aprendiendo a formar formadores

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Cronica_AAMTIC_Oscar Alexander Zuluaga APRENDIENDO A FORMAR FORMADORES El sábado 18 de julio me encontraba en la Universidad Icesi realizando el Diplomado en Fortalecimiento de Competencias en Lengua Extranjera. Era la hora del almuerzo y me senté con un grupo de compañeros con los que normalmente comparto este espacio. Hablamos de muchas cosas, ya no las puedo recordar, sólo hay algo de lo que se dijo que me dio vueltas en la cabeza por el resto de la tarde. Uno de mis compañeros comentó que había enviado su hoja de vida a la convocatoria para hacer el curso de Formación de Formadores que ofrecía el programa TITA en asocio con la Universidad del Valle. Habló de que era una gran oportunidad y de que quería participar. Infortunadamente no contó con la suerte que tuve yo. Días después llegó a mi correo un mensaje; decía que fui seleccionado para presentar las primeras pruebas de selección. Estaba muy ansioso. Hace mucho que no hacía pruebas de ningún tipo en alguna empresa. Las últimas fueron en un colegio privado en el cual trabajé y antes de esa las que presenté para ingresar al magisterio caleño. Esas son las que más recuerdo. Llegó el día, fue un miércoles. Tuve que pedir permiso en mi institución, el Eustaquio Palacios, porque éstas se harían durante mi jornada laboral. No me colocaron ninguna complicación. Fui, las presenté, y mientras lo hacía sentía un poco de temor porque nos dijeron que sólo quienes la aprobarán serían citados a entrevista el día siguiente. No me sentí muy bien, debo confesarlo. Creí, al terminarlas, que no di lo mejor de mí y que hubiera podido hacer un poco más. Salía del salón un poco cabizbajo. Una de las psicólogas que acompañaba el proceso se acercó y me dijo que contaba conmigo para el día siguiente y sin que se me notara, una sonrisa me adornó por dentro. La entrevista se desarrolló. Fue bastante competitiva. La hice junto a un grupo de maestros que observé estaban muy bien preparados. Cualquiera de nosotros hubiera podido quedar. Dijeron que nos avisarían a la semana

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Cronica_AAMTIC_Oscar Alexander Zuluaga

APRENDIENDO A FORMAR FORMADORES

El sábado 18 de julio me encontraba en la Universidad Icesi realizando el

Diplomado en Fortalecimiento de Competencias en Lengua Extranjera. Era la

hora del almuerzo y me senté con un grupo de compañeros con los que

normalmente comparto este espacio. Hablamos de muchas cosas, ya no las

puedo recordar, sólo hay algo de lo que se dijo que me dio vueltas en la cabeza

por el resto de la tarde. Uno de mis compañeros comentó que había enviado su

hoja de vida a la convocatoria para hacer el curso de Formación de

Formadores que ofrecía el programa TITA en asocio con la Universidad del

Valle. Habló de que era una gran oportunidad y de que quería participar.

Infortunadamente no contó con la suerte que tuve yo.

Días después llegó a mi correo un mensaje; decía que fui seleccionado para

presentar las primeras pruebas de selección. Estaba muy ansioso. Hace mucho

que no hacía pruebas de ningún tipo en alguna empresa. Las últimas fueron en

un colegio privado en el cual trabajé y antes de esa las que presenté para

ingresar al magisterio caleño. Esas son las que más recuerdo.

Llegó el día, fue un miércoles. Tuve que pedir permiso en mi institución, el

Eustaquio Palacios, porque éstas se harían durante mi jornada laboral. No me

colocaron ninguna complicación. Fui, las presenté, y mientras lo hacía sentía

un poco de temor porque nos dijeron que sólo quienes la aprobarán serían

citados a entrevista el día siguiente. No me sentí muy bien, debo confesarlo.

Creí, al terminarlas, que no di lo mejor de mí y que hubiera podido hacer un

poco más. Salía del salón un poco cabizbajo. Una de las psicólogas que

acompañaba el proceso se acercó y me dijo que contaba conmigo para el día

siguiente y sin que se me notara, una sonrisa me adornó por dentro.

La entrevista se desarrolló. Fue bastante competitiva. La hice junto a un grupo

de maestros que observé estaban muy bien preparados. Cualquiera de

nosotros hubiera podido quedar. Dijeron que nos avisarían a la semana

siguiente y sentí que la espera iba a ser infinita. No fue así. Al día siguiente

recibí la noticia de que me habían dado un voto de confianza, habían apostado

por mí en lugar de muchos maestros que querían estar en mi lugar en ese

preciso momento. Me sentí satisfecho, era un gran paso para mi vida. Lo

comenté con mi familia y de inmediato compartieron mi alegría. Iba a trabajar

en Univalle formando a otros profesores que a su vez, tienen muchos

conocimientos que puedo aprovechar.

Avisé en mi escuela que me ausentaría por dos semanas y mis estudiantes no

estuvieron del todo contentos. Días antes de partir una madre de familia se

acercó para manifestarme que su hija estaba muy triste porque me iba y no

regresaría. La tranquilicé diciéndole que era temporal. Me preparé mentalmente

para lo que se venía. No ha sido una tarea fácil. Desde el primer día, quienes

quedamos, estuvimos envueltos en una ruleta de saberes, experiencias y

aportes que nos enriquecieron como docentes. En ocasiones optaba por

escuchar. Todo lo que se decía, sentí, me interpelaba y me hacía un poco más

sabio. Esta es quizás la mayor riqueza que me queda de la experiencia.

Las actividades me llevaron a confrontarme, a saber que tengo dificultades, a

reconocerme como un ser humano al que le aportan, pero que también puede

aportar. En muchas ocasiones se me dificultó. No soy el tipo de personas que

abre sus emociones. Con los días empecé a compartir con diferentes personas,

con diversas formas de pensar, las cosas empezaron a fluir un poco más.

Desarrollamos un ambiente de aprendizaje. Tuve un grupo de trabajo que me

hizo crecer como persona. Desde el momento en que nos eligieron hubo una

gran empatía. Sabíamos que estábamos para cosas grandes. Creo que así fue.

Fue un proceso extenuante, inclusive doloroso. Hubo días en que mi cuerpo se

sentía lastimado. Pasar grandes horas frente a un computador, dejando en un

papel todo lo que soy, no es algo que realicé todos los días. Esto me sirvió para

conocer y en algunos casos reforzar y aclarar algunos conceptos que en medio

de la cotidianidad he ido olvidando, naturalizando. La presentación de éste fue

un éxito, lo sé. Al terminarla algunos compañeros se acercaron y me dijeron

que habíamos hecho un gran trabajo. Me llenó de satisfacción el haber podido

colaborar. Tuve la fortuna de aprender muchas cosas, ya había hecho blogs

anteriormente, por ejemplo, pero en esta ocasión decidí esforzarme un poco

más y al final estoy satisfecho con lo logrado. Eso nadie me lo puede quitar.

El tiempo de la formación ha terminado. La próxima semana regresaré a mis

actividades normales, aunque no de manera normal. Muchas cosas en mí han

sido cambiadas. Los más beneficiados, espero, son mis estudiantes y mi

comunidad. Quizás tendré la posibilidad de trasladar mis conocimientos a otros

maestros, aún no lo sé. Es un reto importante, uno que debo asumir como todo

un profesional. Los maestros que se inscribieron en el Diplomado de Formación

Docente en Pedagogía Mediada por TICS llegan con muchas expectativas.

Sería un logro poder rebasarlas. De darse la oportunidad sé que lo haré de la

mejor manera. En cualquier caso habrá beneficiados. Sólo me queda decir

GRACIAS, Gracias por la experiencia que me permitieron vivir.