boletín de psiconáutica 1

10

Upload: lunaria-ediciones

Post on 24-Jul-2016

218 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Contenidos De políticas públicas y otras alucinaciones - AMBROSIO AMBRIZ Las prácticas prohibidas - RICARDO SALA Reducción de riesgos y daños

TRANSCRIPT

Page 1: Boletín de psiconáutica 1
Page 2: Boletín de psiconáutica 1

Larga es la historia y profusos los rastros que revelan el uso que la humanidad ha dado a plantas, hongos y ex-tractos animales para lograr la embriaguez, la relajación

o estados alterados de conciencia. En la antigüedad, la palabra griega pharmakon era utilizada para designar cualquier cosa capaz de curar o provocar daño. No la una o la otra, ambas, indivisiblemente. El uso generalizado del término droga (del árabe Hatruka) refiere a cualquier sustancia cuya composición química afecta de manera directa el funcionamiento del orga-nismo, y se dividen, grosso modo, en estimulantes, relajantes, depresivos y alucinógenos. Pareciera, en todo caso, que las circunstancias que actualmente envuelven a estos productos evidencian al término “droga” como un tanto simplista. His-tóricamente, la experimentación con los múltiples elementos naturales que contienen algún tipo de sustancia psicoactiva llevaron a algunas culturas a desarrollar un gran conocimien-to en botánica, lo que a la larga se traduciría en prácticas que llevarían a los pocos conocedores a “embrujar” a la gente, o a sí mismos, ya sea para bien o para mal. Sin embargo, la misma historia revela que el uso de estas sustancias siempre ha sido regulado. Cada cultura y sociedad, dependiendo de su estructura y política interna, ha implementado sistemas

Boletín de psiconáuticapautas para nuevos modelos de pensamiento

[email protected][email protected]

México, 2015

Ambrosio Ambriz*

De políticas públicas y otrasalucinaciones

Negándonos la oportunidad de expandir los límites de nuestra propia conciencia, quizá nos estemos negando, cultural y biológicamente, el próximo salto evolutivo de nuestra especie.

Graham Hancock

1

Page 3: Boletín de psiconáutica 1

3regulatorios para la producción o recolección, preparación y dosificación de los estupefacientes. Entre las culturas de la antigüedad y las cosmovisiones indígenas, las experiencias visionarias y de embriaguez estaban limitadas a sacerdotes, dirigentes o los iniciados capaces de interpretar y sobrellevar dicho trance. Sin embargo, la sociedad en general no estaba autorizada para consumir y se abstenían de hacerlo so pena de algún tipo de castigo. Eran los dirigentes y los mediado-res entre lo inmanente y lo terrenal, sean estos los sacerdotes o chamanes, los que tenían acceso a las sustancias y quienes eran capaces de dosificarlas. Así pues, era una convención cul-tural la que regulaba el consumo de drogas.

Ya sean en modo de medicina esencial (amapola, hoja de coca o marihuana) contra el dolor, la angustia o el stress; o como enteógenos (hongos, cactos y ayahuasca y derivados), puerta a dimensiones alternas y al conocimiento del ser in-terior mediante experiencias oníricas y religiosas, la humani-dad ha sido proclive a los diferentes universos naturales cu-yos componentes químicos afectan en mayor o menor grado la percepción y sensación de una realidad particular. Cierto es que no todos los efectos que dichas sustancias provocan en sus consumidores son inocuos, pero es aún más certero el afirmar que es el uso que se le da a cierta droga lo que puede provocar que ésta sea beneficiosa o perjudicial para el usuario y su entorno social. Es una tendencia hegemónica y globali-zante, desencadenada a partir de los periodos de colonización europea y que prevalece en la mayoría de las naciones y socie-dades occidentailzadas, la que ha logrado desacreditar y casi suprimir prácticas ancestrales relacionadas al consumo de plantas psicoactivas. Dicho proceso se ha logrado mediante la imposición de modelos de pensamiento, sistemas econó-micos, dogmas y religiones que excluyen todo ejercicio ajeno a sus fundamentos. Así, el consumo de sustancias en su modo tradicional quedó desterrado, validando únicamente aquello conveniente económicamente para el sistema en el poder, mismo que impone el consumo de ciertos productos social-mente aceptados y que también contienen sustancias psicoac-tivas (tabaco, café, chocolate, Coca-Cola).

Page 4: Boletín de psiconáutica 1

4Si bien la aproximación al tema de las sustancias psicoac-

tivas a través de las cosmovisiones o el conocimiento interior es muy rico en información de corte antropológico, religioso e incluso psicológico, en la actualidad estos acercamientos no está directamente relacionados con las circunstancias que en-vuelven a las sustancias y su incidencia en la esfera pública. El imperecedero trasiego y consumo de drogas y los métodos que los gobiernos han adoptado para su regulación han desenca-denado una serie de problemas a nivel económico, educativo, de salud pública, legales y de índole moral que trascienden por mucho las esferas antropológica y etnográfica, espacio que dio a conocer muchas de las sustancias que actualmente se con-sumen. Fue así que una regulación cultural basada en la tradi-ción y la cosmovisión de las diferentes culturas pasaría a ser una de tipo penal.

Los sistemas regulatorios de una práctica social cual-quiera dependen directamente de la cultura en la que están insertos. Actualmente, la regulación prohibitiva que impera en occidente está basada en una moral privada, la que se ha trasladado y materializado en las políticas públicas estableci-das globalmente. Estos sistemas de control fueron concebi-dos bajo los prejuicios de ciertas personas e instituciones que en su momento lograron imponer la gestión de sus modelos políticos y culturales. Se trata de un modelo inquisitorio que limita las libertades bajo una lógica moralista y persecutoria y que es regida por leyes draconianas basadas en el temor cons-tante de que alguien en algún lugar del mundo pueda llegar a ser feliz.

La gestión de las sustancias, enfatizada a partir del siglo XIX buscando menguar el tráfico del opio, progresó de mane-ra rápida y afanosa. En las Convenciones Únicas de Estupefa-cientes de los años 1961, 1971 y 1981 se promulgó, primero, la prohibición de las tres plantas maestras más comunes (hoja de coca, amapola y marihuana); después se incorporaron nue-vas plantas y algunos compuestos sintéticos naturales y no naturales, y finalmente se impulsaron acciones para intentar controlar los mercados ilegales y los grupos del crimen orga-nizado que se habían disparado a partir de la primera acta

Page 5: Boletín de psiconáutica 1

5promulgada en el 611. A partir de la declaración del nuevo ré-gimen y la paulatina adhesión de los Estados Nación al mis-mo, los usos aceptados para la sustancias psicoactivas fueron reducidas al medicinal y a la investigación, excluyendo y pro-hibiendo cualquier tipo de uso no medicinal.

Bajo este sistema, los Estados, según su cultura y sus cri-terios morales y legales, han adoptado tres tipos principales de acciones para atender el contexto de las drogas. La preven-ción es una política investida en una indumentaria prohibiti-va con tintes moralistas que ha demostrado ser ampliamente retrógrada. La rehabilitación, que atiende la situación como un problema de salud pública, y que asume al consumidor como un enfermo o adicto, acarrea los mismos problemas que la anterior, pero al que suma graves problemas de salud y vio-laciones de derechos humanos. Finalmente, las estrategias de reducción de riesgos y daños, que son medidas que procuran un consumo responsable, bajo la lógica de “cuídate a ti mis-mo y cuida a los demás”. Este método tolerante es inaceptable para la mayoría de los Estados, estrategias con resultados la-tentes ante los cuales se muestran omisos. Por el contrario, han hecho de la prohibición y de la “guerra contra las drogas” las únicas estrategias posibles, decisión fundamentada en una discusión moral dentro de los países conservadores que a su vez las imponen a las demás naciones. Estos modelos de control han provocado un estado de simulación aceptada que se reproduce a nivel legal, policial y de salud, debido a la visión simplista de la situación que desatiende los factores sociales, legales y económicos. Entre ellos la prohibición es el sistema regulatorio más estricto de todos, pues con ésta los Estados se abstienen de regular la producción, mercadeo y el consumo.

Ahora, el debate en torno a las drogas, cualquiera que sea su índole, generalmente circula por tres ejes: los que se basan en algún tipo de “evidencia científica”, aquellos cimentados en el prejuicio y otros que las defienden desde un corte fun-damentalmente idealista. Cada uno de estos acercamientos

1 Fueron 73 los países representados en la conferencia que tuvo lugar en Nueva York entre el 24 de enero y el 25 de marzo de 1961, los que buscaban establecer cimientos para la fiscalización de los estupefacientes en la era de las Naciones Unidas de la posguerra. El Acta entró en vigor tres años después cuando 40 naciones ratificaron los acuerdos de la Convención.

Page 6: Boletín de psiconáutica 1

6es refutable, y también es susceptible a ser ignorado o vili-pendiado en aquellos casos en los que no hay tal debate ni espacio para la argumentación, mucho menos para el diálogo. Comúnmente, este mismo conflicto se lleva al plano de los de-rechos y las responsabilidades en cuanto a la relación que tal o cual individuo tiene con alguna droga. Es habitual también que los consumidores defiendan la autonomía de hacer lo que deseen con su cuerpo y su conciencia. Lamentablemente, en muchas ocasiones, estos mismos usuarios pecan de la misma arbitrariedad que se les critica a los gobiernos e instituciones que condenan a “las drogas” sin considerar el contexto de ma-nera global. Una cosa es cierta, los derechos no se someten a votación y las sociedades tienen el derecho a estar correcta y objetivamente informadas de los riesgos y ventajas de consu-mir una u otra sustancia.

Valdría la pena repensar las circunstancias que han lleva-do a los gobiernos y a ciertos grupos sociales empoderados a desestimar las capacidades curativas y el poder de intros-pección que la naturaleza manifiesta a través de muchas de estas plantas maestras. Más allá de un supuesto “daño a la raza” o la corrupción de los valores, la discusión debería re-caer en la autonomía, los derechos y los posibles y muy rea-les daños a terceros. Tanto autoridades como consumidores deberían asumir que el consumo de cualquier droga implica responsabilidades consigo mismo y con los demás. Por ello, sin promover ningún tipo de sustancia, vale la pena recalcar la importancia de un consumo inteligente, responsable y adulto. Aludiendo a los derechos y a las responsabilidades, la clave de la soberanía farmacológica radica en una adecuada autoges-tión individual y social. En un momento de cambios radicales y con internet como apoteosis de la modernidad, podríamos encontrarnos en la víspera de un renacimiento humano. Si la cultura instaura, hegemoniza y normaliza ciertos estados de conciencia, es posible que estemos cercanos a una nueva for-ma de entendimiento social, el de una conciencia colectiva en expansión.

Aa es redactor de oficio y soñador de vicio. Asegura que el gran libro le fue dado, una noche, en un sueño, en el vientre materno. Cuando joven, Ambrosio no podía soñar, y cuando lo hacía, al despertar nunca podía recordarlo. Así se decidió a inventarlos. Ahora que puede, de vez en cuando, los sueños lo visitan entre lúcidas noches y días oscurecidos.

*

Page 7: Boletín de psiconáutica 1

7

hoy, pero que hace apenas cincuenta, cien, doscientos o qui-nientos años, nos hacían tribus, pueblos, humanidad. Hasta que llegaron las Convenciones Internacionales que condenan a las drogas, a las plantas, a las moléculas... Las Convenciones Internacionales que fiscalizan. Llegó la Fiscalización de las drogas.

Yo les pregunto a estos “fiscalizadores de estupefacien-tes”, qué tal si el asunto no son las plantas, sino las prácticas con las plantas. Qué tal si el asunto no es la molécula, sino la combinación con otras moléculas, la dosis, el contexto, la vía de administración, si se usa en solitario o en colectividad, el ritual, el ayuno previo, el método, la preparación anticipada, la intencionalidad...

Es decir, las prácticas.Y qué tal si el problema no son todas las prácticas, sino

las malas prácticas: el Estado, las instituciones, el régimen de prohibición, el paradigma de guerra contra las drogas, que se niega la oportunidad de acercarse a las buenas prácticas. Por-que para los prohibicionistas las prácticas no deben existir.

Pero qué pasa cuando NO podemos acercarnos a las prác-ticas. Cómo vamos a conocer todo lo que hay ahí, cómo vamos a contribuir junto con la sociedad, a comprender y a guiarnos por caminos que reduzcan riesgos y daños, si primero no se atienden, y entienden, las prácticas.

Pero ¿fiscalizar? Las prácticas no se pueden fiscalizar.Acaso podríamos hablar de fiscalizar, no para reducir a

punta de balazos la oferta, o para reducir con cárcel y exclu-

Venimos a platicar sobre nuestras prácticas,las prácticas prohibidas Ricardo

Sala”

Page 8: Boletín de psiconáutica 1

8 sión la demanda, sino para modificar las malas prácticas que dañan o que representan demasiado riesgo. Acaso podríamos hablar de fiscalizar, no para eliminar a las plantas y a las dro-gas de la faz de la tierra, sino para eliminar las malas prácticas que conducen a la muerte de población joven.

La ONU o el gobierno mexicano intentando fiscalizar la existencia de las drogas es, la peor de las prácticas: es la prác-tica que más muertes de población genera, más incluso que la práctica de conducir en estado de ebriedad. Además de gene-rar corrupción y destrucción del tejido social.

Al contrario. La ciudadanía, nosotros vamos a fiscalizar-los a ellos, a ustedes y sus malas prácticas. Hemos fiscaliza-do, estamos fiscalizando y seguiremos fiscalizando las malas prácticas de la Junta Internacional para la Fiscalización de Estupefacientes, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, del Régimen de Prohibición y todos sus órganos, del Gobierno de los Estados Unidos, del Gobierno mexicano, de la PGR, de los cuerpos policiacos municipales, estatales y federales.

Las prácticas solo las podemos fiscalizar nosotros. La ciudadanía que está cerca de las prácticas. Con nuestra gen-te, nuestros seres queridos, nuestros aliados, nuestros co-municadores, nuestros científicos, nuestros investigadores, nuestros trabajadores sociales, nuestros médicos alópatas y alternativos, nuestras tribus, nuestras redes. Y con nuestras instituciones, cuando quieran atender y entender nuestras prácticas. Somos nosotros, quienes nos brindamos soporte para la navegación psicoactiva provechosa. Nosotros, quie-nes nos procuramos la reducción de riesgos y daños. Noso-tros, que estamos en un viaje de conocimiento para conocer las prácticas que más nos integran, como individuos, y como colectividad, por la salud.

Palabras de bienvenida V Congreso Historia y práctica de las drogas

Marzo de 2015, ENAH

Page 9: Boletín de psiconáutica 1

¿Qué es la reducción de riesgos y daños?

Reducción de daños son aquellas medidas y prácticas que buscan disminuir los riesgos y los daños asociados al uso de sustancias psicoactivas en personas que no

pueden o no quieren dejar de usarlas. Reducir daños es evi-tar conductas y situaciones de riesgo, tanto para los usuarios como para terceros, tales como el sexo sin protección, el consu-mo abusivo, mezclar sustancias, conducir vehículos automotor bajo los efectos de algunas drogas, compartir jeringas, parafer-nalia para esnifar o fumar, etcétera.

En otros países los ejercicios de reducción de riesgos y da-ños han logrado disminuir los contagios de VIH, hepatitis, las muertes por sobredosis de drogas adulteradas o sustituidas. También han ayudado a corregir los patrones de consumo problemático, pues dos de cada tres usuarios los modifican al conocer el contenido real de su muestra.

En la ciudad de México la Ley para la Atención Integral del Consumo de Sustancias Psicoactivas incluye el concepto de re-ducción de riesgos y daños, un primer paso, con el que ya tra-

bajan algunos programas, aunque aún hay mucho por hacer.

Conoce el Proyecto Análisis de Sustancias (PAS), que realiza análisis químicos de drogas

en raves y mediante campañas, y que es una manera de tener certeza sobre qué sustancia tienes en tus manos, su mar-

gen de seguridad y en función de ello de-cidir si realmente deseas usarla.

Contacta con el PAS y conoce más es-

trategias específicas en [email protected] y mediante #ReduceDaños en

Facebook y Twitter.

Vox populi

Page 10: Boletín de psiconáutica 1

10