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AMPUTACIÓN DEL ANTEPIE Autor: Luís Tapia Lazo Podólogo Clínico (Primera parte) La amputación puede ser una solución radical a un proceso fisiopatológico que compromete al miembro afectado y que por su falta de respuesta a los tratamientos médicos y multidisciplinarios, o por la agresividad del proceso infeccioso o traumático, y la tardanza en buscar soluciones por parte de algunos pacientes determinan un cuadro complejo o necesario al momento de inclinarse por la decisión de una amputación. Las amputaciones que afectan al pie son más frecuentes a nivel del antepié, sobre todo por la existencia de dos causas: 1. Los procesos vasculares e infecciosos tan presente en los pacientes diabéticos. 2. Traumatismos graves por accidentes. Las amputaciones del antepié son bien toleradas por el paciente y las insuficiencias biomecánicas pueden ser tratadas mediante terapias ortopodológicas no muy complejas. Es importante recordar también que una amputación en cualquier nivel es una intervención que reviste siempre una importancia vital determinada por el efecto en la protetización posterior. Considerando el pie como un sistema equilibrado de palancas se requiere mantener al máximo el equilibrio tendinoso, que permita una deambulación correcta suficiente, evitando o minimizando deformaciones secundarias, entre las cuales el pie equino adquirido y formación de zonas hiperqueratósicas, es la más frecuente como resultante de la amputación del antepié. El nivel de resección siempre estará condicionado por la posibilidad de que el muñón quede recubierto a nivel de su apoyo, con piel plantar, única capaz de soportar las exigencias del peso corporal (fig. 9 y 10).

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AMPUTACIÓN DEL ANTEPIE

Autor: Luís Tapia Lazo Podólogo Clínico

(Primera parte) La amputación puede ser una solución radical a un proceso fisiopatológico que compromete al miembro afectado y que por su falta de respuesta a los tratamientos médicos y multidisciplinarios, o por la agresividad del proceso infeccioso o traumático, y la tardanza en buscar soluciones por parte de algunos pacientes determinan un cuadro complejo o necesario al momento de inclinarse por la decisión de una amputación. Las amputaciones que afectan al pie son más frecuentes a nivel del antepié, sobre todo por la existencia de dos causas: 1. Los procesos vasculares e infecciosos tan presente en los pacientes diabéticos.

2. Traumatismos graves por accidentes. Las amputaciones del antepié son bien toleradas por el paciente y las insuficiencias biomecánicas pueden ser tratadas mediante terapias ortopodológicas no muy complejas. Es importante recordar también que una amputación en cualquier nivel es una intervención que reviste siempre una importancia vital determinada por el efecto en la protetización posterior. Considerando el pie como un sistema equilibrado de palancas se requiere mantener al máximo el equilibrio tendinoso, que permita una deambulación correcta suficiente, evitando o minimizando deformaciones secundarias, entre las cuales el pie equino adquirido y formación de zonas hiperqueratósicas, es la más frecuente como resultante de la amputación del antepié. El nivel de resección siempre estará condicionado por la posibilidad de que el muñón quede recubierto a nivel de su apoyo, con piel plantar, única capaz de soportar las exigencias del peso corporal (fig. 9 y 10).

AMPUTACIÓN DE LOS DEDOS Figura 1: Archivo Clínica Podológica Es frecuente que la amputación de dedos sea provocada por una patología localizada (pie diabético figura. 1). Y que según el criterio médico requiera salvar los dedos restantes y que a su vez situaciones posteriores no obliguen a considerar lo contrario. Hay que recordar que la experiencia de muchos cirujanos los lleva a realizar una correcta amputación transmetatarsiana antes que dejar dedos no funcionales rígidos, deformes y dolorosos (figura.2)

Figura 2: Archivo Clínica Podológica / Luis Tapia Lazo

Figura 3 Figura 4 La amputación de uno o varios dedos determina tres tipos de fenómenos:

1- La reducción proporcional al número de dedos que faltan, disminuyendo la

potencia propulsora de la marcha. 2- La pérdida total de la potencia propulsora a favor del metatarsiano interesado

que resulta sobrecargado en la fase de arranque del paso. 3- La clinodactilia de los dedos sobrevivientes, convergente hacia el espacio que

ha quedado.(Valente Valentí)

Amputación del Iº Ortejo La amputación del 1° ortejo, es la más invalidante, ya que dificulta el óptimo desarrollo en el despegue del pie, provocando insuficiencia de la fase propulsora de la marcha, condicionando la varización del pie y alteración del arco longitudinal interno y finalmente la sobrecarga de las cabezas metatarsianas de los restantes radios. (Figura: 5,6 y 7 úlcera neuropática)

Fig. 5 Fig. 6 Fig. 7

Figura 8: Esquema de amputaciones más frecuentes

AMPUTACIÓN TRANSMETATARSIANA

Considerada como una de las amputaciones mejor tolerada por los pacientes y más idónea por parte de los cirujanos. Mantiene la longitud del miembro inferior y, desde el punto de vista biomecánico, no queda comprometida en exceso la función de despegue durante la marcha. Es fácil de protetizar y responde mejor a los tratamientos de ortésis plantar (figura 9 y 10).

Figura 9: Técnica quirúrgica amputación transmetatarsiana (Fuente: Ortesis y prótesis del aparato locomotor. Gonzalo Casanova. Leal Serra, Viladot Voegeli 1994 Editorial MASSON)

Figura 10: Archivo Clínica Podológica / Luis Tapia Lazo

Tratamientos Ortopodológico en paciente diabético con amputación del 1º ortejo

Ortesis de silicona para compensar la falta del 3º ortejo amputado y evitar la convergencia del 2º y 4º ortejo.

www.podologo.cl

CONCLUSIÓN

Las estadísticas nos señalan que el porcentaje de amputaciones es 15 veces más alto en pacientes diabéticos que en los que no lo son. La incidencia de la amputación contralateral dentro de los siguientes 4 años después de la primera pérdida excede el 50% (Veves A.1992). La suma de nuestras acciones en beneficios de un paciente con riesgo de amputación será igual que la de un paciente ya amputado. Participar en la recuperación funcional del pie será nuestra primera prioridad. Podemos incorporar tratamientos ortopodológicos preventivos de efectividad comprobada en nuestra practica diaria y mejorar la educación hacia nuestros pacientes y conjuntamente una efectiva coordinación entre el equipo de salud. Como profesionales sanitarios es nuestro deber comprender los procesos fisiopatológicos y biomecánicos que afectan al pie amputado. ¿Cuántas amputaciones se podrían evitar con la participación de un podólogo calificado?

Luis Tapia Lazo Podólogo Clínico

Bibliografía:

• Ortesis y Prótesis del Aparato Locomotor / Extremidad Inferior R. Viladot –O.Cohi – S. Clavell. Editorial MASSON 1994.

• Protocolo en la Unidad del Pie Diabético / Angel Camp Faulí – J.I. Mompo Editada por Federación Española de Podología. 1999.

• Ortesis del Pie / Valente Valenti Editorial Medicina Panamericana • Archivo Clínica Podológica Luis Tapia Lazo 2004 -2005 Atención Primaria de Salud Antofagasta-Chile