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Post on 25-Sep-2018
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Si como dijo Cicerón “Pensar es vivir dos veces”, viajar podría ser “vivir miles de veces”. Para cada persona puede tener distintos significados y formas.
Para unos es descansar, para otros conocer, para algunos olvidar,… La perspectiva adoptada en un viaje va a condicionar el resultado final del mismo. Pero
independiente a la actitud con que se afronta, un viaje implica siempre una ilusión por acceder a una “realidad paralela” en la que embarcarse por un tiempo.
Todo amante del viajar que persiga acceder a esa otra efímera vida va a idear entre sus proyectos visitar en algún momento determinados lugares.
Para la mayoría de esas personas, Roma va a ocupar uno de sus destinos preferentes.
Mi abuela fue una de esas soñadoras que aspiraba a conocer la capital italiana. Yo la animaba y la intentaba convencer de que algún día iríamos. Por
desgracia, ese capricho quedó sin saciar… hasta este momento. Este reportaje y el siguiente recorrido se presentan como una oportunidad gráfica para que
aquella longeva y cariñosa anciana, a través de su recuerdo aún presente y de mis cálidas palabras, visite la que es conocida como la Cittá Eterna.
Para adentrarnos en Roma hay que partir del conocimiento de que es la ciudad con mayor concentración de bienes histórico-
artísticos del mundo. Por tanto, muchas son las rutas y los destinos a los que uno puede recurrir en una estancia en la capital de Italia.
Una forma podría ser la que se desglosa en este reportaje, que toma como referencia una mirada de Roma a lo largo de su evolución
histórica, conociendo de ella algunas de sus principales épocas. Sin embargo, esta es solo una mirada como otra más, de las miles que
se podrían llevar a cabo en este destino.
Capital de Italia y de la provincia del Lazio, Roma se asienta sobre siete colinas: Aventino, Palatino, capitolino, Quirinal, Viminal,
Esquilino y Celio. Nació en la orilla del río Tíber, en un valle aluvial, el campo de Marte. Desde la unificación del país en 1870 creció
rápidamente, lo que se debió en parte a su situación geográfica: emplazada cerca del mar y en el centro del país, lo que propició en gran
manera la migración interior. En el 2011 poseía una población de más de dos millones setecientos mil habitantes.
Roma, La cittá eterna
Miles de vestigios arquitectónicos fueron testigos del dominio de Roma durante siglos
Según la leyenda fue fundada por Rómulo y Remo. En un
principio, en torno a las siete colinas, se asentaron varios pueblos
alrededor del río Tíber. Roma nació de la unión de varias de esas
poblaciones. Una cultura de anterior desarrollo que los romanos
fueron los etruscos, los cuales en el siglo VII a.c. crearon el primer
foro de cuyo centro todavía se conservan algunas características.
En la historia de Roma se deben distinguir varios periodos:
monarquía, república e Imperio.
El periodo de la monarquía abarca desde la fundación de
Rómulo y Remo en el 753 hasta el 509, en ella gobernaron siete
reyes entre los que destacó Servio Tulio con el que comienza la
plena urbanización de esta civilización.
De toda esta época no quedan prácticamente restos, por lo
que en la visita a la ciudad principalmente se podrán conocer los
periodos republicano e imperial.
La república comienza en el 509 y durará hasta la
proclamación del Imperio en el 27 a.c. por parte de Octavio Augusto,
sobrino del famoso Julio César. Este reunió todo el poder bajo su
persona y desde entonces se sucedieron cuatro familias dinásticas,
puesto que el título de emperador se convierte en hereditario: Julio
claudios, Flavios, Antoninos y Severos.
Historia
TB I Roma 4
Muchas guías de Roma, comienzan sus itinerarios
en la Plaza Venecia. Imprescindible sin duda para captar
la grandilocuencia de la Roma más contemporánea, nos
sirve además de referencia para movernos por la ciudad,
pues de ella parten algunas de sus principales calles.
Vamos a centrarnos en un primer momento, en la
grandeza de la Roma antigua, muy cerca del monumento a
Víctor Manuel colocado en la mencionada plaza, partiendo
para ello del lugar desde el que nosotros comenzamos
nuestra visita.
Todos los emperadores quisieron dejar su enseña.
Y muchos lo consiguieron en la parte más importante de
la ciudad. El antiguo foro romano, que podemos observar
en su conjunto desde el mirador de la Galería del Palacio
Senatorio, era el centro neurálgico de la ciudad. Allí se
aglutinaban las instituciones principales de gobierno,
palacios, edificios religiosos… La gran expansión de Roma
y de sus instituciones hicieron que el foro se quedase
pequeño, y surgieran otros a su alrededor. Por tanto, los
vestigios del llamado Foro romano es en la actualidad una
conjunción de varios foros que se fueron realizando en
época republicana e imperial (Foro de Trajano, Foro de
Augusto, Foro de César,…)
Un agradable paseo nos mostrará los relieves del
arco de Tito, las impresionantes bóvedas de la basílica
de Majencio, las columnas del Templo de Saturno o el
trazado de sus principales vías.
Paseando por la Roma republicana e Imperial.
Los foros eran el centro económico, político, administrativo y religioso de la ciudad
Al este del foro, patrimonio de la Humanidad desde 1980,
encontramos el Coliseo, cuyo verdadero nombre es el de Anfiteatro
Flavio. Ideado e iniciado por el primer emperador de la dinastía
Flavia, Vespasiano, fue culminado por su hijo Tito.
Deteriorado parcialmente, en esta magna obra se erige
todo un enjambre de laberintos, celdas y pasadizos en el subsuelo,
siendo además capaz de acoger a más de 55.000 personas. A la
calidad y las innovaciones que introdujo en el plano arquitectónico,
el edificio supo incorporar numerosos recursos estilísticos.
Una vez dentro de este recinto nos vendrán a la memoria
cientos de escenas de películas e imágenes donde hemos visto cómo
luchaban a vida o muerte los gladiadores en la arena. Este edificio,
proclamado una de las siete maravillas del mundo actual, representa
la grandilocuencia de la institución imperial en la Roma antigua. A la
arquitectura se le asignó una función propagandística del gobierno.
De esta idea nace una famosa locución latina “Panem et circenses”,
que alude de un modo peyorativo a cómo los emperadores, para
ocultar algún suceso controvertido o alguna decisión impopular se
proveía a la población de alimento y entretenimiento. Esa diversión
se la proporcionaban los enfrentamientos de gladiadores, las obras
teatrales,…
TB I Roma 6 La complejidad de su estructura arquitectónica y su importancia histórica han convertido el Coliseo en uno de los símbolos de la ciudad
TB I Roma 7
Muy cerca del mismo podemos acceder a otra singular construcción como es la Domus Aurea. Mandado construir por Nerón tras el gran incendio de la ciudad, esta Casa . Dorada fue un palacio del siglo I que presenta un buen estado de conservación, gracias a ser sepultado por Trajano a
principios del siglo II tras sufrir daños.
La arquitectura era un útil medio de propaganda. Con ella los emperadores demostraban todo el poder que poseían
Al Norte de la Via del Foro Imperial junto a la Plaza Venecia podemos también visualizar, sino lo hemos
hecho antes, la Columna de Trajano. Fue un monumento conmemorativo realizado en mármol de Carrara en
el que sobresalen los impresionantes relieves narrativos que en espiral decoran la columna y que narran las
victorias de este emperador hispano frente a los Dacios.
Desde la Plaza Venecia, bajando dirección al río llegamos al Teatro Marcelo, monumento que da nombre
a la calle. Bastante alterado hoy día, este teatro supuso una nueva concepción de esta tipología constructiva
en relación al teatro griego, de cuya influencia bebían los romanos.
Tomando como referencia nuevamente la Piazza Venecia, vamos a dirigirnos por la Via del Corso, en la
que se alzan una ingente cantidad de construcciones histórico-artísticas. Al girar un par de calles más adelante
avanzaremos hasta alcanzar una de las iglesias más desconocidas de Roma, la cual, aunque no pertenece a la
Roma antigua, podemos aprovechar para conocer, pues es considerada la única iglesia gótica de la ciudad. Las
capillas de Santa María Sopra Minerva reúnen obras pictóricas y escultóricas de artistas tan relevantes como el
maestro Miguel Ángel (Cristo Resurgiendo). Sus columnas y pilastras de mármol y la decoración de las bóvedas
apuntadas son una muestra sin parangón en la ciudad. La preciosa plaza que contiene este edificio es visitada
para fotografiar el Pulcino Della Minerva, una estatua de Bernini de un elefante que porta un obelisco.
El foro de Trajano pertenece al conjunto de los foros imperiales de Roma.
Colindante a este espacio se encuentra otra bella plaza, más concurrida aún, Rotonda;
y es que no se puede ir a Roma sin visitar uno de sus monumentos más significativos: el
Panteón. La acumulación de turistas es una característica propia de casi todos los lugares de
la ciudad, pero muy especialmente de este espacio. El panteón abre aproximadamente de 8:30
a 19:30 de lunes a sábado y los domingos hasta la 17:30. Dependiendo del tiempo dedicado
en nuestro itinerario podemos aprovechar para almorzar algo en alguno de los restaurantes
italianos de alrededor. En ellos podrás comer algo rápido y sabroso, aunque ya no se puede
asegurar que a bajo coste, pues Roma no es una ciudad barata.
Cuando nos decidamos a entrar, el Panteón nos impresionará por su imponente aspecto
que desprende gracias a su gran cúpula. Esta supuso para su época uno de los grandes avances
arquitectónicos, llegando a ser una de las más grandes del momento. Construido un primer
panteón por Agripa en el 27 a.c., el emperador Adriano lo rehabilitó tras ser destruido en un
incendio y que le confirió el aspecto que ha llegado hasta nuestros días. Si destaca la imagen
externa, la cúpula en su interior es rematada por un orificio de nueve metros de diámetro, la
misma distancia que hay hasta el suelo, y que ilumina toda la estancia.
Desde la plaza Rotonda, sise gira a la izquierda se sale a la Via Della Scrofa que
culmina en el río, en el puente Cavour, donde encontraremos el comienza una nueva calle: la
Via di Ripetta. En esta confluencia hallaremos otros dos referentes de la Roma imperial.
Por un lado, el Mausoleo de Augusto, es un imponente monumento funerario de planta
circular que data del siglo I a.c. El que en otros tiempos fuera el lugar de enterramiento más
importante de Roma, es ahora un espacio no muy bien conservado en el que tendremos que
realizar un ejercicio de imaginación. Ha sufrido todo tipo de avatares a lo largo de los tiempos,
siendo utilizado como viñedo, jardín, e incluso fortaleza medieval y plaza de toros en el XVIII.
Por otro lado, frente a este encontramos el Museo del Ara Pacis. Parada imprescindible
para los buenos amantes del arte clásico romano. Este céntrico museo es interesante tanto por lo que
alberga como por la calidad de su edificio, obra de Meier. En él se encuentra el Ara Pacis, uno de los
monumentos conmemorativos más representativos de la escultura romana. Puedes visitar este museo de
martes a domingos de 9:00 a 19:00, costando la entrada en torno a los 6,50 euros o los 4,50 euros para
niños y jubilados.
La luz que penetra al interior del Panteón por el óculo de su cúpula imprime una atmósfera mística al interior de este edificio pagano
Desde la plaza Rotonda, si se gira
a la izquierda se sale a la Via Della Scrofa
que culmina en el río, en el puente Cavour,
donde encontraremos el comienza una nueva
calle: la Via di Ripetta. En esta confluencia
hallaremos otros dos referentes de la Roma
imperial.
Por un lado, el Mausoleo de Augusto,
es un imponente monumento funerario
de planta circular que data del siglo I a.c.
El que en otros tiempos fuera el lugar de
enterramiento más importante de Roma, es
ahora un espacio no muy bien conservado en
el que tendremos que realizar un ejercicio de
imaginación. Ha sufrido todo tipo de avatares
a lo largo de los tiempos, siendo utilizado
como viñedo, jardín, e incluso fortaleza
medieval y plaza de toros en el XVIII.
Por otro lado, frente a este
encontramos el Museo del Ara Pacis. Parada
imprescindible para los buenos amantes del arte
clásico romano. Este céntrico museo es interesante
tanto por lo que alberga como por la calidad de su
edificio, obra de Meier. En él se encuentra el Ara
Pacis, uno de los monumentos conmemorativos
más representativos de la escultura romana.
Puedes visitar este museo de martes a domingos
de 9:00 a 19:00, costando la entrada en torno a los
6,50 euros o los 4,50 euros para niños y jubilados.
Iglesia del Jubileo, conocida como Iglesia de Dios Padre Misericordioso, en Tor Tre Teste, al este de la capital. Obra de Richard Meier
Roma es también famosa por ser el epicentro de la cristiandad. Sin
embargo, toda la Roma antes descrita se caracterizó por su paganismo, el
cual no se erradicó hasta el Edicto de Milán de Constantino en el año 313
d.c, cuando ya se implantó como religión oficial el cristianismo.
En Roma es bien sabido que se localiza el centro principal del
mundo católico, la ciudad del Vaticano, que atrae por su historia y que es
valorada por acaparar la mayor concentración de obras de arte del mundo.
Este pequeño territorio es un Estado dentro de una ciudad. Con menos de
80 hectáreas, es un claro exponente del gran poder que puede llegar a
ejercer en el mundo un lugar de dimensiones tan ínfimas.
El Vaticano comprende una extensión que abarca la plaza y la
Basílica de San Pedro, varios palacios y anexos que componen la residencia
papal, y los magníficos jardines que fueron diseñados por Bramante, uno
de los padres del Renacimiento.
Todo el mundo ha visto alguna vez en su vida la imagen de la Plaza
de San Pedro, la más famosa del mundo, compuesta por dos plazas: la
mayor posee forma elíptica; y la siguiente, trapezoidal, es la Plaza Retta. En
este espacio han trabajado maestros tan importantes como Miguel Ángel o
Bernini.
Lo primero que vamos a observar en la Cittá del Vaticano es la
Basílica. Obra cumbre del Renacimiento, cuya cúpula fue diseñada por
Miguel Ángel Buonarroti. Frente a esta se erige la mentada plaza de San
Pedro, donde se reúnen miles de peregrinos, turistas y feligreses en
diferentes celebraciones a lo largo del año como el domingo de Pascua.
Concluida en 1667, la Plaza San Pedro es un ejemplo del tiempo del Barroco
por sus numerosas ilusiones ópticas, con sus formas ovaladas.
Visita por la Roma del Renacimiento
Protagonista de los cónclaves vaticanos, en ella se congr egan cientos de miles de fieles para aclamar a los líderes de la iglesia católica
En su perfecta perspectiva se visualiza, en medio de 184 columnas y 88 pilastras, la cúpula de San
Pedro, mientras que en el centro de este armonioso y diáfano espacio se emplaza un obelisco egipcio.
La Basílica de San Pedro es la más grande del mundo; capaz de acoger a unos 60000 fieles y la
cual se tardó en construir 120 años, donde participaron los más prestigiosos arquitectos del momento:
Bramante, Miguel Ángel, Maderno, Bernini.
Una vez dentro, sobresale la visualización de la Piedad de Miguel Ángel en la primera capilla lateral.
En este lado derecho de la fábrica podemos encontrar otras obras como el Monumento a León XII; o el
Monumento a Clemente XIII realizado por Canova. Antes de pasar al ala izquierda, en el centro del edificio,
centralizando el transepto y bajo la cúpula de Miguel Ángel, observamos otra de las principales referencias
artísticas de este lugar: el Baldaquino de San Pedro de Bernini, símbolo de la posición de la iglesia como
centro espiritual del mundo terrenal. Por último, en el lado izquierdo destacan dos tumbas: la de Pío VII del
genio escultor Thorvaldsen, y la de Alejandro VII realizada por Bernini.
Una opción es subir a la cúpula por ascensor o, para los más intrépidos, por las escaleras. Sin duda,
las vistas de la ciudad merecen la pena.
Cada metro cuadrado de la Basílica de San Pedro contiene alguna pieza de valor artístico
Junto a la basílica se encuentran los museos vaticanos que albergan algunas de las obras más famosas e
importantes de todos los tiempos. Fue con el ya mencionado Julio II, cuando Roma se erigió como epicentro artístico
mundial, y empezaron en ella a trabajar pintores como Leonardo Da Vinci, arquitectos como Bramante, escultores
como Bernini, o genios polivalentes como Miguel Ángel. Este conjunto lo componen unos 14 museos con más de
1400 salas, unos siete kilómetros de longitud y más de 50 mil obras de arte.
El palacio sito a la Basílica comprende más de mil salas (Galerías, bibliotecas, Archivos,…) y en su mayoría
se albergan los Museos Vaticanos. La entrada, a la que se accede rodeando la Plaza de san Pedro hasta la Plaza del
Risorgimento, es de 9:00 a 16:00 de lunes a sábado, y cuesta unos 16 euros aproximadamente. Encontraremos
algunas de las piezas artísticas referentes del arte universal como los frescos de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel,
las Estancias Vaticanas de Rafael Sanzio, obras de Caravaggio, Boticelli,…
¡No tiene pérdida! Encontrarás a cientos de turistas esperando para alcanzar la entrada. Lo mejor es adquirir
alguna de las muchas Tarjetas Turísticas de Roma por la cual puedes entrar a numerosos museos y no hacer cola.
TB I Roma 13Rafael Sanzio fue uno de los grandes maestros del Renacimiento, por su dominio del dibujo y la perspectiva,como demuestra las pinturas de las Estancias Vaticanas
Una vez visitado este pequeño país, lo mejor es seguir conociendo la Roma
Renacentista y con ella uno de los barrios más singulares y agradables para el
visitante como es el famoso Trastevere.
Desde la Via de la Conciliazione salgamos al río y bordeémoslo por su
vertiente oeste. Dejando atrás el Puente Mazzini, llegaremos a la Via de Lungotevere
de la Farnesia. Aquí observaremos el Palacio Corsini, otro bonito edificio famoso en
esta zona de Roma.
Un paseo tranquilo por este barrio nos llevará hasta la Plaza de Santa
María in Trastevere, donde es un buen momento para almorzar en alguno de sus
restaurantes. La basílica que domina la plaza fue una de las primeras fundadas en
Roma en el siglo III
Pero sin duda, la obra monumental más significativa tanto del Trastevere
como de la Roma Renacentista es el Templete de San Pietro in Montorio. Realizado
por Bramante, se encuentra en el patio de la actual embajada de España. Se puede
visitar gratis, pero antes de las 16:30, pues cierran a las cinco. Este famoso edificio
costeado a principios del XVI por los Reyes Católicos es el máximo exponente del
ideal renacentista: sobriedad, proporción, órdenes clásicos,…
Desde este barrio se puede cruzar a la isla Tiberina, situada en medio del río,
y desde allí saldremos cerca del Teatro Marcelo.
Una vez aquí podemos regresar como el día anterior hacia la Plaza Venecia
para situarnos cerca de nuestro siguiente destino, o alcanzarlo callejeando por las
entrañas de la ciudad. Si nos interesa instruirnos sobre el desarrollo humanístico
del siglo XVI, y observar las altas cotas de originalidad que se alcanzaron, debemos
sin más remedio conocer la Iglesia del Gesú. En la plaza homónima se encuentra
la iglesia madre de los jesuitas, la Chiesa del Sacro Nome di Gesú, obra de dos
de los principales arquitectos del manierismo: Vignola y Giaccomo della Porta. La
portada de este edificio, con un interior de gran decorativismo propio de décadas
posteriores, se toma como ejemplo de la evolución manierista hacia el Barroco. Este
modelo arquitectónico fue adoptado en otras construcciones posteriores, sobre todo
en la América hispana.
Por último, no hay mejor manera de acabar este día que conociendo
otro de los lugares más encantadores de la capital italiana. El Campo di Fiori, sin
mucho misterio, recibe este nombre porque antes de ser plaza, el terreno acogía
un campo de flores. A pesar de su origen bucólico, en este espacio se realizaron
numerosas ejecuciones, a hombres ilustres como Giordano Bruno. Actualmente
puede ser un bello rincón para pasear de día o para divertirse de noche. Es muy
famoso su mercadillo, con productos típicos italianos y flores. En sus alrededores
tienen fama sus tiendas de restauración de muebles. Sin embargo, si lo que
queremos es introducirnos en la vida romana, por la noche este es uno de los
sitios elegidos por turistas e italianos para disfrutar en algunas de sus terrazas,
con música en directo, buena comida y precios aceptables. Gran parte de estos
locales son los llamados Risto-bares o Risto-discos, en los que se puede comer y
bailar.
¡Tú eliges si antes, durante o después!
Giordano Bruno, filósofo italiano cuyas teorías teológicas le hicieron ser juzgado de hereje por la Inquisición y quemado en la hoguera
Por todo lo dicho, es aconsejable comenzar
este tour por una de las obras barrocas más simbólicas
y llamativas de la ciudad como es la famosa Fontana
de Trevi. Sucesora de una anterior fuente de menor
narratividad y dramatismo, el conjunto marmóreo que
se presenta hoy al visitante, fue adherido, tras varios
proyectos de eminentes artistas como Pietro da Cortona,
Bernini o Salvi, al palacio de los duques de Poli, al que
dotó de una nueva fachada.
En este punto los visitantes, que diariamente
abarrotan la fuente, tienen la ocasión de asegurar su
regreso a Roma arrojando una moneda a la fuente.
Leyendas a parte, lo cierto es que son muchos los miles
de euros diarios que se calcula que son arrojados a la
fuente. Si el tiempo acompaña, los más atrevidos podrán
intentar emular a Anita Ekberg en La Dolce Vita dándose
un refrescante baño.
Para los que dispongan de mayor tranquilidad
o les interese profundizar en la esencia barroca sería
interesante desviarse hacia la Via del Quirinal para conoce
una de las referencias del barroco universal como es San
Carlos de las cuatro fuentes. Realizada en torno a 1637
por Francesco Borromini muestra una fachada de dos
cuerpos con un gran movimiento por el retranqueo de
sus partes y la curvatura de sus paredes. Realmente a los
que no la conozcan y la descubran por primera vez, les
resultará impactante, ya que imprime grandes cotas de
genialidad y de originalidad respecto a otros obras de su
género.
A partir de la celebración del Concilio de Trento
en la segunda mitad del siglo XVI. La iglesia cristiana
comenzó un proceso de renovación interno de su
imagen con el objetivo de recuperar en muchos casos
la credibilidad perdida y conectar con los fieles tras una
época de expansión laica en las centurias anteriores del
Renacimiento y la mentalidad humanística. Para ello,
uno de los instrumentos de reafirmación y difusión de la
religión católica va a ser el estilo artístico que comienza
en el siglo XVII. El barroco, va ser un arte que se preste a
las necesidades del que lo ejecute. Servirá en Francia a la
monarquía, en Holanda a la burguesía o en Italia y España
a la iglesia.
Es una época en la que se lleva a cabo una
profunda reconstrucción urbanística de muchas ciudades
europeas. Se abrirán grandes plazas acompañadas
de nuevos edificios y fuentes que las embellezcan; se
planificarán nuevas calles, largas avenidas que unan
puntos importantes de la ciudad, y, en ocasiones, con
juegos de perspectivas que hagan más impactantes la
visualización de la ciudad.
Un claro exponente de toda esta nueva mentalidad
barroca va a ser Italia, en la que durante el siglo XVII se
reformará la imagen de la ciudad de Roma, no solo como
eje neurálgico del cristianismo, sino para mostrarse al
mundo como una de las ciudades más bellas.
El embellecimiento de la ciudad:
la Roma Barroca.
A pesar de ser también uno de los más populares monumentos de la ciudad, la Fontana de Trevi impacta por su belleza y situación
Si la alcanzan les recomendamos subir por la
Via de las Cuatro Fuentes y la Via Sistina hacia nuestro
siguiente destino. Si no se van a desviar hacia este
monumento de Borromini, muy cerca de la Fontana de
Trevi, saliendo por la Via del Tritone y subiendo por la
de Due Macelli, llegamos a otro espacio tan significativo
como los anteriores: la plaza de España. Diseñada por
Francesco de Sanctis a principios del XVIII, es uno de los
puntos de reunión de los turistas para descansar durante
unos minutos. Es una de las más preciosas plazas que se
habilitan durante el barroco, llena de color y de un aire
bohemio. El intento de efectuar juegos de perspectiva,
como hemos señalado en párrafos anteriores, durante el
barroco queda patente en esta plaza. Se puede obtener una
bella visión de conjunto desde la fuente de la Barcaccia,
hacia la monumental escalinata de 135 escalones que nos
asciende hacia la iglesia de la Trinitá dei Monti. En ella
encontraremos una ingente cantidad de artistas y turistas,
y además en época primaveral las graderías laterales se
inundarán de de flores.
TB I Roma 17
En la parte posterior de este conjunto encontraremos
uno de los principales parques de la ciudad: la Villa Borghese.
Mandado edificar por el Cardenal Borghese para rodear
su palacio (Galería Borghese) de hermosos jardines que
sustituyeran los terrenos llenos de viñedos que los antecedían.
Podremos disfrutar de la naturaleza, pasear de modo agradable
por este tranquilo lugar o alquilar una barca durante algunos
minutos en el pequeño lago.
Además de ser un parque convencional en él se inserta
la famosa Galería Borghese. Este museo de la primera mitad
del siglo XVII es uno de los pocos ejemplos de construcciones
concebidas para dar cabida a las significativas obras escultóricas
y pictóricas del ya mencionado Cardenal. La familia Borghese
fue una de las grandes mecenas de Italia, gracias a quienes hoy
día se conservan en este fabuloso museo obras de Caravaggio,
Rubens o de Tiziano, como es el caso de su famosa obra “amor
sacro, amor profano”. A estas piezas barrocas se suman otras
de este estilo como el “Apolo y Dafne” de Bernini, o de periodos
posteriores como es la fantástica escultura que realizó Canova
de Paolina Borghese entre 1805 y 1808. A diferencia de otras
galerías, la disposición de las obras permite su contemplación
de un modo agradable en poco tiempo, aunque por el contrario,
su precio, algo caro, ronda los doce euros, con reducciones por
edades.
No es el único museo al que podemos acudir en este
inmenso retiro, en él se encuentran otros como el Museo
Nacional Etrusco, el Museo de Arte Moderno o el de Arte
Africano, así como el Museo Zoológico.
TB I Roma 18
Justo al salir de este recinto encontramos la Plaza del Popolo,
la cual podemos divisar desde la propia Villa Borghese. Aunque Carlo
Rainaldi ya arregló esta plaza en el siglo XVII proyectando las iglesias
que hoy se albergan en ella, fue a finales del Setecientos cuando
el urbanista Valadier, le otorgó su forma circular por la cual hoy es
reconocible. Este diáfano espacio marca el origen de tres largas calles:
la Via del Corso, la Via del Babuino (que llega a la Plaza España) y la
Via di Ripetta, las cuales están delimitadas por dos iglesias gemelas
donde intervinieron grandes maestros como Bernini o Carlo Fontana. El
“enfrentamiento” de ambos edificios se reproduce a escala social entre
dos de los cafés de mayor raigambre de la ciudad: el Café Rosati y el
Café Canova. Cualquiera de ellos es una buena opción para tomar café
mientras observamos los alrededores de la plaza, en cuyo centro se
erige un elevado obelisco.
Sin duda, del barroco el autor mas popular y más conocido es
Bernini, no obstante, en Roma también trabajó otro magnífico arquitecto,
cuya obra se viene revalorizando cada vez más con el paso del tiempo.
Ya hemos hablado de Francesco Borromini, quien además de la original
iglesia de San Carlos de las Cuatro Fuentes despliega todo su ingenio
en la famosa iglesia de San Ivo. Cogiendo desde la Plaza del Popolo la
Via di Ripetta y la Via di Scrofa, y girando levemente hacia la Via dei
Pianellari, debemos atravesar hasta el final el Corso del Rinascimiento.
En el número 40 de esta calle nos toparemos la Iglesia de San Ivo alla
Sapienza. En ella Borromini, entre 1642 y 1660 adapta la planta de
esta construcción a un palacio existente anteriormente. Este edificio
pertenecía a la Universidad de Roma, llamada la Sapienza, de ahí su
nombre. Al parecer, en esta iglesia que se inserta junto al mencionado
conjunto académico, el artista introduce referencias del arte hispano-
musulmán como la cúpula gallonada del interior, volviendo a mostrar
grandes cotas de singularidad y personalidad en su estilo.
Durante el siglo XVII numerosas plazas renovaron la estética de la ciudad de Roma, entre los gran-des proyectos urbanísticos se encuentra la Plaza del Pueblo
Finalmente, nuestro recorrido por la capital del
Lacio concluye como empezó, en uno de los puntos
referentes de la ciudad. La Plaza Navona supone sin
ninguna duda el principal exponente del proyecto de
embellecimiento de Roma. Su forma alargada y redondeada
en los extremos, proviene de un espacio anterior en el que
se situaba un estadio del siglo I, erigido por el déspota
Domiciano. Una de las plazas más bonitas de Italia (y del
mundo) donde es posible conjugar la monumentalidad de
sus edificios y el encanto y dinamismo de la vida italiana
que de ella se desprende. Esta fue uno de los espacios que
durante el barroco se abrieron para adecentar la imagen
de la ciudad. De hecho se consiguió, pues este lugar
siempre está lleno de turistas que se fotografían junto
a sus tres impactantes fuentes, la más sobresaliente, la
Fuente de los Cuatro Ríos, obra del maestro Bernini. En
ella se reproduce una alegoría de los cuatro grandes ríos
conocidos del planeta: le Ganges, el Río de la Plata, el Nilo
y el Danubio.
El ambiente bohemio de la plaza llena de artistas
creará un sentimiento de acogida en el visitante, quien
podrá descansar tomando un café o cenando, una opción
fantástica para disfrutar de la atmósfera nocturna de este
singular rincón de Roma.
La cuna de la civilización: Grecia y Roma
Toda esta riqueza artística da muestras de la importancia de
la civilización romana en la historia.
Grecia y Roma conforman los cimientos de la cultura europea.
La Historia, la Literatura, la Epigrafía, la Arqueología o la Numismática
son las principales fuentes del legado cultural que han transferido a
la civilización occidental.
La cultura etrusca influyó sobremanera en el pueblo romano,
sin embargo, Roma fue una civilización que acabó sobrepasando a
todos los que le precedieron.
En arquitectura, por ejemplo, muchos de los templos y
obras urbanísticas beben del pueblo griego, no obstante, hoy día se
ha comprobado que el arte romano es griego en su vestidura pero
romano en su concepción, con una personalidad propia. Véanse los
capiteles mixtos, toscanos, el desarrollo de las cúpulas, o el progreso
de proyectos de ingeniería como puentes, acueductos o carreteras.
Pero si hay que destacar avances culturales en los que se
ejemplifica de manera muy elemental la trascendencia de la herencia
romana ese es el ámbito del derecho civil. Desde la primera recopilación
de leyes en las Doce Tablas del siglo V a.c hasta el Corpus Iuris Civilis
de Justiniano en el siglo VI d.c el derecho y la legislación romana han
servido de punto de partida. Aún hoy se estudia esta materia de la que
emanan muchas de las compilaciones legislativas actuales.
TB I Roma 20
Roma fue en su día la ciudad más grande del mundo y hoy es una de las principales
metrópolis europeas. Alrededor del centro se han construido barrios más modernos: en los
barrios del norte y del sur viven las clases acomodadas, mientras que en el este y oeste
residen las clases populares.
Además de centro cultural y corazón de la vida artística italiana, Roma lo es de la
política y economía del país y símbolo del papado.
Roma es una ciudad mediterránea, con un invierno moderado y un verano caluroso,
cuando el termómetro puede alcanzar los 40º. Por tanto, como todo el turismo de la zona, es
un destino apto para los visitantes durante todo el año, principalmente en verano.
Por estos motivos, Roma está perfectamente comunicada tanto dentro del país como
en el plano europeo e internacional. Si quieres viajar en tren, las redes ferroviarias llegan a
todo el país. Las líneas de alta velocidad conectan las principales ciudades, mientras otros
tipos de trenes alcanzan regiones rurales menos pobladas, no por ello menos hermosas. La
estación de Termini es el centro neurálgico no solo de Roma sino de las principales ciudades
de Italia. Por ejemplo, puedes tardar a Florencia una hora y media, a Milán unas tres horas o
a Venecia menos de cuatro.
De Termini también parten las líneas de autobús y metro. De esta última existen dos
líneas, la A y la B que es circular. Más recomendable este último transporte que el autobús,
pues el tráfico en Roma es caótico.
En cuanto a las conexiones por avión Roma posee dos aeropuertos. El principal
es Fiumicino, el más grande de Italia, a unos 25 kilómetros del centro, pero está muy bien
conectado por autobús y metro. En la Terminal 3 puedes por ejemplo comprar la Tarjeta Pass
que te será muy útil en tu recorrido turístico. El otro aeropuerto, el de Ciampino, está más
cerca en la parte sur-este, pero peor comunicado. Es más pequeño y posee solo una terminal.
Por último, para ir desde España, además de por avión hay una opción que es viajar
en ferry desde Barcelona hasta el puerto de Civitavechia. Puedes consultar las tarifas en
ww.directferries.com
Todos los caminos llevan a Roma.
Roma, por su situación céntrica en el mapa y por ser la capital del país, presenta una amplia pero sencilla red de comunicaciones,tanto internas como con otras ciudades
CREDITOS Fotografia : Jesús Lopez
Texto: Pablo Ponte Ortega
Diseño: Pedro Laguna
Toda esta aglomeración artística y cultural, no solo se
concentra en la urbe romana. Existen lugares en sus cercanías,
menos visitados y conocidos que también pueden resultar una
bella sorpresa, y que suelen quedar eclipsados por las maravillas
de la metrópolis.
Una de estas visitas interesantes, que puede
complementar nuestra visión histórica de Roma, es la ciudad
de Ostia Antica. El puerto de Ostia fue el primero de la capital
italiana, situado antaño en la orilla del río Tíber aproximadamente
a 25 kilómetros de la ciudad. Hoy día se encuentra cerca del
aeropuerto de Fiumicino.
Fue fundada, según cuenta la leyenda, por Anco Marcio
en el siglo VII, uno de los reyes de Roma. No obstante los estudios
arqueológicos desvelan que probablemente sea posterior, un
lugar creado como zona defensiva.
Este puerto obtuvo gran importancia como centro
comercial a donde llegaban aceites, vinos, especies… de las
provincias del Imperio. En torno a él nació una ciudad donde
muchos emperadores dejaron su huella. Llegó a tener unos
cincuenta mil habitantes en el siglo II, pero su decadencia fue
unida a la de la propia Roma. De su foro se conservan restos
de algunos de sus templos, termas, la llamada Plaza de las
Corporaciones y su teatro, uno de sus mayores atractivos.
Si nos dirigimos dirección este, a un poco más de 20
kilómetros de Roma se encuentra la actual Tívoli, antigua
Tibur. Fue un lugar escogido por algunos emperadores para su
residencia de verano. Entre los complejos arqueológicos que
mejor se conservan es la llamada Villa Adriana, en las afueras de
La sombra de Roma es alargada.
Tívoli. Erigida en el siglo II por Adriano, hijo del gran emperador
Trajano ha sido nombrada patrimonio de la humanidad en la
actualidad, pues conserva numerosos restos y edificios de la
época. Construida en varas fases, era un complejo constituido
por más de treinta edificios: palacios, templos, fuentes,
bibliotecas,… Si hay que resaltar alguna de sus construcciones,
sin duda, debemos mencionar el Teatro Marítimo que presenta
una gran piscina con una isla interior, al parecer, usada por
Adriano como lugar de retiro.
Por último, muy cercano a Roma se encuentra la villa de
Castelgandolfo. Un pequeño pueblo situado en el lago Albano
y en cuya parte más elevada se afinca la Quinta Pontificia, la
residencia del papa durante los meses estivales. Sin embargo, la
tranquilidad que encontraremos en este lugar puede resultar un
aliciente más satisfactorio que la belleza del conjunto palaciego
papal.
Una vez me dijo mi abuela que para viajar no hacia falta moverse de
casa, sólo bastaba con soñar. Pero yo siempre le respondía que lo bonito
de tener sue ños, es que algún día puedan hacerse realidad.
Y pocas ciudades hay más parecidas a una evocación onírica, a un
recuerdo del pasado, como l o es Roma. La herencia de un esplendor
que ha quedado impregnado en los vestigios artísticos de su historia,
y que aún hoy le otorgan la potestad de erigirse como una referencia
cultural en el mundo.
Una ciudad eterna y llena de magia e ilusiones, a la que si quieres
regresar sólo debes arrojar una pequeña moneda al agua.
TB I Roma 22
Aunque el imperio romano cayó hace muchos siglos, su recuerdo queda aún latente, no solo en Roma y en Italia, sino por todo el Mediterráneo
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