EDICIÒN 005

De los miles de pobladores que somos, de las grandes urbes,

culturas y de más características que componemos la capital colombiana, ¿Qué somos? ¿para donde vamos? ¿Qué queremos ser?,… es incierto pero cada quien define lo que quiere como lo quiere. Es un énfasis que hacemos en esta edición editorial para quien le interese conocer mas allá de quienes componemos Bogotá, sus urbes, su pensamiento para una mejor calidad de vida ya sea de un ser humano o porque no un animal, por otro lado,.. el estrés que se vive y que se tiene que vivir en una ciudad tan poblada y su valor agregado “ser la capital”.

En esta oportunidad, en compañía de colegas periodistas, hemos escrito para ustedes, diferentes artículos que nos dan a conocer el por qué Bogotá, es una ciudad con tanto ruido, con tanto estrés,… adicciones a las drogas, los sentires y placeres de quienes las consumen y terminan con la reflexión para una mejor calidad de vida, y un mejor ser humano que puede aportar al mundo, todo esto

sin consumirlas, espacio para nuestros pequeños amigos, nuestras mascotas, a ser verdad no nuestras, ellas quienes alguna vez soportaron el estrés de las calles capitalinas, maltrato y entre otros, para quienes existen en Bogotá centros que los acogen y les ayudan a tener una mejor calidad de vida.

A continuación usted aquí encontrara, lo anteriormente nombrado.

Ver más allá de lo que somos y ocupamos.

EDITORIAL

Abro los ojos, está claro,… aunque a veces puede este oscuro, es lunes o quizás

martes, bueno,… o tal vez sea viernes no se…Imágenes, recuerdos,… ¿cigarro?,… ¿pola?,…

¡no! Porro,.. los sentidos se disuelven y la realidad no es tal real,… hace falta algo, salgo presuroso a la calle en busca de nada pero con la esperanza de encontrar algo, el ruido, el caos, la selva de sementó alimentan mi ansiedad, mientras que,… las manos me sudan y ahora quiero más que un porro,… es perico, pero no del que tiene leche, sino del que contiene coca; si, cocaína colombiana, de la buena, de la que te duerme hasta el alma y te anestesia el espíritu,…

Un sabor agrio, algo fuerte y no muy rico para mi gusto, es el que hace un recorrido por mi cuerpo, empezando desde mis fosas, pasando por mi garganta y finalmente quedando en mis entrañas. Una sensación de la que disfruta mi cuerpo y que además, lo hace estremecer.

Pase mucho tiempo consumiendo de la

hierbita y el polvito blanco,… ya no, ya no es suficiente para mí, mi cuerpo pide más. ¿Qué tal si ahora probamos la coca pura?, si,.. Era mi paso a seguir en ese momento y ya,… de ahí

no pude parar, fue como mi despegue de esta tierra,.. El recorrido que carcomió mi más profundo placer, mi favorito sentir, porque ya ni las mujeres lo eran, ya me valía nada si me quería o no así. La cocaína,… mi fiel compañera, mi adicción y mi mayor placer,.. Ya no me vale nada, el cuerpo aun me pide más, ya no es solo la curiosidad de poseer, consumir cosas que produjeran en mi, sentires distintos a los que ya mi cuerpo y mi cabeza se habían expuesto o

“conocían”.

Llegaron las pepas (éxtasis), los tripees,.. que si bien me parecían similares, en mi profundo ser, en el más adentro,… cada una por su lado tenían un valor agregado.

Las pepitas,.. Ella me energizaban, agudizaban mis sentidos, eso,… era de los mejores placeres que en mi se generaban. Los sonidos eran más

Caída, Reflexión,…cero vicios, hacia una mejor calidad de vida.

Por: Lina M. Naranjo N

fuertes más claros, los sentía por dentro,… se hacían más claros y hasta alcanzaba a sentir sus vibraciones. Todo tenía un sabor diferente al tradicional, se hacía mejor,… una gota de agua, un cigarrillo, en medio de mi extasiada sabían como nunca jamás los había probado. Minutos después,.. Un hormigueo incesante recorría mi cuerpo hasta el punto de tener que hacer uso de una silla, sentarme,… porque de lo contrario,… todo yo,… desvanecería.

Por su parte los ácidos, más conocidos en la jerga de las drogas como tripees, de ellos puedo decir,.. empecé por un cuartico hasta,… ya no tengo ni la cuenta, ellos han sido de los mejores sentires nunca antes experimentados,… desinhiben la realidad y la visión del mundo se contrae, ya era solo yo y un mundo de colores y formas,… mi planeta se ondula, todo se desvanece y mis ojos por instantes minuciosos son víctimas de iluminaciones perfectas de la nada, como piedras preciosas,… los tripees al principio los ponía bajo mi lengua y el cumpliría con su efecto, pasado algún tiempo y mi adicción un poco mas critica,… ellos eran puestos en mis ojos, de allí

ese químico empezaba a recorrerme.

La ansiedad insaciable de bastos humanos que somos, me lleva a devorar son todo y a llegar a límites de lo que terrenalmente soportamos,… y es allí, en ese límite, entre la vida y la muerte que

cruzo ese hilo que pensé jamás romper. Las drogas son un demonio que crece y engulle nuestras vidas escondiéndose detrás de ellas como un mundo de fantasías acidas sin dejarnos ver las reales y palpables,… fantasías que con los sube y baja de la cotidianidad, es suficiente para

vivirlas y sentirlas sin necesidad de nosotros, por nuestra propia cuenta inducirlas.

“la vida es corta, pero paciente en lo más intimo de nuestro existir, decidir por donde recorremos nuestro pasos,… no sin pasas por alto la reflexión de lo que somos y lo que seremos en la vida,… ofrézcamele al mundo seres humanos de una mejor calidad”.

Bogotá, una capital con 7.881.156 habitantes en su área metropolitana, gran urbe que

es una de noche, otra de día y otra en las madrugadas. Su gente por lo general debe estar moviéndose de un lado a otro, corre, grita, pita en sus automóviles, los buses van a reventar, nunca hay pausas pero si prisas.

Las noches son cortas, por más de tener demasiadas horas para descansar, se convierten en tan solo un par, pues el insomnio se hace presente en esta enorme ciudad, pero esta no es la única problemática con la que deben vivir las personas que habitan aquí , el estrés se hace presente en cada una de las labores diarias.

El grande y abismal problema es que en la cuidad devorante en la que estamos situados se mezcla estos dos estados, el insomnio y el estrés, las personas no pueden dormir debido a sus problemas diarios y cuando finalmente duermen lo hacen por pocas horas y sueñan con sus problemas. Es una cadena viciosa, una bola o masa amorfa que no tiene fin y que envenena.

Una capital ruidosa pero a la vez silenciosa, marcada por la indiferencia con el necesitado o con el mismo prójimo, pero acogedora con el extranjero y el ciudadano de buena vida.

Lo difícil de esta mezcla de alteraciones por lo rápido y constante en que se mueve la ciudad,

es que nadie las comenta, nadie las habla, nadie las consulta y es que la verdad, tampoco es que a muchos o muchas les importe.

Sin embargo, de vez en cuando es necesario alejarse, distanciarse, entender y mirar con ojos diferentes, más no indiferentes, la calma, la paciencia, la entrega, la dedicación a lo que se hace. En una ciudad llena de personas, la falta de amor es notoria, las inestabilidades emocionales se hacen presentes y las insensateces y envidias no se dan a esperar.

Entonces es aquí cuando se eriza la piel y se puede deducir que somos muchos los seres que habitamos la tierra, este país y más precisamente esta ciudad, pero son pocos los que son conscientes de lo que son, son muchos

¿Qué estrés?...Un número impar.

Por: Ana M. Rizo

y muchas los que son zombies, despiertos pero dormidos, agresivos.

Es necesario entonces por ende repensar los imaginarios de solidaridad, de amistad, de prestar cualquier tipo de ayuda y de servicio al prójimo. Es el momento de preocuparnos por el otro, sí, por el que está a su lado, por el amigo y porque no, por el enemigo.

Y ahí va, un nuevo día, comienza a aparecer el sol y la ciudad empieza de nuevo a devorar las vidas de todos los seres que aquí habitan, la

cuidad se mueve a mil por hora y no le importa a quien se lleve por delante, es la ciudad del más vivo, del no confiar en el otro, del amor promiscuo y las noches se acercan y permiten a estos zombies ingresar a un mundo de lujuria, que por contadas horas hace alejarlos de las realidades dolorosas y que esperan como carroñeros en la penumbra de sus hogares, de sus trabajos, de sus universidades.

Es un lugar de lujo, de evolución, de movilidad, de constante zozobra ante lo que pasará el día siguiente,

es la ciudad del “Dios proveerá”, del rebusque, de la guerra del centavo, de la soledad, de la compañía, de los pares y dispares, de las justicias e injusticias… es simplemente una ciudad como pocas pero que, tal vez, al final puede llegar a ser como muchas.

Al noreste de Bogotá, en el kilómetro 7 vía a La Calera existe un paraíso

de aproximadamente 7000m² donde una diseñadora gráfica, María Fernanda Prieto, decidió fundar un espacio en el que aquellos que escasean de recursos y no poseen más que su instinto y olfato para poder defenderse, encontraron por fin un equipo dispuesto a brindarles la mejor atención y bienestar posible para su desarrollo y mantenimiento.

La Fundación Canina Campoalegre es un sitio que hoy en día alberga más de 20 perritos abandonados a los cuales se les brinda todo el cariño y la atención médica necesaria para su protección. El Plan Corazón, que la Fundación canina ha creado se basa en un programa de vacunación, recuperación, esterilización y educación de aquellos a quienes pretenden regalarles un mejor futuro a través de programas de adopción.

“Nuestro amor por los animales nos ha llevado a ayudar a los más necesitados, los que vemos en la calle sin comida ni hogar. Por eso nos hemos unido a la SPAC (Sociedad Protectora de Animales de Colombia) y su intención de

velar por el bienestar de los perros y gatos desamparados”, indica María Fernanda.

El sitio, ubicado en la vereda El Verjón, cuenta con un espacio campestre amplio

y seguro donde pequeños y grandes cuadrúpedos corren, juegan, se divierten y se entrenan.

En medio de pasto, árboles y cinco perreras diseñadas en base a la normatividad de la WSPA (Sociedad Mundial para la Protección Animal),

amplias y aisladas de bajas temperaturas, la fundación no sólo ayuda brindar bienestar para aquellos perritos desamparados, sino que también ha diseñado un programa de guardería y hospitalidad canina, a fin de que las personas que necesiten ausentarse de la ciudad y no tengan con quién dejar a sus mascotas, puedan hacer uso de la fundación y su equipo de veterinarios y expertos en cuidado canino para asegurar a su mascota con la garantía de que estarán bien cuidados y sobretodo felices.

Entre los requisitos indispensables para que el perro sea admitido en la fundación son el certificado de vacunación al día que incluya la

Fundación Canina Campoalegre

Por: Mónica Vélez

“Cabrita llegó aquí completamente desnutrida y con una patita terriblemente infectada, fue necesario realizarle una amputación completa. En un principio, pensábamos que

no lograría sobreponerse pues estaba muy débil y no mostraba mayor esperanza los primeros días. Sin embargo, algo me decía que no debíamos aplicarle la eutanasia y hoy es de las más alegres e inquietas de la guardería”.

Hoy cabrita es una perrita, que a pesar de lo juguetona e inquieta, es educada

cuando María Fernanda se lo ordena y sus daños no alcanzan más gravedad que la de voltear alguna caneca que le sea posible mover con su peso. Como ella, son muchos los perritos que se han recuperado a manos de la Fundación que día a día busca los recursos y las fuentes posibles para que estos animalitos y aquellos a quienes sus dueños encomiendan a su cuidado, tengan y conserven los mejores beneficios que a su alcance puedan tener, “como si fueran mascotas propias” a quienes se les brinda todo el amor y servicio necesario para su bienestar.

vacuna contra la tos de perrera, las cuales en caso de no tenerlas, la fundación lo hace por sus clientes; los perros deben estar desparasitados y deben ser entregados siempre con collar y trabilla.

La fundación, cuenta además con un servicio de transporte que hace un recorrido puerta a puerta en una camioneta grande y amplia donde los perros viajan de manera segura hasta la guardería cuando se hospedan y de vuelta a casa, vencido el plazo de estadía.

“Es realmente gratificante ver cómo nuestros perritos día a día se recuperan, gracias no sólo al programa de guardería y hotelería canina, que nos ayuda a destinar recursos de sostenimiento para el programa Plan Corazón, sino que también a las donaciones de muchos clientes y a nuestra alianza con ISDD Pasticceria, una pastelería que nos dona un monto de 5000 pesos por cada postre completo que se vende, hemos logrado un gran avance el mantenimiento del refugio y el bienestar de nuestros hijitos.” Dice María Fernanda, directora y fundadora del sitio, haciendo alusión a “Cabrita” una simpática perrita callejera con más espíritu que patas y dientes.

En un momento de realidades mundiales y especialmente colombianas, cabe

preguntarse qué valor tiene la Vida, a medida que ha pasado el tiempo las personas parecen polarizarse hacia las respuestas, por lo que no es raro encontrar personas que piensen que tienen la propiedad de decidir quién debe seguir viviendo o morir al instante.

Sin embargo hay personas que han decidido hacer de su profesión una propiedad invaluable sino de decisión de permitir la vida, si de prolongarla y de la mejor forma posible, es por ello que los médicos han hecho que su vida este en pro de las otras personas, en medio de sufrimiento, dolor, desesperación, angustia, rabia y demás cosas que puede sentir un paciente cuando siente que su vida está en riesgo o simplemente está siendo afectado por un fuerte dolor.

Es valiosa la labor que hacen los médicos, más si se tiene en cuenta que su proceso para lograrlo no es nada fácil, sus 5 años de estudio

teórico, sus 3 o hasta 5 años de residencia y sus posteriores años de especializaciones, son el preámbulo para alcanzar su objetivo profesional, sin embargo este primer estudio

de 5 años se queda corto cuando tienen que asumir su responsabilidad real, uno de los primeros retos que asumen son el recibimiento de una nueva vida en su manos, el cual es un momento único en la vida de casi todos los médicos.

Sin embargo estos momentos de emoción buena o positiva, son pocos, ya que como muchos saben pero pocos asumen o dimensionan la vida de un médico residente, y especialmente uno de

una zona roja de la ciudad de Bogotá, es muy difícil ya que son los encargados recibir cuanta tragedia ocurre en ella. En solo un ejemplo de lo que puede ser una noche normal de un fin de semana, se reciben de 3 a 4 casos de heridos con armas de fuego o corto punzantes, en la mayoría de los casos las personas llegan debatiéndose entre la vida y la muerte sin mayor explicación que un acto de venganza, una riña

Una carrera hacia la deshumanización

Por: Andrés F. Tole C.

callejera y un problema de celos engrandecido por la acción del alcohol en el cuerpo.

Como entender que una profesión tan importante que debería ser en su mayoría utilizada para salvar vidas de personas que sufren las consecuencias de su humanidad y su vulnerabilidad a múltiples enfermedades naturales, pero que en cambio debe ser cambiada para salvar la vida de personas que no saben simplemente comportarse racionalmente y si ponen en riesgo su vida en o por aspectos que para nada deberían ni siquiera considerarse como aspectos a tener en cuenta en cifras de violencia en la ciudad.

Muchas personas juzgan a los médicos por su ya aparente deshumanización ante los casos de heridos, sin embargo es difícil pensar como no hacerlo, si a la vez habría que entenderse porque suceden o entender que motivaciones llevan a las personas a atentar contra su vida, porque los médicos están para salvar vidas, pero no para entender irracionalidades humanas, aunque es difícil escapar de una expresión de violencia social, tampoco se debe culpar a terceros por reaccionar activa o pasivamente ante los actos vehementes de otros.

La vida de las personas es un bien muy valioso y es de resaltar el trabajo que hacen otros por

conservarlas.