aproximaciones teoricas al regionalismo

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Tendencias hacia la regionalización mundial en el SG XXI

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  • Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi: Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

  • UNIVERSIDAD POPULAR AUTNOMA DEL ESTADO DE PUEBLAJos Alfredo Miranda Lpez, RectorHerberto Rodrguez Regordosa, Vicerrector de Investigacin y PosgradoEugenio Urrutia Albisua, Director de InvestigacinJos Mara Bedolla Cordero, Director Acadmico de Posgrados de Ciencias Sociales, Ingenieras y Negocios

    21 Sur 1103, Barrio de Santiago, C.P. 72410, Puebla, Puebla. Mxico

    BENEMRITA UNIVERSIDAD AUTNOMA DE PUEBLAEnrique Agera Ibez, RectorJos Ramn Egubar Cuenca, Secretario GeneralMara Lilia Cedillo Ramrez, Vicerrectora de Extensin y Difusin de la CulturaCarlos Contreras Cruz, Director de Fomento Editorial

    2 Norte 1404, Centro Histrico, C.P. 72000, Puebla, Mxico

    Corrector de Estilo: Jess Bonilla

    Diseo editorial: Miguel ngel Carretero Domnguez

    TENDENCIAS HACIA LA REGIONALIZACIN MUNDIAL EN EL MBITO DEL SIGLO XXI: AMRICA, FRICA, ASIA, EUROPA, EURASIA Y MEDIO ORIENTEPedro Manuel Rodrguez Surez, coordinador

    DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY.Prohibida la reproduccin parcial o total por cualquier medio. Se autorizan breves citas en artculos y comentarios bibliogrficos, periodsticos, y televisivos, dando al autor y a la editorial los crditos correspondientes.

    ISBN: 000-000-000-000-0ISBN: 000-000-000-000-0

    IMPRESO Y HECHO EN MXICO

  • Pedro Manuel Rodrguez SurezCoordinador

    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi: Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

  • Cada captulo de este libro fue dictaminado y arbitrado por pares ciegos. Asimismo, la obra es un producto de la programacin 2012-2013 del Cuerpo Acadmico Poltica Exterior y Cooperacin Internacional, de la Facultad de

    Derecho y Ciencias Sociales de la Benemrita Universidad Autnoma de Puebla, Mxico.

  • ndice

    Presentacin 9Pedro Manuel Rodrguez Surez

    PRIMERA PARTEMarco terico y regionalizacin mundial durante los siglos XX y XXI 29

    Captulo 1Fundamentos tericos de las integraciones regionales 31Pedro Manuel Rodrguez Surez

    Captulo 2El fenmeno de la regionalizacin mundial durante los siglos XX y XXI 57Pedro Manuel Rodrguez SurezJuan Pablo Prado Lallande

    SEGUNDA PARTERegionalismo y cooperacin regional en Amrica: Amrica del Norte 77

    Captulo 3Institutionalizing nafta: Of Overloads, Opportunity Costs, & Obsolescence 79Imitiaz Hussain

  • Captulo 4Movilidades transfronterizas, problemticas trasnacionales y cooperacin regional en Amrica del Norte 107Adriana Sletza Ortega Ramrez

    Captulo 5Ciencia, tecnologa e innovacin despus del tlcan: contrastes de la cooperacin pblico-privada en biotecnologa 133Claudia Ocman Azueta

    TERCERA PARTERegionalismo y cooperacin regional en Amrica: Amrica Latina y el Caribe 159

    Captulo 6La inversin extranjera directa en el merCosur durante la crisis econmica y financiera internacional 2008-2010 161Paulino Ernesto Arrellanes JimnezFelipe Ramrez Pea

    Captulo 7Regionalismo en Sudamrica, de la Can a la unasur 181Alejandro Vega-MuozClaudia Martnez-VillanuevaSonia Ruiz-SosaMatilde Montenegro-AguileraCarlos Vega-Muoz

    Captulo 8La alba y la nueva geopoltica de la Repblica Bolivariana de Venezuela 211Katarzyna Krzywicka

  • Captulo 9Cooperacin Sur-Sur como promotora de la integracin latinoamericana 241Juan Pablo Prado LallandePedro Manuel Rodrguez Surez

    CUARTA PARTERegionalismo y cooperacin regional en Europa Occidental 267

    Captulo 10Unin Europea: un proceso nico de integracin regional 269Enriqueta Serrano Caballero

    Captulo 11Los Fondos Estructurales de la Unin Europea: un anlisis de la cooperacin regional en Europa Occidental (2007-2013) 305Giuseppe Lo BruttoBeatriz Pico Gonzlez

    Captulo 12De regreso a Europa: los pases de Europa Central y su adhesin en la Unin Europea 331 Alicja Fijalkowska

    QUINTA PARTERegionalismo y cooperacin regional en Europa Oriental y Eurasia 361

    Captulo 13Russia and the Commonwealth of Independent States 363Maciej Ra

    SEXTA PARTERegionalismo y cooperacin regional en frica 385

  • Captulo 14La experiencia de la integracin regional en frica Subsahariana: los casos de la saCu y la sadC 387Myrna Rodrguez AuezLuis Ochoa Bilbao

    Captulo 15Regionalismo y problemas de la cooperacin interregional en frica 407Romn Lpez VillicaaLuis Fernando Galindo Martnez

    Captulo 16Unin del Magreb rabe: ante la integracin o la fragmentacin? 445Zidane Ziraouie

    SPTIMA PARTERegionalismo y cooperacin regional en Medio Oriente 477

    Captulo 17Fragilidad en los procesos de integracin regional en el Magreb y Oriente Medio 479Paloma Gonzlez del Mio

    OCTAVA PARTERegionalismo y cooperacin regional en Asia 513

    Captulo 18El regionalismo asitico y sus actores 514Mara Elena Romero

    Consideraciones finales 537Pedro Manuel Rodrguez Surez

    Acerca de los autores 549

  • 9Presentacin

    En las dcadas de los ochenta y noventa del siglo xx convergieron una serie de factores que impactaron directamente en las agendas econmicas, polticas y de seguridad de los estados, entre los que resaltan: la tercera ola de las transiciones hacia la democracia, el fin de la Guerra Fra, el acelerado proceso de globalizacin, el desenlace del Imperium Sovie-tricum, el reconocimiento de los estados en torno a las nuevas amenazas a su seguridad de carcter trasnacional y multidimensional, as como el ascenso de los regionalismos.

    La disolucin del conflicto Este-Oeste transform radicalmente las relaciones inter-nacionales como nunca antes en la historia de la humanidad. En este orden de ideas, han surgido nuevos marcos tericos que intentan comprender y definir el nuevo orden hexapolar de post Guerra Fra y la integracin de los pases, fenmeno que algunos es-tudiosos de las relaciones internacionales denominan integracin o regionalizacin. En este sentido, ha sido necesario replantear el rol de la cooperacin internacional e interregional, la importancia de los pases emergentes y la colaboracin entre los esta-dos que comparten una determinada rea geogrfica con la finalidad de incrementar su competitividad, y en aras de mitigar los problemas transfronterizos. En suma, pobreza, inmigracin indocumentada, deterioro medioambiental, crimen organizado, corrupcin trasnacional, as como el trfico de armamentos.

    Sin duda alguna, el regionalismo juega hoy en da un papel sine qua non en las relaciones internacionales. Este fenmeno no es nada nuevo y tiene una fuerte tradicin, cuyos orgenes provienen desde antes de la historia del capitalismo. Cabe resaltar que despus de la Guerra Fra las integraciones regionales han proliferado por todo el mundo, en gran medida debido al fin del orden internacional que estableci la Conferencia de Yalta y la

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    Conferencia de Postdam de 1945 que fragment al mundo en dos partes, as como por los procesos de democratizacin y reformas estructurales que tuvieron efecto en un gran nmero de pases de frica, Amrica, Asia, Europa y Medio Oriente. Otras variables no menos importantes han tenido tambin un peso significativo en el contexto de las integraciones regionales, tales como los nuevos dilemas de seguridad post Guerra Fra, la nueva interdependencia econmica y poltica, as como los enormes retos que enfrentan los estados inherentes a la globalizacin mundial.

    Por otro lado, la reciente propagacin de los regionalismos demuestra la conviccin em-prica que tienen los estados en relacin con que ninguno de ellos (e inclusive las su-perpotencias) poseen las capacidades in situ para responder a los enormes desafos que presenta el actual status quo que de alguna manera u otra afectan su seguridad interna, as como la prdida de su competitividad vis--vis otras regiones del mundo.

    Desde la perspectiva terica, y segn especialistas como Walter Matti, Ramn Tama-mes, Len Lindberg y Karl Deutsch los regionalismos connotan la anttesis de la autar-qua y del unilateralismo, debido a que incorporan entre una de sus ms altas prioridades la promocin de la cooperacin en detrimento de las acciones unilaterales. Sin embargo, en la praxis algunas superpotencias continan imponiendo su hegemona hacia sus ve-cinos perifricos, tal y como sucede en Amrica del Norte y en Europa Oriental, con el enorme sobrepeso de los Estados Unidos en la regin vis--vis Canad y Mxico, as como en Europa Oriental con el rol hegemnico de Rusia frente a los estados miembros de la Comunidad de Estados Independientes (cei).

    El regionalismo puede ser definido como una forma de cooperacin internacional inter-media, que se edifica por medio de la creacin de alianzas y de la cooperacin interre-gional entre pases que por lo general comparten una misma regin geogrfica, aunque no siempre es as el caso. Asimismo, se le define como una accin del Estado, as como de otros actores de las relaciones internacionales, cuya finalidad es la de promover la cooperacin interregional ipso facto. Las variables que generalmente convocan a la edi-ficacin de las integraciones regionales o del minilateralismo responden generalmente a intereses compartidos, sistemas econmicos y polticos similares, afinidad de idiomas, cultura, tradicin y religin.

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    A pesar de lo que considera una gran parte de la opinin pblica en relacin con que no es posible establecer integraciones regionales cuando existen notorias asimetras en trminos de desarrollo econmico y culturales, la integracin de Europa Occidental en el contexto de la Unin Europea (ue) ha demostrado que s es factible y que los resultados pueden ser muy positivos, en particular vis--vis los pases emergentes o menos desarro-llados, lo que a largo plazo resulta de gran beneficio para todos los pases de la regin involucrada, e inclusive para los ms desarrollados. Sin embargo, para que los resultados de la integracin sean positivos es necesario que los pases manifiesten una gran voluntad poltica en aras de profundizar su cooperacin interregional, as como en instituciona-lizar dicha cooperacin. Tal y como lo sustenta Adrew Moravcsik cuando hace alusin a que las integraciones regionales, difcilmente arrojarn buenos resultados si no poseen las instituciones ad doc que propicien la buena gobernanza y fomenten la normatividad, as como la equidad.

    En este sentido, esta obra presenta cinco objetivos cardinales. Primero: analiza diferentes conceptos y terminologas en relacin con el regionalismo. Asimismo, indaga a diferen-tes escuelas de pensamiento y sus posturas inherentes al fenmeno de los regionalismos. Segundo: evala los resultados que han tenido los procesos de integracin regional en frica, Amrica, Asia, Europa y Medio Oriente, con la finalidad de comparar dichos re-sultados vis--vis los de Amrica del Norte, en el contexto del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte (tlcan). El tercer objetivo es el de examinar las diferentes proble-mticas que enfrentan las regiones y los continentes que abarca esta obra; y el cuarto, el de identificar las variables que conllevan a que algunos regionalismos sean notoriamente exitosos, otros sean medianamente exitosos y otros ms constituyan un intento fallido. El quinto objetivo es presentar una contribucin cientfica que contribuya a mejorar la integracin regional en Amrica del Norte.

    Es importante mencionar que dicha propuesta subraya los beneficios que podran obtener estos tres pases de la regin si deciden algn da incrementar su nivel de integracin. Al respecto, dicha contribucin se suma a los planteamientos intelectuales que han surgido en los ltimos aos en Amrica del Norte en relacin con el futuro de la integracin de la re-gin con las sugerencias que plantean diferentes intelectuales en Canad, Estados Unidos y Mxico. Por mencionar slo algunos de ellos, Robert Pastor, Jorge Castaeda e Isabel Stu-der mantienen la concepcin de que Amrica del Norte debera de tener una integracin

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    regional que vaya ms all de una simple rea de libre comercio, as como incorporar insti-tuciones trilaterales ms solidas que promuevan su buena gobernanza. Asimismo, sugieren la idea de que dicha integracin incluya fondos regionales que promuevan el crecimiento econmico y desarrollo de las regiones menos favorecidas de la regin.

    Sin duda alguna, Amrica del Norte jams podr liberar todas sus potencialidades y erra-dicar sus problemticas histricas, tales como la enorme asimetra que existe en materia de desarrollo entre los tres pases de la regin, as como su prdida de competitividad vis--vis otros pases y regiones del mundo.

    Al no ser capaz de superar este reto, su competitividad y liderazgo se quedarn rezagados frente a otras regiones del mundo, como Europa Occidental y nuevas potencias emer-gentes: Brasil, China, la India y Rusia. De igual manera, continuar como simple espacio econmico y con una cooperacin trilateral, cuando en realidad es bilateral (Canad-Es-tados Unidos y Estados Unidos-Mxico), no fomenta en nada a resolver las problemti-cas anteriormente mencionadas.

    Con la finalidad de lograr los objetivos sealados, esta obra est dividida en ocho partes, en 18 captulos, los cuales estn especializados en los procesos de integracin en frica, Amrica, Asia, Europa y Medio Oriente.

    En este sentido, la primera parte de este libro, Marco terico y regionalizacin mundial durante los siglos xx y xxi, analiza en el captulo elaborado por Pedro Manuel Rodr-guez Surez y el siguiente, en colaboracin con Juan Pablo Prado Lallande, los diferentes conceptos y marcos tericos que tratan de definir el fenmeno de la regionalizacin mundial. En adicin, los autores evalan las variables sine qua non que han jugado un papel fundamental vis--vis el surgimiento de las integraciones regionales. Por ltimo, y no menos importante, exponen varias hiptesis que tratan de responder a diferentes cuestionamientos inherentes a las razones que conllevan a que algunos regionalismos sean exitosos, otros relativamente exitosos y el resto a que permanezcan en el olvido o en su plena inoperancia.

    La segunda parte de esta obra se dedica al Regionalismo y cooperacin regional en Amrica del Norte. En este sentido, el tercer captulo (Institutionalizing nafta: Of

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    Overloads, Opportunity Costs, & Obsolescence), presentando por Imitiaz Hussain, ste al iniciar su texto se pregunta por qu los pases de Amrica del Norte no estn profundizando su integracin en el contexto del tlcan, como lo estn haciendo los miembros de la Unin Europea y los miembros del Mercado Comn del Sur. En este sentido, el autor subraya la gran ausencia de Fondos Estructurales y Fondos de Cohesin, los cuales en Amrica del Norte no existen y son de vital importancia para reducir la enorme asimetra econmica entre los tres pases de la regin. Asimismo, destaca la falta de voluntad poltica de los lderes de la regin en aras de edificar un mercado comn e instituciones fuertes y slidas que promuevan la buena gobernanza de la integracin regional de Amrica del Norte.

    Por otro lado, Canad, Estados Unidos y Mxico no presentan un frente comn en las negociaciones internacionales y mucho menos en los organismos internacionales, tal y como lo ejemplifica la negociacin que mantuvieron Estados Unidos y los pases de Amrica Central ante la instauracin del Tratado de Libre Comercio de Centro Amrica, Estados Unidos y Repblica Dominicana (cafta), que entr en vigor el ao 2006, lo cual debilita el poder de convocatoria y negociacin de los tres pases del tlcan en el mbito internacional.

    Al respecto, las negociaciones en torno a un tratado de libre comercio entre Canad y Amrica Central no concluyeron con un acuerdo final, el Plan Puebla-Panam se vio reducido a los buenos deseos y, aunque Estados Unidos concluy un tratado de libre comercio con los pases de Amrica Central, ste slo institucionaliz a las economas centroamericanas como pases maquiladores.

    En suma, Amrica parece integrarse de diferentes maneras. Con el fracaso del rea de Libre Comercio de las Amricas (alca) los pases del continente americano han optado por diversos caminos en materia de integracin, desde la perspectiva regional y subregio-nal, e inclusive con otros continentes o regiones del mundo, en particular con economas de frica, Asia y Europa.

    En este orden de ideas, Imitiaz Hussain aborda las problemticas que a su vez explican las variables que tratan de explicar el poco o nulo avance que ha tenido la profundiza-cin de la integracin en Amrica del Norte, en particular en materia del incremento

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    de la cooperacin regional en las instituciones del tlcan. Al respecto, alude el autor que dicho tratado ha sido exitoso si se analizan sus resultados en trminos de los propsitos por medio de los cuales fue concebida su creacin. Es decir: incrementar las relaciones comerciales entre los miembros. Sin embargo, estos resultados no connotan un mayor desarrollo para los tres pases de la regin y mucho menos para Mxico. Asimismo, las relaciones econmicas entre los miembros del tlcan se traducen en un juego de suma-cero cuya lgica debe entenderse desde la misma esencia neoliberal que dio origen al tratado.

    Finalmente, Imitiaz Hussain subraya la falta de instituciones que propicien el incremen-to de la cooperacin regional y la ausencia de sta en aras de disminuir la enorme brecha en trminos de desarrollo que confluye entre los tres pases norteamericanos, lo que sin duda alguna erosiona la competitividad de la regin en un mundo plenamente regiona-lizado y globalizado.

    El captulo cuarto, en la segunda parte, Movilidades transfronterizas, problemticas trasnacionales y regionalismo en Amrica del Norte, fue escrito por Adriana Sletza Ortega Ramrez. La autora hace alusin a que los gobiernos subnacionales (estados, provincias y municipalidades) en el sistema migratorio de Amrica del Norte estn in-crementando su cooperacin en trminos de polticas, programas y regulaciones migra-torias debido al crecimiento y la diversificacin de los flujos migratorios a la luz de la implementacin del tlcan, tratado que ha permitido el incremento en la liberalizacin comercial y de las inversiones en la regin.

    El principal argumento que plantea Ortega Ramrez consiste en que el federalismo mi-gratorio muestra sntomas de crecimiento y que los gobiernos de Canad, Estados Uni-dos y Mxico deberan incrementar su cooperacin interregional en aras de reorganizar las comunidades locales y lidiar con las transformaciones de orden demogrfico, so-cioeconmico y tnico, as como la falta de oportunidades en las localidades expulsoras de migrantes, principalmente de Mxico, que causan los flujos migratorios. Asimismo, desde la perspectiva de la autora los tres pases mencionados podran establecer diversas estrategias a fin de facilitar la insercin de los migrantes en las comunidades locales, as como la proteccin de sus derechos.

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    Por otro lado, la quasi inexistente cooperacin interregional respecto al fenmeno de la emigracin indocumentada, principalmente de Mxico hacia Canad y Estados Unidos, pone en evidencia las grandes limitantes que existen en materia de cooperacin trilateral con la finalidad de propiciar las condiciones ad hoc e in situ que contribuyan a disminuir la migracin indocumentada de connacionales mexicanos que buscan mejores condicio-nes de vida en Canad y Estados Unidos

    Finalmente, la autora subraya la ausencia de Fondos Estructurales y Fondos de Cohesin que propicien el desarrollo de las comunidades expulsoras de migrantes y que podran reducir las enormes asimetras que existen en la regin en trminos econmicos y de desarrollo, lo que a corto y largo plazo contribuira para que los migrantes permanezcan en sus localidades y no busquen una mejor calidad de vida en Canad y Estados Unidos.

    La contribucin siguiente, el captulo quinto, es presentada por Claudia Ocman Azueta y tiene como ttulo Ciencia, tecnologa e innovacin despus del tlcan: contrastes de la cooperacin pblico-privada en biotecnologa. Desde la ptica de la autora, a mediados del siglo pasado se reconoci el impacto del conocimiento y de la innovacin cientfica y tecnolgica como pieza fundamental vis--vis el desarrollo y la competitividad de las naciones. Este fenmeno ha provocado que se considere a la economa basada en el cono-cimiento o en el know-how como el modelo ptimo a seguir, as como una herramienta crucial frente a la competitividad de las regiones. La creacin de sistemas de gobernabili-dad adecuados para facilitar la investigacin, desarrollo e innovacin (i+d) de tecnologas ha implicado la adopcin de polticas que optimicen las actividades de las empresas. Para lograrlo algunas regiones del mundo, como Europa Occidental y Amrica del Norte, han establecido programas que fomenten la cooperacin pblico-privada con la intencin de transferir tecnologa para crear industrias intensivas en conocimiento.

    En Amrica del Norte este modelo se ha aplicado en los tres pases miembros del tlcan con diferentes resultados. Los contrastes visibles en los indicadores de competitividad global dan muestra del alto grado de competitividad tecnolgica impuesta con la sus-cripcin del Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte. Sin embargo, en muchas reas estratgicas se ha dejado de lado la cooperacin trilateral y esta problemtica ha afectado a la competitividad de la regin, en donde ni Canad ni Estados Unidos ni M-xico quedan excluidos. Segn el Foro Econmico Mundial (fem) y la Organizacin para

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    la Cooperacin y el Desarrollo Econmico (ocde), Mxico ha perdido sensiblemente su competitividad vis--vis otros pases emergentes del mundo. En relacin con Estados Unidos, tambin se visualiza una gran prdida de competitividad y su sociedad es la ms desigual del mundo desarrollado. Adicionalmente, China y la ue representan grandes competidores para la economa estadunidense y en ciertas reas econmicas Estados Unidos ha perdido su hegemona mundial. Como lo mencionan Joseph M. Parent y Paul K. MacDonald en su artculo intitulado La sabidura de la reduccin, publicado en la revista Foreign Affairs Latinoamerican: A pesar de que la economa estadunidense es la ms grande del mundo su liderazgo est en peligro. Entre 1999 y 2009, la participacin en el pib mundial (medido en trminos de paridad de poder adquisitivo) cay del 23 al 20% mientras que la participacin de China en el pib mundial superar la de Estados Unidos en 2016. Asimismo, la exigencia de reemplazar al dlar como moneda de reserva internacional con una canasta de divisas que incluira el euro y el yuan es cada vez ms fuerte (Parent y MacDonald, Foreign Affairs, 2012, Vol. 12, No. 1: 79-86).

    En este sentido, ambas autoras plantean que hoy ms que nunca Amrica del Norte debe ampliar su cooperacin en reas como innovacin cientfica y tecnolgica; de lo contra-rio, otras regiones y continentes del mundo, particularmente Asia y Europa Occidental, tomarn el liderazgo mundial en desarrollo cientfico y tecnolgico.

    La tercera parte de este libro analiza el Regionalismo y cooperacin regional en Amrica Latina y el Caribe. En este sentido el captulo sexto, La inversin extranjera directa en el mercosur durante la crisis econmica y financiera internacional 2008-2010, es abordado por Paulino Ernesto Arrellanes Jimnez. Desde su perspectiva, en Amrica del Sur la poltica neoliberal fue creada e impulsada en los pases que ahora forman parte del mercosur, principalmente por los otrora lderes polticos Carlos Menem (Argentina), Fernando Collor de Mello (Brasil), Luis Alberto Lacalle (Uruguay), entre otros y durante sus mandatos se cre formalmente. Todos estos lderes polticos fueron fundamentales para transformar la cooperacin regional en el Cono Sur, regin caracterizada anterior-mente por ser altamente conflictiva y por la histrica rivalidad entre pases vecinos como Argentina y Brasil, Argentina y Chile, entre otros.

    El antiguo paradigma cepalino vigente desde la dcada de 1970, que promulgaba los preceptos del Consenso de Washington y privilegiaba a los mercados globales en detri-

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    mento de los mercados regionales, el manejo de polticas macroeconmicas en lugar de las sectoriales, y la reduccin del rol del Estado en una mnima expresin, era considera-do como suficiente para garantizar la libertad de competencia y proteger los derechos de los inversionistas, as como para resolver los enormes problemas sociales y econmicos que enfrentaban los pases latinoamericanos.

    Sin embargo, a mediados de la dcada de los noventa las polticas del Consenso de Was-hington parecieran haberse erosionado, al menos en ciertos aspectos, con la reconfigu-racin del mapa geopoltico y geoeconmico que apareci en la subregin sudamericana a partir de la dcada de los ochenta y con los nuevos liderazgos polticos en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay (aunque algunos de estos pases no forman parte del mercosur).

    Por otro lado, alude Arellanes Jimnez a que los intentos de regionalizacin en Amrica del Sur deslumbran nuevos horizontes, y prueba de ello es la profundizacin institucional del mercosur, as como los deseos de incorporar a Venezuela como miembro de pleno derecho, en un aparente intento de constitucin de un eje Buenos Aires-Brasilia-Caracas, que se relaciona con otras integraciones regionales de corte poltico, como la Alianza Bo-livariana de Nuestros Pueblos de Amrica (alba) y, por otro lado, de carcter econmi-co-poltico, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeos (celac), los cuales indudablemente proporcionarn una nueva proyeccin al mercosur en aspectos como la inversin extranjera directa, as como vis--vis la inversin intrarregional.

    Cabe resaltar que el mercosur es uno de los intentos de integracin regional que cada vez ms se asemeja al nivel de integracin de la ue, desde la perspectiva de las institu-ciones que lo regulan, as como por poseer el Fondo de Convergencia Estructural del mercosur (focem), cuyo objetivo cardinal es el de reducir las brechas estructurales in situ que se observan entre Brasil y Argentina frente a Paraguay y Uruguay.

    El captulo sptimo, Regionalismo en Sudamrica, de la can a la unasur, es presen-tado por Alejandro Vega-Muoz y colaboradores. Los autores de este captulo hacen alusin a que el fenmeno de la globalizacin entendido como la internacionalizacin de la economa mundial, iniciado ya desde hace varias dcadas, ha obligado a los pases a generar diversas estrategias de insercin en el escenario econmico internacional, donde

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    el regionalismo es una de ellas. Uno de los objetivos del regionalismo, mencionan los autores, es el de buscar los mecanismos que maximicen la capacidad negociadora de los pases.

    En Amrica Latina, a lo largo de los dos ltimos siglos, se han creado diferentes intentos integracionistas. En el Cono Sur en especfico, se han edificado diversos regionalismos que intentan ampliar la cooperacin interregional, como la Comunidad Andina de Na-ciones (can), el mercosur, la Unin de Naciones Sudamericanas (unasur), la alba, as como la Comunidad de Naciones Sudamericanas (cns). Desde la perspectiva de los autores, todos estos intentos de integracin subregional tienen algo en comn en ma-teria econmica. En suma, la apertura comercial, la reduccin arancelaria y polticas de complementacin econmica. Sin embargo, hay aspectos polticos, sociales y culturales que se van involucrando en el mismo proceso.

    Al respecto, Alejandro Vega-Muoz y colaboradores sustentan cientficamente una ex-plicacin en torno a las integraciones subregionales en Amrica del Sur, adoptando un modelo terico-interpretativo desde la perspectiva del Sistema-Mundo de Immanuel Wallerstein y con el complemento de la geografa poltica de Taylor.

    El octavo captulo es abordado por Katarzyna Krzywicka con el ttulo La alba y la nueva geopoltica de la Repblica Bolivariana de Venezuela. Desde la visin de la au-tora, desde finales del siglo xx Amrica Latina ha experimentado transformaciones ra-dicales, en particular en los sistemas polticos y econmicos de la regin. Estos proce-sos se originaron en gran medida debido a la formacin de un nuevo liderazgo poltico y una reorientacin de la poltica econmica y social. Los nuevos condicionamientos tienen influencia sobre el carcter y la especificidad de las relaciones internacionales en toda Amrica. En este marco de ideas, la Sexta Cumbre de las Amricas, que tuvo efecto en abril de 2012 en Cartagena de Indias, Colombia, claramente evidenci que la importancia de este foro de dilogo interamericano baj, en comparacin con la Primera Cumbre de las Amricas, la cual fue convocada por Canad y Estados Unidos en 1994.

    En la dcada de los noventa las cumbres de los lderes de Amrica constituyeron una herramienta de importancia crucial para la diplomacia y para la creacin de la nueva

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    geopoltica y geoeconoma en el hemisferio occidental de post Guerra Fra. En la dcada presente, los lderes de la mayora de los pases latinoamericanos (incluido Brasil, pas lder de la nueva geopoltica latinoamericana) enfatizan que las Cumbres de las Amricas y la Organizacin de los Estados Americanos (oea) ya no tienen tanta importancia en lo que se refiere a las relaciones polticas y econmicas panamericanas.

    En este sentido, desde la perspectiva de Katarzyna Krzywicka los problemas de los pases latinoamericanos son discutidos y solucionados actualmente en otras organizaciones y foros, en los cuales participan todos los pases de Amrica Latina y el Caribe, tales como la unasur y la celac.

    Ante este panorama, alude la autora, una atencin particular merece la poltica exterior de la Repblica Bolivariana de Venezuela. Al respecto, desde el arribo al poder de Hugo Chvez Fras en 1999, ste inici grandes transformaciones en el sistema poltico y eco-nmico de este pas, y ms an en el mbito de su poltica exterior, promoviendo nuevas formas de cooperacin e integracin regional que diferan sensiblemente del alca, pro-yecto de integracin continental impulsado por Washington.

    El gobierno bolivariano, en el marco de la nueva diplomacia, acenta en primer lugar un modelo poltico basado sobre la democracia protagnica y participativa; en segundo lugar, subraya un modelo econmico basado en el desarrollo endgeno y el estatismo; y en tercer lugar, enfatiza un modelo social en funcin de la inclusin, solidaridad y justi-cia para los pueblos en vas de desarrollo. Para lograr estos objetivos, fueron formuladas nuevas reglas y nuevas prioridades en la poltica exterior de Venezuela y de la alba, las cuales son analizadas en el captulo mencionado.

    En el noveno captulo, Cooperacin Sur-Sur como promotora de la integracin latinoa-mericana, realizado por Juan Pablo Prado Lallande y Pedro Manuel Rodrguez Surez, desde la visin de los autores Amrica Latina y el Caribe (alc) es una regin que, con sus bemoles histricos, ha promovido diversos esquemas de integracin, siendo en aos recientes la cooperacin internacional para el desarrollo (cid) una herramienta que ha contribuido a la promocin de la integracin de la regin por medio de proyectos de Cooperacin Sur-Sur (css).

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    En buena medida, estas iniciativas se han llevado a cabo debido al renovado respaldo poltico que desde las cancilleras latinoamericanas se le ha conferido a dicha coopera-cin en su dimensin de instrumento activo de poltica exterior. La css en mbitos como los tcnicos, cientficos y culturales, ha abierto espacios para la interaccin y el dilogo poltico, mismos que contribuyen a la generacin de un entorno proclive a favor de los procesos de integracin del subcontinente latinoamericano.

    En este sentido, Amrica Latina y el Caribe se enfrentan a escenarios emanados de esta reconfiguracin de la Cooperacin Internacional para el Desarrollo que le generan im-portantes retos tanto a nivel nacional como colectivo, en donde la actuacin ms con-sensuada en temas clave de la agenda internacional podra aumentar las posibilidades de conseguir, por un lado, mayor integracin entre s y, por el otro, mayor peso en la zona en pos de una mejor gobernanza global, as como en un sistema internacional ms representativo y eficaz.

    Por otro lado, la cid (principalmente en su dinmica Norte-Sur) se encuentra debilitada por los efectos de la crisis econmica en Estados Unidos y en la ue. En contraste con ello, en la mayora de los pases latinoamericanos, la Cooperacin Sur-Sur ha registrado un indito crecimiento cuantitativo y cualitativo, propiciando espacios de acercamiento mul-tinivel (personal, institucional y gubernamental) en aras de la integracin latinoamericana.

    En este orden de ideas, los autores analizan cmo la cid y la Cooperacin Sur-Sur han promovido mayores espacios y oportunidades de integracin en Amrica Latina y el Caribe, en especial a travs de la instrumentacin del Programa Iberoamericano de For-talecimiento de la css. Asimismo, efectan una evaluacin en relacin con el rol de sta, y concretamente de su Programa Iberoamericano de Fortalecimiento, como ejercicio promotor del proceso de integracin latinoamericana.

    El tema de la cuarta parte de esta obra se refiere a Regionalismo y cooperacin regional en Europa Occidental. En este sentido, el captulo dcimo fue escrito por Enriqueta Serrano Caballero y tiene como ttulo Unin Europea: un proceso nico de integracin regional. Segn ella, la ue no es una federacin como los Estados Unidos, ni tampoco una organizacin internacional de cooperacin entre gobiernos, como la Organizacin de las Naciones Unidas (onu). En realidad, la ue es nica y sui generis. Los 27 estados

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    que la integran continan siendo naciones soberanas e independientes, pero comparten su soberana para ser ms fuertes y tener una influencia mundial que ninguno de ellos podra ejercer individualmente, particularmente en aspectos econmicos, sociales y cul-turales, y en algunos mbitos de poltica exterior, en particular en materia de coopera-cin internacional.

    En este sentido, este captulo tiene como objetivo mostrar la evolucin de la integracin de la ue a travs de diferentes tratados, entre ellos el Tratado de Roma (1957), el Tratado de Lisboa (2009), el Tratado de Maastricht (1991), el Tratado de msterdam (1997) y el Tratado de Niza (2001). Para lograr su tarea, Serrano Caballero divide su texto en tres temas diferenciados. En el primero presenta una introduccin sobre la evolucin que ha ido experimentado la integracin europea hasta la actualidad; en el segundo elabora una breve descripcin de los tratados, y en el tercero analiza el Tratado de Lisboa.

    El captulo undcimo, Los Fondos Estructurales de la Unin Europea: un anlisis de la cooperacin regional en Europa Occidental (2007-2013), fue escrito por Giuseppe Lo Brutto y Beatriz Pico Gonzlez. Ellos puntualizan en su texto que, debido a la coope-racin que reciben los pases emergentes que se integran en la ue, stos se transforman radicalmente a corto plazo y que una de las prioridades sine quan non de todos los miem-bros de la ue es la de propiciar la cohesin econmica y social, lo que representa una garanta para la seguridad, la paz y la prosperidad de Europa.

    Al respecto, los Fondos Estructurales y los Fondos de Cohesin, as como el Fondo Social Europeo (entre otros mecanismos de cooperacin que posee la ue), representan el principal instrumento para lograr la cohesin econmica, social e inclusive poltica.

    Por otro lado, los autores mencionan que estos fondos representan una cuota muy sig-nificativa que se destina vis--vis las reas o regiones ms atrasadas de los pases menos desarrollados de la ue. En adicin, los Fondos de Cohesin han jugado un papel funda-mental para la reconstruccin econmica de los nuevos estados miembros de Europa del Este que se incorporaron en la ue durante 2007 y 2009.

    El captulo duodcimo fue escrito por Alicja Fijalkowska. De regreso a Europa: los pases de Europa Central y su adhesin en la Unin Europea alude a que la cada del

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    bloque comunista abri un nuevo captulo en la historia, no slo de Europa sino tambin mundial. As las cosas, entre 1989 y 1991 apareci en el Viejo Continente una pregunta fundamental en torno al futuro de Europa y los pases de la otrora Europa postcomu-nista. Al respecto, su adhesin en la ue y en la Organizacin del Tratado del Atlntico Norte (otan) constituy en aquellos aos la estrategia ms apropiada ante una eventual inestabilidad poltica y los nuevos dilemas de seguridad in situ que podra enfrentar nue-vamente el continente europeo.

    Po otro lado, Alicja Fijalkowska sustenta la tesis de que Europa Central y Oriental no participaron en el Plan Marshall despus de la Segunda Guerra Mundial y, aunado a me-dio siglo de rgimen socialista, frenaron considerablemente el desarrollo de esta parte de Europa, particularmente frente a Europa Occidental. En la dcada de los noventa la brecha entre los pases de Europa Occidental y de Europa del Este era muy marcada y en un mundo globalizado las economas postcomunistas no podan competir en el escenario econmico internacional. Desde esta ptica, la integracin regional connot para estos pases una ventaja competitiva y una garanta de desarrollo y de seguridad despus de cuatro dcadas de socialismo real y frente a Europa Oriental, que presentaba serios sntomas de inestabilidad poltica, tal y como lo demostr el conflicto tnico de Yugoslavia, la invasin de Rusia a Georgia, la desintegracin de Checoslovaquia, la nueva rivalidad que naci entre Rusia y Ucrania y la fuerte oposicin de sta ante el ingreso de los pases blticos en la ue y la otan.

    Ante este escenario la adhesin de la mayora de los pases de Europa Central y Orien-tal (peco) en la ue y en la otan se convirti en la prioridad nmero uno de la poltica exterior de los pases exsatlites de la otrora Unin Sovitica, objetivo que finalmente fue alcanzado durante 2007 y 2009 con la integracin de los pases de Europa Central y Oriental en las organizaciones anteriormente mencionadas.

    En la quinta parte de esta obra se indagan los Regionalismo y cooperacin regional en Europa Oriental y Eurasia. En este sentido, Maciej Ra presenta el captulo decimoter-cero, intitulado Russia and the Commonwealth of Independent States.

    El autor seala que los estados miembros de la Comunidad de Estados Independientes (cei) tienen mucho en comn, empero, tambin muchas cosas que los diferencian. En

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    relacin con los elementos que los asemeja, se puede destacar su proximidad geogrfica y su pasado histrico, al haber formado parte de la Unin de Repblicas Socialistas So-viticas (urss).

    Despus de la desintegracin de la urss y tras dos dcadas de independencia y soberana, cada uno de los estados postsoviticos ha recorrido su propio camino vis--vis su trans-formacin postcomunista, tanto en el mbito econmico como en el poltico. En este or-den de ideas, la mayora de los estados postsoviticos se han convertido en democracias hibridas, y en gobiernos totalitarios con un sistema presidencial que Maciej Ra califica como sper presidencial.

    En algunos casos existen sistemas parlamentarios como el de Moldova, que est abierto al sistema capitalista mundial y al sistema democrtico, empero en otros, como es el caso de Bielorrusia, apenas se observan algunas transformaciones. Asimismo, los cambios sociales y culturales tambin han tenido efectos diferentes en cada uno de estos pases. En algunos de ellos las sociedades y los sistemas polticos continan siendo totalitarios, con poca participacin poltica y con muy poca apertura hacia la participacin de la sociedad civil. Otra de las diferencias que marcan a estos pases son sus orientaciones internacionales. En algunos casos existen los prooccidentales, como Ucrania, que de-cidi formar parte de la familia europea, lo que en otras palabras connota su adhesin en la ue y la otan, y en otros casos existen pases como Bielorrusia, que son pro Rusia y, por lo tanto, favorecen su integracin y cooperacin regional en el marco de la cei y de la Organizacin de Cooperacin de Shanghai. Entre los estados de Eurasia resaltan: Kazajistn, Kirguistn, Tayikistn y Uzbekistn.

    Por otro lado, despus de la cada del Imperium Sovietricum los estados que renacieron en Europa Oriental y Eurasia se vieron obligados a elegir entre una de las siguientes op-ciones: a) reintegracin en la Federacin Rusa, b) adhesin en la ue y en la otan, c) in-tegrarse en la Comunidad Econmica Eurasitica y en la Organizacin de Cooperacin de Shanghai, y d) aislarse o participar de lleno en la economa mundial.

    Finalmente, este captulo tiene como objetivo explicar cules fueron las metas polticas y econmicas cuando se edific la cei, as como evaluar los logros y retrocesos que ha experimentado dicho organismo desde sus inicios en 1991 hasta nuestros das.

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    La sexta parte de este libro est especializada en Regionalizacin y cooperacin regional en frica. En este sentido, el captulo decimocuarto tiene como ttulo La experiencia de la integracin regional en frica Subsahariana: los casos de la sacu y la sadc.

    Desde la visin de Myrna Rodrguez Auez y Luis Ochoa Bilbao, cuando se habla de regionalismo e integracin inevitablemente se tienen en mente las experiencias europeas (ue), norteamericana (tlcan) y sudamericana (mercosur), pasando por alto que frica, habitualmente marginal en el estudio de las relaciones internacionales, tambin ha desa-rrollado sus propios procesos de integracin regional, incluso desde principios del siglo xx.

    En frica Subsahariana, como en otras regiones del mundo, el deseo por incrementar la coperacin y la integracin regional no es nada nuevo. Al respecto, aluden ambos autores, este inters fue suscrito por las metrpolis europeas durante su administracin y apoyada por los dirigentes del frica independiente a partir de los ao setenta, con la firma de acuerdos que prosperaron limitadamente hacia la dcada de los ochenta.

    Cabe subrayar que los mecanismos regionales de integracin en frica han sido enten-didos por los estados como una herramienta sine qua non para contrarrestar las crisis econmicas, buscar una mejor insercin en la economa mundial y caminar hacia la construccin de un proyecto alternativo de desarrollo.

    En este contexto, los autores concentran su trabajo en dos experiencias de integracin en frica: la Unin Aduanera de frica Austral (sacu) y la Comunidad de Desarrollo para frica Austral (sadc). El objetivo de su trabajo es el de ilustrar los alcances y las limitaciones de ambos mecanismos de integracin que, con el tiempo, se han convertido en actores regionales y multilaterales reconocidos a nivel mundial.

    En segundo lugar, este texto demuestra que ambas organizaciones enfrentan nuevos re-tos y hacen de la experiencia de la integracin regional en frica un proceso dinmico que debe renovarse y adaptarse para no correr el riesgo de hacerse obsoleto o de perma-nercer como un "intento fallido. En ese sentido, se analiza cmo la sadc ha comenzado a traslapar sus funciones con respecto a la sacu. En tercer lugar, los autores hacen alusin a que en frica tambin existen actores que lideran la integracion regional, que en este caso sera Sudfrica, la cual se ha convertido en actora central que comienza a ver des-

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    bordada su capacidad de gestin como lder regional.

    El captulo decimoquinto, de Romn Lpez Villicaa y Luis Fernando Galindo Mar-tnez, tiene como ttulo Regionalismo y problemas de la cooperacin interregional en frica. Los autores explican que hablar del continente africano es probablemente aludir a problemas tales como pobreza, hambruna, epidemias, as como inestabilidad poltica. Segn la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo y el Comercio (unc-tad), frica alberga a 33 de los 48 pases ms pobres del mundo.

    Por otro lado, desde la perspectiva de ambos autores el continente africano tiene la ms baja tasa de crecimiento de todos los continentes del mundo y se ha quedado muy atrs en comparacin con otras regiones del mundo emergente, como Amrica Latina, Asia y Europa del Este. Otro elemento importante que subrayan es que algunas partes de este inmenso continente an se encuentran en constante lucha e inestabilidad poltica, la cual no ha cesado desde la dcada de 1960. Por otro lado, segn Foreing Policy, en el ao 2011 existan catorce estados africanos con el nivel ms alto de inestabilidad y pobreza extrema, de los cuales resaltan Chad, Somalia y Sudn, quienes encabezan la lista.

    En trminos de regionalismo y cooperacin interregional, los pases del continente afri-cano crearon la Organizacin de la Unidad Africana (oua), cuyos primeros objetivos fueron la defensa de la soberana y la no alteracin de las fronteras heredadas por las colonias. Asimismo, desde su creacin en 1965 hasta nuestros das, sus esfuerzos se han centrado en modernizar al continente y propiciar la cohesin econmica entre los estados africanos.

    Sin embargo, las polticas de integracin regional entendidas como herramientas para fomentar el desarrollo y el crecimiento econmico en frica han connotado intentos fallidos. Al respecto, en 1979 frica contaba con 20 de los 31 pases ms pobres del mundo. De 1960 a 1980 la tasa de crecimiento conjunta no super el 4.8%. Asimismo, el comercio interregional no es mayor al 10% y slo cinco estados de este vasto continen-te participan realmente en el comercio internacional: Costa de Marfil, Ghana, Kenia, Nigeria y Zimbabe.

    Como se puede apreciar, el regionalismo y la cooperacin panafricana no ha auxiliado a me-

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    jorar las condiciones econmicas, ni tampoco a incrementar la competitividad del continen-te, y mucho menos a reducir la brecha en trminos de desarrollo entre los pases africanos.

    El captulo decimosexto, Unin del Magreb rabe: ante la integracin o la fragmenta-cin?, es presentado por Zidane Ziraoui, para quien la Unin del Magreb rabe (uma), proyecto de integracin regional de los pases rabes del norte de frica (Marruecos, Argelia, Libia, Mauritania y Tnez) fue un proyecto que naci inmerso en severas problemticas.

    Entre stas resaltan la crisis fundamentalista en Argelia (1993), el embargo contra Libia y en 1994 la crisis entre Argelia y Marruecos. Ante este catico escenario los intentos integracionistas dejaron de funcionar. Sin embargo, con la primavera rabe de 2011, nuevos elementos se han agregado a la situacin anterior y es todava muy temprano para prever el desarrollo poltico interno de los pases, aunque dos naciones han tenido elec-ciones democrticas (Marruecos y Tnez) y Argelia y Libia continan estancados con presidentes debilitados y un poder militar detrs de la fachada civil.

    Ante este escenario, el autor menciona que es muy difcil hablar de regionalismos y de cooperacin interregional, como ha sucedido en Amrica y en Europa, y lejanamente en Asia. De manera contraria a los continentes y regiones del mundo mencionadas, los pa-ses de la uma se han concentrado en solucionar sus propias problemticas in situ, dejando de lado el sueo unionista.

    En este sentido, Argelia no ha logrado an resolver su crisis poltica interna, con un pre-sidente que se aferra al poder y un ejrcito que se ha convertido en el rbitro de la vida poltica. Por otro lado Libia, que durante los ltimos aos de Gadafi haba puesto su mirada hacia el continente africano con la propuesta de la unin africana, hoy da est enfrascada en una casi guerra civil entre los distintos grupos y tribus del pas. Asimismo, Marruecos y Tnez se enfocan en la cooperacin con la ue y, paradjicamente, Marrue-cos busca ser miembro de la ue y Mauritania ha regresado a su visin tradicional y a su problemtica ms ligada al frica Subsahariana.

    Finalmente, a partir de la profunda crisis de la dcada de los aos noventa y los violentos cambios de la Primavera rabe, los pases integrantes de la uma han retomado su inte-gracin para intentar rescatar el proyecto original con la creacin de nuevas institucio-

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    nes, tales como bancos regionales, as como integrando sus polticas en algunos rubros, por ejemplo, en la lucha contra el terrorismo.

    La sptima parte de este libro se dedica al Regionalismo y cooperacin regional en Medio Oriente. En este sentido, el captulo Fragilidad en los procesos de integracin regional en el Magreb y Oriente Medio, escrito por Paloma Gonzlez del Mio, aborda el asunto de que en la regin del Magreb y Oriente Medio estn planteados, desde hace dcadas, los beneficios que podra tener una integracin regional entre los pases rabes.

    En este sentido, en ese escenario regional, sealado por la conflictividad, el factor de seguridad entre los socios adquiere una puesta en valor eminente. Sin embargo, a la luz de la situacin poltica y econmica que enfrentan estos pases, el regionalismo rabe se caracteriza por su debilidad, pues el grado alcanzado no supera el de la dcada de los setenta, a pesar de la puesta en marcha de varias iniciativas, tales como el Consejo de Cooperacin de los Estados rabes del Golfo (ccg) en 1981, la Unin del Magreb rabe (uma) en 1989, Greater Arab Free Trade Agreement (gafta) en 1997, el Acuerdo de Agadir (aa) en 2004 y la institucin ms antigua, es decir, la Liga de Estados rabe (o simplemente Liga rabe, la) en 1945.

    La autora plantea que los diversos procesos de regionalismo en el escenario del Magreb y Oriente Medio no han tenido resultados homogneos, presentando diferencias en cuan-to a niveles de integracin, cooperacin e institucionalizacin. En adicin, subraya que la nica excepcin es el ccg. Este bloque de cooperacin muestra una tendencia progresiva que, sin perder el factor securitario, ha ido evolucionando hacia la vertiente comercial, inmerso, por un lado, en un proceso de integracin regional a distintos niveles que une uno de los mercados con mayor capacidad adquisitiva del planeta y, por otro, se ha con-vertido en un conjunto regional cada vez ms activo como inversor y socio comercial en otros pases rabes de Oriente Medio y del norte de frica.

    Este captulo de libro tiene como objetivo analizar el ccg como el principal grupo de integracin regional en la zona del Magreb y Oriente Medio, evaluando las capacidades y los retos que presenta este subconjunto regional. Asimismo, la autora parte de la hiptesis central de que sus miembros poseen algunos rasgos comunes: cultura, religin, sistemas polticos, economa similar y poltica exterior, aunque no han sido elementos sine qua

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    non para lograr la viabilidad de la integracin. En esta lgica, los otros procesos regio-nales que operan en el Magreb y Oriente Medio reflejan, igualmente, que los factores anteriormente sealados constituyen nexos valiosos, pero las asimetras en distintos rde-nes que se dan entre los actores del rea lastran y dificultan las dinmicas integradoras.

    Finalmente, en la octava parte se analiza el Regionalismo y la cooperacin regional en Asia. En este sentido, el captulo decimoctavo, El regionalismo asitico y sus actores, es abordado por Mara Elena Romero, quien expone que las iniciativas de integracin regional en Asia han provocado diversas percepciones y lecturas acerca de la concrecin de dichos esfuerzos.

    Desde la visin de la autora, cada una de estas iniciativas encierra buenos propsitos por alcanzar la integracin regional en aras de un regionalismo abierto, prspero y alen-tador del desarrollo asitico. Sin embargo, la realidad es otra: el trmino regionalismo abierto ha sido acuado para calificar los esfuerzos de integracin econmica y comer-cial, dejando abiertas las posibilidades para que cada uno de los actores pueda seguir con su propia va de asociacin independiente, velando por sus propios intereses polticos, sociales y culturales.

    Al respecto, este texto tiene como objetivo presentar una lectura en torno a las percep-ciones acerca del regionalismo en Asia a partir de trabajos relevantes de autores como Amitav Acharya, Peter Katzenstein, Jeesie Poon y Deepak Nair, quienes han analizado los esfuerzos de integracin y los mecanismos regionales de cooperacin como el Foro de Cooperacin Econmica Asia-Pacfico (apec) y la Asociacin de Naciones del Sudeste Asitico (asean), sin dejar de lado el anlisis de los intereses de los actores ms relevantes de la regin, tales como China, Japn y Malasia, quienes son los grande promotores de la integracin asitica.

    pedro manuel rodrguez surez

    Puebla, Mxico, diciembre de 2012

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    PRIMERA PARTE

    Marco terico y regionalizacin mundial durante los siglos xx y xxi

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    CAPTUlO 1

    Fundamentos tericos de las integraciones regionales

    Pedro Manuel rodrguez Surez

    Introduccin

    Este captulo hace alusin al fenmeno del surgimiento y la evolucin de los regionalis-mos a travs de la historia. Asimismo, evala diferentes corrientes filosficas que tratan de entender el fenmeno de los regionalismos. En este sentido, los regionalismos y la cooperacin internacional nacen amn de la formacin de comunidades que empiezan a interactuar con otras comunidades debido a las necesidades que manifiestan en mate-ria de intercambio de bienes y servicios, as como por la carencia de algunos productos necesarios para satisfacer las necesidades primarias de los seres humanos. Desde esta perspectiva, se analiza la formacin de los regionalismos desde la formacin de las pri-meras comunidades humanas hasta el nacimiento del estado-nacin versin westfaliana a medidos del siglo xvii.

    Por otro lado, considera a varios filsofos, como Aristteles y Rousseau, y sus interpre-taciones en relacin con el surgimiento de los regionalismos y de la cooperacin interna-cional. Ambos filsofos tienen la conviccin de que los regionalismos y las integraciones regionales surgen de la necesidad que tienen los seres humanos para cohabitar y cooperar

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    entre s. Para Rousseau y Aristteles dichas necesidades son muy amplias, pero las ms frecuentes responden a resolver problemticas comerciales y transfronterizas, as como el incremento de las inversiones y la eliminacin de las restricciones al comercio intra-rregional.

    Otro de los aspectos que indaga este texto es el surgimiento del estado-nacin y las res-ponsabilidades de los estados a travs de la historia en materia de cooperacin interregio-nal. Es importante resaltar que dichas responsabilidades continan siendo prcticamente las mismas, empero se han incrementado a travs de la historia debido a los compromisos supranacionales que adquieren los estados, particularmente cuando se integran en un esquema de regionalizacin y, por lo tanto, ceden parte de sus decisiones soberanas vis--vis tratados internacionales, o bien, instituciones supranacionales.

    En adicin, este captulo analiza varios conceptos de integracin regional que han sido proporcionados por diferentes especialistas, tales como Karl W. Deutsch, Bela Balassa y Ramn Tamames.

    Finalmente, tiene tres objetivos fundamentales: primero, analizar diferentes marcos te-ricos que tratan de entender el fenmeno del regionalismo; segundo, explorar varios conceptos que definen las integraciones regionales; tercero, analizar los diferentes niveles de integracin que se observan in situ en el actual orden internacional.

    Corrientes filosficas y regionalismos

    La mayora de las corrientes filosficas hacen alusin a que adems de ser individuos, nicos e indivisibles, los seres humanos son entes sociales que para sobrevivir y desarro-llarse necesitan de la interaccin y cooperacin con otros diferentes seres humanos y, ms an, con quienes se relacionan y cohabitan, as como con los que se encuentran cercanos geogrficamente.

    Aristteles sustenta la tesis de que el ser humano es un ente social o un animal social. En suma, un zoon politikon. Desde su visin, la diferencia del ser humano en relacin con los animales es que posee la capacidad natural de relacionarse polticamente, es decir, de

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    establecer sociedades y organizar su vida en ciudades y en sistemas polticos. Aristteles define al hombre como zoon politikon cuando hace referencia a sus dimensiones sociales y polticas. El hombre y el animal por naturaleza son sociales, pero slo el hombre es poltico. Por tanto, la dimensin social ayuda a constituir la base de la educacin y la di-mensin poltica contribuye a la extensin de esa educacin.1 De esta manera, se edifican organizaciones sociales que de alguna forma u otra establecen relaciones de cooperacin en el mbito familiar o en el Estado.

    Desde la perspectiva de Rousseau, los seres humanos al sentir la necesidad de agruparse y de hacer comunes ciertos intereses, han renunciado a su independencia primitiva y establecen vnculos de cooperacin en aras de construir una sociedad entre s, as como para lograr la paz, estabilidad y prosperidad. Sin embargo, la integracin poltica y de seguridad puede ser utilizada con fines de seguridad y blicos, como lo ejemplifican el Pacto de Varsovia (pv) y la Organizacin del Tratado del Atlntico Norte (otan).

    La cooperacin entre individuos y comunidades connota un sistema de actividades cons-cientemente coordinadas que se establece entre dos o ms personas; esto es, la actividad lograda a travs de una coordinacin consciente, deliberada y plena de propsitos.

    Es importante subrayar que los grupos sociales requieren seguir varias pautas para lograr sus propsitos de cooperacin, tales como voluntad poltica y deseos de cooperacin por parte de sus miembros, as como crear instituciones ad hoc que formalicen e institucio-nalicen dicha cooperacin.

    Los lazos que se crearon entre las familias primitivas dieron paso hacia la integracin, al regionalismo y en algunos casos a la unin poltica. Conforme se desarrollaron y evo-lucionaron las organizaciones sociales, se fundaron diferentes comunidades y con ellas surgieron las nacionalidades, con rasgos culturales y lingsticos similares en algunos casos y en otros no.

    Una vez que se satisfizo la necesidad de comunicarse y de interactuar las sociedades

    1 Florencia D. Adriana, Zoon politikon: El animal poltico o el poltico animal?, 2009. [Disponible en: http://www.elclubdelapolitica.com.ar/web/2009/02/zoon-politikon-%c2%bfel-animal-politico-o-el-politico-animal/]. [Consulta: 16/06/2012].

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    se beneficiaron de sus bondades, permitiendo cada vez ms acrecentar la eficiencia del trabajo. As se lleg a la especializacin y posteriormente a la divisin del trabajo que impuls el incremento de la productividad, lo que oblig a las agrupaciones sociales a cooperar e intercambiar bienes y servicios con otros pueblos, principalmente los que se encontraban ms cercanos geogrficamente.

    Aunque las poblaciones estaban aisladas unas de otras, saban de la existencia de otros pue-blos, debido a los constantes viajes de exploracin en busca de agua, alimento, o bien por la misma curiosidad que posee el ser humano de explorar ms all de sus fronteras territoriales.

    Muchas fueron las variables que condujeron a las primeras comunidades a llevar a cabo intercambios y negociaciones con otros pueblos. Es posible afirmar que entre los intereses primordiales estaban, sin duda, encontrar ciertos bienes y recursos naturales de los cuales carecan sus espacios geoeconmicos. As, algunas de las primeras interacciones entre las tribus fueron de carcter forzoso, debido a que en ciertas pocas del ao las comunida-des no disponan de determinados productos que constituan la base primordial de su alimentacin, de manera que necesitaban obtenerlos mediante lo que podra equipararse hoy en da a la importacin. Dichos intercambios comerciales se ejercan por medio del trueque, que significaba cambiar objetos que posean las tribus por aquellos que desea-ban y necesitaban. En este sentido, se intercambiaban desde materias primas, artculos artesanales o alimentos, y hasta armamento, a cambio de otros productos.

    Posteriormente, y una vez que las necesidades primordiales de la subsistencia fueron satisfechas, los motivos para integrarse entre los pueblos y celebrar acuerdos fueron trans-formndose debido a fines geoeconmicos y geopolticos, as como de seguridad. Tal y como lo evidencian innumerables ejemplos, como el Gran Ducado de Lituania (siglos xii y xviii) o la Alianza Evanglica (1846) que fue edificada por Alemania, Blgica, Francia, Grecia, Italia, Noruega, Siria, Suecia, Suiza y Turqua con la finalidad de defender la libertad cristiana.

    Por otro lado el Estado, como toda organizacin social, ha evolucionado y se ha transfor-mado, empero contina conservando sus funciones sine qua non, tales como la defensa de la soberana y de la integridad territorial, velar por el inters comn, mantener el control del poder poltico y militar, as como gestionar la poltica exterior.

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    Durante el siglo xx surgen nuevas responsabilidades para los estados, debido a la pro-liferacin de los organismos internacionales y del renacimiento contemporneo de la primera ola de regionalismos. A estas nuevas responsabilidades se aade la suprana-cionalidad, lo que connota la observancia de reglas adoptadas por los Organismos In-ternacionales (oi) como resultado de acuerdos multilaterales o regionales que estn por encima de las normas internas del Estado,2 o bien, delegar soberana a instituciones que tomarn decisiones por parte de los estados, tal y como sucede actualmente en el marco de la Eurozona y los 17 pases de la Unin Europea (ue) que la conforman, los cuales delegan sus polticas monetarias al Banco Central Europeo (bce).

    Regresando a tiempos histricos, durante el siglo xv el escenario econmico internacio-nal se transform radicalmente debido al gran incremento que tuvo el comercio interna-cional, inherente al progreso alcanzado en las vas martimas y la revolucin tecnolgica de la poca, as como por el descubrimiento de Amrica por parte de las otrora poten-cias hegemnicas: Espaa, Francia y Portugal.

    Concepto de integracin

    Con el objetivo de comprender las integraciones regionales que han surgido en frica, Amrica, Asia, Europa y Medio Oriente, este apartado analizar a diferentes autores y sus concepciones inherentes a los conceptos de integracin regional. Asimismo, evaluar diferentes marcos tericos que tratan de explorar y entender el fenmeno del regionalismo.

    Integracin regional segn Karl W. Deutsch

    Desde la perspectiva de Karl W. Deutsch, integracin significa constituir un ente pol-tico o econmico comn, edificado entre diferentes actores. Asimismo, alude el autor, connota integrar unidades previamente separadas en un sistema unificado. Estos com-ponentes previamente separados e independientes, anteriormente separados eran poco

    2 Alberto S. Gaite, Integracin, teora y procesos, 2011. [Disponible en: http://www.eumed.net/libros/2010e/814/concepto%20de%20supranacionalidad.htm]. [Consulta: 18/06/2012].

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    interdependientes o carecan de interdependencia. Al momento de integrarse, segn Deutsch, son ahora interdependientes y juntos producen propiedades en un sistema que anteriormente careca de la produccin de dichas propiedades, o stas eran producidas, pero en cantidades inferiores (Deutsch, 1974).

    Con fundamento en lo que seala este autor, a continuacin se mencionan los elementos que componen la integracin regional en un sentido amplio:

    Pertenencia a un sistema. Unirse o adherirse a un sistema. Unidades que producen resultados distintos a los que se producan previamen-

    te y de manera separada o individual.

    En suma, Karl W. Deutsch define a las integraciones regionales como la unin de entes que buscan establecer condiciones distintas a las que por separado tendran, creando de esta manera un sistema que de alguna manera u otra genera relaciones de interdependen-cia, ya sea en materia poltica, econmica o de seguridad (Ibid., p. 67).

    Integracin regional segn Walter Mattli

    Walter Mattli aborda el estudio de la integracin regional desde una perspectiva compa-rada. Al respecto, evala la experiencia europea con otras regionales del mundo. Tam-bin enfatiza que para que se edifique una integracin regional plena, los actores lderes de las regiones deben impulsar dicha integracin hacia los estados perifricos. Tanto las instituciones que regularn los regionalismos como los lderes regionales son considera-dos por Mattli como elementos sine qua non para que funcionen los regionalismos. En palabras de Mattli (1999: 132): [] uno o dos estados lderes regionales [que] sirven como plataforma para impulsar las integraciones regionales tambin pueden contribuir a relajar las tensiones en la distribucin del poder actuando como un mediador regional.

    Por otro lado, Mattli subraya que una integracin exitosa depende tanto de las demandas de los actores del mercado, como de la oferta de los actores polticos. En el zollverein ale-mn, el cual unific los aranceles de los territorios que conformaban en 1828 el imperio

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    pruso, Prusia fue el principal actor en aras de promover la integracin aduanera. Por otro lado, en 1945 Alemania y Francia fueron los principales promotores de la integracin de Europa Occidental en lo que conocemos actualmente como Unin Europea.

    Analizando las integraciones regionales y los resultados que han obtenido en diferentes partes del mundo, Mattli tarta de responder dos preguntas hipotticas:

    Por qu tantos intentos de integracin regional han fallado, mientras que unos cuantos han tenido xito?

    Por qu algunos estados abandonan algunos regionalismos o a su propio ais-lacionismo para integrarse a un regionalismo determinado?

    Desde la ptica de este autor, los estados que deciden mantenerse aislados o que perte-necen a otros esquemas de integracin se enfrentarn a efectos externos (externalidades) debido a las polticas discriminatorias que establecern los que forman parte del meca-nismo. En este sentido, los actores que se encuentran fuera de dicho mecanismo pueden enfrentar desviaciones comerciales y de inversin, que generarn la demanda para unirse. La integracin de Europa Occidental se constituye en claro ejemplo cuando algunos estados decidieron optar por la Asociacin Europea de Libre Comercio (aelc) y otros por la ue. Al final la mayora de los miembros fundadores de la aelc abandonan dicho mecanismo para integrarse en el ue (Mattli, 1999).

    Otros autores hacen alusin a que un considerable nmero de regionalismos fue edifi-cado a la luz de la creacin de las entonces Comunidades Econmicas Europeas (cee). Por ejemplo, la creacin de la Asociacin Latinoamericana de Libre Comercio (aladi) en 1960 responde en gran medida a la edificacin de la cee en 1958. Asimismo, el Mercado Comn del Sur (mercosur) y el Tratado de Libre Comercio de Amrica del Norte (tl-can) responden en alguna medida al incremento de la integracin europea.

    En este sentido, no slo en Amrica proliferaron los regionalismos sino tambin en el resto del mundo, debido al temor que exista en relacin con el nacimiento de la forta-leza de la integracin de Europa y sus consecuencias para los mercados internacionales.

    Por otro lado, segn Mattli la carencia de un actor lder en las integraciones regionales puede

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    ocasionar que stas se debiliten y que sus exigencias se reduzcan a aparecer slo en los tra-tados constitutivos, como sucede con el Pacto Andino (pa), o a la falta de voluntad poltica para reforzar la integracin, como en la Asociacin Latinoamericana de Libre Comercio.

    Mattli ha estudiado con gran inters las variables que acuan el xito de los regionalis-mos, as como los factores inherentes a su fracaso. Desde la ptica de este especialista, la ue y el tlcan poseen un gran xito. Los indicadores ms bajos de xito los presenta el Mercado Comn Centroamericano (mcca). Los esquemas de integracin con un xito mediano, segn la visin de este autor, son el Foro Econmico Asia-Pacfico (apec) y el mercosur, y los menos exitosos seran la Comunidad de Estados Independientes (cei), la Asociacin de Pases del Sudeste Asitico (asean), la Comunidad Econmica de Es-tados del Occidente de frica (ecowas), la aladi y el Pacto Andino (pa) y el Mercado Comn rabe (mca).

    Mattli distingue un nmero de variables decisivas para el xito de las integraciones regio-nales, las que clasifica de la siguiente manera:

    Fuerte liderazgo de los actores clave de la regin. Voluntad poltica. Nivel de institucionalizacin. Estabilidad econmica y poltica. Capacidad para resolver pacfica e institucionalmente las controversias inhe-

    rentes a la integracin econmica.

    Concepto de integracin regional segn Juan Tugores Ques y Bela Balassa

    El economista espaol Juan Tugores Ques alude a que la integracin regional es un pro-ceso mediante el cual los pases comparten decisiones y polticas soberanas. Es impor-tante mencionar que el nivel de compartir soberana depender del tipo de integracin que se ha establecido.

    Desde el punto de vista econmico la integracin, para Juan Tugores (1997), es un proceso a travs del cual dos o ms mercados nacionales previamente separados e inde-

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    pendientes, se unen para formar un slo mercado con dimensiones ms competitivas. En dicha integracin el objetivo es la supresin absoluta de las barreras que impiden la libre circulacin de bienes y servicios.

    Bela Balassa define la integracin econmica regional como una situacin de las acti-vidades econmicas, apuntando a que las integraciones regionales se encuentran acom-paadas de medidas dirigidas a abolir la discriminacin y las medidas restrictivas entre unidades econmicas pertenecientes a diferentes naciones.

    Teoras de la integracin y regionalismos comparados

    De manera similar a otros autores, Finn Laursen seala que los primeros esfuerzos por estudiar la integracin regional se concentraron principalmente en la Comunidad Euro-pea del Carbn y del Acero (ceca) de 1957. En el clsico estudio de Ernest Haas sobre la ceca, The Uniting of Europe, la integracin en este sentido fue definida como: [] el proceso a travs del cual los actores polticos son persuadidos para trasladar sus lealtades, expectativas y actividades por encima de los estados nacionales (Laursen, 2010).

    En el estudio de Leon Lindberg sobre la entonces recin creada cee, titulado The Politi-cal Dynamics of European Economic Integration, la integracin fue definida como: [] el proceso a travs del cual las naciones renuncian a la gestin de sus polticas internas y externas ms importantes, buscando tomar decisiones conjuntas o delegar el proceso de toma de decisiones a nuevos organismos centrales de carcter supranacional (Laursen, 2010: 33).

    La parte central del concepto de Lindberg radica en definir a los regionalismos como la creacin de mecanismos y procesos que tomarn decisiones colectivas por medios dife-rentes a la accin autnoma de los gobiernos nacionales. Parece acertado sealar que la adopcin de algunas decisiones conjuntas o colectivas es un aspecto importante de todos los esfuerzos de integracin regional.

    A final de cuentas, para la teora de la integracin es fundamental que los regionalismos posean una capacidad institucional. En este sentido, cada sistema regional debe cons-

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    truir sus propias instituciones con base en su esencia y naturaleza, as como sus lgicas internas (Laursen, 2010: 54). Sin embargo, las instituciones son fundamentales en aras de la buena gobernanza de los regionalismos.

    Si comparamos a la ue con otras organizaciones regionales de integracin, las diferencias institucionales son muy notorias. Ningn otro regionalismo en el mundo ha incorpo-rado cuerpos supranacionales independientes como la Comisin Europea; ninguno de ellos ha aceptado nada parecido al derecho comunitario ni mucho menos a compartir soberana. En el caso de la ue ha existido fusin de intereses y la mayora de los estados miembros han delegado parte de su soberana. De acuerdo con Andrew Moravcsik, este tipo de acciones las efectan los estados europeos para asegurar compromisos crebles.

    Finalmente, la integracin no slo se hace con el deseo de obtener resultados ptimos, sino tambin con la finalidad de redistribuir las ganancias. Por otro lado, mientras los acadmicos institucionalistas liberales se han concentrado en la eficiencia, los realistas y neorrealistas han destacado el tema del poder. En este sentido, los regionalismos para los realistas son una herramienta ms para consolidar el poder de las grandes potencias, cuyo fin es el dominio absoluto de las relaciones internacionales.

    Intergubernamentalismo liberal

    Cuando Andrew Moravcsik cre su teora en relacin con el intergubernamentalismo liberal, evalu a las integraciones regionales en dos etapas. Primero, la formacin de la preferencia nacional y, despus, la negociacin interestatal; posteriormente, incorpor una tercera fase: la eleccin institucional. Este modelo es simple y puede ser utilizado para analizar la integracin regional en otras partes del mundo distintas a Europa.

    Unas de las cuestiones fundamentales que Moravcsik resalta son los intereses que pre-dominan en el momento de edificar los regionalismos. Es decir, si stos son de carcter geoeconmico o geopoltico. Otro punto importante es el de la interdependencia. En este sentido, es importante evaluar si la interdependencia es simtrica o asimtrica. Des-de el punto de vista de este terico de los regionalismos, la interdependencia asimtrica se presenta en todos los esquemas de integracin regional, debido a que no todos los actores

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    que conforman una de ellas poseen los mismos recursos de poder, por lo que se genera una interdependencia asimtrica.

    Por otro lado, Moravcsik explora las variables que predominan para que los estados com-partan soberana. En este sentido, alude a tres explicaciones posibles: la visin federalista, la habilidad directiva y los compromisos ms crebles. La respuesta es que los estados delegan y comparten soberana en aras de obtener compromisos ms crebles.

    En su obra, The Choice of Europeans, Moravcsik alude a que su estudio tiene implicacio-nes sustanciales para el anlisis de las relaciones internacionales y que puede ser utilizado para evaluar las integraciones regionales no slo en Europa sino en otras partes del mun-do. Desde su perspectiva, la interdependencia comercial regional representa un factor subyacente que explica la demanda de la integracin.

    Al respecto, visualiza a este fenmeno de la siguiente manera: [] Evaluando a estos indicadores [] la teora de la economa poltica predice presiones muy fuertes para la li-beralizacin comercial en Europa, una presin an ms moderada en Amrica del Norte, y muy poca en el Este de Asia y en Europa Oriental (Moravcsik, 1998).

    Finalmente, este autor concluye su estudio subrayando que las teoras polticas relacio-nadas al regionalismo merecen un estudio ms intensivo, comenzando con el hecho de asumir que Europa y otras regiones del mundo enfrentan retos y oportunidades simi-lares, pero tambin presentan diferencias sustanciales, tales como la historia, cultura, economa, entre otras

    Marco terico de las integraciones regionales econmicas

    La teora de la integracin econmica estudia las transformaciones que han tenido efecto en el escenario econmico internacional y en el regional, inherente a los procesos de integracin que han surgido en varios continentes o regiones del mundo. Por tal moti-vo, resulta fundamental evaluar varias teoras referentes a las integraciones econmicas regionales, con la finalidad de comprender mejor este fenmeno que, como se ha visto, forma parte esencial de las relaciones internacionales del siglo xxi.

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    Teora de Bela Balassa

    Bela Balassa y un gran nmero de especialistas mencionan que las integraciones regiona-les adoptan los siguientes niveles de integracin, como se puede observar en la grfica 1.

    Grfica 1. Etapas de la integracin econmica segn Bela Balassa

    Fuente: Elaboracin propia.

    En las reas de Libre Comercio (alc) los aranceles entre los pases son abolidos, pero cada uno de ellos mantiene su propia poltica econmica y arancelara hacia terceros pases. Por tal motivo, resulta errneo mencionar que los pases que conforman un alc constituyen un bloque econmico y que defendern sus intereses comerciales en distintos

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    escenarios internacionales, tales como organismos internacionales, negociaciones inter-nacionales, o bien, vis--vis, terceros pases. Ejemplos de alc los constituyen el tlcan, la Asociacin Europea de Libre Comercio, as como el Tratado de Libre Comercio Chi-le-China, etctera.

    La Unin Aduanera (ua) abarca todos los aspectos econmicos anteriormente mencio-nados inherentes a las alc. En adicin a lo anterior, los pases miembros mantienen una poltica econmica comn frente a pases no miembros. Un ejemplo de ua lo constituyen la Unin Aduanera de frica Austral (uaaa) y la ca, entre otros.

    El Mercado Comn (mc) se concibe como una forma superior de integracin econmica e integra dos elementos ms: la apertura al comercio y el libre movimiento de los factores de produccin entre los pases miembros. Asimismo, al mc se le conoce como un bloque comercial que se compone de una combinacin de unin aduanera y zona de libre co-mercio. Los pases actan como un bloque de pases vis--vis terceros actores, establece un arancel externo comn y permiten el libre trnsito de personas, de capitales y de servicios, aunado a la libre prestacin de servicios y la libertad de establecimiento de las empresas. Tambin se le conoce como Mercado nico (mu). Ejemplos claros de los mc lo constituyen el Mercado Comn Centroamericano y el mercosur, entre otros.

    La Unin Econmica y Monetaria (uem) combina tanto la supresin de restricciones al movimiento de mercancas y factores, como un cierto grado de armonizacin en cuanto a las polticas econmicas de los pases miembros. Para algunos especialistas connota la integracin econmica total, como la unificacin de polticas de carcter monetario, fiscal, social, as como la implementacin de instituciones de carcter supranacional.

    Por otro lado, Balassa seala que la uem supone la integracin de los distintos pases miembros en un mc en el que se respeten las cuatro libertades,3 es decir, libre circula-cin de mercancas, de servicios, de personas y de capitales. Igualmente, se establece una poltica comercial comn respecto a los pases que no pertenezcan a la uem. Al respecto,

    3 El mercado interior de la ue, tambin conocido como Mercado nico Europeo, es uno de los instrumentos de integracin econmica de la Unin, consistente en el establecimiento de un mercado comn entre los estados miembros. En este mercado nico circulan libremente los bienes, servicios y capitales, as como las personas. En su interior los ciudadanos pueden vivir, trabajar, estudiar o hacer negocios sin restriccin alguna.

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    el mejor ejemplo lo representa la ue, que posee una moneda nica (euro) y las cuatro libertades anteriormente mencionadas.

    Asimismo, el autor alude a que la Unin Poltica, Econmica y Monetaria (upem) se establece cuando la integracin se extiende ms all del mbito econmico, abarcando reas como una Constitucin comn o una poltica exterior y de seguridad comn. Asi-mismo, la unin total tiende a abarcar sectores como seguridad social, recaudacin de impuestos y polticas macroeconmicas y de estabilizacin monetaria. En suma, el ob-jetivo es establecer una especie de federacin compuesta por diferentes estados. El nico caso que existe en la historia contempornea de la humanidad es el de la ue, que trat fallidamente de instaurar una Constitucin nica para sus 27 miembros. Sin embargo, la Constitucin Europea no fue aprobada por el rechazo de la opinin pblica de Francia y Holanda, que en 2005 expresaron no junto con los estados tradicionalmente opositores a que la ue se convierta en una federacin, tales como Dinamarca y el Reino Unido, as como por los pases del Este de Europa que se integraron en la ue durante 2007 y 2009.4

    Teora de la integracin econmica segn Ramn Tamames

    Ramn Tamames seala que los procesos de integracin econmica en frica, Amrica, Asia y Medio Oriente presentan diferentes modalidades. Al respecto, todas estas reas geogrficas estn integradas de diferentes maneras. En suma: en Sistema de Preferencias Aduaneras (spa), alc, ua, ue y uem.

    A diferencia de otros especialistas, Ramn Tamames presenta como primera fase de in-tegracin regional el spa, que desde su ptica constituye una forma de integracin muy peculiar. Es decir, el spa significa que un conjunto de territorios se concedan entre s una serie de ventajas aduaneras, no extensibles a terceros, debido a la suspensin inter-nacional aceptada de la clusula de nacin ms favorecida. Por otro lado, el especialista ubica a este sistema como una zona de libre comercio intermedia.

    4 Para mayor informacin, ver Stephan Sberro, Europa unificada?, Revista Mexicana de Poltica Exterior, No. 91, Secretara de Relaciones Exteriores, Instituto Matas Romero, Mxico, 2011.

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    Por otro lado, para Tamames las zonas aduaneras pertenecen al pasado, son poco esta-bles y muy propensas en convertirse en ua, o son propensas a desaparecer. Asimismo, las ua difcilmente pueden desarrollarse en la realidad y este fenmeno es lgico debido a que una vez establecida la libertad de comercio sin barreras arancelarias ni restricciones cuantitativas, aparecen varios problemas, tales como polticas monetarias y fiscales, entre otros. Por tal razn, tarde o temprano la ua se convierte en una unin econmica.

    Finalmente, para Ramn Tamames la ue representa el nivel de integracin ms de-sarrollado al comprender una unin econmica y monetaria, as como a instituciones supranacionales. No obstante, seala que la integracin plena slo es factible cuando se ha llegado a una armonizacin muy profunda del marco institucional de la economa.

    Una vez analizadas las teoras anteriormente mencionadas, se puede afirmar que el pro-ceso de regionalizacin econmica que se edifica entre estados presenta caractersticas diferentes. Es decir, cada regionalismo se edificar con base en las necesidades y retos que enfrenta cada regin, desde una perspectiva geopoltica y geoeconmica.

    Por otro lado, los diferentes esquemas de integracin regional que existen en el mundo varan desde la ptica de su alcance funcional, institucionalidad, nmero de miembros e impacto. En adicin, los regionalismos tambin varan por su esencia y naturaleza. En suma, se pueden clasificar como regionalismos abiertos o regionalismos cerrados, as como por su naturaleza econmica o poltica.

    A pesar de esta gran diversidad y gneros que existen en relacin con los regionalismos, algunos especialistas aluden a que todos los esquemas de integracin poseen algunos rasgos en comn. Con frecuencia los proyectos de integracin tratan de promover un comercio ms libre, sin obstculos al libre comercio, y a la libre movilidad de bienes y servicios. Otros intentan establecer una integracin ms profunda que incluya un mer-cado comn e inclusive una unin econmica, y todava otros desean ir an ms lejos, convirtindose en uepm, como se puede observar en la tabla 1.

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    Tendencias hacia la regionalizacin mundial en el mbito del siglo xxi:

    Tabla 1. Niveles de integracin

    etapa Elementos fundamentales:

    Zona de Libre Comercio

    Un grupo de pases se ha puesto de acuerdo para reducir o eliminar las barreras comerciales. En suma, aranceles e impuestos, as como cualquier otro elemento que impida el libre comercio. Los niveles de cooperacin regional son muy escasos o prcticamente inexistentes.

    Unin Aduanera

    Una unin aduanera es un rea de libre comercio que, adems, establece una tarifa exterior comn; es decir, que los estados miembros establecen una poltica comercial comn hacia los estados que no son miembros. Sin embargo, en algunos casos los estados tienen el derecho de aplicar un sistema de cuotas de importacin nico. Uno de los propsitos principales para la creacin de las uniones aduaneras es incrementar la eficiencia econmica y la unin entre los estados miembros. Los niveles de cooperacin regional son altos.

    Mercado Comn

    Un mercado comn es un tipo de bloque comercial que se compone de una combinacin de unin aduanera y zona de libre comercio. Los pases actan como bloque, definiendo los mismos aranceles al comerciar hacia afuera para no evitar competencias internas, anulando entre ellos los aranceles en frontera y permitiendo el libre trnsito de personas, as como de capitales y servicios; libre prestacin de servicios y libertad de establecimiento de las empresas. Tambin se pude llamar mercado nico. Los niveles de cooperacin regional son altos.

    Unin Monetaria y Econmica

    Una unin monetaria y econmica es cuando los pases de un bloque econmico deciden compartir la misma moneda, por lo que edifican instituciones supranacionales. En la unin econmica y monetaria existe una unin aduanera comn. Los niveles de cooperacin interregional son muy altos.

    Unin Econmica, Monetaria y Poltica

    Comprende todas las integraciones mencionadas con anterioridad, ms la implementacin de una Constitucin nica, as como una poltica exterior y de defensa comn, aunque los estados conservan parte de su soberana. En suma, se caracteriza por ser una especie de federacin o confederacin.

    Fuente: Elaboracin propia.

    Los regionalismos abiertos son integraciones regionales cuyos miembros pertenecen a diferentes regiones del mundo, como por ejemplo el Foro de Cooperacin Econmica Asia-Pacfico, y los cerrados slo incluyen entre sus miembros a pases que pertenecen a su entorno geogrfico, como sera el caso de la ue.

    A pesar de las notorias diferencias que existen en torno a los regionalismos, todos ellos

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    Amrica, frica, Asia, Europa, Eurasia y Medio Oriente

    constituyen regmenes internacionales y establecen principios, reglas, normas, as como procedimientos para tomar decisiones en torno a los cuales convergen la