aproximación arqueológica a las cercas medievales de la provincia de salamanca

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Aproximación arqueológica a las cercas medievales de la ciudad de Salamanca Luis Serrano-Piedecasas Fernández y Miguel Ángel Muñoz García Laboratorio de Arqueología Medieval de la Universidad de Salamanca Antes de comenzar nuestra disertación es obligado eñalar que lo referido en la presente comunicación debe ser entendi- do como provisional, pues el proceso de investigación de las murallas de Salamanca se encuentra todavía abierto, al no haberse completado la lectura de todos sus paramentos. Sin embargo, los resultados obtenidos hasta ahora ya son una lla- mada de atención a su significado. Aunque excede los propósitos de nuestro trabajo, reseñare- mos que la "Helmantica" protohistórica de las fuentes clásicas, ya disponía de una muralla de 4,5 m. de ancho construida en piedra en seco. Sus restos aparecieron en W1a excavación de urgencia en la Calle del Silencio, asociados a niveles celtibéricos de los S. III Y II a.e. (ValIs, Benet y Macarro, 1989). Según estos autores, esta primera fortificación celtibérico-vaccea debía tener una extensión similar a la que tendrá siglos má tarde la denominada Cerca Vieja Salmantina. En este mismo año de 1999, se ha descubierto un importante tramo de esta muralla, que llega a levantar más de dos metros del suelo, en W1solar localizado en la Cuesta Carvajal. La excavación ha sido dirigida por el arqueólogo salmantino Carlos Macarro Alcalde. Respecto a los recintos de época medieval, son dos las cer- cas conocidas: la ya aludida Cerca Vieja y la Cerca Nueva, ló- gicamente la primera más antigua (ver figura 1). La muralla vieja se rodeaba al núcleo conocido como Cerro de las Ca- tedrales, mientras que la Nueva seguía casi exactamente la lí- nea de la actual carretera de circunvalación del centro histó- CERCA NUEVA. rico. El si tema defensivo medieval de la ciudad quedaba 40í completo por el Alcázar, cuyos restos adosados a la Cerca Vieja salieron a la luz pública en el año 97, tras proceder el Ayuntamiento salmantino al derribo una fábrica de curtidos que los ocultaba. Algunos autores hablan de una tercera muralla, construi- da en 1145, para fortificar la iglesia de San Cristóbal, o para cercar las pueblas que se formaron en torno a esta parroquia y la de Sancti Spiritus (l. M.ª Muñoz 1953, González Garcia, 1973). Mencionamos estas opiniones, ya que observando atentamente la "Vista de Salamanca" -fechada en 1572 y rea- lizada por el artista flamenco Anton Van Wynwaerden- apre- cÍan10S en el lado derecho, como lienzos de la Cerca Nueva van a apoyarse a otros, que rodean el Campanario de Santo Tomás Canturiense, y parecen continuar basta rodear el com- plejo dominico de San Esteban (ver figura 2). Sobre este hipotético cuerpo de fábrica son visibles almenas. o obstan- te, a falta de más pruebas arqueológicas o documentales es muy prematuro afirmar nada al respecto; podríamo estar también ante la tapia de alguno de los monasterios de la zona. La Cerca Vieja De este recinto se conservan buena parte de los lienzos que miran al Tormes. Excavaciones arqueológicas realizadas en la Cuesta de Oviedo descubrieron un tramo de la Cerca Vieja (Valls, Benet y Macarro, 1989). Este conectaría con Peña Celestina para después continuar el trazado paralelo a Rector Esperabe, y doblar W1poco antes del comienzo de la Calle San Pablo. Desde este punto subiría hacia la Cueva de Sala- manca y la Calle del Tostado. El resto nos es conocido por referencias documentales no demasiado precisas. Según estas, 1 Trazado dt las Cercas Snlmnnt nnu. 2 RtsclNUUIII n parnr dr la =vinn de Sn/"mnllrn P de Amon Va" W.yuJlnerd"" tíondr S( des(aea In JJiporhtcn uretra cerca dI Sa/nllumetl. VrlHUatUm' Miguel Áugd Af,ojo:. Gan",

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Análisis de las murallas medievales de la ciudad de Salamanca. A las conocidas cerca nueva y cerca vieja se le añaden una hipotética "tercera cerca" y el alcázar real. También se investiga el posible origen "islámico" de la ya mencionada cerca vieja. Autores: Luis Serrano y Michel Muñoz

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Aproximación arqueológica a las cercas medievales de la ciudadde Salamanca

Luis Serrano-Piedecasas Fernández y Miguel Ángel Muñoz GarcíaLaboratorio de Arqueología Medieval de la Universidad de Salamanca

Antes de comenzar nuestra disertación es obligado eñalarque lo referido en la presente comunicación debe ser entendi-do como provisional, pues el proceso de investigación de lasmurallas de Salamanca se encuentra todavía abierto, al nohaberse completado la lectura de todos sus paramentos. Sinembargo, los resultados obtenidos hasta ahora ya son una lla-mada de atención a su significado.

Aunque excede los propósitos de nuestro trabajo, reseñare-mos que la "Helmantica" protohistórica de las fuentes clásicas,ya disponía de una muralla de 4,5 m. de ancho construida enpiedra en seco. Sus restos aparecieron en W1a excavación deurgencia en la Calle del Silencio, asociados a niveles celtibéricosde los S. III Y II a.e. (ValIs, Benet y Macarro, 1989). Segúnestos autores, esta primera fortificación celtibérico-vaccea debíatener una extensión similar a la que tendrá siglos má tarde ladenominada Cerca Vieja Salmantina. En este mismo año de1999, se ha descubierto un importante tramo de esta muralla,que llega a levantar más de dos metros del suelo, en W1solarlocalizado en la Cuesta Carvajal. La excavación ha sido dirigidapor el arqueólogo salmantino Carlos Macarro Alcalde.

Respecto a los recintos de época medieval, son dos las cer-cas conocidas: la ya aludida Cerca Vieja y la Cerca Nueva, ló-gicamente la primera más antigua (ver figura 1). La murallavieja se rodeaba al núcleo conocido como Cerro de las Ca-tedrales, mientras que la Nueva seguía casi exactamente la lí-nea de la actual carretera de circunvalación del centro histó-

CERCA NUEVA.

rico. El si tema defensivo medieval de la ciudad quedaba 40ícompleto por el Alcázar, cuyos restos adosados a la CercaVieja salieron a la luz pública en el año 97, tras proceder elAyuntamiento salmantino al derribo una fábrica de curtidosque los ocultaba.

Algunos autores hablan de una tercera muralla, construi-da en 1145, para fortificar la iglesia de San Cristóbal, o paracercar las pueblas que se formaron en torno a esta parroquia yla de Sancti Spiritus (l. M.ª Muñoz 1953, González Garcia,1973). Mencionamos estas opiniones, ya que observandoatentamente la "Vista de Salamanca" -fechada en 1572 y rea-lizada por el artista flamenco Anton Van Wynwaerden- apre-cÍan10S en el lado derecho, como lienzos de la Cerca Nuevavan a apoyarse a otros, que rodean el Campanario de SantoTomás Canturiense, y parecen continuar basta rodear el com-plejo dominico de San Esteban (ver figura 2). Sobre estehipotético cuerpo de fábrica son visibles almenas. o obstan-te, a falta de más pruebas arqueológicas o documentales esmuy prematuro afirmar nada al respecto; podríamo estartambién ante la tapia de alguno de los monasterios de la zona.

La Cerca Vieja

De este recinto se conservan buena parte de los lienzos quemiran al Tormes. Excavaciones arqueológicas realizadas en laCuesta de Oviedo descubrieron un tramo de la Cerca Vieja(Valls, Benet y Macarro, 1989). Este conectaría con PeñaCelestina para después continuar el trazado paralelo a RectorEsperabe, y doblar W1poco antes del comienzo de la CalleSan Pablo. Desde este punto subiría hacia la Cueva de Sala-manca y la Calle del Tostado. El resto nos es conocido porreferencias documentales no demasiado precisas. Según estas,

1 Trazado dt las Cercas Snlmnnt nnu.2 RtsclNUUIII n parnr dr la =vinn de Sn/"mnllrnP de Amon Va" W.yuJlnerd"" tíondr S( des(aea In JJiporhtcn uretra cerca dI Sa/nllumetl. VrlHUatUm' Miguel Áugd Af,ojo:. Gan",

408 la muralla ascendía por la calle Palominos, por la parte poste-rior del Palacio de Anaya. Por esta zona se conocía W1cubo afinales del S. XIX (ViUar y Macías, 1887). Posteriormenteconectaría hacía el tramo aludido de la Calle del Oviedo, porterreno hasta ahora incierto. Valls, Benet y Macarro sugierenque continuaría desde Palominos, por la calle de la Compañiay doblaría por la trasera de la Universidad Pontificia, (Valls,Benet y Macarro, 1989).

La Cerca Vieja disponía de cinco puertas, de las cuales doshan desaparecido totalmente: la de San Sebastián y la del Sol.Los paramentos no son homogéneos, sino producto dereconstrucciones y reparaciones puntuales, que más adelantetrataremos de esclarecer. Limitémonos ahora a reseñar másdetalladamente los tramos conservados.

En la Calle del Tostado, en W10 de los portales, se con-servan algW10Ssillares trabados de granito, cuyas dimensionessuperan el metro de longitud. Más abajo en el conjunto re-cientemente recuperado de Cueva de Salamanca, constata-mos como el ábside de la Iglesia Románica de San Cebrián seconvirtió en parte de la Cerca Vieja, allá por el S. XII. Sin sa-lir del complejo, podemos observar como la Torre del Mar-ques de Villena, fechada en el S. XV, se apoya sobre sillares gra-níticos de un antiguo cubo amortizado. En el año 97 fue re-cuperado el tramo existente en la Plaza de los Niños del Coro,donde se encuentra el único cubo de planta circular conoci-do en este recinto. Aquí, en W1 momento de los S. XII oXIII, se construirá un lienzo de conexión con la Cerca Nue-va, que se conserva en parte sobre la actual medianera.

Los paramentos que continúan por la calle Rector Espe-rabé se encuentran ocultos por casas construidas en la segun-da mitad del S. xx. Tras estas se localiza la presencia de W1cubo cuadrado. A su lado, hay W1aextraña fábrica compues-ta por piedra y verdugadas de ladrillo, con abundante mechi-nales para apoyar andamios de obra. En este cuerpo tambiénse localizan varias inscripciones romanas. Después vendríaotro cubo cuadrado, e inmediatamente adyacente encontra-mos un interesante cuerpo de fábrica con W1portillo adinte-lado. Un poco más allá del palacio modernista de la "CasaLis", podemos apreciar las jambas que formaban parte de la"Puerta del Río o De Aníbal", cuyo arco hoy desaparecido,podemos contemplar en W10 de los negativos del fotógrafoLaurent. (Araujo, 1888).

Más adelante, existe otro cubo cuadrado y W1a serie decasas del S. XVIII que ocultan los paramentos de la CercaVieja, hasta llegar a la altura de los restos del Convento de laMerced, hoy Facultad de Ciencias Exactas. Los lienzos subsi-guientes ya visibles han sufrido muchas remodelaciones enépoca moderna, al apoyarse edificios como el aludido de laMerced o el Colegio del Rey. Destacamos el Postigo Ciego conW1aentrada en arco de medio pW1tOen ladrillo, y W1cubo cua-drado que más bien parece un mirador de los S. XVII o XVIII.

La Cuesta de San Juan del Alcázar no es mejor conocidaya que nosotros mismos realizamos la intervención arqueoló-gica en el año 1996 (Muñoz García y Serrano- Piedecasas,1997). Allí descubrimos los restos de la Puerta de San Juandel Alcázar que se disponía en acodo aproximadamente a lamitad de la cuesta. Lo descubierto se reducía al núcleo inte-rior y algunas piezas exteriores del paramento. Seguidamentese encuentran las estructuras del Alcázar, que merecen unestudio más detenido. Por último señalaremos que en laCue ta de los Milagros, el paramento conserva unas hiladasde sogas y tizones en piedra arenisca de Villamayor. Algunassogas alcanzan el metro de longitud y son calzadas con ripias.Al final de la cuesta también se conservan algW10Srestos pocodefinidos de la histórica Puerta de los Milagros.

El Alcázar

Por referencias documentales, el Alcázar parece obra de la vo-luntad de su alteza el Infante D. Sancho, que dispone su re-edificación en 1280 (Araujo, 1888). Y decimos reedifica-ción, pues son numerosas las alusiones a W1 "Castillo Vie-jo". Según W1documento recogido por C. Carrete Parrondoen sus Fontes Iudaeroum Regni Castellae, se nombra y sesitúa el "castillo viejo» en la calle que enlazaba la parroquiade San Juan -del Alcázar- a San Millán. Por otro lado cono-cemos alcaides del Alcázar desde 1206-10 (Villar y Macías,1887), unos 70 años antes de la fundación del "Alcázar nue-vo", lo cual avala la existencia de este "Castillo Viejo" de lodocumentos.

Lo de cubierto hasta ahora, a falta de excavación arqueo-lógica, se reduce a los restos de 1111gran torrejón acompaña-do de un paramento adyacente, ambos de mampostería irre-gular. A ello debemos sumar a su derecha, una torre quepresenta tres fases constructivas: la primera con grandes silla-res graníticos en las esquinas; W1aposterior en mos quadra-tum medieval, compuesta por sillares en arenisca y marcas decantero -¿acaso puede relacionarse esta fase con los años deconstrucción del denominado "Alcázar Nuevo"?-; y por ulti-mo, W1remate neo-árabe construido en cal y ladrillo durantelos primero años del S. xx.

Es posible que el torrejón del Alcázar dispusiera de esca-raguaitas, como así parece insinuar la "Vista de Salamanca" deAntón Wyngaerden. En ella se constatan W10Selemento deflanqueo indefinidos. El dibujo también es testigo del estadoruinoso en que se encontraba el edificio en los últimos añodel S. XVI. De hecho, en torno a 1474 había sido mandadoderribar por el Concejo (Villar y Macías, 1887), ya que cons-tituía un refugio para la nobleza levantisca bajomedieval. En1701, su solar sería ocupado por el Convento de los PadresCayetanos (Rupérez Almajano, 1992).

La Cerca Nueva

El origen de la Cerca ueva es una iniciativa real de AlfonsoVII el "Emperador f cuando este se encontraba en Almeríaen 1147. Dice el artículo n2 172 del Fuero de Salamanca(Martín Rodríguez, J.L. y Coca, J., 1987) que lleva por titu-lo De [azer el muro de la villa": ( ... ) que fagan el muro etcuando fuer fecho el muro de la ciudat fagamos otro muroen la arravalde ( ... ). E ta construcción del muro del "arra-valde" ha sido tomada como el punto de partida de naci-miento de la Cerca Nueva.

El primitivo núcleo de la Cerca Vieja debió quedar angos-to en la segunda mitad del XII. Ello motivó que los habitan-te del Concejo, formasen nuevos núcleos extramuros, muycercano entre sí y organizados en torno a parroquias. Losnuevos espacios urbanos no solamente necesitan de protec-ción, sino la misma a1amanca reclama como propio estosnuevos terrenos, que son susceptibles de traer consigo bene-ficio fiscales; ¿ y acaso existe mejor modo de manifestar lapropiedad, que rodeándolos con los brazos, que suponen susnuevas defensas?

in embargo, las obras nunca fueron todo lo deprisa quecabría e perar, pues medio siglo después, en 1206, el ReyAlfonso IX, exime del pago de ciertos pechos a aquellos, «quisolent laborare in aliqua ierta civitate aut aliquo ierto cas-tello dent ad laborem ipsius castelli" (González García,1973). Quizá la guerra fronteriza entre los Reinos de León y

astilla, a la muerte del Emperador, no dejase fondos y ener-gía para la finalización de las obras.

La nueva muralla encerraba una extensión de liO Ha, yirvió de incentivo a nuevos habitantes, movidos por la segu-

ridad nacida de la defensa material y por la pujante vida ciu-dadana (González García, 1973). El amplio solar no sola-mente acogerá viviendas organizadas en torno a parroq uias,sino también tierra de labranza y terrenos donde albergar elganado en caso de asedio. Además, la existencia de las nuevasPuertas de Zamora y Toro, revelan una especial predilecciónpor el control de estas vías de comunicación.

El trazado presentaba una forma irregular, con numerososquiebros, adaptada a los accidentes del terreno, lo cual dibujauna planta ovoide. Subía desde la Iglesia de San Pablo por elactual Paseo de Canalejas, para continuar por la Avenida Miratha ta la Plaza del Ejército (también conocida como "Puerta deZamora"). Después seguía por la Avenida de Alemania y elPaseo de San Vicente, para unirse a la Cerca Vieja de nuevo.Incorporaba la puertas de San Pablo, Santo Tomas Cantu-riense, Sancti Spiritu , las anteriormente nombradas de Toro yZarnora, Villamayor, San Bernardo, San Vicente y su vecinadenominada la Puerta Falsa. Se tienen noticias de un fa o ocava" en sus puntos más vulnerables, los más llanos, que

constituían los aledaños de la Puerta de Toro, Zamora o Villa-

mayor (Gómez Moreno, 1967). Gómez Moreno, González 409García y Rupérez Almajano insistieron en la ausencia de cubosdefensivos, exceptuando aquellos que protegían los accesos.La opinión se cimentaba en los planos históricos realizadospor Jerónimo García de Quiñones de 1784 y Juan Marcelinode Sagarvinaga de 1804. Sin embargo, ello entra en abiertacontradicción con la «Vista de Salamanca", de Wyngaerden.En la misma, desde la Puerta de San Pablo a la de Santo Tomásse aprecian al menos dos bastiones, y otro par desde el últimopunto reseñado hasta la Puerta de Sancti-Spiritus.

Si bien en el siglo pasado se conservaba la mayor parte dela Cerca Nueva, lo hoy existente apenas llega a lo testimonial.Hoy podemos admirar los escasos tramos del Paseo Canale-ja , precisamente donde e conservan las únicas almenas pun-tiagudas, que supuestamente coronaron esta muralla alman-tina (Gómez Moreno, 1967). Conectando con la Cerca Viejase conservan la medianera de la Plaza de los Niños del Coro,y la que parte a los pies del Alcázar. Otro cuerpo hasta ahoraignorado -dada la capa de cemento que lo recubre-, es el con-servado en la Paseo de San Vicente, que hace también demedianera trasera al Colegio Mayor Fonseca. Recientes catasen los muros han puesto al descubierto las fábricas típicas dela Cerca ueva que a continuación comentaremos (ver figura3). Por último, el tramo del Cerro de San Vicente hemo rea-lizado el único ejercicio de Lectura de Paramentos de la CercaNueva (Muñoz García, 1998). Su análisis ha puesto de mani-fiesto la reutilización de la muralla durante época moderna,aspecto este de sobra conocido documentalmente gracias alos trabajos de Rupérez Almajano. Además localizamos losrestos de un antiguo cubo defensivo muy tran formado entrelos S. XVI YXVIII (D.E.M. 417), lo cual refuerza material-mente el testimonio gráfico de Antón Van Wyngaerden,sobre la existencia de cubos defensivos en la Cerca Nueva.

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410 Constructivamente, la nueva muralla se fabrica con mam-postería concertada en hiladas. Citaremos como paralelo lasfábricas de la muralla de Plasencia que se levanta a fines del S.XII. Los aparejos salmantinos montan piezas irregulares queoscilan entre 62 x 30.5, 45 x 22 ó 49 x 31 cm., siendo su juntaentre 5 y 10 cm. Para concertar las hiladas se hace uso deabundante ripia. Seguramente, también se utilizó otro tipo defábrica más vistosa sobre las puertas. Los trazos del dibujo deVargas de Aguirre que corresponden a la Puerta-Torre deSanto Tomás, parecen insinuar una fábrica de sillería escua-drada (Vargas de Aguirre, 1995).

Análisis estratigráfico de la Cerca Vieja

Si hay algo que caracteriza los siglos altomedievales (S. VIII-X) de Salamanca es la escasez de fuentes documentale (Mín-guez 1997). Es aquí donde reside el interés científico de laCerca Vieja como importante documento arquitectónico,que para er valorado en su justa medida, debe ser leído conla metodología arqueológica adecuada.

Hasta la fecha son tres la lecturas estratigráficas realizadassobre la Cerca Vieja. La primera se llevó a cabo durante lacampaña de excavación de San Juan del Alcázar, resultandoinciertas las cronologías altomedievales y plenomedievales(Muñoz García y Serrano Piedecasas, 1997). Como sucedióen el Cerro de San Vicente, el análisis fue testimonio del usode la niuralla en la Edad Moderna. Diferente panorama pre-senta los cuerpos de fábrica localizados en la "Plaza de los

iños del Coro", y el lienzo contiguo a la Casa Lis. Vayamospor partes.

En el primer emplazamiento, también nosotros comenza-mo la excavación arqueológica, aunque el trabajo final máinteresante consistió en una asesoría arqueológica durante surestauración. Esta se desarrolló mediante una exhaustivadocumentación en fichas U.E.M., que incluyo tanto las uni-dades hi tóricas preexistentes, como aquellas que iba aña-diendo el proceso de consolidación. El tramo e componíados cuerpos de fábrica 4 y 5 jW1tOa la torre redonda 1 (verfigura 5), y hasta la fecha constituye el más rico en cuanto afases históricas se refiere.

Describimos su historia constructiva en sentido inverso,de lo más reciente a lo más antiguo. En la fase VI contem-poránea, destaca las fábricas de ladrillo superiores, junto alremate de la torre redonda; también se documentan abun-dantes reparaciones en ladrillo (U.E.M. 162 y 169) Y cal(U.E.M. 151). La siguiente, la fase V moderna, ve como lamuralla hace de soporte para diversos cuerpos de fábrica(C.E 9, 8 y 10) relacionados con el nuevo Seminario de Car-vajal, construido hacia 1662 según reza un epígrafe en sufachada.

La fase IV bajornedieval, está representada por una únicaunidad, la U.E.M. 194. Se trata de una rampa con truida enpiedra en seco, que e ado a al lienzo de la Cerca Vieja. Sobreesta se apoyó el edificio principal del Seminario de Carvajal( .F.9) en el S. XVII. No creemos que ambos cuerpos con-temporáneos dada la diferencia de fábricas. Por otro lado, elcuerpo de fábrica 9 parece interrumpir el camino de la plata-forma de ascenso hacia la Torre del Marques de Villena, quecomo ya se indicó se fecha en el S. XV.

La fase III plenomedieval e identifica tanto en la torrecomo en sus lienzos adyacentes. En el cuerpo de fábrica 5, elmomento constructivo se abre con la U.E.M. 166 de unasola hilada. Es unidad de grandes pieza, en que e apreciaalgún sillar granítico reutilizado, que mide 75 x 45 cm. Tam-bién e observa una cuarcita sin desbastar y algún otro sillarque tiene 105 cm. de longitud. La hilera quizá busca cimen-tar en el aire la fábrica de este periodo. El aparejo (U.E.M.150, 183 Y 158) se integra con sillares aparejado con ripiasde pizarra. Los primeros tienen unas dimensione entre 78 x37, 65 x 37 o inclu o 32 x 35 crn., siendo la junta entre 5 y7 cm. Esta fa e la queremos identificar con aquel deseo regiode Alfonso VII, ya reseñado en este trabajo, referente a lareparación de la Cerca Vieja y la construcción de otra en el"arravalde", Nuestra suposición se basa en el módulo de lossillares que integran estas unidades estratigráfica murarias:es idéntico a los existentes en el zócalo que presentan losábsides la Catedral Vieja salmantina; precisamente este edifi-co eclesiástico comenzó a construirse por su cabecera hacia1140 (Alvarez Villar, 1990). ~

La fase II tan sólo se localiza en el cuerpo de fábrica 5 y latorre 2. En el primero (U.E.M. 154) la fábrica es de illareapiconados con ripia , midiendo la junta entre 3 y 5 cm. Aun-que se localiza alguna pieza relativamente mayor de 40 x 22crn., lo más sorprendente son cinco hileras que aparejan tizo-nes, con medida que se itúan entre 16 x 20 cm. y 20 x 27cm. El uso de e ta modulación constructiva se nos antoja algoarcaizante.

Ahora bien, el problema de fechar el pre ente momentoconstructivo, es que hasta ahora no lo hemos identificado enotros lienzos de la Cerca. Y por tanto, hasta que no comple-temos la lectura estratigráfica de todo el recinto, no podre-mos saber con certeza sí estamos ante una reparación puntualo una reforma en toda regla. o obstante por el volumen delo conservado en la Plaza de los iños del Coro, nos inclina-mos de momento por lo segundo. De ser así podría corre -ponder con hipotéticas obra defensivas llevadas a cabodurante las Repoblaciones oficiales de Salarnanca, sea la delmonarca leonés Ramiro II en el año 939, o la del Conde Rai-mundo de Borgoña en el 1002.

La fase I vuelve a estar presente en todos los cuerpos dela muralla sita en la Plaza de los Niños del Coro. El material

e en u mayoría romano reaprovechado destacando losgrandes sillares graníticos de 1 x 0,5 m. (U.E.M. 155), entrelo cuales también hay alguno en arenisca de Villamayor. Enla torre los sillares son más menudos y us medidas vande de 58 x 37 a 34 x 27 cm. (U.E.M. 157). Tanto en estaúltima como en e! cuerpo de fábrica 6, se prefigura unazarpa (U.E.M. 156 y 159) en escalón saliente. Mientras quela de! cuerpo de fábrica 5 (U.E.M. 164), pre enta doble fila,tallándo e lo sillares superiores con plano inclinado en lacara vista. Otra notable diferencia entre ambos tipos dezarpa es, que mientras en la de escalón la junta es de 2 ó 3cm., en la U.E.M. 164 a veces se utilizan ripia de pizarra eincluso algún ladrillo. A pesar de estas diferencias, estas uni-dades son contemporáneas, puesto que se traban unas conotra .

El lienzo adyacente a la "Casa Lis" (ver figura 6) su-pone no pocos problemas de estudio. Por fotografía pre-vias a la restauración de nuestros días, este se encontrabacon fábricas de paramento desaparecida y núcleo interioral aíre. A ello se debe sumar e! problema de las piezas enpiedra de Villamayor, que habían desgastado hasta con-vertirse en simples láminas. El volumen de piedra nueva re-puesta que exigía e! saneamiento del lienzo, junto al co-rrespondiente rejuntado, dificulta considerablemente lalectura e tratigráfica. Veamos ya la fases constructivas de-tectadas.

La fase VI contemporánea se aglutina en torno a lo mira-dores en forma de gran almena que coronan e! cuerpo defábrica. Probablemente, son resultado de la acción construc-tiva que levanta e! edificio que e apoya en e! pre ente cuerpode fábrica. También observamos alguna fábrica de ladrillo(U.E.M. 516). Bajo esta se localiza una mampostería irregu-lar con piedra de diverso tamaño y forma. Queremos ver enella una serie de reconstrucciones sucedidas en una momentoindeterminado de época moderna. De hecho los desagüesU.E.M. 531 y 532, son sirnilare a otros documentado en e!lienzo de la Cerca uevo sobre el Cerro San Vicente (U.E.M.408 y 409) Y fechados a partir de! S.XVI (Muñoz García,1998).

Debajo de éste e localiza una incierta fase medieval, im-posible de relacionar con otro aparejos de la muralla, ya quela cantidad de piedra respuesta la hace irreconocible. E ta fa-brica se apoya sobre e! momento constructivo precedente: lafa e 1, que se identificó en la Plaza de los iños del Coro. Aquíno se limita a los bajos de la construcción; todo lo contrario,llega a levantar hasta seis metros de! suelo. No obstante, hoypresenta un aspecto fragmentado ya que entre U.E.M. 507 y525, los reciente trabajos de restauración colocaron la U.E.M.526. Sin embargo, en fotografías previas a estas labores sepuede constatar la continuidad del aparejo (Rupérez Almaja-no, 1992).

La fase 1 de la Cerca Vieja 411

Las unidades estratigráfica de este periodo constructivo nosolamente son comunes a los cuerpos de fábrica antes comen-tado, sino también e detectan en e! fragmento recuperado dela Calle del Tostado, los lienzos de Cueva Salamanca, y en eltramo que parte desde la Puerta del Río. La fase asienta direc-tamente sobre la roca natural, sin que hayamos detectado nin-gún elemento de cimentación bajo cota O. A í pues estamosante el momento de fundación de la Cerca Vieja.

Maluquer, probablemente siguiendo la tradición literario-científica anterior, quiso ver sus orígenes en la dominaciónromana. El comienzo de su obra la itúa en un temprano S. 11a.C., para afianzarse posteriormente en el Bajo Imperio,cuando se le ado an "torreones' de base cuadrada (Maluquer,1956). Seguramente VaIl , Benet y Macarro debieron ver loinsegura que era tal interpretación, y dejaron la cronología deeste recinto murario en suspenso (Valls, Benet y Macarro,1989).

Sin embargo, una observación minuciosa de los aparejosdel periodo de edificación que ahora comentamos arroja pis-tas muy ignificativa . Ya adelantamos que se advierte materialromano reaprovechado; concretamente en U.E.M. 506 (verfigura 6) observamos un enorme sillar que mide 112 x 45 cm.,además de identificar tambores de columna en medio del apa-rejo de sillares. La junta no es lineal sino se utilizan grandesripias de pizarra y ladrillos, como el mencionado de la Plazade los iños de! Coro. Es decir, parece un material no pen a-do para la obra en que se integra, de ahí que se tengan queutilizar elementos calzadores. Yesta características se identi-fican con la típica sillería hispanomusulmana de "Spolia", queutiliza fragmentos romanos procedentes de otros edificios(Zozaya, 1998).

Además, la relación que se produce entre U.E.M. 509 y507 (ver figura 6), al no coincidir el trazado de sus hileras ypor consiguiente formar e una sutura, no recuerda aquelprocedimiento constructivo omeya en que trabajaban simul-táneamente dos cuadrillas de operarios. Este fenómeno hasido señalado por Martínez Lillo en Coria y Talavera de laReina, fechándolo a mediados del S. IX (Martínez Lillo,1990).

Como en la Plaza de los Niños del Coro, la zarpa U.E.M.501 (ver figura 6) tiene forma de escalón y se realiza median-te tizones con dimensiones entre 36 x 40, 38 x 44 y 42 x 42cm. En el lado derecho, esta zarpa presenta similar solución.Este tipo de refuerzo también se da en Coria y en la conocidaTorre de los Abades de la muralla de Toledo (Martínez Lillo,1998). Continuamos moviéndonos en torno a la centuria del800, y puede que también en la anterior.

Pero más esclarecedor es e! elemento arquitectónico E.A.504 (ver figura 4): un portillo adinte!ado semejante a los de la

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412 Puerta Vieja de la Bisagra en Toledo y en la muralla de Vas-cos. Las dimensiones de este acceso en el lienzo adyacente ala Casa de Lis, son de 1,82 x 0,86 m., medidas muy semejan-tes al existente en la Cuesta de la Vega de la muralla de Madrid(Caballero Zoreda, 1983). Además, el despiece irregularjunto a la añadida función de desagüe (A.A.VV, 1998) queambas entradas desempeñaban, cierra más el círculo de seme-janzas. Respecto a la fortificación madrileña, es sabido quefue levantada por Muhamad I entre el 850 y 857 (Zozaya,1998)., Basándose en la toponimia, en época altomedieval,Angel Barrios ha destacado la existencia de bolsas de po-blación beréber asentadas en el territorio de la actual pro-vincia salmantina (Barrios, 1985). Como muy bien apun-ta Mínguez, en el S. IX Salamanca era un centro demo-gráfico con suficiente entidad como para ser mencionadoen las Crónicas (Mínguez, 1997). Centro sobre el cual se

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conocen dos ataques, por parte de los monarcas cristianoAlfonso I y Ordoño I en el 754 Y 858 respectivamente(A.AV.v., 1985). La ciudad del Tormes no sólo no estababajo la órbita de dominación de los reinos cristianos, sinoademás se la consideraba un objetivo militar por parte deestos últimos.

Sin embargo, todavía es temprano para extraer más con-clusiones. No obstante, creemos haber reunido pruebas sufi-cientes que atestiguan el origen de la Cerca Vieja en unmomento de los siglos VIII y IX, así como el uso de tecnolo-gía poliorcética islámica. Incluso podemos defender la proba-bilidad, que detrás de ese modo constructivo, se encuentrenmanos islámicas. Pero querer interpretar el papel que jugóSalamanca en esos siglos alto medievales sólo con los para-mentos de la Cerca Vieja, es jugar con posturas científicasmuy resbaladizas; y más en un territorio de frontera perrnea-ble a las influencias de los dos lados.

Buena prueba de esta permeabilidad, es el portillo dearco y dintel vecino a la Puerta de Olivares en la muralla deZamora. Es idéntico, salvo en el tamaño, a otro aparejadoen la Alcazaba de Trujillo. Las crónicas cristianas nos seña-lan su probable autoría en un «agemí" procedente de Tole-do, siendo su datación el S. IX. Pero, las mismas nos preci-san que se realizó bajo las ordenes del monarca leonésAlfonso III, con motivo de la propia repoblación de la ciu-dad de Zamora (Serrano Piedecasas y Muñoz García,1998).

Próximos pasos empíricos deberán encaminarse a unamejor exploración arqueológica del territorio circundante,estando atentos a los yacimientos altomedievales ya conoci-dos (Bernardo del Carpio, Ripa, Peña del Rey, Castillo de losMoros en Cabeza de Béjar, etc ... ); sin olvidarnos de llenar elvacío que supone el registro arqueológico de los siglos alto-medievales en Salamanca. Sólo así obtendremos fuentes conlas que contrastar estos paramentos de la Cerca Vieja y, deeste modo, estar más cerca de conocer su verdadero significa-do histórico.

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