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Cuadernos Interculturales ISSN: 0718-0586 [email protected] Universidad de Playa Ancha Chile Aguiar Sierra, Rocío; Pinzón Lizarraga, Leny; Duran Lizama, Ana Elena Procesos autogestivos de proyectos productivos de maquila textil en mujeres de la zonas rural de Yucatán-México Cuadernos Interculturales, vol. 8, núm. 14, 2010, pp. 113-143 Universidad de Playa Ancha Viña del Mar, Chile Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55217005008 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Cuadernos Interculturales

ISSN: 0718-0586

[email protected]

Universidad de Playa Ancha

Chile

Aguiar Sierra, Rocío; Pinzón Lizarraga, Leny; Duran Lizama, Ana Elena

Procesos autogestivos de proyectos productivos de maquila textil en mujeres de la zonas rural de

Yucatán-México

Cuadernos Interculturales, vol. 8, núm. 14, 2010, pp. 113-143

Universidad de Playa Ancha

Viña del Mar, Chile

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55217005008

Cómo citar el artículo

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Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Cuadernos Interculturales. Año 8, Nº 14. Primer Semestre 2010, pp. 113-143 113

Procesos autogestivos de proyectos productivos de maquila textil en mujeres

de la zonas rural de Yucatán-México*1

Self developmental processes of women with a tile productive project in the rural area

of Yucatan, Mexico

Rocío Aguiar Sierra**2

Leny Pinzón Lizarraga***3

Ana Elena Duran Lizama****4

Resumen

El papel de las mujeres ha evolucionado para abarcar la representación social, política y su inserción en el mercado laboral. Ellas han logrado aprender habilidades y ganar conocimientos para elevar su calidad de vida, para progresar, para buscar medios de trabajo. La mujer rural también ha evolucionado y avanzado en el acceso a recursos productivos y a la toma de decisiones para generar procesos de desarrollo.Esta investigación tiene como objetivo recuperar las experiencias y los procesos de desarrollo autogestivo de mujeres con proyectos productivos de maquila textil, en cuatro municipios rurales del estado de Yucatán, México, identificando los factores de éxito y fracaso desde el punto de vista de estas mujeres. La técnica empleada para la recolección de datos fue la entrevista semi-estructurada. Se identificaron un total de 26 proyectos productivos.Entre los resultados se encontró que existen grandes diferencias entre los proyectos de los municipios. Sin embargo la mayoría de estas mujeres inicia por razones económicas y contribuye a mejorar las condiciones de vida de su familia. Enfrentan problemas de distinta índole: comercialización, proveedores, costeo y pago de clientes. La mayoría de ellas realiza su trabajo en su propia casa. Emplean a familiares o gente de su municipio.

*1 Recibido: febrero 2010. Aceptado: julio 2010.

Este artículo corresponde al proyecto de investigación: “Procesos autogestivos de proyectos productivos de maquila textil en mujeres de la zonas rural de Yucatán”, Nº864.08-P, del Cuerpo Académico Desarrollo Organizacional de las Micro, Pequeñas y Medianas empresas (ITMER-CA-2), financiado por la Dirección General de Educación Superior Tecnológica.

**2 Instituto Tecnológico de Mérida, México. Correo electrónico: [email protected],mx

***3 Instituto Tecnológico de Mérida, México. Correo electrónico: [email protected]

****4 Instituto Tecnológico de Mérida, México. Correo electrónico: [email protected]

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Todas ellas han experimentado satisfacción por sus logros personales.

Palabras clave: mujer rural, proyecto productivo, maquila textil

Abstract

The role of women has evolved toward acquiring social and political presence and ha-ving a place in the labor market. They have learned abilities and gained knowledge to have a better quality of life to progress, to find job opportunities. The rural women has also evolved and advanced in the access to productive resources and decision making to generate developmental processes.This research has an objective recuperate the experiences and self developmental pro-cesses of women having a productive project in the area of textiles, in four villages in the rural area of the state of Yucatan, Mexico, identifying the factors related to failure and success. Several semi structured interviews were used to gather information. A to-tal of 26 different projects were identified.Results show great differences among the different villages. Nevertheless most women initiated their project due to economic needs, in order to give their families a better life. They face different problems, such a pricing, commercialization, recuperating their inves-tments, etc. Most of them do their work at home. They employ family and people from their village. All of them have experienced satisfactions for their accomplishments.

Key words: rural women, productive project, textiles

1) Introducción

La mayoría de las veces, las mujeres se encuentran con grandes obstáculos para poder desarrollarse y participar en las distintas actividades sociales a las que tienen derecho y que sólo son otorgados a aquellos grupos con poder político o económico.

Esta forma de descrédito hacia las mujeres se matiza en diferentes formas y se observa al ver a las mujeres despojadas de sus derechos legales a las que se les niegan oportunidades de participación política y de acceso a un trabajo bien pagado. Es una forma de estructura ilegal y discriminatoria que niega a las mujeres el acceso a la edu-cación, el empleo y la representación política (UNESCO, 1996).

A las mujeres, en la mayoría de las sociedades, por no decir en todas, se les destina el trabajo referente a la reproducción; requiriendo, en buena medida, manejar distintas habilidades y actividades, aunque este sea un trabajo por el que no reciban una remuneración monetaria (Parella, 2003).

En el contexto en que se desarrollan las mujeres, muchas veces, desde su niñez, se les otorga una educación centrada en la maternidad, como símbolo principal en su desempeño ital. De esta manera, en el seno familiar, se asegura el cuidado en la siguiente generación y de igual manera, como parte de su educación, se les hace

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responsables del cuidado de la familia ante los problemas familiares, las crisis sociales y políticas, los cambios sociales, etc. Se les educa para que acepten y sufran los fracasos familiares, se les hace responsables del mantenimiento del hogar, del cuidado del cón-yuge y del cuidado de los hijos (Rodríguez y Ramírez, 2004).

Sea en la casa o en su empleo, muchas veces tienden a hacer trabajos en forma asistencial o social, como amas de casa, secretarias o enfermeras, esto exige casi siem-pre una “aportación emocional, destrezas prácticas y un conocimiento especializado” (Osborne, 1993: 15).

En este panorama o contexto, la mujer, en su situación como madre, como esposa y como persona, ha buscado una motivación para movilizarse en la atención de sus familias y comunidades. Por eso, ellas han logrado aprender habilidades y ganar conocimientos para elevar su sentido de vida, para progresar, para buscar medios de trabajo y medios de comunicación para la satisfacción de sus demandas y de sus intereses (Baños, 1990).

El papel de la mujer en el siglo XX evolucionó para abarcar otros ámbitos como los de representación social, política y de inserción en el mercado laboral (INCA RURAL, 2006). Desafortunadamente, existe una desigualdad no sólo en el ingreso sino también a la calidad del empleo, pues en tanto 3 de cada 10 mexicanos trabajan en la informali-dad, según el INEGI, en el caso de las mujeres, esta proporción aumenta a 4 de cada 10 (El Universal, 7 de Marzo de 2008).

Muchas veces la oferta de trabajo puede ser determinada por diferentes aspec-tos, como la especialización y la segmentación social, así como las diferentes habilida-des de quienes se encuentran en el trabajo, y de esta manera, se puede visualizar el comportamiento de la oferta de trabajo. Por ejemplo, lo que sucede en los distintos grupos étnicos es que sus propios prejuicios afectan la oportunidad de empleo com-parado con la realidad urbana.

En una encuesta realizada por el Grupo OCC, se refiere que las entrevistadas con-sideraron que el principal motivo que impide el desarrollo de las mujeres es en primer lugar la “falta de oportunidades”, seguida por la presencia de “obligaciones familiares” y en tercer lugar la “sola condición de mujer” (El Universal, 7 de marzo de 2008).

La mujer rural, dependiendo de su edad, etnia y condición, también ha evolucio-nado y avanzado en el acceso a recursos productivos y a la toma de decisiones para generar procesos de desarrollo. Se calcula que el 80% de la fuerza laboral agrícola está constituida por mujeres (INCA RURAL, 2006).

En el medio rural, se puede encontrar una amplia participación de mujeres casa-das y solteras. Sin embargo, y la mayoría de las veces, el número de hijos acaba volvién-dose una limitante conforme avanza el ciclo de vida de las mujeres que laboran. Hay actividades diseñadas teniendo en mente que serán las mujeres las que las llevarán a cabo. Esto es particularmente cierto en la industria textil y en las empacadoras de pro-ductos marítimos, por citar sólo un par de ejemplos (Ramírez, 2001: 33).

2) Planteamiento del problema

Algo importante en lo que se refiere al contexto del trabajo de la mujer, es la forma en que se da la socialización de acuerdo a la cultura, en este caso la cultura maya.

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De acuerdo a Villagómez y Pinto (1997), las nuevas prácticas de trabajo de las mu-jeres mayas, han ido cambiando, ya sea en su entrenamiento o en su educación, sobre-todo en las zonas henequeneras, por la implementación de políticas públicas como la Unidad Agrícola Industrial para la Mujer Campesina (UIAM), Mujeres en Solidaridad, etc. Antes se observaba que las niñas eran preparadas exclusivamente para el matrimonio y la crianza de los hijos.

Hay una variedad de ceremonias tradicionales, que sirven para legitimizar sus acciones ante la sociedad. Este prestigio les da la posibilidad de decisión sobre ciertos recursos económicos y refuerzan el hecho de ser mujer por una de ser mujer mestiza, como una posición privilegiada por tratarse de un grupo social y comunitariamente importante. El prestigio de la mujer toma gran importancia, sobretodo de aquellas que cuentan con un proyecto productivo (Villagómez y Pinto, 1997).

Por otro lado, en lo que se refiere a la industria textil que se realiza en las distintas áreas rurales, es un gran generador de empleo ya que esta se da en distintas áreas como los hogares, fábricas y talleres y se realiza de manera que se pueden vincular y ayudar entre si, lo que favorece el desarrollo de proyectos productivos comunitarios.

El XII Censo General de Población y Vivienda 2000 (INEGI, 2002) reporta el nú-mero de mujeres activas en los distintos municipios. En Chocholá se registran 489, en Teabo 889, en Tekit 995 y en Tecoh 1.252.

Según el Sexto Informe de Gobierno (2007), con el fin de apoyar a las mujeres pro-ductivas distintos organismos han apoyado los proyectos productivos que han surgido entre el año 2006 y 2007. La Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) otorgó a 825 mujeres la cantidad de 4.589.516 pesos, la Secretaria de Desarrollo Social en su programa PROMUSAG ha apoyado a 3.308 mujeres con 1.480.482 pesos, la Secretaria de la Reforma Agraria entregó a 371 mujeres 7.497.213 pesos y el Fondo Nacional de Apo-yo a las Empresas de Solidaridad (FONAES) ha beneficiado a 130 mujeres con un monto de 2.781.691 pesos. Existen otros organismos que ofrecen apoyo como el Servicio Estatal del Empleo Trabajo y Previsión Social, la Secretaria de Economía y la Secretaria de Desarro-llo Rural y Pesca, entre otros (Gobierno del estado de Yucatán, 2007).

De esta forma, se advierte la gran importancia de las fuentes de trabajo en torno a la maquila, ya que esta es una gran generadora de empleo para las mujeres y, su polí-tica se centra en contratar a mujeres debido a su experiencia social y cultural en la rama textil, ya que la mayoría de las maquiladoras se dedican a esta área.

Chavarría (2000) menciona que el incremento del número de empresas instala-das en nuestro país en los últimos cinco años ha permitido la incorporación de hom-bres y mujeres al empleo.

En el caso de la maquila, además, se registra la incorporación masiva de la mujer al mercado de trabajo, donde en los primeros años en México llegó a representar alre-dedor del 80% de la fuerza de trabajo obrera.

De acuerdo al Anuario Estadístico de Yucatán del INEGI (2005), Yucatán cuenta con una población económicamente activa en el año 2004 -de octubre a diciembre- de 618.448 personas; en la industria manufacturera es de 115.023 personas. De estas 115.023 personas 41.238 son mujeres.

En los últimos años el número de proyectos rurales con participación comu-nitaria ha tenido un incremento notable debido a su compromiso con la mejora de la

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eficiencia, la sostenibilidad y el carácter participativo de estos proyectos. No obstante en la práctica su implementación resulta difícil ya que muchas veces engloban diferen-tes sectores y autores que deben colaborar y coordinar esfuerzos de manera eficaz para obtener buenos resultados (Dahl-Ostergaard et al., 2003).

Los proyectos de desarrollo rural de autogestión comunitaria son una herramien-ta para aliviar la pobreza de las zonas rurales. El ámbito de actuación y alcance de estos proyectos puede variar. Existen tres niveles de participación comunitaria. En el primero los actores solo dan la información que se les solicita, en el segundo se presentan diver-sas opciones a la comunidad y solo escogen y en el tercer nivel los actores participan en la ejecución (Dahl-Ostergaard et al., 2003).

El estado de Yucatán existen 106 municipios. Algunos de estos destacan por la manufactura de calzado, objetos de cerámica y barro, confección de trajes y vestimenta típica, entre otros. Esta investigación se ocupa de únicamente de los proyectos de ma-quila textil, seleccionando algunas cabeceras municipales de aquellos municipios que son reconocidos por la confección de productos de este tipo.

En los municipios de Chocholá, Teabo, Tecoh y Tekit hay mujeres que participan en la industria manufacturera. Aunque estas mujeres son miembros de esta industria, son pocas las que tienen la determinación de crear sus propios proyectos productivos, por lo que este estudio se enfoca en estas mujeres.

Se observa, por ejemplo, que a las mujeres productoras crean sus proyectos pro-ductivos en gran medida debido a las necesidades económicas que surgen en su con-texto familiar, como el cuidado de los nietos, la migración de la pareja, la viudez o el abandono del cónyuge (Barrera y Massolo, 1998).

Considerando los factores antes mencionados, este estudio pretende analizar los procesos autogestivos de los proyectos productivos de mujeres en las poblaciones de Chocholá, Tecoh, Tekit y Teabo, a fin de conocer sus experiencias e identificar los facto-res que ellas perciben que son determinantes del éxito y/o fracaso de estos proyectos.

3) Objetivos

El objetivo general es:

Recuperar las experiencias y los procesos de desarrollo autogestivo de mujeres en po-blaciones rurales de Yucatán (Chocholá, Tecoh, Tekit y Teabo), identificando los factores de éxito y fracaso desde el punto de vista de las mujeres.

Los objetivos específicos son:

a) Determinar los procesos de desarrollo de sus proyectos productivos.b) Analizar sus experiencias en este desarrollo autogestivo.c) Determinar su percepción sobre los factores de éxito y de fracaso de sus proyec-

tos productivos.

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4) Justificación

La Secretaría de la Reforma Agraria a través del INCA RURAL (2008) dice que la forma-ción, educación y capacitación de las mujeres rurales es una prioridad para asegurar el futuro del medio rural. Es necesario incrementar su productividad y desarrollar su espíritu emprendedor.

Ante la necesidad de fomentar los procesos autogestivos de índole comunitaria, especialmente en el medio rural y en particular en el caso de proyectos de mujeres, existe la necesidad de analizar sus procesos a fin de que estos sirvan de ejemplo o guía a otras personas con las mismas intenciones.

También es necesario recoger sus experiencias ya que a través de ellas se pueden analizar los obstáculos y dificultades que se encontraron en su camino, en los que es posible que el gobierno y/o otras instituciones públicas o privadas pudieran intervenir para facilitar sus procesos.

No se puede pasar por altos los factores culturales y de género vinculados con sus experiencias de éxito y de fracaso, ya que si bien la sociedad está en proceso de cambio permitiendo la asimilación de las mujeres al sector productivo, aún son diferen-tes sus percepciones y las implicaciones que estas tienen.

Los resultados de esta investigación podrían ser de utilidad a otros grupos de mujeres con deseos de desarrollar sus propias empresas, tanto en el estado de Yucatán como en otros lugares. Pero los resultados no se ven limitados a mujeres o grupos discriminados sino a cualquier proyecto en comunidades rurales, que pudiera tener características similares a los estudiados.

Es necesario que en México se apoyen y se promuevan este tipo de proyectos ya que si la pobreza es una de las características de la mayoría de las poblaciones de la zona rural, son este tipo de proyectos los que podrían sacar adelante a estas comunidades.

5) Marco teórico

A continuación se describen las características de la población rural, en particular de la población rural en México. Además se revisan la posición de la mujer en el campo laboral y su participación en la creación y desarrollo de empresas.

5.1. La población Rural

La población rural ha sido identificada por distintos organismos e investigadores nacionales e internacionales como uno de los segmentos de la población que vive en condiciones de mayor pobreza. Echeverría (1998: 1)), señala que “más del 60 % de los habitantes en condi-ciones de pobreza -de los pobres en México, América Central y los países Andinos- viven en zonas rurales y su pobreza es más extrema que los pobres de las zonas urbanas”.

Según Trejo (2009: 161), en América Latina y el Caribe existen tres criterios que se han adoptado en los censos de los distintos países para distinguir las áreas rurales de las urbanas:

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• Criterio cuantitativo,quedistingue los asentamientoshumanosapartirdeunnúmero de habitantes, cuyo límite divide a las localidades en rurales y urbanas.

• Criteriocualitativo,queconsideracomolocalidadaloscentrospolíticoadminis-trativo como cabeceras municipales, capitales provinciales o cabeceras cantona-les o departamentales, sin importar el tamaño de la población.

• Unacombinacióndeambosdondeseconsideraunoomáscriterios,eltipodegobierno local, un número determinado de habitantes o una proporción de la mano de obra que trabaja en actividades agropecuarias, o en la industria y en los servicios.

En los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 2007a), por ejemplo, se considera la densidad de población y la distancia / tiem-po de viaje hacia una ciudad importante de referencia.

El Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP, 2008: 6), presenta las diversas maneras de consideraciones en América Latina de zona rural:

• Elquesebasaenlapoblación(númerodehabitantes).• Elquesebasaencriteriosadministrativos(centrosdefinidosoficialmentecomo

urbanos, cabeceras municipales, etc.).• ElquesefundamentaenelporcentajedelaPoblaciónEconómicamenteActiva

[PEA] agrícola.• Elbasadoenlapresencia/ausenciadecaracterísticasurbanas(servicios).• Elquesebasaenlaaglomeracióndeviviendas(combinadoconelcriterioadmi-

nistrativo y con el de presencia / ausencia de características urbanas).

Dadas las diversas formas usadas para definir rural, INEGI (2006: 3) ha decidido “usar el criterio relativo al número de habitantes, fijando el límite hasta 2500 habitantes por localidad”. Menciona que el surgimiento de “nuevas ruralidades” acontece por el cambio de status de las localidades (incremento de la población, la fusión de localida-des, la absorción de localidades rurales por la “mancha urbana” o bien, a los avances de los patrones cognoscitivos de las poblaciones rurales (INEGI, 2002).

Echeverría (1998: 1), señala que “más del 60 % de los pobres en México, América Central y los países Andinos- viven en zonas rurales y su pobreza es más extrema que los pobres de las zonas urbanas”. La población que reside en las áreas rurales del país presenta menores niveles de desarrollo y de bienestar, formando uno de los principales grupos marginados, no sólo por vivir en localidades dispersas, lo que les dificulta con-tar con infraestructura de servicios y de comunicación, sino por la baja productividad hora-hombre de la fuerza del trabajo (INEGI, 2002).

Las transformaciones en el orden económico internacional, las crisis agrícolas y los cambios en la política económica nacional de las últimas décadas que han privi-legiado a otros sectores como el industrial y el de servicios sobre el agropecuario, se han expresado en ajustes presupuestales que han afectado al campo. La importación de productos básicos, la cancelación del reparto agrario, entre otros elementos, han conformado un adelgazamiento de los esquemas de financiamiento, que en conjunto

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han conformado un panorama de profundas carencias y fuertes conflictos sociales en la población rural (Bonfil, 1996).

Un enfoque utilizado para definir lo rural es el que hace referencia al tipo de acti-vidades económicas, fundamentalmente, y al trabajo realizado por la población. Desde este punto de vista, la diferencia visible del ámbito rural, respecto de otros, es en reali-dad una manifestación física de las diversas actividades económicas, las cuales suelen describirse, ya sea, clasificando a los trabajadores según la producción o servicio del establecimiento donde laboran; o bien por su ocupación, es decir, de acuerdo al tipo de actividades que cada persona desempeña (INEGI, 2002).

5.2. La población rural en México

México es un país en transición, en 1950 más de la mitad de la población vivía en comu-nidades rurales (menos de 2.500 habitantes), para el año 2000 se estimó que el 25.3% de la población del país vivía en estas comunidades y actualmente, la población rural en México oscila alrededor del 24.6% (Echavarría, 2006). Las zonas más pobres de México se localizan en las áreas rurales, las cuales en el estado de Yucatán presentan una baja o casi nula rentabilidad en sus principales actividades agrícolas, ocasionando que el ingreso que perciben las familias que habitan en estas comunidades, se vea afectado en términos de bajos niveles, con lo que se va acrecentando cada día más el grave pro-blema de pobreza y atraso que les afecta. Esto ha generado cambios en la estructura laboral de estas comunidades generando la existencia de pequeños productores, hacia los trabajos asalariados menos remunerados, a la migración de sus miembros, así como la búsqueda de alternativas de producción en la elaboración de artesanías, el urdido de hamacas, el bordado de hipiles, etc. (Alvarado, Leyva y Bolio, 2004).

De acuerdo con Gil (2002: 2), el desarrollo rural es un “proceso de revitalización equilibrado y autosostenible del mundo rural basado en su potencial económico, so-cial y medioambiental, mediante una política regional y una aplicación integrada de medidas con base territorial por parte de organizaciones participativas”. En los últimos años se ha llevado a cabo un gran esfuerzo para lograr la coparticipación de la mujer en todas las esferas del desarrollo rural (Lorés, 2000).

La población que reside en las áreas rurales del país presenta menores niveles de desarrollo y de bienestar formando uno de los principales grupos marginados, no sólo por vivir en localidades dispersas en el territorio, lo que les dificulta contar con infraestructura de servicios y de comunicación, sino por la baja productividad física y monetaria por hora-hombre de la fuerza del trabajo agrícola (INEGI, 2002).

En México, la distribución de la población en el territorio nacional tiene un perfil muy desequilibrado que obedece a factores de carácter geográfico, económico, social y cultural. Hasta el año 2000 se contabilizan cerca de doscientos mil localidades, de las cuales la mayoría (98.5%) cuenta con una población inferior a los 2500 habitantes que presentan, en general, un cúmulo de carencias en infraestructura y un marcado rezago social y demográfico (INEGI, 2006). Este mismo reporte comenta que:

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“las localidades rurales concentran una proporción de población cada vez me-nor, en la que ha cambiado el peso relativo de los sexos. En 1990, el 28.7% de la población del país residía en alguna localidad rural, en las cuales se observa un leve predominio porcentual de los varones (29.4% contra 28% de las mujeres); sin embargo, en el año 2000 esta diferencia se reduce a menos de 1%, 25.8% de hombres versus 25% de mujeres.” (INEGI, 2006: 17)

El estudio de las zonas rurales según la OCDE (2007a) debería hacerse desde cuatro perspectivas: demográfica, social, económica y ambiental. Con ello ha logrado caracterizar a la población rural de México, ya que es el país con más gente viviendo en comunidades rurales, estas son dispersas, tiene habitantes predominantemente jó-venes, con tendencias a la disminución debido a la migración hacia la zona urbana.

Se observa una calidad de vida muy baja ya que mientras el promedio del pro-ducto interno bruto PIB per capita en las comunidades urbanas es de 141% del prome-dio nacional en el 2002, en los municipios rurales dispersos era del 27%.

La lejanía de estas comunidades a la zona urbana hace que proveerles de los servicios básicos sea muy caro y a veces imposible, de hecho se calcula que cinco mi-llones de personas no tienen acceso a electricidad. Sin embargo la telefonía celular ha permitido que las comunicaciones hayan mejorado por la posibilidad de su amplitud y cobertura.

A pesar de no contar con todos los servicios, en el área de educación se reporta que los jóvenes de 15 años ó más han incrementado sus años de estudio de 4.7 a 5.7, esto debido a un esfuerzo sostenido del gobierno.

En cuanto a salud, sólo el 80% de quienes viven en comunidades rurales tienen acceso a servicios de salud cercanos a su domicilio (menos de 5 km).

La agricultura ha dejado de ser uno de los factores principales enfocándose a las áreas de manufactura y servicios. Sin embargo hay pocas oportunidades para trabajos formales bien remunerados en estas comunidades.

5.3. Comunidades rurales en Yucatán

En el libro Territorial Reviews de la OECD (2007b), se menciona al estado de Yucatán como uno de los que han demostrado mayor crecimiento en la última década. Yucatán debe ser considerada como una región retrasada respecto al resto de la República. Este estado ocupa la posición 18 del ingreso per capita. Tiene un alto nivel de marginalidad. En el 2005 más del 60% de la población rural y el 32% el total de la población vivía en áreas con bajos ingresos, pobres niveles de educación y vivienda inadecuada.

El 66% de la población vive con 2 menos de salarios mínimos y casi la mitad de ellos en condiciones de hacinamiento. Un estudio revela que un alto porcentaje de per-sonas en edad laboral no tienen las habilidades y destrezas necesarias para integrarse a trabajos con ciertos requerimientos que parecieran mínimos en otras poblaciones. Aunque existen atractivos propios del estado para atraer inversionistas faltan estrate-gias para alcanzar estos objetivos. El 95% de los negocios de manufactura y comercio y el 97% de servicios son microempresas de menos de 10 empleados. Estas microempre-

122 Cuadernos Interculturales. Año 8, Nº 14. Primer Semestre 2010, pp. 113-143

sas cubren el 50 % de los empleos del estado.En cuanto a los servicios de salud se puede decir que Yucatán se ha convertido

en el corazón de estos servicios para la zona sureste. A pesar de ello se consideran insu-ficientes aunado a la distancia de las comunidades hacia estos (OECD, 2007a)

Aunque la preparación de los jóvenes es mayor, la posibilidad de encontrar un empleo es más difícil en estos momentos.

Yucatán también ha incrementado su participación en la exportación, especial-mente por la maquila que representa el 50% de estos envíos, sin embargo esto no ha sido suficiente para lograr avances económicos importantes. Habría entonces que con-siderar que la posición geográfica de Yucatán es una ventaja competitiva poco apro-vechada. La preocupación por alcanzar altos niveles de productividad a fin de entrar a mercados más competitivos, no es una característica del estado.

De los 106 municipios del estado, se han considerado como microrregiones de alta marginalidad el 70% (75) de ellos (SEDESOL, 2009).

La capital del estado, Mérida, se ha convertido en el centro de educación superior de la península, contribuyendo a que un 11% de la población total alcance un nivel profesional. La inscripción al bachillerato se ha incrementado de manera notoria en la última década en las comunidades rurales.

Indiscutiblemente la ciudad de Mérida tiene todas las ventajas respecto del resto del estado, ya que en educación, salud, turismo y generación de empleos tiene amplias ventajas.

5.4. La participación de las mujeres en el trabajo

Si se analiza la situación de la mujer en forma retrospectiva, se puede ver que ésta adquiere resonancia pública a partir de 1975, año en que se inicia el decenio de las Na-ciones Unidas para la mujer, y se comienzan a llevar a cabo algunos esfuerzos por parte de los gobiernos del mundo y de las organizaciones comprometidas con el desarrollo en esta materia (Errázuriz, 1992). En los últimos treinta años, gracias al acceso masivo a la educación y a la capacitación, una gran cantidad de mujeres puede variar sus aspira-ciones vitales y dedicar gran parte de su tiempo a la búsqueda, y consolidación de un puesto de trabajo, como garantía de independencia económica y como seguro de vida autónoma (Simón, 2008).

A las mujeres, en la mayoría de las sociedades, se les destina el trabajo referente a la reproducción; requiriendo, en buena medida, manejar distintas habilidades y activi-dades, aunque este sea un trabajo por el que no reciban una remuneración monetaria (Parella, 2003).

Por eso, ya sea en la casa o en su empleo, muchas veces tienden a hacer trabajos asistenciales, como amas, de casa, secretarias o enfermeras, que exigen una “aportación emocional, destrezas prácticas y un conocimiento especializado” (Osborne, Cozens y West, 1993: 15).

Así, al hablar de asistencia, supone que la mujer anteponga las necesidades de los demás a las propias. En casos como estos, Osborne et al. (1993), comentan que esto se observa en la atención que ponen con los hijos o con el marido, utilizando en bue-na medida una gran cantidad de tiempo y disponiendo del resto del tiempo para sí

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misma.Entonces, al estudiar la forma de participación de las mujeres, dentro de las dis-

tintas crisis sociales que han surgido, así como las diversas reestructuraciones de orden económico, social y político en el país, se observa que la participación de la mujer en el trabajo se mantiene, sin abandonar su estatus marital.

Se observa también que el trabajo de la mujer rara vez es realizado por un hom-bre, diferenciando los empleos por géneros; y por lo tanto, debido a la situación y con-texto de la mujer dentro del ámbito laboral; este trabajo es de menor grado o índole que el del hombre.

Es habitual encontrarse a mujeres trabajando en tareas artesanales, en el en-torno agrario, en la construcción, en los servicios y en sectores marginales como la prostitución. Sin embargo, se puede observar que, muchas de estas ocupaciones, aunque varíen de una cultura a otra, o que existan diferencias en torno al contenido del trabajo, o de su intensidad o cantidad, estas se encuentran conectadas con el género, o mejor dicho, con la situación generacional y contextual de la propia mujer (Parella, 2003).

Se observa, por ejemplo, que a las mujeres productoras crean sus proyectos pro-ductivos en gran medida debido a las necesidades económicas que surgen en su con-texto familiar, como el cuidado de los nietos, la migración de la pareja, la viudez o el abandono del cónyuge (Barrera y Mazzolo, 1998).

Sin embargo, cuando la mujer realiza actividades que no son en torno al ámbito reproductivo, la forma en que se da la división del trabajo se hace compleja, sin que se pueda explicar en base de las necesidades de las económicas o de las necesidades familiares.

Como menciona Villagómez y Pinto (2005) en la actualidad, en todos los sectores sociales y perfiles sociodemográficos se encuentran mujeres con grandes cargas de trabajo, al frente de una familia con o sin presencia masculina”

5.5. La mujer rural microempresaria

Trivelli y Yancari (2009: 3) mencionan que la realidad es que:

“Hay muchos ejemplos que dan cuenta de que las mujeres rurales, pobres e indí-genas tienen la agencia para salir adelante pues saben aprovechar las oportuni-dades que se les presentan. Es verdad que enfrentan muchos ‘cuellos de botella’, algunos de los cuales no tienen cómo vencer por sí solas, quedando entrampa-das en un circuito perverso que reproduce su pobreza y exclusión; sin embargo, una vez que logran vencer esas restricciones, la cosa es diferente: ya pueden seguir solas, como ordenadas emprendedoras que saben bien lo que quieren.”

El mundo rural está experimentando cambios muy profundos en las últimas dé-cadas, cambios que tienen que ver con su rol productivo en la sociedad global de la que forma parte. Las mujeres son receptoras de este cambio. Ellas están en el centro del mismo, y lo han hecho, desplegando estrategias tendientes a aumentar su partici-

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pación, responsabilidad y poder social (Sampedro, 2002).La creciente participación de las mujeres en el mundo de las microempresas, está

basada en tres tipos de motivaciones: una relacionada con la necesidad económica de aportar ingresos a su familia; la otra con la necesidad de autorrealización y por último por la búsqueda de una autonomía financiera personal. Un porcentaje alto de muje-res desarrollan una actividad económica en su casa, con poca tecnología (Rodríguez, 2004).

Monares, Monares y Bustamante (2002) dicen que para que una mujer rural se convierta en microempresaria, se debe analizar el entorno económico-financiero en que se desenvuelve. El objetivo fundamental de convertir a la mujer rural en microem-presaria es generar fuentes de ingresos y mejorar su calidad de vida.

En México, los pequeños proyectos productivos constituyen la gran mayoría de las unidades productivas, contribuyen de manera importante al ingreso nacional y son las principales fuentes de empleo; las mujeres, tienen un papel fundamental en este sector (Instituto Nacional de las Mujeres, 2006).

En los últimos años se ha llevado a cabo un gran esfuerzo para lograr la copartici-pación de la mujer en todas las esferas del desarrollo rural (Lorés, 2000).

La creciente participación femenina en las microempresas, como se mencionó anteriormente basada en diferentes motivaciones: como son la necesidad económica de aportar ingresos a su familia; la necesidad de autorrealización y la búsqueda de una autonomía financiera, ha llevado a un gran número de mujeres a emprender un nego-cio (Rodríguez, 2004).

Un porcentaje muy alto de mujeres desarrollan una actividad económica microe-mpresarial en su casa, utilizando la tecnología doméstica. Esta situación les permite, por una parte, cumplir con su condición de productora y de reproductora, pero por otra, las limita en su crecimiento empresarial y en el tiempo que dedican a su microempresa, reduciendo su movilidad para buscar la materia prima a un menor costo o buscar nue-vos mercados; mientras que el hombre, al no tener la responsabilidad del hogar puede dedicar todo su tiempo al negocio (Rodríguez, 2004).

El Instituto Nacional de las Mujeres (2006: 29) comenta que:

“Un proyecto de desarrollo (o productivo) se dirige a satisfacer necesidades concretas y a facilitar la expansión de necesidades humanas, intentan siempre resolver una carencia, una necesidad y miran al futuro que intentan mejorar, re-uniendo los siguientes puntos: a) Transformar la realidad, b) Tener un objeto claro y definido, c) Estar dirigido a un grupo humano determinado, d) Solucionar un problema y mejorar la situación, e) Tener un límite temporal, f) Contar con recur-sos preestablecidos y g) Permanencia de sus efectos en el tiempo.”

Los proyectos productivos surgen a partir de distintas experiencias, oficios, re-cursos y habilidades de los habitantes de la región y de las características propias de cada municipio y localidad en que se desarrollan. En el mercado de trabajo mexicano coexisten grandes y medianas empresas con actividades económicas organizadas en pequeña escala, que utilizan escasa tecnología y tienen muy baja productividad; estos sectores han sido denominados como marginales, no capitalistas, informales de distin-

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tos tipos, precarios y/o no estructurados (García, 2000).En México, los pequeños proyectos productivos constituyen la gran mayoría de

las unidades productivas, contribuyen al ingreso nacional y son las principales fuentes de empleo; las mujeres, como administradoras o propietarias, tienen un papel funda-mental en este sector (Instituto Nacional de las Mujeres, 2006).

En particular De la Peña (1999: 93) menciona que:

“los trabajos en las maquiladoras son considerados trabajos para mujeres. La mano de obra femenina es más barata o más productiva o una combinación de ambas. El resultado neto es que el costo por unidad de producción es menor con mano de obra femenina. Se ha comprobado, en varios estudios que la mano de obra femenina es entre 20 y 50% más barata que la masculina en trabajos similares.”

Según Ramírez (2004), en la década de los noventa se observó un crecimiento constante de las maquiladoras, específicamente maquiladoras textiles en Yucatán:

“en esos tiempos la producción textil se realizaba en pequeños talleres y fue parte de una estrategia integral. El gobierno del estado dotó de las primeras maquinas de coser con motor a mujeres mayas, quienes eran refaccionadas y contratadas por empresarios particulares.” (Ramírez, 2004: 83)

5.6. Método y materiales

Se trata de una investigación descriptiva ya que pretende caracterizar el objeto de estu-dio (Aguiar y Pinzón, 2007) y transversal, pues la recolección de datos se hace una sola vez, en un momento específico en el tiempo (Hernández et al., 2006).

Los sujetos de estudio fueron mujeres con proyectos productivos de maquila textil en el estado de Yucatán, de los municipios de Chocholá, Tecoh, Tekit y Teabo. En estos municipios se identificaron todos los casos de mujeres líderes de proyectos productivos activos de maquila textil que tengan a otras mujeres como empleadas.

La técnica empleada para la recolección de datos fue la entrevista semi-estruc-turada. Los elementos que se analizan son: procesos de desarrollo, experiencias en ese desarrollo y factores de éxito y fracaso. En cuanto a los procesos de desarrollo se preten-de conocer su gestación, historia y cambios a lo largo del tiempo. Por lo que se refiere a experiencias de desarrollo se analizan los efectos que su involucramiento en esta ac-tividad productiva ha tenido en su persona, su familia y su comunidad desde su propia perspectiva. Por último en factores de éxito y fracaso, se incluyen tantos su apreciación de lo que es éxito y fracaso como los factores que han propiciado en su caso éxito y los obstáculos que han encontrado.

El procedimiento seguido para la recolección de datos fue el siguiente. Primeramente se hacía una visita de ambientación a la localidad en cuestión. En esta visita los investigado-res se dividían en grupos y se dividían también los diferentes sectores de la población. Se recorrían las calles y se platicaba con la gente. Si se conocía alguna persona de la localidad,

126 Cuadernos Interculturales. Año 8, Nº 14. Primer Semestre 2010, pp. 113-143

como era el caso de algunos estudiantes, éste se encargaba de identificar tantos proyectos productivos en maquila textil de mujeres, como fuera posible. Si no se conocía a nadie en la población se procedía a averiguar entre los vecinos, preguntando de casa en casa hasta identificar todos los casos posibles. Una vez con una lista de posibles sujetos de estudios, se procedía a contactarlas y explicarles la razón del estudio. Posteriormente se concertaban citas con cada una de las mujeres y se realizaban tantas visitas como fueran necesarias para recabar la información. El número de visitas dependía del tiempo de que disponía la per-sona entrevistada para responder las preguntas del investigador. El número de visitas varío entre tres y cinco a cada una de ellas. Durante las visitas los investigadores observaban el lugar de trabajo y la forma donde se realizaban los trabajos, distribución, personal, etc.

6) Resultados

A continuación se presenta una descripción de las poblaciones en las cuales se realizó la investigación. Posteriormente se hace un resumen de sus datos demográficos de los casos de cada población, y se realiza un análisis comparativo entre los casos de las distintas poblaciones.

6.1. Descripción de las poblaciones

Es importante mencionar algunas características de los municipios a los que pertene-cen las mujeres que fueron entrevistadas. Los municipios visitados fueron Chocholá, Teabo, Tecoh y Tekit.

Estos municipios han sido urbanizados. La mayoría de las casas conservan las carac-terísticas de la región, son una mezcla de paja, mampostería y láminas. El ambiente es tran-quilo. La transportación es básicamente en triciclos, bicicletas y a pie, aunque hay autos en la población. Tanto las mujeres como los hombres adultos visten con los trajes típicos regio-nales, mientras que las y los jóvenes, tanto niñas como niños usan ropa común de la zona urbana. La mayoría de las mujeres se encuentran en sus casas y reciben de manera cordial y atenta a los visitantes. Cabe mencionar que, aunque todas las entrevistadas hablan español, su lenguaje es algo limitado y sus respuestas breves, pues entre ellas se comunican en maya, aunque no tienen reparo en contar sus problemas y situaciones personales.

El Municipio Chocholá se encuentra localizado al oeste del estado y aproximada-mente a 21 kilómetros al suroeste de la ciudad de Mérida, capital del estado de Yucatán. Cuenta con una extensión territorial de 99.64 km². El municipio colinda al norte con los municipios de Samahil y Umán; al sur con Kopomá; al este con Umán y al oeste con Maxcanú y Samahil.

Según el II Conteo de Población y Vivienda de 2005, el municipio tiene 4.339 habitantes, de los cuales 2.205 son hombres y 2.135 son mujeres. También refiere que existen un total de 1.109 viviendas.

De acuerdo con cifras al año 2000 presentadas por el INEGI (2002), la población económicamente activa del municipio de Chocholá asciende a 1.687 personas. Como puede verse en la tabla 1, el 44% de ellos labora en el sector secundario, mientras que un 33% se dedica al sector terciario.

Cuadernos Interculturales. Año 8, Nº 14. Primer Semestre 2010, pp. 113-143 127

Tabla 1: Sectores en los que labora la población económicamente activa de Chocholá

Sector Porcentaje

Primario (Agricultura, ganadería, caza y pesca)Secundario (Minería, petróleo, industria manufacturera, construcción y electricidad)Terciario (Comercio, turismo y servicios)Otros

24,9141,24

33,130,72

Los proyectos productivos de esta población fueron detectados por medio de uno de los jóvenes investigadores que participa en este proyecto y vive en la pobla-ción mencionada. Durante la primera visita a la población, se visitó en sus talleres a las mujeres que tenían proyectos productivos en el área textil las cuales ayudarían en la in-vestigación. Se detectaron inicialmente cinco proyectos, aunque sólo tres reunieron los requisitos para ser parte del estudio. Posteriormente se identificaron 2 más, haciendo de esta manera un total de 5 casos.

Por su parte el municipio de Teabo ocupa una superficie de 261.87 km2. Limita al norte con Mayapán-Chumayel, al sur con Tekax, al este con Cantamayec-Tixméhuac y al oeste con Maní-Akil.

De acuerdo a los resultados que presenta el II Conteo de Población y Vivienda del 2005, en el municipio existen un total de 1.121 viviendas.

De acuerdo a los resultados del Conteo de Población y Vivienda (2005), en el municipio habitan un total de 4.389 personas. Las cifras al año 2000 presentadas por el INEGI reportan que la población económicamente activa del municipio asciende a 1.983 personas, de las cuales 1.981 se encuentran ocupadas. Como puede observarse en la tabla 2 casi un 43% se encuentra en el sector secundario mientras que el 33% se encuentra realizando labores en el sector primario.

Tabla 2: Sectores en los que labora la población económicamente activa de Teabo

Sector Porcentaje

Primario (Agricultura, ganadería, caza y pesca)Secundario (Minería, petróleo, industria manufacturera, construcción y electricidad)Terciario (Comercio, turismo y servicios)Otros

33,3742,96

23,370,30

El Municipio de Teabo es reconocido por la confección de hipiles y ternos regio-nales bordados a máquina ó bien, de punto de cruz. Es parte de los proyectos que estas mujeres subcontraten a otras entregándoles hilos y tela para que realicen en su casa el trabajo que llevará entre 4 y 8 meses, al cabo de los cuales las líderes les pagan y se llevan el trabajo para terminar el armado. Es por esto que estas mujeres no tienen un taller como en el caso de Chocholá, ya que su trabajo se realiza a mano.

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Para la identificación de los proyectos productivos de esta comunidad, se dividió la población en seis zonas, enviando a dos investigadoras a visitar de casa en casa la zona que les fue asignada. En total se identificaron 9 casos que contaban con las carac-terísticas necesarias para formar parte de esta investigación.

El municipio de Tecoh ocupa una superficie de 452.2 km2. Limita al norte con Timucuy, al sur con Chapab, al este con Cuzamá-Homún-Tekit y al oeste: Abalá-Saca-lum-Mérida. Cuenta con 11 comisarías: Oxtapacab, Itzincab, Sotuta de Peón, Lepán, X-Kanchakán, Santa Rita, Mahzucil, Telchaquillo, Pixyá, Sabacché y Chinquilá.

De acuerdo al XII Censo General de Población y Vivienda 2000 efectuado por el INEGI (2002), la población total del municipio es de 14.380 habitantes, de los cuales 7.272 son hombres y 7.108 son mujeres.

De la población en edad de trabajar 5.018 se encuentran ocupadas y se encuen-tran laborando en los sectores que se presentan en la tabla 3. El mayor número se encuentra en el sector secundario y el terciario.

Tabla 3: Sectores en los que labora la población económicamente activa de Tecoh

Sector Porcentaje

Primario (Agricultura, ganadería, caza y pesca)Secundario (Minería, petróleo, industria manufacturera, construcción y electricidad)Terciario (Comercio, turismo y servicios)Otros

22,2040,02

36,531,26

En esta población se investigó en las oficinas de la comisaría de la población además de algunos conocidos de los investigadores, pudiendo identificar un total de 6 casos. Aunque existen otros casos de mujeres que se dedicaban a la maquila textil estas no cubrían con el requisito de contar con gente a su mando.

El municipio de Tekit ocupa una superficie de 219.71 km2. Limita al norte con Tecoh-Homún, al sur con Mama-Mayapán-Chumayel, al este con Sotuta y al oeste con Tecoh.

De acuerdo a los resultados que presenta el II Conteo de Población y Vivienda del 2005, el municipio cuenta con un total de 9.163 habitantes en un total de 1.970 viviendas.

Como puede verse en la tabla 4, de acuerdo con cifras al año 2000 presentadas por el INEGI, la población económicamente activa del municipio ascendía a 3.458 per-sonas, de las cuales 3.448 se encuentran ocupadas y trabajan preferentemente en el sector secundario.

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Tabla 4: Sectores en los que labora la población económicamente activa de Tekit

Sector Porcentaje

Primario (Agricultura, ganadería, caza y pesca)Secundario (Minería, petróleo, industria manufacturera, construcción y electricidad)Terciario (Comercio, turismo y servicios)Otros

14,4769,14

15,980,41

Este poblado se caracteriza por la maquila de guayaberas. En esta población vivía una de las alumnas participantes en la investigación, cuya familia se dedica a la maquila textil. No pudiendo ser su caso objeto de estudio ya que el líder del proyecto es su pa-dre. A pesar de esto, su trabajo le permite conocer a las demás personas de la población que se dedican a la maquila textil, con lo que se pudo identificar un total de 11 casos.

6.2. Chocholá

A continuación se describen los datos demográficos y una comparación entre los casos identificando las diferencias y las semejanzas.

6.2.1. Datos demográficos.

Como se recordará en esta población se identificaron 5 mujeres líderes de proyectos productivos de maquila textil. De las 5 mujeres entrevistadas 80% (4) estaban casadas y 20% (1) separada, como puede verse en la figura 1.

Figura 1: Estado Civil de las mujeres de Chocholá

Por otra parte sus edades se encontraban dentro de un rango bastante homogé-neo, esta oscilan entre los 34 y los 46 años, con una media de 37.8 (ver tabla 5).

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Tabla 5: Edades de las mujeres de Chocholáç

Casos Edades Frecuencia

12 y 4

35

34 años35 años39 años46 años

1211

Todas estas mujeres tienen hijos y el número de ellos varía entre 1 y 5, como pue-de verse en la tabla 6. Tres de ellas tienen 2 hijos.

Tabla 6: Número de hijos de mujeres de Chocholá

Casos Hijos Frecuencia

1, 2 y 345

215

311

Existe una gran variabilidad entre ellas acerca de la antigüedad del negocio. La pro-pietaria con mayor tiempo tiene su negocio desde hace 30 años en contraposición de aquella que sólo tiene 2 años de haber iniciado. La media es de 15.4 años (ver tabla 7).

Tabla 7: Tiempo en el negocio

Casos Tiempo con el negocio

12345

20 años 2 años15 años10 años30 años

En cuanto al número de personas que emplean, este varía entre 2 y 6, con una media de 3.4. El caso 5 es el que presenta mayor número de empleadas (ver Tabla 8).

Tabla 8: Número de empleadas por caso

Casos Empleados

12

3 y 55

4326

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Algunas de estas mujeres emplean a familiares en el negocio y otras no. Como puede verse en la figura 2, sólo el 40%(2) de ellas emplea a familiares.

Figura 2: Número de mujeres de Chocholá que emplean familiares

El 40% emplean afamiliares

El 60% no

De estas 5 mujeres, el 40% (2) han solicitado apoyo económico de alguna institu-ción o dependencia para su proyecto productivo, otro 40% (2) no lo ha solicitado y sólo el 20% (1) ha solicitado y recibido apoyo (ver Figura 3).

Figura 3: Solicitudes de apoyo económico de los proyectos de Chocholá

40% a solicitadoapoyos

20% a recibidoapoyo

40% no a solicitadoapoyo

6.2.2. Semejanzas y diferencias en los casos de Chocholá

Entre las coincidencias entre las mujeres con proyectos productivos textiles de Chocho-lá se encuentra que la razón para iniciar su negocio fue por dificultades económicas o bien, por el deseo de independizarse. La mayoría de ellas inicia su negocio con una única máquina de coser y sólo en dos casos se habla de un capital que fluctúa entre 2.000 y 5.000 pesos. Estos fondos son producto del ahorro personal. En la mayoría de los casos el negocio funciona en la casa de la líder del proyecto, sólo una persona tiene una casa dedicada para el negocio.

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En cuanto a sus experiencias en estos procesos de desarrollo, dos de ellas ha-blan de la satisfacción que les da crear empleos para gente de su propia comunidad. También se habla de que les ha ayudado a ser más independientes, han contribuido a mejorar la economía familiar en cuanto que han podido mejorar su vivienda y costear la educación de sus hijos. En general su principal motivación son sus hijos y al parecer su experiencia es satisfactorias haciéndoles sentirse útiles y productivas.

Entre los factores que les han llevado al éxito, mencionan la calidad de su trabajo, la satisfacción de sus clientes, la aceptación de su producto, el apoyo familiar y que tienen metas y objetivos bien trazados. Cono factores de fracaso se mencionan la falta de capital, la falta de trabajo, la falta de promoción, retrasos de los proveedores, clientes que no pagan y las fiestas del pueblo. De estas últimas dicen que si hay fiesta los em-pleados no quieren trabajar.

6.3. Teabo

A continuación se describen los datos demográficos de esta comunidad, y se compa-ran, identificando las diferencias y las semejanzas. Como en el caso anterior, la informa-ción recabada entre la comunidad permitió encontrar nueve proyectos inicialmente.

6.3.1. Datos demográficos

En esta población de las mujeres entrevistadas el 89% (8) son casadas, solamente una de ellas es soltera (11.1%), lo que puede observarse en la figura 4.

Figura 4: Estado Civil de las mujeres de Teabo

Así mismo las edades de las participantes se encuentran muy dispersas ya que oscilan entre los 30 y los 67 años, con una media de 48.2 (Ver tabla 9).

Cuadernos Interculturales. Año 8, Nº 14. Primer Semestre 2010, pp. 113-143 133

Tabla 9: Edades de las mujeres de Teabo

Casos Edades Frecuencia

12

3 y 548

7 y 9

67 años56 años54 años39 años30 años47 años

112112

El número de hijos varía entre 1 y 9, como puede observarse en la tabla 10 y solo una persona no tiene hijos.

Tabla 10: Número de hijos de mujeres de Teabo

Casos Edades Frecuencia

1, 2, 3, 5 y 64

7, 8 y 9

entre 5 y 90

entre 1 y 3

513

En lo que se refiere al tiempo de inicio, los datos son dispersos ya que la que tiene menos tiempo inició hace 5 años, en cambio el caso que tiene más tiempo inicio hace más de 40 años como se puede observar en la tabla 11.

Tabla 11: Tiempo en el negocio

Casos Tiempo con el negocio

12, 3, 4, 95, 786

Más de 40 añosEntre 40 y 30 añosEntre 20 y 10 añosMenos de 10 añosNo definido

Hablando de personas que emplean, este varía entre 3 y 23 personas, además existen personas que contratan gente de acuerdo a su nivel de pedidos o las contratan de manera eventual cuando la temporada de venta alta (ver tabla 12).

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Tabla 12: Número de empleadas por caso

Casos Empleados

1 y 23456789

10según necesidades

36

232241

En alguno de los casos las mujeres optan por contratar a familiares para que tra-bajen en el negocio, en otros casos la familia no forma parte del negocio y existe otro grupo que además de emplear a familiares, emplea a gente de la comunidad, lo que se puede observar en la figura 5.

Figura 5: Número de mujeres de Teabo que emplean familiares

El 44.50%emplean afamiliares

El 33.30% no

El 22.20% empleaa ambos

De los 9 casos, el 44.5% no han solicitado ningún apoyo. Sin embargo del 33.3% (3) que han solicitado apoyo económico a alguna institución o dependencia para su proyecto productivo, sólo el 22.2%(2) de estos han sido beneficiados (Ver figura 6).

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Figura 6: Solicitudes de apoyo económico de los proyectos de Teabo

El 33.3% asolicitado apoyos

El 22.2% a recibidoapoyo

El 44.5% no asolicitado apoyo

6.3.2. Semejanzas y diferencias entre los casos

Todas se dedican a la elaboración de hipiles y trenos. En dos (22%) casos elaboran además hamacas. Y solamente alguna persona (11% se dedica a hacer manteles de hilo contado o productos de tejido de gancho.

En Siete de los casos (78%) el bardado de punto de cruz es una tradición familiar y en ocho casos (89%) aprendieron antes de casarse.

En cuando a lo forma de vender su producto, 4 de ellas menciona que vende su producto en Mérida, de puerta en puerta y 3 de ellas (33%) tienen clientes fijos (entre 1 y 5). En algunos casos, estas personas revenden su producto.

Cuando hablan de lo que las ha llevado al éxito se mencionan: dedicación, apoyo familiar y venta a plazos. En cuanto al fracaso la mayoría de los problemas son de tipo económico, ya que figuran como factores importantes la falta de capital y la falta del cumplimiento en los pagos por parte de los clientes.

6.4. Tekit

A continuación se se describen sus datos demográficos y finalmente se hace una com-paración entre los casos identificando las diferencias y las semejanzas. Los nombres han sido omitidos para guardar la confidencialidad. Se obtuvieron 6 proyectos inicialmente. Es importante hacer notar que este poblado es conocido porque su gente se dedica a la confección de guayaberas.

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6.4.1. Datos demográficos

En la población de Tekit se entrevistaron a 6 mujeres de las cuales el 64% (4) son casadas y el 33% (2) son solteras, lo que se observa en la figura 7.

Figura 7: Estado Civil de las mujeres de Tekit

Casadas 64%

Soltera 33%

En los que respecta a edades se observa en la Tabla 13 que las edades de estas mujeres son diversas y oscilan entre los 23 y 45, con una media de 39.

Tabla 13: Edades de las mujeres de Tekit

Casos Edades Frecuencia

64

1 y 532

45 años44 años42 años38 años23 años

11211

El número de hijos varía entre 1 y 7, y solamente 2 mujeres no tienen hijos. Esto puede observarse en la Tabla 14.

Tabla 14: Número de hijos de mujeres de Tekit

Casos Edades Frecuencia

1, 3 y 64

2 y 5

entre 1 y 370

312

En cuanto al tiempo de inicio, se presenta en la Tabla 15 que la que tiene me-nos tiempo, inició hace 2 años y la que tiene más tiempo inició hace 15 años, por lo que los datos son dispersos.

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Tabla 15: Tiempo en el negocio

Casos Tiempo con el negocio

123456

5 años2 años12 años15 años6 años7 años

Con respecto al número de personas empleadas, estas varían entre 1 y 4 personas. Se observa que en la mayoría de los casos emplean únicamente a 3 personas (Ver tabla 16).

Tabla 16: Número de empleados por caso

Casos Empleados

12, 3 y 4

56

1324

De las personas empleadas, se puede observar en la figura 8, que 5 de los 6 casos optan por contratar a personas que son de su familia como son hijas, primas, entre otras y tan solo en un caso todos los empleados no son familiares.

Figura 8: Número de mujeres de Tekit que emplean familiares

De los 6 casos, el 33.3% (2) no ha solicitado ningún apoyo, el 33.3% (2) ha sido beneficiado con algún apoyo sin haberlo solicitado, el 33.3% (2) ha solicitado apoyo y ha sido beneficiado (Ver figura 9).

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Figura 9: Solicitudes de apoyo económico de los proyectos de Tekit

El 33.3% no ha solicitadoapoyos

El 33.3% ha recibido apoyosin solicitarlo

El 33.3% ha solicitado yrecibido apoyo

6.4.2. Semejanzas y diferencias en los casos de Tekit

En su mayoría se dedican a la confección de ropa casual, aunque dos de ellas además hacen hipiles. Las razones a las que atribuyen el haber iniciado un negocio son en la mitad de los casos por razones económicas, aunque en todos los casos el negocio les ayuda a completar los gastos de la casa. Todas ellas tienen su taller o realizan su trabajo en su casa.

Es importante mencionar que 5 de las seis mujeres mencionar haber trabajado en un taller antes de establecer su propio negocio. En la mitad de los casos la familia participa en el negocio.

En cuatro de los casos inician con inversión propia. Solo dos ellas han recibido apoyos del Gobierno.

En cuatro de los casos se mencionan que han tenido problemas con algún cliente por cuestiones de pago, algunos de ellos por una cantidad considerable.

6.5. Tecoh

A continuación se se describen sus datos demográficos y finalmente se hace una com-paración entre los casos identificando las diferencias y las semejanzas. Los nombres han sido omitidos para guardar la confidencialidad. Se obtuvieron 6 proyectos inicial-mente.

6.5.1. Datos demográficos

En esta población de las 6 mujeres entrevistadas el 83% (5) son casadas y el 17% (1) es soltera, lo que se puede observar en la figura 10.

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Figura 10: Estado Civil de las mujeres de Tecoh

En cuanto a las edades de las entrevistadas, se encontró que la mayoría de las mujeres de Tecoh se encuentran entre menos de 40 años, con una media de 36.3 (Ver tabla 17).

Tabla 17: Edades de las mujeres de Tecoh

Casos Edades Frecuencia

123456

35 años36 años45 años24 años32 años46 años

111111

Las mujeres tienen en promedio de 1 a 4 hijos, tal como se observa en la tabla 18.

Tabla 18: Número de hijos de las mujeres de Tecoh

Casos Hijos Frecuencia1 y 4

25 y 6

3

1234

2121

Los tiempos de inicio los datos que se encontraron fueron muy dispersos ya que hay desde que iniciaron hace un año, hasta las que ya tienen 8 años de inicio (ver tabla 19)

Tabla 19: Tiempo en el negocio

Casos Tiempo con el negocio

123456

3 años y medio8 años1 año5 años2 años3 años

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Las personas empleadas en este municipio varían entre 2 y 20 personas (ver tabla 20).

Tabla 20: Número de empleados por caso

Casos Empleados

123456

1821031520

De las personas empleadas anteriormente algunas son familiares y otras no, espe-cialmente en los grupos grandes suelen emplear a hermanas y primas (ver figura 11).

Figura 11: Número de mujeres de Tecoh que emplean familiares

El 33% empleansolo a familiares

El 17% no

El 50% emplea aambos

De los 6 casos el 66% (4) ha solicitado un apoyo y ha sido beneficiado con el

mismo, el 17% (1) ha pedido algún apoyo pero no ha recibido nada y el 17% (1) no ha pedido ningún apoyo (ver figura 12).

Figura 12: Solicitudes de apoyo económico de los proyectos de Tecoh

El 17% a solicitadoapoyos

El 66% ha pedido yrecibido

El 17% no asolicitado apoyo

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6.5.2 Semejanzas y diferencias en los casos de Tecoh

Debido a la diversidad en los productos que confeccionan no se encontraron muchas semejanzas entre los proyectos. Entre las que se encontraron figura:

Solo 2 (33%) de los casos inicia por necesidades económicas. 5 de las 6, es decir el 83% inicia con un apoyo económico otorgado por el gobierno del estado.

En 2 (33%) de los casos trabajan sobre encargo, por lo que no requieren de una gran inversión para la adquisición del material. En otros 2 (33%) de los casos se quejan de falta de trabajo, tienen las máquinas y la disposición, pero no tienen mercado.

Por último, todos hablan del esfuerzo como algo necesario para el éxito, pero en cuanto a las razones para el fracaso, se mencionan diversos factores como: falta de capacita-ción, falta de tiempo, mucha competencia, dificultades de cobro porque venden a plazos.

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