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Asociación Mundial del psicoanalisis

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Boletn AMP 2010 / Nmero 3

Boletn AMP 2010 / Nmero 3Comit de Accin de la Escuela Una / EOL

Poltica de la enunciacin

Qu desafo hablar del propio anlisis! Cada uno testimonia de su experiencia a su manera. Surgir de este movimiento colectivo un nuevo estilo de enunciacin que incida en el psicoanlisis?

Silvia Elena Tendlarz

IncluyeEntrevista a Germn Garca por Adriana Testa

Resonancias

Una posibilidadAnibal Leserre

En la lgica del Hilo de AriadnaDbora Nitzcaner

Entrevista aGermnGarcaporAdriana Testa

En el contexto de las recientes nominaciones en las distintas Escuelas de la AMP, que opinin tiene sobre el Pase en la EOL?

Desde que Jacques Lacan lo propuso, hace ms de cuarenta aos, el pase ha sido eficaz al mostrar la imposibilidad de unaidentidaddel psicoanalista. Se diga lo que se diga de los testimonios, revelan en la existencia misma del dispositivo la tensin con una enunciacin colectiva.Que el testimonio suponga la mxima proximidad entre enunciado y enunciacin es lo que importa. San Francisco de Ass es tan santo como San Ignacio de Loyola, pero no creo que se parezcan, ni que tuvieran la misma concepcin de la institucin que tena que albergar el mensaje, al fin y al cabo comn.Que puede decirnos hoy sobre la llamada poltica de la enunciacin?

Elshifterse presenta sin que lo sepa el que habla. Se dice que cuando dos profetas dicen lo mismo, uno de los dos miente. O bien mienten los dos. Cierta vez que giraba como un trompo sobre las pginas deEcritsca sobre la homologa propuesta por Lacan entre los mecanismos de defensa como los describe A. Freud y las figuras retricas. Como estas figuras, en el captulo II de laRetricade Aristteles se relacionan con las pasiones, conclu: a diferencia de las pulsiones las pasiones fijan un objeto, imponen un estilo que resulta de las transformaciones pulsionales en la articulacin de la enunciacin (procesos primarios) con los enunciados (elaboracin secundaria). Algo as.En relacin al uso actual del trmino 'semblante', viejos, nuevos, a qu responde la aparicin de este trmino en la enseanza de Jacques Lacan?

Menuda pregunta, como dira un andaluz. En el seminario 17 Lacan advierte que nuestra ciencia no ha introducido un conocimiento mejor del mundo sino que ha hecho surgir en el mundo cosas que no existan en modo alguno en el nivel de nuestra percepcin. Elsensusno tiene nada que ver con la percepcin. Lo que sigue se refiere a una crtica a la fenomenologa de la percepcin no ha dado nunca la menor idea...Aletheia, ousas(que no es el Otro, no es el ente, est entre los dos...no es tampoco el ser, aunque est cerca). Sigue la insubstancia femenina, laparousa,los objetosa, para concluir en el viento de la voz humana. No se puede resumir, pero digamos que donde desaparece el fenmeno aparecedu semblantque no se reduce al falso semblant. Tampoco creo que sea hacer teatro, cambiar depackaging. Du semblant,advierte Lacan en el seminario 18, hay que tomarlo como genitivo objetivo, no comosemblantde otra cosa. Ms bien comosens- blanc,como quien dicevers blanc.

Resonancias

Una posibilidad /Anibal Leserre

Las precisiones y perspectivas que seala Germn Garca me permiten subrayar que los testimonios del pase muestran, desde una heterogeneidad de enunciacin, la imposibilidad de tener un completo dominio de lo real; si as fuera, qu sera de los semblantes? En cada uno se puede escuchar cmo se lleg al lmite; y la transmisin a lo colectivo da a la Escuela la posibilidad de extraer los principios aquello que funda y fundamenta su accin- de una poltica del pase, marco en donde cada uno puede ubicar su singularidad y no sumar a una masificacin de enunciacin.

Resonancia de Dbora Nitzcaner

Germn Garca responde a tres preguntas que se leen bajo la lgica delEl Hilo de Ariadna. En primer lugar, responde a uno de los desafos ms importantes de nuestra comunidad:lo imposible de una identidad del psicoanalista, lo imposible de establecer un discurso colectivo. Desde la lgica de "un pase" es donde se puede instituir la proximidad entre el enunciado y su enunciacin, en tanto poltica de enunciacin, en tanto poltica de Escuela. Por ltimo, en la perspectiva de encontrar una razn al concepto de Semblante precisado por Lacan, concluye en su idea de validarlo como genitivo objetivo, es decir el complemento es el objeto y no el sujeto. Parafraseando a Germn, menuda respuesta.

Equipo de redaccin: Silvia Elena Tendlarz (Responsable) /Susana Amado / Carlos Dante Garca / Anglica Marchesini / Carlos Rossi / Adriana TestaBoletn AMP 2010 / Nmero 9Comit de accin de la Escuela Una / EOL

Lazos de amor contemporneos

Fui al mercado de pjaros / Y compr pjaros para ti mi amor.Fui al mercado de flores / Y compr flores para ti mi amorFui al mercado de chatarras / Y compr cadenasPesadas cadenas para ti mi amor / Despus fui al mercado de esclavosY te busqu /Pero no te encontr mi amor.

Poema deJacques Prvert, Para ti mi amor.

Un drama contemporneo?Silvia Elena Tendlarz

Incluye

Entrevista aGraciela Musachi

Resonancias /Mara Leonor solimano / Luis Tudanca

Entrevista a Graciela Musachi

De qu manera se enlazan los semblantes y el sinthome a los lazos amorosos contemporneos? Podras marcar alguna particularidad?As como Kierkegaard escribe sobre el concepto de la angustia para decir que no lo hay, parto de que no hay concepto del sinthome o, en todo caso, que sinthome es el nombre de la inconsistencia de cualquier campo de saber. Esto a tal punto que podemos usar una afirmacin de Lacan de 1962 que puede valer para 1976 cuando considera que el semblante no es nuestro enemigo cuando se trata de lo real.Pero no voy a esquivar el obstculo: marcar particularidades de los lazos amorosos contemporneos me desliza hacia un conjunto y lo que hemos podido establecer del sinthome es que es invencin singular. Prefiero, entonces, usar una vena goethiana que no es epocal sino de un tiempo del sujeto. Se trata delgaln primerizoal que se le da, en Las cuitas de Werther, el siguiente consejo: Caballerito, el amor es muy de hombres, pero an amando, se ha de ser hombre. Hay que repartir las horas y las que sobren del trabajo, dedquense placenteramente a la Cloris.Werther deja de ser un hombre (lo atestigua); se suicida.La pregunta conduce al buen entendedor de estos tiempos del sujeto.Privilegiaras alguno de los dos trminos en la distribucin sexuada de hombres y mujeres?Hace ya muchos aos que Miller habl De mujeres y semblantes (Ediciones del pasador). Lo que habra que debatir ahora es si sinthome concierne o no a la posicin sexuada. Una mujer es sinthome del hombre? Un hombre es sinthome de una mujer?.La cuestin se opaca, para decirlo en el lenguaje del Seminario 23.Ella, dice Goethe, no anhela sino a l, slo y nico. Exenta de las vaciedades de una vanidad inconstante, concentra sus miradas en uno solo etc. Estamos lejos de eso?. Y si no vale ese uno solo como sinthome?Y l: Cunto me adoro a mi mismo cuando me corresponde! para luego agregar que el manantial de nuestra dicha termina siendo el de nuestra desventura..Sntoma o sinthome?.Estas son nuestras cuitas.Entrevista de Silvia Elena Tendlarz

Resonancias de Luis TudancaPara pensar en la "distribucin sexuada de hombres y mujeres" lo privilegiado es el "lazo amoroso". An cmo perdura en "lo contemporneo". Graciela Musachi lo dice muy bien por lo que me queda explicar la resonancia que produjo en m. Record una idea de Jacques Lacan de su seminario 21 "Les non dupes errent" (1 ) All l afirma que el saber masculino y el saber femenino no se recubren. Deja al primero del lado de un andar (erre), del partir para cerrarse. Hay Uno al comienzo que, de girar en redondo, se clausura. Es por ello que desconoce que hay tres redondeles salvo, aclara Lacan, que se cruce con una mujer. Ella imagina una unidad en l y a partir de ello teje su trenza con su saber abierto, el que l desconoce. No hay relacin sexual pero...si obtiene lo anterior, ella puede lograr una satisfaccin: la unin sexual "en s misma", en ella, no con l.La histrica hace al hombre?.(1) Seminario 21 "Les non dupes errent". Clase del 15/1/74.Resonancia de Mara Leonor SolimanoGraciela Musachi responde que para los lazos amorosos no hay pocas sino tiempos del sujeto. El hombre y la mujer no necesitan hablar para estar atrapados en un discurso.El joven Werther es un hombre Se suicida por no poder sostener el semblante en su hora de la verdad?Pero como dice Lacan: Que la mujer sea la verdad del hombre o su invencin singular es algo de peso. Por el contrario cuando se trata de una mujer, ella que maneja fcilmente el semblante puede llegar a dar peso incluso a un hombre que no tiene ninguno.

Equipo de redaccin: Silvia Elena Tendlarz (Responsable) /Susana Amado / Carlos Dante Garca / Anglica Marchesini / Carlos Rossi / Adriana Testa

La conclusin del cartel del pase,es una cuestin de tiempo intersubjetivoEstela PaskvanLa cuestin: Los carteles deben decidir por unanimidad?, me hace reflexionar sobre mi experiencia. Form parte en el pasado de un cartel del pase, luego actualmente - de otro. En los dos casos, las decisiones (nominar o no) fueron tomadas por unanimidad. Pero, hasta ahora,nunca me preguntcmo es que se hizo. El cartel del pase responde a la lgica del pequeo grupo, el cartel tal como lo propuso Lacan. Dicho esto, es un cartel especial porque se debe arribar a una conclusin comn.Debo decir que en una nica ocasin decidimos muy rpido, no encontramos argumentos para decir si. Pero pasamos mucho tiempo para decidir como haramos para transmitir esta decisin al pasante: Por escrito o no? Cmo decirle? etc. Era necesario ser muy prudente. Brevemente, fue claramente ms difcil transmitir la decisin que tomarla. Pero debo decir que, en todos los casos, es necesario encontrar la buena manera de trasmitir esta decisin. El pasante ha dado su confianza y esta, la confianza, es una cosa preciosa para el pase.En la experiencia, despus de haber escuchado a los pasadores, cada miembro del cartel puede decir sus primeras impresiones. Alguno puede ser muy contundente, cortante: En mi opinin, no hay ninguna posibilidad, otro responde: Te parece? Es interesante, muy interesante porque. Hay tambin alguno que duda, otro que queda en silencio, etc. Es de esta manera que el tiempo para comprender comienza. Qu tiempo? Como se puede adivinar, el que se juega es el tiempo lgico en tanto que tiempo intersubjetivo. S, los miembros del cartel son como los prisioneros del sofisma que deben encontrar la salida y llegar a salir todos juntos. Cuando esto se produce, es en la prisa, y el tiempo se precipita: los argumentos se ordenan rpidamente.Yo no tuve la experiencia de llegar a un impasse en la decisin. De todos modos debo recordar la funcin del xtimo de la AMP. El xtimo no puede ser llamado solamente en el caso de nominacin, sino tambin a fin de resolver un impasse. Pero es necesario decir que l no interviene como un rbitro, para decir si o no, o incluso dirimir. En mi opinin, l puede intervenir precisamente cuando la lgica intersubjetiva se detuvo, se paraliz y se estanc, cuando no hay ms cuatro ms uno (4+1) sino cinco pegados o divididos. Entonces, el xtimo tiene la funcin de retomar esta lgica, de impulsarla. Es la razn por la que la funcin del xtimo es indispensable, sea porque hay una decisin unnime o sea porque no la hay.Traduccin: Viviana FruchtnichtEl deseo de nominar[1]Marie-Hlne BroussePara el journal me he valido de una experiencia para m memorable en un cartelde la EEP. No voy a volver sobre la misma, simplemente subrayar que ah he descubierto el odio de nominar bajo el manto de la aplicacin de la teora analtica interpretada a la manera formalista de un protocolo, o sea el grado cero de lo universal reducido a lo general (si no hay testimonio de neurosis infantil entonces psicosis, si psicosis entonces no nominacin).Cuando recib el programa, inmediatamente flash sobre el deseo de nominar.La atencin al deseo de nombrar es, en efecto, uno de los principios esenciales que reglan mi escucha en la experiencia analtica. Hacer un anlisis es desear nombrar precisamente lo que es innombrable. En el testimonio de los pasantes se puede seguir este esfuerzo tenaz hecho para nombrar lo que escapa a la cadena significante, aunque eso fuera hablado, eso que el nombre del padre y la metfora no alcanzaron a sublimar en semblantes.En el cartel del pase, sucede escuchar esos nombres encontrados ydecirs a esos encuentros, que si son tales escapan precisamente a nuestra doxa. Acordndome sin mis notas de algunos pases que dieron lugar a la nominacin de un AE, o que segn mi opinin deberan haber dado lugar a la misma, esos son los nombres que me vuelven a la memoria. Me impactaron. Puesto que M. Bassols est aqu y que tuve que escuchar elementos de supase, me acuerdo de la mancha blanca. Me acuerdo de la mirada rasgada. Podra, a la manera de G. Perec hacer una lista de: yo me acuerdo de esos nombres que me impactaron[2]. Esas nominaciones implican una extraccin, mismo si son diversas. Para una, una imagen indeleble, para otra un elemento de la lalangue, para otra an un sueo condensando un imposible, o an una experiencia de la cual la banalidad no tiene equivalente ms que la ajenidad que se devela de repente.El cartel nombra: pero me parece que no nombra colegas, porque todos lo que entran en el dispositivo del pase son, para m, entrada de analistas comprometidos con y en el psicoanlisis. Qu nombra entonces, me dirn? La primera formulacin que me viene en mente es que nombra formaciones del inconsciente. Pero es una aproximacin. Puede ser ms exacto decir que busca que aquellos nombres que le permiten a un sujeto engranar el resto de las formaciones del inconciente, producto de la alianza del desciframiento con la transferencia, pasen la barrera de la intimidad de la cura. Este nuevo inconsciente, artefacto del anlisis, raz cuadrada del inconciente, l decide hacerlo escuchar como otros tantos productos de esta modalidad particular del discurso que es el discurso analtico. El deseo de nombrar del cartel es para m el deseo de catalogar y difundir los sntomas, como otros tantos nombres puestos en el lugar de la relacin.El deseo de hacer avanzar el inconsciente como saber en los puntos donde la teora se estanca.Perfil del AELa feliz expresin de Catherine Lazarus-Matet para m vino a poner un punto de capitn sobre un cuestionamiento muy concreto producido por mi ltimo pasaje por un cartel del pase, del que yo haba intentado mal o bien hablar en el Congreso de Roma. Y despus lo dej de plano porque no haba encontrado respuesta al nivel prctico en el que yo situaba el problema. Lo voy a retomar hoy ms bien a nivel de la estructura.Hiptesis: el pase en todos sus aspectos es resistente o heterogneo a todo proceso de universalizacin, sea ligado a la aplicacin de criterios, la perennidad de las tradiciones, la procedimentacin[3]administrativa. El pase ha tomado partido por lo inclasificable.Como no puede tener lugar msque en una institucin y en el interior de un dispositivo, hay una tensin estructural que produce regularmente explosiones o implosiones. En este sentido es un barmetro del nivel de influencia del discurso analtico en la institucin.Los AE salen uno por uno. Su nico punto comn es ser sntomas. La Escuela, ella, para funcionar a favor de la defensa de la causa analtica, es regularmente calculada en su trayectoria. Hay pues una tensin entre el AE definido por su funcionamiento en la Escuela, su valor de uso, y el AE producido por su cura y por el cartel. ste lo nombra, en efecto, si se empujan las cosas a sus lmites, por su costado de solucin indita.El perfil del AE es el resultado del funcionamiento de los AE en esta institucin, o sea del uso que se ha hecho del mismo desde hace varios aos. Este uso y este funcionamiento son, tal vez, a repensar regularmente.Esta semana, haca cartel con jvenes analistas en formacin. Trabajamos sobre los testimonios de pase. Esta tarde, estaba el texto que C. Mangui pronunci en Buenos Aires y que est publicado en la revista de la Escuela. Uno de los cartelizantes se ofreci a presentarlo. Estaba desorientado. No encontraba orden, determinacin, el movimiento se le escapaba. Lo trabajamos. Su precisin apareci, pero no donde se lo poda esperar. De hecho este testimonio no releva una lgica demostrativa, quizs es ms del orden de la mostracin. Pero lo ms evidente era que era un escrito: ni demostracin, ni relato, ni poema, ni obra literaria, un texto inclasificable. Los textos de las Jornadas tambin eran escritos, lo que los diferenciaba de los testimonios del pasante a los pasadores. Me pregunto si el escrito no es ms dcil a lo inclasificable y a la innovacin que la palabra. La poesa lo prueba y tambin todas las lenguas tcnicas que de hecho son sobretodo escritas.Me pregunto si para escapar a lo que se puede pensar del AE en tminos de perfil, el trabajo de los AE nominados no podra relevar esencialmente del escrito. Tengo bastante el sentimiento de no ser muy ortodoxa al hacer esta proposicin, pero uno de los cambios de la poca es la modificacin del lugar de lo escrito y de la letra en el lazo social. SMS, mail, Chat, etc. han modificado ya las modalidades de la carta/letra[4]y tambin, en consecuencia, las de la vida amorosa. Por qu no extraer tambinlas consecuencias en el psicoanlisis?Traduccin: Viviana FruchtnichtEl deseo de nominar AE. Usos del AE.Rose-Paule VinciguerraDeseo de nominarEstar en un cartel del pase es creer en el pase. En todo caso creer que se puede llegar a saber lo que es. A este respecto, el deseo de no nominar dara cuenta de una posicin elitista o de una posicin cnica ms o menos ignorada de s mismo.Pero el deseo de nominar? Mi experiencia de los carteles del pase me lleva a pensar que deseo de nominar y reticencia a nominar son como el derecho y el revs de una misma posicin, de una posicin de la cual la brjula estara orientada por lo que poda decir Jacques-Alain Miller el ao pasado: En tanto que ustedes no hayan encontrado vuestro es esto, no vale la pena jugar a hacer el pase. Me parece que a la hora de escuchar el testimonio de un pasante, lo que atraviesa el cartel es un deseo de saber an, hasta alcanzar un es eso esperado; o sea, escuchar una demostracin hasta la mostracin del lmite mismo de la demostracin, es decir hasta la mostracin de un punto de opacidad, percibido por el pasante mismo, mas all de la significacin. Hasta la constitucin de un sntoma.A veces, sin embargo, el testimonio del pasante se detiene en la demostracin sin que sea mostrado ese punto lmite y el cartel queda rasado con su deseo. Es ah donde la reticencia a nominar AE al pasante se pone en juego: el cartel se demanda el por qu de esto y se percibe frecuentemente en el testimonio del pasante un resto de goce ignorado por l mismo, que puede dar lugar a tentativas de forzamiento diverso, incluso a un acting out.Con esta brjula crea, hasta aqu, saber lo que era el pase. Pero hoy, dada la escasez de las demandas de pase, me llego a preguntar si estas referencias no son demasiado delicadas, y si el pase-sinthomeno se ha constitudo para nosotros en modelo. Tal vez se esperaba demasiado de los testimonios y puede ser que sea necesario quedarse con lo que precedentemente era considerado como suficiente, por ejemplo el atravesamiento del fantasma.Formulo en todo caso una queja: que la enseanza de los carteles de pase no haya tenido lugar y no haya permitido exponer los puntos sobre los cuales habamos debatido entre nosotros y sobre los cuales se estaba apoyando una nominacin o una no nominacin. Se hizo un mnimo en las tardes del pase pero lo que se transmiti ah no tena el tenor de lo que debera y pudo ser una verdadera enseanza del cartel.Observaciones sobre los usos del AEEn Buenos Aires, en una sesin consagrada a los carteles del pase, yo planteaba la cuestin: El AE debe ser investigador, polemista, constructor, artista? Debe estar ah donde se lo espera?. En efecto, otras modalidades de intervencin distintas de la enseanza de los AE pueden ser consideradas. La nica condicin es que un AE pague de su persona y que no se duerma en los laureles. Ser AE no es una posicin de prestancia, deca Lacan.Sea como sea, la duracin de la enseanza de los AE (tres aos) es, sin duda, demasiado larga. Sobre todo cuando no hay ms que uno o dos en ejercicio.Por lo dems, el hecho de que las veladas de enseanza no hayan tenido lugar ms que en Paris los confina a un pblico restringido.En fin, es necesario notar que lo que parece sobretodo interesar al pblico es el testimonio en s mismo de los AE ms que la enseanza elaborada inmediatamente en las veladas. Pero hablar ms de dos o tres veces de su testimonio en la Escuela se puede tornar cansador para un mismo auditorio, por ms concernido que est por el pase.Esta cuestin parece poder encontrar una salida interesante en las sesiones como las iniciadas en Gand por lo que propone el Kring de la New Lacanian School. Este grupo trabaja primero asiduamente el testimonio de un AE y lo invita enseguida a prestarse a responder una batera de preguntas: este puede entonces relatar su experiencia de manera necesariamente menos velada que como lo ha hecho en su testimonio inicial y transmitirallegro risolutolo que l ha podido aprender en el mismo, lo que vivifica la enseanza. En este momento, en que el lazo de la Escuela Una con sus mltiples tiene vocacin de estrecharse, no se podra imaginar que otros grupos del Campo freudiano, incluso los ACF, pudiesen experimentar el mismo inters que el grupo del Kring ha iniciado en Gand? Lo que se elabora, en efecto, en estos encuentros es una enseanza alerta, suceptible de devolver a muchos el gusto por el pase.Traduccin: Viviana FruchtnichtEl pasador Enero 2010El pasador, entre secretario y analizanteSerge CottetLa experiencia de los pasadores traduce un obstculo. Deben ellos retranscribir todo lo que han escuchado e informarlo en el orden en el que se les ha comunicado con el temor de olvidar algo, o bien deben encontrar un hilo, operar una seleccin, privilegiar una articulacin lgica con el riesgo de pasar los lmites de su funcin?Escribas o intrpretes? Es bajo este binario que se pueden reagrupar numerosas comunicaciones de los JJ sobre los pasadores, de la misma manera que las ltimas intervenciones del Colegio del pase sobre este tema.La distincin de roles est ciertamente prevista por el dispositivo: el pasador no es miembro del cartel al cual se dirige; transmisin de un mensaje para el primero, interpretacin y construccin para el cartel.Es el pasante mismo sobre quien recae la carga de formalizar su cura, de operar una reduccin, de hacer sensible al pasador el agalma de su experiencia. Sucede que el pasante tome el cuidado de puntuar l mismo el mensaje a transmitir con el temor de no tener que ver ms que con un secretario. Se ve a veces al pasante insistir hasta en el modo de enunciacin del mensaje:Usted har hincapi en aunque para evitar justamente una narracin histrica. Inversamente, un pasador se inquieta por el hecho de que el pasante reduce su mensaje al punto de no decir una palabra de su cnyuge durante toda la duracin del testimonio.Por ms que la distincin de los roles est definida, se constata que el cursor que va de secretario a intrprete escapa a la reglamentacin y a toda reforma institucional. Si llega a ocurrir que el pasador olvida que es un analizante, entonces el sentido de su funcin se le escapa, as como sus lmites. Esto est sealado por los colegas, en particular por M.-Cl. Sureau y Ph. La Sagna, que recuerdan que el pasador es un analizante y que es en tanto tal que recoge el testimonio. Decir que l es el pase, en mi opinin, designa un punto en el que l es afectado por una experiencia singular que es de la naturaleza del instante o del momento de ver, donde la cuestin de la transferencia est an presente para l, donde el inconsciente transferencial es tocado; los pasadores deberan ser designados en consideracin del desanudamiento de su experiencia personal, a fin de que su testimonio surja de lo vivo mismo de su propio pasado (Proposicin sobre el psicoanalista de la Escuela,Autres crits,p. 255). Existe entre pasante y pasador una discordancia de tiempo esencial en el valor de la transmisin. Ser el pase se ilumina desde una cierta posicin subjetiva del pasador. Se lo ve de hecho cuando el pasador se implica en tal testimonio, el cartel retomacolorido despus de estar identificado tambin al rol de escriba.Frecuentemente un afecto de aburrimiento atraviesa el cartel que es levantado en esta coyuntura: lo uniano propio de la cantinela del relato de la cura deja lugar al acontecimiento de la cura (como dijo alguien ayer). El eco en el pasante de estos momentos de franqueamiento se ha hecho hoy todava ms actual, en razn del desbrujulamiento sobre el concepto de fin de anlisis. Y as pues, es suficientemente fugaz y esto no puede durar, sobretodo si la experiencia del pasador le sugiere presentarse l mismo al pase. En todo caso, en el pasante, es un momento dejado atrs y son las consecuencias y el aprs coup que l extrae del acto analtico los que constituyen el punto curcial. Como Ph. La Sagna lo dijo en su texto de los JJ, el pasante est ms all de ese momento: l ha asumido para devenir analista y dramatiza eventualmente, en el semblante, su relato. El pasador est pues a la vez de este lado, como no asumiendo todava el de-ser al que responde el acto analtico. Pero se puede decir tambin que est al abrigo de la ficcin, a la que est expuesto el pasante en su hystorizacin.Es porque hay entre los pasadores adems novatos que idealizan al pasante que ellos todava no son, y que daran el gradus sin confesin, as como los desengaados o no incautos que invierten los roles y hacen un informe de caso como una observacin de clnica analtica.No se si este recuerdo de los roles es de naturaleza tal como para modificar la composicin de los carteles a fin de reforzar ah el rol de los pasadores, como se sugiere, el desfasaje que se acaba de describir sobre todo ser sensible por las formas de transmisin y de enseanza de la cual la Escuela tomar la iniciativa. Esta actualidad debera retener la atencin de los AME en el modo de seleccin de los pasadores: ms numerosos y ms jvenes.Traduccin: Viviana FruchtnichtMemorias de un pasadorEnric BerenguerMe sorprende que sorprenda que la Escuela invite a hablar en primera persona de la experiencia que cada uno ha hecho del inconsciente y de su relacin con el dispositivo del pase. De hecho, esta llamada al testimonio no debera resultar chocante, si tenemos en cuenta que no hay enseanza, ni transmisin, que merezcan ese nombre si no se hacen hablando en nombre de la experiencia analtica de cada uno. Cierto que parece ms fcil ampararse bajo otros nombres, ya sea el de Lacan o el de Miller, pero, al fin y al cabo, lo sepamos o no, estamos siempre testimoniando cada vez que hablamos. Aunque sea testimoniar de la incapacidad, o la negativa, a hablar en nombre propio. Eso tambin se constata y marca un estilo, por ejemplo de denegacin.El compromiso de cada uno de nosotros, contrado el da, a veces lejano, en que manifestamos nuestro deseo de pertenecer a la Escuela, heredera de la de Jacques Lacan, era entre otros el de sostener frente a otros discursos que pueblan el mundo que consideramos que el anlisis mismo es lo esencial en la formacin de los psicoanalistas. Qu impedira hablar de ello?El testimonio, hasta hace poco, asociado a un pase idealizado, quedaba como algo lejano. En esta revisin del lugar del pase, el testimonio se acerca y est al alcance de cada cual, como la aportacin que cada uno puede hacer al avance del psicoanlisis.Por otra parte, una inhibicin con respecto al pase y el testimonio (mayor en unos mbitos de la AMP, alcanzando la dimensin de un verdadero sntoma) slo en parte puede explicarse por la idealizacin del pase. Otra parte de la cuestin concierne a si de verdad se confa en los anlisis que se llevan a cabo, a si de verdad se ha apostado por ellos lo suficiente como para que se pueda transmitir algo sobre sus resultados. En el dispositivo, ciertamente, pero tambin en otros dispositivos, como los que ahora inventa la Escuela, al llamar por ejemplo a testimoniar de la experiencia de cada uno en jornadas o congresos.El pase no debera ser tan lejano, porque los anlisis no deberan serlo. A veces hay una comodidad en la lejana, que fcilmente se disfraza de impotencia y que produce una versin especfica del anlisis infinito. Pero el pase siempre est ms cerca del anlisis de lo que parece. Y esto se entiende mejor si no se considera el pase nicamente desde la perspectiva de la nominacin del AE. La mayor parte de pedidos de pase no han conducido a una nominacin, pero ello no impide que hayan sido, para todos aquellos que han intervenido en el dispositivo, una enseanza sin igual.Lo dice alguien que fue pasador tuvo esa fortuna y que recuerda muy bien cmo aquella experiencia transform su relacin con el psicoanlisis, su forma de desempear su funcin como analista. Pero que recuerda igualmente cmo cada una de las personas que solicitaron el pase obtuvo un beneficio claro de la experiencia del testimonio ante los pasadores, as como de la respuesta del cartel. En efecto, una no nominacin puede ser tambin una enseanza que relance el deseo de anlisis en una buena direccin, o que impida que tal deseo se agote en una direccin sin salida.Pero me centrar algo ms en mis recuerdos de pasador. En primer, lugar, el entusiasmo, el sentimiento de haber sido elegido para acoger lo ms ntimo de la Escuela y lo ms ntimo de la aventura de un sujeto: sus deseos, sus apuestas, el modo en que para l se plantea la cuestin fundamental de cmo autorizarse en su experiencia analtica para ocupar de la mejor manera el lugar. Luego la lgica preocupacin por estar a la altura, como depositario, de tan precioso depsito. El reto que constituye encontrar la mejor manera de transmitirlo llegado el momento. La emocin tambin de transmitir ese mensaje precioso a los colegas del cartel, que son capaces de escucharlo con el mayor respeto, con una atencin infinita al detalle, apuntando siempre, ms all de lo universal, incluso de lo particular, a la verdadera singularidad de un sujeto, sus soluciones, sus invenciones.Puedo decir, pues, como un recuerdo concreto de la influencia del mecanismo del pase en mi formacin como analista, que puedo situar el da una fra maana, en Pars, tras una carrera extenuante por los pasillos del Charles de Gaulle para no llegar tarde en que conoc de verdad, por primera vez, no de una forma terica sino eminentemente prctica, ese borde en el que algo de la singularidad empieza a trazarse a partir del modo particular en que un sujeto trasciende las posibilidades, siempre limitadas, de aquello que podemos situar como modalidades del sntoma. In statu nascendi... un poco ms all de lo que el propio pasante poda situar. Pero no me cabe duda de que algo del dispositivo le ayudara a l a recuperar su brjula.Deflacionar el superyPatrick MonribotTres misiones esperan al AE recientemente nominado: clnica, doctrinal y poltica. Esta triple funcin puede inquietar a numerosos candidatos potenciales al pase, y an desalentar la empresa. El supery, si bien flexibilizado por una cura llevada hasta su trmino, puede hacer estallar el deseo del pase, no siempre es fcil escapar a esa carga residual.A favor de la reforma del procedimiento y del cambio esperado del espritu del pase, la Escuela puede favorecer el alivio de tal obstculo estructural. A este fin, una de las apuestas de la mutacin actual es la de redefinir los contornos de las tres funciones prometidas al futuro AE. Cules proposiciones?La funcin clnicaEl AE debe testimoniar pblicamente de su recorrido analizante. Las ltimas Jornadas de la ECF han mostrado que una puesta a cielo abierto de su propio caso est lejos de ser anulatoria, por el contario! La satisfaccin al operar este tipo de ejercicio deja pocas dudas, mismo si conviene distinguir el testimonio directo y el que pasa por los enredos menos inmediatos del procedimiento.En efecto, el AE debe exponer la coherencia de una ficcin que la cura ya ha desarticulado en su trmino. La construccin es el reverso de una deconstruccin. Este resto de hystorizacin vela y muestra a la vez un real que no se relata. Es, sin embargo, un agalma muy escuchado por un pblico extendido ms all de los miembros de las Escuelas.La proposicin siguiente presenta el pasaje al gran pblico, despus de un pase reducido. Para afinar de entrada el testimonio sin repetirse demasiado, para conseguir una quintaescencia ms rpido y a fin de no ajustar indefinidamente su diseo, no es ilegtimo que el pasante pasado pueda encontrar el jury que lo ha nominado (sea cual sea la forma futura) a fin de obtener diversos anclajes clnicos, diferentes de los que pudo percibir solo. Es una modalidad del algunos otros del cual el analista se autoriza, segn la frmula de Lacan. La colaboracin entre el AE y el jury tendra as un post-scriptum despus del veredicto.La funcin doctrinalEs sin duda la ms temida para un joven AE que no es un viejo veterano de la teora situacin altamente deseable. Terminar la cura con pertinencia es una cosa, estar apto para ensear es otra. Cmo no romper un mpetu tan precioso sobre el muro de una tarea presentida como colosal por el interesado? Cmo de-superyoizisar el asunto?Tres puntuaciones:Primero, me parece que la nominacin alivia aprs coup esta dimensin superyoica.Difcil saberlo por adelantado Queda confiar en los efectos reales de la nominacin como empuje al concepto.Inmediatamente, el AE puede siempre pedir una opinin en forma de control a un analista supuesto poder ayudarlo a este fin: despejar un hilo rojo epistmico a partir de su fin de la cura (experiencia del procedimiento includa). Es otra modalidad del algunos otros.En fin, los habitos y el reglamento de la Escuela pueden ser modificados en la materia. Un mandato de duracin fija es siempre pertinente? La capacidad inventiva del AE es intermitente y recurrente. Esta forma de permanencia no es infinita ni reconducible de forma lineal durante tres aos. En el fondo, esto depende de la contingencia de los encuentros y de los acontecimientos institucionales. Hay aperturas y cierres. Ciertamente, el AE puede decir no a ciertas solicitudes, pero no es deseable que la Escuelavuelva a aadirlas exprimindolo a travs de la programacin ritual de veladas institucionales que, al final, dicen ms del automaton que del deseo. El crecimiento esperado del nmero de AE permitir la reparticin de las cargas, pero esto no resolver en nada el fondo de la cuestin.La funcin polticaEl AE tiene como tercera y ltima perspectiva la de interpretar la experiencia de la Escuela como si se tratase de un sujeto. Fracas esta misin? Ciertamente, los AE hacen y dicen lo que quieren. Sin duda, algunos de entre ellos se suben a la almena cuando les ha parecido bien hacerlo. Pero tienen algn impacto? En otros trminos, el AE es un sujeto supuesto saber en la Escuela en cuanto a la poltica? Hay en esto la misma oreja que la que le est acordada en su misin clnica y doctrinal? No es seguroPor lo dems, el desempeo de la experiencia analizante prejuzga una excelencia en materia poltica? Ejemplo: antes de que Jacques-Alain Miller atrajera nuestra atencin, ni un solo AE incluyendo a los antiguos supo interpretar la deriva posible de la Escuela frente a las exigencias del discurso del amo implicadas por la expansin de los CPCT.Cmo pensar esta carencia? Cmo remediarla? Es necesario concebir de otra forma la incidencia poltica del AE? Todo esto es una cantera en forma de cuestiones abiertasEn el fondo, deflacionar el supery inhibidor de los futuros candidatos es una manera de objetar al pase ideal, favoreciendo el gusto por el riesgo. La Escuela puede contribur a ello.Traduccin: Viviana Fruchtnicht

[1]N.de T.: del original francs nommer, traduzco en algunos casos como nominar, y en otros como nombrar.[2]N.de T.: el encomillado est agregado por esta traductora.[3]N. de T.: neologismo producto de la verbalizacin de procedimiento. En el original francs: procdurisation.[4]N. de T.: lettre: se puede tomar en este caso en su doble acepcin carta y letraEn esta entrevista amablemente concedida porla Lic. MirtaVzquez, pudimos abordar temas de inters para el campo psicoanaltico, como ser sus experiencias de trabajo con Germn Garca, el psicoanlisis desde los aos 70 hasta la actualidad y la incidencia de J-A Miller en Argentina.Tambin se refiri al psicoanlisis en vinculacin con los dems discursos:el psicoanlisis en las instituciones pblicas de salud mental, la violencia actual y laeducacin, y el psicoanlisis en lo social.Mara Rosa Cantos:Nos gustara que nos contara sobre Ud., su trayectoria.Mirta Vzquez:Bueno, voy hacer una sntesis sino es muy largo. Yo me recib de psicloga ya hace 35 aos, en el 73. Una poca en donde comenzaba enla Universidad Nacionalde Buenos Aires un perodo complicado para la carrera de psicologa, estaba totalmente tomada por el discurso poltico. Entonceshabauna divisin entre los que les interesaba el psicoanlisis, a mi me interesaba el psicoanlisis desde mi adolescencia, por lecturas. Yo estaba enla Universidaddel Salvador, me fui, retom toda la carrera de psicologa enla Universidadde Buenos Aires, y yo ya tena formacin psicoanaltica de mis lecturas, pero tambin hacamos fuera dela Universidadcursos de estudio. Pero se articulaba o se pretenda articular el psicoanlisis con el discurso poltico, que en su momento fue el marxismo. Y luego en el 73 ya el discurso poltico era un enjambre de lenguas, y eso tena una incidencia en la prctica del psiclogo. Yo hice mi formacin a penas me recib en el Hospital Escuela San Martin, en la ctedra de Psicopatologa, que implicaba una experiencia clnica. Y el titular era KesselmanPara entrar en esa ctedra tena que sustentar en partelas ideas polticas de Kesselman. As que el discurso psicoanaltico..., yo recin estaba leyendo un momento de la enseanza de Lacan del ao 63, cuando yo tena 18 aos y recin empezaba enla Universidaddel Salvador, previo a esto que les estoy contando, diez aos antes, y en Francia sus alumnos ya iban a estudiar psicoanlisis con Lacan. Y Lacan traa, en su enseanza, en sus seminarios siempre est lo que pasa afuera, pero no hay una imbricacin tal que el discurso poltico aplaste el analtico. Ac enla Argentinafue as. En aquel momento el discurso analtico estaba tomado por el discurso poltico. La formacin en esos aos, en el proceso fue un desastre, en esos aos se haca lo que se poda. Yo decid no hacer clnica por un tiempo, supervisaba con analistas, algunos tuvieron que salir del pas, algunos me los encontr por suerte, como VarnHorne (Bernardino Horne, AME), que en aquel momento no era psicoanalista lacaniano, haba dejadola APAde donde haba hecho una brillante carrera.Haba dejadola APA, entonces,y enseaba nuevas formas de tratamiento pero todava no era lacaniano, el se hacelacaniano a partir de su encuentro con lacanianos estando ya en Baha (Norte de Brasil), donde algunosaos despusme reencontr. Hace mucho quesomos amigos, en fin. Pero fue una etapa de recesin del psicoanlisis para m. Bueno, lo retomo en los aos 80, y yo ya tena cierta inclinacindesde el ao 75, despus con Germn Garca que fue el que a mi me form fundamentalmente, Germn me abri la cabeza. Luego entr en el Simposio del Campo Freudiano en 1983 cuyos titulares eran Cacho Sawicke, Samuel Basz, Jorge Chamorro, Ricardo Nepomiachi y Luis Erneta.El discurso lacaniano es un discurso que no se introdujo con la dictadura, pero que la dictadura posibilit que nos introdujramos nosotros en ese discurso porque era muy hermtico. Y efectivamente, Lacan no hablaba de poltica a la manera que se entenda en ese momento a la poltica, que era reivindicar los derechos de los trabajadores y la lucha armada. Y del otro lado la represin. Entonces de cierta manera se pudo trabajar, estudiar. Uno se poda formar.Francisco Ruiz:La poca de la dictadura es la poca del seminario sobre los cuatro discursos?Mirta Vzquez:No, el seminario XVII es del 68, con el mayo francs. Que ac tuvimos nuestro mayo tambin en el cordobazo, pero un ao despus, en el 69. En ese momento el discurso lacaniano no exista. Yo tengo una hiptesis del por qu surge el lacanismo con tanta fuerza en Argentina, primero en Buenos Aires. En el 1942 se fundala APAy se difunde el pensamiento de Freud, la gente se analizaba. Yo hice formacin con algunos psicoanalistas dela APA, hice grupos de estudios tambin, pero lo que pas es que se abren las carreras de psicologa, la gente empieza a estudiar psicologa en el ao 58, y la clase media empieza a tomar la carrera de psicologa como salida laboral para las mujeres, est lleno de mujeres la carrera de psicologa. Como en aquel momento era el profesorado de gimnasia, anteriormente el magisterio, eran profesiones tpicamente para chicas. Entonces se empez a llenar la carrera de psicologa de mujeres, que en este momento de cambio social empiezan a demandar mas saber. Podamos supervisar con la gente dela APA, analizarnos con ellos, pero no podamos estar en la institucin haciendo carrera.Francisco Ruiz: Haba que ser mdico.Mirta Vzquez:Haba que ser mdico, claro. Y cuando llega el discurso de Lacan, a travs de Masotta, en los principios de los 70, empieza a haber una difusin impresionante del psicoanlisis lacaniano. Con mucha resistencia internala APAque consideraba que no tenamos la formacin adecuada para ser mdicos psicoanalistas, adems se lo nombraba as, mdico psicoanalista. Eso les daba autoridad en lo social. En la ctedra, que era mdica obviamente, enla Escuela SanMartin, en el servicio nosotros ramos auxiliares de los mdicos.Francisco Ruiz:A pesar de que Freud ya haba realizado su escrito sobre si pueden los legos ejercer el anlisis, donde l autorizaba a ejercer el anlisis a los que no eran mdicos.Mirta Vzquez:Es mas, dice que es un obstculo para la formacin. Preferentemente, dice, hay que estudiar religin, estudiar cultura, la deriva para las humansticas la formacin de psicoanalistas.Francisco Ruiz:Me interesa la cuestin de la poltica y el psicoanlisis, estaban muy mezclados.Mirta Vzquez:Muy imbricadas, a tal punto de que los que tenamos orientacin psicoanaltica, yo no era poltica por supuesto, tenia mis ideas pero no tena militancia..., estaba tan imbricado el discurso poltico a tal punto que yo tena una compaera enla Universidadque era muy lcida pero estaba en una alienacin a ese discurso poltico que me deca a vos la historia te va a pasar por arriba. Y en una ocasin cuando cursbamos Psicologa Evolutiva II, la carrera era peronista, o por lo menos los ayudantes, los ayudantes eran peronistas y pretendan saber sobre la psicologa del adolescente argentino.Francisco Ruiz:El psicoanlisis o los psicoanalistas entonces tenan o intentaban estar en los problemas sociales.Mirta Vzquez:Segn Germn, con su natural irona, dice que esa es la vocacin de los psiclogos. De ah que viene la idea de normalidad, el psiclogo en la escuela donde el nio con los 6 aos no aprende, falla en la estadstica. Entonces ayuda a que ese nio se adapte. Esa es la psicologa. La vocacin social. La poltica era otra cosa. Porque eso con una buena formacin psicoanaltica eso se revierte, lo social entrara como receptor. Como lo hace Lacan, lo hace entrar dentro de la mquina del psicoanlisis a lo social. Dentro del campo del psicoanlisis aquello que conviene al psicoanlisis. Aqu era..., cuestin de muerte, lo voy a decir as. Era el imperativo superyoico de que hay que militar. A mi me dijeron de una persona que estaba enla Universidad, que se nombraba apoltico, el hombre tenia ledo bastante a Freud, y exiga a sus alumnos que lo estudiemos bien, decan que era una rata, porque no tena afiliacin poltica. Era un insulto. l vena de la filosofa, porque haba una poca en quela APApermita entrar a los no mdicos. Se trataba de Len OstrovHoy cuando lea el seminario deLa Angustia, me preguntaba a qu altura estbamos nosotros cuando Lacan estaba dictando el seminario deLa Angustia,ao 1963.Francisco Ruiz: En ese tiempo estaba Pichn Riviere.Mirta Vzquez:Pero Pichn Riviere era un hombre respetable. Pichn Riviere fue el fundador dela APA, pero de pronto Pichn Riviere en su modo de pensar le pareci que el psicoanlisis no daba aquello que l quera, y se meti a hacer psicologa social. Era un hombre inteligente, era un hombre que pensaba, que vos lo pods discutir pero el que te viene a plantear hagamos una ctedra, un peronista y te viene a plantear hacer una monografa sobre la adolescencia argentina, es una denigracin, no es otro saber, no es otra forma de pensar al sujeto. Pichn Riviere escribi, revis, hizo algo...Francisco Ruiz:Algo original a dems...Mirta Vzquez:...original, claro. El E.C.R.O era un esquema para pensar las situaciones grupales, que tuvo su aplicacin en algunos grupos, trabaj ms lo grupal.Francisco Ruiz: ...est en vigencia todava.Mirta Vzquez:Si, si, est en vigencia an. Uno lo puede no considerar para tomarlo, pero si lo puede considerar para discutirlo, uno lo puede tomar por ejemploen una investigacin. Pero lo otro no se sostiene con nada, era una denigracin. Los aos 70, yo lo denomin para m como la dcada infame, fue una denigracin absoluta, una devastacin total que culmin con el desastre del proceso.Francisco Ruiz: Y en los 80?Mirta Vzquez:En los `80 se produce algo muy interesante para mi, con el lacanismo, ah yo entr en el Simposio. Los grupos empiezan a florecer, una suerte de atomizacin. Algo parecido a lo que pasaba en los grupos polticos en la dcada anterior. Una atomizacin de los grupos lacanianos. Cada maestrito con su librito pero todos lacanianos, como deca un psicoanalista de Pars, muchos caciques. No podan estar juntos. Masotta muere en el 79 as que l no llega a la dcada del 80. Estaba Germn que en el comienzo de esa ltima dcada viva en Espaa. En los 80 fue interesante, lo que pasa es que en un momento, cuando empieza a venir Miller, Germn deca la marca Miller. Cada grupo lo agarraba y l iba de aqu para all. Eran grupos que lo respetaban y le pedan que hablara. Harari era conocido de l, con cierta relacin de amistad con l, Roberto Harari. Despus se enojan muchsimo, se separanmuy mal. Lo invitaban a dar una conferencia, o el vena e iban todos los grupos, que no se saludaban ni se miraban y se odiaban, pero ah convocaba Miller. Y en el ao 90, yo me siento muy orgullosa porque no se sabe lo que voy a contar. Yo estaba en Pars, haba ido a un Encuentro Internacional en Pars. Germn ya estaba viviendo en Argentina, desde el 85. Y conmigo haba tenido una cierta distancia. Yo no entenda por qu pero despus supe que era porque yo estaba con el Simposio y l haba fundadola BIP(Biblioteca Internacional de Psicoanlisis) que no se queracon el simposio. Entonces conmigo hola, hola. Pero resulta que yo hago una pregunta, en ese encuentro Miller hace una mesa abierta para hablar sobre elpase, una conversacin sobre elpase.Yo hice una pregunta que luego no la pude sostener porque estaba lejos pero yo hice una pregunta sobre si era posible pensar una Escuela sin pensar en elpase. Miller pregunt: de quin es esta pregunta?, bueno, l la respondi, se arm una discusin,la Escuela(EOL: Escuela de Orientacin Lacaniana) qued ligada alpase. Ya Miller tena la idea de formarla Escuela, pero haba que ver cmo se salvaban algunas diferencias en algunos lugares, que no pasaba solo en Buenos Aires. En Francia tambin estaba cada maestrito con su librito... Entonces Germn hace una intervencin muy interesante y dice que l ha invitado a su lugar, ala Biblioteca Internacionalde Psicoanlisisa gente que le haba dicho que no porque era de l, que era muy difcil hacer eso en Buenos Aires. Entonces Miller dijo algo as como quehayque hacerlo, es un trabajo invitar a reunirse. As l estuvo dos aos invitando a ese trabajo, con la moderacin de l. Y yo le habl a Germn y le dije: quiero trabajar con vos.Luego seuniRubn Filipo, ex de Mauuticay Germn nos dijo que reunamos cada uno una persona y formemos el primer cartel de lo que se llam despus Intercarteles de Buenos Aires con gente de otros lugares. Y as estuvimos desde el 90 al 92 que se fundala Escuela, fue un ao y medio de trabajo intensivo, de limar asperezas entre los grupos, algunos se fueron como Diana Rabinovich, ella no soport eso y otros seguimos adelante con nuestro deseo de escuela.Francisco Ruiz:Es difcil dejar de lado los narcisismos y las diferencias para ponerse al servicio de la causa analtica.Mirta Vzquez:No es difcil, es imposible. Eso lo dice Freud. Cuando descubre eso, dice, yo crea que entre gente analizada no iba haber la rivalidad..., bueno, ocurre. Sigue ocurriendo. Lo que pasa es quela Escuela, yla AMPtambin, porque en el mismo momento en que se fundala Escuela,la EOL, Millerfundala AMP, ya haba cuatro escuelas, l necesitaba cuatro escuelas para tener el nmero suficiente de escuelas en el mundo..., y ah diversifica porque ya estaba el Campo Freudiano. Porque hasta ese momento no sabamos cmo era ese sistema de descompletamiento que inventa Miller. Entonces nos queda el campo freudiano yla AMP, con puntos de interseccin pero conjunciones diferentes. Va armando all distintas instancias. Lo que posibilita este modo de organizacin es que uno puede entrar con su rasgo y ubicarse donde quiera. Para mila EOLen este momento es un lugar donde hay demasiados grupos, los departamentos estn formados como grupos, y no se disuelve. Lacan invent el cartel para eso, para que nos disolvamos rpido y no formemos grupo, perola Escuelano cumple con eso. Pero si uno no quiere estar en ningn otro grupo no est. Est enla Escuela. Esmiembro con pleno derecho. En ese punto hay como cierta flexibilidad podramos decir para estar cada uno con su rasgo. El que quiere hacer carrera se destacar por sobre los otros, y el que no, nadie lo obliga hacer eso, ni lo echan ni lo tratan mal, entonces me parece que es un lugar donde se puede estar y que no tiene la ferocidad que tenan los grupos. Si ac uno tiene que elegir un Uno, es Miller. Pero l tiene una funcin lejana. La competencia en un grupo es feroz, enla Escuelano.Mara Rosa Cantos:Podras hablar de los objetivos que tienela Escuela, aparte del aprendizaje psicoanaltico?Mirta Vzquez:Bueno ah Lacan inventa esas dos formas parala Escuela, que es la intencin y la extensin. Estas dos formas se cumplen enla Escuela. Perola divulgacin, que no es la extensin, ah faltaban algunas patas para que se pudiera hacer la divulgacin. En ese sentido, el IOM, que es un invento no solo de Germn, pero fundamentalmente es un invento de l, es una forma de divulgacin del psicoanlisis que conviene al discurso psicoanaltico, que conviene a la realidad argentina. Lo que pasa es que Buenos Aires, Crdoba, al ser centros urbanos de mucha atraccin, haca que la gente tuviera que dejar sus lugares, ir a formarse ah, unos privilegiados que podan ir, otros que no. En cambio el IOM venimos nosotros cuando nos convocan. Me pareci muy interesante, estas son formas de divulgacin que dala Escuela. Nosolamente el IOM, yo conozco mas esto. Porquela Escuelatiene que ser en realidad un lugar vaco. En la ltima carta, no se si la leyeron, de Miller, la ltima nota que cuestiona los CPCT, los Centros de Consulta y Tratamiento, que son gratuitos, estn en Francia luego se extendi, yo estuve en contra desde el primer momento. Yo deca que fue necesario en Francia porque Miller estaba embarcado en una lucha difcil donde al psicoanlisis lo quieren borrar del mapa, entonces ah las instituciones son muy fuertes, tena que dar una lucha no solamente con lo terico y con la formacin. Fue una poltica inteligente pero yo pens que enla Argentinaesto estaba hecho desde la psicologa. Ahora habr una reunin que la anunciaron porla EOLpostal donde van a discutir en qu fracaso esto. Y decir que esto no es l psicoanlisis, se dej de lado el corazn del psicoanlisis, que es elpase,por una poltica social necesaria, pero que habr que estudiar los resultados para ver si es lo que se esperaba o no. Porque esto no es el psicoanlisis. Esta cuestin social delpsicoanlisis, llegar hasta las clases bajas, trabajar gratuitamente...Francisco Ruiz:... pero la experiencia de PAUSA** yla Red Asistencial?Mirta Vzquez:Cost mucho ponerla Redenla EOLpor esto mismo, porque el psicoanlisis no es psicoanlisis aplicado. Nosotros hacemos psicoanlisis puro. Una discusin que llev tiempo, debate, esfuerzo, no somos asistencialistas, las escuelas no estn hechas para eso. Lacan no formla Escuelapara ningn asistencialismo. Pero enla Argentinahubo mucho trabajo de Escuela para llegar ala Red, que ya tiene 10 aos. De repente aparece esta orden de Pars, hacer los centros. Muchos de los que estamos enla Reddijimos no, esperen un poco. Yo estuve enla APBA(Asociacin de Psiclogos de Buenos Aires) discutiendo esto. En la medida que trabajbamos por cinco pesos, se desvaloriz totalmente la oferta. Yo estuve muchos aos trabajando como bancaria, como empleada, haciendo otras cosas.Entonces no, paremos la mquina. Qu es la urgencia subjetiva? El que va analizarse est en urgencia. Por lo menos yo en mi consultorio no recibo a nadie que me diga vengo a ver cmo trabaja usted. Pero yo creo que Miller lo hizo, yo insisto en esto, porque hubo una presin fuerte de una ley que sacaba directamente del mapa al campo psi. Iban a poder solamente los psiquiatras trabajar. Miller rene a mucha gente que hasta ese momento inclusive en el campo psi no eran amigos, al contrario, eran enemigos, pero que apoyana este movimiento en contra de una legislacin que iba a dejar a los psicoanalistas totalmente fuera del juego, no iban a poder hacer nada, porque ah las leyes se respetan. Si no estn avaladas por la ley....Francisco Ruiz:...pero me parece que los tiempos actuales exige del psicoanlisis un trabajo no solo en el consultorio sino tambin en los lugares pblicos, que es donde concurre gente que no puede pagar...Mirta Vzquez:Como te deca al comienzo, el psicoanlisis en Buenos Aires, sobre todo lacaniano, pero ya los dela APAlo hacan, llegan a lugares gratuitos desde siempre. En el Ameghino por ejemplo est lleno de lacanianos. Ahora se insertan los cognitivos en estos lugares. Pero el psicoanlisis se ejerci gratuitamente en Buenos Aires desde siempre. Enla Argentinatenemos experiencia de que el psicoanlisis llegue a estos lugares pero mediatizado por hospitales, centros asistenciales, escuelas, hay gente que est trabajando con formacin psicoanaltica en escuelas. Tenemos una tradicin en esto. Yo estuve 10 aos aterrizando en hospitales obviamente gratis. Por supuesto, gratis no quiere decir sin pagar precio, porque yo generaba transferencia y una serie de cosas que yo ganaba. Y esto todos los psicoanalistas lo han hecho.Lo que me parece que si hay que salir, es a los lugares en donde no se demanda atencin. Yo por ejemplo ahora formo parte de un grupo que ya tiene su historia, AIAP, Asociacin de Interaccin de Arte y Psicoanlisis. Entonces el psicoanlisis tendra un lugar, y sobre todo ah, en los lugares del arte.Francisco Ruiz:o en el mbito del Derecho.Mirta Vzquez:O en los lugares del Derecho. Yo hice hasta hace poco pericias judiciales. En ese campo hay gente que da clases, ese es un campo para que se inserte el psicoanalista. Hubo jueces que me mandaban a preguntar sobre detalles, yo tuve trabajos sobre accidentes. Yo les hablaba de las series complementarias, le citaba a Freud y lo comprendan, lo entendan y al juez le sirve.Francisco Ruiz:Nos parece muy interesante esta conversacin, aunque tambin nos gustara que pudiramos hablar sobre algunos temas de actualidad que preocupan a otras reas del saber, no solo al psicoanlisis.Mirta Vzquez:Les voy hacer una pregunta ahora yo. El psicoanlisis no es un tema actual? Saben para cunto mas tenemos psicoanlisis.Francisco Ruiz:Por supuesto. Con respecto a algunos temas de preocupacin cotidiana, la cuestin de la violencia. Esun tema que est en boca de todos. Por ejemplo en las escuelas, la hiperkinesis generalizada, ahora parece que todos los chicos son hiperkinticos. Es un tema que nos preguntbamos qu podra decir el psicoanlisis en relacin a la violencia en todos los mbitos, en el futbol, en la calle, en la familia, en la escuela.Mirta Vzquez:Hoy hablaba con Gabriela sobre el tema de la escuela. El psicoanlisis algo dice de esto, de hecho se ha creado un Departamento de Violencia el ao pasado enla EOLpara trabajar ese tema. Yo tengo un trabajo hecho porque me invitaron hace unos aos del Consudec(Consejo de Educacin Catlica) sobre violencia en la escuela. Yo tengo un chico de 13 aos que est todo el da entero con internet, no le interesa ni salir, no le interesa nada ms que internet. Es un elemento impresionantemente efectivo para atrapar al sujeto. Se puede sacar algo bueno o no de ah. Me parece que el hecho de que los nios vayan de tal hora a tal hora, y sobre todo los jvenes, a un sistema educativo que se invent en el siglo XIX es nefasto. Primer punto. No digo que eso genere violencia. La violencia est generalizada porque estamos dentro de un sistema que la genera. No tiene que ver con el psicoanlisis. El psicoanlisis sigue dando respuestas uno por uno. Ese es el punto. A mi me pasa, y a ustedes les debe pasar tambin, se ve en consultorio privado, en hospitales, el sujeto como dice Lacan, llega al analista como inocente. Viene a que le resuelvas el problema de que no le alcanza para llegar a fin de mes. Y el psicoanlisis puede resolver tambin ese problema. Porque si no puede ganar mas quizs es porque su neurosis lo conduce a eso, puede ser que abra ah una va... Pero el analista no est ah para resolver ese problema, no es directo. Entonces me parece que lo primero que tiene que hacer el psicoanalista con la violencia, a aquel que viene padeciendo de eso, es ubicarlo a l en lo que le toca de eso, que es como deca Freud sobre la nerviosidad de nuestro tiempo. Freud, no se olviden de que estuvo analizando durante la guerra, haba violencia en Europa.Francisco Ruiz:...el caso por caso, se podra decir.Mirta Vzquez:Y si, el psicoanlisis nunca va tener otra respuesta que esa. Por supuesto el psicoanlisis no est negado a aceptar que hay una violencia generalizada que se va potenciando. Si, es verdad, el sujeto est tomado por el discurso corriente. Lo que tiene que hacer el psicoanalista es escuchar el discurso corriente. Ac hay un sntoma de la cultura. Pero para resolver eso hay que hacer entrar a cada uno en la reflexin de qu hago yo con la realidad que me toc. Y es notable porque el neurtico se defiende todo el tiempo con eso. El otro da un paciente esperaba un colectivo, y que no llega, y que Macri Y vino enojado, tengo ahora transferencia negativa con vos porque me pareci escuchar que a vos te gusta Macri Me deca yo por no perder la sesin perd de hacer un tramite Enojado con l, primero. Calcul mal. En una ciudad como Buenos Aires, que es un caos, se fue hacer un cambio de documento y pens que era una hora. Fueron 3 horas y no lo termin de hacer, encima cuando sale haba manifestaciones. Entonces qu clculo vas hacer ah. Entonces haba una culpa que primero la tena yo. Despus le muestro que haba algo como omnipotencia pensar que se puede hacer clculo sobre todo. El inconsciente es el que calcula. Vas a calcular que ac va caer esa pared? Entonces la culpa de todo la tiene la ciudad?Francisco Ruiz: Para ir finalizando, una ultima cuestin. No se si llamarlo consejo, pero nos gustara que puedas referir algunas palabras sobre los analistas jvenes, y sobre todo en relacin a trabajar en psicoanlisis.Mirta Vzquez:Yo de los jvenes noto una cosa en cuanto al psicoanlisis, en general se analizan menos. En mi generacin, el psicoanlisis, tres veces por semana, era bien visto. La actitud de los jvenes veo que es mas tranquila al respecto. Si tendra que dar un consejo dira que se analicen, porque hay muchos jvenes que no se analizan y quieren estar en este campo. Eso es inslito. Que se analicen, tranquilos, como les guste, con quien quieran pero que se analicen. Eso seguro. Porque no es un discurso que puede quedar esttico. Les voy a comentar que es la primera vez que vengo a Santiago. Yo creo que cada regin, cada lugar tienen algunos significantes que lo caracterizan como discurso. No es lo mismo Buenos Aires que Santiago, ni Santiago que Ro Gallegos, que es en donde estuve el ao pasado. Eso les dira a los jvenes, que intenten algo que mi generacin lo tuvo, hay que decirlo, en aquel momento. Se deca caracterizar y se trataba de dar con el carcter del lugar, la idiosincrasia. Cul es el discurso corriente ac? Porque el psicoanalista tiene que ir en contra de ese discurso corriente.Francisco Ruiz: captar los significantesMirta Vzquez:Los significantes amos que adhieren al sujeto al discurso corriente. A lo mejor no es el mismo que all.Tiene que haber tctica en funcin de los significantes. Son significantes que ya estn inscriptos en el cuerpo.Francisco Ruiz:Bueno, le agradecemos muchsimo esta conversacin. Ha sido muy interesante.Mara Rosa Cantos:Si, muy interesante. Muchsimas gracias.Mirta Vzquez:Gracias a ustedes. Despus me gustara leerlo.Octubre del 2008*Mirta VzquezesLic. Psicologa dela Universidadde Buenos Aires, miembro dela APBA(Asociacin de Psiclogos de Buenos Aires) ydeAIAP (Asociacin de Interaccin de Arte y Psicoanlisis).Miembro dela Asociacin Mundialde Psicoanlisis y dela EOL(Escuela de la Orientacin Lacaniana) desde su fundacin en 1992. Miembro dela RedAsistencialde la EOL.**PAUSA(Psicoanlisis Aplicado a las Urgencias Subjetivas Actuales)