la autoestima en los niños

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La autoestima en los niños; concepto, causas de baja y alta autoestima, cómo evaluarla, consejos para aumentar la autoestima en los niños.

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La autoestima en los niños

- 1 -Qué es la autoestima

La autoestima es la valoración o agrado que se tiene de uno mismo.

Está basada en el autoconcepto, lo que pensamos de nosotros mismos, cómo nos vemos en lo referido a nuestro modo de ser (simpáticos, alegres, callados, felices…), imagen personal (altos, bajos, guapos, flacos…) y cómo creemos que nos ven los demás.

La autoestima se fundamenta en las tres siguientes convicciones:

•Soy digno de que me amen. Importo y tengo valor porque existo.•Soy valioso. Sé que tengo algo que ofrecer a los demás. •Puedo manejarme a mí mismo y manejar lo que me rodea, con eficiencia.

• Las personas con baja autoestima se sienten a disgusto consigo mismas. Se evitan las situaciones en las que hay que poner en juego las capacidades; lo que hace que se reduzcan las oportunidades.

• La falsa autoestima conduce al engreimiento, la presunción, la agresividad y el malestar. Briggs (1970) define la autoestima como “un silencioso respeto por uno mismo”, el engreimiento no es más que una delgada capa que cubre

• Las personas con buena autoestima se sienten bien consigo mismas.

• La sana autoestima, es el reconocimiento de lo positivo que tenemos en nosotros mismos y el reconocimiento de aquellas cosas “menos positivas” que también tenemos, lo que tenemos que cambiar para mejora y aumentar nuestra autoestima.

• Es una sensación de satisfacción personal, un agradable sentimiento de tranquilidad y equilibrio psicológico.

Importancia de la autoestima:

•Es fundamental para la salud mental y física de las personas.•La mejor vacuna contra los problemas de ansiedad y depresión. (Una de las mejores “defensas” orgánicas)•Influye en el estilo cognitivo ( optimista-pesimista, Seligman)•Influye en el rendimiento escolar. (autoconcepto académico).•Es importante para las habilidades sociales.

- 2 -Etiología de la autoestima

• 2.1.- La autoestima se aprende.

• No se hereda, no es innata. El hijo “copia” el modelo paterno. El niño forma su Autoconcepto mirándose en el espejo que suponen los otros. No son importantes las palabras que se le dicen al niño, que pueden quedarse en una mera adulación, sino los sentimientos que se le transmiten y la seguridad que le irá transmitiendo al niño el saber que puede solucionar de manera satisfactoria los problemas que la vida le va presentando y que se puede aprender del fracaso.

• La autoestima es cambiante. Puede verse afectada por los acontecimientos que rodean al niño o por cómo los percibe. Aunque, A los 5 años el niño ya ha fraguado su autoimagen. Una vez fraguada, la necesidad de coherencia interna le obliga a protegerla.

2.2.- Importancia de la familia en el desarrollo de la autoestima

•Aprenden por modelos, observación, vivencia (ósmosis)•Los padres transmiten a los hijos el estado emocional que les caracteriza. (también el estilo cognitivo. Seligman)•Si los padres no se autorrefuerzan, difícilmente podrán enseñar a los hijos a hacerlo.•El estilo educativo: el autoritarismo o la excesiva permisión son nefastos; una actitud tolerante y flexible, aunque firme, es lo correcto.•Hacerles partícipes, desarrolla el vínculo, y por ende la autoestima. Sentir el grupo como propio. Compartir. Hacerles sentir especiales. Desarrollar en ellos la responsabilidad.•Transmitirles valores, ideas y creencias que les dirijan.•Ordenarles el espacio y tiempo para que se haga fuente de éxitos. Orden limpieza, horarios, claridad en la comunicación…•La coordinación con el colegio es fundamental (Y valoración, ¿Qué pensaríamos de alguien que sistemáticamente minusvalorara nuestro trabajo?)

2.3.- La autoestima en la escuela

•Existe una estrecha relación entre la autoestima y la capacidad para aprender. Se muestran reacios a asumir retos, a comunicarse, rechaza actuar por temor a una evaluación negativa (círculo vicioso).•La falta de autoestima produce ansiedad social, sumisión, búsqueda constante de la aprobación de los demás.•Encuentran muchas dificultades para tener amigos estables.

- 3 -Situaciones que sugieren una baja

autoestima en los niños

3.1. Ámbito personal:•Poca personalidad o estilo propio. Repiten las ideas, frases, acciones, situaciones… de otros.•Escasa imaginación y creatividad; poca iniciativa, difíciles de motivar.•Miedo al cambio. La persona que se aferra a una identidad negativa no hace sino protegerse contra grandes cambios. El cambio es algo que toda persona con baja autoestima ve con alarma y desconfianza.•Muy autocríticos consigo mismos. Frecuentemente se desvaloran, autodesaprueban o recriminan. •Exigentes y críticos con los demás.•Caen en el desánimo con facilidad.

3.2. Ámbito cognitivo:•Rigidez de pensamiento. Se muestran tercos, con gana de salirse siempre con la suya; intentando imponer gustos y pareceres, desvalorando los de los demás.•Sus pensamientos son devaluativos. Se sienten poco valiosos. Inseguridad.•Suelen ser poco creativos y originales.•Echan la culpa a los demás. Creen que les tienen manía…•Errores típicos en su estilo cognitivo: generalización negativa (Todo me sale mal, me pasa en todos sitios, con todo lo que hago, en todo tiempo…), pensamiento catastrofista (o todo o nada), uso frecuente de los “debería”, de etiquetas, pensamientos emocionales, “adivinación” de lo negativo. Autocrítica negativa. Se autoinculpan de todo lo malo que les ocurre.•Se evalúan en todo momento; analizan continuamente cada gesto, acto o pensamiento que realizan. Son muy sensibles a las críticas.

3.3. Ámbito emocional:•Miedo a lo nuevo o desconocido, a investigar o cambiar. Rutinario. •Frecuentemente se muestras aburridos y lo manifiestan abiertamente.•No saben lidiar con el fracaso o la frustración; en general, se muestran faltos de control emocional.•Intentan ocultar sus sentimientos.•Se sienten infelices, tristes, disgustados y frustrados.•Su actitud suele ser a la defensiva.•Se sienten inseguros y poco valiosos.•Si pierden, se enfadan. Cuando obtienen una victoria, la satisfacción que experimentan es tan intensa que muestran reacciones exageradas.•No son espontáneos, no ríen abiertamente, se muestran tímidos y retraídos.

3.4. Ámbito conductual:•No suelen tener unos objetivos claros, no saben bien lo que quieren. •Son desordenados, desorganizados, desaliñados, no acaban lo que empiezan.•Tendencia a hablar mal de sí mismos.•Evitan las situaciones que pueden producir ansiedad o miedo. Tienden a aislarse a no actuar; Tienen miedo a hablar en público, y un gran sentido del ridículo. Poco emprendedores.•Actúan siempre bajo un fuerte componente de ansiedad, lo que les impide estar concentrados en la tarea; Piensan más en las consecuencias que en las acciones necesarias para llevar a cabo la tarea. •Pierden mucho tiempo chequeando si lo que hicieron está bien o mal (Checking). Por lo que suele tardar más tiempo en realizar sus tareas académicas.•Se dejan influir por los demás. A veces se muestran excesivamente serviles y exigentes de un cariño “sofocante” (“o soy como debo ser o no valgo nada”). Necesitan la aprobación constante de los demás.•Repentinamente, “de pronto”, estallan, presentando conductas desafiantes y agresivas, una respuesta enmascarada de frustración, tensión y tristeza acumulada.•Se muestran como personas tímidas, inseguras, dependientes, deprimidas, desconfiadas, temerosas, complacientes (serviles), inhibidas y poco comunicativas.•Actitud de perdedores.

3. 5. Ámbito social y de ocio

•Poca participación en actividades grupales, suelen pasar mucho tiempo realizando actividades individuales.•Poca participación en las tareas domésticas, escolares, extraescolares, de ocio… En general, eluden actuar; temen ser evaluados.•Hablan poco sobre lo que les acontece, desconexión entre sus diferentes ambientes.•No son buenos en deportes o juegos sociales.•Dificultades para crear, mantener o profundizar en la amistad o relaciones sociales.•Carencia de habilidades sociales : sonreír y saludar, preguntar, responder (preguntas y respuestas abiertas o cerradas), escuchar, contar historias, agradecer, aceptar sugerencias, participar, compartir, saber perder, realizar y aceptar cumplidos, pedir y recibir favores… Ver anexo en el que se detallan las 50 habilidades básicas de Goldstein.

3.6. Ámbito moral:•Generalmente, no saben distinguir entre lo bueno o lo malo; sobre lo que les conviene o no.

- 4 -Características de los niños

con buena autoestima

4.1. PENSAMIENTOS•Sus pensamientos son positivos•Toleran bien la frustración y el desengaño•Son conscientes de sus aptitudes y limitaciones.

4.2. SENTIMIENTOS•Sienten un gran orgullo personal•Se sienten capaces de influir sobre las otras personas.•Se sienten queridos, respetados y valiosos.

4.3. CONDUCTAS•Son asertivos•Creativos.•Se centran en la acción, en el aquí y el ahora.•Actúan con independencia•Afrontan los nuevos retos

- 5 -Origen de los problemas de

autoestima

• Espejos negativos. No importa quién es uno, sino quién cree uno que es. Ningún niño puede “verse” a sí mismo de forma directa, sólo lo hace en el reflejo de sí mismo que le devuelven los demás. Devaluación del niño a través de la recepción de mensajes negativos acerca de sí mismo por parte de las personas significativas en su vida: padres, familiares, profesores… Criticarlo por lo que es, no por lo que hace. Generalizar lo negativo.

• Falta de habilidades específicas.

• Problemas e impedimentos físicos o psíquicos reales. Los familiares o personas del entorno cercano al niño pueden focalizar su atención e interacción entre ellos y el niño en base al déficit o impedimento, con lo que consiguen que el niño se focalice también en el problema. Cualquier incapacidad resulta mucho menos vital que las reacciones que dicha incapacidad suscita en quienes rodean al niño.

• Problemas para aceptar las diferencias de los demás, esto puede ser un índice de baja autoestima es baja. Se siente amenazado por las diferencias.

• Sobreexigencia. Medio altamente demandante. Expectativas muy altas. La baja autoestima se encuentra ligada a las autoexigencias imposibles. “Los niños que se atrasan en los estudios proceden, en su mayor parte, de hogares en que existe presión constante para el logro de más y mejores realizaciones. Los padres que nunca dejan de acicatear a sus hijos no hacen más que comunicarles indirectamente la poca fe que tienen en ellos”. (ÇBriggs, 1970). Es frecuente definir la autoestima como el cociente de dividir las expectativas entre la realidad.

• Sobretolerancia. Algunos de los niños más infelices provienen de familias sobretolerantes. Es vital que los padres impongan normas y límites y eduquen al niño desde un principio para resolver de manera eficaz la frustración y el fracaso (resiliencia).

• Sobreprotección. Es un problema de los padres que termina por afectar al niño. Al no permitirle enfrentarse a los retos cotidianos, se le transmite la idea de incapacidad, falta de seguridad y confianza. La sobreprotección. La sobreprotección equivale más a decir “eres incompetente” que a decir “eres digno de amor”.

• Incompatibilidad entre los valores transmitidos y los de su medio.

• Estilo de pensamiento inadecuado. Errores típicos: inferencia arbitraria, abstracción selectiva, magnificación de lo negativo, minimizar lo positivo, personalización de lo negativo, pensamiento rígido y dicotómico.

• Los medios materiales suelen servir como substitutos del amor. Es más fácil dar cosas del exterior que de uno mismo. (ej., tiempo en cantidad y de calidad). Dedicarle “atención concentrada”, estar presentes cuando se está con ellos. Un niño definió a los abuelos como “personas que tienen tiempo para los niños”.

- 6 -Cómo aumentar la autoestima

de los niños

• Procurarles unos buenos modelos de ser y de actuación. Honestidad. El ingrediente más importante de toda relación positiva es la honestidad. El progenitor aparentemente “perfecto” es, casi siempre, un progenitor enmascarado. Hay que ser fuerte para mantenerse abierto. Una idea falsa muy extendida es que debemos aparentar ser dioses ante los niños para hacernos valer o respetar. También los padres pueden permitirse la imperfección.

• Autoaceptación. Autoaceptarse no es lo mismo que gustarse, ni menos aún que desinteresarse por el propio desarrollo personal. Convenzámonos: un pez debe ser un pez, un magnífico pez, pero no tiene por qué ser un pájaro (Bonet, 1997).

• Enseñarles a reconocer sus emociones y a lidiar con ellas de una forma eficaz y positiva.

• La persona con alta autoestima no tiene por qué negar lo que siente. Nos negamos a dejar que los niños sean dueños de sus sentimientos, les decimos que sus emociones son erróneas o inadecuadas, y hasta que no existen. La seguridad psicológica se resiente cuando se niega la propiedad de los sentimientos.

• No juzgar permanentemente. Los juicios invitan al niño a ponerse a la defensiva y a no prestarnos atención. Juzgamos y juzgamos. La mayoría de nosotros se ha pasado la vida siendo juzgado.

• No proyectar en los hijos nuestros anhelos insatisfechos, no juzgándolos desde la experiencia que ellos no tienen. Criándolos desde sus propias necesidades no desde las nuestras. Cuanto más satisfecho se siente uno como persona, menos utiliza a sus hijos como cubierta protectora. La capacidad de las personas para reafirmar a los niños depende de la que tengan para reafirmarse a sí mismas.

• No enfocarnos sólo hacia la recriminación de lo negativo. Buscar, encontrar lo positivo… y decírselo.

• Ayudarles a encontrar sus puntos fuertes.

• Elogiar, aunque no en exceso. Tampoco adular. Reconocer y valorar sus logros.

• No ridiculizar. Diferencial entre el “ser” y el “hacer”.

• Ayudarles a tolerar sus frustraciones.

• Enseñarles a mostrarse proactivos frente a la adversidad. Mostrarles la culpa y el miedo como los grandes paralizadores de la acción. Ayudarles a asumir riesgos.

• Fomentar la comunicación sincera y fluida en los diferentes ambientes e instituciones de las que forman parte. La empatía. Cuando uno es empático, no trata de modificar los sentimientos del niño. Desea ver como él, sentir como él. Consiste en oír con el corazón, no con el cerebro. La empatía dice: “La forma en que tú ves las cosas es importante para mí. Quiero realmente comprender cómo es el ser tú, porque me interesas”. Quien se siente comprendido, se siente amado.

• Procurarles un estilo comunicativo asertivo, no agresivo o pasivo.

• Dedicarles tiempo. En cantidad y calidad. Interesarnos por su vida académica, social lúdica… Hablar con ellos de “sus cosas”.

• Evitar la sobreprotección; fomentar su autonomía, enseñarles a ser responsables.

• Evitar la sobreexigencia. Expectativas realistas y adecuadas (efecto Rosenthal)

• Enseñarles a autorreforzarse, a usar el lenguaje positivo para animarse y dirigir la tarea, a recompensar los esfuerzos y éxitos.

• Ayudarles a organizarse, a plantearse metas y objetivos, y a dar los pasos para llevarlos a cabo.

• Mejorar la conducta. Descubrir los comportamientos, hábitos… en los que cabe mejora, y trabajar para conseguirlo.

• Mejorar la imagen personal, tanto en el apartado físico (higiene, alimentación, vestido…) como en el psicológico (estilo cognitivo sano y eficaz).

• Procurarles un ambiente enriquecido y variado que les ayude a formarse intelectualmente y desarrollarse social y emocionalmente.

• Integrarlos, hacerles sentir parte y partícipes en los grupos familiares y sociales a los que pertenecen.

• Enseñarles habilidades sociales.

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