annette moreno - los perros que ladran

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LIBRO CON CONTENIDO DE VALORES CRISTIANOS.

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DEDICATORIA

Gianni, Alexio, Nikko yPatrizzio. No les tengan miedoa los perros que ladran,porque más grande es el queestá en ustedes, que el que estáafuera.

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AGRADECIMIENTOS Millones de gracias a miCreador, que tuvo compasiónde mi vida y me poda cada vezque cree en mí. Gracias a miesposo Donnie, que tiene elcorazón de Dios para amarme,aguantarme y mirar lo mejoren mí.A mis hijos Gianni, Alexio,Nikkolas y Patrizzio; todos los

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días amanezco pensando ensus caritas que me hacenloquita. Agradezco tambiénporque no son egoístas ycomparten a mamá con elmundo.A mi papi y mami, que se lasarreglaron con doce hijos -¡nosé cómo lo hicieron!-. Graciaspor darme a Jesús: consideroque esa fue la mayor herencia.Gracias a mis once hermanos

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y hermanas: Eli, Lilian,Karina, Linda Luz, David,Karen, Raquel, Esther, Ángel,Ezekiel, y Keila, los quiero unmontón. A mis queridas lindascuñadas. Gracias por ser partede nuestra familia. A miscuñados que no los aguantopor ¡carilleros! Los quieromucho y gracias por ser partede nosotros.A mis lindos sobrinos y

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sobrinas, gracias por querermemucho y considerarme su “tíafavorita.” A mis suegrosMariano y Ruth, gracias porcuidarme a Nikko para quepudiera terminar este libro.Sólo ustedes tienen la energía.Gracias a todos los que mehan marcado de una manerainolvidable en este tiempo demi vida y a todos los que hancreído en mí

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incondicionalmente.

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INTRODUCCIÓN

Un día llevé a mi perro a unparque canino y me di cuentade que, cuando uno ladraba,todos empezaban ahacerlo. Otra cosa queobservé fue que los perrosque ladraban, eran los máspequeños, tanto así que elmáximo daño que me haríauno, si me mordiera, era

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romperme el zapato.Un día alguien me dijo:“Annette, no te preocupescuando los perros esténladrando; preocúpate cuandoya no lo hagan.” No memalinterpreten. A mí me gustael silencio, pero aquel queexiste cuando uno se va adormir y la televisión estáapagada; o cuando me subo aun avión y no hay una

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persona a mi lado a quien leguste cantar; o cuando voy alcine y una mamá no lleva a suniño de dos años a ver unapelícula de suspenso. Pero elsilencio intencional de la vidaes al que le tengo miedo. Nopodría vivir con ese tipo desilencio.Cuando voy a un Starbucks ypido un café late de caramelocon hielo, siempre me lo

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entregan sin revolver bien. Alprobarlo así, no le encuentroel sabor a caramelo. El “cafélate de caramelo” recibe sunombre porque parte de labebida debe tener el sabor acaramelo; entonces, cuandopor fin lo revuelvo, toma elsabor de su propósito.Así, desde que nacemos hastallegar a cierta edad, nuestropropósito está fijo y el sabor

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que le vamos a dar sólo sepuede probar cuandoempezamos a revolver.Infortunadamente, he sidotestigo de personas que hastaedad madura no han tenido elvalor de revolver el sabor queDios ha puesto en ellos desdeel principio. El Salmo 139:16nos dice: “...Tus ojos vieronmi cuerpo en gestación: todoya estaba escrito en tu libro;todos mis días se estaban

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diseñando, aunque no existíauno solo de ellos”. En otraspalabras, Tú, mi Creador,pensaste en mí; Tú meinventaste con el sabor de Tudeseo; Tú me nombraste ypusiste mi nombre en unmenú para que el mundopudiera ver mi sabor.El temor más grande que sufreuna persona no es morir, sinoel deseo de siempre querer

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complacer a los demás. Poreso, muchas personas noquieren despertar la atenciónde los demás, pues no deseanser lastimados o juzgados,sino que prefieren la muerteantes que escuchar algonegativo. Muchos de lossuicidios ocurren porquealguien no pudo complacer aotro. Hay que ser valiente,ponerse de pie y decirle almundo que va a causar una

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revolución con el propósitocon que usted nació y no conaquel que el mundo le quiereimponer. Valentía significadecirles a los demás que lohan manipulado o lo estánhaciendo, y pedirles que loexcusen, pero que tiene unnegocio (propósito) con suPadre. Jesús tuvo que decirle asu familia y a la gente que lorodeaba que Él tenía negocioscon su Padre y que, por lo

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tanto, nada lo iba a distraer.Si los perros no le ladran, noquiere decir que lo quieren;sólo quiere decir que usted noes importante, en otraspalabras, que no les quita elsueño. Pero como alguien medijo: “al árbol con más frutoes al que se le da pedradas”.Cuando usted toma la formade un árbol con potencial,todos lo mirarán y lo

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estudiarán. Cuando crece ylogra tener abundante fruto ylo comparte, empieza aincomodar a los árboles quedesean ser como usted. Unosadmirarán y aceptarán el saborde su fruto; otros probarán,pero lo vomitarán, y otrosnunca lo probarán, perosiempre lo juzgarán. Tenemosque estar preparados para doscosas: o que nos digan quesigamos adelante, o o que nos

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traten de tumbar.Una muy querida amiga medijo que anhelaba vivir supropósito, pero que primeronecesitaba ser perfecta. Yo leseñalé que esa era la mentiramás grande que alguien lehabía inculcado, pues parapoder materializar supropósito, no se requiereperfección, sino obediencia. Sise piensa que se debe ser

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perfecto para empezar,entonces hay que considerarlouna pérdida. Cuando Dios lehabló a Moisés, éste estabalejos de la perfección. CuandoDios decidió poner a Davidpor rey, éste también estabalejos de la perfección.Mientras Pablo mataba elpropósito de otros, decidiótomar el suyo. Dígame: ¿quiénque haya marcado la historia,primero vivió una vida

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perfecta?Cuando usted empieza a viviraquello para lo cual fuecreado, es feliz, y la felicidadle da claridad y lo acerca a suCreador. El silencio misteriosoComo todo buen árbol, ustedtambién necesita su tiempo derecuperación. El que entiende

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agricultura, sabe que haytiempo de cosechar y tiempode recuperar. Si tiene unhuerto de árboles de fruta, hayun momento en que usted va atener trabajadores recogiendopara una gran cosecha.Después de que ya queda todoárbol sin fruta, entonces seempieza a abonar, a cuidar y apreparar para la próximatemporada. Habrá momentosen nuestra vida en que vamos

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a tener que aceptar unarecuperación. Yo llamo a esto“el silencio misterioso”, que escuando ya no escucha nadapor un instante y siente quetodo a su alrededor se hadesaparecido. En tanto no ve anadie, siente una paz ytranquilidad que le indicanque todo está bien. Yo creoque este momento es cuandoDios le dice: “Ven, chiquito,sólo tú y Yo.”

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Cuando David sentía queestaba solo, era precisamentecuando Dios necesitaba suatención completa. Habíacosas que David debíacambiar antes de seguir sucamino. Dios le puso un altocomo disciplina porque loamaba, no porque lo odiara.Él conocía su corazón; seacordó de que lo había creadodel lodo, y que habríamomentos de rebeldía y de

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confusión. Juan 15:2 dice:“Toda rama que en mí no dafruto, la cortará; pero todarama que da fruto, la podarápara que dé más frutotodavía”. David daba frutos,pero llegó el momento en queciertas ramas ya no producían,de modo que Dios tuvo quepodarlo por completo.Recuerdo que, de pequeña, ennuestra yarda había un árbol

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muy grande y verde. A mí meencantaba jugar debajo porqueme daba sombra; sin embargo,una mañana que me asomépor la ventana, vi que mi papáestaba cortando las ramas, alpunto de que parecía unamano con 200 dedos(deshojados por completo).Me dolía cada vez que veía ami papá tirando al suelo lasramas con hojas verdes. Porfin, bajé y le reclamé por qué

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hacía esto. Respondió quetodavía no había dado lomáximo y que la única manerade que lo hiciera sería podarlotodo. Yo me enojé y noentendí. Con el tiempo, elárbol empezó a crecer de unamanera increíble; incluso,había dejado atrás a todos losdemás árboles en altura. Elcolor que tenía antes, aunqueera verde, no se comparabacon el que le había salido.

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Llegaron los meses detormentas que siempretenemos en Arizona, y cuandodespertamos en la mañana,todos los árboles habíansufrido daños. El único árbolque quedó en perfectacondición, era el árbol que mipapá había podado. Los cortesno sólo ayudaron a que fueraun árbol más atractivo, sinotambién a que tuviera la fuerzapara soportar las tempestades.

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Dado que vivimos en unmundo imperfecto y quedurante el transcurso denuestro camino no somosperfectos, Dios necesitarescatarnos a tiempo. Tal vezusted es una persona que havivido su diseño, perorepentinamente se haencontrado con una luz rojaque, por alguna razón, nocambia a verde. Entonces sesiente desesperado, a punto de

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volverse loco, pues estáacostumbrado a manejar a altavelocidad. Es tiempo de darsecuenta de que todo lo quepasa tiene una razón y nadasucede por coincidencia.Cada ser humano necesitaretos para sobrevivir. Cuantomás alto suba en su diseño,más fuerte los perros van aladrar. Cada vez que Diosdecida podar sus ramas, lo

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hará para que ascienda a otronivel y, como el árbol queaguantó la tempestad, ustedtambién soportará losladridos.Nunca olvide que por cadanivel de ascenso, se requierepodar, pues mientras más altovuele, más fuerte será elviento.Con el tiempo he aprendido apedirle a Dios que corte de mí

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todo lo que me esté pudriendoy distrayendo de mi objetivoespiritual. Yo le pido todos losdías que quite de mí todo loque no me haga falta si es poramor a Él. Muchas veces mepreguntaba la razón por la cualnos cuesta tanto encontrar yhacer lo que nos apasiona.Después de tantas reflexiones,me di cuenta de que sólohabía una explicación: esnecesario un cambio. Pocos

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nos atrevemos a enfrentar lavida porque para ello serequiere cambiar; ademásestamos cómodos en un áreade rutina, quizá pensando queeso es lo mejor, porque no setiene que arriesgar nada. Perolo cierto es que, aunquepensemos que no se estájugando nada, en verdad seestá arriesgando todo, porquesi lo que hacemos no da fruto,esto será cortado.

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Aprenda a ser feliz encualquier situación en queesté. No mire atrás, sólo haciaadelante. Deje el pasado y curesus heridas con el futuro lindoque le espera por delante.Acuérdese de que escuchar losperros ladrar es la indicaciónde que se dirige rumbo a sudestino original.

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Capítulo uno

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COMPLICADO

Escuché una historia muyinteresante un domingo en lamañana. Un padre construyó unapiscina en su yarda, pero su hijo nosabía nadar. Por tanto, sentía temorde que algún día se podría ahogar.Siempre con esa preocupación, elhombre se levantó una mañana ytrajo a un maestro profesional paraenseñarle a su hijo a nadar.Infortunadamente, el maestro no

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tuvo éxito. El padre se metía alagua con el hijo para intentarlo unay otra vez, en vano, pues él insistíaen no soltarlo en las orillas de lapiscina, de modo que no había nadaen este mundo que pudiera darle laconfianza de nadar.

Una mañana se le ocurrió al padrellevar a su hijo a la piscinanuevamente, pero esta vez él ibacon otro plan. Mientras el pequeñose preparaba, el padre se le acercay con firmeza en sus ojos le dice:“Hijo, yo sé que no te va a gustar

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lo que voy a hacer, pero sólorecuerda que yo te amo; aquí estoyy no me voy a ir”. En ese momento,el padre tira al hijo en medio de laparte más onda de la piscina y elchico, en medio del terror y furor,empieza a gritar y llorar, mientrasel padre le dice: “¡Aquí estoy, sólonada!”. Entonces el hijo empieza aextender los brazos y hacer elmovimiento adecuado hasta quellega adonde está su papá. ¿Ustedcree que el hijo estaba contento consu padre cuando salió de la

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piscina? Para nada. Más bien meimagino que le dejó saber qué tanmolesto estaba y no le quiso hablarpor un tiempo. Pero lo bueno es queesta historia termina con que el hijoaprendió a nadar.

Muchos de nosotros ahora nosencontramos en esta mismasituación. Nos sentimos como sinuestro Padre nos hubiera dejado enmedio de lo más hondo del mar. Ylo más cruel es que no entendemosel porqué.

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Uno de mis pasajes favoritos y queme es fácil relatar está en Mateo,cuando Jesús se les apareció a susdiscípulos en la noche, mientrasellos estaban en su barco en mediodel mar. Los discípulos pensaronque era un fantasma, pues vieronque Él caminaba sobre las aguas.Jesús les dijo: “No tengan miedo,soy yo!”. La respuesta de Jesús fuemuy simple como para el miedo queellos sintieron. Pero como el serhumano tiende a complicarse lavida, Pedro no se conformó con Su

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respuesta. Para él tenía que ser máscomplicado de entender algo tanfácil. Entonces el discípulo lepreguntó: “Si eres tú, dime quevenga y camine sobre el aguahacia ti”. Y Jesús le respondió:“Ven”. Pedro se bajó del barco yempezó a caminar sobre el agua y,cuando empieza a ver las grandesolas y la fuerza del viento,comienza a hundirse y grita:“!Señor, sálvame!”. Lo más fácilhubiera sido que Pedro creyera yaprovechara el poco tiempo con

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Jesús, porque claramente se lesapareció para decirles algoimportante.“Nosotros mismos causamos los

atrasos y complicaciones de cosaslindas que nuestro Dios nos

quiere mostrar”.

Puesto que Dios es nuestro Creadory sabe exactamente lo quenecesitamos para crecer, Él va atraer a nuestras vidas lo quenecesitamos para madurar yaprender la razón por la que

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estamos aquí. Desde los trece años,yo empecé a preguntarme por quéestaba en esta tierra. No meconformaba con ir a la iglesia,regresar a casa y esperar elpróximo domingo. En mi mentesiempre estaba esa duda y, aunqueya no quería pensarlo, nunca dejabade preguntarme el porqué.

Para empezar, entre nosotras lasmujeres es muy común tener algofácil y convertirlo en algocomplicado. Siempre me hacausado risa cuando una mujer se

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pone la corbata y con muchoorgullo le dice a un hombre que ellapuede hacer diez “cosas” a la vez yel sólo una. Pero lo que nocontamos es que a la tercera “cosa”ya estamos demasiado estresadas,con el cabello parado y ojeraspesadas, y seguimos con la cuarta,quinta, sexta, etc., y para cuandollegamos a la décima, ya tenemostodo el maquillaje en el cuello. Deninguna manera niego que Dioshiciera a la mujer con estahabilidad de multitárea, pero por

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más dulce que algo esté, nos gustaañadirle algo amargo.

En esos momentos en que Diosestaba definiendo mi vida, podíaver la superficie del mar que es loque indica que todavía podía ver laluz, pero simplemente todavía nopodía estar por encima del agua.Mis necedades me impedían darmecuenta de cuánta fuerza existía enmí para avanzar y aprender a nadar.Ya había vivido mucho tiempo enmedio de mis lástimas, de modoque se me hacía más fácil vivir de

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esa manera. Dios tuvo que echarmeal agua y tratar conmigo de esaforma porque era lo único que meharía despertar para empezar avivir lo que Él había propuestodesde antes de que naciera.

A cada uno de nosotros Dios le daexactamente lo que necesita paraavanzar. David nos dice en unos desus Salmos:

“Tus ojos vieron mi cuerpo engestación, todo estaba yaescrito en tu libro; todos mis

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días se estaban diseñando,aunque no exista uno solo deellos”.

Hoy en día vivimos en un mundo endonde no queremos batallar, sinoque buscamos lo que es más fácil,aunque no tenga nada que ver connuestro propósito. Si Dios escribióun libro con el diseño de su vida,quiere decir que hay un patrón queseguir.

Aunque para muchos es difícil creery comprender que hay momentos de

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complicaciones escritas en el libroque Dios diseñó para nuestrasvidas, éstas se han escrito parallegar a nuestro propósito. Muchos“cristianos” creen que cuando algodifícil le llega a otro creyente, estosucede porque no estamos en biencon Dios. En consecuencia, loprimero que hacen es juzgar ypreguntarse qué es lo que estapersona ha hecho mal.

Cuando los discípulos lepreguntaron a Jesús por qué elciego había nacido en esa

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condición, lo primero que pensaronera que él o alguien en su familiahabía hecho algo mal.

“Y pasando Jesús, vió unhombre ciego desde sunacimiento. Y preguntándolesus discípulos, diciendo:‘Rabbí, ¿quién pecó, éste osus padres, para que nacieseciego?’, respondió Jesús: ‘Niéste pecó, ni sus padres; massucedió esto para que lasobras de Dios se manifiestenen él. Conviéneme obrar las

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obras del que me envió, entretanto que el día dura; lanoche viene, cuando nadiepuede obrar. Entre tanto queestuviere en el mundo, luz soydel mundo’. Esto dicho,escupió en tierra, e hizo lodocon la saliva, y untó con ellodo sobre los ojos delciego, y díjole: ‘Ve, lávate enel estanque de Siloé (quesignifica, si lo interpretares,Enviado)’. Y fue entonces, ylavóse, y volvió viendo”.

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El hecho de decir que se le sirve aDios, nuestro Creador, no significaque cada momento de nuestra vidasea un jardín de rosas sin espinas.En el momento en que decidimoshacer la voluntad de nuestro Dios,emprendemos un nuevo caminorumbo a nuestro destino original.Incluso las complicaciones quepasamos son predestinadas y fueronestablecidas para nuestro bien,aunque otros o nosotros mismos nolo entendemos.

Las complicaciones que nos

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ocurren cuando estamos en nuestroscaminos rutinarios, son para nuestrobien cuando Dios nos interrumpepara su propósito. Jesús nos dijoque si lo amamos y obedecemos susmandamientos, todas las cosas quenos sucedan, sean buenas o malas,nos ayudan para bien. “Ahora bien,sabemos que Dios dispone todaslas cosas para el bien de quieneslo aman, los que han sido llamadosde acuerdo con su propósito”.

Lo que hace toda la diferencia ennuestras vidas es amar a Dios. Este

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fue Su primer mandamiento; “amara tu prójimo” fue el segundo.

“Y Jesús le dijo: ‘Amarás alSeñor tu Dios de todo tucorazón, y de toda tu alma, yde toda tu mente. Este es elprimero y el grandemandamiento. Y el segundo essemejante a éste: Amarás a tuprójimo como a ti mismo. Deestos dos mandamientosdepende toda la ley y losprofetas”.

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Esto es todo lo que nos pidiónuestro Creador. Imagínese estasdos cosas que no son difíciles y, sinembargo, no hemos podidocapturar. Hay algunas personas queno me caen, y, aunque no estoyobligada por Dios a estar cerca deellos, ¡sí estoy obligada a amarlos!Estoy completamente segura de queestas personas existen en mi vidaporque Dios está queriendo definircada aspecto de mí.“En esto consiste el amor a Dios:

en que obedezcamos sus

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mandamientos. Y estos no sondifíciles de cumplir”

¿Se ha puesto a pensar por qué estáaquí? La razón es porque tenemosque empezar a detallar nuestroexistir. Yo no entiendo cómo el serhumano puede vivir en una rutinasin saber adónde va. Nospreocupamos demasiado por lo quepodemos lograr un día, sinpreocuparnos por qué efecto va atener para nuestro futuro. Hay undicho famoso que dice: “Se vive undía a la vez”; por una parte tiene

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razón, pues no hay que estresarnospor cosas que están fuera de nuestrocontrol. Sin embargo, por otro ladotenemos que vivir cada día sinolvidar el que viene. En efecto,escuché a alguien decir: “Tu día deayer refleja tu día de hoy”. Eso esverdad. Lo que estás viviendoahora puede ayudar el mañana ocancelarlo.

En Efesios 3:20 dice:

“Al que puede hacermuchísimo más que todo lo

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que podemos imaginarnos opedir, por el poder que obraeficazmente en nosotros”.

En cada uno de nosotros está unahabilidad de luchar porque elhumano está hecho para querertriunfar. Cuando nos percibimosinútiles, nos sentimos mal porquequeremos ser productivos, pero noqueremos hacer el trabajo que serequiere.

Cuando yo tenía dieciocho años,recuerdo que estaba sentada

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escuchando una de laspredicaciones de mi papá. Mesentía un poco desorientada porquela vida no me estaba resultandocomo había querido. Sentí quealguien me tocó el hombro y meentregó un papelito blanco. En suinterior estaban escritas laspalabras: “No le digas a Dios quegrande es tu problema; dile a tuproblema que grande es tu Dios”.Cuando me di la vuelta para verquién me lo había entregado, miré ami querida tía con una sonrisa que

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me dijo todo.

La realidad es que no queremosenfrentar nuestras montañas porquese nos hace mucho trabajo tener quesubir. Optamos por vivir en nuestrazona confortable o de comodidad,en donde no debemos dar cuentasde nada, y preferimos presentar unmillón de excusas para no tener quefallar. En efecto, algunos denosotros podemos ver la superficiedel mar y otros ya tenemos lacabeza afuera, peroinfortunadamente muchos ya ni ven

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la superficie.

Una de las respuestas más comunespara no intentar subir a esasuperficie en la vida es el miedo.Este sentimiento proviene de suenemigo, quien lo usa para queusted no pueda triunfar en la vida.

“Porque no nos ha dado Diosel espíritu de temor, sino elde fortaleza, y de amor, y detemplanza”. (2 Timoteo 1:7)

Está en nuestra naturaleza quererhacer algo con nuestras vidas, pero

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no con miedo, sino con fortaleza,amor y templanza.

Cada vez que recuerdo esosmomentos en que sentía que meahogaba, suelto una sonrisa porquebasta mirar el pasado para recordarmi espíritu de Fortaleza. Diossiempre estuvo allí aun en mismomentos difíciles. Aunque la cosaestuviera complicada, estaba yaescrito en el libro de mi vida queyo iba a pasar por esos momentos.Dios estuvo allí y no se apartó,pero se requirió una parte mía que

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es el dominio propio (templanza).

Dios quiere que todos tomemos ladecisión de vivir en triunfo con Él,que tengamos fe y que, aunque elmundo se nos caiga encima,permanezcamos íntegros.

Santiago 1:3-4 dice: “Pues yasaben que la prueba de su feproduce constancia. Y laconstancia debe llevar a feliztérmino la obra, para quesean perfectos e íntegros, sinque les falte nada.”

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Siempre he afirmado que losmomentos lindos son para hacernossonreír y los difíciles, parahacernos fuertes.

“Los momentos lindos son parahacernos sonreír y los difíciles,

para hacernos fuertes”.

Sé que muchos han escuchado esaanécdota de los dos hombres flojosque estaban sentados debajo de unárbol de naranjas. Uno de ellos ledice al otro: “Mira esas naranjasricas. ¡Mmm, se ven muy

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sabrosas!”. El otro señor lecontesta: “Huy, ojalá que alguien sesubiera para darnos unas paraquitarme la sed”. El primer hombrele responde: “Sí, pero ¡quién noslas va a pelar!”. Muchos piensan deesta misma forma. Buscan lasmaneras más fáciles de hacer lascosas y así triunfar, pero sin tenerque trabajar. Es fácil decir quetodos queremos ganar y triunfar,pero no todos estamos dispuestos aintentarlo.“Todos queremos el pan caliente,

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pero nadie lo quiere hornear.Todos deseamos llegar a la

superficie del mar, pero no todosqueremos nadar”.

Recuerdo mi tiempo de mamásoltera. Se me hacía todo muydifícil, pues aunque me gusta hacermi trabajo perfecto, me tocaba sola.Me quedaba con un proyecto amitad del camino y me estresaba nopoder terminarlo: si no era una cosacon los niños, era otra con el perro.Yo le pedía a Dios que me ayudaraporque sentía que me ahogaba.

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Recuerdo que una noche decidíacostar a los niños temprano paratratar de avanzar con mi trabajo; depronto, vino mi hijo Alexio y meinsistió en que escuchara un chisteque me quería contar. Yo, en mimodo de “mamá”, le dije que ya erahora para acostarse y que al díasiguiente me lo podría contar. Consu carita triste se fue acostar, lo queme hizo sentir muy mal. Entoncesempecé con mi trabajo, pero elestrés no me dejaba continuar. Derepente algo me dijo: “Escucha el

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chiste”. La verdad, me dio risaporque fue muy audible esa voz.Seguí trabajando y de pronto volvióla voz a ordenarme: “Escucha elchiste”. Así pues, fui con mi hijo yle pedí que me contara el chiste:

Era un hombre que había salidoal mar en su barco; despuésnota que el agua empieza aentrar por una hendidura. Élpronto empieza a echar el aguaal mar con una vasija y se dacuenta de que poco a poco seestá hundiendo. Pasa un barco ysus tripulantes miran que él está

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en problemas y le ofrecenayuda, pero el hombre les dice:“¡No, gracias, Dios me ayuda!”.Se fue el barco que le ofrecióayuda y el señor en sudesesperación sigue echando elagua al mar con su vasija.Entonces llega otro barco y leofrece la misma ayuda que elanterior; él les responde: “¡No,gracias, Dios me ayuda!”.Finalmente, el señor se cansa,se da por vencido y se hunde enel mar. Luego llega al cielo, miraa Dios y le dice: “¿Por qué nome ayudaste? Yo te rogué y

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rogué, pero nunca viniste a miauxilio”. Entonces Dios lo miracon una media sonrisa y lepregunta: “¿Quién crees quemandó esos barcos a tuauxilio?”.

Es un chiste, pero tiene oculta unaverdad: ¿cuántos de nosotrosqueremos ver algo de otro mundopara cambiar nuestra fe negativa afe positiva? No encontramossolución para nada porquequeremos que todo venga como unrelámpago del cielo. No creemos enDios; sólo expresamos fe de

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palabra porque pensamos que esoes suficiente. En efecto, hay tantosque pensamos que ir a la iglesia ylevantar nuestras manos va acambiar nuestra relación con Dios.Seguimos diciéndole: “Ayúdame”,pero no queremos hacer esfuerzoalguno ni empezar a cumplir los dosmandamientos que nos legó.

Deseamos que todo mundo se portebien con nosotros para poderamarlos, pero simplemente con unavolteada de ojos que nos hacen nosenfurecemos y nos portamos como

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ridículos. Anhelamos que todo seafácil, pues sabemos que Dios esperfecto así como todo lo que hace,que Él nunca se equivoca y que Éles la perfección del amor; pero Élnunca le va a hundir a usted unbotón para que lo ame: no somosmáquinas. El amor hacia Diossaldrá de sus propias fuerzas; poresa razón, cuando mire un árbol connaranjas ricas, usted va a tener quepelarlas, pues el difícil trabajo decrear el árbol de naranjas ya fuehecho por Dios.

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Todos los días el Señor lecomprueba cuánto lo ama para queusted lo pueda amar y confiar en Élde todo corazón. Mi hijo vino acontarme un chiste, pero esa enverdad era la solución a miproblema. En efecto, en esemomento recibí una llamada de unamigo que me brindó su ayuda; si lehubiera dicho: “No, gracias”, aúnestaría esperando un relámpago delcielo para que hiciera mi trabajo.

Cuántas veces le dije a Dios: “No,gracias”, cuando intentó sacarme

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de una situación; sin embargo, en mitorpeza me seguía complicando lavida porque así es como estabaacostumbrada a vivir. Cuántasveces Él ha querido enseñarle austed a nadar y como un niñomimado le dijo simplemente:“¡No!”. Cuántas veces ha rechazadoSu ayuda cuando le pidió, porqueesperaba una luz que le encandilaray no miró la ayuda.

Recuerdo que una persona vino amí después de un concierto y medijo: “Annette, me encanta tu

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música; me has inspirado y pormedio de tus canciones he podidorecuperar mi relación con Dios,pero…”. Allí la paré y le dije quetodo lo que me interesaba saber eraque su relación con Dios estabaafirmada. Yo sabía que estaba porseguir con algo negativo por laforma en que me saludó con sumano, pues sentí su espíritu;entonces, si le hubiera dado laoportunidad, ella habría dichocosas que no serían buenas paraella y mucho menos para mí. Dios

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ya le había dado una solución a suproblema, pero era demasiado fácilla forma en que ella consiguió larestauración que le pedía a Dios.Por esa razón, esta persona lacuestionó y la complicó. Tal vezesperaba una respuesta queincluyera fuego, pero Dios lemandó una cantante chaparrita quesólo existe por la gracia de Dios.

¿Por qué será que complicamostodo lo de Dios, aunque todas Suscosas son fáciles? Parece como queponemos más empeño en tratar de

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ver cómo complacer al humano,más que a Dios. Por esa razón,buscamos soluciones en televisión,internet, e incluso en el barrio, perojamás alguien nos puede complacerpermanentemente. Vivimos con unvacío en nuestro corazón por eldeseo de más, pero por algunarazón no podemos llenarlo.Confiamos más en la respuesta delhombre que en la de Dios y luegonos enojamos con el Señor cuandoÉl no fue el que nos dio el consejo.Así pues, es tiempo de afirmarnos a

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Dios y de detener toda hipocresía.Él conoce cada aspecto de su vida,es el Dueño de su vida, sabe dedónde viene y adónde va, conoce sucorazón y sabe lo que usted estápensando y con qué intención hacelo que hace.

Podemos pretender toda la vida yaparentar que estamos bien y quetenemos todo definido, pero a Diosno lo podemos engañar. En elmomento en que me importe más loque la gente diga de mí, entonceshabré perdido mi identidad

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original. Por tanto, usted siempredebe ser lo que Dios quiere quesea, no lo que el humano quiera. Éles su Creador, su dueño, el que lopuso en esta tierra con un propósitoy siempre debe estar agradecidocon Él.

Yo no pretendo tener una vidaperfecta, sin tentación, en dondetodo es fácil. ¡No! Pero soy hija deun Rey que me ha perdonado y meha salvado; y lo más lindo de todoes que a pesar de que usted y yo nosdesacreditemos, Dios no hace eso

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con nosotros. Él cree en usted todoslos días, sabe cuánta disposiciónestá en usted para alcanzar lasmontañas altas que mira por suventana y para andar en caminospedregosos y largos que nosidentifican. Dios quiere ver ennosotros el querer y no sólo eldesear. Él lo ha creado con unpropósito que nadie más puedecumplir (Salmo 25:9): “Él dirigeen la justicia a los humildes y lesenseña su camino”. ¿Cuál es supropósito? Tal vez en este momento

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no sabe por dónde empezar, pero Élnos ha dicho que les enseñará elcamino a los humildes.

Sin embargo, no hay quedesorientarse. Mucha gente tiene elconcepto de que tener humildad esser alguien pobre, que caminapidiendo limosna, con la cabezaagachada, o que vive en una casitade lodo. Yo empecé a buscar lapalabra “humilde” en el diccionarioy me di cuenta de que había tresdefiniciones, de las cuales dos eranusadas como adjetivos y una tenía

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afinidad verbal. La primeradefinición de “humilde” fue:“manso o modesto”; la segundafue: “pobre o inferior”, y la últimafue: “que vive avergonzado osobajado”. Cuando Jesús habló deser humilde, no se refería a serpobre o inferior, ni de serhumillado y mucho menosavergonzar a alguien. Él hablaba deser humilde en el sentido de“manso, modesto, dócil,respetuoso, sumiso, manejable,aprensivo, pasivo y sin

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pretensión”. Dios va a mostrarle supropósito y el camino a su vida,pero necesita que usted esté en Sujusticia, porque cuando Dios afirmaalgo en Su Palabra, sin duda lo vahacer; si no lo ha hecho es porqueusted no está preparado parasostenerse con la grandeza que leva a mostrar. Él es muy gigante parausted, de modo que usted necesitaser fuerte para que no se asuste delo inmenso que es.

“¡Sufres porque quieres!”; ¿seacuerda de ese dicho que escuchaba

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cuando era niño? Mi papá y mamásiempre me lo decían. Sólo serequería unos minutos para terminarmis tareas y después poder jugartoda la tarde. Pero en fin, yo no meproponía hacerlo y lloraba cuandomis padres no me dejaban salir ajugar. Yo me complicaba la vida ynadie más tenía parte en estasituación. Yo misma me ataba unapiedra a mi pierna y me quedaba sinjugar.

Amar a Dios no es simplementedecirlo con la boca o, como les

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mencionaba, ir a la iglesia, cargarla Biblia, leerla, o hacer buenasobras, sino que hay que seguir elmandamiento más importante:amarlo de todo corazón, con todo suser y con toda su mente. Yo tengouna amiga que siempre me estárecomendando libros para leer ysiempre tiene un versículo de laBiblia para cualquier situación queesté pasando. Pero lo raro es quesiempre está en derrota, porque loque ella sabe para otros no loaplica a su propia vida.

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“No podemos sólo ser oidores y nohacedores”.

Santiago nos dice que el que sóloescucha la Palabra, pero no la poneen práctica, es como el que se mirael rostro en un espejo y después demirarse, se va y se olvida enseguida de cómo es.

Abraham fue un hombre de fe al queno le gustaba complicarse la vida.La fe que él tenía en Dios era tantaque Dios lo consideraba su amigo.La prueba que Dios le mandó a él

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no era pequeña, sino de dolor:sacrificar a su propio y único hijoIsaac. Abraham sabía que si nohubiera obedecido a Dios, se le ibaa complicar la vida. Él era testigode lo que les pasaba a los quedesobedecían; sin embargo, decidiócreerle a Dios, porque confiaba enÉl.

Hay que poner nuestra confianza enDios, pues Él es nuestra únicaseguridad y respuesta a todasnuestras dudas. Sacar la cabeza ymirar la superficie del mar no es

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algo malo; todo lo contrario, porquequien lo hace puede ver la luz e,incluso en los momentos en que nosienta que tiene su cabeza arriba delagua, esto se debe considerar unaalegría, pues es una prueba denuestra fe. Cada día que yo vivo,sea con mi cabeza arriba del agua odebajo, sigo confiando en Su lindoamor y no necesito una voz audibleo un relámpago del cielo, sinosencillamente leer y actuarconforme a Su Palabra y creer queen cualquier situación que me

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encuentre, sea fácil o complicada,¡confiaré en Él!“Nunca olvide que los momentoslindos son para hacernos sonreír

y los difíciles, para hacernosfuertes”.

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Capítulo DosGUARDIÁN DE MI

CORAZÓN

Recuerdo una noche -que consideroinolvidable porque, a pesar de serun momento difícil, me hacereflexionar en lo que Dios hace enla vida de uno sin merecerlo- enque estaba en un punto muy bajo demi vida. Esa noche tuve unaconexión íntima con Dios, pues Él

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sabía que este instante no era parasólo sentir una presencia, sinomirar Su presencia. Yo no entendípor qué Él se presentó en esemomento, aun cuando todo en míera malo; no había nada bueno enmi vida y todo estaba quebrado enmil pedazos. Sólo lloré y no dijenada por un tiempo; sentí Su abrazoy Su calor. Entonces le pregunté porqué insistía en estar cerca de mí. Élme dijo que lo quebrado erasimplemente para mi bien, pero lafuerza en mí era para Él. En ese

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momento no entendí lo que quisodecir, pero ahora lo comprendo.

Muchos de nosotros estamosesperando tener una vida perfectapara que Él nos abra la puerta.Algunos lo usamos como excusaporque tenemos miedo a confrontarlos retos. Sin embargo, Dios sóloespera un corazón dispuesto parahacer Su Voluntad. Cada uno denosotros tiene un propósito; enefecto, nadie en este mundo naciópor coincidencia. Tal vez usted esuna persona a la que se le dijo que

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fue un accidente cuando sus padresse embarazaron; no obstante,deseche esa mentira, porque lapersona que lo dio a luz no sabíaque en el plan de Dios usted yaestaba formado y decidido. No hayexcepción de humano, pero sí hayexcepción de valor y cumplimientoporque todo depende del corazón,del querer hacer algoextraordinario. ¿Ha pensado algunavez por qué Dios está usando aalguien de una forma?, pero a ustedno le ha dado nada. Déjeme decirle

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que Dios ya le ha dado laoportunidad, pero que usted no lahaya usado es su problema. Lo quepasa es que se ha acostumbrado auna vida de fantasía y vivir larealidad le asusta. Los planes deDios son vivencias en la realidadporque Él es real. ¿Quién es usted? Es la perfeccióndel Creador. Cuando Él lo hizo, locreó de una manera en que nadiepudiera imitarlo. No existe otrapersona como usted, aunque la

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ciencia quiera inventar, porejemplo, un clon, que desde luegono sería usted, pues es el original.Mire la imprenta de sus manos: noexiste ese diseño en las manos deotra persona. Mire sus ojos: noexiste esa mirada en otra persona.Esto quiere decir que Él tomó sutiempo en hacerlo, formando todosu cuerpo, parte por parte, y al finalsonrió cuando vió su trabajoterminado. Antes de que se fuera formando,

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usted ya tenía un propósito para suvida. Luego, Él lo puso en la tierray la vida cambió su destino. En esemomento, usted sintió que no habíarazón alguna para existir y que Diosse había equivocado en traerlo aeste mundo. Sin embargo, Él nuncase equivoca y todo lo que hace esperfecto. Lo que pasa es quevivimos en un mundo en donde ircontra la naturaleza es normal y ledecimos a Dios en todo momentoque somos infelices. Si quiere saberquién es usted, va a tener que

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aceptar primero lo que es larealidad de usted mismo. Si mepregunta si ya sé quién soy,infortunadamente le diría que mefalta poco en aprender más de mí.Una de las cosas con que másbatallo es perdonarme a mí misma yeso es lo que me detiene parasuperarme en varias áreas de mivida. Lo más gracioso es que puedodar un consejo y cambiar su modode pensar en cómo perdonarse, perocuando se trata de mí, es muydifícil. Recuerdo tiempo atrás, en

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consejería, que le preguntaba a misicóloga por qué sentía que Diosperdonaba a todo el mundo menos amí; su respuesta fue que yo no meperdonaba a mí misma. Eso era unaactitud fuera de razonamiento, puesel problema no consistía en que yono me perdonaba, sino que queríaser mártir para tener una excusapara quedarme en el lugar en dondeestaba. Yo sabía que si aprendía aperdonarme tendría que tomar otroelevador al próximo nivel, y estome asustaba.

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Cuando vivimos en una fantasía, esfácil existir, pero infortunadamenteno es la fantasía la que nos ayuda,sino la realidad; entonces, lo quehacemos es ignorar la realidad,pero eso es vivir en una negación.La realidad es lo que nos definecomo persona, porque es lo que es.Repito lo que siempre he creído:“Los momentos lindos son parahacernos sonreír, pero los durosson para hacernos fuertes”. Mejordicho: “La fantasía es parahacernos soñar, pero la realidad

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es para definirnos”. Tal vezpareciera que no tiene sentido loque acabo de escribir, pero es larealidad; de no ser por losmomentos difíciles, noapreciaríamos los momentos lindos.En otras palabras, si no fuera porlos momentos difíciles, nuncatendríamos momentos lindos.Conocemos momentos bonitosporque hay momentos difíciles. Yole doy gracias a Dios por losmomentos lindos que me hapermitido pasar y que son muchos,

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pero más gracias le doy por losmomentos duros, que son los queme han dado los momentos máslindos. Yo entiendo que la realidadpuede ser algo espantoso paramuchos, pues tal vez no queremosentender que estamos en unasituación que podemos cambiarporque nos da miedo saber cómoseríamos en la realidad o cómopudiéramos sobrevivir un estadoque no hemos vivido en años.

Escuche bien lo que le voy a deciren este momento, porque puede ser

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lo más importante de su vida:“Usted fue formado por Dios enla REALIDAD, no en una IDEAque el mundo ha plantado en su

cerebro”.

Hoy en día vivimos en un mundo endonde nuestra identidad está basadaen las ideas de los hombres y se nosolvida completamente quiénessomos. Dejamos que una personadestruya nuestros sueños de añoscon una sola palabra y tambiénpermitimos que alguien determine

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cómo nos vamos a sentir en un día.Esto suena como una exageración,pero así es como vivimos ahora. Latelevisión les dicta a los niños,adolescentes, jóvenes y también alos adultos, cómo vestir, cómohablar y cómo pensar. A mí esto mesuena como a un robot que no puedeatender sus propios pensamientos oideas. Posteriormente viene lainseguridad, pues si no podemos sercomo alguien más nos dice queseamos, nos frustramos y nossentimos fracasados. Imagine que

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Dios puso en usted una fuerzaincreíble para superar sus temores ysus debilidades, y lo que le hemosregresado por Su bondad es unmenosprecio de todo lo lindo queÉl ha hecho por usted.

Recuerdo ser una mujer muyinsegura, que tropezaba con mispropios pies y sentía que tenía queser lo que otros querían de mí, no loque Dios esperaba de mí. Empecé afrustrarme porque sentía que mivida estaba bajo tanta presión delos demás, que se me había

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olvidado que lo que importaba eralo que Dios pensaba de mí y que mipropósito se cumpliera.

Lo que más me duele ahora es vercuando alguien decide vivir lossueños de otro para no ofenderlos;aunque esa persona no esté feliz, hadecidido vivir en una fantasía, puesesto hace que el problemadesaparezca; sin embargo, nodesaparece: sólo se cubre y con eltiempo surge.

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Sane la herida de raíz; no utilicepomadas

Recuerdo una historia que me contómi papá acerca de un hombre que sehabía quemado un brazo y no se lohabían tratado apropiadamente;entonces, con el tiempo le empezó adoler mucho sin saber por qué. Depronto, él fue con doña Chole a quese lo curara, pero ella no eradoctora y sólo le untaba unapomada para aliviarle el dolor yhacerlo sentir bien por el momento.Regresaba con doña Chole a toda

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hora para que le siguiera untandoesa pomada por encima de laquemadura. Pero un día, mientrasestaba en su dolor, un hombre le vioel brazo y le dijo que tenía quetratarse la quemadura o de locontrariar lo perdería. El hombreera un doctor y se ofreció paracurarlo, pero no con pomadasrefrescantes, sino con un cuchillopara sacar lo que tenía debajo de lasuperficie de la piel. El hombregritaba porque no aguantaba eldolor, pero cuando vio los gusanos

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y su carne carcomida por dentro, seasustó y, aunque era un dolorinaguantable, se dejó curar deldoctor porque sabía que conocer larealidad era lo único que lo iba asalvar, a pesar de que quedaría unacicatriz.

¿Sabe por qué le cuento estahistoria? Porque es exactamente loque nos pasa cuando vivimos en unafantasía y tratamos de ignorar eldolor. Les ponemos una pomada anuestras heridas, pues se siente bienpor un momento, pero luego

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tenemos que repetir el procesoporque no es algo real y el dolorcontinúa cada vez que la realidadsurge. Antes del presentemaravilloso que Dios me ha dado,yo tuve que sacar primero todos losgusanos de mi vida con un cuchillo.No fue fácil, pero cuando comencéel proceso y empecé a mirarcuántas cosas malas había en mivida, no me importó el dolor, ni laoperación que Dios tuvo que hacerpara poder llegar adonde estoyahora. Le puedo contar, también,

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que Dios no usó anestesia: lohicimos a las bravas, pero sólo asípude entender cuánto me ama Diosy las cicatrices me enseñaroncuánto Él me necesita.

¿Quién dice que el pasado es paraolvidar? Una cosa es dejar que elpasado nos guíe a nuestro destinomarcado y otra cosa es permitir queel pasado nos lleve a nuestrodestino. No tiene nada de malorecordar algo del pasado, aunqueno sea una cosa buena, paraayudarle a seguir en su camino

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recto. Pero sí es malo recordar elpasado para seguir viviendo en suenojo, en su tristeza y en suamargura. Un ejemplo que me gustausar es la situación de un amigo quetengo. Él me dijo que fuemanoseado sexualmente por unfamiliar y esto lo llevó a laprostitución homosexual. Aunque élya le había pedido a Dios queentrara en su corazón para dejar devivir esa vida, todavía dejaba queel pasado lo llevara a su destino. Sumemoria del pasado lo torturaba y

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le impedía tener paz. La cicatriz nole permitió recordar cuánto loamaba Dios, al punto de sacarlo deesa situación, sino que le recordó elsufrimiento que pasó. Él mepreguntaba cómo podía usar elpasado como una fuerza en su vida,de modo que yo le comenté quedebía mirar su situación como unaescuela para ayudar a otros queestaban pasando por circunstanciassimilares. Recuerdo que me mirómuy confundido porque no teníasentido decir que Dios hacía que

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pasáramos por estas situacionespara ayudar a los demás. No tengola respuesta para esa preguntaporque hay cosas que Dios hace queno entiendo, pero le planteo losiguiente: su situación, obviamente,ya pasó, de modo que usted tienedos opciones: o sentarse y darselástima toda la vida y vivir enamargura, o levantarse y ayudar aalguien que está pasando esa mismasituación que usted padeció. Yo nolo puedo ayudar, pero usted sí.

Imagínese cuánto tiempo perdemos

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en nuestra propia dolencia, peroalguien en ese momento precisanuestra ayuda. El sentimiento másbonito para mí hasta ahora ha sidoestar allí para alguien más y darleesas palabras que necesita escucharal momento. Cuántos de nosotroscantamos canciones en la iglesiadiciendo que queremos ser máscomo Jesús, aunque todo lo que Élhizo fue estar allí para otros y esoes lo que lo hacía feliz. Una cosaque me encanta recordar es cómoJesús usó su pasado; Él dejó que lo

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guiara, pero no que lo llevara.Imagínese todo lo que le hicieronantes de morir por nosotros. Lotorturaron, lo amenazaron, lobofetearon, le colocaron apodos, seburlaron de Él y le escupieron lacara, pero Él sabía que ese pasadole daría una solución a su vida, demodo que las cicatrices que lequedaron le recordarían cuánto leama. Mire lo que un pasado tristepudo hacer para todo el mundo: Éles el doctor que usa cuchillos parasacar todos los gusanos y deja las

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cicatrices sólo para recordarnos lobueno que hay en nosotros, puessólo quiere ver que usted quiera larealidad y la viva con dignidad.

No tenga miedo de vivir lo que esporque Dios ha dicho que usted esSu creación y que está orgulloso delo que ha formado en usted. Desecuenta de una cosa: si hay algo queDios nunca hace es decir mentiras. Si a usted vivir o morir le da igual,entonces usted no está viviendo.Recuerdo una vez que pasé por un

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momento de desesperación en elque sentía que gritaba, pero nadieme escuchaba. Me parecía estarhuyendo de la realidad, pero en fin,ésta siempre me alcanzaba. Pensabaque mi vida no tenía sentido y lamuerte se me aparecía más y máscada día. Había quedado muydecepcionada con gente importanteen mi vida y con la religión. Estabaen una depresión tan profunda quesabía que necesitaba ayuda, peroera imposible salir del lugar endonde me encontraba; así que pensé

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que no podía existir con tanto dolory traición en mi vida. Ya habíaperdido la confianza en el serhumano y, como pensaba que Diosya no me amaba y que no queríanada conmigo, me cerrécompletamente a la vida y empecé avivir como una momia sin rumbo,sin sentido. En consecuencia, miespíritu decayó tanto, que, incluso,mi cuerpo físico quedó con muchodolor y una prescripción depastillas resultó en una adicción.

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Como si mi angustia no fuerasuficiente, empecé a destruir micuerpo y mi mente con esa droga,de modo que sentía que me alejabamás y más de un estado derazonamiento. Pero esa noche, quenunca olvidaré, vino Dios arescatarme de ese abismo negro.Nunca se me ocurrió pensar quetodo eso por lo que estaba pasandosucedía para prepararme para estosdías que ahora estoy viviendo.Todos esos momentos en que ledecía a Dios que ya no aguantaba,

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yo sé que Él me estaba viendo conuna sonrisa y me decía que todo ibaa estar bien. Lo que a mí me encanta de la vidaes que para todo hay una solución;así lo hizo mi Creador. Él sabíatodo lo que iba a suceder, pues paraÉl no existen las sorpresas, peropara nosotros sí. Tal vez usted estáleyendo este libro porque estábuscando una solución o un rumbopor donde tomar. No pretendoahora tener todo asegurado porque

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sé que todavía me falta bastante,pero sí puedo decir que lo entiendo,dado que yo he estado en ese puntode buscar un nuevo comienzo.Imagínese que en este momento yono hubiera pasado por situacionesdifíciles; entonces ¿qué autoridadtendría para estar escribiendocanciones que no me constan?¿Cómo podría hablar de un corazónroto, si nadie me lo hubieradestrozado? ¿Cómo podría hablarde la soledad, si nunca la hubierasentido? El objetivo en la vida de

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los hijos de Dios es estar en esepreciso momento cuando alguien lonecesita. Para mí no existen lascoincidencias; para todo hay unarazón. Cuántas veces me han dicho:“Escuché tu canción en el momentomás duro de mi vida y pudeentender el amor de Dios”. Cuandoescucho estas palabras, sé que miexistencia está cumpliendo supropósito. Siempre me he dicho que el día enque yo sólo me preocupe por mí

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misma, estaré en peligro, porquecuidar solamente de mí sería unalocura. Por eso, le hallo mássentido a preocuparme por otros,pues así le obligo a Él a que mecuide. El egoísmo

Un problema muy grande quevivimos hoy en día es el egoísmo.Nuestros inconvenientes están enprimer lugar y sólo nospreocupamos por cómo los vamos aresolver. Sin querer, nos volvemos,

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lo que llamo, “ateo temporal”,pues se nos olvida que el Único quepuede resolver nuestras dificultadeses Dios. Actualmente la depresiónes el problema número uno en elmundo debido a que dejamos tantasheridas abiertas, que no lasqueremos cerrar porque nos encantavivir en la lástima y en el “yo, yo,yo”. Le aseguro que en el momentoen que deje de preocuparse porusted mismo, sus heridas cerrarán yse convertirán en cicatrices, demodo que se enfocará en ayudar a

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otros con sus problemas; ese será elmomento en que va a ser feliz y yano va a tener que tomar pastillaspara la depresión. ¡Es tan fácil! Nopiense en la gravedad de suproblema, pues Dios sabe por loque ha pasado. Piense en cómo eneste mismo momento puede haceruna diferencia en la vida de losdemás y verá qué lindos colorestiene el mundo cuando su corazón leabre la puerta al verdadero amor. Un verso que me encanta es

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Proverbios 4:23: “...sobre todacosa guardada, guarda tu corazónporque de él mana la vida”. Lo queestá en su corazón es lo que sale ensus acciones, sus pensamientos ysus ideas. Mi corazón no estabaguardado, por eso quedé en eseestado en donde dejé que lassituaciones y personas me robaranmi felicidad. Ahora, si me preguntaqué siento cuando escucho que lagente dice barbaridades de mí, lecomento que me causa risa, porqueya mi corazón está guardado. Claro,

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esto no fue algo que logré de un díapara otro; me tomó el tiempo quenecesitaba para, primero, curar lasheridas y, luego, saber combatirlo.Lo pongo en los siguientestérminos: en el momento en queentienda Quién es su Papá y cuánespecial es usted, será muy difícilque alguien lo afecte, porque Diosya lo definió. En el mundo siemprehabrá gente que quiera lastimarlo ojuzgarlo, pero recuerde que si Jesúsfue juzgado, aunque era perfecto,quiénes somos nosotros para

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escapar de esto. Por supuesto, estasituación duele, especialmentecuando se lee por internet unamentira o una idea que alguien seinventó porque no tenía nada másque hacer. Como me lo dijo mipapá, así lo digo también: “Valemás que se sienten porque se van acansar”. Dios siempre lo va a respaldarcuando esté de acuerdo con Suvoluntad, aunque a los sereshumanos no les guste. No podemos

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parar y explicarle a todo el mundoqué es lo que estamos haciendo,porque no van a comprenderlo,pues no tienen visión. Pero alguiencon visión, aunque no sea la mismasuya, va a comprender, porque elCreador de las visiones es Élmismo. Yo sé que no heaprovechado como ahora quisieramuchas oportunidades que se mehan presentado. En efecto, habíamomentos cuando me paraba y leexplicaba a la prensa o a unapersona qué es lo que quería hacer.

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Sin embargo, ese fue un gran errorde mi parte, porque eso fue tiempoperdido. Imagínese que cuando Jesúscaminaba en esta tierra, se hubieradetenido para explicarles a losfariseos el plan de su Padre. Ellosno le habrían creído, de todasmaneras, y esa distracción habríaimpedido que cumpliera SuPropósito. ¿Cuántos impedimentos hemos

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tenido en nuestra vida? ¿Cuántasveces era el tiempo exacto paracumplir un propósito del Cielo,pero una persona o un oficio lointerrumpió? Tenemos que acordarque el tiempo de nosotros no es elde Dios. ¿Cuántas veces su estrellaha estado esperando para que mirehacia arriba y se fije que ya no hayneblina? Lo realmente triste es quehan sucedido muchos de esosmomentos, pero estamos tanocupados en nuestras propiasansiedades (que no son

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ocupaciones), que nos perdemosdel Plan Perfecto de Dios. Cuandogastamos tiempo en la lástima,habría que decir que ya no hayesperanza y entonces nos damos porvencidos. Es el momento para que dejemostodas nuestras emociones, puessiempre nos van a engañar y nosvan a dejar en medio de un dolorinnecesario. Ya es tiempo deponernos de pie y decir: “¡Y qué, síme lastimaron! ¡Y qué, sí me

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abusaron!” ¡Y qué, sí me quitaronmi inocencia! ¡Y qué, sí meabandonaron en mi niñez! ¡Y qué, sídecidí cambiar mi sexualidad!”.Dios está conmigo y Él es un Diosde oportunidades! Es tiempo dedejar que Él cambie y controle mivida, no mis emociones.

“Dios no trabaja con emociones,

Él trabaja con decisiones”.

Que digan lo que quieran de usted ode mí; nuestro corazón estaráguardado en las manos de Dios. Yo

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no me baso en las ideas de los sereshumanos, ni las tradiciones, sólomiro al Cielo y, aunque hayaneblina, espero con paciencia quedesaparezca, pues sé que allí estámi Estrella y mi Ayuda. En Sucorazón nace una idea, a Su ladoestá su ayuda, y en el Cielo está surespuesta. Sólo pídale al guardiánde su corazón que le deje entrar.

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Capítulo TresME AMAS

Me he dado cuenta de que muchosde nosotros caminamos con lacabeza agachada. ¿Será porque noshemos acostumbrado a serevaluados por el ser humano y nopor nuestro Creador? ¿Será que lehemos hecho demasiado caso a laetiqueta que el ser humano nos hapuesto? Lo más triste de estaconversación es que no hemos

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entendido el valor que cada uno denosotros lleva, sólo porque fuimoscreados con las manos del Dueñodel mundo.

Un día estaba conversando con unasamigas cuando de pronto se mepresentó un pensamiento positivoacerca de mí, que expresé ante unade ellas; sin embargo, otra me dijoque yo parecía ser una mujerpresumida. Me quedé confundida alpensar por qué ese comentario lehabía generado una mala impresión.Cuando ellas se fueron, fui a

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contarle a mi esposo lo que habíapasado, porque me sentía mal y yoen ninguna manera había queridoofender a nadie. Él me ayudó arecordar la mujer que yo fui tiempoatrás: no siempre pensaba bien demí, ni tenía valor para decir cosasbuenas de mí; por el contrario,siempre me juzgaba y me criticabaal punto de no poder mirarme en elespejo. Es allí cuando me di cuentade que no era que ellas pensabanque yo era presumida, sino queellas estaban acostumbradas a

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conversar con mujeres que no seevalúan. Recuerdo aún que, cuandoen el colegio todas las muchachasnos juntábamos, en el baño o en uncuarto, todo en nuestrasconversaciones giraba en torno acómo nos disgustaba algo denosotras. Esto ocurría simplementeporque el ser humano ya nos habíacategorizado.

Cada uno de nosotros sigue siendoun diseño especial y sirve para algodiferente. Ninguno de los 6 billonesde seres humanos en este planeta

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funciona igual. Todos somosdiferentes. Es importante entenderesto para poder vivir, pues ustedsólo puede hacer aquello para loque fue creado: “Tus ojos vieron micuerpo en gestación; todo estabaya escrito en tu libro; todos misdías se estaban diseñando, aunqueno existía uno sólo de ellos”. Enefecto, David entendía el valor desu existencia. Sin embargo,¿cuántos de nosotros ahora vivimossin entender lo que valemos?

Sin duda, todos tenemos una tía

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chismosa, en exceso imprudente,que nos dijo algo hace muchotiempo que todavía resuena ennuestra mente; o tal vez en algunaocasión sus padres le dijeron queusted había sido un accidente, o supareja lo dejó por alguien que,según él o ella, era mejor que usted.No importa la situación, todas estasevaluaciones de los seres humanosson inválidas y no cuentan. Si suCreador no lo dijo, entonces todoes mentira. ¿Qué quiere decir esto?Pues la respuesta es fácil; mírese en

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el espejo todos los días y diga:“¡Pero qué hermoso(a) serhumano(a) me hizo mi Creador!

Todos queremos ser importantes,pero el desafío siempre ha estadoen lo que nuestros ojos miran onuestros oídos escuchan. La únicamanera en que yo pude reconocermi valor fue dejando que mis ojosse volvieran borrosos a las cosasde esta tierra y mi mirada fueraclara para las cosas de mi Dios. Simi vista estuviera simplemente enlas cosas de aquí, yo no podría

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hacer lo que hago. En efecto, contodas las críticas de todos losreligiosos que les encanta juzgarme,ya habría tirado la toalla, debido aque sus palabras me habrían heridoy etiquetado.

Valoremos nuestro diseño

Ahora vamos a ver por qué esimportante el conocimiento denuestro valor como el primer pasopara caminar hacia nuestro diseño.La mayoría de nosotros le tenemos

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miedo al cambio y por eso noshacemos complacientes en unarutina. Luego, alguien nos introduceal plan de salvación y nos prometeque si aceptamos, viviremos enprosperidad y honra, de modo queDios nos dará todos los deseos denuestro corazón. La sangre deJesucristo nos da ese perdón ygracia que necesitamos para poderllegar al Padre y restablecer nuestrarelación con nuestro Creador. Perohay mucho más que sólo creer. Elpróximo paso es hacer. Santiago

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1:22 nos dice que la solución nosólo está en escuchar, sino tambiénen practicar.

La gracia de Dios es suficiente parallevarnos al Cielo y darnos eseperdón que día tras día buscamos.Creer en Dios es lo que nos da lagracia, pero amar a Dios es lo quenos lleva a la prosperidad. Cuandoamamos a Dios, estamos enobediencia con Él. Así pues, si yolo invito a mi casa, voy a esperar aque llegue y toque el timbre; pero sisólo está parado afuera y no toca,

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yo no voy a saber que usted hallegado. Muchos tomamos el versoen que nos dice Jesús que sitocamos se abrirá, como una loteríade millones de dólares. Pero enrealidad, Él hablaba de tocar lapuerta de la casa adonde fueinvitado para que pueda conocer supropósito en esta vida. Sinembargo, la misma preguntacontinúa: ¿Me amas? Todosnacimos con una cantidad deherencia de nuestro Padre, ¡Él sinos Ama! Pero la inquietud es si lo

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amamos a Él suficientemente paraentender que, pase lo que pase, lascosas suceden por nuestro bien.Esos momentos difíciles seránprueba de que podemos pasar porel fuego y no abnegarnos a las cosasde los seres humanos más que a lascosas de Dios. No todo lo que Diosme ha pedido hacer, lo he hechocon una sonrisa o con gusto. Haymomentos en que reniego y memolesto. No todo lo que Dios pidade nosotros nos tiene que gustar,pero lo debemos hacer para ver el

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propósito por el cual fuimoscreados.

(Mateo 21:28-31): “¿Qué lesparece?” continuó Jesús.“Había un hombre que teníados hijos. Se dirigió alprimero y le pidió: ‘Hijo, ve atrabajar hoy en el viñedo’.‘No quiero’, contestó, perodespués se arrepintió y se fue.Luego el padre se dirigió alotro hijo y le pidió lo mismo.Este contestó: ‘Sí señor’,pero no fue. ¿Cuál de los dos

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hizo lo que su padre quería?’.‘El primero’ contestaronellos. Jesús les dijo: ‘Lesaseguro que los recaudadoresde impuesto y las prostitutasvan delante de us- tedes haciael reino de Dios”.

Al primer hijo no le gustó lo que supadre le pidió, pero lo amaba y sepreocupó por sus sentimientos. Alotro, que le respondióafirmativamente a su padre, pero noactuó consecuentemente, no leimportó haberlo lastimado. La vida

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no se trata de cuántas veces ledices “SÍ” a lo bueno, sino decuántas veces practicas el “SÍ”.

Si una persona quiere perder pesoporque ya no quiere ser gordo, sólodecir “sí” y comprar el programade dieta no bastará para lograr sumeta. Es solamente con la prácticacomo va a ver un resultado.

“Además de decir que amas aDios, tienes que demostrarlo”.

Cierto día estaba mirando unprograma que presentaba a una

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mujer que pesaba 600 libras. Ellanunca quería salir de la casa,porque sabía que la iban a criticar.Con el miedo de no querer serlastimada, seguía subiendo de peso.Así pues, un día acudió a unacompañía que se especializa en lasnecesidades de la gente obesa. Alprincipio, ella no quiso hacerloporque se le hacía muy difícil, peropor fin cedió y empezó hacer lo quele dijeron. Ellos la ayudaronentonces a lograr su meta. Despuésde esta experiencia, lo primero que

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ella dijo fue: “No era fácil”. Sinembargo, ahora entiende que supropósito es ayudar a otros con elmismo problema. Imagínese si nohubiera obedecido: todavía estaríaen su cama viendo televisión y sehabría muerto sin conocer supropósito.

El enemigo sabe muy bien lo queusted vale, porque él está muyfamiliarizado con nuestro Creador yel Cielo. Él ha venido a robar todolo útil para que nosotros novivamos conforme a nuestro diseño.

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El enemigo no desea que ustedacepte el plan de salvación, porqueeso lo liberará de él. De hecho, élodia más cuando usted vive enobediencia hacia su Rey, pues estono sólo lo libera a usted de lamaldad, sino que destruye su reino.Existe un libro con su vida yaescrita. Existe un plan que debemosestar siguiendo. ¿Cuántos denosotros no hemos abierto el libroy, muchos menos, lo hemos leído?

Recuerdo que cuando escuchaba aalguien decir que no creía en Dios,

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lo primero que quería hacer eradarle con una vara para quitarle lanecedad. Pero con el tiempo Diosme fue enseñando que, primero, laviolencia no funciona y, en segundolugar, Él todavía los ama. Tambiénme enseñó que sus actitudes eran unreflejo de lo que ellos piensan quevalen.“En la mente de un ateo no cabela idea de que alguien tan grande

puede existir y amarlo tanto,puesto que sienten que no lo

merece”.

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Si usted le pregunta a un ateo porqué no cree en Dios, él le dará larespuesta más inteligente, según sucapacidad; sin embargo, nuncapodrá darle una razón definitivaporque esta reacción es sólo unadevaluación que él cargaprofundamente en su corazón; asípues, nunca lo podrá admitir, dadoque eso le implicaría tener quevalorarse.

Un día un hombre que atendíaseminarios de Asociación de ateos(créame, sí existen) me dijo: “¿Por

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qué usas esa cruz en tu collar? Yono creo en Dios”. Yo le respondí;pues Él sí cree en ti y te ama comonunca lo podrás imaginar. Con esoél no me pudo contestar nada más y,como dice el Salmo 14:1: “Dice elnecio en su corazón: no hay Dios”.Es pura necedad. La necedad no sepuede defender.

Para mí ha sido un placer conocer agente que me ha ayudado acomprender que, aunque loscaminos no parecen lindos, eso noquiere decir que estamos en un

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lugar equivocado. Así como el oroes probado con el fuego, también ennuestro corazón tiene que pasar lomismo.

Recuerdo un momento cuando nosabía por dónde iba y le clamaba ami Dios que me ayudara, pues todoera oscuro. Cada vez que me parabapara seguir adelante, había unapared que me bloqueaba. Lo únicoque escuchaba era a Diospreguntarme si Lo amaba, a lo queyo respondía: “Sí”. Entonces mevolvía a levantar, pero de pronto

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me pegaba contra otra pared, demodo que escuchaba nuevamente:“¿Me amas?”, y yo le respondíaotra vez: “¡Sí, con todo micorazón!”. De repente, sentí uncalor que me llenó y me dijo:“Camina conmigo”. El únicoproblema en ese tiempo era que miautoestima estaba por el suelo. Yono me sentía merecedora decompartir camino con Él. Lareligión me había recordado todoslos días que Dios no me quería pormis errores. Para mí era imposible

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caminar en los mismos pasos de miCreador. Todo en mi vida se habíadestrozado y el amor se habíaconvertido en una olla de ácido.Nada en mi vida tenía sentido. Lasoledad me rodeaba, así quebuscaba personas para que meayudaran con el vacío que sentía.En las noches, sola, acostada en mihabitación, lloraba porque nofuncionaba.

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Capítulo CuatroYO TE VOY ADEFENDER

Hacía un día muy caluroso cuandoregresábamos de un viaje aCalifornia. Ya casi llegábamos acasa cuando mis padres vieron unpozo de agua en donde mucha gentese estaba bañando. Debido al calorque nos daba en el carro, se nosantojó meternos para refrescarnos.

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En ese tiempo mis padres sólotenían cuatro hijos y yo tenía tresaños. Todos empezamos a caminarhacia el pozo y, cuando llegamos,mi madre empezó a contar cabezas,algo que ella siempre hacía.Cuando volteó para contarme a mí,se dio cuenta de que yo ya noestaba, así que empezó a buscarme,pero no me encontró. Con esaansiedad de madre, escuchó decir ami hermana mayor, Lilian, queestaba viendo a una personanadando en el canal que se

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conectaba con el pozo. Mi madre sefijó y se percató de que esa personaera yo, entonces empezó a gritar.Mi padre, sin pensarlo dos veces ycon toda su ropa y zapatos, se tiróen el canal. Él intentó agarrar mibrazo, pero la corriente estabademasiado fuerte y no lo dejabaalcanzarme. Mi padre endesesperación empezó a orarporque observó que a un metroestaba el boquete por donde el aguabajaba y ya no había cómo regresar.De pronto mi padre sintió una

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fuerza sobrenatural que lo empezó aconducir hacia mí hasta que metomó en sus brazos. La corrientecomenzó a arrastrarnos y mi padrese encomendó en manos de Diosuna vez más. Él sintió una mano ensu espalda que lo empezó a empujarcontra la corriente y lo llevó hastala orilla del canal. Cuando me tomóen sus brazos para llevarme haciami madre, sintió mi cuerpo sin vida;de hecho, mi brazo colgaba comoalguien que ya estaba muerto. Mimadre, enloquecida por lo que

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estaba observando, empezó aclamar a Dios con todas susfuerzas, al igual que todas laspersonas que se habían acercado.De pronto abrí los ojos y miré atoda la gente que estaba llorando.Mi madre me abrazó, me diómuchos besos, pero luego meregañó. Lo que mi madre me cuentaque no entendió, fue que cuando mepreguntó si me quería meter otravez, le respondí que sí.

Esta historia fue un espanto real enla vida de mi familia, pero en el

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libro que fue escrito mucho antes deque yo naciera (Salmo 139:16) sólofue una pausa. Son muchas lasveces que puedo recordar cuando elenemigo ha intentado matarme,literalmente, pero son muchas máslas veces que puedo recordar todolo que mi Dios me ha guardado.

Cuando el enemigo sabe que ustedya no retrocede, empieza asofocarlo con amenazas que, paramí, sólo son señales de que sigo enel camino correcto. Recuerdo a unapersona que después de un

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concierto en donde había habladode mis experiencias, antes de cantarla canción ‘Ángel Guadián’, medijo: “Annette, como a ti te molestael diablo, ¿por qué a mí nunca memolesta? Yo vivo una vida muyfeliz y tranquila”. Allí me di cuentade que mucha gente está estancadaen un lugar, convencida de que esun lugar seguro. Son personas queno quieren confrontar situacionesporque tienen miedo de que alguienlos vaya a empezar a molestar. Lesvoy a ser sincera: no sé qué me

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mataría primero, la curiosidad deno saber por qué nunca lo intenté, oel aburrimiento de estar estancada.Aunque sólo tenía 13 años, eso nome detuvo a pensar que había algomás importante que sólo respirar.

Tal vez no le ha gustado escucharesto, pero ¡es la verdad! Si usted noestá haciendo algo para molestar aldiablo, no hay manera de que él sefije en su vida. Un ejemplo que megusta dar al respecto estárelacionado con el jugador debaloncesto Kobe Bryant. El equipo

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oponente sólo tiene una meta:detener a Kobe. La razón de esto esque si se lo permiten, él deja atodos atrás y gana el juego él solo.El equipo oponente no estápensando tanto en los demásjugadores, porque ellos saben quesi paran a Kobe, detienen a todo elequipo.

Un amigo mío se burla de míporque soy fanática de los Lakers.Un día me dijo que odiaba a Kobe yle pregunté por qué. Su respuestafue: “Porque es muy bueno”. Así

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mismo, no podemos tomarloofensivamente cuando el diablo nosodie, pues eso quiere decir que leestamos ganando a su equipo. Élsiempre va a buscar la persona quemás le estén llamando la atención.Por eso, no tome su vida sintormentas como una victoria, sinomás bien tómela como una alerta deque algo no está bien.“Acuérdese de que los momentos

tranquilos son para hacernossonreír, pero los momentos

difíciles sólo son para hacernos

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fuertes”.

Dios protege todo lo que le es útilpara cumplir los planes de nuestrasvidas. Dios puede usar su vidacomo fue planeada, pero Él tieneque tenerle confianza. En algunasocasiones he pensado: “Si sé quehay millones que no se hanequivocado en la vida como yo, hayotros tantos que no se enojan tanrápido como yo; entonces, ¿por quéyo, Señor? Después de haberreflexionado sobre estas cosas,Dios mandó una respuesta y me

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dijo: “Porque confío en ti y túhaces lo que te mando hacer”. Ahíestá la cuestión fundamental.Cuando Dios escribió el libro conSu diseño, ese diseño vino conprotección y recursos. Cuando ustedes un objetivo claro para elenemigo, no importa qué tamaño degafas tenga para apuntarle, pues élno le podrá hacer nada. Tal vez vaa sentir más fuerte los ataquescuando decida salir a pelear en suterreno, pero más fuerte es Él,Quien está en usted, que el que está

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en el mundo. Los ángeles que nosguardan siempre están a nuestradisposición. En efecto, de cuántospeligros Dios nos ha librado,incluso en momentos que ni siquierapercibimos.

En uno de mis conciertos enArgentina, mientras le decía a lagente que Dios los perdonaba y queel pasado ya era un asuntoolvidado, entre la gente estaba unhombre que me miraba con unosojos diabólicos y negaba con lacabeza. Tenía una media sonrisa y

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me apuntaba amenazándome que mecallara. Yo sabía que era elenemigo que estaba tratando deasustarme. Yo miraba a la gentellorar y aceptar lo que Dios lesestaba diciendo, pero él insistía endistraerme con sus gestos. Entoncesme agaché para acercarme más a ély le dije: “No te tengo miedo. Estásperdiendo y tu tiempo ya se acabó”.Mientras me volteé durante unsegundo para ponerme de pie, él yano estaba.

El diablo se nos va a presentar de

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diferentes maneras durante estavida, pero usted no debe temerle,pues cuando Jesús murió en la cruz,derrotó al enemigo y al pecado.Cuando usted aceptó a Jesús, Él lolimpió de todo mal porque SuSangre lo purificó y lo hizo válidopara tener el contacto con suCreador otra vez.

Así como Dios nos defiendeenviando a sus ángeles a nuestrorescate, así también nosotrosdebemos defender a nuestroCreador como sus hijos. Dios no

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necesita nuestra fuerza porque esTodopoderoso, pero sí deseanuestra fidelidad. Hay muchascosas que me chocan de laspersonas, pero ninguna más quecuando alguien le falta el respeto ami Dios. En ese caso yo me parocon coraje y lo defiendo.Ciertamente, muchos de nosotrosdecimos que somos hijos de Dios,pero no dejamos de apoyarprogramas de televisión en dondese cuentan chistes de Dios, conburlas hacia Él, o cuando estamos

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en el trabajo en donde actuamos deuna manera diferente porque nos dapena que nos vayan a decir queestamos locos por creer en Dios. Élno dijo que servirle iba a ser fácilen este mundo, pero sí prometió quenunca nos dejaría, aunque padre,madre, hijo, amigos, tías, tíos,primos, perros, etc., nos dejaren.

A todo tiempo nuestra fe tiene queestar en nuestro Creador. Losmomentos de necesidad no debenser los únicos en que vamos aconfiar en Él. Yo me he

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acostumbrado a darle todo elcrédito a Dios por todo lo bueno enmi vida. Un orgullo que yo siemprehe tomado ha sido que soy unamamá excepcional. En efecto,siempre me alagaba y trabajabaduro para que mis hijos tuvierantodo lo necesario. Además, no losdejaba ir a ningún lado, por másque me lloraran; pensaba que si noestaban cerca de mí, algo les iba apasar. Cuando les daba fiebre, mequedaba despierta toda la nochepara estar segura de que no les

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subiera más. En fin, a mi modo dever, era yo la que los estabaprotegiendo de todo mal.

Un día mi esposo y yo íbamos asalir por tres días. Se trataba de unviaje muy fuerte que Nikkolas, queapenas era bebé, no podía hacer.Mi suegra se ofreció a cuidarlo ymi esposo, con mucho gusto, dijoque esa era una buena idea. Yo meopuse y me rehusé porque eso noera algo que yo podría hacer; pormi mente empezaron a correrimágenes suyas con una fiebre o

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lastimado. Mi esposo, a pesar detodo esto, trató de convencerme,pero en mi aferración yo menegaba. Empecé a empacar lasmaletas de Nikko, cuando derepente escuché algo en mi corazónque me dijo: “¿De verdad creesque has protegido a tus hijos todoeste tiempo? Yo soy El que los haprotegido; tú no has hecho nadamás que darles lo que Yo te doy, yhacer lo que Yo te mando”. Mesentí redarguida y regañada y deje aNikko con mi suegros.

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¿Será que debemos amar a Diossólo por lo que Él hace pornosotros? Cada día he creado elhábito de conocer a Dios más ymás. No quiero amar a Dios porqueÉl manda a sus ángeles a que mecuiden o viene con muchosbeneficios; yo quiero amarlo sóloporque ese es mi deseo.

Una de mis historias favoritas estáen el libro de Daniel 3:1-25, endonde tres jóvenes no seavergonzaron de servirle a Dios,aunque eran de buen aspecto e

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inteligentes. Ellos vivían en el reinodel rey Nabucodonosor. Una vez,este gobernante decidió hacer unaestatua de oro. En la ceremonia,invitó a hombres de alta clase,incluidos prefectos, otrosgobernantes, consejeros, sátrapas,tesoreros, jueces, magistrados ydemás oficiales de las provincias.Imagínese: era como una cena dealfombra roja con todo Hollywoody las Naciones Unidas. Sinembargo, a Sadrac, Mesac yAbednego, a pesar de que estaban

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muy bien relacionados con todoslos invitados, no les importó suestatus, porque dentro de ellosexistía un único Dios. Eso erasuficiente.

Cuando sonó la trompeta para quetodos se arrodillaran a la estatua,Sadrac, Mesac y Abednego no lohicieron. Ellos decidieron creer enDios. Cuando el rey se dio cuenta,les preguntó por qué habíandesobedecido su orden. Surespuesta fue (Daniel 3:16-18):

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“No hace falta que nosdefendamos ante su majestad! Si senos arroja al horno en llamas, elDios al que servimos puedelibrarnos del horno y de las manosde Su Majestad. Pero aun sinuestro Dios no lo hace así, sepausted que no honraremos a susdioses ni adoraremos a suestatua”.

El rey mandó a sus soldados quelos arrojaran al horno, cuyas llamaseran tan fuertes que los mismossoldados murieron (Daniel 3:24-

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25):

“En ese momento Nabucodonosorse puso de pie, y sorprendido lespreguntó a sus consejeros: -Acasono eran tres los hombres queatamos y arrojamos al fuego? -Asíes su majestad- le respondieron.Pues ¡miren! – exclamó-. Allí en elfuego veo a cuatro hombres, sinataduras y sin daño alguno, y elcuarto tiene la apariencia de undios!”.

Sé que muchos que han escuchado

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esta historia se emocionan, porqueDios vino al rescate de estosjóvenes. No me malentienda, puesesto también me emociona a mí. Sinembargo, lo que más me llamó laatención fue el amor y deseo dedefender a su Dios, porque ellosestaban dispuestos a morir por Él.Ellos le dijeron al rey: “Si nosarrojas, nuestro Dios nos va asalvar, y aun si no nos salva… noadoraremos a esa estatua”. Sadrac,Mesac y Abednego no estaban enesta relación con Dios por

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conveniencia, sino por amor.¿Cuántos estamos dispuestos aseguir a Dios sólo por amor y nopor la conveniencia de que si loseguimos siempre nos va a guardar?

Amar a Dios no tiene nada que vercon religión, ni con lo que usted sepone; amar a Dios es algo que hacecon toda su mente, con toda susfuerzas y con todo su corazón.Ahora bien, amar a Dios viene conrecompensas. En efecto, es una listalarga de todo lo bueno que vienepor amarlo, pero esto no debe de

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ser el motivo por lo cual lohacemos.

“Las consecuencias de amar aDios son sus bendiciones, pero

éstas no deben ser el motivo paraamarlo”.

Cuando hablo con mi Dios, loprimero que hago es decirle por quélo amo, y en verdad no me hequedado sin palabras. La grandezade Dios es infinita: ¡cómo no poderamar a alguien como Él, si todo loque hace es maravilloso! Aunque se

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caigan las estrellas, yo lo voy adefender; aunque el sol se tornenegro y la luna desaparezca, ¡yo lovoy a defender!

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Capítulo 5BARCO DE PAPEL

Recuerdo que cuando era niña meencantaba hacer barcos de papel y,a la vez, hacerlos competir contraotros que hacían mis amigos. Megustaban mucho los colores que lesponía, aunque sabía que dentro deunos minutos ya no iban a existir.Como marinero que estuvieraconduciendo el barco, ponía la

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piedrita más liviana para que elbarco tuviera peso, pero a su vez nose hundiera. Bueno, ya sabemos quede niños tenemos la imaginacióngigante; en fin, eran de papel y elagua era su peor enemigo. Aunqueya soy grande, no puedo parar deimaginarme los barcos de papel queestoy viendo ahora. Algunos vienenen diferentes formas, pero tienen lamisma capacidad y fuerza de uno.Una mañana me levanté para tomarmi café, así que encendí el televisorpara ver las noticias; de pronto

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apareció un comercial queanunciaba una droga para la gentecon depresión. Me senté porquesiempre me intriga escuchar cosasraras que se inventa el hombrecuando ya no halla cómo hacer sudinero. La propaganda muestra auna mujer triste en el parque y a sufamilia triste con ella. Al final delcomercial, aparece un anuncio queafirma que cuando se la tomen, hayque tener precaución, pues hayefectos secundarios causados por ladroga: “Deseos de suicidio, vómito,

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náusea, dolor de cabeza…”, y siguecon más. Imagínese: le estánofreciendo algo para un problema,pero le producen diez más. Estetipo de ayuda para mí son barcos depapel, pues cuando le dan la mano,en realidad su peso hunde el barco.Esta es la tristeza que estamosviviendo ahora, pues nada es real ynada es permanente. Yo recuerdoque años atrás, cuando me sentíatriste y con depresión, pensaba queera una cosa mala. En vez de usarese momento para subir más en la

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vida, lo usaba sólo para quejarme ydarme lástima. Pero algo muychistoso siempre pasaba: cuandoestaba contenta, no tomaba la vidaen serio y se me olvidaba valorarla,pero cuando estaba triste, pensabaen lo bueno que era Dios conmigo.No quiero decir que cuando estabacontenta no pensaba en Dios, peroen nuestra humanidad a veces senos olvida que es sólo Dios que nossostiene. Mucha gente me hacontradicho afirmando que ladepresión no es algo bueno y que no

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es voluntad de Dios. Mi punto no esdecir que es bueno estar en eseestado, pero sí es bueno estar en unestado que nos hace recordar quetodo lo bueno viene de Dios. Yoconozco personas que siempre estáncontentos, pero ellos han afirmadosu fe y confianza en Dios y hanaprendido que en cualquier estado,bueno o malo, siempre estánconscientes de que Dios es larespuesta. Muchas veces lo hedicho: creo que soy la hija de Diosmás cabezoncita de todos, pero mi

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corazón continúa creyendo en Él yuso las situaciones que vienen a mivida, aunque no me gusten, para mibien y para subir a otro nivel.Para mí un nivel es importante,porque sé que tiene que ver con lonuevo que va a suceder en mi vida.Yo sé que suena raro que diga queespero las tormentas con ansiedad,pero es la verdad. Nunca falta quecuando miro esas nubes oscurasacercarse, cierro mis ojos y meencomiendo en las manos de Diosporque sé que Él es el Único que

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me puede ayudar a soportar latormenta. Es como mirar a mi papáque me está diciendo: “No tepreocupes, nenita, aquí estoy y nome voy a ir a ningún lado”.A los diez meses, mi bebé siemprese portaba de una manera cuando yoestaba cerca de él, pero en elmomento en que me alejaba secomportaba inseguro y no intentabahacer más de lo que podía. Cuandoestaba a su lado, él siempreintentaba pararse para dar un paso,pero si no estaba presente, él se

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quedaba en el mismo lugar y sólohacía lo mínimo, mejor dicho, loque puede hacer sin tenerme allí:acostarse. Lo mismo sucede cuandosé que Dios está a mi lado: tengo laseguridad de estar en medio de lastormentas. Pero si me aparto, sientoinseguridad porque miro algo fuerteque viene hacia mí y me da miedocombatirlo sola. A estos momentoses a los que me refiero: cuando nonos queda otra alternativa, siemprees a Dios quien acudimos. ¿Seráque pensamos que esto es una

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actuación que no le agrada a Él?No, ¡de ninguna manera! Usted,como padre, dígame: cuando su hijono hace su voluntad, verdad que eshermoso escuchar esas palabras:“Tú tienes la razón”. A mí meencanta cuando mis hijos menecesitan, porque sé que entonceses cuando uso mi papel de mamá.Dios nunca hace las cosas paracausarnos daño, siempre las hacepara nuestro bien. Hasta que noentendamos que es así, siemprevamos a usar los momentos en el

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desierto como una amenaza, demodo que nos vamos a hundir.Aunque siempre he pensado de estamanera, nunca había sabido cómoexplicarlo, hasta que alguien me loaclaró de un modo muy fácil: “Ladepresión es algo que nos pasacuando no estamos conformes en ellugar que estamos”. Esto quieredecir que Dios ha puesto ennosotros un sentir para querer subirmás y más en la vida. La depresiónempieza cuando no está en dondedebe estar. Que nuestros planes no

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se cumplan nos causa tristeza,porque para nuestro espíritu no esnormal estar en un estado neutral.Cuando yo voy a lavar mi carro yestoy apurada, me paso a la líneaexpress, pues allí no me debo bajar,sino simplemente poner mi carro enneutro, de modo que la máquina lolleva por todo el proceso dellavado. Por eso no me preocupo demirar por dónde voy, porque unamáquina lo está haciendo por mí.Sin embargo, cuando llego al últimoproceso en donde me están secando

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el carro, tengo que poner el cambioen M (manejo) y poner atención,porque ahora me toca conducir y elauto está en mis manos. Su vida talvez ha estado en neutro porque hausado muchas líneas express, asíque se ha acostumbrado a que todole sea fácil; pero es momento deque cambie el cambio (valga laredundancia), porque es tiempo deque siga adelante por su cuenta,pero, esta vez, en manos de Dios.Cada cambio que ha habido en mivida ha sido un propósito para mi

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bien. Cada vez que me encuentro enuna depresión, sé que es tiempo desubir. Ya Dios necesita que madurepara mi próxima fase de la vida.Cuando Dios nos creó, lo hizo conSu Poder y eso es lo que nosidentifica, “que somos algogrande”. Por lo tanto, tenemos queaprovechar lo que somos capacesde hacer. En usted está algo que talvez no ha podido ver, pero leprometo que allí está. Abraham y Sara

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Abraham y Sara son un ejemplo deque hay que creerle a Dios paralograr la bendición que ÉL promete.Cuando el Señor llamó a Abraham,le dijo que confiara en Él, ya que loiba a bendecir. Imagínese quecuando Abraham escuchó a Diosdecirle eso (lo que hace quecualquiera brinque y diga: “¡Sí!”),se entusiasmó, pero cuandoAbraham se dio cuenta de que eltiempo de Dios no era el suyo, sefrustró. ¿Cuánta depresión Abrahamy Sara tuvieron que pasar antes de

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la bendición? Cuando Sara se diocuenta de que no podía tener hijos,¿no cree usted que ella pasó por unadepresión? Claro que sí, porque noera una noticia buena. Y cuandoDios le pidió a Abraham quesacrificara a su único hijo (el quepor fin Dios ya le había proveído),¿no cree usted que le diodepresión? Claro que sí. Labendición iba a depender de cómoellos respondieran a estastormentas. Ya sabemos por quéDios le dio la bendición prometida.

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Pero ahora vamos a imaginar queSara entra en una depresión y queAbraham le consigue unas pastillaspara la depresión para que sesintiera mejor. Para mí eso seríadecirle a Dios que se equivocó yque no sabe lo que hace. Diosestaba usando esa situación dedolor, “estar estéril”, para que Sarapudiera ver lo grande que es suDios para cambiar la situación. Volvamos al barco de papelAhora vamos a regresar al barco de

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papel, ejemplo que nos puedeservir como una alerta para nuestrasvidas. Lo que el mundo le ofrezcasiempre va a ser algo llamativo yatractivo para que no lo piense dosveces. Cuando algo sea muy fácilde hacer, generalmente no leconviene. Todo lo que hemoslogrado en el triunfo nos ha costadobastante y por eso tenemos que sermás inteligentes en lo que hacemos.Hoy en día la gente vive en un marviolento, donde necesitamos ponerrienda a todo lo que está

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destruyendo su vida. Mi hijo Alexio y su IpodUn día mi hijo Alexio estaba en elinternet con su computadora; depronto le sale un anuncio de que sepodía ganar un Ipod gratis. Alexiose emocionó y me dijo que él se loiba a ganar. Yo le dije que tuvieracuidado con esos anuncios porquesiempre he creído que nada esgratis. Mientras él aplicaba paraganárselo, empezó a ver que teníaque registrarse para muchos

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magazines que tenía que comprar alaño. Claro está, Alexio se pusotriste cuando no le di mi tarjeta decrédito. Este anuncio del Ipod gratislo hicieron de una manera quehiciera que la gente entrara a estatrampa para venderles algo que noquerían. Lo mismo ocurre con todolo que ofrecen para la depresión: sepintan suave y le dicen que le danlas primeras gratis y, de pronto, seencuentra en una trampa de adicciónde donde es difícil salir.Por acá en mi país se dice que antes

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de firmar algo, siempre se debe leerla imprenta más pequeña, porqueallí es en donde siempre loengañan. Estamos tan apurados enla vida, tan afanosos, que no nosimporta leer la imprenta pequeña,así que cuando menos lo espera,está en un contrato del que cuestasalir. Todo el contrato de Diostiene el mismo tamaño de letra, nohay trampa y todo lo que Él nos hadado en Su Palabra es claro y nuncacambia.¿Por qué es que vemos tanta gente

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nadando hacia los barcos de papel?Aquí está la cosa: se trata de unmontón que está flotando cerca dela gente que se está hundiendo yaunque pueden mirar el barco dehierro que es Jesucristo, se les hacemuy lejos. Y aunque no sea lejos,prefieren lo fácil, porque el serhumano siempre quiere estar enneutro y no quiere laresponsabilidad de flotar y nadar.Cuando se encuentra una mujerrecordando su pasado porque deniña fue golpeada, los barcos de

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papel le ofrecen un remediotemporal que sólo le quita latristeza por cuatro horas. Pero sidecide nadar a un barco de hierroque está un poquito más lejos,aprenderá a nadar y tener másresistencia, de modo que lo que leofrecen le ayudará a que use sutristeza como una fuerza paraconvertirse en un barco de hierropara otros que lo necesiten. Sidejamos que los barcos de papelnos manipulen y nos digan cómovivir, no van a quedar nuevas

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fuerzas para nuestros hijos.He aprendido a través de laexperiencia con mis hijos que yotambién soy un barco para ellos.Aunque me causan risa lasdiferentes formas que usan lapalabra “mamá”, sé que para ellostengo que ser siempre un barcofuerte. A todo lo que yo acuda,ellos también lo harán, pues eso eslo que aprendieron de pequeños.Por esa razón es tan importante queseamos un ejemplo bueno paraellos, porque aunque pensamos que

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no están prestando atención, sí loestán haciendo. Hacia dondenosotros nademos, nuestros hijostambién van a nadar; si nadamoshacia los barcos que nos ofrecenpastillas para la depresión, a esamisma dirección nadarán. Pero siusted nada hacia los barcos dehierro que Jesucristo ofrece, ellostambién se dirigirán a esos barcos.Conozco una chica que siempre estáen depresión; su droga es latelevisión; por lo tanto, sus hijoshacen lo mismo. La cosa más

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irónica es que mira televisiónporque está triste, pero lo que estáviendo también es triste, entoncescuando se acaba el programa, sesiente peor. Esto no es algo queestoy suponiendo, sino algo que ellame dice. Cuando yo le doy consejoy le digo que Dios es el único quela puede ayudar, su respuesta es:“…es muy difícil”. Claro que esmás difícil, pues se requiereresponsabilidad y eso es lo que elmundo no quiere. Para mirartelevisión no se requiere ningún

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esfuerzo, sólo basta con estirar lamano para tomar el control remoto;sin embargo, llegar a Dios requiereesfuerzo, determinación, y amor porla vida.Pablo dice algo tan importante a losCorintios (9:25-27):“Todos los deportistas se entrenancon mucha disciplina. Ellos lohacen para obtener un premio quese echa a perder; nosotros, encambio, por uno que dura parasiempre. Así que yo no corro comoquien no tiene meta; no lucho

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como quien da golpes al aire. Másbien, golpeo mi cuerpo y lodomino, no sea que, después dehaber predicado a otros, yo mismoquede descalificado”.

Pablo sabía que no iba a ser fácilhacer lo correcto, pero tambiénsabía que él tenía que obligar a sucuerpo para hacerlo. Él también seencontraba flotando en el mar,tratando de decidir hacia qué barconadar. Aunque todos los de papelestaban cerca, él sabía que no eraalgo permanente, sino temporal. Él

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miraba la Marca que es Jesucristo,y su determinación lo ayudó aalcanzar su meta. Él también sabíaque tenía la responsabilidad de noquedar descalificado porque teníaque ser un barco fuerte para losdemás. Debemos hacer que nuestrocuerpo nade hacia el barco dehierro, aunque se vea que es largoel viaje. Pablo golpeaba su cuerpo,lo obligaba hacer la voluntad deDios. Todo lo que hacemos no essólo para el beneficio de nosotros,sino también para el de los demás.

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No creo que exista un ser humanoen este planeta que quiera hacersedaño a propósito, pero sí existe elser humano que no quiere batallar yse enreda en las telarañas dementiras que ofrece el enemigo,llenas de colores y con atractivos.Cuando escuchamos que unapersona se quitó la vida, esto nosucedió porque quería hacerlo, sinoporque alguien lo convenció de queera lo mejor y la solución a suproblema. La Palabra nos advierteque vendrán los días en que a lo

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malo lo llamarán bueno y a lobueno, malo (Isaías 5:20). Por lotanto, en estos días tenemos quetener a Dios como nuestro mejoramigo para poder discernir entre lobueno y lo malo. El caso del hombre ricoRecuerdo una historia de unhombre, el más rico en su pueblo,que tenía un hijo al que amabamucho. Un día el hijo del rico lepintó un cuadro a su papá; aunqueno era muy bueno el arte, el hombre

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lo colgó porque estaba orgulloso desu hijo. Tiempo después el hijomurió; tanto fue el dolor que lecausó a su padre, que él tambiénmurió. En el testamento que dejó elhombre rico se estableció que sehiciera una subasta de todas susriquezas. El pueblo entero seemocionó porque sabían que todolo que el hombre rico tenía erancosas preciosas y costosas. Entretoda la gente estaba el hombre máspobre del pueblo que sólo tenía undólar. Cuando empezó la subasta, la

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primera pieza que levantaron fue elcuadro que el hijo le había pintadoal padre. El subastador empezó encantidad de un peso. El hombrepobre levanta la mano; se dio unaespera para ver si alguien apostabamás. Nadie levantó la mano. Por lotanto, el cuadro se le entregó alhombre pobre. De repente, la gentese dio cuenta de que el subastadoralzó sus cosas y se bajó de latarima. La gente, confundida, vioque el abogado subió y anunció quelas instrucciones del hombre rico

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eran que aquel que comprara elcuadro que su hijo le había pintadose quedaría con todas sus riquezas.Ya se imagina cómo estaba elhombre pobre y cómo el resto delpueblo. Para la gente el cuadro erafeo, más bien carente de valor, peropara el padre era lo más valioso; elhombre pobre pudo apreciarlo,pues él no estaba acostumbrado atener cosas a montones, como lasdemás personas. El resto de lagente se visualizaba llena de todoslos tesoros y riquezas, pero el

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hombre pobre sólo tenía un dólar yentendía que si el padre lo incluyócomo tesoro, entonces costaba algo.¿Qué quiero decir con esta historia?Muchas veces nos rehusamos aescuchar porque nuestras cosasmateriales son muy importantespara nosotros, a veces aún más quenuestra vida. Las distracciones queacumulamos no nos permiten vermás allá, sólo lo que está cerca.Muchas personas viven la vida conuna orca suelta siguiéndolos a todahora porque no tienen paz. Del

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mismo modo, había un punto de mivida en donde esa persona era yo.Pero he percibido que no es lo queacumulamos en esta tierra loimportante, sino lo que recogemosen el terreno que Dios nos hapuesto. La tierra, que ha sidoordenada con un propósito, no tieneprecio y no comprendo hasta ahorasu valor. Sólo sé que está más alláde lo que me puedo imaginar y,dado que Dios lo ordenó, confío enSu palabra y todo lo que Él quierade mí. A veces siento que me salgo

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de la raya, que Dios me hamarcado, pero es en esos momentoscuando Él me da la mano paraayudarme a balancearme otra vez.En su caso ocurre lo mismo; Diosno se ha olvidado de usted; sólo esSu manera de llamar su atención,porque tal vez es el único modo.Con los años me he dado cuenta deque, aunque una tempestad estérodeándome, no se trata de un temorque siento, sino una seguridad deque Dios me está preparando paraavanzar a mi próximo nivel. Ahora

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bien, no porque ya haya pasado unnivel quiere decir que Dios nuncalo regresará a lo mismo. Enocasiones es necesario tomar uncurso para refrescar nuestrasmemorias. Esto sucede porqueseguimos siendo humanos. Lasveces que regresaba a la esquina dela cocina, cada vez que mecastigaban, era porque se meolvidaba la consecuencia de mismalos actos. Luego pasaba unasemana y se me olvidabanuevamente. Pero en cada ocasión

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me parecía menos tiempo, pues yaestaba tan acostumbrada a estar allí.No quiero decir que me dabanmenos tiempo, sino que ya no se mehacía tan largo. Ahora, cuando Diosnos pasa por un desierto, no es quetranscurra cada vez menos tiempo,sino que debemos aprender atomarnos de la mano de Dios, demodo que el viaje por el desiertoserá mejor. El orgullo que el Señorsiente cuando usted lo deja caminaren su compañía en el desierto es elmismo que usted siente cuando su

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hijo reconoce que lo necesita. Losdesiertos en nuestras vidas son muynecesarios porque nos ayudan amadurar y apreciar más los lugaresverdes. En el desierto valoramos lo queDios nos ha dadoMi esposo y yo siempre tratamos dehacer un viaje cada año paranuestra familia. Una vez decidimosir en un crucero de Disney a lasBahamas. Cuando llegamos a la Islade Nassau nuestras bocas cayeron

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hasta el piso. Mis niños y miesposo me mencionabanrepetidamente lo linda que era laisla. Pero noté una cosa: la gentelocal caminaba demostrando que noera gran cosa vivir allí. Entendí queera normal porque para ellos erasólo el lugar en donde nacieron. Sinembargo, para nosotros quevivimos en donde las playas no sontransparentes y hay mucho desierto,por supuesto que Las Bahamas sonuna gran cosa. Ciertamente, si ellosvienen a mi cuidad, cuando

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regresen a su tierra, la van apreciarmucho más. No siempre todo puedeser verde en nuestras vidas, porqueen el desierto nos damos cuenta deque no nos queda otra más quecreerle a Dios.Hay momentos en que me sientoestar arriba del mundo y podernadar, pase lo que pase, pero hayotros en que me siento desmayar yquedo flotando en depresión; hastaque finalmente recojo mis fuerzas,tomo la mano de Dios y le digo quelo necesito para este camino por el

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desierto que sólo Él entiende, demodo que confío en que es para mibien aquello hacia lo que Él meconduce.Muchas veces nos frustramos con eltiempo de Dios y, dado que notenemos la paciencia para esperar,nos embarcamos en cualquier barcoque nos señalan. La desesperaciónnos puede meter en muchosproblemas porque no pensamos lascosas claramente. Conozco elsiguiente dicho: “Si suena muybueno para ser verdad, es porque

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tal vez lo es”. A través de mi vida,me he dado cuenta de que lo que mecuesta siempre es lo que me dura,pero lo que no, se desvanecerápido.Cuando sentimos ahogarnos yestamos cansados de mantenernosarriba del agua, Dios no nos dejasumergirnos, pues Él siempremanda una ayuda. Tal vez no va aser lo que usted quiere en esemomento: puede ser una rama o untronco de árbol, pero en fin es elauxilio para ese momento.

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A mi esposo y mis niños lesencantan los juegos de mesa y, adecir verdad, nunca les puedoganar. Hay en particular uno en quese requiere escoger unas cartas porel reverso en una pila. Estas cartasle indican qué hacer. Le puedendecir que se regrese o que avance.A veces he quedado a sólo a trescuadritos para ganar, pero depronto la carta que escojo me diceque me regrese hasta el principio.Entonces me siento incapaz y todosse empiezan a reír de mí. Por

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supuesto, todos queremos las cartasque nos avanzan para poder llegar aesa casita que lo premia como elganador. Pero no siempre es así.Por más que afirmo que esta partidala voy a ganar, lo pierdo.Afortunadamente sólo es un juego.Afortunadamente, las cartas de lavida que escogemos de la pila nosiempre están a nuestro favor. Todoen la vida es un riesgo y no sepuede ver lo que está escrito en esacarta porque está al revés. Todopuede estar girando a su favor, al

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punto de sentirse en las nubes einexpugnable. Pero de repente,llega esa carta y le obliga aregresar al principio. Entonces,cuando no vemos lo que queremos,nuestros ojos se convierten en unfertilizante para hacer crecer laduda en nuestros corazones. Noafirmo esto porque alguien me lohaya contado, sino porque yo pasépor estas dudas y, hasta la fecha, adiario tengo que asegurar mi fe enDios, pues el enemigo todos losdías trata de quitarnos la paz y

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hacernos dudar. Sin embargo, másgrande es el que está en nosotros.Los barcos de papel siempre van aestar a nuestro alcance; de hecho,están esperando fuera de su puertapara que, en el momento en queusted salga, lo puedan escoger.Tenemos que estar listos para saberlo que vamos a confrontar cada día.Diariamente nos encontramos anteun nuevo reto y debemos sabercómo reaccionar a cualquiersituación que nos tome porsorpresa. Recuerdo una mujer que

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se me acercó y me contó que habíaestado en un accidente que le habíacambiado toda su perspectiva de lavida. Ella continuó diciéndome quela única manera para ser feliz eratomando pastillas para ladepresión. Yo le respondí que estasituación no ameritaba subirse albarco de papel, sino que esacircunstancia debía servir para quepercibiera cuán grande es Dios ycómo la había salvado de la muerte.Resulta triste cuando Dios nosdemuestra cuánto nos ama, pero

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nosotros ignoramos Su voluntad ennuestras vidas. Siempre estamosbuscando el control y tener elmanejo, y le decimos a Dios que sesiente en el lado del pasajero.Recuerde el texto de Santiago 1:5-6:

“Si a alguno de ustedes lefalta sabiduría, pídasela aDios, y Él se la dará, puesDios da a todosgenerosamente sinmenospreciar a nadie. Peroque pida con fe, sin dudar,

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porque quien duda es comolas olas del mar, agitadas yllevadas de un lado a otro porel viento”.

Este libro de Santiago nos adviertebastante sobre la fe y la duda. Si notenemos fe, dudamos, lo que nosconvierte en una ola del mar.Recuerdo, por ejemplo, cuandoestaba embarazada. Yo era comouna ola, pues mis emociones subíany bajaban. Mi esposo siemprellegaba del trabajo y lo primero quehacía era notar mi humor.

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¡Pobrecito! Cuando no estaba debuen humor, él tenía que tratarmecon cuidado porque cualquier cosame hacía llorar. Para las mujeres esel embarazo, pero para el hombresólo existe una explicación:¡Estamos locas! Pero bien, de esoestá hablando Santiago: de estarseguros de pedirle a Dios lasabiduría para no enloquecernos.Buscamos remedios en todos lados,menos en la sabiduría de Dios.Para volver a la mujer de laspíldoras, ella me decía que ya le

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había pedido a Dios, pero que nopasaba nada. Sin embargo, esadesatención de Dios no existeporque la Palabra nos afirma: “Peroque pida sin dudar”. Cuando nodudamos, Dios se complace y nosólo nos da, sino que lo hacegenerosamente, sin menospreciar anadie. Así es que no importa sucolor, estatura, proveniencia opasado; Dios no menosprecia anadie que pide con fe.Imagínese que está en un mar cuyofin no puede ver, y le duelen las

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piernas de tanto moverlas para nohundirse. Sin dudar, pídale a Diosque le dé la sabiduría para quetome el próximo paso. Le aseguroque le va a mandar la ayuda quenecesita para ese momento. Tal vezno es el barco de metal que estabaesperando; puede ser simplementeun tronco que le da descansomientras nada hacia su destino. Noes que Dios no nos quiera dar elbarco de una vez, sino que nos estácondicionando físicamente parabordar el barco de hierro a nuestro

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proximo nivel. A mí me ha pasadoque he recibido algo muy pronto,pero no estoy lista. De repente,Dios viene, me lo quita y me dice:“¡Hasta que estés lista, Annetita!”.Entonces me frustro y me enojo,pero luego estoy contenta porque séque Él siempre está bien y yo no.Me maravillo de todo lo que Diosha cumplido en mi vida, aun lastormentas que me empiezan aahogar, porque sólo así puedomirar lo grande que es Diosconmigo. Del mismo modo, Moisés

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ignoraba qué hacer cuando el marlos atrapaba cuando huían de losegipcios y no encontraban un lugarpara pasar. Él se sentía que seahogaba, pues la gente empezó ajuzgarlo y a acusarlo de traición. Élno estaba contento con Dios en esemomento, pero, como era obedientey con fe le pidió al DiosTodopoderoso, se abrió el mar.Todo lo que leemos en la Biblia lopodemos aplicar a nuestras vidasahora, porque el Dios de Abraham,Moisés y David, es el mismo: no ha

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cambiado.A muchos nos da miedo salir denuestra casa por temor a confrontarlos barcos de papel. Pensamos quesi nos quedamos bastante tiempoescondidos, lo barcos van adesaparecer. Pero no es así, no sevan a ir; éstos siempre van a estarflotando cerca de donde estemos,porque tienen que hacer su negociode una manera u otra. Así quereclame lo que es suyo: el valor conque nació para poder pararse firme,aun en la tempestad.

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Capítulo 6AQUÍ ESTÁN LAS

LLAVES

Un ser humano que piensa que todocarece de forma no considera queestá ante una oportunidad paraempezar de nuevo. En efecto, nosenfocamos en nuestros logros delpasado, pero nunca paramos dehablar de ellos. Empezamos aconvertirlos en lo que nos define en

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el presente y no los dejamos serhistoria.

Yo soy fanática del baloncesto ycada año les voy a los Lakers,porque mi esposo es de LosÁngeles, California, y me gustaapoyarlo (más bien no me quedaotra). En 2010, los Lakers ganaronel campeonato, lo que hizo a miesposo el hombre más feliz delmundo. Después de la celebración,entrevistaron al entrenador de losLakers, Phil Jackson, y me interesóbastante lo que él comentó. Cuando

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le preguntaron si estaba contento ysatisfecho por tal logro, contestóque era feliz porque todo elentrenamiento rindió frutos, peroque ese logro ya era pasado y, portanto, no estaba satisfecho, puestodavía faltaba el próximo año paraganar. Me puse a pensar en esemomento que todos nuestros logrosson sólo una historia que no definenel presente.

La zona de comodidad es muypeligrosa porque cuando se obtienealgún logro, creemos que es

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suficiente para definirnos. Yo tengoamigos que infortunadamente se hancomplacido en el pasado y piensanque ya han hecho lo suficiente. Sinembargo, la realidad es que nuncase pueden dar por terminados,porque Dios puso en nosotroslogros para toda la vida hasta laeternidad. Muy a menudo recibomensajes a través del correoelectrónico, Facebook y Twitter,que cuentan lo que mis cancioneshan ayudado a muchos a entrar aotro nivel en su vida. Aunque son

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cosas positivas y me emociono alverlas, yo sé que son sólo historia,son pasado y, por tanto, no medefinen en el presente. Todas lascosas positivas que escucho através de mi ministerio me animan aseguir componiendo nuevascanciones y a buscar otras manerasde alcanzar más territorio. Elterreno que yo he trabajado hastahoy es un pasado (un lindo pasado),es decir, no hay fin en lo que hetrabajado. Aunque el enemigo diceque ya he trabajado bastante y que

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tengo que planear mi retiro, yo lerespondo que ni siquiera heempezado.

Antes de todas las nominaciones ypremios que he recibido a lo largode mi carrera musical (PremiosArpa, Premios Vida, Premio de laGente, Latin Grammys, La Diosa dePlata y otros más), existe unahistoria basada en la decisión delos seres humanos. Estoyagradecida por todo lo que me hanapoyado, pero estos logros no medefinen.

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Un día escuché a alguien decir:“Hay que parar de alagar tantonuestros logros. Dios no estáimpresionado”. Estoy totalmente deacuerdo, pues Dios nos haentregado muchas llaves paradiferentes puertas, que son regalosnuevos para compartirlos con otros;sólo tenemos que buscar qué llavees para cada puerta. No debemosquedarnos estancados en el pasadoaunque haya sido un tiempoimpresionante. Tenemos que buscary sacar nuevas visiones para cada

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etapa de nuestra vida. La únicamanera de sacar las que sondestinadas para nosotros es darle elcontrol total a Dios. Cuántas veceshemos pensado en buenas ideas, demodo que nos animamos a hacerlo,pero toda la preparación y losplanes que hicimos para lograréxito no nos funciona, aunquehicimos todo bien.

Recuerdo que en un tiempo en mivida, antes de que yo empezara areconocer claramente mi propósito,empecé un café tipo bistro. Yo tenía

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un dinero guardado para minegocio, lo que era para mí unsueño. Hice mi tarea y empecé conla planificación de negocio. Cuandoabrí el café por primera vez, lleguéa casa agotada, aunque me habíasalido todo muy bien.

Sólo Dios sabe cuántas chapashemos quebrado por tratar de abrirpuertas incorrectas. Entrar a lafuerza no quiere decir que esnuestro lugar, sino que tuvimos quetumbar una puerta. Dios no trabajaforzando las cosas. Aunque tal vez

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parezca que en el momento es Suvoluntad, puede ser sólo Sumisericordia. Dios es amor y nosama incondicionalmente, pero ennuestra torpeza hay puertas queabrimos y a Él sólo le queda tenermisericordia de nosotros. Recuerdouna etapa de mi vida que no olvidoporque perdí dinero. Siempre me hagustado el negocio, pero Dios mehabía dicho de muchas maneras queese no era el camino. Aunque notenía la llave, con mi fuerza tumbéla puerta y pasado el tiempo me di

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cuenta de que había sido un errormuy grande.“Los errores tienen una manerade prendernos una luz aunque

estemos ya en el momento”.

Cuando nos vemos atrapados, leclamamos a Dios con todo corazóny le pedimos que tome el controldel timón. Luego viene en Sumisericordia para socorrernos y,cuando vemos que ya estamos en unlugar cómodo, le quitamosnuevamente las llaves para

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continuar solos. Se nos olvida dedónde proviene la ayuda que hemosrecibido y nos tomamos el créditoque le pertenece a Él.

La clave para mantener las cosasbajo control es la constancia. Tenerel control por unos días o unosminutos y luego perderlo norequiere de mucho esfuerzo. Peropara mantener un control constantese requiere un poder que no existeen un humano. Santiago 1:16-17afirma:

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“Mis queridos hermanos, no seengañen. Toda buena dádiva y tododon perfecto descienden de lo alto,donde está el Padre que creó laslumbreras celestes, y que no cambiacomo los astros ni se mueve comolas sombras”.

Ahora, si usted considera que puedecrear lumbreras y puede nomoverse como las sombras,entonces tiene licencia paramanejar solo; en caso contrario,usted es uno de nosotros, puesnecesita de un ALGUIEN que le

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ayude a manejar.“Los golpes en la vida sólo me

han servido para una cosa: estarcompletamente segura de que yo

no puedo conducir mi propia vida,mucho menos la vida de otros”.

Cada uno de nosotros esresponsable de sus emociones y delo que decide hacer con ellas. Lasquebraduras que siempre cargamoscon nosotros son producto denuestras propias decisiones.

En fin, todo esto sólo es la

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superficie de la razón, por lo cualhago lo que hago. Dentro de míexiste la pasión, ese fuego quenunca se apaga y que poseo paracumplir con el propósito para elcual nací. En efecto, han llegadomomentos en los cuales ni yo hepodido apagar tal fuego.

Regreso, aquí, al siguiente punto:no podemos basarnos en los logrospara definirnos en el presente.Recuerdo que una noche después deestar filmando un video musical, mefui con una amiga al IHOP, un

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restaurante de pancakes. Yo habíaordenado unos pancakes con mielde fresas y un café. No pudeterminarme todo, así que lo quesobró me lo pusieron en una cajapara llevar. Nos metimos al carrode ella porque me iba a llevaradonde me estaba hospedando.Pasamos unos minutos por unacalle; luego nos metimos a lacarretera que era un poco angosta yempinada, cuando, de repente, unapersona, que estaba detrás denosotras, iba manejando borracho y

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nos quiso sobrepasar; sin embargo,en medio de su embriaguez, golpeóel carro del lado en que yo iba. Enunos segundos nos vimos dandovueltas y nos pegábamos de un ladode la protección de la carretera alotro. Mi amiga perdió el control y,como yo no tenía el cinturón,volaba por todo el carro. De prontomiré la cara de mi amiga y me dicuenta de que ella estaba llorando;entonces empecé a encomendarnosen las manos de Dios. Ya noteníamos manera de controlar la

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situación –claro, que les estéescribiendo estas palabras quieredecir que Dios nos libró–. Pero ladesesperación de no tener controlen ese momento era lo que venía ala mente. Dentro de mí mepreguntaba: ¿qué haría si Dios nohubiera tomado el control? Asíestamos muchos en situaciones endonde ya no sabemos qué hacer conaquello que estamos pasando.

En nuestra vida espiritual lepegamos mucho a las paredes deconcreto y nos enloquecemos por

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no poder hacer nada. En efecto,tenemos una idea de cómo debenser nuestras vidas y realmenteestamos lejos de lo que es. Ya heperdido la cuenta de la cantidad deocasiones en las que una chica o unchico me cuenta sus experiencias devida, como niños. Me comentansobre cómo alguien les quitó suinocencia, cómo alguien los violócontinuamente y nadie los detuvo.Estas son las estrelladas con lasque nos enfrentamos cuando somosincapaces de comprender que en

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nuestra propia fuerza no podemos.

¡Cuándo aprenderemos! ¡Cuándo levamos a entregar todo a Dios!Cuándo vamos a decirle: “Aquíestán las llaves, ya no quieromanejar, ya no quiero dirigir, yo nosé nada”. Pero tenemos que creer loque decimos, pues muchos vamos auna iglesia y cuando están cantandomencionan, por ejemplo: “Yo merindo a Él” y, al salir de la iglesia,nada cambia. Vuelva a sus propiasfuerzas y examine lo que hace todala semana.

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Dado que yo no pretendo ser másque nadie, me permito ser sincera yafirmar que a mí Dios me sacó dellodo. Todo lo bueno que tengo enmi vida ahora ha sido sólo por SuGracia. Pero de vez en cuandopuedo ser lunática con mi vidaespiritual. Por ejemplo, un día melevanté con preocupación porque nohabíamos escogido quién iba amezclar mi disco. Empecé a llamara diferentes ingenieros; unosestaban ocupados y otros nocontestaban. Hice un ruido como un

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suspiro, ya que tenía el nivel deestrés de una montaña, y empezabaa dudar. Dentro de mí sentí quealguien me aplastaba el corazón.Cerré mis ojos, me fui a mi cuarto aconversar con Dios y le expresétodo lo que sentía. De repente, sentíque me abrazó y me dijo: “Damelas llaves y hazte a un lado”. Yosentí que me halaba las llaves, peroen mi orgullo yo no las soltaba. Eracomo si yo le estuviera preguntandoa Dios si Él sabía lo que estabahaciendo. Estas son las locuras que

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cometemos todos los días. Dios nosquiere tratar como sus hijos yenseñarnos a manejar, pero noestamos aprendiendo. Sólo hastaque solté las llaves y terminé deorar, pude encontrar a la personaque me mezcló las canciones.

Gianni, mi hijo mayor, está en laedad en que ya quiere manejar. Yole digo que le puedo enseñar, perotiene que ser en un lugar en dondeno haya peligro. Él está de acuerdoy ahora sabe manejar bien, para serun niño de 15 años. Claro está que

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no lo dejo solo, ni le permitoconducir cuando hay mucho tráfico,pero está manejando conforme a loque tiene que saber (aunque ahoraya me está pidiendo un carro). Esasí como Dios nos protege y nosadvierte: nos deja manejar en áreasque no son peligrosas porque sabeque somos capaces de estar bien.Sin embargo, hay que ser sinceros:las cosas que más deseamos o quenos cuestan son las que tenemos quedejar que Dios controle. Aunque séque es más fácil decirlo que

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hacerlo, es importante que seconvierta en una acción. EnSantiago 1:22-25, Dios nos advierteque no sólo debemos ser oidores,sino hacedores:

“No se contenten sólo conescuchar la Palabra, pues así seengañan ustedes mismos. Llévenlaa la práctica. El que escucha laPalabra, pero no la pone enpráctica es como el que se mira elrostro en un espejo y, después demirarse, se va y se olvida enseguida de cómo es. Pero quien se

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fija atentamente en la ley perfectaque da libertad, y persevera enella, no olvidando lo que ha oídosino haciéndolo, recibirábendición al practicarla”.

No creo que pueda ser más clarosobre las consecuencias, si es quesólo escuchamos. Cuando allí sehabla de la persona que se mira enel espejo y se olvida, esto merecuerda a una persona queconozco, que siempre está pidiendoconsejos, pero que al despedirse, sele olvida y vuelve a la misma

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situación. Es como pensar que sólocon escuchar vamos a cambiar. Sinembargo, eso no es así. Nopretendo conocerlo todo, pero sí séalgo muy importante: cada vez queescucho un mensaje de Dios o unconsejo que sé que viene de unapersona que habla con propiedad,rápidamente trato de practicarlo.Pero unos años atrás yo no hacíaeso y no entendía por qué mi vidaseguía igual. Yo le reclamaba aDios: aunque yo leo tu palabratodas las noches, oro por mi comida

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y trato de agradecerte por todo,¿por qué no cambian las cosas? Eraporque no practicaba lo que leía;sólo lo pensaba, pero no lo hacía.

Por muchos años yo creí que Diosno me tenía paciencia para llegar asu perfecto propósito. Muchas“hermanas” me decían en la iglesiaque si no cambiaba de inmediato,Dios me iba a consumir almomento. La verdad yo creí esamentira y me estresaba porque noveía progreso en mi relación conDios; para mí Él era un Dios de

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sólo guerra al que temía. Lo quemás me confundía era que estas“hermanas” reprendían y a la vezusaban la lengua para chismear ysubvalorar a la gente. Esto no lomenciono como si yo nunca hubieracaído en este error; más bien haypersonas que hasta ahora Dios, ensu perfecto amor, me ayuda atenerles paciencia.

En mi humanidad, hay momentos endonde le digo a Dios que prefieromanejar porque ya sé todo; peroluego me doy cuenta de que no

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tengo ni la mayor idea de cómofuncionar sin mi Creador. Dios esjusto y conoce el corazón de cadaser humano. Lo más profundo quetenemos es nuestra alma y Élconoce todo su interior.

Este capítulo se lo dedico a cadahombre y mujer que está buscandouna salida a su amargura o elfallecimiento de alguien cercano.En la actualidad hay cosashorrorosas que les suceden a lasmujeres en particular y, cuandoalguien se aprovecha de ellas, las

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dejan sintiéndose devaluadas. Porotro lado, hay hombres que nunca sehan sentido respetados, se dan porvencidos y dejan de seguirinsistiendo. La única manera paracombatir tragedias consiste enentregarle las llaves al Creadorporque Él fue quien lo hizo y no hayquien lo conozca más a usted queÉl. Tal vez es una chica que estállorando porque se acaba de darcuenta de que está embarazadacomo producto de una violación, oes un chico que alguien cercano

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violó desde pequeño y nadie hizonada para protegerlo. Ahora es unhombre que no puede identificarsecon el género masculino. Diosmandó a Su hijo para que todasnuestras dolencias, heridas,amarguras y ansiedades fueransanadas. Cuando caminó con esacruz pesada, Él pensaba en usted, ylo hizo hasta el final, porque sabíaque usted podría vivir si Él moría.Así pues, tiene que acercarse aDios para que le dé la sabiduríaque le permita combatir estas

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tragedias y convertirlas en susfuerzas.

Dado que desconocemos el futuro,debemos estar listos para el bien oel mal. La de Job es una historiaque me llena de fortaleza, puesaunque él tenía todo, le decía aDios: “Aquí están las llaves”. Ycuando le surgieron cosas malas,continuó diciéndole a Dios: “Aquíestán las llaves”. Lo que quierodecir aquí es que, cuando las cosasmarchen bien, no debemosconfiarnos en que así seguirán, sino

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que es necesario estar listo paracuando lo pedregoso aparezca.

Conozco a una chica que llevabatodo en orden y su vida era comouna agenda perfecta. Pero una nocheque manejaba rumbo a su casa,empezó a sentir dolor por todo elcuerpo. Al día siguiente no teníafuerza en sus brazos ni en suspiernas y, por más que trataba delevantarse, ya no podía. Cuando lallevaron al hospital, le avisaron quetenía una enfermedad en los huesosque le dificultaba moverse.

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Imagínese, a una chica con tantasmetas y sueños, de un momento aotro la vida le trajo una sorpresa,de tal manera que sus aspiracionesse toparon con una pared.

Cuando entramos en un mundoextraño al que estamosacostumbrados a vivir, noscongelamos un rato porque sufrimosun impacto que detiene lo queestamos haciendo. Cuántas mujeresahora mismo están sufriendo por unmatrimonio destrozado, o algunaestá siendo usada en el sexo

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traficado, está siendo violada todoslos días, o un niño está siendoconfrontado por un monstruo todaslas noches que lo lastima y loamenaza si le dice a alguien. Puedoseguir y seguir con eventos queestán pasando ahora mismo o queya sucedieron, pero el problema esque ya ocurrió y no sabemos cómoacercarnos e identificarnos más.Este mundo se pone peor día trasdía y no parece que haya muchosque podamos ayudar porque lamayoría somos víctimas. Tenemos

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que aprender a superar nuestrosatrasos, pues sólo así podemosestar allí para otros, en fin, para esofuimos creados. Hay un dicho muycomún en mi país que reza: “A lamiseria le gusta la compañía”. Enefecto, Mateo 9:37 nos dice: “Lacosecha es abundante, pero sonpocos los obreros …” . Pídanle alSeñor de la cosecha que envíeobreros a su campo, porque haymás gente en el agua tratando dequedarse a flote que gente ya en elbarco de hierro.

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Creo que la lástima es un factormuy grande en este problema; todosqueremos ser escuchados, peronadie quiere escuchar. Cuandoestoy cansada, mi esposo y misniños saben que me torno un pocosentimental y cualquier cosa mepone mal. Recuerdo que llegué deuna larga gira y estaba muerta delcansancio. En medio de toda esaemoción me entristecí y sentí quetenía que hablar con alguien. Llaméa una amiga para ver si me ayudaba;sin embargo, al terminar nuestra

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conversación, era yo quien estabaconsolándola. Pero la verdad mesentí mejor cuando colgué, noporque ella me hubiera ofrecidopalabras para confortarme, sinoporque me acordé de que Jesús noshabía dicho: “La cosecha esabundante, pero son pocos losobreros…”.

Yo sé que los problemas nunca sevan acabar, pero la manera en quelos confrontamos sí puede cambiar.Recuerdo mi actitud cuando reciénempecé mi carrera musical. Muchos

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empezaron a decir que yo erasatánica, drogadicta, y que mi ropaera del diablo (aunque hasta ahorano comprendo lo que eso quieredecir). Esos comentarios me poníanmuy mal, de modo que quería darmepor vencida, pues era mucha lacrítica y me lastimaba. Pero un díadecidí hacer de esas críticas misfuerzas, y me puse a considerar quesi la gente pensaba tanto en mí,entonces yo era importante. Sabíaque mi corazón era sincero y quetodo lo que hacía era para ayudar a

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otros. Era mi seguridad la queponía de manifiesto la inseguridadde otros porque percibían que yoseguía adelante y estabacumpliendo el propósito por el quefui creada por Dios. Primero tuveque creer en lo que yo era parapoder reconocer mis fuerzas. Debíantes confrontar mis obstáculospara poder seguir. Había momentosen que quería desistir, pero algodentro de mí siempre me decía:“¡No! Espérate”. Claramente era elEspíritu Santo que me guiaba para

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poder llegar adonde estoy. Tuveque aprender a entregarle las llavesa Dios porque era la única manerade poder superar mis problemas ydejar el pasado como unaenseñanza y ya no una tragedia.

Creo que lo más difícil fueaceptarme como alguien importante,a pesar de mis fallas y de todo loque me había pasado. Como lohabía mencionado, la religión nosha pintado una imagen de Dioscomo alguien que siempre está listopara condenarnos. Pero esto es

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erróneo, pues Él lo creó con unpropósito. Todo lo que Él hizo fuecon un propósito. Usted no fuecreado para tomar espacio en estatierra; usted fue creado con unahabilidad increíble que el mundonecesita.

Hebreos 12: 10-11 nos indica lamanera como nuestro Padre noscorrige:

“En efecto, nuestros padres nosdisciplinaban por un breve tiempo,como mejor les parecía; pero Dios

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lo hace para nuestro bien a fin deque participemos en Su santidad.Ciertamente ninguna disciplina, enel momento de recibirla pareceagradable, sino más bien penosa;sin embargo, después produce unacosecha de justicia y paz paraquienes han sido entrenados porella”.

Quiere decir que todo lo que usteddenomina malo, en realidad es algoque potencialmente producirá unacosecha buena. Ahora yo voy aponer énfasis en la frase: “…

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quienes han sido entrenados porella [la disciplina].” Lo que quieroindagar con esto es: ¿qué tipo deactitud toma cuando llegan retos asu vida? ¿Es entrenado o pierde elcontrol y se va por un rumbo sindirección?

Los retos, los problemas, lastragedias, como usted los quierallamar, no van a desaparecer, perousted sí puede cambiar su actitudhacia estos. El miedo que lamayoría de la gente siente seproduce al confrontar sus retos;

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entonces prefieren esconderlos yesperar que un día desaparezcan.Yo siempre he dicho que las cosasque se deben enfrentar tienenflotadores y nunca se hunden.Cuando ya se afrontan, el valor seconvierte en un ancla y las hunde.No estoy hablando de un valor desupermán, sino del que Dios pusoen nosotros como sello por ser Sushijos. ¿Se imagina si en estemomento en que está leyendo estelibro, decide darle las llaves a Diospara que maneje su vida, y le dé la

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valentía para abrir su corazón alperdón, al amor y a la paz que sóloÉl le puede brindar?

Hay que dejar la lástima en estemomento. En mi caso, ésta sólo meatrasó y me hizo sentir peor. Perouna noche inolvidable, Dios merecordó que yo era su hija y quepodía vivir feliz con sólo cambiarmi actitud; entonces poco a poco lascosas empezaron a transformarse,sólo porque he sido entrenada porla disciplina de Dios. Esto nosucedió repentinamente; de hecho,

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aún sigo cometiendo errores, peroahora me puedo levantar másrápido de mis caídas porque séquién soy, a pesar de todo lo queme he lastimado.

Dios es bueno y, a pesar de nuestrasmalas decisiones, nos da laoportunidad de levantarnos denuestras caídas. Por esa razón,todavía estamos aquí. Si usted havivido mucho tiempo en un vacío ysigue intentando lo mismo, tal vezesto sucede porque tiene quecambiar el canal y tomar el camino

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que fue creado para su vida.Además, acuérdese de que losmomentos difíciles que pasamostambién nos sirven para entender aotros que están sufriendo la mismasituación y, aunque Dios nos dio atodos la habilidad de cambiar, Élestá esperando que usted entreprimero en esta carrera.

Dele las llaves a su Creador, puessi se sienta en el lugar del copiloto,ya no podrá ver el retrovisor que lerecordará todo lo que le hacellorar. Su Creador sabe por dónde

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debe viajar. Le aseguro que le va aencantar el panorama sin tener quepreocuparse por manejar.

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Capítulo 7

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BÁJATE DE LACANOA

Muy bien recuerdo un chico quevino a uno de mis conciertos enMéxico. Él se me acercó con unaansiedad y me dijo que estabadesesperado porque no podíaalcanzar sus sueños. Yo lerespondí: “La única manera enque puedes lograr tus sueños esdespertando de tu sueño”. Cuántosde nosotros tenemos sueños y metas

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que deseamos alcanzar, peroinfortunadamente no queremosdespertar, ni levantarnos de lacama. Se nos pegan las cobijascuando es tiempo de levantarnos; ysi salimos de la cama, lo hacemoscon una actitud aburrida porque nohemos podido encontrar unpropósito para vivir.

Dios no creó las cosas lindas paralos animales, sino para nosotros loshumanos; a pesar de eso, losanimales conocen el propósito queDios puso en ellos. Por ejemplo, la

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vaca sabe que tiene que producirleche, y la gallina, huevos; asípodríamos continuar con másanimales. Sin embargo, ¿qué pasócon el humano? Hay miles y milesde personas en este momento quetienen miedo de vivir y seconforman con sólo existir. ¿Porqué sucederá esto?

Recuerdo una noche en que me pusemal; tenía una gripe que no se meiba y, por más que luchaba porsentirme mejor, me empeoraba.Para mí no era el dolor de la gripe,

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sino el hecho de no poderlevantarme de la cama y saber que,mientras yo estaba acostada, lasoportunidades se me pasaban.

Muchos de nosotros no realizamoslos deseos que están en nuestroscorazones simplemente porquetenemos una lista larga de excusaspara toda la vida. Uno de lostemores más grandes de lahumanidad es “fallar”. Le tenemostanto miedo a ser rechazados porotros o juzgados como locos, quepreferimos vivir la vida “normal”.

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Pero “normal” aquí en realidad eshacer lo que no corresponde en lavida. En efecto, hacemos todomenos aquello para lo que fuimoscreados.

Hay tanta gente hoy en día que seestá gastando su vida, pero no estámanifestando ningún fruto. Si ustedviene a vivir en mi casa y conviveconmigo por un tiempo, se darácuenta de que me gusta cocinar,limpiar, decorar, jugar baloncesto,etc. También se podría dar cuentade que me ENCANTA escribir, sea

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música o algún pensamiento. ¿Sabepor qué me encanta? Porque ese esmi propósito en la vida, eso es loque Dios puso en mí y es lo quearde dentro en mi corazón y mente.Él me creó para otros. Cocinar,limpiar, decorar o jugar deportes,me beneficia a mí y a mi familia,pero no a otros. Yo sé que estoy enla voluntad de Dios porque puso enmí algo “no” egoísta.

Cuando yo le digo a mi público:“Bájate de la Canoa”, muchospiensan primero en algo para su

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propio beneficio. Pero es muchomás que eso: significa estar listopara no tenerle miedo al aguacuando llegue el momento en quehemos descubierto nuestropropósito. Para cada uno denosotros Dios ha confirmado unllamado, incluso antes de lacreación, para beneficio de otros.En este verso podemos ver quePablo tenía los mismos problemas.(NVI 1 Corintios 12: 7): “A cadauno se le da una manifestaciónespecial del Espíritu para el bien

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de los demás”. Este verso tiene dospuntos muy importantes: el primeroes la expresión “cada uno”, que serefiere a la individualidad: elsegundo es “bien de los demás”,que se refiere a la ausencia deegoísmo.

Cuando alguien me dice que quiereser como yo, rápidamente le digoque Dios hizo algo en esta personaque no hizo en mí, y que meencantaría verlo. A usted, que estáleyendo este libro, le quierorecordar lo especial que es y cuánto

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Dios creó en su vida para podercumplir su propósito.

Por otro lado, no pensamos muyprofundo en la razón del porquéestamos aquí. Yo le voy a decir loque yo pienso de mí, y quiero queusted piense lo mismo de sí; Dios,el Creador de todo espacio ytiempo, el Señor del universo, elDueño de cada alma y de toda latierra, el Príncipe de Paz, el Señorde Señores, el Todopoderoso y elRey de todos los Reyes, pensó enusted. Nadie más tiene lo que está

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dentro de usted; nadie más puedelograr lo que usted puede hacer consu propósito. Mire su mano ahora;antes de continuar, mire las líneasque hay en ella: nadie en esteuniverso tiene un diseño idéntico.

Cuando entendemos nuestro valoren Dios, es muy fácil comprendermejor nuestro propósito. De estamanera, algo en nosotros nosempuja a querer saber más de loque podemos hacer. Empezamosentonces a tener más confianza ennosotros mismos como hijos de

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Dios. Antes de que se acostaran, yosiempre les dejaba a mis hijos lapuerta un poco abierta para quepudiera entrar la luz, pues si se lacerraba completamente, no sedormían porque le tenían miedo a laoscuridad. Con esa pequeñaapertura de sólo un centímetro, laluz entraba y podían descansar. Sibien era simplemente un centímetro,con sólo ese poquito ya entraba laluz.

Yo entiendo que de la noche a lamañana no es posible cambiar algo

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que hemos practicado por muchotiempo; sin embargo, lo que sípodemos hacer cada noche es abrirla puerta de nuestro corazón cadavez un poquito más.

Muchos hacemos cosas lindas:mandamos dinero a un orfanatorio,le damos un sándwich a un hombrede la calle, o asistimos sininterrupción cada domingo por lamañana a oración. No me tomen amal. Estas son obras lindas, pero noes lo que lo define a usted. Dehecho, yo practico algunas, pero

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eso no quiere decir que es elpropósito de mi vida. Yo sé por quéestoy aquí, ya lo estoy logrando,pero también cuando Dios me poneen el corazón ayudarfinancieramente, yo lo hago.Recuerde NVI Proverbios 21:3:“Practicar la justicia y el derecholo prefiere el Señor a lossacrificios”. Podemos hacersacrificios, pero Dios siempre va apreferir lo que es derecho y justo.Practicar la justicia significa buscarel propósito en usted y llegar a la

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madurez que pueda ser manifestadaa través de usted para el beneficiode los demás.

En NVI Proverbios 20:5 estáconsignado: “Los pensamientoshumanos son aguas profundas; elque es inteligente los captafácilmente”. Este verso quieredecirnos que, aunque los propósitosdel hombre están profundos en elalma, el que sabe pescar, va y lossaca. Esto significa que tenemosque buscar y prestar atención anuestro interior porque, aunque sean

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profundos los propósitos, el quebusca los encontrará. Por otro lado,en NVI Lucas 11:9 dice: Así que yoles digo: ‘Pidan y se les dará,busquen y encontrarán; llamen yse les abrirá la puerta’. Estas sonpalabras rojas que me dicen quesalió de la boca del mismo Dios através de Su Hijo. Jesús caminó enesta tierra y Su Padre le daba todolo que Él pedía. Pero todo lo quepedía era conforme a Su propósito.En efecto, no estaba pidiendo nadapara su propia gloria, sino para

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gloriar a Su Padre. Muchos denosotros ahora sólo obramos anuestra manera para que el humanonos pueda gloriar, pues nos importamás lo que digan de nosotros aquíen la tierra que lo que Dios en elCielo tiene que decir. Cuando Jesúscaminó aquí en la tierra, Supropósito era demostrar la Gloriade Su Padre. Pero aparte de tenerun propósito, también tuvo el sueñoo la visión de que iba a morir pornuestros pecados y así le iba aquitar las llaves a satanás para

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destrancar las cadenas que teníasobre nosotros.

Conocer el propósito es importante,pero lo que se va a hacer con él loes aún más. Yo conozco mipropósito, pero qué provechoobtendría usted si yo simplementele dijera que sé escribir unascanciones, pero nunca se lasmostrara. ¡Ninguno! Absolutamenteninguno. Yo tengo una caja fuerte enmi casa, en donde guardo tesoroscomo fotos, pasaportes, dibujos demis niños, etc. Ahora bien,

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imagínese que yo pusiera allítambién todas las canciones que heescrito, ocultas en donde nadiepudiera leerlas, más que yo, porquesólo yo sé el código de la caja. Esosería egoísta de mi parte, puescuando Dios me creó, Él miró latierra en donde yo iba a sembrar yese lugar sólo tendría mi imprenta yde nadie más. Quiero decir que siyo no hiciera mi trabajo, esa tierrase perdería y yo sería la únicaresponsable por ello.

Dios no nos pide que hagamos

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cosas imposibles porque ese es eltrabajo de Él. Lo único que pide denuestra parte es sembrar y regar,para que Él dé el crecimiento (NVI1 Corintios 3:6). Tal vez se hapreguntado por qué nada estácreciendo en su terreno y, aunque sehaya sacrificado por años,físicamente se haya matado consudor, haya tirado semillas(propias) y haya regado, noobstante, sigue frustrado y nadapasa. Puede ser que no estásembrando en la tierra que Dios le

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dio y, por tanto, su semilla no escompatible con esa tierra.

Me alienta cuando leo estaspalabras en el libro de Isaías,porque es tan directo al corazón queestá buscando su propósito (Isaías55:9-10):

“Mis caminos y mispensamientos son más altosque los de ustedes; más altosque los cielos sobre la tierra!Así como la lluvia y la nievedescienden del cielo, y no

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vuelven allá sin regar antesla tierra y hacerla fecundar ygerminar para que dé semillaal que siembra y pan al quecome”.

¡Imagínese! Dios nos está dando laoportunidad de volar; Él quiere quenosotros entendamos Suspensamientos y dice que Suscaminos y pensamientos son másaltos que el mismo Cielo. Estoquiere decir que fuimos creadospara alcanzar el propósito de Dios.Nuestros propios propósitos son tan

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débiles que no satisfacen y, comodice el refrán, “ni nos llega a lostalones”.

Ahora vamos a hablar un poco de lasegunda parte de estos versos. Elversículo 10 continúa diciendo queDios manda sus pensamientos a latierra, así como la lluvia y la nievedescienden del Cielo. Cuando Diosmanda algo, nunca se regresa sinhacer Su trabajo. Así pues, cuandocaen los pensamientos de Dios enlos corazones y los aceptamos, seprepara el terreno, se fertiliza la

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tierra y comienza a ser (germinar).Todo este proceso es lo que le da lasemilla al sembrador, que somosnosotros, y lo que cosechemos serápan para el que escuche. Esta es unapromesa de Dios. Por eso, nopodemos tenerles miedo a lossueños y pensamientos que Diospone en nosotros, pues sin importarqué tan grandes e imposibles seande alcanzar, cuando pedimos por Suvoluntad, Él nos equipa con lonecesario para cumplir nuestravisión.

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Yo soy hija de un vaqueroverdadero y me acuerdo del día enque decidí aprender a montar uncaballo. Antes de hacerlo, mi papáme enseñó a ponerle la rienda y aensillarlo. Se tomó un tiempo paraenseñarme ya que quería queestuviera lista cuando llegara lahora de montar sola. Él me decía:“Brady -mi sobrenombre-, siemprerecuerda que tienes que dominarel caballo y no dejar que él tedomine a ti. Nunca sueltes larienda, pase lo que pase”. Con

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esto digo que mi papá me enseñóbien. Aprendí porque mi papá teníaconocimiento de caballos: ese erasu terreno. Así es nuestro Dios(Padre); Él nos enseña, cuando algoes de Su conocimiento y de Suterreno, y nos lo demuestra con Susabiduría, de modo que no nos dejasolos. Pero ¿qué pasaría si lehubiera pedido ayuda a mi papápara volar un avión? Él no vuelaaviones, no es su terreno ysimplemente no me beneficiaría desus instrucciones.

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A veces le pedimos a Dios que nosayude en un terreno donde Élfrancamente no tiene interés y quenunca estuvo en Su plan para suvida. Él es Dios y sabe hacer todo,pero no tiene interés en todo. Diosestá interesado en su propósito, queya ha sido establecido en el reinopara usted.

A lo largo de los años, Dios me hademostrado la verdad en miserrores. Recuerdo que en ocasionesadmiraba a una cierta persona alpunto de decir que quería ser como

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ella. Entonces, todo lo que hacíaera similar a esa persona. Un día,por ejemplo, fui a una tienda deropa y vi una chaqueta de cueroparecida a la que usaba mi personafavorita; cuando me la probé, trasverme en el espejo, me sentí mal yridícula, y de pronto escuché algoen mi corazón que me decía: “¿Porqué no quieres ser original?” Megolpeó tan fuerte ese pensamientoque decidí ser Annette otra vez.

De igual modo, le pedí perdón aDios porque, aunque fue de una

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manera inocente, mi corazóndeseaba ser alguien más, debido aque no había definido mi propósito.Si yo no hubiera reconocido en esemomento mi falla, ahora viviríafrustrada por los triunfos de otros,pues no estaría en mi propósitooriginal, sino en uno ajeno.

Muy a menudo, mi mamá recuerdaque, cuando me castigaba, me poníaen una esquina de la cocina. Sinembargo, antes de irme a laesquina, yo tomaba la escobaporque dentro de la próxima hora

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de castigo esa sería mi guitarra. Mecastigaban porque me negaba acantar música mariachi y tambiénporque me portaba mal. Pero, enfin, ya conocemos la historia: estoyhaciendo lo que Dios me propuso.A pesar de los obstáculos, yobusqué de Dios en mi interior y lepedí sabiduría para encontrar mipropio terreno. Así pues, puedodecir que, cuando era niña, mispadres me sembraron en su terreno;sin embargo, al crecer mis raíces,ya era tiempo de sembrar en mi

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propia tierra. A pesar de que a mipapá le dolió que me fuera de suterreno, él sabía que ya era eltiempo, aunque mi siembra seríapara otro propósito, el mío.

Cuando Dios deposita algo en sucorazón, no hay nada ni nadie quelo pueda parar. Nadie más hapodido consignar la imprenta queyo he dejado a través de mi carrera,lo que significa que, de no haberobedecido la voz de Dios, es decir,si no me hubiera bajado de lacanoa, mi tierra se me habría

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secado y habría estado contra eltiempo de Dios.

Él Señor creó a cada ser humanocon un propósito para Su Reino. Silo que usted hace ahora es sólo parausted o su familia, está viviendo deun modo muy egoísta. Esta es larazón por la que no es feliz, puesdentro del alma se mantiene eseanhelo que Dios depositó en suvida, que no se irá sólo porqueusted lo está ignorando. Me gustamucho como lo explica un autor queDios ha usado para crear a líderes

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en estos días: “Si Dios sólo noscreó para aceptar su plan desalvación y luego ir al cielo,entonces se está demorandobastante”. En efecto, Dios no noscreó sólo para ir al Cielo, sinotambién para cumplir nuestropropósito aquí en la tierra.

Muchas mujeres que conozcopiensan que Dios sólo las hizo parahacer tortillas y frijoles, pero estánequivocadas, pues Dios la creópara algo más grande. A mí megusta cocinar; más bien, me fascina.

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Mi esposo y mis hijos siempreestán esperando la hora de la cena,porque saben que les voy haceralgo rico; pero eso no es lo que meapasiona. Mi pasión y mi visión esescribir canciones y pensamientosque logren penetrar lo perdido deuna manera fácil y que puedanafectar el Reino de Dios de unamanera original.

No le estoy diciendo que seanegativo ser ama de casa, pero nose conforme con sólo vivir esa vidarutinaria. Por ejemplo, yo me

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acuerdo cuando mi casa tenía queestar limpia y me perdía horas enorganizar, lavar, planchar, bañar alos niños y a los perros. Era unarutina de todos los días y la cosamás rara es que nunca terminaba;siempre me acostaba como a lamedia noche, todavía lavando yalzando ropa. Cuando por finllegaba a la cama, me acostabavacía, sin rumbo e infeliz. ¿Qué eslo que tenía?, ¿por qué yo hacíatanto, pero nunca estaba satisfecha?Porque dentro de mí había un sentir,

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una visión que Dios habíadepositado en mí, incluso antes deque naciera, pero no lo estabacumpliendo; más bien, la estabaignorando. Entonces no fue sinohasta cuando yo le presté miatención al propósito de mi vida,que pude cumplir mi visión. Elnegocio del enemigo esarrebatarnos la voluntad de Dios ynuestra visiones, pero más grandees Dios que cualquier obstáculo.

Toda la vida vamos a tener buenasintenciones. No existe un ser

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humano que diga: “Tengo malasintenciones.” Pero ¿qué provechosacamos viviendo de esta manera?Ninguno. No sólo sufrimos nosotroscon estas decisiones, sino quetambién los que nos rodean sufren.Nuestra actitud está completamenterelacionada con cómo nos va en lavida y cuántas metas podemosalcanzar. Si digo que todo va a salirmal, entonces así será, pero siafirmo que todo va a salir bien,entonces todo tendrá este resultado.Así está la cosa; pensamos que,

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porque algo no nos está funcionado,eso es malo. Pero en mi lugarsucede lo contrario: cuando algo amí se me hace difícil, me encanta,pues es un reto que puedo superar.De hecho, nunca falta que despuésde esa tormenta aparezca Jesús paracalmar todo.

Yo conozco a una amiga que tienetoda la buena intención de hacer elbien, pero nunca se encuentrasatisfecha; entonces, cada vez queme encuentro con ella, estáintentando algo nuevo. La intención

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no es mala, pero si usted noaprende y en su lugar sigue cayendoen el mismo hoyo, eso sí es malo,pues quiere decir que no estáaprendiendo cómo mantenerse aflote por mucho tiempo.

Los versos cinco y seis de Santiago1 nos llevan a un punto muyinteresante, debido a que nos hablande la constancia:

“Si a alguno de ustedes lefalta sabiduría, pídasela aDios y Él se la dará, pues

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Dios da a todosgenerosamente sinmenospreciar a nadie. Peroque pida con fe, sin dudar,porque el que duda es comolas olas del mar, agitadas yllevadas de un lado a otro porel viento. Quien es así nopiense que va a recibir cosaalguna del Señor, es indecisoe inconstante en todo lo quehace”.

Si esto no le demuestra lo que Diosquiere de usted, entonces no sé qué

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puede ser más claro.

Cuando hablo de bajarnos de lacanoa, no quiero decir que seamosirresponsables. De eso no se trata.Cuando Santiago dijo: “Si te faltasabiduría, pídesela a Dios y Él te lava a dar, pero pide con fe”, lo quequiere decir es que cuando ustedhace las cosas de la maneracorrecta, es decir, pide con fe,entonces usted no va a tener miedode bajarse, porque la paz de Jesússerá la que le está invitando a quetome ese paso de fe.

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Vamos a ver qué pasó cuando Jesússe les apareció a sus discípuloscaminado sobre el agua, y ellospensaron que era un fantasma (NVIMateo 14:27-31): “Pero Jesús lesdijo en seguida: ‘¡Cálmense! Soyyo. No tengan miedo’. ‘Señor, sieres tú –respondió Pedro–,mándame que vaya a ti sobre elagua’. ‘Ven’ –dijo Jesús. Pedrobajó de la barca y caminó sobre elagua en dirección a Jesús. Pero alsentir el viento fuerte, tuvo miendoy comenzó a hundirse. Entonces

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gritó: ‘Señor, ¡sálvame!’. Enseguida Jesús le tendió la mano y,sujetándolo, lo reprendió:‘Hombre de poca fe! ¿Por quédudaste?”.

Me imagino que Jesús ya estabamedio harto de que no pudieranaprender el acto de fe. Las olas quePedro veía son las olas que vemosnosotros cuando estamos caminandohacia el propósito de Dios paranuestras vidas. Luego le pedimos aJesús que nos llame a Su propósito;sin embargo, cuando se para

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enfrente de nosotros y dice: “Ven”,nos da miedo y preferimos regresaral barco porque tenemos la idea deque es mucho mas fácil; pero luego,viene un humano y nos tienta conuna zanahoria y al decirnos: “Ven”,corremos allí sin pensarlo dosveces.

Esta fe positiva ocurrió cuandoPedro escuchó la voz de Dios y,aunque tuvo miedo, no se regresó.Me imagino que él estaba más cercadel barco que de Jesús; si bienpodía haber regresado o pedirle a

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otro de los discípulos que lometieran en el barco otra vez, noobstante, Pedro continuó, puessabía de dónde provendría suayuda, por lo cual le clamó a Jesús.Si nos fijamos en algo, Pedro miróa los lados, pero nunca hacia atrás.Aunque la situación le produjomiedo, que es lo que lo llevó aempezar a hundirse, él siguióadelante. Ahora bien, vamos aimaginarnos que en ese momentoPedro no hubiera dudado;obviamente, no se habría empezado

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a hundir. Sin embargo, nuestrasdecisiones siempre van adeterminar la presión para nuestrodestino. Esto quiere decir que losproblemas pueden ser abordados demanera fácil (sin estrés) o difícil(con mucho estrés). Pedro escogiósólo mirar a los lados, lo que lecostó, pero Judas, el que traicionóal Señor, miró atrás y nuncaregresó. Dios nos dice:

“Busquen al Señor mientrasse deje encontrar; llámenlomientras esté cercano”

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(Isaías 55:6).

Siempre pasa algo gracioso cuandollevo a mis dos hijos más grandesal mercado. Alexio, el menor, es unpoco despistado cuando está consus juegos electrónicos, de modoque no hay nada que le quite laatención, ni siquiera si se trata delfin del mundo; pero Gianni, elmayor, aunque esté entretenidotambién con sus juegos, está atentoa lo que está pasando. Así pues,nunca falta que cuando empezamosa descargar la comida en bolsas,

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Alexio siempre se queda con lasmás pesadas. Entonces empieza allorar y a quejarse afirmando queGianni lo hace a propósito. ¡Claroque lo hace a propósito! Giannipone atención, mira las bolsas ydeja todas las que tienen latas olíquido, y se lleva las que estáncargadas con pan y cereal. Ahorabien, Alexio todavía está con sujuego en una mano y dos bolsas deleche y latas en la otra, ybatallando, echándole todavía laculpa a Gianni. Él simplemente

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tenía que obedecer cuando le pedíque alzara su juego, saliera delcarro y agarrara las bolsas máslivianas. Sin embargo, esa fue sudecisión: prefirió seguir jugando,pero a la hora de caminar a sudestino, aun cuando batalló, llegó.

Dios es misericordioso y permiteque entremos a Su propósito, puedeser a la manera de Alexio o a la deGianni. Infortunadamente, lamayoría escoge lo más difícil, puesestamos demasiados distraídos concosas que ni importaban a la larga.

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Yo tenía 13 años cuando tuve unencuentro con el Espíritu Santo,quien me preguntó qué es lo quedeseaba de Él. Yo le contesté quemi corazón estaba vacío para queÉl hiciera Su voluntad. Sinembargo, tuvieron que pasar losaños y, en lugar de confiar en Dios,dejé que las distraccionescomprometieran mi relación con Él.Entonces, aunque regresé a mipropósito, siempre me costó.

Dios nos dio muchas horas en el díapara manejarlas bien y aprovechar

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todo a su tiempo. Si a usted leencanta coser o practica cualquierotro talento, fije el día y la hora enque puede hacerlo. Tome sucalendario y organícese; no esdifícil. Deje de ver tantas novelas;la televisión quita mucho tiempodel día, de modo que usted pierdedemasiado en esto; los únicos queganan son los actores, a quienes lespagan cada vez que usted sintonízasus programas, mientra ustedempobrece haciendo nada.

Vamos a regresar a la frase:

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“Bájate de la Canoa”. Aunque esuna canción rápida, con un ritmopegajoso, eso no quiere decir queasí es como vamos tomar nuestrasdecisiones. Tenemos que serprudentes, aun en nuestrasemociones. Muchas cosas sepueden visualizar como algopositivo, pero al final pueden serfatales. La manera más segura detener claro el propósito de Dios ensu vida es tener una relación íntimacon Él. Dios intentó cumplir Supropósito con el hombre,

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caminando y hablando con él todoslos días, y guiándolo por el caminoperfecto. Sin embargo, la decisiónde Adán y Eva fue fatal porque nosincomunicó con nuestro Creador; noobstante, en Su misericordia,continuó manifestándose enAbraham, Moisés, David y muchosmás, pues vio que había corazonesque obedecían y deseaban estar enSu presencia, a pesar de lasdecisiones de sus antepasados.

Tal vez está pensando que Dios noquiere nada de usted porque su

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pasado ha sido pedregoso. Quizá sesiente como que ya no hayesperanza y se ha frustrado en suspropias fuerzas. O posiblementesiente que la desobediencia de suspadres lo ha incomunicadopermanentemente de Dios. Noobstante, Él entregó a su único Hijopara traernos salvación por mediode su Sangre; lo sacrificó porqueera demasiado importante que secumpliera Su propósito en nosotros.Dios siempre termina todo lo queempieza, pues es constante, fiel a

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Su Palabra y nos ha mostrado elTesoro que nos ha dejado a travésde Su Espíritu, a saber, la sabiduríay el entendimiento que estáguardado en su Hijo Jesús.

¿Cuántas lágrimas nos hubiéramosahorrado si sólo hubiéramosacudido a Jesús la primera vez? ¿Acuántas personas hemos lastimadopor no hacer aquello para lo queDios nos creó? En la oración está elpoder para comprender nuestrospropósitos. Cuando oramos,estamos hablando con el Creador

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del universo, así que tenemos quepracticar esta acción, pues esnuestra única alternativa.

Habrá momentos cuando sientaestar ahogándose aun en Suvoluntad, pero Él siempre nosdemuestra Su fidelidad.

“El Señor afirma los pasos delhombre cuando le agrada su modode vivir; podrá tropezar, pero nocaerá, porque el Señor lo sostienede la mano”.

Ahora le voy a pedir un favor, antes

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de que continúe leyendo este libro:quítese la etiqueta con su propioprecio, porque es inestimable.Dios mandó a Su Hijo y Él se bajóde la canoa cuando vio Supropósito en una cruz.

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Capítulo 8

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LOS PERROS QUELADRAN

Recuerdo que antes de empezar micarrera musical de lleno, pensabaque ser hija de pastor era lo másduro, porque siempre sentía quecaminaba sobre cáscaras de huevos.Cuando grabé mi primer disco, erauna maravilla, pues si Dios mepermitía viajar, podía escapar detoda la crítica en mi iglesia. Bueno,no voy a decir que fuera perfecta,

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pero no eran cosas que importabansi otra muchacha, que no fuera hijade pastor, las hiciera.

Uno de mis oficios como hija depastor era encargarme de losjóvenes, por lo que cada domingodaba la alabanza. Con todo micorazón hacía ese trabajo; noporque fuera la hija del pastor oporque me hubieran obligado, sinoque sentía el llamado para daraliento al necesitado. Aunque todolo que hacía era para otros y mirabael fruto, yo quería algo más en la

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vida. Todavía no tenía claro lo quebuscaba, pero una cosa sí sabía: noquería estar en donde hubieracrítica. Me importaba tanto lo queotros decían de mí, que me sentíaestresada de no poder complacer yllegaba a casa estresada.

Por fin llegó un día en el que recibíuna llamada de una estación deradio que quería hacer un conciertoconmigo, pues les había encantadomi nueva producción denominada“Volar Libre”. Estaba tan feliz, queimágenes de mi futuro empezaron a

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pasarse delante de mí. Meimaginaba en escenarios y con unasonrisa permanente. Decía dentrode mí: “Ahora sí voy a hacer lavoluntad de Dios y todos me van aquerer; voy a escribir cancionesque les van a encantar a todas lasiglesias y lo mejor es que mi iglesiase va a dar cuenta de que otrasiglesias no me critican”.

No pude estar más lejos de laverdad. Lo que no sabía era que lopoco que me pasaba en mi iglesia,era sólo una preparación para lo

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que me esperaba.

Me gusta pensarlo de esta forma:cuando está por venir una tormenta,se siente un viento tranquilo, veopapeles y hojas de árboles flotandoy, con el viento, mi pelo se me pegaal labial que me acabo de aplicar.Mientras tanto, el cielo empieza aformar nubes y se prepara paraagitar todo lo que se opone defrente. Cada gota que pega en elbrazo se agranda al avanzar lossegundos, el sol desaparecetotalmente y, por un segundo, el

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silencio reina. Así fue como estuvelejos de la verdad. Todo lo queestaba pasando sólo me preparabapara lo que venía. Sin darmecuenta, las críticas servían paraformarme, pues el hecho de no tenera muchos contentos conmigo, medaba tiempo para definir cada partede mi vida.

Tal vez la aceptación de muchos mehubiera distraído y me hubieraatrasado en todo lo que he logrado,porque cuando uno estácomplaciendo a muchos, es muy

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probable que no se estécomplaciendo el espíritu. Con estono quiero sugerir que es malo teneramistades, pero sí es importantetener amistades buenas.

Proverbios 27:17 “El hierrose afila con el hierro, y elhombre en el trato con elhombre”.

Cuando usted necesita ponerle filoa un cuchillo no lo hace con uncuchillo de plástico, ¿verdad? Lohace con otro cuchillo del mismo

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material porque se aguantan paralograr lo filoso. Ahora, al trasladareste ejemplo a lo humano, si ustedes una persona que tiene filo y llegael momento en que necesita otrapasadita, tiene que tener unapersona filosa a su lado para quesurja efecto. Sin embargo, si ustedes una persona que quiere ascenderen la vida, pero tiene personas deplástico a su lado, con el tiempo sehará de plástico también.

El hecho de que yo sea impacienteno quiere decir que el tiempo de

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Dios vaya a cambiar. Todo lo quenosotros debemos ser ya fuemanifestado en la mente de Dios.Cuando nacimos, vinimos con unpaquete que se llama “plan”. Enefecto, existen los atrasos y loscaminos que no esperamos, peroesto pasa porque no hemoscapturado lo que de verdadvalemos. Dios nos hizo a su imageny, aunque no somos perfectos comoÉl, nos dio una conciencia parallegar lo más cerca a Él. Laperfección de Dios está establecida

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bajo el amor incomparable que sóloÉl nos puede ofrecer. Bajo eseamor estamos cada uno de nosotros;sin embargo, la mayor parte de lahumanidad no lo reconoce, puesdetesta la religión.

Aunque soy hija de pastor, nopertenezco a ninguna religión, puessoy testigo de lo que pasa dentro dela iglesia cuando nos inclinamos ala religión y no practicamos elorigen de nuestro existir. Estoyconvencida de que el efecto quecausa este comportamiento es el

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temor hacia la vida y la inseguridaddel porqué estamos aquí.

La situación es, entonces: si ustedestá aquí, es porque Dios lo pusoaquí. Como Dios es perfecto ynunca se equivoca, Él es el únicoque le puede mostrar la salida deese laberinto que tanto recorre. Loprimero que Dios requiere de usted,es que detenga la religión que loestá distrayendo de todo lo lindoque Él tiene para su vida. No hayninguna parte de la Biblia en dondeJesús nos pida que vivamos en una

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religión; al contrario, él habló encontra de ella y en contra de toda lahipocresía que ésta trae:

“¡Ay de ustedes, maestros dela ley y fariseos hipócritas!Limpian el exterior del vaso ydel plato, pero por dentroestán llenos de robo y dedesenfreno. ¡Fariseo ciego!Limpia primero por dentro elvaso y el plato, y así quedarálimpio también por fuera. ¡Ayde ustedes, maestros de la leyy fariseos, hipócritas! Que

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son como sepulcrosbanqueados. Por fuera lucenhermosos, pero por dentroestán llenos de huesos demuertos y de podredumbre.Así también ustedes, por fueradan la impresión de serjustos, pero por dentro estánllenos de hipocresía y demaldad” (Mateo 23:25-28).

Cuando nosotros nos preocupamosmás por limpiar lo de adentro, todolo de afuera se acomodaautomáticamente.

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En lo más profundo de cada humanoexiste un gemir que deseaconectarse con una luz y una pazque es la entrada a la comunicacióncon nuestro Creador. Por más quealguien lo trate de convencer de quela religión es la respuesta para sufrustración, hay algo en usted quesiempre va a querer una respuestamás clara. La religión sólo essuperficial, no es nada profundo, ytodo lo que se edifica con ella seasemeja a la construcción de unreino en arena. Por eso usted no

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puede superarse en la vida, y todolo que erige se cae, de modo quedebe empezar de nuevo.

Sin embargo, no basta con dejar lareligión para que su vida seacomode; tiene que buscar esaentrada que está dentro de usted y,sin importar lo que pase y lo quedigan, el ser humano no lo va apoder distraer y, en consecuencia,va a poder vivir sin necesitar laaprobación del ser humano. Cuandonos damos cuenta de nuestro valor ysabemos lo que realmente nos

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identifica, no hay absolutamentenada que temer.

Cuando una doctrina o religióntoma el primer lugar en unapersona, en vez de Jesucristo, secrea un problema grave, porque eneste caso el enfoque pasa a ser elhumano y éste no es perfecto; elhumano falla. Una religión odoctrina es algo que se inventa elhombre en su propia arrogancia: noes algo que Jesús nos hayaenseñado. Lo establecido por Diosfue algo fácil, y el enemigo vino a

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tratar de cambiar todo para queestuviéramos confundidos. EnMateo Jesús les dice a losreligiosos:

“¡Ay de ustedes maestros dela ley y fariseos, hipócritas!Les cierran a los demás elreino de los cielos, y nientran ustedes ni dejan entrara los que intentan hacerlo”.

Jesús estaba frustrado porque Él sedaba cuenta de que ellos usaban lareligión para aprovecharse de la

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gente. Hoy en día siguen existiendoesos fariseos, la diferencia radicaen que ahora se ponen trajesmodernos.

Cuando nos aferramos tanto a unatradición, se nos olvida la razón delporqué estamos aquí. Nospreocupamos de la apariencia yotras cosas que no estánrelacionadas con nuestro propósito;además usamos a Jesús a manera detoalla para limpiar el desorden quehacemos.

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Tener una relación con Dios notiene nada que ver con religión,pero sí tiene todo que ver con supropósito. ¿Cómo va a saber lo quetiene que hacer si no tienecomunicación con su Creador? Uncreador que inventa algo sabeexactamente, más que cualquiera,cuál es la finalidad de su invento.Si yo le hubiera preguntado a un serhumano para qué sirvo, me hubieradado su propia opinión. Tal vezhubiera sido para conveniencia.Dios es el único que sabe para qué

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fue creado usted, y Él no está en lareligión; por eso es importantesalirse, porque allí no Lo va aencontrar.

Un día alguien me dijo: “No tepreocupes mientras los perros esténladrando; hazlo cuando no esténladrando”. Al principio estaba unpoco confundida porque, a miparecer, era mucho mejor para míno escuchar personas juzgándome.Yo quería que todos me quisieran yque aceptaran lo que les queríaofrecer. Con el tiempo me fui dando

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cuenta de que mi enemigo noladraba cuando estaba tratando deestar bien con el hombre, pero sí lohacía cuando estaba quedando biencon Dios.

Quedar bien con Él es muydiferente a quedar bien con losseres humanos. Infortunadamente,muchos de nosotros queremos estarbien con los dos. Pero eso nofunciona de esa manera, pues asícomo a mí me gusta escribircanciones y no dejo que nadie melas cambie, también su Creador

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escribió un libro de su vida ypropósito para esta tierra y noquiere que éste sea modificado. ElSalmo 139:16 nos dice: “Tus ojosvieron mi cuerpo en gestación:todo estaba ya escrito en tu libro;todos mis días se estabandiseñando, aunque no existía unosolo de ellos”. Esto significa quelas opiniones del hombre noimportan.

Muy a menudo comparto el ejemplode mis cuatro hijos. Cuando ellos selevantan, no se preocupan por si

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hay leche en el refrigerador, o sihay pan para hacerles un sándwich.Ellos se despiertan ya programadoscon la seguridad de que, una vezabren el refrigerador, encontraránalgo para comer o tomar, pues estánconvencidos de que ellos son mishijos y mi responsabilidad.

Asimismo tenemos que aplicar esteatributo de padres hacia los hijos,con el amor de Nuestro Padre. Eldeseo de Él es que nosotrosempecemos a reconocer quiénessomos y a caminar con un rostro no

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altivo, sino seguro. Nuncaolvidemos que si nosotros podemosdar buenas cosas y tener amorincondicional para nuestros hijos,¿qué más puede sobrepasar el amorde nuestro Padre, nuestro Creador?

“¿Quién de ustedes, si su hijole pide pan, le da una piedra?¿O si le pide un pescado le dauna serpiente? Pues siustedes, aun siendo malos,saben dar cosas buenas a sushijos, ¡cuánto más su Padreque está en el cielo dará

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cosas buenas a los que lepidan!” (Mateo 7:9-11).

Cuando Jesús nos dijo que enprimer lugar buscáramos el Reino ysu justicia, nos estaba diciendo quehalláramos, antes que nada, la razónpor nuestro existir, es decir, larazón por la cual Dios decidióponernos aquí en esta tierra.Cuando una persona encuentra unmapa que indica un tesoro, deinmediato trata de encontrar suubicación, aunque el mapa noseñale el lugar exacto. Del mismo

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modo, nuestro Creador nos dejó unmapa (Jesús) para que nosreconciliemos con nuestro Reino.Imagínese, ¡usted es hijo de un Rey!¡Su padre es el Creador deluniverso! Tal vez está perdido,pero Él no ha terminado de amarloy desea que se reconcilie con Élpara mostrarle el Reino que ustedpuede tener.

A qué voy con esto. Cuando unapersona busca el libro de su vidaque el Creador escribió, aun antesde que naciera, se encuentra tras

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algo fuera de lugar, pero noperdido. No es tarde para empezara leer el primer capítulo de su vida.

No hay nada en este mundo quepueda enfrentarse con nuestropropósito y ganar. Si alguien legana fácilmente, quiere decir que noestá en el diseño de su libro. Si yovoy a su casa, usted me puedesacar; pero si está en mi casa, nopuede hacer eso. Cuando estamoscumpliendo con el orden de nuestromanual, estamos protegidos yseguros. En efecto, usted no se

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sentiría cómodo viviendo lo queestá en mi manual personal, porqueno fue escrito para usted. Asímismo, la llave de mi casa no abrela suya, pues el molde de la chapaes diferente al de la mía. Por eso,cuando me preguntan por quétodavía estoy haciendo lo que hagoa pesar de las críticas, respondoque yo estoy en un lugar en dondeme siento segura, porque meencuentro viviendo conforme aldiseño del Creador.

Cuando escuchamos que los perros

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están ladrando, la mayoría de lasveces se trata de personas que nohan hallado su molde y se sienteninfelices de que otros ya lo hayanhecho o estén en el proceso.Cuando alguien está tratando deacomodarse en el molde de alguienmás, se torna frustrado porque estápermitiendo que alguien más ledicte la vida y le diga cómo vivir.

En este punto regresamos a lomismo: “religión”. La religión nosaparta de lo que es nuestro. Muchosme critican porque no me han

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podido meter en los moldes que mehan asignado. En mi interior existeun sentir de propósito del que nisiquiera la religión me puededistraer. Mi meta siempre fueentender por qué yo estaba en estatierra y para qué fui creada.Recuerdo las noches en que meescapaba para salir, cuando todosen casa se habían dormido. Meacostaba en una hamaca que mipapá había colgado, miraba el cieloy hablaba con mi Creador. Aunqueen ese tiempo no todo era muy

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claro, sí sabía que estaba más cercade lo que necesitaba saber. Meencantaba leer y tratar de figurar loque Dios estaba tratando de hacercuando creó los seres humanos, losque sólo le dimos la espalda. Conel tiempo me di cuenta de que Élquería una relación con nosotros.Imagínese, el Creador del universo,el único Dios soberano, el dueño detodo el mundo, lo trajo al mundopara que usted tenga una relacióncon Él.

A Dios no lo podemos impresionar

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porque Él ya sabe de lo que somoscapaces; mucho menos loimpactamos cuando nos vestimos deblanco por fuera porque Él quiereque principalmente arreglemos lascosas por dentro. Un restaurantebonito lo atrae por fuera, pero, paraque usted coma allí, le tiene queimpresionar aún más lo de adentro.Por eso es importante nunca juzgarlo exterior, aunque sea para alagaro humillar; lo único que tenemosque hacer es aprovechar los buenosfrutos de otros, y esquivar los

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malos.

Siempre recuerde que la religión esuna distracción que el enemigoinventó para que no encontráramosnuestra herencia que él codiciódesde el principio. El trabajo delenemigo consiste en apartarlo dellibro con el diseño de su vida,porque él sabe que si lo encuentra,todo aquello que él le ofrece ya nole resulta atractivo a usted.

“Richie Rich” es una película queme encanta y es una de mis

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favoritas. Se trata de una familiamuy rica, en cuyo testamento toda laherencia es para el hijo Richie. Elabogado de la familia se vuelvecodicioso, por lo que decide matara los padres para hacerse elguardián legal de Richie y, de esemodo, quedarse con todo el dinero.El abogado no sabía que los padreshabían escapado de la muerte y quesu plan no había funcionado. Así escomo veo a nuestro enemigo: élquiere apoderarse de toda nuestraherencia y, aun cuando mandó matar

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al hijo de Dios, su plan no funcionó.Por eso, nuestra herencia ha sidoregresada a nosotros, puesJesucristo venció la muerte.

Como el enemigo ya no pudohacerlo, decidió atacar nuestroplaneta con armas de confusión,duda e ideología humana, y de allísurgió la religión.

La religión es una defensa dehumo que le hace sentir protegidode su propia duda. Pero es tiempode detener todo lo que el enemigo

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ha planteado en su cabeza. Haypersonas que van a estar contentaspor usted cuando encuentre supropósito, pero también haypersonas que van a tratar de hacerlela vida pesada.

Gracias a Dios, es tiempo demirarse en el espejo y valorar lahermosura de hombre o de mujerque Dios hizo de usted. Nuncaolvide y siempre tenga la completaseguridad de que lo que Él empieza,lo termina.

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Capítulo 9

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SOLEDAD

La religión es la epidemia másgrave que ha infectado al mundoentero. Nos alarmamos de tantosvirus que las noticias nos advierteny buscamos remedios para nocontagiarnos. Hemos comprado elantídoto para la mayoría de virusque nos amenazan, pero no hemosaceptado el antídoto gratis que matala religión. Aun algunos de los queprofesamos ya ser libres de ella,

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porque se nos ha entregado elantídoto, todavía cargamos unainfección que no nos ha permitidocurarnos por completo porquehemos puesto la jeringa con ellíquido rojo en el tocador y no noshemos inyectado. Este antídoto es lapreciosa sangre que nuestroJesucristo derramó cuando decidiómorir por nuestros pecados que nosataban a un pasado que no eraposible borrar.

La mayoría de nosotros caminamoscon cadenas invisibles que en la

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vida real pesan. Podemos sonreírpor fuera, pero ¿qué es lo quesentimos por dentro? La culpa esuna de las infecciones más difícilesde erradicar porque se ha extendidode generación a generación.

No existe un solo ser humano queno haya sido infectado con lareligión. Todo empezó con Adán yEva. Cuando Eva estaba en elJardín del Edén, una serpiente lainfectó con el virus y desde esemomento empezó todo. Lo que ellossintieron fue la infección de la

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culpa, pues sabían que habíancometido el error más grande de suvida. Según la historia que muchosteólogos han establecido sobre lavida de Adán y Eva, ellos vivieronen una cueva oscura, dada la culpay responsabilidad que sentían.Supongo que no querían serrecordados por todo lo que habíanperdido. Esa culpa fue transmitida asus hijos, a usted y a sudescendencia.

Imagínese si Eva hubiera usado esemomento de soledad para resistir a

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la serpiente; o si Caín, hijo de Adány Eva que mató a su hermano porenvidia, hubiera usado su soledadpara conocer más de su Creador.Pero allí no paró la culpa; éstacontinuó de vida en vida y, cadavez que crecía, una nueva infecciónsurgía.

Ahora, llegamos a este siglo, y Dioscontinúa en busca de los corazonesque deseen más de Él. Él miradesde el cielo y espera a que unindividuo esté interesado enconocer más a su Creador. Yo creo

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que uno de los momentos másfelices de Dios es cuando habla conuno de sus hijos en soledad. Larazón por la que Dios nos creó acada uno diferente, consiste en queÉl desea sostener una relaciónindividual con cada uno. Si Él sólohubiera querido un tipo de persona,habría creado un sólo ser humano,de modo que todo sería más fácil.Pero en la mente de su Creadorsurgió usted, su diseño, su carácter,su cara, sus pies, sus manos y sucorazón. Él pensó en usted antes de

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que hiciera este mundo. Su soledades lo que Dios busca de usted, puesúnicamente en ésta puede tener unaíntima relación con su Dios, o unaenemistad con Él.

La religión en cada individuo halevantado paredes por todos lados.Nosotros mismos nos hemos creadoun laberinto de difícil salida. Lareligión es un lobo que se havestido de cordero y ha usado elNombre de Dios. Recuerdo que deniña, la maestra de escueladominical nos enseñaba que si las

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niñas usábamos pantalón, nosiríamos al infierno (una pared); quesi nos colocábamos aretes, eso eradel diablo (otra pared). A unaamiga mía, su papá le decía quesólo las mujeres de la calle usanlabial; esto generó en ella un juiciopara condenar a las mujeres de lascalles en vez de amarlas. Se tratade paredes tras paredes que no nosdejan ver por dónde vamos.

En el tiempo que Dios me hapermitido viajar por muchas partesdel mundo, he visto mucha tristeza:

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prostitución de mujeres y hombres,drogadictos y alcohólicos de todaedad, niños muriéndose de hambrey abandonados por sus padres, ytodo lo que causa dolor. Sinembargo, una de las tristezas másfuertes de que he sido testigo es lareligión. Un drogadicto le va adecir con más facilidad que tiene unproblema, pero no un religioso.Jesús les dijo a los fariseos:

“¡Serpientes! Es más fácilque entre un camello por elojo de una aguja que ustedes

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al Cielo” (Mateo 19:16-30).

¿Qué es la soledad? ¿Será unmomento que Dios pone en su vidapara buscar más de Él? ¿Será unmomento muy apropiado parareflexionar en lo que necesitacambio de nuestra parte? Yo soytestigo de que la soledad puede serun lugar muy oscuro, pero tambiénpuede ser uno con mucha luz. Todostenemos ese momento de soledad.Todo depende de cómo se quieraenfrentar.

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A muchos de nosotros no nos gustala soledad porque nos redarguye laconciencia en lo más profundo ynos da miedo reflexionar en loscambios que se deben hacer. Noexiste un sólo ser humano sin unaconciencia; aunque unos traten deignorarla, eso no quiere decir queno la tengan. La soledad demanda elpensamiento.

Dios habita entre mucha gente(Salmo 133:1), pero laindividualidad es especial para Él.Cuando quiso tener una relación

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con Moisés, no lo hizo en medio detodo el pueblo. Él lo llamó a solas,al Monte Sinaí, y allí empezó aplaticar con él. Cuando llamó aAbraham, habló con él a solas, noenfrente de su esposa. Cada vez queDios ha querido una relación íntimacon un hijo suyo, lo ha encontradoen su soledad. Anteriormente, yousaba la soledad para darmelástima o para juzgarme a mímisma; para ahogarme en losproblemas que estaba pasando; paraver televisión y perder tiempo, y

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para pensar cuántas veces más iba afallar en la vida.

La soledad se puede usar de dosmaneras. Si entra a un cuarto y laluz está apagada, usted puededecidir si lo quiere mantener oscuroo si quiere encender la luz.Asimismo sucede cuando entra ensu soledad: puede dejar las lucesapagadas y tropezarse con un objetoen el piso, o encender la luz y verpor qué está allí. Puede empezar apreguntarse: ¿por qué estoy aquí? o¿qué es lo que valgo? Estas

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preguntas son poderosas porquecuando usted comienza a querersaber el porqué, la animación de suvida empieza a derretirse y se dainicio a la formación de un cuadrode la realidad. Así, lo que leparecía chistoso, ya no lo es; lo quele resultaba inofensivo, ahora esofensivo.

El enemigo quiere mantenerlo en elestado de ignorancia. No importaqué tan religioso fue creado, notiene nada que ver con suexistencia. No importa cuántas

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veces vaya a misa; cuántaspredicaciones haya escuchado envivo o por televisión; cuánto dinerotiene en el banco, o cuántasenseñanzas ha dado en la escueladominical. Si no sabe por qué estáaquí, nada de eso vale.

Una buena obra no quiere decir quees Su obra. Si usted decide haceruna buena obra no es malo; pero sino la está haciendo para lo que fuecreada, eso sí es malo. Lafrustración viene de no saber cómomanejar nuestra existencia;

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entonces, perdemos mucho tiempotratando de recompensar nuestrosmalos hábitos con obras buenas. Yotenía una amiga que cuando sabíaque le había lastimado el corazón aDios, me regalaba muchas cosascaras y les mandaba dinero a lospobres. Yo aceptaba al principioporque me gustaban sus regalos,pero con el tiempo empecé afijarme en el patrón de suconciencia.

A manera de ejemplo, supongamosque yo les digo a mis hijos Gianni y

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Alexio que si me traen buenascalificaciones de la escuela afinales del año escolar, los llevaréa Disneylandia. Ahora vamos adecir que sólo uno de ellos meobedece y me trae lo que esperaba;¿será que el que no calificó puedecomprarme flores para ir aDisneylandia? ¡No! ¡Absolutamenteno! Eso no sería justo, primero,para el que trabajó más duro, ymucho menos para mí, que no lepuedo dar esa confianza.

Así es como nuestro Padre mira

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este asunto. Él nos da su Palabra ynos dice que busquemos de Él y nolo dejemos allí. También nos dicecómo hallarlo. No se vendenpasajes para tener una vidaperfecta, pero sí hay instruccionesde cómo llegar allí. El Salmo25:12-14 dice:

“¿Quién es el hombre queteme al Señor? Será instruidoen el mejor de los caminos.Tendrá una vida placentera, ysus descendientes heredaránla tierra. El Señor brinda su

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amistad a quienes le honran yles da a conocer Su pacto”.

Una relación con Dios esindividual. Cada uno de nosotros esresponsable de sus acciones. Talvez usted es una persona que sienteque no puede avanzar en la vida porlo destrozado que ha quedado contanta traición. Tal vez su soledad loasusta porque le trae recuerdos deun pasado que ya no quiere vivir.Tal vez sus padres le enseñaron unareligión que usaba el nombre deDios, y todo lo que vio en ella fue

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hipocresía. Tal vez es una mujerque está o estaba casada con unhombre que la golpeó y violó todossus derechos. Tal vez es un hombreque fue violado por tantos hombresque ahora está confundido conrespecto a su sexualidad y sienteque nadie lo entiende.

Pero Dios sí lo comprende. Élespera sólo una cosa pequeña deusted: “obediencia”. En 1 Pedro5:10 se lee:

“Y después que ustedes hayan

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sufrido un poco de tiempo,Dios mismo, el Dios de todagracia que los llamó a sugloria eterna en Cristo, losrestaurará y los hará fuertes,firmes y estables”.

La soledad es un lugar que ustedpuede usar para encontrar paz. Ensu soledad no hay distracciones, nohay vergüenza porque sólo estánusted y su Creador, que conoce lacantidad de cabellos que tiene sucabeza y sus pensamientos másprofundos. No hay absolutamente

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nada que le pueda esconder, puesÉl lo sabe todo.

Dios no es un Dios de condenación;antes que nada, Él es amor. Muchosde nosotros ya nos hemos puestocondena y nos hemos encerrado enuna prisión propia sin que El GranJuez nos juzgue. Dejamos que lascondenas de los seres humanos nosafecten tanto y dejamos quesobrepasen nuestros límites.

Habrá ocasiones en las que supropia familia no va a entender las

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decisiones que tome para generarun cambio positivo. Mucho menossus amigos. Pero no importa,porque al final del día, con el queva a quedar bien es con quien le dade comer, de vestir, un techo, honra,y prosperidad. Cuando haga de susoledad un hábito, comoencontrarse en un café con suCreador todas las mañanas, unos ensu familia y algunos amigos loabandonarán porque nocomprenderán hasta que ellos seanimen a hacer lo mismo. Ya usted

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resultará ser la persona másaburrida para ellos. Pero noimporta, porque el tiempo que estácon su Dios en las mañanas es másque suficiente.

Si usted piensa en personajesimportantes en la historia, se darácuenta de que la mayoría no eranpopulares, sino sólo famosos. Si aAlbert Einstein le hubieraimportado lo que la gente decía deél, hubiera comprometido suexistencia. A él no le importó serpopular ni famoso, él sólo tenía una

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meta que lo hizo grande y famoso.Thomas Edison, en su soledad,inventó la luz con electricidad.Moisés, en su soledad, encontró supropósito de sacar miles deesclavos a la vez, sin importar loque el rey de Egipto y losgobernantes pensaran de él. La listasigue y sigue.

Yo siempre he sostenido que elhecho de que seamos impacientes,no quiere decir que el tiempo deDios vaya a cambiar. De esto síestoy segura. Unos queremos tomar

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el ascensor porque no queremosusar fuerzas para subir al próximonivel. En ocasiones, por ejemplo,vamos a un país y nos quedamos enun hotel en donde no hay ascensor ysólo nos queda usar las escaleras.Aunque no entiendo por qué alguiendecidió hacer un hotel con 20 pisossin ascensor, sólo me queda subirlas escaleras si quiero dormir enuna cama. Tal vez las escalerastoman más tiempo, pero cuandousted llega a su habitación apreciamás la cama. En Génesis 28:10-15

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encontramos la historia del sueñode Jacob en el que vio una escaleraapoyada en la tierra que llegabahasta el Cielo. Jacob estaba solo yDios lo había visitado en un sueñopara recordarle lo que Él le habíaprometido: “Yo estoy contigo. Teprotegeré por dondequiera quevayas, y te traeré de vuelta a estatierra. No te abandonaré hastacumplir con todo lo que te heprometido” (Verso 15). EstaPalabra es promesa también parausted porque el Salmo 139:16

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afirma: “Tus ojos vieron mi cuerpoen gestación; todo estaba yaescrito en tu libro; todos mis díasse estaban diseñando, aunque noexistía uno solo de ellos”. Existeun libro con el diseño de su vida, yDios ha prometido no abandonarlohasta cumplir con todo lo que Él haescrito. Dios no se arrepiente desus promesas, nosotros sí.

La razón por la cual muchos denosotros no hemos podido tenerrelación definida con Dios, aunquepracticamos la religión, es porque

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la semilla en nuestra vida no haechado raíz. Dios sabe exactamentecuánta agua necesita la semilla denuestra vida. Tal vez usted pensaráque al principio no está viendoresultados porque no ha visto algoverde salir de la tierra. Si ustedcompra una bolsita con semillas yla foto de enfrente muestra floreslindas, esto no quiere decir queflorecerá el primer día que lasplante; no importa cuánta agua leseche y cuántas veces al día, no va aver flores hasta pasado un tiempo.

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Por el contrario, si le echa muchaagua, puede atrasar el tiempo deflorecimiento porque no deja que laraíz se forme. Por el contrario, Diossí sabe cuánta agua necesita su vidapara que la raíz prenda bien.

Siga buscando a Dios en susoledad, aunque el enemigo le digaque usted está perdiendo tiempo; nole haga caso porque este ángelcaído, envidioso, quiere que siga enla ignorancia de su herencia y todolo que él dice es pura MENTIRA.Acepte las promesas de Dios, su

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Creador, y verá que cuando tomenraíz, usted será fuerte y encontrarásu propósito en medio de susoledad y vivirá como nunca habíavivido. Inyecte su alma con elantídoto rojo que es la Sangre deJesucristo que limpia todainfección.

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BIOGRAFÍA

Alguien le preguntó a AnnetteMoreno cómo sabía que lo queestaba haciendo tenía propósito. Surepuesta fue interesante; ella dijoque si escuchaba los perros ladrar,estaba segura de que iba por buencamino. Cuando ella empezó aviajar por primera vez cantando suscomposiciones, su gran sorpresa fueque muchos la abrazaban, perotambién otros tantos la juzgaron.

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Con los ataques, frustración einseguridad de que tal vez no era elcamino que Dios le había mostrado,El Señor le manda a una personaque nunca había conocido y le dice:“No te preocupes mientras losperros estén ladrando. Preocúpatecuando ya no lo estén haciendo”.Esto la motivó a seguir por uncamino pedregoso, perosatisfactorio, con la seguridad deque Dios está en este plan que hastaahora sigue caminando.

Desde los tres años, la música ha

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sido gran parte de la vida y de lacarrera de Annette Moreno. Elladecidió hacer un libro-resumen detodas sus experiencias en sus viajespor muchas partes del mundo, asícomo de sus canciones, tales como:“Complicado”, “Bájate de laCanoa”, “Guardián de micorazón”…..y otros más. De estamanera, nos explica cómo losmomentos lindos son para hacernossonreír y los momentos difíciles,para hacernos fuertes. Lascanciones que ha grabado han

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causado bastante controversia en elambiente religioso, por lo cual ellareitera la importancia de no buscaruna religión, sino la razón por lacual cada quien fue creado.

“Cuando encuentra la razón depor qué existe, encuentra a SuCreador, porque su diseñooriginal está apegado a Dios”, nosdice Annette, inspirada en Salmo139:16.

Durante su tiempo de carrera, ella ysu banda han ofrecido algo distinto

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que ha atraído a ambos mundos dereligión y no religión. Su música esescuchada en todo género deemisoras. Su mayor dedicación essu relación con Dios y su familia.

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