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XVIII Congreso.
25 | 27 de Abril de 2012. Querétaro.
Asociación Mexicana de Estudios del Caribe A.C
LA JOVEN RELACIÓN DIPLOMÁTICA ENTRE MÉXICO Y BELICE 30A ANIVERSARIO.•
Guadalupe Vautravers Tosca•
α Esta ponencia forma parte de la investigación financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) a la autora, denominada: La política exterior de México en el nuevo milenio. Continuidad y cambios. • Profesora e investigadora de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, donde imparte clases de Tratados Internacionales. Líneas de investigación: Política Exterior de México; Migración y Derechos Humanos.
1
Resulta grato para la suscrita, realizar la investigación sobre Belice en los días
en que nuestro vecino país cumple treinta años de edad. Belice ostenta un
privilegio singular porque es uno de los más jóvenes países independientes del
continente americano, al lograr su independencia del Reino Unido de la Gran
Bretaña e Irlanda del Norte el 21 de septiembre de 1981.1
Belice, un país con quien, si bien el gobierno mexicano no tiene una relación
comercial internacional, sí se cuenta con una estrecha relación de cooperación
en áreas sensibles para el pueblo y gobierno beliceños.
Lo anterior, no es óbice para que miles de familias mexicanas y beliceñas
tengan una estrecha relación comercial, en virtud que los habitantes de Belice
que residen cerca de la frontera con México, adquieren la mayor parte de sus
productos manufacturados en Chetumal, Quintana Roo, México y los
mexicanos de varios estados del país, acuden a Santa Elena, Corozal, Belice,
que está decretada como una zona de libre comercio, para adquirir productos
de procedencia extranjera, preferentemente artículos de origen chino. Si bien
nos percatamos que muchos propietarios de negocios en la zona libre son
mexicanos, en su mayoría originarios de Chetumal, Quintana Roo, se emplea a
los beliceños en los negocios que allí se encuentran y los mexicanos que
ingresan realizan un pago al erario de ese país.2
Una de las fronteras en el sur de México es compartida con Belice,
específicamente con los estados de Quintana Roo y Campeche. Chetumal, la
capital quintanarroense, está a sólo unos kilómetros de la frontera; es un polo
comercial, de abastecimiento y de entretenimiento para la población beliceña,
particularmente la de los dos distritos del norte del vecino país: Corozal y
Orange Walk, si bien es frecuente la presencia de residentes de la ciudad de
Belice e incluso de Belmopan, la ciudad capital beliceña. El punto fronterizo, sin
embargo, es una pequeña población llamada Subteniente López, Quintana
1 Gargallo, Francesca y Adalberto Santana, “Prólogo”, en Belice: sus fronteras y destino, México, UNAM, 1993, p. 7. 2 Observación directa de la autora en Chetumal, Quintana Roo, México y Santa Elena, Corozal, Belice, en distintas fechas de los años 2003 y 2010.
2
Roo, ubicada a escasos diez minutos de Chetumal a orillas del río Hondo, uno
de los linderos naturales entre México y Belice.3
Entre las fronteras de México, la que comparte con Belice es quizá la que
menos complicaciones ha presentado debido a su pequeña extensión, la poca
población asentada en ambos lados de la línea fronteriza y en general, en el
vecino país centroamericano, además del escaso intercambio comercial
bilateral, por mencionar solamente algunos de los factores lícitos que influyen
en cualquier relación fronteriza entre Estados. También es, sin lugar a dudas,
la frontera menos conocida por los mexicanos.4
Sin embargo, los 176 kilómetros de frontera entre Belice y México (en el
estado de Quintana Roo) cobran cada vez mayor importancia en temas de
migración, mercados de trabajo y seguridad, entre otros. Si bien siempre ha
existido movilidad a través de esta frontera, durante los últimos años se ha
presentado mayor dinamismo y cambios en la movilidad poblacional, en los
patrones migratorios y en las políticas fronterizas.5
Anualmente, entran a México, a través de la frontera con Belice, más de 900
mil extranjeros, de los cuales la mayoría son beliceños que viajan a Quintana
Roo, en particular a Chetumal, Playa del Carmen y Cancún. Frecuentemente
son viajes de menos de 72 horas e incluso suele cruzarse solamente para
hacer compras en Chetumal. La frontera México-Belice tiene características
únicas y propias de esta región del sureste mexicano, que difiere en mucho con
la que México comparte con su otro vecino del sur, Guatemala. La cooperación
bilateral es amplia y la asistencia que México brinda a su vecino data desde
que éste obtuvo su independencia de Reino Unido en 1981. Así como era
común que hace 50 años los habitantes de Payo Obispo (hoy Chetumal) fueran
3 Secretaría de Relaciones Exteriores, Embajada de México en Belice, La frontera México-‐Belice, http://portal.sre.gob.mx/belice/index.php?option=displaypage&Itemid=127&op=page&SubMenu, consultado el 1 de octubre de 2011. 4 Hidalgo Castellanos, Jorge Luis, “La frontera México-‐Belice: desafíos y oportunidades”, Revista Mexicana de Política Exterior, México, número 81, octubre de 2007, Instituto Matías Romero, Secretaría de Relaciones Exteriores, p. 157. 5 Armijo Canto, Natalia, “Dinámica fronteriza México-‐Belice. Tema pendiente en la agenda de investigación sobre la frontera sur”, en Villafuerte Solís, Daniel y García Aguilar, María del Carmen (coordinadores), Migraciones en el sur de México y Centroamérica, México, UNICACH-‐Miguel Ángel Porrúa, 2008, p. 221.
3
a estudiar a Belize City, hoy en día muchos beliceños envían a sus hijos a
cursar estudios de educación media y superior a Quintana Roo y Yucatán.6
La historia que comparten Quintana Roo y Belice, ha estado marcada por el
relativo aislamiento de esta región durante décadas, lo cual generó el
surgimiento de fuertes vínculos comerciales, laborales, sociales y culturales. El
auge comercial del palo de tinte, la caoba y el chicle, en sus distintas etapas,
provocó que pobladores de ambos lados de la frontera participaran
activamente en las temporadas de corte o cosecha. La mayoría de los
productos obtenidos de los bosques del centro y sur del territorio circulaba a
través de Belice. Esta región fronteriza no tenía todavía una fuerte presencia
del gobierno nacional, y fueron los capitalistas ingleses y estadounidenses
quienes realizaron inversiones significativas para la extracción de la madera y
el chicle, y empezaron a ver atractivas utilidades. Al mismo tiempo, el rápido
crecimiento de la economía forestal atraía el flujo de trabajadores y sus familias
desde la colonia británica y desde otras partes de México, principalmente
Veracruz. La vida en la franja fronteriza presentaba entonces una dinámica
cotidiana, familiar, laboral, y no parecía presentar mayores retos para la
seguridad. Las migraciones, algunas documentadas con permisos temporales
para trabajar y otras sin papeles eran parte del paisaje diario y de ninguna
manera eran consideradas como “amenaza”, pero este panorama cambió a
partir de la década de 1980 por las guerras centroamericanas y la presencia de
desplazados y refugiados tanto en México como en Belice, lo peor, la presencia
visible del narcotráfico que creó fama de lugares peligrosos a los distritos e
Corozal y Orange Walk en Belice.7
En efecto, los treinta años de relación bilateral entre México y Belice que
iniciaron en 1981 al independizarse éste del Reino Unido de la Gran Bretaña e
Irlanda del Norte, se han caracterizado por una relación amistosa y de
cooperación, de buena vecindad y sin problemas graves en su frontera, a pesar
de ser una línea fronteriza porosa, con escasa vigilancia, muy flexible en
términos migratorios y con una fuerte relación familiar y de amistad entre 6 Secretaría de Relaciones Exteriores, Embajada de México en Belice, La frontera México-‐Belice, http://portal.sre.gob.mx/belice/index.php?option=displaypage&Itemid=127&op=page&SubMenu, consultado el 1 de octubre de 2011. 7 Armijo Canto, Natalia, op. cit., pp. 225 y 230.
4
quienes habitan a uno y otro lado de ella, desde la bahía de Chetumal hasta los
límites con Guatemala, en el Petén.8
Siempre se ha dicho que México fue el primer país en acreditar un
embajador residente ante el recién constituido país, en 1981, aunque Reino
Unido designó una Alto Comisionado para su ex colonia tan pronto le otorgó la
independencia, pero si dejamos de lado ese punto, lo cierto es que México
siempre apoyó los deseos independentistas de su vecino y estableció de
inmediato, el mismo 21 de septiembre de 1981, relaciones diplomáticas con el
nuevo miembro de la comunidad internacional, al enviar a un representante con
residencia en la ciudad de Belice. No hay que olvidar que desde el siglo XIX
nuestro país mantuvo relaciones consulares con Belice, ya que en 1898
estableció un consulado general en la ciudad de Belice, Honduras Británica.9
Manuel Ángel Castillo, Mónica Toussaint y Mario Vázquez, mencionan
también el apoyo que el gobierno de José López Portillo brindó a la causa de la
independencia de Belice, en especial, en las votaciones realizadas en la
Asamblea General de las Naciones Unidas en favor de la autodeterminación y
la independencia de nuestro vecino. Así también, destacan las visitas oficiales
de funcionarios beliceños a México y que el gobierno mexicano, a pesar que
Guatemala hacía reclamaciones a Gran Bretaña por el territorio de Belice,
siempre evitó una confrontación abierta con el otro vecino. El argumento del
gobierno de López Portillo era “respaldar al movimiento de independencia de
Belice, con el cuidado de que eso no significara una confrontación abierta con
el gobierno guatemalteco. Sin embargo, los diarios guatemaltecos calificaban a
México de imperialista y expansionista”.10
En todo caso, podría aseverarse que México fue el primer país de
Latinoamérica y el Caribe que no sólo estableció relaciones sino que adscribió
permanentemente en el territorio beliceño a un representante diplomático de
alto nivel gracias, entre otras causas, a su vecindad.11 A partir de esa fecha, la
8 Hidalgo Castellanos, op. cit., p. 157. 9 Archivo General de Centroamérica: Signatura B, legajo 57, expediente 1. 10 Ángel Castillo, Manuel , et. al., Centroamérica. Historia de las relaciones internacionales de México, 1821-‐2010, México, SRE, 2011, pp. 157-‐158. 11 Hasta el año 2007, sólo 12 países cuentan con una misión diplomática residente y permanente en Belice, ellos son, México, Brasil, Costa Rica, Estados Unidos de América, El Salvador, Reino Unido,
5
relación bilateral fue consolidándose y estrechándose a través de la presencia
de los representantes diplomáticos de ambos países y con programas de
cooperación y apoyos en foros multilaterales que han beneficiado la relación.
En particular, se ha impulsado la asistencia en las áreas cultural, educativa y
de salud, tal como ampliamente lo explicamos en párrafos posteriores de esta
ponencia.
En el mismo sentido, queremos destacar la importancia de la presencia
mexicana en Belice y la labor de nuestra embajada, ya que la renovación y
modernización del Centro Bliss para las Artes Escénicas (The Bliss Centre for
the Performing Arts), quizá el mejor centro cultural del país en cuanto a
instalaciones y programación, fue posible gracias a una línea de crédito del
Banco Nacional de Comercio Exterior.12
Belice tiene 22,966 kilómetros cuadrados de superficie, casi la misma
extensión territorial del estado de Tabasco, México, su población total es de
300,000 habitantes aproximadamente, mientras que su gobierno cuenta con
sólo 11 ministros.13
El embajador Enrique Hubbard Urrea, señaló que existe un
desconocimiento mutuo entre las poblaciones de México y Belice que incide en
la relación bilateral, y que continúa inexplicablemente vigente a pesar de la
vecindad.14
La frontera de México con Belice tiene una extensión aproximada de 236.5
kilómetros, incluyendo la bahía de Chetumal que va desde Boca de Bacalar
Chico (México) o Cayo Ambergris (Belice) hasta la desembocadura del río
Hondo. Sin embargo, ambos países comparten solamente 149.5 kilómetros de
frontera terrestre, o mejor dicho fluvial, delimitada en su mayor extensión por el
Venezuela, Cuba, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Taiwán. De ellas, las primeras siete están ubicadas en la capital, Belmopan, y el resto permanece en la ciudad de Belice. México también mantiene en la antigua capital las secciones consular, cultural, educativa y de cooperación, así como un centro cultural. Para mayor información al respecto, cfr. Hidalgo Castellanos, Jorge Luis, op. cit., pp. 167-‐168. 12 Hidalgo Castellanos, Jorge Luis, op. cit., p. 168. 13 Naciones Unidas, The United Nations Statistics Division, http://unstats.un.org. Consultado el 29 de septiembre de 2010. 14 Hubbard Urrea, Enrique, Belice: el vecino ignorado. La perspectiva de un embajador de México, México, El Colegio de Sinaloa, 1998, p. 1.
6
río Hondo y el arroyo Azul. Este tramo fronterizo, sin incluir la bahía de
Chetumal es al que comúnmente se refiere cuando se habla de la frontera
México-Belice.15
La delimitación fronteriza actual se basa en un tratado suscrito entre los
gobiernos de México y Reino Unido en 1893, el cual fue reconocido por Belice,
como Estado sucesor al obtener su independencia del país europeo, y que en
términos generales no ha suscitado problema alguno entre las partes. Sin
embargo, con el afán de que en el instrumento jurídico se refleje la realidad
actual y se aproveche la tecnología cartográfica moderna, los gobiernos de
México y Belice decidieron, en 1998, llevar a cabo reuniones y consultas
técnicas, las cuales se han celebrado en los recientes ocho años con el objeto
de alcanzar un acuerdo que permita suscribir un tratado de límites
directamente con el gobierno beliceño, como representante de un Estado libre
y soberano, sustituyendo así, el de 1893, firmado con la ex metrópoli
británica.16
Hasta el momento no se ha concluido el nuevo tratado de límites, ya que
desde el 28 de septiembre de 2003, el gobierno de México presentó al de
Belice una propuesta de trazo de la línea divisoria, misma que se encuentra en
proceso de evaluación en esa nación. Se argumenta, que en el caso de la
Bahía de Chetumal, de acuerdo con el tratado vigente, que data de 1893, hay
"equívocos importantes", porque según éste, se considera territorio mexicano
una porción de Belice. Así, aunque en principio ya se logró un acuerdo, todavía
faltan las observaciones del gobierno beliceño sobre algunos puntos de la
frontera, como en el caso citado de la bahía.17
La independencia que logró el pueblo beliceño en septiembre de 1981, así
como su incorporación a la Organización de las Naciones Unidas y a la
Organización de los Estados Americanos, entre otros foros mundiales,
confirman el reconocimiento de la comunidad internacional al pleno derecho del
pueblo de Belice a su libre determinación. Sin embargo, también es preciso
15 Comisión Internacional de Límites y Aguas México-‐Belice, http://www.sre.gob.mx/cila 16 Hidalgo Castellanos, op. cit., pp. 161-‐162. 17 Román, José Antonio, “Negocian México y Belice nuevo tratado de límites”, México, La Jornada. 2 de enero de 2007, http://www.jornada.unam.mx/2007/01/02, consultada el 14 de septiembre de 2010.
7
reconocer que durante mucho tiempo la historia de Belice giró en torno a la
disputa sobre los derechos de posesión de lo que hoy es su actual territorio. En
un momento determinado, fueron los actores centrales de esa áspera disputa,
las coronas de España e Inglaterra y en otro, lo fueron las antiguas colonias
españolas que en América alcanzaron su independencia las que reclamaron
para sí dicha posesión frente a Gran Bretaña. Incluso, entre las mismas
repúblicas independientes (México y Guatemala) se dio ese agrio debate.18
Belice es cedido por Guatemala a Inglaterra en el año 1859.19 El canciller
guatemalteco Pedro de Aycinena, y el enviado inglés firmaron un tratado el 30
de abril de 1859, en el cual Guatemala cedía a Inglaterra sus derechos sobre el
territorio de Belice, que hasta entonces pertenecía al país. Aunque los ingleses
no tenían más que vagas referencias de los límites de este territorio, el tratado
les confirió potestad sobre grandes extensiones.
Hasta entonces, los únicos títulos que podía ostentar Gran Bretaña para su
ocupación de Belice consistían en los tratados con el Imperio Español, de 1783
y 1786, que permitían la explotación maderera, en el territorio comprendido
entre el río Hondo y el río Valis o Belice. Después de la Independencia de
Centroamérica, tales límites indelebles habían sido extendidos hasta el Río
Sarstún por la sola voluntad de los ingleses, lo que hacía temer una ocupación
mayor. Aycinena y Wyke acordaron verbalmente que, a cambio de la cesión,
Inglaterra construiría una carretera que comunicaría a Petén con el Atlántico:
algo que nunca se cumplió.20
En 1887, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Ignacio
Mariscal, propuso un tratado al ministro británico Spencer Saint John.
Estipulaba que el río Hondo y Blue Creek constituirán la frontera entre México y
Honduras Británica y que ambos gobiernos prohibirían el abastecimiento de
armamento a los indígenas Santa Cruz que se habían rebelado en contra del
gobierno de Porfirio Díaz, impedirían sus futuras incursiones. Hacia 1902, los 18 Santana, Adalberto, “Recuento histórico y comentado de Belice (1502-‐1859)”, en Gargallo, Francesca y Santana, Adalberto (comps.), Belice: sus fronteras y destino, México, UNAM-‐CCYDEL, 1993., p. 31. 19 Belice es cedido a Inglaterra, Prensa Libre, Guatemala, Guatemala, 17 de septiembre de 2010, http://independencia.prensalibre.com/?S=hechos&id=86. Consultada el 20 de septiembre de 2010. 20 Idem.
8
mayas Santa Cruz depusieron las armas y se creó el nuevo territorio de
Quintana Roo.21
Resulta relevante precisar que durante la Guerra de Castas, muchos
habitantes del sureste de México (Yucatán, Campeche y Quintana Roo)
huyeron al sur, cruzando el río Hondo y el arroyo Azul para refugiarse en el
entonces territorio británico, donde el ejército mexicano no podía alcanzarlos.
Así fue como familias enteras y en algunos casos, la mayoría de los habitantes
de algunos pueblos, se establecieron en el norte de lo que ahora es Belice, y
llevaron con ellos sus costumbres, su cultura y su idioma. Gran parte de estos
refugiados eran mestizos o indígenas de origen maya. Esta migración obligada
traería como resultado la existencia de similitudes, no solamente entre la
población fronteriza de México y Belice, sino entre todo el sureste mexicano y
su pequeño país vecino, las que se reflejan en los idiomas (español y maya)
los modismos y acento lingüísticos de éstos, los apellidos, la gastronomía, las
manifestaciones culturales y hasta la antropomorfología de sus habitantes.22
Honduras Británica fue el territorio agreste, pantanoso, de tierras costeras
bajas e infestado de insectos y alimañas que alguna vez fue territorio olvidado
del imperio español (Nueva España, Capitanía de Guatemala-Capitanía de
Yucatán) también había servido de facto, desde el siglo XVII, como refugio de
piratas, corsarios y aventureros europeos, en su mayoría ingleses. Estos
errantes aventureros dejaron la rapiña para dedicarse a la explotación forestal
(con la ayuda invaluable y necesaria de los esclavos africanos), en particular el
palo de tinte, el índigo y la cochinilla, codiciadas por la industria textil inglesa y
cuyas exportaciones a Europa están registradas históricamente, así como las
fortunas que produjeron. Posteriormente, y con el paso de los siglos, Honduras
Británica fue conocida por la calidad de sus maderas preciosas, en particular la
caoba, que fue explotada industrialmente por los colonos europeos de la última
de sus colonias en ser reconocida, y la última también en independizarse de la
Gran Bretaña. Durante los siglos XIX y XX se presentó el auge de otro
21 Hunter Krohn, Lita, “Belice ante México y Guatemala”, en Gargallo, Francesca y Adalberto Santana, op. cit., p. 67. 22 Hidalgo Castellanos, Jorge Luis, “La frontera México-‐Belice: desafíos y oportunidades”, Revista Mexicana de Política Exterior, op. cit., pp. 163-‐164.
9
producto natural suministrado por la selva centroamericana y codiciado por la
industria mundial: el chicle, la savia del árbol del chicozapote.23
El tratado de límites también es conocido como Tratado Mariscal-Spencer,
en atención a quienes lo firmaron: el secretario de Relaciones Exteriores
mexicano, Ignacio Mariscal y el enviado extraordinario de la reina británica, sir
Spencer St. John. El nombre formal es Tratado sobre Límites con Honduras
Británica celebrado entre los Estados Unidos Mexicanos y el Reino Unido de la
Gran Bretaña e Irlanda, firmado el 8 de julio de 1893 en la ciudad de México y
ratificado por el Senado mexicano el 19 de abril de 1897. El 7 de abril de 1897
Ignacio Mariscal firmó con Henry Nevill Dering en la misma ciudad, una
Convención Complementaria (de un artículo) que garantiza ad perpetuam la
libre navegación de buques mexicanos en aguas territoriales de Honduras
Británica (hoy Belice) en la bahía de Chetumal.24
Conviene referirnos a los primeros pobladores de la frontera internacional
entre México y Belice, ya que se cuenta con datos fehacientes que al finalizar
el siglo XIX existían varias poblaciones de indios y mestizos en la margen
mexicana del río Hondo, tales como Santa Lucía, Chac, Ucum, Sacxán,
Esperanza y Agua Blanca. En este lugar, estaba asentada ya en 1898 la
compañía Stanford, que pagaba a los jefes mayas de Icaiché la suma de 150
pesos mensuales por el arrendamiento de terrenos forestales, puesto que la
selva ocupaba prácticamente toda la extensión del estado de Quintana Roo,
que hace frontera con Belice.25
A los desplazamientos de población y migraciones internas que provoca la
Guerra de Castas en la península de Yucatán, se suman las migraciones
estacionales que se inician hacia el año 1915, en que llegan al territorio de
Quintan Roo los primeros chicleros de Veracruz, Chiapas, Yucatán o Belice,
con lo que se inicia en gran escala la explotación del árbol del chicozapote. Al
acabar la temporada del chicle, estos hombres generalmente regresaban por
23 Ibídem, pp. 164-‐165. 24 Ibídem, p. 162. 25 Chenaut, Victoria, Migrantes y aventureros en la frontera sur, México, Secretaría de Educación Pública-‐Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), 1989, pp. 16-‐17.
10
unos meses a su lugar de origen. Pero no siempre llegaron voluntariamente a
esta tierra lejana, de la cual ni siquiera habían oído hablar, muchos de ellos
llegaron por la fuerza, ya que eran vendidos a los contratistas de chicle. 26
Para los habitantes del centro de la república mexicana, el territorio de
Quintana Roo era un lugar salvaje, lejano y desconocido. Luego de visitarlo en
el año 1929, el subsecretario de Educación Pública Moisés Sáenz hace un
recuento de la población durante la temporada chiclera: ocho mil chicleros, dos
mil indios, dos mil empleados y poca gente más: “12 o 15 mil estómagos que
se alimentan de conservas”. Éstas son, pues, las gentes de Quintana Roo: los
empleados, los indios, los comerciantes. De éstos, sólo el indio tiene arraigo en
aquel suelo; los otros son, por su naturaleza misma, accidentes; así es que en
el territorio hay gente, pero no habitantes; hay hombres, no moradores. Sáenz
comprende rápidamente el carácter transitorio de la mayoría de la población.
Por eso, cuando visita Cozumel e Isla Mujeres queda impresionado: son las
flores que el hombre cultiva, el índice de arraigo a la tierra, de permanencia sin
apuros. Allí encuentra “casas con solar y jardín: casas fincadas como para
durar”.27
Esto fue porque en las cercanías del río Hondo que comunicaba a los dos
países, sus habitantes fueron migrantes y aventureros, quienes se definen
como “húngaros” llegados de lejos, haciendo escala en diferentes lugares, en
el fondo sin una patria fija, como los gitanos. Por eso son aventureros, al dejar
las seguridades y las comodidades del hogar, la familia, la comunidad, esos
chicleros desempleados o campesinos sin tierra, han hecho de lo imprevisto
una forma de vida. Así como Quintana Roo y Belice fueron poblados por
personas que llegaron de muy lejos, en la actualidad la frontera es atravesada
por personas que viajan de países distantes, tales como China e India, además
de los centroamericanos que cotidianamente cruzan dicha frontera, tal como lo
señalamos en párrafos precedentes.
Desde la firma del tratado de 1893 entre México e Inglaterra, que había
puesto fin a las largas disputas entre ambos países (aunque sin definir la
26 Ibídem, p. 17. 27 Ibídem, pp. 18-‐19.
11
soberanía sobre Honduras Británica), sus relaciones fueron pacíficas,
registrándose un aumento de inversiones británicas. México afirmó entonces
que Guatemala no tenía ningún derecho a reclamar el territorio al norte del río
Sibún y que, en caso de que obtuviera cualquier derecho sobre Honduras
Británica, México reclamaría la mitad norte del país. México ha presentado
hasta hace muy poco estos argumentos en publicaciones dirigidas a
Guatemala, pero nunca ha intentado revivir ningún reclamo contra Gran
Bretaña.28
A fines de la década de 1960, durante el sexenio del presidente Gustavo
Díaz Ordaz, la única política hacia la frontera sur fomentaba el acercamiento
con los regímenes político-militares de Centroamérica. También se
establecieron lazos culturales entre los mariachis caribeños y el regae.
Por primera vez un presidente de la República, Gustavo Díaz Ordaz, en
respuesta a una invitación que le hicieron los gobiernos de los países
centroamericanos, llevó a cabo, del 10 al 21 de enero de 1966, una visita a
esos territorios, lo que se consideró como un verdadero reencuentro con un
destino común que viene desde el más remoto pasado. Como vecinos
inmediatos, naturales e históricos, nuestro país debía en primer lugar estrechar
sus lazos con esas seis repúblicas con las que existen tantas afinidades
comunes.29
La visita del presidente Díaz Ordaz fue caracterizada por la más grande
cordialidad, campeando en ella el más profundo respeto mutuo. De Guatemala
dijo, que deberíamos sentirnos orgullosos de que siendo vecinos directos y por
lo tanto con naturales problemas, de que la guerra jamás se haya producido
entre nosotros, por el contrario esas características de vecindad abren mayores
posibilidades a la cooperación. Al ser preguntado sobre el caso de Belice
recordó que entre ambos países México y Guatemala existe un Tratado de
Límites de 1882 que resolvió siempre diversas dificultades suscitadas con
anterioridad, que México no tiene ambiciones territoriales y apreciamos por
28 Hunter Krohn, Lita, op. cit., pp. 67-‐68. 29 Garcés Contreras, Guillermo, México: 50 años de política internacional, México, Instituto de Capacitación Política del Partido Revolucionario Institucional, 1982, p. 166.
12
sobre todo la amistad del pueblo guatemalteco.30 Hasta este sexenio, la
postura oficial mexicana respecto del conflicto de límites por Belice era de no
intervención para no enemistarse con los gobiernos guatemaltecos.
Fue el presidente Luis Echeverría quien reconoció por primera vez el
derecho a la autodeterminación de los beliceños, abandonando así cualquier
exigencia de soberanía mexicana sobre la zona. El gobierno echeverrista ya no
contemplaba a Belice a partir de su conflicto con Guatemala y comenzó a
incorporar a los beliceños en los programas de acercamiento entre caribeños,
aunque aún no habían obtenido su independencia.31
Queremos destacar la posición de México en el caso de Belice, frente a la
posición de Guatemala de reivindicar para sí toda el área territorial de beliceña,
en su disputa con Gran Bretaña, sobre ese establecimiento colonial,
específicamente, desde 1940. México dejó claramente asentado en reiteradas
declaraciones y comunicados, que con base en los tratados de límites vigentes
de 1882 con Guatemala y de 1893 con Gran Bretaña, le asisten derechos que
hacen valer sobre una parte del territorio mencionado, precisamente la que se
extiende al norte del paralelo 17º49’, en caso de variar el status de la colonia
referida. La reivindicación mexicana se basó en derechos históricos por cuanto
a que el establecimiento de Belice afectó tierras pertenecientes a la Capitanía
General de Yucatán, claramente demarcada (además de las que caían bajo el
dominio de la Capitanía General de Guatemala, también afectadas), por lo que
existió la circunstancia de que en esa sección del territorio de Belice, la
población mayoritaria es de origen maya-yucateco.32
Nuestro país jamás ha tenido la intención de que esta cuestión tome el cariz
de una disputa con Guatemala, por el contrario, siempre ha hecho patente su
solidaridad con esa nación hermana en ésta y en otra clase de circunstancias.
Sin embargo, ya en 1958 en el discurso que pronunciara el Secretario de
Relaciones Exteriores en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 6 de
30 Ibídem, p. 167. 31 Hunter Krohn, Lita, op. cit. p. 68. 32 Garcés Contreras, Guillermo, op. cit., p. 365.
13
octubre de dicho año, México reconoció el principio de que los intereses de los
habitantes de los territorios no autónomos se hallan por encima de todo y que
en el desarrollo del gobierno propio deben tomarse en cuenta sus aspiraciones
políticas libremente expresadas y por lo tanto, una resolución del caso de
Belice que se basara en la libertad e independencia del pueblo beliceño sería
respetada por nuestro país colocándolo por encima e cualquier reclamación
territorial.33
A lo largo de toda su actuación internacional México ha sido un firme
defensor del principio de libre autodeterminación de los pueblos. Su tradicional
actitud anticolonialista lo ha llevado a respaldar este principio en todos los foros
internacionales y en todas las ocasiones que lo demandan las circunstancias.
Siendo éste uno de los pilares de su política exterior, debe de hacerlo valer en
la cuestión de Belice.34
Si bien es cierto que la existencia del territorio de Belice es el fruto de una
intromisión colonialista efectuada en el paso en detrimento del régimen de la
Corona Española y consumada y ampliada posteriormente a costa de México y
Guatemala, también lo es que a base de la colonización de origen africano e
hindú, propiciada por Inglaterra, con el paso del tiempo se ha venido formando
en Belice un pueblo dotado de personalidad y características propias, cuyos
derechos y aspiraciones deben ser respetadas y tomadas en consideración con
sentido humanista y con apego a las normas más esenciales de la justicia.
Contrariando toda actitud imperialista México hace valer la noción de que el
elemento humano debe ser prioritario sobre toda consideración territorial. Son
los hombres y no los recursos físicos los que deben predominar en toda
valoración ética o política.35
En tales condiciones, la posición de nuestro país en la cuestión de Belice
parte fundamentalmente de la salvaguarda a la libre autodeterminación del
pueblo beliceño, al pronunciarse éste por la formación de un Estado
independiente. Es conveniente recordar que México desde el inicio mismo de
33 Discurso del Secretario de Relaciones Exteriores en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, 6 de octubre de 1958, en Garcés Contreras, op. cit., pp. 365-‐366. 34 Ibídem, p. 366. 35 Idem.
14
su vida independiente y en la misma área hizo honor a este principio al
reconocer y aceptar la libre autodeterminación de los pueblos
centroamericanos en 1823.36
Por estas razones, los gobiernos mexicanos, todos emanados del Partido
Revolucionario Institucional, defendieron siempre la independencia de Belice
de la corona británica y no presionaron en negociar un nuevo tratado de
límites. Actualmente, como hemos dicho antes, no se ha concluido la
negociación de un acuerdo bilateral con Belice, ya como país independiente.
Honduras Británica desapareció a principios de la década de los años
setenta del siglo pasado, cuando Londres permitió a los habitantes de
Honduras Británica cambiar el nombre y adoptar el de Belice, aunque continuó
siendo colonia ocho años más. Casi al mismo tiempo, Quintana Roo dejaba de
ser un territorio para convertirse en una entidad federativa más de México.
El 21 de septiembre de 1981 nació un nuevo país soberano en el mundo,
exactamente al sur de México en la entonces convulsa Centroamérica. Su
independencia no se logró con sangrientas batallas como en algunos de sus
vecinos, pero tampoco fue sencilla y gratuita. El nuevo país mantuvo el nombre
de Belice,37 al igual que el de la mayor de sus ciudades y a diferencia de los
países vecinos no adoptó la forma de gobierno republicana ni el sistema
presidencialista, sino que se acogió a la Comunidad Británica y se erigió en la
única nación centroamericana parlamentaria, basada en el sistema de
Westminster, políticamente bipartidista y que además tenía como su idioma
oficial el inglés. Por todas esas razones, aunadas a su composición
demográfica y su ubicación frente al océano Atlántico, Belice se identificó más
con el Caribe anglófono, con el que mantiene una estrecha relación y a cuyos
organismos regionales pertenece de pleno derecho. Sin embargo, consciente
36 Idem. 37 El nombre oficial de Belice no es producto de la independencia de este país, sino que fue adoptado en 1973 todavía siendo colonia británica, debido a las presiones y deseos de sus habitantes, quienes desde 1964 ya contaban con un gobierno autónomo. El nombre fue tomado del río Belice, el más largo del país, en cuya desembocadura se asienta la todavía mayor ciudad y antigua capital: Belice City.
15
de su doble condición, pretende oficialmente ser el puente entre Centroamérica
y el Caribe.38
El joven Belice (mucho más joven que quien esto escribe) es entonces,
gracias a su ubicación geográfica, un vecino de nuestro país que le permite
tener un papel importante e influyente en la población y el gobierno beliceños,
sobre todo, con el idioma español que gracias a la conjunción de diversos
grupos étnicos, culturas, costumbres e idiomas, es hablado por una parte de
los habitantes de Belice, puesto que como ya se vio en párrafos precedentes,
en dicho país predominan las influencias británico-caribeñas, hispano-
mexicanas y centroamericano-mexicanas.
En el mismo orden de ideas, encontramos que existe un elevado nivel de
cooperación entre los dos países, ya que con fundamento en el artículo 89
fracción X de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, uno de
los principios de la política exterior que desarrolla nuestro país es el de “la
cooperación internacional para el desarrollo”, el cual se aplica por los gobiernos
mexicanos en especial en la región de Centroamérica y el Caribe, nuestros
vecinos inmediatos. El Gobierno de México mantiene una larga tradición en
materia de cooperación como parte medular de su política exterior, a través de
la cual ha promovido y realizado programas, proyectos y acciones de
cooperación técnica y científica con los países de Centroamérica y el Caribe,
con miras a elevar el bienestar social y el desarrollo económico de la región,
basada en la afinidad de intereses y necesidades en el ámbito bilateral,
regional y trilateral. La premisa fundamental de la cooperación técnica y
científica se sustenta en la formación, actualización y profesionalización del
capital humano de los países de la región.
Por lo anterior, en la década de los noventa el gobierno mexicano decidió
articular a través de un organismo integrador la cooperación que las
instituciones mexicanas venían desarrollando de manera aislada y espontánea
desde años atrás con ambas regiones. Así, por mandato presidencial del 29 de
noviembre de 1990 se creó la Comisión Mexicana para la Cooperación con
Centroamérica (CMCCA), organismo integrado actualmente por 23
38 Hidalgo Castellanos, Jorge Luis, op. cit., pp. 165-‐166.
16
dependencias e instituciones mexicanas que preside la Secretaría de
Relaciones Exteriores (SRE). Las funciones de la CMCCA son las de
promover, coordinar, evaluar y autorizar las acciones de cooperación que el
gobierno mexicano lleva a cabo con los países de ambas regiones.
Adicionalmente, participan de manera directa en las actividades de
cooperación con la región más de cien instituciones, entre ellas universidades y
centros de investigación de todo el país, así como los gobiernos de los estados
de la República Mexicana y organizaciones sociales.39
Bajo esta plataforma, y considerando las asimetrías de los países que
conforman esas regiones, la cooperación mexicana se ha desarrollado
apegándose estrictamente a los principios de derecho internacional estipulados
constitucionalmente (autodeterminación, no intervención y cooperación),
estableciendo para tal fin prioridades, jerarquías y estrategias, con el propósito
de compartir, transferir y adaptar conocimientos y experiencias de mutuo
beneficio, a efecto de generar sinergias de beneficio recíproco, propulsores del
desarrollo social, económico y político de las naciones. Actualmente se
mantienen activos con Centroamérica y el Caribe, programas de cooperación
Bilateral, Regional y Trilateral y, toda vez que la vecindad geográfica plantea de
manera natural la conveniencia recíproca para fortalecer los lazos económicos
y comerciales, más allá de los importantes vínculos históricos y culturales que
los unen, primordialmente porque se transfieren las experiencias y capacidades
nacionales para la atención de problemas comunes. Dicha colaboración se ha
constituido como una pieza clave de la política exterior de México y sobre todo,
como un instrumento para salvaguardar los intereses del país.40
La Cooperación Técnica y Científica que nuestro país mantiene con Belice
se realiza en tres áreas: la bilateral, la regional y la trilateral. La cooperación
binacional está sustentada en el Convenio Básico de Cooperación Técnica y
Científica, suscrito entre ambos países en la ciudad de México, el 23 de
noviembre de 1995 y que entró en vigor el 20 de mayo de 1996. En este
39 Secretaría de Relaciones Exteriores, Embajada de México en Belice, Cooperación técnica y científica, http://portal.sre.gob.mx/belice/index.php?option=displaypage&Itemid=58&op=page&SubMenu=, consultado el día 1de octubre de 2011. 40 Idem.
17
instrumento se prevé el establecimiento de Comisiones Mixtas de Cooperación,
las cuales se reúnen con cierta periodicidad para discutir, evaluar y actualizar
las acciones y proyectos en esta materia. A la fecha se han celebrado diversas
reuniones de Comisión Mixta de Cooperación Técnica y Científica
alternadamente en Belice y en México, la más reciente fue la Reunión de
Expertos de la Comisión Mixta de Cooperación Técnica y Científica México-
Belice, celebrada en Belize City los días 26 y 27 de febrero de 2009.
Participaron funcionarios de varios ministerios beliceños y secretarías
mexicanas.41
La cooperación Técnica y Científica está manejada por la Secretaría de
Relaciones Exteriores, la cual es la instancia de enlace para hacer operables
los acuerdos establecidos en las Reuniones de la Comisión Mixta y que
coordina la participación de la instituciones nacionales y cubre algunos de los
costos que se derivan de las acciones, particularmente el traslado de los
expertos. A partir de 2005, los esfuerzos se concentraron en áreas prioritarias:
se buscó que los proyectos a desarrollar fueran en áreas de interés para el
país receptor, es decir, Belice, de tal manera que su impacto fuera más
benéfico. En consultas bilaterales se acordó que las áreas que requerían
mayor atención eran Salud, Agricultura y Recursos Naturales. Hacia estas tres
áreas apuntan las actuales acciones de cooperación técnica. Las instituciones
mexicanas que colaboran en este tipo de proyectos con sus contrapartes de
Belice son: Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y
Pecuarias (INIFAP); Comisión Nacional Forestal; CENSIDA; Secretaría de
Salud; Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentación (SAGARPA); Comisión México–Estados Unidos para la
Prevención de la Fiebre Aftosa y otras Enfermedades Exóticas de los
Animales; Universidad Autónoma de Chapingo; Centro Nacional de Vigilancia
Epidemiológica y Control de Enfermedades (CENAVECE) y el Servicio
Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).42
41 Idem. 42 Secretaría de Relaciones Exteriores, Embajada de México en Belice, Cooperación técnica y científica, http://portal.sre.gob.mx/belice/index.php?option=displaypage&Itemid=58&op=page&SubMenu=, consultado el día 1de octubre de 2011.
18
En la actualidad se están desarrollando once proyectos, 7 sobre desarrollo
agropecuario y pesquero, que son:
1. Epidemiología Molecular e Implementación del Diagnóstico de Virus Rábico.
2. Diagnóstico y Desarrollo de la Producción de Ovejas en Belice
3. Capacitación y Entrenamiento a Técnicos y Productores para el
Mejoramiento del Sistema de Producción de Cocotero Híbrido en Belice.
4. Capacitación en Sistemas de Inspección de Alimento de Origen Animal
5. Orientación del Servicio de Cuarentena e Inspección de la Belize Agricultural
Health Authority (BAHA) y Servicios Mexicanos de Cuarentena, en Puntos
Fronterizos Oficiales.
6. Capacitación en Vigilancia Epidemiológica, Prevención, Control y/o
Erradicación de Enfermedades Exóticas y/o Endémicas en Áreas Libres de
Importancia Económica para México y Belice
7. Capacitación y Transferencia de Tecnología sobre el Manejo y Conservación
de Granos, con énfasis en Maíz, Frijol y Arroz.
Así también, se desarrollan cuatro proyectos en materia de Salud:
1. Fortalecer al Ministerio de Salud en cuanto a Enfermedades Transmitidas
por Vector
2. Curso Sobre el Manejo de Equipo de Coloscopía
3. Capacitación de Personal en VIH/SIDA
4. Capacitación en Epidemiología.43
Programa Escuelas México: En diciembre de 1996, la Secretaría Técnica de
la Comisión Mexicana para la Cooperación con Centroamérica y el Caribe
(CMCCA) diseñó este Programa, con el propósito de contribuir a elevar nivel de
bienestar de la niñez que asiste a escuelas centroamericanas y de República
43 Idem.
19
Dominicana, que llevan el nombre de México, de sus próceres o ciudades. En
la actualidad en Belice se encuentra registrada una Escuela México en la zona
norteña de Corozal, exactamente en el poblado de San Román. Los rubros que
comprende el Programa son: apoyo a las bibliotecas escolares, cursos de
actualización para profesores, convocatoria anual del “Premio México-
Centroamérica” como estímulo a los alumnos más aplicados del último año de
primaria y la convocatoria anual del concurso de pintura infantil “Premio Ciudad
de México” (en ambos casos el premio consiste en un viaje de siete días a la
ciudad de México acompañados de un familiar adulto con todos los gastos
pagados); apoyo económico para la reparación de inmuebles escolares y/o
para la adquisición de equipo y materiales didácticos.44
Cooperación Educativa y Técnica: Desde 1991 existe un programa de
colaboración entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) de México, a
través del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) y el
Ministerio de Educación de Belice. En sus veinte años de vigencia ha
evolucionado de manera positiva y se ha convertido en un instrumento
prioritario, dado que a través de la capacitación técnica se apoya a la formación
de recursos humanos calificados. Asimismo, esta asesoría ha permitido la
adecuación y adaptación de la educación técnica formal en su sistema
educativo. Entre los logros obtenidos destaca la capacitación de
aproximadamente 190 técnicos beliceños y la entrega de 18 planos
arquitectónicos para la construcción de centros de capacitación.45
Finalmente, queremos destacar la intensa cooperación entre México y
Belice, a través de las actividades que realiza la embajada mexicana en ese
país, entre las que destacan:
1. En cuanto al arte, la Embajada presentó la Exposición de Arte “Cinco + Uno”
en el Instituto de México en Belice; una exposición de fotografía y cine sobre la
violencia de género; la exposición de pintura titulada “Erótica” fue presentada
en el Instituto de México en Belice y la Embajada también presentó en Orange
Walk la obra de teatro “Mujeres en Voz Alta”.
44 Ibídem. 45 Ibídem.
20
2. El Gobierno de México convoca a las instituciones científicas y tecnológicas
de Belice a participar en el Premio México de Ciencia y Tecnología 2011.
3. El Instituto Samuel Haynes, la OEA y la Embajada de México organizaron un
taller de bisutería en Belice, con el apoyo del Instituto para el Desarrollo de la
Cultura Maya del Estado de Yucatán (INDEMAYA).
4. El Gobierno de Belice otorgó 25 becas para jóvenes mexicanos que
estudiarán inglés en la Universidad de Belice. Al mismo tiempo, 25 estudiantes
mexicanos, beneficiarios de becas otorgadas por el gobierno beliceño,
concluyeron sus estudios de inglés en la Universidad de Belice.
5. La Embajada presentó la primera parte del programa de radio de música
mexicana: Francisco Gabilondo Soler “Cri Cri”. Así también, la Embajada emitió
el programa “Marco Antonio Solís, El Buki”, dentro del ciclo de emisiones
radiofónicas de música mexicana.
6. El 6 y 7 de agosto se realizó la XXVI Carrera Motonáutica Río Hondo-
Bacalar, en la frontera entre México y Belice.
7. Fueron anunciados los 15 jóvenes beliceños que obtuvieron becas para
estudiar carreras técnicas profesionales en el CONALEP en México.
8. La Embajada y la Universidad de Quintana Roo (UQROO) realizó el
Segundo Taller para mujeres beliceñas titulado “Mercadotecnia e Innovación
para Pequeñas Empresas”.
9. La Policía Federal de México impartió cursos de capacitación a elementos
de la Policía de Belice, uno en Seguridad de Puertos y Fronteras y otro en
Balística Forense.
10. Dos alumnos beliceños visitarán la Ciudad de México, en el marco del
“Programa Escuelas México en Centroamérica”.
11. La Embajada de México realizó en Belice la jornada “Un día por los
derechos humanos de los niños”. Además, con el fin de difundir los derechos
lingüísticos indígenas, un especialista mexicano visitó Belice.
21
12. 100 jóvenes beliceños participaron en un Taller de Liderazgo organizado
por la Embajada de México.
13. 20 jóvenes beliceños recibirán becas del Gobierno de México para realizar
estudios de licenciatura o posgrado en diversas universidades mexicanas.
14. México convocó a todos los niños en Belice de entre 8 y 12 años de edad a
participar en el Concurso de Pintura Infantil 2011.46
Finalmente, no queremos pasar desapercibido el actual “Proyecto
Mesoamérica”, que inició durante el sexenio del presidente Vicente Fox
Quesada como “Plan Puebla-Panamá”, y que muchos se lo atribuyeron al ex
presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
El Plan Puebla-Panamá es un mecanismo de diálogo y concertación que
articula esfuerzos de cooperación, desarrollo e integración de nueve países:
Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua,
Panamá y Colombia. Surge en el marco del Mecanismo de Diálogo y
Concertación de Tuxtla en junio de 2001, con el objetivo principal de contribuir
a mejorar la calidad de vida de los habitantes de esos nueve países y
brindarles mejores oportunidades de progreso. Complementa la integración
regional impulsada por el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA),
ampliándola hacia la región mesoamericana. Su agenda de trabajo es una
suma de la Estrategia de Desarrollo para la Transformación y Modernización de
Centroamérica en el Siglo XXI y la agenda de desarrollo del Sur-Sureste de
México.47
En la décima Cumbre del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla,
celebrada en Villahermosa, Tabasco, México, los días 27 y 28 de junio de
2008, los mandatarios de Centroamérica, Colombia y México revisaron los
resultados del proceso de reestructuración y fortalecimiento del Plan Puebla- 46 Estas actividades y otras más, se realizaron por la Embajada de México en Belice, durante los meses de julio y agosto de 2011. Cfr. Página principal de la Embajada de México en Belice, http://portal.sre.gob.mx/belice, consultado el 1 de octubre de 2011. 47 Secretaría de Relaciones Exteriores, Plan Puebla-‐Panamá, por un desarrollo equilibrado y socialmente incluyente, Cuadernos de divulgación, México, Coordinación General del Plan Puebla-‐Panamá, Dirección General de Alianzas y Estrategias, 2003; Pérez Bravo, Alfredo y Sierra, Iván Roberto, “El Plan Puebla-‐Panamá: una plataforma de desarrollo”, Revista Mexicana de Política Exterior, número 64 México, Instituto Matías Romero, Secretaría de Relaciones Exteriores, octubre de 2001, pp. 73-‐99.
22
Panamá, y acordaron dar un nuevo impulso al mecanismo a fin de evolucionar
hacia un Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica (Proyecto
Mesoamérica).48
A siete años de su creación, el Plan Puebla-Panamá contribuyó a la
integración de Mesoamérica, complementó el Sistema de Integración
Centroamericana (SICA) y nutrió el Mecanismo de Diálogo y Concertación de
Tuxtla, su capacidad para articular esfuerzos de cooperación, desarrollo e
integración, facilitó la gestión y la ejecución de proyectos orientados a mejorar
la competitividad y la conectividad de Mesoamérica. Los proyectos de la
primera etapa contribuyeron al desarrollo regional mediante avances en la
construcción de más de trece mil kilómetros de tramos en carreteras troncales,
interoceánicas y turísticas, lo que sentó las bases para articular los servicios de
transporte en condiciones de tránsito más seguras y rentables. También se
construyeron dos mil quinientos kilómetros de líneas de transmisión entre
Guatemala-México y el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de
América Central (SIEPAC); asimismo se diseñó una red de fibra óptica
(Autopista Mesoamericana de la Información, AMI) proyectada sobre el tendido
de la red eléctrica SIEPAC. La AMI permite la transmisión de voz, datos e
imagen, además de promover el uso de las tecnologías de la información
mediante aplicaciones de programas sociales en zonas marginadas vía
telecentros.49
Estas acciones han beneficiado a las poblaciones marginadas de los países
integrantes del proyecto, pero, sobre todo, a los empresarios interesados en
invertir en los países centroamericanos y los estados del sureste de México. En
particular, Belice recibió todos los beneficios de la primera etapa del proyecto
de desarrollo regional.
Conclusiones:
48 Martí Ascencio, Bosco, “Proyecto Mesoamérica: fortaleciendo la integración y el desarrollo regional”, Revista Mexicana de Política Exterior, número 83, México, Instituto Matías Romero, Secretaría de Relaciones Exteriores, junio de 2008, p. 10. 49 Ibídem, pp. 10-‐14.
23
1. Las relaciones bilaterales entre México y Belice son cordiales y amistosas,
en las que predomina la cooperación entre ambos y aunque también existen
relaciones comerciales, se presentan a nivel local entre Quintana Roo, México
y Corozal, Belice.
2. Conviene destacar que nuestro país fue el primero en establecer relaciones
diplomáticas con Belice y acreditar a su embajador, el 21 de septiembre de
1981, mismo día de la independencia de ese país, hace treinta años.
3. Se encuentra en proceso de negociación un nuevo tratado de límites, porque
el vigente fue firmado entre el Reino Unido de la Gran Bretaña y los Estados
Unidos Mexicanos el 8 de julio de 1893, aunque dicho proceso se haya tornado
lento porque se requiere delimitar en la Bahía de Chetumal.
4. El futuro de la buena relación entre ambos países se encuentra en la
seguridad de su frontera, la cual debe ser conocida, como hasta ahora, por su
riqueza natural y su importancia estratégica y no por causar problemas a
México, ni a Belice.
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24
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25
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equilibrado y socialmente incluyente, Cuadernos de divulgación, México,
26
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