biocatálisis en medios no acuosos: una historia de veinte años, desde los fundamentos a las...

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j$p 2I Biocatálisis en medios no acuosos: una historia de 20 años, desde los fundamentos a las aplicaciones industriales Dr. Eduardo Bárzana García Facultad de Química Universidad Nacional Autónoma de México Trabajo de ingreso presentado a la Academia de Ingeniería México D.F. 23 de Enero de 2003.

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Biocatálisis en medios no acuosos: una historia de 20

años, desde los fundamentos a las aplicaciones

industriales

Dr. Eduardo Bárzana García

Facultad de Química

Universidad Nacional Autónoma de México

Trabajo de ingreso presentado a la

Academia de Ingeniería

México D.F. 23 de Enero de 2003.

"Biocatálisis en medios no acuosos: una historia de 20 años,

desde los fundamentos a las aplicaciones industriales"

Eduardo Bárzana García

Facultad de Química, UNAM

México D.F. 04510

.g!Y1P.! JJflm. mx

INTRODUCCIÓN

La catálisis biológica aplicada en procesos industriales es conocida desde

principios del siglo XX, como en el caso de la licuefacción de productos

almidonáceos, la clarificación de cerveza o la producción de hidrolizados de

proteina vegetal. Sin embargo, por más de 50 años, las transformaciones

resultantes eran muy simples desde el punto de vista químico, pues consistían en

reacciones hidrolíticas de polímeros biológicos (proteínas y polisacáridos). Este

lento crecimiento se debió fundamentalmente a dos razones, 1) la frágil estructura

proteica de las enzimas que al resultaba en una propensión a perder su poder

catalítico a condiciones normales de operación, y 2) a un relativo alto costo de

obtención, en comparación con los catalizadores inorgánicos, a partir de fuentes

naturales como plantas, animales o microorganismos.

El posible impacto de los procesos enzimáticos en la industria cambió

favorablemente durante el último cuarto del siglo, cuando se consolidó la biología

molecular a través de las metodologías conocidas como "ingeniería genética"

Estas técnicas permitían manipular y transferir información genética, inclusive

entre especies, lo que llevó a mejorar sustancialmente la capacidad catalítica y la

tasa de producción de una gran gama de enzimas, como en el caso de la renina

gástrica para la producción de quesos (Tucker y Woods, 1991). A partir de

mediados de los 80's los avances surgidos de este tipo de manipulaciones

genéticas han sido, y siguen siendo, múltiples y de gran trascendencia,

impactando no solo los sectores farmacéutico y alimentario, sitios tradicionales

1'

2

donde se aplicaba la catálisis enzimática, sino otras áreas como la química o la

ambiental. Un ejemplo notable es el caso de la acrilamida producida en Japón

por la via biocatalítica que se presenta en la Figura 1 y a una escala de más de

10,000 tan/año. Seguramente esta aplicación representa el ejemplo más

impactante donde un producto masivo (commodity) de la química orgánica clásica

es ahora producida por vía enzimática (Wandrey et al., 2000).

Nbika 21Mt2

¡lo

= Figura 1. Ruta enzimática para la producción industrial de acrilamida

En forma complementaria a la diversidad de capacidades enzimáticas que

resultaron de la nueva biotecnología, la Ingeniería Bioquímica llevó a cabo

innovadoras aportaciones que expandieron el espectro de aplicaciones de la

biocatálisis. Es el caso de las técnicas mejoradas de inmovilización de enzimas

que permitían su rehúso, o el descubrimientos de formas de vida en ambientes

extremos, y por ende fuentes de enzimas muy resistentes, entre las que destacan

los microorganismos hipertermófilos (v.gr. capaces de crecer a temperaturas

superiores a los 100 °C). Sin embargo, el descubrimiento hecho por Alexander

Klibanov del MIT en 1984 en el sentido de que las enzimas son capaces de

desplegar su poder catalítico en un medio orgánico libre de agua, evolucionó

rápidamente para incidir de manera destacada en el sector productivo y en un

corto plazo. Cómo surge esta aproximación catalítica denominada enzimología no

acuosa, porque trasciende y hacia donde se dirige son los temas que se discuten

el presente trabajo.

3

Para fines de definición, la biocatálisis no acuosa implica el llevar a cabo

una transformación química por mediación de una (o varias) enzima y en un medio

monofásico, ya sea sin agua o en cantidades tales que el agua esté presente en

forma discontinua y totalmente dispersa en el sistema. Los solventes orgánicos,

tanto solubles como insolubles en agua, han sido empleados mayoritariamente

para este fin (Le. fase orgánica). Como extensión del concepto, también se han

desarrollado métodos biocatalíticos en fluidos supercríticos y para sustratos

presentes como vapores o gases (i.e. en fase gas).

ANTECEDENTES HISTORICOS

Las enzimas fueron conocidas desde finales del Siglo XIX y las primeras

patentes sobre su uso fueron otorgadas en 1894 y 1906, ambas basadas en los

trabajos pioneros de Takamine con preparaciones diastásicas (amilolíticas). Con el

tiempo, el uso industrial de enzimas se consolidó lentamente, pero siempre

alrededor de aquellas que presentaban una actividad hidrolítica despolimerizante

(amilasas, proteasas) o desesterificante (lipasas). Como se indico previamente, la

funcionalidad química era de alta sencillez. En contraste, otras enzimas conocidas

o nuevas y con otras funcionalidades (e.g. oxidoreductasas, liasas, isomerasas)

eran vistos meramente como componentes de interés en estudios bioquímicos o

médicos. Esto a pesar de las propiedades únicas ofrecidas por las enzimas en

comparación con otros catalizadores químicos, como una superior regio y estéreo

selectividad, capacidad de catálisis a condiciones ambientales tenues, nula

toxicidad y baja permanencia en el ambiente por su total biodegradabilidad.

Un cambio importante ocurrió en las 1960's cuando fueron desarrollados

los procesos enzimáticos para la isomerización de aminoácidos (aminoacilasa) y

de producción de jarabes fructosados de maíz (glucosa-isomerasa), vigentes aún

hoy en día con un muy alto valor comercial. Por otra parte, es claro que todas las

aplicaciones mencionadas se llevaban a cabo en un medio acuoso. Sin embargo,

y más allá de las grasas u aceites, existen una gran cantidad de compuestos de

naturaleza hidrofóbica con una baja solubilidad en agua (ácidos grasos, alcoholes,

4

aromáticos, esteroides, etc) que quedaban fuera de la posibilidad de

transformación enzimática. El razonamiento fundamental era que las enzimas

debían, por su naturaleza protéica, funcionar solamente en agua o interfases

agua-solvente orgánico. Aún más, la presencia obligada de agua no permitía la

inhibición de reacciones indeseables como hidrólisis y adición nucleofílica del ion

hidroxilo en muchos procesos de síntesis.

El camino lógico para transformar (sin hidrólisis) los sustratos insolubles en

agua se derivó de la peculiar habilidad de las lipasas para trabajar en la interfase

de sistemas bifásicos. Para ello, muchos estudios optimizaron la cantidad mínima

de agua en mezclas bifásicas obteniendo en algunos casos rendimientos

aceptables. Sin embargo, debajo del 5% de agua la reacción decaía rápidamente.

Era entonces claro que, a pesar de que las hidrolasas son capaces en teoría de

catalizar reacciones opuestas de hidrólisis y síntesis, en un medio acuoso el

equilibrio termodinámico favorece la hidrólisis puesto que el agua no sólo es un

reactivo sino que está presente a una concentración de 55M. Obviamente, otro

requisito esencial era que la enzima mantuviera su capacidad catalítica en lo que

se consideraban condiciones "no fisiológicas". En consecuencia, el límite de un

medio anhídro era considerado inviable.

En 1984 fue publicado un artículo que rompió el paradigma de la

imposibilidad de llevar a cabo una transformación enzimática en un medio

orgánico sin agua (Zaks y Klibanov, 1984). Aún más, presentaba el atractivo de

que una reacción de transesterificación con lipasa pancreática porcina podía

realizarse a 100°C, temperatura considerada como desnaturizante en ese

entonces. La reacción estudiada fue la transesterificación de tributirina con n-

heptanol. Adicionalmente, la enzima se agregaba en forma de un sólido y el

reactivo tributirina funcionaba simultáneamente como reactivo y medio continuo.

Este primer artículo de Zaks y Klibanov (1984) es considerado hoy en día como

un clásico y el punto inicial de partida de la enzimología no acuosa, tanto en sus

aspectos científicos como tecnológicos. El descubrimiento fue inmediatamente

5

reconocido como un parte aguas de la enzimología aplicada (Dagani, 1984)

habiendo sido citado a la fecha en más de 5,000 ocasiones en la literatura

científica. Asimismo, este trabajo dio impulso a la formación de grupos de

investigación en todo el mundo y a una expansión notable de trabajos de

científicos en el área. El hecho se refleja en el número de publicaciones que

surgieron durante la década posterior al artículo de Zaks y Klibanov, según se

aprecia en la Figura 2.

nq 1

180

160

140

12(

8c

Z 60

40

20

0

68 70 72 74 76 78 80 82 84 86 88 90 92

Pub1iction year

Figura 2. Número de publicaciones relacionadas con reacciones enzimáticas en

medios orgánicos (Sih et al., 1996)

El punto toral de este descubrimiento fue establecer que la ventana de

humedad mínima necesaria para la catálisis era mucho menor a la previamente

concebida. La reacción de síntesis ocurría en un estrecho margen de 0.6% a 1 .2%

de agua en el sistema, niveles que se encuentran dentro de los límites de

saturación de agua en solvente (tributirina en este caso). Debajo de estos límites

la reacción no se presentaba, mientras que a valores superiores se favorecía la

reacción de hidrólisis del sustrato tributirina. La hipótesis, comprobada

rei

posteriormente, era que en ausencia total de agua la enzima presenta una

estructura rigidizada que no le permite efectuar los cambios conformacionales

indispensables para la catálisis. Así, el agua funciona como el "lubricante" que da

soltura a la molécula enzimática. Por ende, a mayor contenido de agua mayor

libertad de movimiento para catalizar pero también para desnaturizarse. Como se

mencionó anteriormente, el valor relativo de la reacción de transesterificación vs.

hidrólisis depende exclusivamente de la dirección termodinámica que dicte la

cantidad de agua presente, y no de la actividad catalítica "per se".

A partir de esta publicación, el grupo de Klibanov reportó del orden de 15

artículos en los siguientes 3 años en los que confirmaron y generalizaron estos

sistemas enzimáticos para una diversidad de condiciones. Por ejemplo, se

emplearon diversos solventes, tanto hidrofílicos como hidrofóbicos, diferentes

enzimas, preparaciones libres o inmovilizadas, y una diversidad de reacciones. Se

logró con ello llevar a cabo una variedad de reacciones relevantes prácticamente

imposibles en agua como oxidoreducciones, epoxidaciones, isomerizaciones y

formación de péptidos y ésteres diversos. Estos aspectos son ilustrados en el

resumen de reacciones y solventes presentados en la Tabla 1.

Tabla 1. Reacciones catalizadas por lipasa porcina pancreática en diferentes solventes orgánicos. (Zaks y Klibanov, 1985)

Velocidad inicial de reacción (pmol/hr-mg)

So'vente

Transeste-

rificación Esterificación Aminólisis

Intercambio

de acilo

Tio-

esterificación Oximólisis

Hexano 5.2 2.4 0.60 2.0 3.0 3.0

Acetona 1.2 0.30 0.60 0.54 1.1 1.5

THF 2.0 0.36 0.54 0.54 1.8 2.1

Eteretílico 5.1 0.90 0.24 0.72 1.9 2.1

Piridina 1.3 0.06 0.60 0.12 1.1 1.1

Tolueno 2.1 2.4 0.18 1.1 1.7 2.3

7

Dentro de las aplicaciones subsecuentes, las resoluciones enantioméricas

con enzimas en medio orgánico son de particular relevancia. Su aportación a la

síntesis de productos farmacéuticos es contundente. Baste recordar que es

sumamente difícil obtener producciones enantioméricas puras con los

catalizadores tradicionales de la química orgánica, mientras que esta funcionalidad

es intrínseca a las enzimas.

En menos de 5 años un número cada vez más creciente de otros grupos en

el mundo reportaron investigaciones originales que le dieron diversidad a la

metodología y atrajeron la atención del sector productivo. Asimismo y casi de

inmediato, los principios dieron origen a otras ideas innovadoras dentro del mismo

grupo del Profesor Klibanov. Primero se dio a conocer que el dióxido de carbono

en estado supercrítico (CO2SC), con un poder solvatante similar al hexano,

permitía también la expresión enzimática y en condiciones de baja humedad,

situación que despertó enorme interés porque implicaba que la estructura activa

no se veía afectada por las altas presiones operadas. Este notable descubrimiento

se dio a conocer casi simultáneamente por el grupo de Prausnitz en la Universidad

de California en Berkeley (Randolph y col, 1985) y el de Klibanov en MIT

(Hammond y col, 1985).

Finalmente, la idea de eliminar totalmente la presencia de una fase continua

se logró al demostrar que preparados enzimáticos secos con muy baja humedad

podían catalizar la conversión de sustratos gaseosos (Bárzana y col., 1986 y

1989a), abriendo así el abanico de posibilidades para la enzimología no acuosa.

Al igual que para los solventes orgánicos, estos reportes para fluidos supercríticos

y fase gas dieron origen en poco tiempo a otras publicaciones con diferentes

enzimas y sistemas de reacción.

APLICACIONES Y AREAS DE INTERÉS

La aplicación más publicitada de las lipasas en medio orgánico

correspondió a la empresa Unilever de Holanda que logró sintetizar un análogo de

8

manteca de cacao con lipasas a partir de aceite de palma, proceso de alto valor

agregado gracias a los trabajos pioneros de McRae (1983). Hoy en día, el proceso

es también empleado en Japón por Fuji Oil (Sheldon, 1996).

Otros productos de interés producidos industrialmente son los

alquilpoliglucósidos empleados como detergentes biodegradables y obtenidos a

partir de sacáridos simples por intermediación de glicosidasas. Asimismo, se logró

obtener compuestos de alta demanda como los aromas y las fragancias

empleados en alimentos, destacando los ésteres sintetizados con lipasas.

También son relevantes las resoluciones enantioméricas de compuestos

hidrofóbicos de importancia en fármacos y con mercados mundiales de millones

de dólares (Sheldon, 1996), así como la biotransformación de esteroides.

Revisiones completas para los interesados pueden encontrarse en fuentes

diversas (Klibanov, 1990; Kanerva, 1996, Roberts, 1997).

Actualmente existen alrededor de 100 diferentes biotransformación que se

llevan a cabo en la industria, la mayoría para la producción de precursores

farmacéuticos o agroquímicos (Wandrey et al., 2000). En la Figura 3 se presentan

los volúmenes de producción de 18 compuestos obtenidos por biocatálisis,

cubriendo un espectro de producción desde las 10 toneladas hasta el millón de

toneladas por año (Powell et al., 2001) . De éstos, 3 procesos corresponden a

lipasas en medio orgánico reflejando la incidencia de la enzimología en fase

orgánica (manteca de cacao, L-Dopa, butirato de glicidilo).

9

Tonnes per Year - o

- o o o o o

O O O O O O

Glucose isomerase - Fructose Nitrile hydratase - acrylamide

Lipase - cocoa butter Penicillin amidase - 6-APA

Asparlase - L-aspartate Thermolysin - aspartame

Hydantoinase - D-phenylglycine Hydantoinase/carbamoylase n-hydroxyphenylglycirie

Aldonolactoriase - D-pantothenic acid Fumarase - L-malic acid

Aminoacylase - [-methionine Aminoacylase - L-valine

Beta-tyrosinase - L-phenylalanine Upase - t. -DOPA

Hydroxylase - L - Carnitine Lipase - Glycidylbutyrate

Trans-glucosidase/Iipase - Butylgiucoside Dextransucrase - gluco-oligosaccharides

Figura 2. Productos comerciales actualmente producidos por vía biocatalítica (Powell et al., 2001)

Una prometedora área de aplicación de la enzimología en medios orgánicos

recae de manera natural en la industria petrolera, estrategia que se ha centrado en

la búsqueda de enzimas activas para la eliminación del indeseable azufre presente

en diesel proveniente de crudos pesados (Ayala et al., 1998, Vázquez Duhalt, et

al., 2002a), si bien otras aplicaciones en potencia para la industria de refinación

han sido descritos (Vazquez Duhalt et al., 2002b).

Un enfoque complementario ha sido explorado por nuestro grupo de trabajo

que se basa en la adsorción selectiva de organoazufrados sobre soportes que

mimetizan el comportamiento de una enzima y que son capaces de remover

preferencialmente los azufrados en mezclas orgánicas (Castro el al., 2001). Esta

metodología es conocida como el estampado molecular y permite construir

receptores activos en estructuras poliméricas muy estables y resistentes a

condiciones drásticas de operación, mejora notable respecto a los catalizadores

biológicos. El uso industrial de estas partículas impresas de polímero y fabricadas

con las características físicas de los catalizadores típicos de la industria se ¡lustran

en el esquema siguiente:

o c 3 (t

ID]

Disel oxidado

IP *

COLUMNA

Estampado EMPACADA O

molecular FLUIDIZADA

Bioadsorción

Diesel con DBT DBT

o

------------ ---- -------

escalamiento

/

diesel sin-DBT

Figura 3. Esquema hipotético de desulfuración de combustible con polímeros estampados molecularmente.

En relación al sector agroalimentario, nuestro grupo de investigación ha

estado trabajando en proyectos de biocatálisis no acuosa durante la última década

con la mira de alcanzar la aplicación industrial en el mediano plazo. En particular

hemos tenido interés en mejorar el proceso comercial usado para la extracción de

colorantes del tipo carotenos que en México se producen a partir de la flor de

cempasuchil (Tagetes erecta) y que son demandados por la industria avícola para

colorear la yema de huevos y los tejidos grasos de pollos para consumo humano

(Alain et al., 1968). Dentro de esta línea se ha logrado demostrar que un

ir

preparado comercial multienzimático de hidrolasas diversas mejora los

rendimientos de extracción del pigmento luteína (ver Figura 4), lo que simplifica el

proceso industrial al eliminar, o minimizar, las etapas de maceración y secado

previos a la extracción con solventes. Estas modificaciones fueron patentadas en

México (Rubio et al., 1994). Asimismo, los resultados fueron probados

exitosamente hasta una escala piloto de 80 litros (Bárzana et al., 2002).

Otra parte importante del proceso comercial de extracción de luteína

consiste en la hidrólisis del diéster obtenido por extracción con hexano y que

regularmente se lleva a cabo con una solución de potasa alcohólica. El objeto de

esta etapa es llegar a un producto que se asimila de manera más eficiente en el

tracto digestivo de las aves. Aprovechando la operación de extracción con hexano,

hemos visualizado que sería de alto beneficio el poder llevar a cabo la hidrólisis

simultáneamente al proceso de extracción hexánica, y no como un paso posterior.

Para ello, hemos trabajado con muestras comerciales de enzima lipasa

inmovilizada de la levadura Candida antarctica (Novozyme 435), proporcionadas

por la compañía Roche de México y en un esquema de dos pasos indicados en la

Figura 4, que llevan secuencialmente del diester al monoester y finalmente a la

luteína libre.

Para la reacción anterior, hemos logrado alcanzar conversiones cercanas al

60% del diéster inicial, si bien en tiempos aún muy largos de 180 horas. Por otra

parte, resulta interesante notar que a pesar de tratarse de una reacción de

hidrólisis, la velocidad de reacción aumenta al disminuirse la actvidad acuosa (Aw)

del preparado enzimático, alcanzando un máximo de 0.6 h( 1 para una Aw de tan

solo 0.1 (Mora-Pale, et al, 2001). Actualmente estamos llevando a cabo estudios

tendientes a ¡dentificar las causas de este comportamiento que incrementa las

posibilides de adaptarse a la práctica industrial al no requerir la inclusión de agua

en la fase hexánica en la unidad de extracción.

R-C-O 11

4 OH

kq

Figura 4. Esquema de la reacción de hidrólisis del diéster de luteína catalizada por una lipasa.

-L

o ca c a) o o o

• Luteína Diéster

A Monoéster

A A A

A A A

f .

I l III

II l. • I U I,

tiempo (horas)

Figura 5. Perfil de concentración de la reacción de desesterificación de los diésteres de luteína catalizada por las lipasas de (A) Candida antarctica.

13

Aprovechando la probada habilidad de las enzimas de actuar en un medio

continuo constituido por una fase supercrítica, al momento estamos estudiando el

desempeño de la reacción de desesterificación de luteína en CO2 en estado

su percríti co.

REACCIONES ENZIMÁTICAS EN FLUIDOS SUPERCRITICOS

Los fluidos supercríticos, y en particular el CO2 en estado supercrítico

(CO2SC), representan una alternativa prometedora al uso de los solventes

orgánicos en procesos industriales. Entre sus ventajas destacan su poder de

solvatación de liposolubles, la facilidad de ajustar la densidad del solvente por

variaciones simples de presión y temperatura, así como su recuperación facilitada

por despresurización y recompresión. Adicionalmente, el CO 2 es un gas no tóxico

ni flamable, propiedades que lo favorecen al compararlo con los solventes

orgánicos. Por sus ventajas, la tendencia hacia un mayor uso industrial del CO2SC

es clara (McCoy, 1999). Sin embargo, su implementación práctica en forma

extendida dependerá en gran medida de los avances en nuevos materiales de

bajo costo capaces de resistir altas presiones.

El CO2 supercrítico ha sido probado exitosamente como medio de reacción

en sistemas enzimáticos a partir de los primeros reportes de principios de los

80's,. Éste como una extensión dentro del campo de la enzimología en medios

orgánicos con bajo contenido de agua. Interesantemente se ha identificado que los

controles fisicoquímicos son similares para todos los medios no acuosos,

destacando el papel jugado por el parámetro termodinámico denominado actividad

acuosa (Mori et al., 1998).

Al igual que para las reacciones en medio orgánico, las enzimas de la familia

de las lipasas han sido las más estudiadas en fluidos supercríticos. Extender el

conocimiento de la actividad de lipasas en fluidos supercríticos para llevar a cabo

bioconversiones de interés en productos naturales representa el primer paso en el

desarrollo de procesos futuros respetuosos del medio ambiente.

14

Los primeros reportes que demostraron la factibilidad de llevar a cabo

reacciones catalizadas por enzimas en fluidos supercríticos datan de 1985

(Randolph et al, 1985; Hammond et al., 1985). Sin embargo, al igual que las

reacciones en medios orgánicos, las lipasas han sido utilizadas en forma

predominante en CO2SC, y fundamentalmente en reacciones de esterificación y

transesterificaciones ((Nakamura et al., 1990, Kamat et al, 1992, , Mesiano, et al.,

1999). Las ventajas de los fluídos supercríticos como medios de reacción se

resumen a continuación (Mesiano et al., 1999):

Su densidad es similar a la de los líquidos, mientras que su viscosidad y su

difusividad son comparables a las de los gases. Las consecuencias son una

buena solvatación de solutos aunado a una excelente transferencia de masa y

un buen mezclado.

La densidad puede ajustarse con relativa facilidad por simples cambios en la

presión y temperatura del sistema (por enzima de las propiedades críticas).

Esto permite la extracción selectiva de compuestos presentes en una matriz

compleja.

Los compuestos solubilizados pueden recuperarse con facilidad por

condensación o precipitación al despresurizar el sistema y liberar el solvente

en forma de gas.

Para el caso del CO2 , su baja temperatura crítica (304 °K) permite operar a

condiciones que evitan la descomposición térmica de compuestos

termosensibles y la generación de subproductos indeseables.

Como fue señalado previamente, continuamos con nuestra línea de

investigación de extracción de colorantes estableciendo la capacidad de solubilizar

los diester de luteína en CO2 a diferentes condiciones supercríticas. Al variar la

presión se estableció que la máxima recuperación ocurre después de 30 minutos

de contacto y a una densidad del fluido de 0.9 g/mL. Asimismo, hemos

demostrado que la solubilidad de diesteres de luteina en CO2SC se ve mejorada al

15

agregar cosolventes al sistema, dependencia que puede apreciarse en la Figura 6

y de acuerdo con los mezclas cosolvente/CO2SC presentadas en la Tabla 2

(Naranjo-Modad et al., 2000, Naranjo 2000).

Los alcoholes se muestran como barras oscuras o a 80

: 70

. 60 1 - = CO2puro

1: TI

10

-0.76 -0.33 -0.24 -0.23 0.20 0.60 0.66 0.80 2.00 2.80 Iog P

Figura 6. Solubilidad de diesteres de luteína en función del log P de mezclas CO2/cosolvente en condiciones supercríticas. Densidad del fluido 0.9 g/mL, 40°C (Naranjo-Modad et al., 2000).

Table 2: Supercritical CO 2 with modifiers. Percentage composition and log P.

Modificador % vol % mol log P Metanol 5 5.8 -0.76 Acetonitrilo 6 5.4 -0.33 Etanol 7 5.7 -0.24 Acetona 9 5.9 -0.23 Isopropanol 9 5.7 0.20 Cloruro de metileno 7 5.2 0.60 Acetato butilo 11 5.6 0.66 n-Butanol 11 5.9 0.80 Cloroformo 9 5.5 2.0 Tetracloruro carbono 11 5.1 2.8 Hexano 14 5.5 3.5

*l og P is the logarithm of the partition coefficient of the solvent in the two-phase system octanol-water. (Naranjo-Modad et al., 2000)

16

REACCIONES ENZIMÁTICAS CON SUSTRATOS EN FASE GAS

En aquellas situaciones donde el sustrato de una enzima es un gas o vapor,

el llevar a cabo su transformación en fase gas puede presentar diversas ventajas

sobre su contraparte en fase líquida (i.e. acuosa u orgánica), entre las que

destacan un alto coeficiente de difusión y la recuperación facilitada de productos

por simple condensación fraccionada.

Los antecedentes del comportamiento enzimático en medios libres de agua

llevaron al grupo de Klibanov a estudiar en detalle el papel del agua también en

reacciones en fase gaseosa (Bárzana, 1987) y en 1989 se publicó un estudio

sistemático sobre la oxidación de vapores de etanol mediante la enzima alcohol

oxidasa (Bárzana, 1989). Por primera vez, en este artículo un sistema gaseoso fue

analizado con el parámetro termodinámico actividad acuosa (a) y fue fundamento

para estudios posteriores (Lamare y Legoy, 1995, Russell y Yang., Hwang, y

Park, 1996, Pulvin et al., 1986). Estudios subsecuentes permitieron conocer los

niveles de hidratación (g H 20/g enzima) y su influencia en la actividad catalítica

(Yang y Russell, 1996b). De igual manera, el grupo de Russell publicó estudios

sobre la deshalogenación en fase gas de haloalcanos con potencial de uso a gran

escala para la descontaminación de corrientes gaseosas (Dravis et al.,. 2000), lo

que abre nuevos horizontes.

Finalmente, otra línea que ha sido explorada es el diseño de biosensores

basados en enzimas para la detección de compuestos en fase gas (Bárzana et al.,

1989b). Una revisión ha sido publicada previamente (Bárzana, 1995). El principio

explotado parte de un acoplamiento de la transformación enzimática a una señal

electroquímica o colorimétrica que puede ser amplificado por métodos

instrumentales. Esto es relevante dentro del área de los biosensores donde existe

un enorme campo de aplicación para las enzimas como medio para el análisis de

gases y vapores (Guilbault, 1991, Dennison, 1995).

POTENCIAL DE LAS ENZIMAS HIPERTERMOFÍLICAS

La existencia de seres vivos que no solo sobreviven sino que llevan a cabo

una serie de complejas reacciones metabólicas a temperaturas superiores a los

100°C es un descubrimiento relativamente reciente de la biología que data de

principios de los 1980's. Estos descubrimientos y posteriores investigaciones

llevaron a contar hoy en día con enzimas comerciales denominadas

"hipertermofílicas" por su actividad y alta resistencia a la termoinactivación a altas

temperaturas. Las compañías más destacadas que ofrecen un amplio espectro de

tales enzimas son Diversa de California y Thermogen de Chicago.

En esta dirección, nuestro grupo estudió reacciones de glicosidación de

carbohidratos con alcoholes superiores como vía de síntesis de tensoactivos de

interés industrial (García Garibay et al., 2000a). Para ello se empleó una enzima

Il-glucosidasa de Diversa con un optimo de actividad a 90 °C dispersa en heptanol

(reactivo y medio de reacción) y en presencia de glucosa o lactosa como agente

nucleofílico. El punto clave del estudio fue encontrar que los carbohidratos

aumentan más de 6 veces su solubilidad en el heptanol saturado con agua al

elevar la temperatura de 37°C a 90°C. En consecuencia, el carbohidrato se vuelve

más disponible para la enzima favoreciendo la reacción. Estudios posteriores

(Montiel, et al., 2002) han demostrado que el agua dispersa representa un sistema

meta-estable con una dinámica compleja de agregación.

La figura 4 muestra que la enzima a 90 °C es capaz de transglicosidar

lactosa (García Garibay et al., 2000b, Montiel, et al., 2002). Adicionalmente dicha

enzima es capaz de llevar a cabo la hidrólisis inversa de los monosacáridos

glucosa y galactosa, si bien con diferentes velocidades de reacción. Esto resulta

en una mezcla de glucósidos con propiedades surfactantes similares (heptil-

galactósido y heptil-glucósido).

18

3

3(

10

E

o

o AJ

3- 1 Illeptil-glicósido 3- 41 Lactosa

G1ucosa

u u U j A A

A A A

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0 1 2 3 4

tiempo (horas)

Figure 7. Perfil de concentración de la reacción de transglicosidación de lactosa 90°C catalizada por 13-glicosidasa hipertermófila.

CONCLUSIONES

La enzimología en fases no acuosas ha despertado un enorme interés a

partir de su descubrimiento en 1984 por Alexander Klibanov. El elemento

fundamental fue determinar que la actividad enzimática se expresaba dentro de

una ventana muy estrecha de humedad (normalmente menor al 5%), en la cual no

se forma una fase acuosa distinguible. Este comportamiento resultó general para

una gran variedad de enzimas y por ende de reacciones y compuestos

hidrofóbicos. En pocos años, los medios orgánicos fueron inclusive sustituidos por

CO2 en condiciones supercríticas e inclusive en sistemas sin medio de reacción

en que los reactivos están presentes en fase gas. Al igual que en muchos otros

laboratorios en el mundo, en México se han constituido grupos maduros de

investigación que trabajan en métodos de la enzimología no acuosa con éxito.

Dicho trabajo ha resultado en un número importante de publicaciones en revistas

de prestigio, se han obtenido patentes nacionales e internacionales y se ha llevado

trabajo en colaboración con el sector productivo. Se espera una consolidación en

México a lo largo de la próxima década y a través de propuestas prácticas de

interés para los sectores farmacéutico, agropecuario, alimentario, químico y

ambiental.

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