boaventura - la universidad popular del siglo xxi

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    Cuntas veces nos preguntamos haciadnde va la universidad como institucin?Est bien que los servicios educativos seconviertan en un bien privado y por endecomercial? Cules son las consecuencias

    de hacer de la educacin pblica superior,una simple mercanca? Estas interrogantesme quedaron en la mente luego de haberledo el libro de Boaventura de Sousa San-tos, La universidad popular del siglo XXI(2006)1.

    Boaventura nos introduce de una ma-nera muy clara en la historia, en la identi-dad institucional de la universidad pblicaen los pases perifricos y semiperifricos.

    Nos manifiesta la clara desvinculacin queactualmente tiene el Estado con la educa-cin pblica y el auge de la educacin pri-vada superior. Este nuevo fenmeno sedara, segn el autor, pues la educacintransnacionalizada se ha convertido en unbien privado, en una mercanca. En otraspalabras, en un objeto a consumir.

    Las inversiones mundiales en educa-cin ascienden a 2000 billones de dla-

    res, ms del doble del mercado mundialdel automvil. Es por esto que es un reaatractiva y de gran potencial para uncapital vido de nuevas reas de valori-zacin (2006:32)

    Es lgico que dentro de este contextoneoliberal, los servicios educativos, con-siderados de calidad, tengan precios al-tos.2 He all el problema, no debemos en-tender a la globalizacin slo como econ-

    mica y globalista, ni tampoco a la educa-cin como una simple mercanca.El autor mediante este libro hace un

    llamado a la toma de conciencia de intelec-tuales, artistas y pblico en general paraque intentemos hacer una epistemologade lo profano, como dice Moiss Lemlij3

    (1995), con respecto al tema de la educa-cin, con el objetivo de definir realmentelo que es la universidad pblica.

    La responsabilidad social de la uni-versidad debe ser asumida por la univer-sidad aceptando ser permeable a las de-mandas sociales (Ibd.: 79)

    En otras palabras, queda el reto de re-formar la educacin (estableciendo otrosparmetros educativos donde haya mayorsintona entre la denominada educacin noformal, con la formal) y que el Estado y launiversidad pblica se reconcilien, y as

    hacer de la educacin un proyecto de na-cin global.

    Lo que hace an ms interesante estelibro es que el autor propone una opcinliberadora, al plantear otro tipo de sistema

    AO X N 16, pp. 595-616 [UNMSM / IIHS, Lima, 2006]

    BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS

    La universidad popular del siglo XXI

    FONDO EDITORIALDELA FACULTADDE CIENCIAS SOCIALES, UNMSM. 2006, 120 PP.

    1 Coleccin de transformacin global. Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales. UNMSM.Programa de Estudios sobre Democracia Transformacin Global. Lima.

    2 Si no preguntemos a cualquier alumno de una universidad particular cunto paga cada 20 das porestudiar.

    3 Para entender el psicoanlisis. Creo. Apuntes para una epistemologa profana. En: LemlijMoiss: Notas y variaciones sobre sistemas freudianos. SIDEA. Lima.

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    educativo mediante la universidad popu-lar de los movimientos sociales (UPMS)con el objetivo de fomentarun aprendiza-je colectivo transformador:

    El mayor objetivo de la UPMS es con-tribuir a crear conocimiento de una glo-balizacin alternativa tan global comola misma globalizacin, y al mismo tiem-po promover acciones para una transfor-macin social ms conocida y eficientecon protagonistas ms competentes y re-flexivos. (Ibd.:105)

    Se puede decir que en esta obra se noshace un llamado para ver cmo podemos

    contribuir a que la educacin superior p-blica no sea absorbida por el sistema mer-cantil y neoliberal, sino ms bien para te-ner presente cul es su primer objetivo:Forjar un mundo ms solidario y menosdesgarrador. Esto ser posible en la medi-da que seamos conscientes del rol que ju-gamos en la sociedad como artistas, inte-lectuales, Estado y/o sociedad civil.

    A continuacin les presentar la en-

    trevista realizada a Boaventura de SousaSantos en la Casona de San Marcos el 17de agosto de 2006.

    ResumenEn esta pequea entrevista tuve la oportu-nidad de preguntarle a Boaventura sobrediferentes temas. Por ejemplo, l reconoceque no existe slo un tipo de globalizacinla neoliberal (aunque s la considera he-

    gemnica), sino que tambin existenotros tipos de globalizaciones contrahe-gemnicas que deben ser atribuidas a losdiferentes movimientos sociales y que de-ben ser canalizadas hacia un mismo rum-bo. Por otro lado, al hablar del multicultu-ralismo emancipatorio, l reconoce quepara que sea ste posible es necesario su-perar la idea de tolerancia hacia el otro

    por parte de unos (los dominantes), y quesi hablamos de una multiculturalidad real,sta se debera de dar en todas las esferassociales, no slo en los sectores exclui-dos, pues el problema de exclusin, no sloes social, sino tambin racial y econmico.

    Las subjetividades paradigmticas esun tema importante en su relacin con la edu-cacin, pues quiere decir que la educacinva ms all de la escuela. En este sentido, sedeben tener en cuenta las diferentes expre-siones de los grupos excluidos para fomen-tar una globalizacin contrahegemnica so-lidaria. Por otra parte, al fomentar una teo-

    ra de la traduccin, los hombres y las muje-res estarn en la capacidad de crear y desa-rrollar nuevos conocimientos, como resulta-do de la interaccin entre conocimientoscientficos y conocimientos populares. Porltimo, nos da un panorama de cul es elestado de la universidad pblica en general,hacia dnde est yendo y el proceso de mer-cantilizacin en el que est inmerso. Es porello que l propone la Universidad Popular

    de los Movimientos Sociales (UPMS) comouna alternativa coherente, contrahegemni-ca, que ayudara a darnos otra opcin.

    Boaventura de Sousa Santos naci enCoimbra (Portugal), el 15 de noviembre de1940. Se gradu en el Doctorado de Socio-loga de Derecho en la Universidad de Yaleen 1973. Ahora es catedrtico de Sociolo-ga en la Facultad de Economa de la Uni-versidad de Coimbra, y Distinguished Le-

    gal Scholar en la Facultad de Derecho en laUniversidad de Wisconsin. Adems es di-rector del Centro para Estudios Socialesde la Universidad de Coimbra, director delCentro de Documentacin 25 de Abril en lamisma universidad, y director de laRevistaCrtica de Ciencias Sociais.

    Entre algunas de sus publicacionestenemos4: Um Discurso sobre as Ciencias

    4 Informacin bibliogrfica extrada de: De Sousa Santos. Boaventura. 2006, Ibd. pp.122-124

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    (1988), Introducao a uma Ciencia Ps-Moderna (1989), Toward a New CommonSense: Law, Science and Politics in theParadigmatic Transition (1995), La glo-balizacin del derecho: los nuevos cami-nos de la regulacin y la emancipacin(1998), Reinventar a democracia (1998),La cada del ngelus Novus: Ensayospara una nueva teora social y una nuevaprctica poltica (2003), Democracia yparticipacin. El ejemplo del presupues-to participativo (2004),El milenio hur-fano. Ensayos para una nueva culturapoltica (2005), Frum Social Mundial:

    Manual de uso (2005), Conocer desde elsur5 (2006), entre otros.

    Conceptos clave:Globalizacin, multiculturalismo emancipa-torio, subjetividades paradigmticas

    BRUNO YIKA (BY): Cmo entenderla globalizacin desde pases del TercerMundo como el Per?

    BOAVENTURADESOUSA SANTOs (BSS):En primer lugar, hay que tener en cuentaque no hay una globalizacin, sino variasglobalizaciones, por lo menos dos: la glo-balizacin neoliberal, que es a la que ustedse refiere, y, una globalizacin que estemergiendo en el continente, que es la delForo Social Mundial, que es tambin unaforma de globalizacin y que es contrae-conmica, que es solidaria. Son los movi-

    mientos sociales. En este mismo pas es-tn surgiendo tambin algunos movimien-tos que a mi juicio estn dando noticia acer-ca de que hay ms de una globalizacin.Claro que la globalizacin hegemnica, do-minante, es la globalizacin neoliberal yeste pas est, obviamente, sujeto a esaglobalizacin de una manera, adems, bru-

    tal, a mi juicio. Es un pas en donde, porejemplo, el TLC ha sido dotado6. Todo lle-va a creer que, al contrario de lo que hapasado en Ecuador, el TLC es parte de laglobalizacin neoliberal que es el resulta-do de un fracaso de una globalizacin re-gional que tena el nombre de ALCA, queal ser derrotados, se transform en estamultitud de Tratados de Libre Comerciobilaterales. Y eso es una forma de globali-zacin neoliberal que a mi juicio va a des-truir mucho las capacidades productivasdel Per al integrarla a un mercado muchoms desarrollado sin dar condiciones de

    integracin del tipo que tuvo la Unin Eu-ropea, en que los pases menos desarrolla-dos, antes que se integraran plenamenteen un mercado europeo nico, fueron do-tados de fondos que llamamos estructura-les, donde hubo cohesin social, para per-mitir que las economas menos desarrolla-das de Espaa, de Portugal, de Grecia, deIrlanda, tuvieran condiciones para compe-tir en el mercado europeo. En este conti-

    nente no ha pasado eso. Aqu se entra enintegracin en condiciones muy desliga-das. Por eso las consecuencias que uste-des pueden imaginar, pueden ser negati-vas para el desarrollo del pueblo del Per.

    BY: Usted menciona el trmino mul-ticulturalismo emancipatorio, qu meca-nismos hacen posible ese multiculturalis-mo emancipatorio en contextos de exclu-sin econmica y social como en el Per?

    BSS: Exactamente, yo pienso que unade las caractersticas, ms bien, hay doscaractersticas fundamentales del multi-culturalismo emancipatorio: La primera,es que el multiculturalismo emancipato-rio no es una cuestin de cultura, es unacuestin de economa. No hay reconoci-miento de la diferencia sin una nueva re-

    5 Editado por la UNMSM/Programa EDTG.6 Acepatado por los grupos dominantes del pas.

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    distribucin de riqueza social. Por eso,cuando hablamos de multiculturalismo,y hablamos de los pueblos indgenas y desus culturas, nos olvidamos que los ind-genas son campesinos pobres tambin ypor eso el primer cambio debe ser un cam-bio cultural y un cambio econmico. Ensegundo lugar, ese multiculturalismo tie-ne que ser para toda la sociedad en su con-junto, no simplemente para los que sonconsiderados como distintos porque esose basa en una idea, a mi juicio, muy con-servadora que es la idea de tolerancia. Osea, la cultura dominante tolera al otro

    pero no est dispuesta a enriquecersecon el otro y eso es lo que llamo multicul-turalismo reaccional que es muy distintode este emancipatorio.

    BY: Con respecto al concepto desubjetividades paradigmticas, cmopodra entenderse ese concepto, con res-pecto al tema, por ejemplo, de educacin,en pases como el nuestro, donde el pre-supuesto nacional en ese sector, no supe-

    ra el 3 por ciento?BSS: Exactamente, yo pienso que la

    educacin es una tarea absolutamente fun-damental para la recalificacin de los pue-blos y poder entrar en un mercado, si quie-res desde un punto de vista de globaliza-cin econmica. La educacin sera algocrucial para crear condiciones de competi-cin. Pero tambin hay otro lado, la educa-cin tiene que prepararse para este otro

    tipo de globalizacin solidaria, que es laglobalizacin de los pueblos, de los movi-mientos, la interculturalidad de la solidari-dad. Y nuestra educacin, adems de sermediocre en muchos aspectos, tambin esella misma una educacin que simplemen-te sirve para una economa capitalista, parauna cultura capitalista, para subjetivida-des conformistas. Habra que crear otraeducacin, y esa educacin tendra que ser,como dice Paulo Freire una pedagoga de

    los oprimidos y que hoy en da tenemosque reconstruir de otras maneras. Eso se-ra un esfuerzo, no solamente del Estado,sino de los movimientos, la sociedad civilen general, de las organizaciones cultura-les. Hoy, el concepto de educacin es mu-cho ms amplio que la escuela. Transfor-macin global (el programa de estudiosal cual l pertenece) ha estado en Villa ElSalvador en el Foro de cultura solidaria.Este es un Foro de educacin tambin, peropor el teatro, la actividad artstica, entreotros. Sera otro paradigma cultural, queestamos muy lejos aqu.

    BY:A su parecer, cul es el sistemade relaciones de poder por el que estatravesando Latinoamrica actualmente?

    BSS: Mira, las relaciones de poder,por un lado, son las relaciones de poderdel mundo capitalista en general, que a mijuicio, no son simplemente la relaciones depoder entre el capital y el trabajo. Por ejem-plo, con las divisiones de clase que tene-mos en el continente; pero tambin hay

    otras formas de poder, como el poder colo-nialista de las elites sin lo cual nosotros nopodemos entender lo que pasa en estepas. O sea, la permanencia del racismo, ladescalificacin del otro, el hecho de quemucha mano de obra es descalificada por-que viene de indgenas o de afrodescen-dientes. Hay aqu una mezcla de opresinde clase y de opresin racial o tnica. Es-tos mecanismos de poder son internos a la

    sociedad. Pero adems de eso, tenemostambin los mecanismos de poder globalesen este contexto y que son, por un lado, laglobalizacin neoliberal, como la nuevaforma del capitalismo global, y dentro de laregin una forma muy especfica de globa-lizacin neoliberal que es la idea de queAmrica Latina sigue siendo, como ya eraen el tiempo de Jos Mart, para los Esta-dos Unidos, un espacio privilegiado deintervencin. Lo que nosotros hoy esta-

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    mos viendo es que las multinacionales eu-ropeas estn aprendiendo el sistema deopresin americano con la minera extracti-va europea, no slo estadounidense, y queest siendo realmente un mecanismo de

    poder, porque no es simplemente un podereconmico, es tambin un poder poltico,en este momento un poder cultural, unpoder de destruccin de los territorios, porejemplo, indgenas.

    BY: Usted menciona que estn sur-giendo sistemas alternativos de democra-cia que deberan estar relacionados conla teora de la traduccin, en ese senti-do, cmo articular mediante la teorade la traduccin estas diferentes mani-festaciones de democracia alternativa?

    BSS: Por estos caminos, en primer lu-gar, estas formas alternativas por ejemplovan mucho en la idea de una democraciaparticipativa en que la gente no elige, lamayora decide tambin. A nivel local ya exis-te los Presupuestos Participativos en mu-chas partes del mundo, hay diferentes tipo

    de presupuesto, hay un presupuesto parti-cipativo que es apoyado por el Banco Mun-dial, pero hay otro mucho ms democrtico,mucho ms radical que existe todava hoy.Pero esa forma de democracia participativatiene que incluir tambin diferentes cultu-ras. Nosotros tenemos algunas experienciasdel continente en este momento donde lacuestin de la interculturalidad y de traduc-cin son fundamentales. Por ejemplo, si

    vamos a una sociedad de Cotacachi, enEcuador, donde el alcalde es un alcalde in-dgena, tiene un presupuesto participativopero que tiene que hacer una traduccin enlo que son elecciones eurocntricas y lasformas de poder de los pueblos indgenas yas hay representacin de los lderes ind-genas que no pasa por el voto. Hay quetraducir modos democrticos indgenas conmodos democrticos occidentales. Eso esla traduccin.

    BY:Para culminar, podra explicarcules son los puntos centrales de su li-bro La universidad popular del siglo XXI?

    BSS: Mira, se constituye de dos gran-des captulos. Uno es un captulo que in-tenta proponer dos ideas: el primero esacerca de qu est pasando con la univer-sidad pblica que est siendo descalifica-da, descapitalizada por el Estado, porqueest en curso un proceso transnacional demercantilizacin de los servicios universi-tarios. O sea, la idea de que el derecho a laeducacin no es un derecho de los estu-diantes, de sus familias, pero s de consu-

    midores de educacin. La privatizacin dela educacin, la creacin de un mercadoglobal de educacin donde en pases comoel Per, no deben invertir mucho en uni-versidades, lo que deben hacer es comprarun sistema de franquicia, cursos que sonproducidos en las llamadas universidadesglobales que se estn constituyendo, so-bre todo en los Estados Unidos, tambinen Europa y en Australia y Nueva Zelanda.

    Este es un desafo enorme a la universidadpblica como la conocemos, y en ese cap-tulo, lo que hago despus es intentar dedar algunas ideas de cmo enfrentar estedesafo. No con las inercias de la universi-dad pblica, que tiene muchas inercias,sino con otra forma constitutiva. Una for-ma de democracia interna con otras formasde apertura a la sociedad civil, a la comuni-dad, porque la universidad pblica duran-

    te mucho tiempo estaba segura porque tra-bajaba por las elites. Como las elites erannacionales, las universidades eran nacio-nales. Pero las elites se globalizaron, y yano quiere este tipo de universidad nacio-nal, que adems es demasiado crtica por-que quiere seguir con un proyecto nacio-nal de pas y las elites globalizadas no quie-ren un proyecto nacional, por eso estnintentando destruir esta universidad y sus-tituirlas por universidades globales. Enton-

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    RAFAEL DE LORENZO GARCA1

    El futuro de las personas con discapacidad en el mundo.Desarrollo humano y discapacidad

    FUNDACIN ONCE, MADRID, 2003

    ces yo pienso que eso es lo que estoy in-tentando de dar. En el segundo captulo, loque analizo es una alternativa a esta uni-versidad como la conocemos. Debemoscrear otro tipo de universidad, la que pro-pongo es una Universidad Popular de losMovimientos Sociales (UPMS) donde cien-tficos sociales, artistas e intelectuales vana convivir en talleres con lderes de movi-mientos y activistas de los movimientos

    sociales, de organizaciones no guberna-mentales para hacer tambin traduccionesentre conocimientos cientficos y conoci-mientos indgenas, populares, urbanos,campesinos, democrticos, etc. Esa es lapropuesta.

    BRUNO YIKA ZAPATAAlumno de dcimo ciclo de la Escuela

    Profesional de Antropologa de la UNMSM.

    [email protected]

    Este libro es un importante aporte a losestudios de discapacidad hacia el siglo XXI,pues enfoca la discapacidad como una pro-blemtica capaz de ser abordada y solu-cionada. Desde esta mirada, hablar de ladiscapacidad y su futuro supone enfren-tar la indiferencia, buscando solucionestanto innovadoras como inclusivas. Ah suimportancia: que no slo es vlido cuandohablamos de la discapacidad, sino tambin

    para cualquier otro factor de exclusin alcual no pocas personas se ven sometidas.

    La discapacidad hoySi bien para alcanzar a una sociedad multi-cultural e integral se requiere valorar lasdiferencias y celebrar la diversidad, es ne-

    cesario reconocer todas las facetas que elloimplica, pues cuando hablamos de diferen-cias no slo nos referimos al credo o a lacultura, sino tambin a cmo los indivi-duos estn constituidos y cmo se hanido desarrollando funcionalmente.

    Aunque en las ltimas dcadas lassociedades han conseguido superar mu-chos obstculos de incorporacin de laspersonas con discapacidad y otras mino-

    ras, existen an muchas barreras fsicas ysociales que hacen que estos ciudadanostengan menos oportunidades que otrospara vivir una vida con posibilidades derealizacin siguen teniendo ms dificul-tades para estudiar y para encontrar traba-jo y muchas de ellas son excluidas de di-

    1 Rafael de Lorenzo Garca es profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universidad

    Carlos III de Madrid. Es adems secretario general de la Organizacin Nacional de CiegosEspaoles (ONCE) y miembro asociado del Club de Roma.

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    ferentes mbitos de la sociedad porque notienen fcil acceso a los mismos.

    Algo que frecuentemente suele olvi-darse es que la mayor y ms grande barre-ra est en nuestras mentes: pensar que unapersona por tener una discapacidad es di-ferente. Ello evidencia que pensamos en ladiscapacidad desde elParadigma del d-ficit, impidiendo tener en cuenta las demscaractersticas y cualidades de la persona.Cuando pensamos as, nos es fcil olvidarque cada ciudadano tiene el mismo valor ylos mismos derechos que los dems.

    Desde inicios del siglo XXI hay cifras

    que hablan por s mismas de lo mucho quequeda por hacer en este campo: las perso-nas con discapacidad siguen teniendo unaprobabilidad dos o tres veces mayor de es-tar desempleadas que las personas sin dis-capacidad, y todos los estudios realizadoshasta hoy expresan el papel primordial queel empleo tiene para que las personas condiscapacidad eviten el riesgo de exclusinsocial y todo lo que ello trae consigo.

    Hoy, en los pases desarrollados la altaesperanza de vida incrementa la tasa dediscapacidades, puesto que la probabili-dad de tener una discapacidad se incre-mente con la edad. Sin embargo, la pobla-cin de estos pases cuenta con los sufi-cientes recursos econmicos y de bienes-tar para que el acceso a los avances cient-ficos y mdicos que previenen enfermeda-des discapacitantes sean completos. Ade-

    ms, estos mismos avances permiten quelas personas con discapacidades puedandisfrutar de una mejor calidad de vida ycontar con una esperanza de vida muchoms prolongada.

    Segn la Comisin Econmica y Socialpara Asia y el Pacfico de la ONU, cerca dedos tercios de las personas con discapaci-dad unos 400 millones de personas quehay en el mundo viven en el Sudeste Asiti-co, la mayor parte sumergidas en la pobreza

    y la discriminacin. Esta pobreza en la queviven se configura como un crculo vicioso,en el que pobreza y discapacidad son, cadauna, causa y efecto de la otra: la pobreza enla que vive el colectivo es generada por ladiscapacidad, pero al mismo tiempo sonmuchos los que sufren la discapacidad comoresultado de la pobreza.

    En el caso de los pases de Latinoam-rica y frica, existe un amplio abanico decifras estadsticas tomadas desde diver-sas metodologas que dificulta la compa-racin y anlisis entre regiones desde unaperspectiva global. As, las cifras de los

    departamentos nacionales de estadsticafrecuentemente son contradictorias con lossistemas nacionales de salud, impidiendoreconocer cul es la cantidad exacta depoblacin con discapacidades.

    Esto sucedi en el caso peruano, puesen el ao 1993 mientras el censo sealabaque el 1.3% de la poblacin (288 000 perso-nas) tena discapacidad, el Instituto Nacio-nal de Rehabilitacin deca que el 13% de

    peruanos (ms de tres millones de perso-nas) sufra minusvala y el 31% (es decir, 9millones), presentaba alguna discapacidad.

    Ante tremenda diferencia, los exper-tos prefieren asumir las cifras internacio-nales que dicen que el promedio de perso-nas con discapacidad es del 10% de la po-blacin. Si asumimos este referente paranuestro pas, estaramos hablando de200 000 personas con discapacidad, casi

    tantas como personas analfabetas.No fue sino hasta hace algunos meses

    que la Comisin de Estudios de Discapaci-dad del Congreso de la Repblica (CEEDIS)public seis estudios acerca de diversasproblemticas de las personas con disca-pacidad de hoy, que ofrecen datos msactualizados. Estos estudios son los quems nos aproximan a la realidad actual dela discapacidad en el Per y los nicos,pues el Censo Nacional de Poblacin y Vi-

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    vienda del 2005 no incorpor ninguna pre-gunta sobre la situacin de discapacidadde la poblacin por motivos presupuesta-les. Para compensar su ausencia en el pa-sado censo, este punto s forma parte del

    Censo continuo que, a partir de este ao,se realizar de manera anual y durante losprximos 8 aos, encuestando a 500 000hogares cada ao.

    Hacia un intercambio solidarioHablar de discapacidad implica hablar dederechos humanos derechos de 600 mi-llones de personas, y garantizar la no dis-criminacin al acceso a la educacin, elempleo, la seguridad social, la salud, lacultura y la recreacin, los medios de co-municacin y transporte, las tecnologas yla participacin social y poltica es un ele-mento clave para conseguirlo.

    Estos aspectos de la no discrimina-cin a los que Rafael de Lorenzo se refiereson los cinco temas de estudio que elCEEDIS present:

    1) La accesibilidad2

    .2) La educacin3. El estudio sealaque la poblacin con discapacidad en edadescolar (entre 6 y 14 aos) es del 15% y sile aadimos la de cero a 5 aos, alcanza el20%.

    3) El empleo4. Segn familiares en-cuestados, el 34% de la poblacin con dis-capacidad en edad de trabajar se encuen-tra desempleada. Se dice adems que cer-

    ca del 76% de personas con discapacida-

    des ni siquiera entran al mercado laboralpara buscar un empleo, mientras que lasque s lo hacen se exponen a una tasa dedesempleo que es cerca del doble para lapoblacin en general. Adems, en la con-sulta nacional, el 94% de personas con dis-capacidad encuestadas manifest que elderecho que menos se le es cumplido es elde acceder a un trabajo digno.

    4) La salud5. En este campo, la de-manda no atendida en rehabilitacin espe-cializada es del 90% de la franja que debe-ra recibirla, es decir, slo se atiende el 10%de 1 019 926 personas con discapacidad

    que requieren rehabilitacin. Entonces, decada 100 personas con discapacidad slouna se atiende en forma especializada.

    5) Participacin social y poltica6. Nonos debe extraar que las propias perso-nas con discapacidad desconozcan susderechos humanos y ciudadanos. Ellos afir-man que slo el 33% conoce de sus dere-chos, quedando el 77% en la total ignoran-cia de sus libertades y obligaciones. Au-

    nado a esto, el 76% de personas con dis-capacidad encuestadas coment que el de-recho que menos se le es permitido cum-plir es el de la participacin poltica, y el73% que es la participacin ciudadana. El71% dijo que es la capacidad de elegir yser elegido.

    El reto es ubicar estos derechos en eltapete pblico y en las prioridades estata-les, puesto que no se est abogando por

    un lujo, sino por una necesidad bsica de

    2 HUERTA PERALTA, Jaime. Discapacidad y accesibilidad. Informe final. CEEDIS Congreso de laRepblica. Lima: noviembre 2004. 118 pp.

    3 TOVAR, Teresa y Patricia Fernndez. Aprender vida: La educacin de las personas con discapaci-dad. CEEDIS Congreso de la Repblica. Lima: enero 2005. 158 pp.

    4 MALDONADO ZAMBRANO, Stanislao. Mercado laboral, polticas pblicas e inclusin social de laspersonas con discapacidad. Informe final. CEEDIS Congreso de la Repblica. Lima: diciembre2004. 211 pp.

    5 ARROYO, Juan. El derecho a la salud de las personas con discapacidad: Estado de la cuestin.Informe Final. CEEDIS Congreso de la Repblica. Lima: setiembre 2004. 114 pp.

    6 TOVAR

    , Teresa y Patricia Fernndez. Voces de LOS OTROS. Consulta Nacional sobre Disca-pacidad 2003. CEEDIS Congreso de la Repblica. Lima: febrero 2005. 59 pp.

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    600 millones de seres humanos. La invoca-cin de estos derechos no ser ms que lalgica conclusin del trnsito hacia la cali-dad de vida solidaria con fuertes compo-nentes de cooperacin humana.

    La integracin de las personas con dis-capacidad puede verse como el paradigmade la inclusin de la diferencia o como elmodelo a seguir para que ningn recursohumano sea desaprovechado. Sin embar-go, hay mucho que de ellos podemosaprender.

    Rafael de Lorenzo habla de una suer-te de intercambio solidario que puede ha-

    cer la sociedad con las personas con dis-capacidades a fin de conseguir la inclu-sin: ellos requieren que sus derechos hu-manos sean reconocidos como lo son acualquier ciudadano, a cambio, puedenaportar a la vida colectiva el desarrollo denuevos valores como la solidaridad, la co-operacin y la igualdad, capaces de esta-blecer un humanismo transformadororientado al desarrollo del hombre en el

    que la competitividad no est reida conla cohesin.

    Un futuro por construirEl anlisis de la situacin de las personascon discapacidad en el mundo actual nosdice que son muchas las tareas que que-dan pendientes, pues las realidades de estapoblacin siguen estando en las ltimaslneas de las agendas polticas. Hablamos

    de viejos problemas no resueltos, de vie-

    jas necesidades no atendidas que debenllevarnos a analizar y revisar nuestros m-todos y pautas de intervencin para adop-tar los enfoques necesarios y disear lasestrategias ms adecuadas.

    Estas acciones deben tener en cuen-ta algunos lineamientos que, segn el au-tor, son fundamentales para elaborar mar-cos generales en materia de discapacidad,tales como: 1) la persona con discapaci-dad debe ser protagonista de su propiavida y las instituciones co-protagonistasde su integracin, 2) la visibilidad en lasociedad de la discapacidad, 3) la colabo-

    racin de todos los actores, 4) la prioriza-cin de la discapacidad en la agenda so-cial nacional e internacional, 5) el aborda-je de nuevos enfoques y creativas estra-tegias, 6) la importancia a la educacin yal empleo como factores determinantespara la inclusin y la tecnologa en pro dela accesibilidad total.

    Es poco el espacio y muchas las co-sas que podemos decir acerca de la disca-

    pacidad. La principal, como lo seala elautor, que en pases como el nuestro estetema recin empieza a conocerse. Este cam-po tan poco estudiado y que compete al10% del total de peruanos, es un campoen el las Ciencias Sociales tiene muchopor aportar.

    ANA NEZ JOYOEstudiante de VI ciclo de

    Trabajo Social de la UNMSM.

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    BERNARD LAVALLE

    La Amrica Continental (1763-1820). En la AmricaEspaola (1763-1898). Economa

    EDITORIAL SNTESIS. S.A. MADRID. 2002. 463 PP, CONCLUSIONES, APNDICEDOCUMENTAL,BIBLIOGRAFA.

    A finales del siglo XVIII, el Estado espaolllev a cabo una serie de reformas en laAmrica de su jurisdiccin. Pero el impac-

    to en cada una de las colonias hispanasfue diferente porque su imposicin no fueequivalente. Se privilegiaron las zonas demejor acceso a la metrpoli como eran elVirreinato de Nueva Espaa y el de Ro dela Plata as como el Caribe, desvalorizandootras zonas de difcil geografa como elPer, a la que se le limit territorialmente ypolticamente. El autor realiza un interesan-te anlisis del impacto econmico de las

    reformas sobre las colonias y su secuelaen la configuracin de las nacientes nacio-nes iberoamericanas.

    Las reformas borbnicas comercialestrajeron ventajas y desventajas a la eco-noma colonial. Por una parte favorecierona los nuevos virreinatos, principalmentepermitiendo que se abrieran nuevos mer-cados para el cacao, ail, caf; pero altera-ron la dinmica comercial de actividades

    productivas ms antiguas como losobrajes. Por qu el proceso de indepen-dencia se intensific en zonas de progresoeconmico y comercial como eran el Virrei-nato del Ro de la Plata y el Virreinato deNueva Granada? Los motivos no eran evi-dentemente econmicos sino polticos.

    En el primer capitulo, el autor analizala real situacin de la minera en las colo-nias. Esta actividad ya no era la del sigloXVI, muchas se encontraban agotadas por

    lo que se buscaban nuevas vetas y nue-vas tecnologas para explotar las existen-tes. Se incentiv el impulso tecnolgico

    en el sector minero desde el Estado, invir-tiendo en traer cientficos para lograr avan-ces tecnolgicos en el mejoramiento de laamalgama, en la bsqueda de vetas, en laevacuacin del agua de las minas, pero di-fcilmente se logr algn xito como el sis-tema de amalgama del barn de Born enMxico y la misin Nordenflicht en Per.En el siglo XVIII, la produccin de plata eramayor en el virreinato de Nueva Espaa

    que en el Per, en este caso no se deba ala falta de mineral sino a la falta de volun-tad de los mineros de incorporar tecnolo-ga nueva que permitiera obtener el mine-ral de vetas ms profundas, las que mu-chas veces terminaban inundadas. Tambinafect la baja de produccin del azogue yla escasez de mitayos.

    En el Virreinato de Nueva Espaa, laminera se desenvolvi de manera diferen-

    te, as los trabajadores eran en su mayorparte asalariados (68%), y el restante es-clavos e indios de repartimiento. La mayo-ra de los mineros mexicanos trabajaban vo-luntariamente. Las principales minas en elPer estaban sobre los 4000 msnm y gene-ralmente trabajaban en estas minas los in-dios, se intent con esclavos negros peromoran, mientras que las minas de Zacate-cas, por ejemplo, estaban a 2500 msnm. EnNueva Espaa se publicaron las Ordenan-

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    zas de Minera en 1783 y fueron remitidastal cual para su cumplimento al Per, loque demuestra la importancia minera delprimero en el siglo XVIII. En el Per no selogro ni crear escuelas, ni mejoramientotcnico debido a la escasa solidaridad en-tre sus integrantes.

    En Nueva Espaa, la ayuda ms efec-tiva fue la disminucin de la carga fiscal yla creacin del Tribunal de Minera. Tam-bin, la liberalizacin del comercio, orienta muchos comerciantes a invertir sus capi-tales en rubros como minera, agricultura ofinanciamiento. (Brading, 1971: 219; Lava-

    lle Bernard, 2002:162). La colonia recibigran cantidad de artculos europeos quesaturaron el mercado, provocando la cadade los precios y las ganancias. (LavalleBernard, 2002:21).

    La minera en Nueva Espaa estabamuy extendida, existiendo numerosas ve-tas diseminadas pero las principales eranGuanajuato y Zacatecas, mientras que enel Per, la minera estaba concentrada

    geogrficamente en algunas zonas de granaltitud y difciles de acceder. Asimismo, laminera en el Virreinato del Per mantenaan tcnicas y mtodos de trabajo obsole-tos que no permitan el mejor rendimientode la mina; el Virreinato de Nueva Espaatena inversin de procedencia mercantil yprincipalmente tena mano de obra nume-rosa, libre y asalariada, todo lo contrario alPer.

    En el capitulo tres, se analiza la activi-dad agrcola en el perodo estudiado, laque estuvo expuesta a los vaivenes delmercado pero tambin a las crisis climticasgenerando fluctuaciones en los precios,escasez o abundancia, adems bandoleris-mo y epidemias como en el caso del Virrei-nato de Nueva Espaa. Es contrastante lagran cantidad de pestes que asol a Mxi-co en comparacin con Per, en dondehubieron pocas, pero s estuvo afectada

    por movimientos telricos y alteracionesmeteorolgicas como El Nio con su se-cuela de inundaciones y deslizamientos,todo lo cual afect a la agricultura. As,luego del terremoto de 1687, la produccinde trigo entre el valle de Chilln y el Rmacdeclin y nunca ms se pudo recuperar.Modificando el panorama comercial, afec-tando a los agricultores de la costa centraldel Per y beneficiando la importacin detrigo chileno. Se haba iniciado una etapade desarrollo capitalista y Amrica hispa-na no fue la excepcin, participando en ella,aunque no con la fuerza de los ingleses y

    holandeses. Pero la agricultura de exporta-cin ( trigo, azcar, etc.) en el Per fue afec-tada por la implantacin del comercio librey la expulsin de los jesuitas. La agricultu-ra a gran escala estaba concentrada en lacosta del Per, en la que se estaba practi-cando de manera incipiente una economade plantacin por parte de los jesuitas des-tinado al mercado exterior. Esta tendenciafue continuada por los grandes hacenda-

    dos, pues la economa de mercado exigaproductos de gran demanda de tal maneraque los latifundios se ampliaron, en detri-mento de la pequea propiedad. La econo-ma a gran escala produjo modificacin delpaisaje, deforestacin, implantacin deespecies invasoras (no autctonas), deser-tizacin, desertificacin, erosin y salini-zacin. Para el autor, en el siglo XVIII, otrasactividades econmicas descollaban jun-

    to a la minera en el ingreso de dinero alerario estatal, como la agricultura indus-trial con el azcar, cacao o tabaco a travsde las demandas del comercio internacio-nal.

    A fines del siglo XVIII y comienzos delXIX, se observa en el Virreinato de NuevaEspaa un repunte comercial y minero, loque benefici solamente a los grandes ha-cendados y a los grupos privilegiados. Laexpansin de los latifundios origin una

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    importante migracin del campo a la ciu-dad. Se produca una contradiccin, mien-tras que la economa mexicana aparente-mente mejoraba, los salarios se mantenanfijos. Medidas como las facilidades del azo-gue, la creacin del colegio de minera, eltribunal de mineros, causaron que se pro-dujera ms y ms plata, lo que inyect di-nero a las ciudades y por consecuencia,un alza de precios, perjudicando a la mayo-ra de la poblacin, presentndose conti-nuos perodos de hambrunas y pestes. Enel Virreinato de Nueva Espaa se produjouna marcada polarizacin de la sociedad y

    ms gente muy escasamente asalariada.(Marichal, 1999).En el cuarto captulo, el autor analiza

    el impacto de la liberalizacin del comercioen las colonias hispanas. El Libre Comer-cio decretado por Carlos III en 1778 y laapertura de nuevos puertos tanto en Es-paa como en Amrica espaola permitiengrosar las arcas fiscales peninsularessolo hasta 1793, fecha en que empezaron

    una serie de conflictos blicos con Ingla-terra y Francia, siendo mortalmente afecta-do el comercio martimo espaol con la des-truccin de la flota en Trafalgar. Estas gue-rras disminuyeron drsticamente el flujo yreflujo de mercancas de los puertos espa-oles y coloniales, por lo que los preciosde las mercancas europeas aumentaron ypara superar esto, de manera temporal sepropuso la autorizacin del comercio con

    neutrales. La inestabilidad poltica en Es-paa permiti principalmente a los nuevosvirreinatos y el Caribe comerciar legalmen-te o ilegalmente con ingleses, norteameri-canos, siendo prcticamente imposiblecontrolar esta situacin. En 1810 con el re-greso de la calma poltica en la pennsula,no se logr rearticular el comercio colonialcon gran parte de Amrica espaola. Estasya se hallaban muy vinculadas a otras eco-nomas europeas como norteamericana

    A pesar que el libre comercio fue crea-do para beneficio de la metrpoli, alrede-dor de los nuevos puertos coloniales sur-gieron nuevos ncleos de desarrollo conproductos como azcar, tabaco, cacao, tin-tes. Se implant una economa orientadahacia el exterior que dinamiz el interiorcon importacin y exportacin de produc-tos, producindose una nueva redistribu-cin geogrfica comercial y econmica.

    En el quinto captulo el autor analizalas reformas en laReal Hacienda, las quese dieron principalmente en los Virreinatosde Nueva Espaa y Per. Esta institucin

    en ambos virreinatos estaba minada por lacorrupcin, por lo que fue sometida a fuer-tes reformas. Existan fraudes, cuentas sinrealizar en el aparato estatal. Trat de im-poner la Partida Doble en la contabilidadpara el control del ingreso y egreso de bie-nes o dinero, pero sin xito. Removi per-sonal en la administracin. Se crearon orestauraron nuevos impuestos con el ob-jetivo de aumentar las rentas fiscales como

    la Alcabala, las Licencias, Media Anata,Derecho de Lanzas, el impuesto sobre elPulque (Mxico). Para mejorar la adminis-tracin se dividieron las Audiencias en In-tendencias para propulsar el fomento y vi-gilancia fiscal de la regin a su cargo, sien-do supervisados por los superintenden-tes. Los encargados de llevar a cabo estasreformas fueron los visitadores generales:Jos Glvez (Mxico), Jos Antonio Areche

    que fue sustituido por Jorge Escobedo(Per). Con los monopolios instauradoscomo los Estancos de Tabaco, y otras me-didas se logr un aumento de los ingresosfiscales

    En este perodo se produjeron reac-ciones contra estas medidas fiscales, comola Rebelin de los barrios y de los comune-ros. Tambin protest el mundo indgenano solo por los nuevos impuestos sino porla presin acumulada sobre ellos en los

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    repartos, diezmos, mitas, alcabalas. Se pro-dujeron muchas rebeliones indgenas depequea envergadura que no estn debi-damente estudiadas, permaneciendo evi-dencias de ellas en los archivos pero laque descoll entre todas fue la rebelin deTpac Amaru II.

    De todos los captulos, he elegido elsegundo para realizar una comparacin deldesarrollo de la actividad textil colonial enel perodo estudiado. El autor considera ala actividad textilde carcter protoindus-trial, por los intercambios comerciales y elcirculante que generaba, conformando una

    red o circuito econmico interregional (si-glos XVI, XVII) y local (siglo XVIII) que seinstitua en torno a esta actividad y alre-dedor de los mercados mineros principal-mente. La mano de obra en los obrajes erapredominantemente indgena y estaba so-metida a la explotacin a travs de losrepartimientos, el enganche y la mita, prin-cipalmente en el Per y en el Reino de Qui-to pero en el Virreinato de Nueva Espaa

    se fue dejando de lado estas prcticas, con-tratndose mano de obra libre, comoen la actividad minera.

    Los textiles eran una necesidad ascomo la produccin agropecuaria por loque siempre existira un mercado por msmodesto que sea para vender los produc-tos. Teniendo en cuenta esto, se puedeconsiderar la produccin textil en las colo-nias como un tipo de protoindustria? Lo

    era hasta cierto punto desde el punto devista tecnolgico, pues el obraje de lanaera similar tanto en Amrica como en Espa-a hasta la aparicin de la lanzadera volan-te a mediados del siglo XVIII. Lo obsoletoera la administracin del trabajo en muchoscasos casi esclavista.

    Creo que esa pregunta solo calza enel Virreinato de Nueva Espaa en el sigloXVIII, en donde se emple en gran propor-cin mano de obra asalariada y libre. La

    protoindustria textil no podra calzar ensu totalidad en el caso del Virreinato delPer y en el Reino de Quito. Los incon-venientes para considerarla una proto-industria en estos lugares, es que no serenov la tecnologa ni la administracinlaboral, mantenindose una caduca, nopermitiendo el sistema la optimizacin dela produccin, siendo el rendimiento apesar de la sobreexplotacin muy poca.No se produjo la industrializacin en laAmrica espaola, ni se invirti en ello.La produccin solo era para cubrir la in-tensa demanda minera, local indgena y

    mestiza pues la importacin europea oestadounidense era adquirida exclusiva-mente por el mercado criollo. La inesta-bilidad poltica de las nacientes nacionesamericanas hizo que no se incorporara enella inversiones que permitieran el surgi-miento de una verdadera industria moder-na en algunos pases hasta finales del si-glo XIX.

    En Per, en Quito y en Nueva Espaa

    eran clebres los grandes obrajes. Por ejem-plo, en el siglo XVI, en el Altiplano se intro-dujo la ganadera ovina y este animal seadapto fcilmente al hbitat de la punahmeda del norte del lago Titicaca, pro-porcionando la materia prima de la cualobtener la lana para el tejido, con la cual sepagaban los tributos indgenas. De estamanera se formaba un crculo comercial ce-rrado, el cual se retroalimentaba, interrela-

    cionando la ganadera con la agricultura.Vemos que la actividad textil, a pesar de suimportancia local, no logr trascender estenivel, as en las principales ciudades seprefera adquirir los gneros importadosde Espaa que los del lugar. Durante lossiglos XVI y XVII, la textilera fue un bienrestringido a nivel interregional, cumplien-do las necesidades de las actividades mi-neras, principalmente como del Reino deQuito a Potos. En el siglo XVIII, los tejidos

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    de las colonias fueron bastantes castiga-das por el libre comercio pues se primabalos tejidos importados de Espaa, a los quese les condonaba impuestos e inundaron

    el mercado colonial criollo pero contradic-toriamente, se reactiv el mercado localtextil cubriendo las necesidades comercia-les y poblacionales.

    COMPARACIONESDELAPRODUCCIN DETEXTILESENLOSPRINCIPALESSITIOSDEOBRAJESEN AMRICA

    Nueva Espaa

    En este virreinato destacabanla produccin de textiles delana, seda y algodn.Desde 1630, el obraje tiene undescenso en su produccinpero en la segunda mitad delsiglo XVIII aument.

    La produccin de lana y sedadescendi pero se produjoespecializacin local en lafabricacin de algodn.Producindose la proliferacinde pequeas unidadesfamiliares. El mercado sevolvi local por la diseminacinen el territorio de centrosmineros.La guerra de la independenciaprovoc la feminizacin de laactividad textil. La inseguridaden los caminos y la falta deinversin en este rubro rompiel libre flujo comercialinterregional, prefirindose lacompra de mercaderaimportada.

    En el siglo XVI y XVII la

    produccin de lana y tejidoscon este material aument,debido a la expansin de laganadera ovina en el norte deMxico.En las grandes pampas seadapt la ganadera ovina cuyalana fue materia prima para losobrajes. Adems son zonasmuy pobladas, permitiendo ladisponibilidad de mano de obra

    Quito

    Los obrajes constituyeron laactividad econmica msimportante.Existan obrajes particulares yde comunidad indgena quefueron desapareciendo.Producan principalmente lana y

    productos con este materialpero en el siglo XVIII empez adesarrollar una actividad textilbasada en el algodnprincipalmente en el norte delReino de Quito con materiaprima del Per.El mercado era local einterregional.

    En el siglo XVI y XVII la

    produccin textil de lana estabaestrechamente vinculada con elsector agropecuario local y conel mercado de Lima y el sitiominero de Potos que hasta elsiglo XVII fue el principal destinode textiles del Reino de Quito.En el siglo XVIII, se produjodescenso en la actividad textildebido al descenso de lapoblacin indgena, la supresin

    de la mita textil en 1704, tambin

    Per

    Los obrajes fueron numerosos,desarrollando un activomercado regional y la direccinprincipal era Potos.Dinamizndose an ms con lacada del mercado quiteo.Los obrajes estaban anexados

    a las haciendas.El mercado era local einterregional.Luego de la independencia, elmercado peruano fueprcticamente saturado deproductos extranjeros deInglaterra, Francia y EEUUproductos adquiridos por unpequeo sector, pues lapoblacin indgena y mestizaadquira productos del mercadolocal o regional pero tambincierta proporcin de mercaderaimportada.

    En el siglo XVI y XVIII, la

    produccin de lana y tejidoscon este material debido a laexpansin de la ganaderaovina , en el altiplano del surandino.En el siglo XVIII hubo granapogeo de obrajes a nivel localdebido a la minera y elcomercio pero fue afectado apartir de la dcada del 80 por larebelin de Tpac Amaru II,

    tambin por la abolicin de los

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    En el siglo XVI, la produccin rural do-mstica, originada en el tributo textil, en su

    mayora era la encargada de abastecer almercado colonial. El crecimiento de las ciu-dades y sitios mineros impulsaron la expan-sin de los obrajes o trabajo concentrado.

    La produccin obrajera en la mayorade las colonias espaolas continu em-pleando tcnicas prehispnicas hasta in-cluso en el siglo XVIII, invirtiendo en la am-pliacin de unidades de produccin perono en actualizar tecnologa obsoleta. Tam-bin exista escasez de inversiones y los

    trabajadores tenan un rendimiento muybajo por la tcnica manual que se aplicaba

    y la ausencia en la mayora de las zonas deun mercado libre de trabajo

    Mientras que en Europa se producainnovaciones mecnicas y estructurales,acelerando la produccin de bienes y a me-nores costos, la Amrica espaola se que-daba rezagada. La apertura del libre comer-cio afect esta actividad por un corto pero-do de tiempo, alterando los mercados, favo-reciendo cualidades como la cercana y des-baratando los mercados tradicionales, por

    En el siglo XVIII, el desarrollo dela industria del algodn y deltrabajo domstico y de domiciliopor excelencia (Marichal,Carlos;1995:119).

    Se prefera invertir en mineraque en mejorar tecnologa detrabajo con textilesTal como la minera, lostrabajadores de los obrajesfueron paulatinamentecontratados para ese trabajo.En Nueva Espaa se haba

    dado algunos avances como lacontratacin de trabajadores enlos obrajes y la proliferacin deunidades familiares productivos.

    influyeron terremotos yerupciones volcnicas muyviolentas que se produjeron enese siglo, as como la cada delcomercio en Lima, la creacin

    del Virreinato del Ro de la Plataque perjudic el comercio limeoy los que dependan de l, comolos obrajes del Reino de Quito.Intensificaron el comercio con elVirreinato de Nueva Granada.

    Se prefiri invertir en la minerade oro en Popayn y agriculturade exportacin en la costa.

    Los obrajes eran desempeadosprincipalmente por indgenas.

    repartos forzosos de ropa porlos corregidores, por lacreacin del Virreinato del Rode la Plata y por el comerciolibre. Cusco asume el

    mercado potosino que dejQuito. No abastecindola porcompleto por lo que surgenobrajes en Cochabamba, queal final la sustituy.(Marichal,Carlos;1995:119).

    No se inverta en larenovacin de la tecnologa.

    En el Per exista una granresistencia del indgena aelaborar este trabajo por lasecuela de abusos que lacaracterizaba. Debido a esto,lo ms difcil era elreclutamiento y conservacinde la mano de obra siendo

    comn los adelantos osocorros y el uso de la mita.En el Per se continuaba conel sistema abusivo de la mita,repartimientos, explotacin alindio hasta muy entrada elsiglo XVIII.

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    ejemplo Potos dej de adquirir tejidos des-de el Reino de Quito porque se obtenan enlos alrededores como Cochabamba o Cuz-co, reactivando el mercado local. El Reinode Quito reactiv el mercado textil con elVirreinato Nueva Granada aunque perdi elde Potos

    Los productos de importacin no solofue consumida por la clase alta sino tam-bin por el pueblo desde mediados del si-glo XVIII, eran los llamados paos de se-gunda, ms baratos que los producidoslocalmente. La expansin textil europea porla mecanizacin del cardado y del hilado

    aument la importacin y lleg a los sitiosms recnditos, perjudicando a la produc-cin obrajera local.

    Al convertirse en repblicas libres seencontraron que eran un mercado para lasmercaderas principalmente inglesas, nor-teamericanas y francesas. En muchosrubros la produccin local no poda com-petir pues el sistema fabril europeo recla-maba nuevos mercados donde vender y

    comprar materias primas.

    PAULA RIVASPLATA VARILLAS

    BIBLIOGRAFA

    BRADING, D.A1971 Miners and Merchants in

    Bourbon Mexico, 1763-1810.Cambridge: Cambrigde Universi-ty press.

    LAVALLE, Bernard2002 La Amrica Continental (1763-

    1820). En laAmrica Espaola(1763-1898). Economa. EditorialSntesis. S.A. Madrid.

    MARICHAL, Carlos1995 Amrica Latina en la HistoriaEconmica. Numero 4. Julio-Di-ciembre de 1995. Pg. 119.

    1999 La bancarrota del virreinato.Nueva Espaa y las finanzas delImper io espaol, 1780-1810.FCE, Mxico.

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    Libros y frums sobre Llata y Huamales (Hunuco)a comienzos del siglo XXI en los Andes del Per

    Frum 2003.Huamales. Cultura, historia y perspectivas

    UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL, FACULTADDE HUMANIDADES,277 PP., 2004, LIMA, PER.

    II Frum.Huamales: Cultura, historia y perspectivasUNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL, FACULTADDE HUMANIDADES,

    TOMOS I Y II, 598 PP., 2005, LIMA, PER.

    Un primer examen de los libros publicados

    sobre Huamales a comienzos del siglo XXInos muestra una ausencia notable de estaproblemtica y otros ms en la historiogra-fa nacional. La conjuncin de universidady gobierno local ha posibilitado la produc-cin de dos ttulos que consideramos im-portante revisar y comentar para dilucidarhacia donde marcha la ciudad andina deLlata y los pueblos circunvecinos en unmomento de auge de la globalizacin pla-

    netaria en los Andes.1En efecto, los textos contenidos en

    Huamales: cultura, historia y perspecti-vas representan un enorme desafo gene-racional no solo por la calidad de conoci-mientos presentados sino por el esfuerzode asociar la ciencia social con las polti-cas del gobierno local huamaliano en el de-partamento de Hunuco. En este esfuerzohistrico se asociaron la Universidad Na-

    cional Federico Villarreal, la MunicipalidadProvincial de Huamales, el Instituto Supe-rior Pedaggico Pblico Juana Moreno yla UGEL-Huamales-Llata. Se trata en ver-dad de una experiencia singular en la queparticiparon tambin profesores sanmar-quinos en un esfuerzo por recuperar lamemoria histrica y la identidad cultural

    de un microespacio andino que ahora se

    encuentra mucho ms articulado a la ciu-dad de Hunuco y Lima.En esta tarea infatigable destacan el

    antroplogo Jos Pea Ortega y el Dr. Jor-ge Cceres-Olazo, ambos profesionales delas ciencias sociales que han asociadoexitosamente la investigacin sociohist-rica, el debate y la difusin de los conoci-mientos acumulados en dos soberbios li-bros que constituyen la fuerza de un yun-

    que historiogrfico a comienzos del sigloXXI. En esta oportunidad comentaremos losresultados del II Frum.

    Actores y estructuras, instituciones yconflictos sociales, economa y culturaaniman en su conjunto los dos tomos. Setrata en verdad de un esfuerzo de examende larga duracin y de anlisis mltiple deuna diversidad de temticas que van des-de la arqueologa y llegan a los exmenes

    de los recursos tursticos y alimentarios.En el primer tomo encontramos a variosautores interesados en ofrecer una visinde conjunto de la sociedad colonial y cam-pesina huamaliana, de sus institucioneslaicas y religiosas, de los curacazgos, delos obrajes, de las movilizaciones sociales,de la fuerza que mantienen las comunida-

    1 En esta direccin la Academia Nacional de Historia acaba de presentar un voluminoso libro tituladoPueblos, provincias y regiones en la historia del Per. Edic. ANH, 982 pp., 2007, Lima.

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    des agropastoras y de los principios decontrol mltiple de los microclimas (capanay aynoca) por un conjunto de poblacionesorganizados bajos principios sociales dua-les y tripartitos. Waldemar Espinoza pro-fundiza y revisa un texto antiguo sobreIchoc Guanuco (1975) incorporando nue-vas ideas y documentos.2 Jos Pea exa-mina la persistencia del principio de la reci-procidad entre individuos y grupos de pa-rentesco en su ensayo El Tuma: obliga-ciones de regalar, recibir y devolver, abar-cando de manera especial el examen delfuncionamiento de un conjunto de institu-

    ciones religiosas locales. En particular, ana-liza el rol tradicional identitario de la Virgendel Carmen y su significado para la organi-zacin y reproduccin social de los mesti-zos en Llata.

    El tomo II contiene una variedad detextos en homenaje a Csar Fonseca Martel(1934-1986), antroplogo sanmarquino yllatino prcticamente desconocido por loshabitantes de estos pueblos rurales. En

    general, no hay casi nada nuevo sobre lavida de Fonseca y menos sobre sus inves-tigaciones del mundo andino. Tampoco sedice algo de su biblioteca y menos del des-tino de sus informes de investigacin so-bre Huamales. Completa este tomo unadiversidad de estudios sobre las danzasandinas, el Tuy Tuy, un examen de los re-latos y mitos locales, el anlisis de las tc-nicas de conservacin de alimentos (el

    tocosh) y las tcnicas teraputicas (elshogpi) todava vigentes en estos pue-blos. Nadie explica por qu los temas con-temporneos se encuentran al final de estetomo. All estn los ensayos sobre la lin-gstica, la educacin rural, los problemasde patrimonio cultural y el turismo y el fun-

    cionamiento de una cadena productiva lc-tea dentro y fuera de Llata.

    Ambos libros forman parte de una nue-va valoracin del pasado, del patrimonio,de la memoria y de la tradicin religiosa.Evidentemente hay una inflacin de lamemoria histrica parcializada que nooculta su esfuerzo de adaptacin al pre-sente contemporneo.

    Los cambios estructurales y laubicacin de Huamales

    Veamos algunos asuntos estructurales que

    han permitido el asentamiento hegemni-co de Llata en esta parte cordillerana delMaran en el siglo XX.

    El censo de Hunuco de 1993 registrauna poblacin total de 678,041 habitantes.Entre 1940 y 1993 la poblacin se triplica eneste espacio andino-amaznico registran-do una tendencia de crecimiento positivoen la sierra (de 271,764) y expandindosehacia la frontera amaznica del Alto Hualla-

    ga. Los demgrafos estimaron que la po-blacin departamental se incrementaba a unritmo de cerca de 15 mil personas por aoentre 1981 y 1993 (una tasa de crecimientointercensal de 2.6%). En este mismo pero-do la poblacin urbana crecer en un 38.6%y la poblacin de los centros poblados ru-rales se mantuvieron todava dominantescon un 61.4% del total departamental.

    La velocidad del crecimiento de la po-

    blacin urbana (tasa anual de 4.5%) esmucho ms alta que la ocurrida en el movi-miento de la poblacin rural (tasa anual de1.7%). Este movimiento se reflejara en lamultiplicacin de la poblacin urbana, unamasa poblacional que aumentara de 42,213a 252,778 habitantes entre los aos de 1940

    2 Waldemar ESPINOZA SORIANO. Ichoc Guanuco y el seoro del curaca Guanca en el reino de

    Hunuco. SiglosXV

    yXVI

    . Una visita indita de 1549. En: Anales Cientficos de la UniversidadNacional del Centro del Per. Huancayo, N 4, pp. 1-70.

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    y 1993. En la dimensin rural la poblacinapenas duplicara su tamao de 187,055 a401,711 habitantes en medio siglo. En cuan-to a la distribucin porcentual entre sexosencontramos que se mantiene un ritmo equi-librado de 50% cada uno. En buena cuen-ta, podemos postular que Hunuco es undepartamento con una mayoritaria pobla-cin juvenil. Las cifras de este sector, j-venes menores de 15 aos sumarn el44.3% de la poblacin total.3 Una tenden-cia que los resultados del censo 2006 loconfirman con ligeras modificaciones.

    Respecto a la distribucin de la pobla-

    cin por regiones naturales encontramosalgunos cambios importantes. Veamos enresumen algunos elementos que sobresa-len y que nos permitirn contextualizar laconsolidacin de la ciudad de Llata y otrospueblos andinos dispersos en los afluen-tes del ro Maran:

    a) La capital departamental registra unatendencia a lograr un mayor crecimiento ur-bano. Lo mismo ocurre en Llata y La Unin.

    La ciudad de Hunuco ha expandido su per-metro urbano hacia la margen derecha del roHuallaga (Amarilis, Paucartambo, etc.) y losmigrantes han empezado a urbanizar las zo-nas altas y rocosas. Este proceso se ha re-producido en Llata y La Unin, ciudadesandinas ahora fuertemente vinculadas a pro-cesos de comercializacin agroganadera yde migracin poblacional.

    b) A este sostenido ritmo de crecimien-

    to natural se sumar la migracin pobla-cional rural andina (provenientes de lospueblos y de las comunidades de las pro-vincias de Dos de Mayo y Huamales) ha-cia la ciudad de Hunuco, Cerro de Pascoy Lima.

    c) Este movimiento migratorio se realizatambin hacia la selva del Alto Huallaga(Leoncio Prado y Puerto Inca) y al ro Pachi-tea. En los setenta el Estado impuls diver-sos programas de colonizaciones y de coo-perativas con la finalidad de expandir la fron-tera agraria y asentar el cultivo de plantastropicales, producindose adems un velozcrecimiento de las plantaciones de coca y laconsolidacin del narcotrfico. La zona deMonzn acelera un proceso de estabilizacinde miles de familias serranas.

    d) La apertura de carreteras, caminossin asfaltar y negocios mineros-ganaderos

    han provocado el asentamiento permanen-te de numerosas familias producindose elcrecimiento urbano de los centros pobla-dos provinciales y de las capitales distrita-les y de nuevos poblados en zonas de punay quechua.

    e) Comparativamente, en el ltimo ter-cio del siglo XX, la cuenca del Alto Mara-n ha sido desplazada de su posicin he-gemnica poblacional. La novedad del si-

    glo XXI es que los centros poblados ubica-dos al borde del Huallaga ahora concen-tran un poco ms del 62.5% de la pobla-cin total, seguidos del Alto Maran conel 30.4% y finalmente el valle del Pachiteacon el 7.1% departamental.

    f) La actividad minera, la colonizacindel Huallaga (coca, ganado, etc.), la eco-noma de la coca y la emergencia de nue-vas ciudades han posibilitado este cambio

    cuantitativo en la redistribucin porcen-tual de la poblacin al interior de estos dosvalles altoandinos y uno amaznico. Entrelos factores intervinientes registramos laguerra senderista y los ciclos de auge ycrisis de la hoja de la coca en los ochenta.4

    3 Jrgen GOLTE. Nuevos actores y culturales antiguas. En: Julio Cotler (ed). Per 1964-1994:economa, sociedad y poltica; pp. 135-148. Lima; IEP, 1995.

    4 Carlos I. DEGREGORI

    . Jos CORONEL

    , PoncianoDEL

    PINO

    , Orin STARN

    . 1996,Las rondas campesinasy la derrota de Sendero Luminoso. IEP, Lima.

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    g) Un primer examen de las tasas decrecimiento de la poblacin (estimada parael departamento en un promedio anual de2,6%) muestran dos tipos de movimientospara el censo de 1993: altas tasas de crecimiento poblacional

    en: Hunuco (4.0%), Pachitea (3,5%),Puerto Inca (7,1%);

    bajas tasas de crecimiento poblacio-nal en: Ambo (2.5%), Leoncio Prado(1,6%), Huacaybamba (1,7%), Huama-les (0,5%), 2 de Mayo (1,5%) y Mara-n (0,4%).En suma, estas cifras confirman el mo-

    vimiento migratorio de la poblacin desdeel Alto Maran hacia el valle del Huallagay la ciudad de Hunuco. Se trata de unmovimiento de crecimiento con desplaza-mientos migratorios de los valles altoandi-nos hacia la selva amaznica del Alto Hua-llaga, una zona atractiva de mano de obrajuvenil y productora de coca.

    La situacin singular de las provinciasde Huamales y Dos de Mayo es la de cons-

    tituir la principal reserva de fuerza de tra-bajo andina utilizada para el trabajo en loscocales y los negocios de Monzn-Cachi-coto-Tingo Mara. Desde la ciudad de Hu-nuco y de los principales centros urbanosprovinciales se organiza un calendario tem-poral de migraciones de numerosos gru-pos familiares que oscilan entre la bsque-da de empleo en los centros mineros y lasplantaciones de coca, para luego concen-

    trarse durante un tercio del ao en sus pe-queas parcelas de cultivos temporales detubrculos-granos y una ganadera mercan-til. Falta todava una revisin sistemticade las apuestas polticas de cada uno deestos pueblos altoandinos que en generalapostaban por fuerzas poltica partidariasde derecha, por el proyecto de Fujimori yahora por un Frente regional independien-te. No puede olvidarse que el departamen-to de Hunuco fue la segunda regin de

    mayor violencia sangrienta provocada porSL y las FF.AA entre los ochenta y noven-ta del siglo XX.

    Logros y vacos en la investigacinsobre Huamales

    En estos dos libros, Jos Pea compilauna singular experiencia de trabajo aca-dmico con varios profesionales de lasciencias sociales reunidos en el II Frum.Se trata en el fondo de sesiones no solopara intercambiar ideas sino tambin paraque estos conocimientos puedan ser uti-

    lizados por los funcionarios de los gobier-nos locales y funcionarios de Estado, lascomunidades campesinas y los pueblosde Huamales.

    Los aportes que contienen estos librosson muy valiosos y la novedad es que seha agrupado a una nueva generacin deestudiosos de la provincia de Huamalesinteresados en construir una renovada ima-gen de la historia e identidad huamaliana.

    El proyecto y las acciones de los Frums Iy II son muy ambiciosos ya que intentanabarcar la totalidad de las mltiples dimen-siones de la vida de los habitantes de laciudad y el campo organizados en pueblos,caseros, anexos y comunidades campesi-nas. Llata es una ciudad que vive un mo-mento especial de su historia. El siglo XXIes un momento histrico para estos pue-blos andinos pues se ha roto el aislamien-

    to geogrfico que la caracterizaba desde elsiglo XVI con la construccin de caminos ycarreteras, puentes y tneles, la expansinde los servicios de electricidad, de telefo-na e internet, as como el asentamiento yfuncionamiento de una diversidad de ins-tituciones educativas.

    Otro asunto que destaca en estos li-bros es la diversidad de ensayos sobre lasociedad colonial; los ensayistas han des-plegado el examen minucioso sobre indi-

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    viduos (Juan Yacha, Juana Moreno,Pomachagua, etc.) y procesos socioeco-nmicos consultando materiales de archi-vo y fuentes secundarias para los siglosXVI-XVIII. Por el contrario, el siglo XIXcons-tituye un gran vaco historiogrfico y deigual forma la primera mitad del siglo XX.Se trata de dos grandes momentos hist-ricos republicanos que requieren la con-sulta de nuevas fuentes documentales yorales para lograr conocer los cambiosdemogrficos, la rearticulacin de los pue-blos campesinos con los centros minerosde Cerro de Pasco y Yauricocha y tam-

    bin con la pequea minera de San Mar-cos y Huari. Otra novedad que resalta esla carencia de estudios sobre las ideas po-lticas y los graves acontecimientos queenfrentaron a las poblaciones urbanas ycampesinas de Llata y Pachas, de las bron-cas entre civilistas con pierolistas, y aestos ltimos con los caceristas y las fuer-zas liberales de M.I. Prado. Tengo la sen-sacin de que los editores compartieran

    la tesis de que el ritmo de la historia loimpone solo la fuerza de la economa y lacultura ya que nada se dice ni publicasobre la poltica y los polticos, menossobre el leguiismo, el sanchezcerrismo, elAPRA, la izquierda , del SUTEP , SenderoLuminoso, el fujimorismo y de un conjun-to de fuerzas polticas y lderes localesque se enfrentaron y enfrentan coyuntu-ralmente en los procesos electorales y co-

    tidianos en la bsqueda de lograr el desa-rrollo y la construccin de la democraciaen los Andes.

    Esta higiene de la poltica y de lospolticos es un ejercicio muy daino puestenemos el ejemplo de Fujimori, enemigodel Estado de Derecho y devoto de go-biernos cvico-militares y del autoritaris-mo corrupto, que arrastr a las multitudescampesinas de estos pueblos. Casi nadierecuerda que Csar Fonseca fue uno de

    los lderes llatinos que luch contra elgamonalismo local y que sus ideas y ac-ciones se encuentran registrados en nu-merosos boletines y en la revistaHuama-les (2da. Etapa. rgano de la AsociacinUniversitaria de Huamales, Lima, 1959-1960). Juventud y poltica nunca estuvie-ron ajenos a los problemas locales y na-cionales. Otro de los temas no tocados esel de la migracin a los espacios cocalerosde Tingo Mara y Monzn, asimismo deimportantes organizaciones como la de laSociedad Obrero de Huamales y la teso-nera labor institucional inolvidable, a fa-

    vor de los que bajaban en llanqui y pon-cho, de doa Sabina Santilln, del Jilgue-ro de Llata, de Socorra Snchez y su pro-grama Amanecer Huamaliano y del actualClub Huamales, asentado en Lima.

    No es nuestro deseo echar sombrassobre los Frums (en el 2005 asumi laforma de Congreso tituladoInvestigacio-nes Histrico Sociales de la Regin deHunuco) y los libros, pues los defectos

    sealados no limitan el gran esfuerzo, lasaportaciones notables y originales de pro-fesionales limeos y llatinos para pro-fundizar el conocimiento de un espaciomicrorregional prcticamente olvidado porla historiografa regional y nacional du-rante casi todo el siglo XX. Nuestro deseoes que se prosiga con esta labor tesonerade construir las bases documentales y re-flexivas que permitan reforzar las identi-

    dades y la memoria histrica de los pue-blos andinos como Llata y Huamales. Unatarea pendiente es la de comparar la lgi-ca de desarrollo de esta microrregin conla de Dos de Mayo y con Hunuco. Sinembargo, en la actualidad (enero 2006) ycomo irona de la historia, el candidatodel APRA que gobernaba Llata perdi lasltimas elecciones municipales y regiona-les y encima se vino la declaratoria deEstado de emergencia.

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    Esta experiencia y la literatura produ-cida es la prueba evidente de que el pasa-do ya no es socialmente productivo y re-estructurador del tiempo presente. La tra-dicin a veces impone el movimiento de larueda de la historia y despierta entusias-mos arcaicos y que para combatir esta ola

    regresiva es importante revisar y reflexio-nar con estos libros la experiencia vividade los pueblos, asimismo comentar conhumildad y buena fe para afinar la memoriahistrica en los Andes.

    CSARESPINOZA CLAUDIO

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    ALDANA, SusanaHistoriadora. Trabaja en la Pontificia Universidad Catlica del Per. Estudia el Doc-torado en Ciencias Sociales en la Unidad de Postgrado de la UNMSM. Especialistaen historia regional agraria. Ha publicado numerosos ensayos y varios libros sobrePiura colonial y republicana.

    ARANA BUSTAMANTE, LuisHistoriador por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Hizo su formacin enhistoria econmica colonial y pas luego a investigar en antropologa histrica andina.Ensea en la Escuela de Historia de la Universidad, dirigeNueva Sntesis, revistainterdisciplinaria, y actualmente prepara su tesis de Maestra en Antropologa en laUnidad de Postgrado de la Facultad de Ciencias Sociales.

    ARIAS NIETO, CustodioLicenciado en sociologa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y con

    estudios de maestra en la Pontificia Universidad Catlica de Per. Ha sido director dela Escuela Acadmico Profesional de Sociologa de la UNMSM.

    ARISTA ZERGA, AdrianaAbogada de la Facultad de Derecho y Ciencia Poltica de la Universidad NacionalMayor de San Marcos, ha finalizado la Maestra en Antropologa en la UNMSM y seencuentra en la fase de investigacin de la Maestra en Derechos Humanos de laUniversidad Internacional de Andaluca-Espaa. Actualmente es investigadoraauxiliar del Instituto de Estudios Peruanos-IEP, Profesional socio econmico deSoluciones Prcticas-ITDG y Becaria 2006-2007 del Consejo Latinoamericano de

    Ciencias Sociales-CLACSO-CROP.

    ARONI SULCA, RenzoEstudiante de la Escuela Acadmico Profesional de Historia de la UNMSM. Ganadordel Concurso de Estudios de Investigacin 2006 que organiza el Instituto de Inves-tigaciones Histrico Sociales y el Vicerrectorado de Investigaciones de la Universi-dad Nacional Mayor de San Marcos.

    BAISOTTI, PabloLicenciado en Historia en la Universidad del Salvador. Ha realizado estudios dePostgrado en Estudios internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella, Maes-

    Autores

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    tra Internacional en Derecho de la Integracin Econmica en la Universidad Paris I Panthon Sorbonne y Maestra en Relaciones internacionales Europa AmricaLatina en .lma Mater Studiorum Universit di Bologna. Es miembro de RESDAL (Redde Seguridad y Defensa de Amrica Latina), Ciudadanos por el cambio (ONG) yStudentship de la Universit di Bologna. Ha escrito numerosos libros y ensayossobre Amrica Latina.

    BASTIAND, MaraArqueologa. Magster en Arqueologa por la Universidad Nacional Mayor de SanMarcos. Ensea en las Escuelas de Arqueologa y Antropologa. Especialista enproduccin textil prehispnica.

    BERAN CHACA, John JamesHa estudiado Geografia en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, actual-

    mente realiza su Maestra en la Unidad de Postgrado de Ciencias Sociales. Trabajaen el laboratorio de Sistema de Informacin Geogrfica de la Unidad de Informticapara la Investigacin del Centro Internacional de la Papa. Ha sido becario del Institutode Investigaciones Histricos Sociales de San Marcos (2005), con el estudio Lastransformaciones socio-espaciales; entre sus artculos publicados destacan: Es-pacios urbanos emergentes: Agricultura y sociedad en el mundo y La escuelageogrfica peruana: Orgenes de una nueva corriente de pensamiento en la geogra-fa global

    BUENO MENDOZA, Alberto

    Doctor en Arqueologa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Profe-sor principal de la Escuela Acadmico Profesional de Arqueologa. Egresado de laMaestra en Ciencias Sociales y Filosofa. Ha realizado investigaciones arqueol-gicas en la Sierra Norte, Costa Central, Sierra Central y Costa del Sur Medio delPer. Estudios sobre el Tawantinsuyu en Cusco y Puno. Autor de libros, artculos,ensayos y textos acerca de la arqueologa peruana y las ciencias sociales.

    CASALINO SEN, CarlotaMagster en Historia (PUCP), candidata a doctor en Ciencias Sociales (UNMSM)

    con tesis en proceso de sustentacin. Profesora de la Facultad de Ciencias Socia-les de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Ctedra de Historia deAmrica) y profesora de Historia de la Pontificia Universidad Catlica del Per.Investiga temas de historia social, poltica y cultural, producto de lo cual tiene variaspublicaciones. Est vinculada a la gestin cultural y a la gestin universitaria.

    CORNEJO, HernnAntroplogo. Profesor de la Escuela de Antropologa de la Universidad NacionalMayor de San Marcos. Ha escrito y publicado textos sobre la msica chicha en elPer.

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    DOMNGUEZ CONDEZO, VctorMagster y Doctor por la UNE Enrique Guzmn y Valle. Ha publicado los siguientesensayos: Heroica resistencia de la cultura andina (1988), Problemas de interferenciaQuechua-Espaol (1992), Jirkas Quechuas, mitos y leyendas de Hunuco y Pasco(2003), Danzas e identidad nacional (2004), Yarush-Yacha, estudio etnogrfico dePasco (2006). Es director de la Escuela de Postgrado de la Universidad de Hunuco.

    ESPINO RELUCE, GonzaloPoeta y crtico. Es profesor principal de la Facultad de Letras. Como investigadorpertenece al IIH y ha cooperado con investigaciones en el Instituto de Investiga-ciones Histrico Sociales. Entre sus ltimas publicaciones cabe mencionar: Adol-fo Vienrich, la literatura quechua y la inclusin andina (2003), Tradicin oral ycultura peruanas (2003) y su poemario Mal de amantes (2002). Codirige Guaca,

    revista de literaturas y culturas andina, de los moches de la huaca Tulape.

    GMEZ, DarwinGegrafo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Asistente de Investiga-cin del Proyecto Amazona de la Universidad de Turku, Finlandia (1990-1998). Es-pecialista en Ecosistemas y Vegetacion Amaznica. Instituto de Investigaciones dela Amazona Peruana (1999-2002). Ha sido consultor del Ministerio de RelacionesExteriores del Peru. Oficina Nacional de Fronteras (2002-2003). Es consultor del Cen-tro Internacional de la Papa.

    GONZALES CALLEJA, EduardoProfesor titular de Historia Contempornea de la Universidad Carlos III de Madrid, yprofesor asociado en esa misma Universidad de 1998 a 2006. Tambin ha sido Matrede confrences associ en la Universit de Provence (Francia) de 1991 a 1995, y de1990 a 2006 ha sido Cientfico Titular del Departamento de Historia Contempornea delInstituto de Historia del CSIC, unidad de investigacin de la que ha ejercido la jefaturade 2003 a 2005. Es licenciado en Geografa e Historia por la Universidad Complutensede Madrid, y Doctor en Historia (seccin Historia Contempornea) por esta mismaUniversidad en 1989. Es miembro fundador de la Asociacin de Historia Contempor-

    nea y de la Asociacin para el Estudio de las Migraciones Ibricas Contemporneas(AEMIC). Desde 2002 forma parte del Comit Cientfico de la revistaMlanges de laCasa de Velzquez, en la que desempea el cargo de Coordinador Cientfico del Conse-jo de Redaccin. Tambin es columnista habitual del suplemento ABC de las Artes ylas Letras.

    NACUZZI, Lidia RosaLicenciada en Ciencias Antropolgicas en laFacultad de Filosofa y Letras de la Uni-versidad de Buenos Aires, 1976. Es Doctora de la Universidad de Buenos Aires (An-tropologa). Facultad de Filosofa y Letras, 1996. Es investigadora independiente delCONICET, desde 21-9-2000. Actualmente es profesora Adjunta a cargo del Seminario

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    Anual de Investigacin para ambas orientaciones, Teora y Metodologa de la inves-tigacin en Antropologa Histrica. Departamento de Ciencias Antropolgicas de laFacultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Entre sus trabajosms importantes publicados destacan: 2005 (comp.). Actas del VI Congreso Interna-cional de Etnohistoria. Publicacin en soporte magntico. Buenos Aires, Facultad deFilosofa y Letras. 2005. El queso y los gusanos en el extremo sur de Amrica. Grupostnicos, disputas acadmicas y un juicio por registro de marca. Revista de Indias LXV(234): 427-452. Madrid, CSIC. 1999. Estrategias sociales en una situacin de contacto.El caso del norte de la Patagonia. En Boccara, Guillaume y Sylvia Galindo (eds.): LgicaMestiza en Amrica: 139-163. Temuco, Instituto de Estudios Indgenas de la Universi-dad de la Frontera (Chile).

    NOGUERA FERNNDEZ, AlbertJurista y politlogo por la Universidad Autnoma de Barcelona. Doctor en Derecho

    por la Universidad de La Habana. Es autor del libro Derecho y Hegemona. Unestudio socio-jurdico de la Cuba actual(2007), coautor delDiccionario Crtico deCiencias Sociales (2007) y Cultura e identidad. Dilogos y debates desde el Dere-cho y la Sociologa (2007). Tiene publicado adems, artculos en revistas especiali-zadas de ms de 5 pases.

    ROJAS ROJAS, RolandoEs licenciado en historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, dondetambin realiz estudios de literatura y un diplomado en planificacin y gestin deldesarrollo local. Es autor del libro Tiempos de carnaval. El ascenso de lo popular a

    la cultura nacional (Lima, 1822-1922) y ha publicado artculos en revistas espe-cializadas. En el 2001 obtuvo un importante premio con un ensayo sobre derechosculturales organizado por Aprodeh y Cedal. Actualmente cursa estudios de maes-tra.

    REYES FLORES, AlejandroDoctor en historia. Profesor principal de la facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM.Ha sido director de la EAP de Historia y del Instituto de Investigaciones HistricoSociales. Actualmente es Decano de la Facultad de Ciencias Sociales. Su rea deinvestigacin es la historia econmico-social. Entre sus publicaciones estnLa natu-

    raleza de Estados Unidos ante la independencia latinoamericana, 1810-1822;Investigaciones sobre sindicatos en el Per; Vida cotidiana en los pueblos de Ce-rro de Pasco. SigloXVIII;Relaciones internacionales en el Pacfico Sur. 1873- 1879;Contradicciones en el Per colonial. Regin Central. 1650-1810;La esclavitud enLima. 1800- 1840;Amrica Latina en la dcada del 90;Tierra y sociedad en Caja-marca. SiglosXVII-XIX.

    RODRIGUES, VeraBacharel em Cincias Sociais e Mestre em antropologia social pela UniversidadeFederal do Rio Grande do Sul/Brasil. Formao no Curso de Cidadania e Reconstruoda Identidade tnica UNISINOS/CECUNE (2001); Curso Avanado sobre Relaes

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    Raciais e Cultura Negra/Universidade Federal da Bahia/Brasil (2005). Atuaovoluntria em projetos de educao popular (2000-2004); Atuao profissional naassessoria a projetos de capacitao feminina em direitos humanos (2003-2005);Docente em antropologia social no curso de graduao em cincias polticas (2006);Docente na disciplina de Histria da frica no curso de especializao em culturaAfro-Brasileira (2006).

    RODRGUEZ PASTOR, HumbertoDoctor en Antropologa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Se des-empea como profesor en la Escuela Acadmico Profesional de Antropologa. Traba-ja adems en Concytec en el rea de ciencias sociales. < [email protected]>

    VALENZUELA MRQUEZ , JaimeEs Docteur en Histoire et Civilisations por la cole des Hautes tudes en Sciences

    Sociales (Pars) y profesor de historia colonial de Hispanoamrica en el Instituto deHistoria de la Pontificia Universidad Catlica de Chile. Ha sido investigador delCentro de Investigaciones Diego Barros Arana de la Direccin de Bibliotecas,Archivos y Museos (1991-1993), becario del Estado de Chile (beca de postgradoPresidente de la Repblica, 1993-1996), profesor de la Universidad de Le Mans,Francia (1996-1998) y becario de la John Carter Brown Library, Providence, EE.UU.(2000). Sus actuales lneas de trabajo incorporan la antropologa histrica de loreligioso y de lo poltico en Hispanoamrica colonial, el estudio de las migracionesindgenas en el virreinato peruano meridional, y las prcticas y discursos eclesisti-cos durante la Independencia de Chile. Entre sus publicaciones destacan Bandidaje

    rural en Chile central. Curic, 1850-1900 (Santiago, 1991); Las liturgias del poder.Celebraciones pblicas y estrategias persuasivas en Chile colonial (1609-1709) (San-tiago, 2001); Las liturgias del poder. II: Del Chile borbnico al republicano (1710-1830) (por aparecer).

    VARGAS HERNNDEZ, Jos G.Es M.B.A. y Ph.D. Trabaja en el Instituto Tecnolgico de Cd. Guzmn, Mxico.

    WALLERSTEIN, Immanuel

    Conocido pensador y socilogo estadounidense. Dirige el Centro Fernand Braudelde la Universidad de Binghamton y ejerce la docencia en la universidad de Yale.Desde la publicacin en 1974 de su obra The Modern World-System (el modernosistema mundial) ha seguido trabajando sobre su tema, adems de dedicarse a lainvestigacin histrica basada en la teora.

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