En el estudio de la consciencia, los conceptos psiconau-ta y psicotecnología hacen referencia a individuos que emplean diferentes herramientas para la exploración de

la mente, a través de estados alterados de consciencia (EAC). Entre estas herramientas destacan los compuestos psique-délicos de la familia de las triptaminas, los cuales, debido a su fenomenología visionaria, son comúnmente asociados al misticismo o la metafísica. Este artículo discute la posible uti-lidad de las psicotecnologías como herramientas de rediseño cultural.

La filosofía de desencanto generada en occidente por el mate-rialismo moderno tiende a relegar aquellos elementos que no en-cajan en su visión reduccionista de la realidad. Un ejemplo de ello es la investigación de la consciencia, que usualmente es estudiada como un epifenómeno simple de la actividad cerebral y no como

Boletín de psiconáuticapautas para nuevos modelos de pensamiento

interdisciplinariofarmacolectivocontacto@if.org.com.mx • lunaria.ediciones@gmail.com

México, 2015

Jesús Gil &Ibrahim Gabriell

Reingeniería culturaltriptamínica

2

¿Es demasiado esperar que un sistema educativo pueda algún día ser diseñado, el cual de resultados, en términos de desarrollo humano, comparable con el tiempo, dinero, energía y devoción inverti-

dos? En un sistema educativo así, podría ser que la mescalina o alguna otra sustancia química pueda desempeñar un rol haciendo posible a los jóvenes “probar y ver” lo que han aprendido de segunda

mano en los escritos religiosos o en las palabras de poetas, pintores o músicos.

Aldous Huxley

Si todas las personas del planeta y en particular las que ejercen el poder en los órdenes establecidos, pueden alcanzar con regularidad altos niveles de conciencia, el mundo sería regido con alegría y

eficiencia relativamente simple, (…) una empresa que anime a su dirección y a sus trabajadores a alcanzar básicos y más altos niveles de conciencia, mostrará, en pocos meses, eficacia, armonía y

una productividad creciente, una política mejorada y unas relaciones públicas mejores. Si una cor-poración puede lograr la “unidad de grupo”, se convierte en una nueva clase de entidad del sistema

establecido que rebasa sus anteriores límites.

John Lilly

3un proceso integral de la realidad (Laszlo, 2007). Metzner (1986) define a la consciencia como el contexto, o campo, en el cual los pensamientos, sentimientos, imágenes, percepciones, sensaciones, emociones, impulsos e intenciones existen y ocurren. En occidente, el explorador de la consciencia usualmente es llamado psiconauta (Piñeiro, 2000), un neologismo proveniente del griego y que puede ser interpretado como “navegante de la mente” (Blom, 2009). Este término ha sido popularizado académicamente por Jonathan Ott, pero empleado originalmente desde los años setentas por Ernst Jünger en su conocida obra Acercamientos, drogas y ebriedad (1970).

La psiconáutica, vista como la metodología aplicada al conjunto de medios para la auto-exploración de la consciencia (Slattery, 2008), recurre a conceptos psicológicos de orienta-ción transpersonal, como el proceso de individuación de Jung, la auto-trascendencia de Maslow o las nociones generales de experiencia mística de William James (Bakalar y Grinspoon, 1983). En consecuencia, la psiconáutica también se asocia in-herentemente a las psicotecnologías, vehículos para la expan-sión intencional de la mente, que pueden ser drogas psique-délicas, técnicas de respiración, meditación, o hipnosis, sueños lucidos, sincronización de ondas cerebrales, biofeedback o pri-vación sensorial (Blom, 2009; Roberts, 1989).

Debido a que las psicotecnologías incrementan las proba-bilidades de experiencias trascendentes, visionarias o espiritua-les, estas se vinculan subjetivamente a la metafísica, rama de la filosofía encargada de tratar con la naturaleza ultima de la rea-lidad (McKenna, 1994). De acuerdo con Jonathan Ott (2004), el consumo de sustancias psiquedélicas es una actividad normal y universal en toda la especie humana, mientras autores como Andrew Weil o Ronald Siegel han sugerido que el deseo por experimentar los EAC se liga a la naturaleza humana y que existe una predisposición biológica por experimentar dichos estados en otros mamíferos también.

En vista de la relación existente entre humanos y los EAC, teóricos transpersonales sugieren que el estado de consciencia ordinario no es propiamente un estado natural o predetermi-nado, sino una manifestación de la realidad social del individuo (Tart, 1975). Charles Tart ha enfatizado en varias ocasiones

4 que la información generada en los EAC no debe ser ignorada si es que se pretende desarrollar un método psicológico com-prensivo, y señala la obligación superlativa de cualquier cien-cia de que sus lenguajes teóricos y descriptivos incluyan todos los fenómenos en torno a su objeto de investigación, en este caso: los estados de consciencia. Por ello insiste Tart en que es fundamental la integración científica de los EAC mediante un proceso que comprenda estadios de observación, teorización, corroboración y comunicación.

Chamanismo como evidencia de una integración social farmacológica exitosaEl chamanismo es uno de los sistemas más útiles y antiguos para analizar la expansión de la conciencia. Este ancestral sis-tema de conocimientos se basa en una estructura social prove-niente del manejo de plantas sagradas y la comunicación di-recta con los espíritus. El chamanismo busca acceder a planos superiores de existencia mediante el uso de técnicas específicas durante los estados alterados de conciencia. Las moléculas a las que nos referimos en este artículo corresponden a una familia específica de compuestos presentes en múltiples ritos chamáni-cos: las triptaminas. De acuerdo con Bourguignon las prácticas de modificación de la conciencia que involucran moléculas psi-codélicas han estado presentes en el 90% de las sociedades hu-manas, para las que las triptaminas han desempeñado un papel fundamental en la concepción de la espiritualidad, la religión, la tecnología, la magia, y la Iniciación antigua. Lamentablemente, religión institucionalizada que predomina en la era moderna ha neutralizado y reducido los sistemas originales de iniciación, mediante la combinación de rituales superficiales no transfor-mativos y especulación intelectual, basados exclusivamente en el estado cognitivo ordinario.

TriptaminasAlexander Shulgin, quien fuera una de las máximas autorida-des en el diseño de drogas, definió de la siguiente forma a las triptaminas: “Tript-amina\n. 1: Un compuesto de origen na-tural encontrado tanto en el reino animal como vegetal. Es un

5componente endógeno del cerebro humano. 2: Cualquiera de una serie de compuestos que contengan el esqueleto triptami-nico, y se encuentre modificado por constituyentes químicos en posiciones apropiadas de la molécula. Sus características ele-mentales son:

Pueden ser endógenas o exógenas. Provienen del triptófano (un aminoácido universal).

Son químicamente análogas a la serotonina, por lo que actúan espe-cíficamente sobre los receptores cerebrales 5-HT2, también llama-dos serotoninergicos. Se sabe que la estimulación de estos recepto-res es lo que activa los efectos psiquedélicos.

Pueden también ser definidas como exoferomonas, es decir, mensa-jeros químicos entre especies; esta compatibilidad química univer-sal entre especies es evidencia irrefutable de una larga asociación co-evolutiva entre humanos y triptaminas

¿Qué vuelve tecnología a una triptamina?Al igual que cualquier dispositivo tecnológico moderno estos compuestos químicos son elementos programables, es decir, mediante un set & setting inducido, una misma familia mo-lecular puede generar diferentes tipos de experiencia, desde funcionar como una poderosa medicina holística en psicote-rapia, hasta ser un instrumento para descargas de información “alienígena”. Chamanismo y psicoterapia coinciden en que es-tos compuestos se encuentran sujetos indefectiblemente a dos variables la dosificación y el contexto.

Alan Watts sugirió que los compuestos psiquedélicos pue-den considerarse extensiones o complementos perceptivos semejantes al telescopio, o microscopio; en este caso, el ins-trumento no enfoca al mundo externo, sino a los estados in-ternos del sistema nervioso. Stanislav Grof (1998) y Terence McKenna (1994) también han planteado que los compuestos psiquedélicos representan, para la psicología, un valor en po-tencia comparable al aportado por el microscopio a la biolo-gía, o el telescopio a la astronomía . A propósito de esto, Rick Strassman señala que la principal diferencia entre la aceptación de la analogía entre instrumentos científicos y compuestos psi-quedélicos como psicotecnologías, consiste principalmente, en

6que estos últimos se basan en los EAC, lo cual impide que las experiencias psiquedélicas puedan ser validadas por un consen-so colectivo .

Pero, ¿cómo puede ayudarnos la experiencia psiquedélica para un eventual rediseño cultural? John-Steiner y Souberman (1978), al analizar las nociones de Vygotsky sobre las herra-mientas psicológicas, notaron que el uso de cualquier herra-mienta psicológica tiene importantes efectos sobre las relacio-nes internas y funcionales del cerebro humano. La importancia de esta observación se vuelve aun más literal cuando las herra-mientas que se tratan en este artículo son compuestos con la capacidad de modificar la consciencia a través de la química cerebral:

La investigación psiquedélica sugiere seguridad y bajos ni-veles de riesgo fisiológico asociados al consumo de psiquedéli-cos (Bakalar y Grinspoon, 1998; Callaway, et al., 1999; Julien, 1998), además de alta efectividad en psicoterapia (Goldsmith, 2011; Grof, 2009) e inclusive un fortalecimiento del sistema inmunológico (Roberts, 1999).

La neurociencia moderna también ha demostrado que triptaminas como la psilocibina pueden aumentar los niveles endógenos de glutamato extracelular, generando así un aumen-to en el factor neurotrófico cerebral, uno de los elementos clave para la neurogenesis y plasticidad cerebral (Gazzaniga, 2008).

Uno de los padres de la psiconautica contemporánea, el Dr. John Lilly, desarrolló el concepto metaprogramación de la bio-computadora humana para referirse a la capacidad de la estruc-tura neurológica del individuo para la “reimpresión” de infor-mación. La información a la que se refiere Lilly es básicamente nuestro propio lenguaje de programación, una combinación de código genético y sistema de creencias que funciona como una interfaz entre el sistema nervioso, los estímulos exteriores y las interpretaciones neurológicas intelectuales o emocionales que procesa el individuo. Así pues, las triptaminas ostentarían la capacidad de generar experiencias programadas para remover implantes del condicionamiento individual, familiar y cultural.

En un momento trascendental de cambios históricos, la Reingeniería cultural triptaminica puede contribuir al desa-

7rrollo de nuevas metodologías de pensamiento y resolución de problemas que funcionen como complementos a las estrategias perceptuales occidentales basadas en la manipulación y control del mundo externo. Entre estas estrategias despunta la aplica-ción de las psicotecnologías en campos como, por ejemplo, la educación (estimulando nuevas y diferentes formas de inteli-gencia), la investigación científica (estudiando y profundizando en la psicofisiología de la consciencia) y en el desarrollo tecno-lógico y artístico (potenciando las habilidades creativas del ser humano).

Si bien muchas de las ideas expuestas en este texto operan en el terreno de la teoría y la especulación, debemos recordar que históricamente así es como el conocimiento humano se mueve y expande. De acuerdo con el método científico, las teo-rías son propuestas y puestas a prueba; la teoría de que las mo-léculas triptaminicas como psicotecnologías aplicables al medio cultural no es una excepción. Eventualmente, esto sólo requiere de un consenso tanto político como científico, así como del ejercicio libre del derecho adulto sobre la consciencia.

Gil & Gabriell - Psiconautas, investigadores y co-fundadores de Interdisciplinario Farmacolec-tivo, un colectivo anti prohibicionista en búsqueda de la integración y el empoderamiento social farmacológico. El IF se encuentra establecido en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas; donde frecuentemente realiza foros de debate, talleres informativos y otras actividades referentes al dialogo cultural psiquedélico.

el lado psicodélico de las letras

amoxcalli4815@gmail.comfb: /amoxcalli

LibreríaLa drogoteca

biblioteca especializada

fb: /La Drogoteca

Jovel, Chiapas

bibLioteca cannábica

centro de documentación

fb: /La Drogoteca

México D.FMéxico D.F

8Mínima historia psicodélica

1898- Inicio de la investigación psiquedelica en occidente con el peyote y la mescalina (No Triptaminas) – La ciencia se encuentra con una fenomenología psicoactiva inexplicable.

1931- Descubrimiento de la triptamina DMT (NN-Dimetiltriptamina) por el químico Canadiense Richard Manske – en ese entonces se desconoce cualquier propiedad referente a psicoactividad.

1943 - Descubrimiento del LSD-25 por el químico suizo Albert Hofmann - Una de las triptaminas exógenas más populares que redefiniría la segunda mitad del siglo XX.

1954 - Aldous Huxley publica Las puertas de la percepción y Cielo e infierno – obras fundamentales para la introducción a los estados alterados de conciencia y compuestos psiquedélicos en general.

1955- Stephen Szára descubre el potencial psiquedélico del DMT por vía intravenosa.

1957- Difusión del redescubrimiento del consumo ancestral de hongos psilocibicos (triptaminas) por R. Gordon Wasson.

1966- Tim Leary inicia la difusión masiva del LSD como un agente neuroquímico para el desarrollo de una nueva conciencia - Explosión del movimiento hippie, surgen los primeros movimientos activistas, de derechos humanos y anti bélicos, el LSD se mezcla con la tecnocracia de las principales universidades del mundo.

1971- Establecimiento del régimen prohibicionista a nivel mundial, que detiene la investigación clínica con psiquedelicos.

1980- Terence Mckenna desarrolla mapas y modelos para entender experiencias triptaminicas como las generadas por el DMT, psilocibina o LSD - Surgimiento de la cultura rave y la nueva conciencia psiquedelica.

1990- Rick Strassman aplica dosis intravenosas de DMT a voluntarios - Reapertura de la investigación psiquedelica en Estados Unidos.

John Lilly, Albert H

ofmann y Terence M

cKenna

3,4-methylenedioxymetanfetamina

MDMA, tacha, éxtasis, M, Molly, dame-dame-más… el estimulante empatógeno de tipo anfetamínico por excelencia. Si una droga ha sido el signo de los tiempos en las últimas dos décadas, es ésta.

No deben de pasar más de 30-40 minutos después de haberla in-gerido, cuando de manera sorpresiva invade al ánimo y al cuerpo la alteración.

Sube la temperatura corpo-ral y de pronto, como si de una implosión burbujeante se tratara, aparecen efectos estimulantes y sensoriales en oleadas altamente placenteras. Uno sabe que ha lle-gado hasta arriba cuando la visión observa nistagmus, y la escena pa-reciera fragmentarse en sucesivos destellos móviles. El viaje, que du-rará unas dos o tres horas según la dosis, ha comenzado.

Tentada originalmente por la Merck en 1912, la M aparece en la escena popular después de que, durante los años setenta, la práctica psiquiátrica en Estados Unidos la revivió para derribar las barreras emocionales de pacien-tes que no podían expresar sus sentimientos en la terapia. Como suele suceder, la vox po-puli pronto empezó a utilizarla por fuera del contexto médico-psiquiátrico, especialmente a principios de los ochenta en clubes nocturnos, donde se vendía li-bremente, con lo que llamó la atención de las autoridades, que rápi-damente vieron en ella la consabida amenaza farmacológica del uso

Fenomenología de la MDMA(o damedamemás)

Jorge Hernández Tinajero

11lúdico y procedieron a prohibirla sin más en EEUU en 1985, estimulando su fama y desde luego, el mercado negro y la adulte-ración rampante.

Una sustancia que comunica, que de-rriba barreras sentimentales, que permite la expresividad emocional, que hermana con la pareja, con la fiesta, con la Naturaleza, con el mundo. Una píldora de felicidad efervescente que ha encon-trado su lugar perfecto en la era de las comunicaciones sobresatu-radas y de las redes sociales, en la que tenemos todos los medios para conocer y hablar con los otros, pero que contradictoriamente también nos aíslan más…

La M, sin embargo, rompe esas barreras, nos lleva a los senti-mientos puros y nos da energía como si de emoción burbujeante se tratara. Utilizada en un contexto de música electrónica, además, permite que la masa comulgue con el ritmo tribal, que comparta un trance comunitario en la danza. Los sonidos graves, el ritmo base de la música electrónica asemeja al latido cardiaco, y gracias a él pronto todo mundo se sincroniza y se mueve al unísono, una nueva experiencia entre las razas no negras. ¿Cómo se entien-den, si no, las concentraciones de más de dos millones de alemanes bailando cual carnaval tropical en pleno Berlín?La M ha dominado el panorama del ocio nocturno desde hace al menos dos décadas. Durante este lapso, un buen porcentaje de las nuevas sustancias psicoactivas (NSP) han buscado, de algún modo u otro, emular el efecto empatógeno de la M, agregando además sustancias psico-délicas, algo que se ha logra también combinándola con el LSD: el famoso “candy-flip”, en versiones más eferves-centes, como el 2C, 2CB, 2CC, etc.

En consecuencia, el mercado de la M tiene características es-pecíficas. Los circuitos ilegales de distribución han encontrado la forma de adulterarlo con facilidad, especialmente en las presenta-

12ciones de comprimido. En ellas, análisis de laboratorio hechos en algunos productos que circulan en la Ciudad de México han re-velado que la M suele adulterarse con metanfetaminas (diferencia con Europa, en donde suele encontrarse más el speed, la anfetamina más clásica) o con cafeína. El resultado puede ser peligroso según la cantidad de éstas sustancias añadidas, pero tan importante como eso es la pérdida del efecto específico de la M, para transmutarse en una energía extrema que no solo es orgánicamen-te peligrosa, sino también socialmente problemática: raves de pretensiones sentimentales, convertidos en espacios para el conflicto o la violencia.

La M también se adultera cuando se pre-senta en cristal. Sin embargo, a diferencia de los comprimidos, los mismos análisis de labo-ratorio muestran distintos grados de adultera-ción, pero exclusivamente con diluyentes ino-cuos. En el cristal, en todo caso, lo importante es saber qué tanto está adulterado… para au-mentar la dosis en consecuencia.

No es la fiesta, sin embargo, el único momento de la M.Parejas que han dejado de hablarse y de comunicarse encuen-

tran en la M una nueva forma de relación, de renovación de vínculos anquilosados por la rutina y el desasosiego.

También se experimenta ahora para tratar la angustia y el sín-drome de estrés post-traumático, sea éste causado por las experien-cia de guerra, agresiones sexuales y otros episodios traumáticos, con resultados más que prometedores. En este aspecto, las inves-tigaciones que actualmente se encuentran en curso (MAPS) reve-lan que la psicoterapia asistida con MDMA trabaja directamen-te reduciendo la actividad en la amígdala, la región en el cerebro que condiciona el miedo, de modo tal que los pacientes puedan hablar de los pensamientos que se los producen. También aumen-ta la actividad en la corteza prefrontal, un área asociada con la atención y la memoria, y puede mejorar la capacidad de los suje-tos para narrar sus experiencias. Finalmente, la sustancia estimula al cuerpo para liberar hormonas naturales, como la oxitocina y la prolactina, que se asocian con sentimientos de confianza y vincula-

ción, y que pudiera fortalecer la relación entre el sujeto y los tera-peutas, ayudando así a la persona a indagar más profundamente de lo que lo normalmente sería posible mediante psicoterapias tradi-cionales.

La M es así un catalizador de los sentimientos ocultos de nues-tra época. Es el enamoramiento en su máxima expresión química y al mismo tiempo, una ficción hermosa de la que muchos, se entien-de, no quisieran salir nunca. El lema de los ochenta era “Do not get married until three weeks after XTC”. En efecto. Muchos jóvenes del corazón resultan engañados por el poder sentimental de la M, y confunden el amor químico con el real.. si es que éste existe. Un bello disfraz que, sin embargo, resulta pasajero en la vida cotidiana.

Pero curiosamente, la M no sirve para el sexo. No lo impide, pero tampoco permite el clímax. Si lo hiciera, su reinado sería aún más sólido, incluso indisputable.

El lado B de la M, sin embargo, está en el día siguiente. Como buen estimulante, concentra energía en el momento, pero la cobra muy cara cuando desaparece, y no es infrecuente una resaca espe-cíficamente depresiva que no siempre se sobrelleva muy bien. A la energía positiva de la intoxicación sigue un periodo de desasosiego y tristeza que pareciera no tener motivo ni fin… y si bien resulta pasajero, no son pocos los que buscan eliminarlo con otra dosis nocturna de felicidad efervescente… que a su vez conduce a un nuevo periodo emocionalmente difícil de ignorar.

Hernández Tinajero, el calamar, es politólogo e internacionalista, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Por más de diez años ha trabajado las políticas de drogas y es autor de numerosos artículos y ensayos sobre el tema. Es coautor de las plataformas políticas de Democracia Social y México Posible en materia de drogas ilegales, además de ser asesor de las Iniciativas Legisla-tivas Conde, sobre cannabis. Es miembro de la Asociación Mexicana de Estudios de Cannabis y de la Asociación Mexicana de Reducción de Riesgos y Daños.

*