antologia geopolitica pag.99 al 190

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    Vamos a plantear el problema de los Grandes Espacios Econmi-

    cos. Es un tema muy vasto y no se puede pretender encarar todo=sus aspectos en dos o tres exposiciones.

    Pero parece mucho ms importante, y principalmente mucho msprovechoso, intentar- hacer unas aproximaciones y analizar cierc,-3nociones que se han establecido desde hace unos veinte aos sobra=la cuestin de los "Espacios Econmicos".

    La economa poltica de hoy est obligada a elaborar nuevos i s-trumentos de anlisis para llegar a abarcar las realidades econmiccI.~de complejidad creciente.

    ElEspacio Econmico es uno de estos nuevos instrumentos.

    En efecto, es durante la ltima guerra mundial que naci la no-cin de los espacios econmicos tanto como la idea de darles ciertaclasificacin. El profesor francs I'ranrgois Perroux estableci la pri-mera doctrina coherente, basada sobre la distincin entre el espacia,

    territorial y el espacio funcional y las consecuencias de su dualidad,principalmente en materia de desarrollo o de estancamiento.

    Es cierto que el Espacio Econmico, como el Desarrollo que es ala vez su motor y su resultado, son tan viejos como el mundo. Desdeque ste ha conocido un principio de organizacin, desde que se hizo

    un primer hogar y se le puso orden, hemos tenido al mismo tiempoun principio de economa, y tambin el propio sentido etimolgico dela economa. Se ha establecido al mismo tiempo un "espacio" y seha iniciado un proceso de "desarrollo".

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    Pero la enorme importancia que han tomado hoy estas nocioneses el resultado de un fenmeno de aceleracin extraordinario desdehace cincuenta aos, como consecuencia del progreso tcnico; tanto,

    que se necesit una revisin de las normas existentes de la Economaclsica y neo-clsica.

    Estas economas asentadas sobre bases territoriales bien delimita-das, no planteaban problemas mayores para su control. Las "Civi-tates" de los Romanos o los "Municipios" feudales fueron los polosmuy simples de una economa de subsistencia. La suma de estas c-lulas de base del espacio nacional daba la medida de la potencia eco-

    nmica del Prncipe, quien con la guerra como solucin arriesgabaaumentar o reducir su patrimonio segn la suerte de las armas. Tena-

    mos ya lo que llamamos hoy un "espacio homogneo". No por esointegrado, pero s "homogneo" porque dependa de una autoridad,de un nico poder de decisin.

    Con el progreso tcnico y la multiplicacin de los medios de trans-porte subsiguiente, comenz la polarizacin de los espacios econ-micos, fuente de las primeras "desarticulaciones" (segn palabrasdel profesor A. Sauvy).

    A este propsito se debe recalcar una observacin, que parece muyi mportante, del profesor Sauvy sobre los orgenes de las revolucio.nes del siglo xviii. Segn Sauvy, las causas fueron menos los abu-

    sos de las clases privilegiadas que la tensin creada por los progresosdesiguales sucedidos poco a poco en las sociedades, consecuenciade las desarticulaciones internas acumuladas durante siglos. Esta ob-servacin es de gran inters, pues estamos en un momento de laHistoria en que nuevas tensiones se encuentran acumuladas por lasdslocaciones causadas por un progreso tcnico cada vez ms acele-rado.

    El problema, pues, es hoy no dejarse sorprender ni dominar porlos acontecimientos, y es aqu donde incide una tercera nocin de

    Espacio Econmico que llamaremos Espacio de Programa, o Espacio-Plan.Como lo observa de manera muy acertada el profesor Jacques Bou-

    deville, "el espacio homogneo y el espacio polarizado tienen slo 'como ltimo inters el de explorar una poltica, y ayudar a estable-cer un espacio planificado lo mejor posible".

    En efecto, si nos limitamos nicamente a registrar y prever nocontemplamos totalmente la nocin econmica del territorio. Tal li-mitacin sera olvidar uno de los aspectos ms modernos de la cien-

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    cia contempornea: la Prospectiva. La ciencia es tambin un ins-trumento que debe permitir alcanzar lo ms econmicamente posible

    un objetivo determinado. La Prospectiva est directamente vincu-

    lada con el aspecto operacional de la investigacin y de la ciencia, ypermite determinar y delimitar un territorio-programa.

    Se puede decir con Gaston Berger, el padre mismo de la Prospec-tiva

    "Anteayer, seguamos ciegamente lo que llamamos la Naturaleza.

    Ayer, nos conformbamos a esta Naturaleza con conciencia y apli-cacin. Hoy, nos corresponde, a veces proteger la Naturaleza, a

    veces orientarla hacia el rumbo que nos parece ms favorable. Encierta manera, somos responsables de- la evolucin."

    Ahora ya se puede intentar una definicin de lo que debe ser unespacio-programa.

    Se podra decir que se trata de un espacio cuyas partes constitu-yentes dependen de una misma decisin, como las filiales dependen

    de una misma casa matriz, est o no el centro de decisin localizadoen el territorio. Al mismo tiempo se trata de la eleccin de los me-dios geogrficos disponibles para realizar un objetivo determinadoen un plazo tambin determinado. Se trata (le alcanzar el mximode eficiencia en la elaboracin de los programas regionales, estos

    mismos includos en un plan global de desarrollo.Segn Boudeville, conviene calificar los tres tipos de territorios

    econmicos de la manera siguiente:

    - el espacio homogneo, de inspiracin agraria;

    -- el espacio polarizado, de inspiracin industrial y comercial;

    - el espacio programa, de inspiracin prospectiva.

    Los dos primeros son instrumentos estticos de anlisis a la dis-

    posicin del tercero, se trate de la empresa buscando un rendimiento

    mximo a costo mnimo en una coyuntura de competicin -o se tra-te de la autoridad pblica buscando un crecimiento armonizado delos diversos recursos regionales y nacionales.

    Conviene resaltar que no hay necesariamente coincidencia entre los

    diversos tipos de regiones. Acontece a menudo lo contrario. Porejemplo, el espacio programa tiene como meta la creacin de terri-torios polarizados nuevos de un rendimiento econmico superior alo s , anteriores.

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    Se intentar ahora una aproximacin a otro aspecto del problema

    las tensiones que proceden de cada tipo de espacio y los dualismos, amenudo bastante agudos, que resultan de esas tensiones.

    Ciertos economistas estiman, no sin razn, que el desarrollo esla superacin del dualismo de los elementos estructurales los cualesvienen de dos sistemas econmicos y sociales completamente distin-tos y que interactan al mismo tiempo.

    El profesor Gannag analiz estos dualismos que caracterizan a lospases de desarrollo ms o menos atrasado. Se estima en general queel grado de atraso es proporcional a la intensidad de los dualismos.Segn Gannag el dualismo es territorial, funcional y social.

    El dualismo territorial, dentro de una nacin o de un grupo denaciones, es la diferencia de desarrollo entre las diversas zonas cons-tituyentes, cuando algunas de ellas no llegan tan siquiera a alcanzarel "take off" a partir del cual empieza el proceso de crecimiento. Engeneral este dualismo se manifiesta por cierto pluralismo regional

    cuyo esquema es ms o menos el siguiente:

    a) zonas martimas, donde se juntan con preferencia las firmasextranjeras, interesadas en la compra de materias primas y en laventa de productos elaborados;

    b) zonas de minas, donde estn concentradas las industrias extrac-tivas; -

    c) zonas agropecuarias de grandes rendimientos relativos (gran.des en razn de sus extensiones lo cual les da un carcter relativo).

    Estas zonas forman como "islotes" separados entre s por territo-

    rios ms o menos extendidos de economa estancada, a menudo hastaregresiva.

    Para el conjunto del territorio estas zonas de crecimiento puedenactuar como traba o, al contrario, facilitar el arranque.

    Entre los efectos de traba se pueden anotar principalmente: lamigracin de los hombres y de los capitales hacia los centros de desa-rrollo; tambin el aminoramiento sensible de la expansin de losservicios esenciales: salud, escuelas, transportes, etc ... Por los efec-

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    tos favorables al arranque la zona de crecimiento se vuelve al con.trario polo motor de la aceleracin del desarrollo. Para eso el poloha de integrarse profundamente en la vida nacional, actuar en el

    interr. del, conjunto del territorio, es decir dejar de ser dependenciade intereses exteriores.

    En este caso el efecto motor es doble:

    acta, primero, por absorcin ... absorcin de las materias primasque vienen de las zonas menos desarrolladas factor inicial de dina-mizacin, de creacin de mercados, de creacin de centros secun-darios de crecimiento y de puntos de propagacin,

    acta, segundo, por creacin, por ejemplo creacin de industrias enuna zona no desarrollada pero que dispone de las materias primas

    esenciales.

    En caso de dualismo territorial la tasa de crecimiento econmicodel conjunto territorial se establece por la diferencia entre los efec-tos de freno y los efectos de arranque. Y, por otra parte, las dife-rencias entre las zonas adelantadas y las zonas atrasadas permaneceno desaparecen segn el grado de intensidad de los intercambios.

    Todo el problema consiste pues en acelerar los efectos de arranque,los cuales -si la estrategia econmica est bien manejada- debenobligatoriamente prevalecer. Se estima actualmente que los medios

    ms eficientes para alcanzar este objetivo son la organizacin de lostransportes y de las comunicaciones, as como la difusin rpida de

    una calificacin tcnica y profesional adecuada.

    El dualismo funcional, casi siempre, est ntimamente vinculadocon el dualismo territorial. Se manifiesta por la coexistencia de doseconomas: economa de subsistencia, tradicional y precapitalista, yeconoma de mercado, de tipo capitalista clsico.

    El efecto de la economa de mercado, implantada en general porintereses extranjeros cuyo objetivo es la explotacin de los recursosnaturales locales en provecho de los capitales invertidos originariosdel exterior, es generalmente atrasar el proceso de integracin de lanacin por no incorporarse a su economa. Las firmas extranjerasconstituyen puestos de vanguardia de los pases industrializados e

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    integran naturalmente sus actividades a las economas de donde vie-nen los capitales y no a las economas queproporcionan las materiasprimas.

    Sin embargo la economa de mercado podra y tendra que ser unfactor de desarrollo del territorio interesado, con efecto de polariza-cin, si las autoridades locales y sus poblaciones participasen . real

    _ mente en la gestin. No es todava el caso de la coyuntura actual.Pero se puede adelantar que un modus vivendi, un tipo de asociacinentre los intereses locales.y los intereses extranjeros, podra ser laprimera etapa de un nuevo sistema econmico basado sobre la soli-daridad de una accin empresarial mixta, a la espera de la verdade-ra solucin basada sobre la solidaridad universal para el mejor pro-vecho de todos,

    La coexistencia de las economas de subsistencia y de mercado escontraproducente y perjudica el proceso de un verdadero desarrollo.Produce efecto de heno mucho ms que efecto de arranque, por lomenos en el cuadro de las concepciones actuales de la economa. Enefecto, no existe hoy sino una alternativa entre una dinmica d cre-cimiento orientada hacia la integracin o el peligro de la dependenciaeconmica que lleva al estancamiento y aumenta las tensiones so-

    ciales.

    E ) . dualismo territorial y el dualismo funcional tienen como efectosuscitar un tercer dualismo originado por sociedades divergentes ycada vez ms opuestas en una misma colectividad.

    En una sociedad de economa tradicional el papel del individuodepende de su posicin social, de la importancia de su grupo y tam-bin de la importancia de sus ingresos. No hay ninguna movilidad

    vertical de los grupos sociales. Las actividades de los individuos sonevaluadas en funcin de las cualidades que les atribuye su propiogrupo social, y no en funcin de su contribucin real a la colec-tividad.

    En una sociedad industrializada el criterio es totalmente diferenteeste criterio es la eficiencia, la contribucin efectiva al esfuerzo ge-neral. La seleccin depende de la capacidad y no del parentesco.

    Este primer aspecto del dualismo social es en general la causa

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    de una tensin grave y de una dislocacin institucional como con-secuencia de la fuerte tendencia de las sociedades tradicionales a

    cargar sobre las colectividades un nmero pletrico de funciona-rios y de candidatos a profesiones liberales mientras faltan verda-deros cuadros.

    El segundo aspecto del dualismo social es la diferencia entre las

    escalas de valores culturales. La sociedad tradicional est domina-da por tabes y se aferra a mitos; el comportamiento de los hombrescarece de racionalidad crtica. Si alguien se interesa en cierta for-macin intelectual, no es para asumir una funcin social sino paratener un ttulo (el ttulo es muy importante y tiene valor de mitoen las viejas sociedades). En fin, hay negativa, o por lo menos

    resistencia a infrigir las costumbres, aun las ms obsoletas.En las sociedades de economa de mercado el ideal que se busca

    es muy diferente: tiende a obtener la productividad mxima. SegnGannag "todas las actividades son dirigidas hacia el progreso ma-terial y liberadas de todos los vnculos tradicionales". El tecncratatiene cierto desprecio por los sistemas atrasados.

    El dualismo entre los dos sistemas y, hasta podra decirse, entrelos dos tipos de civilizaciones, es creador de tensiones que puedentornar un carcter de cierta gravedad hasta llegar, tarde o temprano,

    a transformaciones de las estructuras sociales. Si los cambios vie-nen de una mayora no hay ruptura brutal, pero puede ser muydiferente si los cambios son iniciados bajo la presin de una mino-

    ra. Y las revoluciones que estas tensiones desencadenan no estn

    siempre en el sentido de un progreso verdadero.Tenemos dos mentalidades incompatibles. Se podra decir que

    tenemos otra nocin de espacio que se desarrolla paralelamente alos otros: los llamaremos espaio mental con toda su potencia deprejuicios, sus fuerzas de acondicionamientos y motivaciones, sin

    olvidar la pereza natural que se niega a cambiar aquello a lo cual

    uno se ha scostumbrado.Los pases de Amrica latina, en grados ms o menos diferentes,

    son marcados por los dualismos mantenidos fundamentalmente porla coexistencia de una economa arcaica de uso interno y de unaeconoma de mercado de uso externo. Las economas dominantes

    no participan en un desarrollo real y efectivo de la zona y las in-versiones privadas extranjeras no tienen otra meta que la rentabili-dad inmediata, objetivo natural de la empresa en el marco del sis-tema actual.

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    Encontramos pues el esquema cls co del estancamiento: los "is-lotes" ms o menos desarrollados con vastos espacios a menudo deeconoma regresiva, el todo constituyendo el "hinterland" de zona

    martima activa y orientado hacia el exterior y vinculado a econo-mas del exterior.

    En la situacin ac a pesr e sfuerzos, no se puede de-cir que el aporte de la ec nua de ercado provoc un efecto dearranque. En muchos casos ' ne toda cto de freno.

    Los dualismos que permanecen en os acionales, in-clusive en los pases industrializados y fuertemente desarrollados,han llevado a la mayora de ellos a una toma de conciencia.

    Se puede notar, desde hace ya algunos aos, un esfuerzo de lasnaciones empeadas en emprender polticas de fomento regional,de "acondicionamiento del territorio", segn la frmula, para ace-lerar y completar su integracin. Se puede decir, con Francois Perroux, que niguna nacin, grande o pequea, acepta hoy diferenciasde grado de desarrollo en los territorios que la constituyen. Pero

    no todas tienen el mismo empeo para superar sus dificultades yeliminar las diferencias.

    Ninguna nacin, incluidas las ms altamente desarrolladas, tienesu espacio absolutamente integrado econmicamente. Las distan-cias geogrficas no son totalmente vencidas y ciertas desigualdadespermanecen en muchos planos, principalmente en lo econmico yen lo social.

    El espacio econmico nacional es retocado permanentemente tan-to por la transformacin de las tcnicas como por migraciones in-

    ternas o cantidad de otros factores. Existe una incesante modifica-cin de sus zonas de crecimiento o de regresin, de sus zonas deprogreso o de estancamiento.

    Es preciso comprobar que en todas las naciones, grandes o pe-queas, los Estados, sean liberales o autoritarios, intervienen cadavez ms, y de todas maneras, en los territorios constituyentes.

    Segn Fr. Perroux: "lo que contiene la tierra hay que saberloprimero; lo que un pueblo puede y vale, hay que probarlo primeroy darle despus la oportunidad de capacitarse".

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    No se puede decir en menos palabras lo esencial de toda - ppltica

    planificadora y desarrolladora.

    Incluso en las naciones que mantienen oficialmente el liberalismo,los planes y la proteccin son cada vez ms la regla. Los Estadosintervienen creando centros industriales, industria pesada de pre-ferencia, la cual, casi siempre, necesita grandes capitales por unidadde producto. Los ejemplos son numerosos: el plan Vanoni en Ita-lia para el desarrollo del Mezzogiorno; el Plan francs de acondi-cionamiento del territorio y de descentralizacin regional; los pla-nes del gobierno federal de los Estados Unidos para el desarrollo

    del Sur. El plan del Tennessee Valley fue el primer ejemplo, haceunos treinta aos. Se puede citar tabin los tipos de proteccin de la

    i ndustria pesada por parte de las grandes potencias industriales, pormedio de programas orientados hacia mercados determinados. (GranBretaa como ejemplo histrico.)

    La integracin plurinacional tiene como objetivo atenuar el in.conveniente de la pequea o mediana nacin: caso del Benelux, porejemplo, caso tambin de la Europa de los Seis que, bajo una altaa--toridad (la CEE -Comunidad Econmica Europea-) est ha-ciendo una tentativa de integracin. Esta integracin plurinacionalno es obligatoriamente compatible con una poltica de desarrollo re-

    gional. Como lo nota muy bien F. Perroux: si unos focos brotan,otros se apagan.Desde el punto de vista econmico, el que nos interesa actualmen-

    te, se puede definir a la nacin de dos maneras:

    1 la nacin es un conjunto de grupos orientados y arbitradoshor el Estado, el cual, en nombre del inters general,

    -negocia las protecciones tarifarias;

    -acta sobre los stocks y los flujos monetarios;- distribuye los provechos y los gastos de la expansin;por medios exteriores al mercado.

    2 la nacin es un conjunto de polos de desarrollo y de creci-miento, cuya influencia acta sobre concentraciones de , unidades,situadas o no sobre el territorio nacional.

    Esta ltima definicin parecera corresponder mejor a la coyun-tura del mundo econmico actual.

    Los grupos financieros, los carteles industriales, los trusts de in-termediarios, que se pueden llamar grupos monopolizadores, actanen el interior de las naciones. Se puede decir que la distribucin

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    de los recursos econmicos de la nacin est relacionada, por lomenos en parte, con las diferencias en el grado de monopolio de losdiversos conjuntos. localizados.

    Esta teora, verdadera para la nacin, es ms verdadera a fortioripara una federacin de naciones.

    En un grupo, cada nacin integrada tiene la posibilidad de aumen-

    tar el volumen del ahorro global y de las inversiones. Pero siemprese encontrar colocada frente a una opcin: la de elegir entre hacerel esfuerzo a favor del foco principal, o a favor de uno o varios desus territorios ms atrasados.

    Ejemplo: Francia y CECA (Comunidad Europea del Carbn yel Acero)

    a) Francia hace el esfuerzo a favor de las comunicaciones en Lo-rena para apoyar la expansin de la industria siderrgica, la cualdepende de la Comunidad Europea Carbn-Acero, o

    b) a1. contrario, hace una inversin a favor del desarrollo de su .provincia de Bretaa.

    Es decir que, en cierta medida, se registra siempre el fenmenode la desintegracin econmica del espacio nacin como territorio,como consecuencia de:

    a) los cambios tcnicos y grado de monopolio alcanzado por loscentros industriales,b) la integracin que se hace en beneficio de un foco (caso del

    Ruhr en Europa occidental).

    Estas observaciones llevan a la conclusin de que la poltica deregionalismo y la poltica de integracin n_ lurinacional no son obli-

    gatoriamente compatibles desde el punto de vista nacional, y msan, son incompatibles en muchos casos. 1;ay conflicto entre el polode desarrollo y el territorio orgnico. Aparece, segn la frmula de

    F. Perroux, el conflicto Funcin-Nacin.

    Este conflicto tiene dos consecuencias importantes:

    1) no se puede distribuir el crecimiento y actuar al mismo tiem-po sobre el polo fuerte,

    2) no' se puede exigir una adaptacin rpida, y menos una con-formidad sin reservas a las exigencias del polo fuerte. Hay quecontar con la resistencia de todos los intereses ms o menos perju-dicados, sin contar la resistencia de esos grandes espacios, a menudo

    tan mal conocidos, que son los espacios "mentales".

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    La solucin sera, por lo menos al principio, limitarse a ciertasespecializaciones precisas en favor de un polo, manteniendo el inte-

    rs por las dems regiones. Pero esta solucin implica la ayuda delos beneficiarios a favor de los no beneficiarios lo cual, en la prc-tica, no es muy fcil e implica una poltica muy firme y muy decidida

    de las altas autoridades.

    Implica tambin llegar a un grado de integracin de una Unineconmica o por lo menos de un Mercado Comn de concepcinya bastante adelantada.

    En el caso de Amrica latina estamos todava muy lejos de ta-les soluciones. Estamos apenas en el primer escaln del proceso.El Tratado de Montevideo no es el Traiado de Roma: no establece

    un Mercado Comn, ni siquiera una Unin Aduanera. Se limita acrear una Zona de Libre Comercio.

    Desde cierto punto de vista, se puede decir que el carcter de

    espacio econmico de la ALALC es ms potencial todava que real:

    es una promesa de integracin pero no desemboca todava en unaverdadera integracin.

    Es lo ms probable que, en el inters trismo de la ALALC, ten-dremos que promover procesos de integracin por zonas ms re-ducidas para concretar mejor los objetivos de la ALALC y trans-

    formar a sta en Unin Aduanera primero, en Mercado Comnms tarde, para llegar, en un futuro ms o menos prximo, a unaverdadera Unin Econmica. Cada etapa necesita sacrificios mu-tuos que implican cambios importantes de mentalidades.

    Ahora bien: las observaciones que se acaban de hacer, nos lle-van naturalmente al conflicto econmico que persevera, de una ma-

    nera o- de otra, entre espacios o naciones desiguales, conflictos quepuede a veces tornarse agudo: por ejemplo el caso del proceso de des-

    colonizacin que sigui inmediatamente a la Segunda Guerra Mundial.

    Es poco despus de la Primera Guerra Mundial que los economis-

    tas empezaron a jerarquizar las naciones segn su potencialidad eco-nmica. Se haba tomado conciencia de la importancia, para una

    nacin, de tener la posibilidad de reunir bajo un irismo poder, bajouna sola autoridad, grandes recursos muy d ;versificados sobre unterritorio tan extendido como fuera posible porque:

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    a) las diferencias de costos y de precios se propagan en el esp-

    cio y,

    b) la presencia de zonas vecinas de poco desarrollo tienen influen-

    cia sobre las formas de crecimiento econmico.

    En consecuencia, hay fatalmente tensin permanente entre el espa-

    cio territorial y el espacio econmico. Los mercados no son nunca

    perfectamente comunicantes, aun en el caso de mercados internos

    muy extendidos.

    La nacin ms desfavorecida es la nacin pequea que permanczr-

    temente sufre costos elevados que repercuten sobre otros costos en

    una estructura de propagacin:

    - cuanto ms grande es el nmero de empresas de dimensiones in-

    feriores;

    - ms grande es el nmero de firmas cuyos costos de produccin

    son excesivos;

    y el resultado final es un nivel de gastos tambin excesivo para la na-cin entera.

    Esto nos lleva a otra constatacin: hay una dimensin ptima de lafirma, dimensin que debe ser igual al volumen de la demanda proba-

    ble. A los mercados extendidos deben corresponder medios extendidose indivisibles. ,

    Es as que laEmpresa toma una importancia considerable en

    _

    j la eco-noma moderna: es la clula de base, la clula madre de toda actividad

    econmica. Se le debe la produccin y la reparticin d los bienes y

    servicios. En s ya es un espacio econmico que puede conseguir di-

    mensiones considerables y provocar procesos de integracin con enti-

    dades que le son complementarias.

    Tenemos as la explicacin de la tendencia natural de las naciones,

    principalmente las ms grandes, a crear sobre sus territorios, y aun

    en el exterior, grandes conjuntos industriales;

    -sea bajo la forma de unidades para una produccin determinada;--sea bajo la forma de conjuntos de producciones complementarias

    y medios de transporte.

    Existe el ejemplo tpico de la industria petrolera que se presenta

    como un trptico perfecto: extraccin, refinera y transporte.

    Casi siempre estos grandes conjuntos industriales necesitan medios

    y mercados que sobrepasan las posibilidades de las naciones pequeas

    y an medianas. Sus etapas de expansin van de la investigacin y el

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    estudio a la puesta en marcha y al apoyo, terminando con una polticade estmulo para mantener la tasa de crecimiento y de eficiencia frentea la competencia.

    Este proceso representa para las naciones modernas una nueva tc-nica competitiva, una nueva nocin de la exportacin que se podrallamar exportacin de "bloques de inversiones de conjuntos indus-triales", constituidos por tcnicos, ingenieros, expertos capacitados,con o sin los materiales correspondientes.

    Ahora existen dos formas de lucha sobre un mercado exterior:

    - la competencia tradicional que se mantiene, y- la asistencia tcnica.

    Casi siempre estas dos formas de competencia son utilizadas al mis-mo tiempo, con el objetivo de tomar posiciones duraderas y perma-nentes, principalmente en lo que concierne a la orientacin de los tr-ficos. Es tambin el criterio que permite medir la potencia de unaeconoma. Segn la observacin de F. Perroux al respecto: "una eco-noma es realmente grande cuando tiene capacidad para financiar lasmejores unidades tcnicas y proporcionarles salida, aun contra la re-sistencia de los vecinos."

    Tenemos as dos formas de crecimiento econmico, y ya sabemos quecrecimiento no es siempre desarrollo:

    1) una economa crece cuando reduce los costos y los precios rea-les de unidades de mediana y pequea dimensin, frente a una de-manda global. Aumenta as su espacio econmico.

    2) una economa crece cuando tiene posibilidad de crear industrias

    en rgimen de monopolios que propagan reducciones de costo, creandoas dependencias exteriores, mismo si estos territorios estn bajo otrasoberana.

    Es principalmente este ltimo modo de crecimiento lo ms impor-tante. Es el modo de crecimiento de las ms grandes economas del

    mundo de hoy, trtese del sistema capitalista o de otro. Y la Empresa,de estatuto privado o bajo control ms o menos directo del Estado,es la clula-madre, la organizacin de base de la expansin, el instru-mento de potencia econmica del Estado pero tambin el instrumen-te de presin sobre el Estado.

    Cules son los Grandes en la economa mundial de hoy?Cada uno sabe que son los Estados Unidos y la Unin Sovitica.

    Gran Bretaa viene despus, en menor medida, y muy probablementemaana se agregar Europa integrada. La clasificacin no es defi-

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    nitiva: son numerosos los elementos que pueden modificar el cursode la Historia.

    Cul es el criterio del gran volumen econmico?

    Se puede decir que el grande es realmente grande cuando puedemodificar las estructuras de la economa mundial por la demanda querepresenta, por un lado, y la inversin exterior que puede ofrecer,por otro. Cada uno de los Grandes acta segn procedimientos quele son propios, pero todos tienen algo en comn: someten a sus socios

    y a sus satlites a tratamientos selectivos.Los conjuntos econmicos son ms o menos activos o pasivos, y

    las naciones, pequeas o medianas, tienen generalmente tendencia aadaptar sus estructuras a los deseos de los Grandes, a pesar de quegrupos ms o menos numerosos, segn los pases, se resisten al hecho

    inexorable de la desigualdad econmica y de las desigualdades acu-ruulativas que son sus consecuencias.

    Las contradicciones ntimas y las desigualdades dinmicas entrenaciones son disimuladas mediante doctrias polticas, y, sin embar-go, estn arraigadas profundamente fuera de stas. A menudo, capi-talismo o socialismo son simples coartadas.

    El problema de los espacios econmicos tiene otro enfoque, que sepodra llamar del "espacio mental". Es un estudio que necesitaraun anlisis muy largo en el plano psico-social.

    En nuestro momento histrico ni las Civilizaciones ni las Culturas,dice Perroux, pueden todava verse alineadas en el hecho econmico.

    Hay diferencias importantes en las intenciones, en los procedimien-tos, en las conductas, en los comportamientos. . Y sin embargo sepuede admitir que, en la prctica, el capitalismo y el socialismo separecen ms de lo que se piensa generalmente.

    El conflicto no reside en esto: el conflicto fundamental reside en-tre la funcin y el territorio, conflicto que la escuela de "Economay Humanismo'' ha resumido en el postulado siguiente: El encuentroentre la tcnica moderna y la organizacin territorial contiene y re-

    sume todas las contradicciones: es el conflicto entre la organizacinfuncional y la organizacin territorial.

    El- siglo xvtu, con la industria artesanal y la economa agraria, fueel siglo de la soberana territorial sin mayor problema. El siglo , xix

    fue el siglo de una evolucin a partir de las nacionalidades, y el sigloXX es el siglo de los polos de desarrollo y de economas dominantesque van a crear poco a poco una nocin nueva de la idea de soberana.

    El conflicto entre las funciones (empresas de monopolio) y los te-

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    rritorios est hoy en todas partes: Europa de las funciones y Europade las Naciones, Amricas funcionales y Amricas nacionales, etc ...El problema se plantea hoy entre los territorios funcionales por un la-do, y los territorios nacionales, con sus nacionalismos estriles yopuestos, por otro.

    Se ver ms adelante la situacin particular del Espacio Econ-mico Europeo que se organiza poco a poco para resist;r a la presinde los Grandes.

    Si examinamos ahora la estrategia del mundo occidental capitalis-ta se ve que sta se encuentra asentada sobre programas de prs-tamos y de asistencia tcnica estrechamente vinculados con los pro-psitos de los Estados en cuanto a las fuentes de energa y de

    materias primas, por un lado, y sobre los mercados comerciales porotro, lo cual provoca un estado de tensin permanente entre lospoderes de los grandes centros industriales y financieros y lospoderes polticos y territoriales. Los grandes Carteles, muy poten-tes, no tienen la menor intencin de renunciar al apoyo de sus Esta-dos nacionales, ni tampoco de admitir un poder poltico suprana-cional, menos an promoverlo.

    Si se examina la estrategia del mundo del Este, se ve que no esmuy diferente. En Europa oriental la Unin Sovitica opt porestablecer un sistema de cooperacin activa segn un plan comn.

    No acepta una integracin libremente negociada entre las demo-cracias populares. Los vnculos entre los socios y los afiliados cons.tituyen una red de planos armonizados por el CAEM (Consejo deAsistencia Tcnica Mutua). Las razones vienen de las diferencia tide estructuras y de la desigualdal de los desarrollos. Es bastante

    probable que exista tambin otra razn: una conveniencia por partede Mosc. El sistema le permite, en efecto, influir en cada uno delos "socios", pues todos los hilos de la red llegan a Mosc, princi.palmente a travs de un organismo bancario adecuado (Banco de

    Cooperacin), cuya sede es Mosc y cuya moneda de cuenta es elrublo.

    El CAEM est constituido por los gobiernos y no por los partidos.Comprende a la URSS, Alemania del Este, Bulgaria, Checoslova.quia, Hungra, Polonia, Rumania y, desde 1962, Mongolia.

    Albania y Yugoslavia no participan de l.El Consejo, de carcter multilateral permanente, es un organismo

    de cooperacin limitada a tres campos: econmico, tcnico y cien-tfico. Las recomendaciones obligan a los Estados miembros.

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    Se aproxima, sin embargo, a un tipo de Unin Econmica en el

    - cuadro "de igualdad de derecho, respeto mutuo de la soberana y

    de los intereses nacionales".

    Las dos metas principales son: 1) la coordinacin internacionalde los planes; 2) la especializacin internacional de la produccin

    por la divisin del trabajo y de las tareas.Esos objetivos no tienen nada de revolucionario y corresponden

    simplemente a la necesidad moderna de conseguir el mejor pro-vecho de cada especialidad o de cada estructura especfica de lospases miembros. Para obras de inters comn (construccin de oleo-ductos, etc.) se planifican inversiones comunes.

    La zona del CAEM abarca actualmente el 26 % del territorio

    mundial, el 36 % de la poblacin mundial y el 36 % de la pro-duccin industrial mundial.El gran espacio socialista no es, pues, prcticamente muy dife-

    rente, bajo ciertos aspectos, de los grandes espacios del mundocapitalista. Las naciones socialistas dependen cada una, y segnfrmulas diversificadas, del socio principal. La Unin Soviticaes la economa dominante y modifica las situaciones a su conve-niencia, otorgando prstamos a largo plazo y asistencia tcnicapara estimular actividades seleccionadas.

    Se ve que las estrategias no demuestran profundas diferencias.

    Los grandes espacios econmicos actan sobre zonas de influencia,pero no tenemos que perder de vista que la tendencia es cada vezms a consolilar las posiciones apoyndose, si es necesario, sobremtodos de persuasin adecuados.

    Hemos desembocado hoy sobre un conflicto potencial cuya causa

    viene del siglo xix, conflicto que se produjo entre los espacios eco-nmicos de los centros industriales y los espacios polticos de losEstados nacionales. A pesar de no ser muy perceptible al principiofue sin embargo causa de una tensin creciente (ejemplo de la agre-

    sividad econmica de Inglaterra a principios de ese siglo). Esta ten-sin fue s 'n duda la razn profunda de las dos guerras de la prime-ra mitad de este siglo. No tenemos que olvidar que lo que loseconomistas llaman hoy espacio funcional fue calificado tambin, vno hace tanto tiempo, de "espacio vital".

    Haremos otra observacin que explica mejor todava el estadode tensin creado por el dualismo funcin-territorio: la necesidadineludible, para un espacio funcional, de un proceso de aceleracinde su propio crecimiento. Un espacio funcional est condenado a

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    desaparecer si no crece. Por esto, cada centro industrial de cierto

    tamao tiene que mantener un mnimo de "agresividad":

    1)para asegurar su propio crecimiento y la expansin global

    de la economa a la cual pertenece;

    2`') para conseguir tanto la energa como las materias primas

    que necesita y que, a menudo, se encuentran muy lejos de la basede sus actividades principales.

    En el marco de esta doble lucha -para conquistar mercados ypara asegurarse abastecimientos- los grandes espacios funcionalesno estn siempre dispuestos a respetar las reglas del juego, es decir,

    la ley del mercado de competencia. Utilizan su propio poder demonopolio por un lado y por otro la potencia del Estado al cual

    pertenecen. Y si el Estado nacional utiliza sus centros industrialespara afirmar su potencia, stos utilizan tambin su Estado nacional

    para consolidar mejor sus posiciones. A la escala mundial el juegose vuelve cada vez ms desigual, pues tenemos que tomar en cuentaque, si las naciones son todas igualmente soberanas de derecho, d e ,hecho, desde el punto de vista econmico, no son igualmente efi-

    cientes; su importancia, su peso real en la comunidad de las naciones,

    depende, en gran medida, de la naturaleza, del tamao y de la tasade progresin de sus centros industriales.

    La economa moderna se caracteriza, a partir principalmente delsiglo xix, por concentraciones cada vez ms importantes de espacioseconmicos y financieros, acompaados de presiones polticas di-rectas o indirectas, que quitan a las fronteras territoriales y a lassoberanas nacionales buena parte de su antigua importancia. Hoyse puede decir que la fuerza de la soberana est en proporcindirecta al potencial econmico. Parece muy probable que el progreso

    de la ciencia y de las tcnicas haga ms sensible todava este pro-ceso en el futuro, y altere ms an la nocin que tenemos de lafrontera tradicional y convencional. He aqu otra observacin de

    F. Perroux sobre este problema:"Combinar territorios y poblaciones bajo un poder poltico que

    suscita y arbitra grandes mercados, es una cosa. Crear centros in-dustriales potentes que utilizan estos poderes polticos y son utili-zados por ellos, y que propagan sus efectos al pasar las fronteraspolticas, es completamente diferente."

    Hoy, todos los grandes centros de produccin de energa, de ma-terias primas y de industrias pesadas, por una parte, y los grandesservicios: bancos, seguros, transportes y comunicaciones, por la

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    otra, tienen la vocacin de actuar sobre espacios que sobrepasan

    en mucho el cuadro de las naciones, incluidas las ms grandes.En el mundo occidental estas grandes entidades funcionales son

    manejadas por grupos financieros muy potentes, y a menudo decarcter multinacional. En el mundo del Este son manejadas porgrandes complejos administrativos bajo el control de Mosc. Perolos dos sistemas de economa dominante tienen un rasgo comn:una fuerte tendencia a la expansin. El resultado de la competencia

    entre los dos espacios depender principalmente de saber cul deellos tendr ms control sobre los centros de produccin de lospases todava en vas de desarrollo, a qu ritmo y dnde los nuevos

    centros sern distribuidos. Pero depende tambin de otro factor:

    de la eficiencia alcanzada en funcin de un mismo volumen deinversin exterior disponible. La ventaja la tendrn los que evitenlos gastos intiles o las prdidas provocadas por tareas duplcadas;los que procuren con habilidad, por medio de concentraciones ointegraciones, un rendimiento ptimo en un tiempo mnimo. Inter-viene pues el concepto de organizacin mxima de abajo haciaarriba, principalmente de la empresa cuya capacitacin tiene quellegar a un alto grado de eficiencia. (Los ltimos cambios en elGosplan sovitico parecen indicar que se hace en la URSS un es-fuerzo en este sentido.)

    Parecera evidente que una cooperacin entre las dos grandeseconomas dominantes para crear en comn zonas de desarrollosera una buena solucin. En la prctica no es tan fcil: no es msfcil que conseguir que dos boxeadores suavicen sus golpes.

    En efecto, esto implica llegar a una competencia armonizada, anivel, menos agresivo, llegando as tambin a acabar con el viejo

    juego de reparticin de zonas de influencia y de provechos.Este ideal de cooperacin no es utpico. Se podra cambiar una

    competencia despiadada por una emulacin dinmica y creadora.

    Sera una solucin durante un perodo histrico probablementemuy largo. Estara sin duda en contra de los conceptos de lasviejas economas tradicionales que ya han pagado sin embargo unpesado tributo al impacto de una evolucin irreversible. La presin

    en cadena del progreso tcnico sobre los centros. d e produccin, yde stos sobre los grandes espacios, ha acelerado el proceso de des-integracin de los viejos sistemas de colonizacin para llegar asoluciones ms modernas de sujecin econmica, pero -no menosfrgiles. Es tambin el precio pagado por los pases jvenes por el

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    rescate de su libertad poltica en el cuadro ya un poco ficticio delas fronteras nacionales. Sera un sueo pensar que podemos parar

    aqu.Como conclusin podemos decir que el espacio func'onal va a

    ganar cada vez ms terreno a la nocin de espacio territorial, y quelos progresos de las tcnicas van a acelerar el proceso, no en pro.gresin aritmtica sino geomtrica.

    Como lo hemos visto, dos grandes espacios dominan actualmentela situacin: Estados Unidos y Unin Sovitica, cuya polarizacinacta sobre cierto nmero de pases afiliados con ms o menos con-

    sentimiento de su parte.Mientras los dos Grandes acentan su expansin, mientras el Impe-

    rio Britnico procura mantenerse a la espera de incorporarse a otras

    estructuras, Europa camina despacio hacia una integracin quedesea con afn, pero cuya frmula o cuadro definitivo no encontrtodava.

    Mientras, por ejemplo, Amrica latina es una gran nacin des-integrada por nacionalismos ms o menos artificiales y fronterasgeneralmente arbitrarias, Europa, por su lado, es una yuxtaposi-cin de nacionalidades profundamente arraigadas en unos veintesiglos de historia. Ms todava, el marco de la futura Europadepende de una opcin fundamental entre la reunificacin de Ale-mania o la conservacin del actual statu quo, y depende tambinde las ltimas consecuencias del proceso de descolonizacin.

    Es todava difcil tener una idea exacta de Europa como EspacioEconmico. Sin entrar en detalles, se tratar sin embargo de fijar

    las definiciones de los varios "espacios europeos":

    1) Se llama hoy "Gran Europa" a la Europa de Estrasburgo,constituida por el tratado del 5 de mayo de 1949, cuyos 17 miem-bros, bajo la autoridad del Consejo de Europa, constituyen la OECE

    ( Organizacin Econmica de Comunidad Europea), hoy OCDE (Or-

    ganizacin de Cooperacin y Desarrollo Econmico).

    Si incluimos Espaa y Yugoeslavia -o sea 19 pases- tenemosel conjunto de la Europa que constituye el foco de la civilizacinoccidental. El concepto de civilizacin es lo que constituye la base

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    esencial- de la "Gran Europa": "El objetivo del Consejo de Europaes realizar una unin ms estrecha entre sus miembros para de-fender y promover los ideales que son su patrimonio comn y favo.

    recer su progreso econmico y social..." (art. 1).Qu representa la "Gran Europa" frente a los dos grandes im-

    perios econmicos?En superficie, 3.500.000 km 2 , es decir, la mitad de los Estados

    Unidos y mucho menos que el bloque del Este.En poblacin, 290 millones de habitantes, o sea 170 Jo de los

    Estados Unidos y, aproximadamente, la cifra correspondiente al es-pacio sovitico.

    En producto nacional bruto, 250.000 millones de dlares en 1955,

    o sea el 57 % del que corresponde a los Estados Unidos, pero muchomayor que el PNB de las democracias populares.

    El espacio tiene gran porvenir potencial, pero le falta todavahomogeneidad y, econmicamente, los diversos pases estn en gra-

    dos diferentes de evolucin que van del simple arranque al consumode masa. Para estar realmente "integrado" le falta un territoriocomn y, lo que es todava ms importante, una voluntad polticacomn, es decir, un organismo comn de decisin.

    2) Segn H. J. Mackinder (en "Demostratic Ideals and Reality"),

    se puede considerar a Europa bajo un doble enfoque: el punto devista del hombre del mar y el punto de vista del hombre de tierra.La Europa de los 19 sera una Europa martima, y la Europa con-tinental sera la parte que est actualmente incorporada econmica.mente al espacio sovitico.

    Este punto de vista es algo arbitrario, pero permite cierta apro-ximacin.

    En realidad, la Europa de los 19 no ofrece una coherencia abso-luta: se divide en la Europa de los Seis, la Europa de los Siete y

    los dems pases. Tambin se puede encarar a Europa en su partenorte y su parte mediterrnea, estando, esta segunda parte, sub-desarrollada a pesar de contar con ms de "s de la poblacin total(150 millones de ,habitantes). La poblacin activa es todava agra-ria (de 50 a 70 % segn los pases). El ingreso per cpita noalcanza a 300 dlares. La Europa mediterrnea comprende Turqua,Grecia, Yugoeslavia, Portugal, Espaa e Italia del Sur.

    3) Muy diferente es la Europa de los Seis, con su centro indus-trial: el Ruhr; su pas polo: Alemania y su espacio privilegiado y

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    ya fuertemente integrado: el Benelux (Blgica, Holanda y Luxem-burgo).

    Rene a tres grandes naciones, cada una con su vocacin bien

    arraigada desde la Edad Media: la Alemania del Imperium, la Fran-cia del Magisterium y la Italia del Sacerdotium.

    Integran la Comunidad Europea los tres organismos siguientes:a) la Comunidad Europea del Carbn y del Acero (CECA), crea-

    da en 1952;

    b) el Mercado Comn, o Comunidad Econmica Europea (CEE),creada por el Tratado de Roma de 1957;

    c) el Euratom o Comisin Europea de Energa Atmica (CEEA),instituido a principios de 1953.

    La Comunidad Econmica tiene su Asamblea, su Consejo, unaComisin y un Tribunal de Justicia. Un comit econmico y social,con funciones consultivas, asiste al Consejo y a la Comisin. Esta-mos frente a un espacio que evoluciona del Mercado Comn haciala Unin Econmica total.

    El Tratado de Roma y el Tratado de Montevideo que fi;a lasbases de la ALALC no son comparables en modo alguno. El Tra-tado de Roma tiene como meta un proceso de verdadera integra-cin, mientras que el Tratado de Montevideo se limita a una libera-cin progresiva del comercio interzonal.

    El cuadro siguiente indica la posicin relativa de la CEE en1952, poco antes de la constitucin de la Europa de los Siete:

    4) La Europa de los Siete, creada en 1960, es la parte msmartima de "Europa Martima". Rene, en torno de Inglaterra, alos tres pases escandinavos y Suiza, Austria y Portugal. En 1962Finlandia se asoci. Este grupo de EFTA (European Free TradeAssociation) tiene objetivos mucho ms limitados y no pretendeactuar en el marco de un mercado comn.

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    Como se ha visto, el Gran Espacio Europeo se reparte en zonasms o menos adelantadas en el camino de la integracin.

    Frente a las hegemonas de los grandes bloques, otros espacios

    se delinean para estar en condicin ms favorable de tratar conlas economas dominantes.

    Es el caso del Mercado Comn Arabe. Cinco pases: Jordania,Siria, RAU, Irak y Kuwait, firmaron una Convencin el 10 deagosto de 1964 con el objetivo de establecer un mercado comndentro de un plazo de 10 aos. Se hizo un llamamiento a otrosocho pases miembros de la Liga Arabe, pero las divergenciaspolticas por una parte, y por la otra el hecho de que los pases de

    la zona estn divididos ms o menos por mitades entre liberales ydirigistas,

    dificulta y atrasan los esfuerzos integracionistas.Y qu pasa en nuestro continente?Se ha creado un Mercado Comn Centro-Americano por tratado

    del 10 de junio de 1958, agrupando a los cinco pases del istmo:Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador. Para1966, el comercio tiene que ser totalmente liberado. El tratadoincluye, lo que es importante, un Convenio Constitutivo de un Banco

    Centroamericano de Integracin Econmica.

    Ms ambicioso es ela tratado firmado el 8 de febrero de 1960 enMontevideo, porque abarca una zona muy extendida. Por eso es

    ambicioso: por ser muy extendido. Hemos visto que integracini mplica fatalmente dislocaciones y que la cosa debe ser manejadaprogresivamente y con prudencia, con una gran preparacin en losdetalles, lo cual falta actualmente.

    No vamos a entrar en detalles ya que el IEPAL dedic uno desus "Estudios de actualidad" a la ALALC y a sus problemas (Estu-dio N 9 - ALALC, 1964).

    Sin embargo, tenemos que reconocer que la ALALC, dndosecuenta de su falta de consistencia, hizo un gran esfuerzo para me-

    jorar la situacin. Una voluntad de cambio se manifest en la Con-ferencia de Bogot, a fines de 1964. Empez a concretarse con laConferencia de los Cancilleres en noviembre de 1965 en Montevideo.Tericamente, hay progreso: todo depende ahora de la puesta enprctica

    - se acord la creacin de un Consejo de Ministros de la ALALC,que puede ser (segn el afn de llegar realmente a una integracin)un paso decisivo para transformar el agrupamiento regional en un

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    bloque eficaz, reforzado por la anunciada incorporacin de Vene-zuela y Bolivia;

    -fue desechada la idea de crear un Parlamento de la ALALC,

    pero se acord que los parlamentos de cada uno de los pasesmiembros constituyen comisiones para la ALALC.

    Sin embargo, falta mucho para que el Tratado de Montevideollegue a alcanzar los objetivos del Tratado de Roma. Se aplazla creacin de una Comisin de Asuntos Comunitarios, as como nose ha reforzado la Secretara Ejecutiva actual. La participacin de

    los sectores empresariales y obreros es ms terica que real y eslibrada al criterio de cada gobierno.

    Se dej prcticamente de lado el problema de los transportes,de su coordinacin, del acondicionamiento de las cuencas fluviales,que es lo esencial para el desarrollo de un espacio econmico.Es claro que Amrica latina tiene que tomar en cuenta las presio-nes de varias economas dominantes, y no la presin de una comose cree generalmente. Dejando de lado todo aspecto poltico delproblema, es evidente que, desde el punto de vista objetivo, es msfcil para un espacio econmico en formacin enfrentar una solaeconoma dominante. Tenemos el ejemplo ya histrico de Europa.El 5 de junio de 1947, los Estados Unidos hicieron a Europa unaproposicin de ayuda tcnica que tuvo gran importancia poltica y

    econmica, y que se llam ms tarde "Plan Marshall". La con.dicin de la ayuda americana fue que los pases de Europa consti-tuyeran un mnimo de unin econmica. As fue creada la OECE( Organizacin Europea de Cooperacin Econmica), a la cual yanos referimos y que ms tarde pas a ser la OCDE (Organizacinde Cooperacin y Desarrollo Econmico), de la que Estados Unidosy Canad son miembros. Europa sac de la ayuda americana unafuerza extraordinaria. Actualmente, en el marco de la Alianza parael Progreso, Amrica latina est en condiciones mucho ms favo-rables que Europa en 1947, pero el "espacio mental" latinoameri.cano es muy diferente. Este es otro problema. Podemos decirsolamente que la economa dominante y la economa dependienteproceden de la naturaleza de las cosas, pero sus efectos son dife-rentes segn los comportamientos. El Tratado de Roma es unaherramienta bastante eficaz. El Tratado de Montevideo no eliminael "herodianismo" (ver estudio "Amrica Latina", N 10, IEPAL,1965), mantiene los dualismos y cierta complacencia por una situa-cin bien arraigada.

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    La Alianza fue y sigue siendo una gran oportunidad, pero quedaen pie un gran malentendido. Aqu tambin parece que chocandos "espacios mentales" muy diferentes. Ms quizs: el anacro-

    nismo que super Europa con la guerra e_s ' ente superableen este continente latinoamericano que-se ma e aferrado a nociones- obsoletas de institucio Y e so eranas. As la Alianzaasigue siede_ una es za: el milagro que no se produce, y unarealidad: un d ie ' farro sin resultado. Y, sin embargo, faltarapoco para que la Cara unta del Este fuera una realidad.Solamente leerla aten amente y aplicarla en su letra y en su espritu.

    Una accin concert da de la ALALC, del BID, del CIAP y delCIES podra dar res hados excelentes con la condicin de tenerun mnimo de unani dad de los gobiernos para definir las grandesmetas econmicas Y/sociales que se deben alcanzar. El error delos Estados Unidos n lo que concierne a la aplicacin del programade la Aliaxa fue, y es todava, el de otorgar crditos sin que lascondiciones previas sean satisfechas. Hemos visto que la creacinde un polo de desarrollo tiene efecto de propagacin y que en cier-

    tas condiciones puede producir "dislocaciones". Sabemos tambinque en los pases subdesarrollados los capitales son a menudo malutilizados. ( A este respecto ver L. J. Lebret, "Suicide ou Surviede POccident", p. 120 y s.) Por estas razones las condiciones pre-

    vias son muy importantes, pero no han encontrado todava solucio-nes satisfactorias. No hay cambios institucionales; no hay reformasadministrativas; no hay el mnimo de capacitacin indispensablepara cuadros adecuados para tareas nuevas, etctera, excepto, ymuy parcialmente, en pases que han llegado al estado de "arranque"como Mxico, Brasil o Venezuela.

    Esta situacin tiene dos inconvenientes:

    1) una distorsin de la financiacin que sirve a la promocin de' bienes de consumo o alienta nuevos servicios administrativos, sin

    beneficio y hasta con perjuicio del desarrollo de base;2) una proliferacin de planes de utilidad contestable en tanto

    no existan los cambios estructurales e institucionales. Es as quela ayuda tcnica se queda limitada a la promocin de organismostcnicos.

    Otro inconveniente para hacer de Amrica latina un gran espa-cio econmico integrado es la falta de coordinacin entre los dife-rentes planes nacionales. Cada pas ha hecho sus planes, segn su

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    metodologa, sus necesidades, sin tener en cuenta los planes de losvecinos, sin la menor idea de cooperacin ulterior.

    Por lomenos el CIAP tiene la posibilidad de corregir en ciertamedida la atomizacin de las economas. Los planes que tienen

    como metas tericas las integraciones nacionales, estn en contra-diccin, en muchos casos, con el proceso de integracin zonal.

    No se puede evitar y es deseable que la integracin de Amricalatina se haga por "escalada": primero las integraciones nacionales,enseguida integraciones por grupos de pases vecinos. Pero cadaetapa integracionista no tiene que perder de vista la etapa final,la integracin continental que ha de ser realidad un da. Por esto,cada planificacin nacional debe evitar toda meta que fuese una traba

    para una cooperacin regional futura.No tenemos informes suficientes de la reciente Conferencia Pan-

    americana de Ro de Janeiro, pero parece sin embargo que existeactualmnte cierta preocupacin para dar a las instituciones compe-tentes los medios necesarios para mejorar el proceso integracionista.

    De todas maneras, la integracin se hace progresivamente, seacual sea la importancia del espacio. La frmula de integracin

    fronteriza es de gran inters para la cooperacin continental.

    Como ejemplo, indicaremos la experiencia patrocinada por el BID:

    el acondicionamiento de la regin fronteriza entre Colombia y - Ve-nezuela. Otra frmula fue la experiencia brasilea de la cuenca

    del ro San Francisco. Y vamos a estudiar precisamente la impor-tancia del acondicionamiento de las cuencas de los ros como

    factor de desarrollo y creacin de espacios econmicos.

    Hemos visto que la accin "prospectiva" consiste en guiar a lanaturaleza hacia los objetivos que queremos alcanzar acelerandosu proceso.

    A este propsito, se debe mucho a una experiencia iniciada en1933 bajo la iniciativa del ex presidente Franklin Roosevelt: elacondicionamiento de la cuenca del Tennessee. Se aprendieron mu-chas cosas con esta experiencia: primero, lo que es la planificacin;segundo, que se poda acelerar considerablemente un proceso natu-ral de desarrollo.

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    La historia muestra en efecto que el desarrollo econmico, laexpansin, el poder, hasta las grandes civilizaciones, se han hecho

    lentamente y preferentemente en las cuencas de los grandes ros.Bastaba acelerar la evolucin de la historia. La experiencia del Ten-nessee demostr que una accin planeada y sistemtica permitaconseguir en algunos aos los resultados de varios siglos.

    Despus de la ltima guerra el problema del acondicionamientode las cuencas de los ros ha tomado gran actualidad y es objetode controversias. En efecto, la creacin de este tipo de "espacio deprograma" puede provocar serias desarticulaciones por su impactosobre una economa regional. Es decir, que la operacin debesiempre ser cuidadosamente planeada.

    En el mundo occidental tenemos tres experiencias que merecenparticular atencin por ser la adaptacin de una misma metodolo-ga a zonas de desarrollo y de condiciones geogrficas muy dife-rentes; se trata del Tennessee, como dijimos antes (Estados Unidos).,del San Francisco (Brasil) y del eje Mosela-Saona-Rdano (FranciaEuropa occidental).

    El cuadro siguiente? a, grosso modo, los tres campos de apli-

    cacin:

    La dinmica excepcional del acondicionamiento de la cuenca de

    un ro se debe a que interesan tres problemas fundamentales queson motores esenciales del desarrollo rpido:

    1) irrigacin, que implica reconversin agrcola;

    2) captacin y aprovechamiento de energa;

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    3) coordinacin y agrupacin de los diversos medios de trans-

    portes. . ,

    La operacin necesita una concepcin unificada y una autoridadejecutiva con poderes centralizados y ms o menos extendidos.En cada una de las tres experiencias la autoridad es diferente:

    a) Tennessee. La alta autoridad: TVA (Tennessee Valley Autho-

    rity) tiene su sede en Washington y su centro de ejecucin en Knox-ville. Sus poderes estn limitados a lo que concierne a la energa, lanavegacin y la irrigacin. Los otros problemas dependen de la auto-ridad federal o de los Estados interesados por el proyecto.

    b) San Francisco. La CVSF (Comisin del Valle del San Fran-cisco), cuya sede est ahora en Brasilia, tiene poderes ms exten-

    didos: irrigacin, navegacin, energa, transporte, salud pblica,desarrollo de la produccin y desarrollo cultural. La CVSF estvinculado a la Ca. Hidroelctrica del Ro San Francisco (Represade Paulo Alfonso) y a la Ca. de Navegacin del Ro San Francisco.

    c) Mosela, Saona, Rdano. La Ca. Nacional del Rdano tienepoderes para el acondicionamiento de la energa, de la navegacin,de la irrigacin y de los transportes (incluso la electrificacit1ferroviaria y la construccin del oleoducto Karlsruhe-Lavra).

    Un breve anlisis de cada una de las experiencias permite obser.

    vaciones de inters:1) La operacin Tennessee fue iniciada en 1933. Interesa a siete

    Estados (Tennessee, Kentucky, Alabama, Virginia, North Carolina,Georgia, Mississipi). Los resultados de los 25 primeros aos fue-ron bastante espectaculares. Para un gasto que no alcanza al 3 Y ode la renta de las poblaciones interesadas, la tasa de crecimien-to de la regin es superior a la tasa media del conjunto de los Esta-dos Unidos y el nivel de vida es multiplic por 3. Se construyeron20 represas. El tonelaje-kilmetro fue multiplicado por 50. Se aho-

    rraron por ao 14 millones de dlares en transportes por carreteray por ferrocarriles. Alrededor de las ciudades de Memphis, Nash-ville, Noxville, Chatanooga, Gadsen, se edificaron ms de cien ciu-dades cuya poblacin pasa de 2.500 habitantes.

    2) La operacin del San Francisco, iniciada en 1940, se desarrollasobre un terreno muy diferente. Se trata de una regin poco po-blada y subdesarrollada. La meta es conseguir la unidad interre-gional entre Recife, San Salvador, Belo Horizonte, y la operacinBrasilia viene a completar la experiencia. La guerra y las crisis

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    econmicas han frenado aparentemente el xito de la empresa, perolos resultados son sin embargo positivos para los Estados de Baha,Pernambuco, Sergipe, Alagoas y Minas Gerais, a pesar de un finan-

    ciamiento bastante bajo: 1 % del presupuesto federal. Otro resul-tado importante es la ayuda a los "flagelados" del noreste brasileo.Ya varios millones de desocupados fueron amparados en el cursode estos ltimos aos.

    3) La tercera experiencia no es consecuencia de una depresin(caso del Tennessee) ni de un subdesarrollo (caso del San Fran-cisco) : es el acondicionamiento de una zona ya altamente desarro-

    llada con por lo menos cuatro regiones polarizadas. Por el momentose trata de un proyecto cuya elaboracin constituye el tipo mismo

    de un "espacio de programa" de concepcin estudiada rigurosa-mente. Tiene un doble objetivo: nacional (francs) y multinacional( Europa de los Seis y Africa del Norte en una cierta medida).

    a) Desde el punto de vista francs, interesa a todas las regionesfronterizas del este: Alsacia, Lorena, Borgoa, Rdano-Alpes, CostaAzul, y elimina los cuellos de botella de los cortes interzonales.La opcin fue tomada al elaborar el Quinto Plan francs "porquetiene tambin carcter de eje europeo al mismo tiempo". El par-ticular inters del proyecto es que se trata de la cooperacin de

    un gobierno con una autoridad multinacional (el Mercado Comneuropeo).

    b) Desde el punto de vista europeo, interesa a todos los passdel mercado comn, al crear un eje desde el Mediterrneo (Marsella-Lavra) al Mar del Norte (Rotterdam), lo cual vincula las grandesregiones agrcolas e industriales de Europa occidental.

    El proyecto va a permitir disponer de un enorme potencial demedios de transporte y conhunicaciones. Duplicando el potencial delRin, hasta Koblenz por va fluvial, se suma una autopista a un

    ferrocarril ya electrificado. El oleoducto Lavra-Karlrushe va a llevaral centro del Ruhr el petrleo de Africa.En fin, la experiencia, por su posicin geogrfica, no solamente

    va a beneficiar a un eje Norte-Sur, del Mar del Norte al Mediterrneo,sino que tambin acarrear efectos de propagacin hacia los grandescentros industriales de Italia del Norte: Turn y Miln.

    Estos tres ejemplos permiten hacerse una idea de la importanciade una cuenca fluvial como espacio de programa.

    Por su parte, la URSS hizo esfuerzos enormes en cuanto a ros

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    que pasan de 4000 km y cuyas cuencas alcanzan superficies de ms

    o menos 12 veces el Uruguay. Hay pocos detalles sobre las expe-riencias pero las autoridades rusas parecen satisfechas de ciertos

    resultados desde el punto de vista de la agricultura y la energa.Dejamos ahora el tema de los espacios de programa para otro

    enfoque del problema. Debemos pues al transporte areo otra inte-resante aproximacin y muchos estudios provisionales.

    Durante la ltima guerra los gobiernos de los grandes pases noesperaron el fin de las hostilidades para encargar a los expertosen transporte areo un estudio, a escala mundial, con el fin de faci-litar la elaboracin de un estatuto de la aviacin civil internacional(Conferencia de Chicago, 1944) y, lo que era ms importante, parasaber cmo utilizar en tiempo de paz un instrumento cuya eficienciase revel durante la guerra.

    En el correr de los aos 1944 y 1945 se hicieron verdaderos estu-dios prospectivos, y lo esencial de una nueva y original doctrina fue

    elaborado por un experto americano, Mr. Parker Van Zandt. Pasados20 aos, esta doctrina no ha perdido su inters, es decir, que fueun xito de estudio prospectivo. (The Geography of World AirTransport, 1945).

    Segn el autor, la guerra mostr que los polticos, tanto como loseconomistas, seguan trabajando sobre datos deformados y obsoletos:mapas de regiones deformadas por la proyeccin Mercator, regionesdesarticuladas econmicamente por la divisin clsica en continen-tes, etc.... Dos ejemplos para ilustrar estos tipos de errores: enGroenlandia apareciendo tan grande como Amrica del Sur, o Alaska

    como la mitad de Amrica latina, y Siberia y Turquestn disociadosde la Unin Sovitica por la delimitacin convencional entre Asia yEuropa.

    Los medios de transporte, y menos an el transporte areo, nopodan acomodarse por ms tiempo a tales deformaciones de lasrealidades. Si ya eran apreciables para el barco o el ferrocarril, sehacan muy graves en lo que concierne al avin.

    La doctrina Van Zandt permiti grandes adelantos. Propuso,

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    -primero, utilizar la proyeccin zenital equidistante, ms cercanaa la realidad geogrfica, para los estudios;

    -segundo, se dividi el mundo en ocho regiones econmicas.

    Lo ms original de la doctrina es que se puede tomar, segn lasnecesidades, cualquier parte del globo como polo. Se lleg as adeterminar el hemisferio principal, es decir el hemisferio econmicoesencial. Se verific as que el polo de este hemisferio estaba ubicadocerca de Nantes, en el oeste de Francia. El hemisferio principalas determinado tena en 1945 ms o menos el 94 % de la poblacindel mundo as como el 98 Yo de su potencial industrial. No hay,hoy, cambio sensible en esas relaciones.

    Mi intencin no es entrar en un anlisis de la doctrina Van Zandt,pero s indicar simplemente su metodologa de un gran inters paralas investigaciones en materia de espacios econmicos.

    Tengo que agregar sin embargo.que, segn la teora de Van Zandt,cada punto del globo terrestre puede tener doble valor; el uno pro-viene de su posicin relativa, llamada topogrfica o de posicin, elotro est vinculado a su desarrollo, a sus posibilidades, a su actividad,y se puede calificar de intrnseco o fundamental, porque tiene elvalor del potencial de sus recursos (funds: recursos). La termino-loga es del autor mismo.

    Es as que Gibraltar y Singapur tienen valor de posicin en mate.

    ria de transporte martimo; Islandia durante la guerra, y Anchoragehoy, tienen valor de posicin en relacin con el transporte areo. Elbloque Manchester-Liverpool, como centro industrial algodonero,tiene valor intrnseco. Los grandes centros industriales del este delos Estados Unidos y el centro de Kuznetzk en la Unin Sovitica,

    tienen el doble valor topogrfico y fundamental.Parker Van Zandt resalt la importancia de Europa occidental

    como espacio econmico: ". .. de Europa a cada una de las princi-pales regiones de actividad, la distancia por aire es menor, en gene-ral, que desde cualquier otra regin".

    En fin, para terminar este rpido exmen de la doctrina Van

    Zandt, anotaremos que el autor destac dos elementos en el valor"rundamental" de un espacio:

    1) lasfuerazs propias (o potencial econmico), y2) los puntos de aplicacin.

    Es decir que un espacio, grande o pequeo, tiene un poder realcuando dispone a la vez de una fuerza propia y de puntos de apli-

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    cacin; es el caso de Europa y de los Estados Uidos o la UninSovitica o Inglaterra.

    Brasil y Argentina, por ejemplo, tienen una fuerza propia de ciertopotencial, pero tienen todava pocos puntos de aplicacin: lo queexplica la necesidad de una poltica de integracin y de creacinde espacios de programa.

    No hemos agotado el tema de los espacios econmicos, pero lasdiversas aproximaciones que hemos hecho del problema nos hanpermitido abrir ciertos horizontes, despertar la curiosidad sobreciertas perspectivas. No hemos agotado el tema porque tiene mlti-ples aspectos; el problema de la ciudad, por ejemplo, sea rural ourbana; la arbitrariedad que consiste, ahora, en clasificarla segn el

    simple criterio del nmero de habitantes; la aceleracin de la tecni-ficacin del agro que va a modificar ciertas nociones sectoriales yespaciales en un plazo probable de menos de 10 aos, etctera.

    Nos limitaremos a ciertas reflexiones.A nuestro criterio, un espacio econmico, cualquiera sea su dimen-

    sin, su forma, o su reparticin espacial, es uyc hecho. Es siempreel resultado de un impacto de los adelantos tcnicos que resultandel progreso cientfico en un grupo humano, dentro de un marcogeogrfico determinado. El grado de armonizacin en la interaccinde los tres factores da el grado y el ritmo del desarrollo. Perotenemos que anotar que el progreso tcnico y el elemento geogrficosiguen siendo lo que son, mientras el factor humano es una variable.Puede ser un poder acelerador como un factor de estancamiento.En efecto, no todos los grupos humanos son igualmente permeables

    al progreso tcnico y al desarrollo; cada civilizacin tiene sus tabesy sus prejuicios, reflejo de los grandes mitos de su historia que sedisfrazan a menudo de epopeya cuando no de leyenda. Todos estosson grandes frenos para llegar a ideales comunes de solidaridad enel desarrollo.

    Cada civilizacin produce ciertos tipos de instituciones que tra-ducen sus modos de vivir. El anlisis de los sistemas jurdicos per-mite a menudo encontrar la fuente de ciertas dificultades. Fue elDr. Andr Loyen, rector de la Universidad de Tolosa (Francia),

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    quien hizo la observacin de que todas las grandes dificultades conlas cuales tropieza el panamericanismo, por ejemplo, podran venirde la oposicin de dos concepciones del derecho: el derecho escrito

    y el derecho consuetudinario.Los pases de derecho escrito estn ms arraigados en el tradicio-

    nalismo, en frmulas y en el culto de la historia. Los pases dederecho consuetudinario miran ms hacia adelante. El pragmatismose opone al cartesianismo. Hay pues espacios ms introvertidos yespacios ms extrovertidos.

    Es as que la economa de desarrollo, base de un espacio de pro-grama, no puede ser una doctrina cerrada. Y ac tenemos lo esencialde la doctrina del Padre L. 7. Lebret.

    Hay una estrategia del desarrollo. Como en la medicina psicoso-

    mtica, sta debe encarar la totalidad del organismo y disponer deun arsenal de tratamientos diferenciados segn cada caso. Es poresto que el estudio de la regin, grande o pequea, del espacio, seacual sea su tamao, ya sea funcional, territorial, mental, social, yasea un municipio o una empresa, debe ser riguroso y tan cientfico ;como posible, porque es de este estudio que siempre va a salir eldiagnstico y, de este diagnstico, la solucin ptima sino la msperfecta.

    Otra reflexin que podemos hacer es la siguiente: la ley funda-

    mental de nuestro tiempo, que ser cada vez ms rigurosa, es laobligacin de adaptarse rpidamente a una inestabilidad permanenteque viene del progreso tcnico; pues si ste, por un lado, evocacrecimiento y desarrollo, por el otro, tiene un aspecto bastante tr.gico : la no-psibilidad, a menudo, de reconversin inmediata delindividuo, del grupo, de la empresa, hasta de la nacin (el efectode dislocacin del cual hemos hablado). Y, ms an, la gran tragediapara todos: la caducidad cada vez ms rpida de las institucionesy de las estructuras frente a este impacto de la tcnica. El dramaes ms sensible an para los pases en va de desarrollo, muchos de

    los cuales ni se dan cuenta que existe tal problema. En este planoinciden problemas de tica, de filosofa, de humanismo. Porque, sitenemos que aceptar la ley del progreso como aceptamos la ley dela vida, ello no quiere decir que hemos de aceptar la una y la otrade cualquier manera. Tenemos que dominar la situacin, y es aqudonde interviene la Prospectiva cuya meta es, no solamente prever,sino tambin dar lo Humano como meta final a los progresos de lasciencias y de las tcnicas.

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    $1 profesor Sauvy hizo una observacin muy atinada diciendoque si todo se mueve y cambia en nuestra sociedad a un ritmo cadavez

    ms acelerado, sera sin embargo exceso de credulidad pensarque este movimiento procede de una buena organizacin bajo elmanejo advertido de jefes. Es lo contrario. El progreso tcnicoempuja esto hacia adelante, pero de una manera desordenada.

    En efecto, hemos de admitir que, en una cierta medida, se haperdido el control de los acontecimientos. Parecera que la litepoltica no puede abarcar ni resolver los enormes problemas delmundo actual.

    Durante un largo tiempo, ms o menos hasta la Primera GuerraMundial, existi una vanguardia poltica que fijaba lar, grandes

    metas de las vidas- nacionales. Buena o mala, haba una pltica, enel sentido ms amplio de la palabra.

    Desde hace una generacin las vanguardias polticas parecen notener ya ideas. Se acomodan en un cierto conformismo o, peoran, viven en el miedo: miedo del comunismo, miedo del imperia-lismo, miedo de los vecinos, miedo de la bomba atmica, etctera ...Pero no hacen nada por superar o dominar el progreso y parautilizarlo mejor. Hay falta total de imaginacin.

    A la vanguardia estn la ciencia y la tcnica. Asentada sobre srs

    nociones de eficiencia y de rentabilidad, la tcnica sigue su caminohacia adelante sin piedad. Cada novedad destroza algo y vuelvecaducas ciertas instituciones.

    De las instituciones, dos, infelizmente se quedan muy atrs: laenseanza y la poltica. Y mientras hacen un pequeo esfuerzo deadaptacin, ya la vanguardia ha tomado nuevamente distancia. Es-tamos condenados al progreso perpetuo sin el menor descanso.

    Sin embargo las dos instituciones que tienen como tarea el ponerorden, son precisamente la enseanza, para permitir asimilar el pro-greso, y la poltica para ordenar sus efectos.

    Como el progreso no puede parar, tenemos que asimilarlo.Ya Dioclesiano, asustado por el progreso, se fue a cultivar sus

    lechugas. Montesquieu tambin vio en los adelantos tcnicos unafuente de desocupacin. Sin embargo, la historia econmica demues-tra lo contrario. En los pases ms desarrollados hay ms empleosque antes de la industrializacin, y donde hay actualmente ms des-ocupacin es, precisamente, en los pases subdesarrollados. Por faltade imaginacin, no se puede todava asimilar correctamente el pro-greso; nos quedamos en situacin incmoda y se falsifica el sistema

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    por un expediente; se hace pagar el progreso con la inflacin y, ms

    dificultad hay para asimilar el progreso, ms inflacin hay.

    Vamos a terminar citando a dos personalidades que las circuns-

    tancias han sensibilizado ante los problemas de los grandes espacioseconmicos.

    Primero, el gran economita francs Frangois Perroux: "Existe

    una ideologa econmica y no hay ms que una: es el pleno emple,a la escala del mundo, de todos los recursos materiales y humanos,

    favorecido por el designio de proporcionar, a cada uno, las condi-ciones materiales que las ciencias juzguen necesarias para su plenodesarrollo. "El universalismo de Perroux" es consecuencia de una

    observacin: a la integracin de gigantescos bloques de monopolio,no hay otra contestacin vlida sino la integracin poltica.

    En segundo lugar, el ingls Sir Willim Hildred, quien, despus

    de ms de veinte 'aos de gran dedicacin a la aviacin civil interna-

    cional (Director de la IATA) tuvo una experiencia directa del

    desarrollo de los espacios: "La soberana nacional que implica que

    un gobierno puede colocar sus intereses nacionales por encima de

    los intereses humanos, es, sin embargo, incompatible con la super-

    vivencia de la raza humana. La soberana nacional era indispensableen el siglo xix para conducir a buen trmino los asuntos de cada

    nacin y salvaguardar sus intereses. Pero, en nuestros das, se ha

    convertido en impracticable, anacrnica, incierta y fatal. Los diariosnos muestran todos los das que la soberana nacional no es ya un

    medio de defender la vida, la propiedad, las tradiciones, la cultura,

    y que es incapaz de crear las condiciones indispensables para elbienestar social".

    Es decir que, a la aceleracin de la tcnica debe corresponder la

    aceleracin de las integraciones econmicas y polticas, pacfica-

    mente, sin esperar a que ello sea la consecuencia de pruebas de

    fuerza inevitables a partir de un cierto grado de tensiones. Para

    resumir, no hay, fundamentalmente, como se cree, economas domi-

    nantes contra economas dependientes: hay, y habr cada vez ms,economas interdependientes. Si estamos condenados al progreso,lo estamos tambin a la cooperacin.

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    Cientfico de origen alemn, radicado en los Estados

    Unidos desde antes del comienzo de la Segunda

    Guerra Mundial y naturalizado como ciudadano nor-

    teamericano.

    Ha cumplido una importante labor pedaggica en las

    universidades de Pittsburg y Georgetown, en el

    rea de ciencia poltica y geografa.

    Es autor de numerosos trabajos de geopoltica, entreellos La geopoltica alemana, publicada en 1941;

    Geopoltica - generales y gegrafos, de 1942 y Visin

    estratgica del mundo, de 1951.

    De su libro Principles of Political Geography, New

    York, Appleton-Century-Crofts, 1957, extractamos un

    captulo para esta Antologa.

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    "En la actualidad pensamos en trminos de continentes", escribi

    en 1920 Oswald Spengler, el filsofo pesimista alemn; "pero esohoy no basta. Debemos tener la visin mundial, imperial." Desdeque se escribieron estas palabras, el pensamiento poltico y geogrficoen todo el mundo ha experimentado una marcada tendencia hacia

    la revisin y readaptacin de los conceptos bsicos de la geografamundial. Tales revisiones suelen atravesar las lneas de demarcacinde reas y continentes para mantener el ritmo de las cambiantesrelaciones de un mundo que se contrae cada vez ms. A menudo

    encontramos que el proceso de estrechamiento ocurre a una ritmo

    tan rpido, que las adaptaciones necesarias del pensamiento geogr-fico quedan muy atrs. Como resultado de tales retrasos culturalesdetectamos una buena cantidad de inexactitudes conceptuales, espe-cialmente en lo que concierne a las nociones de los grandes espacios,y algunos conceptos polticos, econmicos y culturales gravementeequvocos pueden ser atribuidos a esta dificultad que se experimentaen la redefinicin de las relaciones continentales y de otras relacionesespaciales.

    Qu es, por ejemplo, el Hemisferio Occidental? Dnde se en-

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    cuentra la lnea divisoria entre Europa y Asia? Dnde est el no

    tan Lejano Oriente, el no tan Lejano Norte? Adoptan significados- diferentes si se los contempla desde Washington, Mosc o Londres?

    0, si consideramos el problema en trminos de la seguridad de losEstados Unidos, qu concepto debe adoptarse para la defensa destos? Ser un concepto continental, basado en lo que llamamos"Hemisferio Occidental", o un concepto mundial? Entre ambas no-ciones existe un amplio espectro de posibilidades, desde una estra-

    tegia de defensa basada en loa Estados Unidos continentales hastauna proyeccin ofensiva de la fuerza norteamericana en escala mun-dial 1 . Si bien aqu no nos ocuparemos de los problemas estratgicos

    mismos, advertiremos que para comprenderlos es esencial ver con

    claridad los factores geogrficos subyacentes.

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    (cuya existencia era entonces totlmente desconocida para los im-plicados), con excepcin de la parte oriental del Brasil, eran espa-oles, mientras India y la mayor parte de Africa caan dentro de

    la esfera de influencia de Portugal. Groenlandia tambin habraentrado en la esfera portuguesa si los exploradores de esta nacinhubieran llegado tan lejos. El origen portugus del nombre.Labra-dor demuestra que no se mostraron totalmente inactivos en esadireccin. En 1606, se reclam por primera vez un trozo de laAntrtida en nombre del rev Felipe de Espaa 2 . Estos hemisferioscreados por el hombre continuaron funcionando hasta que, en lossiglos XVII y XVIII, los colonizadores britnicos y holandeses lograronponer fin a esta cartografa arbitraria.

    Conviene recordar este episodio no tan efmero si hemos de em-prender la tarea de dibujar un mapa del mundo que muestre laslneas sensibles -el "permetro de defensa"- de las grandes poten-cias. Al hacerlo, descubriremos que se hace necesario esclarecerciertos conceptos bsicos.

    Dnde est este hemisferio nuestro, y dnde estn todos los de-ms que importan? Cules son las realidades, y cules los mitosque rodean a los "continentes"?

    En una conferencia memorable titulada "El habitat humano",ofrecida en 1931, Mackinder defini lo que, en la visin del mundode un gegrafo, constituye las caractersticas fundamentales de lahumanidad y del habitat humano de Oriente y Occidente. Su intentode poner en perspectiva algunos hechos salientes sigue representando

    una pieza clsica de definicin geogrfica y aqu la citamos bastanteextensamente porque esclarece nuestro pensamiento en un tema deimportancia bsica dentro del estudio de la geografa poltica'":

    "Los monzones pasan sobre Asia porque ese vasto territorio yacetotalmente al norte del ecuador y, por consiguiente, est sometido,en general, a estaciones alternadas. Sobre una superficie de unos

    a Martin, op. cit., pp. 66-67.'3 H. J. Mackinder, "The Human Habitat", Records of the British Association

    for the Advancement of Science (London, 1931), 15 pp.

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    cinco millones de millas cuadradas en el sur y este de Asia, de laIndia a Manchuria, y en las grandes islas adyacentes, el monzndeja caer anualmente lluvias que en promedio alcanzan los 18 millo-

    nes de toneladas. La mitad de la humanidad, unos 900 millones depersonas (1931), habitan las regiones naturales de esta superficie,en nmero aproximado de 180 por milla cuadrada. Por lo tanto, lalluvia cada es del orden de las 20.000 toneladas por habitante.Existe considerable trfico entre las regiones de este grupo, y estnlas pesqueras; a fin de lograr una visin global, agreguemos otrostres millones de millas cuadradas para las reas. marginales y rodea-das de tierra. Entonces tendremos un total de ocho millones demillas cuadradas, o sea el 4 % de la superficie terrestre, con un 50 %

    de la raza humana. El crecimiento demogrfico anual puede llegara unos siete u ocho millones, y por comparacin con esta cifra, tantola emigracin como la inmigracin hacia y desde el mundo exteriorson pequeas. En trminos generales, contamos aqu con grandescampesinados estables, "adscritos al globo", si se me permite utilizar

    una expresin medieval; atados al suelo; una tremenda realidad delluvia, savia y sangre. Eso es Oriente.

    Occidente est en Europa, al sur y oeste del Volga, y en ese terciooriental de Norteamrica que incluye la corriente principal del Missi-

    ssippi y la cuenca del St. Lawrence. Europa dentro del lmite del

    Volga mide unos tres millones de millas cuadradas, y e1_ este deNorteamrica, unos dos millones. Por lo tanto, en conjunto, ambosposeen una superficie terrestre equivalente a la del grupo de regiones

    que constituyen el Oriente. Si aadimos tres millones de millascuadradas por las pesqueras y la faja ocenica que contiene los"caminos de navegacin" entre Europa y Norteamrica, obtendremos

    nuevamente un total de un 4%' de la superficie del globo, y stees el habitat geogrfico fundamental de la civilizacin occidental.Dentro de esta rea hay 600 millones de personas, 6 120 por millacuadrada de tierra. A pesar de la interrupcin ocenica, puedeconsiderrsela como una misma rea, pues la distancia entre E.N.E.y O.S.O., entre el Volga y el Mississippi, mide slo unas siete milmillas, o sea poco ms de un cuarto de la longitud del Ecuador. Lalluvia que cae sobre la tierra proviene de la misma fuente tanto enEuropa como en la zona este de Norteamrica; procede principal-mente del sur, del Atlntico, y es del orden de las 12.000 toneladasanuales por habitante. El crecimiento neto anual de la poblacines de cuatro o cinco millones y, comparada con esta cifra, la emigra-

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    cin al mundo exterior es escasa, pues el desplazamiento de unmilln de emigrantes por ao de Europa a Norteamrica en la pri-mera dcada de este siglo fue, por supuesto, un fenmeno internodel rea.

    Tenemos as dos reas que, en conjunto, miden menos del 10 jode la superficie de la tierra, pero que contienen ms del 80 , r o desu poblacin. Fuera de estas reas queda un 90 ojo de la superficiedel mundo, que sin embargo contiene slo el 20 jo de su poblacin.

    En aproximadamente cuarenta millones de millas cuadradas de tie-rra, externas a Oriente y Occidente, nos encontramos con unadensdad media de poblacin de apenas 10 habitantes por milla cua-drada, frente a los 120 de los cinco millones de millas cuadradas

    de Occidente y los 180 que se encuentran en los cinco millones demillas cuadradas correspondientes a Oriente. La humedad que reci-ben las reas terrestres no incluidas en las zonas de lluvia orientaly occidental, vara de la sequa del Sahara a los diluvios amaznicosy congoleses; pero llama la atencin el hecho de que Sudamrica, ensus seis millones y medio de millas cuadradas, cuente con unapoblacin de slo 10 habitantes por milla cuadrada, o sea el pro-medio mundial de las reas externas a Oriente y Occidente. Estevaco de Sudamrica y Africa puede ser considerado tal vez comoun tercer rasgo fundamental del habitat del hombre; hay que colo-carlo junto a la extraordinaria y persistente autocontencin deOriente y Occidente. El crecimiento de las poblaciones del mundoexterior al "Este" y al "Oeste", aunque reforzada por alguna inmi-rracin, es relativamente insignificante. La principal expansin noha constituido sino un desbordarse de las viejas regiones ocupadashacia reas contiguas -hacia el, norte y noreste de Europa, haciae ! . este de Norteamrica, y hacia Manchuria- y en todos los casosse ha llegado a las fronteras naturales de la sequa y del hielo, conexcepcin de algunas salidas relativamente estrechas a lo largo de

    las fajas de trigo de Norteamrica y Siberia. Aun en Norteamrica,el centro de la poblacin ha dejado de desplazarse apreciablementehacia el oeste.

    En este continuo aumento de la poblacin de Oriente y Occidente,qu supera en mucho al del resto del mundo, encontramos un ejemplo

    de mpetu geogrfico. Aunque provenga del pasado, este mpetu esun hecho del presente, un elemento dentro del sistema dinmicode la geografa actual."

    El atrevido enfoque de Mackinder que seala a Oriente y Occidente

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    como los rasgos sobresalientes de la geografa humana del globo,exhibe el t po de sentido geogrfico que extrae su fuerza de la fusin

    de un profundo conocimiento de la geografa e historia. Para Mac-kinder, la geografa era, en sus propias palabras, "un tipo de expre-sin paralelo al de las artes literarias y complementario de ste . . .Ordena los valores paralelamente a los datos medidos. Por lo tanto,se caracteriza por su perspectiva".

    Necesitaremos del sentido geogrfico -de la perspectiva- si he-mos de definir el contorno de lo que quiz represente el trminogeopoltico ms importante para los americanos, o sea el HemisferioOccidental.

    Cabe destacar que "hemisferio" se entiende aqu slo en sentidofigurado, como "Oriente" y "Occidente". Este anlisis no tiene

    nada que ver con su sentido estrictamente geomtrico, sentido ques