aniversario 165 del natalicio del apóstol · 2018-01-28 · rados del mundo padeció el horror del...

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JUVENTUD REBELDE Aniversario 165 del natalicio del Apóstol DOMINGO 28 DE ENERO DEL 2018 SUPLEMENTO ESPECIAL

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JUVENTUD REBELDE

Aniversario 165 del natalicio del Apóstol

DOMINGO 28 DE ENERO DEL 2018

SUPLEMENTO ESPECIAL

DOMINGO 28 DE ENERO DE 201802

por GGRRAAZZIIEELLLLAA [email protected]

SIEMPRE quise visitar Playita de Cajobabo. Aspiraba aconocer un sitio de peregrinación, un lugar sagrado dela patria. Cuando pude hacerlo, la experiencia resultóestremecedora. En aquel paisaje concreto, saltandopor encima del tiempo transcurrido, estaba tocandocon las manos la presencia viva del Apóstol.

A plena luz del día, bajo un sol resplandeciente, pal-pé la arena áspera y rugosa, tan distinta a aquella otra,suave y fina, donde hubiera podido jugar —con aro, bal-de y paleta— la niña de los zapatos de rosa. Del maremergían rocas filosas como garfios. Imaginé entoncesesa noche oscura de 1895, cuando remeros luchabancontra oleajes, evadiendo las amenazas ocultas por elagua después de haber escapado al acoso de un ene-migo bien informado acerca del movimiento de losconspiradores.

Entre esos hombres de manos curtidas, José Mar-tí tensaba los músculos en descomunal esfuerzo.Endeble el cuerpo, minada la salud, marcado por lasheridas abiertas de los grillos en sus tiempos de ado-lescente sometido a trabajos forzados en las cante-ras de La Habana, cargaba fusil, balas, botiquín deprimeros auxilios, libros y papeles. Vencía el dolor y elagotamiento, porque la Isla lo estaba esperando.Después del desembarco lo recibió el esplendor de lanaturaleza virgen, la acogida generosa de los campe-sinos dispuestos a ofrecer hamaca para el reposo, yalimento para recuperar fuerzas y proseguir la duramarcha que hermana hombres.

En el breve tránsito que lo condujo a Dos Ríos, Mar-tí no conoció el descanso. Mientras otros dormían, fijósus vivencias en un diario que constituye uno de losmás hermosos textos literarios de nuestra lengua.Hecho con prisa y despojado de artificios,anuncia algu-nas audacias de la vanguardia. Las páginas parecen

brotar de una poderosa necesidad interior. Escribirlasle deparó, sin duda, instantes de plenitud y disfrute,porque en noches febriles y sueño escaso, el deber,siempre vigilante, le demandaba otras tareas. Habíaque proseguir la vindicación de Cuba en la prensa deNueva York. La ternura también impone su exigentemandato. Encontró el momento para aconsejar a lapequeña María Mantilla sobre su porvenir posiblecomo maestra en escuelita propia y sobre los requisi-tos del arte de traducir.

Volcó su proyecto hacia los pobres de la tierra. Lapobreza fue su compañera de siempre, desde su edadprimera en la modestísima casa de La Habana. Niñotodavía, actuó como amanuense de su padre, obrero ysoldado, en los trabajos que emprendiera en el Haná-bana. A su talento y su voluntad esforzada debió la ayudaque le prestara su maestro Mendive. Con los desampa-rados del mundo padeció el horror del castigo en lascanteras. Concluidos sus estudios en Zaragoza renun-ció al acomodo de una carrera de abogado. Optó por elsacrificio máximo para abrir camino a la cristalizacióntangible del sueño de la patria. Se convirtió en peregri-no y aprendiz de América. En México, en Venezuela, enGuatemala, su trabajo cotidiano de maestro y periodis-ta le permitió conocer,desde lo más profundo de la rea-lidad, el panorama de nuestras repúblicas maltrechas.Con esas armas, inició su tarea definitiva en EstadosUnidos.

El hombre de la levita gastada y de frágil contexturafísica desempeñó entonces una tarea gigante. Conocióel país volcado hacia su destino imperial mejor que suscontemporáneos situados a ambos lados del Atlántico.Percibió que el futuro de su Isla estaba ligado, demanera inseparable, al de la América nuestra. Juntóvoluntades. Lo hizo en los espacios públicos a travésde su palabra ardiente y en el contacto directo perso-na a persona. Atenido a las características de su inter-locutor, empleó la persuasión y fue intransigente en los

El perfil humano del Apóstol

por EENNRRIIQQUUEE MMIILLAANNÉÉSS LLEEÓÓ[email protected]

NO pudo resistir ninguno de ellos el impul-so preciso de cantarte. José ManuelCarbonell dijo de ti que viviste «...con lafe misteriosa del profeta y el alientoinmortal de los titanes», mientras Rodrí-guez Embil te contó en letras su descu-brimiento: —«Hay algo en ti— te revelódiciéndonos— de Cristo y Don Quijo-te...».

Francisco Sixto Piedra pensó que túeras Cuba misma batallando y Byrne,aquelpoeta que te llamó «Lírico domador decorazones»; Byrne,aquel que rimaba tejien-do franjas de Bandera, te imaginó dormiry contó el sueño: «Soñaba con las palme-ras,con las palmeras soñaba; y al verlas,imaginaba que eran novias hechiceras».

Muchos hablaron de tu increída muer-te. Miguel Coyula supo entender que nicon ella «...se eclipsó la Estrella Solita-ria, sino que fue mayor su centelleo...»de modo que no asombra la forma enque te nombra Raúl Gómez García,quien ante tu tumba útil vio a todos loscubanos postrados de rodillas.

No fueron pocos los que describierontu amargura patriótica, indómita amargu-ra: fuiste,para nuestra Zambrana, «El ge-nio errante, pálido y sin calma,que sintióen las tinieblas de su alma estremecerseel sol». No le tembló la pluma a HilariónCabrisas para dejar en verso este retrato

Obra Martí, 2003. Nelson Domínguez. Técnicamixta sobre cartón.

Poeta en verso convertido

principios cuando lo consideró necesario. Así lo revelasu correspondencia. Mucho más debió haber en tantapalabra que la oralidad ha borrado. Las visitas al Cayorespondieron a la necesidad de involucrar a los obrerosen la batalla de todos. Hospedado en la casa de lostabaqueros, compartiendo albergue, comida y cotidia-nidad,encontró aliento, consuelo y compensación espi-ritual. Hombre de ideas, no hizo nunca de ellas nocio-nes abstractas esterilizantes, porque echó ancla en lomás profundo de la realidad social y en la dimensiónconcreta de los seres humanos.

Confieso que no me satisface la estatua marmóreaerigida para perpetuar memoria y homenaje. Prefieroevocar al hombre de frente ancha y levita raída que pue-de seguir andando entre nosotros como Maestro de laconducta y la palabra, capaz de trascender los tiempospor seguir siendo útil en épocas de grandes desafíos,cuando las batallas se libran en el plano de la economíay en el ámbito sutil e intangible de las subjetividades.

Con fe inquebrantable en el mejoramiento humano,el hombre de La Edad de Oro sembró futuro en las ni-ñas y los niños de Nuestra América. Entró como amigoen su entorno más cercano para evocar a los héroes,entregar poemas,contar fábulas y abrir horizontes haciaun mundo sin fronteras, desde la exposición internacio-nal de París hasta la vida de los anamitas. Así, comopresencia familiar, debe permanecer entre nosotros,mucho más allá de las efemérides que siempre con-memoramos. Las suyas, al igual que tantas otras, nopueden reducirse al cumplimiento rutinario de unatarea. Su enorme legado, palpitante de razón y pasión,tampoco habrá de limitarse a la reiteración de citas,apotegmas extraídos de sus contextos e integrados yaal saber común. Salgamos, así mismo,al encuentro delser humano atravesado por cicatrices y desgarramien-tos. Esa proximidad estremecedora agiganta el mensa-je de un peregrino que traspasa todos los tiempos y,ahora mismo, sigue andando entre nosotros.

muy tuyo y muy huérfano de risas: «Tútambién fuiste triste, Martí. Tú tambiénfuiste inmensamente triste...» te susurróa nuestro oído mientras buscaba: «¿Quéabismo más abismo que tu alma...».

Eres aún para Villena —el poeta fusilde insomnes, gigantescas pupilas sem-piternas— «Señor de la Palabra,Caudillode la Idea...» y le guías guiándonos enverso y prosa, en amor y dolor y en otrasguerras. Pero no crece el miedo cerca detu hombro de hombre y General Mayor;lo escribe Retamar con alma y letra:«Sabemos que se esconde en tu puñouna alondra; que tras la boca airada vamerodeando un beso...» Sabemos quetú sabes que sabemos, ¿qué importaquién no sepa?

Algunos se cansaron de buscarte tansolo —solo de solamente y solitario, ytambién viceversa— aquí en la tierra yfueron a encontrarte cielo afuera. Mañachte llamó «Padre nuestro Martí» y Francis-co Riverón, que te veía «Tan empinado alcielo y tan en tierra», usaba un vocativopoderoso después de comenzar en unpoema: «José de los cubanos...».

Tan mujer y tan Fina,tan muy ella, la Gar-cía Marruz buscó meticulosamente entretu ropa: «Su traje me conmueve como unaoscura música que no comprendo bien...».Otros siguieron adentro, muy adentro, ca-mino de tus ansias: «¡Qué mar el de tu fren-te...», cantó Mariano Brull antes de hallarque «Un ángel perseguido en tu pecho se

ampara y mira con tus ojos y con tus labiosbebe en la fuente de lágrimas que el bieny el mar separa».

Raúl Ferrer, Maestro como tú, de letratan mayúscula y niña mala y Pilar sinzapatos y dulce esquela, sugirió la herra-mienta con que asirte: «Para marcar tusrutas, un lucero...»

Alumbrada con él, Isa Caraballo habíasentido que «(...) el pueblo te ha encon-trado, ceiba del sacrificio por pájarosenvuelta y por los astros!(...)». Es queeres un candil de afectos, como dijo ensus letras Adolfo Menéndez de cara alárbol grande que es la patria: «Pronun-ciamos el nombre del Maestro y seenciende una estrella en cada rama...».

Con pupilas románticas te recordóJosé Machado: «La casa de María, enGuatemala,se le abrió con amor; pero élquería pasar por la existencia de María,con la dulzura trémula de un ala». Así fuecomo pasaste, como quedas en elpecho de todos y el de ella.

Pero fue Cintio, parece que fue Cintio,quien mejor supo hallarte. Cierta nocheen que Cintio Vitier velaba el monumento,aprovechó la lenta caminata de las horaspara hablarte a solas, deteniendo un ins-tante tu apuro de hombre ardilla. El casofue que Cintio se dio cuenta: «Yo estoy depaso, cuidando un edificio, pero el queestá de guardia permanente eres tú».

Gracias por eso, Martí. Muchas gra-cias por hacerla.

SUPLEMENTO ESPECIAL JUVENTUD REBELDE

DOMINGO 28 DE ENERO DE 2018 03SUPLEMENTO ESPECIAL JUVENTUD REBELDE

Obra Martí maestro, 2003. Ángel Ramírez

por AARRMMAANNDDOO HHAARRTT DDÁÁ[email protected]

CUANDO un dirigente del Partido Auto-nomista, de visita en Nueva York, le dijoa José Martí que en Cuba no veía atmós-fera para la lucha por la independencia,él le respondió que no hablaba deatmósfera sino que se trataba del sub-suelo. Así, hay quienes identifican la uto-pía como algo fantasioso e irrealizable,cuando en realidad la utopía hay queasumirla como un atisbo de futuro,como una aspiración ideal, quizá inal-canzable en el corto plazo, pero realiza-ble hacia el futuro. La vida demostró quehabía más realidad en el subsuelo delque hablaba Martí que en los que basa-ban su práctica política en mantenerseatados a España.

Cuando los ideólogos del imperio pre-tenden liquidar los paradigmas y lamemoria histórica de los pueblos resul-ta más necesario que nunca exaltar lasutopías y al mismo tiempo buscar sufundamento en la ciencia, en el conoci-miento, que incluya tanto lo racionalcomo la aspiración a un mundo más ele-vado.

Martí exaltó el papel de la educación,la cultura y la práctica de la justicia y con-fió en ello para el mejoramiento de laespecie a través de la evolución biológi-ca. En los versos de su poema Yugo yestrella, no solo postulaba la elevacióncualitativa de la humanidad de su tiem-po, sino la de todos los tiempos. Congran belleza están expuestos allí los fun-damentos filosóficos de esta aspiración.Recordemos que el poema comienzacon una alusión a la evolución de la vidaen la tierra:

Cuando nací, sin sol, mi madre dijo:«Flor de mi seno, Homagno generoso,De mí y de la Creación suma y reflejo,Pez que en ave y corcel y hombre se

torna...».Y más adelante apunta que existen

dos opciones: el yugo y la estrella. Quienacepta el yugo y al buey imita:

«Buey vuelve a ser, y en apagado brutola escala universal de nuevo empieza».Por el contrario, el que la estrella sin

temor se ciñe, se llena de luz y asciendeen la escala natural:

«Y el vivo que a vivir no tuvo miedo,Se oye que un paso más sube en la

sombra!...».Aquí y en otros trabajos suyos puede

verse cómo Martí aspiraba a que con lacultura, la educación, la inteligencia y labondad el hombre fuera más feliz ypudiera alcanzar los planos más altosde la condición humana. ¿Se trata deuna utopía? Utopía es también la largaevolución de la historia natural que noscondujo a ser hombres, y el hombre lle-va en sí la aspiración utópica a ceñirsela estrella que ilumina y mata.

La idea de alcanzar a ser un hombresuperior —el Che lo formula como elhombre nuevo— tiene fundamentos cien-tíficos. Hay que basarse en lo que existey en lo que se aspira a que exista paraconfirmar la certeza de lo que podemos

alcanzar. Hay que situarla como germenesencial de las ansias de mejoramientouniversal del hombre; ha de fundamen-tarse tanto en su carácter ideal como enel análisis de sus posibilidades. Cienciay utopía, he ahí la dialéctica que no sue-le entenderse por los metafísicos ni tam-poco por los pragmatistas anclados enlos aspectos más superficiales de lapráctica humana.

En América Latina y el Caribe existeuna tradición intelectual que exalta la uto-pía. Ello está presente en nuestros pró-ceres y pensadores, desde Simón Bolívarhasta Fidel Castro y Hugo Chávez. Aquílas consignas de Libertad, Igualdad y Fra-ternidad de la Revolución francesa fueroninterpretadas como derecho de todos yno solo para una clase social, es decir,adquirieron un carácter universal.

Ante los colosales desafíos que se leplantean a la humanidad en los inicios delsiglo XXI, levantemos las banderas de losparadigmas éticos y de la utopía conteni-da en esa aspiración de hacer mejornuestro mundo y de salvar la humanidadde una catástrofe con alcance planetario.(Tomado del Portal José Martí)

por CCIINNTTIIOO [email protected]

(...) IMAGINEMOS a un ciudadano, naci-do dentro de las peores circunstanciaseconómicas y familiares, a quien, deniño, en el círculo infantil y en el presco-lar le hayan hablado adecuadamente deMartí, que entre los cinco y los 11 añosle hayan leído los cuentos de La Edad deOro y él mismo haya leído algunos poe-mas de Ismaelillo y de los Versos sen-cillos, con el contexto biográfico e histó-rico asequible a su edad; que de los 12a los 14 años, en la Secundaria Básica,ampliando las lecturas anteriores ysiempre y con la iconografía correspon-diente, haya entendido la dedicatoria deIsmaelillo y el prólogo de los Versos sen-cillos,mediante una breve explicación delo que fue la Primera Conferencia Inter-nacional Americana, así como, con aná-loga contextualización biográfica e histó-rica, textos como Céspedes y Agramon-te, Rafael María de Mendive,Mi raza,ElGeneral Gómez, Antonio Maceo, Maria-na Maceo, el prólogo a Los poetas de laguerra y las Cartas a María Mantilla;que, ya en el noveno grado, ha sidocapaz de redactar una síntesis de la viday obra de Martí, con sus impresionespersonales de las lecturas realizadas.

Ese adolescente, en tránsito hacia laprimera juventud, continúe o no estudiospreuniversitarios o politécnicos, de los15 a los 17 años debiera tener a mano,como compañía vitalicia de un maestrocuyo gusto ya ha adquirido, El PresidioPolítico en Cuba, las cartas a Gómez y aMaceo del 20 de julio de 1882, Vindica-ción de Cuba, el discurso Madre Améri-ca, fragmentos de las crónicas sobre elCongreso Internacional de Washington y laConferencia Monetaria,Nuestra América,Con todos y para el bien de todos, Lospinos nuevos, las Bases del Partido Re-volucionario Cubano, la carta abierta aEnrique Collazo, El tercer año del PartidoRevolucionario Cubano, La verdad sobrelos Estados Unidos, Los pobres de la tie-rra, las cartas a Federico Hernández Car-vajal y de despedida a la madre y al hijo,el Manifiesto de Montecristi, el Diario deCampaña, las últimas cartas a la familiaMantilla y la carta trunca a Manuel A.Mercado.

¿Parece mucho pedir, mucho espe-rar? Probemos la esperanza, sistemati-cemos, sin burocracia pedagógica, lainvencible esperanza; hagamos el expe-rimento de una formación martiana quevaya desde el Círculo Infantil hasta lasespecialidades universitarias, y que solotermine con la vida.

(…) No cometo la ingenuidad de aspirara que cada ciudadano sea un especialistaen la vida y obra de José Martí, pero sícometo la ingenuidad (fuerza del espírituen que siempre he creído) de aspirar a quecada cubano sea un martiano. Y si llega aserlo aunque solo haya alcanzado unaescolaridad de noveno grado, como vimosen nuestro ejemplo, y aunque se dediquea las tareas más disímiles, ¿llegará a ser

algún día un marginal de la patria, unirresponsable,un antisocial? ¿No es Mar-tí suficiente vacuna contra esos venenosambientales? ¿No es Martí capaz dehacer de cada cubano, por humilde e ile-trado que sea,un patriota? ¿No es capazde inspirarle resguardo ético, amor pro-fundo a su país, resistencia frente a laadversidad, limpieza de vida?

(…) ¿Por qué no comentamos amplia-mente con nuestros alumnos mayores elartículo de Martí en Patria sobre El reme-dio anexionista, en el que advierte que laidea de la anexión, por causas naturalesy constantes, es un factor grave y conti-nuo de la política cubana, y prevé, comosi estuviera viendo nuestros días actua-les: «Mañana, por causas menos atendi-bles de nuestra política interior, perturba-rá nuestra república». Realmente, si noacudimos constante y copiosamente aeste guía y maestro,no tenemos perdón,pero cuidando de no convertirlo en unaasignatura que hay que aprobar, en un«teque» que hay que soportar, en un son-sonete que hay que recitar. Maestros ins-pirados en él necesitamos, maestros deverdad, por humildes que sean. Maes-tros capaces de ser todos los días alum-nos suyos, maestros con la profunda vo-cación de «formar», no solo de informar,pero que no confundan la formación conningún tipo de imposición y mucho me-nos con ese burdo refinamiento del pa-ternalismo que consiste «enseñar» a serlibre, creativo y audaz. Tales cosas o soninnatas o se aprenden por indirectos mo-dos, pero nunca se aprenden como liber-tad, creatividad y audacia «dirigidas» y«orientadas» hacia un fin previsto; y si asíse aprenden, son inútiles o nocivas.

Acerquemos sencillamente al niño,con la menor intervención nuestra, alhechizo del «hombre de La Edad deOro», despertemos la fantasía maravilla-da del adolescente con la eticidad yencendimiento de su verbo; proponga-mos al adulto el sentido de la vida quese desprende de toda su obra; y deje-mos que en cada edad, en cada indivi-duo, esa semilla obre.

Si la tierra no es absolutamente esté-ril —raro caso—, la planta de pensamien-to propio y sentimiento noble crecerá solapero enemiga de la soledad egoísta; solay solidaria. Se habrá formado un martia-no. ¿Y por qué no aspirar a que todos loscubanos lo sean? No martianos redi-chos, huecos, repetitivos y falsos. Hom-bres entrados en su propia originalidad,en su propia independencia,en su propiavocación individual y nacional, en su pro-pia humanidad universal, en su propiaepopeya. ¿Cuántos cubanos así llegaríana ser algún día lo que hoy, dolorosamen-te, llamamos «antisociales»? Pudiera ha-berlos, sí, antisocialistas, inconformesconscientes que abandonaran el país,pero nunca,ni en Cuba ni fuera,tendríamosque avergonzarnos de ellos. Y la patriasería más fuerte aún, porque en la horaactual de Cuba sabemos que nuestraverdadera fortaleza está en asumir nues-tra historia, y que el escudo invulnerablede nuestra historia se llama José Martí.

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Necesidad de la utopía El escudo invulnerable de nuestra historia

DOMINGO 28 DE ENERO DE 201804 SUPLEMENTO ESPECIAL JUVENTUD REBELDE

por YYUUNNEETT LLÓÓPPEEZZ [email protected]

«PERO súbase el sombrero unpoco, que así no lo veo», le dijoFidel un día de 1976 a un hom-bre de memoria fresca que me-cía sus más de 90 inviernos enun sillón de madera frente a él.

Entonces Salustiano Leyva,con agilidad de chiquillo, puso ala luz su frente y unos ojos chi-cos y oscuros como linternasgastadas que ya casi no veían,pero hacía muchos años habíandetallado el rostro del hombreque el Comandante buscaba.

Por eso, ante las preguntasdel que usaba siempre uniformeverde olivo, con exactitud de brú-jula nueva, el viejo volvió a sus11 años y a la medianoche del11 de abril de 1895,cuando des-pertó por unos golpes que asus-taron la puerta del bohío dondevivía con su familia,muy cercanoa Playita de Cajobabo, en Guan-tánamo.

Esa noche estaba más oscu-ra que otras, y el niño,mirando alos extraños que su madre es-condería en el monte, se impre-sionó mucho por aquel que sequitó el sombrero para saludar-los. «Era un hombrecito blanqui-to, de ojitos negros, lampiñito»,decía hace ya 42 años.

Y así Fidel Castro, aquella tar-de,se acercó un poco más a JoséMartí. Lo conocía desde muchoantes, tal vez por los tiempos enque en la escuelita pública deBirán aprendió algunos de susversos, y aseguraría después,cuando a su «madera de héroetallaba el artista» —como vatici-nó el Padre Llorente—, queantes de ser marxista, fue mar-tiano.

«Sentí una enorme admira-ción por Martí; pasé por un pro-ceso previo de educación mar-tiana, que me inculqué yo mis-mo leyendo sus textos. Teníagran interés por sus obras, porla historia de Cuba, empecé poraquel camino», contó a la perio-dista y escritora Katiuska Blancoen el Tomo I del libro Fidel Cas-tro Ruz: Guerrillero del Tiempo.

«Es difícil que exista algo delo escrito por Martí, de sus pro-clamas políticas,sus discursos,que constituyen dos gruesos vo-lúmenes,deben ser unas 2 000páginas o algo más, que no ha-ya leído cuando estudiaba en elbachillerato o estaba en la Uni-versidad».

Fue el Maestro quien desdelas letras le enseñaba a andarpor los espinosos caminos de lapolítica y la lucha, para que en1953, en el año del Centenariode su nacimiento, aquel jovenabogado no dejara morir susideas y guiara una generaciónde muchachos a las balas, lasrejas, las aguas y los combates.

LO QUE PUEDE MÁS QUE UN EJÉRCITO«¿Quién es el autor intelec-

tual?», le interrogó el fiscal, ima-ginando tal vez que su respues-ta sería el silencio; pero Fidel

respondió con seguridad: «El autorintelectual es José Martí».

Y esa declaración tenía lugaren medio del juicio al joven de26 años por asaltar, junto aotros valientes, la segunda for-taleza militar del país. Ya nopudieron preguntarle más.

«Defendí la apelación a la vio-lencia, a las armas, porque aellas acudieron hombres comoMaceo y Martí..., me aferré a lahistoria de Cuba», aseguraba.

Durante aquellos días, Fidelescribió una carta al tribunaldenunciando un plan que pre-tendía su ausencia en la sala y,además, un intento de asesina-to. En una de esas líneas esta-ba el Apóstol: «Tomé una frasede Martí para espetarles: “...unprincipio justo desde el fondo deuna cueva puede más que unejército”».

Y cuando regresó a aquellasalita pequeña con muy pocaspersonas, alegó: «...Se prohibióque llegaran a mis manos loslibros de Martí; parece que lacensura de la prisión los consi-deró demasiado subversivos.¿O será porque yo dije que Mar-tí era el autor intelectual del 26de Julio? Se impidió, además,que trajese a este juicio ninguna

obra de consulta sobre cualquierotra materia. ¡No importa en abso-luto! Traigo en el corazón lasdoctrinas del Maestro y en el pen-samiento las nobles ideas detodos los hombres que han defen-dido la libertad de los pueblos».

Contaría después que el ale-gato era «una síntesis de ideasmartianas y marxistas. Hay unacontinuidad de pensamiento delas ideas de Martí. Y si Martí fuecapaz de tener aquel pensa-miento en aquella época, hoyMartí sería marxista-leninista,sería comunista, no hay lamenor duda. En su época y suentorno era imposible, pero eraun pensamiento avanzado, lumi-noso. Asombra que un hombreen sus circunstancias fuera ca-paz de concebir ideas tan avan-zadas como las suyas».

Fidel tenía en aquel José depalabra alumbrada un caminoseguro. Aquella vez los injustoslo condenaron, como mismo aMartí siendo un jovencito de 16años; pero en sus días en la pri-sión de Isla de Pinos, leyó suslibros cientos de horas.

Cuando ya estaba en libertad,el 7 de julio de 1955, antes desubir al avión que lo llevaría aMéxico para entrenar y organizar

La misma luz dos vecesNunca se cansó de buscarlo aunque lo encontró muchas veces. En aquel hombre vestido con trajenegro, el Comandante de uniforme verde olivo halló razones y fuerza para defender lo justo, puesaunque había vivido en otra época, nadie supo como él mostrarle los caminos

las fuerzas del futuro EjércitoRebelde, en sus declaraciones ala prensa, dijo: «Como martiano,pienso que ha llegado la hora detomar los derechos y no pedir-los,de arrancarlos en vez de men-digarlos. La paciencia cubanatiene límites».

Y una vez fuera de Cuba,bus-có ayuda en los emigrados. «Via-jé, efectivamente, por los luga-res donde estuvo Martí: NuevaYork, Filadelfia... Un poco imitá-bamos lo que había hecho Mar-tí en su época, creando grupos;seguíamos la misma forma deorganización, nuclear grupos decubanos que apoyaran al Movi-miento 26 de Julio.

«Fueron surgiendo los prime-ros grupos con aquellas fami-lias simpatizantes, algo pareci-do a los clubes revolucionariosque tenía el Partido Revolucio-nario Cubano de Martí».

Y sería ese el Partido únicoque uniría siempre a los revolu-cionarios, pues continuó exis-tiendo en aquel que Julio Anto-nio Mella fundó en 1925 y losotros que Fidel crearía al triunfode 1959 hasta que en 1965nació el que agrupa hoy a loscomunistas del país.

La historia, con sus sende-ros y encrucijadas, en la simili-tud de sus hombres encuentradías de coincidencias. Y así, co-mo Martí llegó en un bote aCuba para seguir la lucha, endiciembre de 1956 lo hacíaFidel en el Granma por Los Ca-yuelos,una zona pantanosa cer-cana a las arenas y farallonesde Playitas de Cajobabo.

La Sierra Maestra lo espera-ba; y luego de muchos disparosharía realidad el sueño por elque Martí tanto luchó y salió alcombate, a contraorden, aquel19 de mayo de 1895.

Allí, en la Plaza de la Revolu-ción en La Habana,ante su ima-gen inmensa de mármol blanco,hablaría muchas veces el Co-mandante en Jefe con su pala-bra viva, calmada y enérgica,que conmueve y convence, muyparecida a aquella con la que elMaestro movilizaba.

«Martí tiene una oratoria muycompleja,muy elegante,con imá-genes verdaderamente bellas,pero no es fácil comprender susdiscursos. Como he dicho otrasveces: Martí vertía una cataratade ideas en un pequeño arroyode palabras», comentaba.

TODA LA GLORIA DEL MUNDONunca se cansó de buscarlo

aunque lo encontró muchas ve-ces. Allí, donde llegó el Apóstolen el remo de proa, estuvo Fidelen 1976. «Imagino lo que tuvoque haber sido para él, quien no

tenía experiencia de la guerra,que no era un hombre física-mente fuerte, que había dedica-do su vida a un trabajo de orga-nización, a la creación literaria,política, intelectual, de dóndeencontró fuerzas para realizaruna proeza semejante: remar,desembarcar, cargar con sumochila,su fusil, sus cien balas,caminar de noche por esos luga-res donde nosotros, con muchotrabajo hemos llegado de día».

Y caminaba con su uniformede la montaña por la arena, ymiraba las piedras, el cielo, y nodejaba de pensar en aquel quehabía muerto unos 30 añosantes de que él naciera y lehabía dejado un camino seguroy difícil hacia la libertad de la tie-rra que los recibió a los dos.

«Él mismo decía que de lafelicidad que el hombre encuen-tra cuando está realizando unatarea como esa es que sacafuerzas», afirmaba Fidel y otravez perdía la vista en la espumay los rompientes a los queregresaría con un asta en lasmanos 19 años más tarde.

También era una noche oscu-ra como esa en que Salustianoconoció a Martí. Según el histo-riador Eusebio Leal, solo se sen-tía el rozar de las olas sobre lasarenas. «Y cuando llegó el momen-to, alguien pasó y le entregó labandera. Entonces él, que esta-ba absolutamente absorto en elrecuerdo de aquello, entró en elagua. Las botas entraron en elagua y la movió hacia los cuatropuntos cardinales».

Esas mismas franjas con laestrella única son las que des-cansan hoy sobre el HéroeNacional y las que viajaron todala Isla en el último viaje que hizoel Comandante.

Hace ya 165 años del naci-miento de Martí, solo uno y dosmeses de que Fidel se fue.Siguen como siempre, uno cer-cano al otro, allá donde nace elsol, en el cementerio de SantaIfigenia en Santiago de Cuba. Elprimero en un monumento alto,el segundo en una piedra conforma de grano de maíz, porqueahí, según presagió el Apóstol,es donde estaría toda la gloriadel mundo.

Fuentes consultadas:•Blanco Castiñeira, Katiuska, 2012.Fidel Castro Ruz: Guerrillero delTiempo. Casa Editora Abril.•Álvarez, Santiago, 1977. DocumentalMi hermano Fidel.•Artículo Martí en Fidel, de PedroPablo Rodríguez, publicado en el pe-riódico Trabajadores, el 10 deagosto de 2008.

Obra Dos viejos amigos. Autor: Kamyl Bullaudy

DOMINGO 28 DE ENERO DE 2018 05SUPLEMENTO ESPECIAL JUVENTUD REBELDE

por DDAAVVIIDD RROODDRRÍÍGGUUEEZZ FFEERRNNÁÁNNDDEEZZ**[email protected]

ES evidente que Martí constituye en Cuba un referenteintegral que une, educa y sigue perfeccionando a lanación antillana,desde el estudio de su obra y la actua-lización de la misma al contexto actual, sin renunciar alos principios de independencia y justicia social. Pasóde ser el más universal de todos los cubanos a con-vertirse en un ejemplo para la humanidad,en una nece-sidad referencial para la mejor praxis utópica de losque luchan por el mejoramiento humano y social encualquier parte del mundo, de aquellos que denuncianlas injusticias del capitalismo y del imperialismo, y delos que construyen alternativas al sistema económicoy social que oprime y explota al ser humano, a los pue-blos y a la naturaleza.

El Martí más fecundo de todos considero que es elrevolucionario de las ideas. Nos ha legado una grancantidad de textos y pensamientos, materializados consu ejemplo vital. Y es precisamente por esta coheren-cia y esta utilidad de sus ideas, más allá de su tiempo,que su aportación es universal.

La vigencia de su pensamiento en la actualidad esespecialmente útil en el escenario de la batalla ideoló-gica que enfrenta la izquierda mundial frente a la hege-monía cultural del capital, ese pensamiento único queimpone una cosmovisión incuestionable y que naturali-za la injusticia, el egoísmo, el individualismo y la explo-tación, pretendiendo confirmar el fin de la historia.

En este sentido,me gustaría compartir algunas ideassobre las principales características que respaldan laproyección universal y la vigencia de Martí, más allá delas fronteras de nuestra querida Isla revolucionaria.

Son unas reflexiones expresadas por un martianovalenciano, desde la misma tierra que vio nacer alpadre don Mariano y que acogió al pequeño Martí porel espacio de un par de años, allá por 1857, y de lamisma ciudad que acogerá este enero un sentidohomenaje, en una jornada organizada por la asociaciónvalenciana de amistad con Cuba José Martí:

Patria es Humanidad. Esta es una máxima de inter-nacionalismo solidario que refleja un concepto de Patriaunida a la justicia social sin fronteras. Martí, por su ex-periencia vital y sobre todo tras su recorrido por Europa,y especialmente por el continente americano, adquirióuna formación y una convicción como revolucionario trasconocer de primera mano la violenta esclavitud, la hu-millación de los pueblos originarios o de la clase traba-jadora en multitud de territorios, todas ellas con un de-nominador común, el colonialismo que divide y explotaa los pueblos hermanos. Esta experiencia, aprendidade joven junto con la historia de Bolívar, San Martín yotros libertadores, le permitieron desarrollar su vocaciónlatinoamericana y mundial, de solidaridad fraterna entrelos pueblos. Un verdadero ejemplo para nuestro tiempo,que sigue desarrollando Cuba a través de la cooperaciónSur-Sur con médicos, maestros y otros profesionales.

Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar.La lucha de independencia y por una Patria libre nopodía estar separada de la justicia social y del repartoequitativo de la riqueza. Todo ello, además, dándole elprotagonismo y la voz al pueblo, relegado en tiemposde la Colonia a la condición de súbdito y trabajadorexplotado por el capataz de turno. Es imprescindibleseguir estando al lado de los que sufren, desde laempatía caminar junto con los excluidos y olvidados, yempoderar a esa mayoría social para que diseñe supropio futuro, sin tutelajes ni injerencias.

Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz.El Apóstol entregó su vida sin esperar nada a cambio.Este es un legado de profunda actualidad que nos dejaMartí, en un contexto mundial en el que la política seha convertido en un espectáculo mediático frívolo, enun negocio y en una ostentación del poder represor aje-no a las necesidades de las clases populares, unpoder que defiende los intereses de los grandes oligo-polios y que utiliza a estos actores políticos. Hay querecuperar el valor de la militancia, en la vida y en la polí-tica, una actitud que aporta lo mejor de cada cual sinesperar nada material, y en la que se actúa por con-vicción y principios.

Los derechos se toman, no se piden; se arrancan,no se mendigan. Martí nos legó que la libertad y losderechos no se regalan por los poderosos, sino que seconsiguen tras una dura lucha, y de esta manera avan-za la sociedad, tal y como explicó científicamente el pen-samiento marxista. Hoy en día, todas las conquistas delpueblo trabajador son el resultado de la lucha de ayer, yla resistencia ante las políticas de recortes del neolibe-ralismo es la muestra más actual de esta tesis.

Quien se levanta hoy con Cuba, se levanta paratodos los tiempos. En la constitución del Partido Revo-lucionario Cubano Martí ya dejó definido que junto a lalibertad de Cuba se luchaba por la de Puerto Rico. Laconciencia que se adquiere al defender una causa jus-ta, ya no se limita nunca más a una reivindicación cor-porativa, más bien al contrario, se eleva el nivel de con-ciencia que permite entender la realidad compleja yconectada, donde una decisión política afecta al con-junto de la sociedad, más allá de una realidad concre-ta. Permite pasar de lo concreto a lo general, desde laradicalidad del análisis.

Solamente un pueblo culto puede ser verdadera-mente libre. Un pueblo culto y apegado a la verdad nose deja engañar. En un mundo actual caracterizado porel poder de los medios e instituciones de persuasiónmasiva, capaces de convertir una mentira en verdad através de la manipulación o la descontextualización de

la información, generan estados de opinión que justifi-can hasta la mayor de las injusticias o censuran a cual-quier alternativa. Por tanto, es necesario desarrollaruna política activa y consciente de la cultura y la edu-cación en todos los ámbitos, crítica y reflexiva, que ayu-de a interpretar y cambiar la realidad, como teorizó ydesarrolló el Apóstol.

Hacer es la mejor manera de decir. Martí nos dejóinnumerables textos de poesía y prosa, artículos y ensa-yos políticos, revistas, libros educativos,entre otros. Perotal vez el tesoro más valioso que nos legó fue su ejem-plo,su acción consecuente,que le dio la autoridad moraly política ante los grandes generales y las curtidas fuer-zas libertadoras, y a la población en general. Hoy nece-sitamos hombres y mujeres que hagan lo que dicen.

Lucha contra los gobiernos opresores, no contrasus pueblos. En la exigencia del derecho inalienable dela independencia de Cuba Martí diferenciaba clara-mente el gobierno opresor del pueblo trabajador y soli-dario. Un ejemplo clarificador es el nivel de solidaridadque mostró el pueblo cubano, tan solo 40 años des-pués de la guerra de independencia, con la SegundaRepública y la guerra en España, que abrazó la defen-sa de la causa republicana como propia. La solidaridadentre los pueblos no se puede bloquear, por muchoque los gobiernos ejerzan la fuerza y la hostilidad con-tra otros pueblos y gobiernos.

Unidad y organización para la lucha. El Apóstolcubano supo aglutinar a todas las fuerzas indepen-dentistas y tuvo la capacidad de articular la estrategiapara afrontar la Guerra Necesaria, aprendiendo de losaciertos y de los errores de las etapas anteriores. Launidad es una de las mayores enseñanzas de la Revo-lución Cubana, enseñanza que recibió del propio Martí.

Compromiso sin equidistancia ni renunciar a losprincipios. Martí le dio sentido a su vida con la lucha porla libertad de Cuba. Sabía bien cuál era su objetivo, ycon una gran pedagogía sumó a todas las fuerzas quecompartían las mismas aspiraciones, uniendo en ladiversidad, pero sin renunciar a los principios. Son larazón de ser, la guía y el objetivo final hacia el que cami-nar, la utopía que unifica deseos comunes y estimula alcaminante. Si se renuncia a ellos, aunque sea tempo-ralmente, estaremos dejando de ser lo que fuimos, y elpragmatismo cortoplacista desvirtuará nuestra tarea.

El equilibrio del mundo. Las concepciones filosófi-cas y políticas que desarrolló Martí como principios rec-tores y que dejó plasmados en sus escritos, adquierenun sentido universal y actual. No hay más que obser-var el devenir del siglo XX y el inicio del XXI, con el resul-tado de un mundo muy desigual, bajo un sistema econó-mico depredador que lleva al límite a la naturaleza, quegenera hambre y que no evita millones de muertes cadaaño por enfermedad,basado en unos valores culturaleshegemónicos como el egoísmo,el individualismo o el con-sumismo materialista,contrarios a los ideales martianos.

La presencia y reconocimiento de José Martí fuerade Cuba no es la que le corresponde, sobre todo enEuropa. Su figura sufre el bloqueo mediático que pre-tende silenciar las voces molestas a los intereses delos poderosos. O queda relegada en el ámbito acadé-mico abstracto. Y más allá de bustos, estatuas y tarjasen lugares señalados, necesarios y desgraciadamenteinsuficientes, a Martí le debemos, sobre todo, nuestrocompromiso activo para mantener vivo su legado,actualizar su discurso y materializar sus ideas en la rea-lidad de cada contexto, como hizo la Generación delCentenario en la Cuba de los años 50 del siglo XX.

A José Martí hay que leerlo, estudiarlo y cuidarlo delas manipulaciones maniqueas e interesadas. Hay queapoyar y divulgar su obra. Cuanto más y mejor seconozca la obra de José Martí, más se avanzará en laconstrucción de una alternativa social que dote delequilibrio necesario a la humanidad, desde mi concep-ción, el socialismo. De esta manera, seguiremosdemostrando que José Martí sigue vivo, que no solo esútil sino también necesario, y contribuiremos a hacer aMartí, aun más si cabe,el más universal de todos, tam-bién de los cubanos.

**MMiieemmbbrroo ddee llaa JJuunnttaa DDiirreeccttiivvaa ddee llaa AAssoocciiaacciióónn VVaalleenn--cciiaannaa ddee AAmmiissttaadd ccoonn CCuubbaa JJoosséé MMaarrttíí..

El más universal de todos

Obra Cultivo una rosa blanca, 1976. Cosme Proenza. Acrílico so-bre tela.

por RREEIINNAALLDDOO CCEEDDEEÑÑOO PPIINNEEDDAA [email protected]

EN José Martí, la chilena Gabriela Mistral apuntó «lacondición arcangélica en que reside su ternura y sufuerza»; el español Federico De Onís, «el ímpetu hercú-leo, superador de épocas y escuelas»; Dulce María Loy-naz, su maestría «que casi no se puede enjuiciar», yJoel James, su «futuridad palmaria».

Juan Marinello escribe en su célebre ensayo El casoliterario de José Martí, su conflicto vitalicio: «La diariapugna entre lo bello, que reclama espacio y exige oficioengendrador y traducción singular y la gestión políticaque no admite ni apartamientos ni infidelidades (...)Martí fue un grafómano, un hombre movido de la impa-ciencia dramática de dejar en el papel cuanto le inquie-taba la curiosidad o le tocaba el ánimo». Y remarca:«No podemos adoptar ante Martí la cómoda y lícita pos-tura que afectamos ante un héroe de los viejos tiempos(...) Los temas de Martí,sobre todo,son nuestros temas.La huella de su enfoque y de su exhortación anda enlo que tocamos».

Ese es el hombre, esa es la obra, ese es el pensa-miento al que nos enfrentamos. Ahí radican —en jui-cios de tanta altura— el reto y el impulso, pero cadacubano tiene a su Martí, lo adopta, lo lleva consigocomo reserva. Ha de hacerlo, aunque algunos persis-tan en entresacar sus frases sin sumergirse en la obraoriginal o en sus circunstancias.

DOMINGO 28 DE ENERO DE 201806 SUPLEMENTO ESPECIAL JUVENTUD REBELDE

Sobre los oficios de la alabanza

Obra El arroyo de la sierra, 1997. Alicia Leal. Serigrafía.

Obra Monte soy, 1979. Ever Fonseca. Tempera sobre cartulina.

Martí, el grafómano, el elogio oportuno, la evocación infinita, los versos

de la luz...

Puesto a escoger, vuelvo siempre a la altura del hom-bre capaz de cultivar rosas blancas, incluso para el cruelque le arranca su corazón. Casi no lo creo. Son versosque suelen repetirse, tal vez sin escarbar en su excep-cionalidad. Mucho hay que domeñar el espíritu, muchoacrisolarlo para que pueda aflorar tesis tan rotunda.

Regreso a su concepto de libertad, cincelado enaquella revista sin edad y escrita en oro, medular,visual, flameante: «Libertad es el derecho que todohombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sinhipocresía». La hipocresía siempre es enemiga de lalibertad.

¿Con qué ojos se asomarían los cubanos al periódi-co Patria, no con el reposo de los años con que nos hallegado; sino afiebrado, con la letra hermosa y cortante,

El quesiempre nos

acompaña

LA generosidad congrega a los hombres, y la asperezalos aparta. El elogio oportuno fomenta el mérito; y la fal-ta del elogio oportuno lo desanima. Solo el corazón heroi-co puede prescindir de la aprobación humana; y la faltade aprobación mina el mismo corazón heroico. El velerode mejor maderamen cubre más millas cuando lleva elviento con las velas que cuando lo lleva contra las velas.Fue suave el yugo de Jesús,que juntó a los hombres. Laadulación es vil, y es necesaria la alabanza.

La alabanza justa regocija al hombre bueno, y moles-ta al envidioso. La alabanza injusta daña a quien la reci-be: daña más a quien la hace. La alabanza excesivarepugna con razón al ánimo viril. Los que desean todala alabanza para sí, se enojan de ver repartida la ala-banza entre los demás. El vicio tiene tantos cómplicesen el mundo, que es necesario que tenga algunos cóm-plices la virtud. Se puede ser, y se debe ser cómplice dela virtud. Al corazón se le han de poner alas, no anclas.Una manera de arrogancia es la falsa modestia, a laque pasa como a los sátiros cansados, que siempreestán hablando de las ninfas. Desconfíese de quien tie-ne la modestia en los labios, porque ese tiene la sober-bia en el corazón.

La alabanza al poderoso puede ser mesurada, auncuando el mérito del poderoso justifique el elogio extre-mo, porque la justicia no venga a parecer solicitud. Aquien todo el mundo alaba, se puede dejar de alabar:que de turiferarios está lleno el mundo, y no hay comotener autoridad o riqueza para que la tierra en torno secubra de rodillas. Pero es cobarde quien ve el mérito hu-milde, y no lo alaba. Y se ha de ser abundante, por la leyde equilibrio, en aquello en que los demás son escasos.

A puerta sorda hay que dar martillazo mayor, y en elmundo hay aún puertas sordas. Cesen los soberbios,y cesará la necesidad de levantar a los humildes.

Tiene el poder del mundo,aun cuando no es más quesombra del poder pasado o del que viene, el estímuloconstante del reconocimiento de cuantos temen lasoledad, o gustan de la alta compañía, o se sientenel ánimo segundón,o van buscando arrimo. El que enel silencio del mundo ve encendidas a solas la luz desu corazón, o la apaga colérico, y se queda el mundoa oscuras, o abre sus puertas a quien le conoce laclaridad, y sigue con él camino.

El corazón se agria cuando no se le reconoce atiempo la virtud. El corazón virtuoso se enciende conel reconocimiento, y se apaga sin él. O muda o mue-re. Y a los corazones virtuosos, ni hay que hacerlosmudar, ni que dejarlos morir. El mundo es torre, y hayque irle poniendo piedras: otros, los hombres negati-vos, prefieren echarlas abajo. Es loable la censura dela alabanza interesada. Cuando consuela a los tris-tes, cuando proclama el mérito desconocido, cuandolevanta el ejemplo ante los flojos y los descorazona-dos, cuando sujeta a los hombres en la vida de la vir-tud, lo loable es la alabanza.

Y cuando a un pueblo se le niegan las condicionesde carácter que necesita para la conquista y el man-tenimiento de la libertad, es obra de política y de jus-ticia la alabanza por donde se revelan, donde más selas niega, o donde menos se las sospecha, sus con-diciones de carácter.

((PPeerriióóddiiccoo PPaattrriiaa,, NNuueevvaa YYoorrkk,, 33 ddee aabbrriill ddee 11889922))

expuesta, acabada de emerger? Se me perdonará queregrese, que recomiende una y otra vez un pequeñoartículo, Sobre los oficios de la alabanza, aparecido en1892 en aquel periódico. Siete párrafos apenas. Sietesuele ser la cifra de todas las grandezas.

Allí mismo apareció su artículo sobre Mariana Graja-les. La evocación se llama Mariana Maceo. Le basta conpoco. Será por aquello del pañuelo a la cabeza, del fue-go inextinguible en la mirada, de echarse al monte sinmiramientos… que recordé el artículo en mis primerosaños como periodista. Cuando visité las serranías deGuantánamo, cuando entrevisté a aquellas mujeres,cuando tomé las manos de las milenarias recogedorasde café de la brigada Las Tanias, Mariana Maceo vino amí. Fue algo inusitado, algo hermoso.

DOMINGO 28 DE ENERO DE 2018 07SUPLEMENTO ESPECIAL JUVENTUD REBELDE

Obra El Apóstol, 1975.Flora Fong. Óleo sobremadera.

Por Dios que cansaTanto poetín que su dolor de hormigaAl Universo incalculable cuenta.—¿Qué al mar, qué a los pilares de alabastroQue sustentan la tierra, qué a las cumbresQue echan el hombre al cielo, qué a la moleAzul que enrubia el Sol, qué al orbe puroDonde se extingue en pensamiento el hombreY el mundo acaba, acrisolado, en ala,Qué al festín de los astros doler puedeQue porque a Francisquín prefiere AntoniaUn recio Capitán, Francisco llore?Que engaña Antonia? ¡Antonia siempre engaña!A trabajar! a iluminar! piquetaY pilón, astro y llama, y obeliscoDe fuego, y guía al Sol, el verso sea!Ya las mieles de amor llegan al cuello.Con la mujer del brazo, ámese al hombre.Quien pida amor ha de inspirar respeto.Y si una pena bárbara, ceñuda,Y vasta como el mar, te invade y come,Muere, muere en silencio, como muere,Sorbida por el mar, una montaña.

Julio 27, 1885

Dolora griega-¿De qué estás triste?

-De amor.-¿Por quién?

-Por cierta doncella.-¿Muy bella, pues?

-¡Pues muy bella!Estoy muy triste de amor.

-¿Dónde la hallaste?-La halléEn una gruta florida.-¿Y está vencida?

-Vencida;La adulé, la regalé.-Y ¿para cuándo, ¡oh galán!Valiente galán de todas,Para cuándo son las bodas?-Pues las bodas no serán.Y estoy de pesar que muero,Y la doncella es muy bella;Pero mi linda doncellaNo tiene un centavo entero.-¿Y estás muy triste de amor,Galán cobarde y sin seso?Amor, menguado, no es eso:Amor cuerdo no es amor.

1880

Para modelo de un diosPara modelo de un diosEl pintor lo envió a pedir: –¡Para eso no! ¡para ir,Patria, a servirte los dos!Bien estará en la pinturaEl hijo que amo y bendigo: –¡Mejor en la ceja oscura,Cara a cara al enemigo!Es rubio, es fuerte, es garzónDe nobleza natural:¡Hijo, por la luz natal!¡Hijo, por el pabellón!Vamos, pues, hijo viril:Vamos los dos: si yo muero,Me besas: si tú… ¡prefieroVerte muerto a verte vil!

(Versos Sencillos, 1891)

En fechas recientes, en un curso sobre Periodismo,trataba de ilustrar la capacidad visual de las palabras.Utilicé un fragmento de Un drama terrible, artículo mar-tiano sobre el proceso seguido a los trabajadores quela posteridad conocerá como los mártires de Chicago.Asistimos al momento de la ejecución. Y, puntero enmano, de frente al texto, me concentraba en remarcarla descripción:

«Plegaria es el rostro de Spies: el de Fischer, firme-za: el de Parsons,orgullo radioso; a Engel,que hace reírcon un chiste a su corchete, se le ha hundido la cabe-za en la espalda. Les atan las piernas, al uno tras elotro, con una correa. (...) Una seña, un ruido, la tram-pa cede, los cuatro cuerpos caen a la vez en el aire,dando vueltas y chocando. Parsons ha muerto al caer,gira de prisa y cesa: Fischer se balancea, retiembla,quiere zafar del nudo el cuello entero, estira y encogelas piernas, muere: Engel se mece en su sayón flotan-te, le sube y baja el pecho como la marejada y se aho-ga: Spies, en danza espantable, cuelga girando comoun saco de muecas, se encorva, se alza de lado, se daen la frente con las rodillas, sube una pierna, extiendelas dos, sacude los brazos, tamborinea: y al fin expira,rota la nuca hacia adelante, saludando con la cabeza alos espectadores».

El silencio era cortante. Al volver frente a los alum-nos, vi un rostro enrojecido: Karina lloraba… Saltandosiglos, incólume, Martí es capaz de seguir emocionan-do hasta las lágrimas, ahora mismo.

Siempre me pregunté cómo el núcleo de su pensa-miento ha resistido. Habrá que asistirse de Cintio Vitier.En su Vida y obra del Apóstol José Martí, consideróque este «hizo cátedra de la noticia; laboratorio delsuceso; de lo efímero, poema; extrajo de lo sucesivo,leyes. Expuso con olor a tinta fresca y para siempre, sugalería de retratos ejemplares».

Tal vez puedan hallarse otras ideas para conformarsu retrato en las páginas de lo que el propio Martí lla-mara su noveluca, Amistad funesta (1885). En la des-cripción de Juan Jerez, escribe que este poseía «(...) lanostalgia de la acción, la luminosa enfermedad de lasalmas grandes, reducida por los deberes corrientes olas imposiciones del azar a oficios pequeños; y en losojos llevaba como una desolación, que sólo cuandohacía un gran bien, o trabajaba en pro de un gran obje-tivo, se le trocaba, como un rayo de sol que entra enuna tumba, en centelleante júbilo».

En esa nostalgia, esa desolación, ese rayo, esedeber, esa bondad, ese júbilo, ese radical discerni-miento, Martí va entero. Y, por supuesto, va en susversos, en los más conocidos, o en aquellos de cir-cunstancias, dejados como regalo en alguna dedica-toria; versos que dedica a su Carmen, versos deamor patriótico, versos de amor paterno; en aquellossajos de sus entrañas que Sara González se atrevióa cantar.

Una gran maestra recientemente desaparecida, Ali-na Diez Espino, me hizo aprender algunos versos mar-tianos. Incluso llegó hasta el escenario escolar. Fuedebut y despedida, claro; pronto entendí que mistalentos no son histriónicos; mas puedo vermefrente a Teresa como el caballero Julián, en el pro-verbio de un acto de Amor con amor se paga. Ysoltar aquello de...

«Es fama que a un cementerio / Llegó un sa-bio cierto día, / Afirmando que no había /Trasde la tumba, misterio. / Un ser blanco, vagoy serio, / A la tumba se acercó: / «Amor,amor» pronunció / Con triste voz quejum-brosa, / Y al punto alzóse la losa /Y elmuerto resucitó».

El amor siempre nos resucita. Un sal-to atrás, una concesión, para observar,para sentir como el alumno va pasan-do del jinetuelo de blancas guedejasa la querella entre la ardilla y la mon-taña,cual David y Goliat; al diálogoinolvidable de la Dolora griega, alo mal puesto de un broche, alhijo muerto antes que vil. «Teacompañarán toda la vida. Lavida te los hará entender»,me dijo. La nobleza es pro-fética.

DOMINGO 28 DE ENERO DE 2018

SUPLEMENTO ESPECIAL JUVENTUD REBELDE

SUPLEMENTO ESPECIALJUVENTUD REBELDE

por CCIIRROO BBIIAANNCCHHII [email protected]

¿DEdónde sacó tiempo este hom-bre para hacer lo que hizo?

Aunó las voluntades inde-pendentistas, fundó un partidopolítico, organizó la guerra con-tra España. Después de los 17años de edad, cuando saliódeportado de Cuba tras cumplirprisión y trabajos forzados pesea su minoría de edad, vivió demanera casi permanente en elexilio. Cursó dos carreras uni-versitarias en España; trabajócomo abogado y tenedor delibros, fue maestro en Guate-mala, Venezuela y Estados Uni-dos. Cónsul en Nueva York devarias repúblicas sudamerica-nas y su representante en con-ferencias internacionales. Ora-dor. Periodista siempre. Creó ydirigió un periódico, y publicóvarias revistas. Redactaba direc-tamente en inglés para periódi-cos norteamericanos. Hizo tea-tro, escribió una novela. Comopoeta, es de los más grandesdel idioma, iniciador del moder-nismo, aunque a la postre noquepa en ninguna escuela…Sus obras completas —cróni-cas, artículos, ensayos, literatu-ra, cartas, discursos…— su-man casi 30 volúmenes demás de 300 páginas cada uno.

¿De dónde sacó tiempo estehombre que vivió solo 42 añospara hacer lo que hizo? ¿Tuvovida privada? ¿Amó? «Martí eraun hombre necesitado de calor.Solo en las lides del amor o dela acción encontraba su propiatemperatura»,dice Jorge Mañachen Martí el Apóstol, su insupe-rable biografía del Héroe Nacio-nal de Cuba.

El ensayista Cintio Vitier de-cía que Martí fue el primer revo-lucionario de América, lo queequivale a afirmar, sentenciabaVitier, que fue el primer poetadel continente. Creador y vatici-nador. Trasmutador de la reali-dad. Visionario. Es el poeta queasume la historia. La patria en-carnada en un hombre.

Vive Martí bajo el signo de laurgencia. Une a los emigrados,tan dispersos hasta entonces.Negros y blancos. Viejos y jóve-nes. Ricos y humildes… Su elo-cuencia arrebatada y pasionalconmueve y domina. Funda elPartido Revolucionario Cubano ydirige su periódico,Patria. Se reú-ne con cubanos asentados enSanto Domingo, Jamaica, CostaRica,México. La Revolución, lide-rada por Martí estalla el 24 defebrero de 1895. El 11 de abrilestá él ya en campo insurrecto.La obra a la que dedicó su vidaestá en marcha, pero lo cerca laangustia y la frustración. De caraal enemigo, cae en combate el

19 de mayo. Su significación enla cultura latinoamericana es si-milar a su trascendencia e im-portancia en el proceso político ysocial de lo que él llamó NuestraAmérica.

ENSEÑAR EN SERIO Y ENCANTAR JUGANDO

La colonia cubana en NuevaYork se sorprende, en el veranode 1889, con la noticia. JoséMartí, el revolucionario viril, elpropagandista incansable de laguerra contra España, acaba delanzar una revista titulada LaEdad de Oro y que dedica a losniños de América.

«Para los niños trabajamos,porque los niños son los quesaben querer, porque los niñosson la esperanza del mundo»,escribe Martí en el editorial delprimer número de la revista. Setrata de una publicación men-sual, de 32 páginas a dos co-lumnas, fina tipografía y agrada-ble papel, en la que se incluyenláminas y viñetas en las que losmejores artistas plasmaron es-cenas de costumbres y de via-jes y retratos de hombres y mu-jeres célebres, y que contiene,además, reproducciones de pin-turas famosas y de máquinas yaparatos científicos. Garantizauna lectura variada y placenteray también instructiva. Y tiene tan-tos valores pedagógicos y artís-ticos que hoy se le considera unaobra maestra del que tal vezsea el más difícil de los géneros:la literatura para niños y jóvenes.

Dice al respecto Fina GarcíaMarruz: «El principal hallazgo deLa Edad de Oro es haber descu-bierto ese medio justo con quehabía que dirigirse a los niños yhablarles de modo que las pala-bras no pareciesen palabras oideas, sino que fueran como lapiedra que inicia el juego. Unavez en posesión de esa palabra,tomada al mundo de ellos, noiban a notar si se les enseñabaarqueología o historia mientrasparecía estarles haciendo uncuento». El poeta mexicano Ma-nuel Gutiérrez Nájera, que calóantes que nadie estas páginasmartianas, comprendió comopocos el empeño del hombre deLa Edad de Oro: no se trata deque el adulto se aniñe ni que elniño sea hombre, sino partir deque el mundo de la infancia estan serio como el nuestro y nopodemos entrar disfrazados ensu ámbito. Y sentenciaba: Martíno se muestra en las páginasde su revista como una maestrade primeras letras ni como unacriada vieja, sabedora de cuen-tos de hechicería. «Su trabajo esel trabajo del alba: despertar».

Martí vive lejos de su esposae hijo. A este le dedicó,en 1882,un poemario que es expresión

de una nueva sensibilidad, Is-maelillo. Está hecho con rimasinesperadas, una sintaxis com-pleja, arcaísmos y hallazgos ver-bales. Inmerso como vive en el tor-bellino de la lucha política, elrecuerdo del hijo lejano es comoel remanso de un lago encanta-do. A esta hora, el amor serenoy doméstico de Carmen Miyaresle ha sustituido el amor esquivode su esposa. Y lo llena. Carmenestá casada con el cubano Ma-nuel Mantilla,enfermo de melan-colía y de parálisis. Es medio ve-nezolana y medio santiaguera;gorda, parlanchina, simpática.Martí se aficiona a los hijos deCarmen,especialmente a María,a la que distingue con marcadoamor paternal. Saca a los mu-chachos por las tardes en bulli-ciosa reata. Los lleva al ParqueCentral, ven, en el Edén Musèe,las famosas figuras de cera.Todo lo sabe Martí. Todo quiereexplicárselo a los niños.

¿Y por qué no hacerlo paratodos los niños de América? Unbrasileño amigo,A. D’Acosta Gó-mez, pone los recursos im-prescindibles. El hombre que esuno de los grandes prosistas dela lengua española es ahorasencillo a fuerza de ser sintéti-co. Su estilo no se empequeñe-ce para llegar a los niños, ase-vera Fina García Marruz. Por elcontrario, se torna más fabulo-so. Imita el idioma del niño.

EL LENGUAJE DE LA PASIÓNEl verbo martiano brotaba

como el agua de un manantial,incontenible; a veces, tranquilay serena, a veces, encrespada,como a borbotones. Impactabanla fluidez de la palabra, la ideafulgurante, las imágenes fas-tuosas que dejaba escaparaquella voz delgada y viril al mis-mo tiempo. En Guatemala, enplena juventud, ganó el mote de«Doctor Torrente». José Martí, elApóstol de la Independencia deCuba, conmovía, sacudía, elec-trizaba siempre a su auditorio.Como orador,supo lucirse en se-veros foros académicos, enadustas reuniones internacio-nales como la Conferencia Mo-netaria a la que concurrió comodelegado del Uruguay, y en míti-nes en los que llamó a suscompatriotas a hacer la revolu-ción. En 1895, en los camposde Cuba libre, en vísperas decaer en combate frente a lasbalas españolas, tuvo tambiénocasión de dirigir la palabra acombatientes del entoncesnaciente Ejército Libertador. «Loescuchaba y sentía que se meiba el sombrero», recordaba unode aquellos mambises que tuvoel privilegio de verlo. Y otro: «Nolo comprendía, pero sentí quetenía que morir por él».

Dice el argentino Sarmientoque «en español no hay nada quese parezca a la salida de brami-dos de Martí… Después de Víc-tor Hugo nada presenta la Fran-cia de esa resonancia de metal».Para José Lezama Lima, Martí,como orador, «ocupa lugar apar-te en los fastos de la elocuen-cia española. Nada de fácilesmelopeas castelarinas; su len-guaje es el de la pasión». En1878, de vuelta del destierro,asombra a sus compatriotascon sus cualidades oratorias.Habla en el homenaje al violi-nista Alfredo Torroella. Es unaoratoria diferente a la habitual.Habla de patria, «patria ceñuday de lauros enlutados». Es unaelocuencia nerviosa, brillante,difícil, embriagadora. La voz delorador, melodiosa, tan prontovibra de energía como se velacon sordos acentos elegiacos.Finaliza el discurso, el públicoestalla en una ovación tenaz yMartí es sacado de la tribunaentre abrazos.

Pronuncia el discurso en elbanquete que un grupo de cu-banos de ideas reformistasofrece a un destacado periodis-ta. Su tono e intención sorpren-den a los señores de la presi-dencia del homenaje, gente cau-ta y remisa a la independencia.Martí exalta la hombría públi-ca del agasajado y sentencia:«El hombre que clama valemás que el que suplica… losderechos se toman, no sepiden, se arrancan, no se men-digan…».

EDICIÓN

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Una hora después,el capitángeneral Ramón Blanco y Ere-nas, Marqués de Peña Plata,sabe de lo acontecido en elbanquete y del discurso de Mar-tí. ¿Martí? ¿Quién es Martí?,pregunta. Lo sabrá pronto por-que al día siguiente el Liceo deGuanabacoa celebrará unavelada en honor del violinistacubano Díaz Albertini, que regre-só del exterior cargado de glo-ria, y Martí, «el tal Martí», seráuno de los oradores. A Guana-bacoa se va el gobernador.

Poco importa a Martí la pre-sencia del capitán general. Nopuede Blanco soportar el discur-so hasta el final. Abandona elsalón. Comenta: «No quierorecordar lo que he oído y no con-cebí nunca que se dijera delantede mí. Voy a pensar que Martí esun loco, pero un loco peligroso».

Muchos fueron los discursosque José Martí pronunció a lolargo de sus 42 años de vida.Memorables resultan las ora-ciones que dedicó al poetacubano José María Heredia y aSimón Bolívar, a las conmemo-raciones patrias, al igual quesu prédica incansable a fin deaunar a la emigración y prepa-rarla para lo que él llamó «laguerra necesaria» y la república,«con todos y para el bien detodos»,a la que daría paso. Aren-gas que evidencian la extraordi-naria seducción de su palabra yla elocuencia brillante y embria-gadora de la que hacía gala consu voz débil y viril al mismotiempo.

Bajo el signo de la urgencia