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SSN: 0556-6533Re , sta 1 spoñoladeAnt apolo»lo Americano999 n 2’) 930

La extinciónde la megafaunapleistocénicaen los AndesCentralesArgentino-Chilenos

AlejandroGARCÍAFacultad de Filoso/fa Leíros

Universidad Nacional de Cavo (Mendoza., Argentino)

RESUMEN

Sc ofa-eceunabrcve revisión dcl registro arqucológicoy palcoambientalvincula-do con cl cstudio de la extinciónde la megafaunapleistocénicaen los AndesCentra-les Argcntino-Chilenos. Sc sugierequelas evidenciasactualesno permitensostenerqueel hombre haya sidoun agenteimportante en tal proceso, y se destaca el papel delos cambios ambientalesdel Pleistoceno final.

Palabras clave: Arqueología,AndesCentralesArgentino-Chilenos.megafauna,

cxtinción. Pícistocenofinal, cambiosambientales.

ABSTRACT

A bricf revision of the a[chaeologicatanépateoenvironmentatrecordrelatedtodic cxplanationof Pleistocenemegafaunaexlinction in the AndesCentralcsArgenti-no-Chilenos is presentedhere.That availableevidencedoesn’tpermil theargumentthat man wasa major agent in that processi s suggested.as well as the role ol late-Pleistoceneenvironmcntalchangesis stressed.

Key words: Archaeology.AndesCentralesArgentino-Chilenos.megafauna,ex-tinchion, late-Pleistocene.environmentalchanges.

O

Alejandro García La extincion de lo ,negofáano pteislocr>nira en los A nc/e (ie,,r roles..

INTRODUCCIÓN

Desdelos intentosde Martin (1967; 1973; Mosimanny Martin 1975) porexplicar la desapariciónde la fauna pleistocénicaamericanadebidoa la ex-plotaciónhumana,el temaha sidorecurreníementetratado,si bien distade es-tar resuelto.Varios estudiosrecientescoincidenen la convenienciade unaex-plicaciónmultivariadaparadarcuentadel procesode extinción de numerosasespecieshaciael PleistocenoFinal (Barnosky1989;Haynes1991,Politis el aL1995). Paraalgunosautores,la explotaciónpor partedel hombredesempeñóun papelsecundarioen tal proceso,y el componenteprincipal seríanlos cam-bios ambientalesfinipleistocénicos(Borrero l984, Barnosky 1986; Grayson1991: Politis etaL 1995;Yesner 1996;veren Meltzery Mead 1985,discusiónsobrela cronología).Otros, en cambio (i.e. Stuart 1993; Varelaet aL 1993),destacanla interacciónde ambos elementoscomola causade la extinción.

En los últimos tiemposse han producidoavancesimportantesen la discu-sión del papel que los megaherbívorospleistocénicossudamericanoshabríandesempeñadoen las economiasde las sociedadestempranas, y del rol delhombre en su extinción. Sin embargo,el registro arqueológicotempranodis-ponible provienefundamentalmentede unaspocasáreas.Así, algunasregio-nes como Patagonia,Pampa y Tierra del Fuegopresentannumerososantece-dentessobreel tema(i.e. Sanguinettiy Borrero ¡977; Cardichy Miotti 1983;Borrero 1980, 1984, 1996, 1997; Mengoni 1986, 1987;Massone1984, 1987;Nami 1987; Borrero et al. 1988; Politis 1989; Prieto 1991; Nami y Menegaz1991;Miotti 1992, 1995; Martínez 1997;Mazzantiy Quintana¡997), en flan-

Co contrastecon otrasen las quese carecede referencias.El análisisglobal dealgunosaspectos,comoel gradode variabilidadlocal del procesode extincióny de explotaciónhumanade la fauna pleistocénica(Yesner 1996: 247), re-quiereinformaciónde éstasúltimas. En vistade lo anterior,y a un de contri-buir a la integraciónde la informaciónde los AndesCentralesArgentino-Chi-lenosal panoramacontinental,en estaoportunidadse realizaunarevisión delas evidenciasregistradasy se discuteel estadoactualdel temaen la región.

EL REGISTRO ARQUEOFAUNÍSTICO PLEISTOCÉNICO

La informaciónsobrela explotaciónde launapleistocénicaen los AndesCentralesArgentino-Chilenos (ca. 30-36v 5) proviene principalmentedecuatro sitios arqueológicos(Fig. 1): Quereoy Taguatagua(ubicadosen elNorte Chicoy en la regiónCentral de Chile) y Grutadel Indio y Agua de laCueva(ambosen la provincia de Mendoza,Argentina). En relación al po-

Revista Españolri dc AiritopOlc>gícc A oicticona999, 29: 9-30

It)

Alejandro Cci reía Lo extinciónde lo megofoanopleistocénic.aen los Ancles Gentrales.

blamiento tempranode la región, se cuentaademáscon datospreliminaresde la CavernaPiuquenes—Chile— (Stehberg1997),y condos hallazgosdepuntas cola de pescadoen superficieen el norte y sur de Mendoza(Sebo-binger 1971;Lagiglia com.pers3,peroestossitios no hanbrindadoregistroarqueofaunísticopleistocénico.

¡ u¡\ 1 ——Ubicaciónde los principalessitios mencionadosen el texto.

Quereo

Los intensostrabajosdesarrolladosen la Quebradade Quereo(Montanéy Bahamondes1973; Núñezel al? 1981, 1987; Núñezel al? 1994)han brin-dado un panoramageneral de las condicionesclimáticas y ambientales,de

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1 Rei’istaEspañolocíeAntropologíaAmericana999, o.> 29:930

Aírjondro García La ex> ‘ricial, cíe la tnegczfauno pleistocc<niecz en los A ,zdcx (cntrales.

los procesosgeomorfológicosqueafectarona la quebrada,y de las activida-deshumanasen la zonaduranteel PleistocenoFinal/HolocenoTemprano.

En el «Miembro 3» de estesitio se ha definido un nivel cultural deno-minado «QuereoIt», enel cual seobservaronindicios de actividadescultu-ralesen restosde caballo(Equussp.)—Núñeza al. 1994: 111—. Las evi-denciasconsistenen «huesoscon marcascortantes (...). artefactosóseosmodificadospor percusión(.3, artefactoscon pulimentos (.3, huesosfrac-turadosantesdesufosilización»,representacióndiferencialdepartesesque-letarias,bloquesde carasplanasasociadosa los huesos,autoslaminaresna-tui-ales usados»y unalascade diorita (Núñezet al? 1994: III). Se destacalaausenciade artefactoslíticos tallados (Núñez et al. 1994: líO). A partir deun tronco se obtuvo un fechadode 11.100± 150 añosre. AP (Núñez el aL1994: III). Cabedestacarque ademásse registraronrestosde mastodonte(Cuvieroniussp.), milodón (Mylodonsp. y/o Glossotheriumsp.), camélidos(Lamo sp.),carnívoros(Felidae)y cánidos(Dusvcionsp.), aunquesin prue-basde modificacionesculturales(Núñez e, al? 1987).

Los investigadoresdel sitio concluyenque «la cazade caballoentregru-pos debajadensidad,con tecnologíaspococomplejas.parececaracterizaralnivel paleoindioQuereoII».

En tanto, a un probablenivel cultural anterior(Quereo1) seasociaríalacazade caballo (Equussp.) y de un camélido (Paleolamasp.). En baseamuestrasde maderosse obtuvieronparaestenivel dos lechadosde 11.400 +

145 y 11.600±190añosre. AP (Núñezci al. 1994: 106). Entre las posiblesevidenciasculturalespropuestassecuentanunavértebrade caballocon pro-bable fracturaartificial, artefactososcos,huesoscon marcas,un cráneodecaballocon impacto naso-troittaly un clasto laminarcon muesca(Núñezetal? 1987: 170). Sin embargo.consideracionesposterioresde Núñez el al?(1994: 110) señalanque«las evidenciasculturalesson tipológicamentedé-biles, y de baja frecuencia».Asimismo, se indica que «sólo 16 evidenciasóseo-culturalespuedenserconsideradasconreserva»,yaque«tanto las evi-denciasdel tipo espiral como segmentoscon estríasfinas, también puedenserprovocadaspor causasno culturales»y «tanto las fracturascomolas huc-Has de cortefueron contrastadascon métodosexperimentalesno quedandoclara unaintervenciónhumanaexclusiva»(Núñezel al. 1994: lOS).

llbguatagua

En Ja 1agun:~ de Taguatagua(340 03’ S 710 0 W) se hanexcavadodossitios que hanbrindadoun importantereghtro póleontológicoy arqueológi-

Pc’ ri,ta LlvpañoladeA ti tropología Aníerlí ono 1 2909. n.’ 29: 9-30

A le/cozcíro (ic~r fa la e~ainc-icjn de la mego/hanapleistoc-cnicc, en los Ancles (Y nicoles..

co: 3 19 unidadesóseas(gran partecorrespondientea megafaunapleistocé-nica actualmenteextinta) y 22 artefactoslíticos (Núñez u al. 1994: 510-Sl 1). Se ha interpretadoque Taguataguafue un lugar de matanzay faena-miento. Fundamentalmentese han registradomastodontes(Síegomastodonhumboldti y C’iivieronius humnboldri; n mínimo=l5; Núñez u al. 1994:510-511;VarelacId!. 1993: 18), perotambiénsehabríancazadocaballos(Equussp.: n~ 1?) y ciervos<Antifrr niemeyeri;n=2?)—Núñezel al. 1994: 510; Va-reíaci al. ¡993: 19. Entrelas evidenciasde explotaciónhumanade estases-pecies.Núñez e/ al? (1994: 516) mencionanlas fracturasde la partesuperiorde los cráncosde mastodonte(para aniquilar los animaleso paraextraerlamasaencefálica),eí registro de fémurescon huellasde corte y percusióny

la separaciony trasladode-algunoscomponentesanatómicos(principalmen-le vértebras, costillas. cola y colmillos). Entre los artefactoslíticos se desta-can tres puntas«cola de pescado»,una de ellas fragmentada.Las dosente-rasestánc&>iileccionadasen cristal de roca y presentanlongitudesmáximasde 37 y 40 mm. También se cuentan5 cuchillos y 8 raederasunifaciales.Además <‘se registraron37 bloques-machacadores,99 esquirlasde reducciónlítica (cristal de roca domhiante), 19 lascas no retocadasy microdesecho»(Núñez el al. 1994: 512). Finalmente se destacael hallazgode «un frag-mentedistal de cabeceracilíndrica dc dardo-compuesto,elaborado en mar-ti 1 de mastodonteneonato»,que«presentatina decoraciónhurilantecirculardístal,como un denticuladoen doble ¡nuesca»(Núñezel al. 1994: 513).

Se han obtenido seis fechadosradiocarbónicosque ubican estosepiso-dios de cazaen el límite Pleistoceno-Holoceno.Tres de ellos correspondenal sitio 1aguatagua—1: II .380 ±320, II .320 ±300 y II .000± 170 añosrc.Al> (Montané IQÓSay 1968b; Núñez 1989). Los restantespertenecenaaná-

lisis realizadossobremuestrasde carbón del sitio Taguatagua—2,y brindaronresultadosde 10.120±130,9.900±100 y 9.710±9<>añosre. AP (Núñez cial. 1994: 513>.

Gruta del Indio

La Gruta del Indio, ubicadaen el Rincón del Alud (340 45 5, 680 2YW). constituyeuna importantefuentede información palcoambientaly ar-queológicatSempery Lagiglia 1968; D’Aníoni 1980. 1983; Lagiglia 1956.1968, 1979, 1994>.La grutahabríaservidode madrigueraa milodonesy me-gateriosduíante el PleistocenoFinal-HolocenoTemprano.y el hombre ha-bría incursionadotras estos animalesen algún momento entre ¡2.550 y9.500 años re. AP (Lagiglia 1979, 1994). Las evidenciasculturalesconsis-

1 3 Pc-visíaFspaoola dc’ Antropología/l,uoi, caía999 n ‘Q 930

Alejandro García Lc, extinción cíe la n,egcsfounapleistocénicc, en los Andes Centrales. -

ten enconcentracionesdecarbón interpretadascomo fogones,huesosde mi-Jodóny megaterio,algunosde los cualesestaban«partidos,quemadosy tos-tados»(Lagiglia 1979: 536) y tres instrumentoslíticos (Lagiglia 1968: 165;1979: 536). Estasevidenciasno presentabanasociaciónentresí, pero todasestabanvinculadascon unagruesacapade guanode milodóny/o megaterio.Seisanálisisradiocarbónicosrealizadossobreexcrementosde estosanima-les arrojaronresultadosentreca. 24.000y 10.000añosAP. Otrascuatroda-tacionessobremuestrasde carbónofrecieron fechasde 8.045 ±55, 9.740±280, 10.530± 140 y 10.930±540 añosre. AP. Actualmentese estánreali-zando nuevasexcavacionesy una re-evaluaciónde las evidencias de lasocupacionestempranas,a fin de precisarla relación entreel hombrey la me-gafaunapleistocénica(Lagiglia y García1997).

Agua de la Cueva

El aleroAgua dela Cueva(Fig. 2) estáubicadoen la precordilleramen-docina (320 375,690 09W, 2.900m s.n.m.). Las excavacionesen estesitiobrindaronuna secuenciade ca. 2,5 m de profundidady ca. 11.000añosdeduración(Garcíay Sacehero1989;García 1992, 1995). En las capas2b y 2c(excavaciónde 6 m2) se halló un abundanteregistro lítico (casi 1 &000 dese-chosde talla y más de 800 instrumentos)y arqueofaunístico,asociadoanu-merososfogones.Nuevefechadosradiocarbónicosubicanestosrestosapro-ximadamenteentre5.000y 11.000añosre. AP (Garcíae/al. ms.). El registroarqueofaunísticode Ja capa2b (ca. 11.000-ca. 9.000añosit. AP) secom-poneprincipalmentede Lamaguanicoe;en escasamedidase encuentranre-presentadosLama (Vicugna)vicugnay/o gracilis, Chaetophractusvellero-sus, Rheidae,Lagidium sp. y Ctenomyssp. (Neme et al. 1998). Lamo(Vicugna)vicugnay/o grocilis (sensuMenegazeta!. 1989)y Chaetophrac-tus vellerosusno aparecenen la capa2c (ca. 9.000 - 5.000añosrc. AP).aun-quesí seobservanlos restantestaxones.

En la muestrade artefactoslíticos predominanlos instrumentosvincula-dos con tareasdecortey raspado.Las principalesactividadesinferidasparael sitio son la talla de instrumentos,el faenamientoy consumode animales(especialmenteguanaco)y la manufacturade cueros(García1997).

Revis,aEspañolade AntropologíaAmericana999. ni 29: 9-30

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Afriancíro Gc~‘ci,, Pci exlinc,onde lci Inegafoanapleistor.-c~nir a c-n lc,s Anc/exCentrales.- -

1’ RA 2—Visíadel A Itt-o Agua de la Cacica.

EL AMBIENTE HACIA LA TRANSICIÓN PLEISTOCENO-HOLOCENO

U-amayorpartede la informacióndisponibleparala reconsiruccionam-biental del Pleistocenofinal-Holocenotempranoen la regiónprovienede lossitios ya mencionados.

Con respectoal entornode Quereo,Núñezet al? (1987, 1994) conside-ran que hacia21.500añosre. AP el clima habríasido frío y húmedo,con ten-dencia a un aumentode temperaturay dismínucion de la humedadhacia1100<)añosre. AP. Entreca. 11.100y 9.370añosre. AP las condicionessehabríantornado más cálidasy secasque las actuales,originandoel deseca-miento progresivode los ambientesfluviales del curso inferior de la que-bradadc Quereoy la generaciónde la superficiede erosiónque separalosN4iembros3 y 4 del sitio (Núñezet aL 1994: 104). Al tiempo, la abundanciade Chc’nopocliacec¿c-y Amaronthac-eaese interpretacomo indicador tic tem—peratuiasen aumentoya antesde 11.00<) añosre. AP (Villagrán y Varela1990: 205).Esta tendenciaseagudizóhacia9.370añosre. AP, momentoen

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1 5 Rc-,-islcí lCspaíiolc¡ cl,’ Anr ,r’pcrlog ic¿ A ‘nc nr O,W

1990. ni 29: 9-3t)

Alejandro García Lo extinciónde la meg’aftianapleislocénicaen los Andes(cnt roles...

el cual sehabríaproducidoun «reajusteclimático sustancial»,representadopor unadisminuciónimportantede los taxapalustresy acuáticosy de la di-versidaddel matorralseinidesértico(Núñezet aL 1994: 115). Parael Holo-cenotempranose sugiereun aumentogeneraldelas precipitaciones,si bienhaciael final de la depositacióndel Miembro 4 se infieren condicionesdeclima cálido y seco(Núñezet al. 1994: 105).

En la lagunade Taguatagualos estudiospolínicos (Heusser1983, 1990)adviertenprofundoscambioshacia 14.500añosre. AP, intensificadosdesdeca. 11.400añosre. AP (Heusser1983:219).La presenciadealtosvaloresdeNothofagus-Compositae-Gramineaey Podocarpushaciaca. 14.500añosre.AP implica mayorhumedad,menorevaporacióny menor temperaturaqueen el presente.En contraste,a partir de entoncesse observaun aumentodeChenopodiaceaey Amaranthaceae,reflejo de condicionescálidasy secas(Heusser1983: 218).

En relaciónal áreade la Grutadel Indio, los principalescambiospaleo-ambientaleshabríanocurridoentre12.000y 10.000añosre. AP (D’Antoni1983; Markgraf 1983, 1989). En eseperíodose habríaproducidoun incre-mento de los taxa desérticosdel Monte y de plantasanualesde verano yChenopodiaceae,con lluvias de verano y temperaturasmediasanualesde15%C.Estavegetaciónreemplazóa la estepade tipo patagónicocon lluviasinvernalesy temperaturasanualesinferioresa9%C. Del incrementodetaxade ambientessalinos(quenopodiáceas)se infiere no sólo el cambiodeesta-ción de las precipitacionessino tambiénel descensode las mismas(Mark-graf 1983).

Hacia 8.500 añosre. AP se habríaproducidoun aumentode la vegeta-ción de montedesértico.El incrementodetaxade modode crecimientoge-ófito (por ej. Zinnia y Borreria), quesobrevivensub-superficialmentea pe-riodos ambientalesadversos(en verano o en Invierno), indicaría undecrecimientoaun mayorde las precipitaciones.Por lo tanto,el componen-te de plantasdependientesde las lluvias de veranodebió haberdisminuidonotablemente.Estascondicionesse extendieronhasta5.000 años re. AP,cuandosepresentanaltos valorespolínicosde Prosopisy Cercidium, indi-candoun incrementolocal delas precipitacionesenla zonacabeceradel RíoAtuel.

En el áreaprecordilleranadel nortede Mendozael sitio de referenciaesel aleroAgua dela Cueva.Los resultadosdelos análisispolínicosde mues-trasde la Unidad 2 (ca. 14.000-ca. 5.000añosre. AP) indican queentreca.11.000y 9.000 añosre. AP existíanen la precordillerade Mendozacondi-cionesmás frías y probablementemáshúmedasque las que predominarondespuésdeesemomento(Zárateetal. 1997;Garcíaa al? ms).Duranteaquel

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A lejc~ncIro Gc~rcíc, Lo extinc.-icin de lo mega/hunopleistc>cénño en los Andes (entrale,s- -

intervalopredominóunaestepaarbustivade afinidadandino-patagónicaquerefleja condicionesfrías y probablementemás húmedas.Entre los 9.000 y5.000añosre. AP seevidencia un marcadoincrementode los taxaarbusti-vos del Monte,que sugiereun aumentode la temperaturay aridez.

La informaciónpaleoambientaldelos AndesCentralesArgentino-Chile-nos, incluidos los estudiosde glaciaresen los vallesde Aconcaguay del ríoMendoza(Caviedesy Paskoff1975; Espiztia1993). en coincidenciacon losregistrospolínicos de Américadel Sur (Markgraf 1989) indica una tenden-cia haciacondicionescálidasy secasy profundoscambiosambientaleslue-go del último máximo glacial. El reflejo principal de estastransformacionesclimáticasestáconsituidopor profundoscambiosen la vegetación(l-leusser1983; Villagrán y Varela 1990), las cualesdebieronafectarsensiblementelacomposición,distribución y supervivenciade los elencosfaunisticos fmi-pleistocénicus(Núñez et al. 1994). Estas condicioneshabríancomenzadohacia 14.000 años rc. AP (Lowell et al? 1995; Garcíaet al? ms; Heusser1983) y se habríanintensificadodesdeca. 10.000añosre. AP, luego de unprobableperiodo Frío ubicable en algún momentoentre 12.000 y 10.000anosre. AP.

DIVERSIDAD AMBIENTAL, ECONOMÍA FLEXIBLEY COMPOSICION DE LA DIETA

La diversidadambientalen espaciosrelativamentereducidoses unaca-racterísticasalientede los AndesCentralesArgentino—Chilenos.Efectiva-mente,el OcéanoPacificoy la Cordillerade losAndesseencuentrana muycortadistancia,y numerososríos y quebradastransversalessirvende vincu-lo rápido paratrasladosde uno a otro ambiente.Lo mismo ocurre en la ver-tiente oriental: en algunos sectores,el recorridoentrepaisajestan diversoscomo la llanura,el piedemonteprecordilleranooriental, la precordillera,losvalles longitudinalesintermontanosy la cordillera (conalturasentrelos 500y los 4.00(1m s.n.m.)podíasercubiertoprobablementeen sólo doso tresdí-as (Fig. 3). Por lo tanto, la facilidad de accesoadistintosambientescon re-cursosesencialmentediferentesdebiójugar un papelprimordial en la selec-ción de decisiones relacionadascon el patrón de asentamientoy laexplotaciónde recursos.Consecuentemente,haciael PleistocenoFinal esta-ban dadaslas condicionesparael desarrollode unaeconomíaflexible,adap-tadaa la variadaolerta de alimentosde los distintosambientesy capazdeintegrar de diversasformas, en un cicío anual y en relación a la ocupaciónde cadacomponentedel sistemade asentamiento-subsistencia,la explota-

1 7 Re loa Lspc¡ñolc~ cte Ati rropo/c’gíc A999. ni 29:9 3t)

Alejandro García Pc, e.vtincicndc- la ,negafoana¡~leistocloica en Ii,.c A nc/cA( •¿-n í,,/, y - -

ción de recursosmarinos,fluviales y lacustres,megaherbívorospleistocéni-cos, fauna modernay recursosvegetales.

Fícupg3.—Principales-regionesgeornorfólcigicasde la vertienteocien/al(A rgentincí) de los A¿¡cíes CentralesArgentino— Chilenos

La ideade flexibilidad implica, en estecaso,el manejode solucionesal-ternativaspara hacerfrente a circunstanciasrelativamentedesfavorablesyparaimpedir situacionescríticas. El conocimientoy posibilidad de aprove-chamientode numerososrecursosalimenticios,la experimentacióncon otrosnuevos—aunquesuconsumono fueranecesario—y la constataciónde losrecursosde diversosambientesantesde realizartrasladosde campamentos.son algunosde los variadosmecanismosquepudieronponerseen prácticaafin de disminuir el riesgo.La flexibilidad implica también la capacidaddedependereventualmentede un determinadorecursodurantela ocupacióndeun sitio, y de unaextensavariedaden el campamentosiguiente.

Revisía Espoacila de Aníro~olcg[ci A n,eric-anc,1999. n. 29: 9-30

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Ale/ancíro (ja rí di id cxlincido de la ‘negafáanc,ple¡?~tocénira en los A,,cies ci¿-,,¡,cíles.- -

En algunos sitios (como Agua de la Cueva),los recursosanimalesex-plotadosy el gradode aportede las especiesvegetalespudieronhaberde-pendidomásde la estructuraderecursosquede decisioneseconómicasvin-culadascon preferenciasalimenticias o rendimiento’. Otros sitios (comoTaguatagtía)probablementeofrecíanmayoresposibilidadesde selecciónderecursos.Lamentablementeno se handescubiertoevidenciasde explotaciónde vegetales,cuyaausenciapodríaexplicarsepor la ubicacióny funcionali-daddc los sitios estudiadosy por las condicionesde preservacióndel regis-tro arqucobotánico.Porotra partesedestacala bajadiversidadde megama-míferosexplotadosen cadasitio. En Aguadela Cueva,en concordanciaconla coberturavegetal existentedesdeca. 11.000añosre. AP (Zárateel al.1997) —la cual difícilmente habríapodidosustentara poblacionesde mega-herbívorosque no fueranlas de camélidos—el registroarqueofaunfsticodelsitio refleja unaconductaorientadaa la dependenciacasi exclusivadel úni-co recurs(>de cazamayor. En tanto. Quereoy Taguatagua,sitios con unagamamás amplia de megamamíferos,ofrecen indicios quepodríanreflejaruna preferenciapor la explotaciónde caballoamericanoy mastodonte,res-pectivamente(Núñez el al. 1994, Núñez<u al. 1994). Es importanteresaltarque las observacionesrealizadasen estossitios de ningunamanerapuedenextendersea un nivel regional y sólo sirven como indicadoreslocalesdelfuncionamientode cadauno (o quizásde explotaciónde cadamicroambien-te>, y. obviamente,ningunade las situacionesanalizadases representativadela totalidad del sistema.Porejemplo, la fuertedependenciadel guanacoob-servadaen Agua de la Cuevaprobablementeocurrió sólo durantela ocupa-ción estacionalde los sectoresmás altosde la precordilíera(2.000—3.500ms.n.m.). mientras que los sitios precordilleranosmás bajos (1 .000-2.(>00rns.n.m.) y cercanosa otr(> tipo de ambientes(valles longitudinalesintermon—tanos. llanura oriental, etc.) habríanampliadosensiblementelas posibilida-des de diversificar la dieta (García1997).

Es cierto que en los sitios mencionadosno se han obtenido evidenciasdietariasque permitaninferir la explotaciónde otros ambientes;no obstan-te, la presenciade rocas no localescii el conjuntode desechose instrumen-tos líticos de Aguade la Cueva—fundamentalmenteel basalto—sugierelavinculación de estesitio con otros microambienteslocalizadosen sectoresmás bajosde la precordillera(1.000-1.500m s.n.m.)y del piedemonteorien-tal, en los que seesperaríaunamayorbiodiversidad(García1997).Asímís-

¡ Por ojcmp>o. el entornocíe Agua cíe la Cuevaprobablc¡ncnteno brindabarecursosve-getalesconsumibles.

1 9 Revisía Españoladc: AntropologíaAmeroana1999, ni 2U:9-30

A lejondrc García Lo ex¡incic5,,cíe la mnegafoanapleistoc-énic-c,en lo.~ Ancles(en,,y,les. -

mo, la obtenciónde recursosde ambientesdiversosy alejadosentresi porparte de grupos holocénicostempranosestá evidenciadaen la Gruta delManzano~36o 06’ S y 690 52’ W— por la apariciónde unacuentade co-llar realizadaen valva de moluscoy de un fragmentode astil de cañacoli-glie (Gambier 1985: 131); estoselementos(ajenosal áreade hallazgo)pu-dieron obtenersepor intercambio, pero también cabe la posibilidad delaccesodirecto, lo que implicaría que el áreade movilidad de estosgrupostempranospodíaabarcarextensosterritorios, situadosprobablementea am-bosladosdela cordillera.

LA EXTINCIÓN DE LA MECAFAUNA

La vinculación entrela desapariciónde especiespleistocénicasy la ex-pansiónhumanainicial en Américaestádadaprincipalmentepor la sugesti-va contemporaneidadde ambosprocesos.Haciael PleistocenoFinal, sin em-bargo, éstosno estabanen igual estadode desarrollo:el priínero, de largoplazo (Politis et al? 1995; Borrero 1996: 349), probablementeestabaculmi-nando,mientrasel segundoreciéncomenzaba.Ademásexistíanotrosproce-sosenavance,fundamentalmentelos profundoscambiosambientalesregis-tradosdesdeel último máximo glacial (Núñez et al? 1987; Markgraf 1983)y la colonización de los nuevospaisajespor partede herbívoroscon venta-jas adaptativasa las nuevascondiciones,como el guanaco.Borrero (1997:94) sostieneque la variableclimática (señaladatambiéncomo faclor princi-pal de la extinción de los mastodontespor Ficarelli e/aL 1997)podríaserunmecanismoglobal causantede la extinción, aunquelos procesosy su dura-ción habríansido diferentesen cadaregión. De acuerdocon estemodelo,po-dría presentarseunavariación significativa en la cronologíade la desapari-ción de la megafaunay en el papeldel hombreen cadaproceso«regional»(Borrero 1997: 95-95).Dillehay e/aL (1992: 156) mencionanalgunasde ta-les alternativa&Una de esassituacionesregionaleses la pampeana,en rela-ción a la cual Politis et al? (1995) concluyenque la actividad humanade-sempeñóun rol selectivo, ya que habría sido secundariaen el casode lafauna sudamericananativa,perosignificativa parala extinción de dos fami-lias inmigrantes:los mastodontesy los caballos(Politis ci al. 1995:200).

¿Constituyela de los AndesCentralesArgentino-Chilenosotrade las si-tuacionesinclusivasen el modelo de explicaciónglobal con diferenciasre-gionales?Así parecenindicar las opiniones,en granmedidacoincidentes,delos pocosautoreslocalesque han tratadoel tema.Lagiglia (ms.) ha asigna-do al hombrc tempranoun rol decisivoen el procesode extinción de los me-

RevistaEs1,añolade AntropologíaAmeric.c,na 20

1999, o.’ 29: 9-30

A /, ¡<¡¡<dio (;a,-<:ht La axila <¡ha cíe la niego/2sa<¡c¡pleistocén¡cci e,, los Anc/e.~ (Yo/ra¡es - -

gaherbivorospleistocénicos.Igualmente,si bien Núñezy suscolaboradoresconsideraronen principio que la extinción respondióprincipalmentea lossensiblescaníbiosambientalesdel PleistocenoFinal (Núñezel aL 1987). entrabajosposterioresdestacaronla incidenciade la actividadhumana(Núñezeta!. 1994: 517; Varelaeta!. 1993: 19), y los grupostempranosfueron con-sideradosconio «cazadoresespecializadosen la sobreexplotaciónde mícro-hábitatso ecorrefugios»de faunaextinta (Núñeze/aL 1994: 115).

Sin embargo,la arqueologíade la regiónofrece un conjuntode indiciosque contribuyea desestimarla influencia de la explotaciónhumanay dirigela atenciónhaciala relaciónentreaquellafaunay la modificaciónde los am-bientesfinipleistocénicos.En primer lugaí; cabeseñalarque no existencla-ras evidenciasde caza masivao continuade megaherbívorosactualmenteextintosen la región (Núñez el aL 1994: 516). Esta situaciónpuedeobser-varse tanto en Gruta del Indio como en Quereo.Aun parael númerorelati-vamenteelevadode mastodontesdeTaguatagua,existiríanexplicacionesal-ternativasa la caza masiva (i.e. episodiosde caza sucesivosy probablecarroñeode algunosejemplares).En realidad,las observacionesde Núñez ystí s colaboradores(1987, 1994) no se han orientadoal análisis(le las distin-tas alternat¡vas (le formación del registro, sino fundamentalmenteal diseñode un patrón (le C xplotacion de megafaunapara paisajeslacustres(le ChileCentral.En basea Quereoy Taguataguase ha propuestoque oasisorigina-dos por un procesode desertizacióncrecienteen Chile Central,y congrega-dores(le poblacioneshumanasy mii niales, h abríansido ( h ac¡a 1 0.300añosre - i\ 1’) escenario,de «unocxlralcgic¡ de<-usa orienlacla it ¡negaína¿níft’ros so-metidosu sIn-ssambienlab-(Núñez ci al. 1994: 5 16 Y Adeniásseha atribuí—do a estascaceríasun carácteroportunístico)(Núñez el uíL 1994: 5 16—5 1 7):esesperablequeen el Itíturo puedanprecisarsealgunos(latos quecontribui—ri ami a confi rnutr es¡a propuesta,como la cantidad de episodiosde caza o—voluciados,el númerode aninialescazadosen cadasituación,y la relaciónentreel sitio y el si steínuide asentamientoal que pertenecía.

En segundotérmino,y como ya ocunieraen sitios (le otrasregiones(porejemplo en Tainía-Taima——Cebseniusy (3ruhn 1979—), se observaque lavariedadde especiesextinguidasregistradasen Gruta del Indio. QuereoyTaguataguaes sensiblementemayorque el númerode especiesexplotadas(ver Cuadro 1). lo queimplica la acción(le procesosque trasciendenla acti-vidad humana. Las únicasespeciesque indudablementehabríansido caza-das por el hombresonel mastodonte(Taguatagua)y el caballo(Quereo).entanto restaaportarevidenciasconcluyentessobre la cazade paleolamaenQuereo.dc milodón y megaterioen Grutadel Indio y de caballosy ciervosen lagualaaua(Núñez et aL 1987, Núñeze/aL 1994; Lagiglia 1979). y de-

21 Revisto Españolacje ¡X í,írc~<¡logiii A,nc-ri¡ ant,19<)9. ni 29: 9—3t>

la extinciónde lct <negafoanapleistocénic.c¡en lo~- AndesC.c-nt¿-<iles. - -

finir si Lama(Vicugna)correspondecilis (Nemee/aL 1998).

a vicugna—vicuña—o al extintogra-

Tagua-

Tagua

Quereo Grutade]

Indio

Aguade

laCueva

Equus sp.

Mylodon sp.

Megaiheríun’ sp.

Paleolama sp.

Lamo (flc.) gracilis

II

Seegomastodon sp.

Cuvieronius sp.

Glossotherium sp.

Anqíer Niemeyeri

CUADRo 1 —Megaherbívorosactualmenteextintosregistradosen sinosarqueológicosde la región (cazados áreasoscuras;cazaprobableo sugerida =

rayado;presencia= cireasgrises).

En tercerlugar, la cazarelativamenteintensivade Lumaguanicoeen lazona montañosade Mendoza no implicó la desapariciónde estaespecie.Probablementecontribuyerona su supervivenciaunaalta demografíadees-tos camélidosen losdistintosambientesdel nortede Mendoza,sumayornú-meroen relación aotrasespeciesde megaherbivorosy su mejor adaptacióna los cambiosecológicosdel PleistocenoFinal. El mismo argumentoha si-do esgrimidoya por Olsenen relación a la cazadel bisonteen AméricadelNorte paradiscutir el gradodeparticipacióndel hombreen el procesodeex-tinción de la megafauna(Olsen 1990: 109).

Además,segúnel registro de Agua dela Cueva,hastaca. 9.000 añosrc.AP la vicuñapodríahaberhabitadopor lo menoshastalos 33%S. Seobser-varíaentoncesuna importanteretraccióndel territorio ocupadopor estaes-

Alejandro García

RevistaEspañolade AntropologíaAmericana 221999,ni 29: 9-30

La extinción cte Icí inegalauno pícistocénii-a e,’ los Anc/es (col,c’lcs. -

peciedesdeel PleistocenoFinal, ya queel límite australactual dela vicuñase encuentraentre28% 12’ y 29% 35’ Sur, en la reservade San Guillermo(SanJuan). La escasa,y probablementecircunstancial,explotaciónde vicu-ña en Agua de la Cueva, indicaría que el poblamientohumano)no influyósustancialmenteen la modificación de los espaciosocupadospor estaespe-cie. y queaquellavariacióndebió responderfundamentalmentea otros agen-tes. como la competenciacon Lcima guc¡nic-oe y/o desventajasadaptativas¡rente a los cambiosaníbientalesocurridosen torno a la transiciónPlei sto—ceno—Holoceno.

Finalmente,se han constatadoalgunoscasosen los que el abandonodehábitatsanteriormenteocupadospor algunasespeciespleistocénicasactual-menteextintasse produjo antesde la llegadadel hombre.En la Gruta 1 deLos Morrillos 2 se hallaronhuesos,estiércoly un cascocompleto)con frag-tueRtosde piel y pelos de caballoamericano(Gambier 1985: 19, 23), y unavértebrade milodón (Gambier1985: 103). En la Gruta2 de Los Morrillos serecuperaronun cráneo)y restosde dientesy estiércolde megaterio;el estiér-col fue datado(A 2930) en 27530±1.800añosre. AP (Gambier1985: 26-27>. En el estratomásprofundodela GrutaEl Manzano—36<0W 8.69< ST

cc¡. 2.000 m s.n.ní.—. por debajode un nivel de ocupaciónhumanare-montableal HolocenoTemprano,schallaron huesosy dientesde megaterio,sin asocíacioncon resto)sculturales(Gambier 1985: 1 24). Las evidenciasre—cuperadasen alturascercanasa los 3.000km s.n.m. en el sur de San Juansu-gíerenque,co>n condicionesambientales,distintas(¿máshúmedasy frías?) alas de los últimos 1 2.000añosrc. (Núñe-¡el aL 1987;Garcíaci al. ms.). vas-tos sectowesniontaño)sosde lo)s Andes CentralesArgentino—Chilenospudie-ron ser habitadospor especiesactualmenteextintas,como caballo america-no>. fliegaterio x’ níilodon.

CONCLUSIONES

La configuracióndel espacioregionalsugierequelos sistemasde asen-tamiento-subsistenciafinipleistocénicosdebieronrelacionarseestrechamen-te con la explo)taci~nde ambientesdiversos,lo cual relativizael papelde lamegafaunapleistocénicaactualmenteextinta en la dietadel honíbretenipra-no, aunqueen realidadésteno puedeser evaluadoa partir de las evidenciasactuales.A ello se sumala circunstanciadeque.dadala disminucióndenio-

las tirol as <fe Lis Morrillos sc encuentrana 3 143 5 y 69<42’ W.

23 Rc-íásicí lis~íañolcícíe AíurcípoíogicíAníeri, ana1 999. n<29: 9—30

Alejandro García La extincióndc- Icí megcsfhana¡,leistcicénic:c¡en bis Anc/es (eií,ra lis. - -

gráficade variasespeciespleistocénicasduranteel poblamientotempranodela región,sunivel de contribucióna la subsistenciahumanapudo variar sen-siblementeen tiempo y espacio,aun en escalastemporalesmuy cortas(delordende decenaso centenasde años).

La acción humanasólo puedeconsiderarsedecisivasi condujo) a la de-saparicióndeespeciesquedeotra manerahubieransobrevivido.Aunqueal-gunosautoresconsideranqueel hombrejugó un papel importanteen la ex-tinción de megaherbívorospleistocénicos(Lagiglia ms.; Varelael aL 1993;Núñez<u al. 1994),hastael momentoel registro arqueológicoregional, aligual que el de áreascercanas(Dillehay 1984; Ficarelli <u aL 1997) no habrindadosustentoa estaposición. En cambio, los marcadoscambios am-bientaleshaciael límite Pleistoceno-Holoceno,la ausenciade indicios de laimportanciade la megafaunaen la dieta del hombretemprano,el abandonode algunoshábitatspor partede aquéllasantesde la llegadadel hombre, larelación de éstecon sólo algunasde las especiesdesaparecidas,la Calta deevidenciasde explotaciónmasivay la restricciónespacialde especiesmo-dernasque habríanocupadoun papel secundarioen la dieta,contribuyenadesestimarla participacióndel hombreen la extinción de la megafaunare-gional, a la vezquerealzanel protagonismode los cambiosambientalesfi-nipleistocénicos.

Agradecimientos

Al Dr Carlos Borghi, por suscomentariosa una versiónanteriordel tra-bajo.

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