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Pobreza y otros poemas Antología 1984-2009 Rocío Silva Santisteban ¿Tan pequeña es, acaso, esa persona que hasta sus propios pies así la pisan? Vallejo

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Page 1: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Pobreza y otros poemas

Antología 1984-2009

Rocío Silva Santisteban

¿Tan pequeña es, acaso, esa persona

que hasta sus propios pies así la pisan?

Vallejo

Page 2: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Asuntos Circunstanciales

Cada noche cuando saco una píldora y me la trago tengo

irremediablemente

que pensar en ti

y al secarme la cara o mojarme los ojos para disimular un tanto las

ojeras

te vuelvo a pensar

aún evitando distracciones

no puedo dejar de escuchar tus pasos derrumbando el universo

no puedo dejar de latir.

Cada noche soy y me reconozco

debajo de las sábanas

debajo de la insistencia de volver a soñar y dormir tranquila

--sin baños termales—

sin necesidad de recontar a las noventa y una ovejas y tener,

al mismo tiempo,

que pedirle permiso al pastor

yo no soy quien para ser más

ni menos

soy la exacta imagen del espejo, pero al revés

y también descontando los segundos que fui cayendo

y tú no te atreviste a tropezar conmigo

cada noche trato de hilar la maraña que fui y que seré

si a un buen plazo puedo saldar las distancias

inimaginables, es cierto,

pero posibles de enhebrar con un poco de esperanza

aún no caigo en el juego y ya estoy aterrada hasta la última carta

hasta la última hoguera que quizás nunca prenderé

lo he dicho y no hay remedio para tratar de impedirlo

a cada noche su píldora, a cada mujer

su madrugada.

De Asuntos Circunstanciales, 1984

Page 3: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Diario de una señorita recién casada

Aquí estoy y busco el osobuco,

la mirada, la fecha, no sé, las instrucciones

para no ahogar todo esto con una papeleta

o una pelea matinal por las tostadas.

Sangro por la nariz, las orejas, el ano bicéfalo,

sofoco mis nervios con agüita de tilo

rebuzno en las mañanas, a medio día escupo

entre los árboles de mora de mi cuadra.

Ah tiempos idos. Levantarse sola y sola revolverse entre las sábanas

limpiarse las legañas, el fondo del oído, las partes

íntimas, las telarañas.

Ah, tiempos que se van, que se escapan como agua entre las manos,

sin dejar marcas, ni fechas en las puertas,

ni óxido de navajas en los filos de los caños.

Ahora cada pose fetal resulta incómoda,

me despierto con un fuerte dolor en la mandíbula

y croo y canto, resuenan mis caries vacío

como una triste sanguijuela buscando al sol entre las piedras.

La papa rallada sobre los párpados, compresas de jazmín,

té de la India,

la fruta de las doce, toda la rutina,

toser con elegancia, fumar con el pulgar en la papada

y desvestirme como una puta cada noche.

de Ese oficio no me gusta 1988

Mariposa Negra

El papel que he puesto sobre las ventanas ha quedado empañado

La humedad de su saliva sobre mis piernas, entre mis dedos

Se guarda y en pequeñas cavidades, destroza

Esto que a veces pretendo inventar.

No, amor, no basta con lamer nuestros cuerpos,

No basta con patearnos y gritar, jadear hasta pulverizarnos

No, amor,

No preguntes la hora después, no enciendas la luz, no hables, no

pienses, no respires

Quieto

Deseo recorrer con mis sucias manos tu cuerpo inerte

Y sentir que mis olores te poseen, se incrustan entre tus vellos

Te deshacen.

Mi habitación rojiza se abre como una niña y espera

Pero este rojo tuyo no puede mezclarse ni sangrar, no puede

Rebajar esta brecha de tormento entre tu espacio y el mío

Tu saliva de nuevo sobre la palma de mi mano y tus ojos intentando

No amor

No basta con emitir gruñidos de animal en celo,

No basta con destrozar mi ropa en jirones al aire, no basta

Con inyectarnos veneno en este encuentro

No amor,

Cuando termino de escuchar la música que dejaste

Cuando corto un pedazo de pan y lo mastico para engañar mi furia

Cuando recorro con ojos lascivos la habitación en rojo

Y constato tu presencia en el interior de otra

Habitación vacía, cuando

Enredo entre mis dedos el ansia y la distancia

Page 4: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Sólo la imagen de tu sombra estirada sobre el papel fucsia permanece

en mi silencio

Y una mariposa negra, presagio de la muerte, me acompaña.

De Mariposa Negra, 1993

Hardcore

para ti, loco

Desde aquí puedo decir: estoy lamiendo tus nalgas con desenfreno

Y las muchachas, puaj, y las tías, puaj

Y nadie sabe qué sentir

Entonces te volteo

Y continúo

Lamiendo

Con desenfreno.

De Mariposa Negra, 1993

Page 5: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Tercer Intento

Ciudad de Lima, Cero Cero Pe Eme.

There are no one,

no tengo a nadie

Santana

Preámbulo

Sobre el ombligo mantengo aún las marcas del níquel,

En las pantorrillas el riesgo del último esfuerzo.

No puedo más, no puedo.

Pasé una hora agachada, recordando

A los viejos amigos, a las muchachas, he sentido

Vergüenza, he llorado,

Las marcas sobre el ombligo

La celulitis, las partes flácidas,

Todo

Y en mi caso no sé responder, nunca

Me prepararon para malos tiempos.

La diva me mira desde la pared, serpientes

En los senos y en las manos una intensa pose de acción.

Ay, y yo como no sus senos, sus poses, nubes

Que se ordenan en pares, dos y dos

Encima de esta maldita ciudad que nos circunda.

El show

Esta culpa es mía.

Mía la culpa de sentirme gorda y desquiciada

Con la papada al borde de la esquina

Y los callos en las manos, mi excusa.

Busco cantando una afilada hoja de afeitar

Para dar comienzo al espectáculo:

Desvestirme en silencio,

Meterme en la tina

Y rasgar con fuerza.

Primero una incisión en la pierna.

Otra para seguir probando, otra, otra,

Y entonces ya no siento,

Sumerjo la mano, el agua rosada hierve.

Veo mi pubis, el agua rosada, mis vellos, el agua

Rosada, los poros dilatados, el agua, las piernas,

Las heridas en las piernas

—perdónenme, perdónenme—

Sigo con las incisiones y ya no la hoja de afeitar

Sino el cuchillo para el pan

El pequeño verduguillo que guardé bajo la almohada

—no quiero saber nada de nada—

Entra el pequeño verduguillo como un pene, entra

Y vuelve a salir porque no aguanto, no aguanto

Y entra de nuevo y entra de nuevo y entra de nuevo.

No más.

De Mariposa Negra, 1993

Page 6: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Pero una palabra tuya

enséñanos a que nos importe

y a que no nos importe

T.S. Eliot

Invoco tu presencia fresca, casi húmeda

Invoco tu nombre en alto y a la paciente caracola arrastrando su babosa

Intoco tus ansias, las mías, de papel, como una máscara

Tapándonos la piel

Invoco tu perdón, Señor

Una pecadora que posa sus plantas sobre las losetas del templo

Una infame pecadora y sus pequeños murmullos

Sin saber ella misma de su propia suciedad

Porque pretendo y no pretendo

Porque las sombras se cobijan bajo nuestra oscuridad

Porque veo desde lejos una luz y emprendo el camino equivocado

Invoco tu fuerza de caída, tu cadena, tu terciopelo, tu madera

Todo

Esta hebra de incienso

Esta talla de metal que no articulo

Esta gota de agua que no significo

Porque debajo de las hogueras quedan cenizas de cal, la infamia

Porque una pecadora que ofrece un ramo de flores secas

Es sólo una pecadora.

Escondo mis pies del polvo

Pero dejo huellas imborrables sobre los cuerpos de los demás.

No aprenden no aprenden no aprendo

Nada sino sonar a hueco

Cuando alguien posa sus dedos sobre mi nuca intentando una caricia

Invoco a la palabra alma y a la palabra cuerpo y les pido perdón

Invoco tu universo, mis ansias

Y todas las bendiciones que nunca me darás

Y te pido perdón

Y me pongo las botas para salir a la calle y seguir bajo el fango

Perdón.

De Mariposa Negra, 1993

Page 7: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Un cuerpo es un cuerpo y solo un cuerpo

Nada de lo que está aprisionado en el círculo de la pasión

Puede destruirse

Sólo la muerte conjugada con el amor

Sólo la muerte conjugada con el amor:

El círculo perfecto.

El talento no basta para morir- eso te lo dije

Aquí: las manos enrojecidas, las arterias palpitando, las uñas cayendo

Continúo en el momento de la sensación verdadera

Hay una fuerza en mí que me arrastra

Hacia el último peldaño, ¿eres tú acaso

El último peldaño/el anverso y el reverso?

Todavía falta tanto

Y yo recostada a la pared

Con los ojos entreabiertos y cansada

Cansada:

Actos fallidos/ Encuentros fallidos

Los cometo con el pulcro dolor de la culpa

DE HABER ENSUCIADO EL TORRENTE ROJO Y PURO DE MI

PASION

Todo este galope de mi cuerpo aprisionado.

“Siente tu cuerpo sólo como un cuerpo vivo” me dicen

Y yo cierro los ojos

Dejo caer mis brazos adoloridos

—es el alcohol, lo sé, el alcohol—

Abro la boca y una ráfaga de aire me pega en los dientes,

La lengua pastosa se empecina en salir

La sangre apretada me golpea las sienes

Y una aguja penetra limpiamente en el globo del ojo

Buscando el vacío de la pupila:

La neurosis de la acción.

UN CUERPO ES UN CUERPO Y SOLO UN CUERPO, LO SE.

Apenas mis uñas parecen frágiles

Y todo es descartable con un corte seco:

Uñas, vellos, yugular,

ESTE TORRENTE DE PASION INCONTENIBLE.

de Condenado Amor, 1996

Page 8: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

La Dama de la Muerte

Once máquinas conectadas a tu cuerpo, papá

Convertidas en esa porción de cultura que prolonga la vida

Cierras los ojos mientras murmullo incoherencias

Y me quedo a ratos muda

La poco locuaz hija que tienes no sabe comportarse

Ante tus brazos que penden del suero como un racimo

Y las enfermeras revolotean tomando la temperatura

Mientras con un mandil blanco te hablo del dios Kon

Las palabras son necesarias para ir anulando la ansiedad

La espera de la noche honda que gime por una madrugada

Mientras al otro lado de la ciudad hasta la pura respiración

Es una terrible batalla

Las horas pasan lentísimas mientras observas

El reloj frente a tu cama

Y la boca reseca por el oxígeno apenas puede

Mencionar las palabras para espantar a la Dama:

Espera. No insistas. Déjame un rato

Más aquí que debo

Todavía algunas cosas a la vida:

Pasear a un perro

Escribir aforismos

Besar a mi niña.

De Turbulencia 2005

Page 9: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Añoranza de la familia

Lo peor de todo es un domingo con sol.

Sol y yo solas en la cama.

La TV invadiendo nuestra soledad.

Lo peor de todo es cuando te vas.

Cuando te vas un domingo con sol.

Sol te sonríe. Tú le dices adiós.

Con una mano me haces adiós.

Veo al vecino jugando con su hijo.

Los dos ríen. La pelota da botes.

Tú tienes tus hijos.

Yo tengo a Sol.

Lo peor de todo es un domingo sin Sol.

Esos domingos extraños. Blancos y perversos.

Sería maravilloso, si tus hijos y mi Sol, corrieran

Detrás de una pelota que da botes.

Y todos sonreiríamos.

Tu madre. Mi madre. Los niños.

Tú y yo tomados de la mano

Un maravilloso domingo con sol.

De Las Hijas del Terror, 2007

Piojos

Me saco los piojos a las dos de la mañana

mi bata blanca se mancha de estrellas negras

sobre la silla del comedor veo un mandil

recuerdo:

una niña llena de llagas, asmática, en la puerta del colegio

esperando para siempre a su papá

me dicen que ta ta ta tan: eres una mujer de éxito

—¿si?, ¿de verdad?, no lo creo—

quiero que salgas en el who is who

vanidosa comento que quizás eleve mi autoestima

(es un chiste estúpido

por la noche tengo que bañarme

para dejar de llorar)

me equivoco

esos son los grandes pecados

una piojosa sale en The Perú Report

¡te envidio!— me dicen las chiquillas

las miro con compasión

hablo y engullo comida, los críticos literarios

escriben sobre la voz operística que lamenta su gordura

y no saben qué hay detrás de cada gramo de grasa

trabajo como todas, como todas me levanto

y lloro como todas alguna vez lo han hecho

como todas alguna vez lo dejaron de hacer

Page 10: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

me saco los piojos

me rasco los sobacos

y me miro en el espejo con el vaho del baño

adherido como carca

—¡cochina!—

—deja de ser dramática—

los rituales repetidos, quizás otras

lloren por el hambre o por el cuerpo en descomposición

es absurda la frivolidad de este sufrimiento, lo sé,

estudio el sistema sexo-género

la ciudadanía y la individuación

pero más allá de mi razón

algo supura

es el moho, la carne podrida, corroída

está adentro

la cociné con paciencia

con cada error

(hay tantos nombres propios)

torpezas que escondo como los piojos

y por más que rastrillo mi cuerpo centímetro a centímetro

no encuentro aparentemente nada

nada de nada

pero están ahí, ahí están aunque no los vea

todos se esconden en esas zonas oscuras

me arden me pican me vuelven loca.

De Las Hijas del Terror, 2007

Page 11: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Cementerio de polillas

Las mato

varias por noche

llevan la piel tatuada

colores bronceados y ocres

pasarían inadvertidas

pero se meten en la lámpara

se pegan a la pantalla del televisor

empiezan sus ruidos molestos

y me desesperan

alteran mi paz

me crispan los nervios

en las mañanas

cuidado

con los cuerpos endurecidos

replegados

des he chos

en mi cuarto sola yo

y mis polillas muertas.

De Las Hijas del Terror, 2007

Pobreza

Edith Södergran murió en Rodizio, pobre

y tuberculosa, sus versos

hablan del poder y de la fuerza.

Acá, en esta ciudad sin color definido, estoy yo

sobreviviendo

sé que hay otros más pobres, se sumergen

bajo la línea de la pobreza

—pobreza extrema: he ahí nuestro enemigo—

y he saldado mis cuentas: sólo debo

el colegio de la niña y todas las cosas que me negué

a mí misma: un cine sola, un periódico del domingo,

y ¿por qué no?, ese vestido de flores.

Las personas se separan por el dinero

y también buscan entre los residuos

aunque sea una moneda.

¡Monedas, vengan a mí!

Esto es una burla.

La balanza de pagos y la balanza de deudas.

El horror es cruel.

No hay dinero para comprar una vela roja en Navidad

pero los peruanitos consumen lavadoras y juguetes

a crédito, nadie imagina

que un día todo este opíparo encadenamiento hará crack.

Oscurece en el vientre de esta ballena.

Page 12: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Todos en fila —una amplia sonrisa para la foto—

caminan hacia el desfiladero: primero

las mujeres y los niños.

He pagado el teléfono, pero todavía faltan tantas monedas

para llegar al fin de mes.

¡Que el fin de mes no te sorprenda!

Recicla tu basura, vende todos esos libros

guarda las colchas con pelotas de naftalina.

Un billete hoy día, la soledad del peso de las horas,

un hombre indiferente junto a la que soy.

Y al cabo nada os debo; debéisme cuanto he escrito.

Pobreza: ¿es o me parece un nombre de mujer?

De Las Hijas del Terror, 2007

BAvioLADA

Hoy la vi, fue casualidad

estaba en el bar, me miró al pasar

yo le sonreí y le quise hablar

me pidió que no

no, no, suéltame, déjame en paz

estás borracho

¿quién eres tú para hablarme así, perra?

que otra vez será, que otra vez será

tierno amanecer, sé que nunca más

aquí el que manda soy yo

como olvidar su pelo, como olvidar su aroma

como olvidar ese olor que sube por mi cuerpo

una babosa, pegajoso, leche agria

cerveza y vómito negro, rencor y cólera

si aún navega en sus labios el sabor de mi boca

sus pelos en mi boca, la arcada al fondo de mi garganta

y esa otra boca, la pistola

abre la boca mierda

entre mis piernas, saliéndose y metiéndose,

Page 13: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

¡por qué no me matas de una vez!

cada chica que pase con un libro en la mano

me traerá tu nombre como aquel verano

¿su nombre?, ¿para qué?

era suboficial o teniente o no sé qué

porque ordenaba, les dijo, háganlo rápido

como yo y no se ensucien demasiado

entonces pasaron uno por uno, dos, tres

no más, por favor, no, no, déjenme morir

cuatro cinco seis

ya no, Dios, ya no, ya no

siete

estaba completamente muerta, muerta, muerta, ocho

fuiste mía un verano

ocho, fueron ocho

perra, ladra

solamente un verano

pero el olor lo tengo aquí

zumba en mi cabeza como rastrillo de metralla

qué asco

yo no olvido la playa ni aquel viejo café

nunca jamás, esos ojos

su huella me vuelve loca

ni tu voz ni tus pasos

se alejarán de mí.

De Las Hijas del Terror, 2007

Page 14: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Huérfanos de la Violencia

(Lamento andino)

En el cuarto a oscuras

Apago la luz y quiero gritar:

Regresa

Sin condiciones ni blasfemias, regresa,

Yo veo como te alejas

Y mis manos demasiado entreabiertas, regresa,

Y demasiado cansadas y solas y en aura

Y mis pies ya en camino y mi tiempo establecido, regresa

Que ya acabo con todo de una vez y mi sangre

Como aquella estación propicia, regresa, regresa, regresa

Cueste lo que me cueste.

De Las Hijas del Terror, 2007

El don de lenguas

Si pudiera caerme del cielo

Una lengua de fuego

Que por fin me calcine

O devore

Mi escasa capacidad

De hablar inglés o silbar en francés

O escupir en alemán.

Ach, so.

Un diamante de espinas

Que logre la perfect saison

Para dejar de susurrar

De esta forma inútil

Arrastrando las eses y las culpas.

La gratuidad de mi única lengua

Una babel monologante

Sin zetas fricativas o eses sonoras

Tan imperfecta y triste

Solitaria excluida del banquete

Sólo útil para decir

Te odio, señor,

Te mataré algún día.

De La máquina de limpiar la nieve, Inédito

Page 15: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

American Girl

Una navaja con tres puntas para cortarte

la cara

y destrozar tu sonrisa de fila india

una bota de doble suela

para rajarte la cabeza

llena de tu políticamente correcta indiferencia

gringuita de mierda

canillas blancas para atraer a las moscas infelices

que caen arrodilladas babeando

mientras escupes tus palabras en inglés

aquí viene mi cuchillo de carnicero para cercenarte

las orejas

y dejarlas caer por los rieles del tren

junto a tu adorado teléfono celular

putita de mierda

atosigarte en la boca de labios imbéciles

papeles periódicos llenos de noticias tercermundistas

para que vomites algo que valga la pena

en lugar de tu cerebro de fast food

o simplemente dejarte morir con tu futuro

de vieja desgastada y solitaria

varada en una playa de Miami.

Las antípodas: Zulma busca comida

en la basura, Yococo juega con las ratas y Zeze

muere agitado por las olas de la Gran Cloaca.

Brechas: borrarlas. Torcerlas. Con furia.

Con palabras que te jodan, puta poesía, no sirves

para nada.

Dejar de escribir y pasar a la acción.

De La máquina de limpiar la nieve, Inédito

Page 16: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Cruzando el puente de Brooklyn

Aquí estamos mi hermano y yo cruzando el puente de Brooklyn

la tensión de los cables de acero, el frío calando los huesos

la sensación de un ahogo y el cerebro parece reventar

atrás el East River

lejos la Estatua de la Libertad

pero nada de eso me interesa

yo quiero seguirlo, tengo frío, me arden los pies

mis ganas se apagan conforme avanza el tiempo

el paraguas negro y roto

atrás lejos, una imagen de Van Gogh

más adelante una vela en San Patricio prendida con vergüenza

mientras tanto mi hermano pertrechado suelta disparos

para ambos lados:

Canon F3, un segundo de cariño

retenido con urgencia

"ven, abrázame, que hace tiempo nadie me abraza".

y yo extiendo mis brazos con torpeza

él me aprieta como el oso polar del Central Park

buscando esa sensación que desate su prisión de pelos.

Ahogo un llanto, aprieto las muelas,

¿dónde están todos esos momentos que nunca nos dimos?

"Párate acá, que nos tomamos una foto".

Lleva un pie vendado y tantos meses de soledad.

¿Recuerdas cuando te dejé que peles la antena del televisor

y te cortaste un dedo?

Le tenía miedo a la sangre de mi hermanito: lloré

y envolví el dedo en toneladas de papel higiénico: gesto inútil,

ahora porta como un estandarte esa cicatriz.

Camino detrás de él sostenida por su persistencia.

Tropezamos con gente corriendo en camiseta

cruzo mi saco, meto las manos en los bolsillos, levanto las solapas,

y le grito que detesto el frío.

Pero él cojeando insiste una vez más sólo por la foto del encuentro:

dos hermanos abrazados sobre el Puente de Brooklyn

un disparo, un milagro, una revelación.

De La máquina de limpiar la nieve, Inédito

Page 17: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Un pisco solitario en la noche

Una vez más el huracán manifiesta

su siniestro enrevesamiento

su poder de aire que se convierte en furia

unos cuantos minutos

sus brazos toscos procurando capturar

la nada

su bravura cobarde frente a una mujer:

“lárgate” le grité---

y yo, intentando continuar serena, me tomo

un pisco solitario en la noche

escribo unos cuantos versos

y me encierro en el baño para que no me vean llorar;

contra la noche

mi rostro deja una huella pálida sobre la ventana

me he apertrechado de toscas y gruesas maderas

de cientos de litros de agua

con el pisco en la mano recuerdo otro, de hace años

bebido con ansiedad y con demencia

y ese solo sabor entre los labios

me estimula a seguir adelante con este amanecer.

De La máquina de limpiar la nieve, Inédito

Page 18: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

La máquina de limpiar la nieve

Ahí suena, con su carraspeo ronco, el motor

En medio de la noche blanca

Opaca con su chirrido los otros ruidos:

Esa incesante música que destilan los caños

El hombre, inmigrante a su pesar, aprieta

El mecanismo y va limpiando el camino

El sendero blanquecino que antes se hundió

Bajo la nieve

El ruido que podría ser insoportable en su monotonía

Es el preludio de un camino limpio

Desde las ventanas amarillentas de los departamentos

Las caras ateridas labran una pequeña sonrisa

Miramos el paso del carro

Los mecanismos misteriosos que permiten la limpieza

Desde nuestras oscuridades también advertimos que se va acumulando

Un hielo frío que al principio parece raspadilla

Imperceptible polvo gélido

Apegado a nuestros cuerpos como goma arábiga

Con los días y el mal tiempo el polvo muda en escarcha

Dura y repulsiva como el hielo derretido en el asfalto

En medio de la oscuridad blanquecina la nieve envuelve

Con su mugre una chalina

Tiene que venir el sol, húmedo y tímido,

A veces demora en sacar la cabeza

Es mejor seguir el compás de la máquina

Su música amarilla, su tintineo monótono, su canturreo sordo

Limpiar el camino a la primera nevada

Sacar la lágrima de encima

Evitar la dureza de piedra del témpano

Torcer con suavidad para otro lado la cabeza

Luchar desde un principio y quebrar

Con dulzura lentamente los párpados

Pero nada que equivalga a una humillación.

De La máquina de limpiar la nieve, Inédito

Page 19: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Te dije que iba a escribirte un poema

En realidad no sé qué extraña relación tengo contigo

una cosa que de pronto se vuelve densa, y de pronto tan ligera como si

sólo estuviera comiendo uno de esos algodones de azúcar que comía de

niña, esos que estaban tan pero tan prohibidos

y como si pensara que puedo tocar el corazón de un hombre que parece

intocable

y de pronto, levanto los brazos hacia arriba, y sin ver siquiera lo verde

que puede haber en el fondo de tus ojos

quisiera tocar tus ojos y no mis lágrimas

a la distancia todo parece

del mismo tamaño, como si la línea del horizonte,

fuera una pantalla inmensa donde escribir es sólo salvarse

de la irremediable cotidianidad del día a día que cansa y lacera

y los sueños sólo serán sueños

sin tapones, sin alcohol, sin antifaz, sin prótesis que eviten

el chirrido ansioso de todos nuestros dientes

y ese correazo sigue latiéndome en la piel

y las vidas perfectamente planificadas de quien tiene más ambición que

amor

pero no obstante

le importa tanto el amor, le duele tanto el amor

porque en el fondo de estos cuarenta años hay una niña de cuatro años

extraviada como siempre entre tanto miedo cruzado

y tanto viento por cruzar.

De Te dije que iba a escribirte un poema, inédito

Page 20: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

El hombre más pobre del mundo

El hombre más pobre del mundo

… es una mujer

peruana, africana, india,

quizás una mujer campesina

una mujer que fue violada por el primer marido

embarazada una y otra vez

explotada durante el embarazo

olvidada durante la lactancia y el parto

una mujer que cortó el cordón umbilical con sus propios dientes

que a los treinta se quedó sin marido sin caficho sin pelo

y después los hijos uno por uno

la olvidaron a la vera del camino

una mujer que murió y no fue enterrada

cuyo rastro se perdió sobre la arena

una mujer que ni siquiera es un viento

una mujer de quien no queda ni huella

solo un eco

un eco sordo

un resentimiento negro sobre la tierra.

De Te dije que iba a escribirte un poema, inédito

A buen palo te arrimas

no se trata de las fotos

se trata de tu cara en la oscuridad

no se trata de una pelea

es el tedio que nos susurra su lamento

pero no importa

nada es verdaderamente importante

entiendo mi situación

entiendo la tuya

estamos amarrados en una especie de

precariedad

eres un sobreviviente

y yo una hambrienta de amor.

Inédito

Page 21: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Mi gato no sabe de subalternidad

Mientras yo estudio a Gramsci

Kero juego con una liga sobre la cama

se acerca al libro rojo y lo huele

despacio, auscultando

luego con todo desparpajo

se sienta encima.

Si supiera de Guha, de Bhabha, o siquiera

de Spivak

pero con su gatuna ignorancia

se acerca a mi lápiz para pelear

ay, cómo lo muerde y lo derriba.

Mira al techo buscando un insecto

su objeto del zarpazo colonizador

y distraído alarga la pata sobre la máscara asesina:

el libro de Foucault.

Kero no sabe nada. Pero lo mira todo.

Yo me desgañito entendiendo

esos conceptos que imagino algún día

me van a liberar

y mientras continuo con la amanecida

entre el temblor de la pantalla

y la enésima página del buscador

Kero sucumbe al sueño gramsciano

y es más libre que yo.

Inédito

Page 22: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

Arcángel

(Infidelidad)

¿Qué pecado he cometido contra ti?

Lo sé: ensucié el camino

que se abría limpio bajo nuestras manos entrelazadas.

Te decepcioné.

Te hice bajar los ojos y alzar la guardia.

Y cojo una piedra para tocar con ella mi corazón: por mi culpa, por mi

gran culpa--

Eres como el vidrio de mi ventana (me lo has dicho)

ligeramente oscuro pero siempre transparente. Por eso te decía:

sé que me quieres

cuando aún tus labios no pronunciaban la espléndida palabra.

¿Y yo?, ¿qué opacidad hay en mí que requiere de inmediato ser lavada

a fuego?

Tus manos redondas, de uñas pequeñísimas, son esa extensión de seda

que suavemente

me empuja a sentirme por dentro

y a calmar esa ansiedad siniestra que se abre camino con mis vísceras y

mis lamentos.

Y yo las beso,

tus manos, luego

las calmo, y las envuelvo con estos besos opacos de mi boca.

Y luego rezo, ante mi Dios, elevo algunas plegarias para que te cuide

mi ángel de la noche

porque esta ciudad se cierra como la cacha de un arma caliente.

Y rezo para que me perdones.

Dime, amor-que-espero-desde-siempre,

Dime mi arcángel, dime, dime

Dime lo que quiero escuchar nuevamente de tu boca:

Esa palabra que anula a las demás palabras

La que murmuraste mientras nuestras sangres, nuestros fluidos y

nuestros cuerpos

se fusionaban en un magma ardiendo.

Repítemela.

Grítala mientras te contemplo.

Inédito

Page 23: ANTOLOGIA Pobreza y Otros Poemas en Dos Columnas

La fotografía de la carátula es de una empleada del hogar en Piura y la

tomó Giancarlo Tejeda en 2007.