ana maria tarea

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La lista de los privilegios del fruto del Espíritu en Gálatas 5:22, 23, está precedida por una lista de lo quePablo llama “Las obras de la carne. "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría,hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidia, homicidios, borracheras,orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes,que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios" (Gál. 5:19–21). El fruto del Espíritu es manifiesto, no puede ser escondido. Así también son las obras de la carne. Unhombre lleno del Espíritu puede ser distinguido por su fruto. Un hombre carnal puede ser identificado por susobras. La manifestación del carácter del creyente se llama “fruto”, mientras que la del carnal incrédulo es llamada“obras.” Un hombre carnal es uno que no está dominado por el Espíritu de Dios. La lucha en la personalidad es una lucha entre el ser mismo y Cristo. Si el ser gana, éste llega a ser el centrode la personalidad y la persona se convierte en egocéntrica. Si Cristo gana, Él llega a ser el centro de lapersonalidad y la persona se convierte en Cristo-céntrica. El resultado de una vida egocéntrica es la manifestaciónde las obras de la carne. El resultado de una vida Cristo- céntrica es la manifestación del fruto del Espíritu.El principio de dar fruto es el principio de vida. El fruto no se hace, sino que crece. Samuel Chadwick,refiriéndose al pasaje en el capítulo cinco de Gálatas ha dicho: El rasgo más asombroso del contraste es el cambio enfático de obras a fruto. Las obras pertenecen

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La lista de los privilegios del fruto del Espritu en Glatas 5:22, 23, est precedida por una lista de lo quePablo llama Las obras de la carne. "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicacin, inmundicia, lascivia, idolatra,hechiceras, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejas, envidia, homicidios, borracheras,orgas, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes,que los que practican tales cosas no heredarn el reino de Dios" (Gl. 5:1921).El fruto del Espritu es manifiesto, no puede ser escondido. As tambin son las obras de la carne. Unhombre lleno del Espritu puede ser distinguido por su fruto. Un hombre carnal puede ser identificado por susobras. La manifestacin del carcter del creyente se llama fruto, mientras que la del carnal incrdulo es llamadaobras. Un hombre carnal es uno que no est dominado por el Espritu de Dios.La lucha en la personalidad es una lucha entre el ser mismo y Cristo. Si el ser gana, ste llega a ser el centrode la personalidad y la persona se convierte en egocntrica. Si Cristo gana, l llega a ser el centro de lapersonalidad y la persona se convierte en Cristo-cntrica. El resultado de una vida egocntrica es la manifestacinde las obras de la carne. El resultado de una vida Cristo-cntrica es la manifestacin del fruto del Espritu.El principio de dar fruto es el principio de vida. El fruto no se hace, sino que crece. Samuel Chadwick,refirindose al pasaje en el captulo cinco de Glatas ha dicho:El rasgo ms asombroso del contraste es el cambio enftico de obras a fruto. Las obras pertenecen aun taller de trabajo; el fruto pertenece al jardn. Uno proviene de la ingenuidad de la fbrica; el otro del crecimientosilencioso de la vida abundante. La fbrica opera con cosas muertas; el jardn cultiva fuerzas vivaspara sus fines designados. Las obras siempre estn en el reino de las cosas muertas. Todo edificio es construidocon material muerto. El rbol debe morir antes de que pueda ser til al constructor. No hay vida en piedrasy ladrillos, en vigas de acero y de hierro. Todos estn muertos y en proceso de desintegracin. Ninguna cosamaterial dura. Las mejores obras del hombre fracasan y empalidecen, decaen y pasan. El fruto no viene deltrabajo del hombre, requiere de su diligencia, pero no es ni su invencin ni su producto. El no hace las flores.Ninguna habilidad suya trae la dorada cosecha a los campos, o el fruto delicioso a los rboles. Cuando elhombre ha hecho todo lo que puede, entonces Dios comienza y la vida contina. El fruto es obra de Dios. Lafrase fruto del Espritu asigna las gracias del carcter cristiano a su fuente correcta. Ellos no son la produccindel hombre.As que la diferencia entre las obras de la carne y el fruto del Espritu es bastante aparente. La carne produce obras; el Espritu produce fruto. Uno requiere esfuerzo propio; el otro ningn esfuerzo de la carne. Uno es el producto de fbrica; el otro es del jardn. Uno est muerto; el otro vivo. Uno es de la carne; el otro del Espritu.

Sabidura: gusto para lo espiritual, capacidad de juzgar segn la medida de Dios. El primero y mayor de los siete dones. S.S. Juan Pablo II, Catequesis sobre el Credo, 9-IV-89

La sabidura "es la luz que se recibe de lo alto: es una participacin especial en ese Esta sabidura superior es la raz de un conocimiento nuevo, un conocimiento impregnado por la caridad, gracias al cual el alma adquiere familiaridad, por as decirlo, con las cosas divinas y prueba gusto en ellas. ... conocimiento misterioso Inteligencia (Entendimiento): Es una gracia del Espritu Santo para comprender la Palabra de Dios y profundizar las verdades reveladas.S.S. Juan Pablo II, Catequesis sobre el Credo, 16-IV-89que significa "leer dentro", penetrar, comprender a fondo. Mediante este don el Espritu Santo, que "escruta las profundidades de Dios" (1 Cor 2,10), comunica al creyente una chispa de capacidad penetrante que le abre el corazn a la gozosa percepcin del designio amoroso de Dios.Consejo: Ilumina la conciencia en las opciones que la vida diaria le impone, sugirindole lo que es lcito, lo que corresponde, lo que conviene ms al alma. S.S. Juan Pablo II, Catequesis sobre el Credo, 7-V-89el don de consejo. Se da al cristiano para iluminar la conciencia en las opciones que la vida diaria le impone. Una necesidad que se siente mucho en nuestro tiempo, turbado por no pocos motivos de crisis y por una incertidumbre difundida acerca de los verdaderos valores, es la que se denomina reconstruccin de las conciencias.enriquece y perfecciona la virtud de la prudencia y gua al alma desde dentro, iluminndola sobre lo que debe hacer, especialmente cuando se trata de opciones importantesFortaleza: Fuerza sobrenatural que sostiene la virtud moral de la fortaleza. Para obrar valerosamente lo que Dios quiere de nosotros, y sobrellevar las contrariedades de la vida. Para resistir las instigaciones de las pasiones internas y las presiones del ambiente. Supera la timidez y la agresividad. Ciencia: Nos da a conocer el verdadero valor de las criaturas en su relacin con el Creador.Piedad: Sana nuestro corazn de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios como Padre y para con los hermanos como hijos del mismo Padre. Clamar Abba, Padre!Un hbito sobrenatural infundido con la gracia santificante para excitar en la voluntad, por instinto del E.S., un afecto filial hacia Dios considerado como Padre y un sentimiento de fraternidad universal para con todos los hombres en cuanto hermanos e hijos del mismo Padre.Temor de Dios: Espritu contrito ante Dios, concientes de las culpas y del castigo divino, pero dentro de la fe en la misericordia divina. Temor a ofender a Dios, humildemente reconociendo nuestra debilidad. Sobre todo: temor filial, que es el amor de Dios: el alma se preocupa de no disgustar a Dios, amado como Padre, de no ofenderlo en nada, de "permanecer" y de crecer en la caridad (cfr Jn 15, 4-7).

Distincin entre las virtudes y los donesPor:El hombre: En orden a los actos:

la Virtud adquiridase dispone para ser movido por la simple razn natural naturalmente buenos.

la Virtud infusase dispone para ser movido por la razn iluminada por la fe sobrenaturales al modo humano.

los Dones del Espritu Santose connaturaliza con los actos a que es movido por el Espritu Santo sobrenaturales al modo divino o sobrehumano.