arabismo semántico-ivana marisa

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Toponimia peninsular de origen rabe

Es nutridsima, no slo en las zonas que estuvieron ms tiempo bajo el dominio musulmn y donde los ncleos de poblacin morisca fueron ms importantes, sino tambin en la meseta septentrional y el Noroeste.Ejemplos: los muchosAlcal y Alcolea (alqalat "el castillo" y su diminutivo al-qulai"at),Medina y Almedina (madinat "ciudad"),Rpita, Rbida, Rbita(rabita "convento militar para la defensa de las fronteras"), etc.Abundan los que tienen por segundo elemento un nombre personal (Medinaceli"ciudad de Slim",Calatayud"castillo de Ayud",Calaceite"castillo de Zaide"). Muchos son hbridos arbigoromances (Guadalcanal"ro de canal",Guadalope,Guadalupe" ro del lobo), etc.

Fontica de los arabismos

1- Los arabismos fueron acomodados a las exigencias de la fonologa romance. Muchos fonemas rabes eran extraos al espaol, que los reemplaz por fonemas ms o menos cercanos. El romance peninsular no tena ms sibilantes fricativas que la /s/ sorda y /s/ sonora pico-alveolares; las sibilantes fricativas dentales rabes fueron sustituidas por las africadas romances /s/ y /z/. Haba en rabe gran variedad de fricativas cuyo punto de articulacin era el velo del paladar o la laringe; los romances peninsulares, en cambio no contaban ms que con la (h) aspirada, alfono castellano de la /f/, hoy se escribe congantee, i (gente, giro)o con j(jams, jabn), etc.Los masculinos que terminaban en consonantes que desde el siglo xiv nuestra lengua no tolera en final de palabra, se resolvi unas veces aadiendo una vocal de apoyo, ejemplos:rabe, alarife, alarde.Otras veces la consonante fue sustituida por otra en castellano (al-muhtasib - almotaceb- almotacn).Los nombres rabes que terminaban en vocal acentuada"o" haban perdido la consonante que la segua, ofrecan un final en polislabosnominales castellanos (cant, sal, cant, sali); tomaron una consonante mediante la cual se asemejaron a nuestra lengua:alquilpas aalquiler, etc.2- Una vez admitidos, los arabismos experimentaron los cambios fonticos propios del romance. La palatalizacin y ulterior asibilacin de /k/ ante /e/, /i/ estaban ya consumadas cuando se introdujeron los ms antiguos, la /k/ guarda en todos su articulacin velar (mis-kin-mezquino).Los diptongos/ai/,/au/han dado /e/, /o/en castellano y catalny, /ei/, /ou/en gallego-portugus. Muchos prstamos viejos sonorizaron sus oclusivas sordas intervoclicas, como las voces latinas: al-qutun-algodn.3-El espaol no ha incorporado ningn fonema rabe. Nebrija, observando que las antiguas /s/ y /h/ aspiradas no tenan equivalente en griego ni en latn y s en rabe, crey procedan de este. Pero se trta de una simple coincidencia: la evolucin autctona de ciertas consonantes y grupos latinos en espaol haba producido los tres sonidos con absoluta independencia respecto del rabe, aunque ste los poseyera tambin.4-Se ha apuntado la posibilidad de que la introduccin de arabismos alterase la proporcin de vocablos agudos. llanos y esdrjulos en el lxico espaol y favoreciera tipos especiales de palabra. Ser necesario comprobarlo mediante un estudio estadstico, parece que el porcentaje de polislabos agudos no verbales es mayor en las voces espaolas de origen rabe que en las procedentes del latn. Es evidente la abundancia de arabismos polislabos graves terminados en /ar/ (acbar, almbar, azcar, etc) y el gran nmero de agudos que acaban en /z/(ajimez, cahz, marfuz, etc)raros en el vocabulario espaol de origen latino

ARABISMO SEMNTICO, FRASEOLGICO Y PAREMIOLGICOLa penetracin rabe en espaol tiene otras manifestaciones ms recatadas que la de vocabulario o sufijos. Hay palabras o expresiones completamente romnicas en cuanto al origen y evolucin formal de un significante, pero parcial o totalmente arabizadas en su contenido significativo, pues han adquirido acepciones nuevas por la presencia mental de una palabra rabe con la que tenan algn significado comn. As, infante tom el significado de hijo de noble, hijo de rey, apoyndose en el rabe w a l a d hijo, nio y heredero del trono. El rabe llama hijo de una cosa a quien se beneficia de ella (el rico es i b n a d - d u n y hijo de la riqueza, el ladrn, i b n a l - l a y l hijo de la noche, porque la noche favorece el robo); as se explica el primer elemento, hijodalgo, hidalgo, sinnimo de hijo de bienes, segn la definicin de Alfonso el Sabio. Las palabras rabes ( l u a y n y w a r a q ) que significan plata poseen acepciones originarias de hoja, follaje y lmina ; a imitacin suya el latn p l a t t a lmina de metal tom el valor de a r g e n t u m en la Catalua de los siglos X y XI, de donde pas al resto de la Espaa cristiana: el Poema del Cid ya no usa ariento, sino plata. En ocasiones una misma palabra rabe ha dado lugar a un calco semntico y a un prstamo lxico: g w a r a, que vala correr y depredar, contagi a este sentido al espaol correr (>, Mio Cid, 964) de aqu el uso de corredor por depredador introdujo del arabismo lxico almogvar (< a l m o g w i r participio de g w a r a). El verbo esp. y port. criar suma a las acepciones de amamantar, alimentar, y educar la de echar o dejar crecer (carne, pelo, plumas, etc.), lo mismo que el r. r a b b a, 2 forma de r a b . El empleo de seor como dueo se extiende en esp. medieval y clsico a expresiones como >, la traidora, > la bien parecida: todas ellas calcan los rabes con d a t el de, el que tiene, el poseedor o dueo + genitivo. Al adoptar la vida espaola prcticas religiosas o sociales de origen musulmn, se han reproducido con palabras romances las formulas rabes correspondientes. Tal es el caso de las bendiciones , , que antao acompaaban la mencin del rey o seor. La exclamacin con que se limita la confianza en los proyectos humanos al hablar del futuro, o el > que se le dice al mendigo, son entre otros, traduccin viva de fraseologa arbiga. Tambin el refranero espaol se ha nutrido de refranes rabes traducidos, adaptados y refundidos. APOGEO Y DECADENCIA DEL ARABISMOLa suerte de los arabismos hispnicos ha variado segn las pocas. Hasta el siglo XI se introdujeron sin obstculos ni competencias. Durante la baja Edad Media contina pujante la influencia arbiga, aunque lucha con el latinismo culto y con el extranjerismo europeo. Despus se inicia el retroceso. Nuevas tcnicas, modas e intereses suceden a los medievales, y la cultura musulmana no poda compararse con el esplendoroso Renacimiento. Mientras los moriscos permanecieron en Espaa, su vestido, costumbres y usos tenan valor; despus de su expulsin quedaron slo como recuerdo. Muchos trminos fueron desechados: alfayate, alfajeme no pudieron competir con sastre y barbero; el albitar crey ganar en consideracin social llamndose veterinario, y el nombre de alarife qued nicamente en la memoria de los eruditos. Otros arabismos han sido recluidos en el habla campesina o regional. Pero gran cantidad de los que subsisten, caracterizan al lxico hispano-portugus frente a los dems romances.