Introducción

En la clase de “Análisis de la Conducta” pudimos estudiar a lo largo del

cuatrimestre los fundamentos de evaluación y modificación de la conducta, así

como las distintas técnicas que existen para poder llevar a cabo dicho objetivo.

En el presente trabajo se busca poner en práctica los conocimientos adquiridos en

clases, tomando un caso real o ficticio, al cual se le analizará la conducta para

luego modificarla, usando las técnicas aprendidas de análisis de la conducta.

Partiendo del caso ficticio que exponemos más adelante, detallamos paso a paso

el cuadro presentado, sus antecedentes y consecuentes, así como el programa a

utilizar para poder obtener el resultado deseado.

A continuación, el contenido del trabajo.

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1) Datos generales del paciente

Nombre paciente: J. G. S. Z.

Edad: 6 años

Sexo: Femenino

Grado escolar: Primer grado de primaria

Nombre padre: W. E. S.

Nombre madre: M. A. Z.

Hermanos: 2 (uno mayor de 10 años y uno menor de 4 años)

2) Presentación del caso

La paciente (J.G.), de 6 años de edad, se encuentra en un colegio reconocido del

país, donde recibe una buena educación. Sin embargo, la niña no participa en

clases, no solo a la hora en que el profesor de turno realiza preguntas, sino que

tampoco lo hace a la hora de actividades grupales.

3) Evaluación comportamental o línea base

La evaluación comportamental es el inicio de toda intervención conductual, su

función es cuantificar y analizar la conducta. A través de ésta, se determina el

diagnóstico, que es, a final de cuentas, lo que va a dirigir el diseño y realización

del tratamiento dentro de la psicología clínica. En este punto, se recopilan todos

los datos relacionados a la conducta blanco, así como su aparición y

mantenimiento.

3.1) Organización y descripción de los datos

J.G. es una niña de tan solo 6 años de edad. Vive con ambos padres y sus 2

hermanos (hijos de ambos padres también). Ella es la hija del medio. Su hermano

mayor es estudiante reconocido por sus calificaciones en el colegio. J.G. apenas

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ingresó este año al mismo colegio que él. A la hora de clases, la niña no desea

responder a las preguntas que el profesor hace en clases. Tampoco muestra

interés por participar en trabajos que se deben realizar en grupo.

3.2) Identificar la conducta blanco

Cuando hablamos de “conducta blanco”, estamos haciendo referencia a la

conducta que se desea cambiar, modificar o eliminar, o bien, hacer que aparezca

en el repertorio de la persona (si acaso no existe). La conducta blanco en este

caso es su inhibición de participar en clases y de las actividades grupales

escolares.

3.3) Topografía de la respuesta

Nos referimos en este punto a las propiedades físicas que una conducta puede

poseer, es decir, la forma y apariencia de una respuesta manifestada.

En el caso de la paciente, cuando un profesor hace una pregunta, los niños de la

clase levantan sus manos, sin embargo, la paciente no lo hace. Cuando el

profesor le hace una pregunta directa a la paciente, ella baja su cabeza, o la gira

hacia un lado. También se observa que cuando el profesor les asigna un trabajo

de grupo, J.G. muestra desinterés y prefiere quedarse apartada, con la cabeza

hacia abajo, o en algunas ocasiones, mirando lo que sus otros compañeros hacen.

La respuesta que se desea lograr es que, cada vez que el profesor realice una

pregunta general al curso, la paciente levante su mano en señal de participación;

también que cuando se le haga una pregunta directa a la paciente, ella pueda

sostener contacto visual con él profesor y provea una respuesta; y que a la hora

de trabajar en grupo, que la paciente pueda participar con libertad y sin

inhibiciones.

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3.4) Análisis funcional

El análisis funcional es el enfoque de evaluación que analiza la conducta blanco

en relación con otras conductas. Nos permite establecer las relaciones funcionales

o secuencias que caracterizan una conducta, analizando los antecedentes y

consecuentes que explican que la conducta se dé y se mantenga en el tiempo.

A la hora de clases, cuando el profesor hace una pregunta en general, la mayoría

de los niños y niñas levantan la mano para ser seleccionados y responder, sin

embargo, las manos de la paciente permanecen debajo, para luego bajar la

mirada. Cuando el profesor de turno se acerca directamente a la paciente y le

hace una pregunta relacionada al tema que están tratando en el aula, la niña

mantiene su cabeza abajo, o la gira hacia un lado. Por otro lado, se observa que la

niña conversar con algunos de sus compañeros en el aula, pero tan pronto el

profesor les asigna un trabajo de grupo, J.G. muestra desinterés y prefiere

quedarse apartada, con la cabeza hacia abajo, o en algunas ocasiones, mirando lo

que sus otros compañeros hacen.

Los padres notaron que todo esto comenzó a ocurrir luego de cambiar a J.G. de

un colegio anterior a este, así como han observado que su hermano mayor la

molesta al presumir las buenas calificaciones que él obtiene, mientras que ella no.

Dicho de otro modo, al cambiarla de un ambiente a otro, ha dejado de percibir los

estímulos que reforzaban su participación en clases. Y por otro lado, es posible

que las palabras y acciones de su hermano representen estímulos negativos que

refuercen su inhibición a participar de las clases.

4) Técnicas a utilizar

Entre las distintas técnicas de intervención de la conducta que pudimos aprender

en clases, utilizaremos el reforzamiento positivo del condicionamiento

operante.

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Cuando hablamos de reforzamiento positivo nos referimos a presentar un

reforzador (algún estímulo que sea agradable para el paciente) justo luego de que

se manifieste la conducta deseada, para incrementar así su probabilidad de

ocurrencia nueva vez.

Esta es la técnica elegida debido a que se ajusta al propósito de este programa de

modificación conductual, ya que la meta es llevar a la paciente a que participe en

sus clases, así como en los trabajos grupales, y para eso nos auxiliaremos de la

ayuda de reforzadores, los cuales serían entregados a modo de premio, para que

la niña vea que sus participaciones son apreciadas y que hacerlo puede

representar algo positivo para ella, y por ende, desarrolle la costumbre de

participar en sus clases.

5) Procedimiento de aplicación de las técnicas

Para la aplicación de la técnica elegida, usaremos un programa de razón

variable, el cual es uno de los programas de reforzamientos que vimos en clase.

Los programas de reforzamiento son planes sistemáticos que prepara quien va a

realizar una intervención conductual, en el que se establece la forma en que se va

a administrar el refuerzo.

Cuando hablamos de “programa de razón variable”, nos referimos a un

programa en el cual vamos a reforzar la respuesta deseada de una manera

cambiante e irregular, para que de este modo la paciente no sepa cuando la

respuesta va a ser premiada y por ende mantenga un alto índice de aparición de la

misma, sin que disminuya o desaparezca.

Luego de hablar con los padres de la paciente, supimos que la niña es amante de

los chocolates, siendo sus favoritos los “Lindt”, por lo que utilizaremos esta marca

de chocolate como uno de los reforzadores en el programa. Así mismo, la entrega

de los chocolates será acompañada de reforzadores positivos verbales, como por

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ejemplo: “bien respondido”, “buen trabajo”, “lo hiciste muy bien”, entre otros, para

asegurar la efectividad de la técnica elegida para la modificación conductual.

¿Cómo se administrarían los reforzadores? Primero, se tendría una sesión con la

paciente (10-15 minutos) en donde le preguntaría acerca de su inhibición de

participar en clases, para luego explicarle lo beneficioso que puede ser para ella el

envolverse con lo que ocurre en clases. Luego, a modo de introducir y comenzar

el programa de modificación conductual (y sin que ella lo sepa), le haría una

pregunta relacionada a alguna de sus clases, y tan pronto responda (sea correcta

o no su respuesta, ya que lo que se persigue es que ella participe, y no que sean

correctas sus respuestas necesariamente), le daría un chocolate Lindt,

acompañado de una felicitación verbal por su participación.

A partir de ese momento, daríamos inicio formal al programa de reforzamiento,

acompañando a la paciente a alguna de sus clases, y administrando los

reforzadores mencionados sólo después de que aparezca la respuesta deseada

(una participación en clase) pero de manera irregular y cambiante, es decir, sin

seguir un patrón numérico fijo de aparición de la respuesta.

Lo anterior formaría parte del monitoreo también, es decir, de la supervisión del

paciente y su respuesta en el ambiente, mientras se le aplica el reforzador

conforme a lo designado en el programa. Al principio, se acompañaría a la

paciente al colegio durante 5 días durante 2 horas de clases, aplicando el

reforzador de la manera en que se concibió.

Luego, solamente se le acompañaría al colegio 3 días durante 1 hora, para

finalizar con 1 solo día de visita durante 30 minutos. Se le pediría al profesor de

turno que cada vez que la niña participe, refuerce su participación mediante un

estímulo positivo, como un mensaje de felicitaciones, como vendríamos haciendo.

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Los inconvenientes que se podrían presentar es que, luego de retirarme, la

conducta no deseada vuelva a aparecer por la falta de reforzadores que

mantengan manifiesta la conducta deseada. Por otro lado, el dar una respuesta

incorrecta y recibir la burla de sus compañeros pudiera también inhibir a la

paciente de participar en clases. De igual modo, una actitud amenazadora de un

profesor frente a una respuesta incorrecta por parte de la niña, podría hacer que la

conducta deseada deje de manifestarse.

6) Resultados esperados

Durante la aplicación del programa de reforzamiento, así como luego de la

finalización del mismo, se espera que la paciente sea capaz de interactuar en sus

clases a la hora de que el profesor le haga una pregunta o les asigne un trabajo en

grupo.

Se espera también que la conducta deseada pueda ser replicada en todas las

clases en las cuales está la paciente. De igual modo, que dicha conducta

aparezca sin la necesidad continuar reforzándola para asegurar su aparición.

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Conclusión

Aunque la técnica de análisis e intervención conductual así como el programa de

reforzamiento no fueron empleados en un caso real, se pudo demostrar el uso de

los conocimientos adquiridos en el aula durante el período académico

correspondiente.

Con las técnicas aprendidas podemos ayudar a otras personas a realizar

actividades que antes no podían lograr, así como enseñar nuevas conductas que

no se encontraban en el repertorio del usuario, y con esto podemos proveerles

una nueva experiencia en la vida.

Después de todo, la misión del psicólogo es aportar su conocimiento y esfuerzo

para el mejoramiento de las condiciones de vida de las personas que lo rodean; y

con las competencias adquiridas en esta materia, estoy seguro que cuento con

nuevas herramientas para hacer eso posible.

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