AVELLANOSA DE RIOJA: El pueblo burgalés que dos solitarios eligieron para huir del mundanal ruido

Con el paso ligero de quien no tiene prisa, Juan Luis camina por las verdes y solitarias

calles de Avellanosa de Rioja. No le molesta la bulliciosa ausencia de ruidos ni las ma-

riposas que revolotean a su lado; hace años que, como Joseba, eligió cambiar la ciu-

dad por la naturaleza. Son sólo ellos los que viven en el pueblo; dos hombres frente a

la inmensidad del invierno en la sierra.

vertido es que todo el rato seaprende”. En verano, los veci-nos del pueblo que no pasan allílos inviernos, acuden en vaca-ciones y los niños van a su casapara escucharle contar cuentossentados frente a una taza dechocolate humeante. “A losniños les encanta venir”, noscuenta entre risas, porque “aquí

el tiempo no está re-gido por el ahoravoy al cole, ahoravoy a karate,…”,sino por el transcu-rrir de la naturaleza.

Aquí y allá, lashuertas bien cuida-das y la ropa ten-dida revelan queeste pueblo tienemás de lo que apa-

renta. Tras la iglesia,está la casa de Justa, una mujerde más de 80 años que muchoscalifican de “incombustible” yque el verano pasado seguíasubiéndose a los tejados. Suelepasar medio año en el pueblo,aunque esta vez se ha retra-sado, como la primavera.

Muchas son las localidadesde la provincia cuyas ruinas vandesapareciendo, año tras año,invadidas por la vegetación.Pero Avellanosa ha encontradoen Joseba y Juan Luis a dosamigos que la cuidan y la man-tienen viva; y sigue resistiendo,incansable, las acometidas dela naturaleza.

a él, pasta la burra Chiquita conel carnero Nicolás y la borregaSégoléne; son sus ayudantes,que mantienen a raya la hierbaque crece junto a las colmenasy dedican el resto de su tiempoa pasear por el pueblo con totallibertad.

Este bilbaíno empezó com-prando una casa y visitandoAvellanosa los fines desemana, hasta quedescubrió que tenía“la vida al revés” ycambió la ciudad porla tranquilidad haceocho años. “Yo estoyun día fuera y yaestoy tardando envolver. No he perdidola visión idílica delcampo”, confiesa conuna sonrisa en los la-bios. Pese a no tener televisión,ni móvil, ni siquiera lavadora,asegura que vive “en plenolujo”, ya que “ser el dueño de tutiempo es el mayor lujo que hay.La felicidad está en el menos, yese menos que tienes es lo queusas”.

En su casa, frente a un cafécon achicoria, ofrece su hospi-talidad y una buena conversa-ción cargada de anécdotassobre la vida en el valle. En Ave-llanosa no se necesitan relojesni agendas, “aquí el día te lomarca el tiempo que hace”, ex-plica Joseba, siempre haycosas que hacer y “lo más di-

junto a las mariposas, casi des-aparecidas de las ciudades.Desde las alturas de un cerrocercano, se percibe la morfolo-gía del pueblo, que se configuraalrededor de la iglesia y laplaza. Casi todos los edificiosestán construidos con materialde la tierra: piedras del río, es-tructura de roble y adobe; ex-cepto la escuela nueva,construida con ladrillos pocoantes de que los antiguos habi-tantes de Avellanosa decidieranpartir a las ciudades. Junto a la

plaza se encuentra la ta-berna, que sólo abreel día de la fiestalocal. “Ese cerezo deallí es el abuelo”, in-dica Juan Luis mien-tras señala unfrondoso cerezo decientos de años deantigüedad. A la iz-quierda, está el ca-mino hacia la ermita,dedicada a la Santí-sima Trinidad, que

se encuentra tras unode los montes que rodean elvalle, a una hora y media an-dando.

“La primavera siempre se re-trasa en este valle”, explica Jo-seba, el otro habitante delpueblo, mientras observa cómosus abejas empiezan a salir delas colmenas. Muchas hanmuerto este invierno, pero lasque han sobrevivido son capa-ces de conseguir una miel decalidad, que ayudará a Josebaa sobrevivir un año más. Junto

Ambos viven de sus huertasy de los víveres que compran,de vez en cuando, en los pue-blos cercanos, lo que les hacecasi autosuficientes. Lo únicoque necesitan es comida impe-recedera y leche en polvo. JuanLuís está retirado, y su vidatranscurre entre la huerta y el si-lencio, que acompaña a vecescon la televisión. “Ahora sólosomos dos”, comenta con mi-rada solemne. Su amor por elpueblo le hace lamentar quecada vez sean menos vecinos,aunque le consuela elhecho de que en ve-rano varias familiaspasan allí sus vaca-ciones.

“Aquí los móvi-les no tienen cober-tura”, señala JuanLuis, cuando explicaque el único telé-fono del pueblo, víasatélite, se encuen-tra en la taberna. Lavida en Avellanosaes simple y tranquila;y más en invierno, cuando lasnevadas provocan que la carre-tera no pueda usarse y tenganque pasar más de una semanaaislados. Pero esto no es nin-gún obstáculo para ellos, ya que“cuando hace mal tiempo, searreglan cosas en casa”.

Pero ahora mismo, con la pri-mavera en los talones, es unplacer caminar por las silencio-sas calles alfombradas dehierba. Juan Luis aprovecha elprimer día de sol para pasear

En Avellanosa de Riojaviven dos hombres ymedia docena de ani-

males que campan a sus an-chas por el pueblo. Hace unaño, eran tres los que residíanallí todo el año, pero uno deellos se marchó para refugiarseen un convento. De su casacuelga ahora el letrero de “SeVende”. Se encuentran a pocomás de 60 kilómetros al este deBurgos, entre las primeras cum-bres del Sistema Ibérico, peropara llegar hay que salir de laprovincia y volver a entrar, paradespués recorrer cinco kilóme-tros y medio de pista forestal,polvorienta en verano, enchar-cada en primavera y otoño, ymuchas veces impracticable eninvierno.

Hace apenas 50 años, elpueblo estaba formado por unas40 casas divididas en tres ba-rrios; ahora, la mayoría está enruinas o ha sido invadida por lavegetación. Víctima del éxodorural de los 60, Avellanosaquedó solitaria durante años.Pero un buen día Juan Luis,cansado de recorrer mundo,abandonó Burgos y se refugióen el valle en busca de la sole-dad y del contacto con la natu-raleza. No tardó en seguirleJoseba, un diseñador bilbaínocansado del trajín de la ciudad,que cambió su profesión por suvocación; ahora es apicultor,carpintero, albañil, granjero,…

Vistas del pueblo Avellanosa de Rioja desde el río. Pilar Lisbona

Los dos habitantes de Avellanosa de Rioja. Pilar Lisbona

“Yo estoy undía fuera y ya

estoy tardandoen volver”,

confiesa Jo-seba frente a

su taza decafé.

“Ahora ya sólosomos dos”,

comenta JuanLuís con tonomelancólico.

M. Adrover Gayá

Javier G. Lojo

Preparando una pequeña ma-leta con unas pocas camisetasy apenas dos pantalones estáSahalej de nueve años y sumadre Amina. Es la primera vezque este niño saharaui se su-birá a un avión y abandonará elcampamento de refugiados deSmara, que le vio nacer y dondeha crecido. Dejará por unosmeses a su familia para seracogido por otra española.

desde la visiónde aquellos quecreemos distin-tos. De estemodo, el pa-sado verano serepartieron cá-maras de fotosa veinte de losniños saharauisque visitaron laprovincia deBurgos. Se lespedía que retra-tasen su parti-cular visión delmundo occi-dental.

Para mu-chos, era la pri-mera vez quevenían a Es-paña, por loque el fotogra-fiar las primerasi m p r e s i o n e sera muy enri-quecedor paraeste proyectode investiga-ción. Así, losniños retrata-ban animales,vehículos osimplemente elagua que salíadel grifo o correpor los ríos. Esuna forma dedarse cuentadel contrasteentre lo queellos conocen ylo que desco-nocen, lo quetienen y de loque carecen.

Cualquier objeto, para nos-otros cotidiano, era fruto de suatención: un bolso, un coche,

Se despide de su hermanacon un beso en la mejilla, mien-tras su madre habla con quienle va a traer a España. Aminaestá emocionada, sabe que loque su hijo vea en este viaje leva a marcar para toda la vida.Sahalej dejará de ser inocente yverá que no todo es como elcampo de refugiados.

El camino es largo, peroCarlos y Aurora esperan en elaeropuerto. Es la primera vezque acogen a un niño saharauiy están muy emocionados. Au-rora ha preparado tarta de cho-colate para Sahalej, y Carlos leha comprado una caña para en-señarle a pescar. Se abre lapuerta de llegada y comienzana correr los niños que se reen-cuentran con las familias quelos acogieron en años pasados.No ven a Sahalej. Casi de pun-tillas, lo ven venir a lo lejos. Co-rren a su encuentro. Pasarátodo el verano en Burgos juntocon los nietos de Carlos y Au-rora.

Esta es la historia de Saha-lej, un niño saharaui imaginario,pero que puede ser el perfectoejemplo de cualquiera de losque nos visitan cada verano.Niños que, con su forma dife-rente de ver el mundo, noshacen ser más humanos y nosayudan a comprender aquellascosas que no entendemos y alas que pocas veces damos im-portancia.

Esa forma diferente de ver elmundo es lo que ha querido es-tudiar Ainara Miguel Sáez deUrabaín, de la Universidad deBurgos. Para esta profesora, vi-vimos en una sociedad occiden-tal más acostumbrada a mirarque a ser vista, por lo que es di-fícil encontrar retratos nuestros

una máquina de refrescos, elcartel de los helados, las obras,la mesa puesta…

Estos veinte niños “retrata-ban sin ningún tipo de distincióntanto los edificios rojos como lacatedral” afirma la investiga-dora. Un síntoma de la luchaentre sus cabañas de baja al-tura construidas con lona yadobe, y nuestras construccio-nes megalómanas de ladrillo ycemento.

Es curioso ver, en las foto-grafías, cómo se refleja suforma de entender la familia.Mientras las mujeres aparecenmás ligadas al interior del hogar,los hombres al exterior. Peroesto no es todo, pues las muje-res están fotografiadas de unaforma más cercana que los va-rones, lo que nos hace pensaren el modelo patriarcal de lasfamilias árabes.

Su visión poco cuadriculadade la vida se ve en los encua-dres y enfoques de las fotogra-fías, todos ellos fuera de loestablecido por los occidenta-les. Estos niños viven libres,pero no del todo, pues la situa-ción socio-política del Sáharales ancla a la arena inestable

del desierto. Todo son ejemplosde una visión “con otros ojos”que puede que nos ayude acomprender, cada vez más, lasnecesidades y demandas delpueblo saharaui. Un pueblo vili-pendiado y olvidado que, si nose hace oír, acabará por su-mirse en el más negro de los ol-vidos. Una forma de escuchares ser escuchados antes y es,por tanto, esta visión retratadade nuestra sociedad occidentalla que nos puede acercar al Sá-hara.

En España, mientras tanto,no miramos al Sáhara como mi-ramos a la luna, de una formalibre y ensoñadora, a pesar deque Sáhara significa luna.

Hay que mirar al

Sáhara como a la

luna, de una forma

libre y ensoñadora,

pues Sahara signi-

fica luna

Foto realizada por uno de los niños saharauis.

“Vivimos en unasociedad occi-

dental acostum-brada más a

mirar que a servista, por lo quees difícil encon-

trar retratos nues-tros desde la

visión de aquellosque creemos dis-

tintos”.

Sonrisa que va y viene. Estáserio, preocupado. No tienemiedo, pero siente una extrañasensación que le recorre elcuerpo. Su cara de piel morenaes fiel reflejo de su pureza, desu inocencia. Con tan sólonueve años, aún no sabe porqué vive en un campo de refu-giados. Nadie le ha dicho queexiste un muro que le separa delo que es suyo, tampoco lo havisto y puede que nunca lo vea.

Esperando el tren de las artesLa antigua estación de tren cobrará vida y dinamismo gracias a la disposición del Ayuntamiento de Burgos. El com-

plejo acogerá un centro de expresión artística y de promoción creativa para los artistas de la ciudad.

Paseando entre los andenes

aparentemente olvidados se ex-

perimenta nostalgia, tristeza y

alegría, una confluencia de sen-

saciones y recuerdos que nos

hace pensar en el valor de lo ar-

quitectónico de esa edificación

de piedra y ladrillo que, a tantas

y tantas locomotoras y trenes

diversos, acogió y despidió a lo

largo de sus largas décadas de

funcionamiento.

Pensamos también en las

sonrisas y lágrimas que sus

cristales reflejaron tiempo atrás.

Notamos una espesa atmósfera

que nos envuelve cuando ima-

ginamos, sobre las ruinas y des-

trozos, unas vías de hierro y

madera ya ausentes, una guía y

un camino de esperanza que

podían conducir al pasajero in-

trépido hacia lugares que no al-

canzaba a imaginar y que, en

ocasiones, temía y en otras an-

siaba conocer.

Puede ser que las estaciones

de tren posean un alma única y

característica capaz de influir en

la mente del hombre, la imagi-

nación. La creatividad, el des-

pertar de las mentes, es

esencial en nuestra sociedad.

Hablo del arte, de la crea-

ción, de la capacidad de ser

moldeadores de mundos y rea-

lidades a través del trazo del

pintor, el golpe del escultor, el

aliento del músico o la expre-

sión del actor. Necesitamos esa

salida de lo racional y lógico

para poder seguir adelante

cada día. El arte nos rodea, nos

atrapa, somos uno,

pues asumimos

cada una de

sus expresio-

nes como parte

de nuestro día

a día. Hagamos

un recorrido

cultural por la

ciudad.

P o d e m o s

coger un autobús

al centro, aderezar

nuestra travesía con la música

del reproductor portátil, apear-

nos en Plaza del Cid. Sabemos

que en La Casa del Cordón hay

alguna exposición, pero podre-

mos visitarla más adelante, an-

damos unos metros, vemos las

puertas del Teatro Principal

abiertas, dispuestas a derrochar

profesionalidad interpretativa.

Marchamos por las calles del

casco viejo y topamos con igle-

sias centenarias que se ador-

nan con esculturas de bronce

recién horneadas.

Irremediablemente, pasamos

por la Catedral y descubrimos

de un vistazo su nueva imagen

mucho más clarividente,... pero

la dejamos atrás para poder lle-

gar al Centro de Arte Contem-

poráneo. Extasiados, vemos, a

través de sus amplias cristale-

ras, un Burgos vivo.

La ruta de la cultura artística

es amplia, pero mejorable, pues

el poso centenario de las artes,

aunque presente, debe reno-

varse y atender a

las necesidades

de una socie-

dad moderna.

El pano-

rama cultural

está evolucio-

nando conti-

nuamente y la

oferta está dis-

persa. Por

este motivo, el

Ayuntamiento está

dispuesto a destinar la antigua

estación de Renfe a un conte-

nedor de las artes; un espacio

donde diversos campos de la

cultura contemporánea puedan

salir adelante a través de una

buena administración y gestión.

La encargada de convertir en

realidad lo imaginado será La

Fábrica, una empresa dedicada

a la creación, gestión y desarro-

llo de proyectos en el ámbito

cultural. Su sello queda impreso

en otras grandes iniciativas cul-

turales unidas a la revitalización

de edificios históricos en des-

uso: “Krea”, en Vitoria, o “Mata-

dero Madrid” y “La Casa

Encendida”, en la capital madri-

leña.

Este ambicioso proyecto

tiene el visto bueno de la admi-

nistración, que ha destinado

una partida de 119.000 euros de

los Fondos europeos Urban. Se

estima que la reconversión de la

vieja estación costará cuatro mi-

llones de euros. Lo que está

claro es que este complejo, que

acogerá las artes escénicas,

audiovisuales, plásticas y mu-

sicales, supondrá un punto y

aparte en la gestión cultural de

la ciudad. Además, constituirá

un impulso a la candidatura Bur-

gos 2016.

Tras la creación del nuevo

bulevar, que probablemente

borre las huellas de las viejas

vías, la revitalización de la vieja

estación de Renfe como alber-

gue del peregrino arte, conse-

guirá despertar nuestra

imaginación y dirigirla, como las

antiguas locomotoras, a lugares

que no imaginamos.

Diego Almazán

El amanecer del nuevo arte. Foto: Sara Vélez

La creativi-

dad, el despertar

de las mentes,

es esencial en

nuestra socie-

dad

La Fábrica, una

empresa dedicada

a la creación,

gestión y desarrollo

de proyectos

culturales

Actualmente, se está vi-viendo una fiebre por el 3D.Productores y directores decine se suben al carro y el pú-blico responde acudiendo aver sus películas. Parece unnegocio redondo, por lo que esnormal que se estén rodandopelículas nuevas y adaptandolas viejas

Clásicos como “Pesadillaantes de Navidad”, del directorTim Burton, se vuelven a estre-nar en 3D. Lo mismo pretendehacerse con la premiadísima“Titanic”, de James Cameron;cineasta y físico que abrió laveda con su reciente éxito detaquilla “Avatar”, rodada en 3Dcon tecnología desarrollada por él mismo.

El cine en 3D es una formaalternativa de ver películas.Para disfrutarlo, hay que po-nerse unas gafas que convier-ten la imagen proyectada enotra distinta a lo que estamosacostumbrados. Esto se consi-gue mediante una técnica quegraba dos imágenes simultá-neamente, pero con distintoángulo. Una vez que se pro-yecten, nuestros ojos y cere-bro las recibirán y procesaránpor separado, creando una ilu-sión de profundidad.

Si vas a ver una película entres dimensiones, a la entradade la sala, te darán unas gafas,pues sin ellas solo verás borro-nes en la pantalla. Una vez lastienes puestas, se distinguetoda la escena, de forma quepuedas vivir esta experienciatridimensional, tan de modaactualmente.

Todos los cines han adap-tado sus equipos de proyec-ción para que esta tecnologíapueda ofrecerse al público. Hasido una gran inversión que sepretende amortizar. Utilizadocomo reclamo para el público,la afluencia en los cines hacrecido desde que apareció yparece que el sector de la ex-hibición, por el momento,vuelve a estar a salvo. Aunquesiempre existirá el riesgo deque este fenómeno sea unamoda pasajera o de que tengatanto éxito que se traslade anuestros hogares.

El elevadísimo ritmo al quellegan los nuevos productoshace avanzar a pasos agigan-tados la tecnología. En el temade los televisores nos hemosconvertido en casi expertos. Sihace unos meses tuvimos queadaptarnos, cual especie ame-nazada, a la Televisión DigitalTerrestre,TDT, posiblemente

tengamos que dar otro pasoevolutivo y comprarnos una te-levisión de alta definición que,casualidades de la vida, yaviene con 3D y juego de gafasincorporado.

Visto así, parece muy proba-ble que la competición entresalas y el cine en casa va a sermás interesante que nunca. Elprecio del cine sube, más toda-vía si es en 3D, mientras quelos televisores modernos cadavez son más baratos. Las últi-mas pantallas que han apare-cido en el mercado son de muyalta tecnología y calidad.

Existen modelos de 82’’ por3.000€. Puede parecer muchodinero, pero comparado con loque le cuesta a un cine adap-tar todos sus equipos paraofrecer una proyección 3D me-dianamente decente, podríaresultarnos incluso rentableadquirir una de estas pantallasde más de dos metros.

Muchas salas de cine nece-sitan créditos bancarios paraafrontar el coste del proyectormás barato, en nuestro caso elcrédito sería, más que paracomprar una tele nueva, parahacer una reforma y que nosquepa el pantallón en casa.

Los cines podrían verseamenazados de nuevo. Ahoralas principales salas poseenprácticamente la exclusividadde proyección en 3D, pero nose trata, ni por asomo, de todoel entretenimiento que hoy senos ofrece. Los hábitos y gus-tos cada vez son más diversosy la forma de acceder a conte-nidos audiovisuales ha cam-biado hasta el punto de que,en muchos casos, no es nece-sario moverse de casa. Inter-net, la televisión o el DVD son

alternativas que, sencilla-mente, son más baratas y có-modas que desplazarse a unasala para ver el limitado nú-mero de títulos que puedahaber en cartelera.

Mucha gente sigue amandoel cine y disfruta acudiendo alos grandes estrenos año trasaño. El 3D ha conseguido quese les una mucho más públicoy que las salas y taquillas seabarroten, pero todo parece in-dicar que se trata más de unparche que de una revolución,como lo fueron en su día elcolor o el sonido.

En 1945, existían en Burgosseis salas de cine; en 2010,quedan dos cines que proyec-tan estrenos, cada uno con susala 3D. Antes se iba a ver pe-lículas de pistoleros que reco-rrían un desierto blanco en sucaballo negro; hoy vemos aunos seres azules que dejanatrás un bosque de mil colorespara salir de la pantalla y tratarde deslumbrarnos.

Antiguamente, una entradade cine valía 60 pesetas e ir alcine era una manera de socia-lizarse, además de entrete-nerse. En cambio, hoy en díapagamos aproximadamenteunos 7 € por ver una película.

Ir al cine es una alternativa, yentretenerse una posibilidadcada vez más remota.

En el cine, es el espectadorquien tiene más peso y quiendebería exigir más estrenos ymás calidad. Se podría evitarasí plantearse si merece más lapena pagar una entrada o com-

prar un DVD. Unos días, serápreferible quedarse en el sofá;en cambio, otros, puede queacertemos si decidimos ir alcine, cambiar de butaca y pan-talla y salir así a disfrutar deeste espectáculo, ya sea entres, cuatro, ocho o dieciséis di-mensiones.

M. Rivas

Proyector de cine adaptado al sistema 3D. Manuel Ruiz Cobo

El precio del

cine sube, más toda-

vía si es en 3D,

mientras que los

televisores cada vez

son más baratos

En 1945, existían

en Burgos seis

salas de cine; en

2010, quedan dos

cines que proyec-

tan estrenos, cada

uno con su sala 3D

Seguramente ya haya visto,

leído o escuchado algo acerca

de películas en 3D. De no ser

así, aquí vamos a explicar en qué

consiste este invento que acaba de

llegar a Burgos. Analizaremos tam-

bién la situación del cine ante

este fenómeno y sus posibles

consecuencias.

LA BIBLIOTECA NÓMADALeo Finch

Mi tío Paco pasea con sushijos entre los puestosdel mercadillo. Él dice,

medio en broma medio en serio,que está buscando un lavaboque le ha desaparecido en elpueblo. El mercado que los do-mingos por la mañana tiene,desde hace tiempo, cierta famaentre extravagante y poco defiar. Aquí se reúnen vendedoresde libros, juguetes, antigüeda-des -que suena mejor quecosas viejas-, tebeos desfasa-dos y otras curiosidades y minu-cias, junto con paseantescasuales y visitantes habituales.

Bajo los que fueron los jardi-nes colgantes de la Plaza deEspaña, durante unas horas ala semana, se concentra un pe-queño cúmulo de personas ypersonajes. ¿Cómo distinguirunos de otros? Aquí todos tene-mos un poco de ambos, pero esfácil: los personajes llaman laatención por sí mismos.

Frente a un puesto repletode artículos antiguos, hablamoscon Ángel Gallo, “aunque todoel mundo le conoce por Ga-llete”, nos dice. Es un hombresimpático y abierto, cuyo bom-bín nos recuerda al del peculiarpintor surrealista Magritte. Le in-terrogamos sobre el mercadillo:“Después de salir de misa,vengo. Sobre todo, en los libros,hay cosas interesantes. Lodemás, pues... está muchasveces tirao, o como aquello”,dice señalando unos mueblesde madera junto a una columna,“que son muy modernos, peroes falso todo”.

Estamos en mitad de la calley, de fondo, se oye el rumor delos transeúntes comentandofrente a los puestos, o la voz deun comerciante dando un preciode algo. Aunque buscábamosuna entrevista, esto pronto seconvierte en una mera conver-sación coloquial, en la quenuestro interlocutor, Gallete,aprovecha a contarnos, a gran-des rasgos, su dilatada vida, eincluso su opinión sobre temasde la actualidad local. “El otrodía vi una barbaridad másgrande que nadie”, señala contono indignado, “ porque, con elhospital de Burgos, que es es-tupendo, hubo una manifesta-ción, ¡y tenemos la mejorsanidad de España!

Intentamos redirigir la con-versación hacia el mercadillo.Cuenta que hace pocos díascompró “unas cosas muy boni-tas, unos abrazaderos de plata,que tenía uno de Palencia, parauna comunión de una sobrina”.Nos despedimos de Gallete,agradecidos por su simpatía,que nos recomienda “lo que dijoSan Pablo: vivir en la verdad,porque nunca seréis libres”. En-tendemos que quiere decir quela verdad nos hará libres, claro.

Estamos atentos a figuraspeculiares o formas de actuar

llamativas, y entonces vemosun vaquero espacial: sombrerode cow-boy y chupa de cuerocon líneas futuristas. Justocuando nos queremos acercara él, empieza a andar a paso rá-pido y se marcha del mercadillo.No importa, seguimos mirandoentre los puestecillos: uno conmesas, otro con una simplemanta, uno con las páginas delos libros lamiendo el frío suelo,otr que guarda cuidadosamenteuna gran colección de ejempla-res en ordenadas cajas.

El librero de este últimopuesto habla con nosotros e in-cluso accede a que le hagamosuna foto, pero no quiere darnossu nombre, así que le decimosque le llamaremos el “librerode...” y antes de que podamosterminar, él añade “... de la bi-blioteca andante”. Con él, laconversación gira en torno a laregulación más estricta que hallevado a cabo el Ayuntamientodesde febrero: “Hasta el mes defebrero se colaba alguno. Es-taba un poco desmadrado encuanto a gente con permiso oacreditada, pero el Ayunta-miento tomó la decisión de pedirunas condiciones mínimas: co-tizar a la Seguridad Social, o serautónomo...”.

notado especialmente en esemercado. “La gente ahora com-pra muy poquito”, dice el librero,que quiere mantener su anoni-mato, “la crisis ahora mismo in-fluye en esto, que al fin y alcabo es un capricho. Y el capri-cho, cuando la crisis aprieta, eslo primero que se quita. Ha ba-jado muchísimo la venta de li-bros desde el verano pasado”.

José Manuel, su socio, deorigen portugués, no quierehacer declaraciones cuando seentera de que lo que hacemosterminará en el Diario de Bur-gos. Se cierra en banda porque

Él consigue su género com-prando a particulares, y le pre-guntamos si cree que hay genteque vende lo que consigue demalas maneras. “Yo creo que síque ha habido. Ahora no estoyseguro. Es que ahora, con la re-gulación, no se puede poner avender cualquiera”. Y aclara:“Es más, nosotros tampocoaceptamos que nos traiga cual-quiera que conozcamos o quenos dé un poquito de ojo”.

Tanto el librero de la “Biblio-teca Andante” como José Ma-nuel, que vende piezas de arte,coinciden en que la crisis se ha

dice que un periodista habló malde él y no se fía. Hablamos conlos tres amigos que se reúnenalrededor de la mesa, mientrasempiezan a recoger. José Ma-nuel afirma, un poco reticente,que “dentro de esta sociedaddel Rastro hay niveles”. En sucaso, tiene menor cantidad deartículos, pero más valiosos yúnicos, según afirma, como unmosaico romano de antes deJesucristo. “Las cosas de nivelno se ponen aquí. Yo tengo al-guna, pero las tengo guarda-das”. Nos enseña, por ejemplo,una bella copa de cristal de mu-rano que tenía guardada; uncristal azul con finos dibujos enamarillo, blanco y verde, con fi-guras elegantes de cisnes en subase.Le preguntamos si la gente

compra o es complicado, y trasmentarnos la omnipresente cri-sis, añade: “Nosotros, cuandoviene una persona, normal-mente sabemos si va a compraro no. Quién tiene interés oquién no tiene interés. Haymucha gente que viene porpasar la mañana”.

Y así es, por pasar la ma-ñana hemos estado hoy aquí.Se respira la excitación de loscompradores por encontrar laganga de la que podrán presu-mir ante las futuras visitas. Al finy al cabo, los objetos no impor-tan tanto como la historia queporten, y si el vendedor nos diceque esta muñequita es de por-celana, presumiremos de ellohasta que alguien nos aclareque sólo se trata de escayola.Pero hagan el favor de no rom-per las historias de los objetos.Sería insultar esta maravillosafábrica pública de extravagan-cia que se organiza los domin-gos por la mañana. Bajo los quefueron los jardines colgantes dela plaza de España.

Le llamamos

el librero de

la biblioteca

andante

”Esto de comprar libros, es un capricho”/ J.Carlos Sastre

Dos habituales/ Foto:José Carlos Sastre

De repente, da la vuelta a una esquina y oyes de lejos una voz de falsete, entonando una canción que se en-cuentra en algún lugar a medio camino entre el último “éxito” de David Bisbal y el primero de Manuel de Falla.Este “Diano de Burgos” es un hombre, no muy alto, con una expresión de satisfacción contenida en el rostroy unos auriculares bien aprisionados en las orejas. Mucha gente se le queda mirando. A él no le importa. Son-

ríe, o casi y continúa su camino; y si cree que su sonata necesita un solo de guitarra, no lo duda un instante. Colocasus manos en posición y entona un afinado baund da ban da baum bun bun. El visitante puede optar por seguirlo du-rante un tiempo (¡Muchos jóvenes lo hacen!) aunque no le recomendamos que lo haga demasiado tiempo, ya que po-dría perderse algunos de los muchos encantos desconocidos de nuestra ciudad.

Después de un interesante paseo por elcentro de la ciudad, puede que el cami-nante quiera hacer una visita al célebremonasterio de Las Huelgas. Como buen

caminante, estará cansado y cogerá el bus. Si eligehacerlo en la misma Calle Vitoria encontrará per-fecto para su ruta el bus de la universidad. Una vezdentro, rodeado de jóvenes estudiantes con carpe-tas naranjas, tal vez advierta que hay un chaval conedad de colegial que habla con las veinteañeras.Las piropea, les dice lo guapas que están y les tocael pelo. Ellas, a veces asustadas, se zafan de él, ole piden educadamente que las deje en paz. Algu-nas lo evitan, otras lo miran con miedo. El niño serecorre el bus de punta a punta preguntando a todaslas chicas a qué edad se hicieron el piercing o si supelo es teñido.

El viajero sal-drá, en fin,airoso dele n c o n t r o -nazo, aun-

que tal vez un pocosorprendido. Si decideque necesita un tragoy dirige sus pasoshacia cualquier bar dela Calle Vitoria paratomar un respiro,puede que coincidacon un tipo que leecompulsivamente losperiódicos, subrayapárrafos y dibuja lí-neas y una especie dealgoritmos conspira-noides. Ante la cara deestupor del visitante, elcamarero o uno de losparroquianos del bar ledirá que este tiposuele hacer exacta-mente lo mismo casitodos los días, quegrita para todo el bar elnombre de quien saleen las fotos del perió-dico y se inventa algosobre ellos, porqueprobablemente nosepa leer. Pero el tipoacapara todos los pe-riódicos de la estanciay pasa su tiempo conellos.

En ese paseo

por descubrir la

belleza oculta,

debajo del mismo

ayuntamien to

puede que la encuentre:

Lleva un pijama de una pieza

,rojo, con topos blancos.

Tiene una extraña peluca,

una narriz roja y se pinta la

cara. Pero, por si no queda lo

suficientemente claro, lo grita

a los cuatro vientos ¡El Paya-

sito Angelito! A diferencia de

sus congéneres de circo o de

las películas de terror, el Pa-

yasito Angelito no asusta sólo

a los niños, si no también a

las madres. El pijama está

sucio de algo oscuro que

huele a cerveza, aunque pro-

bablemente no lo sea, y su

dominio de la globoflexia es

más que cuestionable. Aun

así el Payasito Angelito se es-

fuerza en que algún infante

acepte los perros salchicha

que él les ofrece desinteresa-

damente. Pero las madres,

sabias como ellas solas, no

sueltan la mano de sus pe-

queñuelos, mientras conti-

núan hablando y andando a

un ritmo que el niño ni puede,

ni quiere seguir.

Burgos, ciudad de gente recia, castellana, del norte, parca en palabras. Esto eslo que cualquier foráneo tiene en mente cuando se le menciona el nombre denuestra ciudad. En cierto modo no se equivocan, no es raro que algún antiguo

amigo mire al vacío, varios centímetros a la derecha de uno, si nos lo cruzamos porla calle para evitar un hola. Pero si el forastero camina por sus calles puede que se lleve una sorpresa. El bur-galés puede, inesperadamente, mostrar cierta excentricidad que dejará patas arribalos prejuicios del zevillano vizitante.

Si el visitante se aventura más allá del hermoso casco histórico y se adentra en el en-

cantador Barrio de San Pedro y San Felices, puede que, si el clima y la circunstancia

acompañan, conozca al encantador “Gabardinas” Cardeña. Un hombre elegante donde

los haya, suele llevar un abrigo de Tweed, una americana, una rebeca, una gabardina.

Todo ropa estilosa y Vintage y además, la lleva toda al mismo tiempo. Las superposi-

ciones están de moda. “Gabardinas” Cardeña es un genio de la moda, pero no se anda con secretismos.

Con suerte, nos será fácil verle adquirir una “nueva” y “flamante” prenda. En cualquier contenedor con el

que se cruce, él ve una boutique.

YO TAMBIÉN HE VISTO AL TÍO ESEQUE VA

CANTANDO PORLA CALLE

Leo Finch

Abel Núñez

Mario Larra

Si, paseando por elpaseo del Espolón se leacerca una mujer confalda de abalorios estilo

zíngaro-sintético, y entre aspavien-tos le pide unas monedas, el visi-tante dudará si darle la limosna ono, dada la expresión hosca queella tendrá. Pero ¡ay de él si no lohace! La mujer le echará un mal deojo y toda clase de pestes, mon-tándole una escena alrededor de lacual algún que otro burgalés seacercará para consolar al aturdidopaseante diciéndole que esta se-ñora y otros tantos personajes pa-recidos son pan nuestro de cadadía.

ientras te quejas de las pocas posibilidades de ocio que ofrece tu ciudad, protestas por el dineralque cuestan unas vacaciones medio decentes que no puedes permitirte y reclamas un poco detiempo libre, te proponemos algunos planes económicos, novedosos y entretenidos que no po-drás rechazar. ¿Algo más? Sí. ¡Todo esto sin salir de tu provincia! ¡Ahora la decisión es sólotuya! Puedes seguir quejándote de tu pequeña y aburrida ciudad o informarte de todo lo que

sucede por aquí y aprovechar para pasar unos días inolvidables. Salir a respirarla, salir a vivirla y sobretodo… ¡Salir a disfrutarla!

De Pino a Pino.Sesenta kilómetros

o cuarenta y cinco

minutos. Esa es la

distancia y el tiempo

exacto que tardarás en despla-

zarte hasta Revenga (Quintanar

de la Sierra) para disfrutar de la

naturaleza y de emocio-

nes fuertes. ¿No

crees que eso sea

compatible en una

provincia como

Burgos?

¡Te equivocas!

En la Sierra de la

Demanda es po-

sible gracias a un

parque de aventura

en los árboles: De Pino

a Pino. Aquí podrás disfrutar

de una gran cantidad de activi-

dades de multiaventura rode-

ado de un paisaje único. Este

parque está destinado para

todo tipo de públicos, desde los

más chiquitines a los más gran-

dotes. Eso sí, absténganse car-

díacos.

Por tan sólo 30 euros puedes

conseguir tu pase de un día con

el que disfruta-

rás de una

jornada cargada de aventuras y

buen rollo en la cima de los ár-

boles. Con este pase tienes ac-

ceso a todos los circuitos, que

no son pocos: Mini Aventurero,

Pequeño Aventurero, Explo-

rador, Aventurero, Desafío

y Canopy. También hay un

circuito único de tiro-

linas gigantes-

cas. Siete

circuitos con

distintos ni-

veles de difi-

cultad para que

puedas soltar

toda tu adrena-

lina. Un montón de

sorpresas te espe-

ran en todos y cada

uno de los circuitos mencio-

nados para disfrutar solo, o

mejor en compañía, de un día al

aire libre lejos de las prisas y ru-

tinas de la ciudad.

Si un día te parece demasiado

también hay circuitos de una

hora de duración por precios in-

feriores a 20 euros. Pero si

crees que no te atreverías,

siempre puedes ir a mirar y

¿quién sabes? ¡Quizás des-

pués de probarlo no puedas de-

jarlo!

Además, si eres estu-

diante o familia nu-

merosa, te hacen un

descuento de 2

euros si presentas el

carnet. Y si

vas con tus ami-

gos también hay

descuentos.

A partir de hoy

mismo puedes sabo-

rear el verano con algo

tan original y novedoso

como De Pino a Pino desde la

11 de la mañana hasta las

19:30.

Y si aún no te lo crees… ¡Vete

a comprobarlo! Puedes hacer la

reserva por

Internet.

R e c u e r d a

que sólo se

puede pagar en

metálico. Así que

aprovecha y deja

en casa, junto a la tar-

jeta de crédito, todos los

aparatos electrónicos y des-

conecta.

Solicita más información:

revenga@depinoapino.com. 

Encuentro de Ma-labares y Circo

Todos hemos sen-

tido alguna vez ese

gusanillo en la tripa,

son los nervios antes de un gran

momento. Es la misma sensa-

ción que tienen los artistas

antes de un gran

estreno. Los es-

pectadores a

veces están ajenos a estas sen-

saciones, pero en otras ocasio-

nes ese ambiente de

nerviosismo y de expectación

invade todo el espacio. Este ve-

rano esta situación se va a pro-

ducir en Pradoluengo, a

45 kilómetros de Bur-

gos. Un lugar donde

los artistas y sus

espectáculos van

a ocupar las ca-

lles y van a con-

seguir que todo

parezca una

gran función.

La Asociación

Contonyson está

organizando el IV En-

cuentro de Malabares y

Circo. Durante un fin de se-

mana, Pradoluengo se

convertirá en un lugar dife-

rente. Sin duda es el

mismo pueblo, y quien lo

conozca lo podrá recono-

cer, pero a la vez parecerá un

lugar distinto, donde el visitante

forma parte del espectáculo en

el que puede participar como

uno más. Los días 11, 12 y 13

de junio, en su plaza, habrá

multitud de diábolos que

parecerán rozar el

cielo; la gente se

desplazará en mo-

nociclo; las pelo-

tas y las mazas

volarán por los

aires formando

bonitos dibujos

con su colorido;

los más atrevidos

podrán probar los tra-

pecios; y será fácil encontrar

a payasos que te hagan sonreir.

El Encuentro de Malabares y

Circo se celebra desde hace

tres años. Quien va, repite. Es

una oportunidad única de dis-

frutar del arte de una manera

distinta. Habrá multitud de ac-

tuaciones, pasacalles y talleres:

infantiles, de globoflexia… Se

celebrará la noche de fuego, se

bailará danza africana, habrá

mercadillo, todo acompañado

de música muy animada. No

sólo está destinado a los artis-

tas nacionales e internacionales

que conforman el cartel de este

año, sino también a los habitan-

tes del pueblo y a todos los que

se animen a acercarse. Es un

lugar de encuentro, donde todos

están dispuestos a enseñar y a

aprender.

La Asociación, a través de su

web (www.contonysonprado-luengo.com) informa sobre el

plazo de inscripciones. Además

se puede disfrutar de la acam-

pada libre (entrada anticipada

25€, incluye: alojamiento vier-

nes y sábado, pensión completa

sábado, media pensión do-

mingo y camiseta del encuen-

tro). No te lo pierdas.

Festival  de  Mú-sica Sonorama

Otra de las opcio-

nes para combatir el

aburrimiento este verano es el

festival Sonorama, que se

celebra en Aranda de

Duero los días 12, 13 y 14

de agosto. Se trata del festival

de música pop rock más impor-

tante de Castilla y León que

este año celebra su dé-

cimo tercera edición.

Las entradas

cuestan 50 euros

e incluyen los

conciertos, la

acampada, el al-

muerzo en las

bodegas, la pis-

cina, las catas de

vino y el transporte in-

terno. Algunos de los

grupos y artistas que

actuarán en el So-

norama este año

son Loquillo,

Love of Lesbian,

Sidonie, Nudo-

zurdo y Estere-

otypo, pero aún

quedan por confir-

mar artistas naciona-

les e internacionales. Si no te lo

crees, infórmate en www.so-norama-aranda.com.

Festival de MúsicaEbrovisión

¿Tienes algo que

hacer los días 16, 17

y 18 de septiembre? Disfruta

del Festival Ebrovisión, que se

celebra en Miranda de Ebro.

Votado por los lectores de la

prestigiosa revista de música in-

dependiente Mondosonoro

como el tercer mejor Festival

del País, el Ebrovisión es cada

año un punto de encuentro para

miles de jóvenes que buscan

disfrutar de un fin de semana di-

ferente, de buena música y del

buen rollo que se respira. Por

sólo 35 euros puedes

asistir desde el jueves y

participar en todas las

actividades:

conciertos, cine, exposiciones,

acampada, transporte gratuito y

comida popular. Además, el

Ebrovisión celebra este año su

décimo cumpleaños y habrá ac-

tividades especiales y muchas

sorpresas... Aún no se

sabe cuáles, pero

está claro que será

un festival espec-

tacular. Prueba

de ello es que

desde su pri-

mera edición en

2001, a la que

sólo asistieron 500

jóvenes, el número

de gente que acude

cada año ha ido aumentando

hasta los 12.000 que asistieron

el año pasado.

Quienes vayan este año po-

drán disfrutar de grupos na-

cionales e

internacionales, entre

ellos Iván Ferreiro,

Love of Lesbian,

Lori Meyers,

We Are Standard.

Participarán alrede-

dor de 20 grupos y dj’s,

pero aún queda por con-

firmar más del 80% del car-

tel. Lo que sí es seguro es que

será todo un éxito. Las activida-

des se reparten por toda la

ciudad, pero el punto

donde más público

se reúne es el Mul-

tifuncional Bayas,

donde se celebran

los conciertos del

viernes y el sábado.

Se trata de una zona cu-

bierta con una capacidad de

aproximadamente 4.500 perso-

nas. Además, durante el festival

se habilita en el recinto una

zona de aparcamiento y stands,

servicio de bar, camerinos para

artistas y numerosos WCs.

Existe también una amplia zona

de aparcamiento que, junto a la

de acampada, proporciona una

gran comodidad a los que se

acercan hasta el festival. La

zona de acampada es gratuita

con la entrada y se habilita

desde el jueves; puede

ser cubierta o al aire

libre y cuenta con

i l u m i n a c i ó n ,

aseos, duchas,

agua fría y ca-

liente, así como

vigilancia perma-

nente para mayor

seguridad de los

asistentes.

El Festival Ebrovisión,

organizado por la Asociación

Cultural Rafael Izquierdo, se re-

aliza cada año con el objetivo

de que Burgos sea conocido en

todo el país y se convierta,

como ya es, en un punto muy

importante dentro del circuito

musical y cultural. Está dirigido

a público de todas las edades

porque es un acontecimiento

cultural y “la cultura no tiene

edades”, como dicen sus orga-

nizadores.

Las entradas pueden com-

prarse hasta el mismo día del

festival en los puntos de venta

habituales, como Ticketmaster.

La primera oferta es un abono

de 35 euros con el que se

puede asistir desde el jueves a

todas las actividades; más tarde

el abono subirá a 45 euros.

Además, existe la posibilidad de

comprar entradas diarias suel-

tas por unos 25 euros. ¿Aún te

lo estás pensando? ¡No lo

dudes ni un segundo más, dis-

fruta de uno de los mejores fes-

tivales de música del país! Si

quieres más información, visita

la web www.ebrovision.com.

Festival Ebrovisión 2009/Archivo Ebrovisión

Salto del ángel en el circuito aventurero de Revenga(Quintanar de la Sierra)

M

MALABARES YCIRCO 

Pradoluengo

11, 12 y 13 de junio.

25 €

EBROVISIONMiranda de Ebro

16, 17 y 18 deseptiembre.

35 €.

DE PINO A PINOQuintanar de la Sierra

todo el verano

30 €

“Acudir al Ebrovisión implica, ade-más de escuchar la mejor música

en directo, invertir en diversión,celebración, buen ambiente y co-

modidad a un módico precio”(Ramiro Molinuevo, organizador del Festival

Ebrovisión)

Raquel González, Nuria Puente, Samanta Rioseras

SONORAMAAranda de Duero

12, 13 y 14 de agosto.

50 €

Si crees que no te atreves, puedesir a mirar. Eso sí, abstenerse los

cardiacos

¿A los pobres? ¡A los pobres, mierda! O eso es lo que dice el chiste, o lo que puedenllegar a pensar muchos de los transeúntes que a su paso se topan con alguna deestas personas que, por destino o azar, se encuentran en la calle viviendo de la es-peranza. A través de una mentira, hemos logrado ponernos en su piel durante cuatrodías, cuatro intensos días, en los que hemos tenido que sacar fuerza, paciencia y

valentía. Ello nos ha servido para entender la indiferencia de aque-llas personas que, sin mirarte, pisan tu sombrero al pasar, opor el contrario, comprobar que hay gente muy humilde y

con gran corazón dispuesta a dar sin recibir nadaa cambio. Sólo esperan contribuir a que la vi-

da de estas personas anónimas sea, cuanto me-nos, un poco más llevadera.

Zurciendo y remendandovamos tirando, y así, cadauno de los días buscamos

diferentes modos de ganarnosla vida en las calles burgalesas,unos mostrando nuestras habi-lidades, y otros intentando lle-gar a la verdadera sensibilidadde las personas.

El primer día nos dirigimos ala estación de autobuses deBurgos, fingiendo que éramosdos estudiantes de Santanderque necesitábamos dinero pararegresar a nuestra ciudad, yaque nos habíamos quedado sintrabajo y seguir estudiando re-sultaba imposible. Hubo distin-tas reacciones ante nuestrocartel que decía: “ Somos estu-diantes de fuera. Necesitamosdinero para volver”.

Para la mayoría delos individuos pasá-bamos desapercibi-das, indiferentes.Otros, incluso, se re-ían ante la situaciónde ver a dos jóvenessin ninguna aparien-cia de pobreza, yque de una u otra for-ma sabían que aque-llo que estábamoshaciendo era irreal. Esta reac-ción era la que preveíamos, yaque nuestra coartada no eramuy creíble: la apariencia lo de-cía todo, y al fin y al cabo noéramos más que dos chicas conganas de realizar el reportaje ydivertirnos al hacernos pasarpor alguien que no éramos.

Y así es, lo estábamos pa-sando bien hasta que percibi-mos que empezaba a haber

personas que se interesabanpor nuestras vidas y que verda-deramente se sentían preocu-pados por saber cómohabíamos acabado en esa si-tuación.

Recibimos numerosos dona-tivos, y como si del descanso deun trabajo se tratase, nos toma-mos dos cafés invitadas por unhombre mayor que nos ofreciócasa para pasar la noche. La“vuelta al trabajo” fue un pocomás dura, cuando vimos quepersonas, quizás más necesita-das que las demás, nos entre-gaban su dinero.

Este es el caso de un matri-monio de musulmanes a quie-nes no dejó indiferentes nuestrapresencia. Ambos se quedaron

leyendo el cartel, y cuan-do la mujer se dispusoa andar, él la paró.Con un gesto en lacara que no olvidare-mos, buscó en su bol-sillo algo de dineropara darnos; mientrastanto, nosotrasaguantábamos la im-potencia de no poder

decirle que aquello noera verdad.

Otro caso parecido fue el deun chico de unos treinta años,con apariencia desmejorada,que se acercó y entre risas pre-guntó si aquella situación erareal. Al decirle que sí, llenó supuño de euros y nos los dio.

Con estos casos que verda-deramente llegan al corazón,comprobamos que la generosi-dad no consiste en compartircon un mendigo un pedazo de

pan que te ha sobrado, sino encompartirlo cuando estás tanhambriento como él.

Anochecía y un hombre, untanto ebrio y desagradable, mi-raba nuestro dinero mientrasnos ofrecía entre carcajadas sucasa para dormir, de la cualaparentemente carecía. En esemomento, dejamos de pedirporque llegaba a ser peligroso.

Al día siguiente, en el Paseodel Espolón, guitarra en mano,comenzamos a cantar. No tení-amos tanto sentimiento de cul-pa porque lo que íbamos ahacer era mostrar una habilidadsin trampa ni cartón.

La tarde comenzó con unagrata sorpresa. Mientras nospreparábamos para cantar, doschicos que hemos visto algunavez pedir en la calle con sus pe-rros, contribuyeron mientrasnos animaban a cantar los 365días del año. Minutos más tar-de, un músico de profesión,además de su aportación, noshalagó e incluso llegó a pensarque éramos un grupo formadodesde hacía tiempo.

A partir de ese momento, lagente nos observaba al pasarsin predisposición a acercarse.El mayor gancho eran los niñospequeños, que al ser atraídospor la música se acercaban en-simismados y se ponían a bai-lar. A los padres no les quedabamás remedio que echar algunamoneda. Compensó esta situa-ción los ánimos que recibimosde cuatro chiquillas que se que-daron escuchándonos y, trasdecirnos algún que otro piropo,continuaron con su paseo.

En medio de una canción tu-vimos una visita inesperada quenos hizo dudar de nuestra per-manencia en ese lugar. Dosmotos de policía pasaron porallí, pero para nuestro asombrocontinuaron con su camino ynosotras con nuestra canción.

Sucedió algo totalmente im-previsto: la competencia habíallegado. Un violinista se situófrente a nosotras y nos tapó consu música. Desde ese momentoy sin más admiración que la denuestros compañeros de claseque se quedaron escuchándo-nos, decidimos irnos a cantarcada una a nuestras respecti-vas casas.

A pesar de que nos habíaquitado la “clientela”, resolvimosdar al violinista un pequeño do-nativo, porque debe uno ser po-bre para conocer el lujo de dar.

El tercer día fue el más durode todos. Debíamos dar la sen-sación de verdadera pobreza,algo que era realmente compli-cado. Una de nosotras se vistió

Marta, una de las chicas vestida de mendiga frente a la

Catedral. Foto: La Rebe

“Un grano no hace granero,

pero ayuda alcompañero”

(continúa en la página siguiente)

de mendiga y sentada en lasescaleras de la Catedral recibiómás donativo que todo el quepudimos obtener de cualquierotra forma.

En ese momento, sentí laverdadera necesidad de levan-tarme de ahí, porque estaba lle-gando al corazón de la gente, oesa es la sensación que me dioal recibir tanta ayuda depersonas que, sin ni siquieraverme la cara, se compadecíande mí. No aguanté más lasituación y lo dejé, porque mu-chos de los que allí me veríanestarían dispuestos a acercarsepara darme su amparo.

Esta fue quizás la situaciónmás curiosa, puesto que en nu-merosas calles de nuestra ciu-dad podemos ver a mendigosque aparentemente apenas re-ciben limosna.

“Es una sensación gratifican-te ver que esa persona que teha mirado de reojo se para unosmetros más adelante, por ver-

güenza o respeto, para sacarsu dinero, y vuelve para en-

tregártelo”. Por último, el cuarto

día de nuestra investi-gación decidimos ha-cerlo de una maneraoriginal y menos fre-cuente de ver en Bur-gos. Vestidas ymaquilladas de mi-mos, fuimos a la calleen busca de nuevas

aventuras y reacciones. Mientras acudíamos

a la zona elegida parallevar a cabo nuestra

representación, muchasfueron las personas que

por la calle nos paraban ynos decían cosas agrada-

bles, los coches nos pitabany los niños se quedaban mirán-donos, unos con agrado y otroscon temor.

Todo parecía prometedorhasta que, una vez allí, en

el Paseo del Es-polón de

nuevo, no pudimos mostrar to-do lo que habíamos preparado porquenadie nos dio esa oportunidad.

Como nos dijo aquel hombreen la estación de autobuses,“un grano no hace granero, pe-ro ayuda al compañero”. Y cier-to es, con las ayudas recibidasa lo largo de estos días nosbastaría para hacer ese viaje aSantander, o para no dormircon el estómago vacío.

Hay multitud de cami-nantes que se quedan im-pasibles y ajenos antesituaciones de máximaangustia que se cruzanen su camino,pero tambiénpodemosafirmar queson muchaslas personasque son cons-cientes de quesu pequeñaayudacon-

tribuirá a construir ese granero.Pero, sobre todo, no olvidare-mos nunca el gesto que tuvie-ron aquellos que compartieronlo poco que tenían con noso-tras. Y es que, como dijo Leo-nardo da Vinci, “aquel que másposee más miedo tiene de per-derlo”.

Para terminar, que-remos agradecer a

todos los que nosayudaron como si

lo hubiésemosnecesitado re-

almente.La sumaacumuladade36, 77 eu-ros lo re-

partiremos entre todos aquellosnecesitados que estén por lascalles burgalesas luchando porsu vida, porque lo nuestro ha si-do una pobre mentira, pero losuyo es una pobre realidad.

Marta y Andrea, disfrazadas de mimos, actuando en plena calle en busca de nuevas aventuras y reacciones. Los viandantes que

se fijan en ellas responden de distinta forma. Foto: La Rebe

Un niño mira ensimismado mientras las tres chicas tocan la guitarra y cantan en el Paseo del Espolón. Al final, terminó compa-deciéndose y echó una moneda. Foto: La Rebe

“Estaba llegandoal corazón de la

gente, o esa es lasensación que medio el recibir tantaayuda de personas

que, sin verme la ca-ra, se compadecían

de mí”

UNA DIFÍCIL SOLUCIÓN

Actualmente, se está

intentando que la

mendicidad desapa-

rezca. En las ciudades es-

pañolas, la Policía no

puede obligar a un mendigo

a retirarse de un lugar si no

existe una orden judicial

previa. Tampoco existe nin-

guna ley que prohíba la ca-

ridad, pero se previene a

los ciudadanos para que no

aporten dinero a estas cau-

sas.

Diferentes acciones so-

ciales, campañas de todo ti-

po y los albergues tienen

como finalidad ayudar a es-

tas personas.

Estos centros municipa-

les no convencen a algunas

personas sin hogar que, pe-

se al frío y sus precarias

condiciones de vida, prefie-

ren dormir en la calle o pa-

gar un hostal antes que

pasar la noche en alguno

de estos lugares.

“Que un albergue es lo

peor porque están llenos de

yonquis, que no se puede

dormir con los ronquidos de

la gente, que no están dis-

puestos a dormir con ra-

tas”,... son algunas de las

quejas que podemos escu-

char en boca de muchos

vagabundos.

(viene de la página anterior)

Andrea García Sánchez

Marta González Rojo

bienes de Pedro I de Castilla,oro y estaño sepultado en doscámaras romanas y hasta unatumba egipcia.

El único resultado que obtu-vo fue la fama como personajepúblico en la ciudad y el naci-miento de una leyenda.

La red de galerías subterrá-neas halladas durante las frus-tradas excavaciones dieronlugar a nuevas fábulas sobre elparadero al que conducían.

Entre estas galerías, se es-pecula, como posibles salidas,la abertura situada bajo elpuente de Santa María y la ubi-cada en las proximidades de lapuerta Real de la Catedral.

Los fantasmas del pasadoLucía Palma/Silvia Yagüez.“Pues a mí siempre me lo han contado así”. Cuántas veces

se habrán pronunciado estas palabras al escuchar una de tantas famosas leyendas que durante

siglos han recorrido todos los rincones de la provincia. Sería interesante saber cuánto tiempo

perdurarán estas y otras leyendas entre los ciudadanos burgaleses y qué otras nuevas histo-

rias nos sorprenderán. Seguramente serán muchas, pues los rumores circulan rápidamente

por toda la provincia, y si no hay nada que pueda demostrar lo contrario, seguirán creando

esa incertidumbre que tanto las caracteriza.

Por todos es conocida la obse-sión del general de la GuardiaCivil, Leopoldo Centeno, porencontrar el maravilloso tesoroque, supuestamente, las tro-pas napoleónicas abandona-ron en las profundidades de lafortaleza burgalesa.

Centeno se convirtió en unpersonaje popular en 1925,año en el que solicitó los per-misos al Ayuntamiento paraexcavar en el cerro. No encon-tró el tesoro, tan sólo consiguiódespertar la curiosidad de losciudadanos burgaleses.

Diez años después, asegu-ró haber encontrado una nue-va cámara, lo que podía dar

Nadie sabe cómo este famo-so y original reloj llegó a pararen lo alto de la nave mayor dela Catedral de Burgos, peroseguramente procede de al-gún taller de relojeros vene-cianos. No obstante, desdehace siglos circula entre loscastellanos la leyenda sobresu historia.

Se cuenta que la obra fueencargada por el rey EnriqueIII el Doliente, que tenía porcostumbre acudir cada día arezar al templo. Uno de aque-llos días se distrajo con la fi-gura de una hermosa jovenque rezaba silenciosamenteante una tumba del templocatedralicio. El rey decidió se-guirla hasta su casa, escenaque repitió durante varias jor-nadas.

Una mañana, la bella mu-chacha dejó caer su pañueloal paso del rey, quien lo reco-gió y se lo entregó en silenciocon una amable sonrisa.Cuando la muchacha desapa-

La localidad de Ochate, situa-da en el Condado de Treviño,esconde numerosos fenóme-nos paranormales que han si-do noticia desde hace 30años. La historia se basa enuna fotografía tomada por elinvestigador vasco PrudencioMuguruza de un OVNI y pesea que muchos expertos la pu-sieran en duda, la Universi-dad de Bilbao no pudodemostrar la falsedad de laimagen.

Este pueblo quedó desha-bitado entre 1920 y 1930 acausa de las migraciones a laciudad, aunque también exis-ten datos no fiables sobre que

El Chantre de Calahorra esuno de los personajes másfamosos de la cultura popu-lar de Miranda de Ebro, quese convirtió en capiscol de laCatedral de Santa María enla localidad de Calahorra.Fue un hombre justo y bon-dadoso que, entre sus bue-nas obras, daba dinero aquien lo necesitaba y llevó acabo la construcción de unhospital para pobres.

El 1 de octubre de 1352 fa-lleció a las puertas de la Igle-

reció por la puerta, el rey es-cuchó un profundo lamentoque se clavó en su memoria.

Al cabo de unos días, lamujer dejó de acudir a su rezodiario mientras el rey espera-ba y buscaba por todos losrincones del templo. Cuandoquiso averiguar algo de ella,los vecinos le confirmaronque en la casa donde la habíavisto entrar no vivía nadiedesde hacía muchos años yaque todos sus habitantes fa-llecieron a causa de la pestenegra.

Enrique III, deseando noolvidarla, encargó a un artistafabricar un reloj para la Cate-dral que reprodujera sus ras-gos en una figura y que,además, cuando diese las ho-ras lanzase el famoso gemidoque había escuchado y no po-día olvidar. El artífice no logróplasmar la verdadera bellezade la muchacha ni reproduciraquel lamento. Sólo logró quela figura lanzase un graznido.

esto sucedió mucho antes, enel siglo XIX, a raíz de una seriede epidemias como la viruela,el tifus o el cólera.

Ochate fue adquiriendo fa-ma, por lo que fueron surgien-do diferentes historias sobrelos fenómenos misteriosos co-mo las desapariciones de per-sonas, incluyendo al párrocodel pueblo en extrañas circuns-tancias, en 1868. Se especulótambién con la existencia demisteriosas luces y la caída deun rayo en la torre de la iglesia,donde en 1947 apareció unmedallón que actualmente seencuentra en paradero desco-nocido.

Entre los sucesos más ac-tuales, investigados por famo-sos expertos como Muguruzae Iker Jiménez, destacan lagrabación de psicofonías,apariciones paranormales y lapérdida de un investigador yposterior visión de su figura.

En 2007, se realizó una in-vestigación formal sobre losfenómenos paranormales enla zona. Hoy en día, la polémi-ca continúa dando lugar a unintenso debate entre quienesdefienden estas historias yquienes las califican comouna curiosa leyenda que, po-co a poco, se ha ido haciendomás y más famosa.

El enigmático pueblo de OchateEl Papamoscas

pie a otra investigación que lellevó a pedir la misma autoriza-ción al Consistorio, para volvera quedarse con las manos va-cías.

En 1948, posiblementearrastrado por la locura, intentópor última vez descubrir el afa-mado tesoro. Requirió unaayuda económica porque ase-guraba que las riquezas eranenormemente más importantesde lo que se pensó en un pri-mer momento.

Entre la posible fortuna, cre-ía que se encontraba un granarchivo con todos los docu-mentos de la ocupación fran-cesa entre 1808 y 1813, los

El tesoro del castillo

sia de San Nicolás en Miran-da de Ebro. Según la leyen-da, tras ser enterrado en laIglesia mirandesa de SanJuan, su cuerpo fue arrastra-do por el río Ebro en tres oca-siones durante sus habitualescrecidas y depositado en laspuertas de la Iglesia de SantaMaría, por lo que los miran-deses decidieron trasladarleallí. Durante siglos, se ha idotransmitiendo entre los veci-nos que aún le crece el peloy las uñas.

El Chantre de Calahorra

Foto: G.F. Aznárez

Mario Saiz

Cristiano Ronaldo y Messi son grandes estrellas delfútbol, regatean con facilidad a la defensa rival, decidenlos partidos con alguna individualidad... Se podría decirque Benedicto XVI es el "galáctico" de la Iglesia, en cuantoque es una estrella mediática de repercusión mundial.Existe un dicho en este deporte que afirma: "El fútbol sononce contra once y siempre ganan los alemanes"; quizápor eso el "galáctico" de la Iglesia también es alemán.

El partido del siglo:

misa versus fútbol

Foto: Manuel Ruiz

Un aspecto que tienen encomún la Iglesia y el fútbol sonlos seguidores apasionados yenfervorecidos. Los feligresesno tienen nada que envidiar a lahinchada de los equipos de fút-bol, ya que hay situaciones pro-pias de grupos en Facebook:“Señoras que llegan a la cola decomulgar antes que el cura”. Yen ambos hay un “todo pode-roso” que da la casualidad que,por los romanos o por los entre-nadores, acaba crucificado.

Aquí en Burgos se siguemucho el deporte rey, todos losbares se llenan cuando el par-tido es “de pago”, pero los do-mingos siempre hay más genteen las misas de doce y una queen El Plantío viendo al BurgosC.F. ¿Acaso alguien duda deque Benedicto XVI llenaría ElPlantío con una sola visita?

Desde niños vemos series detelevisión que crean afición alfútbol, como “Oliver y Benji”,para verdaderos y auténticos“creyentes”. No es el caso de laIglesia, ya que la película “Mar-celino pan y vino”, al ser en

blanco y negro, no tiene elmismo atractivo visual para lainfancia, y la serie de dibujosanimados se quedó en la pri-mera temporada, dando comoresultado final: “Marcelino pan yvino” 26 episodios; “Oliver yBenji” 4 películas, 2 capítulosespeciales y 368 episodios. Se-ries actuales no hay, nos tene-mos que remontar a “¡Ay Señor,señor!” de AndrésPajares o “El Pá-jaro Espino”, en elque aparecencuras, sí, aunqueno son un buenejemplo.

Muchas vecesla gente quedapara jugar parti-dos de fútbol:entre amigos, conlos compañeros detrabajo, étcetera,pero nadie queda con los ami-gos para celebrar la eucaristía,a no ser que tengas un amigosacerdote. Ni tampoco entrecuras se juegan partidos “solte-ros contra casados”.

El tirón que tiene el merchan-dising de fútbol no lo tiene laIglesia. Hay diarios deportivosque regalan sudaderas de juga-dores o tazas con toda la plan-tilla. El anuncio de esto,trasladado a la religión, seríamás o menos así: “Esta se-mana, con la hoja parroquial, lacartilla de la sotana del padreMundina. Consíguela gratis reu-niendo los cupones y reserván-dola en tu parroquia habitual”.

En cuanto a las lecturas se re-fiere, la Iglesia católica está uni-ficada, por así decirlo. El librosagrado es La Biblia, mientrasque en el fútbol, según de quéequipo se sea, cada domingodestinará la devoción a un pe-riódico u otro. Todo el mundo

sabe lo maloque es juntarel fútbol con elalcohol. Siem-pre está la po-licía pendientede los aficiona-dos para queno haya inci-dentes graves,pero nadie seda cuenta delo peligroso

que es el alcoholen la misa de los domingos. Mu-chos de los curas de la provin-cia de Burgos tienen quecelebrar misas en más de unpueblo al día y ¿cómo van deun lado a otro? En coche. No

sería la primera vez que laGuardia Civil hace soplar a unsacerdote después de la misade 12, y da positivo.

Tanto el fútbol como la Iglesiaposeen futuras promesas quese forman desde jóvenes en elmanejo del balón o la predica-ción; es la cantera, cada uno asu modo pero los dos tienen.Antiguamente era un honor y unprestigio para una familia quesu hijo fuera sacerdote, ya quejunto con el maestro, el boticarioy el alcalde eran los que “par-tían el bacalao” en cada locali-dad. Ahora no es así; como tesalga un hijo futbolista que salteal campo con gomina en el pelo,un par de patrocinadores y unanovia famosa, tienes la vida so-lucionada.

A diferencia de los curas, losjugadores de fútbol tienen comomáximo una actividad de altorendimiento de unos 20 años,siendo muy generosos. Los sa-cerdotes cumplen con su laborhasta que su salud se lo per-mite, no hay fichajes de veranoni mercado de invierno, en todocaso el Arzobispado cambia alos curas de parroquia por rea-juste de personal, pero sin cláu-sula de rescisión. Ya no senegocia con 30 monedas deplata, ahora se sienten los colo-res de un equipo según los mi-llones de euros netos que secobren por temporada. Tam-poco nadie se imagina a un ju-

gador de futbol de 70 años su-biendo la banda y rematando uncórner de cabeza.

Teniendo en cuenta lo diferen-tes que son el fútbol y la misa,no es de extrañar que haya di-versidad de asistentes enambas, pero hay que señalarque se puede asistir a las dos:a misa por la mañana y al fútbolpor la tarde. Además, como sa-bemos, en frente de cada Igle-sia hay un bar. Según acabe elrosario de la tarde se puede ir aver el partido de las 9.

No sería la primera

vez que la Guardia

Civil hace soplar a

un sacerdote des-

pués de la misa de

12 y da positivo

Víctor J. Martínez

Donde caben dos, caben tres; donde caben tres,

caben cuatro; y así hasta 26. Eso es lo que debió

pensar el entonces presidente del Real Moto Club

Han llegado hasta estepunto de sus vidas con un ré-cord Guinnes a sus espaldas,nadie les habrá preguntado porello a la hora depedir un crédito ocuando fueron auna empresa abuscar trabajo.Puede que sea elvecino y nunca lohayamos sabido.Cualquier día pa-saremos a sulado y no sabre-mos quiénes sonni lo que hicieron.Quizás ellos tam-poco esperenque lo sepas.Pero de vez encuando no vienemal echar un vis-tazo al pasado yrememorar aque-llas cosas que undía llenaron deorgullo a una ciu-dad y hoy pocosrecuerdan. Burgos, 9 de abril de 1958,aproximadamente un tercio dela población burgalesa, nadamenos que 25.000 personas,acudía al paseo de La Quinta,donde los 25 valientes se dispo-nían a batir el impensable ré-

cord. Unos acudieron por la no-vedad, otros porque pasabanpor allí y otros simplementepara echar la mañana. Pero tal

y como muestranlas fotos de aqueldía, está claro quea nadie le dejó indi-ferente, pues losgestos de asombroy emoción fueronlos más habituales.La hazaña fue con-sumada frente alnotario José MaríaIlundaín; el peso detodos los integran-tes del grupo erade 1.440 kilogra-mos y recorrieronmás de 600 me-tros. La moto noexperimentó nin-gún cambio en loreferente al motor,pero sí que se aña-dieron unos trave-saños a lo anchodel chasis parapoder tener más

espacio donde apoyarse. Como declaró a Diario de Bur-gos el conductor, Fernando Va-rela, “colocar en un vehículo dedos personas a veinticinco su-pone salirse de lo corriente yentrar en el terreno del cálculo

y de las leyes físicas”. Vareladestacó el papel que cumplió elpresidente en este tipo de ta-reas, ya que fue “la personamás implicada desde el primermomento”. Seguro que había escépti-cos, que estaban seguros deque iba a ser un rotundo fra-caso, pero lo que no sabían esque fueron muchos los mesesque se estuvieron preparando,y como nos comenta Juan Bo-dero, uno de los protagonistas,también fueron muchos los le-ñazos que sufrieron. “Porqueesto es como andar en bicicleta,hay que caerse unas cuantasveces para aprender a llevarla”. Juan tenía 16 años, y diceque “lo hacía por diversión, por-que a pesar de tener que entre-nar siempre de madrugada y delos problemas que surgían, sepasaba un buen rato”. Unasveces entrenaban en el Espo-lón, y otras en La Quinta, aun-que finalmente les dejaronentrenar en el campo de avia-ción de Villafría, donde teníanmás espacio y seguridad.

La aventura italiana

La historia no terminó ahí.Unos meses más tarde, en con-creto el 26 de septiembre de1958, la casa Lambretta, consede en Bari (Italia), ofreció alReal Moto Club Burgalés la po-sibilidad de volver a batir el ré-cord. Esta vez debían serveintiséis personas, y lo teníanque realizar en la cuidad ita-liana. Fueron cuatro los díasque estuvieron en Italia los vein-tiséis burgaleses. Sobre aquellaexperiencia, Juan recuerda:“con dieciséis años y en Italiacon todo pagado, te lo puedesimaginar ”.

Alberto Cubero dice quecuando fueron a hacer las pri-meras pruebas en la fábrica, secaían una y otra vez. “Los italia-nos se desespera-ban”, nos dice conhumor, “y creíanque no iba a salirbien, pero al finalnos dimos cuentade que una de lasruedas se habíapinchado. La arre-glamos y todo salióbien a la primera”.Los requisitos deseguridad eran másestrictos allí, asíque sustituyeron lagorra por el casco;y el uniforme verdemilitar, por unosmonos blancos queles proporcionóLambretta. En estaocasión el conduc-tor fue Julio Ortiz yla hazaña se repitió. Fue másfácil de realizar que la vez ante-rior debido al conocimiento de

Fueron más de los que están y no son todos los que fueron. A nuestra cita acudieron Juan Bodero y Alberto Cubero, pero esta foto también es el recuerdo de losque no pudieron venir, de los que no encontramos y de aquellos que ya no están con nosotros. Este es nuestro humilde tributo a unos héroes burgaleses.

Integrantes del grupo en Italia

Julio OrtizAlberto CuberoJosé Antonio MiguelBuenaventura RuizJesús AlonsoAlejandro HigueraManuel Martínez DelgadoJesús OlallaÁngel FernándezGregorio RodríguezJosé María CastrilloTomás Ibáñez

José GilJavier LerizManuel Martínez del RíoJesús MartínezJuan José GarcíaTomás BoderoJuan BoderoPaulino BenitoJosé GonzálezFrancisco GarcíaPedro BringasJosé López

la moto y del sistema que de-bían seguir para colocarse. La noticia salió en la mayoría delos periódicos de tirada nacio-

nal, y en muchositalianos.

Por un día, elnombre de Burgosfue conocido poralgo más que la Ca-tedral, el Cid Cam-peador y lasmorcillas. Por undía, se confió en lagente en vez de enlos monumentos yunos desconocidosconsiguieron un ré-cord que todavíanadie ha batido. Sumayor motivación:disfrutar.

Juan Boderoopina, muy a supesar, que algo pa-recido actualmente“sería práctica-

mente impensable”. Pero, quiénsabe, donde caben veintiséis,caben veintisiete.

Los

protagonistas

batieron el

mismo récord

dos veces en

el mismo año,

llegando a

subirse

veintiséis

hombres

en una

Lambretta

“Los

italianos

creían que

no iba a salir

bien, pero al

final lo

arreglamos,

y todo salió

bien a la

primera”

Han pasado 52 años y sus vidas han dado muchas vueltas.Tantas vueltas como las que hemos tenido que dar parasaber que el primer conductor de la Lambretta, Juan Va-

lera, vive ahora en Galicia, aunque parte de su familia reside enBurgos. O que José Manuel Preciado, uno de los impulsores deesta proeza, llegó a ser presidente del Burgos C.F. y ahora re-side en Madrid. Algunos se fueron a disfrutar de su jubilación aBenidorm, y otros fallecieron. Por otro lado, Alberto Cubero,además de prestarnos toda su ayuda, vive en Burgos y aprove-cha para escaparse de vez en cuando a la Costa de Sol. JuanBodero, ya jubilado, pasa su tiempo dedicándose a las motos;y su hermano Tomás tiene una de las empresas más importan-tes de la industria burgalesa.

Sara Vélez y Foto Fede

Burgalés, José Luis Preciado, cuando propuso a los

miembros de su club, en 1958, batir el récord de re-

sistencia de personas sobre una Lambretta.

EL SEÑOR

Edificio

de la Plaza Vega, 6Falleció el 15 de septiembre de 2009, después de recibir la maldición del derribo.

Q.E.P.D.

Sus hijos, hermanos, padres, tíos y todos aquellos que se han quedado sin hogar; hijos políticos: el Ayuntamiento de Burgos y su capacidad

de especulación.

Ruegan una oración por el eterno descanso del alma del edificio.

LA SEÑORA

Plaza de Toros

CubiertaFalleció en el año 1999, después de recibir a los Santos Toros y la Bendición de sus espectado-

res.

Q.E.P.D.Su vecino: El Plantío. Hijos políticos: alcaldes, concejales y demás mano

ajena.

Ruegan una oración por el eterno descanso del proyecto. Las honras fúnebres y el funeral secelebraron sin propuesta definitiva en un despacho del Ayuntamiento.

LAS SEÑORAS

Mejores obras de cantogregoriano

de los Monjes de SilosFallecieron en 1993, después de recibir dos Santos discos de platino y la Bendición de ser

número uno de ventas.

Q.E.P.D.

Sus fans ruegan una oración por el eterno descanso del gregoriano.Las honras fúnebres y el funeral se celebraron en el más estricto recogimiento del claustro.

EL SEÑOR

Parque Tecnológico

Falleció en el año 2008, después de recibir lasúltimas Santas Proposiciones de construcción.

Q.E.P.D.

Sus hijos: Universitarios burgaleses exiliados; hijos políticos:La Junta de Castilla y León, El Ayuntamiento de Burgos

y demás familia prometedora.

Ruegan una oración por el eterno descanso de la industria burgalesa. Las honras fúnebres y elfuneral se celebrarán cada cierto periodo, para tener contentos a los votantes.

LA SEÑORA

Cubierta delMonasterio de San

JuanFalleció en 2004 tras relegar el proyecto al fondo de

un cajón.

Q.E.P.D.

Sus hijos políticos: Ministerio de Cultura,Ayuntamiento de Burgos y el presidente de

Caja de Burgos.Ruegan una oración por el alma de la supuesta estructurade cristal que no dañaría los muros perimetrales y de la

más que improbable nueva adaptación del edificio.

AGRADECIMIENTO

LOS AFICIONADOS QUE CREYERONEN EL PROYECTO

Pabellón Arena

Que falleció en las elecciones de 2003 el mismo día de

su nacimiento (Q.E.P.D.), expresan su gratitud al Ayuntamiento

de Burgos por dejar al Autocid Ford sin pabellón para su posible

ascenso a la ACB.

Agradecen a cuantas personas testimoniaron su pésame

y asistieron a los partidos celebrados para el eterno descanso del

alma del equipo.

AGRADECIMIENTO

LOS UNIVERSITARIOS QUE CREYERONEN EL TRASLADO DEL

Campus Río Vena

Que falleció el mismo día de su nacimiento (Q.E.P.D.),expresan su gratitud al Ayuntamiento de Burgos por la mala ges-tión del terreno.

Agradecen a cuantas personas permiten el mal estadode las aulas y a aquellas que asistieron al funeral celebrado por eleterno descanso de su infraestructura.

Araceli Pérez Rastrilla

Menos de una hora hace faltapara saber que el plato agrioque acabamos de preparar noes apto para todos los palada-res, en este caso de los burga-leses. Y mucho menos si, comoingredientes principales, utilizasal Ayuntamiento, el dinero pú-blico y las estatuas colocadasrecientemente por toda la ciu-dad.

Por lo visto, estos temas sonconocidos por todos los ciuda-danos, y si encima le añadimoscredibilidad y respaldo de losmedios, el pastel quema, ymucho. Porque no todas laspersonas están de acuerdo enla colocación de esas figuras debronce, mientras que otras noquieren ni oír hablar del alcaldeo del Ayuntamiento, pero enalgo sí coinciden: no de-sean saber nada deaflojar el bolsillo.

Conocedores deestos hechos, de-cidimos colocar-nos al lado deuna estatua e in-tentar venderla aalgún ciudadanocontando una his-toria que no teníaninguna basereal. El lugar ele-gido fue la esta-tua de lacastañera, ubi-cada en el Paseodel Espolón a la al-tura del arco de SantaMaría. La seleccionamos,no porque nos causara disgustopermanecer con tan distinguidafigura, sino por saber que, delas que existen en la ciudad, esuna de las más queridas. Asíque nos plantamos allí, a las 11de la mañana, en un duro y fríodía en pleno mes de mayo.

Nos equipamos con todo lo

necesario para proceder a laventa: cartel, carpeta en manopara tomar datos y una buenahistoria con la que abordar alpersonal. No hubo que esperarni 5 minutos para que una de-cena de curiosos se acercarana la estatua a leer y fotografiarel rótulo que decía: “Se vendeestatua, motivo 2016”. La tretaque utilizábamos como ávidosvendedores consistía en que elAyuntamiento quería retirar laestatua de la castañera paraponer en su lugar otra con laque los burgaleses se sintieranmás identificados. Se tratabaasí de vender a la castañerapara obtener fondos que permi-tieran sufragar una nueva esta-tua con motivo de la

candidatura de Burgos a la ca-pitalidad europea 2016. Estehecho puso de relieve el des-acuerdo de los paseantes conlas nuevas estatuas. La granmayoría optaba porque se qui-taran las otras, alguno añadíaque todas debían ser retiradas,

aunque no hubiese motivo paraello.

Testimonios, muchos, peroque realmente quisieran com-prarla, muy pocos. La gente, in-crédula por el cartel,preguntaba y se interesaba por

la venta, ya que aquella casta-ñera representaba una

figura entrañable dela ciudad. Para cier-

tas personas, lasnuevas estatuasque jalonabanlas calles burga-lesas no signifi-caban más quedinero malgas-tado, por lo quecreían que eranéstas, y no lacastañera, lasque debían ven-derse. Otros, sin

embargo no du-daron en retirar-

nos el cartel sinmediar palabra y ti-

rarlo al jardín de atrás,acusándonos, a voz en grito, deir en contra del Ayuntamiento yde fomentar el descontento contodo lo promovido por el mismo,haciendo hincapié en que laoposición debería “aguantarse yno meterse donde no le llaman,ya que las estatuas gustan atodo el mundo”.

Esto generó que, durante 15minutos, una veintena de per-sonas contemplara, perpleja, laescena de cómo unos diez se-ñores, entre los que tambiénhabía señoras, se hacían fuer-tes contra nosotros y no para-ban de increparnos, hecho quenada tenía que ver con la cas-tañera. Amenazaron, incluso,con avisar a la Policía ante loque consideraban un acto van-dálico. Gracias a dios, la patru-lla tardó más de 20 minutos enaparecer. Para entonces, ya noestábamos allí y tan sólo lavimos detenerse frente a la es-tatua.

Pero la cosa cambia cuandoel hecho sale en los medios decomunicación. Las estatuasestán dando mucho juego y laprensa no para de hacerse ecode todo lo que tenga que vercon ellas. Tanto es así quehasta la televisión localse interesó por nos-otros y nuestra inicia-tiva, y no dudaron endesplazar un equipohasta la castañerapara poder dar di-fusión a este “in-u s u a l ”acontecimientomediante unmagazine noc-turno. De esta

forma, nuestra credibilidad cre-cía.

Conseguimos nuestro obje-tivo y el plato estaba listo paradegustar. Tratamos un tema deactualidad controvertido y la po-lémica, con el reflejo en los me-dios de comunicación, estabaservida. Y es que, como sesuele decir, “quienes dominen elacceso a la información, domi-narán el mundo”.

Esperamos queeste plato no hayasido de malgusto. ¡Quéaproveche!

HOY, DE MENÚ:

eceta para generar polémica: utiliza temas de ac-tualidad, pero que sean de calidad y sirvan paratener una buena base. Añade dos personas con

gancho y ganas de generar controversia, que seancapaces de mezclarse bien. Contacta con los me-dios de comunicación y remueve hasta que quedeuna buena masa, viértelo en un lugar concurrido yprecalentado con anterioridad. Deja que se haga afuego lento durante unas horas y,... ¡ya está listopara degustar! Aviso: como estamos en Burgos, serecomienda servir caliente.

R

“Quienes dominen

el acceso a la infor-

mación, dominarán

el mundo”

Publicidad: Gonzalo F. Aznárez • Rubén Gamboa • Rebeca González • Pilar Lisbona • Victor J. Martínez • Manuel Ruiz • Jose Carlos Sastre • Alberto Serrano • Sara

Vélez • Maquetación: Raquel Alonso • Veronica Cabria • Jorge Ferrero • Isabel Gutiérrez • Iris López • María López • Lara Loidi • Beatriz Medina • Jose Ruiz • Andrea

Paniagua • Publicidad: Adriana Carballeda • Elena Falcon • Diego Garcia • Fumiaki Kobayashi • Luis Carlos Mayoral • Sara Ruiz • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

Redacción: Magdalena Adrover • Diego Almazán • Andrea García • Javier Gómez • Raquel González • Marta González • Mario Larra • Víctor J. Martínez • Luis J. Min-

guíto • Abel Núñez • Lucía Palma • Araceli Pérez • Samuel Pérez • Nuria Puente • Manuel Rivas • Samanta Rioseras • Mario Saiz • Silvia Yágüez • • • • • • • • • • • • • • • •

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Repercusión medíatica en la televisión de Castilla y LeónRubén Gamboa

Luis J. Minguito