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Relato

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  • ATWIST

    nathalie valencia arrieta

  • Captulo 1

    - Joshie, despierta.

    Esa voz, estoy seguro de conocerla.

    - Joshie

    Pero es imposible porque estara ella aqu?

    - Joshie, vamos. Es hora del escner.

    Escner?... escner. Esa palabra, s que es importante pero Por qu?

    - Josh, por el amor de Dios, arriba!

    Escner. An no le encuentro significado, aunque acaso escuch Dios?

    Dios escner ESCANER!

    - Mierda.- Joshua!- Lo sientoAnn.

    As que de ah venia la voz, de la pequea boca de An mi madre.

    - No tienes que sentir nada. Solo levntate, es tarde - dijo, mientras mequitaba las sabanas de encima y tiraba del hombro de mi camiseta.

    Tarde para el escner? Ann?

    - tarde? pregunt, algo atontado por el sueo.- S, tarde. mira la hora.

    Segu sus indicaciones y me incorpor. En el pequeo reloj elctrico de lapared, tres nmeros rojos indicaban la hora. Por poco y volva gritarle.

    - pero si son las cinco!- Lo s suspir Volvieron a cambiarla.- Qu?! de nuevo?- Si, de nuevo respondi, algo molesta - Ahora levntate quieres?- No, no quiero.

    Intent volver a taparme con las sabanas, pero antes de haberme cubiertodel todo, tom la funda de abajo y tiro de ella. Me aferra la cama todo lo

  • que pude, sin embargo, al final, terminen el piso.

    Aun as, no pensaba levantarme.

    - Josh, no estoy jugando s? Levntate.- Yo tampoco juego, Ann. Te parece que esto est bien? repliqu.Seguro estaba actuando como un niito caprichoso, pero tena razn.- Eso no interesa, Josh. Levntate.- Pero- Josh.

    Saba que era su ltima advertencia, as que me levant, tomlassabanas y las tirsobre el colchn desnudo.

    Puede que no estuviese acostumbrado al rol de Ann como madreresponsable y autoritaria, pero cada que en serio me daba una orden, erauna orden, o por lo menos luego de que usara su tono de mam unacombinacin entre grito y chillido de desesperacin que no daba lugar acontradicciones.

    Me quitla camiseta, la arrojjunto a la pila de tela y me dirig al cuartopurpura.

    No poda creer que otra vez hubieran cambiado la hora del escner. Alparecer no bastaba con que nos tuviramos que someter a la pruebatodos los das, si no que, adems, ahora era sorpresa.

    - Josh, aprate.- Aqu estoy, Ann.

    Cuando llegu al pasillo Ann ya tena el dedo ndice dentro de la maquina.

    - Cada vez se tarda ms en responder. coment con un suspiro deberamos llamar para- Ests loca? Sabes que- Si, si, no podemos costearlo.- Lo sacaran de mis horas y las necesitamos. Lo sabes Ann.- Lo s.

    Ninguno de los dos dijo nada ms. Esperamos all hasta que el zumbido dela maquina se detuviera y escuchramos la familiar voz del presidente dela I.M.C.A.A (institucin mdica y cientfica de asuntos ambientales)anunciando el numero de la prueba, el nombre de la persona, la edad y elcdigo ciudadano. Inmediatamente Ann retir el dedo de la maquina yentro en la habitacin. Las puertas se cerraron de manera automticadetrs de ella.

  • Solo en el pasillo, me recost en la pared y tome aire. La indiferencia deAnn me irritaba. Yo saba que tendramos que reparar la maquina, y esono era lo que me molestaba, ya encontrara la forma de hacer ms horas,es solo que no entenda como poda estar tranquila amoldndose a todo loque a nuestro gobierno se le daba porcambiar

    Las puertas volvieron a abrirse, esta vez, para dejar salir a Ann, que seterminaba de acomodar la camiseta.

    - Tu turno.

    Suspir y met mi dedo ndice en la maquina. Ann tena razn. Tardabademasiado en responder. Casi pas un minuto completo hasta que ellector dej de zumbar y se anunciaran mis datos:

    prueba numero 5875. Joshua Collins. Diecisis aos. Habitante nmero1158.724

    Saquel dedo y atraves el hueco de la entrada. Cuando la puerta secerr detrs de m, volvi a sonar la misma voz de antes dando todas lasindicaciones respectivas para empezar con el escaneo.

    Segu sus rdenes y me par frente al sensor, separlos brazos a cadalado de mi cuerpo, justo como se mostraba en la pequea pantalla deenfrente y esper. Cuando las luces se apagaron, el tan familiar rayopurpura sali disparado de la pared y me atraves el pecho. Unestremecimiento glido recorri todo mi cuerpo. Permanec inmvil,sintiendo como aquella lnea fra suba y bajaba por mi traxcuatroveces para ser exactosluego la maquina hizo bip y las luces volvieron aencenderse.

    escaneo exitoso. Habitante numero 1158.724, Joshua Collins, limpio

    - Cmo si no? susurr, fulminando con la mirada el rectngulo cromadoincrustado en la pared mientras sala del cuarto.

    Fuera, Ann se encontraba en la misma posicin que yo haca unosminutos, mientras esperaba a que saliera. Cuando me vio, se incorpor ehizo la pregunta que me hacia todos los das al terminar cada prueba y,aunque la respuesta siempre era la misma, pareca nerviosa.

    - y?- Todo bien Ann. Tranquila respond al pasar por su lado y le plant unbeso en la frente.

    Suspir y me dedico una sonrisa. Pareca cansada. Dos crculos negros

  • enmarcaban sus ojos, que lucan hinchados y algo rojos.

    - Oye, ests bien? le pregunt.

    En verdad estaba preocupado. Saba que haca das que no dorma bien yque el problema de la columna no dejaba de empeorar. Haba noches quepoda escucharla caminar por horas. Otras eran peores. A veces gritaba ogema de dolor. Yo haba intentado ayudarla en muchas ocasiones, peronada funcionaba. Ya ni las malditas pastillas que le suministraban parecansurtir efecto.

    - S, estoy bien, Josh. No te preocupes volvi a sonrer, intentandorestarle importancia porque mejor no comes tu desayuno? s? Hoylleg ms temprano.- Bueno, es lo mnimo que pueden hacer sonre.

    Al llegar a la cocina que consista en un pequeo fregadero, un monitory la dispensadora ingres nuestro cdigo. Dos platos se deslizaron por elcompartimiento de la izquierda correspondiente al desayuno. Le pas unoAnn y tome el mo. No era nada en especial, solo lo mismo que servancada martes: una naranja, avena cocida y un pedazo de queso.

    Odiaba el desayuno, si bien la comida nunca tena mucho sabor, loscocineros parecan esmerarse con la primera del da.

    Com lo ms rpido posible, concentrndome ms en tragar que ensaborear el festn de grumos que inundaba mi boca.

    - Quieres agua Ann? le pregunt mientras me serva un vaso del grifo.- No. Lo dejare para ms tarde

    Tenamos derecho a seis vasos diarios, tres por persona y Ann soladejarlos para la noche. Otra cosa ms que agregar a la lista de beneficiosde vivir as.

    Me tome medio y le pase el resto.

    - Est bien, sabes que tengo derecho a uno extra en la huerta. le dije,antes de que pudiera rechazar mi oferta.

    Tom la naranja sin pelar y me dirig a mi habitacin: un cuadrado deconcreto de dos por dos metros. Saqu la ropa de una de las cajas debajode mi cama y me vest. Antes de salir, tome mi mochila y met la naranjay la chaqueta verde de mi abuelo dentro.

    - Ya me voy anunci al llegar a la puerta. Ann segua sentada frente a labarra, comindose lo ltimo de su naranja.- Ven aqu- me dijo estirando el brazo hacia m. Se lo tomy ella

  • continu huerta o escuela?- Huerta respond las clases no comienzan hasta las dos.- Ah, muy bien dijo asintiendo con la cabeza Mmmm- s?- Escucha baj la voz esta maana, cuando despert hizo una pausa se llevaron a Adam

    No fui capaz de decir nada. Me zafe de su mano y corr afuera.

    Josh, espera!

    No me detuve. Cruc la puerta y vir a la izquierda hacia las escaleras.Sub los peldaos de dos en dos. Cuando llegue al pasillo donde estaba lapuerta de Adam pude notarlo en seguida. La temperatura en ese piso eraunos cinco grados ms baja y el aire estaba impregnado de un olor tanfuerte a jazmn que poda sentirlo en mi lengua. Ambos factores indicabanque los de la I.M.C.A.A haban pasado por all y que, no solo habanpasado, sino que se haban llevado algo consigo. Segn ellos:contaminacin; La verdad: una vida.

    Me acerqu al lugar donde sola estar la puerta de Adam. Ahora en vez demetal haba vidrio, un cristal grueso y matizado que no dejaba ver lo quehaba dentro. Sin embargo no haba ido all para ver el apartamento, sinolo que haba en la parte de afuera. Sobre el cristal, grandes letras purpuramarcaban el lugar como descontaminado y otras ms pequeas en rojorelataban una leyenda que conoca muy bien:

    Luego de someterse al escner, el habitante numero 1158.560 seidentifico como contaminado, por lo que fue llevado a las instalaciones denuestros centros de control para iniciar el proceso de investigacincorrespondiente a su caso. Este lugar esta censurado y sellado, ypermanecer as como muestra de lo que ocurre cuando se viola la leysanitaria No 001 del reglamento de la I.M.C.A.A

    Contaminado? Proceso de descontaminacin? Ja! Por favor.

    - Joshie una voz agitada cortel silencio.

    Desve la mirada de la inscripcin. Era Ann, subiendo los ltimosescalones. Estaba sudada y le costaba respirar.

    Corr hacia ella y la ayude a subir. Luego, la dejapoyada en la pared yfui al cristal de nuevo. Deba corroborar la autenticidad del mensaje. Meacerqu a la superficie tornasolada y busquel sello. Justo dondeterminaba la ultima A, estaba tallado un pequeo jazmn.

    - Otro ms susurr. No poda creerlo - OTRO MS! esta vez laspalabras surgieron de mi garganta como un aullido, propagndose por

  • todo el pasillo.- Joshie- Vamos, no puedes seguir ignorndolo Ann sonaba ms como a unasplica que como una afirmacin. Pero tena que hacerlo, por una vezquera saber que lo entenda tanto como yo.

    Se quedo mirando el piso unos minutos, como si en el pudiese encontraruna respuesta.

    - Josh, qu quieres que haga? hablaba lentamente, midiendo suspalabras.- Lo que sea Ann contest irritado lo que sea. Quiero que me digasque entiendes Maldita sea! Que sabes que esto no est bien.- Dicen que estaba contaminado- No le advert no me vengas con eso. Sabes muy bien que no es as.- Josh baja la voz.- No Ann, no lo hare gru, apretando los dientes y dndole una patadaal cristal - es que no lo entiendes? Maana podras ser t!- Yo no he roto la ley dijo calmadamente.

    Ya no lo soportms. Me acerqu a ella y la tompor los hombros, concuidado de no hacerle dao, pero asegurndome de que me vea a losojos.

    - Sabes perfectamente que esto no se trata de violar la ley le dijelentamente, enfatizando cada palabra se trata de serles til. Dime Qupasara si consideraran que ya no les sirves? ah? Qu pasara, Ann?!- Josh tu- Esto no es sobre m la interrump Es sobre todos.

    Ann abri la boca y volvi a cerrarla, probablemente decidiendo que seramejor dejar las cosas as.

    Me aparte de ella. No soportaba estar un segundo ms all.

    Baj las escaleras y sal del edificio. La boca an me saba a jazmn ysenta el cuerpo helado. No poda quitarme esas palabras de la cabeza:Contaminacin, investigacin, ley. Senta que me asfixiaban. Significabantanto y nada a la vez.

    Corr.

    Una hora despus me encontraba dentro de la cueva, el lugar dondeentrabamos a tomar nuestro descanso de la jornada laboral en la huerta,

  • que hacia tambin de vestidor, comedor y prtico.

    El camino hasta all haba sido largo y extenuante, pero era lo quenecesitaba para calmarme. Siquiera haba algo que agradecer a los de laI.M.C.A.A: si no hubiese sido porque adelantaron el escner,probablemente no habra podido llegar a tiempo, y no poda darme el lujode perder horas.

    Ahora entenda porque Ann se haba demorado en despertarme: no queraque viera lo de Adam, saba que habra sido un desastre, y yo tambin. Almenos el ambiente en la huerta me resultaba relajante. Cada martes yjueves deba trabajar en esta inmensa plantacin, para saldar mis cincohoras diarias y sumarlas a un total de treinta horas semanales. Aparte delas diez horas que hacia semanalmente en la huerta, trabajaba otras diezen la purificadora A y diez ms en la B. veinticinco de esas horas eranexigidas por el estado, las otras cinco las acumulaba para beneficiosextra: como ms medicamentos para Ann, ms agua o ms comida,nunca los tres.

    En la mayora de los casos, solo se exigan a menores de dieciocho aos,un total de veinte horas semanales, sin embargo, ya que Ann no podatrabajar y aunque el gobierno se encargaba de darle todo lo necesario(agua, vivienda y comida) me exigan cinco horas ms comocompensacin por sus medicamentos especiales.

    Prefer no pensar en ello. Como si ella hubiese querido terminar as.

    Entr en la habitacin redonda donde se encontraban nuestros casilleros.Mirla tarjeta plateada con mi cdigo. Hoy me corresponda el numeroveinte. Ingres el cdigo, saqula ropa y me vest. Dobl la ma y la meten la mochila que, a su vez, met en el casillero. Luego de asegurarmeque estuviese bien cerrado, me acerqua la pantalla ms cercana y metmi dedo ndice en el sensor, inmediatamente la pantalla se encendi y meenseo mi horario: de siete a diez me corresponda el sector nueve(inspeccin); de diez a doce: molino; almuerzo de doce a una y luego unahora entera de capacitacin o sea una hora entera sin paga .

    Gru. Hoy tocaba con Philip, un viejo loco obsesionado con los gusanos.

    Tom la paoleta que me haban dejado dentro de casillero, la envolv, mela amarr a la cabeza y sal de la cueva.

    El da estaba un poco ms soleado de lo normal, pero la temperatura erala misma. Unas cuantas nubes se deslizaban perezosas en el inmaculadocielo azul. La mayora de las veces estaba a gusto con este trabajo, perosaba que no sera un buen da. Me haba enfadado con Ann, y segua

  • enfadado.

    Atraves el sector tres hasta llegar al seis, intentando enfocarme en elmovimiento constante de mis pies sobre la arena. Tom un pequeocamino que conduca directamente al ocho y segu hasta llegar al nueve,que era uno de los sectores que limitaban con la ptina y, tambin, unode los ms alejados de la entrada.

    Segn todos los libros de historia, folletos, y anuncios, la ptina estaba allpara nuestra proteccin. Una especie de cpula que cubra toda la ciudad,solo que no era, en trminos tcnicos, una jaula para mantenernosencerrados, ms bien simulaba una burbuja de la que puedes salir pero noentrar.

    Haba sido colocada all hacia casi un siglo, luego de que el mundoestallara en una guerra absurda en la que a los gobiernos se les ocurri labrillante idea de utilizar armas qumicas. Las tres primeras potencias,(estados unidos, china y Japn) quedaron totalmente destruidas einhabitables, el resto del mundo, bueno, agonizaba, as que dndosecuenta de toda la devastacin que haban causadolos gobiernos queantes estaban en guerradecidieron reunirse para buscar una solucin.Al final, concluyeronque esta era la manera ms viable para reconstruirnuestra sociedad, claro, con algunos cambios.

    Estaba en el ltimo ao de la escuela, ya saba casi todo sobre latrascendental Guerra Medica que haba ocurrido hacia casi doscientosaos, y an no me caba en la cabeza el por qu de ella. No importabaque los antecedentes estuvieran llenos de disputas y discordias, nadajustificaba el hecho de que redujeran la vida a unos cuantos respiraderos.

    Al llegar a la entrada del sector esperaban dos chicos de unos diecisieteaos. Ambos eran altos y de contextura parecida. De no ser porque unoera moreno y el otro rubio, podran haber sido gemelos. Estaban apoyadosen la cerca, hablando entretenidamente. Cuando se fijaron en mipresencia, el rubio, que estaba de espaldas, se gir. Intent no reparardemasiado en el parecido de sus rostros.

    No funcion.

    - Qu? pregunt el moreno, mirndome fijamente.- Nada respond, apartando la mirada.

    Deba ser molesto para ellos que las personas se los quedaran mirandotodo el tiempo, pero era imposible no hacerlo. Rara vez se veanhermanos y mucho menos de un mismo nacimiento. Ya de por si era maloque alguien tuviese que morir, no imagino lo que debi ser tener que

  • perder dos personas a la vez.

    Habrn sido sus abuelos?, pens, tal vez el padre.

    Seguramente eso era lo que haba ocurrido, lo que el sistema exiga: unamuerte por cada nacimiento, as se regulara el crecimiento poblacional, ydudaba que la madre de un par de chicos que tenan que trabajar porhoras, hubiese tenido el dinero suficiente para pagar una vida.

    Eso me hizo volver a pensar en Ann y en Adam. Ella an no lo entenda yyo no saba porque. Luego de lo que haba pasado con Shawn (mi abuelo)haca casi cinco aos, ella debera haber sido la primera en admitir que loque yo deca era cierto. Ann conoca a Adam, saba que l sera la ltimapersona en el mundo en infringir la ley y que, al igual que Shawn, noestaba contaminado. Pero no, prefera creer que los de la I.M.C.A.Adecan la verdad.

    Me apoy en uno de los postes que mantenan la cerca de divisin en pie yespera que llegara el cuarto chico. l traera una caja que contenacuatro trozos de papel marcados con una letra para cada seccin: A, B, Co D. Debamos sacar uno, as se determinara que seccin le tocaba acada quien, y presionaramos la letra en nuestras tarjetas de ingreso parasubir los datos al sistema.

    Inhalun poco de aire. El olor a abono y vegetacin inund mis pulmones.Me encantaba; por eso prefera trabajar en la huerta a en cualquiera delas purificadoras. Ese aroma me recordaba a mi abuelo, que siempre ola atierra y me contaba historias que su abuelo le contaba sobre cmo era elmundo antes de todo esto.

    Lo extraaba, tal vez ms de lo que habra querido. Cada vez que pensabaen l senta una punzada en el pecho; pero me gustaba recordarlo. Losrecuerdos que tenia de l eran una de las pocas cosas que no podanquitarme. Haba sido un padre para m y, donde quiera que estuviese, losegua siendo.

    - Vaya, mellizos! una voz aguda me hizo volver a la realidad.

    El cuarto chico haba entrado por el camino de la izquierda. Sent que lopoco que me quedaba de la avena me suba por la garganta.

    - Creo que es la primera vez que veo unos continu bueno, hace pocovi un par aqu en la plantacin pero ri no parecan Cmo decirlosin que suene mal?- Por qu mejor no te rompo la cara para que as te tragues tuspalabras? El mellizo moreno se haba apartado de la cerca,

  • aproximndose al cuarto chicocon los puos apretados.

    El chico no pareci intimidarse ni un poco, por el contrario, una sonrisamalvola se le dibujen el rostro.

    - Ah, s. Limpios escupi la ltima palabra como si fuera acido

    No saba qu problema tena ese chico, pero esa ltima frase fue todo loque el mellizo necesit para abalanzarse sobre l.

    - Dan - lo llam el mellizo rubio.

    Al or su nombre, Dan, como lo haba llamado su hermano, se detuvo. Sequedo parado a treinta centmetros de su objetivo, con la mandbula tanapretada que las venas del cuello perecan a punto de explotarle.

    Dio un paso ms. Luego otro. El cuarto chico no retrocedi ni un poco.

    En ese momento record los videos antiguos que haba visto en la escuelasobre fauna salvaje. Tigres desgarrando el cuello de sus presas. As erajustamente como se vea Dan: a punto de atacar.

    - Dan volvi a advertirle su hermano.

    Esta vez no hizo caso y dio otro paso al frente.

    - Dan, no

    Pero antes de que su hermano pudiese intervenir, Dan saldo los pocoscentmetros que quedaban entre l y el cuarto chicoy le arrebatla cajade las manos. El chico, sorprendido, perdi el equilibrio y cay al suelo.

    - Tu, el de la paoleta, ven aqu dijo Dan mirndome.- yo? pregunt.- Acaso ves a alguien ms con un trapo en la cabeza?

    Buen punto, pens.

    Lentamente camine hacia Dan. No crea que fuese una buena idea, perono quera que pensara que le tena miedo.

    - Saca una tarjeta me orden, acercndome la caja

    Abr la tapa y saqu un trozo de papel. Seccin D. Perfecto, entre msalejado estuviera de ese caos, mejor.

    Le mostr la letra y Dan asinti. Meti la mano y saco dos ms, pasndoleuna a su hermano que se haba acercado para buscar la suya. Acto

  • seguido, tomo la caja y se la arrojo al cuarto chico, que todava estabatratando se levantarse. El impacto fue tan repentino que lo devolvi alsuelo.

    Lo miry no pude evitar sonrer. Se lo mereca. Presion la letra D en mitarjeta de ingreso, di media vuelta y me dirig a mi seccin.

    Todo lo que haba en el sector nueve era maz. Largos tallos se erguanhasta superar los dos metros de alto y cubran alrededor de mediahectrea completa.

    Llevaba una hora inspeccionando mi seccin, y ya casi todo el terreno queme corresponda estaba marcado. Lo nico que haba encontrado eran unpar de gusanos y algunas hojas muertas, pero no poda volver antes deque se cumplieran las dos horas as que tena tiempo para un descanso.

    Me detuve, observ los ltimos dos tallos con detenimiento y clav unabarra fluorescente en el piso para marcar ese pasillo como inspeccionado.Gir a la derecha y sal de la plantacin.

    En el lmite de la patina la temperatura era ms baja. A simple vista eraimposible verla pero, incrustadas en el piso, a un metro de su superficie,haba barras de metal de unos treinta centmetros a lo largo de toda lacircunferencia, como aviso de que la ptina estaba all.

    Deshice un montoncito de arena con el pie y me sent, poniendo la bolsacon los marcadores a un lado. No haba mejor lugar para descansar enhoras laborales: el maz me ocultaba por completo y, all frente a laptina, la vista del exterior era bastante panormica.

    Hice un par de garabatos con el dedo sobre la arena. Me preguntaba cmohabra sido estar all, en ese mismo lugar, haca un siglo. Poda imaginarla vasta vegetacin que, en ese entonces, cubra toda la parte baja deColombia y la frontera con Brasil; arboles enormes, ros, animales y flores,inundando cada rincn de aquel pulmn del mundo no recordaba elnombre que haba ledo en la escuela, pero estaba seguro de que tenauna z del que ahora no quedaba rastro.

    Nuestra ptina era la clula nmero tres del complejo gubernamental SJ1.Haba cuatro ms aparte de la nuestra: otras tres pequeas y la central,cuyo tamao era cuatro veces ms grande. Al igual que las otras en elmundo, la SJ1 fue colocada all porque ese era uno de los escasos puntosen la tierra que parecan tener salvacin o, al menos, que podran

  • brindarnos algo con lo que trabajar.

    Inhalun poco de aire. Fuese como fuera hace aos el exterior, ahora nolucia nada prometedor, solo era una gran extensin de tierra gris ymuerta; el aire, a pesar de que era respirable, tena tantas toxinas queestaras muerto en menos de una hora.

    Hacia un ao, un tipo que haba escapado de la crcel dos das antes deque se cumpliera el plazo para su ejecucin, cruzla ptina. Media horadespus de que el hombre saliera, intentcruzar de nuevo. En los videoslo mostraban apretndose el cuello mientras corra hacia la ptina. Nos lohaban enseado unas cinco veces en la escuela solo a mayores decatorce aos para que entendiramos lo que pasara si salamos.

    Me tom una semana borrar de mi cabeza la imagen de aquel hombre medio carbonizado, medio mutilado luego de que tocara la superficie dela ptina; y una ms, olvidarme de la apariencia que tenan sus plmanesluego de que se los extrajeran Esos se los haban enseado a todo elpblico por medio de un comunicado oficial de la I.M.C.A.A En el videose vean dos pedazos de carne caf, con manchas verdes y pus.

    Me preguntaba porque ese hombre haba cruzado. Todos sabamosperfectamente que fuera, la contaminacin era fatal. Yo habra preferidomil veces una ejecucin aqu dentro, que una muerte tan bizarra en elexterior.

    Suspir. Debera haber trado la naranja que haba dejado del desayuno,me rujia el estomago. Mir la tarjeta de ingreso. Restaban cuarentaminutos para terminar con la inspeccin y llegar al molino.

    Me levant y flexion las piernas un par de veces, se me haba dormido laizquierda. La golpe mientras haca un rpido clculo mental: si deballegar al molino a las diez, solo tena treinta minutos para acabar con lamarcacin.

    Pas el pasillo que acababa de marcar, agitando la pierna mientrascaminaba eintentando revisar las plantas lo ms rpido posible. No fuehasta que terminde recorrer el pasillo contiguo, que me di cuenta de quehaba dejado los marcadores en el lmite.

    Diablos maldije en voz alta hoy no tengo tiempo para esto.

    En vez de devolverme, decid salir por el final del pasillo en el que estaba.Camin un par de pasos y luego empec a trotar. Estaba a punto detorcer a la derecha en el lmite, cuando algo en la ptina llam miatencin. Al principio cre que era el reflejo de la luz, pero no. Fuera, en elexterior, algo se mova...

  • Captulo 2

    Capitulo 2

    o no?

    Cuando abr los ojos, un par de rostros borrosos flotaban frente a mi cara.

    - Crees que este bien, Rick? me parece que esta vez te pasaste.- Cllate, Dan.

    Dan?

    Me incorpore de golpe.

    - Oye, imbcil gru uno de los sujetos cuando casi lo alcanzo con micabeza.

    Me frote los ojos, tratando de mejorar el enfoque.

    No saba que haba pasado pero, cuando mi vista se adapt a lablanquecina iluminacin del lugar, me di cuenta de que de hecho, estabaen los vestidores de la cueva y que los sujetos misteriosos eran, enrealidad, los mellizos que haba visto en la maana.

    - Qu estn haciendo aqu? Segua frotndome los ojos.- Oh, cre que preguntaras que estabas haciendo t aqu dijo el sujetoque ya haba identificado como Dan, aunque no entend.- Qu? pregunt.

    Rick, el gemelo rubio, le propino un codazo en el estomago.

    - Cllate, Dan le espet, apretando los dientes. Despus se dirigi a m nada, no le prestes atencin- Pues debera intervino Dan, lo que demando otro codazo de suhermano.- Quieres otro? le pregunt Rick, fulminndolo con la mirada.

    Su hermano, sin aire y una mano en el estomago, neg con la cabeza.

    Ambos estaban de pie con sus uniformes, frente al banco donde meencontraba sentado. Tenan la ropa sucia de tierra y el cabello sudado.

    - Escucha prosigui Rick, acercndose aun msno tenemos muchotiempo, as que solo preguntas al final- Pero - empec

  • - Que acabo de decir?- Eso no era una- Cre que estaba implcita la idea de que tampoco puedes hablar volvia interrumpirme, esta vez, un poco irritado en fin continu - los de laI.M.C.A.A estn a punto de llegar.

    A punto de llegar? Los de la I.M.C.A.A?!

    Me sealo con su dedo ndice como advertencia cuando abra la boca parapreguntar algo.

    Volv a cerrarla Qu diablos haba ocurrido? Lo ltimo que recordaba eraestar en la plantacin, luego no haba nada; todo era borroso y, cuandointentaba traer una imagen de lo ocurrido a mi cabeza, senta unapunzada en la sien.

    Cruc los brazos sobre el estomago. Me senta como un preescolar allsentado sin poder decir nada, pero pareca que si quera entender algo,tena que cooperar.

    - Como te deca, los de la I.M.C.A.A estn a punto de llegar prosigui y vendrn a buscarte. No te dir porque. No preguntes. Solo haz lo que tedigan. y si te preguntan dnde estabas hacia treinta minutos, dirs queviniste aqu por ms marcadores vale?- si si me preguntan? pregunt.

    Si antes estaba confundido, ahora no tena la ms mnima idea de que loocurra.

    Un timbre de alarma se encendi en mi cerebro Por qu los de laI.M.C.A.A vendran por m?

    - Por qu me preguntaran algo? Yo no he hecho nada repliqu.- Vez Rick, ya est hablando como delincuente y ni siquiera le hanpreguntado nada. Djame a m Dan apart a su hermano y se pusofrente a m escucha pizco habl en voz baja, inclinndose hasta quesus ojos quedaron a la altura de los mos. Gruesos mechones de cabellocastao oscuro se deslizaron sobre su frente hars lo que te digamos siquieres mantener tu sucio culito a salvo entendiste?

    Pizco? A salvo?

    - Pero si yo no he hecho nada malo repet- Eso lo sabemos gru por eso debes decirles que estabas aqu noes as? Viniste aqu hace treinta minutos por marcadores.

  • Intente hacer memoria. Hacia treinta minutos estaba aqu?

    - S respond. Todava no estaba seguro, pero entre ms lo pensabams clara era la imagen en mi cabeza s, eso creo.- Muy bien dio una palmada en el aire y se aparto entonces ya todoest claro.

    Claro? Los de la I.M.C.A.A vendran por m para interrogarme, nadaestaba claro.

    Me acomode en la banca y apoy los codos sobre las rodillas. Pens endiscutirle, pero Dan no pareca ser una persona con la que fuera posiblellevar una conversacin sin terminar con un ojo morado; adems, el yahaba tomado su mochila del piso y se haba ido al otro extremo de lasala, donde estaba su casillero, dando la conversacin por terminada.

    Decid preguntarle a Rick. Saba que no me dira porque me buscaban,pero tal vez podra aclarar la pregunta que estuvo rondando en mi cabezadesde que haba despertado.

    - Oye, Rick - el mellizo rubio estaba agachado, hurgando en uno de loscasilleros - qu me paso?

    Rick aparto la vista del hueco y me miro por un segundo, luego giro lacabeza y continuo con su labor.

    - Eso ya lo sabes. Viniste por marcadores habl sin prestar muchaatencin.- S, pero por qu estaba acostado en la banca?

    Algo se derrumb dentro del casillero de Rick. Un par de marcadoressalieron disparados del hueco y se regaron en el piso.

    Rick no dijo nada, ni siquiera sac la cabeza del casillero.

    - Te di con esto Dan, apareci de la nada con una mazorca en la mano y te desmallaste. Tuvimos que subirte a la banca.

    Se acerc a Rick y lo ayudo a recoger los marcadores.

    - No fue bonito agreg, haciendo una mueca - verdad, Rick?- S reafirmo Rick, que al parecer haba recobrado su movilidad y mirabaa su hermano y a mi alternativamente te confundi con Mark.

    Dan lo mir por un segundo antes de soltar una carcajada.

  • - S. el idiota de esta maana. Debes agradecer que no te la

    Joshua Collins, dirjase a las instalaciones administrativas de inmediato

    Una voz automatizada ahogo sus palabras.

    Nos miramos durante unos segundos. Ninguno pareca saber qu hacer,aunque las rdenes haban sido bastante claras.

    Me llev las manos a la cabeza y me acomode la paoleta en qu diablosme haba metido?

    - Bueno, nio ninja, creo que ese es tu llamado Dan, se acerco y meempujo por la espalda.- eh? dije confundido nio ninja?- No importa suspir, dndome otro empujn

    Me levant y camin hacia la puerta. Un dolor punzante me atraves lacabeza. Tuve que detenerme y apoyarme en la pared

    Mire atrs. Los dos estaban observndome. Me frote las sienes,lanzndole una mirada asesina a Dan, que sonrea ensendome lamazorca.

    Haba algo raro con esos dos, empezando por el mazorcazo que me habadado Dan. Si bien Mark, como haba llamado Rick al cuarto chico, y yo,tenamos el mismo color de cabello, no podamos ser ms diferentes: nosolo su contextura era mucho ms gruesa que la ma sino que, adems,deba medir unos veinte centmetros menos que yo. Estaba seguro de quementan, pero Por qu?, y a pesar de todo, una parte de m senta que nodeba discutir, que, por alguna razn, estaba bien.

    Sacud la cabeza, en un intento por detener las pulsaciones que parecanmolerme los sesos. Tena que ir a las instalaciones administrativas, pero lasensacin de que segua olvidando algo importante persista, y misinstintos me decan a gritos que no deba dar un paso ms. Pero lo hice.

    Las instalaciones administrativas eran un caos. Haba personas corriendode aqu para all. Unos veinte hombres y mujeres, todos vestidos conuniformes de la I.M.C.A.A, llenaban el lugar. Algunos estaban hablandocon los trabajadores, mientras otros solo observaban, tomando apuntesen sus pantallas.

    - Joshua Collins? una mujer delgada se haba acercado por detrs.

  • Usaba tambin uno de los enterizos blancos de la organizacin.

    Asent.

    - Sgueme me orden y sigui adelante.

    Caminamos por un par de corredores atestados de gente. De vez encuando miraba atrs, para asegurarse de que la segua.

    Nunca antes haba pasado de la recepcin, donde solan entregarnosnuestras tarjetas de ingreso. Me sorprendi lo grande que eran lasinstalaciones; Cada que girbamos en una esquina, cinco pasillos msaparecan.

    Durante todo el trayecto de ida haba intentado entender lo que pasaba,pero no haba nada que entender. Yo haba ido a trabajar y regresadomedia hora antes por ms marcadores. Todo estaba all: la inspeccin, elpequeo descanso en el lmite y el camino de regreso a la cueva, inclusoel dolor que me haba causado el pseudomazorcazo de dan, aunque eseltimo segua presente claro en mi en mi mente. Estaba seguro de quela laguna pasajera que haba tenido fue causa del desmayo. Yo no habahecho nada.

    Seguimos caminando un par de minutos. Al llegar al final de uno de loscorredores, dos hombres fornidos esperaban delante de unas puertasdobles, cuando nos vieron, las abrieron para dejarnos entrar.

    Instantneamente, mi corazn se detuvo. En la sala haba unas cincopersonas sentadas alrededor de una mesa redonda, todas de la I.M.C.A.A.

    No has hecho nada malo, me repeta una y otra vez, de lo que quiera quesea que te culpen, eres inocente.

    Atravesamos las puertas. Con solo poner un pie en la sala, tanto los treshombres como las dos mujeres, se giraron para verme. Sent que lasangre abandonaba mi rostro. Conoca a dos de esas personas: la mujersentada en un extremo de la mesa era Samanta Rodrguez, la encargadaen jefe de la sede de la I.M.C.A.A de nuestra clula, y el hombre a suderecha era Jeffrey Luna, el jefe del sector de regulacin y seguridad.

    Dios Que haba sido tan importante como para que esos dos hubiesenvenido hasta aqu? o tan terrible.

    - Seor Collins, sintese por favor la seora Rodrguez se levant de suasiento y me indic una silla al otro extremo de la mesa Marie, puedesretirarte Marie, como al parecer se llamaba la mujer que me haba

  • trado, asinti y sali de la habitacin, cerrando la puerta detrs de s.

    Tom asiento. Solo haba visto a la encargada en jefe unas cuantas vecesa travs de algn comunicado. En persona, pareca mucho ms severa;todos sus movimientos destilaban autoridad, desde la manera en que separaba, hasta la forma en la que el cabello le caa por la espalda en unagruesa coleta negra.

    Hubo unos cuantos segundos de silencio, como los momentos previos aque se desate una tormenta. Quera preguntarles porque estaba all, perono pareca conveniente.

    - Jeffrey la seora rodrguez hizo un movimiento rpido con la mano ytom asiento. Inmediatamente, Jeffrey luna, se inclin sobre la mesa ytoco un objeto que estaba en el centro.

    Hasta ese momento no me haba dado cuenta de que estaba all y, si elseor luna no lo hubiese tocado, estaba seguro de que habra seguido sinnotarlo. Pareca una simple lmina de cristal, no ms gruesa que una ua,pero cuando Jeffrey la activ, una serie de lneas empezaron a dibujarseen su superficie, como los muros de un laberinto en dos D. Al principioeran negras, luego una luz purpura las consumi desde cada uno de losextremos hacia el centro. Cuando los haces se tocaron, la lmina empeza combarse hacia arriba. El material cambio de solido a una especie deplasma, ms similar a la ptina que a las pantallas de grafito,deformndose hasta formar una esfera del tamao de una pelota debsquet, suspendida en el aire a tres centmetros de la mesa.

    Estaba impresionado, la metamorfosis de la pequea placa haba sidoincreble. Ni siquiera los LCI full* eran comparables con una tecnologacomo esa; aunque an no saba lo que era, o que iban a hacer con ella.

    *LCI full o Lente De Contacto Inteligente full: es una lente condecodificador de ADN, que reconoce y decodifica las seales enviadas porel sistema neuronal del propietario, para reordenarlas y realizar unaaccin especfica sin necesidad de un control remoto; como tomar unafoto, descargar archivos, etc.

    - Muy bien seor Collins esta vez habl Jeffrey Luna.

    Esperaba que su voz fuera juego con la imagen de hombre tosco que tenafrente a m, pero la voz que broto de sus labios era suave, casi dulce.

    - Haremos esto rpido se levant y empez a caminar por la sala hacecuarentaisiete minutos exactamente hubo una pequea falla en la ptina.Vera, segn los registros de la huerta, usted estaba encargado de lainspeccin en esa zona cuando ocurri el inconveniente. Estos son susdatos no es as? presiono algo en la pantalla que tena en la manos y la

  • imagen de mi registro se desplego en el aire.- S respond. tuve que inclinarme para poder leer.- Y esta es su hora de ingreso seal un punto bajo mi foto.- S.- Perfecto cerr mi registro y me mir fijamente mientras se acercaba A ver, Collins. como sabe, el procedimiento de escner solo puederealizarse una vez al da. Incluso para nosotros es imposible someter auna persona dos veces en veinticuatro horas, as que, y ya que estaba enla zona del incidente- Yo no estaba all las palabras salieron de mi boca sin que pudieracontenerlas.- Perdn?- S, yo no estaba all respond. Mi voz son con tanta seguridad que,por un momento, tem que no fuera la ma.- As que no estaba all, eh? Jeffrey entrecerr los ojos. Me mirabacomo a un criminal que dice ser inocente entonces Dnde estaba?

    Por un segundo mi cerebro se quedo en blanco, pero antes de que siquiera pudiera pensar en una respuesta, las palabras volvieron a brotar demi boca.

    - Volva a la cueva por ms marcadores.- Entonces no estaba en la zona.- No.

    Jeffrey mir a la seora Rodrguez, quien asinti y se levanto de su silla.

    - Vas a la escuela no, Joshua? habl suavemente.

    Fue una pregunta extraa pero igualmente mi respuesta fue segura; ancuando no habra dicho otra cosa, pareca que mis palabras solo salanporque s.

    - S.- Entiendo que entonces te han enseado que la I.M.C.A.A y sustrabajadores solo velan por la seguridad de todos caminaba lentamentehacia m, con sus botas blancas de tacn resonando en el piso demadera.- S.- Entonces dices la verdad ya haba llegado al lugar donde estabasentado no hay razn para mentir apart la silla que estaba a mi ladoy se sent, apoyando las manos sobre la mesa y entre cruzando losdedos.- No miento afirm.- Y yo te creo - dijo sonriendo pero este asunto es algo muy delicado.Quiero que entiendas que, aunque la falla en la patina no fue grave, siestabas cerca pudiste haber inhalado alguna bacteria.- Si me creyera no estara diciendo eso. Yo ya le dije que no miento no

  • haba querido decir lo que dije, pero pareca que ya no controlaba milengua y, cada vez que quera pensar que decir, mi mente se quedaba enblanco no estaba all Una mueca de disgusto se dibuj en su rostro.

    Me sostuvo la mirada uno segundos. Quera apartar la ma, pero lo nicoque hice fue devolvrsela. Algo me deca que respondiera y actuara de laforma en que lo haca y, ese algo, pareca ser ms fuerte que yo, si esque eso tena sentido.

    - Jeffrey llam la seora rodrguez ya que el seor Collins esta tanseguro de no haber estado all hace mir su pantalla cincuenta y dosminutos exactamente, me parece que no se opondr a la revisin dejsu pantalla en la mesa y esper que Jeffrey llegara.- quiere que procedamos ya? le pregunt Jeffrey- S, al menos que el seor Collins haya cambiado de opinin dijomientras se levantaba.

    Esta vez, nada sali de mi boca.

    - Muy bien tomo la pantalla y volvi a su puesto original.

    Jeffrey se acerc al centro de la mesa. Sbitamente, la esfera empez agirar sobre su propio eje y un silbido agudo inundo toda la habitacin.Mire a los dems presentes, ninguno pareci alarmarse por el sonido o elcomportamiento de la esfera.

    - Dame tu mano Jeffrey se acerc a m, con un nuevo objeto en lasmanos.- Para qu? pregunt, y supe que haba sido algo que, inconsciente ono, quera preguntar.- Para tomar un poco de tu material gentico Levant ambas cejas.- Tu sangre aclar.

    Intent agarrar mi mano de nuevo, pero la aparte.

    - para qu? volv a preguntar.

    Suspir. Pareca aburrido y un tanto exasperado.

    - Mire, Collins. Se supone que debo explicarle el procedimiento completo,pero creo que todos estamos de acuerdo en que ya hemos perdidobastante tiempo aqu, as que solo lo dir una vez seal la esfera esta es llmela maquina, creada para facilitar la bsqueda deinformacin en un individuo, puede ser gentica, anatmica o, como en sucaso, mental.

  • haremos ser buscar en su archivo de recuerdos, lo que hizo estamaana.

    - Cmo? pregunt incrdulo.

    No era que no hubiese entendido lo que dijo, es solo que mi archivo derecuerdos? En serio? Qu demonios significaba eso?

    - Ya le dije para que sirve. No voy a repetirlo ni a explicarle como funciona extendi su brazo hacia m ahora, su mano.

    Respir hondo y coloqu mi mano sobre la suya. Una punzada, similar alas que haba estado sintiendo en mi cabeza, me recorri el dedo ndice.Cuando apart el objeto no haba sangre en mi dedo. Ni siquiera habauna marca visible.

    Inmediatamente regres a donde estaba la esfera e introdujo en la partesuperior, justo en el lugar donde se haban tocado los haces, el objeto conmi sangre. Al verlo de lejos supe que era un extractor, una especie dejeringa con forma de lpiz que perfora, recoge la muestra y cicatriza lapiel, todo en milsimas de segundo. Cuando liber el contenido dentro, laesfera dejo de girar y el sonido se detuvo.

    - Debera recostarse en la silla sugiri Jeffrey si no quiere terminar enel piso.

    En el piso?

    Estaba a punto de preguntarle por que terminara en el piso, cuando supantalla se ilumino, y la sangre, que de alguna forma haba permanecidocontenida, empez a disolverse dentro de la esfera, como gotas de tinta.

    Guarde silencio. Las lneas negras, que momentos antes estabanencendidas con una luz purpura, comenzaron a moverse y a cambiar.Cerr los ojos y volv a abrirlos. La esfera segua en su lugar y la sangre,semidisuelta en aquel liquido, segua fluyendo, esparcindose enpequeas hebras carmes. Parpade de nuevo. No, las hebras estabandemasiado cerca, casi no me dejaban ver nada acaso haba comenzado asangrar?

    La estabilidad del mundo se deshizo, transformando la sala en una mazamulticolor. Pude sentir a mi corazn detenerse, literalmente, seguido deuna descarga en mi pecho. Me apret el estomago, lo ltimo de midesayuno quedo esparcido en el piso y mi corazn se aceler, los latidoscada vez ms fuertes.

    Me aferr a la silla, aunque apenas si la notaba debajo de m. Intentrespirar hondo, pero lo nico que logr fue atragantarme con el aire. El

  • corazn me lata demasiado fuerte y mi respiracin pareca querer seguirleel ritmo, empujando mi pecho arriba y abajo, tan rpido que dola.

    Trate de levantarme, pero me lanzaron de vuelta a la silla. Me inclin ymanote hacia adelante, sin embargo, los brazos que me aprisionabaneran demasiado fuertes y no estaba en posicin de luchar: me dola lacabeza y la presin que senta en el pecho se haba intensificado.

    Me mord el labio inferior, en un intento desesperado por mitigar el dolor,pero apenas si lo sent. La presin en mi pecho y el dolor de cabeza,eclipsaban todos min sentidos. Ya no vea nada, todo era rojo y negro.Entonces un grito desgarrador sali de mi garganta y despert.

  • Captulo 3

    Haba terminado de enloquecer, eso era seguro; porque cuando abr losojos me encontraba en la seccin D, otra vez, con un marcador en unamano y la otra en una mata de maz. A m alrededor todo luca normal:Las nubes parecan lneas de espuma dibujadas en el cielo; el da seguasoleado; el olor a tierra y abono, que tanto me recordaba a mi abuelo, loinundaba todo.

    Respir hondo. La misma sensacin de confusin que me haba asaltado aldespertar en los vestidores regres sbitamente, como trada por elviento. Sacud la cabeza; Ya no me dola, ni la cabeza, ni el estomago, ninada; de hecho, me senta bien. Pero Cmo era eso posible? Hacia dosminutos yo estaba

    Me llev una mano a los labios esperando sentir dolor; sin embargo, lapiel estaba suave, incluso ms suave de lo que recordaba haberla tenidonunca.

    Y ahora qu demonios estaba pasando? Acaso me haba desmayado ylos de la I.M.C.A.A se haban encargado de devolverme a mi seccin?Acaso me haban curado? An no acababa la mitad de mi jornada y yahaba despertado dos veces sin tener la ms mnima idea de dnde oporqu estaba donde estaba.

    Necesitaba despejar mi mente, necesitaba entender que pasaba. Cada vezque crea comprender algo, otra cosa incluso ms inverosmil ocurra.Estaba exhausto, y ahora me encontraba de pie frente a la plantacin denuevo, como si nunca me hubiese movido de all.

    Definitivamente todo haba sido demasiado real, por ms bien queestuviese en ese momento; el dolor, las arcadas, las manchas rojas,absolutamente todo haba sido demasiado real como para ser un sueo.Tal vez en realidad este era el sueo otro sueo.

    Por un momento tem eso, que de alguna forma, mi nocin de la realidadhubiese sido alterada y que nunca dejara de despertar.

    Extend mi mano. La plantacin. No lo haba notado pero lucia un tantodiferente, ms viva? Me acerque y toqu una hoja que ya habaempezado a marchitarse. Estaba fra

    De repente, mis piernas empezaron a caminar y mi cuerpo junto a ellas.Mir hacia abajo. S, se estaban moviendo, pero yo no les haba dado laorden. Intente frenar. Nada.

  • Siguieron caminando, rtmicamente, girando en una esquina y en otra,junto con todo mi cuerpo. A veces frenaban, mi torso se inclinaba, contrami voluntad, para observar un par de races salidas aqu o una hojamuerta all; Mis manos se dirigan a los tallos y al maz,inspeccionndolos. Intent apartar las manos de una raz salida, pero nose movieron ni un solo centmetro.

    Entonces lo entend. Yo no estaba all, no fsicamente. Por eso el dolorhaba desaparecido. Por eso mis labios estaban sanos. Ese no era micuerpo, no el real.

    Cuando el seor luna me haba explicado el procedimiento supuse que meconectaran a algo o que, con la muestra de sangre, traduciran lasseales neuronales en una imagen concreta, no que iba a estar a punto demorir en una silla y a terminar caminando dentro de mi propiosubconsciente sin control alguno.

    Era incapaz de comprender el modo en que algo as era posible,simplemente, Cmo podra? Apenas si me haban dicho lo que me iban ahacer antes de que empezara a retorcerme de dolor. Segn lo queentenda me hallaba dentro de mi cabeza, recorriendo mi archivo derecuerdos, como lo haba llamado Jeffrey.

    Quise golpear algo haba sido por esto? Todo lo que me haban hechopasar, para recuperar un par de recuerdos?! Habra preferidosometerme diez veces al escner antes de pasar por el procedimiento dela esfera.

    Ahora ms que nunca me senta perdido. Que iba a pasar conmigo, esdecir, hara todo lo que haba echo en la maana y luego qu?

    Mi cuerpo contino su recorrido, indiferente a mis pensamientos, trotandode aqu para all.

    Notar mis piernas movindose sin conseguir detenerlas me haca sentirvulnerable. Comprenda perfectamente que hacer cualquier movimientopor cuenta propia hubiese significado alterar los recuerdos y que, por lotanto, era imposible; sin embargo, no poda dejar de intentarlo.

    Al llegar al final del pasillo que estaba inspeccionando, mi cuerpo sedetuvo, mis manos se dirigieron al costado izquierdo del m uniforme,palmeando un par de veces encima de mi cadera y

    - Diablos, hoy no tengo tiempo para esto.

    Habl. Mi boca gesticul cada palabra. Fue como haba sido hacia unosminutos?, durante el interrogatorio, solo que esta vez no senta que me

  • arrancaban las palabras, solo fluan, igual que mis movimientos.

    Entonces, un pequeo temblor sacudi la plantacin. Quise sostenerme deuno de los tallos pero, en el momento que estir el brazo, me di cuentaque no iba a ser necesario: mi cuerpo estaba estable, ni siquiera se habamovido. Un resplandor verde ilumin el espacio y, el sector D, parecisumergirse en agua. Los colores se diluyeron, para luego recuperar susolidez natural, como si el mundo hubiese sido expandido y devuelto a sulugar, similar a una banda elstica.

    El espectculo solo duro un segundo, tal vez menos. Cuando acab, miboca volvi a hablar.

    - Tendr que ir por ms a la cueva un gruido exasperado sali por migarganta y mis pies empezaron a correr.

    Ese da pasaba de raro a completamente loco, y no dejaba desorprenderme. No solo el temblor y la aparente contraccin del universohaban sido extraos, sino que, haba podido mover el brazo cuando creestar a punto de caerme. Ignoraba porque, y era frustrante. Trat dedetenerme un par de veces ms; mover los brazos, incluso parpadear;pero ninguno de mis intentos funciono.

    Al llegar a la cueva, gruesas gotas de sudor me recorran la espalda, mirespiracin era acelerada y el corazn me lata fuerte en el pecho.

    Era interesante como, a pesar de que no tena ningn control sobre micuerpo, segua sintiendo todo, hasta el cansancio.

    Entr a los vestidores y mi cuerpo se dobl por la mitad para tomar aire.El reloj de una de las pantallas marcaba las nueve y cuarenta y uno. Meincorpor y di un par de pasos al frente. Instantneamente, las lucesvolvieron a apagarse.

    Esta vez, cuando despert, al menos saba dnde estaba.

    Las luces fluorescentes y el olor a antisptico y jazmn, me golpearoncuando recuper la conciencia. La sala lucia inusualmente blanca. Seguasentado en la misma silla, los brazos colgndome a los costados. Unhormigueo recorra todo mi cuerpo; el dolor de cabeza y el de estomagohaban regresado; me zumbaban los odos y, aunque el corazn ya no me

  • lata tan fuerte, volva a sentir nauseas.

    - Ten, te ayudar

    La voz que escuch era suave. Haba alguien delante de m pero no podadistinguir nada, todo se vea demasiado borroso.

    Estaba cansado, cansado de despertar e irnicamente lo nico quedeseaba en ese momento era dormir. Mi cabeza estaba hecha un lo. Meencontraba de nuevo en la sala, aunque en realidad nunca haba salido deella.

    Una mano me tomo por la nuca con delicadeza y puso un vaso sobre mislabios, vertiendo lquido en mi boca. Mov el brazo izquierdo paraapartarlo, pero apenas si subi unos centmetros antes de desplomarsepor completo.

    - Qudate quieto y bebe dijo la misma voz de antes es solo agua.

    Cuando inclin mi cabeza de nuevo, no opuse resistencia.

    Despus del primer trago, deje de pensar en luchar. El agua entrando enmi boca era como volver a respirar. Necesitaba ms. Abr la boca,tragando la mayor cantidad de agua posible. En un momento dado fuedemasiado y no gue el agua por el camino correcto. Se me cerr lagarganta y empec a toser. La mano que tena en el cuello descendi pormi espalda y me empuj hacia adelante, permitiendo que escupiera.

    - Oye, con calma. Hay ms.

    Ms?

    Apart el vaso, empujando el brazo que lo sostena. El agua haba surtidoun efecto increble: an no vea bien, pero al menos el hormigueo se habaido y era capaz de moverme un poco.

    No, no poda beber una sola gota ms. Ya haba bebido un vaso esamaana y todava no acababa mi jornada.

    No saba cmo, a pesar de lo cansado que estaba, el recordatorio de quemi suministro de agua era limitado haba surgido; pero ah estaba,apagando el deseo instintivo de beber.

    - Collins Qu? comenz Jeffrey, antes de interrumpirse y guardarsilencio.

  • O una silla deslizarse seguido de un golpe seco.

    - Mire, no tiene de que preocuparse - me seal algo en frente es suya.No le costara ninguna de sus horas.

    Intent enfocar la imagen. Me frot los ojos y parpade. Haba puestoalgo encima de la mesa.

    Poco a poco, mi visin se fue aclarando. A medida que los objetos sedefinan, mi curiosidad aumentaba. Tena una idea bastante clara de loque sera, pero no, me negaba a creerlo; Sin embargo, cuando el lquidocristalino se materializo, no pude evitar sonrer; aunque tal vez fuera unamueca ms que una sonrisa

    Mir a Jeffrey. An no poda creerlo.

    - Tmela me dijo, sealando de nuevo el agua con la cabeza.

    Lentamente, estir los brazos hacia la mesa y tom el recipiente.

    Antes de tocarlo, haba pensado que estaba hecho de vidrio, pero era algodiferente.

    Lo sostuve un rato, balancendolo entre mis manos. El material estaba unpoco frio y era menos rgido que el cristal, aunque luca ms resistente.No pesaba mucho, contendra lo equivalente a tres vasos de agua.

    - ya se encuentra mejor seor Collins?

    La seora rodrguez se acerc, sentndose en la silla que haba ocupadomomentos antes, durante el interrogatorio.

    Asent.

    Luego de la odisea que haba pasado esa maana, me pareci que unpoco de agua extra no era una mala recompensa. An tena la gargantaseca pero solo haba una persona que se tomara esa agua, y no era yo.

    - Queremos hacerle un par de preguntas

    Asent de nuevo, sin apartar los ojos del agua. Nunca haba tenido tantapara beber, o al menos no junta.

    - Segn lo que pudimos observar, usted fue honesto, pero nospreguntbamos que pas con sus marcadores.- con mis marcadores? cre que haban visto lo que yo. Levant la

  • cabeza, arrugando la frente.

    Haba movido mis labios. Yo.

    - Y lo vimos. Pero en el lapso de tiempo que seleccionamos, no se mostroo se dijo nada sobre lo ocurrido con los marcadores. se incorporo en lasilla y la giro un poco para quedar directamente frente a m. - podraexplicarnos que paso?- Yo En el momento en que la seora Rodrguez me dijo que volvera ainterrogarme, no lo pens demasiado. Inconscientemente, di por hechoque no sera yo quien hablara, que seguira respondiendo igual que antes;sin embargo, al responder, haba sido mi yo consciente quien habacontrolado las palabras. Mi mente no se haba quedado en blanco, y ahorano estaba seguro de que decir.

    Una chispa parpade en mi cerebro y se apago, dando paso a la imagende mis manos sobre una bolsa vaca.

    - Yo... me quede sin marcadores contest.

    Me temblaba la voz. La seguridad se haba esfumado; mi actituddesafiante, todo, ya no estaba, como si me los hubieran extirpadomientras deambulaba en mi subconsciente.

    - As que, se le acabaron? pregunt la seora Rodrguez, llamando aJeffrey con una mano.- Mmmm, s.

    Haba empezado a temblar. Una sensacin extraa me recorri de pies ecabeza y mi piel se eriz.

    - Entonces tom algo que le ofreca Jeffrey de quin son estos?

    Extendi su brazo derecho hacia m, ensendome un pequeo saco detela gris. Inmediatamente lo reconoc: era donde guardbamos losmarcadores.

    Negu con la cabeza y me encog de hombros Por qu tendra quesaberlo?

    - Estaba en su seccin cuando la revisamos inform Jeffrey, avanzandohasta quedar junto a la seora Rodrguez.

    Guard silencio un momento. La bolsa no tena nada de especial, podrahaber pertenecido a cualquiera.

    - No lo s, no son mos baj la cabeza y apret el recipiente con el agua,el temblor de mis manos era incontrolable.

  • - Seor Collins, dice que no son suyos pero Qu hacan en su seccin?- No lo s repet no son mos.

    La seora Rodrguez respir hondo. Se levant y le cedi el puesto aJeffrey.

    - no est cansado Collins?

    Era broma no?

    - Por supuesto.- Entonces, terminemos con esto de una vez. se inclin hacia m - sonsuyos estos marcadores?- No.- sabe de quin son?- No.- Qu hacan en su seccin?- No lo s.

    Levant la cabeza y lo mir a los ojos.

    S, me senta exhausto, pero nada comparado a la rabia que bulla en miinterior Acaso no haba sido suficiente tortura? Ya haban visto todo, yono poda brindarles ninguna informacin; no saba de quien eran esosmarcadores Por qu no me dejaban en paz? Por qu no dejaban que mefuera? Por qu demonios seguan tratndome como a un desertor?

    Jeffrey se levant. Estaba frotndose la barbilla con el pulgar, al parecerse haba quedado sin trucos.

    Lo observ mientras se acercaba a la encargada en jefe, quien se dirigi ala mesa discutiendo con Jeffrey en voz baja. Solo logr captar un par depalabras antes de que se convirtieran en un hilo de frases ininteligibles.

    No tena idea de que estaran diciendo, pero prefer ignorarlo. Si pensabaen ello un poco ms, seguro terminara en el piso de nuevo.

    Baj la cabeza y volv a concentrarme en el agua. Su movimiento fluidodentro del recipiente ejerca un efecto tranquilizador. Era hermosa.

    La verdad es que no se sola pensar mucho ello en el agua en s, o laforma en que luca solo la bebamos, todos, racionndola lo msposibley, a veces, cuando no era suficiente, trabajando horas extra porun poco ms.

    En la purificadora B haba mucha agua, pero la que veamos, antes deiniciado el proceso de descontaminacin no se pareca en nada a la que

  • tena en mis manos.

    Recordaba una vez, cuando nio, que haba intentado beber de la quesala por la duchas. No tendra ms de seis aos y haba metido la bocadebajo del chorro. Digamos que no volv a hacerlo: la garganta se meirrit tanto que Shawn tuvo que conseguir un doctor.

    En ese entonces, mi abuelo an era muy activo. Si hubo algo que esehombre no hiciera para ganar horas, no lo conoc.

    El primer da que me llevo a ver el lmite fue el da de la charla, como llo haba llamado. Sentados desde donde se vea el rio, me explico laforma en que el mundo funcionaba y, claro, porque no poda beber de esaagua. Recuerdo que haca un da hermoso y soleado, y que nos quedamosel resto de esa tarde mirando la planicie mientras l me contaba historiasde una vida mejor.

    Me explic que esa agua no era agua en lo absoluto, que de hecho, erauna serie de qumicos que limpiaban la piel y la protegan, as se evitabanlas enfermedades cutneas y, al igual que con el escner, era obligatoriohacerlo aunque solo una vez por semana.

    - Collins el seor luna y la seora Rodrguez haban regresado a susposiciones inciales frente a m. somos conscientes de que ya ha pasadopor mucho dijo Jeffrey. as que esto ser todo por hoy. Puederetirarse.

    Haba escuchado bien?

    - por hoy? la pregunta fue casi un grito.- S, debe volver maana.- acaso no ha sido suficiente?!- Mire comenz Jeffrey.- Casi muero en esa silla! lo interrump.- No estuvo a punto de morir, es solo el proceso. dijo calmadamente,tomando su pantalla.- Pues intente someterse usted a l y luego me dice si es solo unprocedimiento! estuve a punto de levantarme, pero me contuve.

    Jeffrey respiro hondo y me miro a los ojos.

    - No hacemos esto para torturarlo, Collins sus ojos se desviaron a labotella que tena en mis manos debe regresar maana y no es algo queeste a discusin.

    A discusin, como si esa opcin existiera.

  • Todo l me exasperaba, con su expresin neutra y actitud calmada.

    - Adems agreg, mientras anotaba algo en su pantalla tendrderecho a ms.

    Pasaron unos segundos antes de que comprendiera que se refera al agua.

    Me llev las manos a la cara y me frot las sienes. Acababa de tocar unbuen punto. Deba calmarme; de igual manera, lo quisiese o no, tendraque regresar al da siguiente.

    - A qu hora? pregunt en voz baja. Acababa de rendirme.- perdn? inquiri Jeffrey- Qu a qu hora debo estar aqu? repet, gruendo un poco.- Muy bien Collins dijo, levantndose de la silla y dedicndome unintento de sonrisa es mejor si coopera. y aadi Deber estar en larecepcin a las nueve en punto. No llegue tarde.

    No asent, solo me levant, apoyndome un poco en la mesa.

    La sala entera pareca haberse encogido: de los ocho por diez metros quetena cuando llegu, solo parecan quedar cinco, y ya senta que mefaltaba el aire. Era hora de irme.

    Me acomod la paoleta, preparndome para salir. Agarr el recipiente ylo tap bien. No quera que se derramara.

    - Puede retirarse en cuanto termine dijo Jeffrey, que segua concentradoen su pantalla.

    Lo observ un momento, con las manos an sobre la tapa.

    - Cundo termine el que?- El agua, por supuesto seal el recipiente con el lpiz, sin prestarmucha atencin.

    Me lo apret contra el estomago, acercndomelo ms.

    - Yo me aclar la garganta pens que podra llevrmela.- Pues no intervino la seora Rodrguez no puede sacarla de aqu.

    Ella segua de pie al lado de Jeffrey, sealando alguna cosa en la pantallamientras este escriba.

    Solo eso faltaba, por fin haba encontrado algo bueno del infierno que

  • acababa de vivir y ahora no poda llevarme el agua.

    Dud un poco. No entenda donde estaba el problema. Me pertenecaverdad? Lo que decidiera hacer con ella no era asunto suyo.

    - Pero- Solo tmesela y deje el recipiente en la mesa me orden la encargadaen jefe.- Yo - me detuve. As que, no queran que me llevara el recipiente?

    Decid echarle un vistazo. Era extrao que los de la I.M.C.A.A hicierantanto alboroto por algo, de lo que estaba seguro, tenan en cantidad.

    Lo alc unos centmetros, ejerciendo un poco de presin en el centro. Norecordaba haber visto uno as antes, ceda bajo mis dedos: plstico. Poreso no queran que me lo llevara; ni siquiera debera estarlo tocando.

    Inmediatamente lo dej sobre la mesa, como si quemara, tan rpido quetropec con la silla y estuve a punto de volcarla.

    - Por eso exactamente no puede llevrselo la seora Rodrguez sonrea adems de que es un delito e ira a la crcel por ello.

    Tena razn. En la escuela nos haban explicado todo el tiempo que letomaba descomponerse y de que estaba hecho, al igual que el decreto deprohibicin: nadie, absolutamente nadie, poda hacer uso de ninguna clasede objeto que estuviera hecho de plstico, claro, con excepcin de laI.M.C.A.A.

    Di otro paso atrs, alejndome de la mesa, con cuidado de no chocarcontra la silla. El solo hecho de que estuviera tan cerca me espantaba.Desde que tena uso de razn me haban enseado lo daino que era yacababa de beber agua de uno.

    - La quiere o no? pregunt no tenemos todo el da.

    Saba que no poda sacarlo por supuesto, no quera terminar en la crcel pero no importaba que estuviera en un recipiente hecho de plstico, noiba a irme sin el agua. En el instante en que Jeffrey me haba dicho queera ma, supe que deba llevrsela a Ann. Ella lo necesitaba ms que yo ytampoco iba a tomarme todo eso yo solo, no habra estado bien.

    - Mmmm - dudun poco, entonces y si consigo otro recipiente?

    Ambos me miraron como si estuviera loco. No me interesaba, debaencontrar la forma de llevrsela a Ann.

  • - Ya le dijimos que no lo puede sacar de aqu.- Lo s, solo esperen cinco minutos dije mientras corra hacia la puerta.- Collins!- ya vuelvo!

    De dnde rayos iba yo a sacar un recipiente?: no tena idea. Lo nico queestaba claro era que deba hallarlo.

    Atraves la puerta, haciendo caso omiso de lo que decan. Al salir, uno delos guardias me agarro por el brazo pero, antes de que protestase, ya mehaba soltado. Ignor el por qu y me lanc al pasillo. Corr, doblando porun pasadizo a la izquierda y por el siguiente a la derecha. Fuesorprendente lo fcil que me resulto orientarme en el laberinto deconcreto y madera.

    La sangre bombeaba en mis odos, golpeando como un tambor ydificultando la tarea de poder pensar en un lugar donde podra, gracias aun milagro, hallar un recipiente. Saba que en los casilleros era imposibley que el prtico estaba cerrado, pero deba haber otro sitio

    Corr un poco ms hasta llegar a la recepcin. All todo segua igual,aunque el ambiente pareca ms calmado, o por lo menos ya nadie gritabay las personas haban dejado de correr. El lugar segua atestado y, cadados por tres, alguien se meta en la mitad bloquendome el paso.

    Avanc entre empujones, choques y disculpas mientras intentaba llegar ala puerta. Cuando llegu a la salida, algo me tom por la espalda deluniforme frenndome en seco. Estuve a punto de caer.

    - Wow, wow, wow, espera A dnde vas con tanta prisa nio ninja?

    Dan. No tena idea de donde haba salido y empezaba a cansarme de esosencuentros sorpresa.

    - Sultame le orden, forcejeando con su brazo. Seguramente laencargada en jefe no esperara mucho.- Est bien, est bien, tranquilzate. dijo al mismo tiempo que mesoltaba y me acomodaba el uniforme. ya est, me dio un par depalmadas sobre los hombros ahora puedes decirme que pasa? No tepersiguen o s? Mir a ambos lados, como si buscara alguna seal dehuida.

    Si bien Dan nunca pareca hablar en serio, la fina lnea que se abri pasentre sus cejas deca otra cosa.

    Me mir y levanto ambas cejas, pidiendo una respuesta.

  • - No, no, es lo que buscaba, claro, Por qu no se me habaocurrido? Dan! esta vez fui yo quien lo tomo por los hombros.- nio ninja! grit, imitando mi tono de voz.- No, escucha dije, sacudindolo un poco para captar su atencin necesito un favor Sabes dnde puedo encontrar un recipiente?- Un recipiente? pregunt. Entonces, una luz parpade en sus ojos,como si hubiese descubierto algo obvio. Ya, apart mis manos,sonriendo pero me debes una.

    - As que yo te debo una dije luego de que Dan pusiera el recipiente enmis manos parece que ya se te olvido el mazorcazo de esta maana.

    Nos encontrbamos enterrados en medio de lo que cre eran un millar decajas y objetos tan sucios de tierra, abono y quien sabe que otraporquera, que era imposible identificarlos. Solo nos haba tomado unminuto llegar all y uno ms escabullirnos por una de las ventanastraseras. Al parecer, no era la primara vez que Dan entraba al cuartodestinado a funcionar como prtico dentro de La Cueva, de hecho, parecacasi a gusto forzando la pequea cerradura oxidada mientras yo haca devigilante. Prefer no preguntar.

    - Eso replic, hurgando en una de las cajas; cuando se apart, tenaotro recipiente en las manos fue un accidente. me quit el mo ybalance ambos en el aire Qu te parece? negro o caoba? Yo prefieroel negro pero- Solo dame uno Dan le espet, arrebatndole el que me haba dado enprimer lugar.

    La diferencia entre los recipientes de plstico y estos era abismal. Encontraste con los de la I.M.C.A.A, estos estaban hechos de algo as comomadera y, aunque eran lo suficientemente grandes, no pesaban mucho.

    - Saba que escogeras el caoba volvi a dejar el negro en su lugar tehe visto por ah y parece que te encanta este trabajo. Ya sabes abono ygusanos.- Es mejor que las purificadoras. - Por supuesto, tierra y suciedad son mejores que agua. dijo usando eltono ms sarcstico que pudo. Se dirigi a la ventana, la abri y tomimpulso en la cornisa para saltar fuera. Lo segu, aunque con menosgracia.- Agua sucia puntualic. Cerr la ventana y empec a caminardirigindome al frente. ests seguro de que esto no ser un problema? Pregunt ensendole el recipiente Porque creo que los mos yadeberan haber expirado por hoy.

  • - No, dijo al mismo tiempo que se detena y me lo quitabaexasperadamente. aunque tal vez lo sea si no dejas de agitarlo como sifuese una bandera.

    Dan me resultaba un poco extrao. No saba si era amable o si solo mehaba ayudado porque la tarea inclua violar la ley.

    Caminamos en silencio, acelerando el paso. En menos de un minutoestbamos otra vez en la recepcin, y al cabo de cinco ms, meencontraba de vuelta con el agua. La tarea de lograr que me la dieranresult mucho ms fcil de lo que pens. Cuando entr no me hicieronninguna pregunta, solo llenaron el recipiente y me lo devolvieron. A partede un par de recordatorios respecto a la hora en la que tena que estar allal da siguiente, no hubo nada ms.

    Cuando sal del pasillo, Dan estaba apoyado en el recibidor hablando conla recepcionista.

    - Dan, solo dselo a tu hermano s?- Lo hara cario, pero si quieres decirle algo, tendrs que hacerlo tmisma.

    La mujer con la que hablaba era joven, de unos veinte aos comomximo. Estaba sentada detrs del escritorio y sostena un trozo de papel,intentando que Dan lo tomara.

    - Dan, por favor- Est bien, te ayudar. los ojos de la chica se iluminaron Pero, agreg antes de que le agradeciera solo te dir que hoy su jornada eshasta la cinco y que probablemente estar en La X luego de terminar. toda emocin se evaporo al instante del rostro de la chica.

    Suspir y arrug el papel.

    - Solo dile que lo siento dijo en un susurro.- Se lo dir sin ms, dio media vuelta y se encamin a la salida.

    La chica no me pareca conocida, seguramente empezaba su turnodespus de mi ingreso matutino.

    Me quede all unos segundos, observndola. Era menuda y bastantebonita. Tena la tez morena y el cabello corto ondulado. Un par de lentesenmarcaban sus ojos oscuros.

    - Oye t, vienes o qu? Dan sostena la puerta con medio cuerpodentro del recibidor.

  • Sacud la cabeza con un leve gesto afirmativo y sal.

    Era difcil imaginar una razn por la cual Dan haba sido tan duro con ella teniendo en cuenta lo brusco que pareca ser por naturaleza e igualque antes, prefer no preguntar. Ciertamente ese asunto no mecorresponda en lo absoluto.

    - Qu te dijeron? pregunt al tomar el recipiente de mis manos.- Nada, a penas si se fijaron en que traa uno nuevo.- no te hicieron preguntas?- No.- Mmmm, bien.

    Habamos empezado a caminar de vuelta a La Cueva. El sol brillabaintensamente arriba de nuestras cabezas pero la temperatura era estable,igual que siempre.

    Si haba algo que me causaba curiosidad era eso, es decir cmo sesentira el aire all afuera, sin una capa de plasma impidiendo que losrayos UV afectaran la temperatura? Tena claro que incluso antes de laGuerra Medica ya exista un problema con ello, problema causado sinlugar a dudas por nosotros mismos, de nuevo.

    - Creo que hay casi un litro aqu Dan agitaba el recipiente cerca de suodo.- S, supongo coment distrado.

    No poda dejar de pensar en que tendra que volver a pasar por esapesadilla de nuevo. Seguan temblndome un poco las piernas y dudabaser capaz de soportarlo una vez ms. Estaba seguro de que me quebraraen la silla antes de entrar en aquel estado consciente de inconsciencia.

    Intentaba consolarme con la idea de obtener agua extra. En serio lanecesitaba o, ms bien, Ann lo haca.

    - y entonces? dan se haba detenido frente a la puerta de entrada.- y entonces qu? pregunt. Pareca que me haba perdido mediaconversacin.- Qu que te toca luego del almuerzo?- Mmmm, no lo s. Creo que espera haba odo bien? dijistealmuerzo?

    Cunto tiempo haba pasado mientras estaba en esa sala?

    - S, almuerzo. respondi, poniendo los ojos en blanco.- Pero eso quiere decir que me salt dos horas de trabajo, yo no- Oye, deberas dar las gracias. De haber faltado me habran fichado el

  • resto del mes.

    El resto del mes Dios, no poda perder cuatro horas en dos das! Nosaba porque no se me haba ocurrido preguntar antes, ni siquiera lo habapensado. Desde que despert en la banca en los vestidores, mi nocin deltiempo se haba distorsionado.

    - Tengo que volver antes de que se vallan le arrebat el recipiente gracias por la ayuda Dan mascull antes de tomar el camino de regreso.

    - Qu? Oye, espera. dijo al mismo tiempo que me alcanzaba.- Ellos no me dijeron nada respecto a las horas y no puedo perderlas Notena tiempo para explicrselo. Las palabras eran intermitentes a medidaque avanzaba.- Oye solo fueron dos horas, no creo que te molesten por ello. Fue suculpa que no cumplieras con tu trabajo.- S bueno, eso es lo lgico;pero estamos hablando de la I.M.C.A.A y noson solo dos horas. probablemente maana tendr que pasar dos horasms all y- Por qu maana? freno en seco, tomndome del brazo. Me zafe deinmediato.- Oye, debes dejar de hacer eso le espet molesto.

    Ignor mi comentario y repiti la pregunta.

    - Por qu maana?- No lo s, me dijeron que volviera contest, encogindome de hombros y hablo en serio, deja de- Te lo harn de nuevo? me interrumpi.- Eso fue lo que dijeron. Oye Dan- Diablos Por qu?! la pregunta fue casi un grito.

    De repente pareca molesto, como si fuera l a quien iban a someter a laesfera otra vez.

    - Esa misma pregunta les hice yo - dije como respuesta mira, necesitoalcanzarlos y- No su tono de voz fue firme tu vienes conmigo.- Qu? Claro que no, tengo que- No. Escchame Joshua, no puedes volver all, no hasta quesolucionemos esto.- solucionar qu?- Tus recuerdos.

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