besoky, juan l. (2010). peron y la triple a. una relacion necesariao

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    VI Jornadas de Sociologa de la UNLP. Universidad Nacional de La Plata. Facultad deHumanidades y Ciencias de la Educacin. Departamento de Sociologa, La Plata,2010.

    Pern y la Triple A. Unarelacin necesaria?.

    Besoky, Juan L.

    Cita: Besoky, Juan L. (2010). Pern y la Triple A. Una relacin necesaria?.VI Jornadas de Sociologa de la UNLP . Universidad Nacional de LaPlata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educacin.Departamento de Sociologa, La Plata.

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    Pern - Pern. Estudios sobre el peronismo

    Autor: Juan Luis Besoky. U.N.L.P. [email protected] y la Triple A. Una relacin necesaria?

    Resumen

    Este trabajo se plantea como un aporte al debate, actualmente vigente, sobre la responsabili-dad de Juan Domingo Pern en la creacin y sostenimiento de la Alianza Anticomunista Ar-gentina. En la primera parte del trabajo se detallan, en base a la reciente aparicin de nuevasfuentes y testimonios, la relacin personal y directa de Pern con los principales integrantesde la Triple A. Luego, se analizan las principales medidas represivas tomadas por Pern du-rante su tercera presidencia para finalmente confrontar la informacin examinada con las ex-plicaciones de la historiografa especializada en torno a su responsabilidad e intenciones.

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    Pern y la Triple A. Una relacin necesaria?

    Algunos hechos sobre la implicancia de Pern en la represin clandestina

    1) Segn seala Bonasso en su libro El presidente que no fue , Pern a principios de 1973 lecomunic a Bidegain, recientemente electo gobernador de la Provincia de Buenos Aires, suintencin de contar con un Somatn, es decir, un cuerpo armado de carcter parapolicial1. Lahija del gobernador, Gloria, fue testigo de esta charla en Madrid y fue quien se lo comunic alautor. Segn Bonasso, el General haba mencionado el Somatn ante el padre de Gloria por-que estaba bastante confundido respecto de Bidegain, a quien crea que segua siendo un na-cionalista de derecha. Apreciacin que Pern ira modificando a medida que el acercamiento

    del Gobernador a la Tendencia Revolucionaria del Peronismo se hiciera ms notorio. Estollevara finalmente a forzar su desplazamiento de la gobernacin bonaerense en enero de19742.

    2) Pedro Catella es el hijo de Alicia Eguren, esposa de John William Cooke. Segn cuenta l,en la entrevista que le hizo el documentalista Eduardo Montes Bradley, durante los das pre-vios al regreso definitivo de Pern (el 20 de junio de 1973) presenci cuando el Coronel espa-ol Herrera Marn (oficial d inteligencia, enlace y jefe de la custodia entre Pern y Franco) ensecreto le dej a su madre echar un vistazo a un dossier que entregara minutos despus a

    1 Originariamente el Somatn fue un cuerpo armado cataln de autoproteccin civil, separado del ejrcito, encar-gado de la defensa durante el siglo XI. Sus miembros eran todos los vecinos en condiciones de prestar tal servi-cio, los cuales tenan la obligacin de conservar armas en sus casas y de instruirse peridicamente en su manejo.En los siglos XVI y XVII adquiri un papel fundamentalmente policial, contra bandoleros, hugonotes y piratas, ysigui vigente hasta mediados del siglo XVII. El 1855 fue reconstituido por los grandes propietarios rurales,adquiriendo un carcter de cuerpo auxiliar del orden pblico en el mbito rural, destinado a proteger los domi-nios de los grandes propietarios. Posteriormente, el somatn actu en colaboracin con las autoridades y gruposultraderechistas contra anarquistas y obreros en huelga. En 1945 el gobierno del general Franco lo reorganiz,extendindolo a casi todo el territorio espaol, bajo el nombre de "Somatn Armado", con la finalidad principalde colaborar con la Guardia Civil en combatir a los maquis y las organizaciones obreras clandestinas. Fue final-mente disuelto por el Senado en 1978 aunque perdur hasta la dcada de los 80 vinculado a grupos ultraderechis-tas.2 Vase la ponencia de Nava, Agustn: El gobierno de Bidegain 1973 -1974. Crnica de una cada anunciada. V

    Jornadas de Sociologa, Universidad Nacional de La Plata, 2008.

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    Pern. Ese documento era ni ms ni menos que el formato, el diseo de lo que mu y pocosmeses despus conocera el pas como la Triple 3

    3) Desde Madrid Pern haba alentado un doble juego con respecto al movimiento revolucio-

    nario, alentando las acciones armadas de los sectores radicalizados de la Juventud. Sin embar-go, su retorno al pas luego de los sucesos de Ezeiza (20 de junio de 1973), marcara el fin dela ambigedad discursiva y una inclinacin decidida hacia los sectores ortodoxos del pero-nismo. Su discurso transmitido en cadena nacional al da siguiente de los acontecimientosomiti mencionar a los sectores responsables del enfrentamiento, pero no dud en sealar lainfiltracin: Los que ingenuamente piensan que pueden copar nuestro movimiento o tomar el

    poder que el pueblo ha reconquistado, se equivocan () Por eso deseo ad vertir a los que tra-

    tan de infiltrarse en los estamentos populares o estatales, que por ese camino van mal. 4 Pernplantear la necesidad de volver al orden legal y constitucional acabando con las movilizacio-nes y disputas existentes. Las formaciones especiales ya haban cumplido su funcin y elmonopolio de la violencia por parte del Estado no deba ser cuestionado. En su discurso luegode los hechos se encargara de sealar claramente cul era la doctrina peronista:

    Los peronistas tenemos que retornar a la conduccin de nuestro movimiento. Ponerlo en marchay neutralizar a los que pretenden deformarlo de abajo o desde arriba. Nosotros somos justicialis-tas. Levantamos una bandera tan distante de uno como de los imperialismos dominantes. () No

    hay nuevos rtulos que califiquen a nuestra doctrina, ni a nuestra ideologa: somos los que lasveinte verdades peronistas dicen. No es gritando la vida por Pern que se hace patria, sino ma n-teniendo el credo por el cual luchamos. Los viejos peronistas lo sabemos.5

    No deja de llamar la atencin la manera en que Pern se distancia de los sectores radicaliza-dos ubicndose junto a los viejos peronistas y alejndose de cualquier socialismo naci o-nal. Pern pona un pie en el pas marcando claramente su apoyo a la vieja ortodoxia sindical

    y a la derecha poltica.

    4) Como consecuencia de esta eleccin, el 13 de julio de 1973, se produce la renuncia delpresidente Cmpora motivada por presiones de la derecha peronista (especialmente Lpez

    3 Testimonio mencionado en (Larraquy, 2007 [2004]).4 Vase:Clarn , 22 de junio de 1973.

    5 dem.

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    Rega) y con la decidida anuencia del propio Pern. La RevistaPasado y Presente 6 analizaraa fines de diciembre las razones de su desplazamiento:

    El perodo del camporismo deba concluir para poder abrir paso a una nueva frmula de poder que

    incluyera a la burocracia sindical, a las fuerzas armadas y a las principales burocracias polticas,sin la presencia molesta y siempre peligrosa de los grupos ms radicalizados de laintelligentsia

    peronista. [] Su cada no debe ser atribuida a que intentaba poner en prctica un programa de

    transformaciones sociales desfasado en relacin con la etapa. Cmpora cay porque no desale n-taba suficientemente la movilizacin popular, porque representaba ms una metodologa de accinpoltica que un programa alternativo del Frejuli. [...] En sntesis, cuando la derecha peronista y elpropio Pern deciden desplazar a Cmpora no estn preocupados por lo avanzado de su programa,sino por la forma poltica con que ese programa era puesto en prctica. (p.181)

    5) El 1 de octubre de 1973, (luego del asesinato de Rucci) se realiz una reunin confidencialen la residencia de Olivos a la que asistieron el en ese entonces presidente provisional (enfuncin del renunciamiento de Cmpora): Ral Lastiri; el secretario general del PJ, senadorHumberto Martiarena; los miembros del Gabinete nacional y los gobernadores con sus vices.All el General explic que haba que "terminar con los marxistas infiltrados, para evitar quedestruyan al Movimiento Nacional Peronista". Se puso a consideracin un documento reser-vado, en el que se ordenaba a los militantes "participar activamente en las acciones que se

    planifiquen para llevar adelante esta lucha". Se mencionaba con claridad que "todos debernparticipar en la lucha iniciada, haciendo actuar todos los elementos de que dispone el Estadopara impedir los planes del enemigo y para reprimirlo con todo rigor". Adems el documentosealaba: En todos los distritos se organizar un sistema de inteligencia, al servicio de esta

    lucha, el que estar vinculado a un organismo central quese crear. Esto haca referencia a lacreacin de un aparato de inteligencia paraestatal y por ende ilegal para combatir el marxismoy la infiltracin. Segn seala Gambini7: Como Pern no era an presidente, no lo firm -

    solamente lo bendijo-, pero requiri el aval del Consejo Superior Peronista, donde estabanLorenzo Miguel, Jorge Camus, Norma Kennedy y Julio Yessi, para darle mayor efectividad..

    6) El 8 de octubre de 1973, en ocasin del cumpleaos de Pern, se produjo una reunin en lacasa de Gaspar Campos (comprada por la CGT para Pern a su regreso al pas) organizadapor el Coronel Osinde y con la presencia de varios ex suboficiales del ejrcito cesanteados por

    6 Dririgida por los intelectuales Jos Aric, Oscar del Barco, Jorge Feldman, Jos Nun, Juan Carlos Portantiero,

    Juan Carlos Torre y Jorge Tula, entre otros.7 Gambini, Hugo; Pern, creador de la Triple A, La Nacin , Lunes 19 de febrero de 2007.

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    peronistas. All Pern, segn el relato de Carlos Del Frade8 le dice a sus leales suboficialeslos voy a necesitar y les presenta a Lpez Rega como su organizador. Haba entre 200 y 300suboficiales de todo el pas que se reunieron en un saln aparte. All se les pide que en losviajes de Isabelita conformaran grupos para custodiarla de los zurdos. Nuevamente vemoscomo, se recurre una fuerza paraestatal para enfrentarse a la izquierda.

    7) En diciembre de 1973 Pern dijo pblicamente:

    "Muchas veces me han dicho que creemos un batalln de la muerte, como el brasileo, o que for-memos una organizacin para-policial para hacerle la guerrilla a la guerrilla. Pienso que eso no esposible ni conveniente. Hay una ley y una justicia y quien delinca se enfrentar a esa ley y a esa justicia por la va natural que toda democracia asegura a la ciudadana. Creer lo contrario sera

    asegurar la injusticia y andaramos matando gente en la calle que ni merece ni tiene por qu mo-rir 9.

    Feinmann sostiene que estas declaraciones por un lado otorgaban cierta tranquilidad a la ciu-dadana, ya que el anciano lder no incurrira en la violencia desquiciada y para-institucional.Sin embargo, contenan algo preocupante: Quin era el que muchas veces le sugera a Pernla creacin de escuadrones de la muerte? Lpez Rega tal vez? Para Gambina, en cambio, elgeneral saba que las Tres A estaban funcionando desde haca tres meses. Das despus, el 23

    de enero se ametrall el frente de la casa del dirigente peronista Manuel Hctor Delgado, y alos cinco das, tras un secuestro, apareci en un baldo el cadver de Jos Contino, militantede la JP.

    8) El 24 de enero de 1974 (das despus del ataque del ERP al Cuartel Militar de Azul), seproduce la entrevista de un grupo de diputados de la Tendencia con Pern en la Residencia deOlivos. Los diputados se oponan a dos artculos, referidos a la asociacin ilcita, de la refor-

    ma al Cdigo Penal propuesta por el Ejecutivo. Teman que fuera un artilugio legal para per-seguir a las organizaciones armadas. En un momento del dilogo Pern les dice:

    "Ahora bien, si nosotros no tenemos en cuenta a la ley, en una semana se termina todo esto, por-que formo una fuerza suficiente, lo voy a buscar a usted y lo mato, que es lo que hacen ellos. Noactan dentro de la ley. () Si no tenemos ley, el camino ser otro; y les aseguro que puestos a en-

    8 Del Frade recoge el testimonio del militante de izquierda Jorge Castro, hijo de un suboficial militante peronista(e integrante de los grupos parapoliciales). La entrevista fue agregada como anexo en el libro de (Izaguirre,

    2009).9 (Feinmann, 1987) pp. 73-74

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    frentar la violencia con la violencia, nosotros tenemos ms medios posibles para aplastarla, y loharemos a cualquier precio, porque no estamos aqu de monigotes. () Nosotros vamos a proc e-der de acuerdo con la necesidad, cualesquiera sean los medios. Si no hay ley, fuera de la ley tam-bin lo vamos a hacer y lo vamos a hacer violentamente. Porque a la violencia no se le puede opo-

    ner otra cosa que la propia violencia. Eso es una cosa que la gente debe tener en claro. Lo vamos ahacer, no tenga la menor duda 10.

    Posteriormente Pern los conminar a abandonar el bloque: "El que no est de acuerdo se va".Ocho diputados nacionales de la Juventud Peronista renunciarn a sus bancas, entre ellos Car-los Kunkel, Roberto Vidaa, Anbal Iturrieta, Armando Croatto y Rodolfo Vittar. Despus desancionada la ley el Consejo Superior Peronista expuls del Partido Justicialista a los diputa-dos renunciantes.

    9) En una conferencia de prensa, el 8 de febrero, la periodista Ana Guzzetti, del diario El Mundo, le seal a Pern que en dos semanas hubo 25 unidades bsicas voladas y doce mili-tantes muertos o desaparecidos. Y le pregunt qu medidas iba a tomar para investigar estosatentados fascistas de grupos parapoliciales ultraderechistas. Ofuscado, Pern respondi:

    Usted se hace responsable de lo que dice? Eso de parapoliciales lo tiene que probar. Tomen losdatos necesarios para que el Ministerio de Justicia inicie la causa contra esta seorita!". Esos son

    asuntos policiales que estn provocados por la ultraizquierda, que son ustedes, y por la ultradere-cha, que son los otros. De manera que arrglense entre Uds. La polica y la Justicia procedern. Loque nosotros queremos es paz, y lo que ustedes no quieren es paz. 11

    El hecho fue claro: Pern mand investigar a Guzzetti, no las muertes ni los atentados. Poste-riormente esa misma periodista sera amenazada por la Revista El Caudillo y secuestrada du-rante unos das.

    10) Segn relata Sergio Bufano12 el 25 de abril de 1974 delegaciones juveniles se entrevista-ron con el presidente Pern en Olivos para comunicarles que efectivos de la Superintendenciade Seguridad Federal de la Polica Federal haban hecho un simulacro de fusilamiento a Al-berto Camps (uno de los sobrevivientes de la masacre de Trelew). Otra comisin policial hab-a torturado al militante Eusebio Jess de Maestre y a su mujer, mientras los amenazaban con

    10 Extrado de (Yofre, 2010:266).11

    (Larraquy, 2007:278-9)12 Bufano, Sergio. Pern y la Triple A en Revista Lucha Armada en la Argentina , Ao 1, N 3, 2005. (p.32.)

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    ejecutarlos. Segn Bufano, despus de escuchar el relato, el Jefe de Estado dijo a los jvenes

    que ratificaba su confianza en los comisarios Alberto Villar y Luis Margaride.

    11) El 1 de mayo se produjo la ruptura entre Pern y Montoneros al ser estos ltimos tratadosde estpidos, imberbes. Las columnas de Montoneros se retiraron entonces por Callao hacia

    el Bajo de manera precavida y temiendo una emboscada, por parte de la derecha peronista.Mientras tanto, segn relata Fernando Vaca Narvaja, se produca el siguiente dilogo en laCasa Rosada:

    Oscar Alende nos cuenta que despus que Pern entra de dar su discurso (donde se emocion),Alende le dice Pero, General qu pas, la juventud? Bueno, le dice Pern, de vez en cuandohay que darle un tirn de orejas a los jvenes, pero no es nada. Y lo agarra a Lpez Rega y le di-ce: No quiero que ocurra absolutamente nada y usted es el responsable. Si Pern no le di ce eso aLpez Rega, nos esperaba una masacre, se repeta el fenmeno de Ezeiza en la Facultad de Dere-

    cho. 13

    12)Segn cuenta Eduardo Gurucharri, en su biografa del mayor Bernardo Alberte14, en mayode 1974 se produce una reunin de Gabinete presidida por Pern en la cual Lpez Rega y elJefe de la Polica Federal, Comisario Alberto Villar, exhibieron fotografas y nombraron per-sonalidades polticas que deban ser objeto de la campaa de depuracin de la infiltracinmarxista. Entre los nombrados figuraban Eduardo Duhalde, el abogado Mario Hernndez y elMayor Alberte. Segn el ministro de Justicia, doctor Antonio Bentez (presente en la reunin),Pern se limit a escuchar, sin aprobar ni desaprobar los dichos de sus funcionarios, quienesaludieron, tambin, a la necesidad de operar por izquierda. Preocupado por lo que acababade presenciar y con temor a que la actitud de Pern fuera tomada como una aprobacin porparte de Lpez Rega, Bentez se comunic con Duhalde y Ortega Pea para decirles lo quehaba visto y pedirles que le avisaran a Alberte que sus vidas corran peligro.15

    13 (Pigna, 2005:244)14 (Gurucharri, 2001:361).15

    Para una discusin sobre la fecha y el contenido de esa reunin vase el artculo de Dandan, Ale jandra: Unencuentro con muchos fantasmas, Pgina /12 , Martes 30 de Enero de 2007.

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    La estructura organizativa de la Triple A

    Si hemos de sealar la primera aparicin pblica de la autodenominada Triple A esta fue el 21de noviembre de 1973 con el atentado al senador radical Solari Irigoyen, quien haba criticado

    muy duramente el proyecto de Ley de Asociaciones Profesionales presentado al Parlamentopor el Poder Ejecutivo.

    De todas formas cabe aclarar que su gestacin comenz tiempo antes, al mismo tiempo queasuma Cmpora la presidencia, el 25 de mayo de 1973. Para entender quienes conformabanla cpula organizativa de la Triple A debemos remitirnos a la investigacin de RodolfoWalsh16 quien concluy, a fines de 1974 y en base a una copiosa investigacin, que la con-duccin poltica de esta organizacin estaba a cargo del ministro de Bienestar Social, LpezRega y que la conduccin operativa estaba conformada por dos inspectores retirados de laPolica Federal, Juan Ramn Morales y Rodolfo Eduardo Almirn17 y un suboficial escribien-te de la misma fuerza: Miguel Angel Rovira. Los principales responsables, a los que mesesdespus se van a sumar el ex comisario Alberto Villar18 (quien haba sido pasado a retiro conla asuncin de Cmpora) y Luis Margaride, a cuyo cargo qued la Triple A, fueron convoca-dos expresamente a distintos puestos del estado por el mismo Pern, uno como Subjefe de laPolica Federal y el otro como Superintendente de Seguridad Federal.

    Tal como menciona Verbitsky en su libro Ezeiza , el grupo que haba conformado la Triple Arecibi ya a mediados de 1973 de manos de sus contactos en la Polica Federal copia de losarchivos de la Direccin de Investigaciones Polticas Antidemocrticas, encargada de investi-gar a todos los opositores polticos al rgimen de la autodenominada Revolucin Argentina.El Ministerio del Interior haba ordenado la destruccin de estos archivos pero funcionarios

    16 El periodista , Ao 2 N80, 27 de marzo de 1986.17 Por Decreto 1358/73, firmado por el entonces presidente Lastiri, se reincorpor al comisario Juan RamnMorales y al subinspector Rodolfo Eduardo Almirn al servicio activo. Posteriormente fueron incluidos en lacustodia personal de Juan Domingo Pern. El 18 de febrero de 1974 el propio Pern firmara el Decreto 562/74por el cual se ascendi a Morales a comisario inspector y a Almirn a inspector.18Villar ya era un conocido miembro del aparato represor del Estado. A principios de la dcada haba participadoen la represin a los levantamientos populares conocidos como Tucumanazo y Vibor azo (Crdoba). En esteltimo episodio particip en un confuso episodio en el cual tom la seccional 4 de la polica cordobesa, destruydocumentacin acerca de torturas cometidas por Villar y su grupo y golpe al comisario del lugar. Por este hecho

    fue pasado a disponibilidad pero reapareci en agosto de 1972 para ocupar la sede del Partido Just icialistadonde se velaban los restos de los militantes asesinados en Trelew el 22 del mismo mes.

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    internos de la Polica Federal haban elaborado una copia que fue la que permiti organizar demanera ms efectiva el terrorismo parapolicial de la Triple A. La muerte de Villar en noviem-bre de 1974 en un operativo de Montoneros no detendra el accionar criminal conjunto de laTriple y la Polica Federal, ya que el cargo de Villar fue ocupado por su segundo Luis Marga-ride.

    Varios de los jefes de los comandos de la Triple A eran funcionarios del Ministerio de Bienes-tar Social: el Teniente Coronel (retirado) Jorge Manuel Osinde, secretario de Deportes, quiendirigi la masacre de Ezeiza; Julio Yessi (presidente del Instituto Nacional de Accin Coope-rativa), comandaba tambin la ultraderechista Juventud Peronista de la Repblica Argentina(JPRA), Jorge Conti (que pronto ser yerno de Lpez Rega) y Salvador Paino, en Prensa, en-

    tre otros.

    Con respecto a las Fuerzas Armadas, podemos afirmar que los organismos de inteligenciaconocan en detalle las estructuras de la Triple A. El general Carlos Surez Mason y el almi-rante Emilio Massera de las Fuerzas Armadas mantuvieron estrechos contactos con LpezRega, todos miembros de la logia italiana de extrema derecha Propaganda Due (P-2). Moralesy Almirn, por ejemplo, realizaban en Campo de Mayo reuniones con el entonces capitnMohamed Ali Seineldn19. Tambin comandos represivos como los de la banda de Anbal

    Gordon, constituidos desde la Secretara de Inteligencia del Estado (SIDE) llevaron a cabomuchos de los secuestros a exiliados en el campo de detencin de la calle Bacacay.

    Como sealara Rodolfo Walsh, la conformacin de la Triple A recibi el asesoramiento, en-trenamiento y apoyo logstico de agencias internacionales. Walsh estudi los antecedenteslatinoamericanos de lo que describi como el uso de una patota de policas y criminales para

    liquidar los movimientos revolucionarios. Particularmente se detuvo en el estudio de la orga-nizacin MANO (Mano Blanca), creada en 1966 por la estacin de la CIA en Guatemala. Essabido que el secretario privado de Pern en su estada en Madrid desde 1966 forj vnculoscon el coronel Mximo Zepeda, uno de los jefes de las bandas terroristas guatemaltecas, conlegionarios franceses de la OAS, con fascistas italianos y con dirigentes franquistas.

    Luego del atentado contra el senador Irigoyen, la Triple A continuar su labor terrorista con lapublicacin de listas negras de personalidades quesern inmediatamente ejecutadas donde se

    19 Segn declaraciones del ex polica Rodolfo Peregrino Fernndez ante la Comisin Argentina de Derechos

    Humanos (CADHU) y confirmada por su amigo del Pentgono, el coronel Bob Olson (citado por Verbitsky,Horacio, El Periodista N 76, 17/1/86).

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    las encuentre. La lista inclua a los siguientes militantes y dirigentes de izquierda: HomeroCristali (alias Jos Posadas); Hugo Bressano (alias Nahuel Moreno, principal dirigente delPST), los abogados Silvio Frondizi, Mario Hernndez y Gustavo Roca, Mario Roberto Santu-cho (dirigente del PRT, Partido Revolucionario de los Trabajadores), los dirigentes sindicalesArmando Jaime, Raimundo Ongaro, Ren Salamanca y Agustn Tosco; el profesor RodolfoPuigross (ex rector interventor de la Universidad de Buenos Aires), el abogado Manuel Gag-gero (director interino del diario El Mundo); Ernesto Giudice, miembro renunciante del Parti-do Comunista; el abogado Roberto Quieto y Julio Troxler, dirigentes de Montoneros.

    A partir del ao 1974 la ultraderecha lograr deponer a los gobernadores que ms relaciona-dos se hallan con los sectores de la Tendencia. En enero de ese ao, luego del ataque del Ejr-

    cito Revolucionario del Pueblo (ERP) al Regimiento de Caballera Blindada de Azul, forzaronla renuncia del gobernador Bidegain, quedando a cargo de la provincia el vicegobernador Vic-torio Calabr, ligado fuertemente a los sindicatos ms ortodoxos. Das despus, el 28 de ene-ro, fue el turno de Crdoba, donde el gobernador Obregn Cano y el vicegobernador AtilioLpez fueron depuestos, luego de un prolongado conflicto con los sindicatos, mediante ungolpe dado por el teniente coronel Antonio Navarro. Posteriormente seran depuestos los go-bernadores de Mendoza (Martnez Baca), Salta (Ragone) y Santa Cruz (Cepernik).

    Con estos golpes de estado internos en las provincias, principalmente impulsados por los sin-dicalistas ortodoxos y el lopezrreguismo, los cuales contaron con la venia del propio Pern,las organizaciones de extrema derecha lograran una mayor libertad de accin para comenzara eliminar a opositores ms abiertamente y firmar sus acciones.

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    Algunas interpretaciones sobre la responsabilidad poltica de Pern con relacin a la Triple A

    Al analizar las primeras medidas de Pern la revistaPasado y Presente advertir una decidi-da poltica de desmovilizacin sostenida en un autoritarismo creciente del aparato del esta-

    do. Segn la revista Pern necesitaba aniquilar a los sectores que desde el interior del movi-miento peronista expresaban los intereses ms radicalizados reestructurando y maniatando elpropio movimiento peronista.

    Precisamente porque la radicalizacin de la sociedad argentina es tan profunda, Pern se ve obli-gado a renunciar a un estilo de direccin poltica que tenda siempre a lograr que los extremos desu movimiento no se sobredimensionaran. La izquierda peronista debe ser aniquilada no porque noacepte ciertas leyes del juego inevitables, ni porque se niegue a reconocer la necesidad de etapas

    en el proceso de liberacin social y nacional, sino porque avanza en el sentido del crecimiento delmovimiento de masas y porque expresa la exigencia de una desembocadura socialista del proyecto

    peronista. [] Para quien hizo del juego pendular un sabio principio de direccin d e un movi-miento internamente contradictorio no puede resultarle ajeno un elemental principio de conduccinpoltica: si se destruye a la izquierda se queda prisionero de la derecha y la derecha es el golpe. Ose avanza hacia el socialismo o se retrocede a la fascistizacin de la vida nacional. La experienciade nuestros vecinos nos lo est demostrando.20

    El Partido Revolucionario de los Trabajadores, al analizar la llegada del FREJULI al poder,ya haba alertado sobre la amenaza contrarrevolucionaria en lasResoluciones del ComitEjecutivo de abril de 1973. Para ellosel verdadero jefe de la contrarrevolucin, y el verd a-dero jefe de la poltica represiva, es precisamente el General Juan Domingo Pern. . En eldocumento mencionado sealaban entre varios puntos que:

    Los sectores burgueses del FREJULI, hegemnicos en el gobierno, centrarn su poltica contrarre-volucionaria en el intento de dividir y aislar a las fuerzas progresistas para abrir la posibilidad desu destruccin fsica por los militares. () E mprendern en esta direccin una activsima campaa

    maccarthista, anticomunista, dirigida en primer lugar contra nuestra organizacin y otras organiza-ciones marxistas independientes frente al gobierno.Para frenar la enrgica lucha reivindicativa de las masas y constreirlas a los lmites del sistema,ensayarn una poltica gremial de conciliacin de clases, combinando concesiones con represin ybuscando canalizar y resolver todos los conflictos va el Ministerio de Trabajo. Necesitarn para

    20 Revista Pasado y presente. N 2/3 jul-dic 1973. Del gobierno de Cmpora a Pern en el poder. La crisis de

    julio y sus consecuencias polticas. Siglo XXI Argentina S. A., Bs. As. (p. 187)

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    ello reforzar considerablemente la fuerza efectiva de la burocracia sindical en el seno delmovimiento obrero.21

    En cambio Montoneros, exclua a Pern de la responsabilidad sobre la reconociendo a Lpez

    Rega como nico responsable. Para ellos, la masacre de Ezeiza as como el documento reser-vado eran responsabilidad de la CIA y de sectores antipopulares enquistados en el Minist e-rio de Bienestar Social. Pern se encontraba cercado por la influencia del entorno y esp e-cialmente de Lpez Rega, quien impeda un acercamiento del lder con la Juventud. Estomismo declarara recientemente Firmenich en la entrevista que le hiciera Pigna:

    -Usted cree que Pern fue el creador de la triple A?-No. Yo no tengo ningn documento, ninguna evidencia probatoria de esto, pero la composicin

    que me hago es de un hombre que analiza el mundo, desde el punto de vista de la concepcin de lasinarqua y luego retorna a su gobierno evidentemente con negociaciones con los poderes estable-cidos de por medio.() Lpez Rega era un eslabn de negociacin con la CIA. () En todo casola Triple A era una organizacin que responda a un poder con el que Pern haba negociado y so-bre el cual no tiene capacidad de control. De ah a que Pern forme la Triple A, es otra cosa. No esque no lo supiera, tampoco s si lo saba en detalle. Nosotros mismos tardamos tambin muchosaos en saber como estaba organizada Hay que tener en cuenta que Pern era un anciano. Lc i-do pero un anciano. l tena pensamiento propio, pero no tena capacidad de accin prcticamente.Y en ese sentido, Pern era en cierto modo prisionero de la edad.22

    Alejandro Horowicz, en su libro Los cuatro peronismos sostiene claramente que el responsa-ble poltico de la represin era Lopez Rega a travs de la Triple A conformada por sus custo-dios y que asemejaba su funcionamiento al de la OAS23 francesa. Para Horowicz, Pern noslo conoca el funcionamiento de la Triple A sino que planeaba utilizarla para contrarrestar ydisciplinar a las fracciones radicalizadas de su movimiento.

    La ola de mue rte serva, en este caso, al programa del FREJULI. Si los Montoneros asesinaban aun burcrata famoso, el general poda acudir (lopezreguismo mediante) al uso de la Triple A.

    21 (De Santis, 1998:373-81).22 (Pigna, 2005:274-6).23 La denominada Organizacin del Ejrcito Secreto (OAS) (Organisation de l'Arme Secrte) fue una oragani-zacin armada francesa de extrema derecha dirigida por el general Raoul Salan, nacida en 1961, inmediatamentedespus del referendo que permiti la autodeterminacin argelina. La OAS actu como un grupo terrorista queatent contra instituciones francesas y argelinas y asesin a ciudadanos europeos y rabes tanto en frica como

    en Europa. En sus filas cont con un elevado nmero de militantes conservadores, derechistas y fascistas, reclu-tados principalmente en Orn y Argel.

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    Pern saba que no contaba con una fraccin militar adicta, que todas las operaciones de represinrequeran el uso de fuerza propia, pues el facilitar el ingreso de fuerza ajena (el Ejrcito) pona algobierno, ms tarde o ms temprano, en manos de los militares. Por eso acudi a un expediente ex-tremo: el terrorismo parapolicial 24

    A su vez, Jos Pablo Feinmann sostiene que Pern se opuso a la creacin de los Escuadronesde la Muerte y que como prueba de esto existe el hecho de que mientras gobern las accionesde la Triple A fueron mnimas. Para l, Pern conoca las intenciones criminales de LpezRega pero las controlaba. De todas formas este conocimiento constituye una parte esencial desu cara oscura. Sabindose viejo y enfermo (Cossio y Taiana se lo habran dicho) no ign o-rando la influencia que Lpez tena sobre Isabel como le mantuvo los poderes? Ignorabaacaso que una vez producida su muerte, Lpez pondra en vertiginosa accin los escuadronesde la muerte? (Feinmann, 1987:74)

    Feinmann intenta justificar la tolerancia de Pern hacia Lpez Rega y su organizacin en baseal estilo de conduccin propio del general. Pern hizo poltica como si fuera inmortal. De lo

    contrario, hubiera moderado su pndulo. No se hubiera jugado tanto a una lnea, an cuandosu afn por frenar la otra hubiese sido muygrande..

    As, el heredero fue, finalmente, Lpez Rega. O ms exactamente: Isabel y Lpez. Por qu? Lohe dicho: porque eran el ala potenciada de Pern cuando lo sorprendi la muerte. Esto no implicauna eleccin ideolgica de Pern. Implica un momento de pragmatismo. Estaba en la tarea de des-cabezar la conduccin montonera cuando muri. Estaba en la tarea de frenar a los duros. Si

    Pern hubiera muerto en 1970, o en 1972, sus herederos hubieran sido los combativos, los que le-vantaban la bandera del socialismo nacional, la Jotap, Ongaro y hasta Tosco. Porque eran ellos

    los duros quienes estaban en ese momento bajo el pndulo y reciban las bendiciones del Pa-dre Eterno.En 1974 qued Lpez con Isabel. Y la responsabilidad de Pern es grande: fue el precio con que

    pag su pragmatismo poltico, su visualizacin de la escena poltica como campo de fuerzas en-frentadas, fuerzas que deben utilizarse las unas contra las otras para neutralizarlas de acuerdo conla coyuntura de poder por la que se atraviesa.Barrer a la izquierda con la derecha y a la derechacon la izquierda: slo un magistral ajedrecista, un mago de lo real puede razonar as. El precio fue

    alto para Pern: da su imagen postrera, que tanto pareca cuidar.25

    24 (Horowicz, 2005:272)

    25 (Feinmann, 1987:82)

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    Como se ve, Horowicz cree en la responsabilidad poltica de Pern en la creacin de la TripleA mientras que Feinmann dice que se opona a sta pero la consinti y control mientras vi-vi.

    Para Bonavena, Pern confiaba en poder frenar el conflicto social y la accin poltico-militarde las guerrillas a travs una estrategia basada en su capacidad de persuasin. Esto mismo eslo que seal Jorge Antonio en una entrevista:

    l [Pern] estaba convencido de que los montoneros le iban a responder siempre. Yo le asegurque no. Porque yo tena mucho contacto con ellos, mucho ms que l. l les daba directivas y ellosante l no se explayaban. Ante m se explayaban con ms claridad. Haba misiones que los monto-neros cumplieron. Yo le advert a Pern: Mire que esto es riesgoso. No les d tantas alas en el

    pas porque usted despus va a tener un problema. Me dijo: No. Cuando lleguemos al pas, JorgeAntonio, acurdese lo que le digo, un da me sentar en la Casa de Gobierno, llamar a la juven-tud, pedir un vaso de agua y les dir qu es lo quetienen que hacer. Le dije: Ah se va a llevarla primera gran desilusin. Ah se va a llevar usted el primer susto que le van a dar la juventudes

    actuales. Me dijo: No. Qudese tra nquilo que eso lo manejo muy bien. 26

    Sin embargo, con respecto a la Juventud esta estrategia fracas y el General procedi, segnBonavena, a la utilizacin dedos tcticas: una legal y otra ilegal. Impuls una reestructura-

    cin y depuracin en la estructura partidaria y en las organizaciones sindicales, rebasandolas alternativas polticas estrictamente legales. Las acciones ilegales, por ejemplo, encontra-

    ban sustento ideolgico en su reivindicacin de la necesidad de crear anticuerpos. En real i-dad lo ilegal y lo legal se combinaron de manera inescindible, predominando uno u otrocarcter en relacin con la confrontacin puntual de que se tratara.. (Bonavena, 2009:155).Por ejemplo, en el discurso dado despus del copamiento al cuartel de Azul Pern llam aaniquilar cuanto antes el terr orismo criminal, lo que deba hacerse mediante la lucha a quede lugar.

    Otros autores por el contrario le otorgan a Pern un fuerte apego institucional (FernndezPardo y Frenkel, 2004)e intentos de apartar a Montoneros apelando a m edidas carentes delegalidad pero no violentas. Estefue el lmite que Pern no quiso quebrantar ni quebrant..(Wanfield y Ivancich, 1985).

    26 (Pigna, 2005)

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    Antes que Bonavena, ya Juan Carlos Marn en su libro Los hechos armados haba planteadoque la ofensiva armada del peronismo se haba dado a travs de dos tcticas: la creacin de unorganismo parapolicial: la Alianza Anticomunista Argentina27, y por otro, la legitimacin delas acciones producidas contra los representantes de la Tendencia Revolucionaria a travs delos golpes de estado como el Nav arrazo 28.

    Respecto al accionar de la Triple a Bonavena sostendr en el libroOrgenes y desarrollo de laguerra civil en Argentina que la poltica de represin clandestina consisti en el sistemticoaniquilamiento de los cuadros ms combativos del movimiento popular, cualquiera que fuerasu orientacin poltica e ideolgica. Coinciden con esta interpretacin (Schneider y Pozzi,2000) cuando afirman que sta estaba dirigida a cortar los nexos entre los revolucionarios y el

    movimiento de masas. As activistas y delegados de fbrica, abogados, parlamentarios revolu-cionarios e intelectuales comprometidos se convirtieron en blanco del accionar gubernamen-tal. (Gillespie, 1987) afirma que la mayora de los ataques fueron dirigidos precisamente con-tra los que intentaban desarrollar polticamente a la izquierda sacando partido de los medio delucha legales, o contra los que meramente defendan los derechos democrticos existentes.Ideolgicamente la ofensiva derechista se manifest en las pginas de la revista antisemita ElCaudillo(financiada por el Ministerio de Bienestar Social) que peda la eliminacin de los

    guerrilleros de la retaguardia y adopt el lema de que el mejor enemigo es el enemigomuerto.

    Por ltimo resulta especialmente sugestivo el escrito de (Izaguirre, 2009) donde en base a losdatos por ella reunidos elabora un cuadro donde contabiliza las bajas (muertos, desaparecidosy detenidos liberados) del campo popular durante la coyuntura democrtica de 1973-1976:

    27 Segn Marn la utilizacin de fuerzas antisubversivas ilegales responda a la estrategia de la burguesa de des-arrollar una verdadera tctica dual. Creaba una imagen de neutralizacin de las FFAA ante la generalizacin deuna guerra entre fuerzas armadas irregulares. Esta situacin abra el c amino a la legitimidad de la intervencinde las FFAA del Estado.28 Por Navarrazo se hace referencia al levantamiento del Jefe de Polica de Crdoba en 1974 mediante el cual sedestituyeron por la fuerza de las armas a las autoridades legtimas de esa provincia: Obregn Cano-Atilio Lpez.

    Este suceso fue aceptado como una situacin de hecho por la mayora parlamentaria: el oficialismo peronista y elradicalismo.

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    Bajas producidas sobre la

    fuerza revolucionaria Muertos

    Prisioneros o

    secuestrados

    desaparecidos

    denunciados

    Prisioneros o

    secuestrados

    desaparecidos y

    posteriormente

    liberados

    Total

    Desde Muerte de Rucci(25-9-73) hasta final delGno. De Lastiri (11-10-73)

    4 1 - 5

    Gno. de Pern (12-10 al 31-12-1973)

    19 8 - 27

    1 semestre de 1974(1-1 al 30-6-1974)

    33 6 - 39

    Subtotal Gno. de Pern 56 15 - 71

    Despus muerte de Pern2 semestre 1974 155 43 10 2081 semestre 1975 283 99 11 3932 semestre 1975 422 223 13 6581 trimestre 1976(hasta el 24 de marzo)

    119 372 20 511

    Subtotal despus de la muerte

    de Pern

    979 737 54 1770

    Total 1035 752 54 1841(Informacin extrada deCuadro 4.4: (Izaguirre, 2009:95)

    Lo que este cuadro nos permite observar es el importante aumento del nmero de bajas que seproducen en los sectores revolucionarios antes y despus de la muerte de Pern: 56 casos con-tra 979. Son estas cifras las que llevan a Izaguirre a sostener lo siguiente:

    Nuestros datos permiten suponer que Pern no estaba dispuesto a hacer una gran escalada paraaplastar a la izquierda de su movimiento y apost a la poltica para reorganizar al movimiento y alpas. En mi opinin, consideraba suficiente producir una cuota de anticuerpos para hacerlos desis-tir de sus propsitos hegemnicos, y no dejarse presionar. De acuerdo con su pensamiento poltico,bastaba con producir algunas bajas ejemplificadoras.29

    29 (Izaguirre, 2009:97)

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    Conclusin

    Una de las caractersticas del movimiento peronista, incentivada por Pern desde su exilio,fue alentar las diversas tendencias de su movimiento segn la coyuntura poltica30. Producto

    de su estrategia pendular, hasta el retorno al pas, Pern impuls y celebr las acciones de laizquierda peronista. Este apoyo termin el mismo da que volvi al pas en junio del 1973. Apartir de all y fracasado el intento de persuadir polticamente a los sectores radicalizadosPern tom la decisin de impulsar el accionar de los grupos parapoliciales. Como ya hemosvisto, la intencin de contar con una organizacin parapolicial era conocida e incluso sugeridapor el propio Pern. Si bien no hay evidencias directas que muestren el momento de la con-formacin de la Triple A por orden de Pern s es posible sostener que l conoca y aceptaba

    su funcionamiento a travs de su Ministro de Bienestar Social. Los hechos sealados, as co-mo la mayora de la bibliografa existente, reconocen a Lpez Rega como principal dirigentede la Triple A y tambin la responsabilidad de Pern, como mnimo, en consentir su funcio-namiento.

    Los hechos analizados parecieran demostrar que el apoyo a la represin clandestina se inten-sific producto del fracaso del gobierno en desactivar el accionar armado de la izquierda. Lasrdenes del Documento Reservado, aparecidas luego del asesinato de Rucci, son una clara

    muestra de la eleccin de la represin clandestina como va para disciplinar a la izquierdarevolucionaria. Estas medidas continuaran y se intensificaran a partir del ataque guerrilleroal Cuartel de Azul. Producto de ello Pern desplazar al Gobernador Bidegain (el primero delos gobernadores con simpatas a la Tendencia Revolucionaria en ser removido) y promovera subjefe de la polica Federal y superintendente de Seguridad Federal a los comisarios Villary Margaride, con reconocidos antecedentes en la represin ilegal.

    De todas formas, cabe destacar que la utilizacin de medidas legales e ilegales para combatirla radicalizacin poltica tuvo por parte de Pern, diferencias cuantitativas y cualitativas luegode su muerte. Por lo que hemos visto, Pern prefiri mantener a las Fuerzas Armadas alejadasde la represin, apoyndose en la polica y en las organizaciones de derecha del peronismo

    30 En un reportaje televisivo realizado el 3 de setiembre desde Gaspar Campos Pern deca: Yo permito todo enel Movimiento. Nosotros no tenemos prejuicios de ninguna naturaleza. Nunca me olvido de que cuando organicesto, vino un da el ministro de Relaciones Exteriores, que era conservador, el doctor Remorino. Yo haba puestoall a Borlenghi, a Bramuglia, un montn de muchachos que venan del socialismo, y me dijo: Pero usted est

    colocando todos comunistas ah!. Y yo le dije: No se aflija Remorino, es para compensarlos a ustedes, que sonreaccionarios. En el M ovimiento siempre ha sido as.. Extrado de (Yofre, 2010: 116).

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    (incluyendo a la Triple A) para combatir a la izquierda. Este accionar tuvo la particularidad,como demuestra el testimonio de Vaca Narvaja mencionado ms arriba, de ser controlado ylimitado por el propio Pern. Quiz con la confianza de que algunas bajas ejemplific adorassumadas a su capital poltico lograran restablecer el orden e institucionalizar el conflicto.

    Sin embargo, con su muerte el 1 de julio de 1974, la lucha por la sucesin del peronismo seintensificar y desparecida la autoridad mxima del Justicialismo, tanto la izquierda peronistacomo la derecha aumentarn sus esfuerzos por quedar como los legtimos representantes delperonismo. La presidenta Isabel Pern, junto al brujo Lpez Rega, confidente y secretarioplenipotenciario del gobierno, van a acentuar las medidas derechistas sin las posibilidadesmediadoras que tena el General31. A partir de all el nivel de represin estatal alcanzar nive-

    les exponenciales, slo superados por el Golpe de Estado de 1976.

    31 (Gonzlez Jansen, 1987:127)sostiene que entre julio y septiembre de 1974 se produjeron 220 atentados de laTriple A casi tres por da-, 60 asesinatos uno cada 19 horas-, 44 vctimas resultaron con heridas graves. Tam-

    bin 20 secuestros; uno cada dos das. Es decir, el triple que todos los sucedidos durante el gobierno de Pern.

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