lamodernización de las instituciones. neoliberalismo y...

Post on 28-Sep-2018

222 Views

Category:

Documents

0 Downloads

Preview:

Click to see full reader

TRANSCRIPT

La modernización de las instituciones.Neoliberalismo y democratización

Manuel Alberto Alonso Espinal"

En este texto se intenta hacer unareflexión de carácter teórico so-bre la modernización en Colom-

bia, tratando de visualizar, en el contex-to contemporáneo, la posible correla-ción e incidencia de este proceso en laideal conformación de una sociedaddemocrática.

Para el logro de este objetivo, sehace una caracterización y un balanceaproximado de lo que ha sido histórica-mente la modernización social y delEstadoen Colombia, confrontándola conlos rasgos particulares de la vida políti-ca en la coyuntura actual, a través deuna valoración comparativa del pro-yecto constitucional y la reforma des-centralista como instrumentos funda-mentales al ideal de la transformacióndemocrática.

El fin esencial es mostrar la contra-dicción de principio que existe entre losavances en el sentido de la moderniza-ción material del país ~imbolizadoshoy día en elmodelo de ajuste económi-

.• Asistente de Investigación, Instituto deEstudios Politicos, Universidad deAntioquia.

co al contexto internacional por el cami-no del neoliberalismo-, y las posibili-dades reales que existen para alcanzareseorden socio-estatal democrático sub-yacente en la nueva Constitución y enlas políticas de descentralización.

1. Lacrisis colombiana.Modernización y democraciaEl tema de la modernización de las

instituciones no es nuevo en el país.Históricamente aparece en los períodosde crisis COInoel instrumento que sus-tenta, en lo simbólico y real, las consig-

I nas del reformismo y del cambio. Eneste sentido, la modernización de lasinstituciones es una de las consignas

. utilizadas por los diferentes gobiernospara afrontar losproblemas de la gober-nabilidad.

El vínculo existente entre crisis ymodernización institucional, no se esta-blece, sin embargo, de manera a priori opor intereses puramente políticos. Alcontrario, está determinado por el des-balance que existe entre el desarrollosocio-económico del país y su inmovi-lismo político e institucional.

29

En este sentido, el devenir de Co-lombia es definitivamente paradójico.Ennuestro país han coexistido altísimosniveles de violencia y descomposiciónpolítica y social con una relativa estabi-lidad económica einstitucional; orden yviolencia, desintegración social y creci-miento económico van de la mano apesar de ser fenómenos que, por lo me-nos teóricamente, deberían ser contra-dictorios.'

Esta verdad de nuestro ser nacio-nal deja flotando en el aire un interro-gante fundamental: ¿por qué el creci-miento económico no ha tenido comocorrelato la consolidación de unas insti-tuciones políticas democráticas y unorden social no mediado única y exclu-sivamente por la violencia?

Las posibilidades de respuesta aesta pregunta son múltiples. Sinembar-go, dentro de una variedad de enfoques,se opta por aquel cuya respuesta señalaque la crisis de hoyes la resultante histó-rica, entre otros, de los desbalances quese presentan entre el desarrollo econó-mico del pais -su modemización- y lasrestricciones políticas, sociales y cultu-ralesquese han impuesto a lasmayoríaspara el acceso pleno a la ciudadanía.'

Los procesos de modernizacióneconómica, que generalmente se handado en el contexto de una profundacrisis determinada por la violencia inin-terrumpida, plantean la discusión entomo a la necesidad de modernizar alEstado y democratizar el régimen polí-

ticoy la sociedad. Deeste modo, moder-nización del Estado y democratizaciónaparecen, pues, como loselementos cen-trales para comprender y explicar lacrisis y los intentos de reforma que sedan en la sociedad colombiana de hoy.

Lamodernización económica, en tér-minos generales, se refiere al conjuntode transformaciones sociales, culturalesy científicas que se dan como expresiónde los grandes cambios que produce eldesarrollo industrial y tecnológico. Pa-ralelamente, la modernidad hace refe-rencia al "proceso social de construc-ción de actores sociales y políticos" apartir de conceptos tales como la ciuda-danía, la igualdad y la libertad. Es decir,se refiere a la configuración de indivi-duos con capacidad de incidir en losasuntos relacionados con su propio des-tino y el de su colectividad.'

Lamodernidad, en términos políti-cos, se refiere a dos principios interre-lacionados: a) la construcción del Esta-do a partir de un pacto social en el cualparticipan todos los individuos, ya seadirectamente o por medio de la repre-sentación, y b) la organización de unorden y un régimen político democráti-co ajustado a las normas del derecho ybasado en los principios de la ciudada-nía. De esta manera, mientras que loesencial de la modernización es el desa-rrollo económico en el sentido técnico-instrumental, lo fundamental de la mo-dernidad es la democracia como formade organización social y política. De allí

1. Al respecto véase: Daniel Pécaut. Orden y violencia e11 Colo/t/l,ia. J 930-1954. Bogotá, Siglo Veintiuno, 1987.2. Consuelo Corredor Martínez. Los ltmitee de la modernizacitlll. Bogotá, CINEP, 1992. p. 69-93.3. Sobre los conceptos de modernización y modernidad véase: Marshall Berman. Todo lo solido se desvanece

ePI el aire. Barcelona, Siglo Veintiuno, 1988.p. 3-4.Jorge Orlando Melo. "Algunas consideraciones glooales sobre«modernidad- y «modernización»". En: Fernando Viviescas y Fabio Giraldo. (Comp). Colombia. El despertar dela modernidad. Bogotá, Foro Nacional por Colombia, 1991. p. 225-248. Consuelo Corredor Martlnez. Op. Cit. p.35-54.

30

que la modernización política, en su ejecentral,seaimpensable sin la democracia.

Eldesarrollo económico, en el sen-tidodelamodernización, responde a lasparticularidades del desarrollo social,culturaly político del país. Una primeraaproximacióna lo que ha sido nuestraconfiguraciónhistórica, nos muestra queenColombiael crecimiento económico,el desarrollo tecnológico, la urbaniza-cióny la industrialización, se han dadoenmediode fuertes restricciones políti-casa laciudadanía, esto es, en el marcode una cultura política que limita lasposibilidades de participación y en elcontextode una profunda desigualdaddeoportunidadessocialesy económicas.

Lasrestricciones y limitaciones del.en político seconvierten en elgranobstáculopara la construcción de unEstadomoderno en Colombia; se tratade un impedimento histórico para laconsolidaciónde un verdadero procesode modernización de nuestras institu-ciones.

Dentrode la caracterización que sehacede los fines que debe perseguir unEstadomoderno sobresalen tres condi-ciones:

1)Propiciar la construcción de es-cenariospara la expresión no violentade lossectores antagónicos de la socie-dady ampliar los espacios de participa-ción,

2)Realizary consolidar elprincipiodelaciudadanía, otorgando a los indivi-duosgarantías de igualdad respecto a laleyy al Estado mismo, y

3)Responder a las demandas bási-casde los sectores menos favorecidos.

Loque define al Estado moderno,que idealmente es el fundamento deunas instituciones políticas modernas,

es su carácter democrático. La condi-ción de la modernidad del Estado estádada por este carácter y no únicamentepor su eficacia en lo técnico e instrumen-tal. En este sentido,la modernización delas instituciones no se refiere exclusiva-mente a la configuración del Estado enuna unidad técnico administrativa efi-ciente, sino, fundamentalmente, a latransformación del Estado por la víademocrática.

De allí que el ideal del Estado mo-derno sea su intervención en aras delinterés general, es decir, el Estado debetener una relativa autonomía para cum-plir con sus funciones y constituirse enel garante del interés colectivo.

La violencia ininterrumpida, la pri-vatización del Estado y la marginalidadde amplios sectores de nuestra pobla-ción, expresan las limitaciones estructu-rales del Estado colombiano para darrespuesta a los fines antes enunciados.

11. Neoliberalismo ydemocratización ..Unarespuesta a la crisisLa Colombia de los años ochenta

experimenta una de las peores crisis detoda su historia. La debilidad del Esta-do, la poca legitimidad y credibilidaddel régimen político, la crisis de los par-tidos, la irrupción del narcotráfico, lapervivencia del movimiento guerrille-ro, la inflación, el desempleo, la deudaexterna,los altos niveles de pobreza y elagotamiento del modelo económico dedesarrollo que hasta el momento habíaservido de marco a la modernización,configuran un escenario signado por laviolencia indiscriminada.

Esta situación crónica de violenciaexpresa, como ya se anoto, la existencia

31

de un país que ha crecido económica-mente en términos capitalistas, pero queal mismo tiempo ha limitado las posibi-lidades de participación política, econó-mica y social para un amplio sector desu población.

En la coyuntura actual, los intentosde salida a esta crisis estructural delEstado colombiano se concretan en unconjunto de transformaciones económi-cas y políticas que hacen referencia, deun lado, al proceso de apertura econó-mica, reconversión industrial e integra-ción al mercado mundial a través de laimplementación del modelo neoliberalde desarrollo y, de otro lado, a la apertu-ra política que se viene adelantando apartir de laexpedición de lanueva Cons-titución y con lapuesta en marcha de losproyectos de descentralización política.

Teóricamente, y bajo la etiqueta dela modernización económica y política,con estas reformas se intenta disminuirese abismo existente entre los procesosde desarrollo económico y el inmovilis-mo de nuestro régimen e institucionespolíticas.

Es aquí, precisamente, donde apa-rece el punto nodal de la situación ac-tual, que remite a la pregunta por laposibilidad de hacer compatible el nue-vo proyecto de desarrollo económicocon lasinidativas de democratizaciónquese promueven desde el mismo Estado.

Colombia, al igual que el resto depaíses de América Latina, seenfrentó enel decenio de 1980a un dilema funda-mental: "optar por la modernizacióneconómica aceptando la exclusión deun amplio sector de la población, o bienprivilegiar la integración social so peli-

gro de quedar al margen del desarrollomundial".'

Elgobierno colombiano intentó res-ponder a este dilema a través del mode-lo neoliberal de desarrollo y, al mismotiempo, con la propuesta de un proyec-to de reforma constitucional que diocorno resultado la expedición de unacarta política, en el texto, profundamen-te moderna y democrática.

Sin embargo, y en contravía de lasposibilidades que sevislumbraban en elescenario de la apertura política y de lademocratización del régimen colombia-no, el nuevo modelo de modernizacióneconómica resultó ser una fórmula que,al igual que las anteriores, se construyódesde arriba sin considerar los costos ylos efectos de marginalidad subyacen-tes en él.

Lamodernización de las institucio-nes se reduce, en este sentido, a losprincipios de la eficiencia y la efectivi-dad, es decir, a los parámetros exclusi-vos de la modernización administrati-va, colocando en un nivel secundario lademocratización del Estado, que debe-ría ser el eje central de todo intento realde modernización institucional.

III. El neoliberalismo en unEstado social de derechoEn la década de 1980, comenzó a

consolidarse en el país una lenta trans-formación, tanto del modelo de desa-rrollo económico como de las formas yprácticas políticas. En esta década, "elneoJiberalismo se globalizó, es decir,empezó a aparecer como una doctrinade reestructuración global del Estado,[abarcando], aspectos macroeconórni-

4. Norberl Lechner. "El desafio de la democracia latinoamericana". Revista Lroialil". No. 41. Madrid, 010"0de 1990.

32

cos, presupuesta les, de planeación, ad-ministrativos, una reorganización terri-torial de las políticas públicas y produc-tivas y una mod ificaciónen losmecanis-mos de intermediación política entre lasociedad y el Estado".5

En lo económico, los cambios sedieron esencialmente en el sistema deproducción de la riqueza y en losmeca-nismos de reproducción social, que dancuenta de la forma como elmercado yelEstado intervienen en los procesos eco-nómicos. En este campo, lo que se evi-dencia es el progresivo desmonte de laintervención del Estado en la economíay la entrega al sector privado de la inicia-tiva y capacidad para llevar a cabo eldesarrollo económico. Con el neolibera-lismo económico se busca, entonces, eldesmonte del carácter estatal de una'serie de servicios y empresas y laprima-cía de las señales del mercado y susagentes como determinantes en la asig-nación de recursos y como instrumentoprincipal de la democratización.

En lo político, el cambio funda-mental tienen que ver con lapérdida delperfil del Estado como el encargado deasumir la tarea de construcción de unorden democrático. Lo anterior se ex-presa fundamentalmente en laspropues-tas de recuperación de espacios para lasociedad civil a partir de dos ejes: laprivatización de las funciones del Esta-doy, lila invocación a laparticipación delos ciudadanos (individuos), gremios ylocalidades de diferente tamaño y esta-tuto en la definición de las políticas pú-blicas, el control a los representantes y

funcionarios estatales, la gestión deempresas y la administración de com-petencías en el terri torio"."

La política para el neoliberalismoencuentra su principio estructurante enlaprotección de losderechos individua-les y en la primacía de lo privado sobrelo público, lo que conduce a la pérdidade toda función redistributiva o nivela-dora por parte del Estado. Para el neoli-beralismo 11el Estado es tan sólo el «con-junto de procesos», «la máquina quepermite» que la acción colectiva tengalugar".'

Cuando se intenta sopesar la diná-mica de la modernización económicacon lade lamodernización institucionalen el nuevo país --analizando las posi-bilidades reales que existen hoy para laconvergencia de los dos procesos-, elestudio debe ubicarse en la evaluacióncomparativa entre la política generaldel neoliberalismo y los dos elementoscentrales de la democratización institu-cional: la consagración del Estado dederecho en la nueva Constitución y laimplementación del proyecto de des-centralización política yadministrativa.

Respecto a los intentos de demo-cratización consagrados en la nuevaConstitución, existe una contradicciónentre la concepción de Estado que avalala nueva Constitución y aquella quesubyace en el modelo neoliberal de de-sarrollo.

En laConstitución Política de 1991,Colombia se define como un Estadosocial de derecho organizado en formade república unitaria, descentralizada,

5. Dado Restrepo Botero. "Neoliberalismo y reestructuración capitalista". En: Jorge Child. (Comp.).Rompimdo la corriente. Un debate al neoliberalismo. Bogotá, Centro de Estudios e Investigaciones Sociales, 1992.p.3-4.

6. lbid. p. 9.7. Jaime Caycedo Turriago. "Neoliberalismo y política". En: Jorge Child. (Comp.). Op. Cit. p. 123.

33

con autonomía de sus entidades territo-riales, democrática, participativa y plu-ralista.

Definir a la República de Colombiacomo un Estado social de derecho signi-fica "un mandato al Estado para queintervenga en la configuración del or-den social"." AqUÍ, el fin del Estado es,fundamentalmente, la consecución y lapreservación de la justicia social a travésde la intervención en aquellos asuntosque escapan al ámbito del mercado.Esto, tal como se expresa en la nuevaConstitución, tiene tres componentes:"un objetivo social, una concepción de-mocrática del poder y la sujeción delEstado a los términos del derecho"." Esdecir, condensa los elementos centralesde lo que debe ser una verdadera mo-dernización institucional.

Desde el preámbulo, la Constitu-ción de 1991 consagra el objetivo socialdel Estado cuando postula que el fin dela Constitución y del ordenamiento ins-titucional, es asegurar a los integrantesde la Nación la vida, la convivencia, eltrabajo y la justicia. En el artículo 2Q seestablecen como fines esenciales delEstado: servir a la comunidad, promo-ver la prosperidad general y garantizarla efectividad de los principios, dere-chos y deberes. lO

El establecimiento de la justicia so-cíal, como elemento central en la confi-guración del Estado social de derecho,está estrechamente relacionado con ladistribución de la riqueza y del ingresoy con el desarrollo económico. La fun-ción social del Estado involucra, pues, el

problema de la democratización de laeconomía y del papel que éste cumpleen la gestión de la misma.

En oposición a estos principios, lospostulados del modelo de moderniza-ción neoliberal, subordinan el objetivosocial y democrático del Estado al juegodel mercado que se convierte, a partirdesu libre desarrollo, en el principal asig-nador de recursos y de distribución delingreso. Para el neoliberalismo es elmercado, y no el Estado, quien regula laeconomía. De acuerdo con esta premi-sa, la democratización de la economía ydel país es el resultado de la participa-ción cada vez más generalizada de lapoblación en la actividad económica yno el fruto de la función redistributivadel Estado.

La no correlación entre los princi-pios que nos definen como un Estadosocial de derecho y el perfil que el neo-liberalismo da al Estado; la delicadasituación laboral por la que atraviesa elpaís y la respuesta autoritaria del go-bierno a toda manifestación contraria alproyecto económico, expresan la desar-ticulación existente entre la estrategiade modernización y los procesos dedemocratización institucional.

En el nuevo marco de la moderni-zación económica se olvida que en laconstrucción de un orden social demo-crático, "el Estado no puede ser reem-plazado porel mercado. Debe, ante todo,identificar sus fallas y responder por elbienestar colectivo, rectificando las des-viaciones que necesariamente se gene-ran en la actuación del mismo. Los dere-

8. Abel Rodrlguez Céspedes. "Estado social de derecho y neoliberalismo". R"l'isln Foro No. 20. Bogotá,Fundación Foro Nacional por Colombia, mayo de 1993. p. 70.

9. [bid. p. 71-72.10. [bid. p. 72.

34

chos de la sociedad, así como losproble-mas de la distribución del producto, sedeben atender deliberadamente por unente orientador"."

Este principio, que debería y po-dría ser el punto de partida para unaverdadera modernización institucional,se sustituye por la lógica del mercadoque, como se vio, reduce elproblema dela modernización institucional a los tér-minos de la eficacia. En definitiva, elmodelo excluyente y autoritario de laestrategia económica anula las aspira-ciones de la democratización, todo estodentro de un marco histórico que nologra hacer compatible la moderniza-ción económica con la modernizaciónpolítica e institucional.

IV. Neoliberalismo ydescentralizaciónEn el país, paralelamente al proce-

so de apertura económica, va tomandoforma el proyecto de descentralización.Esta, que involucra aspectos políticos,administrativos, fiscales y de planea-ción, suele ser analizada como una delas herramientas primordiales de lamodernización del Estado yde lademo-cratización del país.

Laestrategia descentralista adelan-tada a partir de 1986,ha sido presentadae interpretada de dos maneras: para unamayoría de los sectores subordinadosde la sociedad civil, ella es la respuestadel Estado a la crisis de gobernabilidadque lo afectaba y la herramienta utiliza-da por éste para cooptar la capacidad depresión que generaban las marchas yparos de carácter cívico, es decir, la des-

In " uto de EstudiOS Polílit(J:Jeie Unidad de Documentació¡

centralización aparecía comoellogrodela sociedad civil colombiana. Para elgobierno, por su parte, era el mecanis-mo a través del cual se consolidaba suvoluntad de democratizar y pacificar alpaís, así, la descentralización era "lagran obra" democratizad ora del Estadocolombiano.

En estos dos modelos de explica-ción, la descentralización es miradacomo el resultado de un proceso dereestructuración política. Sin embargo,existe la posibilidad de examinar la des-centralización y el modelo dernocrati-zador que en ella subyace, como undesarrollo lógicoy funcional de la estra-tegiade reestructuración capitalista queel país viene experimentando bajo elmanto neoliberal.

Decir que el país adoptó la descen-tralización porque ésta era benéfica almodelo neoliberal no significa, autorná-ticamente,queellaensímisma sea mala.Lo que se pretende con esto es explicarel por qué los alcances de la democrati-zación, por la vía de la descentraliza-ción, han sido tan cortos.

Existen dos tendencias o modelosde relación entre la descentralización yla participación ciudadana. En el pri-mer modelo, que sería el de una estrate-gia democrática de descentralización,su eje gira alrededor de la posibilidadque tienen losdiferentes actores socialespara expresarse y participar, directa-mente oa través de la representación, enla ejecución y el control de las políticaspúblicas. Eneste modelo, la característi-ca central está determinada por la cons-tante apertura de espacios alternos para

11. Fabio Giraldo Isaza. "El Revolcón: entre el liberalismo politico y el neoliberalismo económico". ReuistnForo. No. 18. Bogotá, Fundación Foro Nacional por Colombia, septiembre de 1992. p. 78.

35

incidir en las instancias primeras de laadministración pública.

En el segundo modelo, que corres-ponde a una estrategia autoritaria de ladescentralización, se fragmenta a lasorganizaciones de la clase obrera; semultiplican las instancias de la gestiónadministrativa y, por tanto, se disper-san las posibilidades de control ciuda-dano sobre los aparatos públicos; sedescentralizan los conflictos y se abrenespacios de participación que, por sucarácter limitado, impiden laconsolida-ción y articulación de proyectos alterna-tivos respecto a la forma de gobierno ya la política de desarrollo económico.

En este segundo modelo, la des-centralización no es más que una estra-tegia para la dislocación de toda alterna-tiva popular, reduciéndola a lo local y alo micro y alejándola de los centros neu-rálgicos de decisión pública."

Dentro del proyecto neoliberal, ladescentralización adoptada por el go-bierno colombiano posibilita la progre-siva sustitución de relaciones antagóni-cas por relaciones de conflicto no radi-cales, esto es, antagonismos que en nin-gún momento tienen una posibilidadefectiva de presión y decisión respecto ala política general del Estado. Bajo elmanto del neoliberalismo, que postulaal mercado como el principio constituti-vo de la organización social, la descen-tralización refuerza la despolitizaciónde una sociedad que abandona todoproyecto político colectivo de construc-

ción del orden social y del Estado. Elabandono de este proyecto significa lanegación a la posible construcción deuna institucionalidad democrática.

"El escenario político del neolibe-ralismo es un escena rio «despoli rizado»y «desideologizado- que privilegia unarelación pragmática, centrada en pro-blemas limitados y concretos, que en lamayoría de los.casos, no trascienden laesfera de lo inmed iato".':' Las formas departicipación impulsadas desde el Esta-do propugnan por la inclusión de acto-res que se ubican en espacios políticos ysociales fragmentados, es decir, en elmarco de una sociedad civil no organi-zada ni constituida como actor socialcon capacidad de presionar sobre lapolítica en su dimensión globa 1. "Elnue-vo discurso democrático sólo se remitea la representación de intereses sectoria-les [...] y locales. Pero no hay ningunaposibilidad de participación en la tomade decisiones en las políticas públicasfundamentales"."

Elmodelo descentralizador colom-biano, por ubicarse en esta segunda di-mensión, no logra concretar los elemen-tos democratizantes que 10 sustentan.En este sentido, la democracia postula-da en la descentralización, abre escena-rios de participación que, en últimas,cooptan la construcción de formas deintervención que cuestionen la elabora-ción y determinación de la política pú-blica del país, esto es, formas que limi tanlas posibilidades de configuración de

12. Véase: Daño Restrepo Botero. Op. Cit. p. 30.13. Alejo Verga s Velasquez. "Democracia y neolíberalísrno". En: Jorge Child. (Cornp.). Op. Cit. p. 132.

Dentro de este tipo de argumentación se ubican, igualmente, los trabajos de: Libardo Sarmiento Anzola. "Elpaquete social del neoliberalismo". Revista ForoNo. 20.Bogotá, Fundación Foro Nacional por Colombia, mayode 1993. p. 4-10. YJaime Caycedo Turriago. Op. Cit. p. 112-126.

14. Alejo Vargas Velásquez. Op. Cit. p. 150.

36

un orden alternativo que, en el casocolombiano, no sería más que un ordenefectivamente democrático.

En la dimensión económica, los re-sultados de lasmed idas concernientes ala descentralización fiscaly administra-tiva, por medio de las cuales se buscafortalecer los ingresos del municipio,deben ser evaluadas en relación con lacarga de obligaciones y funciones que sehan transferido a las localidades. Sinembargo, más que examinar los verda-deros alcances de la descentralizaciónen términos de sus resultados económi-cos, que pueden ser no muy halagado-res, interesa valorarla en términos de sudemocratización.

Aquí se debe volver sobre la dife-rencia que existe entre la moderniza-ción institucional y la modernizaciónadministrativa. La primera, como seseñalo, remite a la idea de la democrati-zación del Estado; la segunda, a la crea-ción de unidades técnicas de planeacióny control y a la adopción de instrumen-tos racionales de ejecución pública.

EnColombia, la descentralizacióntiene como fines la racionalización delos costos en la prestación y regula-ción de los servicios, el alivio del pre-supuesto de la nación y la legitima-ción del Estado, relegando a un se-gundo plano la posible democratiza-ción del país. La descentralización es,en este sentido, "un programa demodernización administrativa, despo-litización económica y desmantela-miento del Estado ineficiente, dentrode un esquema en el cual, las condi-

ciones políticas que determinan ladescentralización como proceso, notienen lugar sistemático y están redu-cidas al problema del apoyo políticoque la reforma exige de las élites"."Dicho modelo concibe la descentrali-zación como un acto de racionalidadeconómica, de allí que se reduzca elproblema de la modernización insti-tucional a lo administrativo y, por estavía, se deseche la posibilidad de unareforma democrática.

v. Consideraciones finales.ElEstado y la sociedad colombiana

continúan inmersos en una crisisestruc-tural que expresa, de un lado, el retrasode lamodernización social y material y,de otro,el notorio déficitde modernidad.

En la actualidad, los intentos desolución a la crisis se materializan en unproceso global de modernización insti-tucional -modernización del Estado,la sociedad y el régimen político-, cu-yas estrategias fundamentales han sidola implementación del modelo econó-mico neoliberal, el desarrollo de las po-líticasde descentralización y la expedi-ción de la nueva Constitución.

Sin embargo, estas estrategias, queparten de una crítica acertada a la buro-cratización, a la centralización y a ladescontrolada expansión del gasto pú-blico, subordinan todos los elementosde la modernización institucional a lalógica de un modelo económico quetransforma este diagnóstico en una de-nuncia general a toda intervención esta-tal. Esta lógica olvida que en Colombia

15. Christian Von Haldenwang. "Hacia un concepto politológico de la descentralización del Estado enAmérica Latina". En: Miguel Eduardo Cárdenas. (Comp.). Descentraíizncíán y Estado ",,,tlemo. Bogotá, FAUSO-FESCOL, 1991. p. 233.

37

no existe una sociedad capitalista conanterioridad al desarrollo del Estado y,por tanto, relega a un segundo plano latarea que éste debe asumir para instau-rar un orden colectivo."

La integración a los mercadosmundiales debe tener como correlatoun proceso interno de articu lación queasegure una cohesión social mínima,es decir, debe crear mecanismos quehagan compatibles el capitalismo y lademocracia. En este nivel, las estrate-gias de reforma impulsadas por el

gobierno colombiano presentan unospuntos de encuentro que en sus princi-pios y dinámicas resultan contradicto-rios. Contradicción que puede aumen-tar lasdebilidades de nuestra institucio-nalidad democrática y limitar o estan-car laconstrucción de una sociedad civilfuerte, como fundamento hacia la idealconfiguración de un orden mínimo queexige,comoprerrequisito, uncrecimien-to económico con equidad social y unavance en el sentido racional y civilistade nuestras mentalidades.

Alma Matel'

16. Al respecto véase Norbert Lechner. ReflcxióII acerca del Estado democrático. Documento de trabajo.Santiago de Chile. Flacso, 1992.p. 4 ss.

38

top related