y cultura (Cade 2000-2001). Lima: CEE-IPAE,2001.Contiene: Resúmenes ejecutivos. Tomo I y II: Cultura. Tomo III: Educación.Tomo IV: Propuesta de educación y cultura. Tomo V: Testimonios de la historia(editado por Cecilia Bákula).

Centro de Estudios Estratégicos (ed.). Documentos preparatorios (Cade1999-2000). Lima: CEE-IPAE, 2000.Contiene: Tomo I: Resúmenes ejecutivos. Tomo II: Documentos. Tomo III:Eventos previos. Tomo IV: Visión del Perú: iniciando la prospección. Tomo V:Reflexiones del panel.

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Kisic, Drago y Ramón Bahamonde (editores). El desarrollo del sur del Perú.Realidad y desafíos. Lima: Centro de Estudios Internacionales - Centro deEstudios Estratégicos de IPAE, 2000.

MACROCONSULT

Reporte Económico Mensual (REM)

Reporte Semanal

PUCP

Gonzales de Olarte, Efraín y Cecilia Lévano. El modelo centro-periferia enlos Andes, Serie: Documento de Trabajo, No. 193. Lima PUCP, 2001.

Aguilar, Giovanna y Gonzalo Camargo. El centro y la periferia, una aproxi-mación empírica a la relación entre Lima y el resto del país, Serie: Docu-mento de Trabajo, No. 192. Lima: PUCP, 2000.

Iguíñiz, Javier. Approximations to the Moral Responsibility of the Creditors,Serie: Documento de trabajo, No. 191. Lima: PUCP, 2000.

Rozenberg, Arnoldo. La balanza de pagos: instrumento de análisis y políticaeconómica, Serie: Documento de Trabajo, No. 190. Lima: PUCP, 2000.

Gallardo, José. Privatización de los monopolios naturales en el Perú: econo-mía política, análisis institucional y desempeño, Serie: Documento de Tra-bajo, No. 188. Lima: PUCP, 2000.

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SOCIOS DEL CIESInstitución / Representante

PROVINCIAS

Universidades. Universidad Nacional de Piura - Facultad de Economía / Humberto Correa. Universidad Nacional del Altiplano - Facultad de Ingeniería Económica / Félix Olaguivel

. Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco - Facultad de Economía /José Cáceres

. Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa - Facultad de Economía /Angel Paz

. Universidad Católica de Santa María, Arequipa - Centro de Investigaciones /Edgar Borda

. Universidad Nacional de Trujillo - Facultad de Ciencias Económicas / Enrique Rodríguez

Centros. Centro Bartolomé de las Casas /Jean-Jacques Decoster

. Centro de Investigación y Promoción al Campesinado (CIPCA) / Bruno Revesz. Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) / Dennis del Castillo

Dirección Ejecutiva del CIESJr. León de la Fuente 110 - MagdalenaLima 17 - Perú. Telefax (511) 264 1557

LIMA

Universidades. Escuela Superior de Administración de Negocios para Graduados

(ESAN) / Tomás Minauro. Pontificia Universidad Católica del Perú, Departamento de Economía /

Oscar Dancourt. Universidad de Lima - Centro de Investigaciones Económicas y Sociales / Percy Correa. Universidad del Pacífico - Centro de

Investigación / Felipe Portocarrero S.. Universidad Nacional Agraria La Molina - Facultad de Economía y Planificación / Luis Jiménez. Universidad Nacional de Ingeniería - Facultad de Ingeniería Económica y Ciencias Sociales / Juan Sierra. Universidad Nacional Mayor de San Marcos - Instituto de Investigaciones Económicas / Jorge Osorio. Universidad Peruana Cayetano Heredia - Facultad de Salud Pública y Administración / Marcos Cueto

Centros. Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participación (CEDEP) / Félix Wong. Centro de Estudios y Promoción del

Desarrollo (DESCO) / Julio Gamero. Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES) / Fernando Eguren. Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE) / Santiago Cueto. Instituto Apoyo / Gabriel Ortiz de Zevallos. Instituto de Estudios Peruanos (IEP) /

Carolina Trivelli. Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) / Gilberto Moncada

. Instituto Peruano de Administración de Empresas (IPAE) - Centro de Estudios Estratégicos / Juan Díaz. Macroconsult S.A. / Elmer Cuba. Seguimiento, Análisis y Evaluación para el Desarrollo (SASE) / Fernando Villarán. Sociedad Nacional de Industrias - Instituto de Estudios Económicos y Sociales / Luis Abugattás

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EXTRACTOS DE LA PRESENTE EDICIÓN

Nota: El Consorcio de Investigación Económica y Social no comparte necesariamente las opiniones vertidas enesta revista, que son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Elaboración de resúmenes: Bruno Tarazona.Cuidado de edición: Carmen Salas y Myriam Arriola. Diseño gráfico: TANGRAM S.A.C. Impresión: Visual Service SRL.

www.consorcio.org

� El agro absorbe 32% del empleo, perosólo contribuye con un 9% del PBI.

� La pobreza llega a 65% en el área ru-ral, casi el doble que en Lima (ENNIV1997).

� Las compras de alimentos locales delPronaa han pasado de US$ 16 millo-nes en 1993 a US$ 52 millones en1998. Los agricultores obtuvieron uningreso entre 20% y 30% mayor porlos mejores precios.

� Sin embargo, muchas compras no hanfavorecido a los pequeños agriculto-res, sino a los de mayor tamaño. Ade-más, el mayor precio de compra im-plica menos alimentos distribuidos alos beneficiarios del programa.

� Resulta costoso acceder a crédito for-mal para los pequeños agricultores.

� Los prestamistas exigen la tierra comogarantía del crédito. La mayoría delos agricultores no está dispuesta a asu-mir el riesgo de perderla.

� La recaudación por tarifas de agua deriego no incentiva un manejo respon-sable del recurso, pues la modalidadde facturación es fija por producto yno por volumen.

� Entre 1993 y 1997, el PETT y la Sunarphan entregado unos 250 mil títulos re-gistrados de predios rurales.

� Tanto la titulación como el registroincrementan la probabilidad de acce-der al crédito formal. Sin embargo, elimpacto desaparece en predios conmenos de una hectárea estandarizada.

� Luego de iniciar un programa de fo-mento forestal en 1973, Chile pasóde exportar US$ 40 millones anualesen productos forestales, a exportar másde US$ 2.000 millones en el 2000.

� Para tal efecto Chile estableció subsi-dios de 75% y más tarde del 90% delcosto de plantación. Por este con-cepto el gobierno chileno gastó unosUS$ 150 millones entre 1974 y 1994,año en que vencieron los beneficios.

� El Perú tiene un potencial significativopara el desarrollo de plantaciones fo-restales. Tan solo en la zona andinaexisten 2 millones de hectáreas aptaspara su forestación.

� En el primer semestre del 2001, larecesión de la economía se generali-zó a todos los sectores primarios y noprimarios, excepto electricidad, gas yagua, cayendo el PBI global en 1.7%.

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Setiembre 2001, N° 42

CONTENIDO

Economíay Sociedadconsorc io de invest igac ión

económica y soc ia l

PRESENTACIÓN 3

Ingreso campesino y compras estatalesde alimentos en el Perú 5Guillermo Rebosio y Enrique Rodríguez (CEDEP)

Crédito agrario en el Perú¿qué dicen los clientes? 10Carolina Trivelli (IEP)

Efectos de la titulación y registro sobre el gradode capitalización en la agricultura peruana 15Ursula Aldana y Ricardo Fort (GRADE)

Organizaciones de usuarios y servicios parala pequeña agricultura de la costa de Piura 19Edgardo Cruzado (CIPCA)

Plantaciones forestales: la experienciachilena, 1973-2000 24Bruno Tarazona (CIUP)

Auca atadijo: especie con potencial industrial 27Walter Figueroa

Informe de coyuntura económica: anatomíade la recesión 30Oscar Dancourt y Félix Jiménez (PUCP)

Síntesis del debate 47Juan Nunura

Últimas publicaciones de loscentros asociados al CIES 49